8/12/14

LOPE DE RUEDA. LA GENEOSA PALIZA Y OTROS PASOS,





LA GENEOSA PALIZA Y OTROS PASOS:

LA GENEROSA PALIZA
EL MATÓN COBARDE
LA NOVIA NEGRA
EL ENSALMO
EL CRIADO PEREZOSO
EL VALENTÓN
TANTICO PAN
LA GITANA LADRONA
LOS LINAJES
LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI
LA MANTECADA
LA NEGRA LIVIANA
EL OLVIDADO DE SÍ MISMO
EL EMPAJADO
EL RATÓN MANSO

LA GENEOSA PALIZA

Muy gracioso, agora nuevamente compuesto por Lope de Rueda. Introdúcense en él
las personas siguientes bajo escritas

DALAGÓN, amo.
PANCORVO, simple.
PERIQUILLO, paje.
PEIRUTÓN, gascón.
GUILLEMILLO, paje.
DALAGÓN
¡Que sea verdad esto, ribaldo tacaño!
PANCORVO
Sí, sí pienso que será, pues vuestra merced lo dice. Déjeme por su vida, ávese de ahí.
DALAGÓN
En fin, ¿que verdad es?
PANCORVO
¿Lo qué, señor?
DALAGÓN
¿Lo qué, diz? ¿Qué? Comerme la libra de los turrones de Alicante que estaban encima del
escriptorio.
PANCORVO
Eso, no.
DALAGÓN
En fin, ¿que miento?
PANCORVO
Yo no digo que miente, sino que no es verdad.
DALAGÓN
¿Que no? Esperá un poco.
PANCORVO
¡Ah, paso, señor! Suélteme, que yo lo diré quién se los ha comido.
DALAGÓN
Veamos quién, acabemos.PANCORVO
Vuestra merced ha de saber que yo no, no..., que yo..., qu'el... ¿Cómo se llama? El... ¿Cómo se
dice? Desviése un poco de la puerta, por que no nos oiga nadie. Que Periquillo los ha traspuesto.
DALAGÓN
Cata qué dices...
PANCORVO
Sin falta; porque yo sé qu'es gran comedor de turrones. Mochacho que se los come sin pan, délo
a la gracia de Dios.
DALAGÓN
¡Periquillo!
PERIQUILLO
¿Quién llama?
PANCORVO
Salí acá, Periquillo; el señor es, que os quiere hablar en secreuto.
PERIQUILLO
¿Qué manda?
DALAGÓN
¿Qué mando? ¡Tomá, don bellaco, goloso!
PERIQUILLO
¡Y..., señor! ¿Por qué me da?
PANCORVO
Lleváos eso entretanto que lo sepáis.
PERIQUILLO
¡Válame Dios! Señor, ¿no sabremos por qué me dio?
DALAGÓN
Porque os comistes...
PANCORVO
Sí, por eso, porque os engolistes...
DALAGÓN
¡Calla tú! Porque os comistes una libra de turrones qu'estaban encima del escriptorio.
PERIQUILLO¿Yo? ¿Quién lo dice?
DALAGÓN
Éste.
PERIQUILLO
¿Tú lo dices?
PANCORVO
Yo lo dije, pero no creo que será Periquillo, señor, porque es honrado mozo y no tiene menos
que valer. Errado m'e, pecador de mí, que por decir Gasconillo dije Periquillo.
PERIQUILLO
¡En fin, que tu yerro había de caer sobre mis espaldas!
PANCORVO
Calla, hermanico, ten paciencia, que algún día pagaré quizá por ti.
DALAGÓN
Anda, pues, llama al Gasconillo.
PANCORVO
¡Gasconillo!
GASCÓN
¿Qui vos pras, qué volets? Aguardats un pauch.
PANCORVO
Creo que se los está comiendo; llámele vuestra merced.
DALAGÓN
¡Gasconillo!
GASCÓN
¿Qué mandats, Diu us dé saylud tuta una maysada? ¡Craves de Diu! ¿Qué's acró, señor? ¿Qué
vos debi? ¿Por qué vos arrencorats contra mí?
PANCORVO
¡Déle, señor, déle! ¡No pare, adelante! Una primera, otra por mí, que bien lo meresce.
GASCÓN
¿No me direts, si hu pras o si hu pesa, por qué me habets sacudits desú la costielles?
DALAGÓN
Porque os habéis comido los turrones de Alicante.GASCÓN
¡Jesú, Jesú! ¡Sancta Bárbera! ¿Yo turrions?
DALAGÓN
Sí, tú, turrones d'encima del escriptorio.
GASCÓN
¿E qui vo l'a dit?
PANCORVO
Yo sé quien lo ha visto.
GASCÓN
¡Per la San Diu, que vos mentíes desús la meitá de la gorja! ¡Que yo no l'a manjat le
turrions de l'escritiura! ¿Vo l'abé vist, amor dis cans?
PANCORVO
No, no creo que es él, pues que lo jura. Perdona, Gasconillo.
GASCÓN
¿Agoras me dicets “perdonay”, chocarrayro, argines de pan? ¿Paresce vo bona
consecuensa?
PANCORVO
¿D'eso te enojas? Antes te debes holgar por ello.
GASCÓN
¿E por qué m'e de folguiar?
PANCORVO
Porque ternás anticipado el recibo para cuando al señor algo le debieres.
GASCÓN
¡Pillats le vos tau recebemento e botets le en vostra causa, truncho de quiol, rábano de leytugas!
DALAGÓN
Acabemos ya. Pues dices que ninguno d'estos dos se los ha comido, sepamos quién se los comió.
Salgan estos turrones; si no, yo te los sacaré de las costillas.
PANCORVO
No me perturbe vuesa merced, que yo se lo diré punto por punto. Espere, yo pienso justa mi
consciencia... Ven acá, Gasconillo.
GASCÓN
¿E para qué me cramas?PANCORVO
¿Paréscete a ti que se los ha comido Guillemillo?
GASCÓN
¿Gallamillo? ¿El que me vinets a panar la botifarda anuenyt de le gradielles?
PANCORVO
Así, a ése.
GASCÓN
Tú dices la vertá; ése l'a manjat.
PANCORVO
Ya ve vuesa merced cómo el Gasconillo dice que a Guillemillo se los vio comer.
GASCÓN
Sí, Gallamillo.
DALAGÓN
Llámale, veamos si habemos de desmarañar este negocio de turrones.
PANCORVO
¡Guillemillo!
GASCÓN
¡Gallamillo!
GUILLEMILLO
¿Qué voces son éstas?
DALAGÓN
¿No saldrás?
GUILLEMILLO
Ya salgo. ¿Qué quiere, señor?
DALAGÓN
Lo que quiero es esto: ¡tomá, don rapaz!
GUILLEMILLO
¡Ay, ay, señor, por amor de Dios!
PANCORVO
¡Déle, señor, no pare, pues por amor de Dios le pide!
GASCÓN¡Botats ne mays, siñor! An agoras pagarats le turrions e la botifarda tot en un cop.
GUILLEMILLO
¡Pecador de mí, señor! ¿A qué fin me dio?
DALAGÓN
¿A qué fin, cara sin vergüenza?
PANCORVO
¡Bien lo sabréis, vergüenza sin cara!
GASCÓN
¡Carats, moyrro de fuyrón, que siñor vos o diray!
DALAGÓN
A fin que se os pueda fiar cualquiera cosa de comer.
GUILLEMILLO
¿Qué cosa?
DALAGÓN
¿Qué cosa? Dime, desvergonzado: ¿y los turrones que estaban encima del escriptorio? ¿Qué's
d'ellos?
GUILLEMILLO
¿Los turrones, señor? No me los pidió él que se los diese, y los encerró de su propia mano dentro
del escriptorio?
DALAGÓN
¡Por vida mía, que dice verdad! ¿Habéis visto qué gran descuido que ha sido el mío?
GUILLEMILLO
¿Y paréscele bien haberme dado sin culpa?
PANCORVO
¿Y a mí molerme aquestas espaldas, que no parescía sino molino batán, según descargaba?
PERIQUILLO
¡Y a mí, pajas!
GASCÓN
¿E qué vo paresce de acró, de aquestos neguecios o facendas, mustramo?
DALAGÓN
¿Qué me paresce? Es, porque no estéis quejosos de mí, que se partan los turrones en cuatro
partes, y en pago de la disciplina se lleve cada uno su pedazo.PANCORVO
Eso es, señor. En cuanto a su propuésito, aguarde un tantico. ¡Mochachos, a consulta! Tú, Perico,
¿quies turrones?
PERIQUILLO
Yo, ni aun vellos.
PANCORVO
¿Y tú, Guillemillo?
GUILLEMILLO
Yo, ni aun gustallos.
PANCORVO
¿Y tú, Gasconillo?
GASCÓN
Yo, botats los sus la fiorca.
PANCORVO
¿Queréis que nos esquitemos todos de la paliza?
TODOS
Sí.
PANCORVO
¿Tú no le volverás tu parte?
PERIQUILLO
¡Pues no!
PANCORVO
Pues aguardad. Mosamo, oiga, si manda.
DALAGÓN
¿Qué quieres?
PANCORVO
Allegue a conversación, que ya'stamos concordados.
DALAGÓN
¿Y es...?
GASCÓNSiñor, acró es la concordanza: ¡Carayson, caralaysones! ¡Tom'ahí, manjar vos podíes las
turriones!
DALAGÓN
¡Paso, paso!
PANCORVO
¿Pasáis? Pues yo envido.
GUILLEMILLO
Yo, lo que puedo.
PERIQUILLO
Yo, lo que alcanzo.
FIN



EL MATÓN COBARDE

INTERLOCUTORES:
POLO, lacayo.
VALLEJO, lacayo.
GRIMALDO, paje.
POLO
A buen tiempo vengo, que ninguno de los que quedaron de venir han allegado; pero, ¿qué
aprovecha, si yo por cumplir con la honra d'este desesperado de Vallejo he madrugado antes de
la hora que limitamos? Catá qu'es cosa hazañosa la d'este hombre, que ningún día hay en toda la
semana que no pone los lacayos de casa o parte d'ellos en revuelta. Mirá ora por qué diablos se
envolvió con Grimaldicos, el paje del capiscol, siendo uno de los honrados mozos que hay en
este pueblo. Ora yo tengo de ver cuánto tira su barra y a cuánto alcanza su ánimo, pues presume
de tan valiente.
VALLEJO
¿Tal se ha de sufrir en el mundo? ¿Cómo se puede pasar una cosa como ésta, y más estando a la
puerta del Aseo, donde tanta gente de lustre se suele llegar? ¿Hay tal cosa, que un rapaz
descaradillo que ayer nasció se me quería venir a las barbas y que me digan a mí los lacayos de
mi amo que calle, por ser el capiscol, su señor, amigo de quien a mí me da de comer? Así podría
yo andar desnudo y ir de aquí a Jerusalem los pies descalzos y con un sapo en la boca atravesado
en los dientes, que tal negocio dejase de castigar.
Acá está mi compañero. ¡Ah, mi señor Polo! ¿Acaso ha venido alguno de aquellos hombrecillos?
POLO
No he visto ninguno.
VALLEJO
Bien está. Señor Polo, la merced que se me ha de hacer es que, aunque vea copia de gente,
dobléis vuestra capa y os asentéis encima, y tengáis cuenta en los términos que llevo en mis
pendencias; y si viéredes algunos muertos a mis pies, que no podrá ser menos, placiendo a la
Majestad Divina, el ojo a la Justicia en tanto que yo me doy escapo.
POLO
¡Cómo! ¡Qué! ¿Tanto pecó aquel pobre mozo, que os habéis querido poner en necesidad a vos y
a vuestros amigos?
VALLEJO
¿Más quiere vuesa merced, señor Polo, sino que llevando el rapaz la falda al capiscol, su amo, al
dar la vuelta tocarme con la contera en la faja de la capa de la librea? ¿A quién se le hubiera
hecho semejante afrenta, que no tuviera ya docena y media de hombres puestos a hacer carne
momia?POLO
¿Por tan poca ocasión? ¡Válame Dios!
VALLEJO
¿Poca ocasión os paresce reírseme después en la cara como quien hace escarnio?
POLO
Pues de verdad que es Grimaldicos un honrado mozo, y que me maravillo hacer tal cosa; pero él
vendrá y dará su descargo y vos, señor, le perdonaréis.
VALLEJO
¿Tal decís, señor Polo? Mas me pesa que me sois amigo, por dejaros decir semejante palabra. Si
aqueste negocio yo agora perdonase, decíme vos cuál queréis que esecute.
POLO
Hablad paso, que veisle aquí do viene.
GRIMALDO
Ea, gentiles hombres, tiempo es agora que se eche este negocio a una banda.
POLO
Aquí estaba rogando al señor Vallejo que no pasase adelante este negocio, y halo tomado tan a
pechos, que no basta razón con él.
GRIMALDO
Hágase vuesa merced a una parte; veremos para cuánto es esa gallinilla.
POLO
Ora, señores, óiganme una razón, y es que yo me quiero poner de por medio; veamos si me harán
tan señalada merced los dos que no riñan por agora.
VALLEJO
Así me podrían poner delante todas las piezas de artillería qu'están por defensa en todas las
fronteras de Asia, África y en Europa, con el serpentino de bronce que en Cartagena está
desterrado por su demasiada soberbia, y que volviesen agora a resucitar las lombardas de hierro
colado qu'el cristianísimo rey don Fernando ganó a Baza; y finalmente aquel tan nombrado
galeón de Portugal con toda la canalla que lo rige viniese, que todo lo que tengo dicho y mentado
fuese bastante para mudarme de mi propósito.
POLO
Por Dios, señor, que me habéis asombrado, y que no estaba aguardando sino cuándo habíades de
mezclar las galeras del Gran Turco con todas las demás que van de levante a poniente.
VALLEJO
¿Qué? ¿No las he mezclado? Pues yo las doy por emburulladas. Vengan.GRIMALDO
Señor Polo, ¿para qué tanto almacén? Hágase a una banda y déjeme con ese ladrón.
VALLEJO
¿Quién es ladrón, babosillo?
GRIMALDO
Tú lo eres. ¿Hablo yo con otro alguno?
VALLEJO
¿Tal se ha de sufrir, que se ponga este desbarbadillo conmigo a tú por tú?
GRIMALDO
Yo, liebre, no he de menester barbas para una gallina como tú; antes con las tuyas, delante del
señor Polo, pienso limpiar las suelas d'estos mis estivales.
VALLEJO
¡Las suelas, señor Polo! ¿Qué más podía decir aquel valerosísimo español Diego García de
Paredes?
GRIMALDO
¿Conocístele tú, palabrero?
VALLEJO
¿Yo, rapagón? El campo de once a once que se hizo en el Piamonte, ¿quién lo acabó sino él y
yo?
POLO
¿Vuesa merced? ¿Y es cierto aqueso d'ese campo?
VALLEJO
¡Buena está la pregunta! Y aun unos pocos de hombres que a él le sobraron por estar cansado,
¿quién les acabó las vidas sino aqueste brazo que veis?
POLO
¡Pardiez que me paresce aquello una cosa señaladísima!
GRIMALDO
Que miente, señor Polo. ¿Un hombre como Diego García se había de acompañar con un ladrón
como tú?
VALLEJO
¿Ladrón era yo entonces, palominillo?
GRIMALDO
Si entonces no, agora lo eres.VALLEJO
¿Cómo lo sabes tú, ansarino nuevo?
GRIMALDO
¿Cómo? ¿Qué fue aquello que te pasó en Benavente, qu'está la tierra más llena d'ello que de
simiente mala?
VALLEJO
Ya, ya sé qué's eso. -A vuesa merced, que sabe negocios de honra, señor Polo, lo quiero contar,
que a semejantes pulgas no acostumbro dar satisfecho. Yo, señor, fui a Benavente a un caso de
poca estofa, que no era más sino matar cinco lacayos del Conde, porque quiero que lo sepa: fue
porque me habían rebelado una mujercilla qu'estaba por mí en casa del padre en Medina del
Campo.
POLO
Toda aquella tierra sé muy bien.
VALLEJO
Después que ellos fueron enterrados y yo, por mi retraimiento, me viese en alguna necesidad,
acodiciéme a un manto de un clérigo y a unos manteles de casa de un bodegonero donde yo solía
comer, y cógeme la Justicia, y en justo y en creyente, señor, etcétera. Y esto es lo que aqueste
rapaz está diciendo. Pero agora, ¿fáltame a mí de comer en casa de mi amo para que use yo de
aquesos tratos?
GRIMALDO
¡Suso!, que estoy de priesa.
VALLEJO
Señor Polo, aflójeme vuesa merced un poco aquestas ligagambas.
POLO
Aguarde un poco, señor Grimaldo.
VALLEJO
Agora apriéteme aquesta estringa del lado de la espada.
POLO
¿Está agora bien?
VALLEJO
Agora métame una nómina que hallará aquí al lado del corazón.
POLO
No hallo ninguna.VALLEJO
¿Que no traigo ahí una nómina?
POLO
No por cierto.
VALLEJO
Lo mejor me he olvidado en casa debajo de la cabecera del almohada y no puedo reñir sin ella.
Espérame aquí, ratoncillo.
GRIMALDO
Vuelve acá, cobarde.
VALLEJO
Ora, pues sois porfiado, sabed que os dejara un poco más con vida si por ella fuera. Déjeme,
señor Polo, hacer a ese hombrecillo las preguntas que soy obligado por el descargo de mi
conciencia.
POLO
¿Qué le habéis de preguntar? ¡Decí!
VALLEJO
Déjeme vuesa merced hacer lo que debo. ¿Qué tanto ha, golondrinillo, que no te has confesado?
GRIMALDO
¿Qué parte eres tú para pedirme aqueso, cortabolsas?
VALLEJO
Señor Polo, vea vuesa merced si quiere aquese pobrete mozo que le digan algo a su padre o qué
misas manda que le digan por su alma.
POLO
Yo, hermano Vallejo, bien conozco a su padre y madre, cuando algo sucediese, y sé su posada.
VALLEJO
¿Y cómo se llama su padre?
POLO
¿Qué os va en saber su nombre?
VALLEJO
Para saber después quién me querrá pedir su muerte.
POLO
Ea, acabá ya, que es vergüenza. ¿No sabéis que se llama Luis de Grimaldo?VALLEJO
¿Luis de Grimaldo?
POLO
Sí, Luis de Grimaldo.
VALLEJO
¿Qué me cuenta vuesa merced?
POLO
No más que aquesto.
VALLEJO
Pues, señor Polo, tomad aquesta espada y por el lado derecho apretá cuanto pudiéredes, que
después que sea esecutada en mí aquesta sentencia, os diré el porqué.
POLO
¿Yo, señor? Guárdeme Dios que tal haga ni quite la vida a quien nunca me ha ofendido.
VALLEJO
Pues, señor, si vos por serme amigo rehusáis, vayan a llamar a un cierto hombre de Piedrahíta, a
quien yo he muerto por mis propias manos casi la tercera parte de su generación, y aquése, como
capital enemigo mío, vengará en mí propio su saña.
POLO
¿A qué efecto?
VALLEJO
¿A qué efecto me preguntáis? ¿No decís que es ése hijo de Luis de Grimaldos, alguacil mayor de
Lorca?
POLO
Y no de otro.
VALLEJO
¡Desventurado de mí! ¿Quién es el que me ha librado tantas veces de la horca sino el padre de
aquese caballero? Señor Grimaldo, tomad vuestra daga y vos mismo abrid aqueste pecho y
sacadme el corazón y abrilde por medio y hallaréis en él escrito el nombre de vuestro padre, Luis
de Grimaldo.
GRIMALDO
¿Cómo? ¿Qué? No entiendo eso.
VALLEJONo quisiera haberos muerto, por los sanctos de Dios, por toda la soldada que me da mi amo.
Vamos de aquí, que yo quiero gastar lo que de la vida me resta en servicio d'este gentilhombre,
en recompensa de las palabras que sin le conoscer he dicho.
GRIMALDO
Dejemos aqueso, que yo quedo, hermano Vallejo, para todo lo que os cumpliere.
VALLEJO
¡Sus! Vamos, que por el nuevo conoscimiento nos entraremos por casa de Malata el tabernero,
que aquí traigo cuatro reales; no quede solo un dinero que todo no se gaste en servicio de mi más
que señor Grimaldos.
GRIMALDO
Muchas gracias, hermano. Vuestros reales guardaldos para lo que os convenga, que el capiscol,
mi señor, querrá dar la vuelta a casa. Y yo estoy siempre para vuestra honra.
VALLEJO
Señor, como criado menor me puede mandar. Vaya con Dios. -¿Ha visto vuesa merced, señor
Polo, el rapaz cómo es entonado?
POLO
A fe que parece mozo de honra. Pero vamos, qu'es tarde. ¿Quién quedó en guarda de la mula?
VALLEJO
El lacayuelo quedó. ¡Ah, Grimaldico, Grimaldico, cómo te me has escapado de la muerte por
dárteme a conocer! Pero guarte, no vuelvas a dar el menor tropezoncillo del mundo, que toda la
parentela de los Grimaldos no será parte para que a mis manos ese pobreto espritillo, que aunque
está con la leche en los labios, no me lo rindas.
FIN





