Harold Pinter
POLVO ERES
PERSONAJES
Devlin
Rebecca
Ambos en los cuarenta y tantos años
ÉPOCA:
Ahora
Una casa en el campo.
Salón de la planta baja. Ventanal
Perspectiva de un jardín.
Un sofá. Un sillón. Dos lámparas
normales.
Atardecer.
El salón se ensombrece durante la
representación. La luz eléc-
trica se intensifica.
Al concluir la pieza el salón y el
jardín se definen muy tenua-
mente.
La luz eléctrica se ha intensificado
pero no alcanza a ilumi-
nar la estancia.
Devlin de pie con un vaso
en la mano. Rebecca sentada.
Silencio.
Rebecca
Bueno... por ejemplo... él se detenía
detrás de mí y apre-
taba el puño. Y luego ponía su otra
mano sobre mi cue-
llo y lo apretaba hasta acercar mi
cabeza a su cuerpo. Su
puño ... rozaba mi boca. Y decía:
"Besa mi puño".
Devlin
¿ y tú le obedeciste?
Rebecca
Claro que sí. Besé su puño. Los
nudillos. Entonces él
abría la mano y me ofrecía la palma ...
para besarla ... y yo
la besaba ...
(pausa)
y entonces yo hablaba.
Devlin
¿ y tú qué decías? ¿Qué cosas decías?
¿Qué decías tú?
(pausa)
Rebecca
Yo decía "Pon tu mano en mi
garganta". Lo murmura-
ba mientras besaba su mano, a través de
su mano, pero
él escuchaba mi voz, la escuchaba a
través de su mano,
sentía mi voz en su mano, allí la
escuchaba.
(Silencio)
Devlin
¿Lo hizo realmente? ¿Colocó la mano
alrededor de tu
cuello?
Rebecca
Por supuesto. Lo hizo. Lo hizo. Detuvo
allí la mano,
muy suave, muy suavemente. Es que me
adoraba,
¿sabes?
Devlin
¿Te adoraba?
(pausa)
¿Qué quieres decir, te adoraba? ¿Qué
quieres decir?
(pausa)
¿Quieres decir que te apretaba la
garganta? ¿Qué estás
diciendo?
Rebecca
No.
Devlin
¿Entonces qué? ¿Qué estás diciendo?
Rebecca
Aplicó un poco de ... presión ... en mi
cuello, sí. Hizo que
mi cabeza se fuera hacia atrás,
suavemente, pero cierta-
mente.
Devlin
¿Y tu cuerpo? ¿A dónde se fue tu
cuerpo?
Rebecca
Hacia atrás, mi cuerpo se fue hacia
atrás, lenta pero cier-
tamente.
Devlin
¿De manera que tus piernas se iban
abriendo?
Rebecca
Sí.
(pausa)
Devlin
¿Tus piernas se abrían?
Rebecca
Sí.
(Silencio)
Devlin
¿Sentiste que te hipnotizaban?
Rebecca
¿Cuándo?
Devlin
Ahora.
Rebecca
No.
Devlin
¿De verdad?
Rebecca
No.
Devlin
¿Por qué no?
Rebecca
¿Por quién?
Devlin
Por mí.
Rebecca
¿Tú?
Devlin
¿Qué te parece?
Rebecca
Me parece que eres un puerco
fornicador.
Devlin
¿Un puerco fornicador? ¿Yo? Estás
bromeando.
(Rebecca
sonríe)
Rebecca
¿Bromear yo? Tú debes estar bromeando.
(pausa)
Devlin
Comprendes por qué te hago estas
preguntas, ¿verdad?
Ponte en mi lugar. Estoy obligado a
hacerte preguntas.
Hay tantas cosas que ignoras. Yo no sé
nada ... nada
sobre este asunto. Estoy en la
oscuridad. Necesito luz.
¿O a ti te parece que mis preguntas no
son legítimas?
(pausa)
Rebecca
¿Cuáles preguntas?
(pausa)
Devlin
Mira. Para mí sería muy importante que
lo definieras ... a
él... más claramente.
Rebecca
¿Definirlo? ¿Qué quieres decir,
definirlo?
