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30/8/21

Celular, monólogo (Unipersonal) escrito por Pablo Albarello


 CELULAR



Hasta el último pulso












Unipersonal


Autor: Pablo Albarello



Esta obra ha sido publicada para su difusión libre y gratuita, si bien quedan reservados todos los derechos de propiedad intelectual. El uso público de esta obra requiere el permiso del autor y a fin de recabar la correspondiente autorización dirigirse a pablo_albarello@e-pol.com.ar o palbarello@argentores.org




PERSONAJE:





Bandi 




(30 a 40    años)






I

Cuando da la luz Bandi está en escena, desnudo, tiene un celular en una mano. El lugar es absolutamente extraño, inhóspito, Bandi siente frío, se  muestra shockeado, dominado por la angustia. Observa el entorno.


Bandi: La puta, ¿qué pasó? ¿Qué es ésto? (lloriquea, se calma) ¿Me secuestraron?... ¿Me golpearon? Si yo no hice nada. ¿Dónde estoy? ¡Qué garrón! (observa su desnudez, se cubre la entrepierna) ¡Me chorearon! ¡Sí, de cajón que me chorearon! (vuelve a mirar el entorno, lloriquea, se calma) No tienen paz, eh. ¿Dónde está la seguridad, me querés decir? Ya no se puede salir a la calle. (lloriquea, se calma) Hay que hacer algo urgente. Digo, ¿no?

Qué sé yo, más patrulleros, endurecer las penas. Los chorros entran por una puerta y salen por la otra. (se toma el pulso en la muñeca y en la carótida, lloriquea) ¡No puede ser! (se calma) Más policías en las calles, controlar los puentes, las rutas de acceso. La única forma de que el chabón decente pueda laburar (lloriquea) Aparte ahora te salen pasados de merca, por un par de zapatillas capaz que te parten la cabeza. Se han roto los códigos, eso es lo que pasa. (lloriquea, se calma) Salgo del negocio, me subo al auto, voy por la Juan B. Justo, llego al club. No, del club no me acuerdo… ¡No puede ser!


(lloriquea, se calma) Salgo del negocio, me subo al auto, voy por Fonseca,


agarro la Juan B. Justo…. No, me tienen que haber golpeado en la cabeza, me


tengo que haber desmayado o algo así…


Suena el celular que tiene en la mano, repara por primera vez en el aparato, se asusta, lo suelta, el celular cae al piso.



APAGÓN





II


Cuando vuelve la luz el celular sigue sonando, no se atreve a levantarlo,   junta coraje, lo alza, atiende.

Bandi: ¡Hola, Cachi! ¡Qué hacés, titán!… Y yo acá (lloriquea, se calma) Decime, Cachi vos por casualidad no te enteraste de nada raro, ¿no?… No, por nada. Es que pasó algo… Quiero decir: a mí, me pasó algo... Salí de la concesionaria, viste, agarré la Juan B. Justo para irme hasta el club que teníamos la final del reducido de Papy y… (lloriquea) La cuestión es que estoy… ¡No dónde estoy, Cachi, y me dejaron en bolas!… ¡Sí, en bolas y con el celular en la mano! No sé si me chorearon, si choqué, si me chorearon y choqué… (se calma) No, por la Juan B. Justo. Lo único que recuerdo… Si me chorearon me tendrían que haber tirado del otro lado de la General Paz, o en una villa, ¿no? (mira el entorno, se desespera) ¡NO SÉ DÓNDE ESTOY, CACHI!… (cambiando) ¡Está, está! ¡Estoy tranquilo, estoy tranquilo! Me debo haber golpeado en la cabeza, nada más. ¡Averiguame qué pasó, papá, haceme esa gauchada!…. La Juan B. Justo, saliendo de la estación Liniers, ahí nomás en la subida ¿te ubicás?…. ¡Estoy, estoy, super tranquilo!... Dale, averiguá y te llamo. No, mejor llamame vos. ¡Chau, Cachi, chau, chau! (corta, lloriquea, se calma, se cubre la desnudez) Necesito un pucho. Debo haber sufrido, cómo se llama esto: conmoción cerebral. ¡De cajón, es conmoción cerebral! (estudia el entorno, por unos segundos se mantiene alerta ante cualquier sonido o movimiento, vuelve a lo suyo) La concesionaria, la Juan B. Justo, el camión del boliviano de la maderera, hasta ahí va bien. Subo por Fonseca, salgo a la Juan B. Justo, veo al camión del boliviano… ¿Entonces si no me chorearon choqué y me hice mierda? (vuelve a tomarse el pulso de una muñeca, luego de la carótida, lloriquea, se calma) ¡No, no puede ser! Tengo que llamar al negocio (marca el número) ¡Necesito fumar, la puta madre, me muero por un pucho!... Hola Marquitos. ¿Marquitos?… ¿Qué? ¡Pará, no grités!… ¿Algo terrible?

¡Me imagino! (lloriquea, se calma) ¡Digo que me imagino!... ¿Cómo que quién habla? ¡Yo, boludo, no me conocés la voz! ¡HOLA, HOLA! (Marquitos corta)

¡Pero, será posible! ¡Qué pelotudo es este pibe! (le tiemblan las manos, respira con fuerza como si no le llegara el aire a los pulmones, marca el número) ¡No lo puedo creer! ¡Un tipo lleno de vida, el futuro por delante!… Hola, Marquitos, pará, tranquilizate y no cortés. Respirá hondo, ahí está: aspirá, espirá, aspirá, espirá! ¿Te vas sintiendo mejor?... Soy yo, boludo... ¡Te digo que soy yo!... (perdiendo la paciencia) ¡TE DIGO QUE SOY YO Y PUNTO, MARQUITOS! (lloriquea) ¡Y qué sé yo! Escuchame: calmate y decime lo que sabés… En la Juan B Justo, sí… Juan B. Justo y Cortina, la esquina del Maxiconsumo, sí… ¡¿El boliviano?! (lloriquea) ¡Ahora recuerdo, sí, el hijo de mil putas se mandó sin mirar y no pude hacer nada! ¿Entonces me cagué muriendo? ¡Me cagué muriendo Marquitos! ¿No es increíble? (shockeado, para sí) ¡Me ca-gué mu-rien-do! (al celular, cambiando) ¿Qué?... ¡Y qué yo! Se ve que tenía el celular en la mano en el momento del…. (irritado) ¡NO ME LA COMPLIQUES, NO SÉ COMO TE LLAMÉ, NI CÓMO ESTAMOS HABLANDO AHORA VOS Y YO, DEBE HABER ALGUNA FALLA, UN ERROR, VOS MEJOR NO PENSÉS!