LA NOVIA NEGRA

INTERLOCUTORES:
POLO, lacayo.
EULALLA, negra.
POLO
¡Oh!, bendito sea Dios que me ha dejado escabullir un rato de aqueste importuno de Valiano, mi
señor, que no paresce sino que todo el día está pensando en otro, sino en cosas que fuera de
propósito se encaminen. Agora yo estoy asombrado cómo Leonardo, a los ojos de todos tan
honrado y cuerdo mozo, lo quisiese así engañar, con darle a entender que su hermana fuese tan
buena, que para ser mujer suya le faltase nada. Con su pan se lo coma, que gran priesa se dan ya
para que pague con la gorja lo que pecó con la lengua. Dios me guarde de ser entremetido. Acá
me quiero andar siguiendo mi planeta, que si aquesta mi Eulalla se va conmigo como me tiene
prometido, yo soy uno de los bienaventurados hombres de todo mi linaje. Ya estoy a su puerta.
Aquí sobre la calle, en este aposento, sé que duerme. ¿Qué señas haré para que salga? ¡Oh!, bien
va, que aquélla que canta es.
Canta la negra
Gila Gonzale
de la Villa yama;
no sé yo, madres,
si me l'abriré.
Gila Gonzale
yama la torre.
Abríme la voz
fija Yeonore,
porque lo cabayomojaba falcone.
No sé yo, madres,
si me l'abriré.
POLO
¡Ah, señora mía, Eulalla! ¡Ah, señora! ¡Qué embebida está en su música!
EULALLA
¡Jesú! Ofréscomela Dios turo poreroso, criaror na cielos e na tierras.
POLO
¡Ah, señora Eulalla! No te alteres, que el que te llama no te desea sino hacerte todo servicio.
EULALLA
¿Paréscete vos que so sa bon xemplos a la ventana de un dueña honradas recogidas coma yo,
facer aqueya cortesía a taloras?
POLO
No me debe haber conoscido. -¡Ah, señora Eulalla!
EULALLA
¡Malaños para vos! ¿Y paréscete bien a la fija de la hombre honrados facer cudolete a la puta
ajenas?
POLO
¡Oh, pecador de mí! Asómate, señora Eulalla, a esa ventana y verásme y sabrás de cierto quién
soy.
EULALLA
¿Quién esá ahí? ¡Jesú! O la voz me la miente o sa aqueya que yama mi siñor Pollos.
POLO
¡Oh, bendito aquél que te dejó entender!
EULALLA
¡Ay, siñor míos, a taloras!
POLO
Señora mía, por una pieza como vuesa merced, aún es temprano para servilla.
EULALLA
Pues a bona fe que sa la persona de mala ganas.
POLOQue la guarde Dios, y ¿de qué?
EULALLA
Siñor, preséntame la siñora Doñaldoza, un prima mía, una hojetas de lejías para rubiarme na
cabeyos y, como yo sa tan delicara, despójame na cabeza como nas ponjas. Pienso que tenemos
la mala ganas.
POLO
¡Válame Dios! ¿Pues no hay remedio para eso?
EULALLA
Sí, Sí, ¡guáreme Dios!; ya m'envía a visitar la siñora nabadesa la monja santa Pabla, y me dice
que m'enviará una malacina para que me le quita como la manos.
POLO
¿Pues agora te pones a enrubiar?
EULALL
ASí, porque ¿no tengo yo cabeyo como la otro?
POLO
Sí, cabellos, y aun a mis ojos no hay brocado que se le compare.
EULALLA
Pues a buena fe que ha sinco noche que face oración a siñor Nicolás de Tramentinos.
POLO
San Nicolás de Tolentino querrás decir. ¿Y para qué haces la oración, señora?
EULALLA
Quiere casar mi amos, y para que me depares mi Dios marido a mí contentos.
POLO
Anda, señora, ¿y cómo agora haces aqueso? ¿No me has prometido de salirte conmigo?
EULALLA
¿Y cómo, siñor, no miras más qu'esos? ¿Paréscete a voz que daba yo bon jemplo y cuenta de mi
linajes? ¿Qué te dirá cuántas siñoras tengo yo por mi migas en esta tierras?
POLO
¿Y la palabra, señora, que me has dado?
EULALLA
Siñor, o na forza ne va, nerrechos se pierde. Honra y barbechos no caben la sacos.
POLO¿Pues qué deshonras pierdes tú, señora, en casarte conmigo?
EULALLA
Ya yo lo veo, siñor, mas quiere voz sacarme na pues perdida na tierra que te conozco.
POLO
Mi reina, ¿pues aqueso me dices? No te podría yo dejar, que primero no dejase la vida.
EULALLA
¡Ah, traidoraz! Dolor de torsija que rebata to lo rombres. A otro güeso con aquese perro, que
yo ya la tengo rosegadoz.
POLO
En verdad, señora, que te engañas. Pero dime, señora, ¿con quién te querían casar?
EULALLA
Yo quiere con un cagañeroz. Dice mi amo que no, que más quere con unoz potecarioz; yo dice
que no. Dice mi amo: “Caya, fija, que quien tenga l'oficio tenga la maleficio.”
POLO
¿Pues yo no soy oficial?
EULALLA
¿Quín ficios, siñor Pollos?
POLO
Adobar gorras, sacar manchas, hacer ruecas y husos y echar soletas y brocales a calabazas, otros
mil oficios que, aunque agora me ves servir de lacayo, yo te sustentaré a toda tu honra. No dejes
tú de sacar con que salgamos la primera jornada, que después yo te haré señora de estrado y
cama de campo y guadameciles. ¿Qué quieres más, mi señora?
EULALLA
Agora sí me contenta. Mas, ¿sabe qué querer yo, siñor Pollos?
POLO
No, hasta que me lo digas.
EULALLA
Que me compras una monas, un papagayos.
POLO
¿Para qué, señora?
EULALLA
La papagayos para qu'enseña a fablar en jaula, y lo mona para que la tengas yo a mi puertas
como dueña de sablo.POLO
De estrado querrás decir.
EULALLA
Sí, sí, ya la digo yo na sablo; mas sabe que me falta rogar a siñora doña Betriz que me presa un
ventayos para caminos.
POLO
¿Para qué's el ventalle, señora?
EULALLA
Para poneme laltre la cara, porque, si mira algún conoscida, no me la conoscas.
POLO
Señora, yo lo haré; mas voyme, que toda la tierra está revuelta por ir a ver aquel pobre de
Leonardo, que hoy mandan que se haga justicia d'él.
EULALLA
¡Ay, mal logradoz! Por ciertos que me pesas como si no fueras mi fijo; mas si Marinas busca,
tome lo que baila.
POLO
Adiós, mi señora, que ya el día se viene a más andar y la gente madruga hoy más que otros días
por tomar lugar, porque el pobreto, como era tan bienquisto de todos, aunque era extranjero, toda
la gente irá para ayudalle con sus oraciones.
EULALLA
¡Ay, amarga se vea la madre que le pariós!
POLO
Hasta mi amo Valiano le pesa extrañamente con su muerte, mas aquel Paulo contrario suyo, que
es el que trajo las señas de su hermana, le acusa valientemente, y ése le ha traído el término en
que agora está. Adiós.
EULALLA
L'Espíritu Sanctos te guarda mi ánima y te la libra entrutanto.
POLO
¡Pese a tal con la galga! Yo la pienso vender en el primer lugar diciendo que es mi esclava, y ella
póneseme en señoríos. Espántome cómo no me pidió dosel y todo en que poner las espaldas. No
tengo un real, que piensa la persona sacárselo de las costillas, y demándame papagayo y mona.
EULALLA
¡Señor Pollos, señor Pollos!POLO
¿Qué hay, mi vida?
EULALLA
Tráigame para mañana un poquito de mozaza, un poquito de trementinos de la que yaman de
puta.
POLO
De veta querrás decir. ¿Y para qué quieres todo eso, señora?
EULALLA
Para facer una muda para las manos.
POLO
Que con esa color me contento yo, señora; no has menester ponerte nada.
EULALLA
Así la verdad, que aunque tengo la cara na morenicas, la cuerpo tienes como un terciopelo
dobles.
POLO
A ser más blanca, no valías nada. -Adiós, que así te quiero para hacer reales.
EULALLA
Guíate la Celestinas, que guiaba la toro enamorados.
FIN


EL ENSALMO


INTERLOCUTORES:
ARMELINA, dama.
MENCIETA, moza.
GUADALUPE, simple.
GUADALUPE
Agora no creáis, sino el que a riedro vaya ordena unas cosas que no puedo entender dónde
diabros las añazga o las arguye, que estoy en pie y no atino más a abrir los ojos que si nunca los
tuviera. ¡Válame el sancto que está entre Fregenal y el Almadén! A él me ofrezco y le prometo
unos ojos de la color d'estos míos, de cerapez o estopa, o de miel de Cerrato. ¡Oh, desventurado
de mí! Si los puedo tener abiertos dos cantos de melón, que luego no se friegan como bolsicón de
echar aguinaldo. En fuerte punto me parió mi padre si me tengo de quedar ansí.
MENCIETA
¿Qué's eso, Guadalupe?
GUADALUPE
¿Eres tú, Mencieta?
MENCIETA
Sí, hermano. ¿De qué te vas lamentando?
GUADALUPE
¿No ves, hermana, que apenas abro los ojos, cuando luego se me caen las compuertas como
postigo de golpe a puerta caladiza de portal?
MENCIETA
El asno aún se debe venir todavía durmiendo y no atina.
GUADALUPE
Ansí viva Alonso, el porquerizo de Medellín, el tío de mi mujer, como es eso. Debe de ser de
herencia que mis pecados grandes me han dado.MENCIETA
¿Qué darías por sanar?
GUADALUPE
¿Qué? Toda una semana prometería al abad de Monserrate dormir en pie y vestido como mi
madre me parió.
MENCIETA
Mucho es eso.
GUADALUPE
¡Ah, mi madre! Por sanar, pardiez, me aborresciese estarme dos horas y media sin desayunarme
si no huese de pan o de alguna cocina o algo semejante.
MENCIETA
¿Duélente los ojos?
GUADALUPE
Que no, dolos al diabro, sino que se añublan de suyo.
ARMELINA
Más de sueño.
GUADALUPE
Y si es de lo que vuesa merced dice, ¿hay remedio, señora?
ARMELINA
Preguntáselo a Mencieta.
GUADALUPE
Mencía, hermana, ¿sabes tú algo para contra ojos adormidos?
MENCIETA
Mil medicinas hay.
GUADALUPE
¿Mil, eh? Dime un par d'ellas.
MENCIETA
¿Y para qué un par?
GUADALUPE
Para cada ojo la suya.
MENCIETA¡Ah, dices bien, aguarda un poco! Tápate muy bien los ojos con las manos, que no veas cosa
ninguna.
GUADALUPE
¿Estoy bien?
MENCIETA
Sí; vuélvete de espaldas y, si algo te doliere, no hables, que te quedarás ciego para todos los días
de tu vida.
GUADALUPE
Haz, que yo callaré hasta que tú me lo mandes.
MENCIETA
Está quedo, tonto.
GUADALUPE
No ahí, Mencieta, no ahí: ¿está el mal en los ojos y ensálmasme las espaldas?
MENCIETA
Pues de ahí te va la salud a los ojos.
GUADALUPE
Bueno creo que estaré ya, Mencieta.
MENCIETA
Pienso que sí.
GUADALUPE
Plegue a Dios que no sea de menester alguna sangría, que mucho me duele aqueste ensalmo que
me pusiste. ¿De qué era, por tu vida?
MENCIETA
De un poco de enjundia de gallina y otro poco de levadura.
GUADALUPE
Demasiada levadura pusiste.
MENCIETA
¿Por qué?
GUADALUPE
Porque era muy duro aquel empastro.
MENCIETA
¿Agora puedes bien abrir los ojos?GUADALUPE
Sí, pero es menester rogar a Dios que los pueda volver a cerrar, que, pardiez, como el cocimiento
está en las costillas, de tu melecina, los ojos me hace tener como candelas, y aun será maravilla
que no me acuda después el sueño en una quincena de días.
MENCIETA
No es mucho.
GUADALUPE
Mira, Mencieta: aunque otra vez me veas ciego y rezar oraciones, no me cures.
MENCIETA
¡Mira qué mercedes! Haced bien a semejantes.
GUADALUPE
Da al diabro aquesas semejanzas. Sé que otras veces me han curado a mí, mas tú tienes muy
pesada mano. Yo te juro y te consejo que, cuando grande, no tomes oficio de casamentera.
MENCIETA
¿Por qué?
GUADALUPE
Porque no es mucho que dure un casamiento hecho de tu mano más que la memoria del Cid Ruy
Díaz.
ARMELINA
En fin, ¿qué?, ¿ya vas sano?
GUADALUPE
Dad al diabro sanidad, señora, cuando comienza otra dolencia de nuevo.
MENCIETA
¡Bueno está eso! Por no pagarme haces agora esos entremeses.
GUADALUPE
¿Y qué entra en una melecina d'ésas?
MENCIETA
Más de real y medio.
GUADALUPE
¿Real y medio? Barato es si se me aflojase esto de las costillas. ¿Y qué me durará este
escocimiento?
MENCIETAHasta que gaste el humor, que será quince o veinte días.
GUADALUPE
Da al diabro tu cura. Pues una modorra sana al catorceno, cuando mucho, ¿y ha de durar una
melecina de tu mano en sanar veinteno?
MENCIETA
¿Dónde vas?
GUADALUPE
A buscar quien me cure d'estos socrocios o cataplasmos.
MENCIETA
Ve en buen hora, y mira muy bien por allá fuera algún amigo tuyo que se quiera curar como tú
has hecho.
GUADALUPE
No, no, Mencieta, no te pongas más en ese oficio, que yo creo que no cobrarás muy buena fama
con estos tus ensalmos. Queda a Dios.
ARMELINA
¡Maldita seas!, que reír me has hecho.
MENCIETA
Entremos, que ya por las calles comienza a rebullir gente.
FIN
RUEDA, LOPE DE (1505-1565)




EL CRIADO PEREZOSOINTERLOCUTORES:


PAJARES, simple.
VERGINIO, padre de Lelia.
MARCELO, amo de Lelia.
PAJARES
Ora juro al cielo de Dios, mostramo, si yo sé a qué tengo d'ir, ni a qué efeto vuesa merced
m'envía. Sé qu'ell'otro ni la otra no son agora tan niños que no sabrán venirse, cuantis más que ya
es hora de comer y la mesma hambre los ha de acarrear a casa como a mochachos huidores.
VERGINIO
Mira, Pajares, déjate d'esos preámbulos y cúbrete bien esa capa, que gran tardanza es la que
hacen y venirlos has acompañando.
PAJARES
¿Qué? ¿No está bien cubrida?
VERGINIO
No; acaba ya.
PAJARES
Apártese vuesa merced de mi cobridero; y perdone.
VERGINIO
¿Paréscete que está bien cubierta?
PAJARES
Eso vuesa merced lo dirá, que yo no lo veo ni descubro palmo de tierra.
VERGINIO
¡Oh, mal año te dé Dios, que no te has de saber cubrir una capa! Mira, cuando te la mandaren
cubrir, ansí la has de poner.PAJARES
¿Ansí? Ya, ya. ¿Está bien cubrida? Guarde, ¿qué dice?
VERGINIO
Agora sí. Toma este sombrero.
PAJARES
¿Quién lo ha de tomar?
VERGINIO
¿Diz que quién? Tú lo has de tomar.
PAJARES
¿A porpúsito búrlase conmigo? ¡Hame liado como a costal de arriero y “toma el sombrero”!
¡Con qué mano lo había de tomar? Sé que no tiene maneras ni sacabuches mi capa como
balandrán de arcediano.
VERGINIO
¡Asno! ¿Qué? ¿Por aquí bajo no la sabes sacar?
PAJARES
¿Por dónde?
VERGINIO
Por aquí, ¡duelos te dé Dios!
PAJARES
Dice la verdad; mas, pecador de mí y de vuesa merced, y perdone que los parto por medio,
¿quiere que me ande yo de calle en calle halconeando, dando manotadas como pez que ha caído
en garlito, o como mulo de añoria, que, dando vueltas al derredor, no halla paradero cierto?
VERGINIO
Ganosa está la bestia de comparaciones.
PAJARES
Bastián de Pajares me llaman, señor, para cuanto mandare.
VERGINIO
Pues lo que te mando no es sino que vayas al monesterio de Sancta Bárbora.
PAJARES
¿Y para qué a Sancta Bárbula? ¿Quiere que diga la sancta que voy disfrezado escudriñándole los
rincones de casa?
VERGINIO
Para que hagas venir presto a mi hija Lelia y al amo Marcelo, viendo que es ya hora de comer.PAJARES
Y an d'eso, mal punto, estoy corrido.
VERGINIO
¿Por qué estás corrido?
PAJARES
Porque a las horas del comer me lanza de casa, como a los mozos de los carniceros la
Cuaresma.
VERGINIO
Pues, tonto, ¿piensas tardar allá?
PAJARES
¿Pues no tengo de tardar yendo a pie como yo voy?
VERGINIO
D'esa manera razón tiene su merced. Entre en la posada y ensille un poyo d'esos en que vaya
caballero.
PAJARES
¿Un poyo?
VERGINIO
¿Dónde vas?
PAJARES
A ensillar un poyo como mandó.
VERGINIO
Pues, animal, ¿el poyo se ha de menear?
PAJARES
Pues eso es lo que me cumpre, porque nunca salgamos de la posada.
VERGINIO
¿Sabes tú, innocente, si tengo yo alguna cabalgadura en casa?
PAJARES
¿Quién le demanda cabalgadura? Cabalga blanda me diese vuesa merced, que cabalga dura ni
grado ni gracias.
VERGINIO
¿Qué's cabalga blanda?PAJARES
Un rollo o rosca de aquellos que han amasado hoy, porque vaya caballero mi estrógamo; y, a
necesidad, un buen mendrugo de pan en las manos es bueno, por no ir hombre pensando en mal
ni murmurar de nadie.
VERGINIO
¡Cata, cata! ¿Que todo eso era la caballería y el retoricar? Al fin no podías parar sino en cosas de
comer.
PAJARES
¿No ve vuesa merced que dice el cura de nuestro pueblo: “Pedid y daros han”, y que todos los
buenos con pan son duelos?
VERGINIO
Pues yo os prometo, don asno, que si apaño un garrote, que yo os haga ir presto.
PAJARES
No me prometa vuesa merced cosa ninguna, qu'eso de garrote no es cosa que me conviene por
agora.
VERGINIO
Primero vernán los otros qu'este macho se vaya de aquí. Espera, tomaré lo que digo.
PAJARES
¿Qué os paresce? ¡Espérele el reloix de Guadalupe!
-Aguijad, amo Marcelo, pese a la puta de mi cara, que juro a mí, pecador, más esperado habéis
sido vos y es'otra que sereno tras ñublado.
MARCELO
Pues, ¡qué diablos! ¿Tantos ves que venimos? ¿No ves que vengo solo?
PAJARES
¿Solo viene? Cuantis que por la otra cantaba el cuquillo; que, por vos, siquiera no os trajera Dios
acá.
MARCELO
Mas que no te hallara.
PAJARES
Señor amo, mostramo es ido por un garrote.
MARCELO
¿Para qué?
PAJARESPienso que para engarrotarme.
MARCELO
¿Por qué?
PAJARES
Porque no os iba a llamar. Por vida vuesa que si trajere garrote y viéredes que me engarrotea, que
os metáis en medio.
MARCELO
Que me place.
PAJARES
Ya lo trae. Quiérole decir que ya no es de menester.
-Señor, he aquí el amo; deje el garrote.
VERGINIO
¿Es ya venido? Pues tomá vos, porque vais presto cuando os mandare la cosa.
MARCELO
Paso, señor, paso.
PAJARES
Amo, ¿y el concierto?
MARCELO
Harto le decía: “Paso, señor.”
PAJARES
Dios se lo perdone.
MARCELO
Y a vuesa merced estánle diciendo ya no es de menester el garrote, y él no sino sacudir como en
costal relleno. ¡Bendito sea Dios!
FIN






EL VALENTÓN

INTERLOCUTORES:
GARGULLO, lacayo.
ESTELA, doncella.
PEÑALBA, lacayo.
LOGROÑO, lacayo.
GARGULLO
Ansina viva el molino de viento que está fundado en Villafranca de Niza y el serpentino de
fuslera que se forjó en la casa de la fundación de Málaga, como de semejantes palabras había yo
de ser su amigo, y más empinándose para mí. ¡Oh, pobre de ti, Gargullo! ¿Qué se hicieron los
cinco que yo destripé en Isladeras, cuando tuve el desafío campal con Segredo, el alférez, y con
sus consortes? Pues aquí tengo las proprias manos con que ahogué la espantosísima sierpe en la
sierra de Gata, día señalado del Señor Sant Jorge, antes que el sol saliese. Pero, ¿qué monta? Que
en esta tierra farfante no son conoscidos los valientes, pues aún no habéis puesto mano a la hoja,
cuando ya os tienen hecho jinete de albarda.
ESTELA
¿Qué's esto, señor Gargullo? ¡Ah! Paso, que podéis despertar a mi padre Lupo. ¿Cómo vais tan
arrufaldado?
GARGULLO
¡Ah, señora Estela! ¿Y es nuevo para mí ejercitar las armas?
ESTELA
¿Y con quién es la pasión?
GARGULLO
No me lo preguntes, que con un hombrecillo de poco lo he, que no es nada.
ESTELA
Mas por mi vida, ¿con quién lo has?
GARGULLO
Juramento me has tomado, que no puedo dejar de decirte la verdad. ¿Conosces a Peñalbilla, el
comprador del canónigo Villalba?
ESTELA
Sí, muy bien, ¡mira si le conozco!
GARGULLO
Pues con ese mismo.
ESTELA
Ya, ya. ¿Con aquel dolorido? No me dé Dios más trabajo que cargallo de chapinazos.
GARGULLO
Pues esos tales son los que Dios me echa a mí en suerte por que no pueda ejecutar mi cólera.
ESTELA
Pues cátale. Viene. Yo me entro de la ventana. No me le dejes diente en aquella boca, porque me
tiene enojada.
PEÑALBA
Hallaros tenía, doña gallinilla; echá mano.
LOGROÑO
Paso, señor Peñalba, ¿no sabríamos qué pendencia es ésta?
PEÑALBA
¿Íbades a dar queja, ladrón?
GARGULLO
¿Ladrón soy yo, señor Peñalba?
PEÑALBA
¿Levántotelo, fullero?
GARGULLONo me lo levantáis, mas de mí a vos fuera bien dicho, y no, delante tanta gente de honra.
LOGROÑO
Vení acá, señor Gargullo; ¿es esta pendencia por un bofetoncillo que dicen que el señor Peñalba
os dio?
GARGULLO
¿Pues paréscele a vuesa merced que está bien hecho que me dé él a mí bofetón en mis barbas y a
traición?
LOGROÑO
Vení acá. ¿Y a traición llamáis si os lo dio cara a cara?
GARGULLO
¿Y no le paresce a vuesa merced traición, pues me lo dio sin pedirme licencia?
LOGROÑO
D'esa manera, cuando el señor Peñalba otro tanto hubiese de hacer, yo haré con él que os avise
primero.
GARGULLO
Y con eso quedo yo con toda mi honra.
LOGROÑO
Guárdenos Dios, sin perder punto ninguno.
GARGULLO
¡Suso! ¡Bien está! Vaya vuesa merced y tómele la mano, con condición que me avise primero.
LOGROÑO
Que él lo hará; y cuando no, yo cumpliré por él.
-¡Ah, señor Peñalba! Vuesa merced me dé la mano y sea amigo del señor Gargullo.
PEÑALBA
Señor, que me place; pero mire, señor Logroño, que se trate con toda la honra del mundo.
LOGROÑO
Tratado está. ¡Sus, baste! Dad acá la mano vos, Gargullo.
GARGULLO
Tome, señor.
LOGROÑO
¿Prometéis a ley de hombre de bien de ser su amigo?
GARGULLO
Prometo.
PEÑALBA
Yo también.
LOGROÑO
Pues ¡sus, vamos! Y aquí en la taberna de Gamboa nos podemos colar sendas veces de vino.
GARGULLO
De mi parte, he aquí un real. Y hagan lo que les paresciere, porque yo no puedo ir, que aguardo
un cierto negocio.
LOGROÑO
Si eso es, beso las manos a vuesa merced.
GARGULLO
Vayan vuesas mercedes con Dios.
-¿Han ya traspuesto el cantón? Creo que sí. ¡Aun el diablo me hubiera traído por aquí, si no se
hallara presente Logroño, aquel amigo, que es tan gran ladrón como el otro!
ESTELA
Pues, ¿cómo ha ido, Gargullo, con la pendencia?
GARGULLO
¿Qué? ¿No ha estado ahí a la ventana?
ESTELA
No por cierto, que luego me entré.
GARGULLO
Muy bien ha ido, señora Estela, como suele. Si estuvieras a la ventana, vieras correr más sangre
por esa calle que el rastro que se hace entre la Puerta del Campo y Teresa Gil.
ESTELA
Pues, ¿tanta sangre de un hombre solo?
GARGULLO
Más de treinta se van de aquí, todos amigos y valedores suyos.
ESTELA
¿En fin...?
GARGULLOEn fin, que me perdonó un bofetón que nueve testigos contestes dicen que le di, y, sobre todo,
echóse a mis pies y demandóme perdón, y por ruegos de algunos amigos que allí se hallaron,
acabaron conmigo que le hiciese merced de la vida por cinco años.
ESTELA
Bien negociado está eso, y entretanto pasársete ha el enojo. Huélgome que sales siempre con tu
honra.
GARGULLO
¡Qué poca honra se puede ganar con semejantes, señora Estela!
FIN



