29/8/21

Estocolmo, de Pablo Albarello.

Pablo Albarello

 




















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ESTOCOLMO






Pablo Albarello
4383-8621 / 15-5509-4909

Estocolmo


(Reg. Prop. Int. Expte. 517240)




Personajes: Walter - Julito - Tucán



Síntesis: Asalto a un banco con toma de rehenes, el ámbito impensado para el reencuentro de dos amigos de infancia. Uno el secuestrador, otro el secuestrado. Entre ejecuciones de rehenes, cocaína, negociaciones con el grupo GEO y disparatadas conferencias de prensa, la admiración de la víctima se trasmutará paulatinamente en la decisión dará un vuelco a su vida.
 

Estocolmo



Oscuridad. OFF NOTICIERO: Locutor 1: Hay muchísima tensión, hay incertidumbre, el paso del tiempo agrava la situación. Estamos esperando las confirmaciones que están llegando en cuanto a la cantidad de rehenes. ¿Dónde estás Marcelo?… / Locutor 2: Estamos a unos 40 metros de la entrada, personal policial que está llevando adelante la negociación, trata de convencer a los delincuentes para que depongan la actitud… Mucha gente, pueden ver, está siguiendo lo que ocurre desde las ventanas de edificios cercanos. Se han acordonado 150 metros a la redonda con efectivos de la guardia de seguridad de infantería… Se nos hace muy dificultoso (murmullo de alguien que interviene)  nos piden que nos corramos, es prácticamente imposible mostrar el frente del local, personal de las Comisarías 5ª, 9ª y el Grupo Especial están rodeando el Banco… / (Se escucha off de sirenas) Locutor 1: Recordemos Luis, que esto sucedió cerca de las 2 de la tarde: delincuentes fuertemente armados hacen su ingreso a esta sucursal, cuando por la hora de cierre había gran cantidad de público, se producen escenas de pánico, al ver la llegada policial los delincuentes toman rehenes y a partir de allí comienza el diálogo con el comité de crisis de la Policía Federal / Locutor 2: Como pueden ver, cada vez son más los vehículos que se cruzan en el lugar, personal policial trata de mantener alejados a los curiosos. Todos pidiendo que esto termine pronto, y que termine bien, sin víctimas…
Luz. Interior oficina de atención al público, un escritorio en el centro, una estantería, biblioratos y hojas desparramadas por el piso, una silla volcada, una entrada a foro sobre la izquierda, una ventana fingida a platea sobre la derecha. Walter (45 años, traje y corbata, aspecto impecable) está sentado sobre el escritorio, tiene una itaka en una mano, junto a él hay un megáfono. Julito (la misma edad, golpeado, sin un zapato, la camisa salida) está recostado en el piso, tiene las  manos y los pies atados con cable. Largo silencio desde que se da luz, ambos miran al frente con expresión ausente.
Walter: ¡A mi nadie me regaló nada!...
Julito: ¡Más vale!
Pausa.
Walter: ¡Yo  tengo mis asaltos a mano armada, mi asesinato en primer grado, mi fuga con auto robado!...
Julito: ¡Más vale!
Walter: ¡25 causas judiciales, 6 procesamientos!... ¡Vos sabés cómo trabajé para llegar acá!
Julito: ¡Más vale!
Pausa.
Walter: ¿Y ahora te presionan, cuando uno llega, por así decirlo a cierto nivel, te presionan, te halagan, te soban el lomo? ¿Eh?  (salta del escritorio, agarra el megáfonova hacia la ventana)  ¡HIJOS DE PUTAAAA... UNA HORA, UNA HORA, NI UN MINUTO MÁS! (a Julito, que lo mira sin aliento) ¿Y cuando yo necesitaba?... ¡Cuando era uno más en el montón, cuando era un don nadie! ¿Eh?... ¿Qué pasaba?... ¡SOLO COMO UN PERRO, ESTABA!
Julito: ¡Más vale!
Walter saca un pañuelo y se limpia las manos, sopla el polvillo del escritorio, se sienta cuidando la raya del pantalón.
Walter: ¡A veces pienso, mirá, me hago una mala sangre!...
Julito: ¡No les des bolilla!...
Walter lo mira inquisitivo, Julito se cohibe.
Walter: ¿Qué pasa?
Julito: C-cuando vos recién empezabas…
Walter: ¿Qué?
Julito: ¿Sabés lo que decían en el barrio?
Walter: No
Julito: Y el Walter ahora tiene su pedido de captura, sale en la revista “Casos”...
Walter: ¡Ahí está! ¡Porque no entienden, no-en-tien-den, se quedan en la exterioridad! (saca un papelito de cocaína, aspira) ¿Y sabés por qué?
Julito: ¿Por qué, qué?
Walter: ¡Por qué no entienden, marmota!
Julito: No
Walter: Porque siempre hicieron la fácil. Porque siempre acataron la norma. Porque cumplieron paso a paso con el cronograma establecido por la clase dominante. ¿Y mientras tanto, eh, la explotación del hombre por el hombre, las bases de una sociedad injusta, el complot judeo-mormón-capitalista-anglicano, eh?
Julito lo mira desorientado.
Walter: ¡Ni se mosquean!...
Julito: ¡Tal cual, ni se mosquean!...
Walter (corre a la ventana, con el megáfono): ¡HIJOS DE PUTAAAA... UNA HORA! (vuelve, se sienta, se frota obsesivamente las manos con el pañuelo, se sacude el polvillo) ¡Juliiiiito!...¿Te casaste?
Julito: Yo no… ¿Vos?
Walter vuelve a clavarle la mirada.
Walter: ¿Me ves cara de casado a mí?
Julito: N-no, bueno, no sé.
Walter: ¡No, porque decís ‘y vos’ con un tono, como diciendo este seguro que se casó, a este lo engancharon!
Julio: ¡No, nada que ver! Lo que quiero decir es… L-a verdad que no sé lo que quiero decir.
Pausa
Walter (repentinamente jovial): ¡Juliiiito, che, qué bárbaro! Y seguro que seguís en el barrio.
Julito: No..., tuve que levantar campamento.
Walter: ¿En el barrio no laburabas?
Julito: Y, no...
Walter: Yo tampoco,  en el barrio no laburo... (ampuloso) ¡Hay un respeto!
Julito: ¡Más vale!
Walter: Mirá vos si no existen las casualidades... Vos eras… Pará, pará, no me digas, vos estudiaste algo… Vos eras...
Julito: Mecánico dental.
Walter: Cierto,  esa mierda...
Se escucha una sucesión de disparos, Julito, espantado, repta para protegerse bajo el escritorio, Walter levanta los brazos y tira la cabeza hacia atrás en éxtasis.
Julito: ¿Y eso?
Walter: Estamos ejecutando.
Julito (lloriqueando): ¿C-cómo que están ejecutando?
Walter: Un rehén cada media hora (mira la hora) ¡La puta madre! ¡Tucán! ¡TUCAN!
Entra Tucán, chiquito, sucio, pinta de hambriento.
Tucán: ¿Jefe?
Walter: ¿Qué dije yo?
Tucán: Una ejecución cada media hora…
Walter: Una ejecución cada media hora… ¡Mirá el reloj, Einstein!
Tucán (mira su reloj pulsera, lo sacude): ¡La puta! ¡Se debe estar quedando sin pilas!
Walter: ¡TOMÁTELAS! ¡RAJÁ! ¡SALÍ DE MI VISTA!... (Tucán escapa) ¡Inútiles! ¡Infradotados!
Pausa. Julito sigue recostado en el piso, se remueve.
Walter: ¿Estás incómodo?
Julito: ¡No, para nada!
Walter: ¿Che, y Martita? ¿Cómo anda Martita?
Julito: Bien. Casualmente la vi la semana pasada.
Walter, evocativo, se para junto a Julito, apoya un pie en su espalda como sobre un banquito.
Walter: ¡Martiiita!... ¡Fuerte, Martita, poderosa, lindo par de tetas! ¡Lo que se dice una hembra con mayúsculas! ¿Se casó?
Julito: Se casó y se separó...
Walter: ¡Quién iba a decir! ¿No? ¡Yo a veces pienso!... ¡Son esas cosas!... ¡El amor!... ¿No? ¡El destino!...
Julito: Flores de un día son…
Walter (volviendo de la ensoñación): ¿Qué?
Julito (canta, lastimoso): “¡Amores de estudiante / flores de un día son!”, la letra de un tango.
Walter se queda otra vez tildado, mirándolo, Julito se cohíbe.
Walter: Vos siempre fuiste medio pelotudo, ¿no?
Entra Tucán trayendo una pizza.
Walter: ¿De qué es?
Tucán: Napolitana.
Tucán sale.
Walter: Vení que te aflojo.
Walter le desata las manos, le da una porción de pizza.
Julito: Gracias, se me habían dormido las manos.
Walter: ¡Se te había ‘cortado la circulación’, querrás decir!
Julito: Eso… cortado la circulación.
Julito tiene hambre, devora su porción, Walter prueba la suya, la escupe. Violento, agarra el megáfono, va hacia la ventana.
Walter: ¡HIJOS DE PUTAAAAA! ¡ESTA PIZZA ES UNA BOSTA! (vuelve, le saca de la boca la pizza a Julito) ¡TRAÉ PARA ACÁ!
Julito: ¡Dejá, por mí está bien!…
Walter: ¡Dame, te dije! (vuelve a la ventana, arroja la pizza): ¡QUIERO DOS GRANDES DE ANCHOA Y PALMITOS DE LA CONTINENTAL Y DOS CAJAS DE DON PERIGNON! (regresa, da media vuelta, vuelve) ¡Y TRES DOCENAS DE MEDIALUNAS DE MANTECA!... ¡Qué cosa!… ¡Bestias!  ¡Inoperantes!
Pausa. Ahora Julito mira a Walter.
Walter: ¿Qué pasa?
Julito: Nada, nada...
Walter: ¡Cómo nada, me estás mirando con cara de nabo!
Julito (temeroso): ¿Si querés vos pedís, así… cualquier cosa?
Walter: ¿Cómo cualquier cosa?
Julito: Sí, ¿podés pedir lo que quieras?
Walter: Ajá.
Julito: ¡Me estás jodiendo!
Walter: ¿En qué idioma hablo? 
Julito: ¡Está bien, está bien! Sólo decía…
Walter (entendiendo): A ver, ¿qué querés?
Julito: ¡No, por favor, dejate de embromar, Walter!…
Walter: Dale, decí: ¿qué querés?
Julito: ¡No, Walter, nada, mirá si yo voy a.. (Pausita) Un ‘home theater’, es una cosa que siempre me despertó la curiosidad...
Walter: (a la ventana) ¡Y QUIERO UN ‘HOME THEATER’!
Julito (entusiasmado): Y una bicicleta Aurorita con canasto…
