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25/4/20

Opera Pánica (Cabaret Trágico) Alejandro Jodorowsky


Opera Pánica
(Cabaret Trágico)


Alejandro Jodorowsky



PERSONAJES:


A, hombre
B, hombre
C, hombre
D, hombre
E, mujer
F, mujer
G, mujer
Un narrador.
(Además de su texto el narrador anuncia el titulo de cada escena)

PROLOGO

(De espaldas a los espectadores, sentados en dos filas como en un avión, A, B, C, D, E y F. Desde el fondo y hacia el público avanza G.)

G.- (Sonriente, hipócrita.) Una tormenta se aproxima. Amarren sus cinturones de seguridad. ¿Ya saben inflar los chalecos salvavidas? ¿Saben ponerse las máscaras de oxígeno? ¿Tienen un buen seguro de vida? Si no es así pueden hacerlo aquí mismo en el avión, aún es tiempo. Como han perdido la memoria, les advierto que han sido transbordados en el aire, de una nave a la otra, y que sus procedencias nos son totalmente desconocidas. Por otra parte, lo sentimos mucho, no podemos comunicarles nuestro destino porque es secreto. ¿Cuánto tiempo volaremos? ¿Algunas horas, semanas, meses, años? En la parte trasera de la nave tenemos una pequeña oficina de pompas fúnebres con un horno crematorio. Cada pasajero, en el respaldo de la silla delantera, puede encontrar una enciclopedia de juegos para matar el tiempo, un sobre con una lista de identidades falsas y un manual de originales y divertidos suicidios. Les deseamos una excelente tempestad con muchos agradables saltos. (G se sienta. Los seis actores restantes, siempre de espaldas al público imitan que buscan el sobre. C gira y frente a los espectadores lee una lista que saca de un sobre.)
C: Paranoide... Esquizofrénico... Ciclotímico... Masoquista... Neurótico común... Mitómano... Coprófago... ¡Coprófago, eso es! Felizmente tenemos derecho a elegir nuestra locura.
(OSCURIDAD)

LOS NADADORES
(A, B y D, se suben en sus sillas, se ponen un gorro de bañista, y toman posición del comienzo de una carrera. C, con un sombrero de paja, se acuesta en el suelo junto a ellos.)
NARRADOR.- Una piscina. Tres nadadores hacen ejercicios antes de lanzarse al agua.
A, B y D.- ¡Uno! ¡Dos! ¡Y...
B.- ¡Un momento! (Los tres nadadores toman una posición de descanso.) Es evidente que la calidad del agua influye en nuestras marcas.
D.- Por supuesto: a mayor densidad mayor tiempo.
A.- Si el rendimiento cambia según la mayor o menor densidad del agua, antes de comenzar cualquier carrera debe obtenerse una piscina con agua oficialmente reglamentada.
B.- Correcto, desde un punto de vista ideal. ¿Pero es posible? Si por ejemplo yo escupo en el agua...
D.- La densidad aumenta. Habría que prohibir a los nadadores esa clase de manifestaciones...
A.-Pero, no podría prohibirse nunca que un mosquito ponga sus huevos en nuestra piscina...
B.- O que una mayor o menor cantidad de polvo...
D.- ¡Tendríamos que correr en un estanque de agua destilada, bajo una campana de vidrio!
A.- ¡Lo que nos obligaría a nadar con un equipo de oxígeno!
B.- El problema no tiene solución. (C se levanta imitando que toca una campana.)
C.- (Con gran cansancio, desesperanzado) ¡Atención, atención, atención! ¡Ultima llamada! ¡Vamos a cerrar la piscina! ¿Se lanzan o no se lanzan? (C espera. A, B y D hacen ejercicios para lanzarse al agua. C se desespera.)
A, B y D.- ¡Uno! ¡Dos! ¡Y...
B.- ¡Un momento! (A, B y D toman una posición de descanso.) Por otra parte, la temperatura del agua es un factor extremadamente influyente en nuestros rendimientos.
D.- Es distinto nadar en agua casi congelada que nadar en agua hirviente.
A.- Si los resultados cambian según la mayor o menor temperatura del agua, antes de comenzar cualquier carrera debe obtenerse una piscina con agua oficialmente reglamentada.
B.- Correcto, desde un punto de vista ideal. ¿Pero es posible? Si, por ejemplo, yo tengo fiebre...
D.- La temperatura del agua aumenta. Habría que prohibir corredores con fiebre.
A.- No podría prohibirse nunca que los nadadores tuvieran leves cambios en su calor interno. Yo, a la menor emoción me enfrío..
B.- Cuando compito, mis manos arden...
D.- ¡Tendríamos que ser corredores sin vida emocional y con sangre de igual calor!
A.- ¡Lo que nos obligaría a nadar con un termómetro en el orificio anal!
B.- ¡El problema no tiene solución! (Se les acerca C, haciendo sonar su campana y ladrando.)
C.- ¡Wharf, wharf, wharf! ¡Esto se acabó! ¡Váyanse de aquí! ¡Ya vienen los perros bravos! ¡Wharf, wharf! ¡Sálvese quien pueda! (Los nadadores no reaccionan. C espera. A, B y D comienzan sus ejercicios, pero muy pronto se detienen y toman una posición de descanso.)
B.- Hablemos de la calidad de la piel: las hay secas o con mayor unto.
D.- Cierto. Es evidente que el aceite cutáneo favorece el avance.
A.- Habría que reglamentar el grado graso de los corredores... (C, furioso, hecha espuma por la boca.)
C.- (¡Tengo la rabia!) ¡Lárguense o juro que los muerdo! ¡Grrr! (A, B y D no se preocupan y siguen discutiendo.)
B.- Esto implicaría imponer una nueva unidad de medida.
D.- ¿Sería posible? ¿Qué factores intervienen en la secreción cutánea?
C.- ¡Wharf! ¡Huyan cabrones, tengo la rabia!
A.- El problema requiere una profunda investigación...
C.- ¡Y mis pulgas dan el tifus! ¡Para afuera! (Al ver que no le prestan atención, C muerde una pierna del pantalón de A y lo jalonea. A, impertérrito, continúa perorando.) ¡Grr, grr!
A.- Por ejemplo, si consideramos el aumento de peso del nadador, por el agua que entra en sus oídos, tenemos que admitir que hay individuos con cavidades auditivas mayores que las de los otros.
C.- ¡Grr!
B.- Habría que contratar un cirujano para que uniformara la dimensión de las orejas... (C, mientras tanto, suelta a A, y va a morder el pantalón de B. Este, en forma distraída sacude la pierna y C cae a la piscina. Es decir, semi tendido en el suelo, frente a las sillas de los nadadores, imita que lucha por no hundirse.)
C.- Glub... Glub... ¡Socorro!
D.- También deberíamos reglamentar las lágrimas involuntarias, las secreciones nasales...
A.-...Los trajes de baño que pueden absorber más o menos agua...
C- ¡Socorro! Glub... Glub...
B.-...La mugre bajo las uñas...
D.-...El gas de las flatulencias...
C.- Glub... No sé... nadar...
A.-...Las espinillas, granos y forúnculos que se oponen al avance...
B.- ¡El problema no tiene solución!
C.- ¡Socorro! Glub... ¡Socorro! (Sin fijarse en C, que sigue pidiendo auxilio mientras se debate tragando agua, A, B y D hacen ejercicios. Toman la posición del comienzo de una carrera.)
A, B y D.- ¡Uno! ¡Dos! ¡Y...
(OSCURIDAD)

LAS DOS PESIMISTAS
(E y F, pesimistas recalcitrantes, entran de lados opuestos, refunfuñando. Se encuentran, se detienen, se miran agresivamente)
E: ¡Nada es bueno!
F: ¡Nada es bueno!
E: ¿Qué ha dicho usted?
F: Dije: nada es bueno. ¿Y usted?
E: También dije: nada es bueno. ¡Horror! Estamos de acuerdo.
F: ¡No es posible! ¡Qué podemos hacer para ponernos en desacuerdo?
E: Tengo una idea.
F: Es mala.
E: Sí, es mala.
F: ¡Tengo también una idea!
E: ¡También es mala!
F: Si, también es mala. Todas las ideas que podamos tener serán malas...
E: Permaneceremos siempre de acuerdo.
F: Es preciso que yo encuentre algo que sea bueno. Así usted estará en desacuerdo conmigo... Nada es bueno, excepto...
E: (ávida) ¿Excepto?
F(Inspira, se llena de aire, piensa, no encuentra nada, se desinfla) Nada es bueno.
E: Si. ¡Nada es bueno... mierda, estamos de acuerdo! (Pausa) ¡Yo digo No!
F: ¡Entonces yo digo Si!
E: Espero que no sea un Sí que está de acuerdo con mi No, sino un Sí que es lo contrario de mi no.
F: ¡Eso!
E: ¿Entonces, está de acuerdo?
F: ¡Dije no!
E: ¡Yo también dije no!
F: ¿No qué?
E: No, nada. ¿Y usted?
F(desperrada) Lo mismo. (Pausa) Nada es bueno.
E: Sí, nada es bueno. (Pausa. Con exagerada convicción) ¡Estoy en total desacuerdo con usted!
F(con exagerada convicción) ¡Y yo con usted! ¡En total desacuerdo!
E: ¡Entonces, todo es bueno para usted!
F: ¡Usted fue la primera que dijo estar en desacuerdo conmigo! ¡Ergo: todo es bueno para usted!
E: ¡Nada es bueno para mí!
F: ¡Nada es bueno para mí! ¡Estamos de acuerdo! (Pausa)
F: ¿Qué hacer para ponerse en desacuerdo?
E: No hay nada que hacer. A menos que...
F: ...una de nosotras desapareciera.
E: ¡Desaparezca usted!
F: No. ¡Desaparezca usted!
E: ¡Oh, por fin estamos en desacuerdo! ¡Desaparezca!
F: ¡Desaparezca! (Comienzan a pelearse. Sus golpes, dados sin energía, son idénticos. Agotadas, cesan)
E: Nuestras fuerzas son iguales.
F: Aunque nos golpeáramos toda la vida, ninguna de las dos podría eliminar a la otra.
E: Sí, la solución seria que una de nosotras desapareciera, pero no es posible.
F: Sí, no es posible, y eso era lo único bueno.
E: Entonces, como siempre lo he dicho, nada es bueno.
F: Eso es lo que he dicho siempre yo: nada es bueno.
E: Estamos de acuerdo.
F: ¡Qué desgracia!
(OSCURIDAD)