¿OKEY? (lloriquea) Pará que estoy teniendo una crisis de nervios (deja el celular en el piso, lloriquea, se muerde un dedo, tira piñas y patadas al aire, respira hondo para calmarse, camina un par de pasos, vuelve a levantarlo)


¿Estás ahí?... Bueno, escuchame, concentrate en lo que te voy a decir: dentro de un rato vas a tener que cerrar vos. No te pongas nervioso: vas a cerrar y a llevarte la llave y después se la das a mi hermana, haceme esa gauchada… ¡Y qué sé yo: un cartelito!… ¡No sé: ‘por duelo’! (para sí) ¡Qué pelotudo es este pibe, mi Dios! (al otro) Por ahora eso, Marquitos, estás a cargo, ¿okey? Yo tengo que hacer un par de llamados, después hablamos. Te corto, chau, querido, chau, chau (corta, murmura aturdido) ¡No lo puedo creer! ¡Es una pesadilla! ¡Necesito un cigarrillo! (cree escuchar algo, se cubre la entrepierna, husmea en el entorno) ¡Hola! ¡Hola! (se mantiene a la caza de algún sonido) Bandi Marcomini, mayor gusto… ¿Me escucha?... ¿Hay alguien?... Perdone que me presente así. Yo no hice nada, ¿eh? Y lo que dije del boliviano  olvídelo. No tengo nada contra la comunidad boliviana. El muchacho este es muy buena gente, muy trabajador, lo que pasa que… ¡Hola! (vuelve a husmear el entorno) La puta madre, estoy hablando solo. Me voy calmar, ¿okey? Voy a pensar y a manejar la situación. A ver, asterisco ciento cincuenta y dos, ¿cuánto saldo tengo? (mira en el display del celular) ¿Cien mangos? ¡Yo estoy meado por los dinosaurios: no me alcanza ni para seis llamados! (lloriquea) Me cagué muriendo. Acá estoy: en bolas, muerto, finalizado y con cien mangos de saldo. Tengo que llamar a Vicky, sí, tengo que avisarle (llama, espera) No tiene el celular encima, clavado. Le dejo un mensajito (graba el mensaje)


“Hola amor, soy yo, ni bien escuches el mensaje por favor llamame”. No, no, 

¿Cuándo le dije amor, yo? Además si le pongo ‘ni bien escuches’ se va a asustar (lo descarta y vuelve a grabar) “Hola amor, llamame cuando puedas. Soy Bandi”. No, le aclaro que soy Bandi, ¿soy pelotudo? Quién voy a ser, Luis Miguel (ídem) “Hola, Vicky, necesito que hablemos. Beso” (lloriquea) ¿Y si llamo a la casa? (respira profundo para calmarse, vuelve a marcar) Hola, Stella Maris, ¿qué dice? Bandi, Stella Maris. ¿Está Vicky?... Ah, ¿y adónde? ¿No sabe?... ¡Qué problema!... No, por nada. En realidad sí, cómo le explico… Mire tengo que decirle algo bastante delicado, Stella Maris, quiero que no se asuste: ocurre que hace un rato tuve… Una cosa desafortunada, vio, la calle está terrible y la verdad que yo no tuve la culpa, pero hace un rato tuve… un accidente con el auto y… y digamos que fallecí… (pausita) ¡Que fallecí, Stella Maris, que tuve un accidente con el auto y que fallecí, que me morí! (aparta el celular porque la mujer pega un alarido) No, escuche, cómo voy a bromear con algo así, a usted le parece que... Me, me está ofendiendo, Stella Maris... Yo le estoy diciendo que… (la mujer grita, se niega a escucharlo) S-se, se está entrecortando, por favor, le, le hablo de larga distancia, Stella Maris. ¡Hola, hola! (la mujer le corta, se descontrola) ¡VIEJA DE MIERDA, VIEJA CHOTA, TENGO QUE HABLAR CON VICKY, NECESITO HABLAR CON VICKY! (se desespera, tira patadas y piñas al aire, camina en círculos, se calma, mira el entorno. Pausa. Vuelve a sonar el celular) ¡Hola, Ana! (lloriquea) Sí, viste… No llorés que me hacés llorar a mí… Si no llorás vos, yo no lloro, Ana … Es que si llorás vos, lloro yo también…. No llorés vos y no lloro yo, así no lloramos ninguno de los dos ¿dale?… (cambiando) ¿Marquitos?… Ajá, te puso al tanto de todo, me imagino. ¿Y no te da impresión?... No es un chiste, tarada, si yo estuviera hablando con alguien que la acaba de palmar algo me daría. Escuchame,

¿mamá no sabe nada de nada, ¿no? (se irrita) ¡NO, ANA, SOS LA REINA DE LAS PELOTUDAS, NO VES QUE AHORA SE VA A PONER INSOPORTABLE!… ¿Está ahí?...