Walter: ¡Y UNA BICICLETA AURORITA CON CANASTO!
Julito: ¡Qué bárbaro!…. ¿Y cumplen?
Walter: Siempre.
Julito: ¡Qué bárbaro!...
Walter: Obvio, estamos en la Argentina: la otra vuelta choreamos una financiera en el Microcentro, nos llegaron seis docenas de empanadas salteñas que habíamos pedido el mes anterior en la toma de una inmobiliaria en Barracas.
Julito: ¡Qué cosa!... La burocracia.
Walter: ¡Vos lo dijiste!
Walter comienza a caminar en círculos, se muestra inquieto.
Julito: ¿Walter?
Walter: ¿Qué?
Julito: N-nada...
Walter (violento, se monta sobre Julito y le apoya el caño de la itaka en la frente): ¡ME HINCHAN LAS PELOTAS LOS MISTERIOSOS! ¿QUÉ PASA? ¡HABLÁ O DECORO LA OFICINA!
Julito (lloriqueando): ¡No, pará, por favor!
Suena un celular.
Walter: Disculpame.
Walter se incorpora, saca el aparato del bolsillo.
Walter: Hola, qué hacés Morsa...okey, ahora pedís hablar con Baños… con el Juez Baños... ¡NO, IBARGUREN NO, BAÑOS, SOS SORDO! ¡Eso! ¡No señor! Eso dejámelo a mí... ¡No, vos no entendés!...¡Que de eso me encargo yo!... ¡MORSA, DIJE QUE YO LO RESUELVO!... Sí, en media hora estoy ahí. Ahora cortá que me está entrando el Garza…. Qué hacés Garza. ¡No señor! ¡No señor!... ¡A ver, a ver… respira hondo, Garza, vos no estás hecho para pensar, escuchame atentamente: si está loquito que se tranquilice… que se tranquilice… ¿Garza, quién manda acá?... Te pregunto a vos: ¿quién manda acá?... ¿QUIÉN MANDA ACÁ?... ¡Okey, entonces bajá un cambio!... ¡Bien… ahí está mejor!... ¡Hacé lo que te digo! ¡En media hora estoy!
En el transcurso de las comunicaciones, Julito se incorpora de rodillas, poco a poco va tomando confianza, se pliega a la actitud de Walter, insulta en voz baja al Garza preguntándole quién manda, como si fuese él el que habla por teléfono.
Walter (guardando el celular): ¡Negros de mierda! ¡Soretes!  
Julito (indignado): ¡Soretes! ¡Negros de mierda!... (cambiando) ¿Con quién hablabas?
Walter: El Morsa en un banco en Olivos y el Garza, en una financiera en Munro.
Julito: ¡Qué bárbaro!... ¿Y como te manejás?
Walter: Voy de uno a otro.
Julito: ¡Qué bárbaro!... ¿En qué?
Walter: Helicóptero.
Julito: ¡Qué bárbaro!...
Pausa, se escucha off de sirenas, Walter vigila por la ventana, Julito tiene algo para decir pero no se anima, se incorpora, da unos saltitos, pasea la vista por la oficina, endereza la silla y se sienta, silba buscando juntar coraje.
Julito: Walter…
Walter (sin prestar atención): Mmm.
Julito: ¡Qué loco, después de tanto tiempo!… Digo, venir a encontrarnos así. ¿No?
Walter: Mmm.
Julito: ¡Lo que son las casualidades! Yo justo que vengo a… y justo vos que venis a…
Walter: Mmm.
Julito: Te reconocí en el acto: cuando entraste, me agarraste del cuello y me empezaste a dar en la cabeza me dije “este es el Walter”…
Walter: Mmm.
Julito: ¡Cuántas vivencias!… ¡Cuántas anécdotas! ¿No?… ¡La infancia, Walter, la infancia!…
Walter: Mmm.
Julito: ¡Ni hablar del barrio!… ¡El barrio y la infancia, son dos cosas tan, pero tan importantes!… Alguien dijo una vuelta “la patria es la infancia”… Si uno lo piensa: no está tan mal….
Walter: No, no está tan mal.
Julito (decidiéndose): ¿Walter, yo podría entrar?
Pausita.
Walter (volviéndose): ¿Entrar?
Julito (perdiendo confianza): Sí, e-entrar… en esto.
Walter (lo mira unos segundos): ¿Entrar?… (larga una carcajada) ¡Entrar! ¡Qué hijo de puta!... ¡Entrar! (risa in crescendo) ¿Yo podría entrar?... ¡Está muy bien!… (palmea a Julito)  ¡Genial, Julito, genial!… ¡Entrar!… (llora de risa) ¡Sos un caso, vos! ¡Nunca se me hubiera ocurrido!... ¿Yo podría entrar?… ¡Julito de Parque Avellaneda va a entrar!… (risa incontrolable) “¡Abran cancha: que Julito, el mecánico dental va a entrar!”... No, no, mejor escuchá esta: “¡abran cancha que Julito, el 6 de Las Garrapatas de Parque Avellaneda, va a entrar!”...
Julito (entusiasmado): ¡Sí, sí!…
Walter (cambiando de golpe, se le va encima, comienza a golpearlo): ¿ME ESTÁS BARDEANDO? ¡LA CONCHA DE TU MADRE! ¡VOS ME ESTÁS BARDEANDO!
Julito (se protege la cara): ¡No, no, para nada!
Walter: ¿QUÉ TE CREÉS, PUTO, QUE ESTOY DE JODA? ¡QUE ESTOY ACÁ PARA DIVERTIRME! ¡LA RE CONTRA COGIDA CONCHA DE TU HERMANA, NO ME GUSTA QUE ME BARDEEN, ME ESCUCHÁS! ¡ME PONE CONFUSO, SE ME JUNTAN LAS IDEAS, SE ME MEZCLAN, VEO TODO ROJO!...
Julito (lloriqueando): ¡No, Walter, pará!
Walter suelta a Julito, se incorpora, se frota las manos con el pañuelo que luego dobla y guarda cuidadosamente, se sacude el polvillo, saca otro papelito de cocaína y aspira.
Walter (abruptamente): Urdaneta 447.
Julito (perplejo): ¿Qué?
Walter: La dirección de tu casa: Urdaneta 447, entre Tres Sargentos y Marcelino Gamboa.
Julito: ¿Cómo te acordás?
Walter: Tengo un desarreglo nervioso: no puedo olvidarme de los nombres ni de los números… ¡Se caía a pedazos tu casa, Julito! ¡Una rasqueteada al frente, una mano de pintura de vez en cuando, dejate de joder!… ¡Qué pedazo de vago tu viejo!
Julito: ¡Sufría de depresión, pobrecito!
Walter: ¡Un atorrante! ¿Qué depresión?
Julito: Esporádicamente, pero trabajaba.
Walter: ¿Levantar quiniela te parece un trabajo? ¡No le gustaba el pique: digámoslo con todas las letras!
Entra Tucán.
Walter: ¿Y ahora qué pasa?
Tucán: ¿Jefe, se acuerda?
Walter: ¿De qué tengo que acordarme?
Tucán: Lo que le pedí… Si no es molestia yo necesitaría retirarme…
Walter: ¿Perdón?
Tucán: ¡El bautismo de la hijita de mi hermana, la Elsa, se acuerda que le dije, que yo soy el padrino!…
Walter: El padrino…
Tucán: Sí, el padrino
Walter: ¿Y como se llama la criaturita?
Tucán: Jannette Kimberly
Walter: ¡Jannette Kimberley, qué lindo nombre!... (volviendo a sacarse) ¡NEGRO CABEZA DE MIERDA: PERO QUE TE PENSÁS QUE ES ESTO, EL SHOW DE PIÑON FIJO! (esgrimiendo la itaka) ¡RAJÁ O TE METO LA ITAKA POR EL CULO CAGÁS FUEGO PARA ADENTRO!…
Tucán escapa.
Walter: ¡Mugrientos!... ¡Pero fijate vos el planteo! ¿Qué es lo que está pasando con este país, Julito? (Julito asiente) ¿Dónde ha ido a parar el concepto de compromiso, de trabajo responsable?…
Julito: Es la potmodernidad…
Walter: ¿Te parece?
Julito (convencido): ¡Todo vale, lo único que importa es el aquí y ahora¡ ¡El carpe diem!…
Walter: ¡El carpe diem: vos lo dijiste!
Julito: ¿Y el futuro qué?
Walter: ¡Te juro que a veces me pone tan mal!
Julito (indignado): ¿Y a mí?
Pausita.
Walter: ¡Mirá, te voy a confiar algo!
Walter señala el techo.
Julito (siguiéndolo con la mirada): ¿Qué?
Walter: ¿Ves o no ves?
Julito: ¿L-la cámara de seguridad?
Walter: Correcto.
Julito: ¿Qué tiene?
Walter: Es falsa
Julito: ¿Cómo falsa?
Walter: Es falsa: es una carcasa de plástico, un cascarón con nada adentro: es falsa.
Julito: ¡No te puedo creer!
Walter: ¿Y cuando entraste te fijaste en el poli en la garita?
Julito: Sí
Walter: ¿Y?
Julito (mirando hacia la garita): N-no sé… no se mueve mucho.
Walter: ¡NO SE MUEVE NADA, IDIOTA! Es un estiquer, una calcomanía pegada al vidrio.
Julito: ¡Tenés razón… ahora que lo decís tenés razón, es un estiquer!
Walter: ¿A qué cráneo se le puede ocurrir, Julito, poner en un banco cámaras de seguridad y guardias falsos? ¿Te das cuenta con qué hay que lidiar, te das cuenta en qué mundo hay que desenvolverse?
Julito: ¡Tal cual!
Walter: Ojo, a mí me facilita, pero hay que comprender que así este país se va a la mierda.
Pausa. Julito se deprime, está al borde del llanto.
Julito: Yo soy distinto.
Walter (con frialdad): ¡No, Julito, vos no sos distinto!
Se escucha otra sucesión de disparos, Walter levanta los brazos y tira la cabeza hacia atrás en éxtasis, Julito, espantado se refugia debajo del escritorio, cuando cesan se incorpora para volver a su lugar, por las ataduras trastabilla y cae.
Walter: ¡Qué pelotudo! ¡Vení que te desato!
Julito: ¡No!
Walter: ¡No seas nabo, somos amigos o no somos amigos!
Julito: ¿Walter, de qué estábamos hablando recién? ¡Es tu trabajo, el trabajo es sagrado!
Walter: No exagerés.
Julito (con firmeza): ¡TE DIJE QUE NO Y ES NO! ¿Qué es esto: un viva la Pepa?... Y ajustame esta, fijate que acá  me volvió a circular la sangre.
Walter le ajusta las ataduras, Julito siente que se le estrangulan las muñecas pero no protesta.
Walter: ¡Sos raro, Julito!
A continuación ambos se contemplan un instante con simpatía, Walter extiende su pañuelo, se sienta junto a Julito en el piso, se escucha off de sirenas.
Walter: ¿A qué no te acordás el nombre del enano pelirrojo, el que jugaba de puntero derecho?
Julito: ¡Galundia! ¿No me digas que te acordás de Galundia?
Walter: Como para olvidarlo: tenía un frío en el pecho, no le hacía un gol ni al arco iris.
Julito: Era buen pibe.
Walter: Me acuerdo que le gustaba, ¿cómo se llama está música?
Julito: El folklore
Walter: Eso, el folklore.
Julito: Tocaba la guitarra muy bien. Había aprendido por tonos.
Walter: ¿Qué es de la vida?
Julito: Tuvo un final trágico, pobrecito...
