Los comanches
ANÓNIMO TEATRO CHICANO
( 1780)
PERSONAJES
BARRIGA DUCE, Bufón colero.
CAPITÁN, Capitán del ejército español.
DON CARLOS FERNÁNDEZ, Comandante de la expedición de 1774.
CUERNO VERDE, Jefe de la nación Comanche.
SARGENTO, Sargento del ejército español.
DON TOMÁS MADRIL, Capitán del ejército español.
DON JOSÉ DE LA PEÑA, Capitán del ejército español.
DON SALVADOR RIBERA, Capitán del ejército español.
CABEZA NEGRA, Jefe Comanche.
OSO PARADO, Jefe Comanche.
ZAPATO CUENTA, Jefe Comanche.
DON TORIBIO ORTIZ, Capitán del ejército español.
TABACO CHUPA JANCHI, Jefe Comanche.
Los españoles están cuidando el castillo y los indios escaramuzan sin hablar adonde está BARRIGA DUCE. Este, después de que les tira con bolas de masa, da el anuncio a los españoles.
BARRIGA DUCE
Vengo a avisaros de prisa,
Fernández, mi capitán,
que allá al pie de aquella mesa
vi un indio con chimal.
Ellos me querían llevar, 5
pero yo con mi honda y maza
los hice pronto arrancar;
y fue tan buena mi traza
que os he venido a avisar.
CAPITÁN
Si es cierto lo que dices 10
pronto me pondré en campaña,
y triunfantes y felices
nos reuniremos mañana.
El clarín que toque Diana,
y que venga el general, 15
y con mi espada en la vaina
los saldremos a encontrar.
(Toca el clarín.)
DON CARLOS
¿Qué toque llamado es ése,
que me tiene sorprendido?
CAPITÁN
Que allá al pie de aquella mesa 20
los comanches han salido.
DON CARLOS
Pronto, pues, mi capitán.
Prepare vuestros soldados,
y al indio hostil encontrar
cuando estéis bien preparado. 25
Aquí tenéis la bandera
que el sargento llevará
porque de cualquier manera
la religión triunfará.
CAPITÁN
(Agarrando la bandera.)
Bandera entre mil banderas, 30
hermoso emblema español.
De nubes se pone el sol
del mundo señor, empero,
yo te adoro porque eras
la gloria que en sueños vía 35
mi entusiasta fantasía,
y hora que quisiera ufano
enarbolarte en mi mano.
Te dejo, bandera mía.
(Al sargento.)
Tomar sargento y cuidar 40
del pabellón estrellado,
y a los comanches matar
¡en gloria de este reinado!
(Los indios hacen escaramuzas y se adelantan al castillo mientras suena el clarín.)
CUERNO VERDE
Desde el oriente al poniente,
desde el sur al norte frío 45
suena el brillante clarín.
Y reina el acero mío.
Entre todas las naciones
campeo osado, atrevido,
y es tanta la valentía 50
que reina en el pecho mío.
Se levantan más banderas
por el viento giro a giro
que de las que he atributado.
Refreno al más atrevido, 55
devoro al más arrojado;
pues con mi bravura admiro
al oso más arrogante,
al fiero tigre rindo.
Que no hay roca ni montaña 60
que de éste no haiga rendido,
que de ella no hay registro.
Al más despreciado joven,
aquel que más abatido
se ve porque su fortuna 65
a tal desdicha lo ha traído.
Pues no hay villa ni lugar
que no se vea combatido
de mi nación arrogante
que hoy con el tiempo se ha visto, 70
y como ahora lo veréis.
Este soberbio castillo
hoy lo he de ver en pavezas.
Lo he de postrar y abatirlo
con sus rocas y baluartes 75
aunque se hallen prevenidos,
y con la incomodidad
de un repentino descuido,
será más osado el brío
que tienen nuestras personas 80
que certifico y he visto,
como lo canta la fama,
y un cuartelejo de gritos.
Diga la nación Caslana,
díganlo tantas naciones 85
a quien quité el señorío.
Hoy se ven desmoronados
sus pueblos dando gemidos,
como se ven combatidos
huyendo de mi furor. 90
Se les ha acabado el brío,
se remontan de tal suerte
que hasta hora no lo hemos visto.
