EL LLOVEDOR DE TIROLESA
[La máquina de hacer llover]FERNANDO ZABALA
Sres. de Drama Virtual:
Envío la obra teatral de la que soy autor, la misma titulada: EL LLOVEDOR DE TIROLESA. Se halla registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor, [Cd. de Córdoba, Argentina] como obra inédita, con expediente N°: 842859. Luego de ser revisada la misma, que todavía no se haya estrenado ni editado, espero aviso de publicación en el sitio web DRAMA VIRTUAL, gracias, un saludo cordial.
FERNANDO ZABALA
DOCENTE Y DRAMATURGO
Fernando Zabala es docente y dramaturgo, como actor se formó en la Escuela de Teatro de Manuel González Gil, en el Teatro Comedia de la ciudad de Córdoba, representó con su primer grupo de Teatro Independiente: ¨El Faro¨ las obras de su repertorio, llevo a cabo estudios de cinco años de la Licenciatura en Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba, escribió las obras de teatro: "Hombres Coléricos", "Los Monstruos de Bomarzo", "Yo, Dostoievski", "El Suicida", El Sueño de Assur", "Jardines en Kordalkof", todas editadas por (Ediciones del Hombre Solo). | |
Hizo una recopilación de cinco obras en su "Teatro Escogido" editado por
(Editorial Dunken) en donde comprenden las obras de teatro como "A
contrasangre", "Resonadores Invisibles", "La Cosecha del Frío", "La Estación del
Pecado", "Peronautas". También ¨Teatro Escogido II¨ con otras cinco obras de
teatro por (Editorial Dunken) que comprenden ¨La Comedia del Hambre¨, ¨Viento y
Tierra¨, ¨La Fila de los Imposibles¨, ¨Un Hombre Gris¨, ¨Submarino¨.
Escribe actualmente en la revista "Crítica Teatral" de Capital Federal y en la
revista "La Vorágine" de la provincia de Mendoza, entre otras, es también
colaborador en la revista "Clon" perteneciente a la Universidad Metropolitana de
Xochimilco en México.
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EL
LLOVEDOR DE TIROLESA
Obra de Teatro
de IV Escenas
DE FERNANDO ZABALA
Personajes:
MABEL
JUVENAL
RAUL
GRILLO
(Pequeña cocina
de una vivienda humilde, en un pueblo del interior de Córdoba, al medio una mesa
chiquita con sillas, sobre la mesa JUVENAL con una caja de madera toda lustrada,
una enorme antena sale de la misma, un foco con un prolongador que está
conectado a una batería de auto que se halla en el suelo. JUVENAL lleva puesto
siempre un delantal azul hasta las rodillas. MABEL sentada dobla ropa que
coloca sobre esa misma mesa, hay desparramo de prendas por toda la mesa. Ella
está con ropa de casa, cada tanto mira con mala cara lo que hace JUVENAL. Es de
noche, de fondo suena ¨Tú vieja Ventana¨
en un bandoneón solitario)
MABEL: (Con la
fuente en la mano) ¿Vas a comer o no?
JUVENAL: (Adentro
de la caja) Eh.
MABEL: (Levanta
la voz un poco molesta) Si vas a comer te digo.
JUVENAL: (Saca
la cabeza de la caja) Ah… ¿Qué hora es?
MABEL: Como las cuatro de la tarde.
JUVENAL: (Se
vuelve a meter adentro de la caja) Dejamelo en la heladera.
MABEL: Se te va enfriar.
JUVENAL: No le hace, después lo caliento en el
horno.
MABEL: Así vas a gastar la garrafa.
JUVENAL: (Desde
adentro de la caja) Y bueno entonce lo como así nomás y listo.
MABEL: ¿Vas a ir a lo de Ochoa?
JUVENAL: Hoy no.
MABEL: Pero dijiste que ibas esta tarde.
JUVENAL: (Molesto)
No puedo Mabel, estoy laburando con esto.
MABEL: ¿Hasta cuando vas a estar con esa cosa?
JUVENAL: (le
contesta sin mirar, sigue en lo suyo) Hasta que funque.
MABEL: (Lo
mira molesta) Hace un mes me venís diciendo lo mismo ¿No te cansás de estar con ese aparato todo el día?
JUVENAL: ¿Cuál es el problema? Me divierto.
MABEL: El trabajo también puede ser entretenido ¿no
te parece?
JUVENAL: Esto es un trabajo, pera que arranquen los motores y vas a ver
como se prende el lucerío, no te vayas asustar nomás.
MABEL: Vos
tendrías que pensar en ir a buscar un laburo de en serio, tas muy enroscado con
esa pavada ¿Por qué no vas a lo de Báez, eh? A lo mejor quién te dice… te puede
hacer un hueco para que le dés una mano en la ferretería. Tiene muchos clientes
Báez, lleno el negocio siempre.
JUVENAL: (Que
sigue en lo suyo) Báez trabaja solo, siempre trabajó así.
MABEL: (Hace
montoncitos de ropa) Vos tendrías que exigirle a la fábrica que te pague la
indemnización que te corresponde.
JUVENAL: (Se
cuelga una linterna en la frente y mete la cabeza en la caja) No
corresponde, ya lo hablamo a eso Mabel.
MABEL: ¿Por qué no corresponde? Si te echaron, claro
que te corresponde.
JUVENAL: (Con
la cabeza adentro de la caja) No me echaron, redujeron personales que otra
cosa.
MABEL: Y bueno, es lo mismo.
JUVENAL: A varios la...patadita en el culo…a varios…
MABEL: ¿A cuántos…? A vos y a Borqueti.
JUVENAL: Ja, yo ya le dije a Borqueti, anda solo a
reclamar, grita tranquilo, a mí no me esperes, yo ahora soy un hombre dedicado
a la…a la pluviometría…
MABEL: ¿A la pluvio que?
JUVENAL: (Saca
la cabeza de la caja) A la investigación de la lluvia inmediata.
MABEL: (Irónica)
Ah, cierto… la lluvia a domicilio.
JUVENAL: (Hace
girar el pedal de la bicicleta que está adherida a la caja) La lluvia
producida…
MABEL: (Sigue
irónica) O sea que nosotros vamo a vivir de las lluvias producidas ahora.
JUVENAL: (Sigue
reparando el aparato) Si hago llover si.
MABEL: Bueno, entonce etamo re cocinadas nosotros.
JUVENAL: (Saca
la cabeza sonriente, luego se mete otra vez) Si el viejo Baigorri lo hizo
¿Por qué yo no eh?
MABEL: (Más
irónica) Claro, porque vos no, tenés razón, cómo se me puede ocurrir que el
señor lluvia no puede desafiar al cielo, es verdad, discúlpeme su… majestad…
pluviométrica.
JUVENAL: (Saca
su cabeza de la caja) La revolución
que causó ese tipo, si vos viera… ya te voy a mostrar los diarios para que… es
más se llevó el aparato a Santiago del
Estero que tenía una sequia de aquellas, pior que la que tenemos hoy acá, y no
sabes lo que se llovió ahí eh (vuelve a
meter la cabeza adentro) no sabés, pueblo donde iba el tipo, pueblo que
llovía, por lo meno un chaparrón se desataba, y la gente no te cuento, una
alegría...una…
MABEL: (Irónica
mientras lleva unos yuyos a la mesa) ¿Y dónde quedó la máquina de fabricar
aguaceros?
