5/3/15

Un Dios Salvaje Yasmina Reza

Un Dios Salvaje
Yasmina Reza
Adaptación

Personajes:
Rebeca Sanchez
Miguel Sanchez
Ingrid Parisi
Mauricio Parisi


Escena  1

Rebeca:-El 11 de enero, a las 2:30 pm...Ustedes harán su propia declaración, ésta es la nuestra. Luego de una disputa verbal en la entrada del Colegio San Patricio, Tomas Parisi, de 7 años y armado con una rama, golpeó a nuestro hijo,Emilio Sanchez, en la cara. Además de la hinchazón y el moretón en el labio superior de Emilio, este hecho también ocasiono dos incisivos rotos, incluyendo daño al nervio incisivo derecho.

Mauricio: ¿’’Armado’’?

Rebeca: Armado ¿No les gusta armado? Miguel ¿Que podemos decir...? ¿Llevando? …¿Sosteniendo? ...

Miguel: ¿Llevando una rama? ¿Si?

Mauricio: Y, Llevando

Rebeca: Es irónico...( mientras corrige la palabra con un tono imperceptible) Yo que pensaba que cambiándolo al colegio San Patricio iba a estar mas seguro que el anterior. (se termina de imprimir el papel que estaban redactando y se lo entrega al matrimonio.

Miguel: Si, siempre pensamos que iba a estar seguro en ese colegio.

Rebeca: Si…  Aquí tienen, gracias. Muchas gracias por venir. Esto es mucho mejor que caer en esa mentalidad confrontativa.

Ingrid: No, esta bien, gracias a ustedes.

Rebeca: Bueno, mas alla de los agradecimientos, que por cierto, creo innecesarios, por suerte, todavía algunos defendemos los valores de la comunidad.

Mauricio: Cierto, aunque los chicos todavía no tengan en claro ese concepto.

Nancy:  Es cierto.

Alan: Quiero decir, nuestro hijo.

Nancy: Claro, nuestro hijo. Esos tulipanes son hermosos.

Penélope: Son de la florería de la Bv San Juan

Nancy: si, claro (desinteresada)

Penélope: Si, traen los tulipanes directo desde Holanda. Veinte dólares el ramo

Nancy: ¿En serio?

Nancy: Si, si… Bueno… entonces, ¿Qué hay del dientito del nervio dañado?

Penélope: Bueno todavía no lo sabemos, hay cierta duda sobre el diagnostico. Aparentemente el nervio no esta completamente expuesto.

Miguel: Solo una parte está expuesta.

Penélope: Hay una parte que esta expuesta y una parte que sigue protegida. Por ahora no se lo van a extraer

Miguel: - Quieren darle una oportunidad al diente.

Penélope: Si, nos encantaría evitar un tratamiento de conducto

Nancy: Por supuesto.

Penélope: Hay un período de observación, durante el cual le dan al nervio la oportunidad de sanar.

Miguel: Mientras tanto, va a necesitar coronas.

Penélope:- De todos modos no puede tener implantes hasta los 18.

Miguel: - No, no puede.

Penélope: Si… solo puedes poner implantes una vez que dejaron de crecer.

Nancy: Bueno, esperamos que todo salga bien.

Penélope: Nosotros también lo esperamos. Y con respecto a su hijo, Emilio no quería delatar a Tomas

Miguel: No, no quería.

Penélope: Fue increíble ver, a ese chico...sin rostro, sin dientes. El no quería hablar.

Nancy: Me imagino.

Miguel: El no quería delatarlo. Sus amigos lo hubieran tratado de boton. Seamos realistas Rebe no era una cuestión de honor.

Penélope: No estoy muy de acuerdo Miguel, sabes que para mi, el honor depende de un contexto social.

Nancy: Entonces ¿Al final como consiguieron el nombre de Tomi?

Penélope: Le explicamos a Emilio, que protegiendo ese chico, no lo estaba ayudando.

Miguel: Le dijimos que si ese chico podía pegarle a la gente y salirse con la suya, ¿Por qué el tendría que callarse?

Penélope: Le dijimos que si fuéramos los padres hubiéramos querido saber.

Nancy: por supuesto

Alan: Si, discúlpenme un segundo, ¿Si, Javier? . Bueno, gracias por responderme. Salio en el diario de esta mañana. Ya te lo leo. ‘’De acuerdo a un estudio publicado por la revista Pro-Medic, dos investigadores chilenos han identificado efectos secundarios neurológicos en el medicamento de  contra la hipertensión, Antril, incluyendo perdida auditiva y ataxia’’. ¿Quién carajo hace el seguimiento de la prensa ? Te metiste en un quilombo. No, no. Mi problema es la Sociedad Americana de Microbiología. Tienen un encuentro anual de accionistas en dos semanas. ¿Organizaste un fondo para litigios? No estoy seguro. Tengo que averiguar. Javier, Javier. Habla con Relaciones Públicas. Averigua si fue levantado en otro lado y llamame de nuevo. Bien. disculpen.

Miguel: ¿Así que Usted es un...?

Alan: Abogado.

Nancy: ¿Y Ud.?

Miguel: Tengo un negocio. Rebe es escritora, trabaja a la mañana en una librería, en la sección de arte e historia

Nancy: ¿Escritora?

Penélope: Bueno, coescribí un libro de la civilización Sabaena. Usando artefactos que fueron recuperados tras el conflicto entre Etiopia y Eritrea. Pero en este momento estoy trabajando en un libro sobre la tragedia de Darfur.

Alan: ¿Se especializa en África?

Penélope: Estoy interesada en esa parte del mundo. Si.

Nancy:- ¿Y tienen más hijos?

Penélope: Constanza. Tiene 9 años. Esta muy enojada con su padre porque se deshizo del hámster anoche.

Nancy: ¿se deshizo del hámster?

Miguel: Si... la cosa estaba haciendo mucho ruido a la noche. Duermen durante el día. Estaba enloqueciendo a Emilio, el no soportaba el ruido que esa cosa estaba haciendo. Miren no me importa decirlo, había estado esperando deshacerme de esa cosa por mucho tiempo. Asi queme harto y lo deje en la calle.

Nancy: ¿Lo dejo en calle?

Miguel: Me imagine que era un animal de cloaca, pero la cosa estaba muerta de miedo en la vereda, la verdad es que no son mascotas y tampoco son salvajes. Si los dejas en medio del bosque, siguen sin ser felices. No se donde se supone que viven.

Nancy: ¿Y simplemente lo dejo afuera?

Penélope: Si, así es. Y trato de convencer a Constanza que el hámster había escapado, lo cual, por supuesto, no se iba a creer.

Alan: Y esta mañana, ¿ya no estaba?.

Miguel: No.

Penélope: ¿que hace usted? ¿A que se dedica? ( a nancy)

Nancy: Soy gerente bancaria.

Penélope: Dejen que…. Voy a ser directa. ¿Podría Tomas disculparse con Emilio?

Alan: Claro, sería bueno que hablaran.

Nancy: No, tiene que disculparse, Mauricio. De hecho, tiene que pedir perdón.

Alan: Si, probablemente.

Penélope: Bueno… pero ¿está arrepentido?

Alan: - No se da cuenta lo serio que fue, tiene 7 años.

Penélope: Bueno, no es un bebe.

Miguel: Tampoco es un adulto. Disculpen, nos olvidamos de preguntarles si quieren un poco de café o te. ¿Quedo algo de tarta de fruta Rebe? Hace una tarta espectacular.

Alan: ¿Tiene café instantáneo?

Miguel: Claro.

Alan: Aceptaría una taza.

Nancy: Un vaso de agua.

Miguel: Yo también voy a tomar café Rebe. Y trae la tarta. vengan, pasen. Por favor. Por favor, siéntense. Tomen asiento.

Alan: Gracias.

Escena 2

 Miguel: Si..Tienen que probar la tarta. ¿Dónde está?

Penelope: Lo pusiste en la heladera. No se, en qué idioma tengo que hablarle a esa mujer.

Miguel: Linda pareja.

Penelope: Muy. ¿Le decis a todo el mundo que soy escritora?

Miguel: Sos escritora. Escribiste un libro.( vuelve con el pastel donde están los invitados)

Escena 3

Miguel: Esta tarta no es fácil de hacer.

Alan: Y usted ¿Qué vende?

 Miguel: Cosas decorativas, cerraduras...

Nancy: Así, gracias.

Miguel: Equipos de cocina, como ollas, sartenes, woks de teflón , con tapa sin tapa, mango largo corto, también herramientas para la casa es  como un Polirubro.

alan: ¿Le va bien?

michael: No es que sea algo extraordinario, nos estaba llendo bien, pero con el tema de las importaciones, esta complicada la cosa, no llega mucha mercadería y viste, con la inflación la gente no compra mucho pero… mientras me levante por las mañanas con mis catalogos , vivo

alan: ah…

nancy:  y cuando vió que el hámster tenía miedo, ¿Por qué no lo trajo a casa?

michael: Porque no toco esas cosas.

nancy: Lo puso en la calle

michael: Estaba en una jaula cuando lo deje. No hay forma que los toque.

penelope: ¿Azúcar?

alan: Sin azúcar. ¿Qué tipo de tarta hace?

penelope:  De manzana y pera.

Nancy:¿Manzana y pera?

Penélope: Si, es…ya sabe...Es una receta mía. Pero es una pena que esté frío.

Nancy: Manzana y pera...No lo probe nunca.

Penélope: hay varias recetas de tortas de manzana y pera

Nancy:  ¿en serio?

Penelope: Si el secreto de esta, es que se cortan mas grandes las peras que las manzanas porque se cocinan más rápido.

Nancy:  ahh, mira.

Michael: Ese no es el verdadero secreto.

Penelope: Dejalos que lo prueben.

Alan: Muy rico, muy muy rico

Nancy: Delicioso.

Penelope: Yoghourt de vainilla.

Nancy: Yoghourt! Mira que raro.

Penelope: Bueno, es como la de repostería, pero modificada...su madre me dio la idea.

Alan: Bueno, por lo menos vamos a sacar una nueva receta de todo esto.

Penelope:  Ojala mi hijo no hubiera perdido 2 dientes en el proceso.

Alan: No, yo...disculpen. (al teléfono) ¿Javier? No, no mandes cartas a la editora. ¿Estaba programado? ¿Que son esos desórdenes? ¿Y con dosis normales? ¿Hace cuánto sabes esto? No es mucho tiempo…

Nancy: Mau...te estamos esperando.

Alan: Bien, ya te llamo. Un segundo (llama) Daniel, ya sabían del riesgo hace dos años y medio. Por un reporte interno.. Dan mareos, desmayos, vomitos ... Te sentís como si estuvieses borracho. tenemos un millón. ¿Me escuchaste? Y lo voy a negar! No tiene sentido mandarle una carta a la editora. No escribiremos una carta. Por otra parte. Si vemos que se pone feo. Avisamos a la prensa como si alguien hiciera falsos rumores a 2 semanas de la junta de accionistas. El me va a volver a llamar. Bien. Estoy tan ocupado que casi no tuve tiempo de almorzar.

Michael : Tome más...sírvase. Vamos...no,no tome, sírvase mas

Alan: Disculpen... ¿En dónde estábamos?

Penélope: Decíamos que hubiera sido mejor conocernos en otras circunstancias.

Alan: (a penelope) Que rica torta... ¿Fué tu madre?

Penelope: No, la de él. ( a Michael)

Michael: La receta de mi vieja,  pero Rebi  la cambio.

Penélope: Tu madre no lo hacia de manzanas y peras.

Michael: no

Penélope: Ella está a punto de hacerse una operación.

Nancy: ¿en serio? ¿De qué?

Penélope: Tiene una Hernia en la rodilla.

Michael: van a ponerle una prótesis de polietileno y metal y le preocupan los restos de esa prótesis después de la cremación.

Penélope: Miguel, no seas malo.

Michael: No quiere que la entierren junto a mi viejo, quiere que la cremen. Y ponerla cerca de su madre que esta solita.

Nancy: Estamos agradecidos por su buena onda...Sabemos que quieren aplacar la situación, para no empeorarla.( se levantan para irse)

Penelope: Es lo menos que podemos hacer.

Michael: Si...

Nancy: Muchos padres se ponen del lado de los hijos y se portan igual. Si Emilio le hubiera roto 2 dientes a Tomas. Seguro que hubiéramos tenido una reacción natural. No lo habriamos visto con tanta perspectiva.

Michael: Seguro que si.

Alan: tiene razón, yo tampoco

Michael: Seguro, porque sabemos que pudo haber pasado al revés.

Penelope: ¿Qué dijo Tomas de todo esto?

Nancy: El no habla mucho. Está un poco preocupado, supongo.

Penelope: ¿Se da cuenta que desfiguró a un compañero de escuela?

Alan: No, no se da cuenta que desfiguro a un compañero de la escuela.

Nancy: ¿Por qué dices eso? Claro que se da cuenta.

Alan: Se da cuenta que no puede ser violento,  no que ha desfigurado a alguien.

Penelope: No le gusta la palabra, ami me parece apropiada.

Alan: Mi hijo no desfiguró a su hijo.

Penelope: Si lo hizo. Vuelvan después de la escuela para verle la boca y los dientes.

Michael: Momentaneamente desfigurado.

Alan: Su boca va a estar bien cuando se deshinche y  en cuanto a los dientes, nosotros nos ocupamos de los gastos.

Michael: Nosotros tenemos seguro. Lo que queremos es que los niños hagan las paces. Para que esto no vuelva a pasar.

Nancy: Hagamos una reunión.

Michael: Si

penelope: ¿Y nosotros tenemos que estar ahí?

Alan: No es necesario, que lo arreglen como hombres.

Nancy: ¿Qué hombres, Mauricio? No seas ridículo. Por otra parte...probablemente, es mejor que no estemos nosotros.

Penelope: Lo importante no es que si estemos o no. Es si ellos  quieren arreglar todo esto.

Michael: Emilio quiere.

Penelope: ¿Tomas quiere?

Nancy: No va a tener otra opción.

Penelope: Tiene que nacer de él.

Nancy: Tomas es muy impulsivo, no pretendamos que lo entienda.

Penelope: A ver si me entienden, si Tomas ve a Emilio porque es obligado o porque ustedes  lo ponen como un castigo no veo que saquemos nada positivo en eso.

Alan: Sra. Sanchez,  nuestro hijo es un maniático. Si usted espera alguna disculpa espontanea por parte de él, esta soñando. Disculpen, de verdad tengo que volver a la oficina. Ingrid, quédate y me avisas que deciden. De todas formas no soy útil, las hembras son las que piensan.

Nancy: Disculpen, pero tampoco me puedo quedar. Mi marido nunca fue un papá que le gusta llevar el cochecito.

Penelope: Es una pena, porque a Michael siempre le ha encantado cuidar a los niños.

Michael: Seguro.

Penelope: Entonces...¿Qué decidimos?

Nancy: ¿Pueden venir a nuestra casa a las 7:30 con Emilio?

Penelope: ¿7:30 está bien?( a Michael)

Michael: Si quieren mi opinión...

Penelope: Si, por favor.

Michael: Creo que Tomas tendría que venir a casa.

Penelope: Yo estoy de acuerdo.

Michael: La víctima no es quien debe hacer el viaje.

Alan: No puedo estar en ningún lado a las 7:30.

Nancy: y quien te necesita?

Penelope: En serio, creo que es importante que venga el padre.

Alan: Esta noche no.( al teléfono) ¿Hola?

Nancy: ¿Mañana?

Alan: Lo siento...¿Me escuchas ahora? No hay nada en el reporte anual.
El riesgo no estaba oficialmente establecido. No hay pruebas. Llámame de nuevo.

Penelope:  ¿Mañana?

alan: Mañana voy a estar en Chile.

Michael: ¿Tiene negocios en Chile?

Alan: En Santiago.

