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27/3/15

TRATALA CON CARIÑO de Oscar Viale










TRATALA CON
CARIÑO

de Oscar Viale













PERSONAJES



COCO
ERNESTO
LA NENA
WALTER


(COCO, un ex boxeador muy golpeado, poniendo de manifiesto todas, sus carencias motoras, trata de entrar al lugar, un enorme, viejo y sucio baúl. ERNESTO, su hermano, trata de impedírselo, aunque el empeño y la obcecación de Coco son más fuertes).

ERNESTO
-¡Esperá, no lo entres!
COCO
-¡Dejame! ¡Ya la tengo dominada a esta mierda!
ERNESTO
-¡Me arruinás el piso, no lo arrastres!
COCO
-¡Lo levanto, esperá! (Hace un esfuerzo enorme, el baúl es pesado)
ERNESTO
-¡Cuidado! ¡No lo inclines! ¡Te vas contra la pared!
COCO
-¡No puedo cuidar el piso y la paré al mismo tiempo!
ERNESTO
-¡No lo muevas, entonces!
COCO
-¿Y cómo hago pa entrarlo si no lo muevo?...¿Sos tarado, vó?
ERNESTO
-¡Te estoy pidiendo que no lo entres!
COCO
-Si ya está adentro. ¡Mirá dónde está la puerta!
ERNESTO
-¡Llevátelo! ¡Sacalo de aquí! (Coco se detiene y lo mira) ¿Qué me mirás?
COCO
-¡No te entiendo! ¿Qué hago: lo saco o no lo entro?...
ERNESTO
-¡Las dos cosas!
COCO
-¡Dale, no contestés boludece!
ERNESTO
-¿Para qué lo subiste, digo yo?...
COCO
-¡Ahora ya está acá; bancátela, querido! (Vuelve a lidiar con el baúl)
ERNESTO
-¡Basta, dejalo ahí! ¡Quedate quieto!
COCO
(Deteniéndose otra vez) ¿Te queda cómodo acá?
ERNESTO
-Eso molesta en cualquier parte.
COCO
-Vo contestá lo que te pregunto: ¿Lo dejo acá, no?...
ERNESTO
-¡No, ahí molesta!
COCO
-¿Entonce cómo carajo hago; a vó quién te entiende?...¡Recién dijiste que no lo mueva más!
ERNESTO
-El lugar de esa porquería es la calle. ¡No podés aparecerte con eso en una casa, así como así! ¿De dónde sacaste esa roña? ¿Por qué lo subiste? ¿Qué llevás ahí dentro? (Encimó las preguntas)
COCO
-(Luego de un silencio) ¿Qué te contesto primero?
ERNESTO
-¡No me contestes nada! Vayamos a lo práctico; hagámosla corta, ¿Puede ser?...Tengo mucho que hacer, no se si puedo recibirte en este momento...
COCO
-¡Si ya me recibiste! ¡Sentílo! ¿Quién me abrió la puerta?
ERNESTO
-Quise decir que no puedo atenderte.
COCO
-¡Me estás atendiendo! ¿O no?... ¿No estoy hablando con vos? Porque sos vos, ¿no?
ERNESTO
-Sí, yo soy yo... (Trata de calmarse). No te esperaba, Coco, comprendeme. Esta es una sorpresa total. No te anunciaste. Y yo tengo mis ocupaciones, mi tiempo cubierto...Ya estaba por salir, por ejemplo.
COCO
-¿Ah, sí?...Buen, andá y volvé yo te espero.
ERNESTO
-No, mejor hablemos ahora...
COCO
-¡Qué vueltero que sos! ¡Me la estás cambiando a cada rato!
ERNESTO
-Puedo distraer un momento para escucharte...
COCO
-¡Vos no te distraigas nada! Atendé lo que tengas que atender, yo no tengo apuro...
ERNESTO
-¡Pero yo sí! Dale, hablá ¿Qué querés?, ¿qué te trae por aquí?...
COCO
-Estábamo en el pueblo, viste. No había laburo ni nada, andaba todo encarajinado, las cosas no venían bien...Entonce le dije a la Nena: vamo a Buenos Aires, lo vemo a mi hermano Ernestito...Y vinimo.
ERNESTO
-¿Con quién viniste? ¿De qué nena está hablando?
COCO
-¿Cómo de qué nena?... (Señala la puerta) ¡De la Nena! (Mira hacia ahí). Uy, ¿dónde se metió? ¡Estaba ahí!... (Sale corriendo hacia afuera, llamando). ¡Eh, che:Nena! ¡Vení pa acá!...
(ERNESTO queda unos segundos sin reflejos. COCO regresa casi de inmediato acompañado por la Nena, una jovencita de unos quince o dieciséis años, mal entrazada y en avanzado estado de gravidez. Coco la viene prácticamente arrastrando y pasan delante del asombrado ERNESTO sin detenerse ante él).
COCO
-¿Qué hacías ahí afuera como una pava?...¡Vení, ponéte cómoda! ¡Dejá la valijita y sentate! (La chica mira preocupada a ERNESTO). ¿Qué lo mirás? ¡No te va a comer, es mi hermano!... (Como ve que la Nena no hace caso, él mismo le quita la valija y la hace sentar de un empujón) ¡Ahí está, eso es lo que yo te decía!...¿Viste que mi hermano no dijo nada? Se quedó pistola, tiene buenos sentimientos, no es un mostro; tiene buena onda, buen corazón, buen...¡todo bueno tiene! (Va hacia ERNESTO y lo abraza fuertemente) ¡Hermanito querido!
ERNESTO
-(Dolorido).¡Ay, no aprietes tanto!
COCO
-¿Vos tenés buen corazón o no?
ERNESTO
-¡Soltame!
COCO
-¡Contestá primero!
ERNESTO
-¡Eso no se puede contestar! ¡Ni tampoco debe preguntarse!
COCO
-¿Ah, no? (a La Nena). ¡Sentilo! ¡Yo te lo pregunté, ahora vo contestame!
ERNESTO
-En la pregunta ya está implícita la respuesta...
COCO
-A mí no me contestaste nada...(a La Nena). ¿Dijo algo, vos lo oíste?
ERNESTO
-¿Qué querés que te responda, Coco? Ese tipo de pregunta obliga al interpelado a responder con eufemismo o ejerciendo una falsa modestia...
COCO
-¡Nada de falsa moneda! ¡A mí decime la verdad, batime la justa! ¿Tenés buen corazoón o no?
ERNESTO
-(A punto de explotar). Bueno, de acuerdo: tengo buen corazón...
COCO
-(Dándole una fuerte palmada en la espalda). ¡Así me gusta, carajo! ¡Esos son hermanos!
ERNESTO
-(Apartándose dolorido). ¿Pero qué hacés, salvaje?...
COCO
-¡No me digas que te dolió! (A La Nena) Este es el lector de la familia, siempre con libros anda...es como un dotor. ¿Viste como la parla? ¡La hace de trapo, la hace!...Pero es cagón pa los golpes: no te aguanta una piña bien dada...(La otra vez hacia ERNESTO) ¡Hermano lindo! ¡Venga acá!
ERNESTO
-(Alejándose precavido). ¡Salí, salí!
COCO
-(Ríe) ¡Miré como raja! (Haciendo fintas de box ante él) ¡Vení, no rajés maulón! ¡Haceme frente, vení!
ERNESTO
-Dejame tranquilo! ¿A esto viniste?
COCO
-¡Te vine a dar unos abrazos, che! ¡Dejate abrazar!
ERNESTO
-¡No, nada de abrazos! ¡Hablá de lo que tengas que hablar y se acabó!
COCO
-(A La Nena) ¡Sentilo! Es inútil, el que agarra un libro no te agarra un sentimiento: se vuelve una heladera. esta es la diferencia entre nosotro: a éste se le agrandó la cabeza...a mí se me agrandaron las mano. Yo la te la doy, pero este se guarda la sabiola. ¡Es una basura este guacho!
ERNESTO
-¡Qué hablás de sentimientos ,vos! ¡Si te pasaste la vida borrándote!...¡Nunca sabemos dónde estás! ¿Dónde estuviste todo este tiempo?...Anduve tratando de localizarte...
COCO
-¿Cuándo, ahora?...
ERNESTO
-No, hace bastante ya...Hará cuatro años, día más o día menos.
COCO
-¿Cuatro años?...Buen, al fin me encontraste: acá me tenés...¿Qué querías?
ERNESTO
-Un poco tarde, ¿no te parece?...
COCO
-¿Quién dijo? Nunca es tarde, cuando la...(Se queda pensativo) ¿Cuándo la qué?...Yo lo sabía a este dicho...¡Ahí está: "nunca es tarde cuando la..." (Se traba otra vez). Y después sigue. Pero estuve bien, ¿no? ¡Te lo encajé justito! ¡Yo también soy rápido pa las contestaciones!...(A La Nena). ¿Viste qué bien estuve?
