MALINCHE SHOW
DE
WILLEBALDO LÓPEZ
P E R S O N A J E S
MALINCHE
PRESTANOMBRES
UNO
PRESTANOMBRES DOS
PRESTANOMBRES
TRES
GRINGO
EUROPEO
MONJA
HERNÁN
CORTÉS
CUAUHTÉMOC
MARTÍN
CORTÉS
P R I M E R A C T O
UNA ESPECIE DE
TELARAÑA MAQUINARIA CON PARTES MUY VIEJAS Y OTRAS NUEVAS Y MODERNAS, LLENA GRAN
PARTE DEL ESCENARIO. TODA ESTA MAQUINARIA PARECE CONVERGER EN DOS BRAZOS
MECÁNICOS QUE SOSTIENEN A UNA MUJER VIEJÍSIMA QUE CUELGA Y QUE TRABAJOSAMENTE SE
SOSTIENE EN PIE; SU VESTUARIO ES PREHISPÁNICO Y SUS RASGOS
INDÍGENAS.
ESCUCHAMOS VOCES QUE SE ACERCAN DANDO GRITOS AUTORITARIOS Y VEMOS SURGIR
ENTRE LOS ENGRANES Y DESLIZÁNDOSE ÁGILMENTE POR LOS BRAZOS MECÁNICOS DE LA
MÁQUINA A DOS HOMBRES MADUROS Y A UNA MUJER; TODOS CON UN GRAN LETRERO EN LA
ESPALDA QUE DICE: “MANTENIMIENTO MALINCHE”. LOS TRES CARGAN MALETINES DE
MÉDICO, CAJAS CON HERRAMIENTA Y GRANDES MOCHILAS. SE ESCUCHA UNA MÚSICA DE
INTRODUCCIÓN Y LOS PRESTANOMBRES CANTAN Y BAILAN FESTIVAMENTE SIEMPRE SEÑALANDO
Y RELACIONANDO A LA VIEJA.
PRESTANOMBRES,-
¡Aquí está, aquí está la Malinche! ¡Mírenla! ¡Aquí está, aquí está la
Malinche! ¡Véanla! ¡Sigan, sigan, sigan su ejemplo, sigan su traición! ¡Sigan,
sigan, sigan su ejemplo, sigan su lección! ¡Aquí está , aquí está la Malinche!
¡Mírenla!.
LA MUJER LANZA
QUEJIDOS LASTIMEROS Y PARECE COMO SI SUS BRAZOS Y SUS LARGOS CABELLOS CANOS SE
ENTREMEZCLARÁN CON LAS CUERDAS Y LOS MECANISMOS QUE LA SOSTIENEN. LOS QUEJIDOS
DE LA VIEJA MADURAN EN LAMENTOS Y NOS DEJA OIR SU DESESPERACIÓN Y SU
ANGUSTIA.
MALINCHE.- ¡Ya
nooo!… ¡Ya noooo! ¡Bastaaa! ¡Ya nooo!… Quiero escuchar mis lamentos, quiero
oírme llorar.
¡Basta! (MIRA
HACIA LOS PRESTANOMBRES CON MUCHO MIEDO) ¿Por qué no dejan que se escuchen mis
gritos?… ¿Por qué no dejan que sea mi propio llanto el que ahogue mi voz? Ya
estoy muy vieja… Estoy cansada de reír ante las injusticias. ¿Por qué no se
buscan una actriz?
PRESTANOMBRES
DOS.- Vamos a ver, vamos a ver… ¿Qué te pasa, Malinche? ¿Otra vez con tus
achaques?
MALINCHE.-¡No se
acerquen!… ¡Ya no!… ¡Lárguense de aquí! ¡Déjenme morir!… Se los suplico. Ya no.
Ya no me hagan vivir… Denme la paz.
PRESTANOMBRES
DOS.- ¿Estás loca?… ¿Y luego qué vamos a hacer sin ti? Eres la estrella del
show.
MALINCHE.-Ya me
usaron demasiado… ¿Qué no tienen llena?… ¡Contesten! ¿No tienen
llena?
PRESTANOMBRES.-
(TODOS CANTAN Y BAILAN)
Te queremos, te
queremos
te queremos
explotar,
por eso es tonto
que pienses
que nos podemos
llenar.
Te daremos mil
cariños
masajes y
bienestar,
vitaminas y
calmantes
para que puedas
durar.
Cuatro siglos
tienes viva
y te bajamos la
edad;
pero mil años
nosotros
te debemos
conservar.
Te queremos, te
queremos
te queremos
explotar,
por eso es tonto
que pienses
que no podemos
llenar.
Masajes,
ajustes, chequeos y pastillas,
calmantes y
alguna excitante inyección
con gusto te
damos Malinche querida
enchidos de gozo
y veraz devoción.
Somos todos
tuyos.
Somos tu
creación.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Ultimamente te estás volviendo insoportable. Malinche. Debes cooperar un
poco.
MALINCHE.-¿Les
parece poco todo lo que les he ayudado, quinientos años?
PRESTANOMBRES
UNO.- No seas presumida, Malinche… No solo tú nos has ayudado. En primer lugar
está Hernán Cortés.
MALINCHE.-¿Cortés?… Cortés, Cortés… De no haber sido por mí… ¡Ese nunca
nos hubiera conquistado!
PRESTANOMBRES
DOS.- No le restes méritos al viejo, Malinche…
MALINCHE.-Yo fui
su lengua frente a los nuestros y frente a los embajadores de
Moctezuma.
PRESTANOMBRES
UNO.- También Gerónimo de Aguilar.
MALINCHE.- ¡Ese
no servía para nada! Gerónimo de Aguilar solo sabía Maya. Yo fui la que le
enseñó a Cortés como triunfar en estas tierras. ¡Soy culpable! Y ya no les voy a
ayudar. ¡Ya no!
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¿Y el show?… ¿Qué vamos a hacer?
PRESTANOMBRES
DOS.- (LEVANTAN A LA MALINCHE Y TRATAN DE QUE CAMINE) Vamos a ver, Malinche …
¿Qué te ha provocado ese mal humor?… (LA HACEN CAMINAR LENTAMENTE) ¿Te han
vuelto a molestar tus reumas?
MALINCHE.-¿Por
qué son tan crueles?… ¿Por qué le ayudan tanto a mi desgracia? Déjenme
morir. Ya no les sirve de nada mi traición.
PRESTANOMBRES
MUJER.- No hables de traición, Malinche… ¡Es una palabra muy fea! Todo lo que tú
hiciste fue para bien. Le abriste las puertas a una nueva cultura y a la
verdadera religión. ¡Eres la madre del progreso!
MALINCHE.-¿La
madre del progreso?… ¿Del progreso de quién?
PRESTANOMBRES
MUJER.- De todos los mexicanos.
MALINCHE.- (CON
ANSIEDAD A LOS PRESTANOMBRES) ¿De todos los mexicanos?… ¿Están seguros de que
les traje el progreso a todos los mexicanos?
PRESTANOMBRES
MUJER.- Bueno, de casi todos. El progreso lo aprovechan los mexicanos más
listos.
PRESTANOMBRES
DOS.- El mundo es de los listos.
MALINCHE.-(CON
TERROR) El mundo no es de los más listos, sino de los más sinvergüenzas… ¡Como
ustedes!
PRESTANOMBRES
MUJER.- Como tú.
MALINCHE.- Yo
fui engañada por Cortés, me dijo que sus conquistadores eran lo mejor para mi
mundo. Pero ustedes no. Ustedes saben muy bien la clase de porquería que
representan.
PRESTANOMBRES
DOS.- Nosotros te cuidamos.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Yo te admiro tanto, Malinche!
MALINCHE.- ¿Por
las sinvergüenzadas que me obligan a hacer?
PRESTANOMBRES
UNO.- ¿Cuáles sinvergüenzadas?… Es un gran show.
MALINCHE.- ¡Son
puras mentiras!
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Oh, no inventes!. Eres la estrella.
MALINCHE.-Ya me
cansé de engañar a diario a la gente. ¿Qué no se cansan ustedes?
PRESTANOMBRES
MUJER.- Tu labor sirve mucho.
MALINCHE.-¡Claro! Les sirve a ustedes.
PRESTANOMBRES
DOS.- Sirve a todos. Brindas distracciones.
MALINCHE.-Y
confusiones.
PRESTANOMBRES
MUJER.- (AL VER QUE LA MALINCHE LA MIRA CON FIJEZA) ¿Qué pasa?… ¿Por qué me
miras así?.
MALINCHE.-Miro
la poca dignidad que te ha quedado.
PRESTANOMBRES
MUJER.- (FURIOSA) ¡Malinche!…
MALINCHE.-
(MATERNAL) ¿Por qué no te unes conmigo?… (LA MUJER SE DESCONTROLA) Ya no sigas
cooperando para engañar a los mexicanos.
PRESTANOMBRES
MUJER.- (MIRA CON DESCONCIERTO A LOS OTROS) ¡Basta, Malinche! No me vas a
engatusar.
MALINCHE.-(SIGUE
MATERNAL) Los que te engatusan son ellos. Te utilizan. Te han vuelto una cosa
que puede ser vendida y comprada y utilizada para sus fines.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¿ Tú crees que hacen eso?
MALINCHE.- Para
ellos nunca serás un ser humano… no eres más que una… una de esas.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¿Una prostituta?… ¿Y tú que eres, Malinche?
MALINCHE.-(AMARGA) ¿Yo?… Yo solo fui la puerta del país a las peores
intenciones que vinieron del extranjero.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¿Qué fue lo que tú hiciste con Cortés? ¿Acaso no fue con tu ayuda que
pudo entrar? Y acuérdate, Malinche… acuérdate bien, tú no solo les abriste las
puertas a su conquista,… les abriste otra cosa. (RÍE GROSERAMENTE).
PRESTANOMBRES
UNO.- Y no la abrieron por la fuerza como a las demás indias… Ella se abrió por
su propia voluntad. (RÍE A CARCAJADAS).
MALINCHE.-¡Basta!
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Tú fuiste la primer puta de México!
MALINCHE.-
¡Basta digo!
PRESTANOMBRES
UNO.- Llenaste todos los requisitos y por eso te contratamos para el
show.
PRESTANOMBRES
DOS.- Tú te sigues abriendo por nosotros. ¡El Malinche
Show!
PRESTANOMBRES
UNO.- ¿Y nosotros?… A cobrar. (RISAS ESTREPITOSAS).
MALINCHE.-¿No
les da remordimiento dañar a tanta gente?
PRESTANOMBRES
DOS.- No, les conviene a miles.
MALINCHE.- ¿Y
los millones que por culpa de ustedes son explotados se mueren de hambre, qué?
¿No cuentan? Por su culpa son unos dejados y acomplejados.
PRESTANOMBRES
MUJER.- (DESPECTIVA) Aaah… esos.
MALINCHE.-¡Sí!
¡Esos! ¿Esos qué?
PRESTANOMBRES
UNO.- A esos basta con pedirles perdón.
PRESTANOMBRES
DOS.- Tú eres la madre del progreso.
PRESTANOMBRES
MUJER.- La madre de la belleza de la mujer mexicana.
PRESTANOMBRES
UNO.- La madre de las fuerzas inversionistas del país.
MALINCHE.-
¡Ustedes no tienen madre! Y no quiero que la sigan teniendo. ¡Lo peor es que yo
siga pariendo gente como ustedes! ¡Ya no quiero seguir pariendo más
malinchistas! ¡Ya no! ¡Ya noooo!
PRESTANOMBRES
UNO.- (ALARMADO) Hay que aplicarle un calmante. ¡Sujétenla! (LOS OTROS
PRESTANOMBRES SUJETAN A LA DELIRANTE MALINCHE MIENTRAS QUE EL UNO VA POR LA
INYECCIÓN Y RÁPIDAMENTE LA PREPARA) ¡Ya estoy listo! Sujétenla bien. (SUJETAN A
LA MALINCHE Y LE APLICAN EL CALMANTE).
MALINCHE.- ¡Ya
no! ¡Ya no! Ya no voy a hacerles el juego… ¡Ya no!
PRESTANOMBRES
MUJER.- La vieja sigue agitada. No le hizo el calmante.
PRESTANOMBRE
UNO.- (REVISA EL FRASCO) ¡Con razón!… Es un tranquilizante nacional. Sabes de
sobra que no sirven. Tiene que ser de importación.
MALINCHE.-(CANTA
HACIA LAS CÁMARAS DE TELEVISIÓN) ¡Oíganme todos!… ¡Quiero que escuchen bien lo
que les voy a decir! ¡Quiero que se enteren bien de lo que aquí sucede! Yo soy
Malinche. ¡Sí! Yo soy la Malinche. La que en tiempos muy lejanos traicionó a su
pueblo… y lo entregó a los extranjeros ¡Yo soy!
PRESTANOMBRES
DOS.- ¿Qué le pasa?
PRESTANOMBRES
UNO.- En vez de tranquilizante le diste un alucinante.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Está empezando el programa de televisión. Hay que
transmitirlo.
MALINCHE.-
(CANTANDO) Sin embargo, quiero que sepan que esta Malinche que ven no los sigue
entregando. Mi traición es vieja, como yo, y pasó hace mucho tiempo. Ahora mi
traición es nueva. ¡La de ellos!. (SEÑALA A LOS PRESTANOMBRES).
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Epale! ¿Qué se trae esta vieja?
MALINCHE.-¡Ellos
son los que los entregan! ¡Ellos son los que los traicionan!
PRESTANOMBRES
MUJER.- Se ha puesto como loca… ¡Nunca la había visto así!
PRESTANOMBRES
DOS.- ¿Y qué hacemos?
PRESTANOMBRES
UNO.- ¿No saben qué hacer?… ¿Entonces de qué les han servido los cursos de
capacitación recibidos en el extranjero?
PRESTANOMBRES
UNO.- Quiere hacernos creer que así va a actuar en el programa para que lo
cancelemos.
MALINCHE.-(CANTANDO) ¡Yo soy la Malinche, sí!… ¡Pero soy una Malinche
prisionera! Soy forzada a actuar todos los días ante ustedes… ¡Sólo actúo lo que
me dicen!… Sólo soy una actriz… y me mantienen viva a la fuerza.