Walter: ¡No digas!
Julito: Fue el único fan que se suicidó cuando se separaron ‘Los  Chalchaleros’.
Walter: ¡Mirá vos!
Julito vuelve a deprimirse.
Julito: Walter, sabés, yo hace un tiempo que siento un malestar, como una angustia acá... Escucho como una voz que me dice “Julito, tenés que hacer algo con tu vida, Julito tenés que cambiar”
Walter lo mira con detenimiento.
Walter: Es que vos nunca pensaste, Julito, de pibe, te acordás, digamos: nunca tuviste una perspectiva universal a macroescala. 
Julito: ¿Quién podía imaginar?
Walter: ¿Qué cosa?
Julito: Que la vida fuese así... Qué se yo, uno idealiza, cree que las cosas le tienen que suceder de otra manera, como… como… ¿Cómo se llamaba el libro de lectura ese que teníamos en tercer grado, el de la estufa que hablaba?
Walter: ‘Enriqueta Veranito’
Julito: ¡Enriqueta Veranito! ¡Te acordás de todo, vos!... Bueno, eso: como les decía  Enriqueta Veranito a los chicos, ahora no me viene puntualmente, pero todas ideas así sobre los valores humanos…
Walter: La solidaridad, el amor al prójimo…
Julito: Respetar las señales de tránsito, ayudar a cruzar a los cieguitos… Todas cosas así: ideales.
Walter: ¡Explicadas por una estufa que habla, mi Dios! ¡Si es para ir a buscar al ministro de Educación de esa época y pegarle un cuetazo en el orto!... ¡Y vos, obviamente, compraste todo!
Julito: Sí, bah, no sé…
Pausa.
Julito: Te vi en la tele.
Walter: Mmm.
Julito: En ‘Telenoche Investiga’, lo tengo grabado… ¿Walter, es verdad que hiciste plata?
Walter salta sobre Julito, lo agarra del cuello, le apunta a la cabeza.
Walter: ¿QUE SABÉS? ¡LA RECONTRA PUTA MADRE QUE TE PARIÓ! ¿QUE SABÉS? ¡HABLÁ O TE REVIENTO! ¡QUIÉN TE MANDÓ!
Julito: ¡No, no, pará, Walter, es lo que se comenta en el barrio, nada más!
Walter: ¡TE CREES QUE SOY BOLUDO! ¡TRES MILLONES DE BANCOS QUE HAY EN LA CIUDAD Y TE VENGO A ENCONTRAR JUSTO ACÁ, QUE CASUALIDAD! ¡PARÁSITOS, SANGUIJUELAS, ME ESTAN PRESIONANDO! ¡VOS TAMBIÉN SOS UNA SANGUIJUELA! ¿QUÉ QUERÉS, EH, QUÉ QUERÉS!
Walter, paranoico, va hasta la ventana, va y vuelve varias veces.
Julito: ¡Tranquilizate!
Walter: ¡ME PRESIONAN, ME QUIEREN CAGAR! ¡JUSTO! ¡A MÍ ME VAN A CAGAR! ¡TE MANDARON, VERDAD!... ¡HIJOS DE PUTAAAA, QUE PASA CON LOS CHALECOS ANTIBALAS! ¿QUIÉN TE MANDÓ? ¡HABLÁ!… ¡Y QUIERO TRES VALIJAS SAMSONITE!...
Walter se detiene de golpe, se agarra la cabeza, está a punto de desmayarse.
Julito: ¿Qué te pasa?
Walter: Nada, nada, a veces me viene así como una lipotimia.
Julito: Es que son muchas responsabilidades, Walter. ¡Vení, recostate y levantá las piernas!…. (Julito lo acuesta en el piso, Walter obedece) ¡Respirá hondo! ¡No te desmayes, Walter, no te desmayes, yo que hago si te desmayás! ¿Walter, me escuchás? (lo cachetea) ¡Walter! ¡Vamos, Walter, reaccioná!... Igual que mi tía Haydée, sufría este tipo de desmayos, después descubrieron que era por un problema de equilibrio en el oído… ¡Ah, ya sé; te doy otra dosis de ese medicamento que estás tomando! (busca en el bolsillo del saco de Walter, saca un papelito de cocaína) ¡Aspirá, aspirá, Walter, vas a ver cómo te reanima! ¿Qué es, sal de frutas?
Walter (aspira, reacciona, se incorpora de golpe): ¡Qué hacés, qué me tocás, salí de acá!..
Walter va hasta la ventana, vigila, vuelve.
Julito: Te sentís bien, qué suerte.
Walter¡La puta madre, mirá como me puse la pilcha! (se peina, se sacude, se acomoda el saco, cambiando): ¡Juliiiito!  Ves, ahí tenés: el ahorro. Otra cosa que se ha perdido: la cultura del ahorro. ¿A ver, decí, dónde está la riqueza de un país?... ¿En los capitales golondrinas, en la especulación financiera, en las fortunas que  van a parar a paraísos fiscales?  ¡No señor, en nuestro laburo, en botines anónimos sacrificadamente guardados moneda a moneda, escondidos en galpones, disimulados entre la lana de un colchón o en una lata de dulce de batata! (se exalta) ¡Capitales genuinos que se inyectan en el aparato productivo, que se reinvierten con sentido nacional, generando empleo, educación, salud pública, vivienda; catapultando la producción nacional, favoreciendo el compre argentino!  De lo contrario, pensá, Julito: la explotación del hombre por el hombre, las bases de una sociedad injusta, el complot judeo-mormón-capitalista-anglicano… ¿Eh, qué pasa? ¡Ni se mosquean!...
Julito (maravillado): ¡Tal cuál, ni se mosquean! ¡Vos tendrías que meterte en política, Walter! ¿No te das cuenta? ¡Sos un líder! ¡Vos hablás y arrastrás a las masas!
Walter: ¿En política?
Julito: Sí.
Walter: ¡Aflojá con la grapa!
Julito: ¿Por qué?
Walter: ¡En política! ¡Arrancarse los ojos por un cargo para después quedarse con los vueltos! ¡Es patético! ¡Haceme el favor: no me hagás calentar!...
Walter vuelve a la ventana. Julito se deprime, está a punto de llorar.
Julito: ¡Walter, golpeame!
Walter: ¿Qué?
Julito: ¡Golpeame con la culata de ese arma, destrozame la cabeza!
Walter: ¡Avisá!... (interesado) ¡Miralo a Julito! ¿Qué, sos de esos que se dan con látigos, que se hacen la paja oliendo un zapato?
Julito: ¡Nada que ver!
Walter: ¡Te estás yendo a la mierda, eh, yo soy un laburante, chorro, pero sanito! (interesado) ¿Y qué también te vestís de cuero, te ponés bozales y esas cosas?
Julito: Walter, me estás malinterpretando. Te pido que me pegues porque soy un fracaso, porque me lo merezco. ¿Entendés?... Decime: ¿por qué yo nunca me animé? ¿Por qué nunca supe ver las oportunidades? ¿Me quedé en el campeonato de barrio, no?....  Walter, yo necesito probar, me la paso fantaseando. Mi vida, mi trabajo es tan denigrante. ¡Soy tan cobarde!… Siento que hay tantas cosas que no me animé a hacer: plantar un árbol, tener un hijo, asistir a un congreso internacional de Endodoncia y Topicación con Flúor...
Walter: ¡NO!
Julito: ¡POR FAVOR!
Walter: ¡TE DIJE QUE NO!
Julito: ¡QUÉ TIPO DE MIERDA QUE SOS, QUÉ EGOÍSTA! 
Julito se rebela, se abalanza para  quitarle el arma, Walter se deja dominar.
Walter: ¡Bien! ¡Ves que te corre sangre por las venas! ¡Ves que podés ser un hombre!
Walter cambia, se le sube encima.
Walter: ¡Ahora, me parte el corazón, pero sos el rehén! (lo golpea brutalmente) ¿QUERÉS JUGAR, PUTITO? ¿QUERÉS VER QUIEN PEGA MÁS FUERTE? ¡DALE, JUGUEMOS!
Julito (cubriéndose, lloriquea): ¡No, Walter, no!
Suena el celular, Walter atiende encima de Julito.
Walter: Hola, sí, qué hacés mamá... Estoy trabajando... ¡Claro que me bañé, mamá!... El traje azul y la corbata bordó... ¡Sí, la bordó a rayas azules!... ¡No!... ¡Porque lo mandaste a la tintorería, mamá!... ¡Y a mí que me importa!... ¡No sé a que hora! No te prometo nada... ¡Que no sé a que hora!... (hinchado) ¡Qué sé yo: poneles aceite, mamá!… ¡Entonces para qué me preguntás si sabés que con crema no me gustan!… Estoy ocupado. Hablamos después... ¡No, ninguna novedad!... ¡Ah sí! ¿Sabés con quién estoy?... Julito, te acordás de Julito, el hijo de Niní, sí... Niní... que vivían en calle Urdaneta… enfrente del almacén… Sí, al lado de la gomería... Enfrente de almacén, al lado de la gomería… No, enfrente del almacén, entre la gomería y la casa del viejo Fava… (le pasa el celular a Julito) Quiere saludarte.
Walter se incorpora, se frota las manos con el pañuelo, se saca el polvillo del saco va hasta la ventana.
Julito (golpeado, rehaciéndose): Hola, qué dice señora, yo bien, acá me encontré con Walter…. ¡Y sí, hace un montón, fue un alegrón, imagínese!... No, mamá falleció,  hace tres años, sí, pobrecita. No pudo superar lo de papá… y sí, se enfermó de los huesos. Sufrió como una santa, en el último tiempo con los medicamentos desconocía, sí, me confundía con mi tía Rosita… No yo me mudé... Mecánico dental… Sí, esa mierda…  ¡Y está difícil, sí, qué le parece!...
Se prende un reflector potente desde la ventana, Walter se acomoda la corbata.
Walter: Decile que corte, que empieza la conferencia de prensa.
Julito: Me dice Walter que tengo que cortar, que empieza la conferencia de prensa ¡Me alegro mucho haberla escuchado!... ¡Sí, con todo gusto, adiós señora, un beso, adiós!...
Julito, deslumbrado, se incorpora como puede y se pega a Walter.
Walter (molesto): ¿Qué necesitás?
Julito: ¿Vas a salir en televisión?
Walter: ¿Y a vos qué te parece?
Off de  murmullo. Ambos enfrentan la luz.
Walter: Señores...buenas tardes...les agradezco su presencia.  Sí, la toma comenzó a las 14 hs., hasta el momento todo se ha desarrollado con normalidad y ahora estamos esperando la llegada del Señor Juez...
Off de  murmullo.
Walter: ¿Cómo? ¡Si hablamos todos no se entiende!
Julito (tomando confianza): ¿Me permitís? (a los periodistas) ¡Señores, les pido que nos ordenemos, todos van a poder preguntar, de uno a la vez, por favor! (señala) ¿De que medio? ‘Crónica’
Off de murmullo.
Walter: Correcto, son tres tomas en total, dos en Capital, una en el gran Buenos Aires... ¡En todas hay rehenes!...
