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17/7/15

LA DUDA Una Parábola (DOUBT – A Parable) de JOHN PATRICK SHANLEY

LA DUDA

Una Parábola

(DOUBT – A Parable)

de JOHN PATRICK SHANLEY

(Esta obra está dedicada a las numerosas órdenes de monjas católicas que dedicaron sus vidas a servir a otros en los hospitales, en las escuelas y en los asilos. A pesar de haber sido muchas veces ridiculizadas y difamadas, ¿quién entre nosotros ha sido tan generoso?)

CITAS: «Los Malos duermen plácidamente». El título de un film de Akira Kurosawa.

« En mucha sabiduría existe mucho pesar, y aquel que acreciente el conocimiento acrecentará la tristeza». Eclesiastés

«Todo aquello que es difícil de lograr es fácilmente atacado por las masas». Ptolomeo

ESCENA 1

(Un sacerdote, el PADRE FLYNN, entre los treinta y cinco y los cuarenta años, con vestiduras verde y oro, está parado en el púlpito, a la IZQUIERDA, dando un sermón. El pertenece a la clase trabajadora del Noreste)

FLYNN

¿Qué se pueda hacer cuando no estamos seguros?. Ese el tópico de mi sermón de hoy. Ustedes buscan la guía de Dios y no la encuentran. El año pasado, cuando fue asesinado el Presidente Kennedy, ¿quién entre nosotros no experimentó la mas profunda desorientación?. Y desesperación. «¿Y ahorá qué?, ¿cuál es el camino a seguir?, ¿qué le digo a mis hijos?, ¿qué me digo a mi mismo?». Fue una época en donde las personas se sentaban juntas, unidas por un sentimiento común de desesperanza y desolación. ¡Pero piensen en eso!. ¡La UNION de udtedes con sus prójimos era esa falta de esperanza!. Fue una experiencia pública, compartida por todos en nuestra sociedad. ¡Fue terrible, pero la compartimos por igual!. ¿Cuánto peor es entonces, para el hombre solitario, para la mujer solitaria, que afligidos por una calamidad la enfrenta en absoluta soledad?. «Nadie sabe que estoy enfermo. Nadie sabe que perdí a mi último amigo verdadero. Nadie sabe que hice algo malo». Imaginen ese aislamiento. Se ve al mundo como a través de una ventana. De un lado del cristal: gente feliz, sin problemas. Del otro lado: ustedes. Algo sucedió, uno tiene que llevarlo consigo y es imposible decírselo a nadie. Para aquellos que están tan afligidos de esta manera, solo Dios conoce su dolor. Su secreto. El secreto de su sufrimiento alienante. Y cuando dicha persona, como es lógico, aúlla hacia el cielo, y le pide a Dios: ¡ayúdame!, ¿qué pasa si no obtiene una respuesta?. Silencio. Quiero contarles una historia.Un barco de carga se hundió y toda la tripulación se ahogó. Solo sobrevivió un marinero. El construyó una balsa con algunos restos de madera y como tenía una educación náutica volvió su mirada a los Cielos y aprendió a leer las estrellas. El diseñó el rumbo que debía seguir para llegar un día a su casa y extenuado, cayó dormido. Aparecieron las nubes y cubrieron el cielo.Durante las veinte noches que siguieron, mientras flotaba en el océano inmenso, él ya no pudo ver las estrellas. El creía que estaba en el rumbo correcto pero no había modo de estar seguro. Mientras los días pasaban y se consumía por la fiebre, la sed y el hambre, él empezó a tener dudas. ¿Estaba en el rumbo correcto?. ¿Todavía seguía en el camino preciso para llegar a su casa?. ¿O acaso estaba horriblemente perdido y condenado a una muerte espantosa?. No había modo de saberlo. ¿Había imaginado el mensaje de las constelaciones solo debido a su desesperada circunstancia?. ¿O había visto una vez la verdad y ahora tenía que aferrarse a ella sin tener ninguna garantía?. Ese era su dilema en un viaje que en apariencia no tenía fin. Hoy en la iglesia algunos de ustedes conocen con exactitud la crisis de fé que estoy describiendo. Quiero decirles que la Duda puede ser una unión tan poderosa y alentadora como la Certeza. Cuando uno está perdido no está solo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

(El desciende del púlpito mientras: )

ESCENA  2

(Las luces suben cruzadas sobre la esquina de una oficina en una escuela católica de una iglesia en el Bronx. La directora, la HERMANA LUISA BEAUVIER, está sentada en su escritorio, escribiendo con una estilográfica en un libro mayor. Tiene entre cincuenta y sesenta años, y es vigilante, atenta, alerta, reservada y nada sentimental. Ella pertenece a la órden de las Hermanas de la Caridad. Tiene puesto una toca negra y un hábito negro largo hasta el piso. Anteojos sin armazón. Se oye un golpe en la puerta)

HERMANA LUISA

Adelante.

(Entra la HERMANA JANE, también de las Hermanas de la Caridad. Tiene entre veinticinco y treinta años. En su corazón hay un poco de alegría, aunque ella también es reservada)

HERMANA JANE

¿Tiene un momento, Hermana Luisa?



HERMANA LUISA

Adelante, Hermana Jane.  (Ella entra) ¿Quién está cuidando su clase?

HERMANA JANE

Están en el curso de Arte.

HERMANA LUISA

Arte. Es una pérdida de tiempo.

HERMANA JANE

Es solo una hora por semana.

HERMANA LUISA

En 60 minutos se puede conseguir mucho.

HERMANA JANE

Si, Hermana Luisa. Me preguntaba si podía decirme qué hizo respecto del alumno William London.

HERMANA LUISA

Lo mandé a su casa.

HERMANA JANE

¡Dios mío!. ¿Así que él sigue sangrando?

HERMANA LUISA

Ah si.

HERMANA JANE

De pronto, de su nariz empezó a brotar sangre y continuó mientras recitábamos la Promesa ante Dios de jurar Lealtad a la bandera y a los Estados Unidos.

HERMANA LUISA

¿Fue espontáneo?

HERMANA JANE

¿Y de qué otro modo iba a ser?

HERMANA LUISA

Auto-inducido.

HERMANA JANE

¿Piensa que él de modo intencional se provocó una hemorragia nasal?

HERMANA LUISA

Exactamente.

HERMANA JANE

¡No!

HERMANA LUISA

Usted es una persona muy inocente, Hermana Jane. William London es un chico inquieto y si una no lo regaña, él va a hacer lo imposible para escapar de su asiento. El le prendería fuego a su pie con tal de pasarse medio día fuera de la escuela.

HERMANA JANE

¿Pero por qué?

HERMANA LUISA

El tiene una mente intranquila.

HERMANA JANE

Pero…eso es bueno.

HERMANA LUISA

No, no lo es. Su padre es policía y lo último que desearía es un chico pendenciero. William London está naturalmente encaminado a buscar problemas. La pubertad se apoderó de él. El va a estar imaginando todas las cosas equivocadas y yo sospecho enérgicamente que no se va a graduar en la secundaria. Pero eso va mas allá de nuestra jurisdicción. Sólo tenemos que hacer que continúe, que salga por la puerta de nuestra escuela y entonces él ya va a ser el proyecto y el problema de otra escuela. En general, yo designo mis hermanas mas experimentadas para el octavo grado pero últimamente estoy trabajando con restricciones por falta del personal adecuado. ¿Usted está en control de su clase?

HERMANA JANE

Creo que si.

HERMANA LUISA

En general recibo mas chicos en mi oficina.

HERMANA JANE

Trato de ocuparme yo misma de los problemas.

HERMANA LUISA

Eso puede ser un error. Usted es responsable ante mi, yo ante Monseñor, él ante el Obispo y así sucesivamente hasta llegar al Santo Padre. Hay una cadena de disciplina. Haga uso de ella.

HERMANA JANE

Si, Hermana.

HERMANA LUISA

¿Cómo le va a Donald Muller?

HERMANA JANE

Es constante.

HERMANA LUISA

Bien. ¿Alguien lo golpeó?

HERMANA JANE

No.

HERMANA LUISA

Bien. A esa chica, a Linda Conte, ¿la sentó lejos de los varones?

HERMANA JANE

 Bueno, hasta donde el espacio lo permite y hay poco espacio.

HERMANA LUISA

Sólo haga lo necesario para que esa chica llegue a destino. Intacta.

(La HERMANA LUISA mira ausente a la HERMANA JANE. Silencio)

HERMANA JANE

Entonces. ¿Tengo que irme? (No hay respuesta) ¿Pasa algo?

HERMANA LUISA

No. ¿Por qué?. ¿Pasa algo?.

HERMANA JANE

Pienso que no.

HERMANA LUISA

Entonces no pasa nada.

HERMANA JANE

Bueno. Gracias, Hermana. Solo quería verificar lo de la nariz de William.

(Ella empieza a irse)

HERMANA LUISA

El tenía un bolígrafo.

HERMANA JANE

¿Cómo dijo, Hermana?

HERMANA LUISA

William London tenía un bolígrafo. El jugueteaba con eso mientras esperaba a su madre. Espero que no lo use en sus tareas.


HERMANA JANE

No, claro que no.

HERMANA LUISA

Lamento haber permitido siquiera las lapiceras con cartucho dentro de la escuela. Los alumnos deberían aprender a escribir con verdaderas lapiceras...las a pluma. Pero en estos días todo se hace por el camino mas fácil. ¿Y eso qué enseña?. Cada elección fácil de hoy va a tener sus consecuencias maãnana. Registre mis palabras.

HERMANA JANE

Si, Hermana.

HERMANA LUISA

Los bolígrafos hacen que ellos aprieten y cuando ellos aprietan escriben como monos.

HERMANA JANE

Yo no permito usar bolígrafos.

HERMANA LUISA

Bien. La caligrafía está muriendo a través de todo el país. Hermana, tiene un poco de tiempo. Siéntese.

(La HERMANA JANE vacila y se sienta)

Va a ser mejor que tengamos una charla. Tenía la intención de hablarle. Al comenzar el período académico observé la lección que dió sobre el New Deal y el desarrollo de la política interna de Franklin Delano Roosevelt. No estuvo mal. Pero se lo advierto. No idealice a Roosevelt. El fue un buen presidente, pero intentó liquidar la Corte Suprema. No apruebo que transformen en héroes a los personajes históricos. Si quiere hablar de santos, hágalo en la clase de Religión.

HERMANA JANE

Si, Hermana.

HERMANA LUISA

Además. Yo cuestiono su entusiasmo por la Historia.


HERMANA JANE

 ¡Pero yo adoro la Historia!

HERMANA LUISA

Exactamente a eso me refiero. Usted privilegia la Historia y corre el riesgo de inclinar a los chicos a que la valoren por sobre otras materias. Creo que es un error.

HERMANA JANE

No se me había ocurrido. Voy a intentar dar mis otras lecciones con mas entusiasmo.

HERMANA LUISA

No. Bríndeles la historia sin almibararla, sin adornarla con idealismos. Ahí está el punto. Ahora. Cuénteme sobre su clase. ¿Cómo definiría el estado del 8 B?

HERMANA JANE

No sé por dónde empezar. ¿Qué desea saber?

HERMANA LUISA

Empecemos con Stephen Inzio.

HERMANA JANE

Stephen Inzio tiene las notas mas altas de la clase.

HERMANA LUISA

¿Noreen Noran ?

HERMANA JANE

Tiene las segundas notas mas altas.

HERMANA LUISA

¿Brenda McNulty ?

HERMANA JANE

 Tiene las terceras notas mas altas.

HERMANA LUISA

Como ve estoy puntualizándole algo, Hermana Jane. Yo sé que Stepehn Inzio, Noreen Noran y Brenda McNulty son primero, segunda y tercera de su clase. En todo esta escuela, hay 48 alumnos como esos  en cada clase por período. Me encargo de saber esos 48 nombres. Y no lo digo para ensalzarme, sino para ilustrar la importancia de prestar suma atención. Usted también debe prestar suma atención.

HERMANA JANE

Si, Hermana Luisa.

HERMANA LUISA

No puedo estar en todas partes.

HERMANA JANE

¿Lo que hago no es suficiente, Hermana?

