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martes, noviembre 18, 2025

De Cómo El Señor Mockinpott Logró Liberarse de Sus Padecimientos. De Peter Weiss.

 

 


 

De Cómo El Señor Mockinpott Logró Liberarse de Sus Padecimientos

 

De Peter Weiss


 

El Absurdo de la Existencia en "Cómo el Señor Mockinpott Logró Liberarse de Sus Padecimientos" de Peter Weiss


Introducción:

En el vasto y a menudo incomprensible universo del teatro, existen obras que, lejos de ofrecernos respuestas, nos sumergen en un mar de preguntas. "Cómo el Señor Mockinpott Logró Liberarse de Sus Padecimientos", del aclamado dramaturgo alemán Peter Weiss, es una de esas joyas. Este TEXTO que compartimos hoy es una ventana a la desesperada y a veces hilarante odisea de un hombre en busca de sentido en un mundo que parece haberlo perdido por completo.

Prepárense para adentrarse en el Teatro del Absurdo, donde la lógica se difumina, la comunicación se rompe y las instituciones revelan su verdadera y grotesca naturaleza.


El Viaje de Mockinpott: Un Laberinto de Sinrazones

El protagonista, el señor Mockinpott, es un hombre común, un ciudadano que cree firmemente en el orden y la justicia. Sin embargo, su vida da un giro surrealista cuando es arrojado a la cárcel sin una razón aparente. A partir de ese momento, su existencia se convierte en una serie de encuentros con un sistema deshumanizado y personajes que parecen hablar idiomas diferentes.

En la Cárcel: La Semilla de la Angustia

Desde el primer momento, Mockinpott es confrontado con la arbitrariedad:

CARCELERO: ¡Vamos, vamos, arriba, a levantarse!

la sopa en el plato va a enfriarse

te la traigo escupida según nuestra limpieza

TÚ SIGUES con tu cara de culo y de tristeza

destápate, te veo, estás despierto

señor Mockinpott, deja de hacerte el muerto.

MOCKINPOTT: ¿Dónde está la justicia? Jamás cometí

malas acciones, con nadie me metí.

Sólo busco mi tranquilidad

y me porto siempre con humildad.

Su clamor por justicia cae en oídos sordos. La autoridad es sorda, egoísta y corrupta, como se ve con el Carcelero y el Abogado, quienes solo buscan su propio beneficio monetario, sin interés en la verdad de Mockinpott.

La Familia y la Traición: El Hogar como Nuevo Infierno

Al salir de prisión, Mockinpott espera consuelo en su hogar, pero encuentra una realidad aún más perturbadora. Su esposa, lejos de recibirlo con amor, lo rechaza y lo acusa de despilfarrar su dinero. El clímax de esta escena es una de las más grotescas y emblemáticas del absurdo: la aparición de un rival escondido en su propia cama.

MOCKINPOTT: (QUEJUMBROSO)

¡Oh, querida mía!, he pensado en ti

el día y la noche, allá en la prisión;

tus ojos, tus manos, tu dulce mirar,

tu voz agraciada... en fin, tu lunar.

MUJER: (VENENOSAMENTE)

¡Te borraste, ése es mi reproche!

y yo TRABAJANDO sin parar de noche.

(Se oye una tos bajo la colcha. La mujer empieza también a toser enseguida. Empuja a Mockinpott fuera de la cama y se levanta. Su camisón le llega hasta el suelo, de modo que no pueden vérsele los pies. En el extremo de la cama los otros pies continúan asomando por la colcha.)

MOCKINPOTT: (MIRANDO LOS PIES CON LOS OJOS MUY ABIERTOS)

¡Perdiste los pies! ¡Uy, qué visión!

MUJER: (MIRANDO LOS PIES Y RECOBRÁNDOSE RÁPIDAMENTE)

¡Se me desprendieron por congelación!

La escena es una mezcla de comedia negra y profunda tristeza, donde la traición se viste de farsa.

La Búsqueda de la Causa: El Grito Desesperado

A lo largo de toda la obra, Mockinpott está obsesionado con encontrar el "por qué" de su sufrimiento. Busca respuestas en su trabajo, en la ciencia (a través de una parodia de visita médica), en el gobierno y, finalmente, en el Ser Supremo. Sin embargo, solo encuentra más absurdos, burocracia, y un lenguaje que distorsiona la realidad hasta hacerla irreconocible.

El examen médico, en particular, es una crítica mordaz a la deshumanización de la ciencia, donde el cuerpo de Mockinpott es tratado como un objeto a manipular sin entender su dolor.

MÉDICO: ¡Ajajá! ¡Ajajá!, qué clase de desdichado

llega a estos umbrales,

¡de nuevo un ser desmoralizado, consumido

y envuelto en las tinieblas de oscuros males!

(Pepino remueve el interior del cráneo de Mockinpott con un cucharón)

MÉDICO: (ENTUSIASMADO)

¡Oh, miren qué cerebro! ¡Qué maravilla!

¿Cómo una cosa tal puede llenarse

en la vida de mugre y de ladilla?

La Revelación y la Liberación: El Fin del Engaño

La liberación de Mockinpott no llega de la mano de ninguna institución, sino de un acto de autoafirmación. Tras enfrentar al Supremo y darse cuenta de la indiferencia del poder ante la injusticia, Mockinpott tiene su gran epifanía.

MOCKINPOTT: ¡Ya lo sé, ya lo tengo! ¡Lo sabía

y no me daba cuenta todavía !