LA GUERRA
(A, soldado, enloquecido, corre en círculo.)
A.- ¡Sí, mi General! ¡Sí, mi General! ¡Sí, mi General! (Por entradas diferentes llegan los generales B, C y D.)
D.- ¡Alto!
C.- ¡Avanzar!
B.- ¡Retroceder! (A, vacila.)
D.- ¡He dicho alto!
C.- ¡He dicho avanzar!
B.- ¡He dicho retroceder! (A, no sabiendo a quién obedecer, se desmaya.)
B, C y D.- ¡De pie! (A, se levanta. Firme.)
D.- ¿Quién es su único General?
A.- (a D) ¡Usted, mi General!
C.- ¡No! ¡Su General soy yo!
A.- (a C) ¡Sí, mi General!
B: ¡Yo soy su General!
A: ¡A la orden, mi General!
D: ¡Usted me desobedece!
A: ¡No, mí General!
C: ¡Usted cambia de General!
A: ¡No, no, mi General!
B: ¡Traición!
A: ¡A su orden, mi General!
B: ¡Retroceder!
C: ¡Avanzar!
D: ¡Alto! (A se desmaya.)
B, C y D: ¡De pie! (A se levanta. Firme.)
C: ¡Avanzar!
D: ¡Alto!
B: ¡Retroceder! (A se desmaya.)
B, C y D. ¡De pie! (A se levanta. Firme.)
D: ¡Combatiremos contra los falsos generales!
A: ¡Si, mi General!
C: ¡Declararemos la guerra al enemigo!
A: ¡La guerra, mi General!
B: ¡Batalla contra los otros!
A: ¡Contra los otros, mi General!
B, C y D: ¡Al ataque! (A vacila.)
B, C y D: ¡Rápido! ¡Al ataque! (A comienza a golpearse.)
D: ¡La victoria será nuestra!
C: ¡Nos cubriremos de gloria!
B: ¡No cejar! ¡Esta guerra es necesaria!
B, C y D: ¡Intensificarla violencia del ataque! (A se golpea más fuerte. Rueda por el suelo. Agotado. Se desmaya.)
D: El ejército está cansado. Firmaré un pacto momentáneo.
C: Reposar fuerzas. Firmaré pacto. Breve paz.
B: Detendremos la guerra unos instantes. (B, C y D se acercan entre si. Reverencias. Apretones de mano. Pliegos de papel. Firmas. Abrazos. Condecoraciones. Himno marcial. Lágrimas de patriotismo. Cambio brusco: ferocidad.)
B, C y D: ¡De pie!
D (a A): ¡Siga a su único General!
C (a A): ¡Siga a su único General!
B (a A): ¡Siga a su único General! (B, C y D se encaminan hacia salidas opuestas.)
B, C y D : ¡Siga a su único General! (A corre en círculo, enloquecido.)
A: ¡Sí, mi General! ¡Si, mi General! ¡Sí, mi General!
(OSCURIDAD)

LAS PRISIONERAS
(E y F, situadas frente a frente, parecen sostener una reja entrecruzando sus dedos.)
E: Estoy prisionera. ¡Sálveme señora!
F: No. La prisionera soy yo. ¡Sálveme por favor!
E: No juegue conmigo. Estoy detrás de los barrotes.
F: Burla cruel. Estos barrotes están ante mí.
E y F: ¡Libéreme!
E: ¡Verduga!
F: ¡Cancerbera!
E: ¡Deme la libertad!
F: ¡Una guardiana pidiendo la libertad a su prisionera! (E se deja caer y llora)
E: ¡Piedad!
F: No veo qué pretende. ¿Desea quizás que yo le implore de la misma manera que usted finge hacerlo? (se deja caer igual que E). Ya ve, no tengo orgullo. Deme la libertad, por favor.
E(gritando) ¡¡¡La prisionera soy yo!!!
E y F(poniéndose de pie) ¡Libéreme! (E avanza hacía F, que retrocede. Luego F avanza hacia E, que también retrocede. Ambos parecen fieras prestas a combatir)
F: Si no fuera por estas rejas, te eliminaría.
E: Siniestra carcelera, mereces la muerte.
F: ¡Ah, si yo pudiera soltar mis manos de estos barrotes para estrangularte...
E: Tú sí puedes hacerlo, yo no. Mis manos están pegadas a ellos.
F: Mentira. Tú estás ahí por tu propia voluntad.
E: Eres tú la que está ahí para espiar mi agonía. Te odio.
F: Te odio. (E y F hacen esfuerzos por despegar sus dedos.)
E: ¿No te das cuenta de que es terrible, estar siempre en la misma celda, en el mismo sitio?
F: Sí. Me doy cuenta. Libérame para que otra vez pueda correr, viajar...
E y F: Dame la libertad. La prisionera soy yo. (Siempre aferradas, se detienen y caen de rodillas agotadas. Lloran sordamente. Se miran.)
E: Tus lágrimas no parecen falsas.
F: Tú llanto tampoco.
E: Quizá tengas piedad de mí.
F: Quizá tú llores de verdad ante mi desgracia.
E: Hace siglos que estás ante mi reja.
F: Desde que estoy prisionera, nunca abandonaste tu sitio.
E: Siempre has estado ante mí.
F: Estás vieja y cansada.
E: Sufres.
F: Vete, tú ves que no me puedo escapar. Tú eres libre. Descansa.
E: Otra vez comienzas. No mientas. No desees quedarte. Aprovecha tu libertad.
E y F: Eres libre. Yo no. Aprovecha tu libertad. (Pausa. E y F se observan con desconfianza y luego con amistad.)
E: ¿Te quedas?
F: Buena carcelera, comienzo a comprenderte...
E: Estás loca y permaneces...
F: Cuidándome y por bondad queriendo...
E: ... hacerme creer que yo soy la guardiana...
F: ... que yo no soy la prisionera. Estás loca.
E: Buena carcelera, comienzo a comprenderte. (Pausa. En E y F se produce un gran alivio.)
F: Otra vez debe ser noche porque siento sueño.
E: Si, dormiremos
F: Tal vez mañana venga otra carcelera a suplantarte.
E: Tal vez mañana partirás, carcelera.
F: Tal vez mañana me liberará la nueva carcelera.
E: La nueva carcelera tal vez me dará la libertad.
E y F: ¡La nueva carcelera tal vez nos dará la libertad!
(OSCURIDAD)

EL PRIMER PASO.
B.- El Tao Teh King dice que para recorrer un kilómetro hay que dar un paso. Bien Voy a avanzar un kilometro. Voy a dar el primer paso. Pero, ¿de qué largo es un paso? ¿Medio metro? ¿Más? ¿Tres metros? ¿Menos? ¿Veinte centímetros? ¿Un milímetro? ¿Y si dar un paso fuese sólo concebir mentalmente, sin medida alguna, la idea de un paso? Concibo un paso. Bueno. Ahora ya no tengo necesidad de avanzar un kilómetro. Me basta concebirlo.
(OSCURIDAD)