Pero, ¿para qué me canso
en referir lo que han visto 95
que [De] este reino en sus lugares,
cuando todo el Cristianismo
traje de tantas naciones
que no le alcanza el guarismo?
Y sólo los españoles 100
refieren el valor mío,
pero hoy ha de correr sangre
del corazón vengativo.
Me recuerda la memoria
de un español atrevido 105
que, ufano y con valentía,
y con tanto osado brío
el cuerpo vistió de flores
en sangre de colorido,
de los muertos la distancia 110
hombres, mujeres y niños
no pudiendo numerarse
ni contarse los cautivos.
Ea, nobles capitanes.
Genízaros valerosos, 115
que se pregone mi edicto,
que yo como general
he de estar aprevenido;
que general que descansa
en vista del enemigo 120
bien puede ser arrogante,
bien puede ser atrevido.
Yo no me he de conformar
con estos vagos destinos
y así, comiencen un canto, 125
que suene el tambor y pito.
¡Al baile, y punto de guerra!
Pasaremos al distrito
para que en vista de todos
estemos aprevenidos. 130
Y advierto que con la unión
que me tienen prometida
obraré como prudente,
que tal renombre ha tenido
toda nuestra descendencia. 135
Y así, como el más impío,
he de mostrar mi fiereza
con esta lanza de vidrio.
Al oso más arrogante,
y al fiero tíguere rindo, 140
la más elevada Elena.
Este bruto saltó un brinco,
pues ya no hallo a quién temer.
Es tanta mi fuerza y brío
que entrando osado y altivo 145
buscando a ese general
que con locos disvaríos
usó de tanta fiereza,
destruyó como he dicho.
Lo llamo en campal batalla, 150
lo reto y lo desafío.
¿Quién es, y cómo se llama?
DON CARLOS
Aguarda, detén, espera
que soy de tan noble brillo
que vengo sin que me llames 155
a cuidar este castillo.
Pues no es menester carteles;
ya tus valentías he oído.
Dime tu nombre, porque
del todo quedo entendido. 160
Para ahorrarme de palabras
basta con lo que me has dicho.
CUERNO VERDE
Yo soy aquel capitán,
no capitán, poco he dicho.
De todos soy gran señor, 165
de todos soy conocido.
Yo soy, y por el turbante,
este cuerno que ha aplaudido
verde y dorado que ves,
hoy se me postran rendidos 170
no sólo de mi nación
que emprende mi señorío,
sino todas las naciones
que coloca el norte frío.
Ciegos me dan la obediencia 175
Caiguas, y Cuampis, Quíchuas,
Panamas, Jumanes, Amparicas,
y otras muchas infinitas.
Y por no cansarme callo;
basta con lo que he dicho. 180
DON CARLOS
Aguarda, detén, espera
que he de anular tu cerviz
y quebrantar tu soberbia.
Sabrás que en la mejicana
el señor que nos gobierna 185
es un señor soberano
que a todo el mundo gobierna.
Encumbró los cuatro polos
que se encumbran en la tierra,
¿Que no sabes que en la España 190
el señor soberano [es]
de los cielos y la tierra
y todos los cuatro polos
que este gran círculo encierra?
Brilla su soberanía, 195
y al oír su nombre tiemblan
alemanes, portugueses,
Turquilla y la Inglaterra,
porque en diciendo españoles
todas las naciones tiemblan. 200
Tú no has topado el rigor,
no has visto lo que es fiereza
de las católicas armas,
por eso tanto bravas.
Si quieres saber quién soy, 205
te lo diré porque sepas
que no es la primer batalla
esta que tú me demuestras
las que he hecho son infinitas,
siempre he pisado tus tierras 210
aunque ya avanzado en años,
y me veas de esta manera,
siempre soy Carlos Fernández
por el mar y por la tierra,
y para probar tu brío 215
voy a hacer junta de guerra.
CUERNO VERDE
Pues yo voy a hacer lo mismo
el sol es quien nos gobierna.
(Toca el clarín a junta de guerra.)
DON CARLOS
¡Guerra a muerte capitán!