PRESTANOMBRES
UNO.- (SE ACERCA A LA MALINCHE SEGUIDO POR LOS OTROS) Y te seguiremos
manteniendo viva todavía, Malinche.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Despertemos a Cortés! (EL PRESTANOMBRES DOS TRATA DE SUJETAR A LA
MALINCHE, PERO ESTA LE PROPINA UN FUERTE GOLPE EN EL OJO)
PRESTANOMBRES
DOS.- ¡Ay, mamacita!.. Esta vieja ya me reventó un ojo.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Despertemos a Cortés!
PRESTANOMBRES
UNO.- Está bien, está bien… Despertemos a Cortés.
MALINCHE.- ¿Por
qué no lo dejan morir? Pobre viejo. Su símbolo ya no sirve, el del tío Sam es
mejor.
PRESTANOMBRES
UNO.- Hay que despertar al conquistador, para que conquiste a la vieja de nuevo.
(LOS PRESTANOMBRES MANIPULAN ALGUNAS PALANCAS DE LA MAQUINARIA Y DE LO ALTO SE
DESCUELGA UNA SILLA DE TIJERA CON UN VIEJO SENTADO Y DORMITANDO. EL VIEJO VISTE
COMO EL CAPITÁN ESPAÑOL DON HERNÁN CORTÉS EN TIEMPOS DE LA CONQUISTA DE MÉXICO.
LOS PRESTANOMBRES TOMAN UN HUEHUETL, UN TEPONAZTLI Y UN CARACOL, QUE DE
INMEDIATO HACEN SONAR CON ESTRIDENCIA. CORTÉS SOLO HACE PEQUEÑOS MOVIMIENTOS
COMO PARA DESPERTAR. ¡Es una verdadera lata!… Cada vez es más difícil hacerlo
despertar. (REANUDAN CON MÁS BRÍOS EL SONAR DE SUS INSTRUMENTOS, PERO SIN HACER
MELLA EN EL SUEÑO DE CORTÉS. EL PRESTANOMBRES UNO SACUDE A CORTÉS CON VIOLENCIA)
¡¡Despierta ya viejo!!
CORTÉS.-(DESPIERTA CON SOBRESALTO Y GRITA EN ACTITUD DELIRANTE)
¡¡Toooooodoos a cubiertaaa!… ¡Vamos! ¡Levantad las velas!… ¡Apuraos!.. Que el
gobernador de Cuba, Don Diego Velázquez ha ordenado que eviten el paso de mi
flota y ha ordenado mi aprehensión. ¡Vamos! ¿Qué esperaís? (LOS PRESTANOMBRES LO
MIRAN CON DESCONCIERTO).
MALINCHE.-¡Válgame Dios!… Ha despertado muy atrás!.
CORTÉS.-(TRATA
DE PONERSE INÚTILMENTE DE PIE SOBRE LA COLUMPIANTE SILLA) ¡Vamos!… Ya no hay
nada que hacer en la Habana, todo está listo para partir. Están nombrados los
artilleros y están refinados los cañones, están dispuestos los caballos y los
hombres alistados. ¡Vamos!
PRESTANOMBRES
DOS.- Ya baja de allí, viejo. ¡Es hora de trabajar!. (RECIBE UN MANOTAZO DE
CORTÉS QUE LO HACE RODAR POR TIERRA).
CORTÉS.-
(AMENAZANTE Y TRATANDO CON MUCHO ESFUERZO DE SACAR SU ESPADA) ¡Cuidado
mozalbete!… No podrá quien te envía, detenerme. Tengo bajo mi mando a
quinientos ocho soldados, sin contar maestros, pilotos y marineros… ¡Nadie! Ni
Don Diego Velázquez, ¡ni el Rey!, van a impedir que mi expedición parta hacía
Cozumel…! ¡Voto a Dios, que nadie lo impedirá!… ¿Habéis entendido?
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Ni una sola palabra!
MALINCHE.-¡Ya
está loco!… ¡Dios mío! ¿Por qué no enloqueceré yo también?
CORTÉS.-(PONIÉNDOSE DE PIE SOBRE LA SILLA) ¡¡Izaad las veeelaas!!
(PIERDE EL EQUILIBRIO Y CAE APARATOSAMENTE).
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Ya se nos cayó el viejo! (SE APRESURAN A LEVANTARLO. LA MALINCHE DEJA
ESCAPAR UNA FESTIVA CARCAJADA. AL TRATAR DE LEVANTAR A CORTÉS, LOS PRESTANOMBRES
LO ENREDAN EN LO HOLGADA QUE LE QUEDA YA SU ARMADURA Y LA CORAZA SE LE SUBE
HASTA LA CABEZA Y LO DEJAN CIEGO POR UN RATO. CORTÉS EN SU DESESPERACIÓN,
REPARTE MANOTAZOS A DIESTRA Y SINIESTRA, CAMINANDO A TIENTAS POR EL
ESCENARIO)
CORTÉS.- ¡Qué
demonios…! ¿Qué sucede aquí!… ¿Quién me atacó a traición y tan villanamente?…
¡Encended las luces!,… que no veo nada en esta oscuridad.
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Deja de manotear tanto, conquistador! Yo haré que puedas ver de nuevo el
sol. (CORTÉS DEJA DE MANOTEAR Y EL PRESTANOMBRES SE ACERCA Y LE ACOMODA LA
ARMADURA) ¿Ves?… Todo el problema estaba en que traías mal acomodado el
vestuario.
CORTÉS.-(MUY
SORPRENDIDO) ¿En dónde estamos?… ¿Qué mala treta me habéis jugado?… (MIRA CON
DESCONFIANZA A SU ALREDEDOR) ¿Es esto el nuevo mundo?… ¿Estamos en
Cozumel?
PRESTANOMBRES
MUJER.- No, conquistador… (SUSPIRA) ¡Qué diera yo porque estuviéramos gozando
las playas de Cozumel!
PRESTANOMBRES
DOS.- Estamos en Tenochtitlan.
CORTÉS.-¿En
Tenochtitlan?… (ATERRADO) ¿La que… la que tiene a Cuauhtémoc por
señor?
PRESTANOMBRES
UNO.- (SE ESCUCHA UN SONAR LEJANO DE HUEHUETLS Y TEPONAZTLIS) ¡Exactamente!… El
que te hizo huir apresuradamente por las calzadas de Tacuba… ¿Lo recuerdas,
Cortés? (CORTÉS SACA SU ESPADA Y EN FORMA DEFENSIVA VA RETROCEDIENDO HASTA
CHOCAR CON LA MALINCHE, QUE SE MOLESTA POR EL PISOTÓN QUE LE DA).
MALINCHE.-¡Ay!
¡Fíjate por donde vas, Cortés!… ¡Ya me pisaste!.
CORTÉS.- (SE
ALEGRA COMO NIÑO AL VER A LA MALINCHE) ¡Malinche!… ¡Qué gran fortuna es
encontrarte de nuevo!… Yo creía que, que ya… (CAMBIA SU ALEGRÍA POR UNA SENIL
AUTORIDAD) ¿Dónde te has metido?… Que te he mandado a llamar y no te han
encontrado.
MALINCHE.-Ay,
Cortés…, ya no juegues. Los dos estamos aquí desde hace muchos
siglos.
CORTÉS.-¿Aquí?…
¿En Tenochtitlan? Si vieras que no reconozco este lugar… ¿De veras estaremos en
Tenochtitlan?
MALINCHE.-Sí.
Estamos en Tenochtitlan. Pero no es la misma ciudad.
CORTÉS.- ¡Por
nuestro santo patrono San Isidro!… ¡Claro que no es la misma!… (SEÑALANDO LA
GRAN MAQUINARIA) ¡Mira que cambiada está la gran pirámide!.
MALINCHE.-No es
la gran pirámide… es… la Torre Latinoamericana.
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Ambiente!… ¡Más ambiente! (LOS PRESTANOMBRES INTERRUMPEN A LA MALINCHE
CON EL SONAR DE SUS INSTRUMENTOS PREHISPÁNICOS. CORTÉS SE ASUSTA Y TRATA DE
SACAR GALLARDAMENTE SU ESPADA, PERO ESTA SE LE ENREDA Y LO HACE RODAR POR
TIERRA. FINALMENTE SE LEVANTA Y ADOPTA UNA RIDÍCULA ACTITUD
DEFENSIVA).
CORTÉS.-(GRITO
DE BATALLA) ¡Nos atacan, Malinche!… Nos rodean miles de indios… ¿Qué los volvió
contra nosotros? Ya los teníamos controlados.
MALINCHE.-¡Ya
basta de locuras! ¡Basta!
CORTÉS.-¿Locuras?… No son mis locuras las que provocan su enojo.
Seguramente fue Pedro De Alvarado el que los alebrestó…
MALINCHE.-Ya no
les hagas el juego a los prestanombres, Cortés.
CORTÉS.-(CONFUNDIDO) ¡Sí…! ¡Pedro De Alvarado! ¡Maldito!… ¿Por qué tenía
que atacar ese templo mayor? ¿Por qué tenía que realizar tan brutal matanza?
Dime. ¡Tú tienes la culpa, Malinche!… Si ya teníamos preso a Moctezuma y a sus
generales… ¿Por qué no lo detuviste? Allí no había conspiración como la hubo en
Cholula…
MALINCHE.-¿Quién
podía tener a Pedro De Alvarado?… ¡Ni tú podías Cortés!
CORTÉS.-¿Yo? Yo
si podía. Tú eres la culpable. ¿Qué no fuiste tú la que me avisó de la
conspiración que fraguaban contra mí los de Cholula?
MALINCHE.-Los
degollaste. ¿Por qué?
CORTÉS.-¡Hacían
sacrificios humanos a su Dios!… ¿Cómo se llamaba su Dios? ¿Huichi…
Huichilobos?
MALINCHE.-Huitzilopochtli.
CORTÉS.-¡Ese!…
Ese es. ¿Cómo lo sabes?
MALINCHE.-¡Es el
colmo! En tanto tiempo y no has aprendido nada. (A LOS PRESTANOMBRES) ¿Por qué
no lo ponen al día?
PRESTANOMBRES
UNO.- Matar a esos indios se justificaba, Cortés. Los aztecas no solo mataban a
sus enemigos, sino que los despellejaban y se los comían en nombre de sus
Dioses.
CORTÉS.-(COMO
NIÑO) ¿Oíste?… Se los comían. Entonces tuve razón en matarlos a
todos.
MALINCHE.-¡No
seas imbécil!… Los aztecas no se comían la carne de los sacrificados porque
tuvieran hambre;… se los comían para comerse a Huitzilopochtli, que se
personificaba entre los hombres muertos.
CORTÉS.-¡Eso es
mentira!
MALINCHE.-¿Entonces, también era mentira lo que nos decía el fraile
cuando nos daba la comunión?
… “Tomad y comed
que este es mi cuerpo… Tomad y bebed que esta es mi sangre.”
CORTÉS.-(ABRUMADO) Eso no era mentira, Malinche… Es
diferente.
MALINCHE.-¿Y por
qué tiene que ser diferente para ustedes y para los aztecas no?
CORTÉS.-(BUSCANDO A LOS PRESTANOMBRES) Porque… porque… ¿Por qué?
¡Respondan!
PRESTANOMBRES
DOS.- A mí ya me hizo bolas. No sé.
PRESTANOMBRES
MUJER.- A mí siempre me confunde. Tampoco sé.
CORTÉS.-(MUY
APESADUMBRADO) Estás fallándome, Malinche. (MIRANDO A LOS DESCONTROLADOS
PRESTANOMBRES) Y me estás poniendo en ridículo delante de esta gente. Te
desconozco. Tú eres cristiana y fuiste bautizada.
MALINCHE.-(IRÓNICA) ¡Doña Marina!… Sí, con ese nombre fui bautizada.
(REMARCANDO CON BURLA LAS ZETAS ESPAÑOLAS) Y como tantos otros, después de
bautizada, esclavizada.
CORTÉS.-¿Esclavizada tú?… No lo recuerdo… ¿Entonces, fuiste mi
esclava?
MALINCHE.-¡Y tu
intérprete y tu amante!… Yo te di tu primer hijo en estas tierras, Cortés. Te di
tu primer mestizo.
CORTÉS.-(INTRIGADO) ¿Un hijo?… ¿Cuál?… ¿A qué horas?
MALINCHE.-(FURIOSA) ¿Cómo?… ¿Ya te olvidaste de tu hijo?
CORTÉS.-¡No!…
Como crees… Yo… (FINGIENDO RECORDAR) ¿Cómo dices que se llamaba…
¿Mestizo?
MALINCHE.-¡No
pelmazo!… Se llamaba Martín Cortés.
CORTÉS.-¡Espera,
espera mujer… Ah, ah… ah. Ya lo recuerdo.
Mi Martincito Cortés… ¡Cómo no!… Tan lindo que era, ¿Verdad? ¿O no era lindo?…
Oye, pero si yo te casé con uno de mis soldados, gran caballero español… ¿No es
así?… ¿No sería de Juan Jaramillo el niño?.
MALINCHE.-(GOLPEA A CORTÉS) ¡No, idiota!… ¡Era tuyo! ¡Tuyo, tuyo,
tuyo!
CORTÉS.-¡Está
bien, está bien!… No te arrebates de esa manera, mujer, fue solamente un olvido.
(TAMBORILEANDO NERVIOSAMENTE LOS DEDOS SOBRE EL SUELO) Tengo que acordarme… Vas
a ver. Tengo que acordarme.
MALINCHE.-(EN
FRANCO CHANTAJE MELODRAMÁTICO) Fui la primera mujer abandonada en este país,
cargando hijos sin padre por los siglos de los siglos… Amén.
CORTÉS.-(DANDO
UN MANOTAZO FELIZ) ¡Ajaaá!… ¡Ya me acordé! ¡Ya me acordé Malinche!. Tú no
cargaste con Martincito por los siglos de los siglos… ¡Mientes! Yo te lo quité
desde que era un niño y se lo entregué a mi primo.
MALINCHE.-Claro,
para abandonarlo y no volverlo a ver más… ¿No es así?
CORTÉS.-Bueno…
tú sabes…, las múltiples diligencias que la organización del virreinato me
ocupaban… no me permitían…
MALINCHE.-¡No te
disculpes!
CORTÉS.-Martín
vivía feliz entre sus primos.