(SE PARA EN SECO Y SE QUEDA CON LA BOCA ABIERTA)

¡No es eso, no, no es eso! ¡Asco me da!

¡Quién pudiera decirme la verdad!

Su verdadera liberación se materializa en una imagen tan simple como profunda: una piedra en el zapato. Al retirar el "cascote gigantesco" que le impedía caminar, Mockinpott no solo se deshace de una molestia física, sino que simboliza el desprendimiento de la ilusión de un mundo justo. Al fin, puede caminar por sí mismo, liberado del peso de buscar un sentido donde no lo hay, y del engaño de quienes le prometían soluciones.


Conclusión:

"Cómo el Señor Mockinpott Logró Liberarse de Sus Padecimientos" es una obra que, a través del humor negro y el absurdo, nos invita a reflexionar sobre la alienación del individuo en la sociedad moderna y la impotencia ante sistemas incomprensibles. La liberación de Mockinpott no es una victoria sobre el sistema, sino una victoria personal: la de aceptar la irracionalidad y, al hacerlo, encontrar la propia autonomía. Una obra atemporal que nos resuena hoy más que nunca.



 

 

MOCKINPOTT

 

PERSONAJES

 

·       MOCKINPOTT

·       CARCELERO

·       ABOGADO

·       JUEZ

·       PEPINO

·       RIVAL

·       PATRÓN

·       MÉDICO

·       BEDEL

·       SUPREMO

·       MUJER

·       ENFERMERA 1

·       ENFERMERA 2

·       CORO DE ÁNGELES

·       EMPLEADOS

·       FIGURA 1

·       FIGURA 2

·       FIGURA 3




EN LA CÁRCEL

 

VOCES:

Nombre... Número de documento... Domicilio... Sexo... Estado civil... Ocupación... Religión... Filiación política... Señas particulares...

CARCELERO:

¡Vamos, vamos, arriba, a levantarse!

La sopa en el plato va a enfriarse

te la traigo escupida según nuestra limpieza.

TÚ SIGUES con tu cara de culo y de tristeza.

Destápate, te veo, estás despierto,

señor Mockinpott, deja de hacerte el muerto.

Vamos, enseguida, ponte a hacer la cama.

Ya no es de noche. El día su bella luz derrama.

MOCKINPOTT

¿Qué día es hoy, si puede saberse?

CARCELERO:

Domingo, como puede verse.

MOCKINPOTT

El domingo es día de paseo, y yo salgo.

CARCELERO:

Si alteras el orden vas a ver lo que valgo.

MOCKINPOTT

¿Dónde está la justicia? Jamás cometí

malas acciones, con nadie me metí.

Sólo busco mi tranquilidad

y me porto siempre con humildad.

No soporto el error cometido:

de golpe, me arrancan de mi vida y mi nido,

y así, sin preguntar

me meten en la cárcel que es un triste lugar.

CARCELERO:

Quédate en el molde y cállate la boca.

Cuando alguien cae aquí la cosa nunca es poca.

Y si lo traen aquí, por algo es que le toca.

Ya hace muchos domingos y miércoles y martes

y noches y días, que tengo que aguantarte.

Sólo puedo decir: ¡ya es demasiado,

no hay derecho, es injusto, tenerme aquí encerrado!

CARCELERO:

Me vas a obligar a darte otra paliza.

MOCKINPOTT

Querido Carcelero, yo siempre he sido

y sigo siendo, un hombre muy cumplido

que a nadie nada ha hecho

nada de nada nunca

sin gastar ni un centavo, leyendo su periódico

que puede comprarse por un precio muy módico.

¿Mi vicio? Algún café, de alcohol no pruebo nada

pues me gusta marchar con la frente bien alta y segura

la mirada.

CARCELERO:

Yo aquí tengo otro informe,

perturbación del orden...

desprecio al uniforme...

de noche por los bares,

deambulas sin descanso.

Y si te echan el guante

pones cara de ganso.

MOCKINPOTT

Como yo decía: hay un malentendido.

Seguro que hablan de otro (Pues hay muchos bandidos)

ahorrativo como soy de noche no deambulo

por no gastar mi suela en casa gasto el culo

sentado en mi sillón con mi querida esposa.

Señor CARCELERO: en el banco tengo alguna cosa

y con gusto le daría algún dinero

si usted me consiguiera un ABOGADO primero.

CARCELERO:

Cinco de los grandes ¿Vale?

MOCKINPOTT

Dos le daría yo.

CARCELERO:

Cuatro aceptaría.

MOCKINPOTT

Tres es la solución.

CARCELERO:

Cinco grandes, ¿Hecho?

Y procure andar derecho.

MOCKINPOTT

Todo ese dinero con tanto esfuerzo ahorrado

sólo para que me traigan pronto, un ABOGADO.

(El Carcelero introduce al ABOGADO y se va.)

CARCELERO:

Señor ABOGADO, pase usted, entre, entre,

aquí lo dejo a solas con su nuevo cliente.

ABOGADO:

Ahá, ahá, veamos:

el pobre que ha caído

ay, la injusticia sigue

los encarcelamientos

sin fundamento.

¡Qué mundo! Se adultera

el bien. Yo ya lo veo

en esa cara triste;

usted es hombre honrado

por cincuenta grandes

voy a hacer por usted

lo que usted mande

si me paga al contado.

MOCKINPOTT

Cincuenta es demasiado.

ABOGADO:

Y con otros cincuenta adelantados

saldrá de este lugar mañana temprano.