(La Nena lo llama con un gesto y le dice algo al oído)
-¡Ah, sí! (A ERNESTO) ¿Vos pa qué me buscabas, Ernestito?
ERNESTO
-Había fallecido mamá y queríamos que te enteraras. Fui al Boxing Club, estuve en el Luna Park...pero no hubo caso, nadie sabía de vos.
(Hay un silencio terrible. Coco lo mira con ojos extraviados, como si hubiese recibido un golpe de knock out)
¿Qué te pasa?
COCO
-¿La vieja murió?...
ERNESTO
-Perdoname, ¿No lo sabías? Pensé que finalmente te habías enterado...
COCO
-¿Murió?...¿En serio?...¿No me estás cargando?
ERNESTO
-¿Cómo voy a jugar con algo así?
COCO
-¿Entonce no está acá, en casa?...¿No la voy a ver, no va a aparecer por esa puerta?...
(ERNESTO ni siquiera responde. Coco se traslada pesaroso, tomándose el pecho. A La Nena).
La Vieja murió, ¿viste?...¡Murió! ¡Y este guacho no me dijo nada, me dejó afuera!...(Parece sentir un gran dolor).
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ERNESTO
-Te busqué por todas partes, Coco...
COCO
-¿Sabés lo que sos?...¡Un hijo de puta! (Va hacia ERNESTO y comienza a tirarle trompadas, ERNESTO pone distancia sin ninguna elegancia) ¡Turro! ¡Angurriento! ¡Egoísta!...
ERNESTO
-¡Pará, quedate quieto! ¿Qué hacés?
COCO
-¡La lloraste solo desgraciado!...(Llora desconsoladamente) ¡Pobrecita! ¡Pobrecita mi viejita!...
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Con lo que yo la queria….
ERNESTO
-Salió en todos los diarios, Coco. Yo personalmente fui a ver a todos los jefes de deportes para pedirles que publicaran un suelto...¡Y lo publicaron; se portaron todos muy bien! "Falleció la madre de Kid Patadón", puso Clarín. Y La Razón, más o menos: "un conocido púgil pierde a su madre"...
COCO
-(Ofendido) ¡Yo no la perdí! ¡Ustedes la dejaron ir!
ERNESTO
-Es una figura literaria...una forma de decir "murió".
COCO
-(Todavía lagrimeando) Quiere decir que todavía me recuerdan, ¿no? Los periodistas, digo. ¡Me recuerdan!
ERNESTO
-Fue hace cuatro años...Ahora no sé.
(Hay un silencio. Coco sigue con la cabeza metida entre sus amnos).
COCO
-Yo no leí nada...¿Sabés como me hubiese gustado leerlo?
ERNESTO
-¿No compras diarios?
COCO
-¡No sé leer! ¿No te acordás?
ERNESTO
-¡Ay, caramba, es cierto! No me acordaba, perdoname.
COCO
-No importa, la intención fue buena...(Se duele otra vez). ¿Así que murió?...¡Pobrecita! ¡Pobrecita!
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ERNESTO
-Le sobrevino una flebitis y no pudo salir adelante...
COCO
-¿Una fle qué?
ERNESTO
-Flebitis. Es una inflamación del conducto de las venas que produce una...
COCO
-(Tapándose los oídos) ¡Salí! ¡Salí, callate! (Hay un silencio, mira a La Nena) ¿Se calló?...(La Nena asiente, Coco libera sus oídos) ¿Y cómo fue...de un día pal otro?
ERNESTO
-No, fue un proceso largo...
COCO
-(Indignado). ¿Será posible que en este país los proceso siempre terminan pa la mierda, che?...
ERNESTO
-(Luego de una pausa) Pensé que te habías negado a venir...Como vos y mamá no se llevaban bien, dí por descontado que todavía le guardabas algún rencor...
COCO
-¿Quién rencor? ¿Yo?...¿Tás piantao? ¡A una madre no se le guarda rencor! ¡La madre al hijo, sí...! ¡pero un hijo nunca! (Retoma su llanto) ¡Pobrecita! ¡Pobrecita!...¡Qué carácter podrido tenía...!¡pero pobrecita!...(Hay un silencio).
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LA NENA
-Tengo sed. ¿Puedo tomar algo?
ERNESTO
-Sí, cómo no. ¿Qué desea?
(La Nena se levanta pesadamente y va hacia un bargueño donde hay una serie de botellas).
LA NENA
-(Señala una botella). Dame un poco de ésto.
ERNESTO
-Esas son bebidas alcohólicas...¿No me dijo que tenía sed?
LA NENA
-Sí, sed de ésto. ¿Me puedo servir? (Toma una botella)
COCO
-(Corre hasta la chica).¡Dejá eso! ¡Alcohol! no, carajo!...(Le quita la botella) ¿Estás piantada, vos? (Le amaga un revés).
ERNESTO
-(Asustado).¡Eh, qué vas a hacer!...(Le toma el brazo).¡No le pegues!
COCO
-¡Es que me tiene podrido la mocosa ésta!...¡Se prende a las botella como si fuese la teta!...(Amaga pegarle otra vez y ERNESTO se lo impide).¡Soltá!
ERNESTO
-¡No le podés pegar! ¡Tenés la mano muy dura!
COCO
-¡Qué desgracia que tengo, che!...¡Curda vieja ésta desgraciada!...(A La Nena).¡No la voy a dejar, ya se lo dije! ¡Basta de chupi!...Eso no es para usted; es muy borrega pa darle al chupi...¡Además, acuérdese que está en estado, carajo! ¡Cuide lo que tiene ahí!...(A ERNESTO, orgulloso). ¡Está en la dulce espera!...¿Te diste cuenta, no?
ERNESTO
-Sí, me dí cuenta.
COCO
-Está linda,¿viste?
ERNESTO
-(Mintiendo mal). Ssssi. ¿De cuánto está?
COCO
-Y...está de unos cuantos mese. Ya casi está lista pa...
LA NENA
-(Cortándolo).¡No, todavía falta!
COCO
-(A ERNESTO). No, todavía falta. ¡Pero está linda igual! Muy saludable. Dá gusto verla. Mirá esos cachetes. Mirá esta pancita...(Se la toquetea). Cualquiera que te la vea dice que está bien cuidada...
ERNESTO
-Sí, es lo que parece. ¿Lleva algún control?
COCO
-¿Quién, ésta?...¡Esta no tiene ningún control! ¿Si le das de chupar, por ejemplo, capaz que se pasa tres días mamándose!
ERNESTO
-¿Hablaba del embarazo...Se está controlando? ¿Dónde se trata?
COCO
-Ah, no sé. (A La Nena) ¿A vos te trató alguien?
LA NENA
-Varios. (Con picardía, tocando su vientre). Pero el culpable de ésto...es uno solo. Vos ya sabés, no preguntés.
ERNESTO
-¿Y el padre qué hace? ¿Dónde está; se ocupa de ella?
COCO
-¡Qué se va a ocupar! Está siempre mamao el hombre; borracho perdido. Fue el que la envició a ésta.
ERNESTO
-¿Entonces no se hace cargo del chico?
COCO
-¿Qué chico?
ERNESTO
-¡El que está esperando! ¿De quién es el hijo que está esperando?...
COCO
-¿Cuál éste? (Señala la panza de La Nena). ¡Este es mío!
ERNESTO
-¿Cómo tuyo?...¿Qué estás diciendo? ¡No puede ser!
COCO
-(A La Nena) ¡Sentilo! Dice que no puede ser...
ERNESTO
-Pero Coco...lo que hiciste es...¡es un delito! ¡Se llama incesto!
COCO
-¿Ma qué delito? ¡Si lo hace todo el mundo!
ERNESTO
-¡No es verdad! ¡Todo el mundo no se acuesta con sus hijos!
(Hay un silencio. Coco se pone serio).
COCO
-¿Ella el hijo lo tiene puesto...? ¿cómo se hace para...? ¿No se hace la porquería con una embarazada?...
ERNESTO
¡No hay que hacerlo con la hija! ¡Podés ir preso!
COCO
-¿Por qué?...
ERNESTO
-Porque cuando tenga el hijo y diga que el padre sos vos...te agarran de una oreja y te tragás no sé cuántos años de cárcel!...
COCO
-(Sorprendido) Mirá vos. ¡Entonce que no se diga que soy el padre!
ERNESTO
-¡Pero lo sos! El delito puede quedar impune...pero igual lo cometiste. Es algo grave...sicológicamente la has destrozado a tu hija.
COCO
-¿A qué hija?...¿Vos ya sabés que va a nacer una nena?...