MALINCHE.-Que no
dejaban de hacerle sentir que era un mestizo.
CORTÉS.-¿Y eso
qué?
MALINCHE.-Eso lo
acomplejó y te odio para siempre.
CORTÉS.-¡No me
odiaba!
MALINCHE.-¡Te
odiaba!. Otro poco y nos hubiera independizado de España!
CORTÉS.-Era muy
ambicioso.
MALINCHE.-¡Lo
heredaba!
CORTÉS.-No solo
de mí.
MALINCHE.-Está
bien, está bien… También de mí. Pero a mí no me odiaba, a mí me
amaba.
CORTÉS.-Se
avergonzaba de ti. Se hacía pasar por europeo.
MALINCHE.-(CANTANDO RANCHERO) Era… era sólo un escudo contra la
humillación… ¿Qué hijo soporta haber sido parido por una madre tan humillada?
(LLORA)
CORTÉS.-(SINCERO) No eres justa conmigo… ¿Cuál humillación? Si todos te
respetaban. Fuiste un soldado más en la conquista… Hasta fuiste mi
amor.
MALINCHE.-¿Tu
amor? (RÍE A CARCAJADAS).
CORTÉS.-(DESCONCERTADO) ¿De qué te ríes, Malinche?
MALINCHE.-De que
dices que fui tu amor.
CORTÉS.-Lo dije
y lo confirmo.
MALINCHE.-(CANTANDO RANCHERO) ¿Entonces Cortés, por qué me regalaste
con tu mejor soldado? ¿Por qué hasta le pagaste con las encomiendas de Olutla y
Tetequipa, para que me aceptara?… ¿Quién era tu amor, Cortés? ¿Yo… o Juan
Jaramillo? (PAUSA) No te hagas pendejo. Tu amor era… Catalina Suárez, la
Marcaida.
CORTÉS.-Era mi
mujer legítima.
MALINCHE.-Pues
no le duró mucho la legitimidad,… murió en tu cama. Dicen que cuando la hiciste
venir, la envenenaste.
CORTÉS.-(MUY
ASUSTADO) ¿Quién dice esas cosas?
MALINCHE.-Todo
mundo… la gente, los libros… la historia… Como ves, estoy bien enterada. (A LOS
PRESTANOMBRES) ¿O no es verdad señores…?
CORTÉS.-¡Son
puras calumnias!… ¿Y tú lo crees, Malinche?
MALINCHE.-¿Por
qué no?… Tú mismo lo confirmas. Si tanto dices que me amabas… ¿Por qué cuando
murió tu esposa y te quedaste libre, no te casaste conmigo?
CORTÉS.-Este…
bueno… yo…
MALINCHE.-Confiesa que desde tiempo atrás, le tenías puestos los ojos a
alguna señorona española.
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Basta!… Se acabó. No sirves para nada Cortés.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Ay, déjenlos que sigan… iban muy bien.
PRESTANOMBRES
DOS.- Cállate ¡Estúpida!
CORTÉS.-(SE
LEVANTA FURIOSO Y AMENAZA A LOS PRESTANOMBRES CON SU ESPADA) ¡A callar!… O los
mandaré a colgar a todos en la parte más alta de ese templo mayor. (PRESUMIDO
CON LA MALINCHE) ¿Cómo me viste?… ¿Estuvo bien?… ¿Se oyó fuerte mi grito?… ¿Los
asusté, verdad?… (REGRESA CON LA MALINCHE Y FRENTE A ELLA ENVAINA SU ESPADA CON
ENERGÍA) ¡Ya está!… ¿En qué nos quedamos?… ¿En qué estabamos?… Ah, estábamos en
que sí me amabas.
MALINCHE.-No
Cortés, no seas tramposo. Estábamos en que no lo sé.
CORTÉS.-Ah.
(DESESPERADO) Debe quedar algún rescoldillo de amor en el fondo de tu alma.
¡Dime que sí, Malinche! Dime que no lo has apagado.
MALINCHE.-Pues…
No sé… (SE PERCATA QUE CAE EN EL JUEGO DE LOS PRESTANOMBRES) Basta ya de
tonterías, Cortés, pierdes tu tiempo.
CORTÉS.-(EN TONO
LLORÓN) ¡Ya sé! ¡Ya sé!… Te casé con Juan Jaramillo… y adiós mi amor. ¡Maldito
Jaramillo! (GOLPEA EL SUELO Y PATALEA COMO NIÑO)
MALINCHE.-¿Tienes celos, Cortés? ¿Y yo qué? Con todas esas amantes, que
tenías instaladas en tu casa de Coyoacán.
CORTÉS.-(CONFUNDIDO) Pero, Malinche,… Nunca pensé que te harían tanto
daño tan solo unas aventurillas…
MALINCHE.-(FURIOSA) ¿Aventurillas?… ¿Eran aventurillas la esposa de
Cuauhtémoc, la hermana de Coanacoch y hasta la India Inés, que se burlaba
delante de mí y se ufanaba de que tú le habías llenado el enorme vientre, que
paseaba delante de todos?
CORTÉS.-(DESHECHO Y APUNTO DE LLORAR) ¿La India Inés?… ¡Perdóname,
Malinche!… ¡Perdóname!… Nunca pensé que fueras capaz de sentir tales emociones…
como los celos.
MALINCHE.-(LLORIQUEANDO) ¡Claro! ¡Me tenías como animal!
CORTÉS.-(LLORANDO) ¡No… no es eso!… (SE ARRODILLA Y SE ABRAZA A LAS
PIERNAS DE LA MALINCHE) Soy un necio al pretender que todavía me ames… ¡No
merezco tu amor! No merezco tu perdón;.. pero, perdóname Malinche.
MALINCHE.-(CON
VERGÜENZA) Levántate… ¡Levántate, Cortés! ¡No llores!… ¡Que va a decir la
gente!… Me estás tomando por el árbol de la noche triste… y eso no debe ser.
¡Levántate, Cortés! (ALEJA A CORTÉS DE DONDE SE ENCUENTRAN LOS PRESTANOMBRES)
¡Cortés!… ¡Ssssht!… Ahora que puedes…, libérame, Cortés. Corta con tu espada,
las venas de mis brazos y sácame de aquí. ¡Degüéllame, Cortés!
CORTÉS.-(TRATA
DE ALEJARSE ASUSTADO, PERO LA MALINCHE LO SUJETA) ¿Yo?… ¡No!
MALINCHE.-(SUPLICANTE) Ayúdame a morir. Ayúdame, Cortés. ¡Córtame la
cabeza! Y … tendrás mi amor.
CORTÉS.-(MUY
ATEMORIZADO) ¿Qué te mate?… Pero, Malinche… No. (LA MALINCHE TOMA LA ESPADA DE
CORTÉS Y SE LA OFRECE. CUANDO CORTÉS LEVANTA LA ESPADA, SUENA UNA ESTRIDENTE
ALARMA Y SE ENCIENDEN LUCES. CORTÉS SE ASUSTA Y SE ABRAZA A LA MALINCHE. LOS
PRESTANOMBRES SE SOBRESALTAN Y RÁPIDAMENTE SE ARRODILLAN COMO SI ESPERARAN UNA
APARICIÓN DIVINA. DE ENTRE LOS ENGRANES MÁS ALTOS, APARECEN DOS HOMBRES Y UNA
MUJER SENTADOS EN UNA TRILOGÍA COMO PADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO. UN HOMBRE
VISTE ELEGANTE Y CON CHISTERA Y MANEJA EL ACENTO INGLÉS. LA MUJER VISTE Y ACTÚA
COMO MONJA CATÓLICA Y EL OTRO HOMBRE VISTE Y MANEJA ACENTOS A LA EUROPEA. VARIOS
TUBOS DE GAS NEON ILUMINAN A LA TRILOGÍA, COLOCADOS A LA MANERA TRADICIONAL DE
LOS RAYOS MÁGICOS)
GRINGO.-Stop
¡Alto! ¡Detengan a Cortés!
EUROPEO.-(EN
ALEMÁN) ¡Halt! ¡No los dejen seguir!
MONJA.-¡Hagan
algo, por Dios!
PRESTANOMBRES
MUJER.- (SIN SABER QUE HACER, ASUSTADA) ¿Eh?… ¿Qué sucede?
GRINGO.-¡Trío de
idiotas! ¿Qué no estar viendo lo que pasar en sus narices?
PRESTANOMBRES
UNO.- No podía pasar nada… Ya saben que el recurso del recuerdo es lento y
pensábamos dejarlo hasta que…
GRINGO.-¡Imbéciles!… ¿No oyeron lo que decir la Malinche?… ¿No oyeron lo
que decir Cortés?
EUROPEO.-(EN
FRANCES) ¡Idiot!… ¡Querían escapar!
MONJA.-¡Querían
morir!
PRESTANOMBRES
DOS.- Je, je, je… No iban a poder hacerlo, señores.
GRINGO.-¡Stupid!
… Pero querían hacerlo. Y eso es lo grave. ¡Querían hacerlo!
PRESTANOMBRES
UNO.- No les entiendo, señor.
PRESTANOMBRES
DOS.- Ni yo.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Y yo menos.
GRINGO.-¡Ustedes
no entender nada!… ¡Oooooh, my god!…
Cuídanos del subdesarrollo gran Dios.
MONJA.-¿Qué no
se dieron cuenta, hijos míos, del ardid que les tendió la Malinche?… ¡Ay,
mujer!… Sigue teniendo el mismo ingenio de antes; pero, no sé por qué quiere
usarlo en contra nuestra. (SE SANTIGUA CON ESCÁNDALO).
GRINGO.-¡Acerquen a Cortés! (LOS PRESTANOMBRES VAN POR CORTÉS Y
DIFÍCILMENTE LO SEPARAN DE LA MALINCHE) ¡Qué vergüenza, Cortés… En vez de ser
conquistador, tu fuiste conquistado. ¡Y por una mujer que tú ya habías
domado!
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) ¿Qué ya olvidaste que tú eres de los nuestros?…¡Un dominador!… ¡Un
exploiteur!
GRINGO.-¿Qué ya
olvidaste los grandes triunfos que tuviste sobre los indios de estas tierras?…
¿Ya olvidaste tu fuerza y el poderío que lograste?… No olvides que eres grande.
¡No lo olvides, Cortés!
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) ¡Seduce a la Malinche, cornutto! ¡Mírate! Pareces un ratón. (CORTÉS SE
ENFURECE, SACA SU ESPADA Y LA PONE EN ALTO).
CORTÉS.-Yo no
soy un ratón. ¡Yo soy un conquistador!
EUROPEO.-(EN
ALEMÁN) ¡Muestra tu valor, tu fuerza!… ¡Deine Kraft!
GRINGO.-Impresiónala.
Tómala. ¡Gana su admiración!
MONJA.-(MOSTRANDO UNA GRAN CRUZ) ¡Y no olvides recordarle nuestra santa
religión!
GRINGO.- (A LOS
ASOMBRADOS PRESTANOMBRES) ¡Imbecile, stupid!… ¿Ven cómo hacerse las
cosas?
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) Vamos a vernos en la necesidad de reducir sus porcentajes. Pongan más
atención. ¡Ecoutez bien!
MONJA.-Y recen,
recen mucho. ¡Pero a Dios rogando y con el mazo dando! (LA PLATAFORMA CON LA
TRILOGÍA DESAPARECE Y LOS PRESTANOMBRES SE PRECIPITAN SOBRE CORTÉS, QUE NO SALE
DE SU ASOMBRO ANTE LO QUE PASA).
PRESTANOMBRES
UNO.-¿Ves lo que ocasionaste con tu actitud vergonzosa, Cortés?
PRESTANOMBRES
MUJER.- Tienes que recuperar nuestro prestigio…
PRESTANOMBRES
DOS.- Dale duro a la Malinche y hazla sentir tu poder.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Tu eres el hombre y por lo tanto eres su amo. Convéncela para que haga
el show.
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Escúpele a la cara para que se someta y sepa quien es quien! Ya no seas
tan coyón. (CORTÉS SE ENFURECE Y AMENAZANTE SE PLANTA FRENTE A LA
MALINCHE).
CORTÉS.-¡Yo soy
un conquistador! ¡Soy Marqués del Valle de Oaxaca! ¡Soy el capitán Hernán
Cortés! ¡A mí nadie me va a decir coyón! (CORTÉS GIRA AMENAZANTE HACIA LOS
PRESTANOMBRES, QUE RETROCEDEN. DE PRONTO, NO SABE QUÉ HACER Y BAJA SU ESPADA CON
DESALIENTO).
MALINCHE.-¿Qué
haces, Cortés? Atácalos.
PRESTANOMBRES
UNO.- Es contra la Malinche, no contra nosotros.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¿Por qué te desanimas, Cortés?
CORTÉS.-(DESPUÉS
DE MIRAR A UNOS Y A OTROS SE ACERCA A LA MALINCHE. CANTA).
La verdad, no sé
qué estoy haciendo aquí,
si les di todo
el oro del mundo.
Les di mil
posesiones.
les cambié
religiones.
¿Para
qué?
¿Para
qué?
La verdad, no sé
qué estoy haciendo aquí,
no por qué estoy
tranquilamente en
mi
tumba.
De pronto, me
despierto
sintiéndome muy
viejo.
¿Dónde
estoy?
¿Dónde
estoy?
(SEÑALANDO A LOS
PRESTANOMBRE)
Estos me dan
órdenes…
(SEÑALA A LA
PARTE ALTA DE LA MÁQUINA)
Los que salen de
allá arriba me hacen enojar y me dan órdenes… Suenan los tambores de los indios…
Y a ti Malinche, te encuentro y estas… estás…
MALINCHE.-Muy
vieja.
CORTÉS.-No… solo
estás acabada. (MIRA A SU ALREDEDOR) y esta pirámide que me sigue pareciendo
muy rara… ¿En dónde estamos? ¿Qué somos?
MALINCHE.-Mira
Cortés… Ellos hacen que diariamente sirvamos a la conquista que viene
diariamente desde afuera.
CORTÉS.-¿Cuál
conquista?… ¿La mía?
PRESTANOMBRES
UNO.- Si, Cortés. Es tu conquista.
MALINCHE.-No
cortés… (SEÑALA LA PARTE ALTA DE LA MÁQUINA) Es la de ellos. No creas que sirvo
a una conquista como serví contigo… No. Esta es peor.