HERMANA LUISA

 Estos tres alumnos con las notas mas altas, ¿son los chicos mas inteligentes de su clase?

HERMANA JANE

No. No diría eso. Pero son los que mas se esfuerzan.

HERMANA LUISA

¡Muy bien!. ¡Eso mismo!. Esa es la ética. ¿De qué sirve un regalo si queda en la caja?. ¿De qué sirve un alto cociente intelectual si uno está mirando boquiabierto por la ventana?. Tiene que ser dura con los brillantes, Hermana Jane. No se encandile con el ingenio. No con el de ellos. Y tampoco con el suyo. Creo que usted es una maestra competente, Hermana Jane, pero tal vez no sea nuestra mejor maestra. Los mejores maestros no actúan, hacen que los alumnos actúen.

HERMANA JANE

 ¿Yo actúo?

HERMANA LUISA

Como en un escenario de Broadway.


HERMANA JANE

Dios mío. ¡No tenía conciencia!
   
HERMANA LUISA

Usted está haciendo ostentación. Le gusta sentirse importante ante los ojos de ellos. Se me ocurre otra cosa. ¿Dónde estuvo antes?

HERMANA JANE

En el Colegio Monte Santa Margarita.

HERMANA LUISA

Todas mujeres.

HERMANA JANE

Si.

HERMANA LUISA

Tengo que recordarle algo. Los varones están hechos de ripio, de hollín y de papel alquitranado. Los varones son una especie distinta.

HERMANA JANE

Creo que sé como manejarlos.

HERMANA LUISA

Pero tal vez usted esté equivocada. Y tal vez no se esfuerce lo suficiente.

HERMANA JANE

Ah.

(La HERMANA JANE llora un poco)

HERMANA LUISA

Nada de lágrimas.



HERMANA JANE

Pensé que estaba satisfecha conmigo.

HERMANA LUISA

La satisfacción es un vicio. ¿Tiene un pañuelo?

HERMANA JANE

Si.

HERMANA LUISA

Uselo. ¿Cree que Sócrates estaba satisfecho?. Los buenos maestros nunca están contentos. En esta escuela tenemos trescientos setenta y dos alumnos. Es una comunidad que requiere una vigilancia constante en lo educativo, lo espiritual y lo humano. No puedo darme el lujo de tener una instructora demasiado inocente en mi clase de octavo grado. Es ser indulgente con una misma.

(Mas)

La inocencia es una forma de haraganería. Las maestras inocentes son engañadas con facilidad. Tiene que ser astuta, Hermana Jane.

HERMANA JANE

Si, Hermana.

HERMANA LUISA

Si William London tiene una hemorragia nasal, usted tiene que ser escéptica. No deje que un poco de sangre confunda su juicio. Dios le otorgó un cerebro y un corazón. El corazón es cálido, pero su juicio debe ser frío. Los mentirosos tienen que tener miedo de mentirle. Ellos deben sentirse incómodos en su presencia. Yo dudo que ellos se sientan así.

HERMANA JANE

No lo sé. Nunca lo pensé.

HERMANA LUISA

Los chicos tienen que pensar que usted ve a través de ellos.



HERMANA JANE

¿Eso no sería un poco aterrador?

HERMANA LUISA

Solo para aquellos que están tramando algo malo.

HERMANA JANE

Pero yo quiero que mis alumnos sientan que pueden hablarme.

HERMANA LUISA

Son chicos. Pueden hablar entre ellos. Es mas importante que tengan un guardián moral feroz.  Usted está parada en la puerta, Hermana. Usted es la portera. Si usted está atenta, ellos no van a necesitar estarlo.

HERMANA JANE

No entiendo muy bien qué quiere que haga.

HERMANA LUISA

Y si en su clase ocurren cosas que usted presiente que requieren comprensión, aunque no las comprenda, venga a verme.

HERMANA JANE

Si, Hermana.

HERMANA LUISA

Es por eso que estoy acá. Es por eso que soy la Directora de esta escuela. ¿Usted permanece en la clase cuando entran los instructores de cada especialidad?

HERMANA JANE

Si.

HERMANA LUISA

Sin embargo está acá mientras tiene lugar la clase de Arte.



HERMANA JANE

Estaba un poco preocupada por la nariz de William.

HERMANA LUISA

Bien. Así que ahora tiene clase de Arte.

HERMANA JANE

Les toca hoy. La dicta la Sra. Bell. Si.

HERMANA LUISA

Y los lleva al sótano para la clase de baile con la Sra. Shields.

HERMANA JANE

Los jueves.

HERMANA LUISA

Otra pérdida de tiempo.

HERMANA JANE

 Ah, pero a todos les encanta el espectáculo de Navidad.

HERMANA LUISA

A mi no me encanta. Francamente me ofende. El año pasado la chica que hacía de Nuestra Señora tenía puesto lápiz labial. Yo la esperé entre bambalinas a esa pequeña mujerzuela.

HERMANA JANE

 Y además está la clase de música.

HERMANA LUISA

  Esa mujer extraña con el piano portátil. ¿Qué le pasa en el cuello?

HERMANA JANE

Sufre de una especie de bocio. Pobre mujer.

HERMANA LUISA

Si. La Sra. Carolyn.

HERMANA JANE

Eso mismo.    

HERMANA LUISA

Solíamos tener una hermana para enseñar eso. Ya no hay suficientes hermanas. ¿Qué más?

HERMANA JANE

Educación Física y Religión.

HERMANA LUISA

Y para eso tenemos al Padre Flynn. (Pausa) Dos horas por semana. ¿Y usted se queda en esas clases?

HERMANA JANE

La mayoría de las veces. A menos que tenga que preparar unos informes o...

HERMANA LUISA

¿Qué opina del Padre Flynn?

HERMANA JANE

Ah, es un hombre brillante. ¡Qué gran orador!

HERMANA LUISA

Si. Su sermón del domingo pasado fue poético.

HERMANA JANE

También es excelente para enseñar basquet. Me sorprendió. No hubiera pensado que un hombre del clero pudiera jugar tan bien al básquet, pero él tiene un modo muy natural para esquivar al oponente y para picar y lanzar la pelota.



HERMANA LUISA

Dígame, ¿de qué cree que trataba ese sermón?

HERMANA JANE

¿Cómo?

HERMANA LUISA

El domingo pasado. ¿De qué estaba hablando el Padre Flynn?

HERMANA JANE

Bueno, de la duda. El hablaba sobre la duda.

HERMANA LUISA

¿Por qué?

HERMANA JANE

¿Cómo dijo, Hermana?

HERMANA LUISA

Bueno, los sermones vienen de algún lugar, ¿no?. ¿El Padre Flynn tiene dudas, acaso a él le preocupa que algún otro tenga dudas?

HERMANA JANE

Supongo que tiene que preguntarle a él directamente.

HERMANA LUISA

No. Eso no sería apropiado. El es mi superior. Y si él estuviera perturbado, debería confesárselo a un sacerdote colega, o a Monseñor. Nosotras no compartimos información íntima con los sacerdotes.

(Pausa)

HERMANA JANE

Estoy un poco preocupada.


HERMANA LUISA

¿Sobre qué?

HERMANA JANE

Sobre la hora. La clase de arte va a terminar en unos minutos. Debería subir.

HERMANA LUISA

¿Notó algo, Hermana Jane?

HERMANA JANE

¿Sobre qué?

HERMANA LUISA

Quiero que esté alerta.

HERMANA JANE

No la entiendo, Hermana.

HERMANA LUISA

Siento no ser mas franca, pero tengo que tener cuidado en no crear algo spor el simple hecho de decirlo. Sólo puedo decir que estoy preocupada, tal vez sin motivo, sobre algunos asuntos en la escuela de San Nicolás.

HERMANA JANE

¿Académicamente?

HERMANA LUISA

No la estoy invitando a jugar a las adivinanzas. Quiero que le preste mas atención a su clase.

HERMANA JANE

Desde luego que le voy a prestar la debida atención a mi clase, Hermana. Y voy a intentar no actuar. Y voy a intentar ser menos ingenua. Lamento que esté desilusionada de mi. Por favor, quiero que sepa que me voy a esforzar. De verdad.


HERMANA LUISA

Mírese. Negociaría cualquier cosa por una mirada cálida. Le digo, aquí y ahora, que quiero ver mas desarrollada la energía en su carácter. Si uno pretende que los demás le dén seguridad, puede ser engañada. Si se olvida de si misma y estudia a los otros, no va a poder ser engañada. Es importante. Un último asunto y entonces sí va a tener que volver allá. La Hermana Verónica se está volviendo ciega.

HERMANA JANE

¡Ay, qué horrible!

HERMANA LUISA

Esto lo sabe muy poca gente y no quiero que trascienda. Si en la Rectoría lo averiguan, no la van a dejar quedar. No me puedo dar el lujo de perderla. Pero de ahora en mas, cuando la vea bajando esos escalones de piedra para ir al patio, por amor de Dios, tome su mano con suavidad como un acto de compañerismo y vea que ella no se haga daño. Está bien, vaya.

ESCENA 3

(Las luces suben para iluminar al PADRE FLYNN, quien tiene un silbato colgando del cuello, tiene puesta una camisa y pantalones de entrenamiento, y tiene una pelota de baloncesto)

FLYNN

Muy bien, cálmense, muchachos. Respecto a eso de lanzar desde la línea de foul: es psicológico. El resto del partido están cooperando con sus compañeros de equipo, están compitiendo contra el equipo contrario. Pero en la línea de foul, es uno contra uno mismo. Y el peligro es: que uno empieza a pensar. Cuando uno piensa, deja de respirar. El cuerpo se encierra. Así que tienen que acordarse de relajarse. Respiran, liberan las rodillas—esto es algo que tenés que observar, Jimmy. Te parás como si fueras un parquímetro. Tenés que encontrar tu rutina. Balanceá tu peso, mové las caderas...¿Te parece gracioso, Ralph?. Lo gracioso es que vos nunca consigas un tanto. No tengan miedo de parecer tontos. No los van a considerar tontos si la meten en el cesto. Tienen que encontrar una rutina, concentrarse en esa rutina y van a olvidarse de ponerse tensos. Ahora hay otro asunto, noté que varios de ustedes tienen las uñas sucias. No quiero ver eso. No hablo del largo de sus uñas, hablo de la limpieza. ¿Ven?. Miren mis uñas. Están largas, me gustan un poco largas, pero miren qué limpias están. Eso hace que estén bien. Cuando yo era chico, había un muchacho, Timmy Mathisson, que nunca tenía limpias las uñas y además se metía los dedos en su nariz y en su boca -- ¡Esta es una  historia verdadera, aprendan a escuchar! --  él se pescó una meningitis espinal y tuvo una muerte horrible. A veces son las cosas pequeñas las que nos agarran. ¡Si intenta hablarle a una chica con esas garras mugrientas, Señor Conroy, ella va a salir corriendo como si la persiguiese el Ejército Rojo Chino! (Reacciona jovialmente a las risas) Está bien, está bien. A ver, muchachos, ¿qué voy a hacer con ustedes?. Vístanse y vengan conmigo a la rectoría, a tomar un refresco y galletitas, vamos a tener una larga discusión. (Toca el silbato) ¡Vayan!

ESCENA 4

(La luz sube sobre una parte del jardín, un banco y la pared de ladrillos de un edificio que no se ve. La HERMANA LUISA, de hábito y un chal negro, está envolviendo en arpillera un rosal que acaba de podar. Entra la HERMANA JANE)

HERMANA JANE

Buenas tardes, Hermana.

HERMANA LUISA

Buenas tardes, Hermana Jane. El Sr. McGinn podó este arbusto, que era lo que había que hacer, pero se olvidó de protegerlo de la helada.

HERMANA JANE

¿Tuvimos una helada?

HERMANA LUISA

Cuando llega es demasiado tarde.

HERMANA JANE

¿Usted sabe de jardinería?

HERMANA LUISA

Un poco. ¿En dónde está su clase?

HERMANA JANE

Las chicas están en clase de música.

HERMANA LUISA

¿Y los chicos?



HERMANA JANE

Están en la Rectoría.

(La HERMANA JANE señala la Rectoría, que está fuera de la vista, justo del otro lado del jardín)

HERMANA LUISA

Con el Padre Flynn.

