5/1/15

La noche de San Juan. Lope de Vega.







La noche de San Juan

Lope de Vega


Personas que hablan en ella.
 

DON JUAN.
DON LUIS.
DON PEDRO.
DON BERNARDO.
OTAVIO.
MENDOZA.
CELIO.
LEANDRO.
LEONARDO.
DON FÉLIX.
Alguaciles.
DOÑA LEONOR.
DOÑA BLANCA.
INÉS,   criada.
ANTONIA,   criada.
FENISA.
LUCRECIA.
FABIO.
RODRIGO.
DON ALONSO.
DON TORIBIO.
TELLO,   gracioso.





Acto primero

Salen DOÑA LEONOR, dama, y INÉS, criada.

DOÑA LEONOR
No sé si podrás oír
lo que no puedo callar.
INÉS
Lo que tú supiste errar,
¿no lo sabré yo sufrir?
DOÑA LEONOR
Perdona el no haberte hablado, 5
Inés, queriéndote bien.
INÉS
Ya es favor de aquel desdén
pesarte de haber callado.
DOÑA LEONOR
No me podrás dar alcance
sin un romance hasta el fin. 10
INÉS
Con achaques de latín
hablan muchos en romance.
DOÑA LEONOR
Las destemplanzas de amor
no requieren consonancias.
INÉS
Si sabes mis ignorancias, 15
lo más claro es lo mejor.
DOÑA LEONOR
¿Tengo de decir, Inés,
aquello de «escucha»?
INÉS
No,
porque si te escucho yo,
necio advertimiento es. 20
DOÑA LEONOR
Vive un caballero indiano
enfrente de nuestra casa
en aquellas rejas verdes,
cuando está en ellas doradas.
Hombre airoso, limpio, y cuerdo, 25
don Juan Hurtado se llama;
dijera mejor, pues hurta,
don Juan Ladrón sin Guevara.
Este que mirando en ellas
las tardes y las mañanas, 30
no curioso de pintura,
los retratos de mi sala,
sino mi persona viva,
como papagayo en jaula
siempre estaba en el balcón 35
diciendo a todos: «¿Quién pasa?»;
debió de pasar Amor,
que como el Rey que va a caza
a las águilas se atreve,
¿cuánto y más a humildes garzas? 40
Parándose alguna vez,
preguntole cómo estaba;
respondió: «Como cautivo»,
y miraba mis ventanas.
De sus ojos y su voz, 45
a mi labor apelaba,
mas pocas veces defienden
las almohadillas las almas.
Muchas te confieso, amiga,
que los ojos levantaba 50
por ver si estaba a la reja,
que no por querer mirarla.
Di en cansarme si le vía,
¡oh, qué necia confïanza!,
que pesándome de verle, 55
de no verle me pesaba.
Dicen los que saben desto,
Inés, que el amor se causa
de unos espíritus vivos
que los ojos de quien ama 60
a los opuestos envían,
y como veneno abrasan
de aquellas sutiles venas
la sangre más delicada.
Por esta razón los niños 65
en los brazos de sus amas
enferman de quien los mira,
aunque es la causa contraria,
que allí mira el niño Amor,
pero aquí padece el alma, 70
que las niñas de los ojos
las de las almas retratan.
En la vitoria una fiesta,
que en guerra de amor no falta
la vitoria a quien porfía, 75
y más si está la esperanza
tan cerca del buen suceso,
el tal indiano esperaba
que yo llegase a la pila;
llegué, y al tomar el agua, 80
como que hacía lo mismo,
me echó un papel en la manga.
¿No te dije yo al principio
cómo Hurtado se llamaba?
¿Pues qué mayor sutileza, 85
viniendo entre gente tanta?
Tomaba con una mano
el agua, y con otra echaba
el papel, en que fue cierto
lo que dicen del que anda 90
entre la cruz y la pila;
pasaron dos horas largas
mientras en la iglesia estuve,
donde por más que rezaba,
más al papel atendía 95
que a las imágenes santas.
Quise romperle mil veces,
y cuando ya le sacaba,
parece que me decía:
«Señora, ¿por qué me rasgas?» 100
¿Qué perderás en saber
cómo escriben a sus damas
los amantes? Pero yo,
aunque con mudas palabras,
«¡No, traidor!», le respondía, 105
«aquí morirás, que llamas
para papeles de amores
suelen ser manos honradas»,
entre si le rasgo, o no
(¡oh, cuánto yerra quien halla 110
luz para atajar principios,
y los remedios dilata!),
comencé a rasgarle, y luego
detuvo el Amor la espada,
porque es ángel que defiende 115
papeles cuando honras mata.
Volvió en fin por las razones,
y la razón desampara,
afeándome la muerte
de un pobre papel sin armas. 120
Él vino conmigo en fin,
y en mi aposento, sentada
en mi cama vi el papel,
cortés, como quien engaña,
y breve como discreto, 125
y aquella máscara santa
del matrimonio en los hombres,
treta que ha perdido a tantas.
Anduve desde este día
triste y alegre, cansada 130
de sufrir mis pensamientos
que, resistidos, desmayan.
Don Juan, como pescador
que al pez el sedal alarga,
cuando ya le tiene asido 135
y va mudando la caña,
enviome una mujer
destas que cuentan por habas
los sucesos por venir,
negro monjil, tocas blancas, 140
cuentas de no dar ninguna,
que cruz y muerte rematan
cruz de matrimonios que hacen
y muertes de honras que acaban.
Yo no sé, por no cansarte, 145
con qué hechizos o palabras
trocó mi honesto deseo,
que a dos visitas estaba
como don Juan me quería,
claro está que enamorada. 150
Respondí al papel, y a muchos,
por esta fingida santa,
a quien mi casa venera
y a quien mi hermano regala.
En fin, dando yo lugar, 155
todas las noches me habla
por esas rejas don Juan,
porque después de acostada
vuelvo a vestirme y salir,
porque cuando el Amor danza, 160
no hay conde Claros, Inés,
que así salte de la cama.
Hablamos hasta que el sol
nos envía con el alba
a decir que ya es de día, 165
porque los ojos no bastan.
Así pasamos las noches,
y te prometo que es tanta
la blandura y discreción
de don Juan, y que me trata 170
con tan honesto respeto
que, perdida y obligada,
pienso advertir a mi hermano
de que mi vida se pasa
sin que de mi estado trate, 175
que divertido en sus damas
como caballero mozo
ni se casa, ni me casa,
porque somos las mujeres
fruta que con flor agrada, 180
y del tiempo en que se coge,
siempre es mejor la mañana.
Esta, Inés, la historia ha sido,
y cuanto amorosa, casta,
no le di mano sin ser 185
sobre lágrimas prestadas.
A quien no lo pareciere,
pruebe a ser un año amada,
que oír y no responder,
solo es bueno para estatuas. 190
Yo defendí mi valor,
pero donde el cielo es causa,
y dos almas se conforman,
ninguna prudencia basta.
INÉS
Aunque has pensado que yo 195
no entendía tu inquietud,
y estimaba la virtud
de quien el papel te dio,
sabe que todo lo sé,
y de Tello, su crïado, 200
que alguna vez me ha fiado
tus pensamientos en fee
de un poco de voluntad.
DOÑA LEONOR
¿Quiéresle bien?
INÉS
Es discreto.
DOÑA LEONOR
Bueno andaba mi secreto. 205
INÉS
¿Parécete novedad
que donde mira el señor
siga su ejemplo el criado?
DOÑA LEONOR
Mi hermano, Inés, ha llamado.
¡Ay Dios!
INÉS
¿De qué es el temor? 210
DOÑA LEONOR
¿De venir con él don Juan
a quién él jamás habló?
INÉS
¡Don Juan!
DOÑA LEONOR
Ya le he visto yo,
y mil sospechas me dan.

(Salen DON JUAN, y DON LUIS, y TELLO.)

DON LUIS
Creed, señor don Juan, que estoy corrido; 215
si bien no culpa, encogimiento ha sido
no haberos visitado.
DON JUAN
Confieso que en lo mismo estoy culpado,
siendo mi obligación.
DON LUIS
Antes la mía,
que ofreceros debía 220
mi casa y mi amistad por caballero,
vecino y forastero.
DON JUAN
Mostráis lo cortesano y lo discreto
en honrarme, don Luis, y yo os prometo
que el amor me debéis con que os hacía 225
mil visitas el alma cuando os vía,
con mil ansias de ser amigo vuestro.
DON LUIS
Estrellas tuvo el pensamiento nuestro.
Ellas nos concertaron, pues ha sido
igual amor el que nos ha vencido. 230
Servíos desta casa llanamente.
DON JUAN
Esclavo seré suyo eternamente.
¿Es vuestra hermana esta señora?
DON LUIS
Hoy quiero
que conozcáis mi hermana. El caballero,
Leonor, que miras, es don Juan Hurtado. 235
Ya sé que tu retiro recatado
aún no sabrá que fue nuestro vecino
desde que a España de las Indias vino.
DON JUAN
¡Cielos, qué dicha es esta!
Señora, a tantas honras la respuesta 240
es el silencio mudo,
que es la lengua mejor de quien no pudo
satisfacer su obligación hablando.
DOÑA LEONOR
Y yo, señor don Juan, quiero, imitando
si no el ejemplo el pensamiento vuestro, 245
decir callando del contento nuestro
alguna parte breve
por mi hermano y por mí.
DON LUIS
Todo se debe
al valor de don Juan.
DON JUAN
Embarazado
de tantas honras casi estoy turbado. 250
Aunque no lo supiera,
por hermanos, señores, os tuviera
viendo tan parecida cortesía.
DON LUIS
Retírate, Leonor, que hablar querría
a solas con don Juan.
DOÑA LEONOR
Como quisieres,         255
aunque la condición de las mujeres
lleva mal los secretos.
DON JUAN
Tello, ¿qué es esto?
TELLO
Del amor efetos,
que se pega también, y es cosa llana
que a don Luis se le pegó su hermana. 260
DON JUAN
Si hacemos amistad, ¡ay Leonor mía!,
aquí veré tu sol sin celosía.
DOÑA LEONOR
Inés, detrás desta cortina quiero
escuchar a mi hermano, que me muero
de varios pensamientos combatida. 265
INÉS
¿No ves que es amistad?
DOÑA LEONOR
¿Y si es fingida?

(Escóndense las dos.)

DON LUIS
Señor don Juan, ya que habemos
nuestras almas declarado,
fuera engaño haber callado
lo que en su centro tenemos. 270
Sin prólogos, sin estremos,
ya sois dueño de la mía.

(LEONOR escondida.)

DOÑA LEONOR
¡Ay, qué desdicha sería,
Inés, que se declarase!
INÉS
Más aguardo que te case. 275
TELLO
No hay secreto sin espía;
las dos escuchando están,
que mujeres por saber,
y más cuando hay que temer,
ventanas en bronce harán. 280
DON LUIS
Yo quiero, señor don Juan,
el más hermoso sujeto
deste lugar, y aunque a efeto
de casarme, como es justo,
no corresponde a mi gusto 285
ni en público, ni en secreto,
creer que es honestidad
a mi amor, está muy bien,
que en un público desdén
hay secreta voluntad. 290
Tenéis vós tanta amistad
con el dueño desta dama,
que no fue mayor la fama
de Pólux y de Castor,
por donde piensa mi amor 295
que la fortuna me llama.
Pero ya, ¿qué tiempo aguardo,
cuando también me entendéis,
pues dice que lo sabéis
la amistad de don Bernardo? 300
Que este mi desdén gallardo
trujo de Sevilla aquí
como su hermano, y yo fui
dichoso en que van de espacio
sus negocios en palacio, 305
pero muy aprisa en mí.
Blanca me mata, en efeto,
yo me querría casar;
nadie lo puede tratar
como un amigo discreto. 310
Vós lo sois, y yo sujeto
a cuanto vós concertéis.
En dote no reparéis,
que bien sabréis cuál me veo,
si en posesión o en deseo 315
alguna prenda tenéis.
DON JUAN
Si no tuviera por cierto
el fin de tan justo amor,
sabiendo vuestro valor,
no me obligara al concierto. 320
Será de Bernardo acierto,
de Blanca será ventura:
en vuestro valor segura,
bien os empleáis los dos,
vós en ella y ella en vós, 325
a tal fee, tal hermosura.
Y así desde ahora os doy
parabién, que lo que es justo
lleva de su parte el gusto
con que a decírselo voy. 330
De Blanca seguro estoy,
que si os trató con desdén,
no fue desprecio, que quien
sabe que se ha de casar,
todo lo quiere guardar 335
para cuando le esté bien.
Allá en Sevilla tenía
ciertos pensamientos yo
que la ausencia dividió,
y de experiencia sabía 340
que una amorosa porfía
quiere presta ejecución.
Yo os traeré resolución
tan presta si me la dan,
que hoy, víspera de San Juan, 345
juréis de la posesión.
DON LUIS
Echareme a vuestros pies.
DON JUAN
Dejad cumplimientos vanos.
DON LUIS
Dadme siquiera las manos.
DON JUAN
Guardaldas para después. 350
Vamos, Tello.
TELLO
Mira a Inés
con la divina Leonor.
DON JUAN
¿Acecharon?
TELLO
Sí, señor.
DON JUAN
Tello, si don Luis se casa,
yo soy dueño desta casa. 355
TELLO
San Juan nos dé su favor.

(Vanse los dos.)

DON LUIS
Echando al mayor mundo todo el velo,
asombra la celeste artillería,
y entre pedazos de tiniebla fría,
por donde daba luz, escupe yelo. 360
Mas tomando con lástima del suelo
el hacha eterna el que los años guía,
huye el horror y resucita el día
en el alcázar del sereno cielo.
Así, con puros rayos celestiales 365
en tanta tempestad tu sol previenes,
hermosa Blanca, y a mis ojos tales.
¡Oh, bien haya el rigor de tus desdenes,
porque si no se hubieran hecho males,
era imposible conocer los bienes! 370

(Salen DOÑA LEONOR y INÉS.)