CORTÉS.-¡No lo
harás más!… Tú trabajas conmigo… eres mi interprete y mi favorita.
MALINCHE.-(CON
PESADUMBRE) Ya no soy nada de eso. Solo soy un horrible símbolo ¿Nunca oíste
hablar del malinchismo?
CORTÉS.-¿Malin…?
Juro por Dios que no.
MALINCHE.-Es
horrible, Cortés… Y a mí me han vuelto horrible.
CORTÉS.-(COMPASIVO Y GALANTE) Te ves muy bien.
MALINCHE.-(SIN
PODER EVITAR LA CARCAJADA, CANTA)
Ni mentir sabes,
Cortés.
¡Mírame bien! Ve
lo que han hecho de mí y ve lo que queda de mí, por mucho que digan que fui la
niña Malinalli, la despierta Malinche, la hermosa doña Marina. Ahora solo soy
un horrible espantajo.
CORTÉS.-¡No te
digas espantajo!
MALINCHE.-Pues
eso soy. Un espantajo. ¡Aaaah!… Pero no soy un espantajo cualquiera… No, Cortés.
Soy un espantajo al que agitan con las técnicas más modernas. (A LOS
PRESTANOMBRES) ¿No es cierto eso? ¡Un horrible espantajo! ¡Mírame bien! (AL
ESCUCHARSE LA MÚSICA EMPIEZA A CONTONEARSE EN UN RITMO DE SOUL. PERO ABRIENDO
CONSTANTEMENTE LOS BRAZOS COMO UN ASUSTADO ESPANTAPÁJAROS) ¡Luces!… (LUCES
BAILANTES DE COLORES ILUMINAN LA ESCENA) ¡Eiii you! ¡Come you! ¡Eiii you!
¡Come you! … ¡Uuuuuh!… ¡Yujuuuu!.
CORO EN LA
GRABACIÓN.- (CANTANDO) ¡Aquí, aquí está la Malinche! ¡Mírenla! ¡Aquí está la
Malinche! ¡Véanla! Sigan su ejemplo, sigan, sigan, sigan su ejemplo, sigan su
lección.
MALINCHE.-(CON
ALARIDOS DE CANTANTE DE SOUL) ¡Y mis hiiiijooooos! ¡Aaaaa aaaay mis
hiiiijooooos! Allá van mis hijos corriendo a esconder su miedo en las faldas de
su madre. Esconden su miedo detrás de una sonrisa humillada. ¡Esconden su miedo
detrás de su impotencia!
PRESTANOMBRES
DOS.- ¡Nos engañó!
PRESTANOMBRES
MUJER.- Esa no es la letra.
PRESTANOMBRES
UNO.- Ya decía yo.
CORO EN LA
GRABACIÓN.- Sigan su ejemplo, sigan, sigan, sigan, sigan su ejemplo, sigan su
lección (SE REPITE COMO FONDO)
MALINCHE.-(HABLANDO) Y se desquitan golpeando a su hermano más pequeño,
humillando a la esposa, pretendiendo angustiosamente una superioridad que no
tienen. (CANTANDO). ¿Yyyyy a miiiii?…. ¿Yyyy aaaaa miiii? (HABLANDO) a mí me
sigue agitando una pantalla de cine, un voceador y las cámaras de televisión
¡Aaaayyy miiiiis hiiijoooos!
CORO EN LA
GRABACIÓN.- Aquí, aquí está la Malinche. ¡Mírenla! (CESA LA MÚSICA).
MALINCHE.-¡Look at
meee!
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Basta! Fue suficiente tu demostración, Malinche.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Pero ésta… ¡Qué se esta creyendo!
PRESTANOMBRES
DOS.- Avisemos a los jefes.
PRESTANOMBRES
UNO.- Ellos lo saben idiota. Nos observan sin cesar.
MALINCHE.-
(LLEGA JUNTO A CORTÉS) ¿Qué te pareció, Cortés?
CORTÉS.-Pues,
pues,… que nunca pensé que cantaras tan mal.
MALINCHE.-Oh,
no es sobre eso, sino sobre lo que dije cuando canté.
CORTÉS.-Lo único
que creo es que tú estás logrando que yo me sienta culpable de todo lo que pasa
en este país.
MALINCHE.-No
seas… tonto, Cortés… Ni tú, ni yo somos aquí los culpables de todo lo que pasa.
Lo nuestro pasó hace mucho tiempo. Nuestros hijos debieron borrar nuestros
errores. (SEÑALA A LOS PRESTANOMBRES) ¡Ellos!
CORTÉS.-¿Y
quienes son ellos?… ¿También son hijos de ti… y de mí?
MALINCHE.-Desgraciadamente, sí. Les dicen los prestanombres.
CORTÉS.-Presta…
¿qué?
MALINCHE.-Prestanombres. Es que prestan su nombre y meten inversionistas
clandestinos a nuestro país.
CORTÉS.-¡Cómo!
¿El que yo conquisté? No debo permitirlo. Aquí no debe haber más extranjeros que
yo. (MIRANDO CON SOSPECHA AL PÚBLICO) ¿Y hay muchos prestanombres?
MALINCHE.-¡Muchos!… Son los que forman nuestra alta sociedad.
CORTÉS.-De
seguro son piratas ingleses.
MALINCHE.-(AL
PÚBLICO) ¡Hay de todo el mundo! Hay franceses, judíos, alemanes…. Y sobre todo,
viven de nosotros muchísimos gringos.
CORTÉS.-¿Gringos
dices?
MALINCHE.-Es que
estamos de vecinos. Ah. También siguen llegando un hervidero de
españoles.
CORTÉS.-¡Ah,
bueno!… A esos les doy la razón (AL PÚBLICO) Son de la madre patria… y tienen mi
santa religión.
MALINCHE.-Cuando
quieren robar son iguales que los otros, que los judíos, que los
árabes…
CORTÉS.-(APENADO
CON EL PÚBLICO) Bueno, tú estás en contra de todos los extranjeros. ¿Eres
xenófoba?
MALINCHE.-Xe…
¿Qué? No, Cortés… Solo estoy en contra de los extranjeros que viven fuera del
país y que todo se lo llevan. O de los que vienen para amasar fortunas que sacan
luego luego. ¡No hay que ser!
CORTÉS.-(PREOCUPADO) ¿Entonces ya se llevaron el oro?
MALINCHE.-Se
llevaron todo. Se llevan las frutas, las legumbres, el petróleo, los jitomates,
lo que salga de las minas, las maderas, los frijoles… ¡Fíjate… Con decirte que
hasta los monumentos que tú tiraste se los llevan en cachitos y allá los vuelven
a pegar.
CORTÉS.-¿Y no
pagan nada por eso?
MALINCHE.-No
pagan nada. (A LOS PRESTANOMBRES) Todo se lo roban. ¿Por qué crees que estamos
tan mal?
CORTÉS.-(LEVANTANDO EL PUÑO HACIA LOS PRESTANOMBRES) ¡Malditos! ¡Se van
sin pagar las alcabalas!
MALINCHE.-Lo
que no sabes es que eso que se llevan, después nos lo vuelven a
vender.
CORTÉS.-¡Como!…
¿Y nosotros se lo compramos?
MALINCHE.-¡Mucho! Y les pagamos mucho más de lo que tenemos,
¿verdad?
CORTÉS.-¡Con un
carajo!… No entiendo… Esto sigue siendo como cuando nosotros pagábamos el oro
con cuentas de vidrio…
MALINCHE.-¡Excale!… Más o menos. ¿Por qué crees que es su ídolo? Tú les
enseñaste el sistema, Cortés.
CORTÉS.-Que lo
hagan los españoles no me enoja… me parece bien. (RÁPIDAMENTE) Ellos fueron los
conquistadores y se lo merecen. Pero que sean otros los que nos tengan en plena
ruina. ¡No debe ser! ¡No debe ser!
MALINCHE.-Y
todavía les quedamos a deber.
CORTÉS.-¿Por
qué?
MALINCHE.-Ay,
Cortés… ¿Qué no sabes lo que son los intereses?
CORTÉS.-¿Qué
son?
MALINCHE.-¡Uuuuuuh!… Son el cuento de nunca acabar. (AL PÚBLICO) Estamos
endrogados y empeñados de por vida. Con los vecinos de allá, ¿verdad?
CORTÉS.-(CON
ANSIEDAD) ¿Y nosotros?… ¿Tú y yo?
MALINCHE.-Nosotros también estamos empeñados de por vida. Viviendo sin
vivir y muriendo sin morir.
CORTÉS.-Yo soy
el conquistador.
MALINCHE.-¿Conquistador? Siempre has sido utilizado para contenerme a
mí, ¿Verdad?… No eres más que un recurso, Cortés.
CORTÉS.-¿Un
recurso?
MALINCHE.-Ahora,
dependes de mí.
CORTÉS.-Sabes,
Malinche… vuelve a pasar como en la conquista ¡Cuántas veces dependí de
ti!
MALINCHE.-Vuelvo
a ser como tu sombra.
CORTÉS.-Mi
huella vuelve a ir junto a tu huella.
MALINCHE.-Juntos
en la desgracia.
CORTÉS.-Juntos
(CORTÉS ABRAZA A LA MALINCHE).
MALINCHE.-(SIN
ROMPER EL ABRAZO) ¿Traes tu cuchillo, Cortés?
CORTÉS.-Sí lo
traigo. ¿Por qué?
MALINCHE.-(SUPLICANTE) Tómalo y dame la muerte.
CORTÉS.-(SE
APARTA ASUSTADO) ¿Otra vez?… No, no voy a poder.
MALINCHE.-Si
quieres hacer un bien, tienes que hacerlo, Cortés.
CORTÉS.-¿De
veras quieres desaparecer?
MALINCHE.-Sí,
debo desaparecer.
CORTÉS.-Te voy a
confesar una cosa… (MIRANDO CON DESCONFIANZA A LOS EXPECTANTES PRESTANOMBRES).
Yo también quiero desaparecer.
MALINCHE.-Entonces, mátame.
CORTÉS.-¿Y yo?…
¿Luego quien me mata a mí?
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Ya es suficiente!… Suprimamos el recurso de Cortés.
(CUANDO LOS
PRESTANOMBRES SUJETAN A CORTÉS, SE ILUMINA LA PARTE ALTA DE LA MÁQUINA Y APARECE
LA TRILOGÍA)
GRINGO.-¡Alto!
EUROPEO.-¡Lasst
sie weitermachen! Déjenlos seguir.
PRESTANOMBRES
UNO.- Pero hace un momento nos ordenaron que…
MONJA.-¡No
discutan nuestras órdenes y obedezcan! Pongan la fe, solo la fe.
GRINGO.-Queremos
que ellos mismos se convenzan que no pueden perecer.
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) Nada pueden, si a nosotros nos da la gana de que vivan.
¿D’accord?
MONJA.-No se
atreverán a hacerlo, primero Dios.
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) Cortés es un culone, es un ratón. ¡Culone!(AL ESCUCHAR ESTO, CORTÉS
SACA VIOLENTAMENTE EL PUÑAL Y LO MANTIENE EN ALTO).
MALINCHE.-¡Vamos, Cortés! Ya no hay tiempo. ¡Mátame!. (CORTÉS DESFALLECE
Y DA LA ESPADA A LA MALINCHE. RISAS Y GRITOS DE TRIUNFO DEL TRIUNVIRATO Y DE LOS
PRESTANOMBRES)
GRINGO.-¡Tal
como lo imaginamos… (A LOS PRESTANOMBRES) ¡Recójanlos!
EUROPEO.-¡Verdammt Mochmal!… Y a manera de castigo, amarren a Cortés.
Que sienta lo que es estar viejo y de pie.
MONJA.-Aseguren
a la Malinche. Dentro de unos momentos tiene que trabajar en el programa
Malinche Show y es necesario que descanse bien. Eleven la silla para que no
pueda bajar. (LOS PRESTANOMBRES VAN POR LOS DEPRIMIDOS VIEJOS).
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Qué vergüenza!
PRESTANOMBRES
DOS.- Tan viejos y cometiendo tales locuras.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Pretendían un suicidio por amor… ¡Qué romántico!
MONJA.-¡Bendito
sea el creador! (LOS PRESTANOMBRES LLEVAN A CORTÉS HACIA LOS BRAZOS MECÁNICOS.
DESPUÉS DE SENTAR A LA MALINCHE, LEVANTAN LA SILLA A UN METRO DEL SUELO. CANCIÓN
DE LA TRILOGÍA COMO SOUL RELIGIOSO).
¡El señor me
oyó!
¡El señor me
escuchó!
¡Aleluya,
aleluya, aleluya!
Gos save wall
street.
Malinche es
money
The banks our
gods
Estamos
salvados
¡Aleluya,
Aleluya.
Cortés
fracasó!
¡El señor me
oyó!
¡Aleluya,
aleluya!
¡El señor me
escuchó!
(LA TRILOGÍA
DESAPARECE Y LOS PRESTANOMBRES EMPIEZAN A SUBIR POR LOS ENGRANES)
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Adiós tórtolos!
PRESTANOMBRES
DOS.- Los vamos a dejar solos… Hay que preparar el programa.
PRESTANOMBRES
MUJER.- No se vayan a portar mal. (RIENDO A CARCAJADAS LOS PRESTANOMBRES
DESAPARECEN. CORTÉS PATEA EL SUELO CON FURIA).
CORTÉS.- ¡Soy un
imbécil! ¡Soy un asno! ¿Por qué no lo hice? ¿Por qué?
MALINCHE.-Es
inútil que te reproche, no valen lamentaciones… (TRATA DE ANIMARLO) No todo
terminó. Ahora somos dos. Y dos piensan más que uno. Hay que buscar una salida.
Piensa, piensa, Cortés.
CORTÉS.-(VUELVE
CON SUS PATADAS AL SUELO) Pero es que… ¡Estuvo en mi mano! ¿Por qué no pude
matarme? ¿Por qué no te maté? (CORTÉS DETIENE SU PATALEO, CUANDO SE ESCUCHA UNA
VOZ CAVERNOSA QUE PROVIENE DEL SUBSUELO).
CUAUHTÉMOC.-(FUERA) ¿Quién golpea allá arriba? ¿Por qué hacen tanto
ruido? ¡No ven que me despiertan! ¡Cállense ya!