HERMANA JANE

Si. Les está dando una charla.

HERMANA LUISA

¿Sobre qué tema?

HERMANA JANE

Como ser un hombre.

HERMANA LUISA

Bueno, si se les permitiera a las Hermanas entrar en la Rectoría, me interesaría escuchar esa charla. Yo no sé cómo ser un hombre. Quisiera saber qué implica. ¿Usted alguna vez les dió una charla a las chicas sobre como ser una mujer?

HERMANA JANE

 No. Yo no estaría calificada.

HERMANA LUISA

  ¿Por qué no?

HERMANA JANE

Simplemente pienso que no lo estaría. Yo tomé mis votos al principio...antes...al principio.

HERMANA LUISA

La fundadora de nuestra órden, la Bendita Madre Seton, estuvo casada y tuvo cinco hijos antes de embarcarse en sus votos.
HERMANA JANE

 A menudo me pregunté cómo consiguió tanto en una vida.

HERMANA  LUISA

La vida tal vez sea mas larga de lo que cree y los dictados del alma mas numerosos. Yo estuve casada.

HERMANA JANE

¡No me diga!

(La HERMANA LUISA sonríe por primera vez)

HERMANA LUISA

Por lo menos podría disimular su asombro.

HERMANA JANE

Yo...no lo sabía.

HERMANA LUISA

Cuando una toma el hábito, debe cerrar las puertas a las cosas seculares. Mi marido
murió en la guerra contra Adolf Hitler.

HERMANA JANE

¿De veras?. Perdone, Hermana.

HERMANA LUISA

Pero yo soy como usted. No estoy segura si podría estar capacitada para disertar sobre el tema de la femeinidad a chicas que largan risitas ahogadas. Yo no vengo a menudo a este jardín. ¿Cuál es la distancia…cincuenta metros?. El convento acá, la Rectoría allá. Se diría que nos separa el Océano Atlántico. Yo solía pasear por acá afuera, pero Monseñor Benedict hace su meditación en horarios quijotescos y con justa razón nos desalientan para que no crucemos nuestros senderos con los sacerdotes sin estar acompañadas. El tiene 79 años, pero aún así...

HERMANA JANE

Monseñor es muy bueno, ¿no cree?

HERMANA LUISA

Si. Pero él está algo olvidadizo.

HERMANA JANE

 ¿Qué olvida?

HERMANA LUISA

No creo que él sepa quién es el Presidente de los Estados Unidos. Sin faltarle el respeto, desde luego. Es solo que él tiene una espiritualidad extrema.

HERMANA JANE

¿Es por que él es inocente, Hermana Luisa?

HERMANA LUISA

Hermana Jane, usted tiene una cierta astucia en el trabajo. Tenga cuidado con ella. ¿Cómo marcha su clase?. ¿Cómo está Donald Muller?

HERMANA JANE

Es el número 13 de su clase.

HERMANA LUISA

Ya lo sé. Eso es suficiente. ¿Está siendo aceptado?

HERMANA JANE

El no tiene amigos.

HERMANA LUISA

Eso sería mucho esperar en solo dos meses. ¿Alguien le pegó?

HERMANA JANE

No.

HERMANA LUISA

Alguien lo hará. Y cuando eso ocurra, los manda de inmediato a verme.

HERMANA JANE

No estoy tan segura que alguno lo haga.

HERMANA LUISA

Hay una estatua de San Patricio a un lado del altar de la Iglesia y una estatua de San Antonio en el otro. Esta parroquia sirve a familias irlandesas e italianas. Alguien va a golpear a Donald Muller.

HERMANA JANE

El tiene un protector.

HERMANA LUISA

¿Quién?

HERMANA JANE

El Padre Flynn.

(La HERMANA LUISA, que estuvo ocupada con estiércol y paja, de pronto queda rígida. Ella se levanta)

HERMANA LUISA

¿Cómo?

HERMANA JANE

El tomó un interés por Donald, desde que es uno de los monaguillos. (Pausa) Me pareció que debía decírselo.

HERMANA LUISA

Le dije que viniera a verme, pero tenía esperanzas de que nunca tuviera que hacerlo.

HERMANA JANE

Tal vez no debí hacerlo.

HERMANA LUISA

Sabía que una vez que usted lo hicera, algo se iba a poner en movimiento. Así que ocurrió.
HERMANA JANE

¡¿Cómo?!. ¡Yo no le dije eso!. Ni siquiera estoy segura de qué quiere decir.

HERMANA LUISA

Sí, lo está.

HERMANA JANE

Estuve intentando pensar mas fríamente como me sugirió...Siento como si hubiera perdido un poco mi camino, Hermana Luisa. Anoche tuve un sueño horrible. Yo quiero que usted me guíe y quiero ser responsable con los chicos, pero también quiero tener mi mente tranquila. Debo decirle que estuve anhelando volver a tener mi mente tranquila.

HERMANA LUISA

Puede ser que no la tenga. No es su misión ser complaciente. Eso es para los chicos. Eso es lo que les dimos a ellos.

HERMANA JANE

Creo que empiezo a entenderla un poco. Pero es muy inquietante mirar con sospecha a las cosas y a las personas. Siento como si estuviera menos cerca de Dios.

HERMANA LUISA

Cuando se dá un paso para reconocer una maldad, se aleja un paso de Dios, pero es un servicio para él. Tratar con esos asuntos es un trabajo duro y desagradable.

HERMANA JANE

En clase me volví mas reservada. Me siento alejada de los chicos.

HERMANA LUISA

Así debe ser.

HERMANA JANE

Pero me siento...mal. Y con respecto a este otro asunto, no tengo ninguna evidencia. No estoy para nada segura de que haya pasado algo.

HERMANA  LUISA

No podemos esperar a que pase.
HERMANA JANE

Pero, ¿y si no es nada?
HERMANA LUISA

Entonces no es nada. No me importaría estar equivocada. Pero dudo que lo esté.

HERMANA JANE

 ¿Entonces qué se debe hacer?

HERMANA LUISA

No lo sé.

HERMANA JANE

Usted debe saber qué hay que hacer.

HERMANA LUISA

Yo no sé qué hay que hacer. Hay parámetros que lo protegen a él y me obstaculizan.

HERMANA JANE

Pero él no puede estar a salvo si se demuestra.Yo dudo que pueda recuperarse de la verguenza.

HERMANA LUISA

¿Qué vió?

HERMANA JANE

No lo sé.

HERMANA LUISA

¿Qué vió?

HERMANA JANE

El llevó a Donald a la Rectoría.



HERMANA LUISA

¿Para qué?

HERMANA JANE

Para charlar.

HERMANA LUISA

¿Solos?

HERMANA JANE

Si.

HERMANA LUISA

¿Cuándo?

HERMANA JANE

Hace una semana.

HERMANA LUISA

¿Por qué no me lo dijo?

HERMANA JANE

No me pareció que tuviera algo malo. Nunca se me ocurrió que él...que pudiera haber algo malo.

HERMANA LUISA

Entre tantos chicos. Donald Muller. Supongo que tiene sentido.

HERMANA JANE

¿De qué modo tiene sentido?

HERMANA LUISA

Donald está aislado. El corderito que queda rezagado es al cual se dirige el lobo.


HERMANA JANE

¡Yo no sé si ocurre algo malo!

HERMANA LUISA

Nuestro primer alumno negro. Pensé que iba a haber peleas, que ibamos a tener que tratar con un padre o dos...tendría que haber previsto esta posibilidad.

HERMANA JANE

 ¿Cómo podía imaginarlo?

HERMANA LUISA

¡Mi trabajo es brillar mas que el zorro con su ingenio!. ¡Ese es mi trabajo!

HERMANA JANE

¡Pero tal vez no sea nada!

HERMANA LUISA

¿Entonces por qué parece haber visto al demonio?

HERMANA JANE

Es solo el modo en que el chico actuó cuando volvió a clase.

HERMANA LUISA

¿El dijo algo?

HERMANA JANE

No. Fue su expresión. El parecía asustado y...apoyó la cabeza sobre su pupitre de un modo muy peculiar. (Ella sigue con dificultad) Y hay algo mas. Creo que su aliento olía a alcohol. Tenía aliento a alcohol.

(La HERMANA LUISA mira hacia la Rectoría)

HERMANA LUISA

Hace ocho años en San Bonifacio tuvimos un sacerdote al que hubo que frenar. Pero en ese entonces tenía a Monseñor Scully...con quien podía contar. Acá...no hay ningún hombre a quién pueda acudir, y los hombres manejan todo. Vamos a tener que pararlo nosotras.

HERMANA JANE

¿No puede solamente...informar sus sospechas?

HERMANA LUISA

¿A Monseñor Benedict?. ¡Ese hombre es muy cándido!. ¡Simplemente le preguntaría al Padre Flynn!

HERMANA JANE

Bueno, ¿y eso sería una idea tan mala?

HERMANA LUISA

El creería cualquier cosa que le dijera el Padre Flynn. El consideraría el asunto terminado.

HERMANA JANE

Pero quizás eso es todo lo que es necesario hacer. Si es verdad. Si yo hubiera  hecho algo horrible, y me confrontaran con eso, estaría tan arrepentida.

HERMANA LUISA

Hermana Jane, mi querida, tiene que tratar de imaginar una clase de persona muy distinta a usted. Un hombre capaz de hacer ésto ya se ha negado mucho. Si le cuento a Monseñor y él está satisfecho con la refutación del Padre Flynn, el asunto queda suprimido.

HERMANA JANE

 Bueno, entonces cuéntele al Obispo.

HERMANA LUISA

La jerarquía de la Iglesia no permite que yo vea directamente al Obispo. No. Una vez que le cuente a Monseñor, está fuera de mis manos, estoy impotente. Tengo que encontrar un pretexto para conseguir que el Padre Flynn venga a mi oficina. Tengo que forzarlo. Usted va a tener que estar presente.

HERMANA JANE

¿Yo?. ¡No!. ¿Por qué?. ¡Ah no, Hermana!. ¡Yo no podría!
HERMANA LUISA

¡Yo no puedo estar encerrada sola con un sacerdote!. Tiene que estar presente otra hermana y tiene que ser usted. El círculo de confidencias no debe ampliarse. Piense en el chico si ésto sale a la luz.

HERMANA JANE

¡No puedo hacerlo!

HERMANA LUISA

¿Por qué no?. ¿Es escrupulosa?

HERMANA JANE

¡No estoy preparada!. Es…yo me sentiría avergonzada. ¡De ningún modo podría estar presente si se hablara del tema!

HERMANA LUISA

Por favor, Hermana, no se deje llevar por escrúpulos adolescentes estúpidos. Le aseguro que preferiría una aliada mas madura. Pero fue usted quien vino a mi.

HERMANA JANE

¡Usted me dijo que lo hiciera!

HERMANA LUISA

¿Preferiría dejar que se aprovechen del chico?. Y no crea que esta va a ser la única historia. Si cierra los ojos, va a ser parte de todo lo que va a venir después.

HERMANA JANE

¡Se supone que tiene que contárselo a Monseñor!

HERMANA LUISA

¿Que usted vió una mirada en los ojos de un chico?. ¿Que TAL VEZ olió algo en su aliento?. Monseñor Benedict piensa que el sol sale y se pone sobre el Padre Flynn. Van a decir que es una histérica y la van a transferir.

HERMANA JANE

Podemos preguntarle a él.
HERMANA LUISA

¿A quién?

HERMANA JANE

Al chico. A Donald Muller.

HERMANA LUISA

El lo va a negar.

HERMANA JANE

¿Por qué?

HERMANA LUISA

Por verguenza.

HERMANA JANE

Usted no puede saberlo.

HERMANA LUISA

Y si él lo señala con su dedo, ¿cómo cree que eso va a ser recibido en esta comunidad?. Un chico negro. (Sin respuesta) Voy a analizar a fondo este asunto y después voy a invitar a mi oficina al Padre Flynn por un asunto que no esté relacionado. Usted va a estar allá.

HERMANA JANE

  ¿Pero en qué puedo ser útil?

HERMANA LUISA

Aparte de que sea inaceptable que un sacerdote y una monja estén solos, necesito un testigo.