SER O NO SER
(Entra D, imitando a Hamlet, con una pelota blanca en la mano en lugar de cráneo.)
D.- (Solemne) Ser o no ser... Ser y no ser al mismo tiempo... No ser pero estar siendo... Estar dejando de ser... Ser hoy, mañana no, pasado mañana sí. Estar a punto de ser... Ser fuera del ser... Ser dentro del no ser... No ser aquí pero ser allá. Ser donde no se es... O no ser donde se es... Ser las infinitas manifestaciones del ser... Nunca ser... etc. etc. ¡Ese es el problema! (A, B, C, E, F y G, que están sentados mirándolo, aplauden. D, vanidoso, saluda con falsa dignidad. Luego da un giro y se sienta. Comienza a imitar que se desmaquilla frente a un espejo. Hacia su espejo imaginario) Modestamente hablando, ¡tú eres el mejor!
(Entra G, una muchacha miope y exageradamente entusiasta.)
G.- ¡Magnífico! ¡Formidable! ¡Sublime!
D.- (Vanidoso) Hm, usted exagera.
G.- Me ha conmovido hasta las lágrimas. ¡Usted es un genio! Nadie puede interpretar a Hamlet como lo hace usted.
D.- (Con falsa modestia) No merezco tales alabanzas. Si interpreto con tal éxito a Hamlet no es por mis méritos sino porque el destino me dotó, al nacer, de esta hermosa voz...
G.- Lástima que los otros espectadores no lo comprendan. Sólo yo lo comprendo.
D.- (Inquieto) ¿Y qué dicen los otros espectadores?
G.- Dicen que usted no saber articular, que no se entiende ni una sílaba de lo que usted dice, que habla como si tuviera los dientes llenos de puré de papas... ¡Cochinos mentirosos!
D.- (Afectado) ¿Cómo es posible? Me lavo los dientes todas las mañanas y...
G.- ¡Espere, eso no es nada! Los imbéciles se burlan de su manera de andar.
D(Muy inquieto) ¿Qué tiene mi manera de andar?
G.- Nada, es divina. Pero ellos dicen que usted parece tener un callo en cada dedo de los pies y que anda con las puntas abiertas como un payaso.
D.- (Levantándose y poniéndose a andar como ella lo ha descrito) ¡Cómo es injusto el público!
G.- A esos canallas yo los mataría. Dicen que usted no tiene personalidad, que sólo es un mediocre, vacío e insignificante. Que cuando declama se le escapa un gallo entre cada frase... ¡Pero yo, solamente yo, se que usted es un genio! Deme un autógrafo, aunque sea el único que le pidan en esta temporada... (D firma. G se va. D cae sentado, totalmente deprimido. Se mira al espejo con asco)
D.- Ser o no ser...
(OSCURIDAD)

MONOLOGO
(Entra C, serio, trayendo una silla. Coloca la silla en medio del escenario, se para sobre ella y abriendo los brazos vocifera:)
C.- ¡SOY INOCENTE! (Recupera su seriedad y se va llevándose la silla.)

L’OPTIMISTA Y LA PESIMISTA
(Encuentro de G, un OPTIMISTA RECALCITRANTE con E, una PESIMISTA RECALCITRANTE.)
G: ¿Cómo está usted?
E: ¡Muy mal!
G: Lo comprendo.
E: No necesito que me comprendan
G: Voy a tratar de no comprenderla.
E: No trate nada conmigo.
G: Voy a pensar que usted no existe.
E: Yo existo.
G: Bonito día.
E: Demasiado calor.
G: Sí, demasiado calor.
E: No repita lo que yo digo.
G: Demasiado frío.
E: No me contradiga.
G: Es por ayudarla.
E: No tengo necesidad de ayuda.
G: No la ayudo.
E: ¿Acaso yo no merezco ayuda?
G: Sí, pero usted no quiere que yo la ayude.
E: ¿Qué le importa si quiero o no quiero ?
G: ¿En qué puedo ayudarla?
E: En nada.
G: Trataré de entretenerla.
E: No trate.
G: Le voy a proponer una adivinanza. ¿Qué diferencia hay?
E: ¿Qué me importa esa diferencia si sé que hay una?
G: Había una vez...
E: Si había, ya no hay más. ¡Qué lástima!
G: Cuando un judío se encuentra a un escocés...
E: ¡Racista!
G: No se enoje.
E: No prohíba.
G: ¡Enójese!
E: No ordene.
G: Me callo.
E: Su silencio me molesta.
G: Entonces hablo.
E: No haga ruido.
G: Me voy.
E: Si me abandona, me ofendo.
G: ¡Entonces váyase usted!
E: ¿Por qué me corre?
G: Partamos los dos.
E: No tengo necesidad de compañía.
G: No me muevo.
E: No quiero impedirle actuar.
G: Entonces me muevo.
E: Usted ocupa demasiado lugar. (G, desesperado, da una bofetada a E. Instantáneamente se arrepiente. G llora. D trata de calmarla recuperando su aire de optimismo recalcitrante.)
G: ¿Cómo está usted?
E: ¡Muy mal!
(OSCURIDAD)

LA CULPA
(G duerme plácidamente en una silla. C, A y B. Se lanzan sobre G y la despiertan a golpes.)
C, A y B: ¡Confiesa, confiesa, confiesa!
G: ¿Quién soy? ¡Ah!
C, A y B: ¡Confiesa, confiesa, confiesa!
G: ¿Dónde estoy? ¡Ah!
C: En tu silla.
G: ¿Silla? ¿Qué es "silla" ¡Ah!
A: Donde estás sentada.
G: ¿Sentada? ¿Qué es "sentada" ¡Ah!
B: Es posar las posaderas sobre algo que se posee o no.
G: ¿Posar? ¿Posaderas? ¿Poseer? ¿No? ¿Ah?
C: ¡Basta de rodeos!
A: Rápido.
: ¡Confiesa!
C y A: Confiesa. ¡Confiesa!
G: ¿Confesar qué? ¿Ah?
C: Lo sabes mejor que nosotros porque eres tú la acusada.
A y B: Es asunto del acusado saber lo que tiene que confesar.
G: Me gustaría tanto tener algo que confesar.
C,A y B : ¡Tomar nota! (Sacan cuadernos y lápices.)
C: El acusado expresa el deseo de confesar.
A: Cualquier cosa que usted diga a partir de este momento podrá ser empleada en su contra.
B: ¡Comience!
G: ¿Quién soy yo? ¡Ah!
A: Estás aquí para responder y no para preguntar.
C: ¡Confiesa!
G: ¿Confesar qué? ¡Ah!
C, A y B : ¡Confiesa, confiesa, confiesa! (Se lanzan sobre G y la golpean.)
G: ¡Soy culpable del crimen!
C: ¡Se confiesa culpable!
A: ¡De un crimen!
B: ¡Entonces hay un crimen!
C, A y B: ¿Qué crimen?
G: No sé. ¡Ah!
A, B y C: ¡Confiesa, confiesa, confiesa!
G: Bien... un... un hombre... un hombre muerto.
C: ¡Un hombre asesinado!
G: No... Una mujer.
A: ¡Una mujer y un hombre asesinados!
G: No... Otro hombre.
B: ¡Muchos hombres masacrados!
G: Muchos hombres.
A, B y C: ¡Todos los hombres!
G: ¡Todos los hombres!
B: La historia del hombre, su pasado, su presente, su futuro, asesinados por usted.
G: Confieso. Sísoy su asesina.
A: ¡Falso! ¡Estamos vivos! ¡Nadie ha sido masacrado, porque estarnos vivos! Falso crimen. Falsa declaración. Encubre un secreto monstruoso. ¡Confiesa! (Se lanzan sobre G. La golpean.)
G: ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? No tengo nada que confesar. ¡Ah!
B: ¡Necesitamos una culpa!
G: Soy culpable.
C: Tomar nota: "Soy culpable". ¿De qué?
G: No sé. ¡Ah!
C: Escarbe en su memoria.
G: Yo no tengo memoria. (A, B y C sisean, incrédulos.)
C: ¡No tiene memoria!
B: Para que confiese hay que crearle una memoria. (A, B y C cambian de actitud. Melosos)
C: Cierre los ojos...
A: Relájese...
B: Somos tus amigos...
C: Nació en un país hermoso...
A: ... con árboles frutales y animales sin temor...
B: Y jugaba con un osito amarillo...
A: Su madre era rubia, cabello largo, hermosa voz.
B: Su padre se vestía de negro y tocaba el violín
C: Fue a la escuela.
A: Tuvo un amigo que murió prematuramente.
B: Empezó a fumar.
C: Conoció a tu futuro marido.
A: Tuvo hijos...
B: Fortuna...
C: Cometió un acto, una falta contra la Ley...
B: Una terrible falta.
C(a A) Di qué falta.
A(a B) Di qué falta.
B(a C) ¡Di qué falta!
C: ¡Podemos inventarle una memoria, pero no la culpa!
G(abre los ojos) ¿Dónde estoy? ¡Ah! (Se lanzan sobre ella. La golpean.)
A y B : ¡Confiesa, confiesa, confiesa!
G: ¡Ah!
C y A: ¡La culpa!
G: ¿Quién soy yo? ¡Ah!
A y B: ¡La culpa, por piedad!
G: ¿Piedad? ¿Qué es "piedad" ¡Ah!
C(de rodillas, llorando) ¡Confiesa!
G: ¡Ah!
A(de rodillas, llorando) ¡Confiesa!
G: ¡Ah!
B(de rodillas, llorando) ¡Confiesa! (G ríe y se levanta de su silla.)
G: ¡Ja, ja, ja!
B: No tienes nada que confesar. No eres culpable. Entonces, ¿dónde está la culpa?
A, B y C: ¡Por favor, háganos confesar!
G: ¡Ah!
C: ¡Descubra, por favor!
A: ¡Descubra en nosotros, por favor!
B: ¡Descubra en nosotros la culpa, por favor!
G: ¡Ah! ¡Ustedes no tienen nada que confesar!
A, B y C: ¡¡¡La culpa, por favor!!!
(OSCURIDAD)

