Mostrando las entradas con la etiqueta Urtusastegui Ofrenda del día de los muertos México. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Urtusastegui Ofrenda del día de los muertos México. Mostrar todas las entradas

9/10/16

OFRENDA DE MUERTOS, Urtusastegui


Resultado de imagen para catrina y ofrenda de muertos pintura


OFRENDA DE MUERTOS
TOMÁS URTUSÁSTEGUI

RESUMEN.- Un matrimonio discute sobre poner o no poner su ofrenda de muertos en el mes de
noviembre. Ella alega las tradiciones para hacerlo y él los gastos para no hacerlo. Llegan los vecinos.
Hablan de sus problemas personales. Entre todos van poniendo el Altar de Muertos que al final está
completo con velas encendidas y todo lo necesario.
PERSONAJES: CUATRO HOMBRE Y TRES MUJERES.


PERSONAJES: LUCÍA, ANTONIO, PEDRO, LUZ, JORGE, ESTELA Y MARIO.


VESTUARIO.- El usual para la época actual. De fantasía para las calaveras.

ESCENOGRAFÍA.- Cuarto vació al iniciarse la obra. Ventana a la calle. Puertas de comunicación.
Pequeño candil en el techo. Cajas de cartón en el suelo. Dos bancas largas sin respaldo.
Es de noche. Al abrirse el telón se encuentra el escenario a oscuras. Se escucha música mexicana
alegre. Entran tres monjes con velas encendidas. Efectúan una coreografía trágica. Entran las
calaveras, gritan, bailan, comen, se abrazan. Es un verdadero jolgorio. Las calaveras pueden
ser reconocibles ya que serán al estilo de posadas y representaran al policía, al panadero con
su canasta, la catrina, el rico, la prostituta, el niño, etc. Etc. Salen muy alegres. Se hace
silencio. Se escucha el ruido de algún mueble al ser arrastrado. Lucía llama a su marido para
que la ayude. Al iluminarse el escenario vemos a lucía jalando una de las bancas para
colocarla en otro sitio. Estos bailarines serán después los personajes que llegan de visita.

LUCÍA.- ¡Arturo, Arturo! ¿Qué esperas que no vienes a ayudarme?
ARTURO.- (Desde fuera). ¿Qué cosa?
LUCÍA.- Qué vengas.
ARTURO.- (Igual) ¿Para?
LUCÍA.- ¡Ay! Ya me lastimé.
ARTURO.- (Entra molesto). ¿Para qué tantos gritos?
LUCÍA.- Quería que me ayudaras. (Señala la banca). -Está muy pesada.
ARTURO.- (Observa el cuarto). ¿Y los muebles?
LUCÍA.- Los puse en la recámara de Raúl.
ARTURO.- ¿Qué hacen ahí?
LUCÍA.- Mi hermano me ayudó a sacarlos.
ARTURO.- Eso no te pregunté, te pregunté...
LUCÍA.- Hoy es primero de noviembre.
ARTURO.- Me vas a volver loco, te pregunto una cosa y contestas otra. ¿Qué tiene que ver que hoy sea
primero de noviembre con lo de los muebles?
LUCÍA.- Mucho. Por eso traje las bancas.
ARTURO.- (Burlón). Ya sé. Mi mujercita va a instalar en este cuarto una escuela.
LUCÍA.- Ay, de que te levantas con el pie izquierdo...Tú sabes perfectamente que todos los años
ponemos en este lugar nuestra ofrenda de muertos.
ARTURO.- Poníamos, que no es lo mismo. Eso se acabó. Ya basta de tanta payasada y de tanto gasto.
LUCÍA.- ¿Estás hablando en serio?
ARTURO.- Completamente en serio.
LUCÍA.- Nunca me has dicho nada.
ARTURO.- No lo habías preguntado.
LUCÍA.- El altar es en memoria de nuestros muertos, los tuyos y los míos.
ARTURO.- Los muertos muertos están, no por ponerles florecitas van a resucitar.
LUCÍA.- Las flores no son para que resuciten, son para recordarlos.
ARTURO.- El que los quiera recordar lo puede hacer sin necesidad de todo esto. Como si los difuntos
se dieran cuenta.
LUCÍA.- ¿Por qué no? Yo sí creo.
ARTURO.- Cuando uno se muere ya no es nada, cuando mucho un poco de polvo...y que yo sepa el
polvo ni escucha ni ve.
LUCÍA.- ¿Y el alma?
ARTURO.- ¿Cuál?
