INVITACION A LEER

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5/9/24

Giacometto Leonel. Los Pauer.

    









  

Los Pauer  i  

  

Leonel Giacometto  

  

  

El interior atrasa.  

Rubén Szuchmacher  

  

  

  

Personajes:  

·       Timoteo Pauer  

·       Mirna Brandolín de Pauer, esposa de Timoteo  

·       Débora Pauer, hija mayor de Timoteo y Estela  

·       Cintia Pauer, segunda hija de Timoteo y Estela  

·       Andrés Pauer, hijo menor de Timoteo y Estela  

·       Sabrina Rojas, Licenciada en Administración de Empresas y  

Marketing  

·       Graciana Castillo, empleada doméstica en lo de Los Pauer  

·       Alberto Castillo, hijo de Graciana  

  

  

Una ciudad del interior de la provincia de Santa Fe. Una ciudad del interior de Argentina, es decir, fuera de Buenos Aires. Una casa, la de Los Pauer.  

  

Living comedor. Sillones, mesa, sillas, cierta comodidad de clase media alguna vez acomodada. Puerta principal, puerta a la cocina, puerta al baño, puerta o salida al patio, puerta o escalera hacia la segunda planta de la casa. Hiperrealismo atolondrado, desorden, algo de eso circula, flota, anda por ahí.  

  

  

Es de mañana. Sábado. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Apagón rápido.  

  

Es de mañana. Domingo. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Apagón rápido.  

  

Es de mañana. Lunes. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Apagón rápido.  

  

Es de mañana. Martes. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Apagón rápido.  

  

Es de mañana. Miércoles. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Apagón rápido.  

  

Es de mañana. Jueves. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Apagón rápido.  

  

Es de mañana. Viernes. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Graciana (Tomando mate.): Está muy caliente.  

  

Sin mediar, toma la pava y el mate y va a la cocina. Vuelve y se ceba un mate ella misma. Mirna sigue permaneciendo algo indiferente, como ida.  

Deja de escucharse el sonido de la ducha.  

  

Graciana (Limpiando.): Ah, Mirna: ¿le dijo Cintia?  

Mirna: ¿Qué?  

Graciana: Albertito la invitó al pelotero.  

Mirna: ¿Qué?  

Graciana: Cintia y Albertito, mi hijo.  

Mirna: ¿Qué?  

Graciana: Que Cintia quiere ser actriz.  

Mirna: Ah.  

Graciana: Y le pidió a Albertito que la asesore un poco. Como mi hijo está estudiando para actor, se le ocurrió invitarla al pelotero donde trabaja para que vea como es ser actor.  

Mirna: ¿Y?  

Graciana: Va a venir en un rato a buscarla. ¿Es ella la que está en el baño?  

Mirna: Se rompió el baño de arriba.  

Graciana: ¿La ducha?  

Mirna: Está todo inundado.  

Graciana: Ahora voy a ver.  

Mirna: Ya debe estar seco. Pero hay un olor muy feo.  

Graciana (Al baño.): Cintia, me dijo Alberto que viene en un rato.  

Débora (En off.): No soy Cintia, Graciana.  

Graciana: Ah, Débora, buen día.  

  

Baja e ingresa Cintia. No saluda. En la puerta del baño.  

  

Cintia: Te podés apurar.  

Débora (En off.): Ya salgo.  

Cintia: Dale, que me tengo que ir.  

Débora (En off.): Yo también me tengo que ir. Te hubieses levantado antes. Graciana (A Cintia.): Cintia, buen día. Me dijo Albertito que viene en un rato a buscarte.  

Cintia: Sí, gracias, recién lo llamé.  

Graciana: Ah. Qué raro porque me dijo que te dijera eso.  

Cintia: Recién hablé.  

Graciana: Ah. Pero ¿viene para acá?  

Cintia: Sí. Y esta que no sale del baño.  

  

Sale Débora del baño. Está recién bañada y en bata. Se peina.  

  

Débora: Ahí tenés.  

  

Cintia ingresa al baño y cierra la puerta. Débora se peina. Ve el mate y a su madre. Se ceba un mate mientras se peina. Graciana, que entra y sale de la cocina, sigue limpiando.   

  

Débora: Graciana, ¿viste el sobre en la cocina? Es para vos. Disculpame que no te lo dejé el miércoles, pero se me pasó.   