JUVENAL: ¿El llovedor decí vos? No sé… dicen que
quedó en un taller viejo y por ahí se estravió… no lo encontraron más, es una
pena.
MABEL: Vaya a saber si el mismo viejo no lo hizo
encanutar por miedo a que descubrieran que era todo verso, ahí si que no le iba
a dar la cara.
JUVENAL: (Saca
la cabeza de la caja) No digas boludeses Mabel, no la encontraron porque…
porque… se la habrán choreado, por eso, quien no quiere afanarse una máquina
así, eh; es más se la deben haber afanado los Rusos seguro, esos copian todo,
tienen radares por todo lado, hasta en las axilas deben tener radares, claro, y
si no mirá cómo está de enrarecido el clima, el calentamiento global y toda esa
gilada (vuelve a meter la cabeza en la
caja) un día de frío y dos de calor, ellos deben manejar desde algún lugar
secreto, no son ningunos zapallo eso rusos, claro que la habrán pifiado feo,
porque más que lluvias tenemos enchastres acá. Pero eso sí, eh, cuando agarre
viaje con mis primeras lluvias, se acabó eso de andar peregrinando por la
capilla en procesión, ahí sí que los feligreses van a tener que rezar con
paragua en mano, de tanta lluvia que vamos a generar, ya vas a ver, no van a
poder salir ni para domingo de ramos, y después salgo de gira por el país,
donde falte agua, ningún camión cisterna, ahí va estar Juvenal Mastropiero.
MABEL: (Burlona
pellizca un pedazo de pan que come y ríe) ¿Y a vos te van a venir a chorear los Rusos
también?
JUVENAL: (Hace
girar el pedal de la caja) Y… no sé, mira, toco madera, yo por las dudas… me
lo llevo a lo de Raúl, con el quilombazo que tiene ese otro en el patio… lo
pongo entre los cardos y la azálea y ni los aviones japoneses lo van a
detectar.
MABEL: ¿Por qué no ordenas el taller? Miralo al
negro Oviedo que se abrió la bicicletería esa, lo rajaron del laburo y ahí
anda, repleto de bicicletas, decime si no es emprendedor ese tipo.
JUVENAL: El país necesita las lluvias Mabel,
lluvias, mirá lo que ta pasando con la seca, la emergencia hídrica, los diques,
los ríos se están quedando sin agua ¿y vos me venís con una bicicletería?
MABEL: Yo no sé qué carajo se te metió en la cabeza,
estás atorado con esa canducheada…
JUVENAL: (Martilla
adentro de la caja) Decís eso ahora, pero antes, cuando tenía laburo, bien
que me lavabas hasta los pies, hasta me planchabas el delantal, me lo dejabas
bien lisito, hecho una seda, en cambio mira ahora, mira parece la cortina del
baño, más arrugado que cuello de tortuga.
MABEL: (Pone
yuyos en una bolsa alpillera) Para que queres ese delantal, ridículo, si lo
usás para estar acá adentro, mirate con
esa caja de televisor, da pena verte, yo no voy hacerla pasar a la Estela acá
ni loca, ni mamada, me da vergüenza que te vea así tan… hasta el loco Brito
está más presentable que vos.
JUVENAL:
(MABEL se va yendo) Ya vas a ver cuando me llamen de la prensa, de las
universidades, de la embajada, de la presidencia me van a venir a...a…
MABEL: (Se da
vuelta para contestarle) O del manicomio.
JUVENAL: (Saca
una carta y se la tira en la mesa) Tomá, lee ¿Qué dice ahí eh? ¿Qué dice? A ver qué decis ahora…
MABEL: (Se
pone unos anteojos, leyendo con dificultad) Servicio Meteorólogico Nacional
¿Te escribieron ellos?
JUVENAL: (Orgulloso
y agrandado) No, les escribo yo, hoy les voy a mandar al correo para
informarles de las diferentes tareas investigativas que vengo desarrollando,
van a tener el honor, mira lo que te digo, el honor de recibir los primeros
informes de las aplicaciones del lluviogeno automático, aunque en realidad es
un simple registro de proceso de laboratorio, bah, una rutina, pero de esta
manera los mantengo al tanto, como para que después no digan que no les avisé,
falta que después se resientan y no quieran publicarme en la revista "Atomo
Partícula" de la Universidad.
MABEL: (Irónica)
Claro, deben estar contando los segundo para recibir tu carta, seguro que te
van a llamar, es raro que no te hayan llamado antes.
JUVENAL: ¿Y qué sabes? Se quedó mudo Raúl cuando le
conté sobre el llovedor, vieras la cara que puso el otro, se le salían los ojos
de la frente como dos tomates, yo pensé que se desmayaba de la emoción.
MABEL: No habrá sabido qué decir pobre Raúl.
JUVENAL: Y lógico, no es fácil improvisar una
opinión meticulosa y acertada en estos recoveco de la ciencia.
MABEL: ¿Por qué no hablas con Raúl? A lo mejor
necesitan otro albañil, un ayudante digo…
JUVENAL: (Mueve
las antenas para todos lados) ¿Albañil? Yo estoy poniendo los ganchos acá,
metiéndole el pecho a esta invención ¿y vos queres que yo vaya de albañil? es
como pedirle a Franchescoli que vaya de arquero.
MABEL: (Preocupada) A vos te espían, te miran los del al lado, te
echan el ojo por los huecos de la tapia, el otro día los escuché (JUEVENAL se la queda mirando) ¿no te
diste cuenta? Yo escucho como se ríen…ellos ven todo…se matan de risa…
JUVENAL: ¿Ves? Ahí tenes, los Rusos, están al salto
por un bizcocho, por todos lados están, pior que las cucarachas los Rusos esos…
MABEL: Qué
Ruso ni que ocho cuarto, los vecinos te miran todo, yo escucho las carcajadas,
seguro que se ríen de vos, hasta de mí se deben reír.
JUVENAL: (Con
un tester mide los cables de la caja) Los vecinos a mí no me calientan un
pomo, es más, con la primer lluvia van a ser los primeros en venir a golpear la
puerta, ya vas a ver.
MABEL: (Al ver
que JUVENAL apaga la luz) ¿Qué haces?
JUVENAL: Apago la luz… ¿Qué voy hacer? si no…se van
a amontonar acá en la puerta, me van a volver loco con los encargos.
MABEL: (Mira
su monedero) A mí ya me está quedando poca plata te aviso, y cuando se me
acabe ahí sí que vamos a estar en la lona.
JUVENAL: Lo de la plata se arregla Mabel, además
cuando contraten el servicio vamos hacer en un día lo que hacemos en un año,
mira, pongo en la llave contacto, tiro de la palanca maestra, y arrancará suave
y vigorosamente una lluvia que hará encender el verde pasto, la montaña marrón,
el río azul…
MABEL: (Sale
preocupada con un canasto de ropa) Me voy yendo, no tengo tiempo para
escuchar pelotudeses.