LUCÍA.- La de ellos, la nuestra.
ARTURO.- Un cuento de los románticos y de la iglesia. Nada más.
LUCÍA.- ¿Qué te sucede? Nunca has pensado de este modo.
ARTURO.- ¿Qué quieres que me pase? Nada.
LUCÍA.- Estoy segura que sí; no es posible que pienses que sólo existimos mientras estamos vivos.
¡No somos piedras o animales! Forzosamente debe existir otra vida al morir.
ARTURO.-¡ Demuéstramelo!
LUCÍA.- No te lo puedo demostrar como no puedo demostrar mil cosas que existen como es la luz, los
planetas muertos, el sonido.
ARTURO.- La luz la ves, el sonido lo oyes y los planetas pueden ser observados con telescopios.
LUCÍA.- Yo siento a los muertos, los siento en mi piel, en mi corazón. Todos han dejado constancia de su existencia entre nosotros. Varios santos han hecho milagros después de muertos, hay
millones de historias de aparecidos...
ARTURO.- Tú lo has dicho: historias, cuentos, supersticiones.
LUCÍA.- Supersticiones o no, yo creo en ellos, y aún en el remoto caso de que realmente no existieran,
sí existe su recuerdo y ese sí que está vivo. Yo quiero a mis muertos y les estoy muy agradecida.
Lo menos que puedo hacer es recordarlos en su día.
ARTURO.- Para ese caso deberías recordarlos siempre, no solamente un día.
LUCÍA.- Siempre lo hago, pero más en esta fecha. Es lo mismo que festejar tu santo o el de mis hijos.
Lo hice antes, lo voy a hacer hoy y lo seguiré haciendo mientras pueda.
ARTURO.- Pero lo harás sin mi ayuda y sobre todo sin mi dinero.
LUCÍA.- Cuento con las dos cosas y sobre todo con tu voluntad. Si borramos el pasado, que lo forman
nuestros padres, nuestros abuelos, nuestra familia, no tendremos presente. El pasado existe
solamente mientras lo recordemos.
ARTURO.- Perdón, tienes razón como siempre. La verdad es que estoy preocupado por el dinero. Ya
ves que no alcanza.
LUCÍA.- Los muertos no tienen la culpa de ello.
ARTURO.- Eso sí, la culpa la tienen algunos vivos...
LUCÍA.- Invité a los compadres para que vengan a poner el altar, ya verás que va a quedar muy bonito,
mejor que nunca.
ARTURO.- (Nuevamente molesto). Te acabo de decir que ando preocupado por el dinero y tú te pones
a invitar a todo el mundo. ¿Qué les vamos a dar?
LUCÍA.- Cada uno va atraer su ofrenda.
ARTURO.- Sí, cómo no, como si no los conociera, puros gorrones. Vas a ver que lo único que traerán
será su barriga vacía.
LUCÍA.- Uno va a traer las flores, otro el pan, Jorge el mole...
ARTURO.- ¿Jorge? ¿Ese? Me corto uno y la mitad del otro si trae algo.
LUCÍA.- No andes de hablador que te vas a quedar sólo con una mitad y yo todavía quiero tener otro
hijo.
ARTURO.- (Sonríe). ¿Quién más viene?
LUCÍA.- Será una sorpresa.
ARTURO.- La sorpresa será que traigan algo.
LUCÍA.- No las van a traer para nosotros, las traen para sus muertos. Ahora que si los muertitos nos
dejan algo...
ARTURO.- Pues si viene tu mamá ya estuvo que no quedó nada de nada. Con lo tragona que era. Por
eso estaba como estaba.
LUCÍA.- Cómo eres.
ARTURO.- Ahora no la defiendas, si era tragoncita.
LUCÍA.- Recuerda que este día los muertos salen de sus tumbas con permiso de hacer lo que quieran.
A ti mi mamá te va a dar un buen susto si sigues hablando de ella.
ARTURO.- ¿Cuál insulto? Si yo quería bien a mi suegrita, sobre todo después de que se petateó. (Lucía
lo pellizca. Él hace como si lo doliera mucho). No, no es cierto.
LUCÍA.- Lo que si no va a alcanzar es la bebida. Es muy posible que venga tu papá...
ARTURO.- Vas a ver, ya te estás vengando.
LUCÍA.- ¿Yo? No, qué va. Sólo lo recordé. ¿Eso es malo?
ARTURO.- La verdad que sí era briago, de eso se murió, pero el viejo era alegre, a todas emes.