Nancy: Lo principal es que los niños hablen. Yo vengo a las 7:30 con Tomacito, y que ellos se arreglen….No se ve convencida.

Penelope: Si obligan a Tomas a venir y no aprende a asumir la responsabilidad. Cuando se enfrenten va a ser un desastre

Alan: ¿asumir su responsabilidad, Sra. Sanchez  de qué me esta hablando?

Penelope: Estoy segura que su hijo no es un maniático.

Nancy: Tomas no es ningún maniático.

Alan: Si lo es.

Nancy: Mauricio, no seas idiota, ¿Por qué decis eso?

Alan: Porque lo es.

Michael: ¿Cómo explica lo que hizo?

Nancy: No habla de eso.

Penelope: Debería hablar de eso.

Alan: Son muchos ´´deberia´´...Debería venir, debería hablarlo, debería sentirlo, debería arrepentirse.. solamente intentamos seguirle el ritmo, no nos exiga tanto!.

Michael: Oiga! Vamos...¿Qué está pasando?¿De qué es todo esto?

Penelope: Me refería a Tomas, no a el.

Alan: Ya entendí.

Nancy: Mauricio.

Michael:¿Quieren más café? Tengo café colombiano.

Nancy: Cafe...gracias.

Alan: Está bien.

Michael: Yo lo hago Rebe.

Escena  4

Nancy: Veo que le gusta el arte.

Penelope: Si.

Nancy: ¿Bacon?

Penelope: Si, Bacon.

Nancy: La crueldad en su explendor.

Penelope: Caos...balance. ¿A Tomas le interesa el arte?

Nancy: No tanto como debería, ¿Sus hijos si?

Penelope: Bueno...tratamos de compensar las carencias del sistema educativo.

Nancy: Claro.

Penelope: Los llevamos a conciertos, galerías...Para mí la cultura puede ser una fuente de paz.

Nancy: Tiene razón.

Michael: ¿lo que comimos es una torta o una tarta? Estaba pensando eso en la cocina.¿Por qué no es una torta? No deje este pedacito. Tome. Coma.

Penelope: La tarta alemana es una tarta, no puede ser una torta, porque la torta tiene capas, bizcochuelo, crema, durazno por ejemplo, no tiene capas.

Alan: Es una chef gourmet.

Penelope: Me gusta cocinar. Claro, es algo que tenes que hacer con amor. Para mi, la tarta no tiene capas definitivamente.

Michael: ¿Y Uds. tienen más hijos?

Alan: Yo tengo otro hijo, de mi matrimonio anterior.

Michael: Se que no es importante, pero...¿Saben por qué discutieron? Porque Emilio no dijo nada.

Nancy: Emilio no dejó que Tomas formara parte de su barrita.

Penelope: ¿Emilio tiene una barra?

Alan: Y le llamo boton,.

Penélope: ¿Sabías que Emilio tiene una barra?

Michael: no, Pero me encanta saberlo.

Penelope: ¿Por qué te encanta?

Michael: Yo tuve una. Era el líder.

Alan: Yo también.

Penelope: ¿Qué hace un líder de una barra?

Michael: Tenes unos cuantos chicos que sacrificarían todo por vos, y eso...Como He-man.

Alan: Exactamente como He-man.

Penelope: ¿Quién sabe de eso a estas alturas?

Alan: Son como los caballeros del zodiaco o cualquier otro.

Penelope: Aparentemente, saben más que nosotros. Parece que Tomas no es tan callado como decían. ¿Por qué le llamo boton? es una pregunta tonta. No tiene sentido, no nos importa.

Nancy: No vamos a meternos en las cosas de los niños. No es nuestro problema.

Penelope: Es cierto. Nuestro problema es este Desafortunado incidente. La violencia.

Michael: Cuando yo era el líder, le gane una pelea a Pablito Gonzales . Fue justa. Era más grande que yo.

Penelope: ¿Y que tiene que ver eso?

Michael: Nada.

Penelope: Esto no fué una pelea justa. No estaban peleando.

Michael: Me estaba acordando de eso.

Alan: No es muy diferente.

Penelope: ¿Disculpe? Si hay diferencia.

Michael: Hay diferencia.

Alan: ¿Cuál es?

Michael: Pablito y yo acordamos la pelea.

Alan: ¿Lo golpeó fuerte?

Michael: Un poco.

penelope: Basta con eso. No importa Pablito Gonzales ¿Le importaría si yo hablo con Tomas?

Nancy: Claro que no.

Penelope: Nunca lo haría sin su permiso.

Nancy: No. Hable con el. Estamos de acuerdo.

Alan: Buena suerte.

Nancy: Basta. ¿Por qué decis eso?

Alan: La Sra. Sanchez...

Penelope: Está bien...creo que podemos empezar a tutearnos no creen?.

Alan: Rebeca, se que lo hace con fines educativos...

Penelope: No tengo que hablar con el si no quieren.

Alan: Adelante...hable con el. Haga lo que quiera.

Penelope: No entiendo como no se siente involucrado en esto.

Alan: Sra. Sanchez...

Michael: Rebeca!

Alan: Rebeca, estoy involucrado en esto. Mi hijo hirió a otro niño.

Penelope: Deliberadamente.

alan: Eso es lo que me molesta...Ya sabemos que fue deliberado

Penelope: Eso es lo que hace la diferencia.

Alan: ¿Diferencia entre que y que? Solamente hablamos de una cosa. Nuestro hijo le pego con una rama al suyo. Por eso estamos acá.

Penelope: es inútil...

Michael: Ella tiene razón. Esta charla no tiene sentido.

Alan: ¿Y por qué subraya la palabra ´´Deliberadamente´´? ¿Qué trata de enseñarme?

Nancy: Bien...nos estamos pasando. Mi esposo está estresado por el trabajo. Vuelvo en la noche con Tomas. Y dejaremos que lo solucionen.

Alan: No estoy estresado.

Nancy: Yo si.

Michael: No hay razón para estresarse.

Nancy: Si, la hay.

Alan: (al celular) Hola...sin comentarios.Sin comentarios. Sin comentarios! Retirar Antril del mercado, es admitir tu responsabilidad. (Sin dejar de hablar)

Penelope: En la obra de Navidad, en la escuela. ¿Qué papel hizo Tomas?

Alan: (Continúa): Irregularidades contables.
Nancy: Hizo una estrella.

Penelope: Es asi. Te acordas Miguel?

Michael: Seguro.

Penelope: Estuvo maravilloso. Tenía una capa, se veía muy gracioso.

Alan: Hablemos de las víctimas después...

Penelope: ¿Qué hizo Emilio? El hizo de uno de los niños...

Michael: Así es.

Alan: No podemos retirar una droga del mercado solamente porque tres tipos no pueden caminar en línea recta. Por el momento, no hagas nada. Ok. Bien, te llamo en un rato. (Llama por teléfono) Entraron en pánico, tienen a los medios respirando en sus nucas. Bien. Quiero un comunicado de prensa que no se vea para nada defensivo. Todo lo contrario. Lanzate a la yugular, algo asi como ‘TW FRIZER  es un blanco. Un intento de manipular los precios de las acciones dos semanas antes de la reunión de accionistas ¿Y de donde salió ese estudio, de todas maneras? ¿Cómo, de repente, aparece esto de la nada?’’ Etc, etc. Nada sobre el tema de la salud. Solo una pregunta: ¿Quién esta detrás del estudio? ¿Quién?. Esta bien.
Michael:Empresas farmacéuticas, ganancias, ganancias, ganancias ; son de lo peor ¿No?.
Alan: Nadie dijo que podía oír mi conversación.
Michael: Nadie dijo que usted la podía tener delante mío.
Alan: Error. Me veo forzado a tenerla aca. Contra mi voluntad, créame.
Michael: Si. Se lavan las manos ¿no? Nadie es responsable.
Alan: En cualquier avance terapéutico hay riesgos y beneficios.
Michael: Si, ya se, de todas formas, tiene una línea de trabajo bastante extraña.
Alan: ¿Cómo?
Penelope: Miguel, no es de nuestra incumbencia.
Michael: Una línea de trabajo bastante extraña.
Alan: ¿Y usted? ¿A que se dedica?
Michael: Tengo un trabajo normal.
Alan: ¿Qué es un trabajo normal?
Michael: Se lo dije, vendo ollas y sartenes.
Alan: Y picaportes.
Michael: Y sistemas de descarga de inodoros y otras cosas por el estilo.
Alan: ‘’Sistemas de descarga de inodoros’’ Me gusta eso. Es interesante.
Nancy: ¡Mauricio!
Alan: Lo encuentro muy interesante. Los inodoros son muy interesantes.
Michael: ¿Por qué no?
Alan: ¿Cuántos tipos de mecanismos tiene?
Michael: Basicamente, hay dos tipos. Estan los que se descargan presionando y los que funcionan con manija.
Alan: Si, por supuesto.
Michael: Depende de donde este la tubería.
Alan: Claro.
Michael: Si llega por un costado o por atras.
Alan: Claro claro.
Michael: Uno de mis clientes es experto.  Puedo presentártelo si queres. Aunque para eso tendrias que irte a Punta del Este.
Alan: Usted es muy exitoso.
Penelope: ¿Podrian postergar su charla de plomería para otro dia? ¿Han pensado sancionar de alguna manera a Tomas?
Nancy: No me siento bien.
Penelope: ¿Te pasa algo? ¿Estas bien?
Alan: Estas palida, querida.
Michael: Si, esta muy blanca.
Nancy: Tengo nauseas.
Penelope: Ahí busco reliveran. (A Miguel) Tenemos reliveran ¿no?
Nancy: No. No, no, voy a estar bien.
Penelope: Una coca. Lo que necesitas es una coca. (vuelve con la coca, a Miguel) No esta fría.
(Alan Cowman levanta el teléfono)
Penelope: (a Nancy) No esta fría.
Nancy: Gracias. ¿Esta segura?
Penelope: Toma de a poquito.  La coca no estaba en la heladera.
Alan: Esta bien, decile que me llame... Ok. ¿La coca es buena para eso? Es mas para diarrea, ¿no?
Penelope: No, no es solamente para eso. ¿Mejor?
Nancy: Eso creo…. Sra Sanchez… Si decidimos sancionar a nuestro hijo lo vamos a hacer a nuestra manera y bajo nuestros términos.
Michael: Absolutamente.
Penelope: ¿Absolutamente que?
Michael: Es su hijo, son libres de hacer lo que les parezca correcto.
Penelope: No estoy de acuerdo.
Michael: ¿Con que, Rebi?
Penelope: No son libres.
Alan: ¿En serio? Continúe. (Suena el celular) Disculpen. ¿Si? Genial, pero no te olvides. No se probo nada. Nada es certero.  Si no hacemos bien esto a Javier lo despiden, y a vos y a mi tambien.
Nancy: ¡Suficiente, Mauricio! ¡Deja el delefono de una vez!
Alan: Mandamelo al mail.  (corta) ¿Qué carajo te pasa gritándome asi? Daniel escucho todo.
Nancy: Estoy cansada de ese telefono de porqueria, cada cinco minutos, todos los días.
Alan: Escuchame Ingrid me deberías dar las gracias por haber venido.
Penelope: ¿En serio?
Nancy: Dios… Voy a vomitar.
Alan: No, no vas a vomitar.
Nancy: Si voy a vomitar.
Michael: ¿Queres usar el baño?
Nancy: Nadie te obliga a quedarte.
Penelope: Tenes razón. Nadie te obliga a quedarte.
Nancy: Estoy mareada.
Alan: Mira un punto fijo. Mira un punto fijo, churula.
Nancy: Salí de aca, dejame.
Penelope: ¿no debería ir al baño?
Alan: Anda al baño si tenes que vomitar.
Michael: Dale reliveran.
Alan: Pudo haber sido la torta.
Penelope: No, la hice ayer a la tarta.
Nancy: ¡No me toques!
Alan: Calmaten churula.
Michael: Si, no nos enojemos por nada.
Nancy: Mi esposo cree que todo lo que tiene que ver con la casa, la escuela, el jardín, es mi problema.
Alan: No pienso eso.
Nancy: Si lo pensas. Y entiendo porque. Es todo tan terriblemente aburrido.  Es espantoso.
Penelope: Si es tan espantoso, ¿Por qué tener un hijo en primer lugar?
Michael: Si, capaz Tomas este percibiendo esa falta de interés.
Nancy: ¡¿Qué falta de interés?!
Michael: Vos lo dijiste.
(Nancy vomita)

Michael: Trae un balde. ¡Trae un balde!
Penelope (en la cocina): Hija de puta.
Alan: ¿Sos o te haces? ¿Por qué no fuiste al baño?.
Michael: Se te mancho el traje.
Alan: ¿Qué?
Penelope: No pudo haber sido la tarta.
Michael: No fue la tarta. Son nervios, solo son nervios.
Penelope: ¿Queres limpiarte en el baño o …? Mi kokoschka.
Michael: (le entrega un balde) Toma. Dale Reliveran.
Penelope: No pudo guardarse nada.
Alan: ¿Tiene baño Manuel?
Miguel: Si, por supuesto que tengo baño.
Penelope: Ahí te muestro.
Michael: Son nervios, nervios.
Escena 5
Penelope: (entra con otro balde) ¿Qué hacemos con el Kokoschka?
Michael: Lo podemos limpiar. Tal vez con Lysol. El problema va a ser secarlo. Tal vez con agua y colocándole colonia.
Penelope: ¿Colonia?
Michael: Tengo una Kronos que no uso nunca.
Penelope: El papel se va a doblar.
Michael: Entonces, lo secamos con secador y le ponemos libros encima para que se alise. O tal vez plancharlo, como a los billetes.
Penelope: Dios.
Nancy: Te comprare otro.
Penelope: No hay otro. Se dejo de imprimir hace años.
Nancy: Lo siento mucho.
Michael: Lo podemos salvar. Pen, dejame hacerlo.
Penelope: Es una reimpresión del catalogo de la exhibición de 1957 en Londres.
Michael: Ve a buscar el secador y la colonia. Esta en el gabinete del baño.
Penelope: Su esposo esta en el baño.
Michael: No esta usando el inodoro. Mira, ya saque casi todo. Solo queda un poco en el Dolgans.
Penelope: (En la puerta del baño) Permiso. (Vuelve) ¿Te sentís mejor?
Nancy: Si.
Penelope: ¿Lo rocio… o…?
Michael: ¿Dónde esta el secador?
Penelope: Esta secando sus pantalones.
Michael: Esperemos. Deberiamos poner la colonia al final.
Penelope: Esta bien.
Nancy: ¿Puedo usar el baño también?
Penelope: Si, claro. Por supuesto.
Nancy: No se que decir. Lo siento mucho.
Penelope: Trae el secador cuando termines.
Nancy: Lo lamento tanto.
Escena 6
(Adentro del baño)
Nancy: Dios.
Alan: Increible. Increible, carajo. Su pastel era horrible.
Nancy: Te llenaste la boca.
Alan: Estuve todo el dia ocupado. Necesitaba comer algo.
Nancy: Dios.
(En el living)
Penelope: Es una pesadilla.
Michael: Espero que tenga cuidado. Me llevo al borde.
Penelope: Ella es horrible.
Michael: Menos.
Penelope: Es tan falsa.
Michael: No me molesta tanto.
Penelope: Los dos son horribles. ¿Por qué te pones de su lado?
Michael: No me pongo de su lado. ¿A que te refieres?
(En el baño)
Nancy: ¿Qué diablos estamos haciendo aquí?
Alan: Espero que estes bromeando.
Nancy: ¿Por qué discutes con ella? Nos podríamos haber ido hace mucho si no discutieras cada palabra.
Alan: ¿Preferirias que sea una oveja como su esposo?
Nancy: ¿Crees que fue el pastel?
Alan. Claro que si. Un poco de coca caliente y …
Nancy: (se huele las manos) Mierda.
(En el living)
Penelope: Siempre estas mitigando. Intentas reconciliar todo.
Michael: No hago eso.
Penelope: Si lo haces. Tenias una pandilla y eras el líder.  Pueden hacer lo que quiera con su hijo. Bueno, su hijo, es una amenaza a la seguridad nacional. Un chico asi, cunado es una amenaza a la sociedad es problema de todos. Y no puedo creer que vomito sobre todos mis libros. Cuando sabes que vas a largar todo, tomas precauciones.  ¡Oh, el Foujita! Esto es asqueroso.
Michael: Estaba al borde con esa mierda de los inodoros.
Penelope: Estuviste increíble.
Michael: Defendi lo mio, ¿verdad?
Penelope: Increible. Jamaica, Queens. Eso fue genial.
Michael: Pedazo de mierda. ¿Cómo es que la llama?
Penelope: Doodle.
Michael: Si, claro. Doodle.
Penelope: (entre risas) Doodle.
Alan: Si, la llamo doodle.
Penelope: Lo siento. No era nuestra intención.  Sabes, es tan fácil burlarse de los apodos de otros. Michael, ¿Cómo nos llamamos nosotros? Seguro es peor, ¿no?
Alan: Si, querías el secador.
Michael: Gracias. Ah! Nos decíamos ‘’Darjeeling’’, como el té. Es mucho mas vergonzoso si me preguntas.
Penelope: ¿Cómo esta? ¿Se siente mejor?
Alan: Si, mejor.
Penelope: Reaccione muy mal. Estoy avergonzada, en serio. (Se pone junto con Michael a secar los libros)  Sabes… yo… exagere sobre el catalogo, y ni siquiera se porque lo hice. Te pegas absurdamente a los objetos y ni siquiera sabes por que.
Michael: Mantenla tensa.
Penelope: Si, pero sosten el otro lado.
Michael: Lo tengo, lo tengo. Solo estíralo. Tienes que estirarlo porque se arruga.
Penelope: Las esquinas están mojadas.
Michael: Yo las seco.
Alan: Se va  romper.
Penelope: Tiene razón, Michael. Se va a romper.
Michael: Ok, bueno, agarra….
Penelope: Ya esta seco.
Michael: Bien. Ponle colonia a esos, yo termino con este. ¿De donde viene Doodle? ¿Doodle Yanqui o Doodle de queso?
Alan: Es una canción de Guys and Dolls que dice ‘’Doodledoodledoodledoodle’’
Michael: Ah si, si. La conozco. ‘’I love you, and doodle doodle doodle’’ . El nuestro es de nuestra luna de miel, en India. Nos decíamos ‘’darjeeling’’ en vez de ‘’querido’’ es estúpido.
Penelope: Deberia ver como esta.
Michael: Si, si, hazlo, darjeeling.