JUEVENAL: Llevate el paraguas, lo dejé en la
piecita, si no me encontrás es porque me fui a lo de…
(Saca su cabeza
de la caja y oberva que MABEL ya se ha ido, sigue trabajando, las luces se
apagan suavemente)
ESCENA II
(Patio de una
casa, un farol de fondo, una mesa de camping y
sobre la misma, ¨El Llovedor¨, a su lado una picadita de salame, queso,
aceitunas, dos vasos de cerveza. En una esquina RAUL que sostiene una antena de
televisor con un cable, distanciado JUVENAL que está sobre la caja de madera)
JUVENAL: Más a tú derecha.
RAUL: (Moviéndose
con la antena grotescamente) ¿Para acá?
JUVENAL: Sí
ahí, quedate ahí un rato, esperate un poco (se pone una mano en la mitad de la cara) seguí ahí eh, no vayas a
mover un pelo.
RAUL: (Luego
de un tiempo) ¿Y?
JUVENAL: (Mirando
de lejos) No, perate un poco te dije.
RAUL: (Hecho
una estatua) ¿Cuánto tiempo tengo que estar así?
JUVENAL: (Estirando
un cable) Media hora más o meno.
RAUL: ¿Media hora?
JUVENAL: Si media hora y… (mira un cronómetro) veinte minutos…
RAUL: (Arroja
la antena al piso) Anda a cagar…
JUVENAL: Para Raúl... ¿Qué hace? para un poco viejo, me dijiste que me ibas a
dar una mano.
RAUL: (Sentandose)
Y sí… mirá cómo me la dejaste (agitando la mano por el calambre) yo
encima te vengo a dar bola, si no fuera porque te veo tan embobado con esto de
hacer llover...ya me hubiese ido a la mierda.
JUVENAL: (Muy
serio, mientras desenrrosca un cable) La ciencia es más que un hombre
embobado Raúl, mira a Baigorri, el tipo estaba en Bolivia, con una máquina de
su invención, andaba buscando minerales, mira que pelotudez, de pronto,
descubrió algo curioso, empezó a notar que cuando conectaba el mecanismo y éste
se ponía en funcionamiento, se producían lluvias ligeras que le impedían
trabajar, fijate vos que el tipo qué bocho eh, qué cerebrazo, sin esfuerzo
alguno, sin andar buscando nada pretencioso y caro a su voluntad, por la
casualidad, y el azar, así como de la nada, descubría la génesis de la creación
¿te das cuenta?
RAUL: (Como
confirmando) ¿Y vos crees que te va a pasar lo mismo?
JUVENAL: (Levanta
la antena y la cuelga en la soga de la ropa) No sé… por lo menos yo…yo soy
más conciente, lo mío no es casualidad, si no cau-salidad que es muy distinto,
además no dejaría tirado años de esfuerzo como hizo Baigorri ¿sabé que le dijo a los Yanquis?
RAUL: (tomando
cerveza) ¿Qué le dijo?
JUVENAL: (Cuelga
la antena finalmente en un calzoncillo rojo) Podrán tener todo el petróleo
del mundo, pero minga van a tener mí llovedor, así les dijo.
RAUL: Qué pelotudo.
JUVENAL: ¿Por?
RAUL: Y… no vendérselo a los Gringos…si se lo vendía
sabés cómo el tipo surgia, se iba para arriba…se… se forraba de guita… no tenía
que laburar más, claro si funcionaba como decían ¿no?
JUVENAL: (Empieza
a pelar un cable con una pinza) Hay que tener imaginación Raulito,
intuición, yo por ejemplo cuando la conocí a Mabel sabía que ella iba a ser
mía, mirá lo que te digo eh, yo le eché el ojo y ya sabía que teníamos la vida
por delante, fue un instante, un segundo.
RAUL: (Que lo
mira sin entender) ¿Y qué tiene que ver la chaucha con los palitos?
JUVENAL: (Saca
un salamín de un plato) ¿Cómo qué tiene que ver? (con el salamín en la mano y catedrático) La intuición es un don,
un pálpito divino, y lo que te quiero decir es que yo tengo la misma cosa…
la misma intuición de aquella noche que
conocí a la Mabel, es la misma, es algo… (luego
de un tiempo) es algo acá, en las venas, en las tripas, en la sangre, y con
mucha modestia te lo digo. Yo ¿sabes qué? vengo intuyendo que con el llovedor
hago un gol de media cancha, o de arco a arco no sé, algo me dice que con el
llovedor nos vamos para arriba, acordate lo que te digo.
RAUL: (Curioso
mira la caja por dentro) ¿Y si se corta la luz?
JUVENAL: No le hace, funciona igual, tengo las luces
de emergencia, eso es gracias a la batería, además las antenas captan los rayos
en toda su intensidad, claro que eso me salta acá en el tester (mostrando el tester) sin esto yo no
puedo medir nada. Mirá Raúl, yo sería… como… como el precursor del radar
¿entendés? para que tengas una idea ¿ves
acá? yo capto la humedad y enseguida me avisa cuándo se viene el agua,
nubes que van a viajar a más de cien kilómetros por hora, una gota que cae y le sigue otra gota y así.
RAUL:¿Y por qué no lo probamos en tu patio?
JUVENAL: (Adentro
de la caja con un embrollo de cables) Hay mucha humedad Raúl, un rocío y…
puede afectar al llovedor, necesita estar en un ambiente moderadamente seco, se
pueden joder los aguarayos y ahí cagamos.
RAUL: (Que lo
mira sin entender) ¿Los agua qué?
JUVENAL: Los aguarrayos, los pincha-nubes, el
lluvio-tero, todo eso...se mojan y… se hacen mierda…son muy delicados.
RAUL: (Que lo
mira sin entender) Y suponiendo que funcione… el coso… el como, el… el…
llovedor ése ¿Qué vas hacer?
JUVENAL: (Con
una sonrisa de oreja a oreja) Hacer la gran Baigorri Raúl, la gran
Baigorri, me alzo a la mierda, me voy de gira por el interior del país, pueblo
por pueblo, así voy ayudar a la gente, eso sí, primero Colonia Tirolesa, por
ahí hago Caroya también, después a los pueblos del litoral que no tienen una
gota de agua, hasta Jujuy no paro, eh.
(De pronto se siente un relámpago, se ve un
intenso brillo)
RAUL: (Carga
con unos platos de la picada) Mejor entro las cosas.
JUVENAL: (Se
ha quedado mirando el cielo embobado) Está funcionando Raúl ¿ves?, qué te
dije, está funcionando, yo te avisé que la enchufaba y se venía… se venía el
agua… vamos a inventar la compañía de lluvias provocadas nosotros, eso vamos
a hacer Raúl.
RAUL: (Comiendo
un salamín, de pronto observa a JUVENAL que se sube a una escalera tijera con
¨El llovedor¨) Bajate de ahí boludo, te caes y te vamo a tener que juntar
en cucharita.