LOS DOS OPTIMISTAS
(A y D, optimista recalcitrantes)
D: Todo el mundo se pelea, excepto nosotros.
A: Es cierto. ¿Qué podemos hacer para evitarlo?
D(Piensa) ¡Muy fácil! (Saca del bolsillo una manzana.) ¿Ves esta manzana?
A: La veo.
D: Entonces la coloco aquí. (La deposita en el suelo) Y después digo: “Esta manzana es mía”. Tú respondes: “ ¡No, esta manzana es mía! ” Y nos peleamos.
A: ¡Bravo! He comprendido.
D: Bien, comencemos. (Falsamente enojado:) ¡Esta manzana es mía!
A (Falsamente enojado) : ¡Esta manzana es tuya!
D: No. ¡Es mía!
A: Si. ¡Es tuya!
D(exasperado) ¡La manzana es tuya!
A: Si me das la manzana no puedo enojarme. Muchas gracias. (Toma la manzana) ¡La vida es bella!
D: ¡Muy bella! (A va a morder la manzana. D se la quita y para depositarla otra vez en el suelo.) Nos equivocamos. Recomencemos.
A: Bueno.
D: Esta vez comienza tú.
A: Bueno. (Falsamente enojado) ¡Esta manzana es mía!
D(Falsamente enojado) ¡No, esta manzana es mía!
A(Muy generoso) Bueno, es tuya.
D(Tomando la manzana) Muchas gracias. (Parte en dos la manzana. Le da una mitad a A. Los dos comen sonrientes.)
A: ¡La vida es bella!
D: ¡Muy bella! (Pausa)
D y A: ¡No es posible!
A: Ya nos comimos la manzana. Hay que encontrar otro motivo para pelearse.
D: ¡Tengo una idea!
A: ¿Sí?
D: Pones tu mejilla, así yo te doy una bofetada, tú te enojas y nos peleamos.
A: ¡Bravo, he comprendido!
D: Comencemos. (A pone su mejilla. D, falsamente feroz, comienza a dar el golpe pero se detiene) Me das pena.
A(Temblando) ¡Golpea!
D: ¡Me das mucha pena!
A(Temblando más) ¡Anda, quiébrame un diente!
D: ¡No puedo!
A (Decepcionado) ¿Y entonces, cómo nos vamos a pelear?
D: ¡Insúltame para que me enoje!
A: ¡Cochino! ¡Puerco! ¡Chancho! ¡Cerdo!
D: ¡Más insultos!
A: ¡Cerdo! ¡Chancho! ¡Puerco! ¡Cochino!
D: ¡Más aún!
A: ¡Porcino! ¡Cercho! ¡Chanco!
D: No es bastante, no estoy enojado.
A: No conozco más insultos...
D: No importa, el tono es lo que cuenta, no el concepto. Dicho con furia todo es insulto.
A: Comprendo... ¡Papa frita! ¡Bicicleta verde! ¡Telescopio! ¡Microscopio! ¡Corbata! ¡Tomate! ¡Cereza! ¡Botón! ¡Árbol! ¡Arbusto! ¡Florcita! ¡Pajarito! ¡Mi amigo! (D y A se dan la mano y se abrazan. Se separan)
D: ¡No es posible!
A: ¡Nunca podremos pelearnos!
D: ¡Nunca! (Llora)
A: (Acariciándole la cabeza) Pobrecito, no llores más. (También se pone a llorar.)
D: (A su turno, acariciándole la cabeza) Tu también, pobrecito, no llores más.
D y A: (Consolándose el uno al otro) No llores más, pobrecito, florcita, pajarito, mi amigo.
(D y A, felices, se van abrazados)
(OSCURIDAD)

LOS IDIOTAS
(B, C, E y F, idiotas, sentados, terriblemente aburridos.)
C: ¡Nos aburrimos porque no sabemos pensar! ¿Cierto?
E: Mmmm....
B: Mmmm...
F: ¡Cierto!
C: ¡Bravo! ¡Tú me das la razón! ¡Ven! ¡Te voy a hipnotizar! ¡Una vez, hipnotizada, te haré pensar!
F: ¡Uy, debe ser maravilloso pensar! ¡Bueno! (F se para frente a C; éste abre grandes los ojos y con gran autoridad la trata de hipnotizar)
C: Mirame, duérmete, mírame, duérmete, mirame, mírame, contaré tres y te dormirás: ¡Uno! Mírame. ¡Dos! ¡Mírame, mírame, mírame, duérmete! ¡TREEEES! (F cae, profundamente dormida. A F) En unos minutos más, abrirás los ojos y te pondrás a pensar. (Llamando a E) ¿Viste? ¿Es fácil! ¡Ven, a ti también te quiero hipnotizar!
E: ¡Eso está por verse! ¡Voy! (C se para frente a E. C y E abren grandes los ojos.)
C: ¡Duérmete, duérmete, mírame!
E: ¡Duérmete tú, duérmete tú, mírame tú!
C: ¡No, tú te duermes, tú me miras! ¡UNO!...
E: ¡El que se duerme y el que me mira eres tú! ¡DOS!
C: ¡Mírame, mírame, duérmete, duérmete! ¡TREEEES! (C cae, profundamente dormido e hipnotizado)
E(a C) Dentro de algunos minutos abrirás los ojos y te pondrás a pensar. (A, a B) ¿Viste? ¡La inteligencia más fuerte domina! ¡Ven! Será fácil hipnotizarte en tres tiempos.
B: Veremos dijo el ciego... (E se para, retadora, frente a B. Los dos abren grandes los ojos. )
E: Mírame, duérmete, uno...
B: Mírame y duérmete, uno...
E: Duérmete, duérmete, dos...
B: Duérmete, duérmete, dos...
E: Mírame...
B: Mírame...
E: ¡Te dormirás y luego pensarás!
B: ¡Te dormirás y luego pensarás!
By E: TREEEES! (B y E caen profundamente dormidos. C, B, E y F roncan. De pronto se despiertan y abren los párpados con la vista fija. Se miran, estiran el cuello y el tronco, ponen ridículas caras de inteligencia.)
C: ¡El único saber es saber que no se sabe! ¡De aquello que no sé, afirmo lo contrario!
E: ¡El fruto de todos los trabajos es más trabajo! ¡Si sumamos las posibilidades de acción, eliminamos la elección!
B: Si las soluciones son problemas disfrazados, los problemas pueden ser soluciones mal planteadas.
F: ¡Cinco por ocho cuarenta! (Piensan)
C: Si la única posibilidad de creación es la destrucción, la única posibilidad de destruir es crear.
E: Si la totalidad de los árboles forma un solo bosque, ya no podemos perdernos porque donde quiera que vayamos estamos en el mismo bosque.
B: Todo es relativo menos lo relativo, que es constante y fijo. Decir un Sí es crear infinitos No. Decir un solo No es eliminar todos los Sí.
F: ¡Cinco por ocho cuarenta! (Piensan. Se contraen, tratan de concentrarse con todo su ser, sufren, gimen, exclaman:)
C: ¡No es posible! ¡Ya no se puede creer! ¡También lo injusto es justo!
E: ¡Ayer no, hoy imposible, mañana qué? ¡Aún sin amos, obedecemos ciegamente!
B: ¡Condenados para siempre a estar equivocados! ¡A Sonreír mientras todo y todos nos vamos a la deriva hacia la muerte!
F: ¡Cinco por ocho cuarenta! ¡Quiero despertar! (C, B, E, y F, cierran los ojos y hacen esfuerzos desesperados por despertar. Despiertan. Suspiran con alivio. Se calman. Se aburren. Toman todo tipo de posturas para matar el tiempo.)
(OSCURIDAD.)

UN CUENTO
A.- (Al público) Les voy a contar un cuento... Erase una vez... Erase una pequeña vez... Una vez tan pequeña... tan pequeña... que no hubo vez. ¡Entonces no hay cuento! Gracias. (Se va.)