TANTICO PAN

INTERLOCUTORES:ORTEGA, simple de Acario.
PERICO, paje.
ACARIO, ciudadano.
ORTEGA
¡Oh, mal haya la madre de la Fortuna, si es viva, y si es muerta, mal siglo le dé Dios, porque no
me hizo a mí duque o conde o sastre o cazador de erizos o melcochero, para estarme en casa de
hoz y de coz! Porque aunque dice acullá el cura de nuestro puebro: Beato mortoris quin dolime
morieta, no m'encaja, porque, en fin, después de muerto, ni viña ni huerto. Allá se lo haya Marta
con sus pollos, que yo más querría buena olla que mal testimuño.
PERICO
Hola, Ortega. ¿Con quién lo has? Paresce que vas riñendo.
ORTEGA
¡Oh, hermano Pedro! ¿Tú eres? Conmigo lo había.
PERICO
¿Contigo? Pues, ¿qué hay de nuevo?
ORTEGA
Deja de comer y contártelo he.
PERICO
¿Qué hace al caso que coma? Sé que no tengo de comer con los oídos.
ORTEGA
Mucho hace al causo tener quedas las quijadas para oír a pracer.
PERICO
Ora vesme aquí que no como.
ORTEGA
¿Es todo aquese pan tuyo?
PERICO
Sí, ¿por qué lo preguntas?
ORTEGA
¿Tuyo, tuyo, tuyo?
PERICO
Mío, mío, mío.ORTEGA
Cata, que se te cae.
PERICO
No caerá.
ORTEGA
Eso merezco yo en avisarte lo que te cumpre.
PERICO
Agora cuéntame lo que me querías contar.
ORTEGA
Pues dame un poco d'ese pan.
PERICO
D'esa manera no quiero que me cuentes nada.
ORTEGA
¿Y si es cosa que te conviene?
PERICO
¿Que me conviene? Y ¿qué puede ser?
ORTEGA
Mira que se te desmigaja todo.
PERICO
No se te dé nada.
ORTEGA
¿Quies que te diga la verdad? Yo iba derreniegado con mi amo y dado a la gracia de Dios con él.
PERICO
¿Y por qué?
ORTEGA
Porque tiene tan poca gente en su casa.
PERICO
¿Y por eso ibas derreniegado? Antes te cabrá más parte a las horas del comer.
ORTEGA
Pues por eso iba derreniegado, que tengo en casa una olla de arrope y un plato de sopas en
capirotada, y tengo de acaballo todo por fuerza y voy a buscar quien me ayude.PERICO
Pues, ¿ahí no está la hija de tu señor y Paulilla y Gargullo que te ayudarán?
ORTEGA
No comen todos esos grasura, que de otra manera, ¿qué me faltaba a mí?
PERICO
Pues, ¿quies que te vaya yo ayudar?
ORTEGA
No, mía fe, qu'eres chico.
PERICO
Llévame tú, que yo te sacaré de cuidado.
ORTEGA
Pues dad acá ese pan, porque tengamos más que sopear en el arrope.
PERICO
Yo lo guardaré.
ORTEGA
No, no, antes yo lo guardaré mejor, que soy más grande; y espérame aquí. Entraré a poner la
mesa y sentarémonos, tú a una banda, yo a la otra. Cerraremos todas las puertas, echaremos los
gatos y perros fuera y verás cuál anda la obra.
PERICO
Pues mira, hermano, no te tardes.
ORTEGA
No me tardaré.
PERICO
Júralo.
ORTEGA
Que no me cumpre jurar. ¿Había yo de infernar mi álima por tantico pan?
ACARIO
¡Oh, mal fuego abrase...! Dios me perdone. Un mozo tan descuidado como es aqueste Gargullo
hame hecho vestir con aquel leñador y m'astusar la barba para parescer otro de lo que soy, y
también por ir como debo para hablar con aquella carísima de más que querubín de yeso y más
blanca que la misma leche que de las vericundas lechugas sale cuando acaso con los iracundes
dientes del simplecísimo burro son cortadas. ¡Oh, cuerpo del cielo, qué pedazo de retórica he
dicho sin tenella pensada ni estudiada! ¡Oh, qué hace el amor! ¡Oh, qué vivos hace a los agudos,
y tibios los lerdos y flojos, y qué avisados a los sabios! Pardiez, si agora fueran vivos Aristómiliso Plutón, no me deje Dios medrar con los amores de mi señora Estela si no me entrara en un
cercol con ellos a disputar. ¡Oh, qué lenguarazo estó! Y ansí ha de ser ello, porque, cuando
estuviere delante mi señora Estela, sepa hablar desenvueltamente y no como otros alforjas que se
atan como correa de zapato; pero, ¡qué digo!, gran tardanza es la que ha hecho este mi mozo.
PERICO
¡Hola, Ortega! ¿A quién digo? ¿No sales acá?
ACARIO
¿Quién va ahí?
PERICO
¿Qué queréis vos saber?
ACARIO
¿Con quién lo has, rapaz?
PERICO
Como quiera estará bien, Ortega, que ya es tarde.
ACARIO
¿Qué ha de estar bien?
PERICO
¿Qué? No, nada, sino la mesa.
ACARIO
¿La mesa? ¿Y para qué?
PERICO
Hame convidado Ortega a comer.
ORTEGA
¿Oyes, Pedro?
PERICO
¿Qué quies, hermano Ortega?
ORTEGA
Vente pasado mañana, que no está aquí Gargullo, que se ha llevado la llave de aquello.
PERICO
Pues arrójame por ahí mi pan.
ORTEGA
Vuélvete cuando te digo y llevallo has todo junto.PERICO
Arrójame mi pan, ¡válgale el diablo al ganso!
ORTEGA
¡Válale el quistotro! Mira, si algo te debo, póneme a preito. ¡Cómo a aquesos panes tengo hechos
perder el cacarear!
PERICO
Pues, ¡para ésta, don asno!
ORTEGA
Pues, ¡para ésta, don sardesco!
ACARIO
Ven acá, niño, ¿qué te tomó aquel mozo?
PERICO
Un pedazo de pan.
ACARIO
Pues anda, vete; yo te prometo que él me lo pague.
PERICO
Así tal debéis de ser como él.
ACARIO
¡Hideputa, rapaz, bellaco! ¡Espera!
PERICO
Sí, ¡esperaldo al ganapanazo! ¡A huir, pies de trueno!
FIN






LA GITANA LADRONA


INTERLOCUTORES:
GITANA.
GARGULLO, lacayo.
GITANA
Y en el entretanto es menester buscar para el mantenimiento. Pero, ¿qué digo?, un hombre me
paresce qu'está escuchando. Aguardad, que yo le haré la moisqueta con esta bolsa.
GARGULLO
¡Valga el diablo a tan extraño hábito! ¿Es hombre o mujer? Un intérprete es menester para
entendello.¿
GITANA
Cuando hurté esta bolsa con todos estos ducados no me vio nadie. Fortuna me ha favorecido esta
vuelta.
GARGULLO
¡Hurto es éste, por los sanctos de Dios.¿
GITANA
Los diamantes y rubíes, sin cuatro mil coronas que vienen dentro, valen un tesoro.
GARGULLO
¿Qué es aquesto? Pues bien lo oigo, que no estoy sordo.¿
GITANAEl mercader cuya es, me ha de buscar por toda la ciudad, porque al tiempo que la hurté no había
persona en toda la tienda.
GARGULLO
¡Estáte quedo, Gargullo, que la presa es tuya. Tente, tente.¿
GITANA
Bien será escondella aquí que no pasa persona nascida, hasta que pase el peligro de la Justicia. Y,
en siendo pasado, sacalla he y daré con ella en esa Andalucía.
GARGULLO
¿Iré..., no iré...? ¿Voy o no voy? Tente, Gargullo
GITANA
¡Ay! Un hombre veo acullá; paresce que me ha visto. Mal partido será dejalla al peligro. Quiero
tornar y sacar mi bolsa.
GARGULLO
Estáte queda, ladrona; ¿qué hacías aquí?
GITANA
Está quedo; burla si achi, burla si achi. ¿Qué me quieres tú a mí? ¿Qué me quieres?
GARGULLO
¡Ah! Burla si achi, burla si achi. ¿Tú no lo sabes? Daca la bolsa del mercader, ladrona. ¿Dónde la
escondiste?
GITANA
¿Yo? ¿Qué bolsa? ¿Qué mercadante? ¿Búrlaste conmigo?
GARGULLO
¡Ah! ¿Búrlaste conmigo? No tienes vergüenza. Anda acá delante del corregidor y allá darás la
cuenta.
GITANA
Está quedo, no me impidas mi camino ni me estorbes mi trabajo, hombre honrado, hombre
honrado.
GARGULLO
¡Ah! ¿Hombre honrado, hombre honrado? Anda acá, hermana, no des voces, que yo soy mozo
del mercader cuya es la bolsa y vengo en tu seguimiento.
GITANA
¡Ay, hermano! Por amor de Dios, ya que sabes el negocio, no lo descubras, sino deja estar la
bolsa donde tú viste que la puse y después partiremos la mitad para ti y la mitad para mí.GARGULLO
Que me place, hermana. Yo callaré. Partámosla y soy contento.
GITANA
Pues, hermano, hazme un placer, que en tanto que pasa el peligro de la Justicia, que me prestes
algunos dineros.
GARGULLO
Toma, cata ahí un escudo que agora lo acabé de coger a mi amo.
GITANA
Poquito hay aquí y tengo mucha gente.
GARGULLO
Hasme hecho tanta lástima, que te daré las entrañas. ¿Ves aquí esta cadena? Véndela y avíate con
la bendición de Dios.
GITANA
¡Ah! Dioz te dé salud, hermano. Mira, amigo, yo querría que por amor de Dioz no toques la
bolsa hasta que yo vuelva.
GARGULLO
Guárdeme Dios. No, no, no la tocaré; yo te lo prometo por esta ánima pecadora. Con lo qu'es
mío me ayude Dios, que lo ajeno no lo quiero.
GITANA
Ven acá, hermano; ¿dónde es tu posada?
GARGULLO
¿Sabes la plaza Pelliceros?
GITANA
Sí, muy bien.
GARGULLO
Aguarda, que no es ahí mi posada.
GITANA
Pues, ¿dónde?
GARGULLO
¿Sabes la placeta de las Moscas?
GITANA
Ésa no.GARGULLO
No, no lo sabrás. ¿Sabes la calle de los Asnos?
GITANA
Sí sé.
GARGULLO
Pues tampoco vivo ahí, sino vete al portal del Cojo y pregunta por un zapatero nuevo que se dice
mase Córdoba; y en un poyo que está junto a su casa, siéntate allí hasta que yo vaya.
GITANA
Pues, hermano, por amor de Dioz, porque vaya sin peligro de la Justicia, que me prestes la capa
hasta que yo vuelva, porque no sea conoscida.
GARGULLO
Toma, hermana, y avíate.
GITANA
Mira que te torno a avisar que no toques en la bolsa hasta que vuelva.
GARGULLO
Guárdenos Dios del diablo. Sé que cumplir había mi palabra, siendo hijo del más honrado
potecario que hay en Castilleja de la Cuesta.
GITANA
¡Sus! Queda a Dioz.
GARGULLO
Y él te guíe.
-Allá va, como dicen, los pies en las espaldas con el recelo de micer horca; de tal suerte va, que,
si se esconde, no basta a descubrilla toda el arte mágica. Ora, ¡sus!, yo me quiero detener un
poco antes de sacar el venturoso tesoro, porque si la mujer volviere, me halle verdadero y
observador de mi palabra.
Ea, vecinos, vecinos, los que andáis haciendo cercos y conjuros por hallar los escondidos tesoros,
acudí al venturosísimo Gargullo, el cual, hoy, sin cerco ni conjuro y sin hábito de nigromante,
descubrirá un tal tesoro con que remanezca rico para todos los días de su vida. Agora, entretanto,
quiero pensar qué tengo de hacer de tanto dinero. Lo primero que haré será hacer unas casas en
lo mejor d'esta ciudad. Hacellas he pintar por de fuera y por de dentro al brutesco y al romano.
Haré que me pongan a punto un lindo coche en que me pasee, y los caballos que me tirarán,
blancos. Déjame hacer a mí. Haré vestir mis criados de mi librea, que será rojo y blanco,
significando rubíes y diamantes. Haré matar todos mis parientes, que ofresco al diablo hombre
que queda a vida, porque, viéndome tan rico, no me cobdicien la muerte y también porque no
sepan mi linaje. El vivir mío no quiero que sea mercadante, porque es vida desasosegada.
Cuando fuere por la calle, llevaré un paso grave y muy gallardo. Harto bienaventurado será aquélque, quitándome el bonete, yo le volviere el recambio. Porque, como dicen, en este mundo tené
dineros, que ése es el valer.
Ora no puedo más detenerme aquí en palabras, sino sacar el venturoso tesoro. ¡Helo, helo! Ea,
dioses celestes, encended grandes luminarias, abrid esas finiestras del cielo para que yo vea a
contar lo que está en esa dichosísima bolsa, y más dichoso yo por habérmela hallado. ¡Ea,
Gargullo, hela, hela donde asoma!
¡Ay, bendito sea Dios Todopoderoso! ¡Ay, escorias son y carbones son, por los sanctos de Dios!
¡Carbones y escorias me cuestan un escudo y una cadena y capa y gorra! ¡Gentil merchante soy
por cierto! ¡Oh, saquillo de carbones! ¡Oh, pobre de ti, Gargullo, cómo te has dejado engañar de
una gitana! ¿No sabía yo que era aquélla una ladrona? Verdaderamente yo he merescido hoy la
principal cadena de los locos.
FIN



LOS LINAJES


INTERLOCUTORES:

PABLOS LORENZO, simple.
GINESA DE BOLAÑOS, mujer del simple.
SOCRATO, viejo.
CAMILA, pastora.
¡Salen PABLOS LORENZO, simple, y su mujer, GINESA.




PABLOS
¡Cómo, cómo! ¡Aun daría yo al diabro la sabandija, si por un negro pollo me hubiésedes vos de
quitar la comida! Juro al siglo de mi bisagüelo que si tal huese verdad, a los pies de los señores
provisores me huese por que viesen el poco respleute que vos hacéis de Pablos Lorenzo, vuestro
marido.
GINESA
Por el siglo del padre que me engendró, que aquí no me entréis en estos ocho días, por que
cuando yo os dejare a guardar la casa, abráis veinte ojos por ella.
PABLOS
¿La casa, Ginesa de Bolaños, no se está ansí sana y entera como se estaba? A lo menos podráste
alabar, que mientras yo he quedado en guarda d'ella, nadie se ha atrevido a hurtalla, loores a
Dios.
GINESA
Pues ¿qué habían de hurtar, decí, pan perdido?
PABLOS
¡Qué diablos me sé yo! ¿No dices que la casa? Que pensará el que te oyere que se la han llevado
por esos vericuetos. Osaría yo jurar que, aunque te la dejases sola y a escuras, y a esas serenas,
nadie se atreviera a hurtalla, cuanti más quedando dentro un hombre de tan buen recaudo como
yo.
GINESA
Pues ¡cómo! ¿La casa se habían de llevar y sacalla de sus cimientos?
PABLOS
¡Qué sé yo! A ti te lo oigo y tú te lo dices y lo levantas.
SOCRATO
¿Qué voces son éstas?
PABLOS
Señor, ¡si supiese vuesa merced sobre qué son! Son sobre un negro pollo que me llevó el
sorromícalo, o gavilucho, o diabro, o como se llama.GINESA
¿No más d'eso? Esperá, esperá.
CAMILA
¡Paso, paso, ama! ¿Qué pendencia es ésta?
PABLOS
¡Oh, doyte al diabro, mujer! ¡Y no te cortarías esas uñas, que por poco me ahogaras!
CAMILA
¿No sabríamos, ama, qu'es esto?
GINESA
¡Ay, señora! ¿Qué más mala ventura quiere vuesa merced, que de once pollos que me sacó la
gallina no me han quedado sino solos cinco?
PABLOS
¿Once? ¡Plegue a Dios que reventado muera yo, y vuesa merced si parte quiere, si parió la
gallina sino cinco pollos a la mañana y seis a la noche, y dice ella que son once! Y ven acá: ésos
¿hémelos comido yo por ventura? ¿No te he jurado ya que se los llevó el gavilucho, o
sorromícalo, o millano, o como se dice?
GINESA
¿Aún tenéis lengua para hablar, ánima de cántaro?
PABLOS
¡Dote al diabro, mujer! ¿No ternás un poco de miramiento, siquiera por las barbas de su merced
que está delante?
GINESA
¡Eh, callad, ánima de campana!
PABLOS
¿Qu'es ánima de campana, mujer?
GINESA
¿Qué?, badajo como vos.
PABLOS
¿Badajo a vuestro marido? -Déme ese garrote vuesa merced.
GINESA
¡Así! ¿Garrote para mí? Al fin no seríades vos hijo de Guarnizo, el ensalmador, cura bestias.
PABLOS
¿Y paréscete a ti mal porque sea hijo de bendición?CAMILA
¡Ay, amarga! ¿Y cómo hijo de bendición?
PABLOS
Sí, señora. ¿No le paresce a vuesa merced que cuando mi padre hace sus ensalmaduras y dice
aquel verso del per omniam seculam seculorem, y el altere demus de gente non sanctam, y groria
in til, dolime, y no sé qué más, que no hay quien eche tantas bendiciones como mi padre en todo
el lugar?
CAMILA
Tenéis razón.
PABLOS
Pues de ahí me viene a mí ser hijo de bendición y legétimo y todo.
SOCRATO
¿Legítimo y todo? Mucho es eso por cierto.
PABLOS
Sí, señor. ¿No ve vuesa merced que soy todo entero hijo de Guarnizo el ensalmador, que aunque
la señora Ginesa dice que curaba bestias, levántaselo, que no era sino medio albéitar? Mas
pregúntele vuesa merced a ella, veamos cúya hija es.
GINESA
Costáraos a vos un ojo y del otro no viérades nada y fuérades de tan buen generación como yo.
PABLOS
¿Quién eran tus padres? Dilo, veamos.
GINESA
¿Quién? Esteban de Bolaños, regidor en Pliego, y Lucía Hernández de Saldaña, honradísimos
ambos si los había en todo el lugar.
PABLOS
¡Ah!, noramaza, señora mujer, levantéis tan falsos testimuños a vuestros padres. ¿No se te
acuerda que cuando te casoren conmigo te me dioren por hija de Logroño, el aceitero? Y aún se
me miembra que no sé sobre qué medidas falsificadas que tu padre hizo le dioren cien azotes y
de comer aquel día.
GINESA
¿Cien azotes? Levantáronselos en verdad.
PABLOS
Levantáronselos o asentáronselos, allá se los llevó a su casa.
SOCRATO
Amo, no habéis por tan poco de deslindar linajes.
PABLOS
Calle vuesa merced, que juro por el cielo de Dios bendito que si no le atajáramos que mos hiciera
encreyentes que era hija del conde Hernán González o de Belerma. Por mi mal fuiste
engendrada.
SOCRATO
Ora, ama, entraos allá dentro.
FIN


LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI


INTERLOCUTORES:

PABLOS LORENZO, simple.
GINESA DE BOLAÑOS, mujer del simple.
Sale PABLOS LORENZO, simple
PABLOS
Ora cosa del diabro es ésta de mi mujer, que ya que estaba durmiendo a mi pracer, me fue a
recordar y dijo: “Oíslo, oíslo; levantaos y veréis lo que nunca habéis visto.” Y así yo estuences
me levanté, y como fuese la fiesta del Corpus Christe, me atavié peor que si huera un prencipe, y
cabalgado en mi borrica, al salir por la puerta encontré con un monecillo, ¡Dios nos libre!, d'éstos
que van a coger el diezmo o premicias de los pollos. Y bien dicen que no hay más mal
pronuéstico que el hombre casado a la salida de la puerta topar monecillos, o zorras, o lechuzas.
Ora ¡sus!, yo quiero llamar. -¡Oíslo, oíslo! ¡Ah, Ginesa de Bolaños! ¿No me oís o no me queréis
abrir?
GINESA
¿Quién diablos está ahí? ¡Ay, marido! Y ¿cómo venís así? ¿Qué gesto es ése?
PABLOS
Tus porhidias son, mujer, que poca necedad tenía yo d'ir a ver la fiesta y el festejón, que creo que
se me ha mudado el tono de la voz, como la color de los vestidos con la caída que di.
GINESA
Pues ¿cómo caístes, o quién os hizo caer?
PABLOS
¿Diz que quién? Yo te lo diré, mujer. Al tiempo que yo y la burra estábamos embebecidos
mirando el rueco, o la rueca del Hijo Prólogo, o como se llama...
GINESA
El carretón del Hijo Pródigo querréis decir.
PABLOS
Sí, sí, del Hijo Hipócrito, allegó uno d'éstos del Rey Adoras para darme con su nariz de
vejigadas, y a mala ves me quiso dar, que de vello se espantó la burra dando a correr y saltos y
pernadas. En esto decía la gente: “¡Válate Dios, hombre; válate Dios, hombre!” Yo, por mirar
por quién era tanto “¡válate Dios!”, vine a caer dentro de una acequia, y viéndome zapuzado, dije
entuences: “¡Tate, por mí lo decían!”
GINESA
Por cierto que venís lindo, marido.
PABLOS¿Que te paresce que vengo bien? ¡Tal te dé Dios la salud, amén! Anda, entremos en casa y
vestirme has otra camisa limpia.
GINESA
¿No sabéis que ha enviado a decir nuestro amo Socrato?
PABLOS
¿Qué, si Dios te dé salud?
GINESA
Qu'es parescida Camila.
PABLOS
¡Cómo! ¿No era muerta? ¿Ya resositó?
GINESA
Oí la historia. El mayoral de San Lázaro...
PABLOS
¿Y ésa es la historia?
GINESA
Sí, marido.
PABLOS
¡Oh, qué linda historia, mujer! ¡Qué buen prencepio lleva! Vaya.
GINESA
Yendo a visitar ciertos enfermos que en el campo tenía, vido estar la moza en un brocal de pozo
llorando a lágrima viva.
PABLOS
¿A quién, a la historia?
GINESA
Que no, sino a Camila. Oí si queréis. Y como el mayoral tenía conoscencia con Quiral...
PABLOS
¡Oh, qué sabrosa historia! Ya me paresce que la voy entendiendo.
GINESA
Sabiendo que por ella estaba a muerte condenado, tómala a las ancas de un rocín.
PABLOS
¿A la historia?GINESA
¡Válaos quien quiera! A Camila, digo, y trájola, y allegó al mejor tiempo del mundo.
PABLOS
¿Quién, el rocín?
GINESA
Paresce que no me entendéis, marido.
PABLOS
A decirte la verdad, mujer, bien te entiendo, pero no sé lo que te has dicho. Cata viene mosamo y
mase Alonso y Camila y Quiral y una chaclada d'ellos; entrémonos dentro en casa.
FIN


