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24/4/20

INCENDIOS de Wajdi Mouawad

INCENDIOS de Wajdi Mouawad
traducción de Humberto Pérez Mortera
(Fragmento)

INCENDIO DE NAWAL
1. Abogado

Día. Verano. Oficina del abogado.

HERMILE LEBEL Tengan por seguro, seguro, seguro
que yo preferiría
ver el vuelo de los pájaros. Pero no se puede todo
en esta vida: desde aquí, a falta de pájaros, sólo se
ven coches y el centro comercial. Antes, cuando
estaba del otro lado del edificio, mi oficina daba
sobre la autopista. No se veía el mar, pero pude
pegar un letrero en la ventana: Hermile Lebel,
abogado. A la hora pico eso me hacía una gran
publicidad. Ahora, estoy de este lado y puedo ver el
supermercado. Un supermercado no es un pájaro.
Antes yo decía un prájaro. Fue su madre quién me
enseñó que había que decir pájaro. Discúlpenme.
No quisiera hablarles de su madre debido al dolor
que trae consigo, pero ya es tiempo de dejarlo
atrás. Como se dice: Seguir adelante. Así es la vida.
Entren, entren, entren, no se queden en el pasillo.
Es mi nueva oficina. Me estoy instalando. Los otros
abogados ya se fueron y no van a regresar en lo
que resta del día. Soy el único en todo el piso. Aquí
es mucho más agradable porque hay menos ruido,
la autopista está del otro lado. Perdí la oportunidad
de hacer publicidad a la hora pico, pero por lo
menos puedo mantener la ventana abierta, y como
todavía no tengo aire acondicionado, eso está
perfecto.
Sí. Perfecto.
Seguro que no es fácil.
¡Entren, entren, entren! No se queden en el pasillo
para siempre, ¡sólo es un pasillo!
Entiendo que no quieran entrar.
Yo no entraría.

Sí. Los entiendo.
Tengan por seguro, seguro, seguro que a mí me
habría gustado más conocerlos en otras
circunstancias pero el infierno está hecho de buenas
intenciones. Lo que quiero decir es que no podemos
prevenir las cosas. La muerte, esa no se previene. A
veces podemos intentarlo, pero ante ella estamos
muy poco preparados. Si la muerte fuera como un
conocido podríamos llamarla, hablar, no sé, firmar
actas notariales con ella, pero ella no tiene palabra.
Ella destruye todas sus promesas. Se piensa que
vendrá más tarde, sin embargo ella viene cuando
quiere. Yo quería a su madre. Se los digo sin
preámbulos, yo amaba a su madre. Ella me hablaba
seguido de ustedes. No es común que se haga eso,
pero ella me habló de ustedes. Un poco. Sin avisar.
Así como así. Ella decía: los gemelos. Ella decía la
gemela, y a veces también, el gemelo. Ustedes
saben como era ella, ella no le decía jamás nada a
nadie. Lo que quiero decir es que incluso antes de
que ella decidiera ya no decir nada, ella no decía
nada, no me contaba nada sobre ustedes. Ella era
así. Cuando ella murió, llovía. No sé. Que llueva me
afecta mucho. En su país nunca llueve, así que
imagínense cuál es el clima que lleva este
testamento. Un testamento no es como los pájaros,
eso es seguro, es otra cosa. Es extraño y bizarro
pero es necesario. Lo que quiero decir es que es un
mal necesario. Discúlpenme.

Rompe en llanto.