LUCÍA.- Le encantaba cantar, sobre todo boleros. A mí me cantaba esa canción de Usted.
ARTURO.- (Cantándole). “USTED ES LA CULPABLE DE TODAS MIS ANGUSTIAS Y TODOS
MIS QUEBRANTOS. USTED LLENO MI VIDA DE AMARGAS INQUIETUDES Y ...DE
AMARGAS INQUIETUDES Y...¿ Qué sigue?
LUCÍA.- Déjalo, tú papá si sabía cantar. Tú no fuiste la astilla del palo.
ARTURO.- Envidiosa, tú porque no sabes, yo soy el tenor del barrio. (Ahora canta “ojos tapatíos”. Lo
hace mal).
LUCÍA.- Mejor ayúdame a colocar las bancas.
ARTURO.- (Ayudándola). Siempre te has de salir con la tuya.
LUCÍA.- Ve por las otras cajas mientras yo coloco éstas. No quiero que cuando lleguen encuentren
esto así.
ARTURO.- Donde manda capitán...(Hace un saludo militar y sale. Lucía coloca las cajas de cartón.
De una de ellas saca manteles, figuras, platos. Regresa Arturo con más cajas. Entre los dos van
formando la base para el altar. Mientras lo hacen pueden tararear o cantar alguna canción. Ya
los dos están de buen humor). ¿A quién le vas a dedicar el altar este año? Nadie se nos murió.
LUCÍA.- Dale gracias a Dios.
ARTURO.- ¿Entonces?
LUCÍA.- Las mujeres nos pusimos de acuerdo y se lo vamos a dedicar a Pedro.
ARTURO.- No mames. ¿A Pedro Infante?
LUCÍA.- ¿No estás de acuerdo?
ARTURO.- Ya hace un chorro y un montón que estiró los tenis.
LUCÍA.- Sí y no. A cada rato lo veo vivito y coleando en la tele. Me sigue gustando un chorro.
ARTURO.- ¡Ya está muerto!
LUCÍA.- Ya lo sé, y si todos los muertos fueran igual a él yo ya estaría rezando para morirme.
ARTURO.- No lo había pensado, pero los fantasmas deben ser igual a los de la tele. Ya están muertos
pero siguen cantando y enamorando a todas.
LUCÍA.- Esos son a los muertos que podemos ver, a los otros no pero también ahí están...Ay mamita,
ya hasta me está dando cus cus.
ARTURO.- Qué te va a dar. Pedro Infante siempre te hace llorar.
LUCÍA.- Y reír.
ARTURO.- ¿Qué te parece si el altar lo dedicamos no a un muerto sino a uno que ya no tarda nada en
morir?
LUCÍA.- ¿Quién está grave?
ARTURO.- A la mejor ya hasta se murió, ayer estaba muy pero muy grave.
LUCÍA.- Ya me estás preocupando. ¿Es alguien de la familia, tu mamá?
ARTURO.- Eso quisieras ¿verdad? Pero no, mi jefecita está en su pueblo poniendo su altar para mi
padre. Siempre se lo dedica a él.
LUCÍA.- ¿Quién se está muriendo?
ARTURO.- Quien va a ser, nuestro peso. Ya está en las últimas, hasta apesta.
LUCÍA.- Ni lo digas, si él se muere todos nos vamos al hoyo.
ARTURO.- Si ya estamos en él.
LUCÍA.- Vamos a olvidar hoy al peso y al hoyo. Festejemos a los verdaderos muertos.
ARTURO.- Es importante hablar de nuestra moneda.
LUCÍA.- Mejor hablamos de otra cosa.
ARTURO.- ¿Cómo de qué?
LUCÍA.- Podría ser de lo mucho que te quiero.
ARTURO.- Me quieres pero para sacarme la lana.
LUCÍA.- Cómo eres.
Se hace oscuro total.
ARTURO.- ¿Y’ora?
LUCÍA.- Se fue la luz.
ARTURO.- ¡ Carajo!
LUCÍA.- No va a tardar, ya verás.
Se escuchan toquidos en la puerta.
LUCÍA.- Ya llegaron.
ARTURO.- Diles que no hay luz, que vengan mañana.
LUCÍA.- Sigue acomodando, yo voy a abrir.
ARTURO.- Cómo voy a acomodar sin luz.
LUCÍA.- Entonces estate quieto. No me tardo.
ARTURO.- (Golpeándose con la banca). ¡ Chin, ya me di en la madre con esta pinche banca!
LUCÍA.- Te dije que no te movieras.