A SUS ÓRDENES, SEÑOR.
(D, aristócrata. A, B, C, E, F y G, servidores)
NARRADOR: Un aristócrata, todo ensangrentado, como si le hubieran dado una tremenda paliza, duerme en su lujosa cama. Se despierta estirándose con dolor. Abre bien los ojos. Se siente perdido. Grita con desesperación...
D: ¡Servidores! ¡Servidores! ¡Rápido, servidores! (Entran los A, B, C, E, F y G)
SERVIDORES: ¡A sus órdenes, señor!
D: ¿Por qué llegan tan tarde? ¡Plebeyos, muertos de hambre, infelices!
SERVIDORES: Gracias señor. A sus órdenes, señor.
D: ¡Babosos, pónganse sus libreas! (A, B, C, E, F y G se ponen las libreas. Hacen una gran reverencia.)
SERVIDORES: Prestos a obedecerle, señor. ¿Qué necesita el señor?
D: (Duda. Piensa) Bien... No necesito nada.
SERVIDORES: No es posible, señor. Usted nos paga para darnos órdenes.
D: Sí, es verdad. Al amo lo que es del amo y al piojento lo que es del piojento. ¡Les ordeno que me digan lo que debo ordenarles!
S: ¡Ordénenos traerle de comer!
D: No tengo hambre, las patadas me destrozaron el estómago.
SERVIDORES: No tiene importancia, señor. Usted puede no comer lo que nosotros le traemos. No se trata de alimentarse, sino de ordenarnos.
D: ¡Tienen razón! ¡Lacayos infectos, traedme de comer! (A, B, C, E, F y G salen corriendo)
NARRADOR: Los servidores entran portando platos con toda clase de alimentos llenos de gusanos.
SERVIDORES: Orden cumplida, señor. A sus órdenes, señor.
D: ¡Que asco! Me dan ganas de vomitar. Todo huele a podrido.
SERVIDORES: Normal, señor. Son ofrendas que hemos recogido en las tumbas de su cementerio.
D: ¡Bestias sacrílegas! ¡Devuélvanle de inmediato su alimento a los muertos! (Los servidores salen corriendo. D, solo, abre los ojos, perdido, vacío, angustiado. Parece sofocarse.) ¡Servidores! ¡Servidores! ¡Rápido, servidores! (A, B, C, E, F y G entran corriendo. Se detienen. Hacen una gran reverencia.)
SERVIDORES: A sus órdenes, señor. ¿Qué necesita el señor?
D(Respira, aliviado. Duda. Piensa.) ¡Qué angustia, no necesito nada!
SERVIDORES: Ya le dijimos que no era posible, señor. Usted existe para dar órdenes.
D: ¡Basta, gañanes de moledera, díganme que otra cosa puedo ordenarles!
SERVIDORES: Ordene que lo hagamos dormir, señor.
D: Los puñetazos me volaron los párpados ¿Comprenden? ¡Ya no los tengo! ¿Sin párpados, cómo quieren que duerma? ¡Además, no tengo sueño, cretinos!
SERVIDORES: No se enerve, señor. No se trata de tener o no tener sueño, sino de ordenarnos. Nosotros trataremos de hacerlo dormir, pero usted puede permanecer despierto.
D: ¡Criados, hacedme dormir!
SERVIDORES: Duérmase, señor... Duerma... Sueñe. Con un palacio... Un palacio lleno de fieles servidores. Prestos a obedecerle... miles y miles de servidores esperando, señor... Usted es el amo, ellos los sirvientes... Tienen la obligación de obedecerle...Usted tiene la obligación de darles ordenes. ¡Miles de millares de millones de fieles servidores esperando que usted les de una orden, señor!
D: ¡No puedo! ¡Socorro!
SERVIDORES: ¿Se despertó señor? ¿Durmió bien? ¡Somos sus servidores! ¡Estamos a sus órdenes, señor!
D: ¡Canallas, infames! ¿Qué puedo ordenarles?
SERVIDORES: Ordene que lo divirtamos, señor.
D: ¿Divertirme? ¿Cómo?
SERVIDORES: No somos sabios, somos criados. Usted debe saber lo que le divierte, señor.
D: ¡No lo sé, canallas! ¡Hagan lo que los divierta a ustedes!
SERVIDORES: La única entretención de los servidores es obedecer las órdenes de su amo. Déjenos divertirlo con lo que lo divierte a usted.
D: ¡Al grano, granujas! ¿Qué es lo que me divierte?
SERVIDORES: A usted le divierte darnos órdenes, señor. ¡Estamos aquí para entretenerlo! ¡Denos una orden, señor!
D: ¡Me cago en el coño podrido de sus madres! ¡Esto me pasa por blando! ¡0 me dicen lo que debo pedirles o llamo a los soldados para que les corten las orejas y las bolas!
SERVIDORES(Con temor fingido) ¡Ayyy! Quizás usted ordenaría que bailáramos en forma romántica.
D: ¡Eso es! ¡Sapos asquerosos, bailen en forma romántica! (A, B, C, E, F y G se ponen en la punta de los pies y bailan con grotesca elegancia) ¡Brutos vulgares, nunca serán elegantes! ¡No me divierten!
SERVIDORES: Ordene entonces que bailemos como elefantes.
D: ¡Bailen como elefantes! (A, B, C, E, F y G, haciéndose los pesados, bailan pateando el suelo.) Demasiado vulgar, no me divierten.
SERVIDORES: Ordene que gritemos.
D: ¡Griten! (A, B, C, E, F y G gritan a todo pulmón) ¡Basta, desgraciados, me están rompiendo los tímpanos!
SERVIDORES: ¡Ordene que nos demos de cachetadas!
D: ¡Dense de cachetadas, rufianes! (A, B, C, E, F y G se propinan fuertes cachetadas.) ¡Incapaces, no me divierten!
SERVIDORES: ¿No le divierte que nos peguemos entre nosotros, señor? ¡Entonces ordene que le peguemos a usted! ¡Ordene que le rompamos los huesos! ¡Ordene que le orinemos en la cara!
D: ¡Péguenme, rómpanme los huesos, orinen en mi cara! (A, B, C, E, F y G se precipitan sobre D, y comienzan a darle una tremenda paliza.)
(OSCURIDAD)

EL AHOGAMIENTO
(En una piscina, C, desesperado, gesticula tratando de no ahogarse)
C: ¡Socorro! ¡No sé nadar! ¡Me ahogo! (B, D y A se acercan al borde de la piscina, como queriendo ayudar a C, pero de inmediato se retienen y retroceden un paso)
B: ¡Alto! ¡Antes de actuar tendríamos que saber si este individuo pide socorro para si mismo, para nosotros o en nombre de la humanidad hacia un dios que se hace el sordo!
D: ¡Un momento! ¡Quizás no es ayuda lo que este hombre está pidiendo! Gritar "¡Socorro!" puede querer decir ¡Admírenme! para un exhibicionista.
C: ¡Me ahogo! ¡Ayúdenme, por piedad!
A: ¡Qué piedad ni qué piedad! Yo digo que si alguien está donde está es porque se lo merece. Somos culpables de lo que nos sucede por haber querido que suceda. El mundo es una proyección subjetiva...
C: ¡Por lo que más quieran, hagan algo!
B: ¡No es tan fácil, así como así, hacer algo! Mi situación material y espiritual es precaria. ¿Con qué derecho ayudaría a los otros si aún no he terminado de ayudarme a mí mismo? (C, haciendo un esfuerzo desesperado estira una mano hacia B, D y A)
C : ¡Denme una mano! ¡Basta un tirón!
D: ¡Desconfiemos! ¿Hasta qué punto este hombre se encuentra en peligro? Probablemente tiene los pies plantados en el fondo y su intensión al pedirnos la mano es la de jalarnos hacia un agua venenosa. (C se hunde, luego sale respirando con la boca abierta, semi- ahogado)
C: ¡Esto es un pozo sin fondo! ¡Las sardinas carnívoras me están mordiendo las piernas! ¡Pronto me devorarán entero! ¡Sálvenme!
A: Hijo mío, no seas orgulloso. Si el cielo te llama, deja de aferrarte a tu cuerpo. Cesa de manotear y reza.
C: ¡Me cago en Dios! ¡Sálvenme ustedes! (D y A intentan aproximarse al borde. B los detiene)
B: ¡Que nadie se mueva! ¡Necesitamos conocer la historia de la vida de este ciudadano! Quizás no se cayó sino que lo arrojaron al agua como justo castigo.
D : Y aunque fuera inocente, este hombre debería gozar de su angustia : Antes de caer al agua, probablemente se sentía muerto; ahora que está muriendo por fin se siente vivo. No seré yo quien interrumpa su proceso de auto revelación, salvándolo.
C: ¡Bueno, maricones, si es así, adiós y gracias por todo! (C, se hunde y resurge inmóvil, de bruces, como flotando muerto. B, D y A, se inquietan y comienzan a llamarlo a gritos)
B: ¡Eh, señor, no sea maleducado!
D: ¡Manotee, trague agua, deje de hacerse el muerto!
A: ¡Pida auxilio, grite "socorro", cumpla con su deber!
B: ¡No sea perezoso, agite las piernas, vomite agua!
D: ¡No nos haga inútiles!
B: ¡Estamos en el mundo sólo para salvarlo!
A: ¡Necesitamos un hombre que se ahogue!
B: ¡Sin naufrago el Cosmos pierde su eje!
D: ¡Usted es el centro del sistema, vuelva a pedir ayuda, sea responsable!
A: Ande, trate de tomar nuestras manos. Pero que se entienda bien: no le proponemos que las tome -no se la daremos-, sino que trate. Obtener es vulgar, seguir tratando es lo importante
B: ¡Despiértese y trate!
D: ¡Si, trate!
A: ¡Trate por favor! (B, D y A extienden con tantas ansias sus manos que caen al agua)
B: ¡Socorro, no sé nadar, sáquenme de aquí!
D: ¡No me robe las palabras de la boca, el que se ahoga soy yo! ¡Auxilio!
A : ¡Colegas, me extraña su falta de respeto, yo más que nadie merezco la ayuda salvadora!
(B, D y A, luchan por subirse sobre C que flota muerto.)
B: ¡Cabrones!
D: ¡Mamones!
A: ¡Hocicones! (Los tres se golpean. Se hunden. Queda, C flotando.) (OSCURIDAD)

