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16/4/15

INOCENTE... PARA SIEMPRE JESÚS GONZÁLEZ DÁVILA

 
 
INOCENTE... PARA SIEMPRE
 
 
 
JESÚS GONZÁLEZ DÁVILA
 
 
 
Personajes
EL NENE, de nueve años.
EL PLOMERO, de veinte años.
EL PAPÁ, de treinta y cinco años.
 
(Por la tarde, en el comedor de la casa. Muebles pesados, de madera tallada; sobre uno de ellos destaca un viejo televisor descompuesto.
Junto al aparato, el NENE juega. Imita a un narrador televisivo que describe el vuelo de una nave espacial. De pronto, ocurre un desperfecto en la nave de plástico. Luego de dictar órdenes de emergencia, que resultan inútiles, los tripulantes se lanzan fuera de la nave y despliegan insólitos paracaídas. En un momento dado el NENE interrumpe su juego, descubre una caja de metal en el rincón; levanta la tapa y curiosea en su interior. De la cocina llega el PLOMERO.
Se miran en silencio.)
 
PLOMERO: (Sonríe.) Hola. (Pausa.)
NENE: ¿Tú eres el nuevo plomero...?
PLOMERO: Y tú eres el nene de la casa.
NENE: No. No soy nene. Ya soy más grande que antes. Aunque todavía no cumpla los... (Cuenta sus dedos.)
PLOMERO: Busco mi caja de herramientas, ¿no la viste?
NENE: ¿Es ésta...? No sabía que era tuya. Cuánto cargas aquí, ¿para qué quieres tanto fierro?
PLOMERO: (Saca alguna herramienta.) Para componer lo que se descompone. Para apretar lo que se afloja. Y para hacer cosas nuevas también. (Acaricia la herramienta.) Muchas cosas. (Se sienta sobre la caja.) El cuerpo también es como une herramienta, ¿no te han dicho?
NENE: A poco el cuerpo es como un desarmador...
PLOMERO: Más o menos, algo así. Una herramienta que debemos usar bien; que debemos cuidar.
NENE: ¿Sí? (Se sienta en sus rodillas.) ¿La gente es como una cosa de éstas?
PLOMERO: Cada cuerpo es una herramienta distinta. Aunque la de los hombres es de una forma, y la de las niñas de otra; más suavecita, más delicada, que se debe cuidar para que no se lastime.
NENE: Eso sí... Cuando mamá vivía con nosotros, así le decía a mi papá: no me lastimes, por favor, no me lastimes... Me acuerdo.
PLOMERO: Porque la herramienta del hombre es dura, es fuerte. Hay que conocerla bien, y cuidarla.
NENE: Así que... todos tenemos herramienta...
PLOMERO: Sí.
NENE: No, yo no. (Pausa.) Yo no soy plomero.
PLOMERO: Sí. Aquí la tienes, entre las piernas. (Pausa.) Pero, como estás tiernito, pues es chiquita todavía.
(Un silencio.)
NENE: ¿Cuando sea grande... me va a crecer?
PLOMERO: Ajá, claro que sí. (Mete su mano entre las piernas del NENE.) Según vas creciendo, también te va creciendo la herramienta.
(Un silencio.)
NENE: NENE: ¿Y a ti ...? Ya te creció...
PLOMERO: Sí, nene. Ya me creció... (Pausa.) Tócale aquí. (Pausa.) ¿Sientes?
NENE: (Apenas.) ...no.
PLOMERO: La herramienta nos crece y se pone fuerte, para que no se nos olvide que somos hombres. Toca. (Pausa.) ¿Sientes cómo va poniéndose dura? ¿Sientes cómo va creciéndome entre las piernas?
NENE: (Apenas.) ... sí.
PLOMERO: Toca. Tócale así. (El NENE obedece.) Es bueno conocer la herramienta; así será la tuya después. (Pausa.) Apretando un poquito, así. Acércate más. Ándale. (El NENE está de rodillas, con sus manos en la bragueta del Plomero.) Así, nene. Con tus manitas; suavecito, así.
(De repente, se oye un ruido fuera de escena. El PLOMERO se retira y se cierra la bragueta precipitadamente. Entra el PAPÁ.)
PAPÁ: (Al PLOMERO.) Y usted, ¿qué? ¿No que ya se iba?
PLOMERO: ¡No, señor! Digo... ¡Sí, señor!
PAPÁ: ¿Entonces, qué espera?
PLOMERO: Es que, no encontraba mi... caja de herramientas.
PAPÁ: Y qué, ¿no es ésa?
PLOMERO: No, señor... Digo, sí. Ésta es.
PAPÁ: ¿Qué pasa con usted, amigo...?
PLOMERO: Nada, señor... Es que, como el nene la traía jugando, yo... Pero, ya me iba, señor... Quiero decir, ya me voy. Digo, con su permiso.
(El PLOMERO sale de escena. El PAPÁ observa al NENE, quien permanece en el piso, jugando con su dedo en la boca. Luego va al mueble del comedor y saca del cajón un revólver. Llega hasta el NENE y le mete en la boca el cañón de la pistola.)
PAPÁ: ¡Óyeme bien, cabrón; porque solamente te lo voy a decir una vez! ¡El día que yo sepa que un hijo mío es puto, le pego un balazo! ¿Entendiste, gallina? ¡Si tengo un hijo maricón, lo mato!
OSCURO