LA MANTECADA
INTERLOCUTORES:

TROICO, pastor.
LENO, simple.
Sale LENO, simple
LENO
¡Ah, Troico! ¿Estás acá?
TROICO
Sí, hermano, ¿tú no lo ves?
LENO
Más valiera que no.
TROICO
¿Por qué, Leno?
LENO
Porque no supieras una desgracia que ha sucedido harto poco ha.
TROICO
¿Y qué ha sido la desgracia?
LENO
¿Qu'es hoy?
TROICO
Jueves.
LENO
¿Jueves? ¿Cuánto le falta para ser martes?
TROICO
Antes le sobran dos días.
LENO
Mucho es eso; mas dime: ¿suele haber días aciagos así como los martes?
TROICO
¿Por qué lo dices?
LENO
Pregunto porque también habrá hojaldras desgraciadas, pues hay jueves desgraciados.TROICO
Creo que sí.
LENO
Y ven acá; si te la hubiesen comido a ti una en jueves, ¿en quién habría caído la desgracia, en la
hojaldra o en ti?
TROICO
No hay duda, sino que en mí.
LENO
Pues, hermano Troico, aconhortaos y comenzad a sofrir y ser paciente, que por los hombres,
como dicen, suelen venir las desgracias, y éstas son cosas de Dios. En fin, y también según orden
de los días, os podríades vos morir, y como dicen, ya sería recomplida y allegada la hora
postrimera, rescebildo en paciencia y acordaos que mañana somos y hoy no.
TROICO
¡Válame Dios, Leno! ¿Es muerto alguno en casa, o cómo me consuelas ansí?
LENO
¡Ojalá, Troico!
TROICO
Pues ¿qué fue? ¿No lo dirás sin tantos circunloquios? ¿Para qué es tanto preámbulo?
LENO
Cuando mi madre murió, para decírmelo el que me llevó la nueva, me trajo más rodeos que tiene
vueltas Pisuerga o Zapardiel.
TROICO
Pues yo ni tengo madre, ni la conoscí, ni te entiendo.
LENO
Huele ese pañizuelo.
TROICO
Y bien, ya está olido.
LENO
¿A qué huele?
TROICO
A cosa de manteca.
LENOPues bien puedes decir aquí hue Troya.
TROICO
¿Cómo, Leno?
LENO
Para ti me la habían dado, para ti la enviaba revestida de piñones la señora Timbria; pero como
yo soy, y lo sabe Dios y todo el mundo, allegado a lo bueno, en viéndola, así se me hueron los
ojos tras ella como milano tras pollera.
TROICO
¿Tras quién, traidor? ¿Tras Timbria?
LENO
Que no, válame Dios; que empapada te la enviaba de manteca y de azúcar.
TROICO
¿La qué?
LENO
La hojaldra, ¿no lo entiendes?
TROICO
¿Y quién me la enviaba?
LENO
La señora Timbria.
TROICO
Pues ¿qué la heciste?
LENO
Consumióse.
TROICO
¿De qué?
LENO
De ojo.
TROICO
¿Quién la ojeó?
LENO
Yo, mal punto.TROICO
¿De qué manera?
LENO
Asentéme en el camino.
TROICO
¿Y qué más?
LENO
Toméla en la mano.
TROICO
¿Y luego?
LENO
Probé a qué sabía, y como por una banda y por otra estaba de dar y tomar, cuando por ella acordé
ya no había memoria.
TROICO
En fin, que te la comiste.
LENO
Podría ser.
TROICO
Por cierto que eres hombre de buen recado.
LENO
¿A fe que te lo parezco? De aquí adelante, si trujere dos me las comeré juntas para hacello mejor.
TROICO
¡Bueno va el negocio!
LENO
Y bien reñido y con poca costa y a mi contento. Mas ven acá: ¿quies que riamos un rato con
Timbria?
TROICO
¿De qué suerte?
LENO
Puédesle hacer encreyente que la comiste tú, y como ella piense qu'es verdad, podremos después
tú y yo reír acá de la burla, que reventará reyendo. ¿Qué más quies?
TROICOBien me aconsejas...
LENO
Agora, en fin, Dios bendijo los hombres acogidos a razón; pero dime, Troico, ¿sabrás desimular
con ella sin reírte?
TROICO
¿Y de qué me había de reír?
LENO
¿No te paresce qu'es manera de reír hacelle encreyente que tú te la comiste, habiéndosela comido
tu amigo Leno?
TROICO
Dices sabiamente; mas calla: vete en buen hora, que yo quiero dar vuelta sobre aquestas lagunas,
que podrá ser con el arco matar alguna caza con que a la noche nos holguemos.
LENO
Eso me contenta. Di, Troico: ¿quies que le diga a la señora Timbria que te haga otra un poquillo
mayor que la traspuesta?
TROICO
Di lo que quisieres.
LENO
¿Convidarme has a ella?
TROICO
¿Y a qué te tengo de convidar, si tú eres tan bien comedido que aun ver no me la dejas?
LENO
¡Válame Dios! ¿Y cómo no sientes que comérmelas yo de buen comedimiento procede?
TROICO
Eso es verdad.
LENO
Pues yo te prometo, si otra me encomendaren, de ser más bien comedido.
TROICO
¿Cómo, Leno?
LENO
Que aun el olor donde me la dieren no te quedará allí si yo puedo.
TROICOHazlo ansí, y vete con Dios.
LENO
En fin, diréle allá que has almorzado muy a tu sabor.
TROICO
Bien puedes.
LENO
Retozándome va la risa de la burla que le tenemos de hacer, si sabes disimular.
FIN




LA NEGRA LIVIANA

Interlocutores:
ISACARO, pastor.
VIOLETA, criada pastora.
FULGENCIA, negra.
ISACARO
Veamos a do bueno va Violeta con Fulgencia la negra.
VIOLETA
Buenos días, hermano Isacaro.
ISACARO
¡Oh, hermana Violeta, en buen hora vengas! Mas ¿qué buenos días quies que tenga el que jamás
espera haber hora de contentamiento?
VIOLETA
Noramaza sea.
ISACARO
¿De do bueno, hermana?
VIOLETA
De aquí venimos yo y Fulgencia, de coger ciertas raíces de no sé qué yerbas.
ISACARO
¡Ah, señora Fulgencia! ¿Cómo se nos desvía tanto allá? ¡Válame Dios! ¿No nos quiere hablar?
FULGENCIA
Sí, por ciertoz, siñor; fablamo y servimo a buena fe; ya ve cómo la persona samo tan negro
cerradaz y recogidaz, anque samo na campos, no te maraviya vosa mercé, y como tampoco sa
forana esa cayando, que no lo asamo decir óxete ni móxete.
VIOLETA
¡Mira la galga! ¿No veis cómo hace de la honesta y qué negra gravedad tiene la perra, cara de
mirla enjaulada?
FULGENCIA
Sa la verdad, por ciertoz, que tenemo un poquito la color morenicas, mas costase la voz un ojo y
tuerto la otro y tenga la voz la faisón de mi caras.
ISACARO
¡Válame Dios! ¿Y no se ve? ¡La diferencia es boba!
VIOLETA
Sí, sí; dígale aqueso a la simia y ponérsenos ha más hueca que pega con arracadas.FULGENCIA
¡Ay, mandaria, testimoñera! Dígame, siñor Sacaro: ¿yo la tiene la cara como simia?
ISACARO
Calla, señora Fulgencia; déjala devanear, que como es mochacha no entiende lo que se dice. A
mí, que te quiero como a mi vida, me paresces tú bien, que a los otros siquiera los cuelguen.
FULGENCIA
Turo me lo conozco, turo me lo entiendes; ma samo corrido que delante que bien quiéresme
ofrentar aquesa rapaza.
ISACARO
Que por eso, señora Fulgencia, no se os dé un pelo, que todos somos de casa, especialmente que
ella es tan bien acreditada conmigo cuanto de su hermosura tengo noticia que no hay que parar
en nada.
VIOLETA
Sí, sí, ¡válame Dios!; no tuviese ella un poquito la color de oliveta de Mallorca, que lo demás,
¿qué le falta?
FULGENCIA
Mira, fiya, la pan morenicas llevas la terraz. Por ciertoz, siñor Sacaro, la utro día me miraba con
la pejo de siñora Timbria, y no lo digo porque labas, ni porque san yo, mas un cara, un cara,
¡mira vosa mercé la luna!
ISACARO
Sí; ¡guárdenos Dios!
FULGENCIA
Pues ofrézcote a lo diabros, la diferencia la tienes.
VIOLETA
A lo menos tiene la cara como la luna,
FULGENCIA
¿Pues qué mientes, machacha?
VIOLETA
No digo yo, señora Fulgencia, que miente vuesa merced; que no hay diferencia de su cara a la
luna cuando está eclipsada, querrá ella decir.
FULGENCIA
¡Ay, maldita que te veas, picudas, maliciosas!
ISACAROMejor me parescería pasar el tiempo en otra cosa que no amordazaros con palabras. Pero dime,
señora Fulgencia: ¿tiéneste la voz que solías tener?
FULGENCIA
¡Ay, siñor mío Jesú! Agora major que nunca, por ciertos.
ISACARO
Pues hágame una merced, que yo tañeré mi guitarra, que cante un poquito.
FULGENCIA
Guárdeme Dios na diabro, no me la manda; ¿no mira que samo refriados y pechugona?
ISACARO
Como quiera, señora Fulgencia, parescerá bien.
FULGENCIA
¡Ay, siñor! Y tanto me la jura, que no sa razón quebrantomos juramentos, aunque a mi ánima que
me na cupa mucho na vergüenza.
VIOLETA
Entónesenos la lechuza.
FULGENCIA
Ora vaya; tañe la Comendadoras.
Canción
La Comendadoras
por mi mal me vi,
amarga te veas,
cuitara de mí.
La Comendadoras
de Casalaba,
salí de Sevilia
enora mala
para la vosotros
quien no la daba
y a lo pajesicos
que van pos de ti.
ISACAROLa merced, señora Fulgencia, ha sido muy grande para todos, especialmente para mí; pero
porque es tarde, quiero dar la vuelta, qu'es hora de recoger el ganado. Señora Fulgencia,
¿querráme abrazar?
FULGENCIA
¡Jesú, Jesú, tal de ir a una dueñas tan honradas como yo la so!
VIOLETA
Hágalo, por vida de la cuerva.
FULGENCIA
¡Ay, putiñas, cabuetas, desacaradas!
ISACARO
¡Eh, que aquí bien puede pasar!
FULGENCIA
¡Quítate ayá, a riedro vaya, mal beso, mal diabros!
ISACARO
Adiós, mi señora Fulgencia.
FULGENCIA
Sí, por ciertoz; muy contento va goras por brazarme.
VIOLETA
¡Válame Dios! Es para perder el seso.
FULGENCIA
¿No cayarás, putiya? ¡Ay, qué mala machacha! ¡Qué mal brasada te veas aquesa yengua!
Aunque Dios la quiera hacer merced a la personas, no podemo contigos.
VIOLETA
Sí, ¡guárdenos Dios!, está el otro que se muere por ti.
FULGENCIA
Yo me la sanare a la lumbre de mi caras y de mi ojos.
VIOLETA
Anda, vamos, acabemos.
FULGENCIA
¡Ay, siñor! Pléguete a vos que ante que la terra la echa sobre la ojo, me vea yo casados con mi
queridos.FIN






EL OLVIDADO DE SÍ MISMO
Interlocutores:
LENO, Simple.
MESIFLUA, como arpía.


LENO
Muchas veces ajorman los hombres cosas que les valdría más estar cuartanarios en la cama y aun
quintanarios. Mirad, por vida vuestra, quién le mandaba a mi amo cuando me envió por aquella
carga de aulagas para calentar el horno, tantas retartalillas ni tantos retruécanos. Parésceme a mí
que para un hombre discreto y agudo como yo, bastaban el tercio de las palabras, que de cansado
de rumiallas a la sombra de un lentisco me adormí y, despertado, me hallé sin asno y
enjaquimado desta suerte. ¡Válame Dios! Si por mi mala suerte algunas estantiguas me han
convertido en asno, adobado está LENO. ¡Ah! Plegue a ti, ángelo Miguelo, que me deparesalguno que me conozca y desengañe quién soy. ¿Oíste, quién sale allá? Quiero llamar. -¡Ah,
señora!
MESIFLUA
¿Quién eres? ¿Cómo te llamas?
LENO
Eso querría yo saber.
MESIFLUA
¿Que tu nombre proprio no sabes?
LENO
Pues si lo supiese, ¿qué me faltaba?
MESIFLUA
¿Dónde has partido hoy, o quién te puso ese rebozo?
LENO
Yo creo que de casa de mi amo Sulco.
MESIFLUA
Pues, ¿a qué saliste de casa de tu amo, o cuándo?
LENO
Ayer salí antes que el sol.
MESIFLUA
¿Por qué ibas?
LENO
Si soy el que pienso, por una carga de aulagas para calentar el horno, porque estaba ya el pan
masándose cuando salí de casa.
MESIFLUA
Y ¿cuándo se había de cocer el pan?
LENO
Ayer había de estar cocido, que dos días ha que por no haber polvo de harina en casa nos
dábamos al ayuno.
MESIFLUA
¡Buen recado se tiene la gente de tu amo con tal priesa! Pero agora, ¿qu'es lo que quieres o qué
buscas?
LENOQuerría saber quién soy o cómo me llamo.
MESIFLUA
¿De qué manera quies saber aqueso de mí?
LENO
¿De qué manera? Que yo me volveré acullá la cara y llamarme heis por mi nombre y, si os
respondiere, yo debo de ser.
MESIFLUA
¿Y si no respondes?
LENO
Si no respondiere a Leno, daré conmigo en casa de algún saludador y rogaréle que me conjure,
que quizá debo ser el álima del mozo de Sulco, que cuando se echó a dormir, le debieron de
matar y enjaquimar.
MESIFLUA
Bien dices. ¿Por qué nombre quies que te llame?
LENO
Cuando era vivo, Leno me llamaban.
MESIFLUA
Pues calla y llamaréte.
LENO
Déjame volver de espaldas.
MESIFLUA
Vuélvete.
LENO
Heme aquí. ¡Sus! Bien me podéis llamar.
MESIFLUA
¡Leno!
LENO
Alzá un poquito más la voz.
MESIFLUA
¡Leno!
LENO
¿Qué os praz?MESIFLUA
¡Ah! ¿Ves como eres tú?
LENO
Sí, Sí; yo soy, yo soy. ¡Oh, bendito aquel que me dejó hallar! En mi vida me había visto tan
confuso.
MESIFLUA
Y agora, ¿qué quieres hacer?
LENO
Desllorarme a mí y comenzar a llorar al asno, que creo qu'es el perdido, y entraréme en casa.
MESIFLUA
Va norabuena.
LENO
Reventado muera yo si de aquí adelante no me hago poner un escripto en las espaldas que diga
cuyo soy y cómo me llamo y en qué barrio moro, como suelen poner a los niños cuando
comienzan a caminar.
FIN



EL EMPAJADO

INTERLOCUTORES:
TROICO, pastor.
LENO, simple.
Salen TROICO y LENO, simple


TROICO
Mira, Leno, que no estoy de tu temple; déjame, que ni he visto el asno ni sé qué se ha hecho ni sé
qué te responda.
LENO
¿No harás una cosa por amor de mí, hermano Troico?
TROICO
Sí; ¿qué quies que haga?
LENO
Que entres en el estabro y sepas d'él cómo nos perdimos el uno del otro, o por qué camino echó
su merced, y si viene despeado, y qué le acontesció en el camino, y todo lo último de su
sucedimiento.
TROICO
¿Y de quién tengo de saber aqueso?
LENO
Del asno; anda, ve.
TROICO
¿No digo que no está en casa?
LENO
Aqueso es peor.
TROICO
Entra tú allá y pregunta a esos mozos de casa si por ventura haya venido.LENO
¡Mi madre! No me conoscerá ya ninguno.
TROICO
¿Por qué no te han de conoscer?
LENO
Debo venir muy barbado.
TROICO
¿Cuándo saliste de casa?
LENO
Ayer de mañana.
TROICO
Pues, ¿desde ayer de mañana no te habían de conoscer?
LENO
¡Mira qué milagro tan grande!; no me conoscía yo proprio...; ved cómo diabros me conoscerán
los que no son yo... Pero dime: ¿está señor en casa?
TROICO
Pienso que sí.
LENO
¿Y podré entrar yo sin que me vea?
TROICO
Bien podrás.
LENO
¿Hame prometido algo de ayer acá, si sabes?
TROICO
¿Qué te había de prometer?
LENO
Alguna tarea.
TROICO
¿Y de qué?
LENO
¿Es vivo aquel cayado largo que él suele traer?TROICO
En la mano se lo dejé yo agora.
LENO
Ya me paresce que le siento andar tomándome la medida d'estas costillas, como suele; mas buen
remedio.
TROICO
¿Qué remedio?
LENO
Colarme en la pajiza y soterrarme muy bien en la paja, y en llegando allí cualquiera que me vea,
hacelle encreyente que soy ratón de las Indias.
TROICO
Bien has dicho. Anda, vete.
LENO
Troico, no dejes de irme a ver si se tardaren mucho en sacar paja, que allí me hallarás, y no te
descuides de llevarte algo en las manos, que el estómago tengo hecho levadura de pura hambre, y
por excusar los palos holgaré de estarme allí hecho ermitaño de pajar.
TROICO
Bien harás. Ve con Dios.
LENO
Tomara yo agora otra mantecada como la de marras, aunque nunca Dios la dejara tener canela ni
azúcar.
FIN



EL RATÓN MANSO


INTERLOCUTORES:

SULCO, ganadero.
LENO, simple.
Entra SULCO con LENO, simple, lleno de granzones de paja
SULCO
¡Oh, hideputa, perro! ¡Qué diligente mozo! ¡Aguardaldo con la carga de la leña! ¿Parécete bien
que a estar sin comer en casa que estuviéramos frescos? Habla. ¿De qué enmudeces? ¿Qué
hacías escondido en la pajiza? ¿Do el asno? ¿Dónde lo has dejado? ¿Qué es aquesto? ¿No
hablas? ¿Oyes? Dame acá aquel látigo con que yo hago hablar a los mozos.
LENO
Aqueso sería si yo huese mozo como vuesa merced dice.
SULCO
¡Bendito aquel que os ha hecho hablar! Pues ¿quién sois, señor?
LENO
Señor, soy de lejos de aquí.
SULCO
¿De dónde?
LENO
Por la mar he venido.SULCO
¿De dónde venistes?
LENO
De las ínsulas.
SULCO
¿De las ínsulas? Jurara yo que érades Leno, un mozo que yo había enviado por una carga de
aulagas.
LENO
Engañado vive vuesa merced, que no soy, por mis pecados, sino ratón de las Indias.
SULCO
¿Ratón? Mucho habéis criado para ratón.
LENO
Señor, soy criado en la tierra gruesa.
SULCO
¿Qué tierra gruesa es la vuestra?
LENO
Señor, en mi tierra hay hombres que tienen en cada dedo cincuenta y dos coyunturas.
SULCO
Muy grandes son esos hombres; a esa cuenta pasarán de palmo de vara. ¿Y qué hay de coyuntura
a coyuntura?
LENO
Señor, hay de una coyuntura a otra dos varas y media.
SULCO
Si tan grandes son como vos los ratones de vuestra tierra, los gatos que los cazaren, ¿de qué
tamaño pueden ser?
LENO
Señor, serán de quince leguas de largo.
SULCO
¿Y de ancho?
LENO
Veinte y dos.
SULCO¿Cómo es posible ser más anchos que largos?
LENO
Porque son hechos ancho por largo.
SULCO
¿Y qué hacíades vos en mi pajiza?
LENO
Señor, entréme huyendo de un cabo de guaita.
SULCO
Ora bien está. Átenle al brocal de aquel pozo y no le den de comer bocado hasta que venga quien
le conozca.
LENO
Señor, no me aten, que ratón manso soy. Llévenme a la cocina, si vuesa merced mandare, y
asiéntenme cabo las ollas porque asombre a los gatos.
SULCO
No curéis. Hágase lo que yo mando: amárrenle valientemente y no le den a comer sino algunas
sobras de lechugas, o cercenaduras de cardos, o otras cosas livianas, por que amengüe de cuerpo.
LENO
El demonio me ha hecho hablar, si por huir de un hoyo cae hombre en otro mayor. Déjeme y fe
de mi palabra, que yo mismo me voy a amarrar.
SULCO
Tira, pues.