Graciana: Sí, gracias.  

Débora: ¿Adónde va mi hermana?  

Graciana: A trabajar con Albertito.  

Débora: ¿De qué?  

Graciana: Va a ver cómo mi hijo se hace actor.  

Débora: Tiene que hacer los bancos hoy.  

Cintia (En off.): No puedo hoy yo. Decile a Andrés. Débora: Me estoy cansando de vos y tus horarios.  

Cintia (En off.): Pagame un sueldo entonces.  

Débora (A Graciana.): ¿Mi papá?  

Graciana: Supongo que salió temprano. Yo recién llegué.   

Débora: Qué raro, habíamos quedado que él me llevaba al negocio.  

Mirna (Neutra.): Empresa.  

Graciana: Habrá tenido algo que hacer.  

Débora: Sí, bueno, qué sé yo. Me voy a terminar de cambiar, por favor, Graciana, después fijate que en mi habitación hay algo de ropa para lavar.   

(Yéndose pero volviendo.) Ah, yo después desde el negocio...  

Mirna (Interrumpiendo, neutra.): Empresa.  

Débora (Sin prestar atención.): Voy a llamar a un plomero por el baño de arriba. Le voy a decir que venga esta tarde. ¿Vos te podrás quedar un ratito más hoy? Porque Andrés no va a saber qué hacer con el plomero.  

Graciana (Limpiando.): Sí, sí.  

  

Sube y sale Débora. Comienza a escucharse nuevamente el sonido de la ducha.  

  

Cintia (En off, gritando.): Graciana, Graciana. Bajá el calefón. Dale.  

  

Graciana va a la cocina.   

  

Cintia (En off, gritando.): ¿Y?  

Graciana: Ya está. Esperá un poco. (A Mirna.) Cómo grita esta chica, tiene buena voz para ser actriz.  

  

Mirna no contesta y Graciana tampoco espera una respuesta.  

  

Cintia (En off, gritando.): Graciana, Graciana. Me hacés el café con leche mientras me termino de bañar. Fijate si podés hacerme unas tostadas, también.  

  

Graciana vuelve a la cocina.  

  

Cintia (En off, gritando.): ¿Me hacés?  

Graciana (En off, desde la cocina.): Estoy en eso, estoy en eso.  

  

Suena el timbre. Graciana abre. Es Alberto, que carga una mochila. No se escucha la ducha.  

  

Cintia (En off, gritando.): ¿Quién es? Graciana, ¿quién es?  

Alberto: Soy yo, Alberto. (A Mirna.) ¿Cómo le va señora?  

Cintia (En off, gritando.): Uy, ya estás acá. Aguantame un ratito, ¿sí? Decile a tu mamá que te haga el desayuno. Graciana, hacele un café con leche también, ¿si?  

Graciana (A Mirna.): Es el Alberto, ¿se acuerda Mirna?  

Mirna: Sí, cómo no acordarme.   

  

Silencio incómodo.  

  

Graciana (A Alberto.): Sentate acá y esperá que ya te traigo el desayuno para vos y para Cintia.  

  

Graciana sale a la cocina y permanece un tiempo. Apaga la radio. Alberto se sienta a una silla, cerca de Mirna. Muy rápido, del baño, sale Cintia y corre a las habitaciones.  

  

Cintia (A Alberto.): No me mires, no me mires.  

  

Sólo Alberto y Mirna. Silencio extenso e incómodo.  

  

Mirna: Una hamaca se mueve sola en Firmat.  

Alberto: ¿Cómo?  

Mirna: La plaza tiene juegos infantiles. Tres hamacas. Una se mueve como si alguien se estuviera meciendo.  

Alberto: No sabía.  

Mirna: Detrás de la iglesia San Cayetano está la plaza.  

Alberto: Nunca estuve en Firmat.  

Mirna: Yo nací a tres cuadras de esa plaza.  

Alberto: Ah.  

Mirna: Pero no me acuerdo de las hamacas.  

Graciana (Ingresando con dos tazas.): Cintia, el desayuno.  

Cintia (En off, gritando.): Ya voy.  

Graciana: Ahora les traigo tostadas. (A Mirna.) ¿Quiere unas tostaditas con mermelada?  

