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3/6/20

SACHA BARRERA ORO. Los que van, obra para adolescentes 2019


Los que van


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SACHA BARRERA ORO

sachatustra@gmail.com


(2019)


Siempre alguien nos espera en algún lugar.


Génesis:

La obra es el resultado de la creación colectiva de los integrantes del elenco Municipal “La Libra” durante el taller de dramaturgia “Construyendo Links. La Paz” realizado en ese mismo departamento de Mendoza durante cuatro domingos del mes de mayo. La posterior dramaturgia de los textos fue realizada por Sacha Barrera Oro entre los meses de julio y agosto del año 2019, dando como resultado una comedia dramática de corte local con algunos guiños y giros propios del género suspenso fantástico y thriller psicológico.





Elenco: “La Libra”

Personajes.​​​​ Actores/ Actrices

MARIANA​​​​ Karen Ochoa

ÁNGELES​​​​ Giovana Agustina.

ANTONIO​​​​ Santiago Sosa.

NATY​​​​​ Andreina Espalla.

LAURA​​​​​ Caro Guzman.

LORENA​​​​ Brisa Fernandez.

LUCIA​​​​​ Jazmín Beneite.

RAMÍREZ​​​​ Julio “Gato” Gómez.

MATIAS Jhonny Zabalegui.

MARCELO ​​​​ Bruno Morán.

MIGUEL​​​​ Leandro Rubino.

EL NIÑO ​​​​ Germán Lucero.

Creación colectiva: Karen Ochoa, Giovana Agustina, Andreina Espalla, Caro Guzman, Brisa Fernandez, Jazmín Beneite, Julio “Gato” Gómez, Jhonny Zabalegui, Leandro Rubino, Bruno Morán y Cecilia Herrera.


Puesta en escena y dirección general: Cecilia Herrera.

Dramaturgia: Sacha Barrera Oro.


  1. EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO. (Parte 1)

(La Paz. Interior de la casa de Mariana.)

MARIANA: Bostecé por última vez y me acomodé justo como estaba hace unos minutos, me puse la sábana calentita y me dormí.

ÁNGELES: ¿Y…?

MARIANA: (Continúa relatando el sueño) Y eso. Estaba sentada con mí mejor amigo en la plaza… Charlabamos de todo lo que nos había estado pasando. Me pasaba un mate...

ÁNGELES: No… ¡Pará! Ahorrame toda esa parte donde no pasa nada y vamos a lo importante.

MARIANA: Bueno. Pero lo que pasa, es que todo es importante. La cosa es que yo lo tomaba… “Al mate” y me iba rápido. Y cuando apoyo mis pies en el asfalto siento un ruido que me aturde. Había sido la bocina de un auto, al cual no me di cuenta que venía muy cerca de mí. De repente me veo tirada en el asfalto con un charco grande de sangre en mi cabeza… Veo a mi amigo llorar y a gente que se queda paralizada a la orilla... Era como si estuviese en una parte más arriba que todas esas personas… Veo la ambulancia y la Policía llegar.

ÁNGELES: Esperá. Hay algo que no entiendo… Vos en el sueño estabas con tu novio.

MARIANA: Bueno, si. Pero era como si fuésemos amigos, pero me gustaba.

ÁNGELES: ¿Eran novios o no?

MARIANA: No importa.

ÁNGELES: Si, que importa.

MARIANA: Bueno… Ponele que éramos novios.

ÁNGELES: Pero vos en la vida real no tenes novio.

MARIANA: Te das cuenta que sos tonta, Ángeles. No te digo que era un sueño. En los sueños una puede tener novios que no tiene, puede tener hermanos… O mejor, no tener hermanos. Puede tener mucha plata… Hasta se puede ser de otro sexo o hasta un animal, si uno quiere. Obvio.

ÁNGELES: Bueno… ¿y?

MARIANA: Ahí es cuando me despierto… Mi corazón late fuerte, hay lágrimas en mis ojos… Y… Siento que suena mi celular.


(Apagón)


  1. ​— LA NOCHE MÁS OSCURA.(Parte 1)

(Interior de otra casa en La Paz.)

NATY: (Lee desde un libro o cel.)… Clara dijo: “Aquel enero fue el más cruel de todos; la nieve caía sin piedad. La ruta que llevaba a la ciudad de Londres, estaba vacía excepto por aquel auto que conducía a gran velocidad.” (Suena un celular)

ANTONIO: ¿Querés que atienda?

NATY: No. Dejá que ahora viene la mejor parte. (Retoma la lectura) Entonces Erick vociferó…

-¡No entiendo por qué mierda no te quedas callada! (Sigue sonando el cel) Clara tranquila le responde: - Para que sepas… Vos no me obligas a nada y mucho menos dispones de mi vida.

Si…. Dijo, Erick: -Claro, porque te pedí matrimonio para que anduvieras haciendo lo que quieras, Clara. (Corta la lectura) Mejor atendé. Si no no vas a entender nada de lo leo.

ANTONIO: (Contesta) Si… Obvio. Claro que vamos a estar. (Mira a Naty, ella le hace gestos que no. Que no vengan. Se señala a sí misma y hace gestos de negación.) En un ahora… ¡Perfecto! (Naty parece enojada. Finalmente Antonio concluye la llamada)

NATY: (Continúa leyendo) - ¡Sos un imbécil! Le dijo, Clara ¡El día que entiendas que Marco es mi amigo ya no seré parte de tu vida! (Pausa) Roja por la furia, con sus ojos inyectados en sangre le gritó al que alguna vez fue el amor de su vida.

ANTONIO: Esperá. Perdoname que te interrumpa. ¿Esto es una novela…? Es parte de una serie… ¿O es un cuento? No se entiende.

NATY: Es… Ehh… A ver. Es un ejercicio de escritura. El profesor nos pide que escribamos algo y después lo tenes que continuar. Pero si querés dejamos acá y listo. ¿Quién llamó?

ANTONIO: Lucia… Dice que vienen más tarde. Por ahí pasa a buscar a Marcelo y se vienen… (Pausa) No. Perdoname. ¡No te quise cortar la lectura, sino que entre la llamada y la historia que es bastante rara., no llego a entender a dónde va a parar todo!

NATY: A ver, Antonio. Clara, la chica de la historia está pasando un momento difícil, un momento de cambio en su relación. En ese momento duda sobre sus sentimientos… O sea. Ama a Erick pero al mismo tiempo lo odia. ¿Entendés? (Piensa) Qué pesada Lucía… ¿¡¡Por qué le dijiste que viniera!!?

ANTONIO: Ah… Ahora entiendo. El plan era dejar a Erick por ese tal Marcos, ¿no? Porque cree que es mejor que Erick… ¿No? (Piensa) Bueno. Me dio cosa decirle que no venga… Después de todo son tus amigos.

NATY: Puede ser… Mejor sigo leyendo. (Retoma la lectura) “La velocidad del auto iba en aumento, patinaba en la nieve pero eso no detenía a Erick.” Entonces Clara gritó: ¡Nadie es mejor que nadie acá! Y… ¡Bajá la velocidad del estúpido auto! Mientras tomaba la mano de su marido. ¿Para qué? Dijo Erick. Si vas a dejarme de todas formas… Mientras pisaba el acelerador. Clara comenzó a asustarse y el pánico invadió su cuerpo y mente. En ese momento fue que Clara dijo: - ¡Erick maldita sea! ¡Dejame bajar! Una luz comenzó a emitirse desde un punto lejano en la ruta. Una deslumbrante luz blanca. (Pausa tensa) Lo último que se escuchó decir a Clara fue: - ¡Frená el puto auto, Erick!


  1. EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO. (Parte 2)

ÁNGELES: Horrible. La verdad que no sabía que soñabas ese tipo de cosas tan feas… Qué digo sueños… Es una pesadilla lo que me contaste.

MARIANA: Bueno, sí. Pero no sabes lo lindo que era mi novio en el sueño.

ÁNGELES: Ahh… ¡Viste que sí eran novios!

MARIANA: Bueno. Novios. Algo así. Después de todo es un sueño, nada más.

ÁNGELES: Decime una cosa… El chico del sueño… ¿Es de La Paz?

MARIANA: No sé. Puede ser. Yo no lo he visto nunca.

ÁNGELES: O por ahí lo viste en la televisión… Viste que en los sueños se mezcla todo.

MARIANA: Si. Qué raro, ¿No? Ahora que lo pienso… Soñar con alguien que uno ni siquiera conoce es raro. (Piensa) Da miedito. ¿No?

