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23/2/15

FULGOR Y MUERTE DE JOAQUÍN MURIETA: PABLO NERUDA



FULGOR Y MUERTE DE JOAQUÍN MURIETA


NACIMIENTO DE MURIETA
(recitado)

Ésta
es la larga historia de un hombre encendido,
natural,
valeroso.
Su memoria es un hacha de guerra.

Es tiempo de abrir el reposo,
el sepulcro del claro bandido
y romper el olvido oxidado
que ahora lo entierra.

(cantado)

La sangre caída
le puso en las manos
un rayo violento.

Talvez aquel hombre
no halló su camino
perdido en el viento.

Honorable bandido
Joaquín Murieta.
Venganza de hierro,
de llama y piedra.

(recitado)

Aquí,
entre perales y tejas y lluvia,
brillaban las uvas chilenas.

Y como una copa de plata
que llena la noche sombría de pálido vino,
la luna de Chile
crecía entre boldos,
maitenes, albahaca y rocío.
Entonces,
nació a la luz del planeta
un infante moreno,
y en la sombra serena
ese rayo que nace
se llama
Murieta.
Es un niño chileno
color de aceituna
y sus ojos
ignoran el llanto.
Creciendo a la sombra de sauces flexibles,
nadaba en los ríos,
ardía en el brío,
educaba los brazos,
el alma,
los ojos,
y se oían cantar las espuelas.
Cuando desde el fondo del otoño rojo
bajaba al galope en su yegua de estaño.

(cantado)

Venía de la cordillera de piedras hirsutas,
de cerros huraños,
del viento inhumano.

Traía en las manos el golpe aledaño
del río que hostiga
y divide la nieve.

Y lo traspasaba aquel libre albedrío,
la virtud salvaje
que toca la frente.

Y sella con ira, limpieza el orgullo
las graves cabezas
de los indomables.

Que grande el destino
en actas de fuego,
de fuego y pureza.

Así el elegido no sabe
que debe morir en la empresa.

Matar y morir
morir en la empresa.
Matar y morir
morir en la empresa.
Matar y morir
morir en la empresa.



LA LLAMA DEL ORO
(recitado)

Mi patria
le dio las medallas del campo bravío,
de la pampa ardiente
parece que hubiera forjado con brío y con brasas
para una batalla
su cuerpo de arado.

Y es un desafío su voz
y sus manos
son dos amenazas.
¡La llama del oro recorre la tierra de Chile!
¡La llama del oro recorre la tierra de Chile!
¡La llama del oro recorre la tierra de Chile!

(cantado)

La llama del oro
recorre la tierra de Chile
la llama del oro
despuebla Quillota, desgrana Coquimbo,
las naves esperan
en Valparaíso.

(recitado)

Lo cuentan de noche
los viejos al brasero
y es como si hablara el estero,
la lluvia silbante
o en el ventisquero llorara en el viento
la nieve distante.

De Aconcagua partió en un velero
buscando en el agua un camino
hacia California
la muerte y el oro
llamaban con voces ardientes.

Lo cuentan de noche
los viejos al brasero.
De Aconcagua partió un día
hacia California.

¡La llama del oro recorre la tierra de Chile!
La llama del oro...
Pero en el camino del blanco velero,
Murieta,
descubre unos ojos oscuros.

Se siente inseguro.
Perdido en la nueva certeza.
Se llama Teresa
y él no ha conocido mujer campesina,
como esta Teresa.



DIÁLOGO CON TERESA
(cantado)

(voz de Murieta)

Todo lo que me has dado ya era mío
y a ti mi libre condición someto.
Soy un hombre sin pan ni poderío:
sólo tengo un cuchillo y mi esqueleto
Crecí sin rumbo, fui mi propio dueño
y comienzo a saber que he sido tuyo
desde que comencé con este sueño:
antes no fui sino un montón de orgullo.
(voz de Teresa)

Soy campesina de Coihueco arriba,
llegué a la nave para conocerte:
te entregaré mi vida mientras viva
y cuando me muera te daré mi muerte.
(voz de Murieta)

Tus brazos son como los alhelíes
de Carampangue y por tu boca huraña
me llama el avellano y los raulíes.
Tu pelo tiene olor a las montañas.
Acuéstate otra vez a mi costado
como el agua del estero puro y frío
y dejarás mi pecho perfumando
a madera con sol y con rocío.
(recitado)

(voz de Teresa)

Es verdad que el amor quema y separa?
Es verdad que se apaga con un beso?.
(cantado)

(voz de Murieta)

Preguntar al amor es cosa rara,
es preguntar cerezas al cerezo.