ERNESTO
-¡No! ¡Hablo de ella! (Señala a La Nena) ¡Estamos hablando de ella, de tu hija!
COCO
-¡Ella no es mi hija!
ERNESTO
-¿Cómo que no?
COCO
-(A La Nena) ¡Sentilo! ¡Dice que sos mi hija!
LA NENA
-¡No! ¡Está confundido! ¡El no es mi papá! (Coco y La Nena rién)
ERNESTO
-(Abochornado) Bueno...perdón. No sé cómo pude confundirme. Seguramente porque le decía La Nena...
COCO
-(Riendo) ¡Le digo la nena pa no decir el nombre, que es complicado!
LA NENA
-Si me llamo Eugenia!
COCO
-¿Ah, si? (A ERNESTO) Se llama Eugenia, pero nunca me viene a la lengua...
ERNESTO
-Además, en algún momento, nos enteramos que habías tenido una hija...Es verdad, ¿no?...
(Hay un silencio. Coco se queda pensativo unos segundos, tratando de recordar)
COCO
-No me acuerdo. Pero puede ser. A lo mejor pero, hace tiempo...Algo hubo.
ERNESTO
-Mirá , si mal no recuerdo...debería tener la edad de esta chica.
COCO
-(Luego de mirar largamente a La Nena) Puede ser. (Asiente varias veces) Puede ser. No digo que no.
ERNESTO
-(Buscando desquite con saña) Vamos, no te hagas el tonto...Si la madre estuvo aquí en casa, y traía a la bebita en los brazos. Habló con mamá, le contó que te había perdido el rastro unos días antes de tener familia...Parecía una buena madre...¿Por qué le hiciste eso?...
************************************
COCO
-No me acuerdo.
ERNESTO
-(Capcioso) Después también estuvo otra mujer. Y dijo que vos...
COCO
-(Cortándolo) ¡Lo que pasa es que yo no los presente a ustedes! ¡De ahí viene toda la confusión!... (A La Nena, reprobatorio) ¿Vos cómo te metés en una casa sin presentarte, sin saludar?...¡Hay que ser un poco gente, che!...Diga ¡Hable, converse! Diga: yo soy Fulana, ¿con quién tengo el gusto?...¡Con toda la voz, con toda la educación!
LA NENA
-Tengo sed.
COCO
-(Furioso) ¡Cállese la boca! ¿Qué es eso de "tengo sed, tengo sed"?...¡Primero preséntese, carajo!... (La toma de un brazo y la oblig a enfrentarse a ERNESTO) La Nena, mi mujer. Ernestito, mi hermano menor.
ERNESTO
-(Estirando la diestra incómodo) Mucho gusto.
COCO
-¿Cómo mucho gusto?...¡Son parientes, che! ¡Tienen que besarse!...¡Agarren confianza!
(Los empuja y los obliga a juntarse. La nena estampa un beso en la boca a ERNESTO, quien la observa torvamente).
-(Satisfecho) ¡Eso, así me gusta!
LA NENA
-¿Ahora puedo tomar?
COCO
-¿Otra vez empezamos con lo mismo? (Le amaga un bofetón; la chica se cubre aparatosamente, pero Coco no alcanza a largar el golpe) ¡Me vuelve loco esta guacha!...¡Tengo que estar fajándola todo el tiempo! ¿Será posible?...
ERNESTO
-En esta casa, delante mío, no se te ocurra pegarle...
COCO
-¿Ah, no? ¿Quién va a ser culo de prohibírmelo, a ver?...
ERNESTO
-Es peligroso, Coco. Pensá en su estado.
COCO
-¿En qué estado? ¿Ya está en curda?...¿Cuándo tomaste, desgraciada? (La corre para pegarle. La Nena escapa hacia el interior) ¿Cuándo tomaste?
ERNESTO
-(Poniéndose delante de Coco) ¡Esperá; entendiste mal!...(Lo abraza para detenerlo de alguna manera) ¡Tranquilo, Coco! ¡Yo no quise decir que estaba borracha! ¡Hablaba de su embarazo, nada más!
COCO
-(Dejándose abrazar, con desánimo) Por eso la traje a Buenos Aires, sabés. A ver si la puedo sacar del vicio, carajo. Tengo que rescatarla. Tengo que protegerla.
ERNESTO
-Está bien, me parece perfecto. (Se separa, le acaricia el rostro) ¿La pensás llevar a Alcohólicos Anónimos?
COCO
-No, la viá llevar al Luna, pa que hable con Leture. Ella tiene mucha labia, sabe cómo tiene que hablar, lo que tiene que pedir...
ERNESTO
-¿Eso que tiene que ver con ella?...¿No dijiste que la querías sacar del vicio?...¡Ocupate de esta chica, no pierdas el tiempo!...
COCO
-¡Antes que me consiga la pelea! ¡Después, hacemos lo que quiera! Es muy importante esa conversación, tiene que estar con todas las luce. Yo solo no los voy a convencer. En cambio, si la ven a ella, por ahí les agarra lástima...y me dan la pelea.
ERNESTO
-¿Qué pelea? ¿Vos pensás boxear de nuevo?
COCO
-Tengo que hacer mosca de alguna manera.
ERNESTO
-¿Cuánto hace que no peleás?
COCO
-Todavía soy joven, puedo volver en cualquier momento...
ERNESTO
-Es peligroso. Mejor pensá en otra cosa. Sos un veterano.
COCO
-Nicolino pelió hasta los treinta y nueve. Ki Cachetada hasta los cuarenta y seis. Archi Mur: ¡hasta los cincuenta! ¿Y Yá Densi?...¡Yá Densi cuando bajaba del ring se iba apoyando en un bastón!...¡Así se iba, mirá!....(Imita a un Dempsey rengo que se apoya en un bastón)
(La Nena vuelve prudentemente, ganando espacio y confianza de a poco).
-¡Decí que después le vino la parálisis total y ya no pudo seguir...que si no, era capaz que seguía y seguía!....Pero ya estaba bien forrado en dólare cuando le vino. Es lo que pienso hacer yo: sigo hasta la parálisi, silla de rueda, su ruta.
ERNESTO
-¡Eso es un disparate, no seas chiquilín!
COCO
-¿Qué chiquilín? ¡Lo hago por el pibe que viene! ¡Qué tenga un padre paralítico, pero millonario!...(A La Nena) Eso tené que decirle a Leture, Nena: que no me importa lo que venga. ¡Yo, por el pibe, todo! Anotalo, mirá que después yo me olvido...
ERNESTO
-(A La Nena). ¡Usted no va a decir nada!
COCO
-¡Que diga, que diga todo! ¡Vos no te metás!
ERNESTO
-Usted le llega a conseguir una pelea y yo los mando presos a todos: a él, a usted y a Lectoure!
COCO
-¡A Lecture no, pobre hombre!...
ERNESTO
-¡Eso sería lisa y llanamente un asesinato!
COCO
-¡Sentilo! ¡Se volvió botón éste!
ERNESTO
-(A Coco, enfrentándolo indignado). ¡Sos un tipo muy golpeado! ¡Perdiste tus últimas peleas por nocáu!
COCO
-¡Nocáu, dice! ¡Sentilo!
ERNESTO
-Empezaste a los quince años...¡son demasiados golpes ya!
COCO
-¡Empecé a los dieciocho!
ERNESTO
-¡A los quince! ¡Falsificaste la cédula para debutar! Mamá fue a denunciarte a la Federación de Box, ¿te acuerdas?...Pero llegó tarde, ya te habían destrozado el tabique nasal...Y a los veintidó estuviste dos meses internado en el Rawson por un coágulo cerebral...A los veinticuatro, Saldívar te mandó de vuelta al hospital, con tres costillas fracturadas...
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COCO
-¿Te acordás? ¡Pero se soldaron! ¡Las tengo soldadas!...
ERNESTO
-¡Pero hay otras cosas que no están soldadas! ¡Y no podés ir a arriesgar la vida inconcientemente!
COCO
-(Como repitiendo el versito). ¡Nicolino pelió hasta los treinta y nueve; Ki cachetada hasta los cuarenta y seis. Y Archi Mur hasta los cincuenta!...
ERNESTO
-¡Eso no importa! ¡Ellos eran grandes boxeadores! ¡Pudieron hacerlo porque se cuidaron, porque no era fácil pegarles una trompada! ¡Vos siempre fuiste uno del montón, un bagayo, un vulgar zapallero!...
COCO
-¡Sentilo! ¡Gané diecisiete como aficionado y doce como profesional! ¡Veintinueve en total!
ERNESTO
-Veintinueve, está bien...¿pero cuántas peleas hiciste?
COCO
-Ciento cuatro.
ERNESTO
-¡Ahí tenés! ¡Mirá! ¡Ganaste apenas veintinueve en ciento cuatro peleas!...¿Y cuántas veces te pusieron nocáu?