Escena 7
Penelope: Nancy, hola. Bueno, estaba preocupada por ti. ¿Te sientes mejor?
Nancy: Si, mejor. Eso creo.
Alan: Si no estas segura, alejate de la mesa de café.
Nancy: Deje una toalla en la bañera. No sabia donde ponerla.
Penelope: Perfecto.
Nancy: Limpiaste, lo siento mucho.
Michael: Todo esta bien. Esta todo bien.
Penelope: Lo siento. No estaba contigo. Estaba tan preocupada por el Kokoschka.
Nancy: Esta bien…
Penelope: No. Yo … Me comporte mal.
Nancy: Por favor. Estuve pensando en el baño.
Penelope: ¿Si?
Nancy: Si, tal vez pasamos por alto el… Bueno, digo –
Michael: ¿Qué? ¿Qué ocurre?
Nancy: Bueno… Los apodos son un tipo de abuso.
Michael: Seguro.
Penelope: Depende.
Michael: Claro, depende.
Nancy: Zachary nunca fue un niño violento. Debe haber tenido sus razones.
Alan: Como que lo llamaran soplon. (suena el teléfono) Disculpen. Si, Walter. Bueno, mientras no haya victimas en el panel. Nada de victimas. No quiero que te sientes con victimas. Negá ,negá, negá. Si tenemos que hacerlo, demandaremos al periódico.  Bueno te enviaremos el borrador del comunicado de prensa. Walter, lo siento. Tengo que colgar. Si me llamas soplon, pierdo los estribos.
Michael: A menos que sea verdad.
Alan: ¿Qué?
Michael: Ya sabes, si te das por aludido
Nancy: ¿Crees que mi hijo es un soplon?
Michael: Vamos, estoy bromeando.
Nancy: El tuyo también lo es.
Michael: ¿A que te refieres con eso?
Nancy: El delato a Zachary.
Michael: Se lo sonsacamos.
Penelope: Nos estamos yendo del tema.
Nancy: Quizas se lo sonsacaron, pero sí lo delato.
Alan: Nancy.
Nancy: ¿’’Nancy’’ que? ¿pensas que me hijo es un soplon?
Michael: No pensé nada.
Nancy: Bueno, si no pensas nada, no digas nada. No insinúes nada.
Penelope: Nancy, no tenemos que enojarnos. Michael y yo hemos hecho lo posible para ser imparciales y conciliadores .
Nancy: No tan imparciales.
Penelope: ¿En serio?
Nancy: Superficialmente imparciales.
Alan: Doodle, me tengo que ir.
Nancy: Andate entonces. Cobarde.
Alan: Nancy, ahora mismo estoy en peligro de perder mi cliente mas importante. Esto del ‘’padre que se preocupa’’ y el embrollo que viene con eso …
Penelope: Si, bueno, mi hijo perdió dos dientes. Dos incisivos.
Alan: Si, lo entendimos muy bien.
Penelope: Si, uno de ellos permanentemente.
Alan: Tendra dientes nuevos, mejorados. Nadie le mordió la oreja.
Nancy: Fue un error no considerar el origen del problema.
Penelope: No hay ningún origen.  ¡Hay un niño de 11 años que le pega a la gente con una rama!
Alan: ‘’Armado con una rama’’
Michael: Sacamos esa palabra.
Alan: La sacaron porque se lo pedimos.
Michael: La sacamos sin discutir.
Alan: Una palabra que deliberadamente establece intento sin ningún indicio de malentendido que excluye a los niños.
Penelope: No creo poder soportar mas este tono.
Alan: Desde el comienzo vos y yo, no compartimos la misma visión.
Penelope: Sr. Cowan es increíblemente frustrante ser continuamente censurada por algo que nosotros mismos, admitimos que era un error. La palabra ‘’armado’’ no esta bien. La quitamos. Aunque, estrictamente hablando, ciertamente se aplica.
Nancy: Zachary fue atacado verbalmente y reacciono. Yo si soy atacada, me defiendo, especialmente si estoy sola contra una pandilla.
Michael: Bueno, parece que se reanimo desde que largo todo.
Nanzy: ¿Te das cuenta lo mal educado que sos?
Michael: Miren, todos somos personas decentes, los cuatro. No se como nos dejamos llevar, perdiendo la paciencia. Esto no es necesario.
Penelope: Michael Basta, deja de mitigar. Solo somos superficialmente imparciales. ¿Por qué deberíamos serlo?
Michael: no, no me van a llevar por ese camino.
Alan: ¿Qué camino ?
Michael: El camino por el que nos han llevado estos dos estúpidos.
Alan:  Me temo que Pen no piensa asi.
Penelope:  ‘’Penelope’’.
Alan:  Lo siento.
Penelope: Asi que ahora Ethan es un estúpido. Eso ya es demasiado.
Alan:  Miren, esto es todo. De verdad tengo que irme ya.
Nancy: Si, yo también.
Penelope: Vayan. Vayan, me rindo.
Escena 8
(Suena el teléfono de la casa)
Michael: Hola. Hola mamá. No, tenemos unos invitados, pero decime. Si, si, hace lo que te diga el doctor. Si. ¿El que? ¿Antril? ¿Estas tomando Antril? Esperame un segundo, mamá. ¿Antril? ¿Esa mierda tuya es Antril? Mi madre lo esta tomando.
Alan: Miles de personas lo toman.

Michael: Mamá, escucha, tienes que dejar de tomarlo enseguida. ¿Me escuchas? De inmediato. Sólo haz lo que te digo ¿Está bien? Te explico después. Mamá, dile al doctor Perlstein que yo dije que no lo podías tomar. Bien. ¿Por qué rojo? ¿Para que te vea quién? Mamá, eso es ridículo. OK, mamá, mamá...Mamá, te llamo después. Te dije que tenemos invitados. Te quiero. Adiós. (Corta el teléfono) Se compró muletas rojas por si la choca un camión. Porque camina en la calle de noche.
Le están dando Antril para su presión sanguínea.

Alan: Si la está tomando y se ve normal, tomaré su declaración. (A Nancy) ¿No traía una bufanda?

Michael: ¿Sabes? No me gusta tu actitud. Y si mi madre presenta un síntoma, mi nombre estará primero en la lista de una demanda colectiva.

Alan: Habrá una de todos modos.

Michael: Sí, bueno, eso espero.

Penélope: Hacer lo correcto es inútil. La honestidad es una estupidez. Sólo te debilita, bajas la guardia.

Alan: Vamos, Nancy, demasiados sermones por un día.

Michael: Sí, vayan. Pero déjenme decirles esto: Ahora que los conozco
no me sorprende que...¿Cómo se llama? Zachary tenga problemas de conducta.

Nancy: Cuando mataste ese hamster...

Michael: ¿Maté?

Nancy: Mataste.

Michael: ¿Maté el hamster?

Nancy: Sí, hacen lo que sea para hacernos sentir culpables. Usan el lado moral como si fuera suyo, pero tú, eres un asesino.

Michael: Definitivamente no maté a ese hamster.

Alan: Peor.

Nancy: ¡Peor! Lo dejaste allá afuera temblando de miedo en un medio hostil. Esa pobre criatura fue probablemente comida por un perro o una rata.

Penélope: Ella tiene razón en eso.

Michael: ¿Cómo que tiene razón?

Penélope: Digo, por favor, Michael. Es horrible lo que le debe haber pasado a ese pobre animal.

Michael: Pensé que el hámster estaría feliz de estar libre. Creí que saldría corriendo feliz.

Penélope: Bueno, no fue así.

Nancy: Y lo dejaste allí!

Michael: Porque no puedo tocar esas cosas! No puedo tocar nada de esa familia. Dios, Penny, lo sabes.

Penélope: Le tiene miedo a los roedores.

Michael: Sí, le tengo miedo. Y le temo a los reptiles. Todo lo que ande cerca del suelo. Eso es todo ¿Está bien?

Alan: ¿Y tú? ¿Por qué no bajaste a buscarlo?

Penélope: ¡Porque no lo sabía! Michael dijo esta mañana que el hámster había escapado. Así que salí, recorrí la cuadra. Di muchas vueltas. ¡Hasta fui al sótano!

Michael: Penélope, es completamente injusto que, de pronto esté en el banquillo por el hámster, que tú tuviste que contarles. Es un asunto familiar que sólo nos concierne a nosotros dos. No tienen nada que ver con esta situación. (A Alan y Nancy) Y no puedo creer que me llamen asesino en mi propia casa.

Penélope: ¿Qué tiene que ver tu casa con el precio del té en China?

Michael: Es mi casa, yo abrí la puerta! La puerta está totalmente abierta en espíritu de reconciliación a un par de personas que podrían ser un poco más agradecidas.

Alan: Sigue alimentando tu propio ego. Es hermoso.

Nancy: ¿Entonces no tienes remordimiento?

Michael: No, ninguno. Ese animal era asqueroso y me alegra que no esté.

Penélope: Michael, eso es ridículo.

Michael: ¿Qué es ridículo? ¿Qué? ¿También te has vuelto loca? Su hijo casi mata a golpes a Ethan ¿Y me molestas por un hámster?

Penélope: Lo que hiciste estuvo mal. No puedes negarlo.

Michael: ¡Me importa una mierda ese hámster!

Penélope: Te va a importar cuando tu hija llegue a casa.

Michael: ¡Que venga! Una mocosa de 9 años no me va a decir qué tengo que hacer.

Alan: Estoy 100% de acuerdo con él en eso.

Penélope: ¿Ven? Es patético.

Michael: Cuidado, Penélope. Cuidado! Me comporté hasta ahora pero me estás presionando.

Nancy: ¿Y Ethan?

Michael: ¿Qué hay con Ethan?

Nancy: ¿Él también está triste?

Michael: ¿Sabes? Ethan tiene cosas más importantes en que preocuparse.

Penélope: Ethan no estaba tan unido a Nibbles.

Michael: ¿Nibbles? ¿Qué nombre marica es ese?

Nancy: Bien, si no sientes ningún remordimiento ¿por qué nuestro hijo sí?

Michael: ¿Saben qué? Toda esta mierda de consulta y consideración, estoy harto! Fuimos amables con ustedes! Compramos tulipanes! Mi esposa me vistió como un liberal pero la verdad es que no tengo paciencia para estas estupideces sentimentales. Soy un hijo de puta
Con mal genio! ¿De acuerdo?

Alan: Todos lo somos.

Penélope: No, lo siento, no todos. No todos no somos hijos de puta con mal genio.

Alan: Tú no, por supuesto.

Penélope: No, yo no, gracias a Dios.

Michael: No, tú no. Tú no. Eres tan superior. Tu nunca explotas a medio cargar.

Penélope: ¿Por qué estás siendo tan agresivo conmigo?

Michael: No estoy siendo agresivo, estoy siendo honesto.

Penélope: Sí, estás siendo agresivo.

Michael: Armaste esta reunión y te dejé reclutarme.

Penélope: ¿Me dejaste reclutarte?

Michael: Sí!

Penélope: Eso es asqueroso.

Michael: No lo es! Defiendes el comportamiento civilizado. Me parece bien.

Penélope: Así es, estoy a favor del comportamiento civilizado. Al menos alguien aquí lo está. ¿Y tú crees que es mejor ser un hijo de puta con mal genio?

Nancy: Nadie dijo eso. Nadie te está criticando por eso.

Penélope: Ustedes lo hicieron!

Alan: No lo hicimos.

Penélope: ¿Qué se suponía que hiciera? ¿Debería haberlos demandado?! ¿Debería haber dejado de hablarles? ¿Destruirlos con la compañía de seguros?

Michael: Basta, Penny.

Penélope: ¿Basta qué?!

Michael: Estás exagerando todo!

Penélope: No me importa. Haces todo lo posible para escapar de la mezquindad y terminas humillada y completamente sola.

Alan: Sí, Walter. Bueno, deja que lo prueben. Creo que lo mejor que
podemos hacer es nada.



Escena 9

Michael: Nacemos solos y morimos solos. Es todo. ¿Quién quiere un whisky?

Alan: Walter, estoy en una reunión en este momento. Te llamaré cuando llegue.

Penélope: Estoy viviendo con una persona completamente negativa.

Alan: ¿Quién es negativo?

Michael: Yo.

Penélope: Esta fue la peor idea. No deberíamos haber tener esta reunión.

Michael: Te lo dije.

Penélope: ¿Tú me lo dijiste?

Michael: Sí.

Penélope: ¿Me dijiste que nunca nos reuniéramos?

Michael: No pensé que fuera una buena idea.

Nancy: Era una buena idea.

Michael: Oh, por favor! ¿Quién quiere un poco?

Penélope: ¿Me dijiste que no pensabas que era una buena idea?

Michael: Según recuerdo.

Penélope: Según recuerdas.

Alan: Tal vez solo un sorbo.

Nancy: ¿No tienes que irte?

Alan: Bueno, en este punto tal vez pueda tomarme un trago.

Penélope: Mírame a los ojos Michael, y dime que no acordamos en hacer esto.

Nancy: Cálmate, Penélope. Esto no está yendo a ninguna parte!