MALINCHE.-Me
suena muy conocida esa voz. ¿Será?. (ALEGRE) ¿Oyes? Está rezongando. ¿No lo
reconoces?
CORTÉS.-No…
no.
MALINCHE.-¡Es
él! ¡Es Cuauhtémoc!
CORTÉS.-¿Cuauhtémoc? A ese lo colgué muy lejos de aquí y ahora está tres
metros bajo tierra.
MALINCHE.-¡Es
él! No hay duda ¿Lo oyes?. Está rezongando. Seguro lo molestaste cuando
pateabas. ¡Nos puede dar ayuda!.
CORTÉS.-(ATEMORIZADO) ¿Ayuda?. Si nos ve nos va a matar. ¡Con todo lo
que le hicimos! ¡Nos va a matar!
MALINCHE.-¿Y no
es eso lo que queremos? ¿Morir?
CORTÉS.-Ah, pues
si.
MALINCHE.-¡Golpea con fuerza, Cortés! ¡Dale patadas al suelo!
CORTÉS.-Está
bien, está bien. Allá viene nuestra última esperanza, nuestra última
oportunidad. (PATEA EL SUELO Y CRECE EL MURMULLO REZONGANTE DE LA VOZ QUE SE
ACERCA DE ULTRATUMBA. DE ENTRE LA TIERRA SALE UNA MANO QUE SE ESTIRA HASTA SER
UN BRAZO; DESPUÉS SALE OTRO BRAZO QUE TAMBIÉN SE ESTIRA. UNA FIGURA HUMANA SE
SIENTA Y LANZA UN SONORO Y LARGO BOSTEZO: ES UN INDIO YA MUY ANCIANO QUE AÚN
CONSERVA LA DIADEMA EMPLUMADA, LAS ROPAS, LA LANZA Y LAS INSIGNIAS QUE EN ÉPOCAS
DE LA CONQUISTA DE MÉXICO VISTIERA CUAUHTÉMOC).
CUAUHTÉMOC.-(AL
TERMINAR EL BOSTEZO) ¡Ah como están chingando!… ¿Qué quieren, pues?.
TELÓN
RAPIDO
S E G U N D O
A C T O
MISMO ESCENARIO
Y MISMO MOMENTO QUE AL FINALIZAR EL ACTO ANTERIOR. CUAUHTÉMOC LANZA OTRO
BOSTEZO, SE LEVANTA, SACA UN PIE DE LA TIERRA Y LO SACUDE; SACUDE TODO EL
CUERPO, E INCLUSO DEBAJO DE SU MAXTLA. MIRA PARSIMONIOSAMENTE A CORTÉS Y A LA
MALINCHE.
CUAUHTÉMOC.-¿Quién golpea el techo?… ¿Quién me despertó? (A LA MALINCHE)
¿Tú eras la que fregaba, Malinche?
MALINCHE.-¡No!
No fui yo. Fue Cortés.
CUAUHTÉMOC.-(A
CORTÉS) Aaaaah… fue el otro Malinche el que me despertó. Mmmmmh… Ya está este
Hernán Cortés con sus mañas. No se contentó con mandarme a cortar mi cabecita y
colgarme de los pies como si fuera pollo… ¡Algo más ha de querer
hacerme!
CORTÉS.-(ACOBARDADO) ¡Ella! Ella me dijo que golpeara el suelo con mis
pies, Cuauhtémoc. ¡Ella fue!
MALINCHE.-¡No
seas culero, Cortés!
CUAUHTÉMOC.-¡Ya
decía yo!… (A ELLA) Todavía ordenas, Malinche. (REGAÑÓN) Igual que cuando
ordenabas a los españoles durante las batallas. (SE LE ESCAPA OTRO BOSTEZO) Cómo
son escandalosos. Apenas me estaba quedando dormido, cuando… (GOLPEA EL SUELO
CON SUS PIES) ¡Zas¡ ¡Zas! ¡Zas!… me despertaron. No hay que ser.
MALINCHE.-Necesitamos de tu ayuda, Cuauhtémoc. Hay que salir de esta
cárcel. Ayúdanos a escapar.
CUAUHTÉMOC.-(MIRANDO A SU ALREDEDOR) ¿Pues, dónde estamos?
CORTÉS.-Ya lo
dijo ella… en una cárcel. Ha de ser. Ya no lo recuerdo.
CUAUHTÉMOC.-(BURLÓN) ¿Así que esto es una cárcel y quieren que yo los
ayude a escapar, eh?… Mmmmmh…, déjenme pensarlo. (MIRA LA MAQUINARIA) ¡Lo veo
difícil!… Esto no tiene salida. Tienen razón. Están atrapados.
MALINCHE.-Llévanos por sonde tú llegaste. Por allí podemos escapar los
tres.
CORTÉS.-¡Nooo,
por allí no! Por allí se va a la subterránea morada , al lugar de las sombras y
de los muertos, por allí se va al Mictlán.
CORTÉS.-¡Y eso
qué importa!… Tú llévanos. Queremos ir al Mictlán.
CUAUHTÉMOC.-¡No!… Allí solo vamos los que estamos muertos y solo los que
pertenecemos a esta tierra… y nadie más.
MALINCHE.-Entonces, mátame, Cuauhtémoc. Yo nací aquí y soy de esta
tierra, yo si puedo ir al Mictlán. ¡Mátame!
CORTÉS.-¿Y me
van a dejar solo?… ¡No sean así!
CUAUHTÉMOC.-No
te apures, Hernancito… Ella estará siempre contigo. No puede ir al Mictlán,
aunque muriera.
MALINCHE.-¿Y por
qué no?… Yo pertenezco a esta tierra.
CUAUHTÉMOC.-Per
te ne cis te. Ya no. Ya no perteneces a esta tierra. Eres de allá y de mucho más
allá. Eres de todos lados. Y así te quedarás, en todos lados.
CORTÉS.-(FURIOSO) S i no estuviera como estoy… ¡Ya verías como te iba,
Cuauhtémoc! Desátame y verás.
CUAUHTÉMOC.-(SUELTA LA CARCAJADA) ¡Válgame tezcatlipocatl! ¡Pero, mira
como estás! ¡Mira nada más!
CORTÉS.-(MIRÁNDOSE SORPRENDIDO) ¿Cómo estoy?
CUAUHTÉMOC.-Bien
jodido y arrugado. (VUELVE A REIR)
CORTÉS.-¡Ja!…
Pues, tú no estás tan juvenil.
CUAUHTÉMOC.-(OBSERVANDO EN REDONDO A CORTÉS) Me gustaría repetir contigo
aquella escena… (HACIENDO ESFUERZOS POR RECORDAR) Déjame ver… ¿Cuál fue?… Ah,
si. ¿La quema de los pies? (PICA CON SU LANZA LOS PIES DE CORTÉS Y LO HACE DAR
GRACIOSOS SALTITOS).
MALINCHE.-¡Ya
muchachos!… Dejen de jugar. ¡El tiempo apremia!
CUAUHTÉMOC.-(CORRIENDO HACIA SU AGUJERO) Tienen razón. Ya me voy. (ANTES
DE SALTAR) ¿Ustedes se metieron solos en esto, no?… Entonces salgan como
puedan.
MALINCHE.-(EN
GRITO DESESPERADO) ¿A poco te crees muy libre?
CUAUHTÉMOC.-(EXTRAÑADO) No es que lo crea… ¡Mírame! Libre
estoy.
MALINCHE.-¿Por
qué te engañas, Cuauhtémoc?… Aunque estés muerto, no te dejan descansar en paz.
Te han vuelto el sueño ligero. Si no ¿por qué las patadas de un viejo te han
traído aquí? ¡Estás atrapado por el insomnio!.
CUAUHTÉMOC.-No
estoy atrapado. ¡Por un milagro de Huitzilopochtli me escapé! Y ya me
voy.
CORTÉS.-¡Hombre…
si hasta en la cerveza te tienen retratado!
CUAUHTÉMOC.-¡Ese
no soy yo! Es Moctezuma.
MALINCHE.-¡Eres
tú! ¡Eres tú!… Estás igualito que en la Avenida Reforma, donde levantas tu lanza
y estás practicando un pasito de ballet.
CUAUHTÉMOC.-En
esta cárcel ya les chuparon el seso. Bien saben que ese que dicen no soy yo. Me
escondí muy bien. Nadie me ha encontrado.
MALINCHE.-No te
preocupes… ya te buscan.
CUAUHTÉMOC.-¡Cuándo me van a encontrar!… Tú lo sabes, Cortés. Me dejaste
hecho cenizas.
CORTÉS.-Desconfía. Son muy tercos.
CUAUHTÉMOC.-(DESANIMADO) No hay peligro. Escarban y escarban para
encontrar mi tumba y les sale petróleo por doquier. ¿Qué más quieren?
MALINCHE.-Por
aquí pasaron llevando dizque tus huesos… Si no son tuyos.. ¿De quién
son?
CUAUHTÉMOC.-¡Sepa Mayahuel de quien serán!… Pero no soy yo.
MALINCHE.-¿Y tú
crees que yo soy yo?… Ellos me hicieron. Y me siguen haciendo con toda la
maquinaria que ves aquí. ¡Mírame bien! ¿No estoy irreconocible?
CUAUHTÉMOC.-Eso
sí. Estás horrible.
CORTÉS.-Yo
tampoco soy este que estás viendo aquí… Yo era sanguinario.
CUAUHTÉMOC.-(FROTANDO SUS PIES) De eso si estoy bien seguro… Si no, que
se lo pregunten a mis juanetes quemados.
MALINCHE.-Hablando de sus juanetes quemados… Esa imagen tuya la utilizan
re te mucho. Hasta en los calendarios. ¿No te molesta?
CUAUHTÉMOC.-Vieras que sí, empieza bonito cuando me ponen de triunfador,
resistiendo con mis guerreros y matando el montón de españoles… ¡Pero siempre
acaban con la quema de los pies!… Soy un pata quemada, soy el ya atraparon… soy
el que ya perdió. Eso… eso no me gusta nada.
CORTÉS.-Tú
imagen en la cerveza es peor. Lo de la quema de los pies es bonito… Te hice un
favor.
CUAUHTÉMOC.-¿Bonito?… Bonito para ti que nomás estabas
viendo.
CORTÉS.-Fuiste
valiente. Aguantaste el fuego sin emitir una queja. ¡Yo no hubiera podido! Tú
aguantaste el dolor como…
CUAUHTÉMOC.-(DESPECTIVO) Como los meros machos. ¡Ahí está! La imagen del
macho mexicano. (HACIENDO VIOLENTAMENTE LA SEÑA DE FRICCIONARSE EL SEXO) ¡Bien
aguantador!
CORTÉS.-No, no
Cuauhtémoc. En ese momento yo mismo te admiré. Sobre todo cuando volteaste con
tu compañero de tormento y le dijiste… ¿Acaso estoy en un lecho de
rosas?
CUAUHTÉMOC.-(SOLTANDO UNA LARGUÍSIMA CARCAJADA QUE LO HACE REVOLCARSE
POR EL SUELO) No… no Cortés,… eso fue lo que entendiste porque te mintió tu
traductor. Yo le dije a mi compañero… ¿Qué por qué no estaría entre las brasas
la madre que te parió?
CORTÉS.-(FURIOSO) ¿Eso fue lo que dijiste?
CUAUHTÉMOC.-Eso
fue.
CORTÉS.-¿Por qué
no te hice caso?… ¡Gran Dios!… ¿Por qué no agarré el puñal cuando me lo
ofreciste y te maté con él?
CUAUHTÉMOC.-(PICA LAS COSTILLAS A CORTÉS CON SU LANZA) ¿Y por qué no lo
hiciste? ¿Eh?… ¡Contesta! Hubiera sido una muerte bien bonita para la
posteridad… ¿Por qué no lo hiciste?
MALINCHE.-¡Por
favor, muchachos!. Ya no es tiempo de rencores.
CORTÉS.-Si no
estuviera amarrado.
CUAUHTÉMOC.-Si
no me mataste con el cuchillo no fue porque fueras buena gente, Cortés. Sino
porque querías sacarme lo de mi tesoro.
CORTÉS.-(INTERESADO) ¿Y no era verdad lo de tu tesoro?
CUAUHTÉMOC.-¡Ah,
qué ladino eres, Cortés!… Estás metiendo cordón para sacar listón.
MALINCHE.-Oooooh… ¡No se puede con ustedes! El tiempo apremia. Bájenme
de aquí.
CORTÉS.-¡No me
importa tu tesoro, so bruto! Me importa salir de aquí. Me importa mi
libertad.
CUAUHTÉMOC.-(LEVANTA EL CUCHILLO DE OBSIDIANA Y AMENAZA A CORTÉS) Pues
ahorita te la doy de una buena cuchillada… y así me desquito de cuando allá por
Tabasco me degollaste tan feo.
CORTÉS.-(OFRECE
EL PECHO) ¡Descarga tu brazo!… Es lo que quiero… ¡Morir! ¡Anda pelandrujo!
¡Va!
MALINCHE.-¡Ah,
nooooo!… Eso si que no. Si tu lo matas, Cuauhtémoc, me tienes que matar a mí.
Aquí no me dejan sola. (SUENA ESTRIDENTEMENTE LA ALARMA, CUAUHTÉMOC SE ASUSTA Y
TRATA DE HUIR POR EL AGUJERO).
MALINCHE.-¡No
huyas, Cuauhtémoc!
CORTÉS.-(DESESPERADO) ¡Soltadme los brazos!
MALINCHE.-¡Ayúdanos a escapar por tu agujero!
CUAUHTÉMOC.-¡Sssssht!… ¿Y eso que suena qué es?
MALINCHE.-Es la
alarma para que vengan los Prestanombres… ¡Pronto! ¡Ayúdenme a bajar!
CUAUHTÉMOC.-¿Prestanombres?… ¡Pero si tú eres uno de ellos! ¿O qué?… ¿Ya
se te olvidó que le prestaste tu nombre a Cortés? A él todos le decían Malinche,
porque andaba con gente como tú.
CORTÉS.-Es
inútil, Malinche… Déjalo ir. Le queda mucho resentimiento en su
corazón.
MALINCHE.-¿Les
tienes miedo a los prestanombres, Cuauhtémoc?
