Rajatabla, presencia y significación
Gloria Pazos
Rajatabla es un grupo de teatro que nace del éxito de un mon-
taje, Tu país está feliz, de Antonio Miranda (1972). El éxito hace
pensar en la posibilidad de constituir un grupo estable, que más tarde
llega a ser el Taller de Teatro del Ateneo de Caracas. Al nacer bajo
el amparo de esta institución, Rajatabla comienza con un respaldo que
de alguna manera significa un prestigio que en 1987 ya reafirma como
propio, gracias a una obra realizada de manera continua, coherente,
como nos muestran sus producciones, la significación alcanzada tanto
a nivel nacional como internacional y su independización económica del
Ateneo de Caracas al convertirse en 1985 en una Fundación.
Evidentemente la aparición de Rajatabla en el ámbito teatral
nacional marcó una pauta diferente que nos permite hablar de un
después referido, fundamentalmente, a las innovaciones que sobre
puesta en escena muestra en cada uno de sus espectáculos. Un estilo
de hacer teatro dentro de la corriente llamada generalmente teatro
espectáculo; una visión estética en la que los actores, diseñadores y
director junto con el público crean un mundo, en donde muchas veces,
la escenografía, la música, y la iluminación pasan a ser personajes,
reafirmando a nivel escénico visual, las ideas y conceptos de los temas
tratados.
El pilar fundamental del grupo Rajatabla es Carlos Giménez, su
director, quien llega a Venezuela con la intención de seguir viaje a
Europa. En Argentina, su país natal, había formado parte del grupo El
Juglar, del que en determinado momento pasa a ser su director. Por
razones políticas en 1968 Carlos Giménez tiene que salir de su país y
es entonces cuando viene a Venezuela invitado por Horacio Peterson a
dirigir Cementerio de automóviles de Arrabal, pero al llegar a Vene-
zuela decide montar La orgía de Enrique Buenaventura. La puesta en
escena de La orgía está cargada de símbolos y denuncias a nivel
social, político y religioso. Es una denuncia a la corrupción en Amé-
rica Latina y es también un poco el tema en boga en el teatro latino-
americano que comienza a perfilarse en el mundo como un teatro
político muy particular.
Es un poco lo que Carlos Giménez y, como consecuencia, el grupo
Rajatabla querrán decir y dirán en todos sus montajes, sus denuncias
y sus críticas a través de Tu país está feliz (1972), Venezuela tuya
(1972), Fiebre (1974), Señor Presidente (1977), El candidato (1978), La
muerte de García Lorca (1979), Bolívar (1982), La honesta persona de
Sheshuang (1985) y La vida es sueño (1986). El gran tema del Raja-
tabla es el poder y cómo se ejerce en diversos momentos históricos y
políticos.
Pero a Rajatabla y muy especialmente a Carlos Giménez le inte-
resan mucho más los problemas estéticos, los efectos y el gran espec-
táculo que el contenido ético de las obras que ha montado; limitando
la creación dramática a los intereses de la puesta en escena, situán-
donos frente a un teatro en el que es más importante la forma que el
contenido.
Esta disociación se hace más notoria en la relación actores-puesta
en escena en la que podemos observar dos planos muy diferenciados:
la puesta en escena generalmente integrada al espacio seleccionado
para el montaje y la actuación en un segundo plano.
Es precisamente el elemento visual como lenguaje lo que permite
que los espectáculos de Rajatabla sean comprensibles, pese a su carga
simbólica, intelectual, por los diferentes sectores populares y por
países con un idioma diferente al castellano. No hace falta ser un
experto en el manejo del lenguaje teatral para entender, por ejemplo,
la persecución y la tortura en Señor Presidente, o la represión como
elemento constante en Bolívar.