DOÑA LEONOR
Vengo a reñirte enojada,
paciencia puedes tener.
DON LUIS
¿Tú, Leonor? Debe de ser,
porque estás hermosa airada.
DOÑA LEONOR
Todo lo que has dicho oí 375
al indiano caballero
que de tus bodas tercero
agora se va de aquí.
¿Es justo que tome estado
un hombre de tu valor 380
antes que yo? ¡Qué rigor!
¿Pues es fuerza que, casado,
esclava venga yo a ser
de una muy necia cuñada,
que a la suegra más cansada 385
sostituye por poder?
¡Qué buen cuidado de hermano!
¡De tales obligaciones,
en buen estado me pones!
Quiero besarte la mano, 390
que buen marido me das,
sirviendo toda mi vida
a una ninfa bien prendida.
Ya la imagino detrás,
y la doncella delante, 395
y decirme muy tirana:
«Deja, Leonor, la ventana»,
no queriendo que levante
los ojos a ver pasar
caballo, coche o carroza, 400
como si una mujer moza
se pudiese consolar
de no ver lo que otros ven.
Habiéndose hecho los ojos,
si para llorar enojos, 405
para ver la luz también,
¿es bien que esté en mi labor,
y que ella todo lo mire,
y en tanto que yo suspire,
decir muy a lo señor: 410
«¡Qué bien a caballo va
Sástago con sus soldados!
Lució en los toros pasados;
bien visto en la Corte está.
¡Bravos tudescos sacó!», 415
y yo en la sala, a lo fresco,
que labre y mire en tudesco
mientras el otro pasó?
Gallardos de mar a mar
pasan el Duque y Marqués 420
la silla, el coche. ¿No ves
que a pausas me ha de sangrar
darme tentaciones tales?
¿Sin ser mi padre me das
madrastra? Mas no podrás, 425
que hoy quiero que me señales
monasterio y alimentos.
DON LUIS
Tienes, Leonor, mil razones,
que olvidan obligaciones
amorosos pensamientos. 430
Estoy corrido de ver
que me intentase casar;
palabra te quiero dar
de que no tendré mujer
antes que tengas marido, 435
hallando sujeto igual.
DOÑA LEONOR
Siendo rica y principal,
¿tan desdichada he nacido,
tan sin méritos estoy,
que de nadie soy mirada? 440
DON LUIS
Leonor, si alguno te agrada
y es tu igual, licencia doy
a que me digas quién es,
y la tengas de casarte.
DOÑA LEONOR
No sé cómo acierte a hablarte. 445
DON LUIS
Si lo he de saber después,
¿no es mejor saberlo agora?
No te turbes. ¿Qué claveles
son esos que tú no sueles
tener conmigo?
INÉS
Señora, 450
habla, que es linda ocasión.
DOÑA LEONOR
Si te hablo claro, hermano,
este caballero indiano
me mira con afición,
y crïados de su casa 455
a los nuestros han contado
que ya un hábito le han dado,
que a esto ha venido, y que pasa
su hacienda de nueve mil
pesos de renta, que yo 460
no le había visto.
DON LUIS
¿No?
DOÑA LEONOR
No,
que aunque el amor es sutil,
no pudo desde su reja
penetrar mi celosía.
DON LUIS
Yo no quiero, hermana mía, 465
que de mi amor tengas queja;
fuera de que la afición
que tengo a este caballero,
ya de mis bodas tercero,
que no es poca obligación, 470
concertará fácilmente
las vuestras con gusto mío,
que del tuyo bien confío
que el concierto te contente,
porque quien la celosía 475
dijo que no penetraba,
claro está que le miraba
si vio que el otro le vía.
Huyeron de una pendencia
dos, y el uno se alabó 480
de que el otro se escondió,
juzgando por diferencia
el huir y el esconder,
siendo todo cobardía,
y así tú, cuando él te vía, 485
también le pudiste ver.
Pero no lo examinemos,
él vendrá y yo le querré
por cuñado, en cuya fee
los cuatro nos casaremos, 490
de suerte que si cansada
es la cuñada, Leonor,
quedarás, si no es mejor,
con el cuñado vengada.
DOÑA LEONOR
Fío de tu entendimiento 495
que lo sabrás disponer.

[Vase DON LUIS.]

¿De golpe tanto placer?
¡Ay Inés!, temo el contento,
que también suele matar.
INÉS
¿Y Tello no tendrá aquí 500
su papel?
DOÑA LEONOR
Dile.
INÉS
¿Qué?
DOÑA LEONOR
Di
que le comience a estudiar.
Dame pluma y tinta luego,
a don Juan escribiré;
lo que ha de decir no sé. 505
¿Cómo mi poco sosiego
no dio enojo a don Luis?
¡Oh bienes, aunque dichosos,
siempre venís sospechosos,
cuando de prisa venís! 510

(Vanse.)


(Salen DON JUAN y DON BERNARDO.)

DON BERNARDO
Conozco la obligación.
DON JUAN
A mi fortuna agradezco
quitaros a vós cuidados
y dar a Blanca remedio.
DON BERNARDO
Sois mi amigo, en que se cifra 515
cuanto encareceros puedo,
que una hermana a un hombre mozo
es un insufrible peso.
No habré tenido en mi vida
mejor San Juan.
DON JUAN
Y yo pienso 520
que hoy está de gracia toda
la luz del zafir eterno.
Alguna conjunción magna
de benévolos aspectos
influye fiestas, Bernardo, 525
paces, gustos, casamientos.
Tengo por feliz auspicio
tratar el de Blanca en tiempo
que la fortuna mayor
mira bien al sol y a Venus, 530
de que procede también
que siendo en el cielo inmenso
Júpiter señor del año,
propicio a reyes y a imperios,
ganados, trigos y frutos, 535
paz y prósperos sucesos,
el Júpiter español
también con igual contento
se muestre alegre esta noche,
y como del Rey sabemos 540
que tiene Dios en sus manos
el corazón, por lo mesmo
el buen Rey tiene en las suyas
los corazones del reino.
No es noble ni hombre de bien 545
quien no se alegra, pues vemos
que del sol viene la luz,
como del entendimiento
a las acciones del hombre
la razón, y fuera desto 550
dijo un ángel a los padres
de San Juan que el nacimiento
de su hijo había de ser
alegre al mundo universo.
Luego alegrarse esta noche 555
es justo, como decreto
de Dios por boca de un ángel.
Yo entré con un caballero
a ver el sitio, Bernardo,
donde esta noche veremos 560
tres soles en una aurora
que son, sin Edipos griegos,
rey, reina, y infantes; mira
todo el problema deshecho.
Del conde de Monterrey 565
el jardín, por los estremos
que tiene al Prado ventanas,
dispuso el marqués Crescencio
por orden del Conde-Duque
desta suerte: un teatro en medio, 570
con más de trecientas luces,
que han de competir ardiendo
entre faroles de vidrio
con duplicados reflejos
a veinte y cuatro blandones, 575
y juntas ellas con ellos,
a cuantas luces se asomen
a las ventanas del cielo,
que como es fiesta, Bernardo,
que le ha de tener por techo, 580
bordarale de diamantes
porque no parezca negro.
Aquí el primero en la dicha
representará Vallejo
una comedia, en que ha escrito 585
don Francisco de Quevedo
los dos actos, que serán
el primero y el tercero,
porque el segundo que abrazan
los dos dicen que ha compuesto 590
don Antonio de Mendoza.
Pintarte estos dos ingenios
era atrevimiento en mí,
y no fuera gloria en ellos,
porque son tan conocidos 595
que solo decirte puedo
que por partir el laurel
dividieron el Imperio.
Veranla sus majestades
dentro de un verde aposento 600
que forman arcos de flores,
porque fue discreto acuerdo
que todo fuese jardín
a donde todo era cielo.
De cortinas carmesíes 605
los arcos se cubren dentro,
que para tales retratos
estrellas quisieron serlo.
Tendrán su lugar los condes
y las damas, previniendo 610
añadir cuadro al jardín
con diferente pretexto,
porque en vez de ayudar todo
con tanta fiesta deshecho,
que del jardín, con más flores 615
que hay en los campos hibleos,
hoy en la Casa del Campo
han visto los jardineros
seis fuentes más, y es la causa
que con justo sentimiento 620
lloró de envidia del Prado,
que aun hay en jardines celos,
diciendo que le bastaba
ser en verano e invierno
ciudad portátil de coches 625
con inmortales paseos,
y afligido, Manzanares,
que le pareció desprecio,
juró que habían de verle
en julio y agosto seco. 630
Hay para damas tapadas
dos teatros, al de en medio
casi iguales, en que habrá
disfraces de pensamientos.
Por lo alto como almenas 635
del jardín en cinco puestos
previenen músicos voces,
eco el aire, amor silencio,
porque parezcan en alto,
de verdes olmos cubiertos, 640
ruiseñores al aurora,
que alternan voces y versos.
Hecha la primer comedia
harán colación, y luego
la comodidad querrá 645
pedir licencia y consejo
a la autoridad cansada,
y volverán a sus puestos
los reyes y los infantes,
con capas de color ellos, 650
y la Reina con valona
quitándole al sol el cerco,
que es mejor que el de abaninos
el de diamantes tan bellos.
Las damas lo mismo harán, 655
aunque por falta de espejos
se miren unas en otras
cristales para de presto.
Traerán valonas y tocas,
mantos de humo y sombreros, 660
que los humos de ser soles
aun allí querrán tenellos.
Dicen que a todos darán
abanillos, y con ellos
búcaros de olor, en quien 665
vaya por agua Amor ciego
al llanto de los galanes,
que han de mirar encubiertos
la fiesta, y por ver si amor
descubre también deseos. 670
Sentados, hará Avendaño
una comedia que creo
es retrato desta noche,
de cuyo confuso lienzo
tomó Lope la invención, 675
y se ha estudiado y compuesto
todo junto en cinco días.
Mas ¿para qué me detengo
si alegremente engañado
de tanta fiesta no veo 680
que dejo un amante noble,
como esperando, temiendo
la respuesta que de vós
también en su nombre espero,
que sin presunción de engaño 685
favorable os aconsejo?
Porque no puede hallar Blanca
más honrado caballero,
vós cuñado, amigo yo,
si mañana amanecemos 690
ella, casada, vós, libre
deste peso, yo, contento
de que servir a los tres
es obligación y es premio.
DON BERNARDO
A la mucha noticia que tenía 695
don Juan dese gallardo caballero,
añade vuestro abono y cortesía
cuanto gozar en la experiencia espero.
Darele a Blanca, que es la prenda mía
de más valor, y agradecido quiero 700
emplear su hermosura en su nobleza,
que la virtud es la mayor riqueza,
y bien se echa de ver su entendimiento
en no querer más dote que su gusto.
DON JUAN
Pues yo casar a doña Blanca intento, 705
fiado estoy en que le viene al justo;
lo menos dije de lo más que siento.
DON BERNARDO
Fuera en tanta amistad término injusto
no ser don Luis como le habéis pintado.
DON JUAN
De sus partes estoy bien informado. 710
DON BERNARDO
Ya que el cabello la ocasión me ofrece,
de cierta condición quiero advertiros,
con que tendrá don Luis lo que merece
y yo, don Juan, el gusto de serviros.
DON JUAN
Decid cuanto sentís, cuanto os parece 715
de mi proposición.
DON BERNARDO
Para deciros
con llaneza y verdad mi pensamiento
como a tan grande amigo, estadme atento.
Muchas fiestas, don Juan, a la Vitoria
he visto entrar el cielo de una dama, 720
descubriendo su sol manto de gloria,
y en nubes de humo la celeste llama
tanta inquietud ha puesto en mi memoria,
que los amantes de la antigua fama,
aunque fuesen Leandros, aunque Apolos, 725
sombra no son de mis suspiros solos.
Tal gracia, tal donaire y bizarría,
de tanta honestidad acompañada,
parece que en cuidado puesto había
a la Naturaleza descuidada, 730
que como tantas cosas juntas cría
que no se advierte que repara en nada,
aquí tomó de espacio los pinceles,
con puntas de jazmines y claveles.
Cayósele una vez, don Juan, un guante; 735
alcele, y con turbada diligencia
volví al marfil el velo, que un diamante
rompió por no sufrir la diferencia;
tomole, agradecida de semblante,
¿quién ha visto matar con reverencia? 740
Pues cuando me acerqué, y ella la hizo,
en el sol de sus ojos me deshizo.
Este día, atrevido, y confiado
en que mi amor había conocido,
seguí su coche, y pregunté a un criado 745
su calidad, su casa y su apellido.
Al nombre de Leonor Solís y Prado
que respondió, dejándole florido,
le repliqué con eso: «Cuando pasa
el sol por el León, el mundo abrasa.» 750
Llegué a su calle, y supe que era hermana
dese don Luis, y así, don Juan, querría
que en estas ferias que el amor allana
me dé su hermana, y le daré la mía.
Con esto queda en lengua castellana 755
hecho el concierto en justa cortesía,
pues en el dote vengo a conformarme,
siendo el que yo le doy el que ha de darme.
DON JUAN
 (Aparte.
¿A quién jamás sucedió
desdicha como la mía, 760
que yo mismo persuadía
lo mismo que me mató?
¿Que busqué el veneno yo?
¿Que yo mi homicida fui?
¿Que yo vine a concertar 765
en cuánto me han de matar,
y que las armas les di?
Esto no fue culpa mía,
sino de mi mala estrella.
Perdí a Leonor cuando en ella 770
más esperanza tenía;
fui como aquel que bebía
en fuente donde mortal
ponzoña dejó animal,
que como estaba sereno, 775
no pude ver el veneno
en fee de beber cristal.
Fui como rudo villano
que del nido codicioso
del ruiseñor amoroso 780
puso en el áspid la mano.
Fui tahúr, fui diestro en vano,
que aunque juegue y acometa,
puntas tire, naipes meta,
el que jugaba con él, 785
menos sabio y más cruel,
le dio con la misma treta.
¿Qué haré, pues decir no puedo
a don Bernardo que adoro
a Leonor, por su decoro, 790
y por tener justo miedo
de su hermano? Si bien quedo
sin esperanza, morir
es fuerza, pues a decir
voy que a Bernardo la dé, 795
si hasta decirlo podré,
después de muerto, vivir.)
Bernardo, pensando estuve
después que oí vuestro amor
si hablar a Blanca es mejor, 800
que por eso me detuve,
tal respeto siempre tuve
al gusto de las mujeres.
 [Aparte.]
¡Oh pobre esperanza, hoy mueres!
DON BERNARDO
Don Juan, gente de valor 805
para materias de honor
no admite sus pareceres,
que aunque es bueno su consejo,
cuando las ciega pasión,
más con la misma razón 810
que con ellas me aconsejo.
Ella es el mejor espejo,
a cuyas verdades paso
el parecer deste caso,
y Blanca no ha menester 815
darme a mí su parecer,
basta saber que la caso.
DON JUAN
No más, con eso me voy,
mas bien será que la habléis.
DON BERNARDO
Luego, ¿que os vais?
DON JUAN
Bien haréis.  820
  (Aparte.
¡Ay cielos, muriendo estoy!)
Con vós a la tarde soy,
aunque es noche de San Juan.
Vós como amante y galán
tendréis qué hacer.
DON BERNARDO
No tendré,  825
solo esperando estaré,
si el bien que pido me dan.