¿Qué le duele, señor...? ¿Cuál es su apellido?

¡Mottinrock, ya lo sé! Nunca me olvido.

Llámese así o asá, que eso es aparte,

comprenderá que es duro y arriesgado

si usted de su parte no pone algún esfuerzo

en forma monetaria.

Tengo muy poco tiempo y es molesto, molesto,

diga ya de una vez si está dispuesto

a pagar esa cifra vulgar por lo ordinario.

MOCKINPOTT

Señor ABOGADO, ¿qué destino me espera?

¡Ay de mí!, si le entrego todo lo que he ahorrado?

Año tras año me he esforzado

juntado moneda con moneda

y ahora, salvo veinte que hay

en esta triste y pobre billetera

sólo deudas me quedan, ¡ay!

¡Ay de mí! que soy el que tendría, ¿Cómo se dice?

que enojarse

además de quejarse.

ABOGADO:

Haga inclinarse pronto la balanza

de su importante decisión

nada puede exigir o convocar ahora

en su precaria situación.

Si usted se sacrifica, le consigo

su libertad sin otra condición

que ser condicional, pues la absoluta

aquí es política-ficción.

Si no se sacrifica, aquí se queda,

Yo, tranquilo, final de la cuestión.

Cincuenta de honorarios, cincuenta de fianza,

con tan poco gasto, la libertad se alcanza.

MOCKINPOTT

Señor ABOGADO, señor ABOGADO,

de lo que ha pasado

aún nada le he contado.

ABOGADO:

Eso lo puedo ver en los papeles

Que pediré después a los Bedeles.

MOCKINPOTT

En los papeles todo es falso, lo juro,

¡Perderemos la causa, estoy seguro!

ABOGADO:

Nada de preocuparse, mi señor Kopinpós

con mi ayuda y teniendo la confianza de Dios

se hará lo necesario, ya me entiende, ¿verdad?

para que vea usted la luz, la libertad.

MOCKINPOTT

¿Por qué a mí me tienen que pasar

estas cosas?

El castigo me toca sin merecerlo,

o sea, sin comerlo ni beberlo,

¿Cómo se explica esto? (PARA SI)

¡Ay, si pudiera entenderte

y librarme de vos, maldita suerte!          

 

(APARECE UN CORO DE ÁNGELESMockinpott se levanta precipitadamente y se queda mirándolos con los ojos muy abiertos)

 

CORO DE ÁNGELES:

¡Miserere, Miserere!

A este hombre le pasa

todo lo que él no quiere.

Él no entiende la causa

de tanto sufrimiento

que aumenta sin pausa

y sin miramiento.

La desgracia,

la desdicha,

la mala suerte,

la mala estrella,

la mala leche

Sólo ella lo busca,

sólo ella lo quiere...

¡Miserere,

ay, Miserere!

 

ANTE EL JUEZ

 

JUEZ:

Señor Mockinpott, ¿es usted verdaderamente

el acusado, ejem, que tenemos enfrente?

MOCKINPOTT

El mismo. Pero yo, que yo sepa, no hice nada

que justifique, pienso, mi encierro en tal morada.

JUEZ:

¿De modo que está aquí, cargado de paciencia

y por si fuera poco, de absoluta inocencia?

MOCKINPOTT

Así es, Señor JUEZ, y por cierto separado

de mi querida esposa, para mí un ser sagrado.

JUEZ:

Viviendo alegremente mientras dura

a costa del Estado sin pagar la factura.

Quince billetes más por la manutención

recibida estos meses en el hotel-prisión.

ABOGADO:

Una vez que el mencionado señor Knopinrock

hubo contratado mis servicios, y después de

largos y tenaces esfuerzos, hemos conseguido

que, tras presentación de un compromiso de

pago de última instancia, nos ha dado la seguridad

de que el susodicho, a partir del presente instante,

puede hacer completo y total uso de su libertad y,

sin dilación, alejarse de este lugar, previa

liquidación de sus deudas.


AL AIRE LIBRE (1)

 

MOCKINPOTT

¡Mi bastón! ¿Dónde está mi bastón?

¿Se quedó en la prisión?

 

(MIRANDO ALTERNATIVAMENTE A PEPINO Y AL BASTÓN)

 

Me llamo Mockinpott, ¡eh, señor!

Mire usted mi bastón,

es muy lindo y tiene atrás una larga historia

lo recibí de mi padre en herencia mortuoria.

PEPINO:

¿Qué dices del ajo y achicoria?

MOCKINPOTT

¡De él yo estaba orgulloso

y era todo mi apoyo!

PEPINO:

¿Que te gusta el pollo?

MOCKINPOTT

¡Ah, si supiera lo que me ha pasado!

PEPINO:

¿Qué dices de pera y estofado?

MOCKINPOTT

(¡Mis zapatos! ¿Dónde están mis zapatos?

¡Si yo los vi hace un rato!)

Lo estoy mirando, señor, pero me extraño,

quiero calzarme bien, pero me engaño,

¿Por qué primero el izquierdo...

y después el otro?

pero si agarro el derecho

después noto

que el izquierdo es extraño y diferente.

Si quiero empezar correctamente

tengo que hacerlo sin pensar, contado

pero el problema, me digo, hay que empezar,

¿Y por dónde empezar para contar?

PEPINO:

(MUY SERIO DECLAMA)

Sí, sí, cuando se anda, he observado en mí como la gente

que encontrar el momento conveniente

de pasar el derecho por delante

del izquierdo, es difícil, así como igualmente

lo contrario: que el izquierdo se adelante.