¡Ah! ¿No alcanzó a caerse, no?... ¿Dónde la acostaste?... Pará, aguantame un segundo (cree escuchar nuevamente algo, se cubre la desnudez, husmea el entorno) ¡Hola!... ¡Hola!... Como le decía, con la comunidad boliviana todo bien, eh. Por otro lado, en la agencia trabajamos todo en blanco, emitimos factura, impuestos al día. Nada que ver con el gitano de la otra cuadra que…¡Hola!... ¿Escucha lo que estoy diciendo? (vuelve a alzar el celular) No, nada, que de golpe escucho como que hay alguien y después como que ya no está más … Y qué se yo, Ana, estoy esperando, en algún momento tiene que venir alguien, ¿no? (mira el entorno) Ni lindo ni feo. Vacío, más bien… ¡COMO EL CULO, CÓMO ME VOY A SENTIR! En bolas, cagándome de frío, no hay ni un banquito para sentarse y encima necesito un pucho… ¿Se está encargando? (lloriquea) ¡Qué grande Cachi, que buen amigo! Es el hermano que nunca tuve. A ver si lo podés comparar con las taraditas esas con las que salís a bailar… No, no quiero pelear. Cuando corte con vos lo llamo. Ana, en otro orden, me tenés que hacer un favor. Viste que yo soy medio cuadrado, vos que estudiás en la facultad por ahí te las rebuscás mejor: necesito saber qué carajo viene a ser esto… Este lugar… Y no me salgas con todos esos cuentos de los curas y de la religión, yo te estoy hablando de otra cosa, ¿vos me entendés, no? (lloriquea) Necesito saber dónde estoy, por qué carajo estamos hablando vos y yo, ese tipo de cosas (se calma) ¡Y yo qué sé! Agarrá algún libro, buscá en Internet. ¿Me vas a averiguar? ¿Sí? (cambia abruptamente) ¡NO,

NO ME PASES! ¡ESCUCHAME, NO ME PASES PORQUE NO LE VOY A HABLAR, ANA,


NO LE VOY A HABLAR, ME ESCUCHAS!… ¡Hola, mamá! (lloriquea) Sí, yo tampoco. ¿Cómo te sentís?... Bueno, calmate… Y sí, son esas cosas. Siempre manejé rápido, lo sabés (va cambiando paulatinamente) No tiene nada que ver... No, me atrasé por el inútil de Marquitos, era la final del campeonato de Papy, estaba llegando tarde y... ¡Para nada! Yo no tuve la culpa… Manejo rápido, ya lo sé, pero no tuve la culpa. No… Y, me imagino que debe haber habido una pila de testigos. El estúpido ese de la maderera que se mandó a la Juan B. Justo y… ¡El estúpido, sí!… ¿Qué ese estúpido como yo digo está muy grave? ¿Vos me estás hablando en serio? ¡Y YO ESTOY MUERTO, MAMÁ, QUÉ TE PARECE! ¡QUÉ ESE BOLIVIANO INDOCUMENTADO DE MIERDA SE CAGUE MURIENDO, MAMÁ, PERO ANTES QUE SE LE ENGANGRENEN LAS DOS PIERNAS Y LOS DOS BRAZOS, QUE NO LE HAGAN EFECTOS LOS CALMANTES Y QUE SE LOS TENGAN QUE AMPUTAR DE A CACHITOS! ¡ASI QUE YO ME TENGO QUE COMPADECER DE ESA BESTIA CON PATAS! ¿TE DAS CUENTA CÓMO RAZONÁS?

¡VOS ESTÁS DESQUICIADA, ESTÁS RELOCA, MAMA! ¡RE-LO-CA! ¡HOLA, HOLA!…


¿Qué pasó? ¿Volvió a desmayarse? Atendela, andá. Yo ahora te llamo, trato de ubicar a Cachi y te llamo. O no, mejor llamame vos, así no gasto crédito, dale. ¡Chau, Ana, chau, chau! (corta, explora el lugar, cree escuchar algo, husmea, al acecho) ¡Hola!... (se enoja) ¡Hooooola!...



APAGÓN





III

Cuando vuelve la luz Bandi está en dónde quedó.


Bandi: ¡Y bué, qué se le va a hacer! (se estira, mueve los brazos como si hiciera gimnasia) Se apagó la luz. Se bajó la barrera. Sefiní.… ¡Necesito un pucho! (vuelve a tomarse el pulso de la muñeca y de la carótida, lloriquea) No lo puedo creer. (suena el celular, se sobresalta, mira en la pantalla) ¿Y éste, quién carajo? ¿Hola?... Sí, él habla… ¿Carpanetto? Qué dice Carpanetto. Sí, cómo no: el 147 cremita. Buena memoria y atención personalizada, los secretos de Marcomini Hermanos. ¿Y, cómo anduvo la máquina?... Motor cero ka eme, se lo anticipé… Y sí, un auto fiel, excelente mecánica (comienza a impacientarse) Escuche, Carpanetto, discúlpeme pero yo en este momento no estoy en la agencia, vio, estoy con otro asuntito y… (hinchado) A ver, cuénteme… Sí... Sí, sí, la compactera… El aparato ese en el que pone un CD y escucha música. ¿Qué tiene?... Usted pone el CD y lo empuja con el dedo,

ajá… No, no lo empuja, ya sé, digamos que lo aproxima y apenas lo toca con el dedo. ¿Y?... ¿Se lo chupa y después no se lo escupe?... Y no sé, Carpanetto, que se lo chupe y espere, ya se lo va a escupir. Qué yo sepa cuando le hicimos entrega de la unidad estaba en perfecto… No, faltaba más, no dudo de su palabra, Carpanetto, lo que pasa que en este momento estoy con otro tema bastante urgente... Hagamos algo: yo me comunico con Marquitos, él ve qué puede hacer y lo llama. ¿Le parece bien?... Okey, no, faltaba más, hasta luego, Carpanetto, hasta luego, no es molestia, por favor, a sus órdenes, hasta luego (corta) ¡Viejo de mierda! ¡Fijate vos que venirme ahora a mí! ¡Al pedo en la vida, eso es lo que pasa! (busca en el celular un número, lo marca)

¿Marquitos? Atendeme, ¿lo ubicás a Carpanetto? El viejo rompepelotas que compró el 147. La compactera no le anda… No le anda, no sé, dice que le chupa y que no le escupe. Escuchame, no te pongas nervioso y respirá hondo: ponele otra, haceme esa gauchada… Cualquiera, decidí vos… (hinchado) Está bien: la del Fiat Uno rojo, Marquitos, el del viajante de Olavarría, ¿okey?