HERMANA JANE

¿Testigo de qué?



HERMANA LUISA

El podría decir la verdad y después mentir.

(La HERMANA JANE mira hacia la Rectoría)

HERMANA JANE

Los chicos están saliendo de la Rectoría. Se los ve bastante felices.

HERMANA LUISA

Se ven relamidos. Como si tuvieran un secreto.

HERMANA JANE

Allí está él.

HERMANA LUISA

Hermana Jane, si yo pudiera, es obvio que elegiría vivir en la ignorancia. Pero la ignorancia sólo puede ser sabiduría en un mundo sin maldad. Las situaciones surgen y nos vemos enfrentados a la maldad y a la necesidad de actuar.

HERMANA JANE

Tengo que llevar a los chicos arriba, a clase.

HERMANA LUISA

Entonces vaya. Llévelos. Ya le voy a avisar.

(El SONIDO DEL VIENTO. La HERMANA LUISA se envuelve en su chal y sale)

ESCENA 5

(Suena un teléfono. La oficina de la Directora aparece. La HERMANA LUISA reaparece con una tetera y sin chal, camina rápidamente para contestar el teléfono)

HERMANA LUISA

Hola, Escuela San Nicolás. Ah si, Sr. McGinn. Gracias por volver a llamarme. Qué tormenta de viento terrible tuvimos anoche. No, no sabía que hubo un gran tormenta de viento en Irlanda hace muchísimos años y que usted estuvo presente. Es fascinante. Si. Me preguntaba si usted sería tan amable de remover la rama de un árbol que cayó en el patio de la iglesia. Esta mañana la Hermana Verónica tropezó con ella y se golpeó la cara al caer. Creo que está bien. No parece haber empeorado, Sr. McGinn. Gracias, Sr. McGinn.

(Ella cuelga el teléfono y mira su reloj, un poco ansiosa. Se oye un golpe en la puerta)

Adelante.

(Se abre la puerta. El PADRE FLYNN está parado allá con su sotana negra. El no entra)

FLYNN
 
 ¡Buen día, Hermana Luisa!. ¿Cómo se encuentra hoy?

HERMANA LUISA

Buen día, Padre Flynn. Muy bien. Es muy amable por haber venido.

FLYNN

¿Estamos listos para la reunión?

HERMANA LUISA

Solo falta la Hermana Jane. ¿Escuchó el viento de anoche?

FLYNN

Claro que si. Imagínese cómo debe haber sido en los comienzos en nuestro país para un hombre solitario que en el bosque se sentaba junto a una fogata en sus calzones de piel de ante y escuchaba un sonido como ese. ¡Imagine la soledad!. ¡Esa inmensa oscuridad envolviéndolo!. ¡Debe haber sido aterrador!

HERMANA LUISA

 Supongo que puede haber sido aterrador si uno no tenía fé en la protección de Dios.

FLYNN

¿Me dijeron que la Hermana Verónica tuvo un accidente?

HERMANA LUISA

Si. La Hermana Verónica tropezó con un tronco esta mañana y prácticamente se mató.

FLYNN
¿Ella está bien?
HERMANA LUISA

Ah si, ella está muy bien.

FLYNN

Su vista no es buena, ¿no?

HERMANA LUISA

Su vista está muy bien. No se si sabe que las monjas se caen.

FLYNN

No, no lo sabía.

HERMANA LUISA

Es el hábito. Se enreda a menudo. Vestidas de blanco y negro y tan propensas a la caída, nos parecemos mas que nada a las piezas del dominó.

(La HERMANA JANE aparece en la puerta, sin aliento)

HERMANA JANE

¿Llego tarde?

FLYNN

De ningún modo. La hermana Lucía y yo manteníamos una charla agradable.

HERMANA JANE

Buenos días, Padre Flynn. Buenos días, Hermana. Siento haberme retrasado. El Sr. McGinn cerró el patio para arreglar algo, así que tuve que volver al convento y salir por la puerta lateral y entonces me encontré con la Hermana Verónica.

FLYNN

¿Cómo está ella?

HERMANA JANE

Tiene la nariz un poco ensangrentada.


HERMANA LUISA

Estoy empezando a creer que usted pega puñetazos a la gente.

HERMANA JANE

¿Cómo dijo, Hermana?

HERMANA LUISA

Bueno, después del incidente con...No importa. Bueno, pasen, por favor. Tomen asiento.

(Ellos entran y se sientan)

Acá tengo una tetera con té caliente. (Ella cierra la puerta pero la deja entreabierta) Y cierro la puerta, aunque no del todo, por formalismo. ¿Desea una taza de té, Padre?

FLYNN

 Me encantaría una taza de té.

HERMANA LUISA

¿Podría servirle, Hermana?

HERMANA JANE

Desde luego.

HERMANA LUISA

Y sírvase usted, desde luego.

HERMANA JANE

¿Quiere un poco de té, Hermana Luisa?

HERMANA LUISA

Ya tomé una taza.

FLYNN

¿Hay un poco de azúcar?


HERMANA LUCIA

¿Azúcar?. ¡Si! (Ella revuelve su escritorio) Está por acá, en algún lugar. La guardé en el cajón el año pasado para cuaresma y nunca me acordé de sacarla.

FLYNN

Entonces no debe haber sido algo importante para renunciar.

HERMANA LUISA

No, tiene razón. Acá está. Le voy a servir, aunque por falta de práctica, estoy...(torpe)

(Ella va hacia él con la azucarera. Ella está inclinada sobre él con un terrón de azúcar en un par de pinzas)

Sus uñas.

FLYNN

Las llevo un poco largas. ¿El azúcar?

HERMANA LUISA

Ah si. ¿Uno?

FLYNN

Tres.

HERMANA LUISA

Tres.

(Ella está sorprendida pero intenta no demostrarlo)

FLYNN

Soy goloso.

HERMANA LUISA

Uno, dos, tres. ¿Azúcar, Hermana?

(La HERMANA LUISA mira a la HERMANA JANE)

HERMANA JANE

Nunca. No es que piense que el azúcar tenga algo de malo. Gracias.

(La HERMANA LUISA vuelve a guardar el azúcar en su escritorio)

HERMANA LUISA

Bueno, gracias Padre, por brindarnos un poco de su tiempo. No sabemos qué hacer.

FLYNN

Me parece una idea excelente repensar la representación teatral de navidad. El esfuerzo del año pasado fue un poco desalentador.

HERMANA JANE

¡No!. ¡Me encantó!. (Se vuelve cohibida) Pero me encantan todas las representaciones navideñas. Me encanta la Natividad. El nacimiento del Redentor. Y desde luego los himnos como «O pequeño pueblo de Belén»...

HERMANA LUISA

Gracias, Hermana Jane. Este año la Hermana Jane va a co-dirigir la representación con la Sra. Shields. ¿Qué le parece, Padre Flynn?. ¿Hay algo nuevo que podamos hacer?

FLYNN

Bueno, a todos nos gustan los himnos navideños, pero sería placentero incluir una canción secular.

HERMANA LUISA

Secular.

FLYNN

Si. «ESTA EMPEZANDO A PARECERSE MUCHO A LA NAVIDAD». Algo por el estilo.

HERMANA LUISA

¿Y cuál sería el sentido de ejecutar una canción secular?



FLYNN

Divertirse.

HERMANA JANE

O sino, “ESCARCHADO EL MUÑECO DE NIEVE”.

FLYNN

Esa es muy buena. Podemos hacer que uno de los chicos se vista de muñeco de nieve y que baile alrededor.

HERMANA LUISA

¿Cuál chico?

FLYNN

Haríamos pruebas de aptitud.

HERMANA LUISA

«ESCARCHADO, EL MUÑECO DE NIEVE» entraña una creencia pagana en la magia. El muñeco de nieve cobra vida cuando se le pone en la cabeza un sombrero mágico. Si la música fuera mas sombría, la gente se daría cuenta que las imágenes son inquietantes y la canción herética.

(La HERMANA JANE y el PADRE FLYNN intercambian una mirada)

HERMANA JANE

 Nunca pensé en «ESCARCHADO, EL MUÑECO DE NIEVE» de ese modo.

HERMANA LUISA

Debería estar prohibido en la radio.

FLYNN

Entonces. Nada de «ESCARCHADO, EL MUÑECO DE NIEVE».

(El PADRE FLYNN escribe algo en una libretita)



HERMANA LUISA

Creo que no. Supongo que «ESTA EMPEZANDO A PARECERSE MUCHO A LA NAVIDAD» va a estar bien. A los padres puede gustarles. ¿Le puedo preguntar que escribió?. Con ese bolígrafo.

FLYNN

Ah, nada. Una idea para un sermón.

HERMANA LUISA

¿Se le ocurrió una en este preciso momento?

FLYNN

Me vienen a cada rato.

HERMANA LUISA

Qué afortunado.

FLYNN

Como las olvido las anoto.

HERMANA LUISA

¿Cuál es la idea?

FLYNN

La intolerancia.

(La HERMANA JANE intenta cortar un poco de la tensión, dirigiéndose al Sacerdote)

HERMANA JANE

¿Le gustaría un poco mas de té, Padre?

FLYNN

Todavía no. Creo que un mensaje del Segundo Consejo Ecuménico fue que la Iglesia necesita adoptar un aspecto mas familiar. Reflejar la comunidad local. Nosotros deberíamos cantar una canción de la radio de vez en cuando. Llevar a los chicos a tomar un helado.
HERMANA LUISA

Helado.

FLYNN

Tal vez llevar a los chicos de campamento. Debemos ser mas amistosos. Los chicos y sus padres deberían vernos como miembros de su familias mas que emisarios de Roma. Creo que la representación debería ser encantadora, como un teatro de la comunidad haciendo un show.

HERMANA LUISA

Pero nosotros no somos miembros de sus familias. Nosotros somos diferentes.

FLYNN

¿Por qué?. ¿Debido a nuestros votos?

HERMANA LUISA

Precisamente.

FLYNN

Yo no creo que seamos tan diferentes. Sabe, Hermana, tomaría un poco mas de té. Gracias.

HERMANA LUISA

Y ellos piensan que somos diferentes. La gente de la clase trabajadora de esta parroquia confía en nosotros por que somos diferentes.

FLYNN

Me parece que nos estamos desviando del tema.

HERMANA LUISA

Si, tiene razón, volvamos al tema. La representación de Navidad. Tenemos que ser cuidadosos del modo en que se usa a Donald Muller en la representación.

(La HERMANA JANE tiembla mientras sirve el té)



FLYNN

Con cuidado, Hermana, no vaya a salpicar.

HERMANA JANE

Ah, eh, sí, Padre.

FLYNN

¿Qué pasa con Donald Muller?

HERMANA LUISA

Tenemos que ser cuidadosos, en la representación con Donald Muller, no hay que esconderlo pero tampoco hay que exponerlo.

FLYNN

Por el color de su piel.

HERMANA LUISA

Eso mismo.

FLYNN

¿Por qué?

HERMANA LUISA

Vamos, Padre. Está siendo solapado.

FLYNN

Creo que él debería ser tratado como cualquier otro chico.

HERMANA LUISA

Fue usted quien lo particularizó para que tuviera una atención especial. Usted mantuvo con él un encuentro privado en la Rectoría. (Se vuelve a la HERMANA JANE) ¿Fue hace una semana?

HERMANA JANE

 Si.
(El se da cuenta que algo pasa)

FLYNN

¿De qué estamos hablando?

HERMANA JANE

¿De Donald Muller?

HERMANA LUISA

El chico actuó de un modo extraño cuando volvió a clase.

(El Sacerdote se vuelve a la HERMANA JANE)

FLYNN

 ¿Lo hizo?

HERMANA JANE

Cuando volvió de la Rectoría. Un poco extraño, si.

HERMANA LUISA

¿Puede decirnos por qué?

FLYNN

¿Por qué actuaba de ese modo extraño?

HERMANA JANE

No estoy segura de cómo explicarlo. El apoyó su cabeza sobre el pupitre…

FLYNN

¿Quiere decir que le llamó la atención?

HERMANA JANE

Si.



FLYNN

¿Y como él venía de la Rectoría usted me está preguntando si sé algo al respecto?