JUVENAL: (Desde
arriba de la escalera tijera contento y radiante) Ni loco me bajo, menos
ahora, ni loco, sentí el viento Raúl, sentí el viento, se nos viene el
aguacero, se nos viene carajo, te dije yo...Qué potencia, qué intensidad, tan
sólo apreté este botón insignificante, y mirá nomás cómo se armó el tormentón.
RAUL: (Sigue
picando cuanto salame venga y lo observa a JUVENAL como un espectador) ¿Por
qué no lo dejas arriba en la escalera? O si no, atalo, tengo alambre en el coso…
en el depósito.
JUVENAL: Esto no es un globo, Raúl; después se cae y
se rompe y… a la mierda con todo.
RAUL: (Otro
brillo) Che yo me guardo, eh; me piro.
JUVENAL: Esperá, Raulito; justo en este momento,
viejo; qué inoportuno. Esperá un poco. No sos un escarabajo tampoco.
RAUL: Mañana me tengo que levantar temprano; metele.
JUVENAL: Caen las primeras gotas y rajamo.
RAUL: Mirá que los relámpagos se venían sintiendo
desde esta tarde, antes de que vengas con esa caja.
JUVENAL: Y si yo lo tengo activado desde la mañana,
perejil; por eso lo vení escuchando.
RAUL: (Se come
otro salamín) ¿Pero no decí que tiene que estar al aire libre?
JUVENAL: Y bueno por eso te estoy diciendo, yo lo
dejé en la ventana de mí casa, por las dudas le puse el ventilador…no vaya a
ser que…
RAUL: (Que lo
mira sin entender) ¿Para qué el ventilador?
JUVENAL: Para que corra más aire, Raúl; más con el
caloron que hizo hoy, esto es como una criatura, hay que tenerlo en observación
las veinticuatro horas.
RAUL: (Un
nuevo relámpago) Ahora sí me voy a la mierda.
JUVENAL: (Bajando
las escaleras con ¨El llovedor¨) ¿Lo puedo dejar al lado de esa maceta?
RAUL: (Le tira
un trapo) Tapalo con esto, tomá.
JUVENAL: Sacá esa porquería de acá, dame algo un
poco más presentable, no vamos a tapar unos pistones quemados, vamos a cubrir,
a proteger, la revolución de la física,
querido.
RAUL: (le da
una colcha que está colgada en el tendedero) Bueno dale, tápalo con esto y
a la mierda.
JUVENAL: (Tapando
¨El llovedor¨) Nos vamos para arriba, Raulito. Vos tenes que estar contento
como yo. Esta lluvia va a ser mía, mía eh, acordate: la gloria nos espera Raúl,
está a la vuelta de la esquina. Una jornada histórica hoy.
RAUL: (Que no
le cree nada) Bueno, ta bien Juvenal; vamos que se hace tarde.
(Luz que
desciende con JUVENAL y RAUL que se meten a la casa)
ESCENA III
(Taller pequeño,
una mesita y herramientas desparramadas, una lampara ilumina tenuemente el
lugar, un enorme cartel que reza: ¨Compañía de Lluvias Provocadas¨ sobre un
carrito de supermercado ¨El llovedor¨ sobre un banco enchufado, JUVENAL llega
con GRILLO, periodista del pueblo y amigo de ambos, seguido de RAUL)
JUVENAL: (Casi
como un presentador) Señores: sean ustedes bienvenidos a las modestas
instalaciones del laboratorio de investigación meteorológica y estación de
lluvia medular, acá no hay extrencidades
tipo Hollywood ni nada que se le parezca. Sino los más modestos recursos de la
ciencia en el que hemos hecho llover a voluntad, junto a mí compañero de
trabajo, secretario personalísimo y amigo: Raúl Cristaldo Enría.
RAUL: (Avergonzado)
Yo simplemente lo sigo porque soy un amigo, eh; nada que ver, Grillo. Yo, albañil; vos sabes. Yo, otra cosa.
JUVENAL: (Que
sigue con su presentación) Caballeros del éter. Ustedes están al frente de
la revolución climatica. Luego de fatigosas observaciones, obtengo las lluvias
intermitentes de las que voy a proveer a la población en plena sequía. Se
acabaron los pronósticos Grillo; fulminamos el servicio meteorológico con esto. Pero no te hagas problema eh. En el diario podés poner como titular: ¨El cazador
de tormentas¨, o si no, simplemente: ¨El matador de sequias¨.
GRILLO: (Se
ríe) ¿Cómo?
JUVENAL: Podés poner otro título si querés, eh; yo no
tengo problema.
GRILLO: (Está
muy tentado) ¿Me estás cargando?
JUVENAL: (Lo
mira a Raúl, quien mira para otro lado) No, decile Raúl; contale.
GRILLO: (A
RAUL) Éste está jodiendo, ¿no?
RAUL: A mí no me metan.
GRILLO: Bueno, si me llamaron para joder, mejor nos
juntamos a comer un asado y listo, pero
ahora ando apurado, muchachos.
JUVENAL: (Serio)
Pero no te podés ir. Esperá un poco. El otro día en el bar me dijiste textualmente: Si funciona, me
llamás. Te lo publicamos en primera plana: titulares y letra de molde. Así me
dijiste.
GRILLO: (Riéndose)
Te lo decía en joda, pelotudo.
JUVENAL: (Muy
serio) Bueno, pero yo te estaba hablando en serio.
GRILLO: Juvenal, dejate de joder.
JUVENAL: Escuchalo, Raúl; escuchalo, no me cree. Te
lo voy a mostrar, así te cosas la boca.
GRILLO: (Riéndose)
¿A dónde está esa maravilla experimental?
JUVENAL: ¿Qué?, ¿no lo ves?
GRILLO: (Mira
para todos lados) ¿Dónde?
JUVENAL: (Señala
la caja de madera) Acá, papá; acá.
GRILLO: (Va
hasta ¨El llovedor¨, lo mira, luego riéndose) Ésta es una caja de televisor
(quien no para de reírse) con un coso…
¿Un pedal de bicicleta?… (da vueltas el
pedal)
JUVENAL: (Alarmado
y muy serio detiene la vuelta del pedal) Perá, Grillo; me descompaginás las
ondas. Después un quilombazo, empezar de nuevo. Mirá, te muestro el mecanismo… Sencillo pero complicado. Si desenchufo acá: ¿ves? Aprieto el cielo y deja de
llover. Se corta en seco. Cerramos la canilla: ¡y ni una gotera!
GRILLO: (Burlándose
cómplice, le giña un ojo a RAUL quien mira
para otro lado) Bueno, no lo hagas, porque si no te van a agarrar los gringo
del campo, y te van hacer fiambre el aparato.
JUVENAL: Mira, Grillo; te explico. Este botón es para
lluvias intermitentes; este otro para vientos y chaparrones.
RAUL: (Le
muestra el diario a JUVENAL) Lee: estaba pronosticado, Juvenal.
JUVENAL: (Agarra
el diario y lee) Habrá sido una casualidad. Una… una… grandísima casualidad. Estas lluvias son mías, Raúl, mías. Vos
viste que yo enchufé y… se largó. Contale lo de la otra noche; contáselo al
Grillo.