Julito (señalando): Diario ‘Clarín’, adelante….
Off de murmullo.
Walter: Haya o no haya víctimas, lógicamente eso depende del compromiso y de la voluntad negociadora de las autoridades.
Off de murmullo.
Julito: ¡Por favor!... ¿‘Radio Mitre’? Adelante…
Off de murmullo.
Walter: ¡Estamos en eso! Como ustedes y la comunidad toda deseamos que se resuelva de la mejor forma posible. Mientras tanto, en pocos minutos más, estoy saliendo para un banco en Munro y una financiera en Olivos... Ahora les ruego que nos dejen trabajar. ¡No hay más preguntas!
Off de murmullo.
Julito: ¡Ya escucharon: no más preguntas!
Se apaga el reflector.
Julito: ¡Walter, estuviste brillante!
Walter: ¿Te parece?
Julito: Sí, totalmente.
Walter: ¿Doy bien en cámara, no?
Julito: ¡Das muy bien, además sonás muy convincente, muy seguro! (Pausa) Walter, vos que tenés memoria: ¿te acordás del equipo, no?
Walter: Cómo olvidarlo.
Julito: ¡Las Garrapatas de Parque Avellaneda, se prenden y no te sueltan!… ¡Ganamos todo, eh!
Walter: Todo.
Julito: Copa Infantil del Oeste ‘74’ y ‘75’, Zonal Juvenil ‘75’, ‘76’ y ‘77’, el Regional Interclubes 6 veces….
Walter: ¡26 títulos…. 2 internacionales!
Julito: Walter, yo era capitán de ese equipo.
Walter: Me acuerdo.
Julito: ¿Te acordás de la final contra la Octava de Isidro Casanova, que íbamos ganando 1 a 0 y el bestia de D’Aloia hace ese penal faltando un minuto?
Walter: Me acuerdo.
Julito: Si nos empataban íbamos al alargue, ya no teníamos cambios. Y yo me acerco y le digo al oído al gordo Difeo “tirate a la derecha”…
Walter: Y el gordo se tiró a la derecha y lo atajó, es verdad… Pero esto es distinto.
Julito: ¡No es distinto!
Walter: Esto es distinto.
Julito: ¡Walter, si yo pude en ese momento, ahora puedo!...
Walter: ¡Esto es distinto!
Julito (se arrodilla, suplicante): ¡Walter, por favor!
Walter (violento, lo agarra del cuello): ¡TE DIJE QUE NO Y ES NO! ¡TUCÁN! ¡TUCÁN!  (aparece Tucán) ¡Llevate esta rata! ¡Metélo en el baño, tiralo por la ventana, hacé lo que quieras!
Tucán lo arrastra hacia la salida.
Julito: ¡No por favor Walter, por favor!… (buscando una salida) ¡MARTITA!
Walter (a Tucán): ¡Dejalo!
Tucán sale, Julito vuelve al sitio donde estaba inicialmente, se ata los pies y las manos y se recuesta.
Julito: C-cuando estuve con ella, la última vez, me preguntó…
Walter: ¿Qué cosa?
Julito: Por vos.
Walter: Mirá que bien… ¿Y antes?
Julito: ¿Antes qué?
Walter: ¿No habló nunca de mí?
Julito: No
Walter: ¿Por qué?
Julito: No quería
Walter: ¡Puta del orto!
Julito: ¡No hablés así!
Walter: ¿Qué dije, acaso no fue siempre una puta del orto?
Julito (confuso): ¡R-retirá lo dicho!
Walter: ¿Retirá lo dicho? ¿De qué hablás?... (entendiendo) ¿No me digas que vos?…
Julito: ¿Que yo qué?
Walter (tentado): ¡No, no te la garchaste!
Julito (temblando de rabia): ¡L-lo que decís no es de caballeros! ¡Retirá lo dicho!
Walter: ¡No te la garchaste!
Julito se incorpora, se saca las ataduras, se pone en pose antigua de boxeo y lo enfrenta
Julito: ¡Dije que retirés lo dicho, ya!
Walter, burlón, hace la misma pose de boxeo y comienza a girar, al acecho y a amagarle golpes.
Walter: ¡Julito, único cristiano varón de toda la zona oeste y barrios adyacentes que no se garchó a la bombacha veloz, al gato más gato de Parque Avellaneda, Martita Ansaldi, alias ‘la Martita’, la reina indiscutida de la tirada de fideo!…
Julito le clava una mirada helada, Walter se siente en falta y baja los brazos. Pausa.
Walter: Okey, retiro lo dicho.
Se sientan sobre el escritorio, Julito saca una foto y se la muestra.
Walter: ¡Las tetas de siempre!… (cambiando) Digo: se mantiene, ¿no?
Julito: Nos vamos a casar
Walter: ¿No digas?…. ¡Muy bien, te felicito, Julito, es un paso importante en la vida!... ¿Y ella que dice?
Julito: No sabe
Walter (reaccionando): ¡CÓMO QUE NO SABE! ¡VOS ME ESTÁS TOMANDO DE PELOTUDO A MÍ!
Julito: ¡No lo sabe todavía, porque antes tengo que hacer algo con mi vida, Walter! (lloriqueando) ¡Walter por eso te estoy pidiendo una oportunidad, por favor, es ahora o nunca, necesito ser alguien, hacer algo de lo que Martita se sienta orgullosa! ¡No puedo seguir de mecánico dental! (alucinado) ¡Me estoy volviendo loco, te juro, tengo pesadillas espantosas: veo dentaduras, dentaduras que se trepan a la pared de mi habitación, parecen cangrejos de río, van hasta el techo, yo me tapo con las frazadas, sé que van a dejarse caer sobre la almohada para destrozarme a mordiscones, pero justo antes de atacarme se alinean como un coro de iglesia y empiezan a cantar: “Julito pelotudo, Julito pelotudo, pelotudo, pelotudo”... ¡Walter, soy un pobre tipo!
Walter (violento, lo agarra del cuello): ¡TE DIJE QUE NO Y ES NO!... ¡TUCÁN! ¡TUCÁN!
Entra Tucán, Julito lloriquea.
Julito: ¡NO ME EJECUTES, WALTER, POR FAVOR, NO ME EJECUTES!
Walter: ¡Tucán, Julito queda a cargo!
Julito: ¡WALTER!
Walter: ¡Te sorprendí, eh!...
Julito: ¡Walter, no sabés lo que significa esto para mí!
Walter: No seas maricón.
Julito: ¡No te vas a arrepentir! (se arrodilla, intenta besarle las manos) Water: ¡Salí, qué hacés! (con asco se frota las manos con el pañuelo) ¡Demostrá algo de orgullo!
Julito: ¡Perdoname, soy demasiado emocional!
Tucán, que se había retirado, vuelve con un sobretodo, se lo pone en los hombros a  Walter, se escucha off de sirenas.
Walter (a Tucán): Yo estoy saliendo para Munro y Olivos, hablá con los muchachos.  ¡Con él como si fuera yo, está claro!... Ahora andá que ya salgo.
Tucán sale.
Julito: ¡Walter, muchas gracias!
Walter: ¡Cortala con el franeleo y presta atención: tenés que pedir hablar únicamente con un Juez D’Anuncio!
Julito: Está, D’Anunzio...
Walter: Pedí un millón de dólares en billetes de uno y un Boeing 707.
Julito: Está.
Walter: Veintidós chalecos antibalas, 8 fusiles semiautomáticos, un catamarán y un par de motos de agua.
Julito: Motos de agua…
Walter: ¡Ah y un BM descapotable!…
Julito: BM descapotable…
Walter: Que te metan todo en un par de containers y que lo fleten al puerto…
Julito: ¡Está, está, andá tranquilo!
Walter mira la hora, va saliendo.
Julito: Walter
Walter se vuelve.
Walter: ¿Qué?
Julito: ¡Me alegró verte!
Walter: ¡Lo mismo digo, Julito!
Walter lo mira unos instantes, se sonríe moviendo la cabeza. Sale. Julito observa el lugar fascinado, agarra la itaka, corre haciendo poses de guerra.
Julito: ¡Qué bárbaro!...
Se escucha off de helicóptero, Julito, levanta la vista al techo, a continuación agarra el megáfono y va hasta la ventana.
Julito: ¡HIJOS DE PUTAAAA... TIENEN MEDIA HORA, MEDIA HORA!... ¡QUIERO TRES DOCENAS DE MEDIALUNAS DE GRASA!... (se aleja y vuelve a la ventana) ¡Y UN KILO DE HELADO!... ¡Es emocionante! ¡Me tiemblan las manos!... ¿Y ahora qué hago? Tengo que llamar a Martita: ahora va a saber quién soy… ¡Tucán, TUCÁN!... 
Entra Tucán.
Julito: Necesito un celular
Tucán (dándole su celular): Tome señor.
Julito (marcando nervioso): Ahí está llamando… No, no contesta… Qué mujer, es tan salidora, siempre haciendo trámites en algún lado. ¡Pero a partir de ahora la cosa va a cambiar, me va a tener que escuchar!... No, no le voy a dejar mensaje… Qué digo: seguro que me va a ver en la tele: no lo va a poder creer … ¡Yo sabía que algo maravilloso tenía que suceder, gracias destino: se ha presentado mi oportunidad, mi gran oportunidad!... ¿Podría llamar a mi hermano? ¡No! Son tantas cosas, tengo que serenarme, respirar hondo, hacer un orden de prioridades: la negociación, los rehenes, la conferencia de prensa, el botín… ¡El botín, que antigüedad, seguro que se debe decir de otra forma: la parte, la tajada!... Pero no necesariamente tiene que ser todo como dice Walter, puedo hacer las cosas a mi modo, poner mi toque personal, marcar un estilo, el estilo Julito… “¡Por las características del golpe, y el profesionalismo demostrado ha sido claramente un trabajo de Julito Mastandrea!”…“¡Otro trabajo profesional del temible Julito Mastandrea!”…
Durante este parlamento, Tucán toma posición detrás de Julito, consulta su reloj, lo golpea porque evidentemente no anda bien, saca su pistola, revisa la carga, la apresta tranquilamente.
Julito: ¡Serenidad y a la vez firmeza! ¡No, no hay que dudar, no hay que dejarse presionar, escuchás Tucán! ¡De lo contrario, eh, la explotación del hombre por el hombre, el complot judeo-mormón-capitalista-anglicano, eh, que pasa!...
Tucán: ¡Ni se mosquean, señor!                                          
Julito: ¡Tal cual, ni se mosquean!... ¿Cuántos rehenes quedan?
Tucán: Uno, señor
Julito levanta los brazos y tira la cabeza hacia atrás, en éxtasis; al mismo tiempo Tucán le acerca el caño del arma a la nuca, retira la cara y entorna los ojos para evitar salpicarse con el estallido del cráneo.
Julito: ¡A ver, Tucán, quiero escuchar ese disparo!... ¡Ejecútenlo!