HERMANA JANE

Eso mismo.

FLYNN

Humm. Usted quería discutir la representación, es por eso que estoy acá, ¿o era ésto lo que quería discutir?

HERMANA LUISA

Esto.

FLYNN

Bueno. Me siento un poco incómodo.

HERMANA LUISA

¿Por qué?

FLYNN

¿Por qué cree?. Hay algo en el tono de su voz.

HERMANA LUISA

Preferiría una discusión de los hechos mas que de los tonos.

FLYNN

Bueno. Si yo hubiera juzgado que mi conversación con Donald Muller le concerniese a usted, Hermana, me hubiera sentado a hablar con usted al respecto. Pero no juzgué que le concerniese.

HERMANA LUISA

Quizás esté equivocado en su comprensión de lo que me concierne. El chico está en mi escuela y su bienestar es mi responsabilidad.



FLYNN

El bienestar de él no está en discusión.

HERMANA LUISA

No estoy satisfecha con que eso sea verdad. El estaba perturbado cuando volvió a clase.

FLYNN

¿El dijo algo?

HERMANA JANE

No.

HERMANA LUISA

¿Qué pasó en la Rectoría?

FLYNN

¿Qué pasó?. No pasó nada. Tuve una charla con un chico.

HERMANA LUISA

¿Sobre qué?

FLYNN

Era un asunto privado.

HERMANA LUISA

El tiene doce años. ¿Qué puede ser privado?

FLYNN

Voy a repetirlo, Hermana. Desapruebo su tono.

HERMANA LUISA

Esto no es sobre mi tono o el suyo, Padre Flynn. Es sobre llegar a la verdad.



FLYNN

¿Sobre qué?

HERMANA LUISA

Usted sabe sobre qué estoy hablando. ¿No es así?. En este instante está controlando la expresión de su rostro. ¿No es cierto?

FLYNN

¿Mi rostro?. Usted dijo que quería hablar de la representación, Hermana. Es por eso que estoy aquí. ¿Tengo que entender que me hizo venir a su oficina para confrontarme de algún modo?. Es ultrajante. Yo no respondo ante usted. A ver, exactamente, ¿de qué me acusa?

HERMANA LUISA

Yo no lo acuso de nada, Padre Flynn. Le estoy pidiendo que me diga qué pasó en la Rectoría.

(El sacerdote se para)

FLYNN

Yo no tengo deseos de que esta conversación continúe. Y si no está satisfecha con eso, le sugiero que hable con Monseñor Benedict. Sólo puedo imaginar que su comportamiento desafortunado de esta mañana se debe a un exceso de trabajo. Tal vez necesite una licencia. Yo puedo sugerirla. Que tenga una buena mañana. (A la HERMANA JANE) ¿Hermana?

HERMANA JANE

 Buenos días, Padre.

(Las palabras que dice la HERMANA LUISA lo detienen)

HERMANA LUISA

El aliento de él olía a alcohol.  (El se vuelve) Cuando volvió de la entrevista con usted.

(El regresa y se sienta. El se frota los ojos)

FLYNN

Alcohol.  
HERMANA JANE

Lo olí en su aliento.

HERMANA LUISA

¿Entonces?

FLYNN

¿No puede dejar pasar ésto?

HERMANA LUISA

No.

FLYNN

Ya veo que no hay modo de salir de ésta situación.

HERMANA JANE

 Tómese su tiempo, Padre. ¿Quiere un poco mas de té?

FLYNN

Debería dejarlo pasar.

HERMANA LUISA

No es posible.

FLYNN

Donald Muller fue monaguillo el martes pasado por la mañana. Después de misa, el Sr. McGinn lo pescó en la sacristía bebiendo el vino del altar. Cuando lo descubrí, lo mandé a llamar. Hubo lágrimas. Me rogó que lo dejase seguir siendo monaguillo. Y me apiadé de él. Le dije que si nadie mas lo descubría, le iba a permitir quedarse.

(La HERMANA JANE rebosa de alegría. La HERMANA LUISA está impasible)

HERMANA JANE

¡Ah, qué alivio!. ¡Eso lo explica todo!. ¡Gracias a Dios!. ¡Ah, Hermana, vió, todo fue una equivocación!

HERMANA LUISA

 ¿Y si yo hablo con el Sr. McGinn?

FLYNN

Por supuesto, hable con el Sr. McGinn. Pero ahora que el secreto del chico salió a la luz, no voy a poder seguir teníéndolo entre los monaguillos, lo que creo que es una lástima. Eso era lo que trataba de evitar.

HERMANA JANE

¡Usted intentaba proteger al chico!

FLYNN

Eso mismo.

HERMANA JANE

¡Yo podría haber hecho lo mismo!. (A la HERMANA LUISA) ¿Hay algún modo por el cuál Donald pueda continuar como monaguillo?

HERMANA LUISA

No. Si el chico bebió vino del altar no puede continuar como monaguillo.

FLYNN

Desde luego que tiene razón. Yo no soy tan disciplinario como usted, Hermana. Y él es el único negro en la escuela. Eso afectó mi forma de pensar sobre el asunto. Van a comentar que él no va a participar en la misa. Es un asunto público. Ciertos elementos ignorantes de la parroquia van a confirmar sus creencias y prejuicios.

HERMANA LUISA

El debe ser tratado con las mismas normas de los demás.

FLYNN

Desde luego. ¿Vamos a seguir hablando sobre la representación o eso era sólo...?

HERMANA LUISA

No, ésta era la cuestión.

FLYNN

¿Quedó satisfecha?

HERMANA LUISA

Si.

FLYNN

Entonces me voy. Tengo que hacer unas anotaciones.

HERMANA LUISA

Sobre la intolerancia.

FLYNN

Eso mismo.

(Al irse, él se detiene en la puerta)

No estoy conforme del modo que manejó este asunto, Hermana. Le sugiero que la próxima vez que esté preocupada por ideas oscuras, hable con Monseñor.

(El sale. Luego de un momento, la HERMANA JANE se lanza al optimismo)

HERMANA JANE

Bueno. ¡Qué alivio!. El lo aclaró todo.

HERMANA LUISA

¿Le creyó?

HERMANA JANE

Desde luego.

HERMANA LUISA

¿O será que es mas fácil creerle?

HERMANA JANE

¡Pero podemos corroborar su historia con el Sr. McGinn!
HERMANA LUISA

Si. Esta clase de personas son hábiles. No se las destruye con facilidad.

HERMANA JANE

¡Bueno, yo estoy convencida!

HERMANA LUISA

Yo no. Usted quiere que el asunto se resuelva para poder volver a su simpleza.

HERMANA JANE

No quiero seguir tomando parte en ésto.

HERMANA LUISA

Lo voy a tumbar. Con o sin su ayuda.

HERMANA JANE

¿Cómo puede estar segura de que él está mintiendo?

HERMANA LUISA

Por experiencia.

HERMANA JANE

¡Es solo porque a usted no le gusta él!. No le gusta que use un bolígrafo. No le gusta que ponga tres terrones de azúcar en el té. No le gusta que a él le guste «ESCARCHADO, EL MUÑECO DE NIEVE». ¡Y está permitiendo que eso la convenza de algo terrible, si, terrible!. Bueno, ¡a mi me gusta “ESCARCHADO, EL MUÑECO DE NIEVE”!. ¡Y sería muy agradable que esta escuela no fuese dirigida como una prisión!. ¡Y considero que es algo muy bueno que me guste enseñar Historia y que tal vez pueda inspirar a mis alumnos para que a ellos también les guste!. ¡Y si por eso usted me juzga como que no estoy capacitada para ser maestra, que así sea!.

HERMANA LUISA

Siéntese. (La HERMANA JANE lo hace) En la antigua Esparta, los asuntos importantes eran decididos por quienes gritaban mas fuerte. Afortunadamente, no estamos en la antigua Esparta. Ahora veamos. ¿Con honestidad, encuentra que los alumnos de esta escuela son tratados como reclusos en una prisión?

HERMANA JANE

(reculando) No, no. En realidad, de una manera general, ellos parecen estar bastante felices. ¡Pero todos sin excepción le tienen terror a usted!

HERMANA LUISA

Si. Así es como funciona. Siéntese allá.

(La HERMANA LUISA mira en una agenda, agarra el tubo del teléfono y disca)

Hola, habla la Hermana Luisa Beauvier, la directora del San Nicolás. ¿Hablo con la Sra. Muller?. Hablo respecto de su hijo Donald. Desearía que usted y su marido vinieran acá para tener una charla. ¿Cuándo sería conveniente?

(Las luces bajan)

ESCENA 6

(El PADRE FLYNN con vestiduras azul y blanca está otra vez parado en el púlpito)

FLYNN

Una mujer no hacía mas que chismear con una amiga sobre un hombre que ella apenas conocía – yo sé que ninguno de ustedes hizo esto alguna vez – y esa noche, ella tuvo un sueño. Una gran mano apareció en lo alto y señaló hacia abajo, a ella. De inmediato, esta mujer se vió invadida por un sentido de culpa agobiante. Al día siguiente fue a confesarse. Le tocó el anciano sacerdote de la parroquia, el Padre O’Rourke y ella le contó todo el asunto. «¿La chismografía es un pecado?», ella le preguntó al anciano. «¿Fue esa la mano de Dios Todopoderoso que me señaló con su dedo?. ¿Debería pedir su absolución?. Padre, dígame, ¿hice algo malo?» (con un tono irlandés marcado) «¡Sí !», le contestó el Padre O’Rourke. «¡Si, mujer ignorante y mal educada!. ¡Te erigiste en falso testigo contra tu vecino, trataste irresponsablemente su reputación, y deberías estar genuinamente avergonzada!». Por lo tanto, la mujer dijo que lo sentía y pidió ser perdonada. «¡No tan rápido», le dijo el Padre O’Rourke. «¡Quiero que vuelva a su casa, lleve una almohada a la terraza, la abra con un cuchillo y vuelva a verme!». Así que ella fue a su casa, tomó la almohada de su cama, un cuchillo del cajón de la cocina, subió a la terraza por la escalera de incendio y apuñaló la almohada. Luego volvió a ver al anciano sacerdote como se le había ordenado. «¿Destripó la almohada con el cuchillo?», le dijo él. «Sí, Padre». «¿Y cuál fue el resultado?». «Plumas», le contestó ella. «¿Plumas?», repitió él. «¡Plumas por todas partes, Padre!». «¡Ahora quiero que regrese allá y recoja hasta la última pluma que salió volando con el viento!». «Pero...», dijo ella, «eso no puede hacerse. No sé adónde se fueron. El viento se las llevó por todas partes». «¡Y eso!», dijo el Padre O’Rourke, «¡eso son los CHISMES!». En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

ESCENA 7

(Las luces aparecen junto con el sonido de un cuervo. Estamos en el jardín. La HERMANA JANE está sentada en un banco, sumergida en sus pensamientos. Aparece el PADRE FLYNN)

FLYNN

Buenas tardes, Hermana Jane.

HERMANA JANE

Buenas tardes, Padre.

FLYNN

¿De qué se estará quejando ese pájaro?. ¿Qué clase de pájaro es ese?. ¿Un tordo?, ¿pinto o negro?

HERMANA JANE

¿Un cuervo?

FLYNN

Pero claro, es un cuervo. ¿Está rezando?. No fue mi intención interrumpirla.

HERMANA JANE

No estoy rezando...no.

FLYNN

Se la ve alicaída.

HERMANA JANE

Ah. No puedo dormir.

FLYNN

¿Por qué no?

HERMANA JANE

Pesadillas. En realidad un mal sueño y desde entonces no pude dormir.
FLYNN

¿Cómo era el sueño?

HERMANA JANE

Yo me miraba en un espejo y en donde debería estar mi cara había oscuridad. Me asustó.

FLYNN

A veces yo no puedo dormir.

HERMANA JANE

¿No?. ¿Acaso ve esa mano grande señalándolo con el dedo?

FLYNN

Si. A veces.

HERMANA JANE

¿Su sermón estuvo dirigido a alguien en particular?

FLYNN

¿Usted qué cree?

HERMANA JANE

¿Usted inventó esa historia de la almohada?