COCO
-¿Nocáu, lo que se dice nocáu?...¿Los que metí yo?
ERNESTO
-¡No, los que recibiste!
COCO
-(Parece querer recordarlo unos segundos) No me acuerdo.
ERNESTO
-(Iracundo). ¡En todas las demás te fajaron, te hicieron bolsa! ¡Reconocelo!
COCO
-Kí Patadón me decían...¡el que pega fuerte soy yo!
ERNESTO
-¡Vos te bautizaste así!
COCO
-¿Estuve bien, no?...Suena lindo...todo el mundo me llama así.
ERNESTO
-¿Todo el mundo quién?...¡Si sos un ilustre desconocido! ¡En el Luna llegaste a pelear de semifondista y punto!
COCO
-(Puchereando), ¿Por qué me humillás así, hermanito? ¡No está bien eso!
ERNESTO
-¡No te humillo, pongo las cosas en su lugar!
COCO
-¡Vos tendrías que alentarme, darme manija...y no tirarme el chico al fondo como estás haciendo!
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ERNESTO
-¡Lo que quiero es ponerte en la realidad, Coco: vos no podés volver a pelear!
COCO
-(Lloriqueando como un niño) Vos me tenés que decir: "¡qué bueno que sos, Coco!"...¡Levantarme el ánimo, enchufarme enrgías! Cuando uno viene mal y cae medio muerto al rincón...los segundos tienen que consolarlo a uno! ¡Encontrarle la vuelta para que siga!
ERNESTO
-¡Yo no soy tu segundo!
COCO
-¡"Vamo, Coco, seguilo que ya lo tenemo! ¡Sacá las mano, no lo dejés pensar y ya está! ¡Vamo, salí, no reculés, maulón!..." (Se engancha con una supuesta pelea, tira golpes al aire) ¡Vení, pegame si sos culo! ¡Tomá la cara, negro de mierda, pegame!...
¡Saque el swing, Coco! ¡Swing abajo y cross arriba!
...¡Se cae el negro, vamo, se cae! (Tira una seguidilla al aire) ¡Bien, Coco: así! Meta sin asco!...
ERNESTO
-(Preocupado) ¡Coco, por favor, calmate!
COCO
-¡No, qué calmate! ¡Si lo estoy amasijando! ¡Vamo el áperca; meta el áperca!...(Tira varios upper cuts con toda la furia)
(ERNESTO lo toma previsoramente por detrás, en un abrazo de oso y lo inmoviliza!.
ERNESTO
-¡Pará, por favor, pará!
(Coco deja de tirar golpes y se calma)
COCO
-(Agitado, buscando aire con la boca abierta) ¿Lo saqué? ¿Se cayó el negro?...
ERNESTO
-¡Tranquilo, por favor!
COCO
-¡Contestame! ¿Se cayó o no?
ERNESTO
-Se cayó, sí...(Lo lleva hacia el sillón) Vení, sentate, descansá.
(Coco respira con dificultad: la nariz no alcanza para recibir todo el aire que necesita)
COCO
-¿Viste? ¡Todavía estoy en forma!...¿Estoy en forma no? (ERNESTO asiente con lástima) ¿Entonce por qué me tirás el culo de esa manera, hermanito?...El boseo se está muriendo, no hay boseadores que te llenen el Luna...Yo me las puedo rebuscar. ¡Si no salió nadie como la gente! Por ahí engancho dos o tres peleas y hago un fangote de guita... ¡Puede ser! ¿Por qué no?...¿Sabés por qué puede ser? ¿Porque los hijos vienen con un...? ¿Cómo es?
ERNESTO
-No es tan fácil la cosa. Antes te van a pedir un examen psico-físico...
COCO
-Los hijos vienen con un...¡Bueno, y después sigue! ¡Te la metí justita, eh!
ERNESTO
-¡Y si no llegan a hacerlo...Yo mismo me voy a encargar de impedir esa locura! ¡Voy a la Comisión de Box y te denuncio!
COCO
-¡Sentilo! ¡Voy a ser padre, loco! ¡Entendela!
ERNESTO
-¡Si volvés a pisar un ring no vas a tener esa dicha!
COCO
-¿Qué dicha?..."¿Nunca es tarde cuando la dicha es...?" ¡Ese es otro refrán, loco! (A La Nena). ¡Sentilo! ¡Ya está hablando boludece!
ERNESTO
-¡No te dejo pelear! ¡Lo entendiste: No te dejo! (Se lo deletrea) ¡Yo, per-so-nal-mente!...¡Te lo juro! (Besa sus dedos en cruz)
COCO
-¿Ah, vos no lo querés?...(Se queda un instante en el aire, pensándolo) Buen, está bien: entonce no peleo. Me busco alguna otra changa.
ERNESTO
-Eso ya suena de otra manera.
COCO
-(Acercándose a La Nena) Pero igual nos vamo a acomodar por acá, quedate mosca vo.
ERNESTO
-(Desconfiado) ¿Acomodarse en dónde?...
COCO
-(Siempre a La Nena) Laburo de cualquier cosa hasta que nazca el chico...¿Sabés cocinar?
LA NENA
-Más o menos.
COCO
-Buen, entonce te encargás de cocinar pa todos.
LA NENA
-¿Para todos? ¿Cuántos son "todos"?...
COCO
-(Señalando conjuntamente) ¡Nosotro!
ERNESTO
-(Buscando precisiones) Perdón, ¿de qué están hablando?...¿En dónde estás pensando quedarte Coco?...
COCO
-¡Yo solo no! ¡La Nena también!
ERNESTO
-Sí, ya lo oí...Pero lo que me interesa saber es en dónde planean quedarse...
COCO
-¡En Buenos Aires!
ERNESTO
-Esto también lo entendí...Pero ¿en qué lugar de Buenos Aires?
COCO
-¡En este barrio! Lo conozco bien...acá me crié.
ERNESTO
-Ah, qué bien...Lo único que te falta agregar es que piensan vivir en esta casa...
COCO
-(Sonriente) ¿Cómo lo adivinaste?
ERNESTO
-(Explotando con ferocidad) ¡No! ¡Eso ni lo sueñes! ¡No! Ene o, ¿entendiste?...¡No podés descargarte después de una ponchada de años y venir a instalarte aquí...! ¡sin siquiera preguntar si se puede!
COCO
-¿Se puede?...
ERNESTO
-¡No! ¡No! ¿Lo tenés claro?...(Vocifera). ¡Estoy diciendo que no!...
COCO
-¡Sentilo! Dice que no.
ERNESTO
-¿Y que hay?...¿Quién me lo impide? ¡Tengo derechos adquiridos!...
COCO
-¿Quedate tranquilo...? ¿por qué gritás?
ERNESTO
-(Muy nervioso, casi histérico) ¡No voy a permitir que me saqués algo por la fuerza! ¡Yo también me sé hacer valer!...¡No soy aquel pibe inofensivo que vos dejaste!
COCO
-Yo no te dejé.
ERNESTO
-¡Es una forma de decir!
COCO
-¡Sentilo! ¡Dice que yo lo dejé! ¡El que hizo rancho aparte siempre fue él!
ERNESTO
-¡El tiempo no pasa inutilmente! ¡La gente cambia! ¡Y yo, desde que mamá murió, soy otra persona!
COCO
-(A La Nena). ¡Nunca pasó pelota, siempre se cortó solito, andaba con sus amiguetes los intelectuales...! ¡y ahora me sale con que yo lo dejé!
ERNESTO
-(Fuera de sí). ¡No te enrosques con eso, ahora! ¡Yo estoy hablando de otra cosa!
COCO
-Es la casa de la vieja...¡Ella siempre me recibía!
************************************
ERNESTO
-¡El alquiler ahora lo pago yo! ¡Los servicios también los pago yo! ¡Es mi casa, no la de mamá!...
COCO
-¡Le afanó los muebles y ahora dice que todo es de él!
ERNESTO
-¡Me los gané! ¡Yo estuve a su lado hasta su último suspiro! ¡Pagué medicamentos, médicos, internaciones!
COCO
-¡La vieja tenía una pensión! ¡Me la pasó más de una vez!
************************************
ERNESTO
-¡La pensión no alcanzaba para pagar tres platos de sopa!
COCO
-(Siempre a La Nena) ¿Viste qué labia tiene? ¡Se las sabe todas, tiene una contestación para cada cosa, sentilo!
(ERNESTO va hasta Coco y lo hace girar hacia él, le toma el rostro entre las manos y lo obliga a escucharlo y a verlo).
ERNESTO
-(Gritando) ¡No te podés quedar! ¡Mirame cuando te hablo! ¡Esta es mi casa...y yo recibo a quién se me antoja! ¿Entendiste?