FIN

LOS LACAYOS LADRONES. LOPE DE RUEDA





LOS LACAYOS LADRONES


Paso muy gracioso, agora nuevamente compuesto por Lope de Rueda. Introdúcense en él
las personas siguientes
MADRIGALEJO, lacayo ladrón.
MOLINA, lacayo.
ALGUACIL.
UN PAJE.
MADRIGALEJO
¡Reñego del gran Taborlán y de todos sus consortes y bien allegados, y de toda la canalla que
rige y gobierna la infernalísima barca del viejo carcomido Carón, que si entre las manos le tomo
ad aquel que semejante palabra y afrenta de la boca se le soltó, si a puros papirotazos no le
convierto el pellejo en pergamino virgen!
MOLINA
Por cierto, ello fue palabra muy mal sonante, señor Madrigalejo.
MADRIGALEJO¿No le paresce a vuestra merced? ¿Cómo es su gracia, señor?
MOLINA
Señor, Molina, para su servicio.
MADRIGALEJO
¿Es bien, señor Molina, que digan de mí semejantes palabras? ¿Hombre era yo que le había
d'escalfar su bolsa? ¿Faltábanme a mí dos pares de reales entre amigos?
MOLINA
¡Por Dios, señor! Yo no creo tal y pésame de que vi que os trataban mal y acudían tantos contra
vos.
MADRIGALEJO
¿De dónde bueno es vuestra merced, señor Molina?
MOLINA
Señor, de Granada.
MADRIGALEJO
Ahí tuve yo una pasión de harto quilate.
MOLINA
¿Y con quién, señor?
MADRIGALEJO
Contra la Justicia, cuando menos.
MOLINA
¿En qué tiempo?
MADRIGALEJO
Agora ha cinco años.
MOLINA
¡Ta, ta, pecador de mí! Ya se me acuerda. En verdad que le hicieron a vuestra merced harto
agravio allí entonces de parte de la Justicia.
MADRIGALEJO
Ya sé dónde va...
MOLINA
Sí, sí, cuando le levantaron a vuestra merced que le habían hallado una noche encima de un
caballete en casa del chantre.
MADRIGALEJOTiene razón, pero ¿qué monta?; que si ellos supieran entonces a qué iba, de aquella hecha me
ponían de la gorja como calabazón en garabato.
MOLINA
Decían que le habían tomado con una antepuerta y con un capote guarnescido de un lacayo del
mismo dueño de la casa.
MADRIGALEJO
Así es la verdad, que, como no pude habelle a las manos para matalle, cogíle, por vengarme, lo
primero que me vino a la mano.
MOLINA
Ya, ya, ya..., y an por eso decía el pregonero: “¡A este hombre por ladrón!”
MADRIGALEJO
¿Vio vuestra merced mejor ánimo de hombre en los días de su vida qu'el que yo llevaba encima
de aquel asno, con ser el verdugo el mayor enemigo que tuve en toda aquella tierra?
MOLINA
Es la verdad.
MADRIGALEJO
Tan encarnizado le vi contra mis espaldas, que dos o tres veces estuve para descabalgar del asno
y no aguardalle más.
MOLINA
¿Pues, por qué no lo hacía, señor?
MADRIGALEJO
¿Por qué diz que no lo hacía? Porque iba atado, pecador de mí.
MOLINA
Yo me espanto cómo no murió de aquella hecha, según llevaba las espaldas.
MADRIGALEJO
¡Cómo en aquesas refriegas se ha visto el pobre de Madrigalejo...!
MOLINA
Es verdad, que ansí lo decían, que otras dos veces le habían dado cien azotes.
MADRIGALEJO
¡Juro a tal qu'es la mayor mentira del mundo y que al bellaco que tal inventó le haga conoscer, de
mi persona a la suya, que miente como un grandísimo tacaño!
MOLINA
¿Pues no le pasó aqueso en Granada?MADRIGALEJO
Es así; y en el Burgo de Osma otra vez. Pero otras dos veces..., el que tal dijere, véngase con
espada y capa; veamos si me lo dice delante. Y el que dijere que me dieron cien azotes también
miente.
MOLINA
¿Cómo, señor, pues lo vimos tantos?
MADRIGALEJO
¿Contaron vuestras mercedes los azotes que me dieron?
MOLINA
¿Para qué se habían de contar?
MADRIGALEJO
Pues dígame agora: veinte y cinco paradas de cuatro en cuatro, ¿Cuántos son?
MOLINA
Ciento.
MADRIGALEJO
Pues, ¡voto a tal!, que no daba vez, vuelta o corcovo con el cuerpo que no le echase al verdugo
un azote de clavo. Mire vuestra merced, si en ciento, si no fueron más de quince de menos.
MOLINA
No hay duda, sino qu'es ansí.
MADRIGALEJO
Pues, ¿cómo se puede decir con verdad que me dieron cien azotes, faltando al pie de veinte?
Tampoco lo qu'el hombre no sufre por su voluntad no se puede llamar afrenta. Comparación:
¿qué se me da a mí que llamen a uno cornudo, si la bellaquería está en su mujer, sin ser él
consentidor?
MOLINA
Tenéis razón.
MADRIGALEJO
Pues, ¿qué afrenta recibo yo que me azoten, si es contra mi voluntad y por fuerza? Mas
disimúlese, que aquel paje viene con el alguacil, y tome aqueste lío y, por otro tal, vuestra
merced me abone y diga que me conosce.
MOLINA
Sí haré, señor; perdé cuidado.
PAJESeñor, aquél de aquel becoquín es el ladrón.
ALGUACIL
¿Qué hacéis aquí, gentilhombre?
MADRIGALEJO
Señor, estoy con este señor, que es compañero y de mi tierra.
ALGUACIL
¿Compañero vuestro es?
MOLINA
Sí, señor.
ALGUACIL
Vosotros ladrones debéis de ser.
MADRIGALEJO
Más ha de tres meses que no lo usamos.
ALGUACIL
Al fin, ¿usábadeslo?
MADRIGALEJO
Vuestra merced lo dice.
ALGUACIL
¿Y de dónde sois?
MADRIGALEJO
¡Di que de Salamanca.¿
MOLINA
De Salamanca somos, señor.
MADRIGALEJO
Hijos somos de vecinos de Salamanca.
ALGUACIL
¿Y a qué venistes aquí?
MADRIGALEJO
¡Di que a ver la tierra.¿
MOLINA
A ver la tierra, señor.MADRIGALEJO
Sí, sí, señor, a ver la tierra.
ALGUACIL
¿De qué vevís?
MADRIGALEJO
Señor, somos oficiales.
ALGUACIL
¿Qué oficio?
MADRIGALEJO
¡Di que sastres.¿
MOLINA
Somos sastres, señor.
MADRIGALEJO
Sí, señor, maestros de tijera somos.
ALGUACIL
¿Jurar lo heis?
MADRIGALEJO
¡Jesús, señor, sí, cierto!
ALGUACIL
¿Que's de unas Horas que sacastes a este mozo de la faltriquera?
MADRIGALEJO
¿Yo Horas? Cáteme vuestra merced...
ALGUACIL
¡Esperá! ¿Qué's esto? ¿Y vos no tenéis orejas?
MADRIGALEJO
Ni las he menester, señor.
ALGUACIL
¿Por qué?
MADRIGALEJO
Porque me las quitaron.ALGUACIL
¿Dónde os las quitaron?
MADRIGALEJO
Señor, en la toma de San Quintín; peleando, de una cuchillada me las quitaron ambas a dos.
ALGUACIL
¿Ambas de una cuchillada?
MADRIGALEJO
Sí, señor, y an cincuenta que tuviera, según andaba la revuelta.
ALGUACIL
Vos maraña traéis.
MADRIGALEJO
No, señor, aquí traigo el testimonio d'ello.
ALGUACIL
Enseñá.
MADRIGALEJO
Tome, señor. ¡Señor Molina, hágame merced de venirse hacia l'Antigua, por que hagamos
partición de aquella bolsa que sangramos a la frutera.¿
ALGUACIL
¿Barbero sois de bolsas? ¡Teneldo bien! Y a esotro mirad lo que lleva debajo la capa.
PAJE
Lío de ropa me paresce.
ALGUACIL
Amuestra acá.
MOLINA
Señor, en mi ánima que no es mío, que éste me lo encomendó.
ALGUACIL
¿Que os lo encomendó? En fin, compañeros sois.
MOLINA
Por mi salud, que no es mi compañero; no lo vi en mi vida, si agora no.
ALGUACIL
Pues, ¿cómo dijistes antes que era vuestro compañero?MOLINA
Señor, por abonallo.
MADRIGALEJO
Señor, en verdad, sí es, y que las mejores piezas que en mi oficio sé, él me las ha enseñado.
ALGUACIL
Yo lo creo; ¿y de qué oficio son las piezas?
MADRIGALEJO
De cortar de tijera, de subir de noche por una pared, aunque no haya candil, y de trastejar, al
mejor sueño del dueño de la casa, y de sacar prendas sin mandamiento, y de otras cosillas así
manuales que pertenescen así para el oficio. Y algunas veces, hacer de un pedacillo de alambre
una llave que hace a cualquier cerradura.
ALGUACIL
¡Buena habilidad es aquésa!
MOLINA
¿Yo? ¡Válate el diablo, ladrón!
MADRIGALEJO
En verdad, señor, la primera vez que me afrentaron en Antequera, él iba delante.
ALGUACIL
Asildos bien. ¿Qué va en este lío? Ganzúas son éstas.
MADRIGALEJO
Señor, él las hace por extremo.
MOLINA
¿Yo? ¡Justicia de Dios!
PAJE
¡Aquésas son mis Horas, señor alguacil!
MADRIGALEJO
Si aquésas son tus Horas, ¿en qué rezaba yo, ratoncillo?
ALGUACIL
¡Rezador está el tiempo! Tirá con ellos, que allá les mostrarán otro oficio.
MADRIGALEJO
¿Y qué oficio?
ALGUACILA remar.
MOLINA
Vamos, que yo daré tal testimonio de mí, que se aclare la verdad.
MADRIGALEJO
Una cosa terná segura, señor Molina, que en azotándole y estando tres o cuatro años en servicio
de Su Majestad en galeras, no terná más que ver la Justicia con él que el rey de Francia. Y esto,
como testigo de vista.
ALGUACIL
¡Andad, andad, tirá delante, no tantas palabras! ¡Estos bellacos tacaños...!
FIN

PAGAR Y NO PAGAR. LOPE DE RUEDA.






PAGAR Y NO PAGAR


Paso muy gracioso, en el cual se introducen las personas siguientes, de Lope de Rueda
BREZANO, hidalgo.
CEBADÓN, simple.
SAMADEL, ladrón.
BREZANO
Ora, ¿no es cosa extraña que a un hidalgo como yo se le haya hecho semejante afrenta y agravio
cual éste? Y es que un casero d'esta mi casa en que vivo, sobre cierto alquiler que le quedé a
deber, me ha enviado a emplazar docientas veces. Yo quiero y tengo determinado de llamar a
Cebadón, mi criado, y dalle los dineros para que se los lleve. ¡Hola, Cebadón, sal acá!CEBADÓN
¡Señor, ah, señor! ¿Llama vuesa merced?
BREZANO
Sí, señor, yo llamo.
CEBADÓN
Luego vi que me llamaba.
BREZANO
¿En qué vio que le llamaba?
CEBADÓN
¿Diz que en qué? En nombrarme por mi nombre.
BREZANO
Ora, ven acá; ¿conosces...?
CEBADÓN
Sí, señor, ya conuezco.
BREZANO
¿Qué conosces?
CEBADÓN
Esotro..., él..., aquéste..., el que dijo vuesa merced.
BREZANO
¿Qué dije?
CEBADÓN
Ya no se m'acuerda.
BREZANO
Dejémonos de burlas. Dime si conosces ad aquel casero d'esta mi casa en que vivo.
CEBADÓN
Sí, señor; muy bien lo conuesco.
BREZANO
¿Dónde vive?
CEBADÓN
Acullá en su casa.BREZANO
¿Dónde está su casa?
CEBADÓN
Mire vuesa merced: eche por esta calle drecha y torne por esotra a mano izquierda y junto la
casa, empar de la casa, al otra casa más arriba está un poyo a la puerta.
BREZANO
No m'entiendes, asno; no te digo sino si conosces al casero de mi casa.
CEBADÓN
Que sí, señor, muy rebién.
BREZANO
¿Dónde mora?
CEBADÓN
Mire vuesa merced: váyase derecho a la iglesia y éntrese por ella, y salga por la puerta de la
iglesia y dé una vuelta al derredor de la iglesia, y deje la iglesia y tome una callejuela junto a la
callejuela empar de la callejuela, la otra callejuela más arriba.
BREZANO
Bien sé que sabes allá...
CEBADÓN
Sí, señor, demasiadamente sé.
BREZANO
¡Sus!, toma estos quince reales y llévaselos; y dile que digo yo que lo ha hecho ruinmente en
enviarme a emplazar tantas veces, y que digo yo que me haga merced de no hacello tan mal
comigo. Y mira que al que se los has de dar ha de tener un parche en el ojo y una pierna
arrastrando; y primero que se los des, te ha de dar una carta de pago.
CEBADÓN
¿Que, primero que le dé yo los dineros, le tengo de dar una carta de pago?
BREZANO
Que no, asno: él a ti.
CEBADÓN
Ya, ya, él a mí. Yo lo haré muy requísimamente.
¡Entra el ladrón.¿
SAMADELSegún soy informado, por aquí ha de venir un mozo con unos dineros que los ha de dar a un
mercader. Yo le tengo de hacer encreyente que soy el mercadante, y cogelle los dineros, que bien
creo que serán buenos para alguna quinolilla. Tata, quiero disimular, que helo aquí do viene.
BREZANO
Mira que lo sepas hacer, diablo.
CEBADÓN
Que yo lo sabré hacer, válame Dios.
SAMADEL
Hola, hermano. ¡Es hora que traigáis esos dineros!
CEBADÓN
¿Es vuesa merced el que los ha de recebir?
SAMADEL
-Y aun el que los había de tener en la bolsa.
CEBADÓN
Pues, señor, díjome mi amo que le diese a vuesa merced y tomase vuesa merced quince reales.
SAMADEL
Sí, quince han de ser; dad acá.
CEBADÓN
Tome. ¡Aguarde vuesa merced!
SAMADEL
¿Qué tengo de aguardar?
CEBADÓN
¿Diz que qué? Las insinias.
SAMADEL
¿Qué insinias?
CEBADÓN
Dijo mi amo que había de tener vuesa merced un parche en el ojo y traer una pierna
arrastrando.
SAMADEL
Así pues, si no es más d'eso, catá aquí el parche.
CEBADÓN
Ávese d'ahí. ¿Diz qu'eso es parche?SAMADEL
Digo que sí es.
CEBADÓN
Digo que no es.
SAMADEL
Digo que lo es, aunque os pese.
CEBADÓN
No quiero pesar, señor. Séalo a mandado de vuesa merced: parche es, válame Dios; son como
traía vuesa merced abajado el sombrerillo, no había visto el parche.
SAMADEL
Ora, ¡sus!, dad acá los dineros.
CEBADÓN
Tome vuesa merced.
SAMADELEchá.
CEBADÓN
Aguarde.
SAMADEL
¿Qué tengo de aguardar?
CEBADÓN
La pierna arrastrando, ¿qué's d'ella?
SAMADEL
¿La pierna? Vesla aquí.
CEBADÓN
Tome vuesa merced los dineros.
SAMADEL
Vengan.
CEBADÓN
Aguarde.
SAMADEL
¡Oh, pecador de mí! ¿Qué quies que aguarde?CEBADÓN
¿Qué tengo de aguardar? La carta de pago.
SAMADEL
Pues vesla aquí. Toma, bobo, qu'en verdad veinte años ha qu'está escrita, y decilde a vuestro amo
que digo yo qu'es un grandísimo bellaco.
CEBADÓN
¿Que le diga yo a mi amo que vuesa merced es un grandísimo bellaco?
SAMADEL
Que no, sino que yo se lo digo a él y que lo ha hecho ruinmente.
CEBADÓN
¡Ta, ta! Eso de ruin le había de decir yo a vuesa merced, que mi amo me dijo que se lo dijese.
Téngalo por recebido.
SAMADEL
Bien está. Vete con Dios.
CEBADÓN
Vaya vuesa merced. Ofrézcole al diabro el parche que lleva, que miedo tengo que no me haya
engañado.
BREZANO
¡Hola, Cebadón! ¿Traes recado?
CEBADÓN
Sí, señor; ya traigo todo recado y la carta de pago y todo negocio viene.
BREZANO
¿Mirástele bien? ¿Viste si tenía parche?
CEBADÓN
Sí, señor; un parchazo tenía tan grande como mi bonete.
BREZANO
¿Vístelo tú?
CEBADÓN
No, señor, mas él dijo que lo traía.
BREZANO
¿Pues así habías de fiar de su palabra?
CEBADÓNSí, señor, sé que no había de infernar ell'otro su alma a truque de un parche ni de quince reales.
BREZANO
Ora, ¡sus!, que tú traerás algún buen recado... Y dime, ¿traía la pierna arrastrando?
CEBADÓN
Sí, señor; luego que le di los dineros arrastró ansina la pierna; mas luego que se fue, iba más
drecho que un pino.
BREZANO
Baste; veamos la carta.
CEBADÓN
Tome, señor.
BREZANO
“Señor hermano...”
CEBADÓN
¿Dice ahí “señor hermano”?
BREZANO
Sí que dice “señor hermano”.
CEBADÓN
Debe ser hermano del que recibió los dineros.
BREZANO
Ansí debe de ser. “Las libras de azafrán...”
CEBADÓN
¿Ahí dice “libras de azafrán”?
BREZANO
Sí, aquí ansina dice.
CEBADÓN
¿”Las libras de azafrán”? Sé que yo no he traído a vuesa merced azafrán.
BREZANO
A mí, no.
CEBADÓN
¿Pues cómo viene el papel enzafranado?
BREZANO¿Tú no ves que te ha engañado, que, por darte carta de pago, te ha dado carta mensajera?
CEBADÓN
¿Carta o qué?
BREZANO
Carta mensajera.
CEBADÓN
Pardiez, si eso es verdad, que la ha hecho muy bellaquísimamente.
BREZANO
¿Qué remedio, señor?
CEBADÓN
Yo diré a vuesa merced qué remedio; que tomemos sendos palos y que vamos callibajo, vuesa
merced primero, yo tras d'él; y si a dicha l'encontramos, cobraremos nuestros dineros; cuando no,
servirme ha de criado estuences.
BREZANO
¿Qué's servirte de criado?
CEBADÓN
¿Qué, señor? Que yo's compezaré a bravear con él, cómo lo hizo de ruin hombre de llevarse
los dineros sin parche, ni pierna arrastrando; y, en esto, vuesa merced descargará con la paliza.
BREZANO
Pues, ¡sus!, vamos.
CEBADÓN
Vamos.
(Vuelve el ladrón.)
SAMADEL
Bien dicen que lo bien ganado se pierde, y lo malo, él y su amo. Esto dígolo porque aquellos
dineros que tomé al simple mozo, los medios se fueron en un resto y los otros se quedaron en un
bodegón. Dícenme que van en busca mía; no tengo otro remedio sino diferenciar la lengua.
BREZANO
Haz que le conozcas bien.
CEBADÓN
Pierda cuidado vuesa merced, que yo le conosceré rebién. Véngase poco a poco tras mí.
BREZANOAnda.
CEBADÓN
¡Señor, señor!
BREZANO
¿Qué?
CEBADÓN
Caza tenemos: el del sombrerito es.
BREZANO
Cata que sea él.
CEBADÓN
Que sí, señor: éste me tomó los dineros.
BREZANO
¡Sus! Háblale.
CEBADÓN
¡Hombre de bien!
SAMADEL
¡La gran bagasa qui us parí!
CEBADÓN
No habla cristianamente, señor.
BREZANOSepamos, pues, en qué lengua habla.
SAMADEL
Iuta drame a roquido dotos los durbeles.
BREZANO
¿Qué dijo?
CEBADÓNQue se los comió de pasteles.
SAMADEL
¡No he fet yo tan gran llegea!
BREZANO
¿Qué's lo que dice?CEBADÓN
Qu'él los pagará aunque se pea.
SAMADEL
¿Qué he de pagar?
CEBADÓN
Los dineros que me quesistes hurtar.
SAMADEL
Tomá una higa para vos, don villano.
CEBADÓN
Pero tomad vos esto, don ladrón tacaño.
BREZANO
¡Eso sí! ¡Dale!
CEBADÓN
¡Aguardá! ¡Aguardá!
FIN DEL PASO 