FLYNN

Si. Uno inventa historias triviales para ilustrar. En la tradición de las parábolas.

HERMANA JANE

¿Acaso los hechos que en realidad ocurren en la vida no son mas dignos de ser interpretadas que una historia inventada?


FLYNN

No. Lo que ocurre en la vida real está mas allá de una interpretación. La verdad hace que un sermón sea malo. Tiende a ser confuso y no tiene una conclusión clara.
HERMANA JANE

Ayer recibí una carta de mi hermano desde Maryland. El está muy enfermo.

FLYNN

 Tal vez debería viajar a verlo.

HERMANA JANE

No puedo dejar mi clase.

FLYNN

¿Qué tal está Donald Muller?

HERMANA JANE

No lo sé.

FLYNN

¿No lo ve?

HERMANA JANE

Lo veo cada día, pero no sé qué tal está. Yo no sé cómo juzgar estas cosas. Ahora.

FLYNN

Yo dejé de hablar con él por temor a ser mal entendido. ¿No le parece vergonzoso?. En realidad, el otro día lo evité cuando estuve a punto de pasar a su lado en el pasillo. El no comprende por qué. Noté que usted no vino a confesarse.

HERMANA JANE

No. Fui con Monseñor Benedict. El es muy amable.

FLYNN

¿Yo no lo era?

HERMANA JANE

No se trata de eso. Como bien sabe. Ya sabe el por qué.

FLYNN

¿Usted está en contra de mi?

HERMANA JANE

No.

FLYNN

¿No está convencida?

HERMANA JANE

Yo no soy la que hay que convencer, de un modo u otro. Es a la Hermana Luisa.

FLYNN

¿Usted es nada mas que una extensión de ella?

HERMANA JANE

Ella es mi superiora.

FLYNN

Pero...¿y usted?

HERMANA JANE

Desearía no saber nada de nada al respecto. Desearía que la idea nunca hubiera entrado en mi mente.

FLYNN

¿Cómo fue que entró en su mente?

HERMANA JANE

Por la Hermana Luisa.

FLYNN

Siento que mi reputación fue dañada sin tener ninguna culpa. Pero soy reticente a tomar los pasos necesarios para repararla por temor a provocar mayores daños. Le puedo asegurar que es frustrante.
HERMANA JANE

¿Es verdad?

FLYNN

¿Qué?

HERMANA JANE

Ya sabe qué le pregunto.

FLYNN

No, no es verdad.

HERMANA JANE

Ah, no sé qué creer.

FLYNN

¿Cómo puede tomar partido en contra de mi?

HERMANA JANE

No tiene importancia.

FLYNN

¡Claro que importa!. Yo no hice nada. Nada de esto tiene solidez. Aún la acción mas inocente puede parecerle siniestra a una mente envenenada. Tuve que echar del altar a ese pobre chico. El está desolado. El único motivo por el cual no acudí a ver a Monseñor es porque no quiero destrozar la reputacíon de la escuela. Si yo diera a conocer las acusaciones de la  Hermana Luisa sin duda ella perdería su puesto como directora. Debido a que son infundadas. Usted también podría perder su puesto.

HERMANA JANE

¿Me está amenazando?
FLYNN

¿Por quién me toma?. No.



HERMANA JANE

Yo quiero creerle.

FLYNN

Entonces créame. Es muy simple.

HERMANA JANE

No es a mi a quién tiene que convencer.

FLYNN

No tengo que demostrarle nada a ella.

HERMANA JANE

Ella está decidida.

FLYNN

¿A qué?

HERMANA JANE

A proteger al chico.

FLYNN

Soy yo quien se preocupa por el chico, no ella. ¿Acaso alguna vez ella le extendió su mano a ese chico o a cualquier chico de esta escuela?. ¡Ella es como un témpano de hielo!. ¡Los chicos necesitan calidez, ternura, comprensión!. ¿Y ella qué les dá?. Reglas. ¡Ese chico negro necesita alguien que lo ayude o sino no va a lograr permanecer acá!. Pero si ella se sale con la suya, él va a quedar librado a su propia ruina. ¿Por qué piensa que él estaba aquel día en la sacristía bebiendo vino?. ¡El está en problemas!. Ella me ve hablarle a estos chicos con un tono humano y de inmediato supone que debe haber algo malo detrás. Algo sucio. Bueno, ¡no voy a permitir que ella mantenga esta parroquia en la edad media!. ¡Y no voy a permitir que ella destruya mi sentido de compasión!

HERMANA JANE

Estoy seguro que esa no es la intención de ella.



FLYNN

¡Yo me preocupo por esta congregación!

HERMANA JANE

Ya lo sé.

FLYNN

¡Como usted se preocupa por su clase!. Usted los quiere, ¿no es cierto?

HERMANA JANE

Si.

FLYNN

Eso es natural. ¿De qué otro modo se relacionaría con los chicos?. Yo miro su cara y sé cuál es su filosofía: la bondad.

HERMANA JANE

No lo sé. Es decir, desde luego.

FLYNN

¿Y cuál supone que es la filosofía de la Hermana Luisa?

(Una pausa)

HERMANA JANE

No tengo que suponerlo. Ella me lo dijo. Ella desalienta...la calidez. Me sugirió que yo tenía que ser mas...formal.

FLYNN

Hay personas que persiguen su humanidad, Hermana Jane, que le dicen que la luz de su corazón es una debilidad. Que sus sentimientos tiernos la traicionan. Yo no creo eso. Es una vieja táctica de las personas crueles matar la bondad en nombre de la virtud. No lo crea. El amor no tiene nada de malo.

HERMANA JANE

Claro que no, pero...
FLYNN

No habrá olvidado que ese fue el mensaje del Redentor para todos nosotros. Amor. Ni sospecha ni desaprobación ni dictamen. Amor por la gente. ¿Usted encontró en la Hermana Luisa una inspiración positiva?

HERMANA JANE

No quiero hablar mal, pero no. Ella me quitó la alegría de enseñar. Y yo amaba enseñar mas que nada.

(Ella llora un poco. El le da golpecitos en la espalda un poco incómodo, mirando alrededor)

FLYNN

Está bien. Usted va a estar bien.

HERMANA JANE

Siento como si todo estuviese al revés.

FLYNN

Sin embargo, no lo está. Es solo que hay veces en la vida en las que nos sentimos perdidos. Usted no es la única. Nos pasa a muchos de nosotros.

HERMANA JANE

Una unión...como dijo en aquel sermón sobre la duda. (Se cohibe) Va a ser mejor que entre.

FLYNN

Lamento que su hermano esté enfermo.

HERMANA JANE

 Gracias, Padre. (Empieza a irse, se detiene) ¡Yo no lo creo!

FLYNN

¿No lo cree?



HERMANA JANE

No.

FLYNN

Gracias, Hermana. Eso me da un gran alivio. Muchísimas gracias.

(Ella sale. El saca su libretita y escribe en ella. El cuervo grazna. El le grita)

Ah, calláte.

ESCENA 8

(Luces en la oficina de la directora. La HERMANA LUISA está sentada, mirando por la ventana, muy quieta. Se oye un golpe en la puerta. Ella no reacciona. Un segundo golpe, mas fuerte. Ella se quita un pequeño audífono de la oreja y corre hacia la puerta. Ella la abre. Allá está parada la SRA. MULLER, una mujer con aspecto de ir a la iglesia, de unos 38 años. Ella está vestida con su mejor ropa de domingo y está muy alerta)

HERMANA LUISA

¿Sra. Muller?...yo creía que...

SRA. MULLER

Mi marido es negro…Mi padre era irlandés y mi madre negra.

HERMANA LUISA

Ahhh. Por favor yo no pensé nada al-…Adelante.

(La HERMANA LUISA cierra la puerta)

Por favor, tome asiento.

SRA. MULLER

Como no contestó mis golpes en la puerta pensé que me había equivocado de día.

HERMANA LUISA

 Ah. Si. Bueno, entre nosotras, estaba escuchando la radio a transitores con un audífono.

(Ella le muestra a la mujer una radio a transitores pequeña)

Mire lo pequeñas que las hacen hoy en día. Se la confisqué a uno de los alumnos y ahora no puedo parar de usarla.

SRA. MULLER

¿Le gusta la música?

HERMANA LUISA

En realidad, no. Los noticieros, sí. Hace años solía escuchar todos los noticieros porque mi marido estaba en Italia, por la Guerra. Cuando esta radio estuvo en mis manos, me encontré haciéndolo nuevamente. A pesar de que ya no hay guerra y las voces son distintas.

SRA. MULLER

¿Usted estuvo casada?

HERMANA LUISA

Si. Pero a él lo mataron. ¿Viene su marido?

SRA. MULLER

No pudo dejar su trabajo.

HERMANA LUISA

Ya veo. Por supuesto. Era pedir demasiado.

SRA. MULLER

¿Cómo le va a Donald?

HERMANA LUISA

El está pasando sus materias. Tiene un promedio correcto.

SRA. MULLER

Ah. Bueno. Lo tiene muy perturbado que no lo dejen ser mas monaguillo.

HERMANA LUISA

¿Le explicó el por qué?

SRA. MULLER

Mi hijo sostiene que lo pescaron bebiendo vino.

HERMANA LUISA

Ese fue el motivo...

SRA. MULLER

Bueno, eso parece justo. Pero él es un buen chico, Hermana. Se equivocó, pero es un buen chico, bastante obediente. Y sabe la buena oportunidad que tiene acá. Creo que todo el asunto fue demasiado fuerte para él.

HERMANA LUISA

 ¿Qué quiere decir con lo de todo el asunto?

SRA. MULLER

El es el único chico de color acá. Es el primer chico de color en esta escuela. Eso es demasiado para un chico.

HERMANA LUISA

Supongo que si. Pero desde luego él tiene que hacer su trabajo.

SRA. MULLER

El lo está haciendo, ¿no es así?

HERMANA LUISA

Si. Y lo está logrando. El está siendo aprobado. ¿Cómo le va en su casa?

SRA. MULLER

Su padre casi lo mata a golpes por lo del vino.

HERMANA LUISA

No debería hacer eso.




SRA. MULLER

A mi marido no se le dice qué tiene que hacer. Uno solo da un paso atrás. El no quería que Donald viniera a esta escuela.

HERMANA LUISA

 ¿Por qué no?

SRA. MULLER

Pensó que iba a tener muchos problemas con los demás chicos. Pero eso no sucedió hasta
donde yo sé.

HERMANA LUISA

Bien.

SRA. MULLER

Ese sacerdote, el Padre Flynn, lo estuvo protegiendo.

HERMANA LUISA

Si. ¿Usted conoció al Padre Flynn?

SRA. MULLER

No exactamente, no. Lo vi en el altar, pero no lo conocí cara a cara. No. Solo, ya sabe, oí sobre el Padre Flynn por Donald.

HERMANA LUISA

¿Y qué le contó?

SRA. MULLER

Ya sabe, el Padre Flynn, el Padre Flynn. El lo respeta. Ese hombre le brinda su tiempo, que es lo que el chico necesita. El necesita eso.

HERMANA LUISA

Sra. Muller, podríamos tener un problema.



SRA. MULLER

Bueno, pensé que debía haber un motivo para que me pidiese que viniera acá. Ser la directora de la escuela es un trabajo importante y si me hace un lugar en su agenda, que debe ser muy ocupada, para hablarme, debe pasar algo. Sin embargo, quiero decirle, que es solo hasta el mes de junio.

HERMANA LUISA

¿Cómo dijo?

SRA. MULLER

Sea lo que sea el problema, Donald tiene que tratar de permanecer acá hasta junio. Después ya pasaría al secundario.

HERMANA LUISA

Es cierto.

SRA. MULLER

Si Donald se puede graduar acá, tiene una mejor oportunidad de entrar en un buen colegio secundario. Y eso significaría una oportunidad en la universidad. Yo creo que él es inteligente. Y además, él lo desea.

HERMANA LUISA

Yo no veo a esta altura que nada se interponga en el camino para que se gradúe con su clase.

SRA. MULLER

Bueno, eso es todo lo que me importa. Todo lo demás me parece bien.

HERMANA LUISA

Eso lo dudo.

SRA. MULLER

A ver, cuénteme.