Yo conocí los trigos de Rancagua,
viví como una higuera en Melipilla.

Cuanto conozco lo aprendí del agua,
del viento y de las cosas más sencillas.
Por eso a ti, sin aprender la ciencia,
te vi, te amé y te amo, bienamada.

Tú has sido, amor, mi única impaciencia,
antes de ti no quise tener nada.
Tú has sido, amor, mi única impaciencia,
antes de ti no quise tener nada.

Ahora quiero el oro para el muro
que debe defender a tu belleza:
por ti será dorado y será duro
mi corazón como una fortaleza,
mi corazón como una fortaleza.
(voz de Teresa)

Sólo quiero el baluarte de tu altura
sólo quiero el oro de tu arado,
sólo la protección de tu ternura:
mi amor es un castillo delicado
y mi alma tiene en ti sus armaduras:
la resguarda tu amor enamorado.
(voz de Murieta)

Me gusta oír tu voz que corre pura
como la voz del agua en movimiento
y ahora sólo tú y la noche oscura.

Dame un beso, mi amor, estoy contento.
Beso mi tierra cuando a ti te beso,
beso mi tierra cuando a ti te beso.
(recitado)

(voz de Teresa)

Volveremos a nuestra patria dura
alguna vez.
(voz de Murieta)

El oro es el regreso.



MURIETA EN CALIFORNIA
(recitado)

Husmeando la tierra extranjera
desde el alba oscura
hasta que rodó en la llanura
la noche en la hoguera.

Murieta olfatea la veta escondida,
toca la piedra partida,
la rompe, la besa.

Buscando el tesoro sufre angustia mortal,
se acuesta cubierto de lodo.
(cantado)

Ni sed ni serpiente acechante detienen sus pasos.
No pudo la noche nevada cortar su pisada.

Recorre a caballo la tierra nocturna,
feroz caminante.
¿Detente! Le dice la voz de la sombra,
más sigue adelante.

Picando la noche y la roca con la llamarada
de su alma que busca en el oro
su tierra y su amada.

Recorre a caballo la tierra nocturna,
feroz caminante.
¿Detente! Le dice la voz de la sombra,
más sigue adelante.

(gritado)

¡Y hallóse de pronto cubierto de oro!
¡Y hallóse de pronto cubierto de oro!



MUERTE DE TERESA
(recitado)

Y con el oro
hirvió la furia y subió por los montes.

El odio
llenó el horizonte con manchas
de sangre y lujuria.

Y el viento delgado
cambió su vestido ligero y su voz transparente.

¡El yanqui!

Vestido de cuero y capucha
buscó al forastero.
(cantado)

Los duros chilenos dormían cansados
cuidando el tesoro, dormían soñando.

Soñando volvían a ser marineros,
mineros o gente que labran los campos.
Los lobos armados
llegaron de noche,
los encapuchados,
los duros ladrones.

Ladraron los perros,
se escucha un disparo,
cayó un chileno,
murió en su sueño.

Los asesinos en cabalgata
ven a Teresa, también la matan.

También la matan,
los asesinos...



VENGANZA
(recitado)

Salió de la sombra Joaquín Murieta
sin ver que una rosa de sangre tenía
en su seno su amada
y yacía en la tierra extranjera
su amor destrozado.
Pero al tropezar en su cuerpo tembló aquel soldado
y cerrando los ojos de aquella que fue
su rosal y su estrella,
juró estremecido matar y morir
persiguiendo al injusto,
protegiendo al caído.
Y es así como nace un bandido
que el amor y el honor condujeron un día
a encontrar el dolor y perder la alegría
y perder mucho más todavía:
a jugar,
a morir,
combatiendo y vengando una herida
y dejar sobre el polvo del oro perdido
su vida y su sangre vertida.
(cantado)

¿Donde está el atrevido jinete?
Vengando a su pueblo y su gente.
¿Donde está el solitario insurgente?
En que niebla oculto su vestuario.
Donde están su caballo
y sus rayos.
Donde acechan sus ojos ardientes.