COCO
-¡Sí, te entiendo...Pero siempre que vine, yo me quedé!
ERNESTO
-¡Ahora no; hoy no! ¡No hay espacio...no tengo lugar! ¡No vivo solo! ¿Entendiste ahora?...
(Hay un silencio. ERNESTO suelta el rostro de Coco y se aleja de él)
COCO
-¿Te casaste?...
ERNESTO
-(En otro tono más calmo) No...pero estoy viviendo una situación casi idéntica.
COCO
-¿Casi idéntica?...¿Se parece a mí la mina? ¿Es como yo?...
ERNESTO
-¡La situación es idéntica! Hablo de la situación...
COCO
-(Corre emocionado hacia su hermano y lo abraza) ¡Hermanito querido! ¡Qué feliz me hacés!...Quiere decir que me querés!...(Lo besuquea).
ERNESTO
-(Apartándolo casi asqueado). ¡Salí, soltame! ¡No me besuquees!
COCO
-¡Me diste vuelta el corazón! (Lo suelta y se pone a llorar) ¡Y yo que pensé que eras un tipo jodido como la vieja!...
ERNESTO
-¡Mamá no era jodida! ¡No lo repitas más!
COCO
-Siempre estaban secreteando...eran compinches. Andaban por los rincones, hablando bajito: chucu-chucu chucu chucu...¡No sé de qué carajo hablaban, pero después siempre me miraban torcido!...¡Pero ahora resulta que te buscás una mina parecida a mí! ¿Te das cuenta, Nena?...
************************************
ERNESTO
-¡Estás retorciendo lo que dije a propósito! ¡Para no entender lo que realmente te estoy diciendo!...(A La Nena). Usted me entendió, ¿no?
LA NENA
-No sé de qué estan hablando, perdone...
ERNESTO
-¿Cómo que no sabe?...¿Es sorda? ¡No pueden quedarse aquí, eso es lo que estoy diciendo: no tengo lugar!
COCO
-(Olvidándose del llanto). Nos arreglamos con poquita cosa...
ERNESTO
-¡No tengo donde ponerlos!
COCO
-Dormimos en cualquier parte...
ERNESTO
-¡Es imposible!
COCO
-Un colchoncito en la cocina...
ERNESTO
-¡No tengo colchón!
COCO
-¡Pero tenés cocina!...En el suelo, entonce.
ERNESTO
-¡No puedo!
COCO
-¡No digás que no tenés suelo! ¿Dónde estamo pisando?
ERNESTO
-(Tomándole otra vez el rostro). ¡No hay espacio vital! Me resulta imposible compartir la casa con alguien más...¡Porque conmigo ya vive otra persona!...¡A ver si me entendés: carajo! (Lo suelta enojado)
COCO
-¡Entonce te casaste! ¿Por qué me engañás?...
ERNESTO
-¡No me casé! ¡No me casé! ¡No me casé! ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo?...
COCO
-¿Entonce por qué te negás? ¡Qué vueltero que sos!
ERNESTO
-(Haciendo bocina) ¡Andate de aquí!...¡No me hagás calentar más!...¡Andate, por favor!
COCO
-¿Yo solo?...
ERNESTO
-¡Los dos! ¡Váyanse los dos!...
(Hay un silencio. Coco mira a su hermano como si se negase a entender algo tan claramente expuesto. La pausa permite que, incluso, ERNESTO se relaje un tanto, avergonzado por su salida de tono).
COCO
-(Tiernamente, muy cerca del otro) ¿Por qué sos así?...Donde caben dos...¿como es?, caben cuatro.
ERNESTO
-El dicho no es así. Donde caben dos, caben tres, se dice.
COCO
-¡Te aceto!...(Se pone en movimiento). ¡Entonce me quedo yo solo y la mando de vuelta a La Nena.
ERNESTO
-(En guardia otra vez). ¿Aceptás qué, aceptás qué?...¡Yo no te ofrecí nada!
COCO
-¡Lo dijiste bien clarito! (A La Nena). Lo lamento te tenés que volver solita. Ya lo sentiste: no te quiere.
ERNESTO
-¡Un momentito! ¡No me empieces a enroscar de nuevo!
COCO
-(Con La Nena). ¿Tenés plata pal boleto de vuelta...(Busca en sus bolsillos vacíos). Paciencia, la quisimos hacer bien, pero no hubo forma...Allá a lo mejor encontrás alguno que te tire una mano: las embarazadas siempre dan mucha lástima...(A ERNESTO). ¿Tenés unos pesos pal pasaje?
ERNESTO
-(Sin responder al pechazo). ¿La pensás mandar sola de vuelta...en ese estado?...¡Sos un salvaje, un irresponsable!
COCO
-¡El salvaje sos vos! ¡Si la odiás a la pobre chica!
ERNESTO
-¡Yo no tengo nada que ver con ella!
COCO
-¡Es mi mujer! ¡Tu cuñada!
ERNESTO
-¡Aunque así sea! ¡Es problema tuyo! ¡Tenés que acompañarla, vaya adonde vaya!...En cualquier momento necesita atención médica...¡Un poco de responsabilidad, che!
COCO
-Tenés razón, tenés razón...Entonce hacemo una cosa: el que se va soy yo. A ella la dejamo acá.
(Va hacia el baúl)
ERNESTO
-La dejamos acá, ¿dónde?
COCO
-¡Acá, con vos! ¡Yo sé que la vas a cuidar, le vas a poner los mejores médicos! (Toma el baúl y comienza a moverlo). ¡Tenés un gran corazón!
ERNESTO
-(Tomando el baúl del otro lado) ¡Esperá un cachito! ¿Adónde vas?
COCO
-Me voy, ¿no es lo que querés? ¡Chau, muchas gracias! (A La Nena) ¡Vos te quedás con él, no le va a faltar nada!
ERNESTO
-(Luego de pelear un instante por el baúl) ¡No me encajes tus problemas! ¡No me vengas con regalitos!
COCO
-¡El chico es nuestro! ¡No te lo va a regalar!...¡Dejame, sacá las manos de ahí!...
(Vuelve a lidiar por el baúl un instante).
ERNESTO
-¡Vos no te podés ir! ¡Quedate acá!
COCO
-(Soltando el baúl). ¿Pero quién te entiende a vos?...
(Por efecto de la inercia, ERNESTO rueda por el suelo, junto con el baúl, pero Coco no lo advierte y le da la espalda, hablando con La Nena).
-(A La Nena). Que me vaya, que me quede...¡Es una veleta terrible este tipo!...
ERNESTO
-(Levantándose dolorido). ¡No quiero que te quedes! ¡No cambies mis palabras!
COCO
-(Siempre a La Nena) Vas a ver que al final se queda con vos...
ERNESTO
-(Haciendo girar para sí) ¡Aquí no se queda nadie!
COCO
-Tranquilo, flaco, manso...(Lo acaricia como a un animal) No grites...¡Estás mal de los nervios! ¿Por qué no vas a un médico vos también, de paso que va La Nena?...A uno de la cabeza, como los de la Federación de Bos. Te ponen unos chupetes con cablecitos y te conectan con un aparato que tiene un limpiaparabrisas que escribe rayitas...¡A mí me hicieron una vez y salí fenómeno! ¿Sabés qué me dijo el médico?...
ERNESTO
-¡No sé, y no me interesa!
COCO
-"¡Váyase; y no quiero verlo más por acá!"... y no volví. ¿Para qué? ¡Si yo estoy fenómeno!...El que volvió fue el Chino Bisogno...y así quedó. Le hicieron tantas conesiones que al final le vino un virulo y cortó polea. Te miraba y no te reconocía; ponía los ojos chingados y hablaba boludece....Pero el Chino era una esesion, estaba muy golpeado...COn vos es distinto; vos dejate hacer todas las conesiones que quieren...(Lágrimas) ¡Pobre Chino! ¿Dónde está ahora? ¡Tirao por ahí! ¿Quién se va a bancar un cacho e carne así?...
(Llora lastimeramente unos segundos, creándole mucha culpa a ERNESTO y una indiferencia total a La Nena, que espera displicente el desarrolo de los acontecimientos).
Vamo, Nena: éste nos dio el toque. Rajemo.
(La Nena se incorpora con dificultad mientras Coco vuelve a su baúl).
ERNESTO
-(Culposo) Si me hubieses avisado con tiempo... a lo mejor nos arreglábamos de otra...Estas cosas hay que prepararlas, pensarlas.
COCO
-Tendría que haber esperado a que me invitaras... ¿No es cierto?
ERNESTO
-¡Claro!
COCO
-(Rápido) ¿Me invitás?
ERNESTO
-(Más rápido aún) ¡No!
COCO
-¿Con cuánta anticipación tengo que avisarte?...
ERNESTO
-Yo tengo que asimilar las cosas de a poquito, conocer a la gente...