Devlin
Físicamente. Quiero decir, ¿qué aspecto
físico tenía en
realidad? ¿Me entiendes? Qué tan largo,
qué tan ancho ...
cosas así. Altura, anchura ... Quiero
decir, sin tomar en
cuenta su disposición ... cualquiera
que ésta haya sido .. .
o su rango ... espiritual... sólo
quiero, bueno, necesito .. .
tener una idea más clara de él... es
decir, no una idea
más clara ... sólo una idea, realmente
... porque no tengo
la menor idea ... tal y como están las
cosas ... del aspecto
de este hombre. Quiero decir, ¿cómo
era? ¿Puedes darle
una forma, una forma concreta, para mí?
Quiero una
imagen concreta de él, ¿ves? .. una
imagen que pueda
llevarme conmigo. Quiero decir, tú sólo
hablas de sus
manos, una mano cubriéndote la cara, la
otra tomándo-
te de la nuca, luego la primera esta
vez en tu garganta.
¿Este hombre, es puras manos? ¿Qué tal
sus ojos?
¿Tenía ojos?
Rebecca
¿De qué color?
(pausa)
Devlin
Eso es, precisamente, la pregunta que
te estoy hacien-
do ... mi amor.
Rebecca
Qué extraño que alguien me llame mi
amor. Nadie me
ha llamado mi amor. Aparte de mi
amante.
Devlin
No lo creo.
Rebecca
¿Qué es lo que no crees?
Devlin
No creo que jamás te haya llamado mi
amor.
(pausa)
¿Te parece ilegítimo mi uso de la
palabra?
Rebecca
¿Qué palabra?
Devlin
Mi amor.
Rebecca
Es cierto, tú me llamaste mi amor. Qué
chistoso.
Devlin
¿Chistoso? ¿Por qué?
Rebecca
¿Cómo puedes tú llamarme mi amor? Yo no
soy tu amor.
Devlin
Sí que lo eres.
Rebecca
Pues no quiero ser tu amor. Es la última
cosa que quie-
ro ser. Yo no soy el amor de nadie.
Devlin
Esa es una canción.
Rebecca
¿Qué cosa?
Devlin
I'm nobody's baby now
Rebecca
No. La canción dice You're nobody's baby now. No yo, tú.
Pero de todos modos yo no usé la
palabra baby.
(pausa)
No puedo decirte nada sobre su
apariencia.
Devlin
¿Lo has olvidado?
Rebecca
No. No lo he olvidado. Pero ese no es
el asunto. De
todos modos, él se fue hace muchos
años.
Devlin
¿Se fue? ¿A dónde se fue?
Rebecca
Su trabajo se lo llevó. Tenía un
empleo.
Devlin
¿Qué era?
Rebecca
¿Qué?
Devlin
¿Qué clase de empleo? ¿Qué empleo?
Rebecca
Creo que era algo relacionado con una
agencia de viajes.
Creo que era una especie de correo. No,
no era eso. Ese
era sólo un trabajo ocasional. Quiero
decir que ese era
parte de su empleo en la agencia. Tenía
un puesto muy
alto, ¿sabes? Tenía muchas
obligaciones.
(pausa)
Devlin
¿ Qué clase de agencia?
Rebecca
Una agencia de viajes.
Devlin
¿Qué clase de agencia de viajes?
Rebecca
Él era un guía, ves. Un guía.
Devlin
¿Un guía de turistas?
(pausa)
Rebecca
¿Te he contado alguna vez sobre ese
lugar ... la vez que
me llevó a ese lugar?
Devlin
¿Qué lugar?
Rebecca
Estoy segura que ya te lo conté.
Devlin
No. Nunca me lo dijiste.
Rebecca
Qué gracioso. Juraría que lo había
hecho. Que te lo
había contado.
Devlin
No me has contado nada. Jamás habías
hablado sobre él
antes. No me has contado nada.
(pausa)
¿Qué lugar?
Rebecca
Ay, una especie de fábrica, supongo.
Devlin
¿Qué quieres decir, una especie de
fábrica? ¿Era una
fábrica o no lo era? Y si era una
fábrica, ¿qué clase de
fábrica era?
Rebecca
Bueno, fabrican cosas, como en
cualquier fábrica. Pero
no era una fábrica común y corriente.
Devlin
¿Por qué no?
Rebecca
Todos usaban gorras... los
trabajadores... gorras sua-
ves ... y se las quitaron cuando él
entró, conduciéndome,
llevándome entre las filas de
trabajadores ...