(Vase DON JUAN.)


(Salen BLANCA, dama, y ANTONIA, criada.)

DOÑA BLANCA
Pues, hermano, ¿qué quería
don Juan, que se fue tan presto?
DON BERNARDO
Dame, Blanca, albricias.
DOÑA BLANCA
Yo,     830
¿de qué?
DON BERNARDO
De dos casamientos.
DOÑA BLANCA
¡Dos por lo menos! ¿De quién?
Que tan inquieto te veo
que pienso que te has casado.
DON BERNARDO
Sí, por eso estoy inquieto, 835
tú lo estarás por lo mismo.
Trocado hermanas habemos
don Luis de Solís y yo;
don Juan ha sido el tercero,
que le debo esta amistad, 840
y este cuidado le debo.
Tú serás de don Luis
y yo de Leonor. No puedo
detenerme porque voy
a prevenir dos plateros 845
para darle ricas joyas,
porque en firmando el concierto
no me gane por la mano
don Luis, que es gran caballero,
y querrá con regalarte 850
vencer galán mi deseo.
  (Vase.)
DOÑA BLANCA
¿Hase visto igual locura?
Sin duda ha perdido el seso
mi hermano.
ANTONIA
Terrible nueva
ha de ser para don Pedro 855
el saber que te has casado.
DOÑA BLANCA
Como casado primero
perderé, Antonia, mil vidas.

(Sale DON PEDRO.)

DON PEDRO
Estando a tu reja atento,
vi que salía tu hermano, 860
y a pedirte albricias vengo
de que hoy han tenido fin
mis pleitos en el Consejo,
que este gusto, hermosa Blanca,
animó mi atrevimiento 865
para verte, donde solo
con el pensamiento llego.
Agora sí que pedirte,
Blanca, a don Bernardo puedo,
y casados a Navarra, 870
gustando tú, nos iremos,
que yo sé que ha de agradarte
la hermosura de aquel reino.
Verás a Pamplona, adonde
mi hacienda y mi regimiento 875
te harán de aquella ciudad,
y por tus méritos, dueño.
¿Qué tristeza es esta?
DOÑA BLANCA
Ha sido,
don Pedro, contrario el cielo
a los pleitos de mi amor, 880
cuando propicio a tus pleitos
hoy mi hermano me ha casado.
DON PEDRO
Tan presto, Blanca, me has muerto,
que parece que traías
el arcabuz en el pecho, 885
y que apuntándome al mío,
diste con la lengua fuego.
¿Casada? ¿Con quién?
DOÑA BLANCA
No sé;
aquí andaba un caballero
sirviéndome, más preciado 890
de amante que de discreto.
Tiene una hermana que adora
Bernardo, y han hecho trueco
de damas, como si entrambos
jugaran el mismo juego. 895
Yo quiero que a don Luis,
que por estremo aborrezco,
pase, y Leonor a Bernardo.
DON PEDRO
De esa manera yo pierdo,
y no menos que la vida. 900
DOÑA BLANCA
No perderás si yo puedo.
DON PEDRO
¿Pues habrá remedio alguno?
DOÑA BLANCA
Los jüeces son remedio,
que de iguales voluntades
confirman los casamientos. 905
DON PEDRO
¿Cumplirás tú lo que dices?
DOÑA BLANCA
Ruido siento, y sospecho
que, si no es el desposado,
debe de ser el tercero.
Vete, y fía de mi amor, 910
que no he de tener más dueño
que don Pedro, mientras viva.
DON PEDRO
Mira que dicen que el viento
lleva palabras y plumas.
DOÑA BLANCA
Plumas y palabras quiero 915
que firmen, y que confirmen,
que ser tu mujer prometo.
Esta es noche de San Juan;
si voy al Prado, está cierto
que los dos iremos juntos 920
donde, quien pudiere hacerlo,
nos dé las manos en forma
de promesa y juramento.
No te detengas aquí.
DON PEDRO
Quisiera.
DOÑA BLANCA
Vete, don Pedro,
925
que a mi determinación
no quiero agradecimiento,
que te han de faltar palabras,
y basta, que yo le creo.
DON PEDRO
Bien dices, y pues mi alma 930
tienes, señora, en tu pecho,
pregúntale allá de espacio
lo que callo y lo que siento.

(Vanse.)


(Salen LEONOR, INÉS y TELLO.)

DOÑA LEONOR
Aun no me cabe en el pecho,
tanto bien me ha de matar. 935
TELLO
También el mar, con ser mar,
es alguna vez estrecho.
DOÑA LEONOR
¡Jesús!, ¿don Juan mi marido,
y con gusto de mi hermano?
Poco estimo el bien que gano, 940
pues que no pierdo el sentido.
Debe de ser la ocasión,
que como don Juan le tiene,
corre el que de allí me viene
por cuenta de su razón. 945
INÉS
Y sa mesté, señor Tello,
¿qué es lo que piensa de mí?
TELLO
Que soy tuísimo, y fui,
bella Inés, del pie al cabello
para servicio de Dios 950
en casándose don Juan,
y a las Indias, si ellos van,
iremos también los dos;
verás a Lima, el mejor
fruto de española empresa, 955
lima que al Rey en la mesa
no se la ponen mejor;
lima dulce de Filipos,
que no lima de Valencias,
que no le hacen competencias 960
Nápoles y Pausilipos;
verás el cerro en grandeza
ilustre, aunque dulce y agro,
el gran Potosí, el milagro
mayor de naturaleza, 965
cuyas entrañas y centro
son una imagen de plata,
piadosa fuera e ingrata
a los que la rezan dentro.
Es por las Indias el Rey 970
envidiado de los reyes,
que entre sus bárbaras leyes
conserva de Dios la ley,
en esta tierra tan nueva
cuyo dios, el oro y plata, 975
que del mundo en cuanto trata
fueron el Adán y Eva;
allí las piedras se ven
de tantas minas sacar,
y las perlas en el mar 980
blancas, y pardas también,
como dicen los poetas,
que son quien las ve nacer.
INÉS
¿Cierto?
TELLO
Puédeslo creer.
INÉS
¡Qué mentiras tan discretas! 985
TELLO
Espántome yo de quien
no sabe que la poesía
es moral filosofía,
y que se adorna también,
como de sentencias graves, 990
de fábulas, cuales son
el fénix, oposición
del sol en drogas süaves.
Dime, ¿quién oyó cantar
al cisne? Pues desa suerte 995
nacer al alba se advierte
la perla en conchas del mar.
¿Quién sabe que si primero
mira al basilisco el hombre,
le mata trocando el nombre? 1000
¿Quién, cuando corre ligero
por el mar un galeón,
la rémora le detiene?
Pues esto misterio tiene,
hermosura e invención. 1005
INÉS
Calla, que viene don Juan.

(Sale DON JUAN.)

DOÑA LEONOR
Señor mío, yo esperaba
vuestra venida, que estaba
como las perlas están
esperando su rocío, 1010
mas mirad que amanecéis
escuro, y que así pondréis
como el vuestro el color mío.
DON JUAN
¡Ay de mí!
DOÑA LEONOR
¿Cómo ay de mí?
¡Ay de entrambos, si por dicha 1015
nació de alguna desdicha
que vós suspiréis ansí!
DON JUAN
Leonor mía, yo os perdí.
DOÑA LEONOR
¿Eso cómo puede ser,
siendo yo vuestra mujer? 1020
DON JUAN
Porque jamás vi pesar
que no viniese a pisar
los pasos que da el placer.
Sale el bien y el mal detrás
va sus estampas siguiendo. 1025
DOÑA LEONOR
No os entiendo.
DON JUAN
Ni yo entiendo
qué pueda decirte más.
¡Oh contento!, ¿dónde estás?
TELLO
Sin duda algún triste caso
le obliga.
DOÑA LEONOR
Mil muertes paso. 1030
DON JUAN
Si el mal te alcanza, ¿a qué vienes,
bien? Pero siempre los bienes
fueron muy cortos de paso.
DOÑA LEONOR
Mil veces queréis matarme
con tan declarada muerte. 1035
DON JUAN
Es tan escura mi suerte,
que no acierto a declararme.
DOÑA LEONOR
Mi hermano quiere casarme
con vós. ¿Qué podéis temer?
Vuestra mujer he de ser. 1040
DON JUAN
¿Qué importa, Leonor hermosa,
si para ser envidiosa
es la Fortuna mujer?
DOÑA LEONOR
Ya no puedo yo sufrillo.
DON JUAN
Ni yo tan grave tormento, 1045
pues no digo lo que siento,
y me muero por decillo.
DOÑA LEONOR
Ya, don Juan, me maravillo
desos respetos cansados.
Decidme vuestros cuidados, 1050
que si son bienes perdidos,
más que mataron sentidos
suelen matar esperados.
DON JUAN
No sé por dónde, mi bien,
pueda mi mal comenzar. 1055
DOÑA LEONOR
Por donde suele acabar,
que es saberse mal o bien.
DON JUAN
Bien dices, pero también
es cosa fuerte, por Dios.
DOÑA LEONOR
¿Por qué, sintiéndola vós? 1060
¿Es más que la muerte fuerte?
DON JUAN
Es más fuerte que la muerte.
DOÑA LEONOR
Pues matémonos los dos.
DON JUAN
Yo sí, con tanto pesar.
TELLO
Inés.
INÉS
¿Qué quieres decir?  1065
TELLO
Que pienso que han de pedir
el recado de matar.
DOÑA LEONOR
Mi hermano...
DON JUAN
Aquí es fuerza hablar,
y sabrás males que iguales
no lo son los más mortales. 1070
DOÑA LEONOR
¡Crüel avariento eres!
¿Qué harás del bien si aun no quieres
partir conmigo los males?

(Sale DON LUIS.)

DON LUIS
¿Don Juan ha venido ya?
DON JUAN
Aquí os estaba esperando. 1075
DON LUIS
Mucho os debo.
DON JUAN
No es muy poco.
DON LUIS
¿Qué responde don Bernardo?
DON JUAN
Una cosa bien notable.
DON LUIS
¿Cómo?
DON JUAN
Que está enamorado
de la señora Leonor, 1080
y que así podréis trocaros,
ahorrando el dote, si sois
a un mismo tiempo cuñados.
DON LUIS
Eso me viene de perlas.
DON JUAN
Perlas significan llanto. 1085
DON LUIS
Porque siendo doña Blanca
buena para mí, su hermano
es bueno para Leonor.
DON JUAN
Y es el argumento claro;
no hay sino trocar hermanas. 1090
TELLO
No he visto tan mal cruzado
en cuantos bailes se han hecho,
porque le yerran entrambos,
que Leonor quiere a don Juan
y, si en esto no me engaño, 1095
Blanca no quiere a don Luis,
luego no es baile acertado.
INÉS
Muchas melindrosas vemos,
y después todos los años
paren como unas conejas. 1100
TELLO
Es buen año de gazapos.
INÉS
Lástima tengo a mi ama.
TELLO
Y yo mayor a mi amo,
pues dices que ha de parir,
y él ha de morir de parto, 1105
pues partiéndose a Sevilla
morirá cuando partamos.
INÉS
¿Cuál hombre murió de amor?
TELLO
De amor no, mas de hambre, tantos
que aun no los mata la muerte, 1110
que ellos se mueren de flacos;
este año no habrá gallinas.
INÉS
¿Cómo?
TELLO
Porque los salvados
que habían de comer, comemos.
INÉS
Ya llueve el cielo milagros. 1115
DON LUIS
En fin, ¿quedastes en eso?
DON JUAN
En esto, don Luis, quedamos,
y hoy se harán las escrituras.
DON LUIS
Vuestra tristeza he notado
en que no me habláis con gusto. 1120
¿Qué es la causa? ¿Fáltaos algo?
Mi casa y mi vida es poco
para serviros.
DON JUAN
Estando
alegre de vuestras bodas,
un pliego, don Luis, me han dado 1125
que me obliga a que me parta
a Sevilla a cierto caso
de importancia, y aun de pena.
Sin esto, dejo un cuidado
que en este lugar tenía, 1130
que ya como amigo os hablo.
DON LUIS
Pésame, pues este día
en que os conozco y os trato
os pierdo.
DON JUAN
No perderéis,
que a tanto amor obligado 1135
toda vuestra casa llevo
en el alma.
DON LUIS
Mucho tardo
en pedirte el parabién.
DOÑA LEONOR
¿Qué parabién, si has quebrado
la palabra que me diste 1140
de no casarte hasta tanto
que me casases a mí?
DON LUIS
Si la cumplo, ¿en qué te engaño?
A don Bernardo te doy,
con don Bernardo te caso. 1145
Don Bernardo es caballero,
don Bernardo es mi cuñado,
¿de qué te quejas, Leonor?
DOÑA LEONOR
Deja tantos don Bernardos,
que no le querré en mi vida 1150
si, como fue veinte y cuatro
don Bernardo de Sevilla,
fuera Bernardo del Carpio.
DON LUIS
¿Por qué?
DOÑA LEONOR
Porque no es mi gusto.
DON LUIS
¿No es tu gusto? Leonor, paso. 1155
DOÑA LEONOR
Pues descártate de novio,
y pasaremos entrambos
a otra mano nuestros gustos.
DON LUIS
Tu padre soy.
DOÑA LEONOR
Ni aun mi hermano.
DON LUIS
Mira que está aquí don Juan. 1160
DOÑA LEONOR
Por él lo que siento callo.
DON LUIS
Presto quedaremos solos,
que andas muy libre.
DOÑA LEONOR
Yo ando
como debo a quien yo soy.
  (Vase.)

(Al salir DON JUAN ásele LEONOR.)