¡Esto que uno ha observado

lo ha observado cualquiera, a poco que haya andado!

MOCKINPOTT

¿Verdad que sí, señor, que es un misterio?

He aquí, por fin, un hombre con quien hablar en serio.

¿Sabe, señor? Conmigo se comete

una gran injusticia y estoy en un mal brete.

PEPINO:

(IRÓNICO)

No sé qué me preguntas de un retrete.

MOCKINPOTT

Iba paseando bajo el sol radiante,

doblé una esquina: dos guardias adelante.

"¡Este es nuestro hombre!", gritan y me agarran.

"Me llamo Mockinpott, agentes."

"El nombre es lo mismo ", dicen repelentes.

"¿Qué hace en la calle ahora?

"Voy a buscar el diario, como siempre a esta hora".

"Me espera mi esposa con un café caliente."

"Ya veremos eso, no sea insolente.

Tu café y tu mina, que se las aguanten."

¿Y esto es justicia?, pregunta inquietante,

cuando uno pasea bajo el sol radiante?

PEPINO:

Sí, sí, ya veo que clase de tipo eres.

Se te ve en la cara: vinos y Mujeres.

trabajar en serio te parece fiero,

eliges tú el vagabundeo.

MOCKINPOTT

(LEVANTÁNDOSE)

Estoy decepcionado enormemente

y además, no le entiendo suficiente

pero piense, por favor, en mi relato,

le conté algunas cosas hace un rato.

PEPINO:

No sé qué me contaste, me he olvidado;

oír mientras se come es muy pesado.

En fin, adiós, me voy a tomar vino

si algo quieres, mi nombre es PEPINO. (SE MARCHA)

MOCKINPOTT

(TRISTE)

¡Ay, no era un amigo! ¡Con lo que me espera!

¡No confíes nunca en un extraño!

Pero... tengo a mi esposa verdadera,

si no fuera por ella, ¡mal año este año!


EN SU CASA

 

(Una cama. Un armario sin nada a su alrededor y contra el cual está apoyada una escoba. La MUJER está sentada dentro de la cama, en camisón, peinándose las largas matas de pelo. Sobre sus piernas la colcha está abombada. Dos pies, grandes y sucios, asoman por el extremo inferior de la colcha y están demasiado lejos de la mujer para que pudieran ser suyos. Al entrar Mockinpott, la Mujer se pone a arreglar la colcha.)

MOCKINPOTT

(QUEJUMBROSO)

¡Oh, querida mía!, he pensado en ti

el día y la noche, allá en la prisión;

tus ojos, tus manos, tu dulce mirar,

tu voz agraciada... en fin, tu lunar.

MUJER:

(VENENOSAMENTE)

¡Te borraste, ése es mi reproche!

y yo trabajando  sin parar de noche.

MOCKINPOTT

¿Y no me preguntas lo que me ha pasado?

ahora que nos hemos reencontrado?

(Mockinpott SE SIENTA EN EL BORDE DE LA CAMA. LA MUJER SE APARTA DE ÉL. EN EL EXTREMO INFERIOR DE LA CAMA LOS PIES SE FROTAN UNO CONTRA OTRO.)

MOCKINPOTT

¿No quieres saber, tú, mi MUJER,

lo que me he visto obligado a padecer?

(LA MUJER NO RESPONDE Y SIGUE PEINÁNDOSE. BAJO LA COLCHA SE OYE UN CASI SOFOCADO ESTORNUDO, ACOMPAÑADO DE UNA SACUDIDA. PARA DISTRAER LA ATENCIÓN LA MUJER ESTORNUDA TAMBIÉN, DA UN GOLPE CON LA MANO SOBRE LA COLCHA Y VUELVE A ESTORNUDAR. Mockinpott SACA SU PAÑUELO, SUENA LA NARIZ DE SU MUJER Y ACARICIA SUS CABELLOS).

MOCKINPOTT

Me rompieron el bastón sobre la espalda,

me quitaron todo lo que tenía,

todavía no sé de qué manera

se esfumó mi plata de mi billetera.

MUJER:

(DÁNDOLE UN EMPUJÓN)

Primero te vas a despilfarrar

toda mi plata en cualquier lugar;

ahora, el caradura, quiere regresar,

pero aquí, a mi casa, ni hablar... ni hablar.

Mi vida, de una vez, quiero cambiar.

(GOLPEA SOBRE LA COLCHA Y DEBAJO SE OYE UN CARRASPEO. LA MUJER SE PONE A CARRASPEAR TAMBIÉN).

MOCKINPOTT

¡Hay tanta injusticia en este mundo!

Quisiera entender el por qué profundo.

Voy a mi trabajo, cumplo mi deber,

no aspiro a otra cosa. Pago el alquiler,

pago mis impuestos con puntualidad

y me pasa esto, ¡Qué barbaridad!

(LOS PIES SE FROTAN UNO CONTRA OTRO, AL EXTREMO DE LA CAMA)

MUJER:

¡Si viniera alguien sin engaños

y con mucha guita para algunos años!

(SE oye una tos bajo la colcha. La Mujer empieza también a toser enseguida. Empuja a Mockinpott fuera de la cama y se levanta. Su camisón le llega hasta el suelo, de modo que no pueden vérsele los pies. En el extremo de la cama los otros pies continúan asomando por la colcha).

MOCKINPOTT

(MIRANDO LOS PIES CON LOS OJOS MUY ABIERTOS)

¡Perdiste los pies! ¡Uy, qué visión!