GRILLO: (Lo
mira cómplice a RAUL y se ríe) Bueno, parece que los fabricantes de paraguas
se van a fundir.
JUVENAL: Bua, no se si tanto así. Mí idea apenas es
colaborar: ser solidario con el desarrollo científico de nuestro país. Miren
que acá solamente tenemos a Houssay, a Leloir, y a Milstein. Y pará de contar
neuronas. Nosotros necesitamos de nuevos referentes que representen bien al
país. Que lo dejen bien parado de una buena vez por todas, digámoslo así, con
toda humildad: un bocho nacional tenemos que tener nosotros.
GRILLO: (Le
giña el ojo a RAUL) Y ahí apareces vos, iluminado, bajando las escaleras de
los pabellones científicos más destacados del planeta, y un arcoíris de fondo.
JUVENAL: Bueno, no tan así que digamo, pero…
seríamo: los primeros en manejar las precipitaciones mundiales. Con el
llovedor, podríamos hacer llover hasta en el desierto del Sahara, ¿se imaginan?
Los árabes sembrando alfalfa, criando vacas. Pero ojo, eh. Yo me conformo con
llevar el agua a los hermanos del norte. Después, lo otro viene solo.
GRILLO: (Le
vuelve a guiñar el ojo a RAUL) ¿Y los camellos?
JUVENAL: (Serio)
Y los camellos que se vayan a freír
churros. Se acabó la seca, Grillito. Hasta una selva en el Himalaya podríamos
sembrar, esta es la clave, el dedo gordo de la creación muchachos. Y les aclaro
algo: para esto no se necesita muchos dólares: apenas un buen corazón.
GRILLO: (Mira
el reloj) Bueno yo no estoy al pedo muchachos; me voy (riéndose). Y pará la tormenta, que se mojan las milanesas. Qué digo. Me voy a comprar el asado para esta noche. Total, vos parás la lluvia a voluntad,
¿no? (se ríe y se va yendo).
JUVENAL: (GRILLO
se va yendo, JUVENAL lo persigue gritando) Esperá, Grillito desenchufe. Cerrá el paragua si querés. Ya está parando. Acordate de sacar la nota en el
diario, eh.
RAUL: (Se
acerca a JUVENAL) Yo también me piro, Juvenal.
JUVENAL: Pará Raúl, ¿vos también?
RAUL: (Se tapa
con el saco para salir) Nos vemos el sábado. Chau.
(La luz empieza a descender, se escuchan
relámpagos y llueve más fuerte que antes, JUVENAL agarra un manual y unos anteojos chiquititos, que se
pone para leer, mientras toca botones de la caja).
ESCENA IV
(Patio de la casita
de RAUL. JUVENAL obstinado prepara ¨El llovedor¨ al que le cuelgan unos trapos
rotosos de color naranja medio gastado)
JUVENAL: (Volviendo
de adentro, envuelto en bolsas que improvisa una suerte de piloto) ¡Que
quede claro, eh! Acá está el diario y no anuncia lluvia, para que después no hayan
malos entendidos. Y si no, fijate si el burro de Loreti está de cola hacia el
sur.
RAUL: El burro de Loreti siempre está de cola hacia
el sur.
JUVENAL: (Mirando
el cielo contento y Teatralmente)
Pero hoy llueve Raúl, mirá cómo. Como están de coso… de loca las
hormigas. Mira cómo caminan por todos lados; hacen caminitos: van y vienen. Escucha, ¿ois? Cantan los sapos; hay olor a jarilla fresca. Hoy llueve, hermano,
llueve.
RAUL: (Que se
ha quedado mirando El llovedor largo rato) Che, Juvenal: decime una cosa.
¿Para qué mierda le colgaste esos trapos?
JUVENAL: ¿Qué no sabes?
RAUL: (Desorientado)
No.
JUVENAL: El gauchito Gil Raúl: el Gauchito Gil.
RAUL: Pero, los banderines son colorado.
JUVENAL: (Vuelve
a meter su cabeza dentro del llovedor) Y bueno, el naranja es lo más
parecido al rojo, ¿o no?
RAUL: (Tocando
los trapos llenos de polvo) Más que naranja es un amarillazo.
JUVENAL: Se destiñó un poco, nada más.
RAUL: ¿Y para qué el Gauchito Gil?
JUVENAL: Le tengo encargado el llovedor. Le hice una
promesa y todo. Pero el Padre Juan me dijo que le prenda una vela a Santa
Escolástica, que le haga una oración de diez minuto y quince segundos. Pero
yo, por las dudas, le prendo una vela a los dos. Si no es con uno, es con otro.
RAUL. Me parece que a estas alturas terminas
prendiendo un cirio.
JUVENAL: Epa, pará un poco. Un poquito más de
optimismo Raúl. Además fijate. (saca un
radiador oxidado y se lo cuelga a la antena que se desploma cómicamente) Traje
el radiador para que haga enganche con la antena. ¿Sabés cómo atrae esto? Me lo
dio el loco Rivero. Tomá, me dijo. Esto para antena anda de día, a ver si me
traes la piedra y se me llena el taller de clientes. Y me dijo: "después revoleo
todos los santos de la repisa y te pongo a vos, como Santo Mastropiero". Así me
dijo: Loco, hijo de puta.
RAUL: (Que lo
mira raro) Voy preparando el fuego para el asado mejor.
JUVENAL: ¿Qué asado? Acá asado no, Raúl…
RAUL: ¿No nos juntábamos para el asado?
JUVENAL: Sí, pero hacelo en el horno. Nos ves que voy
a traer la sudestada. Y antes que me olvide. Prepará fuentones por si tenés
goteras en casa. Avisale a la Bruja (mete
la cabeza adentro de la caja). No hay razón científica para que ahora no me
arranque.
RAUL: (Se lo
queda mirando, luego se le acerca) Con una mano en el corazón, Juvenal. Pero
de verdad, eh... ¿Vos pensás que esta caja con tanta porquería adentro nos va a
traer una sudestada? De verdad te lo pregunto, eh; no te ofendas.
JUVENAL: Si, te lo digo así, con una mano… en el
pecho. Postá que hoy se llueve todo, Raúl. Si hasta le dije a Presa que no se le
ocurra organizar el campeonato de bochas a la interperie.
RAUL: ¿Eso le dijiste a Presa? ¿Y qué te dijo el
viejo?
JUVENAL: (Adentro
de la caja, mete aceite con un embudo) Casi me manda a la mierda. ¿Sabés
hace cuánto vienen organizando ese campeonato, ¿no? Pero pará. Que ni bien caiga
el agua el viejo se acuerda de mí: creer o reventar, que hoy se destripa el
cielo.
RAUL: Y así como vamos me parece que termino
reventando.
GRILLO: (Picaresco
y sonriente, aparece GRILLO) ¿Qué tal? ¡Cómo le va, señor llovedor? ¿Qué lluvia
nos va a fabricar hoy? ¿De cuántos milímetros?... ¿Habrán ráfagas de viento
también?