DON LUIS
Venid, don Juan.
DOÑA LEONOR
Oye, ingrato.  1165
DON JUAN
¿Ingrato yo?
DOÑA LEONOR
Sí.
DON JUAN
¿Por qué?
Si te casas.
DOÑA LEONOR
¿Yo me caso?
DON JUAN
¿Pues eso quieres negar?
DOÑA LEONOR
¿Y puedo yo confesarlo?
DON JUAN
Mira que se va don Luis, 1170
y vuelve de cuando en cuando
la cabeza a ver si voy.
DOÑA LEONOR
¿Qué importa?
DON JUAN
¿Estás loca?
DOÑA LEONOR
Y tanto
que le diré que por ti
si te vas.
DON JUAN
No hay desengaño   1175
para consolar mi amor.
Ya vuelve, suéltame.
DOÑA LEONOR
Aguardo
a que me mate.
DON JUAN
Yo juro
de no irme.
DOÑA LEONOR
¡Ay hombres falsos!
TELLO
Inés, adiós.
INÉS
¿Lloras?
TELLO
No.
1180
INÉS
¿Pues qué?
TELLO
Tomaba tabaco.




Acto segundo

DOÑA BLANCA y ANTONIA.

DOÑA BLANCA
Largo día.
ANTONIA
Temerario.
DOÑA BLANCA
Nunca le he visto mayor.
ANTONIA
Es en secretos de amor
la luz el mayor contrario.
DOÑA BLANCA
¡Ay noche, que siempre en ti 5
libra amor sus esperanzas!
Corre, que si no le alcanzas
no queda remedio en mí.
Apresura el negro coche
donde las mías están, 10
ya que fuiste de San Juan,
que es la más pública noche.
De Europa en el mar te baña
sobre el amoroso toro,
y ven con máscara de oro 15
desde las Indias a España.
Si, coronada de rosas,
esperan otros amantes
la Aurora, yo los diamantes
de tus alas perezosas. 20
Despierta, noche, que estoy
sin vida por ti. ¿Qué aguardas?
Pero tanto más te tardas
cuanto más voces te doy.
ANTONIA
Haste aliñado tan presto, 25
que has hecho mayor el día.
DOÑA BLANCA
Previene amor la osadía,
y él me ha vestido y compuesto,
que ya mi hermano ha sabido
que quiero salir al Prado, 30
porque con esto, engañado,
no repare en el vestido.
¿Has avisado al cochero?
ANTONIA
¿A las cuatro de la tarde
le he de avisar?
DOÑA BLANCA
¡Qué cobarde  35
me entretiene el bien que espero!
Todo pienso que ha de ser
estorbo a mi pretensión.
ANTONIA
La misma imaginación
no te deja entretener. 40
Suspende solo un momento
al pensamiento el cuidado.
DOÑA BLANCA
Ya pienso, y lo que he pensado
es el mismo pensamiento.
¿Aguardaré desta suerte 45
a don Pedro?
ANTONIA
Tal estás
que con ser mujer me das
mil ansias de hablarte y verte.
DOÑA BLANCA
¿Tendrá mi propio cuidado
don Pedro?
ANTONIA
En la calle está.   50
DOÑA BLANCA
¿Podrá verme?
ANTONIA
Bien podrá,
pero no será acertado.
DOÑA BLANCA
¿Si vio hacer las escrituras?
ANTONIA
Todo pienso que lo vio.
DOÑA BLANCA
¿Y quieres que tenga yo 55
mis esperanzas seguras?
Yo muero, y la noche duerme,
¡ay de mí!
ANTONIA
Sosiega un poco.
DOÑA BLANCA
Mejor podrá mi amor loco
matarme que entretenerme. 60
ANTONIA
Toma un libro que hay aquí
de comedias.
DOÑA BLANCA
¿Para qué?
Pues si es de amores, yo sé
que él puede buscarla en mí.
¿No has visto aquellos afectos 65
tan vivos de dos amantes?
Pues di a los representantes
que vengan a hurtarme afectos.
ANTONIA
A lo menos tú pudieras
imitar sus relaciones, 70
con que tus locas pasiones,
amorosa, entretuvieras.
DOÑA BLANCA
Bien dices, y tú serás
la crïada de la dama.
ANTONIA
Di, que ya el vulgo te aclama 75
si acción a los versos das,
porque en muchas ocasiones
que prevenirle pretende,
celebra lo que no entiende,
no más de por las acciones. 80
DOÑA BLANCA
Una mañana de abril,
cuando nueva sangre cobra
cuanto en tierra, en aire, en agua,
o corre, o vuela o se moja,
cuando por los secos ramos 85
nuevo humor pimpollos brota,
en cuyas pequeñas cunas
están los frutos sin forma,
cuando Filomenas dulces
cantan, y piensan que lloran, 90
haciendo músicos libros
de los álamos las copas,
con achaques del color,
invención de gente moza,
que contra el recogimiento 95
tal vez por remedio toma,
bajé a la Casa del Campo,
cuando la celeste concha,
abierto el dorado nácar,
flores bañaba en aljófar. 100
Llevaba por compañía
esas dos esclavas solas,
que por el color pudieran
servir para el sol de sombra.
Tuve licencia de entrar, 105
y entre los cuadros que a Flora
viste de tomillo el arte,
lazos de sus verdes orlas,
anduve mirando fuentes,
que despeñadas se arrojan 110
de la altura en que se crían,
a lo llano en que se postran.
Las nuevas rosas cogía
de las ramas espinosas,
tan doncellas que aún guardaban 115
la clausura de las hojas.
Las que mostraban color,
abríalas con la boca,
trocando aliento con ellas
por quedarme con la copia. 120
Miraba otra vez atenta
aquella estatua famosa
del nieto de Carlos Quinto
que ya los cielos coronan,
padre de nuestro divino 125
monarca y señor, que adoran
dos mundos, por quien España
tantas esperanzas logra,
y aquel valiente caballo,
que renueva la memoria 130
del que llevaron los griegos,
fatal engaño de Troya,
tan vivo, que imaginaba
que escuchara temerosa
los relinchos por Atlante 135
de tanta grandeza heroica.
Un obelisco de mármol
no lejos, por unas diosas
y sátiros, vierte plata
sobre las inquietas hondas. 140
Hay unos olmos enfrente
que de yedras trepadoras
han hecho eternos vestidos,
galas de su verde pompa.
Allí me senté cansada 145
cuando por la senda propia
vino don Pedro a matarme,
que yo no pienso otra cosa.
Mira tú si son estrellas
las que las almas provocan, 150
pues se me turbó la mía
con unas nuevas congojas.
Aquí puedes tú pensar
qué palabras, qué lisonjas
me diría, cuando a un hombre 155
la soledad ocasiona.
Allí entró por las esclavas
esto del sol y la sombra,
y que tras la noche negra
venía la blanca Aurora, 160
que era yo la primavera,
y que presidiendo a todas
las flores, las repartía
colores blancas y rojas.
Oíle, y vi ser verdad, 165
que no importa que la honra
sea diamante cuando hay cera
por donde ternezas oiga.
Como si le hubiera visto
y concertado las horas 170
que había de estar allí,
hace que a los pies me pongan
una toalla, dos cajas,
ésta azar, aquella alcorzas,
y muy hallado conmigo 175
suena la música ronca
en un cubo que traía
su poco de cantimplora,
y de plata por lo menos,
y quitándole a una bota 180
de aquello que a un hombre afrenta
una torneada gorra,
enjuaga un criado aprisa
una cristalina copa,
y me brinda el tal galán 185
como si fuera su novia.
Para este brindis había
una colorada lonja,
por quien Garrobillas hace
que gasten tantas arrobas. 190
Yo, atónita del suceso
y del hombre, estaba absorta,
y comiendo por los ojos,
aun no acertaba a la boca.
Acabose aquesta fiesta, 195
y comenzamos por otra,
que fue pedirme una mano.
(Tengo por cosa notoria
que compañeros de mesa
luego apelan a las bodas.) 200
Allí le dije quién era,
y él, la cara vergonzosa,
retira la mano al pecho
y el pensamiento reporta.
Pidiome perdón humilde, 205
y perdonele amorosa,
que quien ofensas desea
a pocos ruegos perdona.
Y en tanto que los criados,
hallados ya con las moras, 210
que al ejemplo de los dueños
fácilmente se conforman,
de segunda mesa estaban
atentos a lo que sobra,
presumiendo que tenían 215
para su señor señora.
Con notable cortesía
me contó de su persona
y casa, bien cuerdamente,
una bien trazada historia. 220
Allí supe de sus pleitos,
que no era jornada ociosa;
supe su nombre y su patria,
que era en Navarra Pamplona.
Con esto se iba encendiendo 225
del sol la dorada antorcha,
con que me volví a la villa,
y el de mi casa se informa
donde papeles, deseos
y terceras amorosas 230
de mi voluntad le dieron
la merecida vitoria.
Tú sabes ya lo demás;
este fue el principio, Antonia,
deste suceso, a quien ya 235
solo para ser su esposa
me falta que aquesta noche
sus estrellas me socorran,
y no más, porque mi hermano
de ver su cuñado torna. 240
Amor, si eres Dios, ¿qué esperas?
Así olorosos aromas
te sacrifiquen amantes,
que favorezcas ahora
mi pretensión, pues es justa 245
para que yo reconozca
que remuneras las penas
con las merecidas glorias.

(Sale DON BERNARDO.)

DON BERNARDO
En el hábito en que estás,
y en la corta bizarría, 250
echo de ver, Blanca mía,
que esta noche al campo vas.
¿Quieres hacerme un placer,
pues que yo te dejo ir?
DOÑA BLANCA
¿En qué te puedo servir? 255
DON BERNARDO
Merced me puedes hacer,
vete en cas de mi Leonor,
pues que ya somos hermanos,
y besarasle las manos.
Paga, que es justo su amor, 260
y las dos os podréis ir
juntas esta noche al Prado.
DOÑA BLANCA
Tu verás con el cuidado
que yo la voy a servir.
DON BERNARDO
Yo te daré que la lleves, 265
como que es tuya, una joya.
DOÑA BLANCA
Bravo amor.
DON BERNARDO
¡Árdese Troya!
Muestra el amor que me debes.
DOÑA BLANCA
¿Dónde está la joya?
DON BERNARDO
Ven,
y escoge de las que traigo. 270
DOÑA BLANCA
¿Tú liberal? Mas ya caigo
Bernardo, en que quieres bien.
Los cielos me dan favor
contra el mayor enemigo.
DON BERNARDO
¿Qué murmuras, Blanca?
DOÑA BLANCA
Digo 275
que es muy hermosa Leonor.
DON BERNARDO
Dila mil cosas de mí,
que quiero que la enamores.
DOÑA BLANCA
Toda esta noche es de amores.
¡Oh, si amaneciese ansí! 280

(Vanse.)


(Salen DOÑA LEONOR y INÉS.)

DOÑA LEONOR
No trates de consolarme,
que es consolarme ofenderme.
INÉS
¿Adónde vas?
DOÑA LEONOR
A perderme.
INÉS
¿Qué piensas hacer?
DOÑA LEONOR
Matarme,
que no puede remediarme 285
sino la muerte en tan fuerte
desdicha.
INÉS
Señora, advierte.
DOÑA LEONOR
No tienes qué me advertir,
que el más penoso morir
es dilatando la muerte. 290
¿Ausentarse no bastaba
don Juan, que es luz de mis ojos,
sin añadir los enojos
de una violencia tan brava,
si mi hermano se casaba, 295
porque me casaba a mí?
Pero si a don Juan perdí,
saldrá don Luis con matarme,
mas no saldrá con casarme,
puesto que haya dado el sí. 300
Cánsese en locos intentos,
más que el mar deshace espumas,
que dagas no son las plumas
que firman los casamientos,
antes son los fundamentos, 305
cuando no los junta amor,
para apartarlos mejor,
y esto de daga de hermano
es tempestad de verano,
poco rayo y gran temor. 310
INÉS
¿De qué te espantas que huya
de verte casar don Juan,
puesto que tan cerca están
de que todo se concluya?
DOÑA LEONOR
A ser firmeza la suya, 315
él viera que no podía
vencer la muerte a la mía,
mas como no la hay en él,
por no matarme crüel,
inconstante se desvía. 320

(Sale TELLO de camino.)

¿Quién viene aquí?
TELLO
¿No lo ves?
INÉS
¿Es Tello?
TELLO
¡Linda razón!
Échame la bendición,
y dame, Leonor, los pies.
DOÑA LEONOR
¿Qué es esto?
TELLO
Partir, señora.
325
DOÑA LEONOR
¿Partir? ¿Con tal brevedad?
No tiene de sí piedad
Tello, quien se aparte agora.
¿Pues víspera de San Juan?
TELLO
Somos de Mantua marqueses 330
que por los ríos franceses
la caza buscando van.
Los tiempos son calurosos,
pienso que Sierra Morena
nos ha de dar mala cena, 335
aunque hay conejos famosos,
si bien no tienen igual
con el parque de Madrid.
DOÑA LEONOR
Partid, ingratos, partid,
para que dejéis mortal 340
una mujer que engañastes.
TELLO
¿Yo, señora?
DOÑA LEONOR
Sí, los dos,
que habéis de dar cuenta a Dios
del daño que me causastes.
TELLO
De Inés, vaya, ¿mas de ti? 345
DOÑA LEONOR
Tú, traidor, fuiste el primero,
pintándome caballero
a un ladrón.
TELLO
¿Ladrón?
DOÑA LEONOR
Sí.
TELLO
¿Sí?
Antes hasta el nombre tiene
Hurtado.
DOÑA LEONOR
Eso digo yo,    350
que quien hasta el nombre hurtó,
este nombre le conviene.
TELLO
Pues yo tengo imaginado
que fuera Leonor discreta
mejor para ser poeta, 355
porque fuera todo hurtado.
Mas sé que si visto hubieras
lo que este pobre ha pasado,
que restituyó lo hurtado,
y aun lo por hurtar dijeras. 360
Ha hecho cosas crüeles
consigo, y tanto lloró,
que pienso que jabonó
con lágrimas tus papeles.
No ha comido, ni he podido 365
hacer que tome un bizcocho,
que hoy, Leonor, desde las ocho
ayuna al mártir Cupido.
Allá, con razones tibias,
dice que muere en tu fe, 370
por más que le prediqué
en un púlpito de Esquivias.
Cuando vio traer las mulas
campanillas de un ausente,
no sé como este accidente 375
sin lágrimas disimulas,
la manga desabotona
del jubón, y rompe aprisa
la trenza de la camisa,
no de romana matrona, 380
sino de Scevola brazo.
Toma un cuchillo, yo corro
al socorro, y el socorro
se me volvió puntillazo,
con que dando en un baúl 385
en esta pierna al contrario
un hábito trinitario
traigo entre rojo y azul.
Luego por hüir topé
con la esquina de un bufete, 390
que es bufón que se entremete,
o golpe, o estorbo fue,
y metiome en la barriga
la esquina de tal manera,
que dando pasos afuera, 395
anduve de viga en viga,
hasta que di sobre un arca
adonde, sin ser yo mona,
haciéndome de corona
vine a quedar por monarca. 400
DOÑA LEONOR
Y el cuchillo, ¿en qué paró?
TELLO
Que sin mandarlo Avicena,
del corazón en la vena
con la punta se picó.
Mojó en la sangre una pluma, 405
y apercibiendo papel,
escribió con ella en él
de sus desdichas la suma.
Pelícano, en fin, Leonor,
si no cernícalo ha sido, 410
que estoy por mal prevenido
baldado de cazador.
DOÑA LEONOR
Muestra. Aquí dice: «Estas son
hoy de mi fee las postreras
reliquias.» Alma, ¿qué esperas? 415
Voy a echarme del balcón.
INÉS
Señora.
TELLO
Señora.
INÉS
Tente.
TELLO
Detente.
INÉS
¿Estás loca?
DOÑA LEONOR
Sí.
Matareme desde aquí
luego que don Juan se ausente, 420
por eso dile que venga
a verme, o que muerta soy.
TELLO
Espera, yo iré, ya voy.
DOÑA LEONOR
Pues venga, y no se detenga,
que si en la mula le veo, 425
me arrojaré del balcón.
TELLO
Cairás en el pozo airón.
DOÑA LEONOR
¿Qué infierno como un deseo?
TELLO
¡Oh Hero de gran valor!
¡Oh Leandro, que nadando 430
vas en una mula, cuando
navegas el mar de amor!
  (Vase.)
INÉS
Impertinente has estado
en este necio coloquio.
DOÑA LEONOR
Pues escucha un soliloquio 435
de mis desdichas traslado.
INÉS
No, por Dios, que son efetos
de menos satisfación,
y quitarás de invención
lo que gastes de concetos. 440
Poco más o menos sé
cuanto me puedes decir.