MUJER:

(MIRANDO LOS PIES Y RECOBRÁNDOSE RÁPIDAMENTE)

¡Se me desprendieron por congelación!

(Empieza a dar saltitos. Se dirige a saltos hacia donde está la escoba. La agarra, sigue saltando, apoyándose en la escoba, de un lado a otro, mientras barre el suelo. Se acerca a saltitos al extremo de la cama y cubre los pies con la colcha. Por el otro extremo de la colcha asoma el rival su cabeza barbuda. Momento en el cual Mockinpott vuelve la espalda. Cuando Mockinpott se da vuelta la cabeza desaparece de nuevo bajo la colcha.)

MUJER:

(MIENTRAS TANTO)

Ni para calzones yo tenía,

la cocina sin gas ya no prendía.

¡Sucia miseria! ¡Yo aquí tirada

y vos por ahí,

de joda!

Escucha lo que te digo:

lo siento mucho

pero se acabó,

hazte humo

que aquí en mi casa

no perdiste nada.

MOCKINPOTT

Voy a vivir con vos siempre a tu lado

porque ésa es la costumbre entre casados.

MUJER:

Siempre durmiendo afuera, ¡Qué carajo!

y a eso llamas matrimonio, ¡qué desparpajo!

(El rival, mientras tanto, ha salido de la cama. Anda en puntas de pie con una camisa de noche corta, cuyos bordes tira hacia abajo. Se dirige muy ufano hacia el armario, con su cara vuelta hacia Mockinpott, este permanece de espaldas al rival hasta que este último llega al armario. Mockinpott se vuelve justo después de que el rival ha desaparecido en él)

MOCKINPOTT

Todo esto que veo es casi feo,

lo que veo, lo que veo y no lo creo.

 

(SE ENCAMINA EN PUNTAS DE PIE HACIA EL ARMARIO, ENTORPECIDO POR LOS MAL CALZADOS ZAPATOS)

 

MOCKINPOTT

¿Qué pasa aquí? Mi pieza tan querida

la veo cambiada, después de mi partida.

 

(La Mujer barre de acá para allá, con grandes saltos, para distraer la atención de Mockinpott. Este se desliza sigilosamente pegado al armario. Cuando mira por detrás de este el rival pasa por delante. Mockinpott se inclina sobre la cama y quiere levantar la colcha).

 

MUJER:

Eso es lo que quieres, viejito mío,

acostarte en mi cama, o sea conmigo.

Nada de eso, se acabó,

¿me oyes? Ya no te quiero.

 

(EL RIVAL EMITE UN GRUÑIDO DETRÁS DEL ARMARIO)

 

MOCKINPOTT

Yo no sé qué pasa

aquí en mi casa.

Todo está en su lugar

pero algo pasa.

Allí está el armario,

la cama es la misma.

Estoy contigo...

quiero estar tranquilo

y no lo consigo.

 

(EL RIVAL GRUÑE MÁS FUERTE)

 

MUJER:

 

(HACIENDO MUECAS SINIESTRAS Y AGITANDO ESPECTRALMENTE LOS BRAZOS DE ARRIBA A ABAJO)

 

¿Ves? aquí nunca estuviste. No te conozco

¿Quién eres? ¿O te volviste loco?

Y abro mi bocachón

para comerte mejor.

 

(EL RIVAL GRUÑE MÁS FUERTE)

 

MOCKINPOTT

(TEMBLANDO)

No sé qué me pasa,

me muero de miedo,

no aguanto más,

me voy de esta casa.

 

CORO DE ÁNGELES:

¡Miserere, Miserere!

que todo el mundo se entere

de que a este hombre formal

todo le sale tan mal,

¡qué mal! ¡qué mal!

Sufre dolores sin pausa

y él no comprende la causa,

no entiende...

no se da cuenta,

¿Qué le pasa?

Sus desdichas lo devoran,

¡Se lo comen!

¡Se lo tragan!

Y sus ojos siempre lloran.

¡Miserere, Miserere!

Que todo el mundo se entere.

 

(EL CORO DE ÁNGELES DESAPARECE)

 

MOCKINPOTT

(DE RODILLAS, ALEJÁNDOSE DE LA CAMA, CON TONADA LASTIMERA DE MARIACHI O DE CHAYA)

¿Por qué no quieres, niña, reconocerme?

¿Llamarme como hacías siempre?

¿Qué te hice yo?

¿Por qué así me echas del corazón?

Y sin embargo, aquí está mi lecho

y este es mi cuarto.

¡Peor para tí!

Te quedas para siempre sola, sin mí.


VISITA AL PATRÓN

 

MOCKINPOTT

Buenos días, mi jefe, he regresado.

¡Si supiera, señor, lo que ha ocurrido!

No es que en líos me haya metido

pues soy como usted sabe, muy honrado.

Sin embargo, estuve encarcelado.

¿Cómo pudo pasar lo que ha pasado?

El ser trabajador no me ha servido

y vengo de la cárcel muy golpeado.

PATRÓN:

No entiendo ni palabra, caballero,

de lo que está diciendo. Mi memoria

no registra ni su cara ni su historia.

A usted jamás lo he visto, ni lo quiero.

Y si ha venido a mendigar

se ha equivocado de lugar.

La puerta de salida es ésa.

(SEÑALÁNDOLA)

Señor, y ¡buenos días!