(Apagón)

  1. EL APAGÓN.

(Continuación de “La noche más oscuras”. (Parte 2)

(Naty y Antonio están a oscuras. Tienen una linterna. Se llevan cosas por delante, caminan a los tumbos. En un momento se asoman a una ventana. De frente al público)

NATY: ¿Ves algo?

ANTONIO: No. Parece que es general. Está todo re oscuro afuera.

NATY: ¿Se ve algo para el lado de la trastornada de enfrente?

ANTONIO: A ver. (Tiempo) Si. Está con una amiga.

NATY: A ver. Dejame ver qué hacen.

ANTONIO: Parece que la vino a visitar una chica. (Tiempo) Se abrazan. Por ahí es la novia.

NATY: Viste. Yo te lo dije. Es rara esa piba. ¿A ver? ¿Me das la linterna?

ANTONIO: Creo que hay otra en el cajón de la cómoda. Pero ahora no la vas a encontrar.

NATY: ¿Sabes lo único bueno de esto? Que no creo que vengan.

ANTONIO: ¡Se están besando!

NATY: ¿En serio? ¡A ver…! Déjame ver.

ANTONIO. ¡Pará! Esperá un momento. ¡Esperá! (Forcejean y se les cae la linterna al suelo. Apagón) ¡Te das cuenta que sos tarada!

NATY: Antonio, te podes callar un minuto que no me dejas pensar.

ANTONIO: ¡Shhh! (Susurra) ¿Escuchaste ese ruido?

NATY: ¿Qué ruido?

ANTONIO: (Mira por la ventana) Me parece que fue en la ruta. (Silencio)

NATY: Antonio… ¿Me das la mano? Tengo miedo. Mira si entró alguien.

ANTONIO: Después de todo no es tan malo estar a oscuras.

NATY: La verdad que muchas ganas de que viniera Lucia no tenía.

ANTONIO: No te ofendas, pero si seguías leyéndome esa historia un rato más, me iba a explotar la cabeza.

NATY: Antonio… Sos un tardo.


PRIMER INFORME

(Trae carpetas, libreta, notas varias, tal vez un grabador de periodista. Posiblemente utiliza su propia voz grabada para parte de su informe.)

Último momento… Una mujer se quitó la vida tras jugar una partida de un juego conocido como “YES or NOU”. Cuentan testigos que esa noche, la mujer invitó a algunas de sus amistades a su casa… Eran trece, el numero de la mala suerte y contaban los testigos que ella misma aseguró que uno de ellos iba a morir esa noche, ante la atenta y escalofriante mirada de sus amistades.

Tras un llamado desesperado a un amigo que llegaba tarde al encuentro, al rededor de las 1:00 a.m. Luego de tocar el timbre de su edificio… La mujer le contestó “…Ya bajo” lo que nadie se iba a imaginar es que esa sería su última ironía, ya que la mujer se lanzó desde el balcón y cayó sobre una camioneta Fiorino patente APA022 estacionada a metros de la entrada al edificio. Su amigo desesperado llamó a la ambulancia que inmediatamente llegó al lugar y se llevó el cuerpo ya sin vida de la mujer a la morgue del hospital general de Santa Rosa.

Ahora bien. ¿Por qué se suicidó esta mujer? Nunca se supo, ya que el caso jamás se terminó de resolver y el paradero de sus amistades y el último amigo que llegó se desconoce.

Ahora, yo me pregunto… ¿Acaso este informe que acabó de darles parece lo suficientemente sólido y contundente para dar fe de su veracidad? Pues bien… Las cosas que suceden no siempre figuran en los diarios y son noticia. Desgraciadamente los hechos se esconden en ríos de tinta y titulares ambiguos. A ver si nos entendemos… Todo el mundo está preocupado porque las cosas sean creíbles. Ya hace mucho tiempo que a nadie le importa que algo no sea verdad o no.

Los jóvenes mueren todos los días. No pierdan tiempo. No busquen sus cuerpos entre los hierros retorcidos en la ruta. O en las camillas de la morgue. ¡No! Los jóvenes se mueren en las siestas, en cada frustración de lo que soñamos ser y no nos dejan… En todas esas oportunidades de crecer que no les damos. En los silencios prolongados que aturden mis oídos. En… (Pausa) ¡Silencio! (Mira hacia un lugar) ¿Quién anda ahí? ¿¡Quién vive!?


5) — PREJUICIOS.

(Continuación de “El sueño de la chica que no tiene novio”.) ​​(Parte 3)

(En la oscuridad Mariana y Ángeles buscan una linterna)

ÁNGELES: ¿Estás segura de que la dejaste por acá?

MARIANA: Si. Lo que pasa es que mi mamá cuando entra y ordena mi habitación deja todo patas para arriba y después no encuentro nada.

ÁNGELES: Suerte que a vos tu mamá te da bola. Yo no sé qué es de la vida de mi vieja… Está, pero no hablamos. (Mira hacia la ventana) ¿Me parece a mí, o los de enfrente están mirando para acá?

MARIANA: No les des bola. Son los Soria. Ella es medio chicata. Además de re mala onda y el hermano… Olvidate. Se hace el raro. Entre los dos no hacen uno. Son re chusmas.

ÁNGELES: ¿Te puedo preguntar algo?

MARIANA: Si, claro.

ÁNGELES: ¿A qué le tenes miedo?

MARIANA: (Piensa) A ver. Le tengo miedo a… La soledad. A mi papá. (Sonríe) A expresar los sentimientos… Yo qué sé. A veces… ahhh. A olvidar… A ser olvidados. (Pausa) ¿Sigo?

ÁNGELES: Si.

MARIANA: Al fracaso… A quedarme en el tiempo. (Pausa) Te vas a reír… Pero… Le tengo miedo a la oscuridad. (Sonríe)

ÁNGELES: Pero ahora no tenes miedo. ¿O si?

MARIANA: Ahora no, porque estoy con vos. (Pausa) Y vos… ¿A qué le tenes miedo?

ÁNGELES: (Piensa) Yo también le tengo miedo a la oscuridad. Pero a esa oscuridad que al apagar la luz desaparezca todo lo que un día construimos con tanto amor… O sea… Miedo a que la luz no se vuelva a encender… Que el día se vuelva noche. ¿Entendes? Que en medio de esa oscuridad infinita me quede sola con los fantasmas de mi mente… Que de esa oscuridad aparezcan sombras. No sé… Ruidos y… Y que después de todo… Sólo sea mi mente. ¿Entendés?

MARIANA: Mierda. No había pensado en algo así. Digo, en una oscuridad asi… Tan profunda. Tan grosa. (Se abrazan) Sabes que te quiero, ¿no? Sos mí amiga.

ANGELES: ¿Cómo no me vas a querer, si soy la única tonta que se banca que le contés esos sueños raros que tenés? (Las dos ríen)

MARIANA: (Repara en la ventana) ¿Podes creer que las lechuzas de enfrente nos apuntan con la linterna?

ÁNGELES: ¿Querés ver cómo se vuelven locos? (La abraza nuevamente. Esta vez por más tiempo. Luego mira hacia la ventana y grita) ¿Qué miran? ¡Lechuzones!

MARIANA: ¿Escuchaste ese ruido? (Las dos pegan sus rostros y miran hacia la ventana)

  1. EL FOGÓN.​​(Parte1)

(Cerca de la ruta. Los chiques cantan, tocan la guitarra, comentan cosas al pasar, luego las dos chicas y el chico comienzan a leer un libro o desde un celular. A su alrededor se ven bolsas de dormir, posiblemente una carpa a medio levantar, comida, etc.)

MATIAS: (Lee con la luz de una linterna o un farol. Imposta una voz “seria”, aguarrentosa, tratando de imprimirle un barniz de solemnidad o de terror.) "Era de esas noches frías de las que uno no se olvida jamás. Nevaba con bastante intensidad. Desde esa colina solamente se podían observar pocas luces de esa ciudad. (Pausa) La citó a las 21 horas, ya había pasado media hora más y creyó que ya no vendría. Pero llegó, con sus mejillas rosadas por el frío, con su paso apretado y rápido por el invierno más helado comparado con el de otras épocas. Arribó a su encuentro a las 21:30 horas de ese primer martes de enero. La abrazó y sintió su recelo hacia él. Lucas necesitaba mostrarle el mundo que vivía dentro suyo, decirle todo antes de partir.