PASTORELA TÍPICA






PASTORELA TÍPICA




TERESO.- LLAMANDO A LOS MARIACHIS O BANDA A UN SECTOR DEL PÚBLICO

¡Órale mis corifeos
arrímense para acá!
A ver si aquí los señores
nos ayudan a cantar
Yo les ruego a sus mercedes
nos ayudan a cantar
pa' que vian los de allá enfrente
que sabemos resollar
A ver cómo nos tronamos
esa "Feria de las flores"
canción que todos sabemos
recuerdo de hartos amores
EL MARIACHI DICE UNA ESTROFA Y ACOMPAÑA AL PÚBLICO QUE CANTA. DESPUÉS SE DIRIGE A OTRO SECTOR DEL PÚBLICO.
Juímonos pal otro lado
mis maistros de pastorela
a ver si le roncan más
los que están en la cazuela
Yo les ruego a sus mercedes
que no me hagan quedar mal
nos tronamos "El quelite"
así salga bien o mal.
EL MISMO JUEGO DEL MARIACHI CON EL PÚBLICO
y órale pal otro lado
filarmónicos de olor
a ver si acá los señores
nos arresponden mejor
Órale mis ruiseñores
no se dejen opacar
el mero "Cielito lindo"
lo vamos a gorgoriar
MISMO JUEGO CON EL PÚBLICO
A ver mis niños cantores
de la mera capital
vamos a darle macizo
a los de Teotihuacán
Que les parece la "Adela"
que huele a revolución
cantémosla todos juntos
con rete harto corazón
MISMO JUEGO
Yo no sabo a ciencia cierta
quien canta mejor o pior
nos tronamos la "paloma"
y que gane el más mejor.
A ver chilangos queridos
toca a ustedes empezar
ya luego de Teotihuacán
les deberán contestar
y al que le ronque más fuerte
su premio le voy a dar
CANTAN “LA PALOMA” ENTRE TODOS. CAMBIO DE LUCES, TERESO QUEDA AL CENTRO DEL LUGAR, PARA EMPEZAR LA ACCIÓN, EL MARIACHI.
TERESO.- Muy buenas y santas noches
las ténganse sus reverencias
y agárrense de pacencias
pos vamos a comenzar
Si se nos traba el hocico
tengamos su caridad
si en la aición hay trompezadas
pido buena voluntad
Ya que saben...digo voy
no es lo mismo ver los bueyes
desde las trancas sentados
que andar entre los magueyes
con los traseros mojados.
CAMBIO DE TONO
Presento a los personajes
de esta historia singular
desde Chinto el carbonero
hasta Lupe, y su mular
Ahí viene Jesús Martínez
nomás nunca se ha bañado
ya que siendo carbonero
se la vive bien tiznado.
Tracito viene Jacinto
por oficio listonero
se trae loca a la Lupita
porque dice que es muy cuero.
Esta vende florecitas
arrebatadas al campo
más el robo se perdona
por son pa' adorar al santo.
Ora viene Juan Bernal
que vende las aguas claras
es mudito y hace señas
de las buenas y las malas.
Ahí viene la más bonita
de las pastores de aquí
vende canario y jilguero
zinzontles de Jiribí
palomas alcahueteras
y guardas las mensajeras
pal señor de Mapimí
Alto más te estás vedeando
te pasaste del pulmón
en vez de venderlo el viernes
te curaste el corazón
Ahí viene Angelito Rizo
con su borrego de amor
lo jala su tío Narciso
sin oficio y sin labor.
Seguido viene la banda
del maistro Jesús Huitrón
la tuba la toca Chucho
y don Gedobio el trombón
Tocan ópera valseada
y polcas de Campo León
esta música es de viento
pero con harta pasión
ENTRA LA BANDA TOCANDO
Ora vienen los artistas
de más consideración
que se presenten solitos
yo, ya tengo aburrición.
ENTRANDO A CABALLO
ARCÁNGEL.-Soy el arcángel Gabriel
o de las huestes del Señor
mi papel será vencer
el odio, con el amor.
Me acompaña Rafael
enemigo de la mal
es valiente como Uriel
y también le sabe arrear.
Desde lado esta Miguel
también defensor del mal
odia a muerte a Lucifer
ya ver quién puede con él.
ENTRAN SOLEDAD Y JOSÉ CON SU GUITARRA (SON LOS CANTANTES)
SOLEDAD.- (CANTANDO)
Mi nombre es una quejumbre
pues me llamo Soledad,
lo cambio por mansedumbre
ternura soy felicidad
JOSÉ.- (CANTANDO)
y yo me llamo José
que siempre ando en compañía
lo malo que a mí me pasa
que las camino al otro día
LOS DOS.- Somos pastores de arreada
pastores de aquellos campos
que saludamos a ustedes
con nuestros humildes cantos.
ENTRA LA VIEJA
LUPE.- Yo me llamo Guadalupe
su Lupe, la de los campos
ya no ando en los 20 abriles
ni en los cuarenta de mayo,
más pa quererlos a ustedes
y homenajear al creador
me faltan setenta julios
y sus diciembres de amor .
TERESO.- ¡Agárrense sus mercedes!
para el último, lo pior
los demonios colorados
erutándole al calor.
Son más malos que la tiña
más perversos que el poder
enemigos de los cielos:
jSatán! iMolas! Lucifer!
ENTRAN LOS DEMONIOS CON MÚSICA DE AFINADERA
Este es el Molás Corcuera
la falacia hecha mujer
se enreda a los santos reyes
y a los pastores también.
MOLAS.- y también te enredo a ti,
tambuche de mochería
y te lo voy a probar
sea de noche o sea de día.
TERESO.- Esta bola de manteca
de la tienda de Jonás
se traga hasta la mas vieja
con sus nietos y demás.
SATANÁS.- No te mandes chilaquil
apodándome manteca
prefiero las sobras de aire
que tu calaca reseca.
LUCIFER.- Momento, pastor de cirios
caguete de profesión
yo a mí me presento solo
sin ninguna intervención
DULCEMENTE
Yo me llamo Lucy Pérez
y soy el padre de aquel (SEÑALA AL ARCÁNGEL)
me friego a todos los bueyes
y de paso a usted también (SEÑALA AL PÚBLICO)
DURANTE LA PRESENTACIÓN DE LOS DIABLOS HAN IDO SALIENDO LOS PASTORES POCO A POCO. CON EL ÚLTIMO PARLAMENTO DE LUCIFER VAN TOMANDO SUS LUGARES. YA SOLOS, LUCIFER SE SIENTA JUNTO AL INFIERNO MIENTRAS ESCUCHA A MOLAS Y SATANÁS; AL FINAL LLORA A GRITOS.
LUPE.- Ya vámonos pastorcitos
muy lejos de este lugar,
a mí me huele a chamusque
presiento que acabe mal.
POR ÚLTIMO SALEN CHOLE, JOSÉ Y TERESO CON LUPE.
SATANÁS.- ¿Qué te pasa Lucifer,
Príncipe de los diablotes
Por qué sufres como perro
atizado con olotes?
LUCIFER.- Poco te parece, indino,
que el infierno está vacío
y que no se para aquí
ni un cristiano ni un ladino.
SATANÁS.- ¡ Ay! ¿Pos que tendrán los hombres
que siempre están tentaleando
todititos los pecados
y a luego se van quejando?
LUCIFER.- Yo no sé que cosa rara
se sucede en este tiempo,
que los hombres ya no pecan
ni siquiera en pensamiento.
SATANÁS.- No te apures ni te afanes,
gran señor de los infiernos;
ya vendrán tus pecadores
a pagar por tus desmanes
Mira bien lo que te digo;
en la tierra andan de fiesta
celebrando las posadas,
y verás bien retacadas
tus cavernas de indigestos,
de tragones de tamales,
de pambazos y buñuelos,
de empulcados, de quemados,
y de crudos aguahambrientos.
MOLAS.- y de ricos harapientos
y de alcaldes poderosos
que a todos roban gozosos
rete mulas y ambiciosos.
SATANÁS.- y de ricos prestamistas
con re malos sentimientos,
y de sabios egoístas,
y de mochos pa' ser vistos.
MOLAS.- y de viejas de calumnias
y de viejos veleidosos
que se cambian a las novias
como si fueran rebozos.
SATANÁS.- y de viejos haraganes,
y de viejas perezosas.
LUCIFER INTERRUMPE FELIZ
LUCIFER.- Es muy cierto lo que dicen,
mis muy queridos diablotes,
OTRA VEZ TRISTE Y FURIOSO
pero lo cierto y certero,
es que no pasa ni un alma
al reino de lucifero,
ay ,ay ,ay ,ay ,ay ,ay ,ay.
SE ACERCA MOLAS Y LO CONSUELA. SE OYE UN SILBATO DE CARTERO. SALE SATANÁS Y REGRESA CON UNA CARTA.
SATANÁS.- Lucifer, rey y señor,
debo decirte al instante
que un güerito muy galante,
esta carta me entregó.
LUCIFER.- ¿Un güerito?
SATANÁS.- Te lo digo
bucles de oro,
de ángel la cara,
ojo azul en la mirada,
un caballo de papel
y una espada colorada.
LUCIFER.- ¡Basta ya de tus naqueces,
tonterías y vanideces!
¡ Lee la carta que pareces
una chiva con preñeces!
SATANÁS.- No te irsutes, que allá voy.
ABRE LA CARTA Y LEE
Señor don Lucifer
domicilio conocido
infierno, inf"
He de anunciarte malvado,
príncipe de los infiernos
que esta noche ha de nacer,
desde muy humilde origen
el que al diablo ha de vencer
hijo de Dios y la Virgen"
LUCIFER.- (LENTO, MASCANDO LAS PALABRAS)
Hijo de Dios y la Virgen,
que esta noche ha de nacer,
el que a mí me va a vencer,
y de muy humilde origen...
y de muy humilde origen...
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja.
Permítanme que me sonría
permítanme que me carcajie,
Satanás atarantado,
que me va a vencer a mí
uno pobre y encuerado
SATANÁS.- Pos así dice la carta
LUCIFER.- Esta carta con perdón,
y con mucho disimulo,
la hago rollito rollito,
y me la meto en...
SATANÁS.-(INTERRUMPIENDO)
No digas tus peladeces '
Lucifer enfurecido,
que esta noche ha de nacer
el que al pecado ha vencido.
LUCIFER.- No digas eso, tarugo,
cabeza de chiquihuite,
¿que tu crees que no tengo armas,
para retener al hombre
siempre esclavo y confundido?
SATANÁS Y MOLAS.- ¿Cuales armas?
LUCIFER.- ¿Quién aguanta la riqueza
que los pone así de inflados,
y los vuela más alzados
que si fueran papalotes?
SATANÁS Y MOLAS.- Yo crio que naiden.
LUCIFER.- ¿ y quién, dime, se resiste
a la gula, a la pereza
a todita la flaqueza
de la humana condición?
SATANÁS Y MOLAS.- Yo crio que naiden.
LUCIFER.- ¿Qué dicen del egoísmo
que hunde al hombre en el abismo
de perpetua soledad?
SATANÁS Y MOLAS.- Yo crio que naiden.
LUCIFER.- ¿Quién aguanta la lujuria
que es la hija de la furia
y la muerte del amor?
¿ y la envidia, y los horrores
de la ira y la violencia
de los hombres que se odian
con las armas de la ciencia
como los yerros paganos,
cual si no fueran hermanos?
¿Quién aguanta estas caricias
de mis armas disfrazadas,
de las humanas delicias?
SE ESCUCHA A LO LEJOS EL CANTO DE LOS PASTORES
SATANÁS.- Un momento, Lucifer,
oigo voces a lo lejos,
¿no será que se encaminan
en rebaño los pastores
a buscar lo que ilumina,
remedio de sus dolores?
MOLAS.- Ya se van para Belem,
toditos los pastorcitos
y las pastoras también.
LUCIFER.- Pos guangos me vienen ellos
y los que vengan atrás,
pos me sobran maleficios
pa ‘ fregarme a los demás.
¡A buscar las tentaciones
y los disfraces también!
¡Para ver quién es quien gana
yo mesmo, o el de Belem!
GRITA.  LLAMAN
¡ Ira, gula, soberbia,
afílense de los dientes
pa ‘ acabar de un friegadazo
con toditos los durmientes!
SALEN LOS DIABLOS. AL MISMO TIEMPO Q QUE ENTRAN POR OTRO LADO
LOS PASTORES CANTANDO MUY SUAVE Y LENTO. SU ENTRADA ES SOLEMNE
AL LLEGAR A SU LUGAR HACEN UNA FOGATA Y FORMAN CUADRO PLÁSTICO.
SOLEDAD.-(CANTANDO)
Vamos pastorcitos
vamos a Belem,
a ver a la Virgen
y al niño también
CORO.- REPITE
AD.- Dicen que es muy pobre,
muy lindo también
trae su cargamento
de amor y de bien.
CORO.- REPITE “VAMOS PASTORCITOS...”.
SOLEDAD.- Tiene rizos de oro
ojos verde mar .
Son riza de un ángel,
boca de coral.
CORO.- REPITE “VAMOS PASTORCITOS...
SOLEDAD.- Viene a dar al mundo
modo de ir con bien,
con su amor profundo
y perdón también.
CORO.- “REPITE VAMOS PASTORCITOS...
SOLEDAD.- Él trae el remedio
con la condición,
de querer a todos
y sin presunción.
CORO.- REPITE, VAMOS PASTORCITOS, ETC.
SIN DEJAR DE CANTAR HAN IDO TOMANDO SUS LUGARES AL REDEDOR DE LA
FOGATA.
LUPE.- Ya descansen, mis pastores,
pastores del corazón
y que el manto de los cielos
proteja sus mansos sueños,
nuestra fe y nuestra razón.
Que proteja nuestra fe,
y ampare nuestra razón
de enamorada apariencia.
Enamorados de amor
y de toda su belleza
enamorados de Dios
y de toda su grandeza.
Sépanse mis pastorcitos
antes de dejarse al sueño
que la vereda está llena
de tentaciones sin dueño;
más si queremos vivir
con amor y caridad
las tentaciones huid
con valor y castidad.
y ahora, a dormir, pastores,
que la noche está serena
y serenas sus estrellas
y alabado sea el Señor
y alabada su esperanza.
SOLEDAD, JOSÉ Y GABRIEL.- CANTANDO A DISTINTAS VOCES.
Alabado sea el Señor
y alabada su esperanza.
LUPE.- Alabada sea la noche
y alabados sus luceros.
CANTANTES.- Alabados sean tus ojos
pa' que yo me mire en ellos.
LUPE.- Alabados sea los aires
y alabadas las montañas.
CANTANTES.- Alabados sean tus sueños
pa' que yo sueñe con ellos.
LUPE.- Alabado sea el Señor.
CANTANTES.- Alabada su esperanza.
LUPE.- Alabado sea el amor.
CANTANTES.- y alabada su templanza.
TODOS SE VAN QUEDANDO DORMIDOS. ENTRAN LOS DIABLOS VESTIDOS DE VIEJAS GORDAS TAMALERAS. CON SUS VIANDAS EN GRANDES CANASTAS Y SE INSTALAN SIGILOSAMENTE CERCA DE LOS PASTORES. ENTRAN CANTANDO NARANJA DULCE.
LUCIFER.- ¿ Trujites los tamalitos?
GRITA ¡Godoleba!
¿Que si trujites los tamalitos.
SATANÁS.- No estoy sorda, si los truje
LUCIFER.- Se dice traje, no truje.
SATANÁS.- Traje es el que traes de facha (RÍE)
LUCIFER.- ¡Cállate, cara de nacha,
tontita de la sazón!
¿No ves que si nos descubren
nos friegan la tentación?
LOS PASTORES SE APROXIMAN
MOLAS.- (SACANDO DE SU CANASTA)
Mire, doña Rosalía
aquí está su pulmoncito
curadito de limón,
y aquí están los itacates
repletos de colación.
También traigo pambazitos
y cúchiles de a tostón,
y tortillas de ajolotes
repletos de requesón.
LUCIFER.- ¡ Ay que cosas deliciosas!
¡Maravillas del fogón!
¿ y de antojos, que trujiste?
amada del corazón.
MOLAS.- Pos ora verá, doña Rosalía
traje atole de frambuesa
tamales de pollo macho
y tostadas de panzón.
LUCIFER.-¡ Ay chulita, que dulzura!
Ya me ruge el paladar
y dime, de dulces, linda,
¿qué cosa me vas a dar?
LOS PASTORES MERODEAN HAMBRIENTOS
SATANÁS.- Ya sabe linda señora,
tan preciosa y distinguida,
que es cosa ya bien sabida
que en dulces, yo soy canora.
Traigo cajeta de elote,
un ate de chupamirto,
chongotes de membrillate
y un ate de sarampión.
LUCIFER.- Ya estoy loca, loca, loca,
dame, dame, todo quiero.
LOS PASTORES SE RELAMEN MIENTRAS QUE LOS DIABLOS COMEN.
LUPE.- Buenas noches, lindas niñas,
muñecas de la región.
DIABLOS.- EN CORO
Buenas noches, vieja chula,
preciosura, corazón.
LUPE.- Con licencia y con perdón
yo quisiera que me dieran
pa' mis pobres pastorcitos
un poquito del que sobre,
pos están muy hambriaditos.
LUCIFER.- Como no; ángel de amor
imas con una condición,
que se vengan a comer
a mi casa su ración!
LUPE.- Es que vamos de pasada
vamos todos a Belem
queremos ver a la Virgen
y ver al niño también.
LOS DIABLOS HACEN CRUZ DE DIABLO.
SATANÁS.- No seas boba, vieja linda,
te vieron cara de tonta.
LUPE.- ENOJADA
No's cierto, no soy la tonta
me lo dijeron los cielos.
LUCIFER.- Cuales cielos, ni que cielos,
olvídense de Belem,
vengan a tragar atole
y champurrado también
PASTORES.- Queremos tomar atole
queremos tomar café
LUPE.- ¡No se acerquen ignorantes
que a lo mejor es engaño
recuerden que la flaqueza
no conduce más que al daño.
LUCIFER.- ¡Qué daño les puede hacer
vieja tan latosa y necia,
si les doy bien de comer
orita que el hambre arrecia!
PASTORES.- Queremos tragar pinole
queremos la colación,
queremos harto pozole,
queremos la libación.
LUPE.- Pos si les truena la gana
Vaya a llenar el buche,
más me-late que es engaño -
y que pierde el que no luche.
PASTORES.- Queremos comer tamales,
queremos...
MIENTRAS LOS PASTORES SE LANZAN CONTRA LA COMIDA LA FELICIDAD DE
LOS DIABLO ENTRA GABRIEL A CABALLO, ANUNCIADO POR TROMPETAS, LOS
PASTORES SE QUEDAN PARALIZADOS.
GABRIEL.- ¡Un momento, mis pastores,
pastoras... y lo demás!
que estas son las tentaciones
del ímprobo Satanás!
LUCIFER.- ¡Mentiroso! ¡Deslenguado!
Somos unas gentes buenas
que se sientan a tragar
y socorren a pastores
cansados de caminar.
GABRIEL.- No mientas, Satán, no mientas
pedazo de comején
y deja que los pastores
hacia el portal de Belem
encaminen sus amores.
LUCIFER.- CAMBIANDO EL TONO
¿ y tu quién eres guerejo
con tus bucles de estropajo
pa' meterte en mis problemas?
¡Vete mucho p'al
GABRIEL.- LO INTERRUMPE.
¡Calla tu trompa pelada!
Que aunque disfrazada estés
de una vieja bodegona
no eres mas que el diablo mismo
fingiéndote la tragona
LUCIFER.- Vanodino, calumnioso,
como grabas a mis naguas
arguyendo, veleidoso,
sólo les doy pa' sus aguas.
GABRIEL.- ¡Que respeto he de sentir
por tus falacias, malvado,
más te vas a arrepentir
y lárgate, condenado!
LUCIFER.- Huy, huy, huy, qué miedo tengo,
mira nomás como tiemblo,
nomás pégame alevoso,
y verás que te recibo
con el aire más ventoso.
LE AVIENTA UNA TROMPETILLA
GABRIEL.- Cada quién avienta voces
por donde le casque el buche
y aunque me tires de coces
no evitas que desembuche.
Revisen bien mis pastores,
es cierto lo que les hablo,
hallarán cola de diablo
debajo de sus castores.
LUPE.-CORRE Y SACA LA COLA DEBAJO DE LAS FALDAS DE LUCIFER.
¡Ay canijo destemplado!
Mira nomás lo que escondes.
LUCIFER.- No me agarre, que no es cola,
que es refajo de mi falda.
LUPE.- Si es refajo lo veremos
y si no, pa que le cuento,
la paliza que le demos
por engaño y descontento.
CORRE CON LA COLA QUE SE ESTIRA Y LA MUERDE. LUCIFER GRITA Y BRINCA SOBRE SATANÁS , QUE LO CACHA: SE LANZAN SOBRE LA VIEJA Y LE PEGAN MIENTRAS LOS PASTORES VEN Y REZAN.
PASTORES.- Diablo en ti
Dios en mí,
La sangre de Cristo
me libre de ti.
LO REPITEN VARIAS VECES MIENTRAS LOS DIABLOS SALEN CORRIENDO
LUPE.- Sigan rezando, pastores,
que al cabo yo soy su guey
toditos nomás gimiendo
ya mí me pegan de a ley.
A LOS DIABLOS
¡ Alevosos, traicioneros, baquetones!
GABRIEL.- No te enojes, buena vieja,
la cólera está vedada
y aunque crean que eres... taruga
como cristiana...¡callada!
y más vale una oración
en tiempos de tempestades
que toditita la aisión
del odio y sus necedades.
LUPE.- Pos sí, Güerito del cielo
güerito de las virtudes
verdades dice tu boca
más si no muerdo la cola
y defiendo pastorcitos,
me voy al infierno sola
y me friegan los diablitos.
GABRIEL.- No temas, virtud, no temas,
que sólo Judas temió
ya los infiernos no entran
aquellos que tienen fe.
y tampoco ahí entrarán
aquellos con esperanza
que peregrinos de amor
le ceden a Dios su fianza.
¡Y ahora, a seguir, pastores,
la ruta de los corderos
la ruta de los amores
que arrebañados y alegres
caminan hacia los cielos.
SALE GABRIEL CON EL TOQUE DE TROMPETAS.
LUPE.- Ora, pastores rogones
recojan sus pertenencias
sin miedo a las tentaciones
y con las armas de Dios
que son la fe y la esperanza
rociados de caridad
iremos por los caminos
henchidos de la confianza
de amor y felicidad.
y ya se me van moviendo
y se alejan del calor,
¿Que no ven que se hace tarde
para alabar al Creador?
y además, vamos cantando
y al que no cante le pase
lo que a Gestas sucedió
que por no abrir el hocico
ya nunca jamás habló.
San Dimas, le dijo a Gestas:
"Qué...chifladeras...son estas”
EMPIEZA LA SEGUNDA CAMINATA DE LOS PASTORES TODOS CANTAN Y BAILAN.
SOLEDAD Y PASTORES.-CANTANDO
Vámonos, vámonos, vámonos
a la cabaña pastores,
que ahí veremos nacer
al Niño Dios entre flores.
Fuímonos, fuímonos, fuímonos,
de males y tentaciones,
fuímonos, fuímonos, fuímonos,
huyendo de las pasiones.
Vámonos, vámonos, vámonos
Atravezando zarzales
vámonos, vámonos, vámonos
líbrenos Dios de los males.
Fuímonos, fuímonos, fuímonos
vamos que ya esta ahí Belem
vamos a ver al niñito,
a José y María también.
LOS PASTORES SE ACOMODAN NUEVAMENTE Y HACEN OTRA FOGATA.
LUPE.- Yo le pido don Tereso
un pequeño gran favor,
que se traiga algunos leños
para atizar el calor.
Más cuidado con trompiezos
y tentaciones de amor
pos entre amor y deseo
el segundo trai dolor .
TERESO.- Descuide, santa Lupita,
no soy hombre de calor
le aseguro a usted los leños
pos soy mucho pundonor .
TERESO SE APARTA DE LOS DEMÁS HACIA EL CENTRO DEL PATIO Y VA SIGUIENDO LA ACCIÓN DEL CORRIDO QUE CANTAN SOLEDAD Y JOSÉ MIENTRAS LOS DEMÁS SE DUERMEN.
CANTORES.-Voy a contarles señores
lo que a Tereso pasó
que en vez de un cargo de leña
el sueño se lo atacó
Quiso vencer la pereza
ya san Santiago rezó,
el santo no le hizo caso
y el sueño se lo quebró
Se iracundió con Santiago
y al santo niño rezó
más como este no ha nacido
ni de palabra lo oyó...
Tendió su cama de piedra
y su jorongo almohadió
tapose con colcha de aire
y al sueño se abandonó
Soñó con lindas princesas
pintadas de Metepec,
y otras güeras de Sayula
que le hacían cuecuerecue.
Esta es la historia señores
de hombre lleno de penuria
al que mandaron por leños
y lo fregó la lujuria.
TERESO QUEDA DORMIDO AL CENTRO DEL PATIO Y ENTRA LUCIFER DISFRAZADO DE LUJURIA. LO RODEA Y FINGE LA VOZ, DA PATADITAS PARA DESPERTARLO.
LUCIFER.- Ay pero que lindo prieto
aquí me vine a encontrar
deberá venir conmigo
para poder vacilar .
TERESO.- ABRE LOS OJOS Y SE DIRIGE AL PÚBLICO SIN VER A LUCIFER QUE ESTÁ A SUS ESPALDAS.
Qué lindo voz he joyido
cuál murmullo celestial
seguro que he soñado
que me vino a despertar
.una güera muy hermosa
de mi. amor su manantial.
LUCIFER.- No soñabas bello efebo
Principote del mezcal
Ven conmigo, luego luegbo
Para darte tu mais con cal
TERESO.- BRINCA DE SUSTO AL VER A LUCIFER
Qu’én eres linda criatura
Pitafio del firmamento
Qu’én eres tú mi hermosura,
que me atasco de contento.
LUCIFER.- Más contento vas a estar
cuando sepas del amor
y con todo mi calor (RUGE)
un beso te voy a dar.
TERESO.- ¿Un beso?
Yo no saber que es un beso.
LUCIFER.- Un ósculo, te diré.
TERESO.- Si es albur, mejor me voy.
LUCIFER.- Me muero por tus huesitos
Teresito, mi pasión
por todos tus pedacitos,
gordito del corazón.
Soy una mujer liviana
sólo busco tu placer
yo soy tu amiga, Tereso,
ya no me hagas padecer .
TERESO.- ¿Cómo puede usted decirme
que se muere de pasión
si apenas hace un momento
yo estaba de dormilón?
LUCIFER.- Solo con verte, muñeco,
muñeco de sololoy
comencé a sufrir de amores
por tus carnitas de olor.
TERESO.- No se me acerque tantote
que algo me huele muy mal
no me apriete del cogote
cual si fuera vil tamal.
LUCIFER.- ¿No que tanto me querías
estuche de mal olor?
TERESO.- Ay, no güerita del cielo
no desprecies este amor.
ENTRAN SOLEDAD Y JOSÉ BUSCANDO A TERESO. LUCIFER SE ESCONDE ARRASTRANDO A TERESO MIENTRAS PASAN. CUANDO HAN DESAPARECIDO, LUCIFER JALA A TERESO NUEVAMENTE A ESCENA.
LUCIFER.- Ven acá, mi Teresito,
pa' que te enseñe a querer
pa' que te cante solito
mi arpa al amanecer.
Ven conmigo a mi cabaña
no está muy lejos de aquí,
y mi cama, que te extraña,
y una manta para tí.
TERESO ESTÁ A PUNTO DE SEGUIR A LUCIFER, CUANDO APARECE GABRIEL EN
LO ALTO DE LA TORRE.
GABRIEL.- Detente, pastor, detente,
no caigas en tentación
sigue buscando tus leños
sin ir a la perdición.
¿ No te das cuenta Tereso
que esta malvada mujer
disfrazada de lujuria
no es otra que Lucifer?
Que no te atrape su encanto .
no dejes tu castidad
lo puedes pagar con llanto
perdiendo la eternidad.
LUCIFER.- ¡Quién es esa señorita
que llamas eternidad!
¡Y tampoco sé de la otra
su hermana, la castidad!
GABRIEL.- Calla tu trompa pelada
y regrésate al abismo
no eres más que el diablo mismo
de lujuria disfrazada
LUCIFER.- Tu que sabes de lujuria
ricitos de colación
nomás baja si eres hombre
para darte tu quemón.
GABRIEL.- No me junto con mentira
y desoigo tu maldad;
vete mucho a los infiernos
o alguna otra vecindad.
LUCIFER.- FURIOSO
Por un ratito me voy
y ahí solito te dejo
no agarraste a tu tarugo
ni tampoco a tu ...
GABRIEL LO CALLA CON UN GRITO. SALE CORRIENDO LUCIFER Y A UN ADEMÁN DE GABRIEL ENTRAN TODOS LOS PASTORES QUE SIGUEN BUSCANDO A TERESO. SOLEDAD LO JALA DE LAS OREJAS HASTA DONDE ESTÁ LUPE.
LUPE.- ¿Qué te ha pasado, Tereso
te perdites en el llano?
TERESO.- Yo no sabo mi Lupita
soy de gran debilidad
el señor llamado sueño
trompezó mi voluntad.
Cuado estaba resollando
en cosas del corazón
se apareció una princesa
provocando comezón.
y estando en el regocijo
de ilusiones pasajeras ,
llegó el santo san grabiel
y que me tumba a mi guera
LUPE.- Bendito sea san Gabriel
que te libró de estos males
y que el niño de Belem
nos ampare a los mortales.
y ustedes mis pastorcitos
desdamorriñen el sueño
y vamos hacia Belem
en busca de nuestro sueño,
que las estrellas nos guíen
por las veredas de té
y no pierdamos la senda
que nos conduzca hacia él.
SE LEVANTAN LOS PASTORES CARGAN SUS COSAS Y EMPIEZAN NUEVAMENTE LA PEREGRINACIÓN HACIA BELEM.
SOLEDAD.- CANTANDO
Más arriba de los cielos
el padre tiene un tiestón
porque nos regala un niño
hijo de su corazón
EL CORO REPITE
SOLEDAD.- El niño que nace es pobre
y pobres sus padres son,
pobrecito es el pesebre
y rico su corazón.
CORO REPITE
SOLEDAD.- Humilde es también el niño
y humilde su condición
humildes los peregrinos
más llenos de bendición.
EL CORO REPITE.
SOLEDAD.- El que quiera ser de amores
tendrá que venir de amor
y amar a todos los seres
con perdón y comprensión.
CORO REPITE
SOLEDAD.- La Virgen quiere un pozole
por el frío y el vendaval
el niño prefiere atole
y el casto José un tamal.
ENTRAN LOS DIABLOS LUCIFER VESTIDO DE RIQUEZA Y LOS OTROS DE SUS CRIADAS. Y CON LA MISMA TONADA CANTAN.
DIABLOS.- Yo tengo todo en el mundo
belleza y oro también
se me llama la riqueza
placer y poder también.
larala, laralarala,
larala, laralarala,
larala, laralarala
larala, laralaraaaaaaa
LUPE.- ¡ Ay, miren nomás que cosas
nos manda nuestro señor!
¿Será reina de las rosas
o primavera de amor?
LUCIFER.- Gracias, gracias, mamacita, gracias. Huuuummm
LUPE.- ¡Qué bucles, qué telas lindas
qué joyas, qué brocadotes!
y cual si esto fuera poco
¡ Miren nomás los ojotes!
LUCIFER.- Gracias, gracias, mamacita, gracias, huuummm
LUPE.- Dime quién eres, señora,
¿serás acaso del cielo?
Porque eres una lindura
desde los pieces al cielo.
LUCIFER.- Dulcísima viejecita
mi nombre lo mientan todos,
Pedro todos me lo envían,
¡Soy la riqueza!
LUPE.- ¿La riqueza?
LUCIFER.- ¡Si chulita, la riqueza!
La que se lo puede todo
Y a la que hacen los mandados
toditos los agachados.
LUPE.- ¿ y como hicites, chulada
para atascarte de todos
los oropeles del mundo
sin apenar a las gentes
y sin mañas indecentes?!
LUCIFER.- Ancianita, aunque no te cuadre...
LUPE.- INTERRUMPIÉNDOLA
¿Ancianita?...Tu madre.
LUCIFER.- RECOMPONIÉNDOSE
Ven acá, chulita buena
que te lo voy a decir,
para que en vez de pobreza
tu te arrepletes el buche
con toditas las riquezas
Acércate, ten confianza
comoda tus sentaderas,
por tus oídos harto busos
pa' secretos de a deveras,
Mira; por en tu mente la idea
que vas a vencer a todos
ya lograr con tu riqueza
el poder hasta los codos.
No quieras la humanida:
úsala en tu beneficio
chupa de todos lo más
y que te saquen lo menos.
No te importen las penurias
ni las miserias ajenas;
no te importe que se mueran
las gentes en tu servicio;
será un muertito más
y en ti una carguita menos.
No te desprendas de nada
y mándate a los gorrones
a pedirle a la triznada...
LUPE.- ¡Ay Jesús, que deslenguada!
MOLAS.- Con tus poderes verás
a todos los lambiscones
SATANÁS.- Lambiéndote los faldones
por el oro que no das.
LUCIFER.- Eso sí, debo decirte
que con sedas y almidones
ve a fingir tus devociones
pa' que todo el mundo admire
en ti, no sólo riqueza,
sino también la pureza
de tus rectas, ji, ji, ji, intenciones.
MOLAS.- Con oro se compra todo
lo que tu gana te pida
SATANÁS.- desde palacios dorados
hasta rica orfebrería.
LUCIFER.- Con oro compras honor
y cajas de terciopelo
y medallas de señor
aunque les tomes el pelo.
LUPE.- y dime, bella engañosa
¿con qué compras el amor
de un niño por una rosa?
LUCIFER.- Pos ...no sé
LUPE.- ¿Con qué compras la amistad
de los cariños sinceros
de amigos tan verdaderos
a pesar de tus defeitos?
DIABLOS.- Pos no sé.
LUPE.- ¿Con qué compras el amor
del aire que te acaricia
y del sol que te calienta,
y de los mares la brisa?
DIABLOS.- Pos... no sé.
LUPE.- ¿Con qué compras el querer
a toditos tus hermanos?
¿Con qué compras comprender
sin ni siquera entender?
¿Con qué compras, infeliz,
amor a la humanidad
que Dios nos regala a todos
inundados de verdad?
DIABLOS.- Pos ...no sé.
LUPE.- Prefiero seguir hambrienta
miserable, despojada,
taciturna y macilenta
que vivir esclavizada
enojada y opulenta.
prefiero morir descalza
de los oros de este mundo
que vivir acongojada
por cosas que ni alma tienen
y que a los hombres confundes
en sus caminos de amor.
LOS DIABLOS SE LANZAN CONTRA LUPE, ENTRA GABRIEL LENTO DESMONTA DE SU CABALLO. TERESO Y SOLEDAD ENCABEZAN A LOS PASTORES PARA COMBATIR A LOS DIABLOS.
GABRIEL.- ¡Ya viste, Satán, ya viste,
como tu engaño tan fiero
no tiene el amplio poder
que creíbas tenía el dinero!
¡Ya viste que tus falacias
perdieron con la más pobre
sin más armas que la fe,
y la gracia del Señor .
LUCIFER.- Si tú crees que me has vencido
nomás cálmate un ratito:
a esta vieja yo la friego,
esperándote un poquito.
GABRIEL.- ¡ Déjate de friegadazos, "
Lucifer de los infiernos!
¡Rafáil, quítale el disfraz
y aviéntalo a los avernos!
EL ARCÁNGEL RAFAEL Y LOS OTROS LE QUITAN EL DISFRAZ MIENTRAS QUE
LOS OTROS DIABLOS HUYEN.
LUCIFER.- ¡Maldito sias y maldito
güerito de papalote!
¡Están todos contra mí
y yo todito solote!
GABRIEL.- No creas que te tengo miedo,
falás y traidor menguado,
con un puritito dedo,
te juego y te vas de lado.
LO AGARRA DEL COGOTE, LO TIRA A SUS PIES.
LUCIFER.- Déjame el cogote sano
aunque sea pa resollar.
GABRIEL.- Nomás el aire te dejo
por no faltarle a las leyes.
Pero al infierno te vas
a sentarte en los magueyes
LUCIFER SE ARRASTRA MIENTRAS QUE GABRIEL LO PISA.
LUCIFER.- ¡Vencites, Grabiel, vencites,
guarda tu vidriante espada!
jOra si ya me...torcites...
vete mucho a la
PASTORES.-INTERRUMPIENDO
Jesús, Jesús, Jesús,
que friegen al diablo
y que venga Jesús,
Diablo en ti,
Dios en mí"
la sangre de Cristo
me libre de ti.
MIENTRAS LUCIFER SE ESCURRE ENTRE LOS PIES DE LOS PASTORES HACIA EL INFIERNO.
GABRIEL.- Pastores del mundo entero
creyentes o confundidos,
agárrense de las manos
y también del corazón;
pues todos somos hermanos
y de una familia sola
que a todos así arrebaña
un sólo y muy buen pastor
cuya arma es muy poderosa
y esa arma se llama amor.
No teman ya tentaciones
no teman ya más dolor
y sigan la santa estrella
con fe esperanza y amor.
Mirad como desde oriente
vienen tres reyes hermosos,
para ofrecer al Señor,
los tesoros más preciosos.
APARECEN LOS REYES EN LO MÁS ALTO DEL PATIO. LUZ EN TODAS LAS AZOTEAS CON PASTORES EN TODOS LOS NIVELES.
Sigan, reyes a su fe,
ya la estrella luminosa
y ella los llevará airosa
a los portales de amor.
SE DIRIGE A TODOS.
Ya los cielos me anunciaron
que el niño nacido ha;
alegren sus corazones
y entonando sus canciones
cantemos felicidad.
SOLEDAD.- CANTANDO
Rómpanse los cielos
ábrase la gloria
gloria a todo el mundo
la feliz victoria.
EN ESE MOMENTO SE DESCUBRE EL NACIMIENTO Y TODO SE VUELVE LUMINOSO.
GABRIEL.- Niño hermoso, niño Dios,
de los mortales consuelo,
aquí tienes a tu grey
que venciendo tentaciones
te brindan sus oraciones
y reconocen tu ley.
Ellos vienen fatigados
de las veredas del mundo
y en busca de tu presencia,
te regalan su conciencia
y también su corazón;
te ofrecen sus pertenencias
como símbolo de amor;
recíbelos niño hermoso
como ejemplo de fervor .
LOS PASTORES RODEAN EL NACIMIENTO Y SE ADELANTAN SEGÚN SON NOMBRADOS.
LUPE.- El nombre de esta es Inés
es muy pobre y despreciada,
y como no trujo nada,
dice que lo trae después.
GABRIEL.- Eduviges te trae agua
perfumada de rocio,
pa' limpiar sus lagañitas
en estas noches de frío.
LUPE.- Las flores que trae Dolores
se llaman los pensamientos
dice que mejor los cambies
por mejores sentimientos.
GABRIEL.- Higinio te trae el pulque
de la hacienda de la Teja,
pa' que tarantes el frío,
y la noche sea pareja.
LUPE.- Roberta trae pajaritas
de las mentadas cantores,
pa' que despierten al niño
en las siguientes auroras,
chiflando las mañanitas.
GABRIEL.- Lo que trae Espiridión
es la leche de su burra
T a' re blanca y va bendita,
por el santo señor cura.
LUPE.- Este pobre tan mugroso
que se apoda Filemón
te trae sus carboncitos
pa' que atices el fogón.
GABRIEL.- Estas gallinas que trae
Carmelita, la pastores,
son para hacerle un molito
al niño, pero no ahora,
cuando esté más crecidito.
LUPE.- Esta es Rosa, la frutera,
te trae tunas de la Laja;
pero dale muy poquitas
porque son tunas de tapa.
GABRIEL.- Aquí está el viejo Tereso
que te pide un gran favor,
que sus sueños sean mejores
y los mudes de color .
TERESO.- Con permiso del Señor
Yo a la seño felicito
y de a deverás les digo:
cuiden bien al chamaquito.
LUPE.- Este niño trae borregos,
no creas que pa' barbacoa,
quiere decirte sin voz
y con poco entendimiento
que es el símbolo de todos
los rebaños del creador,
que te ofrecemos vivir
todos juntos y hermanados
hasta el momento, Señor,
en que nos llame el amor
a vivir glorificados.
GABRIEL.- Soledad te trae su voz
para cantarte un arrullo
y cuando estés dormidito
sólo cantará en murmullo.
SOLEDAD CANTA EL ARRULLO. GABRIEL DESPUÉS TODA EL CENTRO DEL PATIO.
GABRIEL.- y ahora que nació el niño
que nos redime en la paz;
cantemos todos conjuntos
el gloria in excelsis deo
que en cristiano, decir creo:
"Gloria a Dios en las alturas
y paz en la tierra a los hombres
de buena voluntad"
LUPE.- Paz, paz en la tierra
a los hombres de buena voluntad.
CAMPANAS YCUETES AL AIRE, SE SUELTAN LAS CANAS DE LUCES Y LOS PERSONAJES SE COLOCAN PARA DAR LAS GRACIAS. DESPUÉS SALEN LOS
DIABLOS Y LUCIFER SE ADELANTA.
LUCIFER.- Aunque soy diablo, demonio,
yo también se dar las gracias
y me permito invitar
a toditos los presentes
a llenarse de tamales
y atascarse de aguardientes.
GABRIEL.- Un momento Lucifer
no me quieras engañas
a todos los asistentes:
antes yo quiero decir,
que antes de tragar tamales
y llenarse de aguardientes,
iremos en procesión
por el pueblo engalanado,
creyentes, o no creyentes,
ya que todos somos hijos
de un Dios mismo que nos vela,
y hermanos enamorados
de la paz y del amor
GABRIEL Y LUCIFER SE ESTRECHAN LAS MANOS Y GABRIEL ENCABEZA LA PROCESIÓN MONTADO A CABALLO.