Penélope: ¿Quién dijo... quién dijo que no toquemos el pastel esta mañana? ¿Quién dijo que deberíamos dejar un poco para los Cowan?
¿Quién dijo eso?!

Alan: Eso fue un lindo gesto de tu parte.

Michael: ¿Qué tiene que ver eso?

Penélope: ¿A qué te refieres?.

Michael: Invitados son invitados.

Penélope: Estás mintiendo! Estás mintiendo. Está mintiendo.

Alan: ¿Saben? Mi esposa en realidad tuvo que arrastrarme hasta aquí hoy. Cuando creces con la idea de John Wayne de hombría, es normal ser impulsivo en este tipo de situaciones y no hablarlo.

Nancy: Pensé que tu modelo de conducta era Ivanhoe.

Alan: Es el mismo concepto básico.

Michael: Otro aspecto.

Penélope: Otro aspecto ¿En serio? ¿Cuánto te vas a humillar, Michael?

Nancy: Me doy cuenta que lo arrastré hasta aquí para nada.

Alan: ¿Qué esperabas, Doodle? Qué apodo tan ridículo! ¿La revelación de los valores universales? Este whisky está increíble.

Michael: ¿Verdad? Añejo 18 años. La cosecha es de un lugarcito en Escocia que aún produce.

Penélope: ¿Y los tulipanes? ¿Quién los compró? Lo único que dije fue: ´Qué pena que no compramos tulipanes esta semana. ´ No dije nada de ir a la calle Henry.

Nancy: No se enojen todos por esto. Penélope, no vale la pena!

Penélope: Él trajo los tulipanes! Él, él solo! ¿Qué? ¿No nos vas a servir?

Nancy: A Penélope y a mí también nos gustaría tomar un trago. Es bastante gracioso cuando lo piensas. Un devoto de Ivanho y John Wayne pero con miedo de levantar un ratoncito.

Michael: Ya deja lo del hamster. Basta.

Penélope: Tiene razón, es para reírse.

Nancy: ¿Y el de ella? (A Michael)

Michael: No creo que sea necesario.

Penélope: Sírveme un trago, Michael.

Michael: No!

Penélope: Michael!

Michael: No!

Nancy ¿Qué te pasa, Michael?

Michael: Bien, bien! Bebe, bebe ¿Qué importa?

Nancy: ¿Beber te hace mal o algo así?

Penélope: No, es bueno para mi!

Nancy: Ahora, no lo sé.

Penélope: ¿Señor Cowan?

Nancy: Alan.

Penélope: Alan, tú y yo no nos caímos bien exactamente. Pero vivo con un hombre que decidió que la vida es una mediocridad anónima. Es muy difícil vivir con un hombre que se encerró a si mismo dentro de esa idea y no quiere cambiar nada y no se entusiasma por nada.

Michael: ¿Por qué le estás diciendo eso? A él no le importar en lo más mínimo.

Penélope: Tenemos que creer... tenemos que creer en una posible corrección.

Michael: Es el último hombre en la tierra al que deberías estar diciéndole eso.

Penélope: Hablaré con cualquiera que me dé la gana.

Escena 10

Michael: ¿Quién carajo es ahora?! Hola, ma. Él está bien. Le bajaron los dientes, pero está bien. Sí, tiene dolor, le duele. Pero pasará. Ma, te dije que teníamos visita. Te iba a llamar ¿recuerdas? Sí, adiós.

Nancy: ¿Aún le duele?

Penélope: No.

Nancy: ¿Entonces por qué preocupas a tu madre?

Penélope: Es lo que siempre hace. No puede evitarlo.

Michael: Muy bien. Ya basta, Penélope. Corta ya esa mierda de la reina del drama.

Alan: Penélope, a nadie le importa nada más que no sea uno mismo. Claro que a todos nos gusta pensar en alguna posible corrección una que nos pueda liberar completamente de consideraciones egoístas. Como el libro que estás escribiendo...el cual me parece genial. ¿Sabes? Entiendo que hayas pensado: ´´Bueno, elegiré una masacre. La historia
está llena de ellas y escribiré un libro. ´´ Todos tenemos que salvarnos de alguna manera.

Penélope: No estoy escribiendo el libro para salvarme! No lo has leído.
Ni siquiera sabes sobre qué es.

Alan: Como sea.

Penélope: Dios mío, el olor de Kronos me está matando.

Michael: Apesta, mierda!

Alan: Sí, no escatimaste exactamente.

Nancy: Lo siento mucho.

Penélope: No, fue mi culpa. Lo rocié como una loca. ¿Por qué las cosas no pueden ser más fáciles? ¿Saben? ¿Por qué todo tiene que ser tan agotador?

Alan: Piensas demasiado. Las mujeres piensan demasiado.

Nancy: Esa es una respuesta original.

Penélope: No se que significa eso “pensar demasiado”. No sé cómo puedes vivir sin ningún sentido moral del mundo.

Michael: Mírame, estoy viviendo.

Penélope: Michael, cállate! Tu complicidad miserable simplemente me da asco.

Michael: ¿Qué pasó con tu sentido del humor?

Penélope: No tengo y no quiero tenerlo!

Michael:
Si me preguntan, la pareja es el peor castigo que Dios nos puso.

Nancy: Maravilloso.

Michael: La pareja y la familia.

Nancy: Nadie te está obligando a ventilar eso delante de nosotros, Michael. Y debo añadir que es un poco indecente.

Penélope: Eso no le molesta.

Michael: Estás de acuerdo conmigo ¿verdad?

Nancy: Nada de esto viene al caso! Alan, di algo.

Alan: Tiene derecho a tener ideas.

Nancy: No significa que tiene que publicarlas.

Alan: Sí, claro, quizás.

Nancy: No nos importa su matrimonio. Estamos aquí por el problema con los niños. No nos importa su matrimonio.

Alan: Sí, excepto...

Nancy: ¿Excepto qué?

Alan: Está relacionado.

Michael: Está relacionado. Por supuesto que sí.

Penélope: ¿Que le hayan bajado dos dientes a Ethan está relacionado con nuestro matrimonio?

Michael: Por supuesto que sí.

Nancy: Lo siento, no te entiendo.

Michael: Retrocede un poco y mira la situación en la que estamos. Los niños te chupan la vida y te dejan vieja y vacía. Es la ley de la naturaleza. Ves a las parejas jóvenes que van riendo camino al altar y piensas: Ellos no saben. Los pobres no tienen ni idea! Son felices. Nadie te habla de estas cosas al principio. Tengo un amigo que va a tener un hijo con su nueva novia. Le dije: ´´¿Un niño? ¿A nuestra edad? ¿Qué? ¿Eres estúpido? Te quedan quizás 10, 15 buenos años antes que te dé cáncer o tengas un derrame. ¿Y vas a cargarte con un maldito hijo?´´

Nancy: Realmente no piensas eso.

Penélope: Sí lo piensa.

Michael: Por supuesto que sí. Pienso cosas peores.

Nancy: Te estás rebajando, Michael.

Michael: ¿En serio?

Nancy: Deja de llorar, Penélope. Sólo lo empeora todo.

Alan: Más.

Michael: Por supuesto, por supuesto. Excelente ¿no?

Alan: Excelente.

Escena  11

Michael:  ¿Te puedo ofrecer un cigarro?

Penélope: No se puede fumar en la casa!

Alan: Qué mal!

Nancy: ¿Qué? ¿Ibas a fumar un tabaco ahora?

Alan: Hago lo que quiero, Nancy. Si quiero fumar un tabaco, lo fumo. No fumaré porque no quiero alterar a Penélope que ya está muy nerviosa, para decirlo suavemente. Deja de lloriquear. Ella tiene razón.
¿Sabes? Cuando las mujeres lloran llevan a los hombres al punto de un quiebre. Aunque desafortunadamente debo decir que el punto de vista de Michael se justifica plenamente. (Atiende el celular). ¿Sí? Sí, seguro, dale. Sí, pon Nueva York y la hora específica.

Penélope: Insoportable.

Alan: ¿Tony lo mandó? Tiene que salir para la prensa. ¿Qué preguntas debes hacer?

Nancy: Vivo con esto. Día y noche.

Alan: Un segundo.

Nancy: El celular corta nuestras vidas.

Alan: Nancy, esto es muy importante.

Nancy: Siempre es más importante.

Alan: Continúa.

Nancy: Lo que está pasando en otra parte siempre es más importante.

Alan: No, no es una estrategia, es estratagema, de 2 semanas de la compañía, etc, etc...

Nancy: En la calle, en la mesa... en todos lados.

Alan: Pon la palabra ´´estudio´´ entre comillas. La palabra ´´estudio´´ entre comillas!

Nancy: Ya ni siquiera protesto. Rendición incondicional. Siento que voy a vomitar otra vez.

Michael: ¿Dónde está el balde?

Penélope: ¿Cómo se supone que lo sepa?

Alan: Pues entonces cítame. (Continúa hablando por celular)

Penélope: ¿Puedes pararte cerca del balde, por favor?

Michael: Pen.

Penélope: ¿Qué? Ya tuvimos que limpiar una vez ¿no?

Alan: “…de acuerdo al abogado de TW Pharma, Alan Cowan”. AP, Reuters, periódicos, diarios comerciales.
Alan: ¿Qué pasa?

Michael: Tiene ganas de vomitar otra vez.

Nancy: Eres tan comprensivo. Es conmueve.

Alan: Bueno, estoy preocupado.

Nancy: No entendí eso, me equivoqué.

Alan: Vamos, Nancy, ¿Quieres? No tenemos que hacer eso. Su matrimonio va cuesta abajo, nosotros no tenemos que tratar de competir.

Penélope: ¿Qué te da el derecho de decir que nuestro matrimonio va cuesta abajo? ¿Qué te da el derecho?

Alan: Sí, Walter. Sí, hice algunas correcciones. Te lo enviarán. Manipulación de los precios. Escucha, Walter, te llamo en un minuto. (Corta) No dije eso. Lo hizo Steven.

Penélope: “Michael”.

Alan: Lo siento.

Penélope: No dejaré que nos juzgues.

Alan: No juzgues tampoco a nuestro hijo.

Penélope: Es diferente. Tu hijo atacó al nuestro.

Alan: Son jóvenes. Son chicos. Los niños se pelean en el patio. Siempre fue así y siempre lo será. Es una ley de la naturaleza.

Penélope: No, no lo es.

Alan: Claro que sí. Hace falta poca educación para sustituir la ley por la violencia. El origen de la ley, como bien sabes, es la fuerza bruta.

Penélope: Tal vez si eres un cavernícola. Pero no en este mundo no.

Alan: Cuéntame sobre este mundo.

Penélope: Eres aburrido. Esta conversación es aburrida.

Alan: Penélope, yo creo en un Dios salvaje, un dios de la matanza, cada uno defiende lo suyo hasta morir,  un dios cuya ley no se ha desafiado desde tiempos inmemoriales. Estás interesada en África, ¿Cierto? (A Nancy) ¿Qué pasa?

Nancy: No te preocupes por mí.

Alan: Nancy.

Nancy: Estoy bien.

Alan: Bueno. (A Penélope) Acabo de regresar del Congo, hay niños allá de 8 años entrenados para matar. Y durante su infancia tal vez maten miles de personas. Matan con un machete, con un arma, con un thumper. Así que obviamente cuando mi hijo le rompe los dientes a otro, incluso 2 dientes junto al cajón de arena no me conmociono ni me indigno tanto como a ustedes.

Penélope: Debería.

Nancy: Thumper.

Alan: Así le dicen a un lanzagranadas.

Michael: Así lo llamo yo (a Nancy) ¿Estás bien?

Nancy: Estoy bien.

Alan: ¿Qué le pasa?

Nancy: Es la vesícula, No es nada!

Penélope: No me hables de África, sé todo sobre el sufrimiento en África.

Alan: No lo dudo.

Penélope: Es en lo único que he estado pensando durante meses!

Michael: Que no empiece con eso, por favor!

Alan: Creo que me empiezas a agradar.

Penélope: Cállate!

Michael: Hablando del compromiso con la paz mundial.

Penélope: Cállate la boca, Michael!

Michael: ¿Estás segura de eso?

Nancy: Sí, estoy segura, me hará bien.

Penélope: Vivimos en Nueva York. No vivimos en Kenia, vivimos en Nueva York. Y con las costumbres de la sociedad occidental así que...
¿qué pasó con el parque infantil del puente de Brooklyn? Eso tiene que ver con los valores occidentales. Los cuales, les guste o no, apoyo.

Michael: Golpear a tu esposo debe ser una de esas costumbres ¿no?

Penélope: Te lo advierto, Michael!

Alan: Estaba encima tuyo como un sarpullido serio. Si fuera tú me hubiera conmovido.

Nancy: Se está burlando de vos ¿podes creerlo?

Penélope: No podría importarle menos.

Alan: No, en serio, moralmente, debes superar tus impulsos pero hay ocasiones en las que no quieres. O sea, ¿quién quiere decir el Ave María cuando estás teniendo sexo? ¿Compras el whisky por aquí?

Michael: Este no, de ningún modo.

Nancy: Una bomba

Penélope: Una bomba ¿En serio?

Alan: Sí.

Nancy: ¿Por qué no dices lanza granadas?

Alan: Porque es un término. Igual que dicen kalashnikov y no AK-47.

Nancy: ¿Quiénes dicen?

Alan: Ya basta, Nancy. Ya basta.

Nancy: Para conocedores de armas de fuego como mi esposo tienen que entender que es difícil emocionarse por lo que sucede en el vecindario.

Alan: Exactamente.

Penélope: No veo por qué no. Todos somos ciudadanos del mundo. No veo por qué no podemos tener un sentido de la comunidad.

Michael: Penelope! Ya es suficiente de esa basura!

Penelope: Voy a matarlo!

Alan:  (atiende el celular) ¿Sí?

Penelope: Ella tiene razón. Después de un rato se vuelve insoportable.

Alan: La razón para intentar... Así. ¿Aprobó el resto? Bien. ¿De qué estábamos hablando? ¿Lanzadores de granadas?

Penelope: Estábamos diciendo que a pesar de lo que piense mi esposo
suceda aquí o en el otro lado del mundo, todos debemos ser responsables colectivamente.

Alan: responsables colectivamente. Nancy, es absurdo beber en tu estado.

Nancy: ¿En qué estado? Estoy perfectamente.

Alan: No, eso es... ¿Sí? No, ninguna entrevista antes de sacar ese comunicado.

Penelope: Señor Cowan, ¿puede por favor ponerle fin a esas conversaciones exasperantes?

Alan: Sólo recuérdale que a los accionistas les importa un carajo! Los accionistas quieren... Nancy, ¿Estás loca?!

Escena 12

Nancy:(Arroja el teléfono de alan al agua del florero.) Ya está.

Alan: Mierda!

Michael: Ay Dios mío.

Penelope: Bien hecho!

Michael: El secador, el secador.!

Alan: ¿Qué hiciste? ¿Qué le está haciendo? Dámelo! Era nuevo. Pasé horas cargándole todo...

Michael: No puedo creer que hayas hecho eso.Fue algo muy irresponsable.

Alan: Todo...! toda mi vida estaba ahí adentro!

Nancy: Toda su vida.

Michael: Toma. Vamos a sacarle la tarjeta sim y la batería

Alan: ¿Cómo lo haces? No puedo abrirlo. No sé.

Michael: Está atorado.

Alan: Ellas creen que es gracioso! Ellas creen que es gracioso!

Michael: Penélope, no es gracioso!

Penelope: Mi esposo se ha pasado toda la tarde secando cosas.

Alan: Olvídalo. Se acabó. Mi vida se acabó.

Michael: ¿Quieres usar el teléfono? Debo decir que...

Penelope:¿Qué?

Nancy: ¿Qué vas a decir, Michael?

Michael: No, ni siquiera sé qué decir.