LAURA: ¿Querés que siga yo? (Matías le pasa el libro o cel) Mirá - le dijo- ¿Ves esa casa con la luz del garaje encendida? Ella miró y asintió con un breve movimiento de cabeza. - Es la casa de mi sueño, te dije que este día llegaría. Esa mujer que cocina para ella y su bebé, está a punto de recibir un mensaje de su marido. Ella respondió. - Y ¿Qué le dice?... - Que llegará al otro día, lo mismo de siempre… Pero no volverá jamás. - Y entonces ¿Qué tiene de especial esta noche? preguntó sin mirarlo. - Recibirá un visitante y terminará con esa vida asquerosa que lleva. En ese preciso momento, que la mujer leía el mensaje, alguien llegaba a su casa y tocaba la puerta. Apenas entró el desconocido, las luces del lugar se apagaron. - ¿Cómo haces eso? ¿Por qué ves esas cosas que no pasan aún?

LORENA: (Interrumpiendo la lectura de Laura) Perdón, pero… ¿Están seguro de que es una historia de terror? Porque la verdad que no pasa nada.

MATIAS: Esperá que ahora se pone re buena… O no escuchaste eso que le dijo. La mujer ve cosas que todavía no pasan. (A Laura) ¡Seguí!

LORENA: ¿Me dejan que siga yo? Cuando lee otro me disperso. (Laura le pasa el texto. Retoma la lectura)… La mujer solamente se limitó a sonreír. Suspiró y le levantó el rostro. Vio que lloraba y notó su ojo morado, esa marca que demostraba ser solamente suya. Le volvió a indicar un lugar, esta vez al norte de la ciudad. - Es una escuela, ¿Qué tiene? - Dentro de cinco minutos entrarán tres chicos por culpa de un tonto juego. - Otra vez la misma historia de ayer ¿Cierto? Y dale con que van a entrar, no ves que hay un sereno que cuida el lugar… Dijo el hombre. - No seas tan ingenua, ese viejo no le impide la entrada a nadie, contestó la mujer. Mientras hablaban, sintieron sirenas que venían desde aquel lugar. (Mientras Lorena lee, se sienten sirenas que vienen desde algún lugar. Matias, Lorena y Laura se sobresaltan. Matíasse incorpora y mira a lo lejos.)

MATIAS: ¿Me parece a mí, o este cuento adelanta lo qué pasa en la vida real?

LORENA: Qué tontos que son… Es una simple coincidencia, nada más.

LAURA: Está muy bien escrito, eso es todo… Y te da la sensación de que las cosas se cumplen. Es eso. Es re loco. ¿No?

MATIAS: Pará. ¿Soy yo nada más el que escucha las sirenas allá en la ruta? ¿Me parece a mí o es lo mismo que está diciendo el cuento?

LORENA: (Cierra el libro) Mejor no leamos más y listo. Nos estamos sugestionando.

LAURA: ¡No! Mejor seguí leyendo… Mirá si nos perdemos de saber algo importante. (En ese preciso momento Lorena se incorpora y mira hacia el lugar lejano en el que antes había reparado Matias. Continúa leyendo.) Cuando ella miró el colegio, descubrió que salían corriendo tres adolescentes mientras la policía llegaba e interrogaba al sereno.

LAURA: (La interrumpe) ¡Miren! Allá se ve unos chicos corriendo. ¿Los ven?

LORENA: (Lee) Carol seguía llorando, ya no quería escucharlo más. Lucas le agarró la cara y nuevamente le señaló otro lugar.

MATIAS: (También se incorpora y toma de los hombros a Laura) A mí esta mierda ya no me causa ninguna gracia. ¿Por qué no nos vamos? (Repara en Lorena) ¿Podes dejar de leer ese libro?

LORENA: (Lee) En la calle circulaba a toda velocidad un auto en el que iba una pareja discutiendo.

-Carol mira. ¿Quieres saber qué va a pasar? - No, ya basta, no sé a dónde quieres llegar con todo esta mierda.

LAURA: Podes dejar de leer. ¡Por favor!

MATIAS: (A lo lejos repara en algo que lo deja sin palabras. Junto a Laura observan a la distancia. A Lorena) ¡¡¡Podes dejar de leer esa mierda!!!

LORENA: (Continúa leyendo)… Callate y escucha igual. Ella lo traicionó con Marco, el mejor amigo de él. ¡jajaja!

(Matías se acerca a Lorena y cierra el libro)


  1. EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO.​​ (Parte 4)

MARIANA: ¿Escuchaste ese ruido? (Las dos pegan sus rostros y miran hacia la ventana)

ÁNGELES: Mi abuela decía que a la siesta y por la noche salen las brujas.

MARIANA: ¡Shhh! (Agudiza la vista para ver más allá.) Cállate la boca, Ángeles.

ÁNGELES: … Yo la quiero tanto a mi abuela Sonya.

MARIANA: Creo que pasó algo para el lado de la ruta.

ÁNGELES: A ver… Dejame ver a mí. (Se ubica y mira a la distancia)

MARIANA: Si tu abuela sabe tanto de las brujas… Algún día nos podría contar un poco, ¿no?

ÁNGELES: Murió el año pasado.

MARIANA: ¿Y por qué hablás de ella en presente?... Como si estuviera viva, ¡nena!

AMGELES: Porque para mí ella sigue acá.

MARIANA: Callate, tonta… Que me haces dar miedo.

ÁNGELES: ¡¡Shhhh!! Viene alguien. Por ahí son tus viejos.

MARIANA: No. Mi mamá está en lo de una amiga. No viene hasta mañana y a mi viejo seguro le salió viaje. No está el camión. (Ansiosa) Déjame ver.

ÁNGELES: (Silencio) Es un chico. Viene caminando por el medio de la calle.

MARIANA: (Agudiza la vista) Yo no veo a nadie. No inventes cosas.

ÁNGELES: Va caminando… Ahora mira para acá. De la mano lleva un niñito… El nene no debe tener más de 9 años. (Tiempo) ¿Qué hace un niño a esta hora en la calle?

MARIANA: ¿Qué más ves?

ÁNGELES: El chico camina lento, como si le pesara el cuerpo. El nene ahora le soltó la mano… Viene para acá.

MARIANA: ¿Vos los conoces?

ÁNGELES: No. Es la primera vez en mi vida que los veo. (Silencio)

MARIANA: ¿Y ahora qué hacen?

ÁNGELES: El nene me está mirando. Sonríe. (Sonríe) Es re bonito.

MARIANA: (Se asoma nuevamente a la ventana) A ver. (Agudiza la mirada) Es el chico de mis sueños… ¡Ángeles! Está con el mismo buzo azul y la campera roja. Es divino. (Pausa) Me está llamando con la mano. Me pide que vaya con él. (Repara en ella) ¿Vamos?

ÁNGELES: ¿Vos me estás hablando en serio a mí? Yo no salgo ni loca. Andá vos si querés.

SEGUNDO INFORME

RAMÍREZ: (Habla por celular) ¿¡Hola Papá!? (Pausa) Si… Si. Ya sé… Escuchame. El subte línea E está demorado porque hubo una muerte. Si… Parece que una persona se arrojó al paso de un tren en la estación Bolivar… Combinación con línea A y D… Sí. Qué terrible, ¿no? Por Dios. La policía investiga si fue suicidio o lo arrojó algún otro pasajero. Si. Supongo que estaré varado por lo menos una hora más. (Pausa) No te preocupes por mí. Voy a hacer todo lo posible para llegar pronto. (Pausa) Mejor andá a dormir. Yo sé que estás cansado. No hay problema. Cená vos y acostate. Yo como algo por ahí. (Pausa) ¿Cómo me voy a enojar? Yo sé que te levantas temprano. (Pausa) Estoy bien… ¿Qué me va a pasar? Nada. (Pausa) Ya sé que hasta que no escuchas el ruido de la llave en la cerradura no te podes dormir. (Pausa) Ahora tengo que cortar. Estoy trabajando, papá. (Pausa) Si… Yo también te quiero, papá. (Finaliza la llamada)

(Repara en el público) Recién me olvidé de decirles algo importante. (Pausa) La gente que muere nunca se entera que está muerta. Sigue “normalmente” con sus actividades de aquí para allá, como si nada. Sigue apurada con sus cosas. No tiene tiempo ni para enterarse de que ha muerto. (Pausa) Es curioso. Ni se enteran que el camión les pasó por encima… Se ponen de pie, se sacuden las ropas y siguen. Algunos insultan, otros anotan la patente para hacer la denuncia. Otros tantos se quedan al costado del camino pensando si cerraron la puerta al salir de su casa o no. Por ejemplo, mi padre me habla como si yo no tuviera más de 5 años… Yo le hablo de las demoras de los subtes y los trenes y él se queda tranquilo. (Sonríe) Todo el mundo sabe que no hay subtes o trenes en La Paz.