Mirna: Hoy me levanté mareada. Debo tener la presión alta.  

Graciana: Se la tendría que hacer ver más seguido. (Sale y vuelve a ingresar con más cosas del desayuno.) Mirna: No lo necesito, me doy cuenta.  

Graciana: ¿Tomó el Lotrial?  

  

Silencio.  

  

Mirna: No.  

Graciana: ¿No?  

Mirna: No tengo más.  

Graciana (Casi protestando, susurrando para sí.): Ay, Dios mío... (A Alberto.) ¿Vos me harías el favor de ir hasta la farmacia que estoy muy ocupada? Tenés tiempo todavía. Cintia va...  

Alberto (Interrumpiendo. Con disgusto.): Dale.  

Graciana: Lotrial D. La framacia de acá a la vuelta. (A Mirna.) ¿De 30 o de  50?  

  

Mirna mira a Graciana pero no contesta.  

  

Graciana (A Alberto.): De 50.  

  

Tiempo. Alberto se para, pero se queda esperando.   

  

Graciana (A Alberto.): Andá.  

Alberto: ¿Y la receta? ¿La plata?  

Graciana: Decile que es para Mirna Pauer. Después arregla Débora todo junto con otras cosas que habí...   

Alberto (Interrumpiendo.): ¿Y si no me lo quieren dar?  

  

Baja Cintia vestida, con el pelo revuelto, en busca de su cepillo. Se fija en el bolso que está sobre uno de los sillones, pero no lo encuentra. Graciana entra y sale de la cocina.  

  

Graciana: Ahí está, que te acompañe Cintia.  

Cintia (A Graciana.): ¿Vos sabés dónde está mi cepillo?  

Graciana: La última vez que lo vi estaba en tu mesita de luz.  

Cintia: Sí, pero ahora no está. Yo también lo vi ahí la última vez. Pero después lo llevé al club para bañarme después de entrenar.  

Graciana (En off, desde la cocina.): Fijate acá en la cocina, arriba de la heladera.  

  

Cintia va hacia la cocina, un rápido “Ya vamos” a Alberto, que sigue esperando, y sube hacia la habitación con el cepillo en la mano.   

  

Graciana (En off.): ¿Vas Alberto?  

  

Alberto sale. Mirna sigue estando ahí donde estaba. Aparece Débora notablemente molesta.  

  

Débora: Mamá, ¿Graciana?   

Graciana (En off, desde la cocina.): Acá estoy.  

Débora (Hacia la cocina, junto a Mirna.): Ya me voy, que llego tarde y papá debe... (Se interrumpe. Recuerda.) ¿Podés creer que Andrés me dejó el auto gris todo sucio? Si sabe que yo lo uso para ir a trabajar...   

Mirna: ¿Habrá hecho la tarea?  

Débora: Para vos el boludo ese no va a ser grande nunca.   

Mirna: Sigo mareada.  

Graciana (Entrando y saliendo.): Cuando yo llegué tu hermano ya no  

estaba.   

Débora (Negando con la cabeza.): Está durmiendo. Me dijo que hoy no  

tenía clases.   

  

Aparece Andrés, recién levantado, baja y, sin saludar a nadie (o saludando casi automáticamente), se sienta donde estaba Alberto y comienza a tomar su desayuno.  

  

Débora (A Andrés.): ¿A vos te parece lo que hiciste con el auto?  

Andrés: ¿Otra vez con lo mismo?  

Débora: Sí, otra vez. ¿A vos te pare...  

Ándres (Interrumpiendo.): ¿De qué hablás?  

Débora: Me dejaste el auto todo el auto sucio. Me voy.  

  

Débora hace un saludo general y sale a la calle.  

  

Graciana (Ingresando. A Andrés.) Buen día, Andrés. ¿No fuiste a...  

Andrés (Interrumpiendo.): No.  

Graciana (A Andrés.): ¿Querés que te haga otro café? Ese era el de A...  

Andrés (Interrumpiendo.): No.  

  

Graciana vuelve a la cocina. Silencio. Sólo Andrés y Mirna.  

  

Andrés (A Mirna.): ¿Papá?  

  

Silencio.  

  

Andrés (A Mirna.): ¿Mamá?  

  

Silencio.  

  

Mirna: ¿Qué?  