MOCKINPOTT

(SACANDO DEL BOLSILLO UNA HOJA DE PAPEL ARRUGADA)

Mire mi nombre aquí

He sido su empleado y cada día

entraba por la puerta que está allí.

(SEÑALÁNDOLA)

PATRÓN:

(SIN MIRAR LA HOJA QUE LE PRESENTA Mockinpott)

De eso hará ya mucho tiempo, me imagino,

pues su empleo no dura todavía.

Llamando pan al pan y al vino vino,

quien abandona su trabajo un día

sin motivo, a mi ver justificado,

es decir, sin un certificado,

ha quemado sus barcos y sus naves.

¿Contrato laboral? Está rescindido.

Quedando en consecuencia, despedido.

No pueden las faltas laborales

excusarse con causas sentimentales.

MOCKINPOTT

¿No pueden decirle al señor Jefe

que he llevado cajas por millones

siempre con gran cuidado

como grandes valores?

PATRÓN:

(DIRIGIÉNDOSE A LOS EMPLEADOS)

No detengan su ritmo: ése es el trato

o se les hará descuento según contrato.

MOCKINPOTT

Por favor, señor Jefe, nada puede hacer

para que no me encarcelen

quise enviar un mensaje

para que le avisaran.

PATRÓN:

¿Todavía está aquí? Esto pasa la raya

Le he dicho hace un rato que se vaya.

MOCKINPOTT

Si me admite de nuevo, ¿Qué hacer?

trabajaré por dos hasta más no poder.

PATRÓN:

Para eso de las cajas basta uno

pero si es como usted, mejor ninguno.

MOCKINPOTT

Dejarme así en la calle es imprudente.

PATRÓN:

¿Vino aquí para agitar a mi gente?

MOCKINPOTT

Lo que pido me toca por derecho.

PATRÓN:

¡Qué derecho ni ocho cuartos,

si ha hecho lo que ha hecho!

Agarre a este tipo, y sin contemplaciones

hágalo bajar volando los escalones.

(Mockinpott RETROCEDE.)

MOCKINPOTT

Está bien, está bien, ya me voy, ¡qué modales!

después de mis servicios tan leales.

(SALE RETROCEDIENDO)


AL AIRE LIBRE (2)

 

(Mockinpott ESTÁ SENTADO EN UN BANCO CON EL CUERPO INCLINADO SOBRE UNA MESA Y EL ROSTRO DESCANSANDO SOBRE LOS BRAZOS. ENTRA PEPINO CONTENTO. TIENE LA BOTELLA LLENA HASTA UN TERCIO. TOMA UN TRAGO. Mockinpott LEVANTA LA CABEZA. APENAS SE DA CUENTA DE QUE PEPINO ESTÁ ALLÍ. HABLA MÁS BIEN PARA SÍ MISMO).

 

MOCKINPOTT

¡Qué injusticia, mi amigo,

cometieron conmigo!

PEPINO:

¿Qué caricia, te digo,

le hicieron al higo?

MOCKINPOTT

Estoy abatido, estoy abatido.

PEPINO:

Te lo tienes merecido, te lo tienes merecido.

MOCKINPOTT

(LLORANDO)

Yo que creí que mi esposa feliz me abrazaría,

pero agarró la escoba y como una arpía,

me tiró a la calle y se quedó la impía,

allá sola en su cama, que en parte ha sido mía.

PEPINO:

¿Estás seguro que estaba sola?

MOCKINPOTT

Con sus dos piernas se quedó.

PEPINO:

Hola, hola.

MOCKINPOTT

Las había perdido...

PEPINO:

¿Dije hola?

MOCKINPOTT

...congeladas del frío, de estar sola.

PEPINO:

¿Y... esas piernas que dices...no seguían

y en alguna otra cosa aparecían?

MOCKINPOTT

Si piensas que mi esposa me ha engañado

Estás muy, pero muy, equivocado.

Ella jamás haría cosa tan bochornosa.

 

(PEPINO SE SIENTA EN EL BANCO JUNTO A Mockinpott Y LE OFRECE LA BOTELLA. Mockinpott NI LO MIRA Y PEPINO SE TOMA UN TRAGO)

 

MOCKINPOTT

¿Quieres decirme a mí

que había otra persona y no la ví.?

(OCULTA EL ROSTRO ENTRE LAS MANOS Y LLORA)

Hermoso tiempo vivido en el amado hogar,

a la luz de la lámpara lo vuelvo a recordar.

Sentado en el sillón que nunca falta,

al volver del trabajo, muy cansado,

mi esposa con acento reposado

me leía las noticias en voz alta.

PEPINO:

En ese silloncito que decís,

ahora come otro la perdiz.

El sillón no ha de sentir tu falta

porque a otro le leen noticias en voz alta.

MOCKINPOTT

También de mi trabajo me han echado

mi lugar por otro fue ocupado.

PEPINO:

(DESPECTIVO)

¿Qué tenías que hacer en ese trabajo?

Ir de aquí para allá, de arriba a abajo.

MOCKINPOTT

(OFENDIDO)

Yo tenía a mi cargo una importante

¿Qué digo? importantísima tarea,

con las cajas. A saber:

redactar el debido comprobante

de cargas y descargas,

algo así como el debe y el haber.

Vaciaba las cajas, y tachaba

lo que en la lista y en la caja estaba.

Tal era el sentido de mi vida,

por el que he sacrificado cualquier otra salida.

PEPINO:

Si otro ocupa tu lugar, intuyo

que es claro que el trabajo no era tuyo.