DISPARO Y APAGÓN SIMULTÁNEOS

















 

23/6/21

PRÍNCIPE AZUL. De EUGENIO GRIFFERO.























 PRÍNCIPE AZUL

De EUGENIO GRIFFERO

Escenario vacío. Noche. Playa. Un viejo banco de plaza iluminado por un haz
de luz circular. Junto al banco un mástil blanco con una bandera amarilla.
Ruido de mar. Chillidos de gaviotas.

Entra por un lateral un hombre de sesenta y seis años. Viste un ajado traje
blanco, con una muy visible mancha azul bajo la solapa izquierda. Sombrero
blanco, zapatos blancos, corbata y camisa blancas. Se apoya en un bastón
de caña. Está algo bebido. Trastabilla. Zapatea americano.

JUAN: …Llegué primero… yo y mi maldita puntualidad… ni que fuera
oficinista… (Pausa. Tiembla). Esto no es frío… Brr… No tiembles viejo
camarada. Prohibido temblar. (Se sacude. Tic de un hombro. Se controla.
Saca una petaca, la destapa, bebe whisky, la tapa y la guarda)… Ya… ya…
(Se calma)… Ya… ya. (Indiferencia fingida)… Lindo mar… todavía en su
lugar... (Apoya sus dos manos en el bastón. Tic de hombro)… Todo igual,
cincuenta años. Pasó medio siglo y todo sigue igual. (Tic. Saca la petaca,
bebe, la guarda) UFF. UFF… UFF… ya va bien… (Se calma) ¡¿Qué diría mi
público si me viera beber tan… sobriamente y temblar así?!... (Se anima).
Me gritarían desde la platea. (Coloca sus manos junto a la boca como
bocina). ¡-Viejo payaso-!
¡-Fuera el whisky, tu aliento apesta-! ¡Bufón, no
es lugar para borrachos-!... ¡-Ja-!... eso dirían… Mi público… puff… (Amplio
gesto de rechazo. Se sienta en el banco. Con desprecio)… Mi distinguido
público… no les voy a dar ese gusto. ¡-Rufianes-! Este fin de semana
escapé del teatro. ¿- Teatro-?... ese teatrito de revistas… Teatrito, ratonera
para marineros en celo… (Se sorprende de su expresión) ¡- Marineros en
celo-!... el mar eleva mi lenguaje… Marineros calientes… (Pausa. Con
orgullo:) el maestro de escena… (Se señala a sí mismo) gran relator de
cuentos verdes, toma su día libre. (Enfático:) ¡- Su primer fin de semana
libre en años-! Nada de cuentos verdes para marineritos que no necesitan
de cuentos para tener el transatlántico duro. Jua, jua, jua… (Desborde
forzado de carcajadas. Pausa. Serio) Ya estoy con mis salidas estúpidas…
estoy harto de mi imposibilidad de ser actor… mal actor. ¡- Ahora, whisky
sin muecas-! (saca la petaca, bebe, la guarda) ¡- Ahh… el olor del whisky y
el olor del mar -! Whisky para disfrutar este disparate, este mar, este
momento. (Apoya sus codos en sus rodillas. Pausa) Vengo a cumplir una
promesa de amor. ¡-Ja-! Suena bien... Un pacto sellado cincuenta añosatrás. 
Queda con la mirada perdida. Tic de hombro. Saca la petaca,
bebe, la guarda).
Nos conocimos ese verano. Teníamos dieciséis años, nos amamos,
hicimos el amor durante ese mes a cada instante, éramos vírgenes... nos
asustamos y prometimos volver a vernos cincuenta años más tarde.
(Pausa. Se ríe suavemente. Llora. Se incorpora, se seca las lágrimas) Este
chiste es mi cuento más mediocre: cincuenta años. (Se compone)
Nuestras familias al llegar el otoño volvieron a sus ciudades, nos
llevaron, nos separamos... Pactamos no vernos… ¡-Oh mar-!. . . ¡-Qué
cosas se prometen con dieciséis años-! (pausa, Burlón, torpe) Esto suena
a Romeo y Julieta... ¿-Romeo era Montesco o Capuleto-?... Nunca lo leí, lo
vi por T.V.... debería leerlo alguna vez... creo que debería... creo que sí…
Me duele la cabeza. Tengo náuseas. Estoy borracho. (Se levanta,
extiende los brazos al cielo, recita:) ¡-Mi borrachera tiene sólo
cincuenta años-! (se encoje de hombros, confidente:) Gracias a eso tengo
glóbulos rojos alegres. Eso sí, y buen espíritu: miento todo el día. La
mentira es mi verdad... (Canturrea. Pausa).
Hoy pude escapar de esta ratonera de teatro. Nunca tomé días libres
por temor a que pudieran reemplazarme con otro "talento" para la
comedía fina en ese "teatro"... (Mueve su bastón por el aire) Lo mejor
de ese lugar es el olor: una mezcla de cerveza, refrescos, esperma y
sudor de gente de mar... (Apoya el bastón en su hombro) Soy un
soldado de las tablas. Jamás abandoné, en años, mi puesto de
combate. Ahora tenemos funciones desde las once de la mañana hasta
las cuatro de la madrugada del día siguiente. Un desfile incesante de
soldados, marineros y estudiantes con ojos con fiebre. ¡-Ja!... ¡-Y yo con
mis chistes-! (pausa) Cuando no digo chistes, vendo chocolatines en la
platea o me disfrazo de oso para el zoológico erótico. ¡-Soy todo un
espectáculo-! Trabajar de oso dio sus frutos, llegué al cine.
(Remarcando las palabras) ¡-Dibujos animados-! Doblé los gritos de unas
focas en el film: "El arca de Noé". ¡-Huac, huac, huac! ¡-Genial-! Cuando
tenga algo de dinero, compro el film y paso ese dibujo animado en mis
momentos de descanso. (Se sorprende) ¿-Mis momentos de
descanso-?... (Pausa) ¡-Qué sería de ese teatro sin mí-! Soy completo:
limpio la platea, arreglo las cuentas en la boletería. El dueño me necesita,
soy su más fiel "empleado", ni pido aumento, no falto... Amo a ese
espacio... Ese galpón estrecho y yo: el viejo cochino que dice
cochinadas... ¡-Ese soy yo, mar-! (pausa. Se incorpora y actúa como
maestro de escena iluminado por un círculo de luz) Mi número principal
está cargado de fantasía y buen gusto. Lo hago con tres coristas, tres
viejas, viejas, muy viejas amigas... Un circulo de luz, una burbuja
pálida sobre el telón negro y ¡-comienza-! ¡-Tambores-!
¡-Tururururururá-! y las presento: ¡-queridos muchachos, tengo para
ustedes a las más bellas pasajeras de la noche-! ¡-Reinas del amor-! ¡-
Juguetes dóciles que responden a todos los deseos-! (con sorna). . .
Mujeres, o algo parecido. . . ¡-Jaja-! ¡-Mimí-! (imita grotescamente a la
vedette)... y entra Mimí cubierta de plumas, algo ajada, sumergida en su
asma pero todavía caminando y aullando cuando saben tocarle el arpa, ..
¡-Marta-! algo sorda y de pechitos duros. ¡-Jajaja-!... y ¡¡-María-! ¡-La dulce
María! Cubierta de globos que no hay que pinchar: suave, de mirada
extraviada y totalmente chueca, ¡-jajaja-!. .. ¡-Y yo-!
El viejo joven, amigo de la casa. El mago Merlín, para servirlos. ¡-jajaja-!
(Silba metiendo los dedos en la boca, ríe y aplaude entre sonidos de
marcha de revista musical) Me saco el sombrero, coloco dos huevos y
una salchicha dentro (lo hace) y lo que saco, duro, gordo, enrojecido, lo
uso para correr a las chicas. (Escena) ¡-Jajaja--! (tose. Se atora. Pausa)…
¡-Qué papelón-!... Todas las noches igual en sucesivas y repetidas y
reiteradas funciones... Toda mi vida igual. (Saca una cajita con rapé.
Pellizca un poco. Lo huele, cierra y guarda la caja) Me falta sólo hacer
crítica teatral y mi fracaso sería total. El mago Merlín. ¡-Bahh-! (pausa. Se
vuelve) Este banco no cambió... Esta playa tampoco… Sólo cambió Juan…
¡-Cuánto tiempo que no escucho mi nombre-!... Juan... Juan… Suena
bien... Juan ...
¿-Juan, conocés la última picardía de tu hermanito, el Mago Merlín... ese
honesto empleado que no pide aumento-?... Te la cuento Juan... Te la
cuento... El Mago Merlín se escapa por las madrugadas de las camas