Andrés: ¿Papá? ¿Se fue al negocio ya?  

Mirna (Neutra.): Empresa.  

  

Baja Cintia, ya arreglada y lista para salir. Se sienta junto a Andrés y prueba el café. Está frío. Toma la taza y la lleva a la cocina.  

  

Cintia (En off. A Graciana.): ¿Me lo calentás un poquito en el microondas?  

Vuelva Cintia a la mesa y se sienta. Come tostadas con mermeladas.  

  

Cintia (A Andrés.): ¿Papá?  

Andrés: Ni idea.  

  

Silencio.  

  

Andrés: ¿Adónde vas?  

Cintia: Por ahí.  

Andrés: ¿Adónde?  

Cintia: Por ahí.  

Andrés: ¿Adónde? ¿Qué te hacés la misteriosa?  

Mirna: Va a ser actriz.  

Cintia: ¡Mamá!  

Mirna: Se va a casar con Alberto.  

Cintia (Más sorprendida.): ¡Mamá!  

Andrés (Riendo socarronamente.): ¿Tenés novio vos?  

Cintia: Callate, idiota.  

  

Entra Graciana con la taza.  

Graciana (A Andrés.): Albertito la invitó al pelotero a tu hermana.  

  

Sale Graciana.  

  

Andrés (Socarronamente.): Ah, ¿vas a tirar pelotitas al aire?  

Cintia: Idiota.  

Andrés: Ya me parecía que vos andabas con el payasito...  

Cintia (Pegándole en la cabeza.): Por lo menos no ando pelotudeando como vos todo el día con el hijo de...  

Andrés (Interrumpiéndola con un golpe en la cabeza.): ¡¿Qué decís?!  

  

Cintia y Andrés comienzan un juego de manos y golpes cerca de Mirna, que no se inmuta. En ese momento que suena el timbre de la puerta de calle.  

Abre Graciana. Es Alberto con las pastillas.  

  

Alberto (Con un paquetito en la mano.): Acá están.  

Graciana: Bueno, gracias. (A Mirna.) Ahora le traigo agua, Mirna.  

  

Sale Graciana. Alberto se queda parado cerca de la puerta mientras Cintia y  

Andrés se calman.  

Andrés (A Alberto.): Qué hacés, che...  

Alberto: Bien, gracias.  

Cintia (A Alberto.): Vení, sentate que ya nos vamos.  

  

Alberto se sienta a una silla. Reingresa Graciana con un vaso de agua, una pastilla y una taza de café para Alberto. Realiza todas las tareas y sale a la cocina. Silencio.  

  

Andrés (A Cintia.): ¿Ya aprendiste a mover las pelotitas sin que se te...  

Cintia (Interrumpiendo.): ¿Te pódés callar?  

Andrés (A Alberto.): Yo siempre quise aprender pero nunca me salió.  

  

Silencio. Alberto saca de su mochila tres pelotitas y comienza a moverlas y tirarlas al aire. Andrés ríe socarronamente mientras Cintia trata de callarlo.  

  

Cintia (A Alberto.): Estuve practicando.  

  

Cintia corre a su habitación y vuelve rapidísimo con tres pelotitas. Intenta hacer lo mismo que Alberto. Mirna sonríe. Andrés hace burla. Graciana se asoma por la cocina y sonríe también. Clima jocoso. Pausa en la que continúan los juegos con las pelotitas mientras se escuchan las voces de  

Débora y Timoteo.  

  

Débora (En off.): Tu hijo me dejó el auto...  

Timoteo (En off.): Es chico, dejalo.  

Débora (En off.): Cuando se rompa la cabeza y haya que...  

Timoteo (En off. Interrumpiendo.): ¿Hiciste lo que te pedí?  

Débora (En off.): Sí, pero no entiendo para qué un inventario en...  

Timoteo (En off. Interrumpiendo.): Hoy te vas a enterar.  

  

Ingresa Timoteo y observa la escena con extrañeza.  

  

Andrés: Ah, Papá. No me dejaste plata para...  

Timoteo: Pedile a Débora que...  

Cintia (Interrumpiendo. A Timoteo.): A mí tampoco me dejaste...  

  

Timoteo hace un gesto de enfado y busca dinero en su bolsillo para Andrés y Cintia. Se escuchan, de a ratos, como murmullos, las voces de Débora y Sabrina.  