Los que van… Esos que mueren en la ruta siguen caminando… Porque alguien seguro que los espera en algún lugar.


  1. EL APAGÓN (Parte 2)

NATY: (Cegada por una luz que viene de enfrente, grita) ¡Se están abrazando! ¿Las viste? ¡¡Se están besando, Antonio!! ¡Las vi! Te juro que las vi.

ANTONIO: (Despierta sobresaltado) ¿¿¡¡Qué pasa!!?? ¿Estás loca? ¡¿Por qué gritas?!

NATY: Te perdiste todo, tarado. Las de enfrente se estaban besuqueando. Te perdiste todo. (Lo contempla extrañada al ver que él no repara en nada de lo que ella le está contando) ¿Por qué pones esa cara de ternero degollado?

ANTONIO: Soñé con el abuelo.

NATY: Con el tata Ricardo…

ANTONIO: Si, estaba sentado con los pies dentro del canal, como a él le gustaba, mientras la abuela recogía junquillo.

NATY: ¿Te lo estás inventando?

ANTONIO: No.

NATY: (Como al pasar, como si no le importara) ¿Y qué decía?

ANTONIO: Me armaba un barco de papel… Me hacía cariños en la cabeza, así como a mí me gustaba que me hiciera.

NATY: ¿Y qué más?

ANTONIO: En un momento, la tarde se oscurecía, como si pasara un eclipse… Él me decía algo al oído. Algo que yo no llegaba a entender. ¿Raro, no?

NATY: No es raro, Antonio. Los sueños son así. Siempre se entiende la mitad de las cosas. ¿Y qué más pasaba?

ANTONIO: No sé. De un segundo al otro yo estaba en otro lugar. Cerca de la ruta. Había un grupo de vecinos pintando una estrella amarilla en el medio del camino. (Intenta recordar) Había otras personas que no sé quienes eran. (Se enfoca en una imagen) A un costado estaba el intendente… Del otro lado algunas maestras que no veo desde la primaria. (La imagen lo conmueve. Sonríe) Detrás de un álamo veo a mí mejor amigo de la escuela que se esconde, me saca la lengua y me hace burla (Le cambia el rostro) En un momento veo a mi tía Celeste, la que murió en el accidente en la ruta, ¿Te acordás? (Algo de lo que recuerda lo espanta)

NATY: ¿Qué pasa, Antonio? (Antonio intempestivamente se incorpora y busca un bolso donde comienza a meter un par de linternas y mantas, al mismo tiempo se pone una campera y le lanza otra campera a Naty que lo contempla sin entender nada de lo que está pasando) ¿Me querés decir qué estás haciendo? ¿A dónde vas? ¿Qué haces… nene? ¿Qué pasa?

ANTONIO: En la ruta están Lucía y Miguel.

NATY: Es un sueño, Antonio.

ANTONIO: En el sueño ellos pintaban mi nombre en la ruta, Naty. Mi nombre… ¿Entendés?

NATY: Yo te espero acá.

ANTONIO: Vos venís conmigo.

NATY: Ni loca. Anda vos.

ANTONIO: Traé el libro que estábamos leyendo. Después te explico.

NATY: A ver. Primero… Afuera esta oscuro. Segundo… Yo tengo frío. A esto sumale que vos no están bien. No distinguís la diferencia ente un sueño y la realidad. (Silencio) Yo me quedo acá.

ANTONIO: El tata Ricardo me dio un mensaje para vos. Pero… Bueno. Vos te lo perdés.

NATY: (Se incorpora. Antonio sale raudamente) Antonio… ¿Qué te dijo? ¡En serio, Antonio….! Es tarado este pibe. (Sale detrás de él)


  1. EL FOGÓN (Parte 2)

LORENA: (Perpleja observa a Matias) ¿A vos te parece bien lo que hiciste, nene? ¡Me cerraste el libro en la cara…! ¿Qué te pensás que tengo 5 años? ¿Qué te crees…? ¡Que me vas a hacer callar así!

MATIAS: ¿Vos te das cuenta que siempre haces lo mismo? Vos haces la tuya y no te importa nada más. Yo te pedí que la cortaras con esa historia y seguiste adelante. A Laura le dio miedo y te pidió que la termines con ese libro y nada. Nada. ¡Seguiste! Siempre haces lo que querés y todos tenemos que aguantar tus caprichos, nena.

LORENA: Vos nunca me dijiste que cerrara el libro.

MATIAS: Si te lo dije. Te lo pedí bien.

LORENA: Mentira. Ahora te haces la victima. Siempre haces lo mismo. Pero bien que te gustan las historias de terror. (Repara en Laura) ¿Vos no pensás decir nada?

LAURA: (Desde que comenzó la escena está abstraída, mirando a lo lejos. En ningún momento deja de contemplar hacia la ruta.) Matíastiene razón. Siempre haces lo mismo, Lorena.

LORENA: Bueno… Yo siempre quedo como la mala de la película. Ahora resulta que los dos se hacen las victimas.

MATIAS: A ver Lorena, nadie tiene la culpa que no te animes a resolver tus problemas personales.

LORENA: Ah…. Mirá quién habla. El que no se anima a decirles a los padres que no quiere seguir en La Paz. Que se muere por irse.

MATIAS: ¿De qué hablás?

LORENA: Matías. ¿Por qué no te pones los pantalones largos y dejas de ser un nene caprichoso? ¿Ah? ¿Por qué te seguís escondiendo detrás de ese personaje auto suficiente que le dice a todo el mundo qué tiene que hacer…? ¿Por qué no dejas de sufrir y estudias cine que es lo que realmente te gusta? ¿Por qué no te animás y te haces cargo de todo lo que te pasa con Laura? ¿Sigo?

MATIAS- (Azorado) ¿Vos hablas de hacerse cargo? ¿En serio? ¿Vos? Vos que venís a mí casa en la madrugada porque te querés morir, Lorena… Vos que te haces la tonta. ¡Pero sabés muy bien lo que hace tu papá cuando nadie lo ve! ¿Vos me das lecciones a mí…? ¿En serio? Vos que preferís mirar para otro lado y callarse… A ver, Lorena… Yo no soy la que le miente a su mamá cubriendo las porquerías que hace el papito.

LORENA: Sos un tarado Matias… (Alterada) ¿Sabes lo que sos vos? ¡¡¡Un machirulo!!! Eso sos. Lo que decís de mi papá te lo estás inventando. (Indignada) ¡Pedime perdón! ¡Pedime perdón! (Repara en Laura) ¿Y vos no pensás decir nada?

(Se escucha un ruido de choque de autos. Se sobresaltan. Laura mientras Lorena y Matíasdiscutían ha seguido leyendo el libro. En ese preciso momento entran a escena dos jóvenes. Lucia y Miguel. Ellos parecen aturdidos, como si deambularan a la deriva.)

LAURA (Lee ante la perpleja mirada de Lorena y Matias): ¿Cómo estás? - le preguntó, Erick. (Continúa Leyendo) - ¿Cómo llegamos acá? - dijo Clara escapando a su pregunta… ¿Seguimos en Londres?

MIGUEL: (Aturdido contesta) ¿Londres? Nunca estuvimos ahí. El viaje se atrasó, ¿no te acordás? (Preocupado, toma el rostro de Lucia entre sus manos analizándolo con infinita ternura)

LUCIA:- Sí. Discutimos. Tuvimos un accidente. Lo recuerdo.

LAURA: (Continúa leyendo) Clara. No discutimos y no tuvimos un accidente. No viajamos. Caíste por las escaleras cuando te dirigías al trabajo. Has estado durmiendo desde entonces. Han pasado tres horas.

(Matías y Lorena están perplejos observando la escena. Finalmente Matíasse anima a decir palabra)

MATIAS: Lau… Lau… Laura. (Repara en los jóvenes) ¿Vos los conoces…? (Lorena abraza a Matíasbuscando contención ante semejante evento. Ambos reparan en Laura y en los jóvenes que aparecieron. Finalmente Matíasdecide hablarles) ¡Ehh! ¡Flaco! ¡Ehhh! ¿Qué les pasa? (A Laura) ¿Quienes son?

LAURA: (Repara en Miguel y Lucia y luego en la pareja) Ellos… Ellos son los que van.


  1. LOS QUE HABLAN Y LOS QUE CALLAN.

MIGUEL: (Habla hacia el vacío) ¡Hola ma! Yo, bien… Menos mal que llegaste. (Repara en Lucia) Me siento muy solo cuando ella trabaja y... ¡Sí, ma! Ya me contó lo de la fiesta sorpresa que planearon para mí y que el lunes…

LUCIA: (Repara en él e intenta decirle algo) – No. No Miguel… ¿Te acordás de lo que le pasó?