Devlin
¿Se quitaron las gorras? ¿Quieres decir
que se descu-
brieron ante ti?
Rebecca
Sí.
Devlin
¿Por qué lo hicieron?
Rebecca
Él me dijo después que era porque le
tenían un gran res-
peto.
Devlin
¿Por qué?
Rebecca
Porque dirigía la fábrica con enorme
disciplina. Tenían
una fe total en él. Respetaban ... su
pureza ... su ...
convicción. Lo habrían seguido por un
despeñadero, por él se
habrían arrojado al mar, si él se lo
hubiese pedido, dijo
él. Hubieran cantado en un coro, con
tal de que él los
dirigiera. De hecho, él dijo que eran
muy musicales.
Devlin
¿Y qué opinaron de ti?
Rebecca
¿De mí? Ay, fueron muy dulces. Yo les sonreí.
E inme-
diatamente cada uno de ellos me sonrió
de vuelta.
(pausa)
Lo único malo era ... el lugar era muy
húmedo.
Excesivamente húmedo.
Devlin
¿Y no estaban vestidos apropiadamente
para el clima?
Rebecca
No.
(pausa)
Devlin
¿No me dijiste que él trabajaba para
una agencia de via-
jes?
Rebecca
y una cosa más. Yo quería ir al baño.
Pero simplemente
no podía hallarlo. Lo busqué por todas
partes. Estoy
segura de que tenían un baño. Pero
nunca averigüé
dónde estaba.
(pausa)
Es cierto que él trabajaba para una
agencia de viajes.
Era un guía. Acostumbraba ir a la
estación local del tren
paseándose por el andén y arrancando a
los bebés de los
brazos de sus aullantes madres.
(pausa)
Devlin
¿Eso hacía?
(Silencio)
Rebecca
Por cierto, estoy terriblemente
molesta.
Devlin
¿De veras? ¿Por qué?
Rebecca
Por esa sirena de la policía que
escuchamos hace un par
de minutos.
Devlin
¿Cuál sirena de la policía?
Rebecca
¿No la oíste? Seguro que la oíste. Hace
apenas un par de
minutos.
Devlin
¿Y qué?
Rebecca
Nada, que estoy terriblemente molesta.
(pausa)
¿No quieres saber por qué? Bueno, te lo
diré de todos
modos. Si no te lo digo a ti, ¿a quién
podría contárselo?
Es que tuve una sensación muy fuerte. A
medida que la
sirena se iba alejando de mi oído,
¿ves?, supe que se iba
haciendo cada vez más y más ruidosa
para otra persona.
Devlin
¿ Quieres decir que alguien la está
escuchando siempre,
en alguna parte? ¿Es eso lo que estás
diciendo?
Rebecca
Sí. Siempre. Eternamente.
Devlin
¿Eso te hace sentirte segura?
Rebecca
¡No! ¡Me hace sentirme insegura!
Terriblemente insegu-
ra.
Devlin
¿Por qué?
Rebecca
Detesto que el ruido se desvanezca.
Detesto el eco que
se va yendo. Detesto que me abandone.
Detesto perder-
lo. Detesto pensar que otra persona lo
posee. Quiero
que sea mío, todo el tiempo mío. Es un
sonido tan her-
moso. ¿No te parece?
Devlin
No te preocupes, siempre habrá otro
ruido. Hay uno
que ya viene en camino. Créeme.
Volverás a escucharlo
otra vez, pronto. En cualquier momento.
Rebecca
¿Tú crees?
Devlin
Seguro. La policía es gente muy
atareada. Tienen tantas
cosas que hacer. Tienen tanto que
cuidar, tanto que vigi-
lar. Todo el tiempo están recibiendo
señales, casi siem-
pre en clave. No hay ningún minuto del
día en que no
estén escabulléndose de un lugar a otro
del mundo, en
sus carros patrulla, haciendo sonar sus
sirenas. De
manera que al menos eso te puede
reconfortar. ¿O no?
Nunca más estarás sola. Nunca te
faltará una sirena de
la policía. Te lo prometo.
(pausa)
Escúchame. El tipo éste del que estabas
hablando ... Me
refiero a este tipo del cual hemos
estado hablando tú y
yo ... por así decirlo ... ¿Cuándo lo
conociste exactamen-
te? Quiero decir, ¿cuándo pasó todo
esto, exactamente?