Sale Lucía. Arturo se queja. Entran todos los invitados. En una mano traen una vela encendida y en la
otra su ofrenda. Cada uno dirá su verso y colocará la ofrenda y la veladora en el piso cuando
termina de hacerlo. Debe dar la impresión de un panteón en día de muertos.
TODOS.- (En coro)
VENIMOS CON ESTAS LUCES
A HONRAR A NUESTROS MUERTOS.
LLAMAS VIVAS, LLAMAS DULCES,
FUEGO Y AMOR PARA SUS CUERPOS.
MUERTOS SIEMPRE PRESENTES
EN EL MUNDO DEL SILENCIO.
SERES VIVOS EN LAS MENTES,
VOCES CALLADAS EN LOS REZOS.
PEDRO.- YO TRAIGO PAPEL PICADO
PARA ADORNAR EL ALTAR.
PAPEL BLANCO, PAPEL MORADO
QUE ACABO YO DE CORTAR.
LUZ.- BELLA FLOR DE CEMPASUCHITL
A USTEDES VOY A OFRENDAR,
EN ELLAS VAN MIS AMORES
QUE LES QUIERO REGALAR.
JORGE.- DE DULCE SON MIS CALAVERAS
DONDE ANOTÉ NUESTROS NOMBRES:
PEDRO, LUZ, JORGE Y ESTELA...
CALAVERAS DE COLORES.
ESTELA.- A MIS COMPADRES DIFUNTOS
LES TRAJE SUS AGUARDIENTES
PARA QUE BRINDEN CON GUSTO
Y NOS RECIBAN SONRIENTES.
MARIO.- YO MEJOR LES TRAJE PULQUE
CURADO DE MUCHOS SABORES,
DE TUNA PARA LOS QUE SUFREN,
DE MANGO PARA LOS GORRONES.
LUCÍA.- DE DULCE Y TRIGO ES EL PAN
QUE EN MI HORNO COCINÉ.
ES DE LOS DE MICHOACÁN.
A VER SI AHORA LE ATINÉ.
ARTURO.- ESTA HUMILDE FLOR DE TERCIOPELO
ES MI OFRENDA PARA LOS MUERTOS.
QUISIERA OFRECERLES EL CIELO
Y LAS ESTRELLAS DEL FIRMAMENTO.
LUZ.- YO LES VOY LA BOCA A ENDULZAR
CON MI CALABAZA EN TACHA.
SE QUE LES VA A ENCANTAR
PUES LA HICE YO EN MI CASA.
PEDRO.- ANTES DEL DULCE ESTÁ EL MOLE,
MOLE NEGRO DE OAXACA.
SI LE PICA TOME ATOLE
DE SABOR A CALABAZA.
JORGE.- TEJOCOTES Y CAÑAS
LOS TRAIGO PARA TU ALTAR,
LOS COMPRÉ A HORA TEMPRANA,
FRESQUITOS SIN MADURAR.
ESTELA.- ENVUELTOS EN EL COPAL
VAN NUESTROS CORAZONES.
AHORA VAMOS A CANTAR
UNAS ALEGRES CANCIONES.
Cantan una o dos canciones típicas mexicanas que tengan algo que ver con los muertos o con las
fiestas. Pueden ser campiranas o citadinas como las de Chava Flores.
MARIO.- TODOS SOMOS MORTALES.
USTEDES GANARON LA PARTIDA.
LOS DESTINOS SON FATALES.
AHÍ NOS VEMOS EN LA OTRA VIDA.
TODOS.- VENIMOS CON ESTAS LUCES
A HONRAR A NUESTROS MUERTOS,
LLAMAS VIVAS, LLAMAS DULCES,
FUEGO Y AMOR PARA SUS CUERPOS.
Se hace un silencio. Colocan las velas y las ofrendas en el piso. Todos hablan a la vez. No se entiende
nada. Alguno ríe.
PEDRO.- ¿Y’ora? ¿No pagaron la luz?
ARTURO.- La pagamos y la apagamos. La apagamos para que ustedes no entraran.
LUZ.- ¿Yo también?
ARTURO.- No comadre, cómo cree. Lo dije sólo por esta bola de bueyes. (Empieza a dar abrazos a
sus compadres y la mano a las mujeres).
PEDRO.- Bueyes los de mi carreta...y los que estoy viendo.
ARTURO.- Si no hay espejo. (Todos ríen). Qué a todo dar que hayan venido.
MARIO.- Cual debe de ser, no todos los días festejamos a los difuntitos.