Cuando lo tengas lo llamás, que lleve el auto e instalásela… No, sin novedad: sigo muerto… ¿Y MIRÁ LA PREGUNTA PELOTUDA QUE HACÉS? Escuchame, cuando te vayas pasá por casa y dejale la llave a mi hermana, ¿okey? Chau, Marquitos, después hablamos, chau, querido, chau. (corta, furioso) ¡PERO QUÉ CARAJO ESTOY HACIENDO! ¡NO ESTAS PENSANDO, BANDI! ¡QUÉ TE IMPORTA UNA COMPACTERA DE MIERDA! ¡QUÉ TE IMPORTA SI LA AGENCIA SE INCENDIA Y EXPLOTA POR EL AIRE! (mira en el display del celular) ¡MÁS BIEN TENÉS QUE PENSAR A QUIÉN VAS A LLAMAR CON SETENTA PESOS DE MIERDA!

(respira profundo, se aprieta las órbitas de los ojos con dos dedos) A Cachi y a Vicky, a Cachi y a Vicky, a Cachi y a Vicky… (marca un nuevo llamado) Hola Cachi, ¿dónde?... ¡QUÉ DECÍS, ANIMAL! (lloriquea, para sí) Está en la morgue, podés creer. (a Cachi) Y decime ¿cómo estoy?... ¿Digo que cómo?... Hecho mierda, ¿no? No, no, dejá, no me contés… ¿La cara, cómo tengo la cara? No, dejá, no me contés... ¿Todo el costado izquierdo? Claro, el del lugar del impacto…. ¿DESPRENDIDO DEL CUERPO? No, no, dejá, no me contés. (lloriquea) ¡Me cagué muriendo! ¿Lo podes creer? ¡32 años, una vida por delante! ¡Stop! ¡Sefini! ¡Siamo fuori! ¿Puede ser así, tan fácil? (se tranquiliza, cambiando) ¿Te dijeron cómo es el trámite?... Ah. ¿Qué Juez interviene?... ¿Y de ahí adónde tenés que ir?... No, no, atendé, que debe ser un papelerío bárbaro y te estoy distrayendo. (pausita, cambiando) Fuimos al Comercial juntos, Cachi. ¿No es loco? ¿Te acordás la vez que te emborrachaste en el cumpleaños de la de Acervo y tuve que ir a sacarte de la comisaría? ¿Qué teníamos doce, trece años? ¿Me escuchás?... No, perdoname, atendé, atendé. (ídem) Y cuando íbamos a bailar a Ramos Mejía con el auto de Saúl. ¡El verso que le metíamos a mi vieja! Era otra época. Yo creo que había menos locura que ahora, Cachi, menos maldad. ¿Me escuchás? Está, está, atendé, debe ser un trámite largo… (ídem) Vivimos lo que teníamos que vivir, más no se podía. Además, ¿te diste cuenta de algo?: éramos felices con nada, Cachi, no estaba toda esta locura: hacer guita, comprarte un BM, conquistarte a la mejor mina, hacer más guita. Hoy ya no sabés qué es lo importante y qué no, no hay tiempo para pensar. ¿Me estás escuchando?... ¿La última parte? No, no importa, boludeces. Mirá en el baile que te metí. Sos el hermano que nunca tuve, Cachi. Sabés, tenía que preguntarte algo y no me acuerdo… Ah, sí, estoy tratando de ubicar a Vicky y no tiene el celular, ¿la viste?... ¿Quién se lo dijo? (lloriquea, se calma) Me imagino... Le dejé, le dejé. Le llegaron pero no los vio. También llamé a la casa, me atendió la vieja de mierda, le conté y se puso a hacer un escándalo, no sé, como si le hablara Freddy Kruger. Ni bien la veas, decile que me llame. ¡La puta madre, casi no tengo saldo! ¡No sé qué voy a hacer, te corto, seguí con eso y después hablamos, chau, Cachi, chau! (corta, pausa, cree escuchar algo, explora el lugar) ¡Hola!...¡Hola!... Escuche, lo que dije del gitano tampoco me haga caso. No hay que discriminar. El muchacho hace lo que puede, además es otra cultura, otra concepción de los negocios, ¿se entiende?... Lo que quiero decirle es que yo… no soy alguien con malos sentimientos. Soy un pibe de barrio, trabajo desde los dieciseis, tengo mi novia, mis amigos. Algún exceso de vez en cuando, unas cervezas, un porrito, nada del otro mundo… ¿Me está escuchando?... ¡Hola!… (pausita, desde el techo caen unos volantes, sorprendido recoge uno, comienza a

leerlo) ¡Esto es joda! (suena el celular, atiende) ¡Ana, qué decís hermanita!


¿Novedades? Sí, algo rarísimo, acaban de tirar unos volantes. Parece que marcando asterisco 766 y el número de cualquier tarjeta de crédito te acreditan 300 pesos que equivalen a 3 gigas para datos, wasap, sms y roaming libres viajes donde viajes… ¡En serio, boluda, tengo uno en la mano y te lo estoy leyendo!... ¡Y qué yo, Ana, tendrán un convenio con Telecom!