Nancy: Diría que se siente mejor así. Diría que se siente mejor así. ¿Tú no? Los hombres se apegan tanto a sus juguetes que pierden su credibilidad. Una vez salí con un hombre y lo vi que siempre llevaba una bolsa rectangular. Un hombre con una bolsa. Terminó. Él con aquello en el hombro era lo peor. Pero el celular.....deberías ver la punta de sus
 dedos. Eso también es lo peor. Los hombres deberían tener las dos manos libres. También tengo una idea de hombría a lo John Wayne.¿Cómo era? Una 45. Algo que se pueda vaciar. Nunca me ha interesado comprar nada pero no mataría. Michael!! Supongo que ahora estás feliz. Las cosas se están desmoronando según parece. ¿Pero sabes qué? Casi se siente bien. Bueno... en mi opinión.

Michael: En mi opinión, algunos manejan el alcohol mejor que otros.

Nancy: Soy tan normal como puedo ser.

Michael: Sí, claro.

Nancy: Sí, empiezo a ver cosas con una serenidad placentera.

Penelope: Eso es bueno. Una serenidad placentera.

Michael: No sé por qué estás gastando saliva ventilando eso.

Penelope: Cállate!

Michael: Toma, Allan. Relájate.

Penelope: Nada de cigarillos en la casa.

Michael: Aquí tienes Montecristo. Partagas No. 4 y los Punch.

Alan: ¿De dónde sacaste esto?

Michael: No querrás saber.

Alan: No, en serio.

Michael: Un contacto español. Un amigo está saliendo con una aeromoza. Ella me trae 2 cajas por semana.

Penelope: No se puede fumar en una casa con un niño asmático. ¿Y por qué le estás contando la historia de tu vida?

Nancy: ¿Quién tiene asma?

Penelope: Nuestro hijo.

Michael: Teníamos un maldito hamster ¿no?

Nancy: Oh, es cierto, las mascotas no son buenas si eres asmático.

Michael: Sí. No son para nada buenas.

Nancy: Ni siquiera los goldfish son recomendables.

Penelope: Estoy harta de escuchar esta basura! Supongo que soy la única que no ve las cosas con una serenidad placentera. La verdad es que nunca he sido tan infeliz. Este es el día más infeliz de mi vida.

Michael: Eres una borracha infeliz.

Penelope: Michael!, Cada palabra que sale de tu boca me ofende. No me emborracho. Tomé un par de sorbos de tu whisky añejo 18 años como si fuera la 18 maravilla del mundo. No me emborracho. Ojalá pudiera. Créeme, ojalá pudiera. Ojalá pudiera ahogar mis penas en el whisky.

Nancy: Mi esposo también es infeliz. Mírenlo, como si lo hubieran
 abandonado a un lado de la calle. Creo que este también es el
 día más infeliz de su vida.

Alan: Lo es.

Nancy: Lo siento, Doodle.

Escena 13

Michael: ¿Hola? ¿Hola?! Mamá, te dije que teníamos visita ¿recuerdas? Porque esa pastilla puede matarte. Es veneno! No, mamá. Mamá, hay alguien aquí que puede explicarlo.
Toma, díselo.

Alan: ¿Decirle qué?

Michael: Dile lo que sabes sobre esa mierda venenosa tuya.

Nancy: ¿Qué puede decirle él? Él no sabe nada.

Alan: Hola, señora. ¿Cómo está? Sí. ¿Le duele? La operación soluciona eso. Oh, la otra pierna también ¿no? No, no soy ortopédico. No
deja de llamarme doctor.

Nancy: ¿Doctor? Qué risa! Cuelga.

Alan: Sí. ¿Tiene algún problema de equilibrio? Sí. No, por supuesto que no. Para nada. No puede matarla. No escuche lo que dice la gente. Sí, quizás sea una buena idea no tomarlo por un tiempo. Sólo hasta que pase lo de la operación. Sí, suena como si estuviera en excelente forma...

Michael: Muy bien. ¿Oíste eso, mamá? Deja de tomar esa medicina!
Haz lo que te decimos. ¿OK? Te quiero.
No lo soporto más. La mierda que tengo que soportar!

Penelope: Muy bien, ¿podemos concluir esto?

Nancy: ¿Debo regresar y dejar a Zachary decidir?
Esto se está volviendo en ¿A quién le importa? Por eso estamos aquí después de todo.

Penelope: Voy a vomitar. ¿Dónde está el cubo?

Michael: Ya es suficiente. Ya es suficiente. Ya es suficiente!

Nancy: Diría que ambas partes son culpables. Así que... ahí está.
La culpa es de ambos.

Penelope: ¿Hablas en serio?!

Nancy: ¿Disculpa?

Penelope: ¿Es lo que piensas realmente?

Nancy: Es lo que pienso, sí.

Penelope: ¿Mi hijo Ethan tuvo que tomar analgésicos

a las 3 de la mañana y comparte la culpa?

Nancy: No es necesariamente inocente.

Penelope: Salgan de mi casa! Salgan de mi casa... coño!

Nancy: Mi cartera! Mi cartera!

Michael: ¿Qué está pasando aquí? Estás completamente loca.

Nancy: Allan, haz algo!

Penelope: Allan, haz algo!

Nancy: Cállate la boca! Rompió mi espejo del maquillaje, mi perfume...
Defiéndeme! ¿Por qué no me defiendes?

Alan: Vámonos, Nancy.

Penelope: Ni que la estuviera estrangulando.

Nancy: ¿Qué te hice?!

Penelope: La culpa no es compartida! La víctima y el criminal no son lo mismo!

Nancy: ¿El criminal?!

Michael: Dales un respiro, Penélope! Ya basta con esa actitud políticamente correcta. !

Penelope: Es lo que creo.

Michael: Es En lo que tú crees. Tú!

Penelope: Estoy horrorizada. ¿Cómo puedes ser tan abiertamente despreciable?

Michael: Porque me dan ganas. Me dan ganas de ser extremadamente despreciable.

Penelope: Un día entenderás los horrores que están sucediendo en esa parte del mundo y estarás avergonzado. Estarás avergonzado de tu actitud!

Michael: Sí, cariño, y vos sos tan maravillosa! Eres la mejor y más brillante!

Penelope: Sí, lo soy!

Nancy: Salgamos de aquí, Allan. Esta gente son monstruos.

Alan: Basta, Nancy.

Nancy: No, no. Quiero beber más. Quiero emborracharme hasta caerme de culo. Esa perra tiró mi cartera contra el techo y nadie movió un dedo. Quiero estar borracha hasta caerme.

Alan: Ya estás bastante borracha.

Nancy: ¿Cómo pudiste dejarla decirle a nuestro hijo criminal? Vinimos hasta aquí para solucionar las cosas con ellos y ellos nos insultan, nos dan sermones sobre ser buenos ciudadanos! Me alegra que nuestro hijo le haya pateado el culo a su hijo y me limpio el culo con sus derechos humanos!

Michael: Vaya! Tomas un par de tragos y BAM! Su verdadera personalidad sale. ¿Qué pasó con esa agraciada mujer con ojos delicados?

Penelope: Te lo dije, te lo dije!

Alan: ¿Qué le dijiste?

Penelope: Que es una farsante! Tu mujer es completamente falsa. Lo siento!

Alan: ¿Cuándo dijiste eso?

Penelope: Cuando estabas secando tus pantalones!

Alan: ¿La habías visto 15 minutos y ya sabías que era falsa?

Penelope: Bueno, me doy cuenta de esas cosas muy rápido.

Michael: Así es.

Penelope: Sí, tengo nariz para eso.

Alan: ¿Falsa? ¿Qué significa eso?

Nancy: No quiero escuchar esto. ¿Por qué me haces pasar por esto, Allan?

Alan: Relájate, Nancy.

Penelope: Es un engaño. No le importa más que a ti.

Alan: Es cierto. Eso es cierto.

Penelope: Él dijo que es cierto.

Michael: A ellos les importa un carajo! Así que estaba en lo cierto desde el comienzo. A ellos les importa un carajo A ella tampoco le importa un carajo. Es cierto.

Alan: Como si a ti te importara.

Nancy: ¿Qué...?

Alan: Déjame hablar, cariño. Explícame, Michael, exactamente cómo te importa. ¿Qué significa eso de todos modos? Eres más creíble cuando estás siendo abiertamente despreciable. La verdad es que a nadie aquí le importa. Excepto quizás Penélope. Debemos reconocer su integridad.

Penelope: ¿Necesito reconocimiento? No necesito que reconozcas nada!

Nancy: Pero a mí sí me importa. Realmente me importa.

Alan: Sí, Doodle, si nos importa en nuestra forma histérica.No como figuras heroicas en un movimiento social. Vi a tu amiga Jane Fonda el otro día en televisión. Me hizo querer ser atropellado por el KuKuxKlan.

Penelope: ¿Mi amiga Jane Fonda?!¿Qué significa eso?!¿Qué diablos significa eso?!

Alan: Son de la misma raza. La misma clase de mujer comprometida que resuelve problemas.
Esas no son las mujeres que nos gustan. Las mujeres que nos gustan son locas sensuales llenas de hormonas. Las cuidadoras del mundo, las que quieren demostrar que tan perspicaces son,pierden su encanto. Nos apagan enormemente. Hasta el pobre Michael, tu pobre esposo está apagado.
Michael: No hables por mí.

Penelope: Nos importa un carajo la mujeres que les gustan! Ni tu opinión. Eres el tipo del hombre cuya opinión nos importa un carajo!

Alan: Está gritando.

Penelope: ¿Ella no grita? ¿No acabó de gritar que se alegraba
que su cabrón golpeara a nuestro hijo?

Nancy: Él tenía razón. Al menos nuestro hijo no es un maricón de mierda.

Penelope: El suyo es un maldito soplón!

Nancy: Vámonos, Allan! ¿Por qué estamos aún en esta casa?

Penelope: Exactamente!

Nancy: Toma. Esto es lo que pienso de sus estúpidos tulipanes!
Odio las flores. También es el peor día de mi vida.

PASTORELA El pleito de las calaveras

El pleito de las calaveras

Original de J.J. Fernández de Lizardi
Arreglo teatral de Felipe Reyes Palacios

Para Emilio Carballido
Y el Gato Calavera


Personajes

El Director: representante del grupo
Calavera 1ª.: una madre consentidora
Calavera 2ª.: un escribano tracalero
Calavera 3ª.: una casadita infiel
Calavera 4ª.: un cornudo consentido
Calavera 5ª.: un curro relamido
Calavera 6ª.: un soldado tunante
Coro de Colegialas
Coro de Colegiales


Introducción

(Aparece El Director del grupo y se dirige al público a telón corrido, o con una luz sólo para él, de manera que no se vea el fondo de la escena. Viste ropa de calle, pero lleva, colgado al cuello, una máscara figurando una calavera, y en la mano un palo que se usará como lanza o maza.)

El Director: ¡Buenas noches, damas y caballeros, muchachitas y jovencitos,
invitadas e invitados, y uno que otro colado a quien le alabo el buen gusto que tiene, pues se ha venido a meter adonde está lo bueno! Antes de comenzar la función, quería ofrecerles nuestras más sinceras disculpas porque estamos comenzando cinco minutos más tarde de lo anunciado... (Consulta su reloj.) Bueno, ya son diez minutos; con razón ya estaban impacientes. Es que venimos de dar otra función, desde Celaya. (Aquí se dirá el nombre de alguna población, barrio o institución vecina, como: Coyoacán, Tijuana o la Secundaria Diez.) Y por más que nos apuramos, nos tardamos en recoger nuestros tiliches. (Voltea de repente hacia un lugar localizado del público. Meneando la cabeza.) ¡Híjole! ¡Hasta acá escuché la pregunta que hizo ese cuate!: “¿Quién es ese mono?” Mira, mano, yo no soy ningún mono. Yo soy el director (o representante) de este grupo de teatro, o compañía de cómicos de la legua, que es lo mismo. Aunque suena muy rimbombante eso de “director”, la verdad es que también la tengo que hacer de tramoyista, de Al Capone los discos..., de pintor de escenografías, porque... (Hacia bambalinas.) ¡ah los actores, con eso de que siempre se están concentrando en su papel, no les gusta ensuciarse las manos!... Y el día de hoy me va a tocar hasta actuar un papelito, porque uno d los actores hizo berrinche ayer que lo regañé, y hoy no vino. Afortunadamente es un papel muy corto, en el que nada más tengo que decir unos versitos. Es un papel de algo así como un... un portero que había antes en las universidades, cuando alguien se graduaba de licenciado o de doctor, allá en la época del Periquillo... Este portero anunciaba las ceremonias así, miren. (Se coloca la máscara y da tres golpes en el piso con su lanza.) ¡Atención, bachilleres!... (Se quita la máscara.) Bueno, a propósito de la calavera, les iba a decir que estamos aquí porque nos invitaron a recordar, junto con ustedes, el día de Muertos. Nos explicaron que se trataba de una conmemoración a la mexicana, 8Dando caderazos a uno y otro lado mientras canta.) sin “trico, trico, jalogüin, jalogüin”, ni disfraces de brujas, ni esas ondas que no sabemos qué rayos significan, aunque de seguro algo querrán decir. Esperamos, entonces, que la conmemoración vaya acompañada de su respectiva fiestecita, y que al final de la función se nos convide un fino chocolatito con rico pan de muerto, o ya de perdida, que nos regalen una calaverita de azúcar, como recuerdo. Nosotros pedimos que la función fuera hoy, porque algunos compañeros de grupo, y posiblemente algunos de ustedes, acostumbran ir al panteón a dejar flores. O sea que hemos preferido hacer las cosas al revés de cómo dice el refrán.

Para esta ocasión, nos parece que es mejor primero la diversión y luego la devoción. De esa manera podemos dedicar el día de los Fieles Difuntos a recordar serenamente a nuestros muertos..., a darles, y a recibir de ellos, la bendición que es la memoria..., (Como recordando una lectura.) el amor y la memoria, el puente que une a los vivos y a los muertos... (Contiene la nostalgia. Transición.) Entonces, así es mejor, para que los chistes de esta obra no interrumpan nuestro pensamiento...

La obra que vamos a representar, aunque medio intencionada, es en el fondo inocente, como el día de Todos Santos, considerado el día de los muertos chiquitos..., tan inocente como el chocolatito con pan de muerto que nos van a convidar, o como la costumbre que tienen en los pueblos de repartirles a los niños la fruta que un día antes estuvo en la mesa de la ofrenda..., los niños siempre son los ganones... Y los niñitos que están aquí, algunos con bigotes, ya están impacientes por ver las calaveras de José Joaquín Fernández de Lizardi, el Pensador Mexicano. ¿Las llamamos? ¡Sale, pues! Yo conozco por lo menos dos maneras, muy seguras, para que se presenten. Fíjense en la primera. Como estas calaveras son actores, se conforman con muy poca cosa, con un aplauso. Disfrutan un aplauso como si fuera ¡néctar de los dioses, maná caído del cielo en medio del desierto! Vamos entonces a aplaudirles, pero fuerte. ¡A la una, a las dos y a las tres! (Se voltea hacia la escena, aplaudiendo. Espera un momento. En vista de que no pasa nada: ) ¡No salen!... (Volteando hacia el público.) ¡A mí se me hace que el aplauso...

(Advierte de repente la presencia de dos grupos que entraton un poco antes del aplauso, curioseando furtivamente. El de la izquierda, al lado del actor, es un grupo de tres Colegiales, y el de la derecha uno igual de Colegialas. Son unos adolescentes vivarachos y burlones; todos llevan en la mano máscaras de varilla representando calaveras; a ratos se acercan la máscara al rostro, y otras veces la dejan muy aparte. Visten uniformes escolares, pero de hace muchos años; por ejemplo, los colegiales con boina y corbata, las colegialas con trenzas y moño.)