(Salen DON JUAN, de camino, y TELLO.)

DON JUAN
¿Que no me puedo partir?
TELLO
Ya no es posible.
DON JUAN
¿Por qué?
DOÑA LEONOR
¡Jesús!, ¿don Juan de camino? 445
INÉS
Desmayose.
TELLO
Llega presto.
DON JUAN
¡Buenas andan mis desdichas!
¡Buenos van mis pensamientos!
¡Leonor, ah Leonor!
TELLO
Muriose.
DON JUAN
¿Cómo muriose? En los cielos, 450
si hay soplo que a tanto baste,
se morirá el sol primero.
Aquí, estrellas, que se eclipsa
la luna deste hemisferio.
Si soy la tierra, ¡ay de mí!, 455
¿qué vine a ponerme en medio?
Aquí, celestiales luces,
hermoso planeta Venus,
que no habrá amor en el mundo,
y será su fin más presto. 460
Aquí, polos que tenéis
de los cielos el gobierno,
diamantes desenclavados
de aquellos dorados techos.
Primavera, que se mueren 465
las rosas, acudid presto;
campos, mirad que os espera
un luto de eterno invierno.
Excelsos montes de nieve,
si ésta falta en vuestros puertos 470
¿adónde iréis por blancura,
que encubra vuestros defetos?
Dadme esas manos, mi bien.
¿Es posible, hermoso yelo,
que no te despierta fénix 475
el sol de mi ardiente fuego?
¡Ay elementos, haced
llanto! El aire por su aliento
aromático, las aguas
por el cristal de su pecho, 480
la tierra por tantas flores,
y por tanta luz el fuego.
Ea, ¿qué aguardáis? Venid
sol, estrellas, luna, Venus,
polos, montes, nieves, campos, 485
agua, fuego, tierra y vientos.
Pues esto sufrís, cielos,
ya el mundo se acabó, su sol se ha muerto.
TELLO
Nunca te he visto ensartar,
con relámpagos y truenos, 490
tantos desatinos juntos.
DON JUAN
Pues, ¿qué quieres si no veo
señal de cielo en sus ojos,
señal de azar en su aliento?
O nunca pasara el mar, 495
o al través diera mi leño
en la canal de Bahama;
fuérase a pique hasta el centro
el navío en que venimos,
sepultura el mar mi cuerpo 500
TELLO
¿Y qué hicieran a Leonor
los demás que estaban dentro,
viniendo a lograr a España
sus trabajos y sus pesos?
Por Dios que había de pedir 505
prestada para aquel tiempo
su ballena al buen Madrid
para meterme en su pecho.
DON JUAN
Quéjate, España, de mí,
que a Colón he sido opuesto, 510
que él trujo a España las Indias
y yo sin Indias la dejo.
Aquí la plata y el oro
para siempre se perdieron,
las piedras y los diamantes. 515
TELLO
Ea, di que marineros,
y maestros, y pilotos,
aprendan oficios nuevos,
que buenas quedan las Indias
si quedan por tus enredos 520
sin cerro de Potosí,
que vale infinitos pesos.
DON JUAN
Tello, yo no quiero vida;
yo no quiero vida, Tello.
TELLO
¿Pues quién te ruega con ella? 525
DON JUAN
Ya no me queda remedio.
Pues esto sufrís, cielos,
ya el mundo se acabó, su sol se ha muerto.

(DOÑA LEONOR vuelve en sí.)

DOÑA LEONOR
¿Qué es esto, Inés? ¿Quién da voces?
INÉS
Albricias, señor, que ha vuelto 530
del desmayo.
DON JUAN
¿Leonor mía?
DOÑA LEONOR
¿Quién me llama?
DON JUAN
Ya volvieron
el sol, la aurora y el día,
cielos, a su ser primero.
DOÑA LEONOR
Atenta, crüel don Juan, 535
a tus engaños, que han hecho
sirenas del mar de amor
mis desdichas y tu ingenio,
no te quise interrumpir,
por ver si en tantos enredos 540
hallaba alguna verdad
de tu sentimiento ejemplo.
Pero si alguna lo ha sido,
¿qué furia, qué movimiento
de tu condición mudable 545
te lleva a matarme haciendo
culpa la firmeza en mí
con que te adoro y respeto?
Que quien los respetos culpa,
no quiere estimar los yerros, 550
porque temerá que se hagan
quien se ha de obligar con ellos.
No es culpa la que procede
de la fuerza, ni yo tengo
más ley que tu voluntad, 555
más fee que tu pensamiento.
Dime tú, pues que de mí
te dio el cielo el mero imperio:
«Leonor, en esta desdicha
este remedio tenemos», 560
que si fuere atropellar
vida, honor, hermanos, deudos,
patria, y aun alma, aquí estoy.
DON JUAN
¿Es eso cierto?
DOÑA LEONOR
Y tan cierto,
que no hay a la ejecución 565
un átomo solo en medio.
DON JUAN
Pues dame esa mano, y vamos
donde firme juramento
para siempre nos obligue,
que ya con su manto negro 570
nos viene a cubrir la noche,
y sin ser visto podremos
salir, llegar y jurar,
que depositada luego
en voluntades conformes, 575
¿qué importan fuerzas ni pleitos?
DOÑA LEONOR
Inés, toma tú mis joyas,
y cuando aquí vuelva Tello,
venid entrambos a donde
él te enseñe y yo te espero. 580
¿Es amor esta locura?
¿Es lealtad este deseo?
¿Es verdad esta fineza?
DON JUAN
Tú, como del alma dueño,
te responde. Tello, vamos, 585
que esta noche por lo menos,
si se alabare del hurto,
no del prestado silencio,
que entre tanta gente y voces
seguros, señora, iremos, 590
que lo que suele estorbar,
sirve agora de remedio.
DOÑA LEONOR
Si dejar por su marido
casa y padre es ley del cielo,
¿a quién ofendo en dejarlo, 595
pues hoy al cielo obedezco?

(Vanse los dos.)

TELLO
Plegue a Dios que no tengamos
mal San Juan.
INÉS
¡Ay Tello!, temo
la condición de su hermano,
que ser don Juan caballero 600
de tanto valor no importa,
pues con este casamiento
el de Blanca queda en blanco,
fuera de no ser bien hecho
sacarle su hermana ansí. 605
TELLO
No quiso hablar mi escarmiento,
que si por lo del cuchillo
me vi entre sus manos muerto,
¿con esta ocasión qué hiciera?
¡Oh amantes!, ¿qué atrevimiento 610
perdona vuestra locura?
Voy a seguirlos, que pienso
que habrá menester las manos.
INÉS
Yo, Tello, entretanto quiero
sacar joyas y vestidos. 615
TELLO
Yo vendré por ti y por ellos.
 (Vase TELLO.)

(Sale DON LUIS.)

DON LUIS
Di, Fernando, a Marcial que saque el coche,
porque es breve la noche,
y la puedan gozar en soto o prado.
INÉS
¿Don Luis es este? Toda me ha turbado. 620
DON LUIS
Inés, ¿adónde está Leonor, mi hermana?
Que querría que fuese por mi esposa
para que juntas esta noche hermosa,
pues hace competencia al mejor día,
comenzasen tan dulce compañía 625
en músicas, en álamos y en fuentes.
INÉS
No habéis estado en eso diferentes,
que ya, señor, tu pensamiento hurtado
por ella fue para llevarla al Prado.
DON LUIS
¡Oh, qué placer me ha hecho, al fin discreta! 630
¿Qué paz puedo esperar que no prometa
anticiparse a visitar a Blanca?
Hoy le pienso añadir con mano franca
dos mil escudos más.
INÉS
Eres gallardo.
DON LUIS
Dile, si aquí viniere don Bernardo, 635
que ella y Leonor al Prado juntas fueron,
pues tengo por sin duda que se vieron.

(Vanse, y entran DON JUAN y TELLO y LEONOR, ella con capotillo, sombrero y naguas.)

DON JUAN
No fue Paris más contento
a embarcarse para Troya
con aquella griega joya, 640
que yo contigo me siento,
ni de aquel robo violento
de Briseida y Hesión,
Aquiles y Telamón,
ni Saturno con Filira, 645
ni Neso con Deyanira,
ni con Medea Jasón,
que aunque la gloria de verte
en mi poder es tan alta
que solamente le falta, 650
bella Leonor, merecerte,
pudiera, a no ser tan fuerte
de tu afición el valor,
que se atreviera al honor;
mas llegar una mujer 655
a no tener qué temer,
pasa a cuanto puede amor.
Solo me ha causado pena
la confusión de la gente
atrevida e insolente, 660
que por todas partes suena.
La plaza de luces llena,
¿cómo estará sin testigo
donde lo es el más amigo?
No sé qué calle seguir, 665
que mal me puedo encubrir
llevando mi sol conmigo.
DOÑA LEONOR
Aunque pretende el temor
vencer la dulce osadía
de mi amor, con más porfía 670
vuelve a la batalla amor.
Ya no temo su rigor,
porque llegar a temer
era dejar de querer,
y no quiero yo dejar 675
de quererte, por hallar
disculpa de ser mujer.
Toda nuestra cobardía
hasta los peligros es;
teme el ser, pero después 680
se convierte en valentía.
En la primer osadía
de una mujer, que hoy lloramos,
culpadas todas estamos,
mas cuantas después nacimos 685
aquel daño que os hicimos
con estos yerros pagamos.
El que yo contigo espero
como castigo me alcanza,
que nos queréis por venganza 690
de aquel engaño primero,
pero ya, don Juan, te quiero,
con ánimo de perder
la vida, tanto, que el ser
en hombre viene a mudarse, 695
porque hasta determinarse
es una mujer, mujer.
TELLO
En vano el tiempo gastáis
donde el peligro os avisa,
que en el espacio a la prisa 700
vuestro remedio libráis,
ya que en la estacada estáis,
vencer importa el morir.
DON JUAN
Cuanto me puedes decir,
Leonor, de tus obras creo. 705
TELLO
Por esta calle es rodeo,
por esta podemos ir.
DON JUAN
Yo pienso que favorece
la confusión nuestro engaño.
DOÑA LEONOR
Solo el conocerme es daño 710
que en tanto bien me entristece.
DON JUAN
Tanto el alboroto crece
que ya parece locura.
TELLO
Por eso mismo procura,
tanta dama, tanto coche, 715
hacer que tenga esta noche
por variedad hermosura.

(Tres mozos con capas de color, broqueles y espadas: OTAVIO, MENDOZA y CELIO.)

OTAVIO
¡Bravo altar!
MENDOZA
Es muy baptista
aquella dama, aunque pasa
no por desierto su casa, 720
según cierto coronista.
CELIO
La oración desa manera
no será para casarse.
OTAVIO
¿No es linda?
MENDOZA
Con enmoñarse,
siendo otoño es primavera. 725
CELIO
El vestido mucho ayuda.
MENDOZA
¿Nunca se ha de desnudar?
¿Hala de andar a buscar
el galán si se desnuda?
OTAVIO
Notable pontifical 730
en esta edad viene a ser
un vestido de mujer.
CELIO
No hay en el mundo caudal
para chapines y randas,
pero todo lo merecen. 735
MENDOZA
¡Brava guerra nos ofrecen
con las celadas y bandas!
OTAVIO
Allí va cierto gazmonio
con su servicio.
CELIO
¿De quién?
OTAVIO
Del diablo.
CELIO
Tratalde bien, 740
que puede ser matrimonio.
MENDOZA
¡Ha señor!, ¿el de la ninfa
es de Esgueva o Manzanares?
DON JUAN
Calla, Tello, y no respondas.
TELLO
No tendrá paciencia un ángel. 745
CELIO
¿Es alquilada, o es propia?
OTAVIO
¿Dónde la lleva el bergante?
MENDOZA
¿Cómo no lleva tendidos
los cabellos virginales?
Que crecen mucho esta noche, 750
según los viejos romances.
OTAVIO
No es de mal monte la leña,
pues entre dos se reparte.
CELIO
¿Cómo calla el socarrón?
MENDOZA
¿Qué os espantáis de que calle, 755
si está enseñado a callar?
TELLO
¿Esto quieres tú que pase?
DON JUAN
Calla, Tello.
TELLO
Ya no puedo.
Pícaros, si ya vinagres
salís de alguna despensa, 760
cueros vivos, hombres zaques,
oliendo a tabaco el alma,
y las narices a parches,
por vida del rey de espadas
que si saco la de Juanes, 765
que ese quedará con vida
que huya, y que no le alcance.
OTAVIO
¡Oh, qué gracioso mandicho
es el que la lleva y trae!
DON JUAN
Tello, ¿estás loco?
TELLO
¿Esto sufres?  770
Afuera.
DON JUAN
Voy a ayudarle.
DOÑA LEONOR
Detente, don Juan, detente.
DON JUAN
Déjame, por Dios. Cobardes,
haced como habláis.
OTAVIO
Justicia
viene.
DON JUAN
¿Ya buscáis achaques? 775
DOÑA LEONOR
¡Triste de mí!, ¿qué he de hacer?
¿Hay desdicha más notable?
Si me conocen, soy muerta.
Quiero en esta casa entrarme.