CUAUHTÉMOC.-Pues, francamente sí. Los conozco muy bien. Son los que
venden mi imagen. Venden patrias y venden hasta su propio Dios. ¡Yo me voy! (SE
ILUMINA LA PARTE ALTA DE LA MÁQUINA Y APARECE LA TRILOGÍA. LOS PRESTANOMBRES SE
PRECIPITAN HASTA ABAJO POR ENTRE LOS ENGRANES. LA ALARMA CESA).
GRINGO.-¡Stop!…
(CUAUHTÉMOC DETIENE SU SALTO HACIA LA FOSA Y SE QUEDA MIRANDO CON ASOMBRO Y
CURIOSIDAD A LA TRILOGÍA).
EUROPEO.-(EN
ALEMÁN) ¡¡Alto!!
MONJA.-¡Por no
conectar el sistema de seguridad, se nos metió un intruso! ¿Quién
será?
GRINGO.-(A
CUAUHTÉMOC) ¿You speak english?
CUAUHTÉMOC.-¿Eeeee?
GRINGO.-¿Quién
ser tú? ¿Quién eres?
CUAUHTÉMOC.-(SOCARRÓN) Soy un muerto.
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) ¿De qué nacionalidad?
CUAUHTÉMOC.-¿Qué
no se me nota este color bronceado?… ¿Creería usted si le dijera que vengo de
Dinamarca,… que soy Danés?
MONJA.-¿Eres
creyente?… ¿Tienes religión?
CUAUHTÉMOC.-Me
bautizaron a… fuerza, pero Tonatiuh es mi Dios.
GRINGO.-¿What
is your name?… ¿Cuál ser tu
nombre?
CUAUHTÉMOC.-Soy
señor de Tenochtitlán y para los amigos soy Cuauh.
TRILOGÍA Y
PRESTANOMBRES.- ¿¿Cuauh??…
CUAUHTÉMOC.-Cuauhtémoc.
GRINGO.-¿Mister
Cuauhtémoc?… ¡Cuauhtémoc! (A LOS PRESTANOMBRES) ¡Atrápenlo! Podemos
utilizarlo.
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) ¡Oui, oui!… Nos puede servir su tradición.
MONJA.-Pero debe
creer en nuestro Dios.
(LOS
PRESTANOMBRES SE LANZAN SOBRE CUAUHTÉMOC, PERO ESTE SALTA A SU FOSA Y SE PIERDE
EN ELLA. LOS PRESTANOMBRES SE INCLINAN HACIA LA FOSA Y GRITAN)
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡No tengas miedo Cuauhtémoc!
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Regresa!
PRESTANOMBRES
DOS.- ¡Ven acaaaaaá!
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Ven! Te interesa. Rescatamos para ti el Templo Mayor. (APARECE
CUAUHTÉMOC MOSTRÁNDOSE MUY INTERESADO).
CUAUHTÉMOC.-¡Cuál? ¿El que está junto a la Catedral?
PRESTANOMBRES
UNO.- Ese mismo. Puedes vivir en él como un rey.
CUAUHTÉMOC.-Lo
que quieren es que lo vaya a barrer. Todo por allí está hecho una
mugre.
PRESTANOMBRES
DOS.- Lo vamos a limpiar para ti y a convertirlo en un Centro Histórico
Nacional.
CUAUHTÉMOC.-¿Sin
vendedores de fayuca?
PRESTANOMBRES
MUJER.- Los acomodaremos en otro lugar.
CUAUHTÉMOC.-¿Y
las huelgas de hambre y los miles de plantones y manifestaciones que nunca
salen del atrio de la Catedral?
MONJA.-De la
Catedral yo me encargo. Ese es terreno de Dios. Yo me llenaré de ira y expulsaré
a los manifestantes del Templo.
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¿Ves, Cuauhtémoc? Todo está arreglado. Ven con nosotros.
LOS TRES
PRESTANOMBRES.- ¡Ven!
VOZ DE
CUAUHTÉMOC.- (LEJANA Y A GRAN PROFUNDIDAD) ¿Creen que estoy loco?… La monja
quiere hacer estampitas de cuando me quemaron los pies, venderlas a cinco pesos
o a lo mejor hasta diez. Yo me voy.
PRESTANOMBRES
MUJER.- (A LA TRILOGÍA) Ya no quiso regresar.
PRESTANOMBRES
DOS.- Se nos fue…
GRINGO.-¡Inútiles! ¡Incapaces!
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) ¡Ah, merde alors! Dejaron que se nos fuera una gran
oportunidad.
MONJA.-¡Esperen!
Habló de hacer estampitas… ¿San Cuauhtémoc? No se oye mal. O santa Malinche…
¡Santa Malinche!… Suena bien.
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) La hacemos santa y le fundamos un templo.
MONJA.-¿O San
Hernando Cortés?… Un santo conquistador. ¿Qué tal, San
Conquistador?…
GRINGO.-Santos
no. Hay que hacerlos militares, coroneles, generales…
MALINCHE.-(TRATA
DE BAJARSE) ¡Ya no aguanto esta penuria!… ¿Por qué no me ayudas Dioooos?
¡Tonatiuuuuh!
GRINGO.-¡Crazy!…
La mujer haberse vuelto loca…
MONJA.-¡Se va a
caer!
EUROPEO.-(EN
ALEMÁN) ¡Sujétenla! (LOS PRESTANOMBRES SUJETAN A LA MALINCHE Y SE INICIA UNA
LUCHA POR MANTENERLA SENTADA Y QUIETA)
MALINCHE.-¿Dónde
andas Cristooooo? ¡Sácame de aquiiii! ¡Huitzilopochtlllllll! ¡Quien sea!
Quiero esconderme en la tierra. Quiero estar con Cuauhtémoc, quiero largarme al
Mictlán.
EUROPEO.-¡Das
ist sehr gefaerlich! ¡No la dejen que se agite! ¡Es peligroso!
GRINGO.-Ya estar
muy vieja. Se puede morir.
MONJA.-Y está
sin confesar. (LOS PRESTANOMBRES SE ABRAZAN A LA SILLA. PERO LA MALINCHE SIGUE
CON FORCEJEOS Y CONVULSIONES)
GRINGO.-¿Y qué
esperar para aplicarle un medicamento?
PRESTANOMBRES
DOS.- Es que solo tenemos medicamentos de origen nacional.
GRINGO.-¡Filth! ¡filth!…
Entonces no ponerle nada, daría igual.
PRESTANOMBRES
UNO.- (ALARMADO) ¡Ahora sí!… La Malinche se nos muere.
PRESTANOMBRES
DOS.- La Malinche… se nos va.
MONJA.-¡Dios
mío!… (GRITANDO HACIA EL PÚBLICO) ¡Un cura! ¡Un cura! ¿No hay un cura en la sala
que la pueda confesar?
GRINGO.-¡Olvide
usted eso, madre! (MESÁNDOSE LOS CABELLOS) ¡Se nos va! ¡Se nos va!
MONJA.-¿Qué cosa
puede ser mejor que Dios?
GRINGO.-Los
tratados, el Libre Comercio, el GAT.
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) ¡Qué Malchance!
MONJA.-¡Que le
den los santos oleos!
(CON GRAN
ESFUERZO LA MALINCHE SE INCORPORA UN POCO, PERO CON LA MIRADA PERDIDA EN UN
ANGUSTIOSO DELIRIO)
MALINCHE.-¡Noooo!… ¡Déjalo! No te lo lleves, Cortés. (LOS PRESTANOMBRES
SE APARTAN ASUSTADOS)
CORTÉS.-¿Qué
dice?… ¿Qué yo me lleve qué?
MALINCHE.-Está
muy niño y necesita de su madre… También es mi hijo. ¡No te lo lleves,
Cortés!.
MONJA.-Dice que
le quitaste a su hijo.
CORTÉS.-Pero eso
fue hace mucho tiempo.
MALINCHE.-Conmigo estará mejor. Con tu primo tendrá lujos, pero no
tendrá ni mis cuidados, ni mi cariño.
GRINGO.-¿Qué
pasa? ¿Ya curarse la Malinche?
PRESTANOMBRES
MUJER.- No creo… Está delirando.
MALINCHE.-(EN
AGONÍA) ¡Me muero!… ¡Denme a mi hijo!… Quiero ver por última vez a mi Hernán
Cortés.
MONJA.-¡Que le
traigan a su hijo!… Puede ser la solución para que quiera vivir, para que quiera
hacer el Show.
GRINGO.-¡Cortés!
¿En dónde quedar el hijo que tú tener con la Malinche?
CORTÉS.-¡Sepa
Dios!
EUROPEO.-(FELIZ)
(EN ALEMÁN) ¡Ya sé!… ¡Hol ihn von
der strasse!… ¡Que lo traigan
de la calle!
GRINGO.-(AL
PRESTANOMBRES DOS) ¡Anda! ¡Traerlo tú! ¡Go! ¡Go!
PRESTANOMBRES
DOS.- ¿Yoooo?… (SEÑALANDO A LA GENTE DEL PÚBLICO) ¿Pero, entre toda esa gente
como los voy a encontrar?
GRINGO.-¡Trae al
primero que encuentres! ¡Todos son Martín Cortés!
(EL
PRESTANOMBRES DOS SE VA CORRIENDO ENTRE LA SALA Y PREGUNTANDO A TODOS LOS
CONCURRENTES).
PRESTANOMBRES
DOS.- ¿Martín Cortés?… ¿No?… ¿Martín Cortés? ¿No? etc. (CORTÉS APROVECHA LA
ATENCIÓN PUESTA EN EL PÚBLICO PARA ACERCARSE A LA FOSA QUE DEJARA CUAUHTÉMOC Y
SALTA)
GRINGO.-¡Stop,
Cortés! ¡Alto! ¿A dónde crees que vas, Cortés?
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) (A LOS PRESTANOMBRES) ¡Deténganlo!
MALINCHE.-(EN
GRITO DESESPERADO) ¡No te lo lleves, Corteeés!
PRESTANOMBRES
MUJER.- (INCRÉDULA) Saltó. Se atrevió.
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) ¡Idiota! ¡Nos sirven puros idiotas! ¿Por qué no clausuraron la
fosa?
PRESTANOMBRES
UNO.-Perdón, señor. Se nos olvidó. (LA MALINCHE SE MUEVE
PELIGROSAMENTE).
MALINCHE.-¿Por
qué me quitó a mi hijo? ¿Temía que le disputará el poder?…
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡La Malinche!
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Se va a caer!
MALINCHE.-¡Quiero que traigan a mi hijo! ¡Quiero verlo por última
vez!
GRINGO.-¿Qué
pasar con el hijo de Cortés? ¿Dónde estar?
MONJA.-¡Por
Dios! ¿No hay en la sala alguien que lo quiera representar?
(SE ESCUCHA UN
FUERTE RUIDO Y GRITERÍA DE VOCES SUBTERRÁNEAS AIRADAS QUE VAN EN CONSTANTE
AUMENTO DE VOLUMEN)
VOCES.-¡Fueeeera! ¡Fueraaaa del Mictlán!… ¡Sólo eso nos faltaba, que uno
de ustedes nos vinieran a perturbar!. (VEMOS SALIR DE LA FOSA A CORTÉS EN FORMA
ANGUSTIOSA Y DESESPERADA) ¿Ya ni muertos nos pueden dejar en paz?… ¿También aquí
nos quieren explotar y esclavizar? ¡Fuera! ¡Fuera del Mictlán!
CORTÉS.-(GRITA
HACIA LA FOSA) ¡Perdón, perdón!… Yo solo quería escapar. Yo solo quería… Estoy
muy cansado.
VOCES.-¡A
descansar a tu casa! Pero nunca en el Mictlán.
GRINGO.-(SOLTANDO UNA GRAN CARCAJADA ANTE LA EXPRESIÓN AVERGONZADA DE
CORTÉS) ¡Por allí no ser el camino, mi valiente capitán!… Tú ser extranjero. No
Mictlán.
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) No debemos preocuparnos. Por la fosa nunca se podrá escapar. (SE
ESCUCHAN DESDE AFUERA DEL TEATRO LOS GRITOS ESTRIDENTES DE MARTÍN CORTÉS. MARTÍN
TIENE UNA EDAD DE TREINTA AÑOS Y VISTE ROPA DE ÉPOCA ACTUAL. APARECE BUSCANDO
CON DESCONCIERTO ENTRE EL PÚBLICO Y ACTÚA Y GESTICULA CON TODA LA EXAGERACIÓN
MELODRAMÁTICA POSIBLE. LO SIGUE MUY DE CERCA EL PRESTANOMBRES DOS).
MARTÍN CORTÉS.-
¡Mamaaaaá!!… ¡Mamaaaaaá!!… ¿Dónde está mi mamaaaaaá? ¿Dónde está mi madrecita
chula? Mi mamacita… ¿Dónde está? (SE ABRAZA DESESPERADAMENTE A CUALQUIERA
SEÑORA DEL PÚBLICO, PERO EL PRESTANOMBRES DOS LO APARTA CON
VIOLENCIA).
PRESTANOMBRES
DOS.- ¡Esa no, imbécil!… (SEÑALA EL ESCENARIO) Es aquella. La que está allá.
(MARTÍN SE PRECIPITA HACIA EL ESCENARIO Y SE LANZA A LOS BRAZOS QUE LE TIENDE SU
MADRE. LA MALINCHE LLORA CON GRAN SENTIMIENTO MELODRAMÁTICO)
MALINCHE.-¡¡Hiijiiiitoooo!… ¡Hijito de mi alma!…
MARTÍN CORTÉS.-
(LA ABRAZA CON FRUICIÓN) ¡Mamaaaaá!… ¡Mamacita!
PRESTANOMBRES
DOS.- (A LA TRILOGÍA) Agarré el primero que pude.
MARTÍN
CORTÉS.-¿Cómo está mi viejecita chula? Mi viejecita santa. ¿Cómo está? ¿Cómo es
eso de que está en las últimas?… Digo… ¿Cómo fue que se puso tan
malita?
MALINCHE.-Ay,
hijito… Debe ser la edad. Ya cuando uno está viejo. (MARTÍN CORTÉS LA ACARICIA Y
LA BESA REPETIDAS VECES. LA MALINCHE LO APARTA Y LO CONTEMPLA CON EMBELESO)
¡Pero mira nada más como has crecido!… ¡Mira nada más qué grandote y qué buen
mozo te has puesto! ¡Ya eres todo un hombre!. Cómo pasa el tiempo, ¿verdad?