Para el grupo y en particular para Carlos Giménez, Señor Presi-
dente significó el hallazgo de un lenguaje y de una manera de enfren-
tar el hecho teatral en el que la imagen escénica adquiere un valor
relevante; y es también, y sobre todo, el encuentro de un espacio
físico no convencional, que para los montajes siguientes significa el
punto de partida de Giménez en su evolución como director. En 1976
Rajatabla comienza a trabajar en la sala que hoy día lleva su nombre,
y cuya estructura permite al director experimentar espacios escénicos
en procura de una relación más cercana entre público y espectáculo.
Evidentemente, al hacer compartir al público el mismo lugar que los
actores, como sucede en Señor Presidente, El candidato, La muerte de
García Lorca, Martí: la palabra y en casi todos los montajes del grupo,
existe una relación física entre público y espectáculo con connota-
ciones diferentes a las de un teatro a la italiana.
La poca distancia en los montajes del grupo Rajatabla entre el
lugar destinado a los actores y al público hace que los espectadores
capten más rápido las diferentes expresiones de los actores; pero eL
interés de Carlos Giménez de involucrar al público en el espectáculo
no se limita a una relación espacial física; es una manera particular de
usar la luz, el color, las texturas y las imágenes visuales con la
intención de provocar una reacción inmediata en los espectadores.
Muchas de las escenas en los montajes de Rajatabla adquieren
una dimensión fotográfica. Carlos Giménez es un creador de cuadros
vivos por la manera como organiza a la gente y como utiliza la luz y
los colores, formando imágenes casi estáticas que parecen atrapar,
como en una fotografía, los momentos relevantes de ciertas actitudes e
intenciones de los personajes. La iluminación es otro de los elementos
que definen en Rajatabla la manera de enfrentar el hecho teatral. En
todos los montajes se utiliza luz blanca.
Al tratar de definir la visión y signficación del espacio en los
montajes de Rajatabla nos encontramos con otro elemento importante:
en la totalidad de las escenografías utilizadas, aún siendo éstas de
diferentes diseñadores, lo que se hace es usar elementos que sugieren
un espacio determinado.
Es quizás uno de los elementos más
importantes que puedan significar un estilo en Rajatabla para inter-
pretar el espacio escénico de un modo particular.
Esta manera de utilizar el espacio por la cual el público comparte
el mismo lugar del actor, en un intento de borrar los límites entre el
espacio de representación y el público nos lleva a afirmar que para
Carlos Giménez y el grupo Rajatabla el espacio escénico debe ser todo
el teatro.
La línea estética que muestra Rajatabla es criticada por algunos
expertos que encuentran en ella una repetición de elementos. A través
de los diferentes montajes, se vuelve estéticamente a los mismos; se
acusa a Carlos Giménez de usar fórmulas gastadas por las diferentes
tendencias europeas. Sin duda, en las puestas en escena del grupo
Rajatabla notamos una búsqueda hacia lo espectacular, borrar los
límites entre la realidad y la no realidad, resaltar la expresión gestual
de un sentimiento o de una situación; elementos todos parientes del
movimiento expresionista alemán, de ciertos principios del surrealismo
o de la búsqueda del gesto como lenguaje que planteó Artaud. Es la
búsqueda de una propuesta individual por caminos ya transitados.
Todos los espectáculos de Rajatabla están fundamentalmente
dirigidos a los sentidos usando la sobrevaloración de la imagen visual
como su lenguaje principal; es precisamente la forma como se hace uso
de la imagen, donde radica la espectacularidad de los montajes del
grupo. En Rajatabla, en lo que se refiere a la dirección de actores,
no se trabaja con ningún método de actuación de los conocidos y
reconocidos a nivel mundial. Existe una manera de enfrentar el espec-
táculo, un estilo de trabajo en el cual el actor tiene la responsabilidad
de crear un personaje, así como la libertad de usar el método de
actuación que conozca o con el que comulgue.
Al existir una diversidad de estilos de actuación, necesariamente
esto produce en el público una relación extraña con el espectáculo.