(Mockinpott OCULTANDO SU ROSTRO ENTRE LAS MANOS, SE DEJA CAER SOLLOZANDO SOBRE LA MESA, LA CUAL SE DESPLOMA BAJO SU PESO Y Mockinpott CAE AL SUELO. PEPINO SIGUE SENTADO EN EL BANCO Y TOMA OTRO TRAGO).


PEPINO:

¿Por qué te tiras al suelo?

Se está mejor sentado arriba.

Y encima, rompiendo cosas...

¿Tienes con qué pagar?

Te estás cavando la fosa.

MOCKINPOTT

(SENTADO EN EL SUELO)

No puedo pagar nada,

nada tengo en el banco.

¡Ay!, ya no puedo más,

me siento rengo, tuerto y manco.

PEPINO:

(TAPANDO LA BOTELLA Y LEVANTÁNDOSE)

En ese caso, vamos a un MÉDICO, enseguida

Te tiras en la mesa de operaciones

para que el MÉDICO te inspeccione

tus partes jodidas.

Vas a ver cómo el MÉDICO enseguida

te saca o te corta la que tienes podrida.

 

(Mockinpott SE ENCOGE Y ESCONDE LA CABEZA ENTRE LOS BRAZOS. PEPINO SE LEVANTA. Mockinpott SE RESISTE, PATALEA. PEPINO LO AGARRA POR UN BRAZO, SE LO PASA POR EL HOMBRO Y SE LO LLEVA CARGADO EN SU ESPALDA.)

 

CORO DE ÁNGELES:

¡Miserere, Miserere!

es un caso inquietante

es un caso que duele

que moviliza, ¿viste?

que hiere.

¡Ojalá que a la ciencia

le sirva de acicate!

¡Miren a ese buen hombre

que la desgracia abate!

¡Escuchen sus lamentos!

¡Escuchen sus quejidos!

¡Escuchen sus gritos!

No comprende el porqué de sus padecimientos

Ahora se pone en manos de la ciencia,

a la investigación entrega con paciencia

su cuerpo y su conciencia.

¡Miserere, Miserere!

es un caso inquietante,

es un caso alarmante,

¡es cosa de locos!

(SE ESCUCHA UNA CAMPANITA REPRESORA)

¡Miserere, Miserere!

es un caso inquietante,

es un caso que hiere.

(LOS Ángeles DESAPARECEN, Mockinpott Y PEPINO TAMBIÉN)


VISITA AL MÉDICO

 

(UNA MESA DE RECONOCIMIENTO. COLGADA DE LA PARED UNA BATA BLANCA Y UN ESTANTE CON INSTRUMENTOS Y FRASCOS DE TAMAÑO SUPERIOR AL NORMAL. ENTRA PEPINO LLEVANDO A Mockinpott SOBRE SU ESPALDA. AL MISMO TIEMPO ENTRA EL MÉDICO, CON UNA BATA BLANCA. LO SIGUEN DOS Enfermeras, TAMBIÉN CON BATAS BLANCAS. PEPINO DEPOSITA A Mockinpott SOBRE LA MESA. LAS DOS Enfermeras EMPIEZAN A PREPARARLO. PEPINO SE ESCONDE DETRÁS DE ELLAS, SE DIRIGE FURTIVAMENTE A LA PARED Y SE PONE LA BATA. MIENTRAS TANTO EL MÉDICO PASEA ALREDEDOR DE LA MESA, CON LA MANO EN LA BARBILLA. PEPINO DESATA LA CINTA DE LA BATA, POR DETRÁS, A LA ENFERMERA 1 QUE ESTÁ INCLINADA SOBRE LA MESA Y SE ESCONDE DETRÁS DE LA ENFERMERA 2. LA ENFERMERA 1 CREYENDO QUE HA SIDO LA ENFERMERA 2 LE DA UNA CACHETADA. LA ENFERMERA 2 LE DEVUELVE LA CACHETADA. MÚSICA DE CIRCO O SALSA.)


MÉDICO:

¡Ajajá! ¡Ajajá!, qué clase de desdichado

llega a estos umbrales,

¡de nuevo un ser desmoralizado, consumido

y envuelto en las tinieblas de oscuros males!

¡Terrible mundo éste que arruina sin sentido

la salud de los pálidos mortales!


(EL MÉDICO SE QUEDA DE PIE DELANTE DE Mockinpott, LEVANTA LA MANO DERECHA Y CHASQUEA LOS DEDOS. LA ENFERMERA 2 LE ALCANZA UN MARTILLO. PEPINO DESATA EL CINTO DE LA ENFERMERA 2, SE HACE A UN LADO Y SE QUEDA QUIETO CON AIRE INOCENTE. LA ENFERMERA 2, DESPUÉS DE ENTREGAR EL MARTILLO AL MÉDICO LE DA UNA CACHETADA A LA ENFERMERA 1. TODO OCURRE CON GRAN RAPIDEZ. EL MÉDICO VA A GOLPEAR CON EL MARTILLO EN LA CABEZA DE Mockinpott, PERO NO LLEGA A HACERLO, SINO QUE APUNTA A ALGO MÁS ALLÁ, SOBRE EL CUERPO, HASTA SITUARLO A LA ALTURA DE LAS RODILLAS. PEGA CON EL MARTILLO EN LA RODILLA DE Mockinpott; LA PIERNA SE DISPARA HACIA LO ALTO ALCANZANDO AL MÉDICO QUE CAE AL SUELO ARRASTRANDO EN SU CAÍDA A LAS DOS EnfermerasPEPINO TOMA UN ESTETOSCOPIO Y SE DISPONE A AUSCULTAR A Mockinpott DESDE LOS PIES HASTA EL PECHO. EL MÉDICO Y LAS DOS Enfermeras SE LEVANTAN.)