Yo no he... cómo puedo decirlo... no
tengo clara la
situación. ¿Fue antes o después de
conocerme a mí? Es
un asunto de una cierta importancia.
Estoy seguro de
que así lo entiendes.
Rebecca
Por cierto, hay algo que me estoy
muriendo por decirte.
Devlin
¿Qué?
Rebecca
Sucedió mientras escribía una nota,
unas notas para la
lavandería ... Bueno ... para ser
franca ... una lista de lavan-
dería ... Bueno, pues puse mi pluma en
la mesita del café
y se fue rodando.
Devlin
¿De veras?
Rebecca
Se fue rodando y cayó en la alfombra.
Frente a mis pro-
pios ojos.
Devlin
Dios mío.
Rebecca
Esta pluma, esta pluma perfectamente
inocente.
Devlin
¿Cómo sabes que era inocente?
Rebecca
¿Por qué no?
Devlin
Porque no sabes dónde estuvo antes. No
sabes cuántas
manos la detuvieron, cuántas manos han
escrito con
ella, qué han hecho con ella otras
personas. No sabes
nada acerca de su historia. No conoces
la historia de sus
padres.
Rebecca
Una pluma no tiene padres.
(pausa)
Devlin
No puedes estar allí sentada y decirme
semejantes cosas.
Rebecca
Puedo estar sentada aquí.
Devlin
No puedes sentarte allí y decir
semejantes cosas.
Rebecca
¿No crees que tengo derecho a sentarme
aquí? ¿No me
concedes el derecho de sentarme en esta
silla, en la casa
que habito?
Devlin
Te estoy diciendo que no tienes derecho
a sentarte en
esa silla o en la silla que sea y decir
las cosas que estás
diciendo sin importar que vivas o no
vivas aquí.
Rebecca
¿No tengo derecho a decir qué cosas?
Devlin
Que la pluma era inocente.
Rebecca
¿Tú crees que era culpable?
(Silencio)
Devlin
Te estoy dejando libre. ¿Lo has notado?
Estoy permi-
tiendo que te me escapes. O quizás soy
yo el que se
escapa. Es peligroso. ¿Te das cuenta?
Estoy en arenas
movedizas.
Rebecca
Igual que Dios.
Devlin
¿Dios? ¿Dios? ¿Te parece que Dios se
está hundiendo
en arena movediza? Qué percepción
verdaderamente
asquerosa. Llamarla percepción es darle
dignidad a tu
idea. Ten cuidado cómo te expresas de Dios.
No tene-
mos más que uno. Si lo dejas irse, no
regresará. Ni
siquiera nos mirará de reojo. En ese
caso, ¿qué vas a
hacer? ¿Te imaginas lo que sería un
vacío sin Dios? Es
corno si Inglaterra jugara contra
Brasil en el estadio de
Wembley sin un solo espectador
presente. ¿Te imaginas?
Jugando ante un estadio totalmente
vacío. El match del
siglo. Silencio absoluto. Ni un alma
mirando. Absoluto
silencio. Aparte del silbato del referi
y una buena dosis
de joder y simular. Si te apartas de
Dios, quiere decir
que el grande y noble juego llamado
fútbol caerá en des-
uso permanente. No habrá tiempo extra
para marcar
después del tiempo extra después del
tiempo extra, nin-
guna manera de meter goles en el tiempo
eterno sin fin.
Ausencia. Empate. Parálisis. Un mundo
sin equipo ven-
cedor. Espero que entiendas lo que te
estoy diciendo.
(pausa)
Ahora déjame añadir lo siguiente. Hace
un ratito hiciste
una referencia ... digamos ... hiciste
una referencia un
tanto oblicua a tu amiguito ... ¿tu
amante? .. y a los bebés
y a las madres, etc. Y a los andenes.
De ello inferí que
me estabas hablando de alguna especie
de atrocidad.
Ahora déjame preguntarte una cosa. ¿Qué
derecho crees
poseer para discutir una atrocidad
semejante?
Rebecca
Yo no tengo ningún derecho. A mí nunca me
ha sucedi-
do nada. A ninguno de mis amigos les ha
sucedido
nunca nada. Yo nunca he sufrido. Mis
amigos tampoco.
Devlin
Bien.
(pausa)
¿Quieres que hablemos más íntimamente?