JUVENAL: ¿Qué haces Grillito! Acá andamio. Ahora sí
se va a venir un lluviazon de aquellos. Decile al meteorólogo ese del diario
que anote y no diga pelotudeses.
GRILLO: (Le
guiña el ojo a RAUL) A la pucha, vamos a ver, no vaya a ser que traigas una
lluvia ácida, eh.
JUVENAL: ¿Trajiste el móvil no?
GRILLO: Pero, claro que sí; lo prometido es deuda.
JUVENAL: (Entusiasmado)
¿Salimos en vivo?
RAUL: (Viene
con una bandeja con vasos y una cerveza) ¿Qué móvil?
GRILLO: (Burlón)
Traje el micro de la radio, nuestro compañero, aquí presente. La gran eminencia
pluviométrica va a salir en vivo en el noticiero anunciando su verbo inflamado
cuando enchufe su creación.
RAUL: (Desconcertado)
¿Cómo?
JUVENAL: (Feliz,
sonrisa de oreja a oreja) Lo que escuchás, Raul: para toda la radioaudiencia
de Tirolesa, y la zona. Hasta en Jesús María me van a escuchar.
RAUL: (Preocupado)
¿De en serio me estás diciendo?.
GRILLO: Vos tranquilo, que el que va a parlar es
nuestro amigo, ¨El llovedor de Tirolesa¨ se apodó así ahora, ¿no es cierto,
Juvenal?
JUVENAL: Humildemente, por supuesto.
GRILLO: ¿Estamos listo?
JUVENAL: Más listo que a propósito.
GRILLO: (Le da
el micrófono y se lleva un cable hacia el interior de la casa) Lo enchufo,
Raulito.
RAUL: Dale tranquilo, pero eso sí, no digás que
estás en mí casa, eh: que no se te vaya a escapar.
JUVENAL: ¿Y dónde voy a decir?
RAUL: No sé, inventá; decí que estas en el medio del
campo, qué sé yo.
GRILLO: Tiene razón, y yo te hago una vaca de fondo. (gime como una vaca y se ríe) Es para
crear más expectativa.
JUVENAL: (Examinando
el micrófono) Está prendido esto, ¿no? (probando)
Hola, ohhh, ohhhhh…
GRILLO: ¡No! ¡Pará! Lo enciendo y largás.
JUVENAL: ¿Ya está? (GRILLO asiente con la cabeza. Su voz se escucha como si fuera por
altos parlantes: quizá la imaginación de JUVENAL) Bueno, hem. Señoras y
señores de la querida Colonia Tirolesa, y pueblos vecinos. Les habla Juvenal
Mastropiero. En estos momentos, estamos en el medio del campo, a poco
kilómetros de nuestra querida comunidad. Me encuentro a punto de enchufar una
unidad modelo, no por un capricho de un cerebro dedicado a la ciencia, sino
para que ustedes puedan seguir el ritmo de mis tareas frente al colosal
descubrimiento de una única máquina en su especie que nos traerá lluvias y
chaparrones, sudestadas y, hasta prometo, temporales para que quede claro de su
alto potencial. De esta manera, puedo dar órdenes al manto atomsferico, con sólo
enchufar el mecanismo del llovedor, que nos hará quedar en la historia de los Guines.
GRILLO: (En la
oreja de GRILLO que se ríe muy tentado) De los Güiles.
JUVENAL: (No se ha percatado de lo que dijo GRILLO)
Para ello, cuento con mi colaborador... (RAUL
le pide que no lo nombre, le hace todo tipo de señas) Raúl Cristaldo Enría,
vecino de la localidad gringa de Colonia Tirolesa. Y también, gracias al
periodista más honesto que tenemos en el pueblo: el amigo Grillo Saturnino.
Presentado los colaboradores de esta magnifica experiencia, me dirijo a
enchufar el llovedor para iniciar las labores técnicas necesarias para egendrar
la lluvia que tanto hace falta a nuestros pueblos de la zona. Dejo claro que no
se pronostica en el diario lluvias para hoy, por lo que, si se desata el
ferviente aguacero, será producto de esta fórmula exponencial que he
desarrollado con los años de investigación y de arduo trabajo a pulmón.
Procede a enchufar, se lleva el cable hasta el interior de la casa, luego viene con el cable del micrófono hasta GRILLO.
Te olvidaste de conectarlo Grillo.
Procede a enchufar, se lleva el cable hasta el interior de la casa, luego viene con el cable del micrófono hasta GRILLO.
Te olvidaste de conectarlo Grillo.
GRILLO: (Tentado
pero disimulado. RAUL explota de risas) Uy, sí; tenés razón; no me di
cuenta.
RAUL: Bueno, zafaste: por lo menos no vas a pasar
vergüenza delante del pueblo. Mejor que lo hagas delante nuestro que somos tus
amigos.
JUVENAL: Pero Grillito, no me durmás así; vos me
dijiste que me ibas a sacar en vivo.
GRILLO: (Riéndose
a carcajadas; casi no puede hablar) Cómo te voy a sacar en vivo hermano, si
el programa ya terminó. Pensé que te ibas a dar cuenta de la joda, boludo.
JUVENAL: (Una
braza) Ah, mira vos; era una joda. Así que una... Mirá.
GRILLO: No te calentés. Queríamos hacerte un chiste
nomas; no te ofendás, mí viejo. ¿Por qué no preparamos el asadaso, eh? Estoy
cagado de hambre.
JUVENAL: (Explotando)
No, señor. El asado un cuerno. Acá vinimos para enchufar el llovedor. Asado
nada.
RAUL: Acá no grites que no vendés nada, eh.
GRILLO: Mejor vamos prendiendo el carbón, Raúl. Dale.
JUVENAL: (Agarra
la bolsa de carbón) Qué carbón ni que carbón. Acá vinimos a probar el
llovedor y es lo que vamos hacer.
GRILLO: El llovedor lo tenes en tú cabeza viejo;
dame esa bolsa de carbón.
JUVENAL: Vos... porque desconfiás del método.
RAUL: Soltá el carbón, Juvenal.
GRILLO: (Se
ríe para ofuscarlo) Por favor, no le podés llamar método a esa
improvisación; es poco serio: poco ético. Te lo digo como amigo que soy.
JUVENAL: Ninguna improvisación. Más de un año y tres
meses en el laboratorio… haciendo pruebas y contrapruebas que hacen a la
mecánica… a la columna vertebral de toda esta invención…
RAUL: Lo que Grillo quiere decir es que no te
podemos creer que una caja de televisor de catorce pulgadas pueda originar
lluvia, y encima a voluntad, es demasiado, Juvenal. Dejate de joder y danos el
carbón.
JUVENAL: (Con
la bolsa de carbón en la mano) Y bueno, entonce hagamos la prueba, los pingos
sobre la cancha. La lluvia de esta noche viene del norte: va a llover en toda
la comarca. Fuerte y parejo. Sesenta milímetros de agua: anoten eh, anoten. (de pronto sale humo de adentro del Llovedor
) Uy, ¡la puta madre! (JUVENAL agarra un
trapo y lo intenta apagar) ¡Ayúdenme, carajo! No se queden ahí parado.