LUCÍA.- (Observando las ofrendas). Újule compadres, no se midieron, cuántas cosas trajeron.
LUZ.- No te hagas la occisa que no te queda, trajimos lo que pediste, ni una cosa más.
LUCÍA.- Bueno, no son cosas para mí, son para los muertitos.
MARIO.- ¿Y a los vivos no nos van a ofrecer nada, ni un triste trago o de perdiz una silla para
sentarnos?
ARTURO.- Será la copa, los muebles los sacó mi vieja y las bancas son para el altar.
LUCÍA.- Si quieren vamos a la sala, ahí hay suficientes asientos.
MARIO.- ¡Niguas! Venimos a poner el altar no a estar sentadotes. La copa sí, a esa nunca se dice que
no.
LUCÍA.- Esa te la vamos a deber, imagínate tú aquí festejando a los muertitos y tu mujer en su casa,
sola.
MARIO.- Nada de sola, ella está festejando al recién nacido.
LUZ.- Esto es la vida: nacer y morir.
JORGE.- Claro que no, la vida es lo que está en medio entre el nacimiento y la muerte. Por eso hay que
disfrutarla.
ESTELA.- Y qué tal si en vez de tanto güiri güiri ponemos el altar.
JORGE.- Yo, como las lámparas, sin combustible no funciono. Necesito alcohol del noventa.
ARTURO.- Bola de gorrones, voy por los tragos.
PEDRO.- Te ayudo.
LUZ.- No m’ijito, eres capaz de tomarte toda la botella en el camino. Mejor voy yo.
PEDRO.- (A Lucía). Le va a volar el marido.
LUCÍA.- De eso pido mi limosna, pero no se me hace.
JORGE.- Menos plática y más alcohol. Tengo seca la garganta.
MARIO.- Yo tengo seco todo.
LUCÍA.- (Toma una de las botellas de la ofrenda). Empiecen con esta mientras viene mi marido.
MARIO.- Cómo crees, ésta es para los difuntos.
LUCÍA.- Si estás tan seco como dices pronto serán uno de ellos.
MARIO.- No me quiera tanto comadre.
Entra Arturo con las bebidas en una charola. Las va repartiendo. Le agradecen.
MARIO.- ¡Salud compadres y comadres!
JORGE.- ¡Salud padres y....madres!
OFRENDA DE MUERTOS
11
ESTELA.- No se mande compadre.
LUZ.- ¡Salud por los muertos!
ESTELA.- Mejor ¡Salud a los muertos!
PEDRO.- Si tuvieran salud no estarían tiesos.
LUZ.- Pues eso sí, entonces salud a los vivos.
ARTURO- (Señala A Mario). Este no es tan vivo que digamos, más bien es pentonto o tontejo, como
ustedes prefieran.
MARIO.- ¿ Qué te traes, güey? Lo que pasa es que me tienen envidia por ser joven, guapo, simpático,
fuerte, artista, millonario.
ESTELA.- Sí, sí, y qué más.
MARIO.- Siempre me he preguntado cómo me veré de muerto. Estoy seguro que mi esqueleto y mi
calavera van a traer locas a todas las calaquitas del cementerio.
ARTURO.- El mío será un esqueleto bailarín.
ESTELA.- Y el mío será el de un esqueleto cabaretero, de esos de rompe y rasga.
LUCÍA.- Yo, como la Catrina, seré un esqueleto elegante, bello, distinguido.
Todos toman una máscara de calavera y accesorios de ropa. Se los colocan. Bailan coreográficamente
música tropical.
JORGE.- Lo bueno de este baile es que yo también ya estoy muerto.
ESTELA.-¿ Cómo?
JORGE.- Sí, estoy muerto...de cansancio.
MARIO.- Y yo muerto de...sed.
ESTELA.- En ese caso yo estoy muerta...de frío.
ARTURO.- Pues de lo que yo estoy muerto es de hambre y si los muertitos no se apuran me voy a
entrar al mole.
ESTELA.- Tú que le entras y yo que te entro a ti.
MARIO.- No, así ya hasta se me pasó el apetito.
ESTELA.- Más te vale.
JORGE.-¿ A ustedes de que les gustaría morir? A mí me gustaría de amor.
LUZ.- Cómo Juana la Loca.
JORGE.- Así, arrastrando el cadáver de mi mujer de un lado a otro, dejándolo que apeste, que se llene
de gusanos. ¡Fúchila!
ESTELA.- No me quieras tanto.
LUZ.- A mí me gustaría morir de vieja.