Hablemos de
cosas más íntimas, hablemos de algo más
personal,
hablemos de algo dentro de tu propia
experiencia inme-
diata. Quiero decir, por ejemplo,
cuando el peinador
toma tu cabeza entre sus manos y
empieza a lavar muy
suavemente tu pelo y darle masaje a tu
cuero cabelludo,
cuando el peinador hace esto, cuando tú
cierras los ojos
y él hace eso, tú confías absolutamente
en él, ¿no es
cierto? No es sólo tu cabeza lo que
tiene entre sus
manos, ¿verdad que no?, es tu vida, es
tu bienestar ...
espiritual.
(pausa)
Lo que quería saber era esto ... cuando
tu amante colocó
su mano sobre tu cuello, ¿te recordó a
tu peinador?
(pausa)
Estoy hablando de tu amante. El hombre
que trató de
asesinarte.
Rebecca
¿Asesinarme?
Devlin
Darte la muerte.
Rebecca
No, no. No trató de asesinarme. No
quería asesinarme.
Devlin
Te sofocó y te estranguló. ¿Cuál es la
diferencia? Tú
misma me lo has contado. ¿No es lo que
él hizo?
Rebecca
No, no. Me compadeció. Me adoraba.
(pausa)
Devlin
Este tipo, ¿tenía un nombre? ¿Era
extranjero? ¿Y dónde
me encontraba yo ene se momento? ¿Qué
quieres que
piense? ¿Me fuiste infiel? ¿Por qué no
confiaste en mí?
¿Por qué no confesaste? Te hubieras
sentido mucho
mejor. De verdad. Pudiste haberme
tratado como a un
cura. Me hubieras picado el amor
propio. Siempre he
querido que me piquen el amor propio.
Ha sido una
ambición de toda mi vida. Ahora he
perdido mi gran
oportunidad. Al menos que todo esto
haya ocurrido
antes de conocerte. En cuyo caso no
estás obligada a
contarme nada. Tu pasado no es asunto
mío. Además,
no tuve pasado. Cuando dedicas tu vida
al estudio,
corno yo, no permites que te distraigan
las realidades
humorísticas, tú sabes, las tetas y
cosas así. Tu mente
está en otras cosas, como saber si tu
ama de casa es una
persona atenta, si puede servirte
huevos con jamón
después de las once de la noche, si la
cama está calien-
te, si el sol se levanta en la
dirección correcta, si la sopa
está fría. Sólo de tarde en tarde
jugueteas con la nalga de
la mucama -suponiendo que hay una
mucama, no
nalga- pero por supuesto nada de esto
es válido si tie-
nes una esposa. Cuando estás casado,
dejas que el pen-
samiento, las ideas, la reflexión,
tomen su propio curso.
Lo cual significa que nunca permites
que el mejor hom-
bre gane. Que se joda el mejor hombre,
ese ha sido
siempre mi lema. El hombre que llega a
la meta es el que
esquiva los golpes y prosigue adelante
sin importarle el
viento o el clima. Un hombre con
testículos y aplica-
ción.
(pausa)
Un hombre al que todo le vale mierda.
Un hombre con
un rígido sentido del deber.
(pausa)
No hay contradicción alguna entre estas
dos afirmacio-
nes. Créeme.
(pausa)
¿Estás siguiendo la lógica de mi
argumento?
Rebecca
Ah, sí, hay algo que se me olvidaba
decirte. Fue muy
gracioso. Miré por la ventana del
jardín, por la ventana
que da al jardín, a mediados del
verano, en aquella casa
en Dorset, ¿recuerdas? No, es cierto,
tú no estabas allí ..
Creo que no había nadie más. No. Yo
estaba sola. Esta-
ba mirando por la ventana y vi a toda
una muchedum-
bre caminando entre los árboles, con
rumbo al mar, en
la dirección del mar. Parecían tener
mucho frío, usaban
abrigos, aunque el día era muy hermoso.
Un día hermo-
so y caliente el Dorset ... Llevaban
maletas. Había unos ...
guias ... que los conducían, los
guiaban. Caminaban entre
los árboles y a la distancia pude
verlos caminando por el
acantilado rumbo al mar. Y entonces los
perdí de vista.