GRILLO: (Ríendose)
Hacemo el asado ahí adentro, trae la parrilla, Raúl.
RAUL: (Aprieta
un sifón de soda sobre el llovedor) A la mierda: qué tanto.
JUVENAL: (Fuera
de si) Pero que hiciste, Raúl. Cómo le… Cómo carajo se te ocurre… Tirarle con
soda…
RAUL: Te lo salvé y encima te quejás.
JUVENAL: (Preocupado
sobre la caja) Me lo dejaste hecho sopa, boludo.
GRILLO: (Riéndose
a carcajadas) Para la próxima llamamos a los bomberos, no te preocupes.
JUVENAL: (Revisa
preocupadísimo el llovedor y lo abanica con un diario) Levanto un poco de
temperatura nada más; eso es todo; nada para alarmarse.
GRILLO: (Que
sigue riendo muy tentado) A lo mejor en vez de atraer el agua, atrae el
fuego. ¿Tú qué sabes?
RAUL: Vamo haciendo el asado, Grillo: vamo, que se
hace tarde.
GRILLO: (Que
sigue gozando a JUVENAL) Si, antes que se venga el huracán asesino.
JUVENAL: (Agitando
un diario sobre la caja que humea) No van a llegar, hagan todo lo que
quieran. Asado llovido van a tener, pasado por agua. Cambió el viento y se lo
traigo en zonda; lluvia en bucle, qué mierda.
(GRILLO abre la
bolsa de carbón con RAUL que trae una parrilla, JUVENAL los mira apartado,
mientras que abanica un diario sobre la caja incendiada)
ESCENA V
(La casa de JUVENAL, cocina un poco oscura. Él está llegando con ¨El llovedor¨. MABEL lo descubre en esa oscuridad).
MABEL: ¿A vos te parece que estas son horas de
venir?
JUVENAL: (Desanimado,
vine con la máquina humeante y sobre un carrito de supermercado, su rostro una
sola tristeza) Estaba con los…con los muchachos…estaba…
MABEL: (Es una
fiera) Qué mierda me importan los muchachos. No me dijiste nada.
JUVENAL: (Agacha
la cabeza como una tortuga) Sí, te dije hoy al mediodía que iba a probar el
llovedor en la casa de Raúl; te lo dije como tres veces.
MABEL: ¿Y?... ¿Ya te contrataron del servicio
meteorlógico nacional?
JUVENAL: Ya vas a ver que con el tiempo, ya vas a
ver, van a poner una placa de bronce acá, una placa de bronce, bien grande,
acordate, bien grande.
MABEL: (Irónica)
Ah sí, claro, una placa o varias…como las del cementerio…
JUVENAL: (Comiendo
un pedazo de pan) Hoy no anduvo muy bien la batería, encima se quemaron los
cables, me cago en la mierda. Pero la voy a arreglar... Es cuestión de...
MABEL: Vos te tenes que arreglar. Dejá esa
fantochada de querer hacer llover. Pero esto se terminó. A la mierda con esas
ralladuras que tenés.
JUVENAL: ¿Ves como sos? ¿Ves? No puedo llegar acá
que ya me soltás los perros: un doberman gigante... y me quedo corto: un león me
largás.
MABEL: (Por el
llovedor) A ver si ese garguero te salva de lo que se te viene.
JUVENAL: (Desafiante
y agrandado de golpe) ¿Qué se me viene eh? ¿Qué? A vos lo que te jode es
que me voy a recorrer el país, eso te jode. Que vaya a soplarles… A Coso. A
auyentarles la seca que tienen arriba. Hay pueblos que hasta el tanque del agua
no tiene una gota. No tienen agua para
los cultivos, para los animales. Voy a ir donde me necesite el pueblo: la gente. Ahí seguro me voy.
MABEL: (Doblando
ropa) Ah, claro. Ahora sos un salvador: San Juvenal te van a bautizar a vos.
¿Y con qué plata te vas a ir a tú gira heróica?
JUVENAL: (Revisa
dentro del horno, mete adentro la cabeza completamente) No sé. Me tengo
que… organizar. ¿Qué hay de comer?
MABEL: Nada. No hay nada.
JUVENAL: (Con
el pan en la boca lleno de migas) ¿Cómo?
MABEL: Y te aviso que me voy de la casa. Me piro.
JUVENAL: Eh…
MABEL: Mirate lo que pareces. Un asco sos.
JUVENAL: (Sin
reacción, un sonámbulo) ¿Adónde te vas?
MABEL: (Pone
la ropa en un bolsito) Me voy a lo de la Negra. Entre las dos nos vamos
ayudar para vender la ropa.
JUVENAL: (Está
empezando a caer) ¿Cómo?
MABEL: Lo que escuchás. Me cansé, me podrí. No me
voy a quedar acá para ser la vergüenza del barrio, no señor.
JUVENAL: Pero…no te podés ir… No me podés dejar.
MABEL: (Viene
con las cortinas hecha un bollo) Yo me tendría que haber fugado hacer rato.
JUVENAL: (La
mira desencajado) Pero, Mabel…
MABEL: ¿Queríaas que me fuera? ¿Eso querías? Se te
cumplió, se te dió. ¿Tas contento?
JUVENAL: ¿Las cortinas también te las llevas?
MABEL: (Doblando
las cortinas) La única tarada que te
aguantó todos estos delirios fui yo, pero basta. Toqué fondo con vos. Se acabó. Hasta tus amigos te escapan como enemas. Se dieron cuenta de quién sos... Y yo no
voy a mantener a un tipo cincuentón que se le dio por "inventar la lluvia".
JUVENAL: Mis amigos me quieren. Raúl es mí
colaborador, mi mano derecha. Es. ...Y el Grillo… El Grillo, ¿sabés qué?... Uno de estos
días me saca en el matutino y en primera plana, me dijo el otro día.
MABEL: Raúl se esconde como un caracol de vergüenza
y el Grillo se te vive cagando de risa: date cuenta que te tienen por queso a
vos.
JUVENAL: Porque no saben que las lluvias de los
otros días eran mías: esas lluvias eran mias.
MABEL: (Irónica)
¿Y la de esta noche? ¿No ibas hacer llover hoy?
JUVENAL: Ya te dije, tengo que arreglar la batería,
la tengo en orzai, le pongo unos torniquetes y listo.
MABEL: (Sigue
metiendo cosas adentro del bolsito) Los torniquetes ponételos vos; inventá
otro cuento, Juvenal. Estás peor que los borrachines esos del bar de Rulo, es
más, por ahí te podés empezar a sentar con ellos y contarles de tus inventos. Deciles que vas a hacer llover vino: vas a ver cómo te aplauden y te festejan. Ahí sí que te consagras.
JUVENAL: Burlate noma, no me calienta. Yo sé que acá
dejo un gran descubrimiento para mí país; hasta los Rusos lo van a reconocer.
MABEL: El descubrimiento de los milagros, de las
casualidades, (cantando burlonamente)
qué llueva, qué llueva: Juvenal está en la cueva... Así te van a terminar cantando,
payaso.