MIGUEL: (Repara en el vacío) ¿Querés tomar unos mates? Ya pongo el agua. Sí ma, ella me comentó que le dolía el hombro, pero que igual iba a ir a trabajar porque necesitábamos la plata… ¡Si! para terminar de hacer la repisa del baño. Y bueno. Yo la dejé.

LUCIA: (Repara en él) No… No me dejaste. Fuimos juntos.

MIGUEL: Cuando se va al trabajo, así me siento… Como si ella se fuera para siempre, la espera se me hace eterna porque odio estar solo. ¡Menos mal que viniste, ma! Preparé unas galletitas.

LUCIA: (Susurra) Las galletas las hice yo.

MIGUEL: Seguro te va a encantar. (Ya no la ve) Espera ma… ¡mami…! Yo te escucho.

LUCIA- (Lo abraza) Acá estoy Miguel… ¿No me ves?

(Lorena y Matíassiguen impactados, son testigos de algo que no pueden explicar. No comprenden qué es lo que sucede)

LAURA: Es tan triste ver a los que van. (Repara en Miguel) Él cree que ella no lo quiere y va a dejarlo. (Repara en Lucia) Ella siente que todos los días lo pierde un poco más… Que algo se rompió y que ya nada va a ser lo mismo.

LORENA: (Abrumada le habla a Laura) Vos los conoces… Sabes quienes son.

MATIAS: (Repara en Lorena) ¿De verdad pensás eso de mi? Digo… Lo que me dijiste hace un rato. ¿De verdad pensás que soy un nene?

LAURA: (Contempla a los que van) Los he visto muchas veces discutir hasta tarde en uno de los bancos de la plaza.

LORENA: (A Miguel, dolida) ¿Por qué inventaste todo eso de mi papá?

MATIAS: (Serio) Yo no inventé nada, Lorena. Y vos lo sabes muy bien.

LAURA: No me pregunten cómo lo sé. Pero lo sé. (Repara otra vez en Lucía y Miguel) Más temprano cuando leíamos ese libro, algo pasó. Empecé a sentir miedo, pero no por la historia que cuenta libro, sino por otra cosa. Por algo que no sé cómo explicar. (Aparece Marcelo en la escena) Es raro… Es muy raro. En un momento ya no escuché más la historia que leíamos… En un momento… Ya no podía dejar de pensar en mí… En mis amigos. En todas las personas que amo y no quiero perder. A ver… Desde ayer que no puede dejar de pensar en una cosa. (Los que van se desvanecen, quedan recostados en el suelo.)


  1. ALMA EN PENA.​​​

(Marcelo va de la mano de un niño. Caminan unos pasos, se acercan a pocos metros de los que van y de los jóvenes que los observan. Luego de un momento el niño se distancia de Marcelo, luego se frena y se da vueltas, lo mira como buscando aprobación para luego salir de escena una vez que Marcelo le hace un gesto afirmativo.)

MARCELO: (Sonríe. A la distancia lo observa) ¡No te vayas muy lejos! (Finalmente repara en los que van)… En un abrir y cerrar de ojos el sol nos abraza la piel y la arena descongela nuestros cuerpos. Una sombra repentina nos toma la mirada. ¿Qué es? ¿Qué quiere de nosotros? (Recorre con su mirada a los que van y ahora duermen) ¿Quién son? (Sonríe amargamente) ¿Acaso por fin llegaron a destino? ¿Será esta la figura de quienes por fin van a descansar? (Repara en los jóvenes que observan) Si tan solo sé acercaran un poco más... Un poquito más. Tal vez entonces legaríamos a vernos. (Pausa) Pero bueno. Las cosas que no entendemos nos alejan. Lo mismo nos pasa con las personas. Y si… Pasa… Y pasa el tiempo. (Pausa) Ese perturbador ruido blanco que nos genera una extraña sensación de no pertenecer a este mundo… “Eso” que nos recorre cada parte del alma sigue presente. (Pausa) No. Ahora no tenemos miedo. No. (Pausa) Es otra cosa. (Matíasy Lorena continúan observando detenidamente a los que van. Evidentemente no ven ni escuchan a Macelo. Se acercan donde está Laura, ella todavía se encuentra en algo parecido a un trance, un estado de confusión. Matíasle saca el libro de las manos. No hay acuse de recibo por parte de ella.)

MATIAS: (Lee) - Clara comenzó a unir eventos. No pensaba con claridad.

LORENA: (A Matías) ¿Qué haces? ¿Vas a seguir leyendo eso? Deja ese libro.

MATIAS: (Lee)…Todo se había sentido tan real, cada situación, cada roce. TODO. Esto evidentemente no podía ser un simple sueño. No lo era. Pero eso ella aún no lo sabía. (Repara en Lorena) No te das cuenta, Lorena… Este libro adelanta lo que va a pasar. Seguí leyendo vos.

LORENA: Ese libro me asusta. De verdad… No quiero leer. No voy a leer.

MATIAS: Todo esto empezó con este libro y sabes una cosa… Creo que va a terminar solo si terminamos de leerlo. ¿Entendés? (A Lorena) ¡Seguí! (Vuelve a reparar en ella.) Por favor. Seguí.

LORENA: (Toma el libro y lee dubitativa) Entonces… Erick dijo:- ¿Vamos?

MATIAS: (Lee) Y Clara respondió:- ¿A dónde?

LORENA: (Lee) A casa de mi mamá. Respondió Erick… Le prometimos ir.

(Ambos continúan leyendo pero solamente vemos la mímica de la lectura sin sonido)

MARCELO: (Repara en los que duermen)… Salieron de casa media hora más tarde. Se dirigían a Santa Rosa. Anochecía lentamente y algunos copos de nieve comenzaron a caer. El sueño de Clara comenzaba a proyectarse, pero no de la manera que ella creía. No. Si no de otra manera.

(Marcelo sale de escena caminando. Matíasy Lorena están parados al lado de los que ahora duermen. Laura se ha quedado inmóvil mirando hacia la lejanía. Tal vez hacia la ruta.)

LORENA: (Se acerca a Lucia y le toca el cabello) Sabes que la veo y la vuelvo a ver y no sé quién es. Por ahí es de acá cerca, pero no la ubico. Es linda.

MATIAS: (Observa a Miguel) Ahora que lo veo más de cerca… A este pibe lo conozco de algún lado. Pero no sé. (Lo observa en detalle) De dónde te conozco…


  1. ORDENANDO EL ACCIDENTE.

MIGUEL: (Abre sus ojos y se incorpora) La vi llegar y era perfecta por donde la vieras. Ese día sería especial, íbamos a empezar algo nuevo para los dos. Nos escaparíamos juntos, aunque confieso que solamente yo quería irme. Y sí, quizás la obligue. Admito que le arrebate toda su vida, pero tienen que entenderme, “yo debía ser toda su vida”, solo conmigo debería estar. Solamente hacer todo para mí, compartir cada momento de su vida conmigo. (Toma el rostro de Lucia entre sus manos) Miré su rostro, seguramente lloraba de alegría por irse, esa marca violeta en su ojo le quedaba hermosa, eso le hacía recordar que era mía y que debíamos dejar todo atrás pensando solamente en nosotros... Me beso y dijo…

LUCIA: (En un hilo de voz)…Ya no más.

MIGUEL: “…Ya no más”. (Su semblante cambia. Se endurece) Así me dijo. “Ya no más.” Me sorprendí pero en ese mismo instante sentí como algo punzante entraba en mi cuerpo, la mire y caí, ella lloraba y yo no podía expresar palabra. Mirando la luna comprendí una sola cosa antes de partir. Comprendí que Clara nunca fue mía, sino que yo siempre fui de ella. (Abraza a Lucia.)

MARCELO: (Desde el extremo opuesto describe la situación) A ver. Eso es solo una parte de lo qué pasó. (Señala a Miguel) Miguel insistía en que Lucia le llamara por otro nombre… Insistía en que ella le dijera, Erick.

MIGUEL: (Molesto) Lo hacíamos todo el tiempo. Era un jugo. Aveces ella me decía, Miguel… Otras veces Erick. Esa fue una idea de ella. La noche anterior al accidente habíamos leído esa novela inglesa donde los protagonistas se llamaban Clara y Erick. (Irritado) Después de todo… Era un juego nuestro. A ver… “Nuestro”. (Repara en Marcelo) Vos limítate a contar lo que pasó.