Como sentía verdadera curiosidad, subí
al segundo piso
y fui a la ventana más alta de la casa
para mirar por enci-
ma de las copas de los árboles y pude
ver lo .que ocurría
en la playa. Los guías ... estaban
conduciendo a toda esta
gente por la playa. Era un día tan
hermoso. Todo esta-
ba tan quieto; el sol brillaba. Y vi a
toda esa gente entrar
al mar. La marea los cubrió lentamente.
Sus maletas se
bamboleaban entre las olas.
Devlin
¿Cuándo sucedió eso? ¿Cuándo viviste en
Dorset? Yo
nunca he vivido en Dorset.
(pausa)
Rebecca
Por cierto, alguien me contó el otro
día que existe una
enfermedad llamada elefantiasis mental.
Devlin
Cuando dices "alguien te
contó", ¿qué quieres decir?
¿Qué significa "el otro día"?
¿De qué estás hablando?
Rebecca
La elefantiasis mental significa que
cuando derramas
una onza de salsa, por ejemplo,
inmediatamente se
expande hasta convertirse en un mar de
salsa. Se con-
vierte en un mar de salsa que te rodea
por todas partes
hasta que te sofocas en un voluminoso
mar de salsa. Es
terrible. Pero tú tienes la culpa. Tú
lo quisiste, tú lo tie-
nes. No eres la víctima, eres la causa.
Porque tú mismo
derramaste la salsa en primer lugar, tú
mismo entregas-
te el bulto.
(pausa)
Devlin
¿El qué?
Rebecca
El bulto.
(pausa)
Devlin
Entonces, ¿cuál es el problema? ¿estás
preparada para
ahogarte en tu propia salsa? ¿O estás
preparada para
morir por la patria? Mira. ¿Qué me
dices, mi amor? ¿Por
qué no sales y manejas hasta el pueblo
y ves una pelícu-
la?
Rebecca
Qué gracioso, una vez en un sueño ...
hace mucho tiem-
po ... escuché que alguien me llamaba
"mi amor".
(pausa)
Levanté la mirada. Había estado
soñando. No sé si
levanté la mirada en el sueño o al
abrir los ojos. Pero en
el sueño una voz me llamaba. De eso
estoy segura. La
voz me llamaba. Me llamaba "mi
amor".
(pausa)
Salí caminando a una ciudad helada.
Hasta el todo se
había congelado. Y la nieve tenía un
color curioso. No
era blanca. Bueno, era blanca pero
tenía otros colores
también. Como si unas venas corriesen
entre la nieve. Y
no era suave y pareja, como es la
nieve, como la nieve
debe ser. Y cuando llegué a la estación
vi el tren. Había
otras personas allí.
(pausa)
y mi mejor amigo, el hombre al que yo
le había entre-
gado mi corazón, el hombre que para mí
fue mi hombre
desde el momento en que nos conocimos,
mi amado, mi
muy adorado compañero, lo vi caminar a
lo largo del
andén y arrancarle los bebés de los
brazos a sus
madres ... que aullaban.
(Silencio)
Devlin
¿Viste a Kim y a los niños?
(Ella lo mira)
Hoy ibas a ver a Kim y a los niños.
(Ella /lo mira fijamente)
Tu hermana Kim y los niños.
Rebecca
¡Ah sí, Kim! Y los niños, claro. Sí.
Sí, desde luego que
los vi. Tomé el té con ellos. ¿No te lo
conté?
Devlin
No.
Rebecca
Por supuesto que los vi.
(pausa)
Devlin
¿Cómo están?
Rebecca
Ben ya habla.
Devlin
¿De verdad? ¿Qué dice?
Rebecca
Y, cosas como "Me llamo Ben".
Cosas así. Y "Mami se
llama Mami". Cosas así.
Devlin
¿ Y qué me cuentas de Betsy?
Rebecca
Está gateando.
Devlin
Qué asombroso. ¿De veras?
Rebecca
Creo que estará caminando antes de que
nos demos
cuenta. Te lo digo en serio.
Devlin
Y probablemente hablando también.
Diciendo cosas
como "Mi nombre es Betsy".
Rebecca
Sí, por supuesto que los vi. Tomé el té
con ellos. Pero,
ay ... mi pobre hermana ... no sabe qué
hacer ...
Devlin
¿Qué quieres decir?
Rebecca
Bueno ... es que él quiere regresar ...
tú sabes ... la llama
por teléfono todo el tiempo y le pide
que lo acepte de
vuelta. Dice que no aguantaba la
situación, que dejó a la
otra mujer, que vive totalmente solo,
que ha dejado a la
otra.