A guerra mandé tocar 220
para que con la destreza
de vuestra gran vigilancia
use usted con gran presteza
de las católicas armas,
y concurran a la empresa 225
de los grandes corazones.
¡Ea, leales capitanes,
cuyos vasallos del rey
hacer que vuestra patria,
y el Altísimo Patriarca 230
que nos ha de dar victoria
por su concepción divina,
marche al campo y nos prevenga!
Si tú eres grande campeón
te prepararás a la guerra. 235
Muestra, comanche, el valor.
Yo te hablo de esta manera,
pues para que todos sepan
cómo el comanche atrevido
como una bárbara fiera 240
se arroja despavorido.
¡Santiago! Y darle a este infame
canalla hasta que mueran.
Vamos a romper acero;
hacer que muera esa fiera. 245
¡A destruirlos, que son pocos,
y a quebrantar su braveza!
Preguntando con disfraz
si yo era diestro en la guerra,
o si yo era el capitán 250
que le pisaba sus tierras.
Y saliéndole al encuentro
con claridad le di muestra
de aquel castillo sin par.
De decirlo el pecho tiembla, 255
pero mejor es callar,
y que enmudezca la lengua.
Pero vamos adelante,
que hoy se trata de la guerra.
Dadme vuestro parecer 260
como diestros en la guerra,
usted don Tomás Madril,
y don José de la Peña,
soldados, cabos, sargentos,
y don Salvador Ribera; 265
y en vista de su presencia
se procederá a la guerra,
y estando todo concluido
se verá lo que se ordena.
(Toca el clarín; sigue la marcha.)
DON JOSÉ DE LA PEÑA
Respondo porque es preciso, 270
porque tu valor me esfuerza.
Esforzado comandante,
así tu valor me alienta
viendo que esta vida es vuestra
y que me podéis mandar, 275
yo os prometo la obediencia
y es para pronto pelear,
y breve daré la prueba.
En un número crecido
siendo cien hombres de guerra 280
no me daré por vencido
pues tengo bien conocido
y me late el corazón
que jamás seré cautivo
de esta bárbara nación. 285
A ganarles el terreno
es lo mejor que se puede
para salvar nuestro reino,
que nuestra patria venera
aquel príncipe Miguel, 290
de las nueve jerarquías.
Será nuestro gran sostén.
En la guerra de estos días,
señor, ésta es mi verdad,
esta es toda mi propuesta, 295
con nuestras armas tirar
para que así se arrepientan.
EL TENIENTE
Pues yo con el parecer
de don José de la Peña
hoy diré en una palabra, 300
y me conformo y que sea
toda mi conformidad,
y mi voluntad queda hecha;
y luego, señor don Carlos,
siendo mi lealtad tan cierta. 305
A quien pretendo servir
es mi gloria haciendo fuerza.
Oh, ilustre general,
a quien toda la obediencia
debo dar, y se la doy 310
con mi lealtad dando muestras
del atributo gallardo
del cual con tan altas prendas.
No siendo merecedor,
así mi fe lo confiesa, 315
de que en este empleo honroso
vuesa merced me pusiera;
Yo digo que me conformo,
y ésta es toda mi respuesta.
Esa insigne capital 320
que de por sí se demuestra,
¡Pólvora y balas con ellos
para que así se arrepientan!
DON SALVADOR RIBERA
Señor don Carlos Fernández,
esa razón me hace fuerza 325
de ver que podéis mandar,
y yo os daré la obediencia.
Me conformo con que sea
como lo ha dicho el teniente,
y don José de la Peña, 330
en rendir a Cuerno Verde
que es el indio más valiente
que se esfuerza en la pelea.
Así su valor me enseña,
que todo el mundo lo vea. 335
Me parece que ya veo
con todo el valor que medra
al comanche ¿qué desea
el indio Cabeza Negra?
CABEZA NEGRA
Detente, insigne señor, 340
porque es tanta mi fiereza,
que quiero con mi destreza
daros mi resolución.
Pues quiero que me conozcan,
y que ustedes vean mis fuerzas, 345
que sepas con quién conversas
y quién te habla en la ocasión;
y que sepas mi fiereza
y mi valiente corazón.
Yo saqué de los cristianos 350
dos niños que cautivé,
y con mis fuerzas mostré
el valor de tus paisanos.