Pasame los números de tu tarjeta… ¡PORQUE LA MÍA NO CORRE MÁS, GENIA!…


¿Cómo que no acostumbrás dar el número de tu tarjeta a cualquiera? ¿A vos te parece que estos chabones son cualquiera?... Y no sé, yo no me arriesgaría…

¡Yo no le voy a preguntar un carajo a nadie, olvidalo! ¿Me vas a dar o no me vas a dar el número de tu tarjeta?... Ahí me está entrando una llamada de Vicky, volvé a comunicarte vos porque casi no tengo saldo. ¡HOLA, HOLA VICKY, POR FIN! ¿Vos me escuchás bien?... ¿Qué pasa, por qué no contestaste los mensajes? Hola, hola, no te escucho casi nada. ¿Hablás de la calle? ¿Dónde estás? ¡Hola! Hola, se pierde. ¡HOLA! (se corta) ¡POR QUÉ! ¡POR QUÉ! (marca el número) “No se puede realizar esta llamada” ¡LA REPUTISIMA MADRE QUE LO PARIO A LAS ANTENAS, LOS SATÉLITES, A TELECOM Y AL SISTEMA NACIONAL DE TELECOMUNICACIONES! ¡NECESITO HABLAR CON MI NOVIAAAA!

Enfurecido, tira trompadas y patadas al aire. Lentamente se tranquiliza. Observa el entorno, cree percibir algo, de golpe un efecto de luces finalmente evidencia la presencia de alguien.

Bandi: ¡Hola! ¡Hola! Por fin... S-sí, sí, pero no se escucha bien. (la presencia, que a cada intervención titilará o variará la intensidad del haz de luz, le pide que cierre los ojos, Bandi obedece) ¡Ah, ahora sí! Sí, perfectamente. Fuerte y claro. (se cubre la desnudez) Disculpe pero todavía no me acostumbro a estar así, en bolainas, delante de otro. Bandi Marcomini, encantado. Perdóneme lo de recién, lo que pasa que estos celulares. Debe ser que desde el más allá un poco la señal se debilita, ¿no? Qué suerte que apareció. La verdad que estaba preocupado. ¿Escuchó todo lo que le dije antes? Lo que quería que ustedes supieran que en definitiva soy una buena persona. ¿Me explico? Estoy un poco ansioso, eso sí. ¿Usted acá que viene a ser? ¿Quiero decir cuál es su cargo? ¿Es una especie de recepcionista, de personal contratado?... Ah disculpe. (ahora, mientras hable va a girar, va a flexionar las rodillas una por vez, va a mostrar las plantas de los pies) Un lugar bastante fulero este, ¿no? Cómo se dice. “inhóspito”… (vuelve a ponerse de frente, extiende los brazos y muestra las palmas de las manos, los antebrazos) Je, me está haciendo acordar al apto físico del gym. ¿Qué hacen, una especie de ficha médica? (muestra la dentadura, abre la boca saca la lengua, dice aaaaaaa) Yo físicamente estoy impecable, ¿sabe? Juego una vez por semana al futsal, soy volante carrilero por derecha… (flexiona las piernas, se mantiene en cuclillas manteniendo el equilibrio, al tiempo que extiende los brazos) Y después me preocupo por mantenerme. Hago crossfits los martes y los jueves en un gimnasio que hay ahí enfrente del Coto San Martín. Son rutinas de alta intensidad (flexiona las piernas, se mantiene en cuclillas manteniendo el equilibrio, al tiempo que extiende los brazos) Hay que hacer el mayor número posible de series combinadas de sentadillas, peso muerto, abdominales, pesas en banco, anillas y flexión de brazos. Es súper intenso. Dicen que es el entrenamiento que hacen los bomberos de California en los Estados Unidos. Perdone si hablo tanto, pero estoy algo ansioso y cuando estoy ansioso hablo. ¡Je! ¿Usted no es de hablar mucho, no?... ¿Qué cosa?... (incómodo) ¿Y eso no se podría?… Ah,

okey, okey, donde manda capitán (se inclina, se separa las nalgas) ¡Cero ka eme, en 32 años ahí nunca estacionó nadie! Un chiste, disculpe... Es verdad, si para algo no estamos es para chistes. Pero si no me tomo la cosa así qué me queda, ¿no? (lloriquea, se calma) Ya que estamos en confianza, necesitaría preguntarle algo... ¡Hola!... ¡Hola!... ¡Hoooola! ¿Sigue ahí?. ¡Hola, cambio!

(vuelve a abrir los ojos, busca en el entorno)


APAGÓN




IV


Cuando vuelve la luz Bandi está sentado en el piso en posición relajada, habla por el celular.

Bandi: Como si te hablaran directamente al cerebro. No sé, no me preguntes porque no entiendo nada… Tenía que cerrar los ojos porque sino no se escuchaba un soto. Una cosa rara, te lo cuento y me da como un cosquilleo en el estómago… ¡Le pregunté, le pregunté, Ana, no soy tarado! Pero era un chabón bastante cortante… Una revisación, un apto físico como el del gimnasio. Y al rato se las tomó. Entendí que se había ido, porque dejé de escucharlo. ¡Te juro que lo pienso y no lo puedo creer! (lloriquea) Estoy, estoy tranquilo. ¿Decime, me averiguaste?. Ya sé, ya sé, pero qué querés, yo no por cuánto tiempo más vamos a poder hablar… Ajá… ¿Y de donde lo sacaste?. A ver, dale, leé… “En el Universo… varios niveles de organización, ajá”… “Materia viva… y materia no viva asociada a ¿nodos de energía?” ¿Y eso qué viene a ser?... “Energía psíquica que emprende un viaje” ¿un viaje qué?...