EL CONVIDADO. LOPE DE RUEDA.



EL CONVIDADO
Paso muy gracioso, en el cual se introducen las personas siguientes, compuesto por Lope
de Rueda
CAMINANTE.
LICENCIADO JÁQUIMA.
BACHILLER BRAZUELOS.
CAMINANTEUno de los grandísimos trabajos que el hombre puede recebir en esta miserable vida es el caminar; y el superlativo, faltalle los dineros. Dígolo esto porque se me ha ofrescido un cierto
negocio en esta ciudad, y en el camino, por las muchas aguas, me han faltado los reales. No
tengo otro remedio sino éste: que soy informado que vive en este pueblo un licenciado de mi
tierra, ver, con una carta que le traigo, si puedo ser favorescido. Ésta debe de ser la posada;
llamar quiero. ¿Quién est'acá?
BACHILLER
¿Quién llama? ¿Quién est'ahí?
CAMINANTES
i está, salga vuesa merced acá fuera.
BACHILLER
¿Qué's lo que manda?
CAMINANTE
¿Sabráme dar vuesa merced razón de un señor licenciado?
BACHILLER
No, señor.
CAMINANTE
Pues déjeme decir: él es hombre bajo, cargado de espaldas, barbinegro, natural de Burbáguena.
BACHILLER
No le conozco. Diga cómo se llama.
CAMINANTE
Señor, allá se llamaba el Licenciado Cabestro.
BACHILLER
Señor, en mi posada está uno que se hace nombrar el Licenciado Jáquima.
CAMINANTE
Señor, ése debe de ser, porque de cabestro a Jáquima harto parentesco me paresce que hay.
Llámele.
BACHILLER
Soy contento. ¡Ah, señor Licenciasno Jáquima!
LICENCIADO
¿Llama vuesa merced, señor Bachiller Brazuelos?
BACHILLER
Sí, señor; salga vuesa merced acá fuera.LICENCIADO
Suplícole, señor, que me tenga por excusado, que ando metido en la fragancia del estudio y estoy
en aquello que dice: sicut adversus tempore, et quia bonus tempus est non ponitur illo.
BACHILLER
Salga, señor, qu'está aquí un señor de su tierra.
LICENCIADO
¡Oh, válame Dios! Señor Bachiller, ¿ha visto vuesa merced mi bonete?
BACHILLER
Ahí quedó, super Plinio.
LICENCIADO
Señor Bachiller, y mis plantufos de chamelote sin aguas, ¿halos visto?
BACHILLER
Perequillo los llevó a echar unas suelas y capilladas, porque estaban mal tratadillos.
LICENCIADO
Señor Bachiller, mi manteo, ¿hale visto?
BACHILLER
Ahí le teníamos encima de la cama esta noche, en lugar de manta.
LICENCIADO
Ya lo he hallado. ¿Qué's lo que manda vuesa merced?
BACHILLER
¿Agora sale con todo eso a cabo de dos horas que l'estoy llamando? Aqueste señor le busca, que
dice qu'es de su tierra.
LICENCIADO
¿De mi tierra? Sí será, pues él lo dice.
CAMINANTE
¿No me conosce vuesa merced, señor Licenciado?
LICENCIADO
No le conozco en verdad, si no es para serville.
CAMINANTE
¿No conosce vuesa merced a un Juanitico Gómez, hijo de Pero Gómez, que íbamos juntos a la
escuela y hecimos aquella farsa de los Gigantillos?LICENCIADO
Ansí, ansí... ¿es vuesa merced hijo de un tripero?
CAMINANTE
Que no, señor. ¿No se le acuerda a vuesa merced que mi madre y la suya vendían rábanos y coles
allá en el arrabal de Sanctiago?
LICENCIADO
¿Rábanos y coles? Rasos y colchones quiso decir vuesa merced.
CAMINANTE
Sea lo que mandare. Mas, ¿a fe que no me conosce?
LICENCIADO
Ya, ya caigo en la cuenta. ¿No es vuesa merced el mochacho que hizo la moceta, aquel
bellaquillo, aquel de las calcillas coloradas?
CAMINANTE
Sí, señor, yo soy ése.
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómez! Señor Bachiller, una silla. Perequillo, rapaz, una silla.
CAMINANTE
Que no's de menester, señor.
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómez, abráceme! ¿Y diole alguna cosa que me trujese mi madre?
CAMINANTE
Sí, señor.
LICENCIADO
Tórneme a abrazar, señor Joan Gómez. ¿Qué's lo que le dio? ¿Es cosa de importancia?
CAMINANTE
¡Y pues no!
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómez! Él sea muy bien venido. Amuestre lo qu'es.
CAMINANTE
Es, señor, una carta que me rogó que le trujese.
LICENCIADO
¿Carta, señor? ¿Y diole algunos dineros la señora mi madre?
CAMINANTE
No, señor.
LICENCIADO
Pues, ¿para qué quería yo carta sin dineros? Agora, señor Joan Gómez, hágame tan señalada
merced de venirse a comer con nosotros.
CAMINANTE
Señor, beso las manos de vuesa mercé; en la posada lo dejo aparejado.
LICENCIADO
Hágame este placer.
CAMINANTE
Señor, por no ser importuno, yo haré su mandamiento y, de camino, me traeré la carta, que dejé
encomendada al mesonero.
LICENCIADO
Pues vaya.
CAMINANTE
Beso sus manos.
LICENCIADO
¿Qué le paresce, señor Bachiller Brazuelos, d'este nuestro convidado?
BACHILLER
Muy bien, señor.
LICENCIADO
A mí, no señor, sino muy mal.
BACHILLER
¿Por qué, señor?
LICENCIADO
Porque yo, para convidalle, ni tengo blanca, ni bocado de pan, ni cosa, ofrézcola a Dios, que de
comer sea. Y, por tanto, querría suplicar a vuesa merced que vuesa merced me hiciese merced de
me hacer merced, pues estas mercedes se juntan con esotras mercedes que vuesa merced suele
hacer, me hiciese merced de prestarme dos reales.
BACHILLER
¿Dos reales, señor Licenciado? ¿Saca burla del tiempo? Sabe vuesa merced que traigo este
andrajo en la cabeza por estar mi bonete empeñado por seis dineros de vino en la taberna, y
¿pídeme dos reales?
LICENCIADO
¿Pues no me haría vuesa merced una merced de pensar una burla en que se fuese este convidado
con todos los diablos?
BACHILLER
¿Burla dice? Déjeme a mí el cargo, que yo le haré una que vaya diciendo que vuesa merced es
muy honrado y muy cabido con todos.
LICENCIADO
Así..., ¿de qué manera lo hará vuesa merced?
BACHILLER
Mire vuesa merced: él ha de venir agora a comer; vuesa merced se meterá debajo d'esta manta.
Y, en venir, luego preguntará: “¿Qué's del señor Licenciado?” Yo le diré: “El señor Arzobispo le
ha enviado a publicar ciertas buldas, que fue negocio de presto, que no se pudo hacer otra cosa.”
LICENCIADO
¡Oh, cómo dice bien vuesa merced! Pues, mire, que pienso qu'es el que llama.
CAMINANTE
¡Ah de casa!
BACHILLER
¡Sí, él es, métase de presto!
LICENCIADO
Mire que me cobije bien, que no me vea.
CAMINANTE
¡Ah de casa!
BACHILLER
¿Quién est'ahí? ¿Quién llama?
CAMINANTE
¿Está en casa el señor Licenciado?
BACHILLER
¿A quién busca?
CAMINANTE
Al señor Licenciado Jáquima.
BACHILLER
¿A comer pienso que verná vuesa merced?
CAMINANTE
No vengo, por cierto, señor.
BACHILLER
¡Picadillo debe de traer el molino!
CAMINANTE
No traigo, en verdad.
BACHILLER
No lo niegue vuesa merced, que para decir que viene a comer ¿es de menester tantas retólicas?
CAMINANTE
Verdad es que venía a comer, qu'el señor Licenciado me había convidado.
BACHILLER
Pues certifícole que tiene vuesa merced muy mal recado d'esta vez, porque en casa no hay blanca
ni bocado de pan para convidalle.
CAMINANTE
Pues no creo yo qu'el señor Licenciado sacara burla de mí.
BACHILLER
¿Que no me cree vuesa merced? Pues sepa que, de puro corrido, está puesto debajo aquella
manta.
CAMINANTE
No lo creo, si con mis ojos no lo viese.
BACHILLER
¿Que no? Pues mire vuesa merced cuán contrito está arrodillado.
CAMINANTE
¡Jesús, Jesús! Señor Licenciado, ¿para mí era de menester tantos negocios?
LICENCIADO
Juro a diez que ha sido muy bellaquísimamente hecho.
BACHILLER
No ha estado sino muy bien.
LICENCIADO
No ha estado sino de muy grandísimos bellacos, que si yo me escondí, vos me lo
mandastes.BACHILLER
No's escondiérades vos.
LICENCIADO
No me lo mandárades vos. Y... agradesceldo al señor de mi tierra, don bachillerejo de no nada.
BACHILLER
¿De no nada? Aguardá.
CAMINANTE
¡Id con todos los diablos! ¡Allá os averiguad vosotros mesmos!
FIN DEL PASO