PEDRO.- Pues ya vete preparando.
LUZ.-¡ Grosero!
PEDRO.- Pues lo que es a mí preferiría morirme de risa.
LUZ.- Con lo simple que eres no sería difícil.
PEDRO.- Me moriría riéndome de los políticos, del pecado, de las enfermedades, de los ricos, de los
pobres, del dinero, del poder, de la misma muerte.
JORGE.- Recuerda que el que mucho se ríe no se muere pero sí se orina.
LUCÍA.- A mí me gustaría quitarme la vida diciendo un verso romántico o uno que hable del encuentro
entra la vida y la muerte, como las Coplas de Manrique:
“ Despierte el alma dormida,
avive el seso y contemple,
como se pasa la vida,
como se llega la muerte,
tan callando”
JORGE.- Mejor recita a Manuel Gutiérrez Nájera.
“¡ No moriré del todo, amiga mía!
De mi ondulante espíritu disperso,
algo en la urna diáfana del verso,
piadosa guardará la poesía.
¡ No moriré del todo! Cuando herido
caiga a los golpes del dolor humano,
ligera tú, del campo entenebrido
levantarás al moribundo hermano.
ARTURO.- Yo me quedó con Sabines:
“Padre mío, señor mío, hermano mío,
amigo de mi alma, tierno y fuerte,
saca tu cuerpo viejo, viejo mío,
saca tu cuerpo de la muerte.
Saca tu corazón igual que un río,
tu frente limpia en que aprendí a quererte,
tu brazo como un árbol en el frío,
saca todo tu cuerpo de la muerte.
Amo tus canas, tu mentón austero,
tu boca firme y tu mirada abierta,
tu pecho vasto y sólido y certero.
Estoy llamando, tirándote la puerta.
Parece que yo soy el que me muero:
¡ padre mío, despierta!
LUCÍA.- Ya párenle que me van a hacer llorar. Mejor léanme los suyos.
ESTELA.- ¿Cuáles?
LUCÍA.- Cómo que cuáles, los que les pedí.
LUZ.- Tú nos pediste las ofrendas. Ahí se me fue toda mi quincena.
LUCÍA.- Hablo de las calaveras.
JORGE.- Aquí están, una hasta tiene tu nombre.
LUCÍA.- No hablo de esas, hablo de las otras, de las suyas.
JORGE.- Tendrás que esperar hasta que nos petateemos y los gusanos dejen limpia la calaca.
LUCÍA.- Hablo de las calaveras, de los versos.
JORGE.- Pues hable claro, comadre.
PEDRO.- La verdad es que a mí no se me ocurrió nada.
JORGE.- Burlón. N’ombre, qué raro.
PEDRO.- ¿ Y el inteligente de tú si las trajo?
JORGE.- Clarines dijo Popochas, compromisos son compromisos.
ARTURO.- Antes brindemos por nuestros muertos ilustres.
LUCÍA.- De tanto brindis se van a acabar las botellas.
ARTURO.- Hoy es día de muertos y a las primera que hay que darle muerte es a la botella ¿Verdad
compadres?
PEDRO.- Tu lengua es de oro.
ARTURO.- ¡Salud por nuestros antepasados, por nuestros héroes, por todos los que han luchado por el
país! (Se pueden decir los nombres que deseen como puede ser desde Cuauhtémoc pasando por
Juárez hasta los del Ezln)
TODOS.- ¡Salud!
JORGE.- ¿Van a oír mi calavera o me marcho? Me la aprendí de memoria, ya saben mi facilidad para
aprender todo.
LUZ.- Lo sabemos compadre, lo sabemos, por eso aprendió bien pronto a obedecer a su mujer y a su
suegra.
JORGE.- (Abnegado). Por esta vez les doy la razón, soy un marido y yerno obediente.
MARIO.- No la hagas de caca...huate que es de almendra. Mejor di tu calavera.
JORGE.- Mejor no, se van a enojar las viejas.
ESTELA.- (Fingiendo enojo). ¡ Dilo!
JORGE.- Así sí. Ya dije que soy obediente.
YA MURIERON LAS MUJERES,
YA LAS LLEVAN A ENTERRAR,
AHORA TENDREMOS PODERES
QUE NOS QUISIERON QUITAR.
QUE DESCANSEN EN SU TUMBA,
COSA QUE YO MUCHO DUDO,
ESTARÁN ZUMBA QUE ZUMBA,
CRITICANDO A TODO EL MUNDO.