¿“Astral”? (desesperándose) ¡No, pará, pará! Es como si me hablaras en

japonés, Anita (lloriquea, se calma) A ver, dale… “Electromagnética, okey”... Sí, ya sé, la de los imanes querés decir... “Materia en tránsito, ajá… asociada a nodos de energía espiritual electromagnética” (vuelve a desesperarse) ¡No, pará, pará! No, Ana, perdoname pero no. Eso es para científicos, decime algo para mí, con palabras más simples, tirame una soga, Ana (lloriquea, se calma) Dale… Dale y me llamás. ¿Mamá ya está en la casa velatoria?... Apurate, no la dejes sola, es capaz de hacer cualquier cosa. No te olvides de darle las pastillas para la presión. Ah, y gracias por lo de la tarjeta... Sí, ya me los acreditó. Cualquier cosa te digo, sí. Chau, Anita, chau, chau. (corta, pausita, se queda pensativo) ¿Por qué complicarla tanto? Tiene que ser algo más sencillo. Sí me morí, me morí, dejé de existir, no estoy más, y entonces lo de afuera tampoco está más. Por lo tanto este lugar no existe. Por eso el chabón ese te hace hablar con los ojos cerrados, no hay ni un banquito para sentarse, es como una ilusión óptica, un espejismo, no existe… Es más: por ahí está todo en mi cabeza, lo estoy imaginando, suponete, en los tres segundos posteriores a estamparme contra el camión del boliviano indocumentado de mierda. Como una especie de sueño veloz antes de palmarla por las lesiones internas, las fracturas, el estallido del cráneo, el desprendimiento de la masa encefálica (lloriquea) ¡Mierda! (se calma, suena el celular, como atontado, atiende) Hola, qué tal Carpanetto... ¿Yo bien y usted? ¿Solucionó?... Sí, vio, es un buen chico. ¿Qué notó?... (cambiando) ¡Pero cómo va a ser tapizado original, es un 147 modelo 86, Carpanetto! ¿Sabe cuántas veces le cambiaron el tapizado en treinta y tres años?… Mire, acabemos con esto, lo de la compactera digamos que es una atención de la casa, pero cuando usted compro la unidad tuvo tiempo de sobra para revisarla… ¡No, qué descuento, Carpanetto!… ¡Ningún descuento, Carpanetto! ¿Qué hablo en chino? Mire, tengo la cabeza en otro tema, no puedo seguir. Además le estoy hablando de larga distancia, la comunicación se dificulta. ¡Hola, hola! (aleja el celular, simula que la comunicación se pierde) ¡No lo escucho, Carpanetto, hola! (corta) ¡PERO QUÉ VIEJO ROMPEPELOTAS! ¡POR QUÉ ME TOCAN TODOS A MÍ,

QUE CASTIGO, CHE! (se aprieta las órbitas de los ojos con los dedos de una mano) Son muchas cosas, tengo que pensar, estoy sobrepasado, tengo que pensar. Yo tenía que hablar con alguien. ¿Con quién tenía que hablar? ¿Con quién?... ¡LA FINAL! ¡LA PUTA MADRE, LA FINAL! ¡QUÉ BOLUDO, CÓMO NO ME

ACORDÉ DEL PARTIDO! (marca) ¡Hola, hola Negro!... Negrito, qué hacés... (impaciente) Sí, sí, una verdadera tragedia. Sí, la verdad, terrible. ¿Decime, jugaron? (el otro no para de hablar) Sí, como raro es raro, Negro... Te permiten, te permiten, incluso si te quedás sin saldo podés recargar... No sé cómo hacen, deben tener un convenio. PERO ESCUCHAME, ¿JUGARON O NO JUGARON?... ¿Se retrasó una hora y están jugando? ¿Y cómo van?... ¿Seis a seis? ¿El Panda se comió seis? ¿Pero qué le pasa, se olvidó de llevar las manos?... No, está, está, era lo que esperábamos: partido complicado. ¿Ya están en el alargue?... ¿Y a quién pusiste en mi lugar?… No, está bien… ¿Metió tres? Buenísimo, entonces está encendido ¿Cómo está de la rodilla?...

Perdoname, dale, atendé. (comienza a palpitar el partido) ¿Qué pasó? ¿Negro, qué pasó? ¿Qué cobró?... Te dije que nos iba a bombear, ese Aparicio es de terror, seguro que lo arreglaron… ¿ROJA? ¿LO ECHÓ? HIJO DE PUTA, ¿LO ECHÓ POR ESA BOLUDEZ? ¡HACELE QUILOMBO, NEGRO, ANDÁ, PREPOTEALO QUE APARICIO ES CAGÓN!... Está, te dejo, te dejo. (no puede contenerse) Acercale el celular, haceme esa gauchada. (grita al auricular) ¡APARICIO, LA CONCHA

DE TU MADRE, QUÉ COBRASTE! ¡TE VOY A MATAR! ¿ME ESCUCHASTE? ¡SÉ DONDE VIVÍS, TE ESPERO EN LA PUERTA DE TU CASA Y TE PISO CON EL AUTO!

(al Negro) Estoy, estoy tranquilo, Negro (vuelve a palpitar el partido, se come las uñas, para sí) Que se dé, que se dé. Tres años seguidos a la final, no podemos tener tanta mala leche. Que se (se sobresalta) ¿Qué fue eso?

¡Hola! ¿Negro? ¡NEGRO!... ¿Gol? ¿Gol de quién? ¿Nuestro? ¡GOOOOOL!


¡GOOOOOOOOOL! ¡GOOOOOOOOOL! ¡LA PUTA QUE LOS PARIÓ, VAAAAMOS!


¡GOOOOL! ¡Qué alegría, Negro! ¿Cuánto falta?... Escuchame, escuchame atentamente: mandalos a todos atrás, que se metan adentro del arco, andá vos también… (amaina) Está, está, discúlpame. El director técnico sos vos, vos dirigís, Negrito. Atendé, atendé… (para sí) Se tiene que hacer, que termine, que termine. Si ganamos me hago monaguillo, me voy caminando con los cachetes del culo hasta Luján... ¿Hola, Negro? ¡Hola! ¿Terminó? ¡CAMPEONES!