donde hizo el amor, robando a sus víctimas, que duermen agotadas por
sus incontables e inconfesables mañas físicas. Tu hermano roba, Juan. Es
un pícaro. (Saca la petaca, bebe; la guarda) Estoy libre de pecados,
confesé. Amén. Vuelvo a ser santo. (Saca la petaca, bebe y la guarda) No
quiero robar esta vez. No vine aquí a robar,
¿-Verdad Juan-? No vine a robar... (Pausa) ¿¡-Cómo estará-!?... Hace
cincuenta años...
¡-Habrá envejecido tan mal como yo-?... ¿¡-Se habrá casado-!?... ¿¡-
Tendrá hijos-!?...
¿-¡Habrá olvidado la cita-!?... (Pausa prolongada) ¿¡-Habrá muerto-!?...
Noche, noche... mar.
¿-Qué hago aquí-?... ¡-La vida me debe una oportunidad-! ¡-Esta es mi
oportunidad-! ¡-La necesito-! Toda la basura que viví debe tener una
recompensa... Soy una criatura de Dios... (Llora con la cabeza gacha)
Padre... ¿¡-Porqué me has abandonado-!?... (Llora. Estalla una carcajada.
Se aleja del lugar y señalándolo se ríe de sí) El drama es mi estilo,
¡-Jua jua jua-! ... (Pausa)... Si todo volviera a empezar... sería actor
dramático (pausa)
Ya jugué mi juego de dados... ¡-Brummm-!. .. Mis dados estaban lisos,
sin números. Estoy solo y viejo; (pausa. Tararea suave. Silencio) Querido
bufón, los chistes verdes, el whisky y tu tiempo ocupado, te quitaron
todo... (Pausa)... Mar, cuando tenía dieciséis años entraba en tu agua
montado en un caballo. Me salpicabas, mar. Arremangaba mis pantalones
pero me mojabas, A veces, para escandalizar a mis amigos, montaba
desnudo. Bañaba a mi caballo y me bañaba yo. ¡Cómo me gustaba
eso!... Ese instante... Yo gritaba al viento: ¡Seré un gran actor!... (Pausa.
Fugaz, expresión de desconcierto – extravío). Todavía tengo tiempo… sí,
tengo tiempo... (Saca la petaca, intenta beber, está vacía) Petaca
inmunda; me traicionaste, tengo que cargarte de nuevo... hay que ir al
pueblo… (Trastabilla) Me retiro mar, pero vuelvo. ¡-Juan-! ¡Merlín no quiere
robar esta noche-! Merlín es un buen chico. Esa noche no quiere robar…
espera a su amor… No va a robar… Esta noche no. (Se mira la solapa.
Sacude su visible mancha azul) esta solapa, este traje está arrugado y
sucio… (Se retira tambaleante por el lateral por el que entró).
Ruido de mar. Pausa. Entra por el lateral opuesto un hombre
mayor. Viste un ajado traje blanco con una muy visible mancha azul
bajo su solapa izquierda. Sombrero blanco, zapatos blancos, corbata y
camisa blancas. Se apoya en un bastón de caña. Tiene paralizada la
mitad de su cuerpo. Arrastra esa parte grotescamente. De su mano
quieta pende un hilo con un paquetito con galletitas.
GUSTAVO: … Este traje, la solapa está tan arrugada. Le dije a Marta
que lo enviara a la tintorería, pero para ella la tintorería es un lujo.
(Pausa. Mira a su alrededor)
¡-Qué oscuro está, algo malo puede ocurrirme-! (mira a derecha e
izquierda. Intenta girar, no puede) Marta esta cada vez más avara, no
era así en nuestros primeros años de casados. (Se apoya contra el banco,
intenta sentarse. No puede) ... Y ahora cada vez es peor, empezó por
anunciar el precio de las manzanas; las bananas, el café. . .. (Mira
asustado hacia el lateral por el que salió Juan Merlín) Nos tortura con
el precio de todo lo que comemos, y ahora suprimió el agua con gas: ¡-
Para qué gastar en burbujas-?
Esta Marta. (Pausa) ¿-Qué hora será-? (se esfuerza. El reloj está en la
muñeca del brazo paralizado. Gestos cómicos intentando alcanzar con la
mano sana la muñeca del otro brazo que se escapa. Lo logra)... Apenas
distingo el reloj. Debo visitar al oculista. Estoy casi ciego. No debo
olvidarlo. Es que apenas tengo tiempo para mis propias cosas.
(Observa asustado más allá de la luz) ¡-Qué soledad-! ¿-Caeré en una
trampa-? (pega un pequeño salto. Adelanta un pie. Se coloca en guardia
con dificultad. Cae el brazo quieto) Ya verán... ya verán... No les daré
oportunidad... (Pausa. Medita)... Nadie supo que venía hacia este lado de
la ciudad; conocidos no me atacarán, ésos no. Pero pillos
circunstanciales... podría ser. Esta zona tiene mala fama. Vine sin
guardaespaldas. (Ruido seco. Se alerta, lleva su mano a la oreja para
escuchar. Se calma) ¡-Uff… qué noche-!... Y además con neblina... Espero
que no pase nada malo. De ser turista, podría justificar mi presencia
aquí, pero no sólo vivo en esta ciudad, sino que soy juez en lo
criminal y no puedo decir que desconocía la pésima fama de este Jugar.
Aparecería mi nombre en los diarios: Nuestro Juez Superior es atacado en
los muelles. No quiero pensarlo. Una mancha en mi carrera. (Se observa
la solapa. Intenta limpiar la mancha azul). .. ¡-Marta-!... ¡-Marta-!... con tus
tres defectos: vieja, esposa y avara... ¡-Hum-! ¡-Qué humedad-!. . . A mi
edad... no debería haber venido... (Pausa)... ¿-Qué dirían mis nietos si me
vieran aquí-? (Voz chillona) ¡-El viejo chocho
quiso pescarse unapulmonía y se largó a la playa-! 
Eso dirían. .. (Reflexivo) ¡-Viejo chocho-! ...
Yo, cabeza de la magistratura de este país, perseguidor de los que
burlan la ley, llamado viejo chocho por sus nietos-!... ¡-Bah ...-! ¡-Quizá
tengan razón-! (pausa. Se sienta en el banco trabajosamente. El
paquetito se bambolea desde su mano quieta. Mira asustado hacia un
lateral. Pausa breve)... Juan no vino... me equivoqué... ¡-Esperé este
momento durante tanto tiempo-!... Esperé cincuenta años, Juan.... No te
olvidé. No quise olvidarte (suspira); qué alivio poder decirlo sin temor.
Te amo Juan... fuiste el gran amor de mi vida. Tu amor es lo único que
no se perdió en mí en cincuenta años... Nadie lo supo... Creo que ni
yo mismo lo supe. Durante cincuenta años persistió una fecha: este
día... Cumplí. Volví. . ; Lo prometí a los dieciséis años y cumplí. (Pausa) La
vida pasó rápido: mi mujer, mis hijos, mi carrera, mis nietos. Siempre
corriendo, ocupado, organizando, estudiando... progresando... Mi vida...
todo eso... (Pausa. Salida sorpresiva)
¡-Puff-! ¡-Todo era un globo-!... En este instante toda mi vida es más
liviana que el aire...
¿¡-Fue mío todo eso-!? ... (Se ríe burlándose de sí) ¡-Los centenares de
pillos que envié a la cárcel-! ¡-Yo, el juez supremo, con una fecha en su
alma -!... Realmente Juan; no pude olvidarte. (Se compone) El verano
pasado mi nieto menor me insultó, me dijo: ¡-viejo marica-! Yo miraba a
un muchacho que jugaba con una pelota en la playa. Tenía tus piernas
Juan. Eran columnas perfectas: tus tobillos, tus muslos. Buscaba tus
piernas en esas piernas… Te buscaba Juan. Buscaba la perfección de tu
cuerpo ¡-Jaja-! Mi nieto menor, el que más quiero, me hiere siempre, (mira
a los laterales, inquieto) Me molesta no tener nada que hacer, yo que
leo hasta en el baño, debería haber traído un libro (mira al paquetito)
Compré estas galletitas secas para mi nieto diablo. (Pausa. Hacia el
mar)... Juan... Marta, mi mujer, me engañó. Una noche, hace años, en
verano, en la casa de unos amigos, escuché desde el jardín la voz
de Marta que decía, jadeaba... ¡-No-! ¡-No-! ¡-Por favor-!
¡-No-!... El dueño de casa la abrazó... la oí... Ella se resistió un instante,
sólo un instante y después... después... No me pude mover... Mi alma se