¿Y ustedes?... ¿Quiénes son ustedes?... ¡Ah!..., son un grupo de colegialas calaveras... (Las Colegialas se ríen porque una de ellas ha dicho, a medio volumen: “Somos dos, cuenten bien”. El Director voltea hacia ellas.) ¿Qué dijeron?
La Colegiala: (Con fingida inocencia.) Decía que somos dos grupos.
Los muchachos están allá y nosotras aquí. Cada quien vino por su lado. (Más risas.)
El Director: ¿Y saben sus papás, o sus maestros, que están ustedes aquí?
Un Colegial: ¡Claro que sí! Ni modo que nos quedemos encerrados, estudiando,
mientras todos están aquí viendo la función de teatro.
El Director: En efecto, no sería justo. Bueno, ya que están aquí...
(Como buscando asientos entre el público.) Mmh..., son seis... Bueno, miren, acérquense esas sillas que están allá afuera, y siéntense aquí, a los lados. (Ellos toman las sillas de entre bambalinas y quedan sentados a la vista del público.) Espero que no vuelvan a interrumpir la función, ¡por favor! Hace un rato estaba llamando a las hermanas calaveras, cuando ustedes llegaron y echaron a perder el recurso de los aplausos.

Pero afortunadamente me sé otro, bien efectivo. Es una cancioncita que le oí a un indígena tarasco de la isla de Janitzio, en Michoacán. (Hacia bambalinas.) A ver muchachos, préstenme la guitarra. (Se la dan. En realidad, la canción se acompaña de violín.) Es una canción que nos parece monótona a nosotros, pero estos indígenas llaman así a las almas de los muertitos. Y es muy apropiada para que se aparezcan estas calaveras llenas de vicios. Van a ver. (Toca y canta hacia el fondo de la escena.)

Salguen, salguen, salguen,
ánimas en pena;
Salguen, salguen, salgue,
ánimas en pena...

(Después de rasguear la guitarra y al comenzar de nuevo la estrofa, se abre el telón o se va iluminando el área de las calaveras, al tiempo que éstas van cobrando vida. Aparece entonces otra música truculenta, que termina por dominar a la anterior, ejecutada por una banda de pueblo; esta banda tocará el resto de la música, así para el baile final, como para subrayar irónicamente, a ratos, la conducta de los personajes.
El área de las calaveras consiste en dos secciones ubicadas al fondo, a derecha e izquierda, y sobre plataformas practicables. En el bastidor de cada seccón se han recortado tres vanos como de arcada, bien divididos entre sí. Altérnese la ubicación de las calaveras en esos vanos; es decir, la Calavera 1ª. a la derecha, la 2ª. A la izquierda, etc. La decoración de los bastidores, así como la composición del movimiento de actores, han de presentar a los personajes como figuras del juego de la lotería, que en un momento dado cobran vida, y por otra parte como vecinos que se pasean muy satisfechos en “los arcos” de la plaza de su puelo. Incluso podría escribirse, arriba de cada arco, la denominación de la calavera que ahí se encuentre: la madre consentidora, etcétera.
La conducta de las calaveras de Lizardi pide, en cuanto a su vestuario, una recreación de la espléndida obra calaveresca de José Guadalupe Posada. Máscaras, guantes y mallas negras, con sus respectivos huesos y “güesitos” pintados en color fosforescente, más algunos cuantos detalles muy típicos en una vestimenta de colores mortecinos, podrían ser la solución. Déjese el colorido intenso para los decorados, y recuérdense los recursos del maestro Posada: aparte de sus calaveras desnudas, las hay que van vestidas por entero, y otras que dejan asomar los huesos de piernas o brazos. De conformidad con los materiales que nos ofrecen autor y grabador, el vestuario puede abarcar de la época de Lizardi a la de Posada, admitiendo incluso detalles anacrónicos no muy violentos. Para la caracterización del Curro, tipo muy de principios del siglo XIX, véase documentación como la señalada en nuestra nota número 6.
Hecho todo lo anterior bellamente, las calaveras comienzan a pasear por el portal. Y luego bajan al área central, que es el sitio donde dirimirán su eximia calavería. El director curiosea un rato y luego sale tranquilamente.)


El Pleito


Calavera 1ª.: Yo soy más calavera que mi padre...
Calavera 2ª.: Más lo soy yo, por vida de mi madre...
Calavera 3ª.: Eso no. ¿Qué decís? ¡Hay tal manía!
No hay mayor calavera que la mía.
Calavera 4ª.: Tú también has mentido,
que mayor calavera no ha nacido
de ningún vientre humano
que la que tengo yo...
Calavera 5ª.: La de mi hermano
(señalando a la Calavera 4ª. )
sin disputa tendría
en la calavería
in rectum el lugar más preferente,
si nunca hubiera yo sido viviente.
Calavera 6ª.: Pues mientes tú también, ¡voto a Caifás!
Calavera 5ª.: ¿Cómo es eso de “mientes”?
Calavera 6ª.: Mentirás
(Exagerando su tosquedad para oponerla a la apariencia afeminada del curro.)
mil veces si dijeres
que la arquicalavera del mundo eres,
habiendo tantas y tan exquisitas
con cuernos, con sorongos, peloncitas,
con gorros y sombreros;
que lo digan, si no, los peluqueros,
que saben bien que algunas muy peinadas
suelen hacer dos mil calaveradas.
Calavera 5ª.: Pues todo eso es friolera,
porque yo soy la protocalavera
de cuantas tiene el mundo y ha tenido.
Calavera 6ª.: Pues yo digo que mientes y has mentido.
Calavera 4ª.: Y yo también lo digo.
Calavera 3ª.: Y yo...
Calavera 5ª.: ¡Bribones!
(Blandiendo su bastón.)
Habré de resolver estas cuestiones
a palos con vosotros.
Calaveras 3ª., 4ª. Y 6ª.: Eso si nos dejáramos nosotros.
¡Muera esta calavera!... (Riñen.)

(Se agreden con lo que pueden: sombreros, la mantilla o el chal, etcétera.)

Calavera 5ª.: Tanta canalla de esqueleto muera.
Calavera 1ª.: (A la 2ª. ) Metamos paz entre éstos, ¿te parece?
Calavera 2ª.: Muy bien hecho será.
Calavera 1ª.: Pues cese, cese
esta riña insolente.
Vamos, señores, ¿qué dirá la gente
(Señalando al público.)
al ver tan empeñada
la ira de tanta calavera honrada?
Calavera 2ª.: Valgan nuestros respetos
para movernos, nobles esqueletos,
a que haciendo lugar a la prudencia
a cuestión se reduzca la pendencia,
que sólo un necio o un tirano fiero
disputa su razón con el acero.
Y así, ¡vamos, ya está...!
Calavera 5ª.: Todo ha cesado
por mi parte, después que lo han rogado
con razones tan justas y bisoñas
vuestras nobles ilustres carantoñas.
Calavera 2ª.: Yo lo agradezco.
Calavera 1ª.: Y yo.
Calavera 5ª.: Mas es preciso
que, supuesto que se hizo
condicional la paz a vuestro ruego,
la condición se cumpla luego luego.
Calaveras 3ª. Y 4ª.: ¿Cuál es la condición?
Calavera 2ª.: Que se discuta
en juiciosa disputa
por una y otra parte,
con talento y con arte,
con juiciosas razones,
sin bulla, gritos, pleitos ni pasiones,
so cargo de conciencia,
quién merece el lugar de preferencia
entre las calaveras aquí estantes,
que réplicas serán y sustentantes;
y después que concluya el argumento,
con escrúpulos y tiento
se tomarán los votos
y se dará el lugar sin alborotos
a la que le tocare por derecho.
Después que todo esté hecho
mandará lo que quiera
¡la nuestra soberana Calavera!,
a quien desde ahora la obediencia damos.
¡Qué decís? ¿Lo juramos?
Todas: ¡Lo juramos!
Calavera 2ª.: Ya no hay lugar a queja ni rencilla.
Calavera 1ª.: Pues cada cual tomemos nuestra silla
y con música empiece nuestro examen.
Calavera 3ª.: Perdona, hermana,
mira que es ve-ja-men,
pues la disputa sólo se provoca,
no en razón de virtud.
Calavera 1ª.: Bien dices. (Hacia bambalinas.) Toca.

(Fanfarria. Todas las calaveras se dirigen a sus lugares, donde se disponen de una silla.)

El Director: (Entra con su lanza y la máscara puesta. Da tres golpes al piso.)
¡Atención!... (Titubea.) ¡Atención que... (Se quita la máscara.)
Les suplico que me disculpen, pero se me olvidaron los versitos...
Perdón. Aquí los traigo. (Saca un papel del bolsillo y lee,
entonando correctamente.)
¡Atención, que disputan
las calaveras
quién por mala merece
la preferencia!

¡Atención presten
las hermanas mironas (Por el público.)
que nos atienden! (Sale.)

(La calavera 1ª. Es una señorona melindrosa, ataviada con joyas muy vistosas. Quizá lleva un sombrero como el de la Cucaracha, calavera muy famosa de Posada.)

Calavera 1ª.: (En pie.) Yo, que vine la primera,
para no perder el tiempo
con discursos que molestan,
con arengas que no entiendo,
noble auditorio, diré
Lo que me esté más a cuento
para lograr del certamen
el voto que me deseo.
El mundo me llama madre
de familias, porque tengo
dos hijas diz que doncellas
y un mancebito soltero.
De éste nada esperen, diga,
porque con él no me meto.
Jamás le voy a la mano,
Cosa alguna le reprendo;
(Minimizando la importancia de todo
lo que a continuación enumera.)
o bien no venga a comer,
o se desvele en el juego,
o le empeñe a sus hermanas
tal vez algún aderezo
para obsequiar la mocita
a quien sirve de cortejo;
o bien venga del café
o de los billares ebrio,
o que jamás oiga misa,
o que nunca vaya al templo,
o que disipe lo poco
que ha heredado de su abuelo,
sin dedicarse jamás
a oficio, estudio, ni empleo,
sin hacer caso de mí,
ni yo de él ningún aprecio,
porque al fin es joven rico
(Alzando los hombros.)
y es fuerza dé tiempo al tiempo.
(Ahora con entusiasmo.)
De mis hijitas diré
que son como yo las quiero,
y que saben con primor
el arte que las enseño.
Son curras de las del día
y visten con tal graejo,
que nadie puede dudar
que son hermosos sus pechos.
Las malas lenguas me dicen
que son necias en extremo
y (que) no saben hablas más...
que de modas y cortejos.
Diz que vírgenes no son,
¡ni mártires!... No lo creo,
pues arto las martirizan
los sastres y peluqueros.
Cuando bailan, lucir saben
de la pierna lo bien hecho.
Son más hábiles que yo
pues embaucan, a un tiempo,
con la finura mayor,
a diez o doce mozuelos.
Yo en la vida las evito
las tertulias, ni paseos,
ni los bailes, ni visitas,
ni el lujo ni el galanteo.
Por todo lo cual parece (Con énfasis.)
que el premio yo lo merezco,
pues no solamente soy
calavera, sino quiero
que mi familia lo sea,
pues con mi consentimiento
haré que mi descendencia
sea raza de calvatruenos.
Colegial 1º.: (En alabanza irónica.)
Bien merece sin duda
la preferencia
entre cabezas malas,
madre tan buena.
Colegial 2º.: ¡Désele el premio
y el grado de maestra
de calaveras!
Colegiala 1ª.: ¡No se le dé, no, el premio!,
hasta que todos (Señalando a las calaveras.)
sus méritos no aleguen
y oigan los votos, (Ahora señala al público:
votantes.)
porque es preciso
el que alegue cada uno
todos sus vicios.

(La calavera 2ª. Va bien vestifa y habla con cínica solemnidad. En la mano izquierda lleva una balanza pequeña, y en la derecha una plima real, al estilo antiguo. Al público.)

Calavera 2ª.: Con ese seguro, yo
voy a decir mis servicios,
por si merecenn, señores,
lugar en vuestros oídos.
Soy un escribano, pues,
que el vulgo llama maldito,
porque jamás he usado
con conciencia de mi oficio.
Siempre procuro adular
ya a este juez, ya aquel ministro,
y según su inclinación
son los sentimientos míos;
de manera que aunque el reo
esté de culpa más limpio
que lo está de caridad
el mismo juez vengativo,
como yo a éste le conozca
su depravado designio,
enredaré el infelice
¡tan cierto como hay pepinos!
Y si fuere un poco tonto...
haré diga lo que no hizo.
Diré que en mi mano está...
(Con pluma hace que la balanza
se cargue hacia uno y otro lado.)
su libertad o castigo.
Por fin, lo seduciré
hasta probarle delito,
aunque vaya a dar a Ceuta
o lo conduzca al suplicio;
el caso es que se haga el gusto
del juez que sea mi padrino.
Para esto no lo valdrán
diligencias al más vivo,
pues en mundano las fojas
que digan lo qu él no dijo,
como no las rubricó,
diré que lo escrito, escrito.
Esto es cuando tenga parte
el juez en su maleficio;
que si no, yo haré muy bien
pasar por santo el delito.
si hay monedas... o si tiene,
como ya me ha sucedido,
mujer o hermana bionita,
con que pague el poblecito
las cosas de su prisión,
no le parará perjuicio.

(Se lleva a la espalda la mano de la balanza, ocultándola; guarda la pluma en el bolsillo superior del saco, y hace aspacientos con la mano mientras habla, como si litigara. Se dirige ahora a las demás calaveras.)

Calavera 2ª.: En esto de testamentos,
escrituras, codicilos,
hijuelas, obligaciones
o instrumentos más prolijos,
son célebres mis marañas
y mis artes peregrinos;
pues mi alma en bnada la aprecio
ni en nada la ley estimo,
de suerte que, como importe
a mi bolsa o mi apetito,
al que quiero dañar, daño,
y al que quiero servir, sirvo.
(De nuevo al público.)
Baste ya, por si merezco
el grado yo con lo dicho.
(Caravana.)
Colegial 3º.: ¡Désele el premio, digo!
Colegiala 2ª.: Yo digo que no,
pues no se ha oído a todos
como se ofreció.
Ambos coros: (De pie.) Sigan diciendo
y en el turno que deban
vamos oyendo.

(La Calavera 3ª. Avanza hacia el centro, contoneándose; aunque calavera, son apreciables sus encantos femeninos. Huesos, sólo la cabeza y manos. Quizá lleva un abanico, con el que coquetea.)

Calavera 3ª.: Pues, por cumplir, yo diré
que soy una casadita
con un hombre que me da
casa, vestifo, comida,
gusto, placer, diversión
y, finalmente, una vida
que en la casa de mis padres
acaso no la tendría;
y con todo eso, yo sé
pegársela cada día
con éste, aquél, con el otro;
(Risas de cinismo y coquetería.)
de manera que en la villa
no tienen más que pedir
porque yo no soy mezquina.
(Más risas, Pausa. A las demás calaveras.)
Ustedes mismos dirán
si habrá en la calavería
quién me dispute el lugar
para la soberanía.

(Regresa a su lugar. Escribano, Curro y Soldado tratan de llamar la atención con movimientos leves.)

Coro de Colegialas: (Al público, con sincera admiración.)
¡A ésta désele el premio!...
pues se lo merece.
Colegiala 1ª.: (Avanza hasta el centro de la escena, para apaciguar
debidamente los ánimos masculinos.)
oigamos a los otros,
por si prefieren.
Colegiala 3ª.: (Muy indignada.) ¡Qué en esta vida anda el vicio en disputa
de primacía!

(Un tanto inadvertidamente, la Calavera 4ª. Ha llegado al centro. Lleva en la mano un puro, que ha encendido antes.)