¡QUÉ GRANDE, NEGRO! ¡CAMPEONES! “DALE CAMPEÓN / DALE CAMPEÓN”… ¡SÍ, ESCUCHO, ESCUCHO! (salta, canta) “DALE CAMPEÓN / DALE CAMPEÓN / DALE CAMPEÓN / DALE CAMPEÓN”… ¡SI YO TAMBIÉN, YO TAMBIÉN! (lloriquea)

Deciles que estoy con ellos. Negro, Negro, pasame al Panda… ¡Panda, somos campeones, Pandita! Viste que la tercera es la vencida. ¡Yo también te quiero! Dale, dale… ¡Hola, Juancho, grande, goleador! ¿Qué te pasó, te viste los videos de Cristiano Ronaldo?… ¡No boludo, dejate de joder!… Dejate de joder, hicieron bien, está perfecto, hermano: yo también lo hubiera jugado... Es un homenaje, claro que es un homenaje. Abrazalos a todos. Nos vemos en el velorio, chau, Juancho, chau titán, te quiero mucho, chau (lloriquea, se repone. Pausita, empieza muy bajo para terminar en un canto desaforado)

“Olé, olé, olé / “Olé, olé, olé, olá / Olé, olé, olé / Y cada día te quiero más / Sooooy “Cascarudos”/ es un sentimiento / no puedo paraaar”…



APAGÓN





V


Cuando vuelve la luz, Bandi hablando por celular, camina nervioso. Esta última parte debe desarrollarse a un ritmo cada vez más apremiante.

Bandi: ¿‘PURGAR’? ¡MAMÁ, NO! ¡CORTALA! Ni ni de qué me estás hablando.


¿Qué tengo que purgar yo?... Sí que lo conozco, pero no voy a hablar con ningún cura. ¿Por qué no te serenás y pensás? Vos ahora me tenés que hablar de otra cosa, sos mi mamá, ¿es tan difícil?... (se interrumpe, lloriquea, cambiando) ¿Quién te hace quedar mal?... ¿Yo? ¿A ver y por qué te hago quedar mal?... ¡NO ES UNA GRASADA, LO DE LA CAMISETA ES UN HOMENAJE!…

¡Sí señor, un homenaje de los muchachos! Con esa camiseta, para que sepas, fui titular cinco años seguidos, dos temporadas goleador... (sacado) ¡NI SE TE OCURRA! ¡ME LA VAS A DEJAR PUESTA! ¡OIME! ¡ME LA VAS A DEJAR Y PUNTO!

¡QUE TRAJE AZUL NI TRAJE AZUL, QUIERO QUE ME DEJES ESA CAMISETA! ¡ES MI MUERTE, MAMÁ, MI VELORIO! ¡SABÉS QUÉ, HACÉ UNA COSA, ESCUCHAME ATENTAMENTE: DESMAYATE, MAMÁ, DESMAYATE! ¿ESCUCHASTE? ¡HOLA,

HOLA!… ¿Se golpeó?... Bueno, recostala en un sillón y que alguien la vigile…


No la trato mal, Ana, es la historia de siempre: me tiene podrido. (ansioso)


¿Ahora tiene que ser? Bueno, a ver, dale, leé… “El caudal informativo almacenado en los genes”, ajá… “Se trasvasa a ¿entidades espirituales energéticas?”¡Pará, pará! ¿Y eso cómo se come?. “Espiritual”, okey. ¿Y una

vez que esta “entidad” está ahí yo adónde corno voy?... “La energía colectiva va recogiendo información biológica, conformando una ¿voluntad supra-QUÉ?” No, no, sabés qué: dejá, Anita, te agradezco en el alma pero no me puedo concentrar y para serte sincero no te entiendo un carajo. Decime: ¿hay mucha gente?... ¿Los de Córdoba también fueron? (lloriquea) ¡Qué increíble, decime vos, tenía tantos planes, Anita, tantas cosas por hacer! (alguien le habla a Ana del otro lado de la línea. Cambiando) ¿Y ese?... Claro que le conozco la voz: el tío Mario. ¿Tuvo la cara de aparecerse el tío Mario?... No, no quiero hablar. Rajale, Ana, no le des pelota. (se aprieta las órbitas de los ojos con los dedos de una mano, cada vez más ansioso) Pará, pará y escuchame esto que es importante: ¿viste en el doble fondo del aparador, donde guardaba las cosas el viejo? Ahí está la llave de la caja de seguridad y los papeles del negocio. Escuchame: ni el tío Mario, ni la tía pueden salirte con un martes trece. El viejo ya les compró su parte como tres veces y yo no los dejaba pisar la agencia. Que no te envuelvan, el buitre ese siempre se está haciendo la víctima, que no te envuelvan, ¿okey? ¿Me lo prometés, Anita?... ¡Hola, hola!

¡La puta madre! (se le liga la comunicación) ¿Quién?... ¿Carpanetto? Dígame, 

¿usted no descansa, Carpanetto?... Acabemos con esto: cuando usted compró la unidad, tuvo tiempo de revisarla y no dijo esta boca es mía. No hay descuento… Le repito por si le anda mal el audífono: no-hay-des-cuen-to... (hinchado) Haga una cosa: se cancela la operación, Carpanetto, me pudrió, lleve el auto, le devolvemos el adelanto. ¡Usted es capaz de inflarle las pelotas al hijo de Tusám, final, se acabó! (corta, vuelve a marcar, para sí) Tengo que pensar, estoy perdiendo el tiempo, estoy perdiendo el tiempo...

¡HOLA VICKY! ¡HOLA AMOR, POR FIN!… (lloriquea) Ya sé, ya sé, pero

entendeme vos a mí. Esperá, espera, yo igual necesito decirte… (busca las palabras) Yo… fui un tipo de mierda con vos… ¡NO, PARÁ, PARÁ, HOLA, VICKY! (Vicky le deja el celular a Cachi y escapa) ¿Cachi? ¿Adónde se fue?... Ya sé, ya sé, pero qué puedo hacer, hermano. Es todo tan raro: es como que cada cosa sigue su camino lo más campante y yo estoy acá pintado. Me quedé afuera, se acabó, ya no hay vuelta atrás, ¿entendés? ¡No sé qué hacer, Cachi! Andá a buscarla, haceme el favor (efecto de luces anuncian la presencia) ¡La puta, justo ahora! Aguantame un cachito, no cortés. (Bandi baja el celular de su oído, cierra los ojos, con apremio se dirige a la presencia) Escúcheme, usted no me esperaría que estoy en medio de un temita… No, claro. Pero es que