Sin embargo, desde mi punto de vista, sí existe un modo de decir el
texto muy característico del grupo Rajatabla, en el que notamos una
dicción exagerada y un tono exterior, un grito ascendente que en
muchos casos parece tener una intención clarísima de golpear el oído
del espectador y obligarlo así a penetrar a nivel auditivo y visual en
el mundo del espectáculo.
De los jóvenes que crean en 1971 el grupo, sólo tres de ellos
siguen aun formando parte del grupo (Carlos Giménez, su director,
Francisco Alfaro, actor y gerente de administración y Pepe Tejera,
actor). Sin embargo, la continuidad del trabajo nos permite hablar de
Rajatabla como uno de los grupos estables más importantes tanto a
nivel nacional como internacional.
Rajatabla intenta formar junto a una infraestructura humana, que
le permita un desarrollo artístico, otra económica que respalde y haga
realidad sus proyectos. Si bien es cierto que Rajatabla recibe un
subsidio del Consejo Nacional de la Cultura desde 1976 y también
cuenta con el apoyo económico e institucional del Ateneo de Caracas,
así como de Fundarte y del Consejo Municipal del Distrito Federal,
también es cierto que logra hacer una buena distribución de sus in-
gresos, hasta convertirse en una institución que no sólo costea sus
propias producciones, en gran parte, sino que participa en producciones
que se han hecho en el país tanto con grupos nacionales como
internacionales.
La Fundación Rajatabla es además una institución que no sólo
crea y produce espectáculos, sino que junto con la Compañía Nacional
de Teatro que dirige el dramaturgo Isaac Chocrón y la Sociedad
Dramática de Maracaibo que dirige Enrique León son los únicos grupos
de teatro en el país cuyos miembros o personal que trabajan en ellos
viven de su trabajo como actores, técnicos y directores.
Al generar el grupo ese respaldo económico, por lo que sus
integrantes no tienen que buscarlo en otra parte, el personal de Raja-
tabla se dedica de manera integral a trabajar en el teatro; ensayos,
representaciones, planificación de giras, organización del repertorio,
programación de la sala Rajatabla, que es su sede, pero que también
alquilan a otros grupos de teatro.
Al igual que se ocupan de trabajos de caracter administrativo, los
integrantes del grupo también se encargan de la formación de alumnos
que participan en los talleres que en 1985 se institucionalizan con el
nombre de Taller Nacional del Teatro (TNT). La intención de este
taller es formar o encontrar jóvenes con ciertas aptitudes dentro del
campo de la actuación, que sirvan para determinado montaje o, en el
mejor de los casos, para ser parte de la generación de relevo que
permita la existencia y continuidad del grupo.
Rajatabla desde su nacimiento se convierte en el grupo más
polémico del quehacer teatral a nivel nacional por dos razones fun-
damentales: la personalidad de su director, de quien como un pequeño
ejemplo, podemos apuntar lo que sobre sí mismo suele declarar: "La
propuesta que va a dejar huella, no sólo en el teatro venezolano sino
en Latinoamérica, quien ha desarrollado una línea y está en camino de
encontrar su plenitud como creador, soy yo" (Suplemento "Caracas a
diario" de El Diario de Caracas, 22-8-82). En otra oportunidad,
refiriéndose al grupo, en una entrevista realizada por Gloria Pazos el 5
de enero de 1982, afirmó que "el grupo ha adquirido con su trabajo, el
derecho de exigirle a la comunidad una ubicación como la que tiene la
Galería de Arte Nacional en la plástica, o como lo tiene la música;
Rajatabla es prácticamente lo que vendría a ser la Compañía Nacional
de Teatro en este país."
La otra razón es porque, de alguna manera, es el único grupo que
ha conseguido el suficiente respaldo económico, no sólo para sus
producciones, sino para realizar grandes giras a nivel nacional e inter-
nacional. Rajatabla es el grupo de teatro venezolano más conocido en
el exterior; se podría decir que su propuesta estética es la
representante a nivel internacional del teatro venezolano.