LA MUJER IDEAL
(B, un hombre. E, una mujer)
B : Lo que pasa es que yo soy diferente. Los otros hombres no han imaginado jamás su amor ideal. Esperan a la primer mujer que se presente, se adaptan y la aman. Yo no soy así.
Narrador: Entra una mujer neutra, con un maleta que abre para sacar a medida elementos y disfrazarse.
B: Mi ideal de mujer es muy preciso. Cabello negro.
Narrador: La mujer se pone una peluca negra.
B: Negro y corto.
Narrador: La mujer se cambia la peluca larga por una corta.
B: Con un vestido azul.
Narrador: La mujer se pone un vertido azul.
B: Y pies desnudos.
Narrador: La mujer se quita los zapatos.
E(Acercándose) Aquí estoy.
B: ¿Quién es usted?
E(con voz aguda) ¿No me reconoces?
B: Mas o menos. Me parece reconocer tu cuerpo, pero la que yo busco tiene una voz grave.
E (con voz grave) ¡Entonces soy yo!
B: No sé porqué tus pies descalzos me provocan tal repulsión. Mi mujer ideal usa bellos zapatos.
Narrador: La mujer se pone un par de zapatos azules de tacones bajos.
B: ¡Odio los tacones bajos!
Narrador: La mujer cambia de zapatos.
E: ¿Me reconoces?
B: ¡Tus zapatos son azules! ¡No amarillos!
Narrador: Se pone zapatos amarillos.
E: ¿Me reconoces?
B: ¡Tu vestido es azul! ¡No blanco!
Narrador: Cambia de vestido.
E: ¿Me reconoces?
B: Eres morena, no pelirroja.
Narrador: Cambia de peluca.
E: ¿Me reconoces?
B: ¡No!
E: ¿No soy como tú quieres?
B: Cualquier otro hombre estaría dispuesto a amarte. Yo, soy diferente. No puedo adaptarme a la primera que se presenta y ponerme a amarla. Tengo un ideal.
Narrador: Sacando un inventario de pelucas.
E: Cabellos verdes, blancos, Naranjas.
Narrador: Sacando una colección de zapatos.
E: Elegantes, de época, ortopédicos.
Narrador: Sacando trajes.
E: ¿De que forma? ¿De monja? ¿Colegiala? ¿Sadomasoquista? ¿O me prefieres desnuda?
B: ¡No! ¡Tengo un ideal!
E: ¿Y cual es tu ideal?
B: Exactamente el contrario de lo que eres tú.
(OSCURIDAD)

LA MUJER CON EL FUSIL
(Entra F arrastrando un fusil con el cañón largo de dos metros y cincuenta centímetros, que tiene pintada en la culata una serie de líneas trazadas con tiza.)
F: ¡Ayuda! ¡Por favor, ayuda! (F apoya la boca del cañón en una sien y estira un brazo tratando de alcanzar el gatillo para dispararse un tiro. Después de varios esfuerzos infructuosos, llama desesperada:) ¡Ayuda! ¿No hay un hombre que pueda venir a ayudarme? (Entra A.)
A: ¿Me ha llamado, señora?
F: Sí. Necesito que me ayude. Quiero que me haga el favor de apretar el gatillo.
A: ¿Está bromeando? Si hago lo que me dice, le vuelo la tapa de los sesos.
F: Eso es lo que quiero. Si me va a ayudar, hágalo ya. Lo único que tiene que hacer es mover el dedo índice.
A: No es tan fácil eliminar sin motivo a un ser humano. ¿Quien podría aceptar tamaña responsabilidad?
F: ¡Yo podría! ¿Quiere que se lo demuestre?
A(Riendo) ¡Por supuesto!
F(dándole el fusil) ¡Tome! (A, siempre sonriente, apoya el cañón en su sien. F va al otro extremo, alza la culata del fusil, mete el dedo en el gatillo)
A: ¿Qué siente?
F: Nada.
A: ¿Cree que podrá apretar el gatillo?
F: Por supuesto.
A: Entonces, trate. (F apretá el gatillo. Disparo. A cae muerto. F, con una tiza, dibuja en la culata una línea más.)
F.- ¡Mueran los huevones!
(OSCURIDAD)

EL INESTABLE
(C, nervioso, acelerado y D, disfrazado con una gran peluca rubia rizada de mujer lenta y romántica, entran de lados opuestos. Se encuentran en el centro de la escena.)
C.- (Interesado) ¿Quién es usted? (Sarcástico) ¡La admiro! (Piadoso) Pobrecita... (Despreciativo) ¡Idiota! (Amenazador) ¡La voy a matar! (Heroico) Contra todos yo la defiendo... (Asqueado) ¡Puerca!.. (Tierno) Ángel mío... (La besa)
D.- ¿Qué... dice... usted?
C.- (Escupiéndole la cara) ¡Traidora!.. (Llorando de emoción) ¡Usted es un héroe!.. (La condecora)... (Dando un rugido de cólera) ¡Pedazo de cobarde!.. (Arrancándole la condecoración) ¡La degrado!.. (Lascivo) ¿Quieres que hagamos el amor, mi putilla?..
D.- ¿Qué... dice... usted?
C.- (De rodillas) Santa mía... (Levantándose, con asco) ¡Lesbiana bigotuda!.. (Despreciativo) La ignoro... (Montando sobre sus espaldas) ¡Sea mi esclava!.. (Abrazándola) Usted es todo para mí... (Rechazándola de un empujón) ¡Me da asco!.. (Cargándola sobre sus espaldas) ¡Usted será siempre mi dueña!
D.- ¿Qué... dice... usted?
C.- (Dejándola caer) ¡Fuera de mi vida!.. (La amenaza con un cuchillo) ¡Basura, tendrás el fin que mereces!.. (Ofreciéndole el cuchillo) ¡Mátame, la existencia me es insoportable!.. (Colocándole el cuchillo en la mano y gritando después) ¡Socorro! ¡A la asesina!.. (Forcejea con D, le quita el cuchillo y le da un tajo en el vientre) ¡Legitima defensa! (Muy piadoso) ¿Sufres mucho?
D.- (Cayendo lentamente al suelo) ¿Qué... dice... usted?
C.- (Llorando) ¡Ah, qué mujer admirable pierde el mundo! (Cínico) ¡Me importa un cuerno! (Trágico) ¡Qué dolor! (Acusador) ¡Lo mereciste, canalla! (Santo) ¡Dios, dame fuerzas para salvarla! (Demoníaco) ¡Revienta!.. (Le da otra cuchillada)
D.- Comprendo... usted... me ama... (Muere(C estalla en melodramáticos sollozos.)
(OSCURIDAD)

CENA FAMILIAR
(B, hombre. F, mujer, bien vestida pero de carácter dependiente, como una perra fiel. Están sentados delante de una mesa, con el narrador. D y A, soldados. C, cadáver.)
NARRADOR: El hombre abre el periódico y parece leerlo. La mujer alza los brazos doblados y de rodillas ante él los agita cual un animal pidiendo comida. Con un gesto condescendiente el hombre le da una parte del periódico. La mujer saca la lengua acesando de placer y también se sienta para, con una actitud que imita en todo la de el hombre, ponerse a leer.
B: (Con tono grave) Vaya, vaya, vaya...
F: (Imitando el tono del hombre) Vaya, vaya, vaya..
B: (Asombrado) ¡No es posible!
F: (Asombrada) ¡No es posible!
B: (Protestando) ¡Ah, no!
F:- (Protestando) ¡Ah, no!
B: ¡Ja, ja, ja!
F: ¡Ja, ja, ja!
B: (Con desprecio) Cretinos.
F: (Con desprecio) Cretinos.
B:- (Sonriendo, satisfecho) Todo va bien, porque todo va igual.
F:- (Sonriendo, satisfecha) ¡Sí, sí, todo va bien porque todo va igual!
B: A propósito, ¿prendiste el horno?
F: ¡Nunca olvido mis deberes! ¡El fuego parece una gran araña roja!
B: ¡No hables así, cállate, sabes que no me gustan las metáforas!
F: Perdona, me callo.
B: Bien, sirve los espaguetis. Los quiero bien fríos.
F: Ya lo sé, la comida caliente te da asco.
B: Lógico, mujer, la carne asada pertenece a la política, no al estómago.
F: (Saliendo hacia el fondo) Tienes razón, como siempre.
NARRADOR: Entran dos soldados de nacionalidad indeterminada cargando a un cadáver semidesnudo. Abren la puerta del horno, aumenta el ruido de las llamas. Cierran la puerta del horno. El hombre, sin inmutarse termina de plegar el periódico y se lo mete en el bolsillo. (A y D regresan limpiándose las manos. Salen por la izquierda) Por el fondo entra la mujer con dos platos llenos de espaguetis. Se sienta. El hombre y la mujer se poner a comer sorbiendo fuertemente, cada uno, un larguísimo e interminable tallarín. (Vuelven a entrar por la izquierda A y D cargando a C. Salen por la derecha.) Ruido del horno.
(Regresan A y D, limpiándose las manos ennegrecidas Salen por la izquierda.)
B: ¿Cuántos han quemado hoy?
F: Probablemente cincuenta...
B: Qué raro, muy por debajo de la cifra normal...
F: ¡Quizás se les acabó la materia prima!
B: No te preocupes, mujer: eso nunca faltará. Los organismos no cesan de morir.
F: Pero ellos, ¿de dónde sacan tantos? ¿Crees que los fabrican?
B: ¡Qué sé yo, es un misterio que no nos incumbe! ¡Mejor vivir tranquilos sin hacer preguntas! Sigue comiendo tus espaguetis, mujer.
F: ¡Eso es, sigo comiendo mis espaguetis!
NARRADOR: Entran los soldados cargando al cadáver. Pero esta vez se debate y chilla con inmensa angustia.
C: ¡No, no quiero! ¡Suéltenme! ¡Socorro! (A y D lanzan a C al horno, sin que éste cese de gritar e insultarlos.) Asesinos, canallas, bandidos, aaaghh.
NARRADOR: Ruido del horno. Los soldados regresan limpiándose las manos que esta vez están manchadas de sangre. (A y D salen por la izquierda.)
B:- ¡Así es, mujer, hay algunos que son verdaderamente muy mal educados1
F: Ingratos también. ¿Dónde van a encontrar un horno más limpio?
B: No sólo limpio, también potente. Son reducidos a cenizas en menos de un minuto ¿Qué más quieren?
F: ¡Lo primero que deberían quemarles es la lengua, por mal hablados! (B y F vuelven a sorber con ruido su interminable espagueti. Entran por la izquierda A y D cargando C. Aunque no se mueve, C viene cantando un aria patética. A y D lanzan a C al horno. El canto se transforma en un grito. Silencio. El hombre y la mujer se miran, inmóviles. Poco a poco, luego con más y más intensidad la mujer se pone a cantar el aria.)
B: ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate!
F: (Mezclando el canto a la palabra) Es una melodía... muy contagiosa... No me la puedo...sacar de la garganta.
B: ¡Insensata, mujer tenías que ser. ¡Te digo que te calles! ¡Solamente a los cadáveres se les permite cantar esa melodía!
F: (Sin cesar de cantar, tapándose la boca con las manos) No... Puedo... cesar...
B: ¡Rápido, llénate la boca con lo los espaguetis! (La mujer se llena la boca con su tallarín en bola pero sigue cantando. El hombre le mete también en la boca su propia bola de pasta. Ella produce un largo murmullo ronco para al final escupir los tallarines y cantar de manera atronadora. Regresan los soldados. Rápidamente el hombre despliega el periódico que saca del bolsillo y se pone a leerlo. Los soldados cargan a la mujer, que no cesa de cantar y salen con ella por la derecha. El hombre sigue leyendo. El horno suena. La mujer canta. Gran ruido de llamas. Alarido. La puerta del horno se cierra. Silencio. Regresan los soldados limpiándose los tallarines que se les pegan a las manos. Salen por la izquierda El hombre pliega lentamente su periódico y se lo guarda en el bolsillo.)
NARRADOR: Por el fondo aparece una mujer similar cargando dos platos llenos de espaguetis.
F: Tus espaguetis, querido, muy fríos, como te gustan.
NARRADOR: Los soldados entran, cargando al muerto.
(OSCURIDAD)