(Alguaciles y gente.)

ALGUACIL
Téngase al Rey.
DON JUAN
Los que huyen   780
se tengan, que es gente infame,
que yo soy un caballero,
que estoy a negocios graves
en la Corte, y me quisieron
con palabras arrogantes 785
afrentar sin darles causa.
ALGUACIL
¿Y él quién es?
TELLO
Soy platicante
de caballero que ha poco
que navega en estos mares.
¿Sasté manda en qué le sirva? 790
ALGUACIL
Vengan los dos a la cárcel.
TELLO
¿Cómo a la cárcel?
DON JUAN
No veo
a Leonor.
TELLO
¿Sasté no sabe
que es aquesta noche libre?
ALGUACIL
Allí va el señor alcalde; 795
vengan y hablarán con él.
DON JUAN
Vamos, que yo quiero hablarle,
y sabrán vuesas mercedes
la mucha que a mí me hace.
ALGUACIL
Vengan por aquí.
DON JUAN
¡Ay Leonor!, 800
luego volveré a buscarte,
si no es tanta mi desdicha
que me detenga o me mate.

(Cuando los van llevando sale DON PEDRO, y dice a uno dellos:)

DON PEDRO
¡Ah caballero!, ¿qué es esto?
ALGUACIL5
Cuchilladas, disparates 805
desta noche.
DON PEDRO
¿Era a mi puerta?
ALGUACIL6
¿Mandáis más?
DON PEDRO
Que Dios os guarde.
Cansado de esperarte,
hermosa Blanca, de tu calle vengo,
y no pudiendo hallarte, 810
apenas alma, ni esperanza tengo.
¡Ay Dios!, ¿si te ha forzado
tu hermano al casamiento concertado?
En este pensamiento
forzado soy a despedir la vida, 815
que si del casamiento
cumpliste la escritura prometida,
y a la mía faltaste,
al umbral de la muerte me dejaste.
Música y grita suena, 820
todos se alegran, todos son dichosos;
yo solo en tanta pena
no puedo alzar los ojos envidiosos,
que no hay mayor desdicha
que no tener entre dichosos dicha. 825

(Salen con guitarras y sonajas, y canten así:)

  (Cantan.)
      Salen de Sanlúcar
      rompiendo el agua,
      a la Torre del Oro,
      barcos de plata.
      Verdes tienes los ojos, 830
      niña, los jueves,
      que si fueran azules,
      no fueran verdes.
      Salen de Valencia,
      noche de San Juan, 835
      dos pescadas saladas
      al fresco del mar.

(Éntrense con grita y regocijo, y diga DON PEDRO:)

DON PEDRO
Envidio el contento y gusto
con que estos cantando van.
¿Que en la noche de San Juan      840
solo yo tenga disgusto?
Yo solo, amor siempre injusto,
por tus mudanzas indigno
de tener nombre divino,
dudoso entre el bien y el mal, 845
del contento general
soy en Madrid peregrino.
Ya no tengo que esperar,
que en esta nueva mudanza
aun no quiere la esperanza 850
acompañar mi pesar.
Ya quiere el alba llorar,
¿pues qué quieren mis desvelos?
Ya sus cristalinos yelos
ensartan perlas en flores 855
o los fingen mis temores,
que vuelven los cielos celos.
Quiero en mi posada entrar,
aunque sé que no a dormir,
que no haré poco en vivir 860
si Blanca se ha de casar.
Aquí siento suspirar,
¿parece en la voz mujer?
¿Si ella vino? Puede ser
que me aguarde con temor; 865
la honra te vuelvo, amor,
y conozco tu poder.
¿Eres tú mi bien? Pues calla,
no debe de ser. ¿Quién va?
DOÑA LEONOR
Una mujer.
DON PEDRO
Ella es. 870
¿Ha mucho, mi bien, que estás
esperándome? Perdona,
que con amor pude errar
en ir a buscarte. Dame
los brazos y entra, que ya 875
mi casa te espera, dueño.
DOÑA LEONOR
Y yo estaba de esperar
sin vida. Teneos, ¡ay Dios!,
que ni soy lo que esperáis,
ni vós sois lo que yo espero. 880
DON PEDRO
Decís muy bien, perdonad.
¿Pero cómo estáis aquí?
Que he venido a recelar
que alguna traición me han hecho.
DOÑA LEONOR
Advertid que os engañáis, 885
bien podéis estar seguro,
que una airada tempestad
de desdichas me ha traído.
No puedo deciros más.
DON PEDRO
¿Quién está con vós?
DOÑA LEONOR
Si digo, 890
señor, quién conmigo está,
no es mucho que imaginéis
el peligro que ignoráis,
porque son tantos mis males,
que por ventura podrán 895
invisibles basiliscos,
solo mirando, matar.
Huid de verme y de hablarme,
que son veneno mortal
los males que fueron bienes. 900
DON PEDRO
Dejad los ojos, y hablad.
DOÑA LEONOR
Quieren divertir mi pena
con hablar y con llorar.
Cual a gusano de seda
en truenos de tempestad 905
hacen al alma rüido,
porque no sienta mi mal.
Con un caballero a quien
debo honesta voluntad
iba de la mano. ¡Ay triste, 910
cómo es imposible hallar
a contradicción divina
humana seguridad!
¡Qué fiesta habrá sin desdicha!
¡Qué contento sin azar! 915
¡Qué gusto sin su enemigo!
¡Qué bien sin dificultad!
Criado y señor parecen
juntos siempre el bien y el mal:
nunca el bien delante viene, 920
sin venir el mal detrás.
Acuchilláronle aquí,
pienso que muerto le habrán
unos hombres que tenían
por alma su necedad. 925
Es privilegio del vulgo,
en estando junto, hablar
con libertad, e imposible
castigar su libertad.
Aquí me entré de temor, 930
y cansada de esperar,
lloré perderle y perderme,
porque todo ha sido igual.
Pues en el talle y el traje
ser caballero mostráis, 935
amparad una mujer,
ya por ser este lugar
donde la halláis vuestra casa,
ya porque obligado estáis
a vuestro respeto mismo, 940
que no le podéis negar
a título de ser noble
la obligación natural.
DON PEDRO
Estraña desdicha ha sido
la vuestra, mas puédeos dar 945
consuelo que no es la mía
a la vuestra desigual.
A nuestros perdidos dueños
podemos los dos llorar:
el mío, porque no viene, 950
y el vuestro porque se va.
Yo vi llevar unos hombres
presos; pienso que serán
los que decís. Buenos iban,
bien os podéis sosegar. 955
Solo de vós saber quiero
el consejo que tomáis,
para que pueda serviros,
que vuestro término da
traje y discreción, indicios 960
de ser mujer principal.
Mirad si os está mejor
que a vuestra casa volváis,
o queréis que venga el día
si tenéis peligro allá. 965
Pues no es posible que tarde,
que ya parece que dan
de la risa del Aurora
aquellas nubes señal,
y parece que los montes 970
lo verde argentando están
por la espalda de la noche,
líneas de plata oriental.
Aquí tendréis aposento,
crïadas honradas hay; 975
mozo soy, no soy casado,
no habrá celos, no temáis.
Aún no he vendido lo libre,
si bien lo quise emplear
en este bien que me falta. 980
¡Dios sabe si volverá!
Yo iré a la cárcel mañana
a saber de ese galán
tan dichoso como yo,
si perdió lo que lloráis, 985
que por la misma fortuna
bien nos podemos juntar,
pues caminos y desdichas
siempre hicieron amistad.
DOÑA LEONOR
Aquí será bien quedarme 990
si vós licencia me dais,
hasta que sepáis mañana
si fue mi temor verdad,
que cuando sepáis quien soy,
mi nombre, y mi calidad, 995
que agora es fuerza encubriros,
yo sé que no os pesará
de haberme dado favor.
DON PEDRO
Bastantes indicios dais.
Caballero soy, segura 1000
vuestro honor podéis fiar
de mi nobleza y mi celo.
DOÑA LEONOR
Conozco la voluntad
con que ayudáis mi fortuna
y mi temor animáis.    1005
DON PEDRO
Estrañas cosas suceden
una noche de San Juan.
DOÑA LEONOR
¡Ay don Juan!
DON PEDRO
¡Ay Blanca! ¡Ay cielos!
¿Cómo es posible esperar
que amanezca con más bien 1010
quien anochece tan mal?



Acto tercero

Salen DON JUAN, y TELLO, con las espadas en las manos.

DON JUAN
¿Qué no podrá el dinero?
TELLO
Gran fuerza tiene el oro.
DON JUAN
Es caballero.
TELLO
Y hijo de buen padre,
pues que le engendra el sol, que humilde madre
nunca fue de importancia. 5
DON JUAN
Toda aquella arrogancia
templaron veinte escudos.
TELLO
Buenos amigos son, negocian mudos.
DON JUAN
¡Qué mal San Juan tuviera estando preso,
y de Leonor temiendo un mal suceso! 10
TELLO
Aún no sabes lo que es en una estufa
pulgas de por San Juan; no hay catalufa,
como ponen un cuerpo desdichado
todo de tomadillos perfilado;
pues chinches, gente sorda, 15
que a nubarrones la pespunta y borda.
DON JUAN
Aquí quedó Leonor.
TELLO
No hay puerta abierta,
que aún el alba bosteza y no despierta.
DON JUAN
Entra en ese portal.
TELLO
No hay más.
DON JUAN
¿Qué aguardas?
TELLO
Cuatro mil escopetas y alabardas 20
son menester para un portal de noche;
deja que pase este cantante coche.
DON JUAN
Música lleva al Prado.
TELLO
Las tres parecen gatos en tejado.
DON JUAN
Conozco aquel romance, y quién le hizo. 25
TELLO
El tiplazo es lechón con romadizo.
DON JUAN
Serenos de Madrid causan catarro.
TELLO
El bajo ha sido jarro,
y agora tiene muermo;
la tercera cruel canta de enfermo. 30
DON JUAN
Vuelve a mirar, que ya pasaron; mira
si habla, si suspira,
que estoy perdiendo el seso.
TELLO
Si Leonor presumió que estabas preso,
sola se volvería.
DON JUAN
¡Ay dulce prenda mía!,   35
¿qué le habrá sucedido?
Si a su casa volvió, yo soy perdido.
TELLO
En todo esto no veo
sino sombras, señor, de tu deseo.
DON JUAN
¡Ay infeliz de mí, que el bien tenía, 40
y como quien dormía
y soñaba tesoro,
que las manos bañó de plata y oro,
siendo fingidas sombras los diamantes
que al Aurora volaron inconstantes, 45
y despertó al ruido,
o el propio nombre le tocó el oído,
así me siento, y solo y triste veo
la burla de mi amor, y mi deseo!
Que dicha en desdichado 50
es sueño que nació de bien pasado,
que lo que vio de día
de noche le pintó la fantasía.
TELLO
Ya, ¿qué piensas hacer?
DON JUAN
Morirme, Tello.
TELLO
Eso es muy bueno para dicho; hacello 55
es muy dificultoso.
DON JUAN
¿Qué gente es esta?
TELLO
Estruendo bullicioso
de gente que no ayuna
del gran profeta a la bendita cuna,
pues como hablaba, mudo, Zacarías, 60
todos quieren hablar en tales días.

(Salgan por una puerta FABIO, LEANDRO y FENISA, de noche de San Juan, y por otra LEONARDO y RODRIGO, guarnecidos los sombreros y ferreruelos de fajas de papel, y LUCRECIA, dama.)

LUCRECIA
Las vayas han de ser sin pesadumbre.
FENISA
Este día, señores, es costumbre
alegrarse no más, y no enojarse.
LEANDRO
Para reñir mejor es acostarse. 65
DOÑA LEONOR
No te enojes, que es uso de la Corte,
si no te han dicho cosa que te importe.
LUCRECIA
¿Qué había de decirme aquella dama,
si sabe que sé yo cómo se llama?
FABIO
Buena invención la de la plata.
LEANDRO
Buena,  70
con el papel, que más que plata suena,
que ya vale el papel como la plata,
tanto gastan procesos y poetas,
que libranzas, por Dios que andan secretas.
FABIO
Uno conocí yo, y era tan franco, 75
que trocaba lo escrito por lo blanco;
pero no pudo hallar quien lo trocase.
FENISA
¡Que noche de San Juan se empapelase
y viniese atrevido,
de ciruela de Génova vestido, 80
un hombre con sus barbas y bigotes!
TELLO
Al Prado van los dichos matalotes.
RODRIGO
Oyen, señores míos, poco a poco,
que me voy enojando, y pico en loco.
FABIO
¿Pues conmigo te metes, 85
figura guarnecida de cohetes?
RODRIGO
Pues, lacayo que jura de cochero
y consultado está de despensero,
dos cosas más corrientes estos días
que testimonios y mentiras frías, 90
¿caballero te finges disfrazado?
LEANDRO
¡Oh, qué lindo borrego trasquilado!
DON JUAN
Llega, Tello. ¿Qué aguardas?
TELLO
Caballeros,
¿han visto cierta dama, cuyas señas
son capotillo y plumas, y buen aire, 95
que dejaron aquí sus escuderos
por ver una pendencia?
RODRIGO
¡Qué donaire!
¿Fueran más frías dos cansadas dueñas
con sus antojos, tocas y rosario?
Pues ¿hombre que pregona letüario, 100
más súbito que copla de repente,
tú vienes a dar como a tanta gente?
TELLO
De veras hablo, y con disgusto vengo,
que no soy hombre que ese oficio tengo.
LUCRECIA
Quedo, que ya está el como declarado; 105
su matrimonio trascartón le ha dado,
señor mío, si habló con cerbatana.
En la parroquia la hallará mañana
colgada de la pila como llave,
si el médico de Cádiz no lo sabe, 110
que con sus almanaques
dice que habrá pescado en los alfaques,
y los vende firmados,
que dice que hay pronósticos hurtados.
DOÑA LEONOR
Jure de gamo.
FABIO
Jure de venado. 115
TELLO
Hidalgos, bueno está; quedo, con tiento.
RODRIGO
¿Valiente? ¡Oh, qué gracioso disparate!
FABIO
Contradicción implica.
DON LUIS
No se trate
desta materia más. Vamos al Prado.
LEANDRO
Jure de gamo.
FABIO
Jure de venado. 120

(Dándole grita se entren.)