Calavera 4ª.: Hablando como se debe,
yo soy un pobre marido,
bueno por pobre, y por pobre:
jovial, prudente, sufrido;
de modo que, sin saber,
tengo mil amigos ricos
que obsequian a mi mujer,
que es como el diamante, lindo;
y aunque es verdad que no sé
trabajar ningún oficio,
nio tengo renta ni herencia,
comercio, empleo, ni destino,
está mi mujer decente,
(Se refiere al vestido.)
y yo como, bebo y visto.
(Fuma, largamente.)
y aunque tiene mi mujer
seis o siete muchachitos,
(Tirando calmadamente la ceniza en el suelo.)
yo no me atrevo a jurar
si alguno de ellos es mi hijo...
Coro de Colegialas: (De pie.)
¡A éste désele el premio, sin que lo pida!

(De inmediato, los tres hacen con la mano la figura de los cuernos y se la colocan en su propia cabeza, al tiempo que mugen. Luego, dos de ellos miman una corrida de toros, con música de pasodoble, mientras el tercero permanece mugiendo rabiosamente. La Calavera 4ª. Los mira con indiferencia, fumando. Entra el Director alarmado por el escándalo, con su lanza y sin máscara, y da tres fuertes golpes en el piso.)

El Director: ¡Oigamos la restante calavería!
Colegiala 1ª.: Pues pueden darse...
Colegiala 2ª.: Calaveras mayores...
Colegiala 3ª.: En otras clases...

(Mientras la Calavera 4ª. Regresa a su sitio y sale el Director, va bajando el Curro lentamente, haciendo molinetes con su bastón. Subráyese la pretendida elegancia, no se le haga afeminado; la voz es masculina.)

Calavera 5ª.: Yo soy, señores, un tuno
de estos que curros se llaman,
que me mantengo del juego,
del monopolio o la trampa,
y soy un bruto enjalmable,
aunque con brillante enjalma.
(Celebra a carcajadas lo que ha dicho. Encara al coro de colegialas.)
Ni yo entiendo filosofas,
ni policas, ni gramacas,
pero critico al Estado
(Volteando, zalamero, hacia las colegialas.)
cuando me hallo con las damas,
(Les dedica una inclinación de cabeza.)
y digo que de insurgentes
se acabaría la raza
con que el gobierno dijera
solamente mata, mata,
pues como ni he visto mundo,
ni sé yo lo que es campaña,
ni he leído historias sino
los Doce pares de Francia,
me parece que en matando
(Aspavientos enfáticos.)
a ros y a bellós, se acaba
este mal que nos apura
y se nos viene a las ancas.

(Se queda muy orondo.)

Coro de Colegiales: ¡A éste désele el premio
por majadero,
pues mayor calavera
no la tenemos!
Coro de Colegialas: ¡No, no se le dé,
pues premiar a los brutos
jamás es bien!

(El Soldado suelta una carcajada desde su sitio, y baja al centro. Burlándose del Curro repite: “pues premiar a los brutos, jamás es bien”; nueva carcajada. Al cruzarse con él, el Soldado lo azuza, silbándole galantemente, dándose besos tronados en la palma de su mano, hasta que el Curro le amenaza con su bastón; en ese momento el Soldado, apartándose rápidamente, se lleva la mano al lugar del sable, pero no trae. El Soldado, lleva una casaca puesta al revés, con el forro de fuera. Habla en tono quejumbroso; al público.)

Calavera 6ª.: Yo soy un soldado, en fin,
que me cogieron de leva,
y si he servido, he servido,
sábelo Dios, a la fuerza.
Dos veces me he desertado.

(Solicita la complicidad del público con un “shh”, atisbando con precaución hacia ambos lados del foro.)

Calavera 6ª.: Y con ésta va tercera,
y ya de esta deserción
¡voto a Cristo, que me pesa!,
(Insiste, con mímica, en la
ausencia del sable.)
porque el paisaje, amigos,
la licencia no franquea
de robar y de matar
¡como yo tal vez quisiera!;
(Mientras se va quitando la casaca,
y el tono fanfarrón.)
y por sólo este interés
asentaré plaza a fuerza,
pues a mí la religión,
la patria, el rey ni la reina,
ni otro honor ni faramalla,
en la vida me sujeta
a salir a la campaña,
ni hacer cuarto en centinela,
sino el amor de la plata,
la libertad... ¡y las hembras!
(Después de darle la vuelta, se viste la casaca con decisión.)
Ustedes dirán si puedo
ser el mayor calavera.

(Da una media vuelta militar y regresa a su sitio marchando.)

Colegial 1º.: ¡A éste désele el premio,
no faltan otros!
El Director: (Entra con un manojo de papeles en la mano.)
Aguárdense, que falta tomar los votos. (Señalando al público.)
Colegiala 1ª.: ¡Tómense presto!
Colegiala 2ª.: Y acábese la fiesta...
Colegiala 3ª.: ¡Con un festejo!

(Ambos Coros reciben de manos del Director el manojo de papeles, supuestas papeletas de votación que en realidad traen impresos versitos satíricos, calaveras literarias que, si son redactadas por los bardos del lugar, se pueden referir a personajes y asuntos de interés local. Los colegiales y colegialas bajan del foro y reparten las “calaveras” entre el público por un tiempo no muy largo, cuidando de quedarse con algunas para fingir la votación; durante ese tiempo la banda toca una truculenta música de suspenso. De regreso al foro, los Colegiales y Colegialas se congregan alrededor del Director, ocultándolo, en conciliábulo. Al cabo de él, ambos Coros vuelven a sus sitios, cada Colegial hace que cuenta los votos con que se ha quedado, y el Director ordena una fanfarria. Luego grita como en el juego de la lotería: )

El Director: ¡La madre consentidora!
Colegial 1º.: (Agitando en la mano los papeles.)
¡Cinco votos!
El Director: ¡El escribano tracalero!
Colegiala 1ª.: ¡Cinco!
El Director: ¡La casadita infiel!
Colegial 2º .: ¡Cinco!
El Director: ¡El cornudo consentido!
Colegiala 2ª.: ¡Cinco!
El Director: ¡El curro relamido!
Colegial 3º.: ¡Cinco!
El Director: ¡El soldado tunante!
Colegiala 3ª.: ¡Cinco votos! ¡Cinco!
Calavera 1ª.: (Bajan hacia el centro.)
Cinco votos ha tenido
cada uno a buen componer
y no se puede saber
quién más calavera ha sido.
Y así dése por partido,
para que ahorremos quimeras,
el bailar unas boleras
por lo que me toca a mí,
pues el voto falta aquí
(Señalando al público a todo lo ancho.)
de infinitas calaveras.

(A señas pide la música. Número bailable. La Madre consentidora saca a bailar al Escribano, y el Curro a la Casadita, con la consecuente molestia del Soldado. La música se hace lenta y se va desvaneciendo; las calaveras vuelven a su área, en cuyos “arcos” o portal pasean lentamente mientras hablan Colegialas y Colegiales.)

Colegial 1º.: Hay en el mundo muchas calaveritas
y andan en el portal
en estos días.
Colegial 2º.: No lo dijera,
por vida de mi madre,
si no se vieran.
Colegial 3º.: Se advierten calaveras
que han desertado
de las mesas de dulce
y andan paseando.
El Director: (Amonestativo.) ¡Qué buena venta
las dulceras tendrían
si las cogieran!
Colegiala 1ª.: Hay calaveras hembras,
hay cráneos machos.
Colegiala 2ª.: Soldados calaveras,
otras paisanos.
Colegiala 3ª.: (Otra vez muy indignada.)
que en esta vida
todo juzgo se vuelve
¡calavería!
Colegial 1º.: Diré por despedida...
Colegial 2º.: Si lo permiten...
Colegial 3º.: Ya que son calaveras...
Colegial 1º.: ¡No lo publiquen!
Coro de Colegiales: Pues no es preciso
hacer, aunque sean malos,
gala del vicio.
Coro de Colegialas y Director:
Pues no es preciso
hacer, aunque sean malos,
gala del vicio. (Telón.)

pastorela La caja misteriosa Dante del Castillo

La caja misteriosa

Dante del Castillo


Personajes

Satanás
Pobre Diablo
Celfa
Fileno
Bartolo
Gila
Bato
Espíritu de la Luz

En el concurso de pastorelas inéditas y originales, organizado por el PRI, esta obra obtuvo el primer premio.
Estrenada el 27 de diciembre de 1975 en el Jardín de San Fernando en la ciudad de México.


(Una encrucijada de caminos en la primera nochebuena. Al abrirse el telón, Satanás está parado junto a una gran caja oscura, mientras un pobre diablo está muy cerca de una señal de caminos que indica el rumbo hacia Belén. Se escucha música, los dos comienzan a bailar.)

Satanás: (Canta.)
Yo soy el mero rey de las tinieblas
el que todo lo corrompe,
el que busca hacer el mal.
No me conmueve nada
y quemo con el fuego eterno
a quien me quiere y me venera.
Nunca perdono y seré despiadado
hasta el final.

(Al terminar la canción dejan de bailar y Pobre Diablo muy cansado se acuesta muy cerca de la señal de caminos. Mientras Satanás se dirige al público.)

Satanás:
Esta noche, según todas las profecías..., deberá nacer en Belén, Jesús, el redentor del mundo. El Mesías esperado que habrá de combatirme siempre... Yo, para nada creo en esas cosas, sin embargo, he tomado mis precauciones.
Herodes, uno de mis grandes fieles servidores, ya mandó sacrificar a todos los infantes de esta región, y otros de mis esclavos, pequeños demonios y algunas almas en pena, están creando confusión en los caminos, evitando que alguien se aproxime a Belén..., ahora, que si algún peregrino lograra llegar a esa ciudad, nadie la dará alojamiento, porque yo he dejado soltar rumores de que muchos asaltantes se dirigen hacia allá. (Comienzan a reír.) Y por si todo lo que ya les dije fuera poco, (Se acerca a la caja.) en esta caja tengo encerrado algo que es muy valioso. (Ríe a carcajadas. De pronto se calla al oír los ronquidos del Pobre Diablo.) ¡Flojo! ¡Perezoso! ¿Es así como cumples con tu trabajo?
Pobre Diablo: (Con esfuerzo abre los ojos.)
Estoy muy cansado. He cambiado muchas señales de caminos. Sólo me  falta ésta.
Satanás:
Pues cámbiala inmediatamente, ¡holgazán! Con esa flojera jamás te ascenderé. Nunca dejarás de ser un pobre diablo.
Pobre Diablo: (Bostezando.)
Déjame descansar otro ratito.
Satanás: Nada, nada, ya descansaste mucho cuando vivías.
Pobre Diablo: (Trata de cargar la señal.) ¡Ay! ¡Ay! ¡Cuánto pesa!
Satanás: Mis cuernos pesan más y los cargo.
Pobre Diablo: (Desfallecido.) ¡Ya no puedo!
Satanás: ¡Claro que puedes! ¿O quieres que ahorita mismo te mande a  azotar?
Pobre Diablo:
No, no señor. Trataré de obedecerte. (Con grandes trabajos logra cambiar la dirección de la señal. Después, casi arrastrándose, se dirige a la caja. Se recarga en ella.) Ay! ¡Ay! ¡Qué cansado estoy!
Satanás: (lo aparta con su tridente.) Retírate, no toques esa caja.
Pobre Diablo: Sólo buscaba un lugar donde sentarme.
Satanás: Fuera, fuera de aquí, rufián apestoso.

(Con el mismo tridente lo empuja hacia un lado. El Pobre Diablo se sienta muy triste en el suelo.)

Satanás: (Va hacia él.) Levántate. Jamás deberás tener descanso.
Pobre Diablo:
Mejor hubiera trabajado cuando vivía... así no estuviera pasando esto.
Satanás: (Furioso.)
No me vayas a salir ahora conque eres un alma en pena arrepentida, porque ahorita mismo te mando a que te den tormentos.
Pobre Diablo: No, no, señor. Dime, ¡qué debo hacer?
Satanás: Vas a cuidar mucho esta caja mientras regreso
Pobre Diablo: ¿A dónde vas?
Satanás: Debo supervisar que estén apagados todos los fuegos de hogueras y chimeneas en toda esta comarca.
Pobre Diablo: ¡qué maldoso eres, señor!
Satanás:
No debe quedar ni una sola luz prendida, para que nadie encuentre el camino a Belén.
Pobre Diablo: Dicen que una estrella está guiando a la gente hacia allá.
Satanás: (Señala hacia el cielo) Sí, mírala, era aquella.
Pobre Diablo: (Esforzándose por ver.) ¿Cuál? No la distingo.
Satanás: (Se ríe.)
Ni tú, ni nadie, porque regué neblina por todas partes y, además, porque a esa estrella le falta brillo, por eso es tan importante que me vigiles muy bien esta caja.
Pobre Diablo: ¿Qué contiene?
Satanás: Nada que te interese. Son cosas personales, íntimas.
Pobre Diablo: (No muy conforme.) ¡Ah!

(Entra un grupo de pastores cantando muy animadamente.)

Todos:
A Belén pastores,
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al Niño también.
A Belén pastores,
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al Niño también.
Celfa: (Se detiene.)
Esperen. Parece que por fin hemos llegado al cruce de caminos.
Bartolo: ¡Dónde estará la señal?
Celfa: Quien sabe, no se ve nada.
Fileno: ¡Rayos! ¡Centellas! ¡Diablos!
Pobre Diablo: Te llaman, señor.
Satanás: Shhh, cállate y empuja a Celfa hasta la señal.
Celfa: ¡Ay, Fileno! No empujes.
Fileno: ¿Yo? Estás loca, ni siquiera me he movido.
Celfa: (Tocando el letrero.) Pues alguien me aventó hasta la señal de caminos.
Bartolo: ¿Para dónde queda Belén?
Celfa: No sé, no distingo nada.
Bartolo: ¿Alguien trae cerillos?
Fileno: Yo. (Enciende uno. Satanás rápidamente se lo apaga.)
¡Ay, qué viento tan ardiente!
Bartolo: Es el viento del desierto.
Fileno: ¿En invierno y de noche?
Bartolo: Es verdad, debería ser frío y no caliente.
Celfa: ¡Qué extraño! ¿De dónde vendría ese viento?
Pobre Diablo: Del infierno, del infierno.
Satanás: Cállate, estúpido.
Celfa: Ay, ¿quién te habló tan feo?
Bartolo: Estoy temblando de la cabeza a los pies.
Fileno: A lo mejor sólo fue el viento.
Celfa: Eso habrá sido.
Bartolo: Enciende otro cerillo.

(Fileno enciende otro cerillo. Pobre Diablo lo apaga muy divertido. Enciende un tercero y Pobre Diablo lo vuelve a apagar.)

Satanás:
(Furioso. Se acerca a Pobre Diablo y de una oreja lo retira de los pastores. En voz baja.) ¡Metiche! ¡Tonto! ¿Quién te dijo que les apagaras los cerillos? ¡No ves que necesito que vean el letrero?
Pobre Diablo: Yo sólo quería quedar bien contigo.
Satanás: Silencio, silencio, nadie te pidió explicaciones.
Fileno: (Fileno enciende el cuarto cerillo y se acerca a la señal de caminos.)
Por fin veremos el letrero.
Bartolo: (Indica la dirección.) Por allá queda Belén.
Fileno: Pues en marcha, ¿qué esperamos?
Celfa: Faltan Gila y Bato.
Fileno: Ya nos alcanzarán.
Celfa: Pues a Belén, señores.
Bartolo: Vamos.
Fileno: Vamos.

(Los tres reanudan su marcha, cantando.)
A Belén pastores,
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al Niño también.
A Belén pastores,
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al Niño también.

(Salen. Pobre Diablo se acerca nuevamente a la caja.)

Satanás: ¡Quítate de ahí, ya te dije que no te acerques a esa caja!

(Aparecen dando traspiés Gila y Bato.)