SE ACABO EL PEDIR DINERO,
DECIR QUE NO ALCANZA PARA EL GASTO;
QUE SE LO PIDAN AL DIABLO
CON EL QUE VAN A ESTAR UN BUEN RATO.
Los hombres victorean a Jorge. Las mujeres le chiflan o lo abuchean.
PEDRO.- Inspirado esta noche has estado.
JORGE.- No es por nada, pero creo que nací poeta.
ARTURO- No seas mamí...
ESTELA.- Ahora yo diré mi calavera.
LA MUERTE BUSCO A LOS HOMBRES,
PERO NO ENCONTRÓ A NINGUNO.
SÓLO VIO MARICONES
LLORANDO EN TODO EL MUNDO.
SE QUEJAN QUE HAY GUERRAS
Y QUE SUBEN LOS PRECIOS.
Y EN LUGAR DE IR A LA SIERRA
SE QUEDAN SATISFECHOS.
POBRE MUERTE. REGRESO SIN NADA.
HOY EN LA TUMBA SE QUEJA
DE ENCONTRAR PISTOLAS SIN BALAS
Y MACHOS VESTIDOS DE VIEJA.
Gran alboroto de las mujeres que la victorean.
JORGE.- Te mandaste mujer, te mandaste.
ESTELA.- Sólo dije la puritita verdad ¿o no? ¿A poco no se la pasan ustedes criticando a los corruptos,
al gobierno, a los ricos y e. t. c, e.t.c. y no hacen nada o cuando mucho votan a favor de los que
criticaron?
MARIO.- Yo hice una calavera a los corruptos.
AL INFIERNO LLEGARON LOS CORRUPTOS,
GENERALES Y GOBERNADORES,
CURAS Y POLICÍAS, QUE SON MUCHOS,
COMERCIANTES Y HAMBREADORES.
EL POBRE DIABLO SALIÓ HUYENDO,
ELLOS SE QUEDARON CON SU NEGOCIO,
AHORA TODO EL TIEMPO ESTÁN VENDIENDO
AZUFRE, LLAMARADAS Y LODO.
EL DINERO QUE GANAN NO SIRVE
PUES NO LO PUEDEN CAMBIAR POR ORO,
LO TIENEN QUE HACER BOLITAS
Y GUARDÁRSELO EN EL HOYO.
HOYO DE LA TUMBA, SE SOBREENTIENDE,
PUES EN EL OTRO NO CABRÍA,
TANTO HA ROBADO ESTA GENTE
QUE POR ESO ESTAMOS EN LA CHILLA.
SUFRAN TODA LA ETERNIDAD
QUEMADOS CON SUS BILLETES
QUE ROBARON A LA SOCIEDAD.
¡ SEA MALDITA SU SUERTE!
ARTURO.- Tienes razón, ellos se quedaron con nuestros pesos.
LUCÍA.- Qué se los lleven, ya no les van a servir de nada.
LUZ.- Al peso hice mi calavera.
TODOS.- Viene de ahí.
LUZ.- MURIÓ EL PUEBLO DE GRAN EMOCIÓN
PUES UN DÍA SE VOLVIÓ MILLONARIO
UN DÓLAR VALE AHORA UN MILLÓN
Y BILLONES UN CENTENARIO.
UN BOLILLO CUESTA MIL PESOS
Y LA CARNE NI SE DIGA.
UNA COMPUTADORA SON MIS SESOS
PARA PODER AGREGAR EL IVA.
USARON BILLETES DE MORTAJA
PARA LLEVAR AL PUEBLO A ENTERRAR,
FUE MAS BARATO QUE UNA MANTA
DE ESAS DE CHINCONCOAC.
DÓNDE VINISTE A PARAR
¡ OH PESO DESGRACIADO!
QUE YA NADIE TE VA A DESEAR
NI COMO PAPEL PARA EXCUSADO.
MARIO.- ¡Voy con la poetiza! Esto no tiene ni métrica.
LUZ.- Pero sí rima y sobre todo dice la neta... ¿ o no?
MARIO.- Para que no te enojes diré que sí.
LUCÍA.- ¿ Quién trae más calaveras?
PEDRO.- Si no es enchílame otra.
En esta parte se dirán calaveras que pueden aportar los propios actores o los amigos sobre ellos
mismos o la situación política actual o la cultural. No se debe exceder en tiempo.
LUCÍA.- Yo escribí una sobre la inseguridad de las calles pero no la encontré, todo lo pierdo.
MARIO.- Con que no pierdas a tu viejo...
LUCÍA.- A él lo traigo cosido a mi falda.