(Entran Naty y Antonio por el extremo opuesto de la escena)

NATY: Decime. ¿Qué viste? ¿Qué va a pasar?

ANTONIO: Van a chocar.

NATY: ¿Qué? ¿Quiénes van a chocar?

ANTONIO: Ayyy Naty… Naty. Los que van en el auto… En la novela que estábamos leyendo. Van a estrellarse contra un camión. Erick quiere matarse, no puede vivir mientras Clara esté con otro tipo.

LUCIA: (Abre sus ojos) ¿Otro tipo? ¿Qué otro tipo?

NATY: Pero ¿Y ella? Deberíamos hacer algo.

ANTONIO: No. Ni se te ocurra. Son cosas del destino. Cosas que no podemos cambiar.

NATY: Basta, por favor. Pará con toda esta locura y salvémosla.

ANTONIO: A ver, Naty. No podemos… ¿No te das cuenta? Cuando estás del otro lado podes intentar cambiar algo pero si estás de este lado, no. Sólo podemos ser testigos. Nada más.

(Sonido de frenada y accidente. Estruendo. Los dos se acercan a donde están los que duermen juntos a los chicos del fogón.)

NATY: Así fue. No pudimos hacer nada. Corrimos hacia el lugar… En el preciso momento que se escuchó el estruendo, el auto ardía en llamas y el camionero huyó del lugar lo más rápido que pudo. No llegamos a ver la patente. Solo la parte trasera de un acoplado que se alejaba haciendo zigzag… Antonio se reía como un tonto… Disfrutaba de esto. (Lo observa) A él siempre le gustaron los accidentes.

ANTONIO: No mienta. Eso es mentira. No pasaron las cosas así. Vos sabes muy bien que cuando escuchamos el estruendo yo te dije: No sigamos. No sigamos… ¿Y vos qué me dijiste?

LUCIA: (Mira a Miguel) Mirá… Unos chicos corren por el costado de la ruta. Vienen a ayudarnos.

MIGUEL: No necesitamos la ayuda de nadie… Te dije. Deberías irte conmigo.

ANTONIO: Me fije si había alguien entre los hierros retorcidos. El fuego se veía de lejos.

NATY: (Repara en Antonio) Vos me hacías señas de lejos… Levantaste los brazos… Los agitabas de un lado para el otro.

ANTONIO: Te llamaba para que vinieras. Había una chica tirada en el pasto que todavía respiraba.

LUCIA: Me corrió el cabello de la cara. Nunca nadie me había mirado así antes.

ANTONIO: Me miró como queriendo decime algo. En sus ojos había una mezcla de tristeza y sorpresa infinita.

LUCIA: Quería decirle Gracias, pero no pude.

ANTONIO: Me levante, me sacudí las ropas porque tenía todo el pantalón lleno de pasto. (A Naty) Caminé hasta donde vos estabas y vos me insultaste. Me dijiste que te había mentido… Que te había traído engañada. Qué siempre quería tener la razón. Que el tata Ricardo siempre te quiso más a vos que a mí.

NATY: (Azorada) Esa parte yo no la acuerdo.

MIGUEL: (Abre sus ojos) Obvio. Imposible que te acuerdes, piba. Para ese momento ya les había pasado por arriba el camión.

RAMÍREZ: (Está sentado a un costado, escribe en su libreta.) Perdón. Perdón… Pero este tipo de cosas es normal. Estas cosas pasan todo el tiempo en la ruta. Aunque siempre hay detalles de último momento que salen cuando uno menos se lo espera. …Un camionero que se queda dormido… Una pareja que discute y pierde el control del rodado, unos chicos que salen a la ruta para ayudar y que encuentran su destino. Cosas que pasan. (Repara en Naty y Antonio) ¿Algo más que quieran agregar?

LAURA: (Toma el libro y señala a Lucia) Ella solo tuvo que besarlo para ver en sus ojos lo que iba a pasar. El momento del cual siempre quiso escapar había llegado. Carol insertó en el corazón de Lucas un puñal. Ella se sintió más libre que nunca. Bajando la colina, resbaló por el hielo que había en el césped y se cayó. Rodó y rodó colina abajo… Para cuando había aterrizado en la calle, se encontró con la muerte. Lucas salía de la casa de la señora que cocinaba. Subió al camión con el que había colisionado el auto de Erick y la atropelló."

MIGUEL: (Irritado) ¡Mentira! Eso no pasó así.

MARCELO: Miguel… Laura está hablando de la novela inglesa, no de ustedes.

MIGUEL: Bueno. Pero que lo aclare. Todo lo que dice confunde. Las cosas no pasaron así.

MARCELO: (Repara en Laura) Ella habla en poesía, los libros sirven eso… Para transformar el dolor en otra cosa… Para comunicarnos con los que no se ven pero están.

MIGUEL: Ese libro confunde. Nosotros no morimos así. (Repara en Marcelo) Perdón. A veces me olvido que el chico lindo del grupo se las sabe todas. “El porteño que un día vino de vacaciones a La Paz y se quedó para siempre.” (Marcelo no acusa recibo de las palabras que vendrán)

TERCER INFORME.

RAMÍREZ: Verano del año 1992. Viaje de egresados promoción 1990. Un colectivo que venía de la provincia de Buenos Aires con destino a la ciudad de Mendoza tiene un problema grave en la caja de cambios. Por eso tiene que hacer una parada obligada en La Paz. Esa noche un grupo de chicos y chica se escapa… Algo para tomar, baile y alegría. Arman una fiesta a espaldas del coordinador, de ahí en más todo es confuso y reinan las miles de versiones de lo que realmente sucedió esa noche. La historia es más extensa pero el resultado final siempre es el mismo: “Un viaje se arruina, la policía hace una investigación y un escándalo más sacude nuevamente a la comunidad educativa.” Todos vuelven a la provincia de Buenos Aires menos uno que se queda flotando para siempre en la pileta municipal de la Paz. (Pausa) Fin.

LORENA: Esperen. Esperen un momento. ¿Cómo que morimos?

MATIAS: Si, que lo aclare porque si no no se entiende. Y… Da para pensar que… (Perplejo) ¿Morimos? ¿En serio?

LORENA: A ver. (Intenta calmarse y ordenar su cabeza) Yo estoy en un fogón con amigos leyendo un libro y… Un libro muy raro que habla de una pareja que discuten… Y… Y… (Confusa) ¡¡Uhhh!! Cuando se entere mi mamá que nos morimos… Me mata.

RAMÍREZ: No va a ser falta querida. Ese trabajo ya lo hizo hace un par de meses atrás el automóvil que se los llevó puesto a ustedes.

MIGUEL: (Repara en Lorena) También… A quién se le ocurre hacer un fogón al lado de la ruta.

LORENA: Mentira. No estábamos al lado de la ruta. Era un espacio bastante alejado del guardarraíl.

MIGUEL: (A Lucia) ¿Vos no pensás decirle nada?

LUCIA: La chica tiene razón. No estaban al lado de la ruta. Estaban un poco más allá.

RAMIEZ: (Saca su libreta y lee) Noche calurosa, 22 hs., a punto de terminar un exhausto día. Una mujer está cocinando, con un bebé en brazos… Corta con su cuchillo, papas. Rodaja por rodaja para ponerlos a freír. La cocina está alejada del living en donde hay un televisor reproduciendo videos en la pantalla de música para niños.

LUCIA Y MIGUEL: Ese es Leo. Leito… Nuestro bebé.

RAMÍREZ: En la cocina la mujer está aturdida por tantos sonidos, y si a esto le sumamos el llanto del bebé que tiene sueño. Bueno…, todo es un lío. De pronto le llega a la mujer un mensaje al celular… ¿Qué dice…? Ah… ¡Si! Que su hijo llegará al día siguiente porque está muy atareado en su trabajo.

NATY: Eso es mentira. Los tipos mienten cuando dicen que se quedan hasta tarde a trabajar.

ANTONIO: Clallate la boca, no metas cizaña… Que nadie te ha invitado a esa historia.

(Laura tiene el libro en sus manos, no deja de contemplar la ruta. Matíasy Lorena retoman los momentos previos al accidente cuando tocaban la guitarra y reíanleyendo historias de miedo. Lucia y Miguel se incorporan y caminan tomados de la mano. Marcelo observa la escena.)


  1. EL MIEDO DE LOS QUE VAN.

LORENA: No, no les tengo miedo a los monstruos de las películas de terror. Me dan gracia. No me asustan. Yo a lo que le tengo miedo es al fracaso. Pero no a cualquier fracaso. A ese fracaso que prácticamente está a la vuelta de la esquina. Lo siento amenazador. Se proyecta de todas las formas conocidas, como el amor, el estudio, la salud, la familia… Y así. (A Matías) ¿Y vos?