Galopa... Galopa...
Le dice la arena
que trago la sangre
de los desdichados.

Galopa... Galopa...
Le dice la luna
que ahí va la venganza
en esa montura.

Va certero y seguro ese rayo
vengando en la noche a los suyos.
Sin bandera, sin ley, ni destino
sólo tiene un dolor asesino.
Ay nocturno, chileno distante
azotado por daño incesante.
Galopa... Galopa...

Galopa... Galopa...
Le dice la arena
que trago la sangre
de los desdichados.

Galopa... Galopa...
Le dice la luna
que ahí va la venganza
en esa montura.



GALOPA MURIETA

(recitado)

¡Entrega esta flor al bandido y besa sus manos
y que tenga suerte!
Tú dale, si puedes, esta gallinita.
Y tú, dale el rifle de mi asesinado marido.
Aún está manchado de sangre de mi bienamado.

Y un niño le da su juguete, un caballo de palo,
y le dice: "Jinete, galopa a vengar a mi hermano
que un gringo mató por la espalda".

Y Murieta levanta la mano y se aleja violento
con el caballito del niño en las manos del viento.
(cantado)

Galopa Murieta
destino de luto
al relampagueo
de cabalgadura.

Vengando banderas
de pueblos errantes
matando al que arrasa
con lava quemante.

Fulgor en la furia
de esa primavera,
amantes y hermanos
caídos recuerdan.

Vengando banderas
de pueblos errantes
matando al que arrasa
con lava quemante.

Galopa Murieta...
Galopa Murieta...

(recitado)

Oh nuevos guerreros
que surjan en la tierra
otro dios que el dinero.

Que muera el que mata
el latido de la primavera
y corona con sangre
la cuna del recién nacido.

Adiós compañero bandido
se acerca tu hora,
tu fin está claro y oscuro,

se sabe que tú no conoces
como el meteoro el camino seguro.

Se sabe que tú te desviaste en la cólera
como un vendaval solitario,
pero aquí te canto
porque desgranaste el racimo de la ira
y se acerca la aurora.

Se acerca ya la hora
en que el iracundo no tenga
ya sitio en el mundo.

Y una sombra secreta
no habrá sido tu hazaña
Joaquín Murieta.



MUERTE DE MURIETA
(recitado)

¿Ay! Aquella tarde los mataron
fue a dejar flores a su esposa muerta
y de pronto el heroico acorralado
vio que la vida le cerró la puerta.

De cada nicho un yanqui disparaba,
la sangre resbalaba por sus brazos
y cuando cien cobardes dispararon,
un valiente cayó con cien balazos.

(cantado)

¿Ay! Aquella tarde los mataron
fue a dejar flores a Teresa.

Vio que había sido acorralado,
que la vida le cerró la puerta.

Desde cada nicho le tiraron,
resbalaba sangre por sus brazos.
Cuando cien cobardes le tiraron,
un valiente cae de cien balazos.
(recitado)

Nocturno chileno, arrastrado y herido
por las circunstancias del daño incesante,
Joaquín Murieta: ¡Violento y rebelde!
¡Regresa en mi canto al metal
y a las minas de Chile!

Desde este minuto el pueblo repite,
como una campana enterrada,
mi larga cantata de luto.
(cantado)

Galopa Murieta
destino de luto
al relampagueo
de cabalgadura.

Vengando banderas
de pueblos errantes
matando al que arrasa
con lava quemante.

Fulgor en la furia
de esa primavera,
amantes y hermanos
caídos recuerdan.

Vengando banderas
de pueblos errantes
matando al que arrasa
con lava quemante.

Galopa Murieta...
Galopa Murieta...