Sin hacerles ningún daño
los mantuve con mis bienes, 355
y son los dos que tú tienes
hoy transitando esta tierra
por quien el comanche viene
a formarte cruda guerra.
Yo soy aquel capitán, 360
soy aquel que nunca medra
en la guerra y en la paz;
siempre soy Cabeza Negra.
Mi fama jamás se quiebra,
y con fuerte resistencia 365
todo el mundo al verme tiembla,
hoy verás tú mi defensa.
OSO PARDO
No hay que detenerse un punto,
que como bárbara fiera
con esta lanza animosa 370
le he de cortar la cabeza
a aquel cristiano arrogante.
Al punto y con ligereza
si alguno se propasare
sin hacer reminiscencia 375
de que soy el sin segundo
en brío y en fortaleza.
Y si alguno en su arrogancia
quisiera tocar mis fuerzas,
lo reto a campal batalla 380
de cuerpo a cuerpo a la empresa.
CUERNO VERDE
Ea, nobles capitanes,
aquellos más animosos
aseguren la defensa;
todos preparen sus armas 385
para que embistan furiosos.
Están todos prevenidos
a punto fijo y que sea
con esfuerzo y con valor.
Advierto que con la unión 390
que me tenéis prometidas
obráis con grande prudencia,
que por régimo ha tenido
toda nuestra descendencia,
así, como el más impío, 395
he de mostrar mi fiereza,
he de postrar y abatirlos,
que con esta lanza o vidrio,
al oso más arrogante,
al fiero tigre rindo. 400
Díganlo vuestras personas,
se testifica y es visto.
Cantos alegres, que ya
se va a comenzar la guerra.
Los pífanos y tambores 405
suenen, que la hora se llega
y si sale el capitán
no se admite más respuesta
que poner mano a sus armas
sin que tenga resistencia 410
ninguno. No se detengan,
yo haré que sosiegue la ira,
y que use de prudencia,
porque todo en un compás
sea conjunto; la propuesta 415
salga, porque ya es preciso
un señor Zapato Cuenta.
ZAPATO CUENTA
Respondo porque es preciso,
que aunque todas las propuestas
que había dado el capitán 420
se cumplen con negligencia,
quiero de conformidad
que vayamos a la guerra
de la que así se platica,
que lo demás es quimera. 425
Y que salga un capitán
a destrozar esta fiera
que horroriza la montaña
y que hace sufrir las selvas.
El oso más arrogante 430
se encoge de mi fiereza.
El tíguere en las montañas
huye en la oculta sierra.
¿Quién se opone a mi valor?
¿Quién cautiva mi soberbia? 435
¿Quién habrá que desbarate
tanta lealtad que se encierra
en lo altivo de mi pecho?
¿Quién hay que lo desvanezca?
DON JOSÉ DE LA PEÑA
Yo quebrantaré la furia, 440
que soy la más alta peña.
Soy peñasco en valentía,
en bríos y en fortaleza.
Esas locas valentías
son criadas de la soberbia. 445
Que tanto infunde el valor
en vosotros la manteca
que coméis con tanta gula
y con ella criáis la fuerza
de vuestras disposiciones 450
por vuestra industria compuestas.
Nace el sol y luego muere,
porque nunca cuerpo a cuerpo
habéis hecho resistencia.
En un choque que tuvimos 455
siendo cien hombres de guerra,
siendo el número crecido
de tu bárbara nación,
la victoria no fue vuestra.
Esa sí que es arrogancia 460
de historia muy verdadera,
que exceden en valentía
al alemán y a Turquía.
Los doce pares de Francia
lejos quedan de tu tierra; 465
yo te los pondré delante
que te tiemble la corteza.
DON TORIBIO ORTIZ
Yo soy don Toribio Ortiz
que en todo soy general;
al rey le sirvo a mi costa 470
con un esmero especial.
De las tropas y milicia
soy la base principal.
Vean si hay entre vosotros
quién me pueda contestar, 475
¿quién de éstos me cabe en suerte?
¡Salga luego, que al instante
verá si le doy la muerte!