MATIAS: … Muchas veces siento como si el fracaso fuese un atleta que me espera todos los días a la salida de mi casa. Como si fuera un tiempista. Como si estuviera atento a que me equivoque. Como si esperara que cometa el más mínimo error para aparecer y tirarme abajo, como en el rugby, donde siempre hay alguno que te tacléa de atrás y entonces corres creyendo que vas bien y de repente comes pasto sin darte ni cuenta. (Pausa. Observa a su alrededor) Ahora el miedo a fracasar no tienen ningún sentido. (A Laura) ¿Y vos no pensás decir nada?

LAURA: (Sin dejar de ver la ruta) Yo ahora quisiera equivocarme. Pero equivocarme en grande. Nunca me permití ese lujo. Ahora me gustaría encontrarme de frente con ese fracaso que siempre me dio miedo. Y que aparezca sobre mí, pero que esta vez no sea como las demás veces… Que esta vez simple y sencillamente me tire abajo de una vez por todas y me lleve con él.

(Ramírez aplaude sin hacer sonido. En ese mismo momento Miguel se separa de Lucia y avanza unos metros)

MIGUEL: Prendo un cigarro, guardo el encendedor, respiro profundo, cierro los ojos y aprieto con fuerza el volante sin pudor alguno... Y otra vez vuelvo a ese momento. Lo haría tantas veces como sea necesario (Repara en Lucia) A mí nada me da miedo. Si vos estás conmigo, obvio.

LUCIA: Esa mañana no dijo nada, encendió su cigarro de manera habitual. Corrió su sábana, deslizó sus dedos ajados y dejó deslizar el inconmensurable filo. (Repara en Miguel) Cuando te abracé sentí que tu cuerpo estaba frío y duro. (Severa) Antes de subir al auto te abracé otra vez ¿Y sabes qué sentí? Sentí que tu cuerpo se desvaneció junto al mío.

LORENA: (Hacia algún lugar) Mamá, estoy bien. Hace poco grité y corrí a abrazarla… Y grande fue mi asombro al atravesarte. Ahí entendí que ya no pertenecía al mundo de los vivos. Ahora quiero decirte un secreto. No me gusta mucho La Paz… Pero me da miedo irme a otro lugar y no poder adaptarme. No soporto la idea de irme a otro lugar sin todos ustedes.

MARCELO: Cada uno de nosotros cuando abraza no hace otra cosa que sentir el mar. Nuestros cuerpos se abren como un crisantemo… Y ahí es cuando un insondable silencio comienza a ensordecernos. Todo comienza a caer por su propio peso.

(De un extremo del escenario se ve rodar una pelota hacia donde está Ramírez sentado. Él la detiene y la conserva. Unos momentos después el niño entra a escena y se sienta junto a Ramírez)

MARCELO: (Repara en el niño) No molestes a Ramírez que está trabajando.

RAMÍREZ (Acaricia la cabeza del niño y le da la pelota para luego incorporarse. Abre por última vez su libreta): Bueno. Este es el momento donde todo se pone un poquito sobre actuado y demasiado melancólico para mi gusto. Cada uno vuelve por centésima vez a recriminarse y recriminarle a las otras cosas. Todos intentan reconstruir minuciosamente TODO. Proyectan infinitas variaciones para irse a dormir tranquilos. (Hace un gesto de entre comillados) Entiéndase “dormir” como un eufemismo, claro. (Pausa) Ahora es cuando surgen los famosos potenciales: “Si yo hubiera…”, “Si ese día yo no esto. Si ese día yo no, lo otro.”, “Si ese día no me hubieras pedido que yo fuera a… “, “Si tu hermano no nos llamaba por ahí vos estarías…”, “Si vos te llamaras Clara y no Lucia me gustarías más…”. Si esto… Si aquello… (Severo) A ver: “Si mi abuela tuviera dos ruedas ya no sería mi abuela. Sería una bicicleta…” Y si… Tal vez la vieja andaría mejor. Eso sí.

(Los que van han quedado en un lugar de la escena donde vuelven a repetir algún momento del fogón, donde leen, ríen. Retazos a elección. Momentos reconocibles del fogón, de lo que ya hemos visto anteriormente. Alguna coreografía, una secuencia de movimientos que sea reconocible para el público. La pareja [Miguel y Lucia] está discutiendo sin sonido. Las tres escenas conviven en el espacio. Pueden repetir alguna de las entradas anteriores. En un momento Naty y Antonio entran a escena nuevamente y se acoplan al fogón. Este momento se puede armar y desarmar a gusto, como un rompecabezas, como una re construcción eterna del momento donde sucedió el choque. Sonido de choque. Ramírez anota en su libreta mientras el niño mueve la pelota no sus manos en círculos contra el piso.)

(Entran Ángeles y Mariana arropadas con unas camperas y gorros.)


  1. EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO. (Parte 5. Final)

(Mariana entra a escena sigilosa, dando pasos y mirando hacia todos lados. TODOS dejan de hacer lo que están haciendo y reparan en ella. Mariana aprieta entre sus manos un rosario)

ÁNGELES: (Uno momentos después aparece por detrás de Mariana) Solo a mí se me puede ocurrir seguirte en todas tus locuras, nena.

MARIANA: Ayy… Me asustaste, tonta.

ÁNGELES: Mirá que iba a dejarte venir sola a la ruta.

MARIANA: Mentira. Viniste porque te da más miedo quedarte sola en la casa.

ÁNGELES: Vine porque soy tu amiga, tonta.

MARIANA: Mi amiga tonta. (Sonríe)

ÁNGELES: Vos sos la tonta. ¡Qué tonta que sos nena! Aquí no hay nadie. Volvamos a la casa y tomemos un cafésito caliente mientras miramos una serie. ¿Querés?

NATY: (Las observa) Ahí las tenes a las “Amiguitas”.

ANTONIO: Ya salió la lechuza que nunca tuvo amigos de verdad. ¿Te das cuenta por qué el Tata Ricardo me quería más a mí? Cállate la boca Naty. Estás muerta.

NATY: Vos también, tarado.

MARIANA: ¡Sshhh…! ¿Escuchaste eso?

ÁNGELES: No. ¿Qué cosa?

MARIANA: Fue como un sonido sordo que viene de lejos.

ÁNGELES: (Silencio) Mariana… El chico de tu sueño no está. Por ahí lo soñaste despierta. Suele pasar… A mí esas cosas me pasan todo el tiempo.

MARIANA: ¿Y qué sonás?

ÁNGELES: Que me voy muy lejos.

MARIANA: ¿Y qué más?

ÁNGELES: Sueño despierta… Me animo a hacer cosas que ni loca haría acá en La Paz.

MARIANA: ¿Cosas? ¿Qué tipo de cosas?

ÁNGELES: (Encuentra el libro que está al lado de Laura.) Mirá. ¿Qué hace un libro tirado al costado de la ruta?

MARIANA: Se le debe haber caído a alguien por la ventanilla de un auto… A un turista. Esas cosas pasan.

ÁNGELES: (Toma el libro y comienza a leer en voz baja) No se entiende nada. Además con el frío que hace no me puedo concentrar… Vamos.

MARIANA: A ver. ¿Me lo pasas? (Ángeles se lo pasa y Mariana comienza a ojearlo)

ÁNGELES: Vamos Mariana.

MARIANA: (Lee) … En el medio del baldío estaba ella, temblando como una hoja, no solo se debía al cruel frío del mes de julio, en su mano izquierda había algo muy inquietante que atravesaba la misma y con solo torcerla un poco, notó que era ese machete con el que se levantaba todos los días para cortar junquillo. No había dolor, ni sangre, era solamente ese temblor.

ÁNGELES: Ayyyy… No Mariana. ¡Pará.! No sigas leyendo eso que me da miedo… ¿Por qué mejor no volvemos a tu casa?

MARIANA- Esperá… Espera, escuchá esto. (Lee) “…Cierta vez en la adolescencia llegaron al punto, a la morbosidad de que a unos pocos días del fallecimiento de su abuela, decidieron ir al cementerio por la noche e intentar sacar el cadáver, para saber si era cierto que tenía un tatuaje en la espalda que descifraba un supuesto tesoro, pero encontraron lo inesperado, solo un pañuelo rojo que decía ya vuelvo.” (Deja de leer) Este libro esta buenísimo. (Continúa leyendo) “…Una hora más tarde los hermanos sentados en la ruta (apoyados sobre el auto) observaban esa camisa en el pino mientras compartían un pucho… Entonces Lucas dijo… “Quizás todo esto sea una señal, un mensaje. (Pasa rápidamente las hojas) ¡Escuchá! Escuchá esto.