detuvo... Me engañó... Bastó que alguien insistiera un instante para que
ella... Aún resuena en mis oídos: ¡-No, No, Por favor no-! Así fue (pausa.
Con esfuerzo saca una galletita y la masca. Pausa) Con Marta todo
siguió igual. Somos una excelente pareja ... Eso creo, a pesar de su
avaricia y esto (señala a su medio cuerpo quieto) Hace dos años Juan,
esta parte de mi cuerpo, se cansó de trabajar y dijo adiós. Y comencé a
arrastrar a este medio cadáver mío. Desde entonces somos dos y nos
conocemos bien, me quejo de él, lo reto, lo visto... esta parte mía no me
lleva el apunte. Descansa. Quiere descansar y yo me agito como siempre.
(Saca otra galletita y la masca. Pausa) Tengo miedo que me veas,
Juan... ¡-estoy tan viejo-! (ruido seco. Se alerta)
¡-Un ladrón! ¡-Lo huelo a cien metros-! Descubro al delincuente, al vicioso,
al estafador, mejor que nadie. Soy más sabueso que el mejor de los
perros. (Levanta el bastón amenazante) ¡-No vas a sorprenderme, bribón-!(
Pausa. Se calma). .. Son mis nervios... es que… este momento, este
lugar. (Pausa. Mira el mar) ¡-Qué silencio-! ¡-Qué paz-! (mira la
bandera). .. Bandera amarilla... mar inestable... Vida inestable...
(Pausa). .. Nunca tuve tiempo para mí. ¡-Jamás descansé-! (saca otra
galletita, la masca). .. Viejo amigo,
¿-Vivirás-? ¿¡-Vine yo solo a nuestra cita-!?... ¿¡-Cómo habrás vivido-!?...
Eras tan hermoso, tan alegre. Estas galletitas están húmedas, me
gustan crocantes. Tus pies Juan, besé cada dedo... Las de chocolate
están mejor, parecen húmedas, pero el centro está crocante. No son
buenas; no compro más en esa confitería. (Pausa. Alerta. Husmea en
dirección al lateral por el que saliera Juan) ¡-Hay un ladrón cerca--! ¡No
me equivoco-! (Se incorpora, estira su cuello, inclina su columna. Postura
de perro de caza, se escucha cantar por el lateral. Entra Juan: trastabilla)
JUAN: …Los barquitos, los barquitos flotan en el mar azul y las gaviotas
y las gaviotas. (Se detiene bruscamente, expresión de horror por lo que
ve. Da un salto y gira, queda de espaldas) ¡-Dios mío-! ¡-Este
esperpento no puede ser el-!
GUSTAVO: (gira trabajosamente y también queda de espaldas.
Expresión aterrada)
¡-No-! ¡-Yo me escapo, este payaso, qué burla,
Juan este payaso-!
JUAN: Fue una estupidez venir, fui un tonto.
GUSTAVO: Además de ladrón ¡-borracho-!
JUAN: ¡-Qué viejo-! (retroceden de espalda hasta chocar una con la otra. Se
vuelven)
GUSTAVO: Perdón distinguido señor, no fue mi intención…
JUAN: Ni la mía, esta oscuridad es algo…
GUSTAVO: (Logra progresivamente una expresividad vulgar en tanto
Juan se comporta con sobriedad)
GUSTAVO: Yo supuse que el tranvía no pasaba por aquí, visito esta
zona... ¿¡-Es un muelle verdad-!?...
JUAN: No hay tranvías en esta ciudad. En efecto esto es un muelle. No
sólo es un muelle, es una zona peligrosa.
GUSTAVO: ¿-Peligrosa-?. .. Las cagaditas de las gaviotas tal vez... ¡-Jajaja-!
JUAN: No entiendo su ironía... Peligrosa por los robos...
GUSTAVO: (furioso) Nadie me roba a mí, con dos trompadas les vuelo
los colmillos.
JUAN: Por ahora no hay problemas... (Pausa. Miran el mar...)...Lindo
mar. . .
GUSTAVO: ¡-Sí, sí-!... ¡-Lindo mar-!... Aunque no sé por qué digo lindo;
me revienta el mar. Tanta agua... y debajo de esa agua, tantos bichos
que acechan... (Pausa) Este invierno es frío...
JUAN: Si, frío y húmedo.
GUSTAVO: (tiritando) Si, frío, húmedo y ventoso, ideal para una
pulmonía.
JUAN: ¿-Vive usted en la ciudad-?
GUSTAVO: No, ni la conozco. Vivo lejos de aquí... Vivo en... un camión,
recorro el mundo con un circo: soy clown...JUAN: ¿¡-clown-!?
GUSTAV0: Payaso, para algunos... divierto a la gente. Digo chistes, ruedo,
salto.
JUAN: ¿¡-Rueda y salta-!?...
GUSTAVO: Aunque no lo aparente, hago maravillas con mi cuerpo... ¿-Y
usted-?...
JUAN: Yo soy Juez.
GUSTAVO: (pausa) ¿¡-Juez-!?
JUAN: Y tampoco vivo en esta ciudad...
GUSTAVO: ...Usted es juez... difícil tarea...
JUAN: No tanto. Basta con leer la ley y aplicarla.
GUSTAVO: ¿Puede usted hacerlo?...
JUAN: ... A veces… A veces me dejan leer la ley. (Pausa) Sí, a veces,
sobre todo para asuntos menores, usted sabe...
GUSTAVO: Sí. Lo sé... Vino a esta playa. ..
JUAN: Vine a este lugar porque dicen que años atrás, traían a esta
playa caballos, y los bañaban en el mar. Los caballos estaban montados
por muchachos que arremangaban sus pantalones hasta las rodillas. ..
Entraban en el mar y jugaban con las olas. Los caballos avanzaban,
retrocedían, jugaban carreras saltando por sobre la espuma del mar,
jugaban hasta el anochecer: caballos y muchachos eran siluetas
cubiertas por el sol, después por las sombras... y después...
GUSTAVO: ¿¡-Y después-!?... (Pausa)
JUAN: No recuerdo.
GUSTAVO: Intente recordar... (Pausa)
JUAN: Tal vez si fuera de día y hubiera sol... es de noche...
GUSTAVO: Cierto...
JUAN: (Saca la petaca, la destapa, la ofrece a Gustavo)
GUSTAVO: No gracias, no bebo, no a esta hora... es mala hora... Usted lo
dijo, es tarde ya...
JUAN: No, no es mala hora, lo es para recordar, no para beber.
GUSTAVO: ¿¡-Está usted seguro-!?
JUAN: (pausa) No. No lo estoy. (Pausa)
GUSTAVO: ...Creo que usted tiene razón, tal vez la, hora sea buena
para beber... (Gustavo bebe. Devuelve la petada. Bebe Juan sin limpiar el
borde. Invita nuevamente a Gustavo. Este vuelve a beber. Pausa)
JUAN: Me gusta descansar así... (Pausa. Señala a la bandera)... El mar está
inestable... ¿-Por qué emplearon el color amarillo para anunciar al mar
inestable ?. . .
GUSTAVO: .. Cierto,.. ¿-Por qué el amarillo-?
JUAN: ...El rojo Parece adecuado para anunciar el peligro... pero el
amarillo… ¿-quién habrá dicho? Rojo: peligro. Amarillo: inestable. Blanco:
mar calmo. . .
¿-Quién lo impuso-?
GUSTAVO: ... Alguien...
JUAN: ...Cierto... Alguien... alguien, alguien...
GUSTAVO: ¿-Le molesta-?…
JUAN: ... Tal vez... lo que me llama la atención es que nunca, antes de
hoy, me había hecho esta pregunta... (Gustavo vuelve a beber. Devuelve
la petaca. Pausa prolongada)
GUSTAVO: (se ríe.) Este whisky... cuando miro al mar no puedo dejar de
reír,
JUAN: ¿¡-Lo hace feliz-!?...
GUSTAVO: No, recuerdo mi mejor chiste. Mire, una situación algo
parecida a la nuestra. Dos viejos amigos estaban sentados en un banco
frente al mar y uno le dice al otro:
¿¡-Ves lo que yo veo-!? ¿¡-Qué ves-!? Pregunta el otro amigo. Veo a un
hombre delgado, con mirada celestial, vestido con una túnica y que
camina descalzo sobre el agua. Viene hacia nosotros. El otro amigo se
alarma Y pregunta: ¿¿ ¡¡-camina sobre el agua -!!?? Sí responde el otro, y
aquí llega. En efecto, del agua salió un hermoso hombre, estaba apurado,
apretaba las piernas - buscaba un baño. (Pausa. Bebe nuevamente de la
petaca que le ofrece Juan. La devuelve) ¡-Ja ja-! Ese hombre se acercó al
que lo había visto primero y le preguntó: Hermano, ¿-dónde hay una
Iglesia-? Los amigos se sorprendieron y respondieron juntos: Cerca de aquí,
a dos cuadras. ¿¡-Como hago para reconocerla-!? Preguntó el señor que
salto el mar. Es fácil, contestó uno de los amigos, en el frente tiene un
cartel que dice! "Salva tu alma". El Señor de mirada celestial pensó un