(SUELTA EL LLANTO) Y yo que no te veía desde que daba de mamar aquí. ¿Por qué no
volviste a verme?.
MARTÍN.-(LE
ACARICIA REPETIDAS VECES EL PELO Y LE BESA LAS MANOS) Este,… las preocupaciones,
mamá… la chamba… Cada vez es más complicado moverse en esta ciudad. ¡Vieras qué
difícil se está poniendo el tráfico!… Aaaah, pero eso sí,… te juro que todos los
días estuve trate y trate de venir a verte. (BESA SUS DEDOS EN FORMA DE CRUZ Y
COLOCA LA MANO SOBRE LA CABEZA DE LA MALINCHE) ¡Lo juro por estas canitas de
plata!.
MALINCHE.-¿Pues,
qué edad tienes ya?… Tanto dejé de verte, que hasta perdí la cuenta.
MARTÍN.-(ORGULLOSO) Tengo treinta y cinco años, mamá.
MALINCHE.-¿Treinta y cinco años?… ¿Y en tanto tiempo no volví a
verte?
MARTÍN.-Pero de
seguro te llegaron todas mis felicitaciones cada diez de mayo.
MALINCHE.-Eso,
sí. (METE LA MANO A SU SENO Y SACA UN BUEN FAJO DE TARJETAS POSTALES) Te
agradezco tanto tus consideraciones y tus detalles postales. ¿Ves? Las llevo
siempre conmigo y cerca de mi corazón. Muchas gracias, hijo.
MARTÍN.-¡Que
agradeces, mamá!… Era lo menos que podía hacer. Estaba dentro de mis
obligaciones.
MALINCHE.-¿Y no
has visto a tu papá? (A MARTÍN SE LE CONTRAE EL ROSTRO POR EL ODIO. CORTÉS SE
ESCURRE RÁPIDAMENTE Y LOGRA ESCONDERSE).
MARTÍN.-No,
mamá. No lo he vuelto a ver… Desde que se casó con otra y nos abandonó. Ya
sabes… mi tío, el primo de papá, se portó muy bien conmigo. Pero, muy pronto,
ya no pude estar con él.
MALINCHE.-¿Y eso
por qué?… Claro. Te maltrataba. ¡Maldito!
MARTÍN.-No. No
me maltrataba. Es que… pues… él era español y yo no.
MALINCHE.-Y el
muy maldito te hacía sentir la diferencia.
MARTÍN.-Pues,
así directamente, no mamá… pero no era muy parejo. (CON RENCOR) A sus hijos les
concedía muchas cosas que a mi no.
MALINCHE.-Debes
entender que ellos eran sus hijos.
MARTÍN.-¡Yo era
su sobrino!
MALINCHE.-(CON
TIMIDEZ) Es que… Tú eres mestizo.
MARTÍN.-(HACE
UNA PEQUEÑA PAUSA Y APRIETA LOS DIENTES CON RENCOR) ¡Desgraciadamente sí,
mamá!
MALINCHE.-(DOLIDA) ¿Desgraciadamente, Martín?… ¿Así te parece?… ¿Por eso
te alejaste todo el tiempo de mi lado? (MARTÍN SE DEBATE INTERNAMENTE Y LA
MALINCHE LO TOMA POR LOS BRAZOS Y LO SACUDE CON VIOLENCIA) ¿Por qué no volviste
a mi?… No quieres enfrentarte a tu origen de indio ¿Verdad?… ¿Es eso, verdad?…
¡Es eso!
MARTÍN.- No. No
es eso, mamá… Si me alejé de ti fue porque así tenía que ser… ¡Así se usa! ¿Qué
quieres?… ¿No lo hizo papá con nosotros? ¡Se largó!… Y yo… pues, no me iba a
quedar atrás. ¡Con alguien me tenía que desquitar! Y en aquel tiempo tú eras la
única… (ALEGRE) Pero, ahora… ¡Sabes una cosa, mamá!… Yo también abandoné a una
mujer con un hijo. ¿No te alegra, mamá? ¿No te alegra?. Te vengué.
MALINCHE.-¿Y por
qué me habría de alegrar?… ¡Al contrario!… Pobre mujer,… pobre niño.
MARTÍN.-¿Que no
entiendes, mamá?… ¡Yo te vengué! Así me desquité de lo que nos hizo mi
papá..
MALINCHE.-¿Así?…
¿Contra una mujer inocente y contra tu propio hijo?
MARTÍN.-Bueno…
Yo hice lo mismo que mi padre… Aunque… Lo que más deseo en estos momentos es
encontrarlo para poder cobrarme a puñetazos el estado en que te vengo a
encontrar, mamá. (CORTÉS, SIGILOSO, CAMBIA RÁPIDAMENTE DE ESCONDITE).
MALINCHE.-
¿Tanto odias a tu padre?
MARTÍN.-Bueno…
No… Mira mamá, esas son cosas que… (EXTROVERTIÉNDOSE) Bueno, ¡Sí! ¡Sí lo odio!
Yo no quisiera,… pero, si me pongo a hurgar en el fondo de mi corazón me doy
cuenta que lo odio. ¿Y sabes por qué?… Por que nunca estuvo contigo, porque te
dejó, porque te humilló, porque te hizo todo eso a ti, que eres lo que más
quiero en el mundo.
MALINCHE.-Y a
pesar de que soy lo que más quieres, te desquitaste conmigo abandonándome todo
el tiempo.
MARTÍN.-¿Desquitarme yo contigo?… ¡Eso nunca, mamá!… Ya te dije que
fueron las ocupaciones. Pero desquitarme… ¡Nunca! (ACARICIANDO A LA MALINCHE CON
MELOSIDAD) ¿Cómo se le ocurren esas cosas a mi viejecita chula? ¿Cómo voy a
desquitarme con mis canitas de plata… con mi ruquita, mi jefecita adorada? ¡Eso
no! ¿Cómo se le ocurren tales tonterías?… ¿Yooooo desquitarme contigo? ¡
Jamás!
MALINCHE.-¡Te
avergüenzas de tu mexicanidad!
MARTÍN.-¿De ser
mexicano?… Estás equivocada, mamá. Me siento orgulloso. Fíjate. Siempre que nos
vamos de parranda con los cuates nos emborrachamos con puro tequila y nos
echamos a cuanta vieja se nos ponga en frente para que nadie dude de nuestra
mexicanidad. Y cuando vamos ocho de nosotros en un solo carro, si alguien nos
mira feo, nos le cerramos, le hacemos pedazos su carro y lo pateamos. ¿Ahora qué
me dices?
MALINCHE.-¡Qué
horror! ¿Qué no trabajas?… ¿Qué no tienes alguna actividad más positiva para
demostrar algo de provecho!
MARTÍN.-¡Claro
que sí, mamá!… ¡Cómo crees que no!… Estoy a punto de agarrar un puesto en la
judicial. Eso si me va a quitar de plano los complejos y me voy a sentir más
seguro. ¡Te imaginas, mamá! Qué orgullosa te vas a sentir cuando me veas con mi
placa y mi pistola apantallando y asustando a todo el mundo… ¡Iiiiiiii ja jay!
¡Iiiiiiii ja jay! ¡Iiiiii ja jay!
MALINCHE.-
(ATERRADA) ¡Bastaaaaaaa!… ¡¡Yaaaaaa!!… ¡No aguanto más! ¿Esta cosa es mi hijo?…
¿Dónde está mi hijo?… ¿Él es?… No puede ser. ¿Quién me lo volvió así?… ¿Yo? Yo
no puedo tener la culpa de todo… ¡No! ¡No la tengo!… ¿O sí?… ¡No! ¡Yo no tengo
la culpa! ¿Quién? ¿Quién la tiene?… Yo…
(LA MALINCHE SE
VA RELAJANDO HASTA QUEDAR TRANQUILA. MARTÍN LA MIRA ESTUPEFACTO. SE HACE UN
SILENCIO SEPULCRAL EN EL QUE TODOS SE MIRAN ENTRE SÍ Y FINALMENTE SE QUEDAN
MIRANDO A LA MALINCHE. SE ESCUCHA EL TOQUE DE TROMPETA MILITAR POR LOS MUERTOS
Y LOS PRESTANOMBRES Y LA TRILOGÍA SE QUITAN SOMBREROS EN ACTITUD REVERENTE.
MARTÍN NO SABE QUÉ HACER Y CORTÉS VA SALIENDO POCO A POCO DE SU
ESCONDITE).
MARTÍN.-(ASUSTADO) ¿Qué pasó?
GRINGO.-She is dead.
Tu
madre murió.
MARTÍN.-¿Queeeeé?
GRINGO.-¡Son
of a bitch! ¡Se nos escapar la Malinche! (MARTÍN EMPIEZA A TOMAR POSES DE
ENLOQUECIDO Y ESTALLA EN ALARIDOS TRANSIDOS DE DOLOR)
MARTÍN.-¡¡Nooooo!!… (SE ABRAZA A SU MADRE Y LA INCORPORA PARA DIRIGIRSE
A ELLA INTERROGANTE) ¿Por qué? ¿Por qué?… ¿Por qué se fue mi viejecita santa?
¿Por qué se fue?… ¡Mi viejecita chula! ¿Por qué me abandonaste?… ¡Me quedé solo!
¡Me he quedado solo! ¡Solo y mi alma! ¡Mamaaaaá! ¡Mamacita! ¡Mamá! ¡No te vayas!
¡Regresa mamá! ¡Mamá! ¡Háblame mamá! (HACIA LOS OTROS, CON DECISIÓN) ¡Quiero lo
mejor para su entierro! ¡¡Quiero lo mejor!!.
MONJA.-¡Y se fue
sin confesar! ¡Dios la proteja y le perdone ese pecado tan grande! (A UN
PRESTANOMBRES) Dile a Martín Cortés que trate conmigo lo de las exequias y lo de
las misas gregorianas. Tengo precios muy razonables.
GRINGO.-¿Y qué
hacer ahora?… ¿Dónde conseguir otra Malinche para nuestro programa?
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) ¿Y si usáramos a Moctezuma?… No… ese está desprestigiado. Ese ya no.
Ilne sert a rien.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Fue mejor que se muriera… a mí ya me daba lástima esa pobre
mujer.
EUROPEO.-(EN
ALEMÁN) ¡Idioten! ¿Cómo pueden decir eso? Ella era la que les daba de tragar.
(CORTÉS SE APARTA DE SU ESCONDITE Y POCO A POCO SE VA ACERCANDO AL CADÁVER CON
EXPRESIÓN SERENA. LOS TRES PRESTANOMBRES MIRAN TODO COMO ENTERRADORES. MARTÍN
CORTÉS SIENTE LA PRESENCIA DE CORTÉS).
MARTÍN.-¿Y
usted,… quién es?
CORTÉS.-Soy tu
padre.
MARTÍN.-(SE PONE
DE PIE, INYECTADO DE FURIA) ¿Qué usted es…?
CORTÉS.-(TRANQUILO) Hernán Cortés.
MARTÍN.-(SE
LANZA CONTRA SU PADRE; PERO LA ACTITUD TRANQUILA DE CORTÉS LO DETIENE. LOS DOS
SE QUEDAN MIRANDO POR UN MOMENTO Y MARTÍN EMPIEZA A HACER GESTOS INFANTILES ANTE
LA PROXIMIDAD DEL LLANTO. MARTÍN ABRE LOS BRAZOS Y CORRE A ABRAZAR A SU PADRE)
¡¡Papaaaaaá!! (LLORA DESCONSOLADAMENTE SOBRE EL HOMBRO DE CORTÉS) ¡Se nos fue
mamá, papá! ¡Se nos fue!
CORTÉS.-(CONSOLADOR) Fue lo mejor, te lo juro.
MARTÍN.-(SE
APARTA) ¿Cómo puedes decir eso?
CORTÉS.-Ella lo
deseaba tanto… Ya no aguantaba este sitio. Quería desaparecer.
MARTÍN.-¿Qué
ella quería desaparecer?… ¡Mientes!
CORTÉS.-(SEÑALA
A LOS DEMÁS) ¡Pregúntales a ellos! Te aseguro que tu madre quería
desaparecer.
MARTÍN.-(FURIOSO) Fue porque la abandonaste… porque la dejaste… porque…
¿Por qué? ¿Por qué la dejaste? (LLORIQUEANTE) Ella te esperó. Siempre te
esperó.
CORTÉS.-¿Y cómo
sabes que esperaba, si nunca estuviste con ella?
MARTÍN.-Lo sé…
Lo sé… ¡Porque así debe ser! Ella te amaba… Ella siempre te fue fiel.
CORTÉS.-Yo mismo
la casé con Juan Jaramillo… No tenía por qué serme fiel.
MARTÍN.-¡Pues,
te fue fiel!
CORTÉS.-¿Por qué
tu lo dices?
MARTÍN.-¡Porque
así debe ser! (VUELVE CON SU MADRE Y SE POSTRA A SU LADO) Mi madre tenía que ser
pura… Era una madre abnegada… Mi madre era una santa.
(CANTA EN
VERSIÓN DE PEDRO INFANTE)
Cariño que Dios
me ha dado para quererlo,
Cariño que a mí
me quiere sin interés.
El cielo me dio
un cariño sin merecerlo
… (GRITA) ¿Dónde
estás ahora, mamaaaaá?
CORTÉS.-Está
descansando en el Mictlán.
MONJA.-(FURIOSA)
¡Está en el cielo!
CORTÉS.-¡Está en
el Mictlán!
MONJA.-¡En el
cielo!
CORTÉS.-¡¡En el
Mictlán!!
MONJA.-¡¡Está en
Criiiiiistooooo!! (SE ESCUCHA UNA VOZ CAVERNOSA QUE SALE DE LA FOSA DE
CUAUHTÉMOC)
VOZ.-¡Estaaaaá
een eeel Mictlaaaaaán!
MONJA.-¿Qué fue
eso?… ¿Quién habló?
CORTÉS.-(SONRIENDO) El Mictlán.
MARTÍN.-¿Se fue
y ya no va a regresar?
CORTÉS.-(SUSPIRANDO) Afortunadamente.