COCO
-A nosotros ya nos conocés...
ERNESTO
-(Haciendo la salvedad) ¡Profundamente! ¡No! Ella todavía es un enigma.
COCO
-Te la dejo dos o tres meses y la conocés mejor...
ERNESTO
-(Bajo pero firme) No, gracias. ¡Ella es responsabilidad tuya, y la solución también debe ser tuya!
COCO
-Yo había encontrado una solución...
ERNESTO
-¿Cuál?
COCO
-¿Por qué crees que vinimo acá?...¡Estaba todo pensado!
ERNESTO
-¿Ah, sí? ¡Qué piola! ¡Me querías enchufar el fardo a mi, eh! ¡Eso no vale, así no sirve! ¡Asumí tus hechos, querido! ¡La chica es tuya, el embarazo es tuyo...hasta el baúl es tuyo!
COCO
-No, el baúl me lo prestaron.
ERNESTO
-Hacé de cuenta que es lo último que conseguiste gratis en tu vida.
COCO
-Lo último fueron los pasajes pa Buenos Aires...
ERNESTO
-¡Muy bien, te felicito! ¡Pero para bien tuyo y de tu familia, lo mejor que puede ocurrirte es que las prebendas, esas atenciones, esas gauchaditas que recibís por lástima...se acaben. Empiezo por dar el ejemplo: de mí no vas a conseguir nada; no te pienso ayudar, en esta casa estás recibiendo el primer no de la lista.
COCO
-(Desconcertado, dolido) ¿Por qué? ¿Yo qué te hice; por qué me querés mal...?
ERNESTO
-Si te convencés que ya nadie te va a ayudar, seguro que sacas fuerzas de flaquezas, podés mirar la vida de otra manera y un mundo nuevo se presentará ante tus ojos...
COCO
-El mundo del cementerio...¡porque yo me muero!
ERNESTO
-¡Es lo más sano que puede ocurrirte Coco! ¡No podés seguir descargando el peso de tu irresponsabilidad sobre los demás! ¡Los demás tenemos nuestras propias preocupaciones, nuestros propios problemas...Flor de problemas, en algunos casos!...¿Entendés?
(Hay un silencio. Coco lo mira fijamente, se lo siente hacer el esfuerzo de pensar).
COCO
-¿Tenés problemas, no?...¡Me dí cuenta de entrada!
ERNESTO
-(Evasivo) Estábamos hablando de vos...A mí dejame al margen.
COCO
-Dale, vamo, deschavate: ¿Qué problema tenés? Yo te ayudo a salir adelante, enseguida le encuentro la vuelta...Soy canchero en eso!...(Lo cerca,lo abraza, lo acaricia) ¿Es asunto de guita¿De sentimientos?...¿Quién te está jodiendo? Si hay que fajar a alguien...marcámelo y hacete a un lao...(Muy tierno) Hablá, querido, hablá!...
(Su contacto es equívoco. Y es lo que piensa Walter cuando entra y los sorprende así. Es un hombre fornido, varonil, con bigotes estilo mostacho. Si un excéntrico pijama, de corte y colores llamativos, no disminuyera un tanto sus rasgos más machistas, se diría que su porte es el de un militar, y de los duros.
Solo La Nena, advierte su presencia, pero no hace comentario alguno. ERNESTO se ha dejado invadir por la ternura explícita de Coco y acepta sus caricias como un niño, revolviéndose gatunamente)
COCO
-Dale, sé buenito, aflojá...
ERNESTO
-¡No! ¡No quiero!...
COCO
-¡Dejate venir...! ¡No te guardes nada!...
WALTER
-(Con voz tronante, seca) ¿Qué está pasando aquí?...
(Al oir su voz, ERNESTO da un salto asustado y se separa de su hermano. De ahora en más -y en presencia de Walter, particularmente- su cambio es radical: se muestra temeroso, vacilante, indefenso, y hasta le aparecen actitudes femeninas)
-¿Qué es esto?...¿Quién es esta gente?
ERNESTO
-(Muy nervioso) Son...él es mi...¡Llegaron hace un momento: no sabía que venían!
WALTER
-¿Quiénes son?...
ERNESTO
-Ya se iban ¡se estaban despidiendo! (Va hacia Coco, urgiéndolo) Mejor hablamos en otro momento...ahora me resulta imposible, ya les dije. ¿Qué tal si combinamos una cita y nos encontramos un día de éstos?...
COCO
-(Por Walter) Este es tu "problema" ¿no?
ERNESTO
-(Evadiendo la respuesta) ¿Por qué no anotás el teléfono de mi oficina y me llamás mañana a la tarde, por ejemplo?...
COCO
-(Insistente, prendido como garrapata) ¡Dale, decí la verdad!...
ERNESTO
-(Casi una súplica, en medio tono) ¡Por favor, no me comprometás!
LA NENA
-(A Walter) ¿Me puede dar algo de tomar? El otro hace como una hora que da vueltas y no es capaz de largar ni un vaso de agua...
ERNESTO
-(Corre a interponerse entre Walter y La Nena). No es verdad, no me pidió nada!...Además, ¿qué obligación tengo con usted, chirucita?...¡Agarre su valija y váyase! ¡Vamos!...(Toma la valija de La Nena).
COCO
-¡Ella no se va...ni yo tampoco! ¡Deja esa valija ahí!
ERNESTO
-¡Vos agarrá esa porquería (Por el baúl) y sacala de aquí! ¡Ya mismo! (Va histéricamente hacia el baúl) ¿Qué esperás?
COCO
-¡Si llegás a tocar ese baúl te estrolo de un piñazo!
ERNESTO
-(Pone la valija al lado del baúl) ¡Aquí está todo! ¡Como lo trajeron, se lo llevan!
COCO
-(Dándole un empellón a La Nena, quien cae sentada) ¡Vo sentate y quedate mosca!
ERNESTO
-(En un arrebato amanerado) ¡Coco, por Dios te lo pido, no me obligues a hacer una escena!
WALTER
-(Que observa todo entre impasible y asombrado) ¿Podré enterarme alguna vez quién es esta gente?...
COCO
-(Yendo amenazante hacia él) ¡Yo te viá decir quién soy!...
ERNESTO
-(Corriendo a interponerse otra vez) ¡Dejame que se lo digo yo!
COCO
-(Por encima del hombro de ERNESTO) ¿Sabé quién soy yo? ¡Tu macho! ¡El que te va a romper el culito si no lo dejás tranquilo al Ernestito!...
ERNESTO
-(Fuera de sí, histérico) ¿Pero Coco! ¿Qué me hacés? ¡Callate! ¡No te metas en mi vida!
COCO
-Si éste es tu problema...¡yo te lo saco de encima en dos minuto!...¡Abrite, dejame, salí del medio!
(Quiere abrirse paso hacia Walter, quien toma distancia, pero ERNESTO, convertido en una araña, se lo impide.)
ERNESTO
-¡No! ¡No! ¡No te dejo!
COCO
-¡Pero dejame pasá, carajo!...
(Da un empellón a ERNESTO, que rueda aparatosamente por el suelo y va hacia Walter, quien escapa alevosamente hacia interiores. Coco lo sigue)
COCO
-(Saliendo tras Walter) ¡Vení, turrito! ¡Haceme frente!
(ERNESTO queda sentado en el piso, abatido y desesperanzado. Desde adentro llegan voces y ruidos de lo que parece una persecución y luego una lucha)
ERNESTO
-(Llorando desconsoladamente, indefenso) ¿Por qué me tiene que pasar esto? ¿Por qué no lo eché? ¿Por qué soy tan cagón?
LA NENA
-(Sin que ERNESTO la registre). Me hubiera dado algo de tomar de entrada...y ya nos hubiéramos ido.
ERNESTO
-Yo sabía que algún día iba a venir...¿Por qué no me preparé?...¡A mamá siempre le hacía lo mismo!
************************************
LA NENA
-Porque sería tacañuza como usté.
ERNESTO
-¡Mirá el desastre que me está haciendo!...¡Mirá! (Se cubre el rostro)
(Los gritos y los ruidos desde el interior arrecian)
LA NENA
-Porque él nota que acá no hay buen corazón...éso es lo que pasa.
(Coco regresa trayendo a los empujones a un ahora desacomodado Walter cuyo atildamiento ha desaparecido por completo)
COCO
-(Empujando a Walter hacia ERNESTO, quién sigue llorando en el suelo) ¡Dale, decile que no lo vas a molestar más!
(Walter , temeroso, no se decide a hablar)
¡Vamo, hablá...(Lo amenaza con el puño en alto)
WALTER
-Me ...me voy, ERNESTO.
COCO
-¡No! ¡Todo, decile todo!
WALTER
-¿Todo qué?
COCO
-¡Que vas a dejar de vivirlo! ¡Que no es más tu sirviente! ¡Que acá el patrón se acabó! ¡Eso decile, vamo!