Devlin
¿La ha dejado realmente?
Rebecca
Eso dice. Dice que extraña a los niños.
(pausa)
Devlin
¿Extraña a su esposa?
Rebecca
Dice que ha renunciado a la otra. Dice
que nunca fue
nada serio, tú entiendes, fue puro
sexo.
Devlin
Ah.
(pausa)
¿Y Kim?
Rebecca
Ella nunca lo aceptará de nuevo. Nunca.
Ella dice que
nunca volverá a compartir una cama con
él. Nunca.
Jamás.
Devlin
¿Por qué no?
Rebecca
Nunca jamás.
Devlin
¿ Pero por qué no?
Rebecca
Por supuesto que vi a Kim y a los
niños. Tomé el té con
ellos. ¿Por qué lo preguntas? ¿Crees
que no los vi?
Devlin
No. No lo sabía. Simplemente, porque tú
dijiste que ibas
a tomar el té con ellos.
Rebecca
¡El hecho es que tomé el té con ellos!
¿Por qué no? Ella
es mi hermana.
(pausa)
Adivina a dónde fui después del té. Al
cine. Vi una pelí-
cula.
Devlin
¿Ah sí? ¿Cuál?
Rebecca
Una comedia.
Devlin
¿Ah sí? ¿Era graciosa? ¿Te reíste?
Rebecca
Los demás se rieron. Los otros miembros
del público.
Era graciosa.
Devlin
¿Pero tú no te reíste?
Rebecca
Otros se rieron. Era una comedia. Había
una mucha-
cha ... tú sabes ... y un hombre.
Estaban almorzando en
un elegante restarán, en Nueva York. Él
la hizo sonre-
írse.
Devlin
¿Cómo?
Rebecca
Bueno ... le contó chistes.
Devlin
Ya veo.
Rebecca
Y en la escena siguiente la llevó en
una excursión al
desierto, en una caravana. Ella nunca
había vivido en un
desierto antes, ¿ves? Tuvo que aprender
a vivir en un
desierto.
(pausa)
Devlin
Suena muy chistoso.
Rebecca
Sólo que había un hombre sentado delante
de mí, a mi
derecha. No se movió durante toda la
película. No se
movió, era rígido, como un cadáver con
rigor mortis,
nunca se rió, estaba sentado allí como
un cadáver. Me
fui lejos de él, lo más lejos que pude
irme.
(Silencio)
Devlin
Está bien, mira, recomencemos. Vivimos
aquí. Tú no
vives ... en Dorset ... o en ninguna
otra parte. Tú vives aquí
conmigo. Esta es nuestra casa. Tienes
una hermana muy
agradable. Ella vive cerca de ti. Tiene
dos lindos hijos.
Tú eres su tía. Eso te gusta.
(pausa)
Tienes un jardín maravilloso. Amas tu
jardín. Lo creas-
te con tus propias manos. Tus dedos son
verdadera-
mente verdes. También son dedos muy
hermosos.
(pausa)
¿Oíste lo que dije? Acabo de echarte un
piropo. En rea-
lidad, acabo de hacerte varios
cumplidos. Empecemos
de nuevo.
Rebecca
No creo que podamos empezar de nuevo.
Empezamos ...
hace mucho tiempo. Empezamos. No
podemos empe-
zar otra vez. Podemos terminar otra
vez.
Devlin
Pero nunca hemos terminado.
Rebecca
Te equivocas. Hemos terminado una y
otra vez. Y
podemos terminar una vez más. Y una y
otra vez. Y una
vez más.
Devlin
¿No estás usando mal la palabra
"terminar"? Terminar
significa terminar. No puedes terminar
"otra vez". Sólo
puedes terminar una vez.
Rebecca
No. Puedes terminar una vez y luego
terminar de nuevo.
(Silencio
Rebecca canta suavemente)
"Polvo eres ... "
Devlin
" ... y en polvo te convertirás
... "
Rebecca
"Si las mujeres no te matan ...
"
Devlin
" ... el trago lo hará".
(pausa)
Siempre supe que me amabas.
Rebecca
¿Por qué?
Devlin
Porque nos gustan las mismas emociones.