Pobre Diablo: (Apartándose de la caja.) ¡Mira, ahí vienen otros pastores!
Bato: Desde aquí venían sus voces, pero no distingo nada.
Gila: ¡Ay, qué camino tan oscuro!
Bato: ¿Será éste el camino a Belén?
Gila: ¡Quién sabe! ¿Dónde estás?
Bato: Aquí, ven.
Gila: No miro nada.
Bato: (Jugando se tira en el suelo.)
Estoy aquí, muy cerca..., ven, ven. Guíate por mi voz.
Gila: (Camina hacia Bato, pero Satanás se interpone y ella choca con él. ¡Ay!
Bato: Gila, ¿qué te pasa?
Satanás: (A Pobre Diablo.) Tapa los oídos a Bato.

(Pobre Diablo obedece. Satanás agarra de una mano a Gila.)

Gila: ¡Ay, Bato. Me quemas!
Satanás: (Con voz muy seductora.) No soy Bato, soy Fileno.
Gila: Ay, pues suéltame, no me toques. (Grita.) ¡Bato! ¡Bato!
Satanás: No grites, que ocupado está.
Gila: ¿Haciendo qué?
Satanás: El amor con Celfa.
Gila: ¡Mentira!
Satanás: ¡Verdad!
Gila: (Grita.) ¡Bato! ¡Bato! ¡Bato!
Satanás: Ya ves como él no responde.
Gila: (Gritando más débil.)K ¡Bato! (Pausa.) ¡Ay, qué humillación!
Satanás: Ven, yo te voy a llevar a Belén.
Gila: No.
Satanás: Entonces, ¡te quieres quedar conmigo en este lugar?
Gila: Tampoco. Quiero regresar a mi casa.
Satanás: (La jala de una mano.) Pues allá te llevaré.
Gila: (Grita.) ¡Ay, mi mano! ¡Ay, suéltame! Fileno, me quemas. (Salen.)
Bato: Gila, ¿estás ahí? No sé lo que me pasa, pero no oigo nada.
Satanás: (Entra corriendo. A Pobre Diablo.) Ya, déjalo que oiga. (Pobre Diablo obedece.)
Satanás: (Haciendo de mujer.) ¡Bato! ¡Bato!
Bato: Ay, Gila, que raro hablas.
Satanás: No soy Gila, soy Celfa.
Bato: ¿Y qué haces tú, sola por aquí?
Satanás: Estaba esperándote.
Bato: ¿Esperándome? ¿A mí?
Satanás: A ti, especialmente.
Bato: ¿Para qué?
Satanás: Tienes que saberlo todo.
Bato: ¿De qué tengo que enterarme?
Satanás: De que Gila, aprovechando la oscuridad, se escapó con Fileno.
Bato: ¡Mientes!
Satanás: Ay, ¿cómo crees? Yo siempre digo la verdad.
Gila: (Entra gritando.) ¡Fileno! ¡Fileno!
Satanás: (Muy complacido. A Bato.) ¿Oíste?
Bato: ¿A quién le gritas, infiel mujer?
Gila: A Fileno.
Bato: (Furioso.) ¿A quién?
Gila: A Bato, dije.
Satanás: (Con su propia voz.) No es cierto, dijo a Fileno.
Bato: ¿Eh? ¡Quién está ahí?
Gila: Yo, Gila.
Bato: ¿Y nadie más? (Disminuye la oscuridad.)
Gila: (Mira a su alrededor.) No, sólo nosotros.
Bato: ¿Sólo tú y yo?
Gila: Sí, mira.
Bato: (También observa.) Es verdad, pero, entonces, ¿quién habló?
Gila: No sé, era una voz muy extraña.
Bato:
No sólo esa voz oí. ¿Me crees si te digo que antes, la voz de Celfa escuché?
Gila: Sí. Y yo la voz de Fileno oí.
Bato: ¿Qué te decía?
Gila: Que a Celfa estabas enamorando.
Bato: Y la voz de Celfa me dijo que tú con Fileno huías.
Gila: Todo ha sido una mentira, una ilusión.
Bato: O alguno quiso hacer broma y usarnos de diversión.
Gila: También pudo ser. (Pausa.) ¡Bato, qué bien te distingo, ahora!
Bato: Lo mismo yo puedo ver.
Gila:
Este lugar parece embrujado. Hace rato estaba tan oscuro y ahorita está iluminado.
Bato: (Señala hacia el cielo.) El reflejo viene de ahí.
(Canta.) De aquella linda estrellita
tan bella y tan reluciente
que marcando va el camino
de todos los peregrinos.
Bartolo: (Entra. Grita.) ¡Celfa! ¡Fileno!... Aquí están Bato y Gila.

(Entran Celfa y Fileno)

Celfa: ¡Qué bueno que los encontramos!
Fileno: No se les ocurra ir por aquel camino.
Bartolo: Los tres estuvimos a punto de caer en un barranco.
Fileno: Algún bromista malvado cambió de dirección la señal.
Celfa: (Señala.) Si no hubiera sido por aquel lucero...
Pobre Diablo: (Mira hacia el cielo. A Satanás.) Señor, señor.
Satanás: ¿Qué cosa quieres?
Pobre Diablo: ¿Ya viste qué bonito lucerito?
Satanás:
Cállate tonto y no veas eso. Ahorita mismo desaparezco esa estrella, con un poco de neblina. (Comienza a accionar un atomizador.)
Pobre Diablo: Ya la volviste a tapar, era muy bonita.
Satanás: ¡Silencio!
Celfa: Otra vez las tinieblas.
Gila: Cuánta oscuridad.
Bartolo: ¿Qué hacemos?
Fileno: Esperaremos que se despeje un poco la niebla.
Celfa: Pero, vámonos de aquí. No me gusta este lugar.
Gila: A mí tampoco. Los cruces de caminos me dan miedo.
Bartolo: Dicen que son lugares de fantasmas, y de hechiceros.
Fileno: ¡Tonterías! Yo no creo en esas cosas.
Satanás:
(A Pobre Diablo.) Voy a divertirme un poco con estos pastores. Les voy a hacer alguna magia. (Se acerca a ellos y les hace un pase mágico.)
Bato: (Se lleva las manos al estómago.) ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay, mi Dios!
Gila: ¿Qué te pasa?
Bato: Tengo mucha hambre.
Fileno: Yo también.
Bartolo: ¡Y yo!, me entró de repente.
Bato: No podré seguir camino si, al instante, yo no como.
Celfa: Villanos, no es ésta la hora de comer.

(Satanás hace otro pase mágico.)

Gila: Miren aquello.
Celfa: ¿Quién pondría mesa tan bien servida?
Bato: (Saboreándose.) ¡Cuántos manjares!
Fileno: Hay comida para todos.
Bartolo: Pues a comer.
Bato: (Interponiéndose.) Alto, nadie se acerque a esa mesa.
Fileno: ¿Por qué?
Bato: Sólo alcanza para mí.
Fileno: ¿Para ti sólo la quieres?
Bato: Sí.
Fileno: Pero, si yo también tengo hambre.
Bartolo: Y yo.
Bato: Pues se la van a tener que aguantar.
Fileno: Eso no es posible, no.
Bartolo: Compartirás con nosotros.
Bato: Jamás. Nadie tocará mi alimento.

(En cuanto Bato se avalanza al sitio en que imaginan ver la comida, Satanás la desaparece.)

Bato: ¡Ay, mis manjares!
Gila: ¡Desaparecieron!

(Satanás y Pobre Diablo ríen muy divertidos.)

Celfa: ¿Oyeron? Alguien se rió.
Gila: (A los demás.) ¿Quién de ustedes fue?
Bartolo: Yo no.
Fileno: Yo tampoco.
Bato: (Muy triste.) Yo menos.
Celfa: Ya les dije que este lugar no me gustaba nada.
Gila: Vámonos pronto de aquí.
Todos: Sí, vámonos.

(Ya se disponen a irse, cuando Satanás se acerca a Fileno y le hace un pase mágico.)

Satanás: (A Fileno.) Pierde la memoria. Te lo ordeno.
Fileno: Muchachos, ¿a dónde van?
Celfa: A Belén.
Fileno: ¿Para qué?
Celfa: ¡Cómo! ¿No sabes?
Fileno: No. ¿Quién eres?
Celfa: Soy Celfa.
Fileno: No te conozco.
Celfa: ¿Y a los demás?
Fileno: Tampoco.
Celfa: (Les grita a los demás.) Esperen. Fileno ha perdido el juicio.
Gila: ¿Qué dices?
Celfa: No recuerda nada, ni sabe quiénes somos.
Bartolo: ¿No será que embrujado está?
Bato: ¡A lo mejor! ¡Por qué no lo ayudamos?
Celfa: ¿Cómo?
Bato: Cantándole un poco. (Comienzan a tocar panderos, botes y cascabeles.)
Empieza, tú Celfa. (Cantan.)
Celfa: Anunciado está el nacimiento en la Nochebuena del Niño Jesús.
Bartolo: Nacerá en un pobre pesebre, cerca de una aldea que llaman Belén.
Gila: Sus padres serán María.
Bato: Y el carpintero José.
Gila y Bato: Tres magos vendrán de Oriente y ofrendas le van a traer.
Todos: Desde hoy reinará la alegría con el nacimiento del Niño Jesús.

(Todos comienzan a bailar entre sí.)

Celfa: ¿Ya recordaste todo?
Fileno: Sí.
Celfa: ¿Vienes con nosotros?
Fileno: Por supuesto.
Bato: Vamos.
Todos: Vamos. (Cantan.)
A Belén pastores,
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al Niño también.
A Belén pastores,
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al Niño también.

(Van saliendo muy alegres y el Pobre Diablo los sigue, hasta que Satanás, hecho una fiera, lo detiene.)

Satanás: ¿A dónde vas?
Pobre Diablo: A Belén, con ellos.
Satanás: Tú no vas a ninguna parte. Cuidarás esta caja como habíamos quedado.
Pobre Diablo: Sí, señor.
Satanás: Y por ningún motivo se te vaya a ocurrir abrirla.
Pobre Diablo: No, señor.
Satanás: Aunque oigas lo que oigas, ¿entendido?
Pobre Diablo: Sí, señor.
Satanás: Volveré muy pronto. (Sale muy rápido, accionando su atomizador.)
Pobre Diablo: (Se acerca a la caja.)
¿Qué contendrá esta caja? ¿Por qué tanto misterio?
Voz: (Dentro de la caja.) Déjame salir, déjame y te enseñaré muchas cosas.
Pobre Diablo: (Se aparta, muy asustado.) ¡Quién?... ¿Quién está ahí?
Voz: Abre y lo sabrás.
Pobre Diablo: No, no puedo abrir.
(Al público.) ¿Verdad que me dijeron que no la abriera?
Voz: Ándale, sólo un poquito. Me estoy asfixiando.
Pobre Diablo: No, no.
Voz: ¡Ay, qué malo eres, qué malo!
Pobre Diablo: (Muy curioso da varias vueltas alrededor de la caja. Mientras canta.)
¿Cómo va a ser
que no pueda yo ver
lo que contiene
esta caja?
Yo creo que si la miro un poquitito,
ni cuenta se van a dar.
Por un ladito y ya.
(Al público.)
¿La abro tantito?

(Va a destapar la caja. Cuando entra Satanás.)

Satanás: (Muy asustado.) No la abras, Pobre Diablo, no la abras.

(Pobre Diablo no hace caso. Abre la caja y un fuerte resplandor sale de ella.)

Satanás: (Cubriéndose.)
¡Ay, insensato! ¿Qué hiciste? Ya me echaste a perder todos mis planes. (Sale corriendo. Dando grandes alaridos.)
Pobre Diablo: ¿Qué me pasó? No puedo ver. ¡Ay, mis ojos, mis ojos!
Espíritu de la Luz: (Sale de la caja y comienza a estirarse un poco.)
No te preocupes yo no hago mal a nadie, lastimo un poco a veces, pero cuando la gente se acostumbra a mí, no me cambian por nada.
Pobre Diablo: ¿Quién eres?
Espíritu de la Luz: Soy el Espíritu de la Luz.
Pobre Diablo: ¿Y eso qué es?
Espíritu de la Luz: Mírame y lo sabrás.
Pobre Diablo: No puedo abrir mis ojos.
Espíritu de la Luz:
¡Claro que puedes! No tengas miedo. Abre tus ojos lentamente, poco a poco, anda.
Pobre Diablo: (Parpadea.) Me está costando trabajo, pero ya puedo verte.
(Mira a su alrededor.)
¡Parece de día!
Espíritu de la Luz: Sí, ésta es la noche más luminosa de todas.
Pobre Diablo: ¿Por qué?
Espíritu de la Luz: Porque en Belén nacerá Jesús, el salvador del mundo.
Pobre Diablo: ¿Podrá salvarme?
Espíritu de la Luz: Yo creo que sí.
Pobre Diablo: ¿Qué debo hacer?
Espíritu de la Luz: Pedírselo.
Pobre Dablo: Pero, no conozco el camino a Belén.
Espíritu de la Luz: Yo puedo enseñártelo.

(Los pastores entran apresuradamente. Pobre Diablo, se esconde.)

Gila: ¡Miren, miren esa caja!
Celfa: ¡De ahí sale la luz!
Fileno: ¡Qué maravilla!
Bartolo: ¡Qué resplandor!
Celfa: (Por e Espíritu de la Luz.) ¿Y ése quién es?
Espíritu de la Luz: Soy el Espíritu de la Luz.
Gila: ¿De dónde vienes?
Espíritu de la Luz: De aquella estrella que señala el camino a Belén.
Celfa: ¿Y qué haces aquí?
Espíritu de la Luz:
Bajé a investigar por qué nadie me seguía, y cuando llegué a este cruce de caminos, supe cuál era la causa.
Bato: ¿Cuál era?
Espíritu de la Luz:
Satanás había regado neblina espesa por todas partes, tanto que no vi esta caja y caí dentro de ella.
Fileno: ¿Y qué pasó después?
Espíritu de la Luz: Satanás cerró muy bien la caja. Era una trampa.
Celfa: Con razón todo estaba tan oscuro.
Espíritu de la Luz:
Sólo fue un rato. Satanás no puede conmigo, porque todo el que quiere saber, conocer o ser libre, me busca y me encuentra.
Gila: ¡Quién te sacó de la caja?
Espíritu de la Luz: La curiosidad de una pobre alma en pena.
Bartolo: (Muy ausustado.) ¿Y dónde está?
Espíritu de la Luz: Por aquí andaba. (Buscándolo.) ¿Dónde te metiste?
Pobre Diablo: (Sale de su escondite.) Aquí estoy.

(Bartolo y los demás retroceden un poco asustados.)

Espíritu de la Luz: No teman. (A Pobre Diablo.) ¿No querías ir a Belén?
Pobre Diablo: Sí.
Espíritu de la Luz: Pues, vámonos.
Fileno: ¿A nosotros también nos puedes guiar hacia allá?
Espíritu de la Luz: A todo el que quiera. Vengan.
Celfa: Por fin llegaremos a Belén.
Espíritu de la Luz: ¿Listos?
Todos: Listos.

(Comienzan a bailar y a cantar. Excepto Gila y Bato que se empezarán a vestir como San José y la Virgen María.)

Todos: (Cantan.) Vamos pastores a Belén
Donde estará Jesús
para traernos el bien,
vendrá, vendrá, Jesús.
Vamos todos con luz
al camino, al camino del amor.
Canten, brinquen y aplaudan
porque ya viene Jesús.
(Dan una o varias vueltas al escenario. Se detienen.)
Paróse la estrella aquí
sin duda esto es Belén
donde nació nuestro Rey
Jesús, el redentor.

(Rodean a Gila y Bato que arrullan a un niño pequeño.)
Despierta Niño Jesús
trae paz y libertad.
Nunca abandones tu grey
sé nuestro gran pastor.
(Invitan al público.)
Vengan todos con luz
al camino, al camino del amor.
Hagan ruido, brinquen, canten.
Porque ha nacido Jesús.