HERMANA LUISA

Estoy preocupada por la relación entre el Padre Flynn y su hijo.
SRA. MULLER

No me diga. Preocupada. ¿Qué significa preocupada?

HERMANA LUISA

Que puede no ser apropiada.

SRA. MULLER

Ajá. Bueno, todo el mundo tiene algo malo, ¿no es así?. Hay que saber perdonar.

HERMANA LUISA

Para serle franca, estoy preocupada por que el Padre Flynn podría haber tenido ciertos procederes o requerimientos impropios a su hijo.

SRA. MULLER

Podría haber hecho.

HERMANA LUISA

No puedo estar segura.

SRA. MULLER

¿No hay evidencias?

HERMANA LUISA

No.

SRA. MULLER

¿Entonces tal vez no sea cierto?

HERMANA LUISA

Yo creo que es cierto.

SRA. MULLER

Bueno, si no le importa yo preferiría no ver las cosas de ese modo.


HERMANA LUISA

Comprendo que es algo duro de aceptar. Yo creo que el Padre Flynn le dió a Donald el vino de misa.

SRA. MULLER

¿Por qué iba a hacer algo así?

HERMANA LUISA

 ¿Donald estuvo comportándose de un modo extraño?

SRA. MULLER

No.

HERMANA LUISA

¿Nada fuera de lo común?

SRA. MULLER

El se comporta como siempre.

HERMANA LUISA

Está bien.

SRA. MULLER

Mire, Hermana, no quiero problemas y de algún modo intuyo que usted está buscándolos.

HERMANA LUISA

Me parece que no comprende la situación.

SRA. MULLER

Creo entender de qué está hablando. Pero no quiero meterme.

HERMANA LUISA

¿Cómo es eso?


SRA. MULLER

No quiero discrepar con usted, pero si hablamos de que hay algo impropio flotando alrededor entre este sacerdote y mi hijo, no es culpa de mi hijo.

HERMANA LUISA

Yo no estoy sugiriendo que así sea.

SRA. MULLER

El es solo un chico.

HERMANA LUISA

Ya lo sé.

SRA. MULLER

Tiene doce años. Si hubiera que culpar a alguien por algo, debería ser al hombre, no al chico.

HERMANA LUISA

Estoy totalmente de acuerdo.

SRA. MULLER

Usted está de acuerdo conmigo pero yo estoy acá, sentada en la oficina de la directora, hablando de mi hijo. ¿Por qué no está el sacerdote en la oficina de la directora?...sabe muy bien qué quiero decir, ¿no?...y disculpe por sacarlo a colación.

HERMANA LUISA

Usted está acá porque estoy preocupada por el bienestar de Donald.

SRA. MULLER

¿Y cree que yo no lo estoy?

HERMANA LUISA

Claro que lo está.



SRA. MULLER

Permítame preguntarle algo. ¿Con toda honestidad usted cree que ese sacerdote le dió a beber a Donald ese vino?

HERMANA LUISA

Si, lo creo.

SRA. MULLER

¿Y entonces por qué echaron a mi hijo como monaguillo si fue ese hombre el que se lo dió a él?

HERMANA LUISA

Al chico lo atraparon, al hombre no.

SRA. MULLER

¿Cómo puede ser que no echaron del clero al sacerdote?

HERMANA LUISA

El es un hombre maduro, educado. Y sabe lo que está en juego. No es tan fácil hacer caer a alguien así.

SRA. MULLER

Claro, entonces le echan toda la culpa a mi hijo. No tienen problemas en que mi hijo sea culpado y castigado. Eso es fácil. ¿Sabe por qué pasa eso?

HERMANA LUISA

Tal vez debe dejarme hablar. Me parece que se está alterando.

SRA. MULLER

Porque así son las cosas. Usted está descubriendo sobre este asunto, pero así son las cosas y así han sido siempre, Hermana. Una no va en contra de un HOMBRE con SOTANA y él siempre va a ganar, Hermana. El tiene el poder.

HERMANA LUISA

Y él tiene a su hijo.

SRA. MULLER

Entonces deje que lo tenga.

HERMANA LUISA

¿Cómo?

SRA. MULLER

Es solo hasta el mes de junio.

HERMANA LUISA

¿Sabe lo que está diciendo?

SRA. MULLER

Sé mas que usted de ésto.

HERMANA LUISA

Creo que este hombre está engendrando o ya materializó una relación impropia con su hijo.

SRA. MULLER

No lo sé.

HERMANA LUISA

Sé que estoy en lo cierto.

SRA. MULLER

¿Por qué necesita saber con seguridad algo como eso si no está segura?. Por favor, Hermana. Usted libra una especie de cruzada virtuosa en contra de este sacerdote y ahora quiere arrastrar a mi hijo en ella. Mi hijo no necesita dificultades adicionales. Deje que él reciba lo bueno y que deje el resto en este lugar cuando se marche en junio. El sabe como hacerlo. Yo le enseñé a hacerlo.

HERMANA LUISA

¿Qué clase de madre es usted?


SRA. MULLER

Disculpe, pero usted no conoce suficiente de la vida para decir algo así, Hermana.

HERMANA LUISA

Conozco lo suficiente.

SRA. MULLER

 Tal vez conozca las reglas, pero eso no cubre todo.

HERMANA LUISA

¡Conozco muy bien qué cosas no voy a aceptar!

SRA. MULLER

Uno acepta lo que tiene que aceptar y se arregla con eso. Esa es la verdad que conozco. Lamento si soy tan incisiva, pero usted está acá, en este cuarto...

HERMANA LUISA

Este hombre está en mi escuela.

SRA. MULLER

Bueno, él tiene que estar en alguna parte y tal vez, él también esté haciendo algún bien. ¿Nunca se le ocurrió eso?

HERMANA LUISA

El está detrás de los chicos.

SRA. MULLER

Bueno, tal vez algunos de los chicos quieren dejarse atrapar.  Tal vez lo que usted no sabe es que tal vez mi hijo es...de ese modo. Es por eso que su padre lo golpea. No por culpa del vino. El golpea a Donald por ser como es.

HERMANA LUISA

¿Qué me está diciendo?



SRA. MULLER

Yo soy su madre. Ahora estoy hablando de su naturaleza, no de algo que él hizo. Pero uno no puede hacer responsable a un chico por el modo en que Dios lo hizo.

HERMANA LUISA

Sra. Muller, escúcheme con atención. Yo solo estoy interesada en hechos. No tiene sentido discutir la posible inclinación de un chico. Ya me resulta bastante difícil consignar los actos de un hombre. Esto no se trata sobre lo que podría ser el chico, sino sobre lo que es el hombre. Se trata del hombre.

SRA. MULLER

Pero está la naturaleza del chico.

HERMANA LUISA

Dejemos eso de lado.

SRA. MULLER

Entonces olvídelo.Usted es la que fuerza a las personas a que digan estas cosas en voz alta. Las cosas están en el aire y si uno puede las deja en paz. Eso es lo que sé. Mi hijo vino a esta escuela porque en una escuela pública lo iban a matar. Así que fuimos afortunados en poder ponerlo acá para su último año. Muy bien. Su padre no lo quiere. El viene acá, los chicos no lo quieren. Un hombre es bueno con él. Este sacerdote. Le extiende una mano al chico. ¿Este hombre tiene sus motivos?. Si. Todos tienen sus motivos. USTED tiene sus motivos. ¿Pero yo le pregunto al hombre por qué es bueno con mi hijo?. No. No me importa por qué. Mi hijo necesita que algún hombre se preocupe por él y lo ayude a llegar a donde él quiera ir. Y gracias a Dios, este hombre educado con algo de bondad dentro de él quiere hacer justamente eso.

HERMANA LUISA

Esto no va a dar resultado.

SRA. MULLER

Es solo hasta el mes de junio. A veces las cosas no son blanco y negro.

HERMANA LUISA

Y a veces si lo son. Yo voy a echar a su hijo de esta escuela. No se equivoque.


SRA. MULLER

¿Por qué lo haría...si nada empezó con él?

HERMANA LUISA

Porque voy a detener esto cualquiera sea el modo en que deba hacerlo.

SRA. MULLER

¿Lastimaría a mi hijo para salirse con la suya?

HERMANA LUISA

No va a terminar con su hijo. Habrá otros, si es que ya no los hay.

SRA. MULLER

 Entonces eche al sacerdote.

HERMANA LUISA

Eso mismo estoy intentando.

SRA. MULLER

Bueno, ¿qué quiere que haga?

(Pausa)

HERMANA LUISA

Nada. Como se presentan las cosas. Tenía esperanzas que supiera algo que me ayudase, pero parece que no lo sabe.

SRA. MULLER

Por favor, deje a mi hijo fuera de esto. Mi marido mataría a ese chico por algo así.

HERMANA LUISA

Lo intentaré.

(La SRA. MULLER se para)


SRA. MULLER

Yo no sé, Hermana. Usted puede pensar que hace un bien, pero el mundo es un lugar duro. No creo que usted y yo estemos del mismo bando. Yo voy a estar parada junto a mi hijo y con aquellos que son buenos con mi hijo. Me gustaría verla allí. Fue muy agradable hablar con usted, Hermana. Buenos días.

(Ella se va, dejando la puerta abierta detrás de ella. La HERMANA LUISA está sacudida. Luego de un  momento aparece en la puerta el PADRE FLYNN. El controla su furia)

FLYNN

¿Puedo entrar?

HERMANA LUISA

Vamos a necesitar un tercero.

FLYNN

¿Qué hacía acá la madre de Donald?

HERMANA LUISA

Estábamos conversando.

FLYNN

¿Sobre qué?

HERMANA LUISA

De veras necesitamos una tercera persona, Padre.

FLYNN

No, Hermana. Ningún tercero. Usted y yo nos debemos una charla.

(El entra dando un portazo. Quedan enfrentados)

¡Tiene que parar esta campaña en contra de mi!

HERMANA LUISA

Usted puede pararla en cualquier momento.
FLYNN

¿De qué modo?

HERMANA LUISA

 Confiese y renuncie.

FLYNN

¡Usted está intentando destruír mi reputación!. ¡Pero el resultado de todo esto va a ser su remoción y no la mía!

HERMANA LUISA

¿Qué está haciendo en esta escuela?

FLYNN

¡Trato de ayudar a la gente!

HERMANA LUISA

Vamos al grano, ¿qué hace usted en el clero?

FLYNN

¡Usted sola, sin ninguna ayuda, está deteniendo a esta escuela y a esta parroquia!. Impide que se brinde una educación progresista y que se tenga una Iglesia que acoja con beneplácito a su congregación.

HERMANA LUISA

Usted no me puede distraer, Padre Flynn. Esto no se trata de mi comportamiento, se trata del suyo.

FLYNN

Se trata de sus sospechas infundadas.

HERMANA LUISA

Eso mismo. Tengo sospechas.



FLYNN

¿Sabe qué es lo que sigo sin entender de todo ésto?. ¿Por qué sospecha de mi?. ¿Qué hice?

HERMANA LUISA

Usted le dió vino al chico para que bebiese. Y permitió que lo culparan.

FLYNN

¡Eso es totalmente falso!. ¿No habló con el Sr. McGinn?

HERMANA LUISA

Lo único que sabe McGinn es que el chico bebió vino. El no sabe cómo llegó a beberlo.

FLYNN

 ¿La madre de él tuvo algo que agregar con respecto-?

HERMANA LUISA

No.

FLYNN

Ya ve. No tiene nada.

HERMANA LUISA

Yo no estoy satisfecha.

FLYNN

Bueno, si no está satisfecha, ¡pregúntele al chico!

HERMANA LUISA

No, él lo protegería. Eso es lo que el chico estuvo haciendo.

FLYNN

Ah, ¿y por qué lo haría?


HERMANA LUISA

Porque usted lo sedujo.

FLYNN

¡Está loca!. Se le metió en la cabeza que corrompí a este chico después de darle vino y nada de lo que yo diga va a cambiar eso.

HERMANA LUISA

Eso mismo.

FLYNN

A ver, corríjame si estoy equivocado. Esto no tiene nada que ver con el vino, claro que no. ¡Antes de este incidente usted ya sentía una desconfianza esencial por mi!. Fue usted la que le advirtió a la Hermana Jane que estuviera vigilante, ¿no es cierto?.