(Silencio
Escucha
Pausa)
¿ Por qué nunca me has hablado de este
amante tuyo
antes? Tengo derecho a ponerme muy
enojado. ¿Te das
cuenta? Tengo el derecho de enojarme
muy en serio.
¿Lo entiendes?
(Silencio)
Rebecca
Por cierto, hay algo que quería
contarte, estaba de pie en
una habitación en el piso más alto de
un edificio, muy
alto en el centro de la ciudad. El
cielo estaba tachonado
de estrellas. Estuve a punto de correr
las cortinas pero
continué junto a la ventana mirando las
estrellas.
Entonces miré hacia abajo. Vi a un
viejo y a un niñito
caminando por la calle. Ambos
arrastraban maletas. La
maleta del niño era más grande que- él.
La noche era
muy brillante. A causa de las
estrellas. El viejo y el niñi-
to caminaban por la calle. Iban tomados
de la mano. Me
pregunté hacia dónde iban. En fin, que
iba a cerrar la
ventana cuando me di cuenta de que una
mujer les
seguía, cargando a un bebé entre sus
brazos.
(pausa)
¿Te conté que la calle estaba cubierta
de hielo? Una calle
helada. De manera que ella tenía que
caminar con
mucho cuidado. Salvar los obstáculos.
Las estrellas bri-
llaban. La mujer siguió al hombre y al
niño hasta que lle-
garon a la esquina y desaparecieron.
(pausa)
Ella permaneció inmóvil. Le dio un beso
a su niña. El
bebé era una niña.
(pausa)
La besó.
(pausa)
Escuchó el latido del corazón de la
niña. El corazón de
la niña latía.
(Rebecca
permanece sentada, inmóvil)
El bebé respiraba. Lo acerqué a mí. La
niña respiraba.
Su corazón latía.
(Devlin
se dirige hacia Rebecca. S e detiene cerca
de ella y la mira desde su, altura.
Aprieta el puño y lo detiene frente a la cara de
Rebecca. Coloca su mano izquierda en la nuca de
la mujer y lo aprieta. Acerca la cabeza al puño. El
puño de Devlin toca la boca de Rebecca)
Devlin
Besa mi puño.
(Ella
no se mueve
Él abre la mano y cubre la boca de ella con la
palma de su mano.
Ella no se mueve)
Habla. Dilo. Di "Pon tu mano
alrededor de mi garganta".
(Ella
no habla)
Pídeme que tome tu cuello con mi mano.
(Ella
ni habla ni se mueve.
Él le toma la garganta. La aprieta suavemen-
te. La cabeza de la mujer se echa atrás.
Rebecca habla. Su voz hace eco. Él va soltando
la mano.)
Rebecca
Nos llevaron hacia los trenes.
Eco
los trenes
(Devlin
retira la mano del cuello de Rebecca)
Rebecca
Se llevaban a los bebés.
Eco
a los bebés
(pausa)
Rebecca
Tomé a mi bebé y lo cubrí con un
mantón.
Eco
mi mantón
Rebecca
y lo envolví como un bulto.
Eco
un bulto
Rebecca
y lo sostuve debajo de mi brazo
izquierdo.
Eco
mi brazo izquierdo
(pausa)
Rebecca
y pasé con mi bebé.
Eco
mi bebé
(Pausa)
Rebecca
Pero el bebé lloró.
Eco
lloró
Rebecca
y el hombre me dijo detente.
Eco
detente
Rebecca
y me dijo qué llevas allí.
Eco
llevas allí
Rebecca
Alargó la mano para tomar el bulto.
Eco
el bulto
Rebecca
y esa fue la última vez que tuve en mis
brazos el bulto.
Eco
el bulto
(Silencio)
Rebecca
y entonces nos subimos al tren.
Eco
al tren
Rebecca
y llegamos a ese lugar.
Eco
ese lugar
Rebecca
y allí me encontré a una mujer que
conocía.
Eco
conocía
Rebecca
y ella me preguntó qué le pasó a tu
bebé.
Eco
tu bebé
Rebecca
Dónde está tu bebé.
Eco
tu bebé
Rebecca
y yo dije cuál bebé.
Eco
cuál bebé
Rebecca
Yo no tengo ningún bebé.
Eco
ningún bebé
Rebecca
Yo no conozco ningún bebé.
Eco
ningún bebé
(pausa)
Rebecca
Yo no sé nada de ningún bebé.
(Largo silencio
Oscuridad)