MARTÍN.-¿Y yo
qué voy hacer ahora? (VA A EMPEZAR A LLORAR DE NUEVO)
CORTÉS.-¡Deja de
llorar!
MARTÍN.-Cómo no
voy a llorar si… si madre solo hay una. (GRITA) ¿Qué voy a hacer?
GRINGO.-(DANDO
UN SALTO) ¡Eureka!… ¡Ocurrírseme una idea! Debemos actuar pronto… Pues ya
llegarse la hora de pasar al aire nuestra transmisión del Malinche
Show.
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) ¡Di tu idea!… Necesitamos continuar. Apresúrate.
MONJA.-¡Fue Dios
el que te iluminó! ¡Fue Dios!
GRINGO.-(A LOS
PRESTANOMBRES) ¡Meeting! ¡Meeting! ¡Pronto! Sesión de consejo…. ¡Vengan! ¡Come here!
(LOS PRESTANOMBRES TREPAN APRESURADAMENTE HASTA DONDE SE ENCUENTRA LA
TRILOGÍA Y SE JUNTAN A CONFERENCIAR. CORTÉS MUY ASUSTADO, SE ACERCA A
MARTÍN).
CORTÉS.-¡Pronto,
Martín!… Esos bellacos están tramando algo malo. ¡Tienes que ayudarme a escapar
de aquí! ¡Ayúdame, Martín!… No hay tiempo que perder… ¡Dame la muerte Martín!
(MARTÍN MIRA A CORTÉS CON EXPRESIÓN LLOROSA Y DISPLICENTE)
MARTÍN.-¿Que te
de…, qué?
CORTÉS.-Dame la
muerte.
MARTÍN.-Ya no,
papá. Ya te perdoné.
CORTÉS.-¡No es
cuestión de perdones!… Es mi salvación. (CORTÉS SE APARTA AL VER QUE LOS
PRESTANOMBRES BAJAN CON EXPRESIONES NO MUY CONVENCIDAS Y HOSCAS. LOS DE LA
TRILOGÍA SE FELICITAN CON ENTUSIASMO)
GRINGO.-(GRITANDO) ¡Martín Cortés!
MARTÍN.-(DESCONCERTADO) ¿Quién?… ¿Yo?
MONJA.-¡Si! ¡Tú!
Ven querido. Sube acá. ¡Dios nos iluminó! (MARTÍN BUSCA CON LA MIRADA A
CORTÉS)
CORTÉS.-No
subas. Martín,.. No subas.
EUROPEO.-(EN
ITALIANO) Te estamos esperando, muchacho, ven acá.
(MARTÍN MIRA A
LOS PRESTANOMBRES Y ESTOS LE VOLTEAN GROSERAMENTE LA CARA. MARTÍN DECIDE SUBIR
HASTA DONDE SE ENCUENTRAN LOS DE LA TRILOGÍA Y ENTRA EN CONFERENCIA CON
ELLOS)
CORTÉS.-(ACARICIA CON TERNURA A LA MALINCHE. DE PRONTO, EMPIEZA A
PALMEAR, A ZAPATEAR Y A CANTAR EN CANTE JONDO) ¡Ay, Malinche, ay Malinche! ¡Como
me gustaría acompañarte!… Ahora… aquí solo… ¿Quién comprenderá mi pena? ¿Quién
aliviará mis achaques? (VOLTEA CON ESPERANZA HACIA LA PARTE ALTA DE LA MAQUINA)
¿Podrá ser Martín Cortés? (LOS PRESTANOMBRES SE APARTAN UN POCO).
PRESTANOMBRES
UNO.- (MOLESTO) ¡Pues no me gusta la cosa!
PRESTANOMBRES
MUJER.- La idea es buena.
PRESTANOMBRES
DOS.- ¡Estúpida! A mi no me gusta nada eso de nombrarlo jefe.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Pues, pues yo pienso que hay trabajo para todos.
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Pero, jefe!… ¿Por qué él?
PRESTANOMBRES
DOS.- Cualquiera de nosotros dos puede ser jefe. Tenemos más
antigüedad.
PRESTANOMBRES
MUJER.- Saben su cuento. (CON INTERÉS) ¿Ustedes creen que Martín ya este
casado?
PRESTANOMBRES
DOS.- ¡Estúpida! ¿Ya nos piensas traicionar?
PRESTANOMBRES
MUJER.- Pues… aunque esté casado, se puede divorciar…
PRESTANOMBRES
UNO.- (AMENAZANTE) ¡Mira, idiota… si tú nos traicionas!…
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Calma, calma!… Probablemente Martín Cortés no acepte.
PRESTANOMBRES
DOS.- Eso crees… (VEMOS COMO LA EXPRESIÓN DE MARTÍN CORTÉS HA CAMBIADO POR UNA
EXPRESIÓN LLENA DE JÚBILO Y ENTUSIASMO) ¡Miren allá arriba!
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Maldito! ¡Qué pronto olvidó a su madre! (LA MONJA LE ENTREGA A MARTÍN UNA
BATA CON EL LETRERO “SERVICIO DE MANTENIMIENTO DE LA MALINCHE” Y MARTÍN SE LA
VISTE CON ENTUSIASMO)
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Que bárbaro! Ya hasta le dieron la bata.
PRESTANOMBRES
UNO.- ¡Ya nos pasaron a torcer!
PRESTANOMBRES
DOS.- Me gustaría saber que prebendas le ofrecieron…
PRESTANOMBRES
MUJER.- (ENVALENTONADA) Adiós, chiquitos, ya tengo otro corazón… (LOS DOS
PRESTANOMBRES AMENAZAN CON PEGARLE) ¡Sssssht! ¡Cuidado! Ya baja mi nuevo
campeón. (VEMOS BAJAR A MARTÍN CON SU BATA PUESTA Y ZARANDEÁNDOSE CON ORGULLO AL
ACERCARSE A LOS PRESTANOMBRES).
MARTÍN.-(AUTORITARIO) ¡Vamos muchachos!… ¡Llegó la hora del trabajo!… ¡A
trabajar! Viene el show. (A UN PRESTANOMBRES) ¡Tú! Trae la cámara uno… (AL OTRO)
¡Tú! Trae la cámara dos. (A LA MUJER) Y tú… Me traes el maquillaje, una peluca…
y un abrigo de visón ¡Rápido!
PRESTANOMBRES
MUJER.- (COQUETA) Como tú ordenes, mi amor… (SALE CORRIENDO).
PRESTANOMBRES
UNO.- (SARCÁSTICO) ¿No estaba muerta tu madre? (MARTÍN LE PROPINA UN PUÑETAZO
QUE LO HACE RODAR POR TIERRA. MARTÍN SE LE ACERCA SENTENCIOSO)
MARTÍN.-¡Uno! No
discutir a mi madre. ¡Dos! Considerarme ya el jefe. ¡Tres! Obedecer mis órdenes
o esto para ti se termina. ¿Entendido?.
PRESTANOMBRES
UNO.- (SE LEVANTA ASUSTADO) Sí… si, señor.
PRESTANOMBRES
DOS.- (AL RECIBIR LA MIRADA DE MARTÍN) ¡Yo también, yo también… (LOS DOS
PRESTANOMBRES VAN POR LAS CÁMARAS).
GRINGO.-¡Bravo!
Ese es mi campeón.
EUROPEO.-(EN
ALEMÁN) ¡Bravo! Tiene autoridad el muchacho.
MONJA.-Bajó
hecho todo un Moisés.
CORTÉS.-(ALARMADO, SE ACERCA A MARTÍN) Oye Martín… ¿Qué te
pasa?
MARTÍN.-(APARTA
A CORTÉS) ¡Hazte a un lado, viejo! No estorbes a tu patrón.
CORTÉS.-¿Mi
patrón?… Oye, Martín…
MARTÍN.-(PALMEA
CON LAS MANOS Y GRITA AUTORITARIO) ¿Ya están listas esas cámaras?… ¡Pronto! Que
ya me muero de ganas porque empiece la transmisión (REGRESA LA MUJER CON LA
PELUCA, EL MAQUILLAJE Y EL ABRIGO).
PRESTANOMBRES
MUJER.- ¡Aquí tienes lo que pediste!
MARTÍN.-(ACERCÁNDOSE A LA MALINCHE) ¡Dejen las cámaras! Denme una mano.
Vengan aquí. (LOS DEMÁS SE ACERCAN Y LE AYUDAN A MARTÍN A LEVANTAR A LA
MALINCHE).
CORTÉS.-
(ATERRADO, SE ACERCA) ¡No, Martín! ¡No hagas eso! ¡No! ¡Respeta a tu
madre!…
MARTÍN.-(DA UN
EMPUJÓN TAN FUERTE A CORTÉS, QUE LO HACE CAER) ¡Apártate, viejo!… ¡No estorbes!…
Ya te llegará tu hora en el show. (AYUDADO POR LOS OTROS, MARTÍN LE PONE UNA
PELUCA RUBIA A LA MALINCHE, LE APLICA UN MAQUILLAJE CLARO Y LE PINTA LOS LABIOS
DE COLOR Y DESPUÉS LA CUBRE CON EL ABRIGO DE VISÓN) ¡Traigan una silla! (LA
MUJER CORRE POR UNA SILLA Y LA COLOCA EN LA MITAD DEL ESCENARIO, MIENTRAS QUE
LOS PRESTANOMBRES CARGAN A LA MALINCHE Y LA SIENTAN MIRANDO HACIA LA TRILOGÍA.
MARTÍN LEVANTA LA CABEZA INCLINADA DE LA MALINCHE) ¿Qué les parece, eh? ¿Así
está bien?
GRINGO.-¡Excelente!
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) ¡Eres un genio, Martín! ¡Un genio!
MONJA.-Así,
hasta parece gente de razón.
MARTÍN.-Ustedes
dicen. ¿Cuándo empezamos?
EUROPEO.-(EN
FRANCÉS) (CHECA RELOJ) ¡C’est I’heure! ¡Ya es hora!
MONJA.-Estamos
listos. ¡Gracias a Dios!
GRINGO.-Ya es
hora de que comenzar nuestro programa. (A UNA SEÑA DE MARTÍN, LOS PRESTANOMBRES
VAN POR LAS CÁMARAS Y MANIPULAN BOTONES Y PALANCAS QUE HACEN QUE CAMBIE LA
ILUMINACIÓN. LA MUJER VA POR EL BOOM, CUYO MICRÓFONO HACE LLEGAR CERCA DE LA
MALINCHE).
MARTÍN.-¿Están
listas las cámaras?
PRESTANOMBRES
UNO.- Están listas, señor.
MARTÍN.-¿El
sonido?
PRESTANOMBRES
MUJER.- Listo, mi amor.
MARTÍN.- ¡Vamos
al aire! ¡Red de las Américas! ¡Traigan otra silla y sienten en ella al viejo!
Quiero que sea visto durante toda la transmisión. (LOS PRESTANOMBRES CARGAN EN
VILO A CORTÉS Y LO SIENTAN JUNTO A LA MALINCHE. CORTÉS NO AGUANTA MÁS Y SE
SUELTA A LLORAR. LOS PRESTANOMBRES LEVANTAN A LA MALINCHE Y MARTÍN SE SIENTA EN
LA SILLA PARA QUE SU MADRE LE SEA PUESTA SOBRE LAS PIERNAS) ¡Vamos a empezar!…
¡Silencio! ¿Listos?… Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres… (TRATA
DE MANTENER DERECHA A LA MALINCHE, COMO SI SE TRATARA DE UN MUÑECO DE
VENTRÍLOCUO. ENTRA LA MÚSICA FESTIVA DE INICIO DE PROGRAMA Y LOS COROS DE
PRESENTACIÓN DEL PROGRAMA DE T.V.)
GRINGO.-(EN
PRESENTACIÓN DE CIRCO) ¡Ladys and gentlemen, this is the…
TRILOGÍA.-¡¡¡Malinche Shoooow!! (CON LOS BRAZOS ESTIRADOS SEÑALAN HACIA
DONDE ESTÁ EL GRUPO DE MARTÍN CORTÉS)
COROS.-¡Aquí,
aquí está la Malinche! ¡Mírenla! ¡Aquí, aquí está la Malinche! ¡Véanla! Sigan su
ejemplo, sigan, sigan su traición.
(VEMOS MOVERSE A
LA MALINCHE COMO UN MUÑECO Y LA ESCUCHAMOS HABLAR CON VOZ METÁLICA Y TIPLUDA.
SALUDA EN TODOS LOS IDIOMAS AL AUDITORIO. VEMOS COMO ES OBVIAMENTE MOVIDA POR
MARTÍN. PARA CORTÉS ES IMPOSIBLE CONTENER UN CONMOVEDOR LLANTO)
MALINCHE.-¡Queridísimos amigos!… Están ustedes de nuevo ante el programa
que tanto han favorecido con su atención… ¡EL MALINCHE SHOW!
Un
programa con todos los ingredientes extranjeros que usted necesita. Un programa
para olvidar las miserias que tiene a su alrededor. Piense en otro mundo ajeno
al suyo, un mundo ajeno a su realidad. ¿Su realidad? ¿Para qué la quiere
conocer? ¡Es fea! Distráiganse con la fantasía de otros países que le presenta
la televisión, el cine, las fotonovelas, el teatro… Siempre que sean cosas que
estén lo más lejos de la verdad. Y ese es precisamente el fin que nuestro
programa tiene para con ustedes… ¡Nada de realidad! Pero antes de iniciar de
lleno nuestro programa, tengo un importante mensaje para ustedes. ¡Amigos
inversionistas extranjeros, tienen aquí un campo abierto para invertir! Les
damos todo, todo… Y si les va muy mal, no se preocupen. Nosotros los
subsidiamos. ¡Vengan! ¡Vengan!… ¡Yo les ayudaré a conquistar nuestra
nación!
TELÓN
FINAL
SINOPSIS
La Malinche es
conservada muy anciana hasta nuestros tiempos por una compleja y moderna
maquinaria para seguir fomentando el malinchismo todos los días por la
televisión, y demás medios de comunicación, conduciendo el programa “MALINCHE
SHOW”. También se conserva en el mismo estado a Hernán Cortés como un recurso
para que la reconquiste de nuevo cuando ella se niegue a llevar a cabo el
programa. La obra empieza cuando la Malinche se niega rotundamente a
hacerlo