justamente hay un par de cosas personales que estaba tratando de… Se atrasa, ya veo. (cambiando) Lo que también veo es que a usted no le importa un carajo de nadie. Hay que ser un poco más comprensivo, viejo, uno no viene acá de paseo, está cagado en las patas, necesita una palabra de afecto y usted tiene menos sensibilidad que un pedazo de telgopor… (la presencia se retira) ¡Hola, hoooola! ¡MA SÍ, TOMATELÁS!... (alza de nuevo el celular) ¡Hola Cachi!… ¿Quién habla?... ¡Ah, cómo le va Padre!… (impaciente) Sí, sí, ya se, mamá normalmente es de angustiarse... Me lo dijo, me lo dijo, pero para serle sincero, la verdad no creo que sirva de mucho. Padre, discúlpeme, pero yo ahora necesitaría hablar con…. (para sacárselo de encima) Me arrepiento, qué le parece, claro que me arrepiento… Póngale que me arrepiento ‘de todo’… No sé, qué le puedo decir: soy puteador, ahí está… Que puteo mucho… Eso, que insulto, que blasfemo. Escúcheme, no se ofenda pero me queda poca carga, cerremos con un arrepentimiento general, ¿qué le parece? (hace la señal de la cruz) ¿Ahora me puede pasar con Cachi? Gracias, nos vemos

pronto, Padre, o no tan pronto si usted quiere, adiós. ¿Cachi, la ubicaste?...


¿A la casa?... Ya sé, ya sé, cuando puedas andá, qué sé yo, acompañala (lloriquea) Decile algo lindo, Cachi. Decile que fui una bestia, no sé, que nunca le dije nada por esa estupidez de que uno es hombre y esas cosas se callan. Decile que ella cerraba el círculo de todo lo que yo soñé en la vida, Cachi, que se me cerraba un puño en el pecho cuando pasaba más de un día sin verla. No sé, decile que íbamos a casarnos, que íbamos a tener una hija hermosa con sus ojos. (pausita, cambiando abruptamente) Cachi, ¿vos lo tenés a Walter?... ¿El flaco ese, medio rubión, que estuvo un par de meses trabajando en la agencia? Vas a decir que estoy loco, pero tengo la intuición de que se quiere coger a Vicky… ¡No, Cachi, no son fantasías, te lo aseguro! Desde que la vio se le cae la baba, se la quiere coger... Ya sé que ella tiene que continuar con su vida pero ese chabón es mala gente, Cachi... (cambiando) ¿Está ahí? ¡Me lo hubieras dicho antes, boludo! Pasame… ¡ES EL ÚLTIMO FAVOR DE AMIGO QUE TE PIDO, CACHI! ¡YA QUE ES UN VELORIO, NO

VOY A HACER QUILOMBO, PASAME TE DIGO! (Cachi le pasa con Walter. Cambiando, con frialdad) Hola, qué decís... Una tragedia, sí. Mirá, tengo poco tiempo así que voy a ser concreto: alejate de Vicky… Lo que escuchaste. Vos estás ahí porque te querés voltear a mi novia y yo no voy a permitir que en el futuro ella esté con alguien como vos… No, te equivocás: vos no sos mi amigo. Vos nunca fuiste mi amigo, trabajamos juntos que es distinto... No señor, digo lo que es... ¡No señor, y bajá el tonito que yo te estoy hablando bien!…. (sacado) ¡ESTARÉ MUERTO, PERO ACÁ HICIERON UN CONVENIO CON TELECOM, LES DIGO QUE HAGAN OTRO CON UNA EMPRESA DE ASCENSORES, BAJO Y TE RECONTRACAGO BIEN A TROMPADAS, ¿ME ESCUCHASTE? ¡TE ALEJÁS DE VICKY

O TE ROMPO TODOS LOS DIENTES! ¡HOLA, HOLA, CORTÁS, NO TE LA BANCÁS,


GALLINA, CAGÓN! (pausa, desesperándose) ¿Pero qué estoy haciendo? ¿A quién amenazo? ¿Me volví pelotudo de golpe? Tengo que respirar profundo, serenarme. ¡La puta, cómo necesito un pucho!...

Observa el entorno, de golpe vuelve el efecto de luces, reconoce la presencia, cierra los ojos.

Bandi: Disculpe lo de recién… No, usted qué tiene que ver, soy yo. Le pido disculpas (con ansiedad) Cada vida es un mundo, ¿no? No sé en la suya, pero fíjese que en mi familia nunca fuimos de hablar las cosas. Mi viejo era un tipo callado, creo que por timidez, mi vieja en cambio nació hablando: nada sensato, todas boludeces. Mi hermana un carácter difícil. Pero qué se nos puede reprochar, estamos ocupados viviendo como para parar a decirnos lo importante. Entonces se cruza la barrera y uno entiende que ya es tarde (la presencia lo interrumpe) Ah, sí, disculpe. ¿Y el apto físico cómo dio? No creo que haya aparecido nada, yo siempre fui más sano que el Nesquick. ¿Le dije que sólo tuve varicela? A los seis años me operaron las amígdalas y… (la presencia vuelve a cortarlo) Sí, claro, se atrasa, perdón. (lloriquea, se calma, comienza a salir) ¿Es para allá? Qué increíble, ¿no? En la flor de la edad, alguien tan lleno de vida (la presencia lo amonesta porque lleva el celular.

Vuelve) ¡Está, está! Ya lo dejo. ¿Una última llamadita, imposible, no? Mire que yo recargué con ustedes y... Está, no se enoje. (apoya el celular en el piso, se incorpora) Alguien tan joven, con tanto por hacer. Qué picardía, ¿no? (de golpe se inclina, vuelve a tomar el celular y muestra el display) Igual no se preocupe, fíjese, también se agotó la carga.

APAGÓN