CORNUDO Y CONTENTO. LOPE DE RUEDA



CORNUDO Y CONTENTO
Paso muy gracioso, en el cual se introducen las personas siguientes, compuesto por Lope
de Rueda
LUCIO, doctor médico.
JERÓNIMO, estudiante.
MARTÍN DE VILLALBA, simple.
BÁRBARA, su mujer.
LUCIO
¡Oh, miserabelis doctor, quanta pena paciuntur propter miseriam! ¿Qué fortuna es ésta, que no
haya receptado en todo el día de hoy recepta ninguna? Pues, ¡mirad quién asoma para mitigar mi
pena! Éste es un animal que le ha hecho encreyente su mujer qu'está enferma, y ella hácelo por
darse el buen tiempo con un estudiante. Y él es tan importuno que no lo hace con dos ni tres
vesitas al día. Pero venga, qu'en tanto que los pollos en el corral le turaren, nunca su mujer estará
sin fiebre.
-Sea bien allegado el bueno de Alonso de...
MARTÍN
No, no, señor Licenciado; Martín de Villalba me llamo para toda su honra.
LUCIO
Salus adque vita in qua Nestoreos superetis dias. ¿Para qué era nada d'esto, hermano Martín de
Villalba?
MARTÍN
Señor, perdone vuesa merced, que aún están todavía pequeñuelos; pero sane mi mujer, que yo le
prometo un ganso que tengo a engordar.
LUCIO
Déos Dios salud.
MARTÍN
No, no; primero a mi mujer, plegue a Dios, señor.
LUCIO
Mochacho, toma esos pollos, ciérrame esa gelosía.MARTÍN
No, no, señor, que no son pollos de gelosía; vuesa merced puede estar descuidado. ¿Sabe cómo
los ha de comer?
LUCIO
No, por cierto.
MARTÍN
Mire: primeramente les ha de quitar la vida, y plumallos, y echar la pluma y los hígados, si los
tuviere dañados.
LUCIO
¿Y después?
MARTÍN
Después, ponellos a cocer y comer si tuviere gana.
LUCIO
Bien me paresce todo eso. Pues, ¿cómo se ha sentido esta noche vuestra mujer?
MARTÍN
Señor, algún tanto ha reposado, que, como ha dormido en casa aquel su primo el estudiante, que
tiene la mejor mano de ensalmador del mundo todo, no ha dicho en toda esta noche “aquí me
duele”.
LUCIO
Yo lo creo.
MARTÍN
¡Guárdenos Dios del diablo!
LUCIO
¿Y queda en casa?
MARTÍN
Pues si aqueso no huese, ya sería muerta.
LUCIO
¿Tomó bien la purga?
MARTÍN
¡Ah, mi madre! Ni aun la quiso oler. Pero buen remedio nos dimos porque le hiciese impresión la
melecina.
LUCIO
¿Cómo así?MARTÍN
Señor, aquel primo suyo, como es muy letrudo, sabe lo qu'el diablo deja de saber.
LUCIO
¿De qué manera?
MARTÍN
Díjome: “Mirad, Martín de Villalba: vuestra mujer está de mala gana y es imposible qu'ella beba
nada d'esto. Vos decís que queréis bien a vuestra mujer.” Dije yo: “¡Ah, mi madre! No estéis en
eso, que juro a mí que la quiero como las coles al tocino.” Dijo él entuences: “Pues tanto monta;
bien os acordáis que, cuando os casaron con ella, dijo el crego ser unidos en una misma carne.”
Dije yo: “Así es verdad.” Dijo él: “Pues siendo verdad lo qu'el crego dijo, y siendo todo una
misma carne, tomando vos esa purga, tanto provecho le hará a vuestra mujer como si ella la
tornase.”
LUCIO
¿Qué hecistes?
MARTÍN
¡Pardiez! Apenas hubo acabado la zaguera palabra, cuando ya estaba el escudilla más limpia y
enjuta que la podía dejar el gato de Mari Jiménez, que creo que no hay cosa más desbocada en
toda esta tierra.
LUCIO
¡Bien le aprovecharía!
MARTÍN
¡Guárdenos Dios! Yo fui el que no pude más pegar los ojos, que ella a las once del día se
despertó. Y como a mí me había quedado aquella madrugada tan enjuto el estrómago con aquello
de la escudilla, hízole tanto provecho a ella que se levantó con una hambre que se comiera un
novillo, si se lo pusieran delante.
LUCIO
¿En fin...?
MARTÍN
En fin, señor, que como no me podía menear del dolor qu'en estos ijares sentía, díjome su primo:
“Andad mal punto, que sois hombre sin corazón; de una negra purguilla estáis que no parescéis
son búho serenado.” Entuences el señor, diciendo y haciendo, apañó una gallina por aquel
pescuezo, que paresce que agora lo veo, y en un santiamén fue asada y cocida y traspillada entre
los dos.
LUCIO
Hiciérame yo al tercio, como quien juega a la primera de Alemaña.MARTÍN
¡Ah, mi madre! Bien lo quisiera yo, sino que me hicieron encreyente que le haría daño a mi
mujer lo que yo comiere.
LUCIO
Hecistes muy bien. ¡Mirad quién ha de vivir seguro de aquí adelante! Según me paresce, a vos
basta que curemos.
MARTÍN
Sí, señor, pero no me mande más de aquello de la'scudilla. Si no, no será mucho, a muchas
escudilladas, ahorrar de tripas y quedarse el cuerpo como cangilón agujereado.
LUCIO
Agora, pues yo tengo ciertas vesitas, id en buen hora, y acudíos por acá mañana, que con un buen
regimiento que yo's ordenare, basta para que se acabe de curar.
MARTÍN
Dios lo haga, señor.
(Éntrase el DOCTOR y queda MARTÍN DE VILLALBA. Y sale BÁRBARA, su mujer, y el
ESTUDIANTE)
ESTUDIANTE
¡Por el cuerpo de todo el mundo! Señora Bárbara, veis aquí a vuestro marido que viene de hacia
casa el doctor Lucio, y creo que nos ha visto. ¿Qué remedio...?
BÁRBARA
No tengáis pena, señor Jerónimo, que yo le enalbardaré como suelo. Hacerle he en creyente que
vamos a cumplir ciertos votos que convienen para mi salud.
ESTUDIANTE
¿Y... creerlo ha?
BÁRBARA
¿Cómo si lo creerá? Mal lo conoscéis. Si yo le digo qu'en lo más fuerte del invierno se vaya a
bañar en la más helada acequia, diciendo qu'es cosa que importa mucho a mi salud, aunque sepa
ahogarse, se arrojará con vestidos y todo. Háblele.
ESTUDIANTE
Bien venga el señor Martín de Villalba, marido de la señora mi prima y el mayor amigo que
tengo.
MARTÍN
¡Oh, señor primo de mi mujer! Norabuena vea yo aquesa cara de Pascua de hornazos. ¿Dónde
bueno? ¡Oh! ¿Quién es la revestida como la borrica de llevar novias?ESTUDIANTE
Déjala; no la toques. Una moza es que nos lava la ropa allá en el pupilaje.
MARTÍN
Mas, ¿a fe?
ESTUDIANTE
Sí, en mi ánima; ¿habíate de decir yo a ti uno por otro?
MARTÍN
Bien lo creo, no te enojes. ¿Y adónde la llevas?
ESTUDIANTE
A casa de unas beatas que le han de dar una oración para el mal de la jaqueca.
MARTÍN
¿Búrlasme, di?
ESTUDIANTE
No, por vida tuya y de cuanto luce delante mis ojos.
MARTÍN
Ve'n buen hora. ¿Has menester algo?
ESTUDIANTE
Dios te dé salud, no agora.
MARTÍN
Como tú deseas.
BÁRBARA
¡Oh, grande alimaña, que aun no me conosció! Aguija, traspongamos.
MARTÍN
¡Hola, hola, primo de mi mujer!
ESTUDIANTE
¿Qué quieres?
MARTÍN
¡Aguarda, cuerpo del diabro! Que o yo m'engaño..., o es aquella saya la de mi mujer. Si ella es,
¿dónde me la llevas?
BÁRBARA
¡Ah, don traidor! ¡Mirad qué memoria tiene de mí, que topa su mujer en la calle y no la conosce!MARTÍN
Calla, no llores, que me quiebras el corazón; que yo te conosceré, mujer, aunque no quieras, de
aquí adelante. Pero dime: ¿dónde vas?, ¿volverás tan presto?
BÁRBARA
Sí, volveré, que no voy sino a tener unas novenas a una santa con quien yo tengo grandísima
devoción.
MARTÍN
¿Novenas? ¿Y qué son novenas, mujer?
BÁRBARA
¿No lo entendéis? Novenas s'entiende que tengo d'estar yo allá encerrada nueve días.
MARTÍN
¿Sin venir a casa, álima mía?
BÁRBARA
Pues..., sin venir a casa.
MARTÍN
Sobresaltado me habías, primo de mi mujer. ¡Burlonazo, maldita la sangre que me habías dejado
engotada!
BÁRBARA
Pues conviene una cosa.
MARTÍN
¿Y qué, mujer de mi corazón?
BÁRBARA
Que ayunéis vos todos estos días que yo allá estuviere, a pan y agua, porque más aproveche la
devoción.
MARTÍN
Si no es más que aqueso, soy muy contento. Ve'n buen hora.
BÁRBARA
Adiós; mirad por esa casa.
MARTÍN
Señora mujer, no te cumple hablar más como enferma, qu'el doctor me ha dicho que a mí me ha
de curar, que tú, ¡bendito Dios!, ya vas mejorando.
ESTUDIANTE
Quedad en buen hora, hermano Martín de Villalba.MARTÍN
Ve con Dios. Mira, primo de mi mujer, no dejes de aconsejarle que, si se halla bien con las
novenas, que las haga decenas, aunque yo sepa ayunar un día más por su salud.
ESTUDIANTE
Yo lo trabajaré. Queda con Dios.
MARTÍN
Y vaya con Él.
FIN DEL PASO

LA CARÁTULA DE DIEGO SÁNCHEZ, LOPE DE RUEDA.




LA CARÁTULA
Paso  muy gracioso, en el cual se introducen tres personas, compuesto por Lope de
Rueda
ALAMEDA, simple.
SALCEDO, su amo.
ALAMEDA
¿Acá está vuesa merced, señor mosamo?
SALCEDO
Aquí estoy, ¿tú no lo ves?
ALAMEDA
Pardiez, señor, a no toparos, que no le pudiera encontrar, aunque echara más vueltas que un
podenco cuando se viene a acostar.
SALCEDO
Por cierto, Alameda, qu'es negocio ése que se te puede creer fácilmente.ALAMEDA
A no creerme, dijera que no estábades en vuestro juicio, pues a fe que vengo a tratar con vuesa
merced un negocio que me va mucho en mi conscencia, si acaso me tiene cilicio.
SALCEDO
Silencio querrás decir.
ALAMEDA
Sí, silencio será; pienso que...
SALCEDO
Pues di lo que quieres, qu'el lugar harto apartado es, si ha de haber silencio o cosa de secreto.
ALAMEDA
¿Hay quien nos pueda oír por aquí? Mírelo bien, porqu'es cosa de grande secreuto. Y en
topetando que le topeté, luego le conoscí qu'era vuesa merced como si me lo dijeran al oído.
SALCEDO.
Que te creo sin falta.
ALAMEDA
¿Pues no m'había de creer, siendo nieto de pastelero?
SALCEDO
¿Qué hay? Acabemos.
ALAMEDA
Hable quedo.
SALCEDO
¿Qué aguardas?
ALAMEDA
Más quedo.
SALCEDO
Di lo que has de decir.
ALAMEDA
¿Hay quien nos escuche?
SALCEDO
¿No te habemos dicho que no?
ALAMEDASabed que me he hallado una cosa con que podré ser hombre, de Dios en ayuso.
SALCEDO
¿Cosa de hallar, Alameda? Tu compañero quiero ser.
ALAMEDA
No, no; solo me lo hallé, solo me lo quiero gozar, si la fortuna no m'es adversa.
SALCEDO
Amuesa qué te has hallado; enséñanoslo.
ALAMEDA
¿Ha visto vuesa merced un cernícalo?
SALCEDO
Sí, muy bien.
ALAMEDA
Pues mayor es mi hallazgo, con más de veinte y cinco maravedís.
SALCEDO
¿Es posible? Amuestra a ver.
ALAMEDA
Ni sé si la venda, ni sé si la'mpeñe.
SALCEDO
Amuesa.
ALAMEDA
A paso, a paso; mírela tantico.
SALCEDO
¡Oh, desventurado de mí! ¿Qué, todo eso era tu hallazgo?
ALAMEDA
¡Cómo! ¿No's bueno? Pues sepa vuesa merced que viniendo del monte por leña, me la'ncontré
junto al vallado del corralejo, este diabro de hilosomía. ¿Y adónde nascen éstas, si sabe vuesa
mercé?
SALCEDO
Hermano Alameda, no sé qué te diga, sino que fuera mejor que se te cayeran las pestañas de los
ojos antes que te acontesciera una desdicha tan grande.
ALAMEDA
¿Desdicha es hallarse el hombre una pieza como ésta?SALCEDO
¡Y cómo si es desdicha! No quisiera estar en tu piel por todo el tesoro de Venecia. ¿Tú conosces
este pecador?
ALAMEDA
¿Pecador es éste?
SALCEDO
Parésceme a mí que lo quiero conoscer.
ALAMEDA
Yo también.
SALCEDO
Dime, Alameda, ¿no tienes noticia del santero que desollaron los ladrones la cara por roballo,
Diego Sánchez?
ALAMEDA
¿Diego Sánchez?
SALCEDO
Sí, Diego Sánchez; no me puedes negar que no sea éste.
ALAMEDA
¿Qu'ést'es Diego Sánchez? ¡Oh, desdichada de la madre que me parió! ¿Pues cómo no
m'encontró Dios con unas árguenas de pan, y no con una cara de un desollado? ¡Ce, Diego
Sánchez, Diego Sánchez! No, no pienso que responderá por más voces que le den. Y diga, señor,
¿qué se hicieron de los ladrones? ¿Halláronlos?
SALCEDO
No los han hallado. Pero sábete, hermano Alameda, que anda la Justicia muerta por saber quién
son los delincuentes.
ALAMEDA
¿Y por dicha, señor, soy yo agora el delincuente?
SALCEDO
Sí, hermano.
ALAMEDA
¿Pues qué me harán si me cogen?
SALCEDO
El menor mal que te harán, cuando muy misericordiosamente se hayan contigo, será ahorcarte.ALAMEDA
¿Ahorcarme? Y después echarme han a galeras..., y más yo que soy algo ahogadizo de la
garganta...; y an por averiguado tengo, señor, que si me ahorcasen, se me quitaría la gana del
comer...
SALCEDO
Lo que yo te doy por consejo, hermano Alameda, es que luego te vayas a la ermita de Sant Antón
y te hagas santero, así como lo era el otro cuitado. Y d'este arte, la Justicia no te hará mal
ninguno.
ALAMEDA
Y dígame, señor, ¿cuánto me costará una tablilla y campanilla como aquélla de aquel
desdichado?
SALCEDO
No es menester hacella de nuevo, que la del pasado santero anda vendiendo el pregonero de la
villa y se la podrás comprar. Mas de una cosa tengo miedo...
ALAMEDA
Yo, de más de docientas... ¿Y es la suya de qué?
SALCEDO
Que estando solo en la ermita te podría asombrar alguna noche el espíritu de aquel cuitadillo;
pero más vale que te asombre a ti que no que asombres tú a otros colgado del pescuezo, como
podenco en barbacana.
ALAMEDA
Y más yo, qu'en apretándome la nuez un poco, no puedo resollar.
SALCEDO
Pues, hermano, anda presto, porque, si te tardas, podría ser que topases la Justicia.
ALAMEDA
¿Y qué se ha de hacer de aquesta filomancía o qué es?
SALCEDOÉsta déjala estar, no te topen con ella.
ALAMEDA
Pues yo me voy. Ruegue a Dios que me haga buen santero. Ora, ¡sus!, quedad norabuena, señor
Diego Sánchez.
SALCEDO
Agora menester será, pues le he hecho encreyente a este animalazo qu'esta carátula es el rostro
de Diego Sánchez, de hacelle una burla sobr'ella. Y es que yo me quiero ir a apañar con una
sábana lo mejor y más artificiosamente que pueda y le saldré al encuentro, fingiendo que soy elespíritu de Diego Sánchez. Y veréis qué burla tan concertada será ésta. ¡Sus! Voylo a poner por
obra.
(Éntrase SALCEDO y sale ALAMEDA, simple, vestido como santero, con una lumbre en la
mano y una campanilla.)
ALAMEDA
¡Para la lámpara del aceite, señores! Trabajosísima cosa es el hombre santero, que nunca se
mantiene sino de mendrugos de pan, que no parezco sino gozque de conejero, que lo matan de
hambre porque cace mejor a sabor. Y más, que los gozques que solía tener por amigos, como me
ven con este traje, me han desconoscido, y como ven que de puerta en puerta ando pidiendo y les
recoxgo los mendrugos de pan qu'ellos solían tener por principal mantenimiento, así se vienen a
mí, las bocas abiertas, como el cuquillo a las mariposas.
Y lo peor de todo es que no se menea un mosquito en la ermita, cuando luego pienso qu'es el
álima del santero desollado; y no tengo otro remedio sino, en sintiendo algo, capuzarme la
cabeza debajo la ropa, que no parezco sino olla de arroz que la tapan porque no se le salga la
substancia d'ella. Dios me despene por quien Él es, amén.
SALCEDO
¡Alameda!
ALAMEDA
¡Ay, llamado me han! ¿Hay quien dé, por Dios, para la lámpara del aceite?
SALCEDO
¡Alameda!
ALAMEDA
Ya son dos alamedadas. ¿Alameda y en meitad del monte? No's por mi bien. ¡Dios sea conmigo!
SALCEDO
¡Alameda!
ALAMEDA
El Espíritu Sancto consolador sea conmigo y contigo, amén. Quizás será alguno que me quiera
dar limosna.
SALCEDO
¡Alameda!
ALAMEDA
Así, así, mucho “¡Alameda, Alameda!”, y después quebrarme han el ojo con una blanca.
SALCEDO
¡Alonso de Alameda!ALAMEDA
¿Alonso y todo? Ya me saben el nombre de pila. No es por bien esto. Quiero preguntar que quién
es, con dolor de mi corazón.¿ ¿Quién sois?
SALCEDO
¿No me conosces en la voz?
ALAMEDA
¿Yo en la voz? Ni aun querría... No's conozco, si no's viese la cara.
SALCEDO
¿Conosciste a Diego Sánchez?
ALAMEDA¡
Él es, él es! Mas..., podrá ser que no sea él, sino otro.¿ Señor, conoscí siete o ocho en esta vida.
SALCEDO
Pues, ¿cómo no conosces a mí?
ALAMEDA
¿Sois vos alguno d'ellos?
SALCEDO
Sí soy, porque antes que me desollasen la cara...
ALAMEDA
¡El desollado es, el desollado es! ¡Dios sea con mi álima!
SALCEDO
Porque me conozcas, me quiero mostrar a ti.
ALAMEDA
¿A mí? Yo's lo perdono. Mas, señor Diego Sánchez, aguarde que pase por el camino otro que lo
conozca mejor que yo.
SALCEDO
A ti soy enviado.
ALAMEDA
¿A mí, señor Diego Sánchez? Por amor de Dios, yo me doy por vencido, y me pesa de buen
corazón y de mala voluntad.
SALCEDO
¿Qué dices?ALAMEDA
Estoy turbado, señor.
SALCEDO
¿Conóscesme agora?
ALAMEDA
¡Ta, ta, ta..., sí, señor! ¡Ta, ta, ta..., ya le conozco!
SALCEDO
¿Quién soy yo?
ALAMEDA
Si no m'engaño, sois el santero que le desollaron la cara por roballe.
SALCEDO
Sí soy.
ALAMEDA
Pluguiera a Dios que nunca lo fuérades. ¿Y no tenéis cara?
SALCEDO
Denantes solía tener cara, aunque agora la tengo pegadiza por mis pecados.
ALAMEDA
¿Pues qué quiere agora, señor, su merced Diego Sánchez?
SALCEDO
¿Dónde están las notomías de los muertos?
ALAMEDA
¡A las sepulturas me envía! ¿Y comen allá, señor Diego Sánchez?
SALCEDO
Sí, ¿por qué lo dices?
ALAMEDA
¿Y qué comen?
SALCEDO
Lechugas cocidas y raíces de malvas.
ALAMEDA
¡Bellaco manjar es ése por cierto! ¡Qué de purgados debe de haber allá! ¿Y por qué me queréis
llevar con vos?SALCEDO
Porque sin mi licencia os posistes mis ropas.
ALAMEDA
Tómelas, tómelas y lléveselas, que no las quiero.
SALCEDO
Vos proprio habéis de venir y, si diéredes el descargo que convenga, dejar os han que volváis.
ALAMEDA
¿Y si no?
SALCEDO
Quedaros heis con las notomías en las cisternas viejas. Mas resta otra cosa.
ALAMEDA
¿Qué's, señor?
SALCEDO
Habéis de saber que aquellos que me desollaron me echaron en un arroyo...
ALAMEDA
¡Fresco estaría allí Su Magnificencia!
SALCEDO
... y es menester que al punto de la media noche vais al arroyo y saquéis mi cuerpo y le llevéis al
cimenterio de Sanct Gil, qu'está al cabo de la villa, y allí junto digáis a grandes voces: ¡Diego
Sánchez!
ALAMEDA
Y diga, señor, ¿tengo d'ir luego?
SALCEDO
Luego, luego.
ALAMEDA
Pues, señor Diego Sánchez, ¿no será mejor que vaya a casa por un borrico en que vaya caballero
su cuerpo?
SALCEDO
Sí, aguija presto.
ALAMEDA
Luego torno.
SALCEDOAndá, que aquí os aguardo.
ALAMEDA
Dígame, señor Diego Sánchez, ¿cuánto hay de aquí al día del juicio?
SALCEDO
Dios lo sabe.
ALAMEDA
¡Pues hasta que lo sepáis vos, podéis aguardar.¿
SALCEDO
Venid presto.
ALAMEDA
No comáis hasta que venga.
SALCEDO
¿Ansí? Aguarda, pues.
ALAMEDA
¡Válame Sancta María! ¡Dios sea conmigo, que me viene siguiendo!
FIN DEL PASO