TELLO
¿No has escuchado la grita?
DON JUAN
Estoy por desesperarme;
todo es perderme y matarme
cuanto mi amor solicita.
Tello, tú fuiste la culpa 125
de aquella injusta prisión,
que ayudarte en la cuestión
fue de mi culpa disculpa.
¿Qué importa, noche como esta,
sufrir disparates locos? 130
TELLO
Fueron muchos, que a ser pocos
yo los pasara por fiesta.
Aquí no hay más que esperar
si a casa volvió Leonor.
DON JUAN
¡Que aun el día, oh gran rigor, 135
no me ha venido a ayudar!
Algún amante que tiene
en brazos el bien que adora
detiene, Tello, al aurora
con hechizos, pues no viene, 140
que habiendo, a mi parecer,
o a mi amor se lo parece,
dos mil años que amanece,
no acaba de amanecer.
TELLO
Estar aquí, no es partido. 145
Que no es aguja Leonor
para buscarla, señor,
donde la habemos perdido.
Vamos a casa, que creo
que allí la habemos de hallar. 150
DON JUAN
¿Quién podrá, Tello, esperar
los años de su deseo?
TELLO
Un hombre sale, señor,
de aquella casa de enfrente.
DON JUAN
No habrá cosa que no intente 155
por templar mi loco amor.

(Sale DON PEDRO.)

DON PEDRO
Sueño, que fuiste como dulce empeño
de los cuidados que tu sombra asiste,
¿cómo para cuidados sueño fuiste,
si nunca diste a los cuidados sueño? 160
Tú que de cuanto vive, fácil dueño,
las mayores tristezas suspendiste,
¿por qué me dejas desvelar de triste,
sin ver mis ojos tu sabroso ceño?
¡Oh muerte mentirosa en perezosos 165
y muerte verdadera en desvelados!,
bien podemos llamarte los quejosos
amigo falso, que huye en los cuidados,
pues te vas a dormir con los dichosos,
y dejas desvelar los desdichados. 170
DON JUAN
Déjame que le hable yo,
que tú poca dicha tienes,
que puede ser que haya visto
a Leonor.
TELLO
¡Qué yerro emprendes!
DON PEDRO
Dos hombres he visto allí, 175
gente segura parece.
Si requiebran en la calle,
saber por ventura pueden
si Blanca ha llegado aquí.
¡Ah caballeros, no tienten 180
vuesas mercedes la espada!
De paz soy, seguros lleguen.
DON JUAN
Antes hablaros quería
por vecino cortésmente
desta calle.
DON PEDRO
Y yo, señor, 185
por si acaso os entretiene
alguna destas ventanas,
cuyos dueños lo merecen.
Aguardo desde las diez
cierta dama, y como duerme 190
tan mal amor me he vestido,
como si el aire pudiese
templar imaginaciones,
aunque se templase en nieve.
Suplícoos que me digáis 195
si la habéis visto, que suelen
volverse cuando hay testigos,
porque la busque, y no espere,
y por despejar la calle
si os hago estorbo.
DON JUAN
  (Aparte.
¡Que encuentre                      200
un mismo amor dos cuidados!
Fábula, por Dios, parece.)
A preguntaros lo mismo
una desgracia me atreve,
que acuchillando unos hombres, 205
perdí una dama, en que pierden
tanto mi vida y mi honor
que uno acaba y otro muere.
No he visto lo que esperáis,
de que es justo que me pese. 210
Si lo que espero habéis visto,
oíd las señas que tiene.
DON PEDRO
No hay para qué las digáis.
  (Aparte.
Hermano o marido es este,
la mujer peligro corre; 215
discreción será que niegue.)
Caballero, yo quisiera
que en esta ocasión presente
fuéramos los dos dichosos,
y que con palabras breves 220
diéramos el uno al otro
de lo que buscando viene
las nuevas y las albricias.
DON JUAN
Dios os guarde y os consuele.
DON PEDRO
Dios os consuele y os guarde. 225
DON JUAN
Vamos, Tello, que mi muerte
es imposible escusarse.
TELLO
Cuando solícito quieres
saber, señor, de tu dama,
bella Leonor, ángel, fénix, 230
este socarrón amante,
muy necio e impertinente,
te pregunta por la suya.
¡Mala noche de mujeres!
Menester es pregonallas. 235
DON JUAN
Pues diga amor quien supiere
de Leonor, de la hermosura,
del sol, del ave celeste,
de la discreción más rara,
del gusto más excelente, 240
del mejor despejo y brío
que hoy en la Corte se prende,
con cuyo pie de tres puntos
cuantas han nacido mienten.
Vuélvala luego a su dueño, 245
que si a su dueño la vuelve,
le darán de albricias almas.
TELLO
Buenas nuevas si las creen,
pero solo te suplico,
porque las señas no yerren, 250
que a los tres puntos del pie
añadas siquiera siete.
DON JUAN
¿Agora donaires, Tello?
TELLO
Perdona.
DON JUAN
Cielos, tenedme,
que en hallarla o no la hallar 255
están mi vida o mi muerte.
DON PEDRO
Qué yerro pudiera ser
si este, como he sospechado,
es marido que hacia el Prado
topó su propia mujer, 260
que llevaba algún galán
y entonces le acuchilló,
dársela, muy necio yo.
Mejor sin ella se van
hasta que mañana el día 265
me diga lo que he de hacer.

(Salen BLANCA y ANTONIA con rebozos y sombreros.)

ANTONIA
El porfïar es vencer.
DOÑA BLANCA
Grande ha sido mi osadía.
¿No había de estar aquí
agora don Pedro?
ANTONIA
¿Quieres   270
que llame?
DOÑA BLANCA
Sí.
DON PEDRO
Dos mujeres,
¡ay cielos!, vienen allí.
Ellas son. ¿Blanca?
DOÑA BLANCA
¿Señor?
DON PEDRO
Cómo me has tenido en calma,
que en ir y venir el alma 275
está sin pulsos amor.
Mas como cierra la rosa,
a la noche el tornasol,
y después, saliendo el sol,
vuelve a salir más hermosa, 280
así yo de tu presencia,
Blanca, al aurora salí
con la vida que perdí
en la noche de tu ausencia.
¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho? 285
DOÑA BLANCA
Al instante que salía
dándome amor osadía,
alma de mi tierno pecho,
dos amigas en su coche
me hicieron por fuerza entrar, 290
donde más que pasear
fue llorar toda la noche.
Volví tarde, donde hallé
que mi hermano, alborotado,
con don Luis me había buscado. 295
Tu cuidado imaginé,
y con ánimo de quien
no tiene más bien que a ti,
segunda vez lo emprendí,
y al fin me ha salido bien. 300
DON PEDRO
No es hora, señora mía,
de pleitos ni de escrituras.
Entrad a esperar seguras
este perezoso día,
que tiene dentro de sí 305
más años que el mundo tiene.
DOÑA BLANCA
Mi honor a tus manos viene.
DON PEDRO
Ese mismo es alma en mí.
ANTONIA
Mira lo que haces, señora.
DOÑA BLANCA
Antonia, si una mujer 310
no se dejase vencer,
¿quién puede?
ANTONIA
Un hombre que llora.
DOÑA BLANCA
Yo conozco mi firmeza.
ANTONIA
Tú saldrás desa fatiga,
las manos en la barriga, 315
como otros en la cabeza.

(Vanse.)


(DONA LEONOR se pone en lo alto.)

DOÑA LEONOR
Salid por este balcón,
pues que no salís del pecho,
llamas de amor, que habéis hecho
incendio mi corazón. 320
Respire como infición
este aposento, y no impida
que viva el alma encendida.
Dad lugar a las que quedan,
para que las otras puedan 325
ir conservando la vida.
¿Qué pajarillo el olvido
de la noche así culpó,
cuando el aurora esperó
sobre las pajas del nido? 330
¿Qué caminante perdido?
¿Qué marinero turbado?
¿Qué desabrido casado
más tarde la vino a ver
durmiendo de su mujer 335
en la galera forzado?
¡Qué poca dicha, don Juan,
tuvo contigo mi amor,
si bien a mi ciego error
culpa mis desdichas dan! 340
Preso estás, a verte van
mis suspiros mientras sigo
tu prisión; permite, amigo,
que allá se queden en ti,
porque no haya cosa en mí 345
que no esté presa contigo.

(Tres caballeros, de noche. DON ALONSO, DON FÉLIX y DON TORIBIO.)

DON ALONSO
¡Qué necio ha estado el Prado!
DON FÉLIX
Tan pícaro sin olmos ha quedado,
que nadie acierta a hablar por descubierto.
DON TORIBIO
De los bailes, don Félix, vengo muerto. 350
DON ALONSO
Tristes danzas de España, ya murieron.
DON FÉLIX
Dios las perdone, gente honrada fueron.
DON TORIBIO
¿Qué se hicieron gallardas y pavanas,
pomposas como el nombre y cortesanas?
DON ALONSO
Ya se metieron monjas.
DON FÉLIX
Cosa estraña 355
que ya todas las danzas en España
se han reducido a zapiro y al zepiro,
a zipiro y al ñapiro.
DON ALONSO
¡Por Dios, que es gran donaire!
¿No tenéis qué decir?
DON FÉLIX
Sí, pero el aire, 360
la gala y bizarría
con que el mayor señor danzar podía,
y los pies de gibaos,
y alemanas, y brandos en saraos,
¿por qué se han de dejar de todo punto? 365
DON ALONSO
Hermano, porque todo el mundo junto
se vuelve ya como el vestido viejo,
lo de atrás adelante.
DON FÉLIX
Mal consejo.
DON ALONSO
La novedad, don Félix, siempre agrada,
sea en razón o en sinrazón fundada. 370
Mirad que aun la poesía
no habla ya la lengua que solía.
¿No habéis visto la máquina estrellada,
cuando la noche, muda y enlutada,
natural de Chinchón y de pulgares, 375
teñidos con hollín los aladares,
saca medio dormida el negro coche?
¿No habéis visto en las manos de la noche
el nuevo infante día
nacer dando alegría 380
a las aguas y flores?
¿No habéis visto después cantar amores
los dulces pajarillos,
al esconderse los armados grillos
entre los alcaceres? 385
¿No habéis visto con naguas las mujeres
sin anchos verdugados y abaninos,
y los chapines de bordados finos,
que fueron en sus madres de badana?
¿No habéis visto espumosa la mar cana 390
sorberse naves como huevos frescos?
¿No habéis visto en jubones y griguescos
tanto algodón que aun el andar reporta?
Pues si no lo habéis visto, poco importa.
DON FÉLIX
¡Qué notable frialdad!
DON ALONSO
Úsase ahora. 395
DON FÉLIX
¿No veis que allí suspira cierta mora?
DON TORIBIO
Sin duda es Melisendra, caballeros,
que aguarda a don Gaiferos.
DON ALONSO
¡Oh tú, doncellidama!,
si sales a saber cómo se llama 400
el que ha de ser tu esposo,
y la oración has hecho al glorioso
Baptista, santo de profeta palma,
sábete que ha de ser Juan de buen alma,
y que, por lo agarrado, 405
primero que Mendoza será Hurtado.
 (Échele una cadena.)
DOÑA LEONOR
Pues tome por la nueva esa cadena.
DON ALONSO
¡Hola, don Félix! ¡Vive Dios que es buena,
que pesa y huele al oro, y no azófar!
DON TORIBIO
¡Peregrino suceso! 410
DON FÉLIX
Mostrad. ¡Buena, por Dios! Dícelo el peso.
DON ALONSO10
Métase el alba, y llore allá su aljófar,
que se deshace en flores y azucenas.
DON FÉLIX
¡Oh Aurora, lloradora de cadenas!,
¿si acaso no eres duende, 415
y es mañana carbón cuando la vende?
DOÑA LEONOR
No hará, que me ha tocado
en lo vivo del alma aquello Hurtado.
DON ALONSO
¿Y el Juan también?
DOÑA LEONOR
No sé, váyanse ahora,
que hay peligro en la calle.
DON ALONSO
Adiós, señora. 420
DON TORIBIO
El médico de Cádiz no dijera
con su firme pronóstico que fuera
más verdadero que este.
DON ALONSO
Vuesa merced se acueste
en sabanas de holanda, 425
que yo me voy a hacer la zarabanda,
y tantos eslabones como tiene
esta cadena el buen Hurtado pene
años en que la sirva y la requiebre.
DON TORIBIO
Mas ¿que nos ha de dar gato por liebre? 430
DON ALONSO
Así se le volvieran, y tan buenas,
a la cárcel de corte las cadenas.

(Vanse.)


(Salgan BLANCA, DON PEDRO y ANTONIA.)