  

Débora (En off.): Ah, sí, me dijo...  

Sabrina (En off.): ¿Segura?  

Timoteo (a sus hijos.): Cuiden la plata, por favor... (A Graciana.) ¿No habrá un cafecito rápido para mí, Graciana?  

Graciana: Enseguida.  

Sabrina (En off.): Broches de plástico extra fuertes fabricados en material virgen, con resorte de alambre galvanizado acerado.  

Débora (En off.): ¿Qué?  

  

Ingresa Débora. Detrás, Sabrina.  

  

Débora (Alterada y sorprendida.): ¡¿Papá?!  

Timoteo: Ah, Sabrina, disculpáme, ya vamos.  

Débora: ¡¿Papá?!  

  

Silencio general. Todos miran a Sabrina, que ingresa al living. Sólo Mirna continúa en los suyo.  

  

Cintia y Andrés (A Sabrina.): ¿Y vos?  

Timoteo: Bueno, parece que la presentación va a ser hoy.  

Débora: ¿Qué presentación?  

Timoteo: Ella es Sabrina Rojas.  

Alberto: ¿La vedette?  

Sabrina: Sabrina Rojas, licenciada en Administración de Empresas y  Marketing.  

Timoteo: Ella formará parte del negocio después de...  

Mirna (Interrumpiendo. Neutra.): Empresa.  

Sabrina (tomando la palabra.): Empresa, sí. Muy bien dicho, señora Mirna.  

Débora: ¿Qué empresa? ¿Qué marketing?  

Sabrina (A Débora.): “Broches Pauer”, la empresa que tan bien vienen administrando tu papá y vos.  

Débora (A Timoteo.): ¿Podés explicarme un poco, papá?  

Timoteo: No sólo a vos.  

Débora: ¿Qué?  

Timoteo: Yo tenía pensado invitar a cenar esta noche a Sabrina para hablar del tema más, más, más...  

Sabrina (Completando.): Cordialmente.  

Timoteo: Cordialmente. Cordialmente, eso es.  

Débora: No entiendo.  

Cintia: Yo tampoco.  

Andrés: Ni yo.  

  

Silencio breve.  

Mirna: Nosotros tampoco.  

  

Ingresa Graciana con el café.  

  

Sabrina: Timoteo contrató mis servicios para una, digamos, reestructuración integral de la empresa para un relanzamiento a partir del próximo año.  

Débora: ¿Relanzamiento?  

Sabrina (A Débora.): Eso es precisamente lo que te explicaba afuera, Debi.  

Débora: Débora.  

Timoteo: Hay que estar a la altura de las circunstancias. No nos podemos quedar atrás.  

Cintia (Graciosa.): ¿Atrás de qué?  

  

Sonrisas de Cintia, Andrés y Alberto.  

  

Timoteo: Todo los días hay un nuevo movimiento en el mundo bursátil que exige a los empresarios como yo decidir rápidamente los cambios.  

Débora: ¿Qué cambios?  

Timoteo: Familia, en Japón hoy es mañana.  

Pequeño silencio.  

  

Timoteo: A partir del año que viene dejaremos de fabricar broches para ropa de madera e ingresaremos a la aldea global.  

  

Pequeño silencio.  

  

Sabrina (Interrumpiendo.): La idea, principalmente, es ir desprendiéndose de la imagen de “Broches Pauer” como abastecedor de broches para ropa de madera, ya que su fabricación en saligna y su posterior secado y pulido, con resortes de alambres galvanizado acerado, si bien dan la imagen de resistentes, implican, hoy por hoy, un déficit en sus costos de fabricación.

Débora: Yo ya le dije a mi papá que eso era un tema de reducción de personal, del cual yo misma me estaba encargando con los...  

Timoteo (Interrumpiendo. A Débora.): Ya no. (A Sabrina.) Seguí, por favor... Sabrina: La propuesta es que “Broches Pauer” se convierta en el primer importador de broches para ropa de plástico extra fuertes fabricados en material virgen, con resorte de alambre galvanizado acerado; y de una versión, también en plástico pero sin resorte.   

Timoteo: Importados de Japón.  

 

Silencio general y extenso. Todos miran a Débora, menos Mirna.  

  

Débora: Me voy a largar a llorar.  