WALTER
-(Con temor, pero con un resto de dignidad) ¡Yo no puedo decir eso!
COCO
-(Amenazante) ¿Ah, no? ¿Te retobás? ¿No te alcanzó con lo que te dí?...(Levanta nuevamente el puño)
WALTER
-(Mientras se cubre ante el probable impacto)
¡Está bien, está bien! ¡No pegue!...(Le cuesta, pero no tiene más remedio). No te voy a molestar más...
COCO
-(Hostigándolo) Todo, vamo.
WALTER
-No me voy a a aprovechar más de vos...
COCO
-(Apuntándole). No sos más mi sirviente.
WALTER
-No sos más mi sirviente...
COCO
-(Idem) Estás libre, no tenés más patrón.
WALTER
-Estás libre...no tenés más patrón.
COCO
No era justo lo que te estaba haciendo.
WALTER
-No era justo lo que te estaba haciendo...
COCO
-Yo te estaba afanando. No laburo, la guita siempre la ponés vos.
WALTER
-(Resistiéndose) ¡No es verdad!
COCO
-(Imponiéndose con el puño en alto) ¡Decilo!
WALTER
-¡Ese era el acuerdo entre nosotros! ¡El no quería que yo trabajase!
COCO
-¡No me importa! ¡Vo decilo!
WALTER
-¡ERNESTO fue quien propuso esta forma de vida, le juro! ¡Yo no influí! ¡El me pidió que viniese a vivir acá!
COCO
-¿Y a vo te parece que está bien? ¿Por qué no vas a laburar? ¡Mirá el lomo que tenés!...
WALTER
-¡Yo soy un artista!
COCO
-¡Artista las pelotas! ¡Con ese físico andá a laburar, atorrante!...¡Vividor! ¡Cafishio! ¡Pulastrón! ...(Imitándolo) ¡"El me lo pidió, él me lo pidió"! ¿Y vo le hiciste caso?...¡Un macho, un tipo que las tenga bien puesta, sale a la lleca a ganarse el mango! ¡Las mujeres son las mantenidas! ¡Las mujeres se quedan a la casa!...¡Sentilo!...¡Mirá que hay que sé cara rota, Dios te libre!...
(Walter mira hacia ERNESTO, quien sigue en el suelo, llorando)
WALTER
-¿Por qué no hablás, ERNESTO?...¿Quién es éste señor que puede dominarte así?...Hay algo que yo no sé, perdí el hilo.
COCO
-Soy el Coco, el hermano mayor. Esta casa también es mía.
(Walter duda sobre lo que le están diciendo, pero ERNESTO no abre la boca)
WALTER
-¿Es verdad?...
COCO
-Pregunta si es verdad, sentilo. Esta es la casa de la vieja; estos son los muebles de la vieja, él y yo somos los hijos de la vieja. La vieja murió. ¿De quién es la casa, entonce?...
************************************
WALTER
-(A ERNESTO, luego de un silencio). Nunca me hablaste de tu hermano. Decías que la casa era alquilada...
COCO
-¡A mi también! ¡Pero yo no le creí! Se hizo el sota, a ver si pasaba. ¡Pero atenti, yo no reclamo nada, que se quede con todo! Pero si fuera por la legal....la mitá de todo es mío. (A ERNESTO) ¿No es cierto?
(ERNESTO no responde. Lentamente se pone de pie y va hacia el bargueño. Toma una botella. La Nena atenta a eso, corre a ponerse a su lado)
WALTER
-¿No pensás hablar?...
COCO
-¡Oíme, cortala vo! ¡No lo apretes más! ¿No dijiste que aquí no mandabas más?...Buen, efetivamente; ¡no mandás más y te las estás picando!...(Lo empuja) ¡Isa! ¡Saliendo!
WALTER
-¡Espere! ¡No voy a salir así a la calle! ¡Tengo mi ropa en el dormitorio!...
COCO
-(Llevándolo a la puerta a empujones) ¡Tomátela, vamo!
WALTER
-¡Pero, escúcheme!...
COCO
-(Sacándolo fuera del lugar) ¡Vamo! ¡Vamo que te amasijo!...
(Salen los dos fuera. La puerta queda abierta unos segundos)
LA NENA
-(Con un vaso en la mano) Servime a mí también...
(ERNESTO le pasa la botella. Cuando La Nena se está sirviendo, regresa Coco y le quita todo de las manos, sin comentario alguno)
COCO
-Buen, listo, terminamo con tu problema. Ahora hay sitio pa La Nena. Te la puedo dejar tranquilamente.
ERNESTO
-¿Siempre supiste que mamá había comprado la casa?
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COCO
-Siempre, no. Desde hace un tiempo.
ERNESTO
-¿Desde cuándo?...
COCO
-Desde el...(Hace un esfuerzo, piensa) No me acuerdo.
ERNESTO
-¿Por qué no viniste a reclamar tu parte?
COCO
-(Esquivo) ¡Estamo hablando de otra cosa ahora!
ERNESTO
-Podemos iniciar los trámites de la sucesión cuando vos quieras...
COCO
-Pero, ché. ¿Te embalaste con eso, ahora?...Estamo conversando de La Nena. Ella tiene que tener alguien que la cuide, no puede seguir en banda esta chica...
ERNESTO
-¡Cuidala vos, Coco! ¡Es lo que corresponde! ¡Quedate!
COCO
-¡No puedo! Yo me tengo que volver al pueblo! ¡Además, aquí hay lugar para uno solo!
ERNESTO
-¡Te quedás! ¡Así, de paso, arreglamos lo de la sucesión!
COCO
-¿Pero cómo es la cosa; ahora nos podemos quedar todos? ¿A vos quien te entiende?...¡Sentilo! ¡Recién nos rajaba, no quería saber nada con nosotro!
ERNESTO
-¡Porque la situación era distinta! ¡Pero ahora te hiciste tu propio espacio...¡Así que usalo!
COCO
-¡Yo me tengo que volver al pueblo!
ERNESTO
-¿Qué pueblo?
COCO
-¡De donde venimo!
ERNESTO
-¿Por qué tenés que volevr?...¿Qué pasa ahí, que cosa extraordinaria está ocurriendo allí para que te veas obligado a dejar tirada a tu mujer aquí en Buenos Aires a punto de parir, prácticamente?...
COCO
-(Difuso). Pasan...pasan muchas cosa. Es la tierra chica.
ERNESTO
-¡Por favor, no me vengas con cuentos! ¡Vos no tenés tierra chica, no tenés raíces...sos de cualquier parte! ¡Sos un gitano, un linyera!
COCO
-(Vacilante). No, ahora eché...tengo que volver porque..un...
(ERNESTO lo toma de un brazo y lo aparta, alejándose lo más que puede de La Nena)
ERNESTO
-(En sordina) A mi no me engañás, Coco. Vos querés enchufarme a la chica.
COCO
-No, en serio, creeme.
ERNESTO
-Vos te hiciste a esa idea, Coco, reconocelo. Pero conmigo no contás. Si querés quedarte, ésta es tu casa...Pero esa mujer es tuya, a mi considerame al margen de esa circunstancia.
COCO
-Lo mío es tuyo, y lo tuyo ...
ERNESTO
-(Cortándolo, terminante) ¡No! ¡No! ¡Es la tercera o cuarta mujer que embarazás! Y con todas hiciste lo mismo: las largás en banda! Mamá tuvo que bancarse a varias de ellas...
************************************
COCO
-¡Varias, no! Una o dos, apenas.
ERNESTO
-¡No importa, las que sean! ¡Pero yo no soy mamá! ¡Si metiste la pata...hacete cargo!...¡Es una mocosa! ¡Vos no tenés perdón de Dios!...¡No le podés hacer una cosa así!
COCO
(Autocompadeciéndose, lacrimógeno) Lo peor que le puede pasar a esta chica es que yo me quede a su lado, hermanito...¡Mirame! ¿Qué soy yo? Un cacho e carne, un mono!...¿No viste como camino?...A los tropezone, no coordino los movimiento...
ERNESTO
-¡¿Entonces por qué te ponés a echar hijos al mundo, cabezón?!
COCO
-¡Porque eso tampoco lo puede coordinar!
ERNESTO
-Todo lo que vos quieras...¡pero yo no puedo hacerme cargo de una mujer y un hijo ajenos!