El Cuerno Verde me dicen
que es el hombre más valiente; 480
no tengo para empezar
con él y toda su gente.
De mis tropas arregladas,
soldados, cabos, sargentos,
ninguno se descomponga. 485
Estenme todos atentos
que hoy el sol en su carrera
ha de ver algún portento,
en caso tan adecuado
y lance tan oportuno. 490
Todos rendirán sus vidas
o de éstos no queda ni uno.
Santiago y la Virgen María
serán nuestro norte y guía
entre esta gente cobarde. 495
DON CARLOS
Viendo esas resoluciones,
conozco bien que concuerdan
con la mía, y así digo
que toda nuestra propuesta
queda ya en una palabra 500
concluida de esta manera.
Y así, esforzados leones,
todos al arma, guerreros.
Suénese tambor y guerra
en el nombre de Santiago 505
y de la Virgen María.
Márchense pronto al campo
atravesando esa selva,
a tomarles el torreón
a lo mejor que se pueda. 510
(Se revuelven en batalla algunos soldados y algunos indios. Los más de los indios están tratando con BARRIGA DUCE y TABACO. Después de algunos tiros, retroceden los españoles. Los indios se llevan los dos indios que están en el castillo. Después vuelve TABACO con bandera de paz.)
TABACO CHUPA JANCHI
Como nobles capitanes
han mandado disponer
contra las cristianas armas,
ahora os hago saber
que también soy capitán, 515
y falta mi parecer.
Mi valor es sin segundo,
porque ninguno me iguala;
tiembla de pavor el mundo
sólo de ver mi embajada. 520
Yo a Taos fui de embajador
a solicitar la paz,
y ninguno me siguió
porque no se halló capaz.
Se me concedió al momento, 525
en virtud de mi valor,
porque toda la nobleza
reina en el pecho español,
y así mis armas están
rendidas por la ocasión. 530
No quiero ser enemigo,
ya no quiero ser traidor.
Gozar quiero del empleo
que tengo de embajador.
Suene el pífano y tambor 535
y apercíbase la guerra
con esfuerzo y con valor,
y adquirir algún honor,
que yo me voy a avisar
al capitán español. 540
Chupa Janchi Nimaca.
(Se acerca al castillo de los españoles.)
Paraos, valeroso mártir,
detente, insigne señor;
verás cómo Cuerno Verde,
él y toda su nación 545
han levantado bandera
en contra del español.
Yo de Napeiste he venido
sólo a traerte esta razón.
Sabrás cómo el Oso Pardo, 550
y también Cabeza Negra,
han compuesto esta campaña
para darte cruda guerra,
y así vete apreviniendo,
que yo me voy a mi tierra. 555
Anda y lleva la contesta
de que yo estoy preparado,
y que acepto la propuesta
como ellos me la han enviado.
Si a mis indios se han llevado, 560
pronto me podré vengar.
Se los volveré a quitar
o acabaré su nación,
pues mi ambición es pelear
desde el norte al sentirrón. 565
(Se va el indio, y el CAPITÁN se dirige a los suyos.)
CAPITÁN
Veréis nuestro parecer
y conozco la contesta
que le he dado por los míos,
aceptando la propuesta
que doy yo en una palabra. 570
Concluida de esta manera
de los leales corazones
que siendo ilustre campeón
nuestro esforzado valor
el hablar de esta manera. 575
¡Ea, nobles capitanes,
obedientes a la grey!
Por Dios y por nuestra patria
y la corona del rey,
porque confío en María 580
y en el patriarca José,
que nos han de dar victoria.
Piedad, concesión divina,
concebida sin pecado;
tan limpia y de gracia llena. 585
El arcángel San Gabriel
de aquellas tropas excelsas,
preciso es tocar el arma,
marche el campo a la batalla
y todo el campo aprevenga. 590
Yo haré que se desborone
la más elevada Elena.
Vamos a romper el cerco
y hacer que muera esta fiera.
A destruirlos, que son pocos, 595
y a quebrantar su cabeza.
El apóstol Santiago
y concepción de María
contra esta gente cobarde
me sirva de norte y guía. 600
(Toca el clarín y dan vuelta al castillo.)
CUERNO VERDE
(A los suyos.)