DON PEDRO
Detente, señora mía.
DOÑA BLANCA
¿Que me detenga? Ya es tarde.
¿Para tales sinrazones, 435
vil caballero, me traes
con tanto engaño a tu casa?
DON PEDRO
Plega al cielo que me mate
un rayo, si tengo culpa.
DOÑA LEONOR
Aquel caballero sale 440
con una dama riñendo.
Atenta quiero escucharle,
por dicha tengo la culpa.
DOÑA BLANCA
Persuadirme, ingrato, es darme
más pena de la que tengo. 445
¿Era yo mujer infame
que, teniendo en casa amiga,
con engaños semejantes,
con lágrimas, con papeles,
con finezas, con jurarme 450
que era de tu pecho el alma,
y de tus venas la sangre,
me obligas a que tan loca
hermano tan noble trate
con término tan indigno 455
de mujeres principales?
No importa, que al fin, ingrato,
no tienes de qué alabarte,
que el honor que no ha caído
es fácil de levantarse. 460
Sola una mano me debes
sobre juramentos graves,
y yo tengo quien me vengue,
si no tuve quien me guarde.
¿Tú caballero, tú noble? 465
DON PEDRO
Señora, mientras no amaines
las lágrimas, y las voces,
¿cómo puedo asegurarte
de que no he faltado un punto
a obligaciones tan grandes? 470
Oye, por Dios, advirtiendo
que no pudiera un alarbe
hacer la maldad que dices.
DOÑA BLANCA
Pues ¿yo no sentí quejarse
y llorar una mujer 475
otro aposento adelante
de donde la cama tienes?
¿Pueden ser quejas iguales
sino de tales traiciones?
Que no es justo que se llamen 480
celos tan viles desprecios,
que celos, aunque mortales,
son de lo que se imagina,
que no de lo que se sabe.
Demás de que ya me ha visto, 485
pero porque no la mates,
por los suspiros me escribe
su desdicha y tus maldades,
y plegue a Dios que no sea
mujer propia que te canse, 490
si puede haber en el mundo
tiranos que así las traten.
DON PEDRO
Señora, negar no puedo
que, como yo te esperase,
siglos haciendo las horas, 495
años los breves instantes,
esta mujer escondida
hallé saliendo a buscarte
en lo escuro desta puerta.
Pidiome que la amparase; 500
es mujer, soy hombre, pudo
lastimarme y obligarme.
Yo no sé si es la ocasión
marido, galán, o padre;
ella nos dirá el suceso 505
y podrá desengañarte,
que mal pudiera ser yo
villano e inexorable
a lágrimas de mujer,
y más si de causa nacen 510
como la que miro en ti,
fuera de ser como un ángel,
que si llorando una fea
no hay lástima que no cause,
¿qué hará una mujer hermosa, 515
que parece que se caen
de dos estrellas del cielo
sobre claveles cristales?
DOÑA BLANCA
¡Oh, qué estremada pintura!
¿No pudiera retratarse 520
esta mujer sin claveles?
Parece que versos haces.
¿Un ángel a tales horas
quieres, don Pedro, que hable?
Para tales jerarquías 525
es muy humilde mi traje.
Ireme a mi casa agora
y mañana por la tarde
vendré a hacerle una visita.
DON PEDRO
Debes de querer matarme. 530
DOÑA BLANCA
Tú entretanto será justo
que consueles y regales
ángel de tales claveles.
DON PEDRO
Mátame bien, no te canses.
DOÑA BLANCA
Muy santo debes de ser. 535
Reliquias pueden cortarte,
pues ángeles te visitan.
DON PEDRO
Ahora bien, entra, y no aguardes
a que siendo ya de día
alguna persona pase 540
que te conozca.
DOÑA BLANCA
¿Estás loco?
¿Yo entrar, yo verte, yo hablarte?
DON PEDRO
Mira que yerras en esto,
pues primero que te cases
me pides injustos celos, 545
con que puedo imaginarte
de condición insufrible.
DOÑA BLANCA
No hayas miedo que te enfade.
Queda con Dios.
DON PEDRO
No seas necia.
DOÑA BLANCA
Voy a que alguno me ampare, 550
aunque sin ser ángel llore
sobre claveles cristales.
DOÑA LEONOR
¡Ah dama, señora! ¡Ah reina!
DOÑA BLANCA
¿Quiénes?
DOÑA LEONOR
Quien no es bien que cause
injustamente estos celos 555
entre tan firmes amantes.
Hacedme merced de entrar,
porque no por ampararme
es bien que ese caballero
os pierda. Entrad y escuchadme. 560
DOÑA BLANCA
Desde ese balcón podréis
decir quién sois, y qué os trae
a tal hora, y en tal noche.
DOÑA LEONOR
Obligareisme a que baje,
porque no son mis desdichas 565
para echadas en la calle.
Entrad, y sabréis quién soy.
DOÑA BLANCA
Vuestro término es bastante
a vencerme; voy a oíros.
DON PEDRO
Quieran los cielos que baste, 570
porque en dando una mujer
en celosos disparates,
hará verdades mentiras
y hará mentiras verdades.

(Salen DON LUIS, DON BERNARDO y criados.)

DON LUIS
No hay sitio, no hay señal, prado, ni río 575
que dellas tenga ni señal, ni nueva.
DON BERNARDO
Buscarlas me parece desvarío.
DON LUIS
¡Que a darme tal pesar Leonor se atreva!
Corrido voy del pensamiento mío,
que de uno en otro a tal rigor me lleva, 580
que os dije la sospecha que tenía.
DON BERNARDO
No estoy muy lejos de decir la mía.
DON LUIS
Como yo vi que de camino andaba,
el indiano don Juan diome cuidado,
creyendo que Leonor se le inclinaba, 585
engaño de mis celos fabricado,
que como vistes, en su casa estaba
de mi ofendido honor tan descuidado,
que apenas le llamé, cuando me abrieron.
DON BERNARDO
Sospechas de don Juan injustas fueron; 590
yo soy su amigo, y si a Leonor quisiera,
cuando le dije yo que la quería,
lo mismo en confianza me dijera,
y desistiera yo de mi porfía
como la vuestra mi sospecha fuera, 595
pero presumo que es verdad la mía.
DON LUIS
Pues vós, ¿qué sospecháis?
DON BERNARDO
Un pensamiento
que a Blanca pudo dar atrevimiento.
Hay en este lugar un caballero
que ha venido a negocios de Navarra, 600
entendido galán y lisonjero,
persona, en fin, para querer bizarra.
No ya libre navío del mar fiero
de Sanlúcar pasó la estrecha barra
con más banderas, que le sirven de alas, 605
que él por mi calle con diversas galas.
Hallele hablando con mi hermana un día
y díjome, turbado, que informado
de que presto a Sevilla me volvía,
estaba de mi casa aficionado. 610
Pienso, don Luis, que la verdad decía,
pero dándome celos su cuidado,
me informé de su casa, por si acaso
tantos paseos no mudaban paso.
Esta que veis, don Luis, es su posada. 615
DON LUIS
Sí, pero ¿de qué sirve haber creído
esa imaginación solo fundada
en verle en vuestra calle divertido?
DON BERNARDO
¿Vós no buscastes a don Juan, la espada
celosa del agravio, y prevenido 620
el ánimo a matarle? Pues yo quiero
buscar este navarro caballero.
Que como imaginastes que podía
a Sevilla llevarse vuestra hermana,
a Pamplona podrá llevar la mía, 625
si no me sale la esperanza vana.
DON LUIS
Pues ¿qué? ¿Pensaisle hablar?
DON BERNARDO
Eso querría.
DON LUIS
¿En qué ocasión?
DON BERNARDO
Con que se va mañana,
y que estoy desta casa aficionado.
DON LUIS
Pensémoslo mejor.
DON BERNARDO
Ya lo he pensado.      630

(Pónense a hablar los dos, y entran DON JUAN y TELLO.)

DON JUAN
Desde que don Luis me habló
con don Bernardo en mi casa,
Tello, los vengo siguiendo,
y que viniesen me espanta
a donde perdí a Leonor. 635
TELLO
¿Cómo ya saben que falta,
pues a su casa no ha vuelto,
ni menos salió con Blanca?
Alguien que lo vio lo ha dicho.
DON JUAN
¡Vive Dios que más estraña 640
confusión no ha sucedido
a hombre, y que se me acaba
la paciencia imaginando
que puedan desdichas tantas
caber en sola una noche! 645
TELLO
Si estuvieran acabadas,
menos mal hubiera sido.
DON JUAN
No cuenta cosas tan varias
de Clariquea Heliodoro.
Las de Teágenes pasan 650
en años, pero las mías
en una noche.
TELLO
No hagas
exclamaciones, que pueden
oírte.
DON LUIS
¡Oh leyes humanas
o inhumanas!, que a los hombres 655
nos toque, por muchas causas,
el servir a las mujeres,
el acudir a las galas,
que es lo que ellas más estiman,
el sustentarlas, el darlas 660
hasta la sangre y la vida,
y algunas veces el alma,
está bien, dellas nacimos,
que ya con esto se paga,
pero ¡que el mundo haya puesto 665
nuestra honra, nuestra fama
y autoridad en sus manos!
DON BERNARDO
Como por las calles anda
tanta gente, en ciertos hombres
que nos siguen no reparas. 670
DON LUIS
Bien dices. ¡Ah caballeros!,
¿quiérennos algo? ¿No hablan?
DON JUAN
Don Juan soy.
DON BERNARDO
¿Vós nos seguís?
DON JUAN
Desde que me habló en mi casa
don Luis, sospeché que andáis 675
de pesadumbre, y la espada
es en los hombres de bien
para defender la causa,
después de la fee y del Rey,
del amigo y de la patria. 680
No quiero saber lo que es,
sino que a serviros salga,
que no sufre la que es noble
estar ociosa en la vaina.
DON BERNARDO
Soy bien nacido, en efeto; 685
merecéis que el Rey os haga
la merced que le pedís,
y si fuere de importancia
nos la haréis, como habéis dicho.
Yo llamo en aquesta casa, 690
donde pienso que ha de estar
cierta prenda que me falta.
DON JUAN
Tello, don Bernardo busca
a Leonor. Gran mal me aguarda,
mala noche de San Juan. 695
TELLO
Peor será a la mañana.

(Sale DON PEDRO.)

DON PEDRO
No he visto venir el día
con tantas voces. ¿Quién llama?
¿Justicia es esta? ¿Quién es?
El amparar esta dama 700
me ha de costar pesadumbre
si ha de resultar en Blanca.
DON LUIS
Dejádmele hablar a mí.
Caballero, dos palabras.
DON PEDRO
¿Qué me mandáis en que os sirva? 705
DON LUIS
Esta noche de una casa
principal falta a su dueño,
no digo su honor, su hermana,
y se sabe que está aquí.
Toda esa gente embozada 710
es justicia; vós podéis
seguro manifestarla
de que no os harán agravio,
donde no...
DON PEDRO
Señores, basta.
Así es verdad que la tengo, 715
que aquí llegó lastimada
como mujer a quien suelen
suceder tales desgracias.
Dila el favor que era justo,
yo voy por ella.
  (Vase.)
DON LUIS
Obligada  720
dejaréis su casa y deudos
por defensor de su fama.
Aquí está Blanca, Bernardo.
DON JUAN
Luego, ¿buscaban a Blanca?
TELLO
¿No lo ves? Menos desdicha, 725
pues que no podrán casarla
con don Bernardo a Leonor.
DON BERNARDO
Pensando estoy con qué traza
salga yo de aquí con honra.
DON LUIS
No lo penséis sin hablarla, 730
porque su lengua ha de ser
o el remedio o la venganza.

(Salen DON PEDRO y LEONOR.)

DON PEDRO
Señora, salir es fuerza,
que si pudiera escusarla,
yo os sirviera, mas no puedo. 735
DOÑA LEONOR
Si no es quien pienso, me aguarda
la muerte, pero qué importa
si mis desdichas se acaban.
DON PEDRO
La dama es esta, señores.
DON BERNARDO
Esta no es Blanca, mi hermana. 740
DON LUIS
Pues ¿quién?
DON BERNARDO
La vuestra.
DON LUIS
¿Leonor?
DON BERNARDO
La misma.
DON LUIS
Pues ¿cómo estabas
en esta casa?
DOÑA LEONOR
Salimos
yo y Blanca con otras damas
al Prado, y como estas noches 745
tantos desatinos pasan
unos hombres descorteses
con poco honestas palabras
nos daban grita, a quien otros
hicieron con las espadas 750
callar bien a costa suya.
Yo y Blanca, entonces turbadas,
a este hidalgo le pedimos
nos escondiese en su casa,
porque a las demás del coche 755
presas pienso que llevaba
la justicia.
DON BERNARDO
Desa suerte
aquí también está Blanca.
DOÑA LEONOR
Sí, señor.
DON LUIS
Notable dicha.
Señor, decilda que salga, 760
porque esa dama es mi esposa.
DON PEDRO
Si ella lo dice, eso basta,
que ya sale, y yo a su gusto
no replicaré palabra.

(BLANCA y ANTONIA salen.)

DOÑA BLANCA
Pues ya Leonor os ha dicho, 765
señores, nuestra jornada,
yo no tengo qué añadir,
sino solo que deis gracias
a este noble caballero.
DON JUAN
Tello, de la lengua al alma 770
anda mi amor dando voces,
aunque parece que calla.
TELLO
Como la gloria en el fin
siempre dicen que se canta,
aquí se llora el peligro. 775
DON LUIS
Solo falta que casadas
queden las dos. Ya que el cielo
favoreció nuestra causa,
no aguardemos otra noche
de San Juan, que la pasada 780
nos podrá servir de ejemplo.
DON BERNARDO
Dad vós la mano a mi hermana,
que yo la daré a la vuestra.
DOÑA LEONOR
Las mujeres no se casan
dos veces, vivos sus dueños, 785
aunque suelen tener causa,
si no es aquellas que quieren
ser dos veces desdichadas.
DON LUIS
Leonor, ¿qué dices?
TELLO
Don Juan,
¿qué estás mirando?, ¿qué aguardas? 790
Mira que dan a Leonor.
Di que es tuya. Llega y habla.
¿Quieres tú que te la metan
con una cuchar de plata
dentro de la boca?
DON JUAN
Amor, 795
señores, cuya tirana
fuerza...
TELLO
¡Qué entrada tan necia!
DON JUAN
Tiembla el mundo, y llora España
comunicando diez meses
con doña Leonor gallarda 800
por las ventanas los ojos,
por los papeles las almas.
Me dio de su voluntad
(cuando más rendido estaba)
victoria, con que os [he] dicho 805
que está conmigo casada.
Ya sabéis los dos quién soy.
DON BERNARDO
Don Juan, mi amistad se agravia,
no de querer a Leonor,
mas de no decir que estaban 810
en estado vuestros pechos
que la pretensión dejara,
desistiendo de la empresa,
aunque con menos ventaja,
pues hoy doy la posesión, 815
y allí os diera la esperanza.
Dalde la mano, y así
con don Luis se casa Blanca,
que aunque se rompa el concierto
mejor estará empleada 820
en vós que en mí.
DON LUIS
Yo agradezco,
don Bernardo, por tres causas
esas razones: por mí,
por don Juan y por mi hermana,
pero pues vós no os casáis 825
y en esto el concierto falta,
ni yo es justo que me case
sino que halle en esta casa
Blanca en don Pedro marido,
que la relación pasada 830
que me hicistes de los celos
y el hallarla aquí me mandan,
que se la dé con mi gusto.
DON PEDRO
Con la misma confïanza
estuve siempre.
DON JUAN
Yo soy      835
de Leonor.
DON PEDRO
Yo soy de Blanca.
TELLO
¿Y yo de quién soy?
DON PEDRO
De Antonia.
Aquí la comedia acaba
de La noche de San Juan,
que si el arte se dilata 840
a darle por sus preceptos
al poeta de distancia,
por favor, veinte y cuatro horas,
esta en menos de diez pasa.