COCO
-¡Un tiempito, nada más, hermanito! ¡Hasta que yo me encarrile!...¡Además, yo no soy útil en esos momentos! Me falla la cabeza a vece! (Baja aún más el tono, para que La Nena no pueda oirlo). ¡No se lo digas a ella, a ver si se asusta! En cambio vo sos inteligente, vivís de los pensamientos...¡Además, tenés un buen pasar, guita no te falta; menos ahora que rajamos a tu problema, al cáncer ese que te morfaba toda la guita!...¿Quién mejor que vos para recibir en este mundo al chiquito ese con una sonrisa?....(Llriquea) ¡Hacelo por esa almita todavía en gestación, Ernestito!...(Lo abraza y le llora en el hombro) ¡Pensá en él! ¡Ayudalo, por favor!...¿Puede ser? ¿Puede ser?...
(ERNESTO, enganchándose en la emoción, lo deja ahí un momento. Suspira fuertemente)
ERNESTO
-Bueno, vamos a ver si...
COCO
-(Apartándose sin rastros de la emoción anterior) ¿Dijiste bueno?
ERNESTO
-No, dije que vamos a ver...
COCO
-(Interrumpiéndolo con besos) ¡Hermanito querido! ¡Sos una maravilla! ¡Un alma generosa! ¡Un rico! ¡Un rico total!
ERNESTO
-¡Esperá, soltá, dejame hablar!...
(Coco ha salido corriendo hacia el baúl y trata de llevarlo hacia la calle)
COCO
-(Gritando hacia La Nena) ¡Bueno, chau, nenita! ¡Te dejo instalada!...¡Mi hermanito se va a ocupar de todo!...
ERNESTO
-(Corre a lidiar con el baúl de Coco). ¡No! ¡Esperá! ¡Yo no dije eso!...(A La Nena) ¡La cosa no es así!
COCO
-(A La Nena también) ¡No es así como yo te digo! ¡El te va a explicar! (A ERNESTO) ¡Soltá! ¡Dejame llevarlo!
ERNESTO
-¡No!
COCO
-¿Ah, lo querías? ¡Estás bien, te lo dejo!
(Suelta el baúl y ERNESTO, que ehaciendo fuerza del otro lado, vuelve a rodar por el suelo como al comienzo.Se golpea una pierna)
-¡Dentro de unos días llamo por teléfono!
LA NENA
-¡Aquí no hay teléfono!
COCO
-(A ERNESTO, en el suelo). Pero, che, ¿cómo no tenés teléfono? ¡Yo te voy a hacer poner! ¿Qué barrio es éste? ¿A qué central corresponde?...¡Dejalo por mi cuenta!
(Sale sin esperar respuesta, casi corriendo)
ERNESTO
-(Quiere correrlo, pero el dolor de la pierna se lo impide) ¡Vení, Coco! ¡No te vayas!...¡Ay! (Se masajea la pierna)
(El dolor y su falta de carácter, hacen que ERNESTO se dé por vencido. Se produce un largo silencio, hasta que el dolor parece pasar. La Nena -como casi todo el tiempo- permanece impasible y distante. Se miran largamente)
ERNESTO
-(Agrio) ¿Qué mira?
LA NENA
-Yo, nada. ¿Y usted?
ERNESTO
-Comprenderá que no me causa ninguna gracia esta situación...Es algo difícil de digerir. (En un improntu, mirando hacia la puerta de calle) ¡La puta que lo parió!...¡Entró a esta casa y me dio vuelta la vida ese hijo de puta!...
(Nuevo silencio. A La Nena no se le mueve un pelo)
LA NENA
-¿Me vas a dar algo de tomar ahora que Coco no está?...
ERNESTO
-(Furibundo) ¿Eso es lo único que se le ocurre decir en este momento? Acá estamos dos desconocidos frente a frente, no sabiendo cómo carajo van a arreglarse para convivir, usted se da cuenta que tiene adelante a un tipo contrariado, envenenado por su presencia, y lo único que hace es pensar en su sed...
LA NENA
-A lo mejor porque no soy como usted; yo le hago frente a mis necesidades...
(ERNESTO la estudia unos segundos; mide la aprente sabiduría de la jovencita. Enseguida va hacia el bargueño. La Nena lo sigue. El le sirve un raquítico vaso de whisky, y se lo ofrece)
-Póngale un poco más, no sea mezquino. (El vuelve a servir ahora generosamente y le entrega el vaso). Eso sí, le aviso ya que no se confunda: con una copita no se consigue nada de mí...
ERNESTO
-¡Yo no quiero conseguir nada de usted!
LA NENA
-Es lo que dijo el Coco.
ERNESTO
-¿Qué es lo que dijo Coco?
LA NENA
-Que usted no iba a agarrar viaje de entrada...que es retraído con las mujeres...Pero que yo lo apretara y me le ofreciese, porque a usted había que salvarlo de la mala impresión que tiene de nosotras. ¿Ninguna lo hizo feliz en la cama?...(ERNESTO la mira estupefacto. Ella bebe y lo mira con picardía) ¿No quiere que hagamos una pruebita?...
ERNESTO
-¿Coco dijo eso?...¿El cómo sabía que...?
(Se corta)
LA NENA
-No sé. No me pregunte por qué, pero él sabía todo lo que iba a pasar acá. El me lo contó antes. (Ofreciéndose) ¿Hacemos la pruebita o no?...
ERNESTO
-(Apartándose un paso) ¿Qué es lo que sabía, qué es lo que le contó?...
LA NENA
-(Lo persigue y él retrocede). Soy más interesante cuando estoy lisita...pero a algunos los caliento más con la panza...
ERNESTO
-¡Quédese quieta y contésteme!
LA NENA
-Le contesto en la cama...¿se anima?
ERNESTO
-(Asqueado) ¡Usted es un tacho de basura...un pozo ciego! ¿Lo único que le pasa por esa cabeza es...es el placer?...
LA NENA
-A los nueve años me violaron...Y después seguí, por gusto, porque es lindo...¿A usted no le atrae? ¿Qué le ve de malo?...(Intenta acariciarlo)
ERNESTO
-(Apartándose espantado) ¡Salga! ¡Aunque no lo sienta, finja un poco de respeto por mi hermano!...
LA NENA
-Venga, déjese. Le prometo que después de estar conmigo, usted va a cambiar.
ERNESTO
-¡La que tiene que cambiar es usted! ¡Piense en Coco: él la quiere mucho!
LA NENA
-Claro que me quiere. Pero no me toca. Nunca me puso la mano encima...
ERNESTO
-(Irónico) ¿Ah, no? ¿Y eso cómo apareció, por arte de magia?...
LA NENA
-¿La panza, dice usted? (Se la acaricia) ¡Coco no tuvo nada que ver con ésto! ¡A él lo conocí el domingo pasado!...
(ERNESTO no puede creer lo que oye, se electriza, su rostro cobra mil formas, comienza a caminar nerviosamente por el cuarto)
ERNESTO
-¿El domingo pasado?...¿Quiere decir que...? ¿Pero entonces cómo es posible que...? (Trata de organizar sus pensamientos) A ver, empecemos de nuevo. Usted y él se...Coco le dijo que...Pero resulta que usted ya estaba...(La mira un segundo en silencio) ¿Usted quién es? ¿De dónde salió? ¿Por qué está aquí? ¿Quién la embarazó? ¿Cómo se llama? ¿Habría alguna forma de...?
LA NENA
-(Cortándolo) Yo estaba llorando en la calle, allá, en el pueblo. El autor de ésto (la panza) se había borrado y no tenía donde vivir ni comer...Por ahí aparece Coco, me pregunta qué me pasa, yo le cuento...¡y me agarra cariño! Empieza a prometerme cosas, y yo a mirarlo de reojo: "Te viá llevar a Buenos Aires pa que nazca el chico, ¿querés?", me dijo. "Allá tengo la casa de la finada mi vieja, que está cuidando mi hermano Ernestito: él te va a cuidar, vas a ver. Lo único que hay que hacer es rajar al tipo que está viviendo con él..." Yo no le creía nada, imagínese, pero no tenía más remedio que seguirle la corriente..."ESo si", me dijo, mirá si podés curarlo al Ernestito, ofrecele buena cama, que pa mi nunca tuvo. Pero si no tiene cura, tranquila: entregale el regalito que le dejo en el baúl..."
(ERNESTO abochornado y confundido, va hasta el baúl y lo abre. Queda mirando su interior unos segundos. Saca una percha con un vestido largo de fiesta de segundísima mano. Lo pone frente a sí y lo observa como imantado)
-¿Le gusta?...Coco dijo que a ustedes les encanta vestirse de mujeres...Yo le contesté: a todos no creo...
(ERNESTO se va vacilante hacia el dormitorio, caminando como un autómata, arrastrando el vestido, que cuelga de su mano)
-(Para sí) ¡Y le gustó, nomás!
(Toma la botella de whisky y con su vaso en mano se acomoda en el sillón, dispuesta a esperar pacientemente todo lo que sea necesario)
-¡Es adivino ese hombre!...
(Coloca la botella entre sus piernas, en el suelo, al estilo de la gente de campo y bebe un sorbo de whisky)



TELON