ÁNGELES: ¡¡Me congeló Mariana!! Mejor vamos. (Repara en ella un momento) Creo que el chico de tus sueños no va a venir. (Silencio) Vamos.

MARIANA: (A la distancia. Triste) Mi mamá no se fue a lo de una amiga, Ángeles… Mi mamá se fue de mi casa porque esta cansada que mi viejo le da unas palizas tremendas… Se fue. Mi papá es una porquería, Ángeles. Se chupa todo y después sale con el camión a la ruta y no vuelve por semanas. Si sigue así… Yo sé que un día de estos va a matar a alguien. (Ángeles se acerca a ella y la abraza por detrás. Se quedan en silencio.)

MARCELO (Repara en Mariana desde lejos y comienza a hablar)…Sostiene en medio de su cuerpo un pequeño e incandescente ápice de luz de sol… Otra de mis líneas temporales devela lo anterior a mi vejez, señalando a ese enérgico joven que alguna vez fuí cuando era yo quien movía la energía, siempre listo para moverme aún estando destruido... (Repara en los demás) Y ahora las cadenas me atan, obligándome a vagar sin rumbo… Junto a “Los que van…” Con la esperanza de encontrar algo más que montones y montones de arena. (A paso firme pero sereno se acerca a Mariana y le toca con la yema de sus dedos el rostro con infinita ternura. Ellas no lo ven) Ahora es cuándo, la luz está en la palma de mi mano, trato de hacer pie en la pileta pero no puedo… Intento llegar al borde… Pero cada vez está más lejos… El agua está tibia… Siento el sol que me da vida a cada segundo... O quizás no. Finalmente he cesado mi andar. (Ese instante es eterno)

(Los que van lentamente se activan, aparecen desde las sombras y lentamente dan media vuelta en sentido contrario a donde están Mariana y Ángeles y en un híper lento caminan. Solamente Ramírez no deja de ver la escena. El niño sigue jugando con la pelota)


EPÍLOGO

RAMÍREZ: Uno puede perseguir sus sueños en vida o dejar eso para después. El problema de hacerlo cuando uno ha muerto es que solo se repite la búsqueda eternamente y así no llegamos nunca al borde… Digo… A los sueños. En cambio si uno va por ellos… O por lo menos lo intenta… Posiblemente los logre en parte… Sin que se vuelvan una pesadilla. Pero bueno… TODO es cuestión de perspectiva. En este plano podemos volver a visitar a las personas con los que vivimos esos sueños sin que haya una deuda imposible de saldar, y entonces esté tránsito se vuelve mucho más agradable para todos. A diferencia de los que van eternamente por sus sueños y no llegan nunca. (Confidente) No sé si les dije que los que van rara vez reconocen que están yendo. (Sonríe) Para ellos no hay pasado ni futuro. Solo un presente continuo que no se deja atrapar. Algo muy parecido a la adolescencia. (Mira a su alrededor) Este es un lindo lugar para vivir… ¿no? La verdad que a mí me gusta La Paz… (Susurra) Pero no la paz de los cementerios. (Saca su libreta) Eso que dije me gustó. ¡Ve! (Lo escribe entusiasmado en su libreta. La cierra por última vez. El niño se acerca a Ramírez y le dice algo al oído. Ramírez sonríe y le acaricia la cabeza)

MARCELO: (Al niño) No molestes a Ramírez que está trabajando. (El niño se incorpora y va hacia donde está Marcelo y le habla al oído) Si… Claro que Ramírez puede venir con nosotros. (El niño vuelve a decirle algo en secreto) No… No. No podes dejártelo para vos. Ramírez no tiene dueño. Las cosas no funcionan así. (El niño regresa al lado de Ramírez y toma su mano, luego se perfila de la misma manera que Los que van. Marcelo camina en dirección a Los que van y se suma a la retirada. Lentamente todos se alejan de la escena hasta quedar el espacio vacío. Los últimos en irse son el niño, de la mano de Ramírez y Marcelo que antes de salir completamente de escena (o desaparecer en la luz) se da media vuelta para mirar por última vez a Mariana, finalmente desaparecen.)

ÁNGELES: (Rompe la burbuja de ensueño. Tiene el libro en sus manos, lo ojea) Sabes que yo no termino de entender qué le puede gustar a la gente cuando lee libros como estos. No se entiende nada. (Lo deja en el suelo)

MARIANA: Mis vecinos de enfrente se la pasaban leyendo historias de terror. Pobres.

ÁNGELES: ¿Por qué? Pobres.

MARIANA: Hace un par de meses dicen que paseaban por la ruta de noche y alguien los atropello muy cerca de acá.

ÁNGELES: Me estás jodiendo…

MARIANA: No. En serio.

ÁNGELES: Cállate. ¿Qué vecinos?

MARIANA: Los hermanos que vivían enfrente de mi casa. (Intenta graficar el lugar) Los de la casa que se alquiló hace una semana.

ÁNGELES: Ahhh… Por eso están pintando estrellas amarillas en la ruta, con sus nombres… Ayyy qué miedo que me dan esas cosas... Me impresiona. ¿Por qué me contás eso ahora y acá…? ¡Tonta! Por qué mejor no nos vamos a tu casa. ¡Dale!

MARIANA: Andá vos. Yo me quiero quedar un rato más por acá.

ANGELES: (Ángeles camina unos pasos) ¿En serio?

MARIANA: Si. Andá. (Finalmente Ángeles sale de escena. Mariana toma el libro y lo ojea por última vez. Lee.) ”… Ella sentada en la cama, lo mira con cara de nada y le dice en voz muy bajita, ya resignada a lo inevitable: - … Ya estoy lista. (Le cae una lágrima negra).

ÁNGELES: (Desde la extra escena a lo lejos) ¡Mariana…! Tu novio del sueño no va a venir. Vas a tener que buscarte uno en la vida real. (Pausa) ¡Vamos…! ¡Dale…! Que me muero de frío. (Mariana medita un instante qué hacer con el libro. Finalmente lo apoya en el suelo, en ese preciso momento el niño se acerca a donde está Mariana y toma el libro, los dos se miran o por lo menos eso parece.

(Apagón.)

Fin.



Índice por cuadros de ”Los que van”.

1)— EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO. (Parte 1)

(Basado en el texto “MUNDO 1” de Karen Ochoa.)

(La Paz. Interior de la casa de Mariana.)

2)— LA NOCHE MÁS OSCURA.

(Basado en el texto Mundo 1 de Carolina Guzmán.)

(Interior de la casa de Naty y en La Paz.)

3)— EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO. (Parte 2)

(Continuación, mismo lugar.)

4)— EL APAGÓN.

(Continuación de “La noche más oscuras”. (Parte 2)

—​PRIMER INFORME.

(Basado en el texto “Informes” de Julio “Gato” Gómez.) (En algún lugar de la ruta)

5)— PREJUICIOS.

(Continuación de “El sueño de la chica que no tiene novio”.) (Parte 3)

(Basado en el texto “MIEDOS” de Andreina Spalla.)

6)— FOGÓN.

(Basado en el texto “De javù” de Jhonny Zabalegui)

(A la vera de la ruta)

7)— EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO. (Parte 4)

(Continuación)

—​SEGUNDO INFORME.

(Basado en el texto “Informes” de Julio “Gato” Gómez.)

8)— EL APAGÓN (parte 2)

(Continuación)

9)— FOGÓN. (Parte 2)

(Continuación)

(Basado en el texto “Realidades Alternas” de Carolina Guzman)

10)— LOS QUE HABLAN Y LOS QUE CALLAN.

(Basado en el texto de “Mundo 1 y 2” de Jazmín Beneite.)

11)— ALMA EN PENA.

(Basado en el texto “Alma en pena” de Bruno Morán)

12)— ORDENANDO EL ACCIDENTE.

(Basado en el texto “Mundo 2” de Jazmín Beneite)

—​TERCER INFORME.

13)— EL MIEDO DE LOS QUE VAN.

(Basado en textos de Caro Guzman, Andreina Spalla, Karen Ochoa, Agustina Giovana, Cecilia Herrera y Jhonny Zabalegui)

14)​ — EL SUEÑO DE LA CHICA QUE NO TIENE NOVIO. (Parte 5. Final)

(Basado en los textos “Mundo 1 y 2” de Brisa Fernandez y “Mundo 3” de Agustina Giovanna.)

—​EPÍLOGO.

Fin.