PREGUNTAS Y RESPUESTAS
(Dialogo de amor)
E.- ¡Tengo respuestas! ¡Tengo respuestas... pero nadie tiene una pregunta!
A.- Yo tengo una pregunta.
E.- ¡Al fin!
A.- ¿Cuál es la única respuesta que no tiene preguntas?
E.- ¡Esa es la única pregunta que no tiene respuesta!
A.- Entonces, dígame, ¿cuál es la respuesta que responde a todas las preguntas?
E.- Se la diré si usted me dice cuál es la pregunta que sirve para todas las respuestas.
A.- (Piensa) Mmm... ¿Cómo lo que usted responde puede dejar de ser una respuesta?
E.- Cuando lo que usted me pregunte sólo sea una pregunta y nada más.
A.- Entonces: Toda pregunta es en el fondo una respuesta.
E.- ¡Y toda respuesta es en el fondo una pregunta, eso es!
A.- ¡Tengo respuestas! ¡Tengo respuestas!
E.- ¡Tengo preguntas! ¡Tengo preguntas!
(OSCURIDAD)

TENER O NO TENER
(Entra F, muy bella.)
F.- ¡Quiero que me amen a mí y no a lo que tengo! ¡Comprendan que yo no soy lo que poseo! ¿Aman mis nalgas? ¡Me las corto! ¿Aman mis senos? ¡Me los corto! ¿Aman mis piernas? ¡Me las corto! ¿Aman mis brazos? ¡Me los corto! ¡No soy mi pelo! ¡Fuera!... ¡No soy mi piel! ¡Fuera!... ¡No soy mis ojos! ¡Fuera!... ¡Fuera mi vientre, mis ovarios, mi vagina, los labios de mi sexo! ¡Fuera la carne y fuera los huesos! Pero... ¿Ahora quién soy? ¿Dónde estoy? ¡Oh, lo he perdido todo! ¡Ya no soy! ¡Por favor, por lo que más quieran, ámenme para que yo sea y otra vez vuelva a tener un cuerpo!
(OSCURIDAD)

LA GUERRA DE LOS FILOSOFOS
(B, C y D, filósofos relamidos. A, un hombre simple.)
D.- En realidad, hablando con toda modestia, de nosotros cuatro el que más vale soy yo... Mi comprensión del significado intrínseco del concepto de Conciencia es imbatible.
C.- ¡Bla, bla, bla! Apoyar sus valores en las arenas movedizas del concepto de Conciencia es obsoleto. Mi comprensión del significado intrínseco del concepto de Inconsciente es verdaderamente imbatible. Por todo lo cual declaro que el que más vale de nosotros cuatro, soy yo.
B.- Los oídos me duelen con tanto cacareo. ¿Conciencia? ¿Inconsciente? ¡Necedades! Lo que es imbatible es comprender como yo la impermanencia de la permanencia en el concepto de Tiempo. Sin lugar a dudas, de nosotros cuatro el que más vale soy yo. (B, C y D se burlan los unos de los otros. A, ríe.)
D.- (a A) ¿Y usted?
A.- Oh, yo nada más sé una pequeña cosa... Digo que..
C.- (Interrumpiéndolo) Ja, ja, sólo sabe una pequeña cosa... (A los otros) Bueno, la competencia importante es entre nosotros tres. ¿Cómo la resolvemos?
B.- ¡Muy fácil! ¡Orinemos y veamos quién llega más lejos!
C.- Mmm... ¡De acuerdo!
D.- ¡Veremos quién puede más! (B, C y D imitan que abren sus braguetas, que sacan sus sexos y que orinan.)
B.- ¡Un metro y medio!
D.- ¡Dos metros!
C.- ¡Dos metros y medio! (B, C y D hacen enormes esfuerzos para superar sus marcas.)
D.- ¡Tres metros!
C.- ¡Tres metros!
B.- ¡Tres metros! (Consternado) ¡Hemos empatado!
(A, calmo, imita que abre su bragueta, que saca su sexo y que orina un largo chorro.)
A.- ¡Siete metros!
D.- (a A) ¡No es posible! Si he descifrado el Tratado Lógico Filosófico de Wittgenstein, ¿cómo puede usted llegar más lejos que yo?
C.- (a A) ¡Sí, cómo puede usted llegar más lejos, si yo he memorizado todo El Ser y el Tiempo de Heidegger!
B.- (a A) ¡Y yo interpretado los siete chakras, los diez sefirotes y las nueve dimensiones del anagrama! ¿Cómo puede usted sobrepasarnos así?
A.- Muy simple: puedo más que ustedes porque sé una sola cosa.
B, C y D.- (a A) ¿Qué cosa?
A.- ¡Sé Mear lejos!
(OSCURIDAD)