HERMANA LUISA

Es cierto.

FLYNN

¡Entonces lo admite!

HERMANA LUISA
Desde luego.

FLYNN

¿Por qué?

HERMANA LUISA

Yo conozco a las personas.

FLYNN

¡Eso no es suficiente!

HERMANA LUISA

No necesita serlo.

FLYNN

¿Cómo?

HERMANA LUISA

Usted me va a contar lo que hizo.

FLYNN

¿Ah si?

HERMANA LUISA

Si.

FLYNN

A mi no puede amedrentarme…yo no soy uno de sus alumnos indisciplinados. La Hermana Jane está convencida de que soy inocente.

HERMANA LUISA

¿Así que habló con la Hermana Jane?. Y si, claro que habló con la Hermana Jane.

FLYNN

¿Usted sabe que el padre de Donald le pega?

HERMANA LUISA

Si.

FLYNN

¿Y eso no podría influir en el comportamiento extraño que la Hermana Jane notó en el chico?

HERMANA LUISA

Podría.

FLYNN

¿Entonces qué es?. ¿Qué?. ¿Qué escuchó?, ¿qué vió que la convenció de un modo tan completo?
HERMANA LUISA

¿Qué importancia tiene?

FLYNN

Quiero saberlo.

HERMANA LUISA

El primer día del comienzo del año escolar, vi que usted le tocaba la muñeca a William London. Y también ví el modo en que él se apartaba.

FLYNN

¿Eso fue todo?

HERMANA LUISA

Eso fue todo.

FLYNN

Pero eso no fue nada.

(El anota en su libretita)

HERMANA LUISA

¿Y ahora qué anota?

FLYNN

No me deja otra opción. Yo anoto lo que dice. Tiendo a aturdirme en una conversación tan perturbadora como para acordarme los detalles, y esto puede ser importante. Cuando hable con Monseñor y le explique por qué usted tiene que ser retirada como directora de esta escuela.

HERMANA LUISA

Esta mañana, antes de hablar con la Sra. Muller, tuve la precaución de llamar a la última parroquia en la que estuvo destinado.

FLYNN

¿Y él qué le dijo?
HERMANA LUISA

¿Quién?

FLYNN

El párroco.

HERMANA LUISA

No hablé con el párroco. Hablé con una de las monjas.

FLYNN

Debería haber hablado con el párroco.

HERMANA LUISA

Hablé con una monja.

FLYNN

¡Ese no es el camino adecuado para seguir, Hermana!. La Iglesia es muy clara. Se supone que usted vaya a través del párroco.

HERMANA LUISA

¿Por qué?. ¿Usted y él tienen un entendimiento?. Padre Flynn, usted tiene una historia.

FLYNN

¡No tiene ningún derecho a andar escarbando mi pasado!

HERMANA LUISA

Esta es su tercera parroquia en cinco años.

FLYNN

¡Llame al párroco y pregúntele por qué me fui!. Fue algo perfectamente inocente.

HERMANA LUISA

Yo no voy a llamar al párroco.


FLYNN

¡Yo soy un buen sacerdote!. Y no hay nada en mis antecedents que sugieran lo contrario.

HERMANA LUISA

Usted va a ir detrás de otro chico y de otro, hasta que lo detengan.

FLYNN

¿Con qué monja habló?

HERMANA LUISA

No lo voy a decir.

FLYNN

Yo no toqué a ningún chico.

HERMANA LUISA

Sí, lo hizo.

FLYNN

Usted no tiene la mas mínima prueba de algo.

HERMANA LUISA

Pero tengo la total certeza y armada con ella, voy a ir a su última parroquia, y si es necesario a la anterior. ¡Voy a encontrar algún padre de algún chico, Padre Flynn!. Créame que lo haré. ¡Un padre que probablemente no sepa que usted TODAVIA SIGUE TRABAJANDO CON CHICOS!. Y una vez que yo lo haga, va a quedar expuesto. Hasta podría ser que lo ataquen, metafóricamente o de otro modo.

FLYNN

¡No tiene derecho a actuar por su cuenta!. Usted pertenece a una órden religiosa. ¡Usted tomó votos, uno de los cuales es la obediencia!. ¡Usted responde ante nosotros!. ¡No tiene ningún derecho a actuar por fuera de la Iglesia!

HERMANA LUISA

¡Si lo que se necesita hacer es actuar por fuera de la iglesia lo haré, aunque la puerta se cierre detrás de mi!. ¡Voy a hacer lo que sea necesario, Padre, así signifique que me condene al infierno!. Debería entenderlo, así no se confunde conmigo. Ahora dígame, ¿usted le dió de beber vino a Donald Muller?

FLYNN

¿Usted no hizo alguna vez algo malo?

HERMANA LUISA

Si, lo hice.

FLYNN
¿Un pecado mortal?

HERMANA LUISA

Si.

FLYNN

¿Y?

HERMANA LUISA

¡Lo confesé!. ¿Le dió de beber vino a Donald Muller?

FLYNN

Sea lo que sea lo que yo haya hecho, lo dejé en las manos sanadoras de mi confesor. ¡Como hizo usted!. ¡Somos iguales!

HERMANA LUISA

¡No somos iguales!. ¡Un perro que muerde es un perro que muerde!. Yo no justifico que hago mal y lo sigo haciendo. Yo lo admito, desisto, y tomo mi remedio. ¿Le dió de beber vino a Donald Muller?
FLYNN

No.

HERMANA LUISA

¿Reserva mental?



FLYNN

No.

HERMANA LUISA

Miente. Muy bien, entonces. Si usted no sale de mi oficina, yo voy a salir. Y una vez que yo salga, no voy a parar.

(Ella va hacia la puerta. De pronto, un tono nuevo aparece en la voz de él)

FLYNN

¡Espere!

HERMANA LUISA

Usted va a pedir su traslado de esta parroquia. Va a tomar una licencia hasta que le sea otorgado.

FLYNN

¿Para hacer qué, por amor de Dios?. Mi vida está acá.

HERMANA LUISA

No haga eso.

FLYNN

¡Por favor!. ¿Acaso no somos personas?. ¿No soy una persona de carne y hueso como usted?. ¿O solo somos ideas y convicciones?. Yo no puedo decir todo. ¿Me entiende?. Hay cosas que no puedo decir. Y aunque usted no pueda imaginar la explicación, Hermana, recuerde que hay circunstancias que están mas allá de su conocimiento. Aunque usted tenga una certeza es una emoción y no un hecho. Por el espíritu de la caridad, le suplico  En nombre del trabajo de mi vida. Tiene que actuar con responsabilidad. Me pongo en sus manos.

HERMANA LUISA

Yo no lo quiero.

FLYNN

Está en juego mi reputación.

HERMANA LUISA

Usted puede preservar su reputación.

FLYNN

Si usted dice estas cosas, no voy a poder realizar mi trabajo en la comunidad.

HERMANA LUISA

Su trabajo en la comunidad debe ser interrumpido.

FLYNN

Me va a dejar sin nada.

HERMANA LUISA

Eso no es verdad. Es Donald Muller quien no tiene nada, y usted se aprovechó de eso.

FLYNN

 No hice nada malo. Me preocupo mucho por ese chico.

HERMANA LUISA

¿Porque le sonríe y le expresa simpatía y habla con él como si los dos fueran iguales?

FLYNN

¡Ese chico necesitaba un amigo!

HERMANA LUISA

Usted es un fraude. Ese sentimiento cálido que experimentó cuando ese chico lo miró brindándole toda su confianza no fue una sensación impregnada en la virtud. Fue como la que la que experimenta un borracho ante su botella de ron. Usted es una desgracia para el clero. El único motivo por el que no fue echado de la Iglesia es la disminución en las vocaciones.

FLYNN

Puedo luchar contra usted.



HERMANA LUISA

Va a perder.

FLYNN

Eso no lo puede saber.

HERMANA LUISA

Yo lo sé.

FLYNN

¿En dónde está su compasión?

HERMANA LUISA

En ningún lugar al que usted pueda llegar. Quédese acá. Cálmese. Use el teléfono si lo desea. Buen día, Padre. No siento compasión por usted. Yo sé que es invulnerable a un verdadero arrepentimiento. (Empieza a irse. Pausa) Y córtese las uñas.

(Ella sale, cerrando la puerta detrás de ella. Luego de un momento, él va al teléfono y disca)

FLYNN

Si. Soy el Padre Flynn de la parroquia San Nicolás. Necesito concertar una cita para ver al Obispo.

(Las luces bajan sobre el PADRE FLYNN y el se empieza a comer las uñas)

ESCENA 9

(La HERMANA LUISA entra al jardín. Es un día soleado. Ella se sienta en el banco. Entra la HERMANA JANE)

HERMANA LUISA

¿Cómo está su hermano?

HERMANA JANE

Mejor. Mucho mejor.


HERMANA LUISA

Me alegra mucho. Recé por él.

HERMANA JANE

Me hizo bien alejarme. Necesitaba ver a mi familia. Había pasado demasiado tiempo.

HERMANA LUISA

Entonces me alegra que lo haya hecho.

HERMANA JANE

Y el Padre Flynn ya no está.

HERMANA LUISA

Si.

HERMANA JANE

¿Adónde?

HERMANA LUISA

A San Jerónimo.

HERMANA JANE

Así que usted lo logró. Logró sacarlo de aquí.

HERMANA LUISA

Si.

HERMANA JANE

Donald Muller está desolado por que él se fue.

HERMANA LUISA

No puede remediarse. Es solo hasta junio.



HERMANA JANE

Yo no creo que el Padre Flynn haya hecho algo malo.

HERMANA LUISA

¿No?. ¿El la convenció?

HERMANA JANE

Si, lo hizo.

HERMANA LUISA

Hummm.

HERMANA JANE

¿Usted pudo probarlo?

HERMANA LUISA

¿Qué?

HERMANA JANE

¿Qué él se metió con Donald Muller?

HERMANA LUISA

¿Si se lo pude probar a quién?

HERMANA JANE

¿A alguien mas que a usted?

HERMANA LUISA

No.

HERMANA JANE

Pero usted estaba segura.



HERMANA LUISA

Si.

HERMANA JANE

Desearía poder ser como usted.

HERMANA LUISA

¿Por qué?

HERMANA JANE

Porque yo no puedo dormir mas de noche. Todo me parece que está impregnado de incertidumbre…de dudas.

HERMANA LUISA

Tal vez estemos condenadas a que no debamos dormir en paz. Nombraron al Padre Flynn párroco de San Jerónimo.

HERMANA JANE

¿Quién?

HERMANA LUISA

El obispo nombró al Padre Flynn párroco de la Iglesia y de la escuela de San Jerónimo. Es una promoción.

HERMANA JANE

¿Usted no les contó?

HERMANA LUISA

Le conté a nuestro buen Monseñor Benedict. Crucé el jardín y se lo conté. El no creyó que fuera verdad.

HERMANA JANE

¿Entonces por qué el Padre Flynn se fue?. ¿Qué le dijo para que se fuera?



HERMANA LUISA

Que había llamado a una monja de su parroquia anterior. Que había descubierto su historial de transgresiones.

HERMANA JANE

¡Entonces usted sí lo probó!

HERMANA LUISA

Estaba mintiendo. No hice ese llamado.

HERMANA JANE

¿Mintió?

HERMANA JANE

Si. Pero si él no hubiera tenido una historia como esa, la mentira no hubiera dado resultado. Su renuncia fue su confesión. El era lo que yo pensé que era. Y se fue.

HERMANA JANE

No puedo creer que usted haya mentido.

HERMANA LUISA

En la persecución de la maldad, uno se aleja un poco de Dios. Desde luego que hay que pagar un precio.

HERMANA JANE

Ya veo. Así que ahora él está en otra escuela.

HERMANA LUISA

Si. Ah, ¡Hermana Jane!

HERMANA JANE

¿Qué pasa, Hermana?

HERMANA LUISA

¡Pero yo tengo tantas dudas!, ¡si...demasiadas dudas!

(La HERMANA LUISA está inclinada por la emoción. La HERMANA JANE la consuela. Las luces se diluyen)

F     I     N