Ya vienen apercibidos,
ya el encuentro me da muestra
de este indigno capitán
que desahogar no me deja.
(Toca el tambor.)
Que suenen el instrumento 605
para comenzar la guerra.
Genízaros valerosos,
hoy vuestro valor se muestra;
canten para dar principio
que no es la primera vez 610
que con esta gente necia
levantaré mis banderas.
Acometed valerosos,
y quebrantad su soberbia,
porque junto en un compás 615
don Carlos en mi presencia.
(Toca el clarín guerra fuerte.)
CAPITÁN
Mueran indios a mis manos,
y cese vuestra osadía.
¡Seguir valientes paisanos
que Dios sea vuestra guía! 620
(Tiros.)
BARRIGA DUCE
Que mueran, que para mí,
todos los despojos quedan.
Tiendas, antas, y conchelles,
para que mis hijos duerman.
Y la carne, a mi mujer 625
he de hacer que me la cueza
y me la guise con chile
que es una comida buena.
¡Apriétenles compañeros!
Que de eso mi alma se alegra. 630
Hemos de llegar al trono
donde está mi panadera.
Yo entraré por esta puerta,
no me ofenda una saeta
que esto no gusta a mi cuerpo. 635
Vaya yo de animador
de esa prenda que me cuesta.
Lo he de apropiar para mí,
y lo he de hacer hasta que muera,
pues me hallaba yo en la selva 640
encima de la montaña
puesto en la contingencia
de escapar o de pagarla.
¿No están dispuestos lo mismo
los soldados y la caja? 645
¿No estaban libres las Pecas?
¿Por qué ahora están amarradas?
No podemos estar safos
si venimos a buscarlas.
No saben que soy el dulce, 650
la cajeta, la ensalada,
l'azúcar y el piloncillo,
los anises y la gracia.
Porque en todas mis funciones
siempre se halla mi valor 655
y mi nobleza en las armas.
Tengo siempre en mi cintura
mi honda muy bien fajada,
y si alguno me replica
le convenceré con pruebas. 660
Piensan que el báculo mío
y mi honda no valen nada.
¿Con qué vencí al pastorcillo
y al moro que levantaba
hasta el cielo su grandeza 665
de la gloria que llamaba?
Pues callo, porque ya es tiempo
de comenzar la batalla.
¡Apriétenles, compañeros!
¡Viva el señor don Carlos, 670
y don José de la Peña!
Y vivan los mayordomos
que toda su alma le entriegan
a la santísima Virgen
que es madre de gracia llena, 675
que como prenda estimada
es la que nos da valor.
¡Santiago! Jesús nos valga,
ahora sí voy a mi tierra
a ver a mi Catalina, 680
y a una gallina con pollos
que dejé cuando me vine.
Apriétenles, compañeros,
haciendo danzas y loas,
comanches y maricuetas 685
al modo que se permite
la limitada rudeza.
¡Albricias, que se nos van!
Huyen y ninguno queda
el guarapé en el comanche 690
Cuerno Verde ya se va.
(Suena el clarín de guerra. Sale corriendo BARRIGA DUCE a donde están las Pecas, y se las trae. Los indios salen huyendo con los españoles tras de ellos.)
CAPITÁN
Ya mi vista no te pierde,
indio traidor, inhumano.
Serás muerto por mis manos;
¡muera, muera Cuerno Verde! 695
(Le tiran y cae CUERNO VERDE. Siguen a los demás y los traen prisioneros.)
BARRIGA DUCE
Muelan, muelan compañeros
¿Por qué se me habían ido?
sigan, buenos panaderos
que yo los dos pagos pido,
para ustedes el chimal 700
y para mí los guayabes.
Las semillas y el nopal,
la panocha y estos reales;
también el chile y cebolla
con toditas estas hierbas 705
que cociéndolas en una olla
haremos buenas conservas.
Anden ustedes, mostrencos,
lloren a su capitán.
Si no tienen sentimientos, 710
a golpes han de llorar.
(Les pega y lloran, y le bailan cabellera.)
CAPITÁN
Venid, hermosa bandera,
rota por cruda metralla.
tú serás en la batalla
mi constante compañera. 715
(Toca el clarín retirado.)
FIN