Andrés (Irónico. A Débora.): ¿De la emoción?  

  

Silencio.  

  

Cintia: Nosotros nos vamos.  

Timoteo: ¿Quiénes se van?  

Cintia: Alberto y yo.  

Timoteo: Ah, bueno, sí, vayan, vayan “los artistas”. Pero al menos, decime qué te parece la idea.  

Sabrina: Ya no es una idea.   

Débora: Es un hecho, ¿no?  

Timoteo (Casi un reto.): ¡Débora!  

  

Alberto y Cintia saludan y se van.  

  

Andrés: ¿Y qué va a pasar con las máquinas y la gen...  

Débora (interrumpiendo.): No te metas.  

Timoteo: No, no. Andy tiene razón al preguntar.  

Débora: ¿Qué razón tiene?  

Timoteo: A partir del año que viene, no necesitaremos más...  

Débora (Interrumpiendo.): ¿Vos no pensaste en mí? ¿Vos no pensaste que yo estaba reestructu...  

Timoteo: Pienso en el futuro de todos.  

Andrés (Sobre Sabrina.): Sobre todo en el de la rubia.  

Timoteo (Retando.): ¡Andrés!  

Sabrina (a Débora.): Yo quería hablar con vos antes pero, bueno, esto necesitaba ser resuelto con una urgencia que...  

Débora (Interrumpiendo.): ¿Esto?  

  

Silencio.  

  

Timoteo (A Débora.): Me lo vas a agradecer un día. Cuando yo ya no esté y vos y tus hermanos ten...  

Débora (Interrumpiendo.): Te regalé mi vocación.  

  

Silencio tenso.  

  

Timoteo: Te estoy ensañando a ser mujer.  

  

Silencio tenso.  

  

Débora sale disparada a la calle. Detrás Timoteo tratando de calmarla.  

Sabrina quedó sola, parada, en el medio. Miradas de Graciana, Andrés y  Mirna.  

  

Sabrina: Un placer conocerlos.   

  

Silencio.  

  

Sabrina: Un placer ser parte de los Pauer.  

  

Sale Sabrina. Pausa extensa. Mirna, Graciana y Andrés.  

  

Mirna: Una hamaca se mueve sola en Firmat.  

Graciana: Parece que son tres las hamacas que se mueven.  

Andrés: Dicen que es el fantasma de un chico muerto hace mucho.  

Graciana: No sé cómo un fantasma puede hamacarse.  

Mirna: Los fantasmas no existen.  

  

Silencio.  

  

Andrés: ¿Los japoneses lavan y cuelgan la ropa como nosotros?  

Graciana: Parece que sí.  

Andrés: ¿Vamos a poder ir a Japón el año que viene? ¿Bruce Lee era japonés?  

Graciana: ¿Quién era Bruce Lee?  

Andrés: Como Van Damme, pero chino. O japonés.  

Graciana: Son todos iguales.  

Mirna: ¿Vos creés?  

  

Apagón.  

 

  

Es de mañana. Mirna permanece. Está sentada a una silla; toma mate con cierta lentitud y con la mirada en algún punto a varios metros de ella. Algo lejano, el sonido de la ducha. Tiempo extenso sólo alterado por los tibios movimientos de Mirna al cebarse mate.  

  

Ruidos de llave en la puerta principal. Ingresa Graciana, saluda a Mirna con un casi cálido “Buen día” y se dirige a la cocina. Se escuchan ruidos de cocina: vajillas, bolsas de polietileno, puerta de la heladera, puertas de la alacena, cosas así. Comienza a escucharse, también desde la cocina, el sonido de una radio en AM. Graciana va y viene desde la cocina al living tratando de acomodar un poco el lugar. Mirna, que la mira de a ratos, le ofrece un mate sin hablar.  

  

Apagón final.  

                                          

 

Estrenada el viernes 3 de mayo de 2008 en el Centro Cultural Dante Alighieri, Sarmiento 2551, Esperanza, Santa Fe (Argentina), con dirección de Fabiana Godano y las actuaciones de Felipe García, Gisela Alemandri, Romina Moschen, Gabriel Bisang, Marisa Castillo, Nicolás Pérez, Agustina  Barravalle y Patricia Mulé. Producción de la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y las Facultades de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional del Litoral (UNL).