segundo y preguntó: ¿¡-Hay algún otro dato-!? Sí, dijo uno de ellos,
debajo, de ese cartel hay otro que dice: “Horario de 8 a 20 horas” ; Jua,
Jua, Jua (la risa de Gustavo estalla disparatada. Juan no se sonríe) ¡-
Bárbaro-! ¿¡-No es bárbaro'-!? "Horario de 8 a 20 horas". Jua Jua jua, Es
bárbaro. De noche nadie se salva...
JUAN: (pausa). . . Su chiste…
GUSTAVO: ¿No le resulta bueno?
JUAN: ... No, no es eso... es que... esa insistencia en el mar. (Pausa)
¡Qué extraño, a propósito del mar!; En mi estudio tengo tres secretarias,
son viejas, viejas, muy viejas empleadas mías. Se llaman Mimí, Marta y
María. Me regalaron hace un año, para el día de mi cumpleaños, un
mantel. El mantel tenía un dibujo. Uno de esos dibujos logrados con la
superposición de puntos. Muchos puntitos unidos dibujan algo. Al
principio no me di cuenta, pero el dibujo representa al mar,..
GUSTAVO: ¿El mar?
JUAN: Sí, en efecto, el mar.
GUSTAVO: ...El mar,.. Qué raro... esa insistencia en el mar...
JUAN: Así es. Luego de haber descubierto eso, una inquietud comenzó
a invadirme en cada almuerzo y a cada cena, sólo lo uso en almuerzo y
cena.
GUSTAVO: ¿No toma té?
JUAN: No, té no, solo bollos... bollos sin té...
GUATAVO: … Ahh…
JUAN: … ¿Le extraña?
GUSTAVO: Sólo dije ahh…
JUAN: Ahh… Bien, prosigo entonces… Un mediodía almorzaba una linda
milanesa con papafritas y miré más allá de mi plato hacia el mar del
mantel… Todo sucedió tan rápido…
GUSTAVO: ¿Qué su sucedió?
JUAN: ¿Tendrá sentido contarlo?
GUSTAVO: Quizá no, pero inténtelo...
JUAN: ... El caracol salió del agua...
GUSTAVO: ¿Qué?...
JUAN: Sí, salió de la espuma de una ola, del mar del mantel...
GUSTAVO: ... ¿Usted comía papafritas y milanesas?
JUAN: …Sí... ¿Cree usted que comer papafritas y milanesas es un indicio...
de algo?
GUSTAVO: Tal vez... pero continúe, por favor... eso de las papafritas y
milanesas me resulta asombroso. . .
JUAN: El caracol trepó al plato, tomó una papafrita entre sus antenas...
GUSTAVO: (amenazante. Firme) ¿La papafrita era de las sequitas o de las
aceitosas?
JUAN: (alarmado)... Sequita...
GUSTAVO: (se revuelve)... Me desconcierta aún más...
JUAN: ...Con la papafrita sequita entre sus antenas, se zambulló en el
mar y desapareció entre las olas.
GUSTAVO: ... ¿Qué olas?
JUAN: ...Las del mantel... las del mar...
GUSTAVO: Ahh...
JUAN: ¡Usted con sus ahh!.. . Sus suspiros me confunden, No llego a
comprender porque suspira usted...
GUSTAVO: ... No se preocupe por no entender. Entender no basta... ni
siquiera alcanza. A veces creí comprender algo de la vida, pocas veces;
por suerte reconocí a tiempo que esa certeza era otro tipo de engaño...
(Pausa prolongada. Miran al mar)... ¡Cuánto tiempo!...
JUAN: ¿Tiempo?
GUSTAVO: ¡Cuánto!.. Recuerdo a un amigo, un viejo amigo... hace
cincuenta años le gustaba montar a caballo y entrar en el mar. Cabalgaba
sobre las olas con otros jóvenes audaces. Yo no me atrevía a hacer lo
mismo. Lo esperaba en la playa, en la seguridad de la playa, construyendo
castillos en la arena que luego el mar los destruía. . .
JUAN: ...Ese amigo suyo me recuerda a alguien...
GUSTAVO: ...Yo lo esperaba en la costa. Volvía a la playa, sólo cuando
las sombras de la noche y la sal del mar quemándole la piel lo obligaban
a retornar... Él jugaba en el mar para mí, su único espectador. Al volver
a la costa me contaba historias de mar, como ésa, como la de sus
papafritas... me gustaba escucharlo... bastaba escucharlo... era suficiente.
. .
JUAN: ..¿Siguen siendo amigos aún?
GUSTAVO: Creo que un caracol... el mismo caracol de su mantel, lo
tomó entre sus antenas y lo llevó mar
adentro con su caballo, hace
cincuenta años…
JUAN: ... Cincuenta años. . . (Pausa prolongada. Miran al mar)...Unagaviota...
GUSTAVO: ¿-Dónde-?...
(Juan eleva su brazo extendido y con su índice señala en el cielo a un
punto en el extremo derecho y mueve su brazo levantado, lentamente,
hasta el extremo izquierdo. La mirada de Gustavo sigue el camino
trazado.)
GUSTAVO: (con asombro) ¡-Una gaviota-!. . . Cruza el cielo... parece un
punto blanco.
JUAN: Es un punto blanco que cruza el cielo... Dicen que vuelan hacia
África.
GUSTAVO: ¿-África-?... No conozco África...
JUAN: Esa gaviota no vuelve más...
GUSTAVO: ¿-No vuelve más-?.. .
JUAN: Va a morir a África.
GUSTAVO: ¿-Va a morir-?... ¿-Tan lejos-?... ¿-no la veremos más-?
JUAN: Nunca más...
GUSTAVO: ... ¡-Va a morir, va a estirar la patita en África... tan lejos...
por qué en África-?
JUAN: Va a morir sola... le avergüenza envejecer...
GUSTAVO: (pausa)... ¿-Y en África, pierde la vergüenza-?...
JUAN: En África estará sola.
GUSTAVO: ¡-Ahh-! (pausa, quedan en silencio. Ruido de mar)... Tengo
frío...
JUAN: ¿-Quiere más whisky-?...
GUSTAVO: No gracias. Tengo que irme.
JUAN: Yo también...
GUSTAVO: Me siento bien con usted.
JUAN: Yo también con usted...
GUSTAVO: Es difícil sentirse bien con alguien a quien se acaba de
conocer.
JUAN: Sí, es muy difícil…
GUSTAVO: Muy difícil (se incorpora) ¿-Una galletita-?...
JUAN: Sí... (Juan toma una galletita. Gustavo toma otra y las comen
mirándose: pausa)... Quisiera saber... -Cuando viaja usted en su camión,
en el circo, trabajando como clown...
¿-Viaja acompañado o solo-?
GUSTAVO: (voz turbia por la emoción)... Acompañado.
Mi camión es grande. Me acompañan mi esposa, se llama Marta, es algo
avara pero es una buena compañera. Vienen mis hijos, tengo tres y mis
tres nietos. Uno de ellos, el que más quiero, el menor, es un diablo…
(Pausa). .. ¿-Y usted-?... ¿-Su familia-?. . .
JUAN: (pausado. Cálido) No tengo familia. Vivo solo. (Pausa prolongada)
GUSTAVO: Siento tanto frío... Nunca en mi vida tuve tanto frío...
JUAN: Arrópese. (Juan le levanta las solapas del saco a Gustavo. Observa
las manchas azules...) Tiene una mancha...
GUSTAVO: ...Usted también... Es azul...
JUAN: ¡-Sí-! Azul... (Pausa) No es ni blanco, ni rojo, ni amarillo... Es un lindoazul. (Pausa).
GUSTAVO: (afirmando el cierre del saco) Cierto, un azul hermoso...
Gracias, por cuidarme del frío. Nunca, jamás, nadie me ha cuidado. Usted
es un buen hombre.
JUAN: (extiende su mano para saludarlo)... Adiós... (Gustavo extiende su
mano, se adelanta y se abrazan suavemente, quedan así unos segundos.
Se separan)
GUSTAVO: Adiós... (Gustavo gira, da unos pasos con lentitud)
JUAN: ¡-Gustavo-! (queda mirándolo. Gustavo se detiene, gira y lo mira
sorprendido) GUSTAVO: ... ¿-Conocía mi nombre-?...
JUAN: Sí, usted lo mencionó al pasar...
GUSTAVO: (se acerca) Ahh... sí, al pasar.
JUAN: Se le cayó esto. (Juan le devuelve lo que acababa de robarle, saca
de su bolsillo, frente a la mirada calma de Gustavo, un reloj, una
billetera, una lapicera y se los entrega. Gustavo los guarda en silencio,
gira y se aleja lentamente. Juan también gira y se aleja en dirección
opuesta)
GUSTAVO: (en tanto se aleja) Sí, sí, se me cayó. Soy un descuidado.
Pierdo todo. Gracias, gracias, Juan...
JUAN: (sin volverse) De nada; Gustavo.

Salen por laterales opuestos. Escena vacía. Aumenta el ruido del mar y
del viento junto al chillido de una gaviota. Luz que disminuye
suavemente. 

Oscuridad.