JORGE.- Voy a hacer una calavera a mí mismo, seré un muerto de categoría, mis huesos brillarán
como mármol de lo blanco que están.
ESTELA.- Si van a morir déjenos bien aseguradas, algún recuerdo queremos tener de ustedes.
JORGE.- (Haciendo un movimiento erótico). Tú ya sabes por lo que me vas a recordar.
ESTELA.- ¿Tú crees? Las minucias se olvidan pronto.
LUCÍA.- (Ríe). Ahora sí, vamos a poner el altar. No quiero muertos de cuerpo presente el día de hoy.
LUZ.- (Gritando como en pelea de gallos). ¡Cierren las puertas, apaguen la luz!
MARIO.- Sin luz esto se va a poner bueno, a ver cuál de las viejas me toca a mí.
LUZ.- ¡Pelado!
Apagan la luz, cada uno toma su veladora, la enciende. Con murmullos musicales que recuerden los
rezos y cánticos de la gente de pueblo en las festividades del día de muertos van tomando cada
uno su sitio, ejecutaran un breve ballet con ellas, después, con gran precisión y sin dejar de
cantar, colocarán todas las ofrendas en su lugar. Por último colocarán las veladoras
encendidas en el altar. Los actores dejarán que el público pueda admirar el altar ya completo,
después se colocarán para decir los siguientes versos:
HOMBRES.- RECORDEMOS A LOS MUERTOS
QUE SE ENCUENTRAN DESCANSANDO
DE LAS PENAS QUE SUFRIERON
EN ESTE MUNDO MALSANO.
MUJERES.- TAMBIÉN A LOS ANTEPASADOS
AZTECAS, MAYAS, OLMECAS.
ESPAÑOLES E INDIOS CRUZADOS
QUE FORMARON ESTAS TIERRAS.
UNA PAREJA.- A LOS QUE LUCHARON POR LA NACIÓN
DURANTE LA INDEPENDENCIA
Y A LOS DE LA REVOLUCIÓN
QUE MURIERON POR LA TIERRA.
TRES MUJERES.- TAMBIÉN A LOS QUE PERECIERON
EN LAS LUCHAS Y GUERRILLAS
POR QUERER SALVAR AL PUEBLO
DE TODAS LAS INJUSTICIAS.
TRES HOMBRES.- RECORDEMOS A LOS POETAS,
A LOS MÚSICOS Y DRAMATURGOS,
A LOS QUE PINTARON COSAS BELLAS
EN LOS CUADROS Y EN LOS MUROS.
TODOS.- OH MUERTE, TÚ NOS IGUALAS
A LOS POBRE Y A LOS RICOS,
PARA TI NO EXISTEN EDADES
NI SEXOS O COMPROMISOS.
HOMBRES.- (Con tono alegre). NOSOTROS MORIREMOS TAMBIÉN.
LO ÚNICO QUE TE PEDIMOS QUE NOS DEJES LLEGAR A LOS CIEN
O DE A PERDIZ AL OTRO SIGLO.
ARTURO.- LLÉVATE PRIMERO A LOS BANDIDOS,
A LOS QUE NOS ROBAN LA PATRIA,
AL FIN Y AL CABO SON MUCHOS
Y PUES IR LLENANDO LA PANZA.
LUCÍA.- COMIENZA CON LOS POLÍTICOS
Y LOS POLICÍAS LADRONES,
SIGUE CON LOS COMERCIANTES RICOS
Y TERMINA CON LOS MATONES.
HOMBRES.- MUERTE, QUERIDA MUERTE
NUNCA TE VOY A DESEAR,
ME GUSTA CARNE LLENITA
Y NO HUESOS PARA RASCAR.
MUJERES.- MUERTE, QUERIDA MUERTE
NUNCA TE VOY A DESEAR,
PARA TI MUY BUENA SUERTE
PERO VIVIR...ES A TODO DAR.
TODOS.- QUE DESCANSEN LOS MUERTOS EN PAZ
POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS,
NOSOTROS VAMOS A CANTAR
PORQUE AUN ESTAMOS VIVOS
MUERTE, QUERIDA MUERTE
NUNCA TE VOY A DESEAR,
PARA TI MUY BUENA SUERTE
PERO VIVIR ES...A TODO DAR.
Los actores vuelven a ponerse la máscara de calavera, bailan y cantan con ella, después la arrojan y
ya como vivos bailan y cantan más alegremente. Sacan a bailar al público. Pueden repartir con
él la ofrenda de muertos.
TELÓN FINAL.