JUVENAL: Bueno, sabés qué vamos hacer entonce. Yo
mañana la arreglo y la enchufo acá adentro. Te vas a ir con lluvia a lo de la
Negra.
MABEL: (Se
cuelga el bolso) Soña, querido, soña. A vos no te ayuda ni el aguacero de
Santa Rosa.
JUVENAL: (MABEL
se ha retirado golpeando la puerta) Santa Rosa la traigo yo, ¿escuchaste? (Se va hasta la cocina, pero luego vuelve
hecho una furia hacia la puerta gritando aunque MABEL ya se fue) ... ¡Ya vas a
ver!, ¡que Santa Rosa, un tornado te voy a traer! Y después no me vengas a
buscar, eh… no me…no me vengas a...
(La luz empieza
a descender con JUVENAL que patea la mesa, se sienta desanimado y mira
pensativamente ¨El Llovedor¨)
ESCENA VI
(Taller de la casa de JUVENAL, él está sobre ¨El llovedor¨ con la lámpara adentro de la caja. Tiene barba de días, cabello mal peinado, el delantal está manchado. Diríase que está en completo abandono de su persona. El foquito titila que casi se apaga, hay mucho desorden. RAUL golpea las manos desde afuera; por ahí se escucha un perro que ladra)
JUVENAL: (Su voz está un poco ronca, sus ojos chiquitos) Dale,
pasá, Raúl, pasá.
RAUL: (por el
llovedor) ¿Todavia seguís con ese chirimbolo?
JUVENAL: Y qué querés que haga. Debo el alquiler
hace tres meses. No tengo un mango para pagar ni siquiera un café con leche. Ya
me dijo Pequellín: llename el aljibe de agua y yo te doy un par de pollos, y
ponedoras Raúl eh, nada de gallitos duros, ponedoras.
RAUL: (Alcanza
a ver una mortadela con una antena de televisor encastrada sobre un mueble) ¿Y
eso?
JUVENAL: Ah, porque leí en una revista de que cómo es… de…de
ciencias…que la cola de caballo atrae la tormenta.
RAUL: ¿Y qué tiene que ver la mortadela?
JUVENAL: ¿Y no es carne de caballo acaso?
RAUL: ¿Y ahí la pones?
JUVENAL: Tiene que mirar al sur, como el burro de
Loreti, al sur, por eso, por ahí le tengo unas ganas, pero… pienso en otra
cosa. Fijate que el tero de Mansilla se metió en la chosita, de acá lo veo, eso
es porque el bicharraco sabe que llueve o llueve.
RAUL: Ta muy despejado afuera, eh, y el tero de
Mansilla está abriendo el pico del calorón que tiene, te digo más, se está
asando vivo el bicho.
JUVENAL: Mirá que si le gano al tiempo, los
cincuenta pesos que tengo en el bolsillo se van en un champán, te lo juro,
aunque me gusta más la ginebra con coca, pero por esta vez y porque estás vos, compro hasta chandon. (le alcanza un paraguas) Tomá, Raúl, dale,
tomá; que cuando salgás te vas a empapar todo. No te doy la sombrilla porque
está hecha bosta. Tomá, dale, haceme caso. Abrilo tranquilo, no soy
supertuicioso. Abrilo acá adentro si querés.
RAUL: (Rechazándolo)
No, viejo, gracias. Vine por un ratito. Yo me voy.
JUVENAL: ¿A dónde te vas? Tenemos toda la noche por
delante y vos… ¿te queres escapar ya? (abre
su paraguas, toca unos botones) No te hagás problema. Lo tildé en una suave
llovizna.
(De pronto una
explosión, saltan chispas, se corta la luz, plena oscuridad).
RAUL: ¿Estás bien, Juvenal?
JUVENAL: Sí, Raúl, perá que saltó la…La térmica creo. Capta mucha energía esto.
(Vuelve a saltar
chisperio en la oscuridad)
RAUL: ¿Qué hace, Juvenal?
(Vuelve la luz,
se lo ve a JUVENAL con dos cables agarrado)
JUVENAL: Era esto…se ve que…al chocar este con este
otro.
RAUL: Pará, pelotudo…
(Choca los
cables, nueva explosión y chisperio y otra vez oscuridad total, pero vuelve la
luz nuevamente)
JUVENAL: Bueno, era eso lo que…hizo volar todo a la
mierda…
RAUL: (Asustado)
No lo toqués más; dejalo así mejor, no vaya a ser que...
JUVENAL: (Con
una sonrisa, contento) ¿Viste como se prendieron las luces de emergencia, ¿no?
RAUL: (Que
tiene miedo) Sí vi, pero no metás más la mano ahí, dejalo así mejor.
JUVENAL. Tranquilo que tiene disyuntor, eh. Bien
completito lo hice, además mirá (le
muestra un cuaderno sucio y rotoso) acá lo tengo, el mataburro, dejo todo
indicadito por si alguien retoma el trabajo siestero que me tomé todo este
tiempo.
RAUL: Juvenal te tengo que pedir algo.
JUVENAL: (Hundiéndose
en el llovedor) Si es una lluvia tengo anotado a todo el barrio eh, pero
por vos hago una excepción, pedí nomá, pedí que te la preparo cuando quieras
¿Cómo la queres? ¿Finita, con garua, con viento, arremolinada?
RAUL: Me cuesta porque sos mí amigo… pero… te voy a
pedir que no vayas más a casa, a Teresa no le gusta, viste como es la
gente, hay así como un rumor sobre vos…
y bueno.
JUVENAL: (Despreocupado
revisa el llovedor) ¿Qué rumor?
RAUL: Es como que te…que te encasillaron… de todos
modos yo te voy a venir a ver cada vez que pueda, me hago una escapadita.
JUVENAL: (Enchufando
¨El llovedor¨ muy sonriente, casi no lo ha escuchado a RAUL, está en su mundo) Esta
lluvia va a ser mía Raul, ponele la firma y el sello, acordate cuando te
acostés allá en tú casa, cuando sientas las primeras gotas.
RAUL: (Lo
quiere abrazar, pero le pasa la mano) Chau, hermano, suerte, cuidate.
JUVENAL: (RAUL
se retira, JUVENAL no advierte que RAUL se ha ido) Esta va a ser una lluvia
grande, histórica y con Arco Iris Raul, eh, con arco iris… (se da vuelta y se encuentra con que no hay nadie) Raúl… (lo busca en la puerta) Raúl… ¿Dónde te
metiste? (mira la mortadela en el mueble)
pero ma si, qué tanto (baja la
mortadela, le corta un pedazo y come) No importa, con esto me consagro… y
definitivamente (empieza a tocar botones)
ahora sí… (se sienta con ¨El
Llovedor¨ en su falda, allí se queda con paragua abierto y comiendo mortadela)
Hoy lluvia… (otro mordiscon a la
mortadela) de abajo y para
arriba…lluvia… (la luz empieza a bajar,
suena de fondo ¨Que se viene el agua¨ por Cuarteto Leo. JUVENAL mira hacia el
cielo esperando la lluvia, hace girar el pedal de bicicleta y otra vez chispas,
la luz se apaga muy de a poco).
TELON FINA