LAS OREJAS DEL AMOR
(G, señorita virginal, está sentada dándole de comer a las palomas. C, un seductor, se le acerca y se sienta junto a ella poseído por un gran deseo. Ella se hace la que no lo nota. El le acerca la nariz y la recorre aspirando gozosamente sus olores.)
C.- Mmmm... Su piel es un jardín de maravillosas flores carnívoras... (Con gran sensualidad le acaricia los cabellos) Mmmm... El camino de la seda conduce al alma...
G.- ¡Si me vuelve a tocar llamo a la policía!
C.- No es sacrilegio virgencita, es veneración. ¡Le juro que nunca más, en toda mi vida, vuelvo a intentar acariciarla!
G.- No es necesario que jure tal cosa. El contacto físico con un hombre de experiencia como usted me puede interesar. Pero antes necesito conocerlo. ¿Será capaz de contener su tormenta lúbrica y responder tranquilo a mi cuestionario?
C.- ¡Se lo prometo con toda mi alma, virgencita!
G.- Bueno, comencemos: ¿a qué se dedica usted?
C.- Secuestros, virgencita.
G.- ¿En cuántos ha participado?
C.- En quinientos setenta y tres...
G.- El número lo confirma: es usted un hombre de gran experiencia. ¿Cortó orejas o dedos?
C.- Nunca fueron dedos, solamente orejas, para presionar a la familia.
G.- ¿Con qué las cortaba?
C.- Con unas tijeras.
G.- Interesantísimo... ¿Anestesiaba a las personas para que no sintieran el dolor?
C.- ¡Cómo se le ocurre, virgencita! Así no más: con el pulgar y el índice de la mano izquierda se las estiraba y con el instrumento bien sostenido en la mano derecha les cortaba de cuajo las orejas.
G.- Oooh... se me pone la piel de gallina. ¿Qué cuidados le daba a las personas para que no tuvieran una infección o se desangraran?
C.- Muy simple, virgencita: les quemaba las heridas con mi cigarrillo.
G.- ¿Las familias siempre pagaron?
C.- Sí, por suerte. Yo pedía sumas modestas que apenas daban para alimentarme una semana. Si no, hubiera tenido que matarlos, y los remordimientos no me gustan.
G.- ¡Cómo lo comprendo! Caballero: soy huérfana, no tengo familia ni tampoco dinero, ¿accedería usted a cortarme una oreja sin obtener rescate?
C.- ¿Cómo se le puede ocurrir semejante cosa, virgencita? ¿Por quién me toma? ¡No lo hago por placer, sólo corto por dinero!
G.- ¿Y no podría cortar por caridad?
C.- ¡No soy Jesucristo para andar cortando orejas por puro amor!
G.- Bueno, si no me la corta, ¿me la podría tirar?
C.- ¿Unos simples tirones? Si no son muy fuertes, de acuerdo, virgencita. (C le tira una oreja a G.)
G.- ¡Qué delicia! Tire con un poco más de intensidad.
C.- ¿Así?
G.- ¡Si! ¡Qué bien la tira, qué dedos más fuertes y seguros, siento que oigo abrirse el cielo! ¡Más, más!
C.- ¡Tenga cuidado, virgencita, si sigue pidiéndome que aumente se la voy a arrancar!
G.- ¡No es la oreja que quiero que me arranque sino las palabras que ella encierra, un río de frases insidiosas llenándome el cerebro como moscas negras! ¡Tire más fuerte, por favor: las raíces son largas y se hunden hasta el alma!
C.- ¡Este es el último esfuerzo que hago! ¡Tenga! ¡Tenga!
G.- ¡Ahí voy yo, tras la oreja! ¡Ay, no la suelte, que regreso al enjambre negro! ¡No me deje caer en el abismo, tire, tire!
C.- ¡Pero no me voy a pasar toda la vida, virgencita, sosteniéndola por la oreja: atrévase a caer!
G.- ¡Suélteme entonces! (C le suelta las orejas) ¡Ah, me sumerjo, desciendo locamente, milagro, caigo en sus brazos!
C.- ¡Bueno, parece ser que siempre la he estado esperando, virgencita! Venga conmigo, cortaré una buena cantidad de orejas : ¡así tendremos dinero para la boda y su luna de miel!
A.- ¿No le parece que en vez de tijeras sería más elegante usar un bisturí?
(OSCURIDAD)
LA COLA
(A está de pie en medio de la escena mirando hacia la derecha B entra por la izquierda, se le acerca y se para detrás de él)
B: ¿Qué hace usted aquí?
A: ¿Cómo puede no darse cuenta? ¡Estoy haciendo una cola!
B: Ah, ya veo. Es usted el último.
A: No, soy el primero. Ahora usted es el último.
B: ¡Eso no lo puedo permitir! (B se pone delante de A, mirando también hacia la derecha.) Ahora soy yo el primero. (Mientras B está mirando a la derecha, A da media vuelta y se queda frente a la izquierda)
A: No. Yo soy siempre el primero y usted, el último, me persigue retrocediendo. (B gira y queda, detrás de A, mirando también hacia la izquierda)
B: Miente usted, señor. Yo retrocedo, en el primer puesto y usted, retrocediendo también, no hace más que seguirme. (A se da media vuelta y queda frente a B)
A: De ninguna manera: yo avanzo, hacia el futuro. Usted va para atrás, hacia el pasado.
B: No señor, lo que sucede es que yo voy ascendiendo, mientras que usted se va hundiendo.
(A, en su sitio, se pone a girar lentamente)
A: ¡Basta! ¡Míreme! ¡Estoy girando! ¡Se acabó la cola! ¡Soy el eje! ¡Soy el centro! ¡Lo único que usted esperaba era llegar a mí! ¡Pues bien, ya me encontró!
B: ¡Eso es! ¡Esperaba llegar hasta el ser más odioso del mundo para estrangularlo!
(B se lanza sobre A y comienza a estrangularlo. Las luces se van apagando poco a poco)
B: ¡Soy el primer verdugo! ¡Soy el primer verdugo!
A: ¡Soy la primera víctima! ¡Soy la primera víctima!
OSCURIDAD

LA TIERRA PROMETIDA
(A, B, C, D, E, F y G, apoyados los unos en las espaldas de los otros, formando un círculo, giran lentamente en el sentido contrario de las manecillas de un reloj.)
B: (a D) Tú eres nuestro guía. Estamos cansados, casi moribundos, pero algún día llegaremos... La tierra prometida nos espera...
E: (a B) No debemos desesperar. Continuaremos avanzando. Eres un buen guía. Sabes lo que haces.
C.- (a E).- No sé a donde vas pero te sigo... El camino es largo y se extiende hacia el infinito... Sin embargo, gracias a ti, estoy seguro, llegaremos...
G.- (a C) Tengo los pies ensangrentados, respiro apenas, avanzo dormido a medias, llevamos siglos caminando.. Pero confío en tus conocimientos... Tú sabes, yo no sé...
A.- (a G) Tú sabes, yo no sé, por eso te sigo... ¡Llévanos al lugar donde nacen todos los ríos! ¡Llévanos al país de la abundancia!
F.- (a A) ¡Condúcenos allí donde este desierto se hace tierra fértil! Tengo fe en ti.. Es Dios quien te ha elegido para que encabeces esta marcha...
D.- (a F) Gracias a ti, estoy seguro, no estamos perdidos. Vamos por buen camino. Si tú no te detienes, tampoco nosotros. Tú eres nuestro guía.
B.- (a D) Tú eres nuestro guía. Estamos cansados, casi moribundos, pero algún día llegaremos... La tierra prometida nos espera...
E.- (a B) No debemos desesperar. Continuaremos avanzando. Eres un buen guía. Sabes lo que haces.
C.- (a E).- No sé a donde vas pero te sigo... El camino es largo y se extiende hacia el infinito... Sin embargo, gracias a ti, estoy seguro, llegaremos...
G.- (a C) Tengo los pies ensangrentados, respiro apenas, avanzo dormido a medias, llevamos siglos caminando.. Pero confío en tus conocimientos... Tú sabes, yo no sé...
A- (a G) Tú sabes, yo no sé, por eso te sigo... ¡Llévanos al lugar donde nacen todos los ríos! ¡Llévanos al país de la abundancia!
F.- (a A) ¡Condúcenos allí donde este desierto se hace tierra fértil! Tengo fe en ti... Es Dios quien te ha elegido para que encabeces esta marcha...
D.- (a F) Gracias a ti, estoy seguro, no estamos perdidos. Vamos por buen camino. Si tú no te detienes, tampoco nosotros. Tú eres nuestro guía. (Mientras los actores siguen repitiendo en orden su texto, la luz poco a poco va bajando.)
(OSCURIDAD.)

EN LA PISCINA
NARRADOR: D y A flotan en la piscina con fingida calma.
D: Cuando caímos aquí?
A: Caímos, o nacimos?
D: Si caímos, de donde?
A: Si nacimos, quien nos engendró?
D: Quien soy yo?
A: ¿Si usted no lo sabe, como quiere que yo lo sepa?
D: ¿Y usted, quien es?
A: Tampoco lo se. Hemos perdido la memoria.
D: Sea lo que sea, aquí estamos.
A: El sitio me pertenece.
D: ¿Le pertenece? ¿Quien lo prueba? ¡Este sitio es mío!
A: ¡No, es mío!
D: ¿Suyo? ¿Todo esto?
A: Por lo menos este rincón es mío. (D se acerca a A)
D: Bueno, si este rincón es suyo... (D hace esfuerzos y puja)
A: ¿Qué está haciendo?
D : Cago y meo!
A : Pero... ensucia el agua...
D : ¡Que me importa! ¡Es suya! ¡Yo solo me ocupo de mi lugar! (A va hacia la esquina de D)
A: Lo que ha hecho es insoportable. ¡Ojo por ojo! ¡Tome! (puja como defecando). Y además... (Vomita)
D: ¡Vándalo indecente, fuera de mi agua!
A : ¡El agua es mía, ladrón!¡Ladrón tú, y la madre que no tienes! (D se lanzan el uno contra el otro. Se tratan de ahorcar)
Narrador: La piscina comienza a vaciarse. (D y A se quedan de pie en la piscina seca.)
D: Creímos tenerlo todo...
A: ...y no teníamos nada.
D: ¡Que inmensa sequedad! Es injusto.
A: ¿Por qué nos dieron un mundo así?
D: Esto puede durar años. Salgamos de aquí.
A: ¿Como? No hay escaleras, y la piscina es profunda.
D: ¿Y si con nuestros cuerpos formáramos una escalera?
A: ¡Imposible! Los dos trataríamos de pisar los hombros del otro para salir primero...
D: Hay otra posibilidad...
A: ¿Cual?
D: Llorar y llorar, hasta que la piscina se llene con nuestras lágrimas.
A: Buena idea, pero tenemos que encontrar un motivo, algo que nos dé pena.
D: Tiempo perdido. Conocemos el odio, no la piedad.
A: ¡Espere! ¡Esto si es triste! Me observo a mí mismo y el corazón se me estruja.
D: ¿Qué ve?
A: Nada. Por eso lloro... Buaaa.
D: Buaaa... Yo lloro también porque sé que para llenar esta piscina con nuestras lagrimas, necesitaremos más de cien años.
A: Moriremos antes... Buaaa... (A y D lloran desconsoladamente, cada vez con más intensidad. Terminan dando alaridos y aullando como perros que anuncian la muerte. Los otros cinco también se ponen a llorar y acaban aullando. Todos se encuentran a cuatro patas en el centro del escenario y hablan como perros.)
D: Qué pena que el hombre haya desaparecido.
A: Sí... ¡Que pena... Auuu! Que bueno era...
C: Lástima que no quedara nada de él, ni un pequeño recuerdo...
E: Todo ha sido desintegrado...
B: Queda algo... Recuerdo una canción que cantaban los soldados antes de que los lanzaran al horno...
F: Sí, sí... ¿Como era? (Poco a poco todos se ponen a cantar la canción del cadáver de “LA CENA FAMILIAR” y a aullar. La luz desciende lentamente)
(FIN)