 

MÉDICO:

¿Colega, oye usted algo, cuando toco?

PEPINO:

Oigo un zumbido, o quizás me equivoco.

MÉDICO:

¿Considera inquietante ese zumbido?

PEPINO:

Aconsejo operar, querido amigo.

MOCKINPOTT

(ASUSTADO)

No, querido doctor, nada de tajos

ni en las partes altas ni en los sitios bajos.

MÉDICO:

Saque la lengua.


(EL MÉDICO CHASQUEA LOS DEDOS Y LA ENFERMERA 1 LE ALCANZA UNA LINTERNA DE BOLSILLO. EL MÉDICO ILUMINA LA BOCA DE Mockinpott, SOBRE LA CUAL SE INCLINA PEPINO)


PEPINO:

(CON EXAGERADO ESPANTO)

Algo horripilante allí se advierte.

Huele a podrido, digo, a muerte.

MÉDICO:

Diga A.

MOCKINPOTT

I

MÉDICO:

Dije A.

MOCKINPOTT

U

MÉDICO:

¿No puede decir A?

MOCKINPOTT

Mi querido doctor, si no tuviera más remedio,

y además supiera la razón,

lo que usted me pide le diría,

y a cualquier pregunta, en fin, contestaría

(EL MÉDICO Y PEPINO SE INCLINAN SOBRE Mockinpott)

MÉDICO:

(DIRIGIÉNDOSE A PEPINO)

¿Está su lengua sucia, caballero?

PEPINO:

No deja de moverla y no me entero.

MÉDICO:

(CHASQUEANDO LOS DEDOS)

¿Quieren abrir la boca al caballero...

a izquierda y a derecha?

(LAS Enfermeras CUMPLEN LA ORDEN)

MOCKINPOTT

¡AAAHHH!

(PEPINO SE INCLINA SOBRE LA BOCA ABIERTA DE Mockinpott)

MÉDICO:

¿Qué ve usted, colega?

PEPINO:

Allí al fondo parece que tiene un agujero.

MÉDICO:

(AGITANDO LAS MANOS DELANTE DE LOS OJOS DE Mockinpott)

¿Reacciona con la vista?

PEPINO:

Enfermera, levántele la nuca al caballero

(LA ENFERMERA 1 ALZA LA CABEZA DE Mockinpott. LA ENFERMERA 2 SE ACERCA CON UN MONTÓN DE LÁMINAS Y SE COLOCA CON ELLAS AL PIE DE LA MESA).

MÉDICO:

Díganos para usted qué significan

los dibujos que ahora se le indican.

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL PRIMER CUADRO)

MOCKINPOTT

(CON ESFUERZO)

Luna.

ENFERMERA 2:

(CON GRAN RAPIDEZ)

Sol.

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL SEGUNDO CUADRO)

MOCKINPOTT

Torre.

ENFERMERA 1:

Tonel.

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL TERCER CUADRO)

MOCKINPOTT

Pájaro.

ENFERMERA 2:

Pez

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL CUARTO CUADRO)

MOCKINPOTT

Casa.

ENFERMERA 1:

Mesa.

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL QUINTO CUADRO)

MOCKINPOTT

Gusano.

ENFERMERA 2:

Bastón

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL SEXTO CUADRO)

MOCKINPOTT

Sombrilla.

ENFERMERA 1:

Falda.

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL SÉPTIMO CUADRO)

MOCKINPOTT

Ojo de la cerradura.

ENFERMERA 2:

Árbol.

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA EL OCTAVO CUADRO)

MOCKINPOTT

Escarbadientes.

ENFERMERA 1:

Paredón.

(LA ENFERMERA 2 LEVANTA DE NUEVO EL PRIMER CUADRO)

MOCKINPOTT

(RÁPIDAMENTE)

Sol.

ENFERMERA 2:

(RUGIENDO)

Luna.

MÉDICO:

(EN ACTITUD DOCTORAL)

Acusa confusión mental,

todo lo ve mal.

PEPINO:

Está loco de atar

sólo eso puedo opinar.

MOCKINPOTT

(ATONTADO)

Es que todo lo que me ponen está al revés,

¿Cómo hacen para que todo se entienda

siempre para la izquierda

y nunca para la derecha?

¡Ay de mí! ¿Qué me pasa?

Tengo la cabeza así.

(HACIENDO EL GESTO CON LAS MANOS)

y así no hay quien se entienda.

(LA ENFERMERA 1 DEJA DE SOSTENER LA CABEZA DE Mockinpott Y ESTA CAE CON ESTRUENDO SOBRE LA MESA. Mockinpott SE QUEJA)

MÉDICO:

Reconozcamos convenientemente

de acuerdo con la ciencia más reciente

la cabeza de nuestro paciente.

(EL MÉDICO CHASQUEA LOS DEDOS. LA ENFERMERA 2 LE ENTREGA UNA ENORME LLAVE, EL MÉDICO LA HACE GIRAR CON ESTRUENDO EN LA CABEZA DE Mockinpott, ABRIENDO UNA TAPA EN EL CRÁNEO DE ESTE. EL MÉDICO Y PEPINO SE INCLINAN AL MISMO TIEMPO PARA MIRAR, SE DAN UN GOLPE Y RETROCEDEN CON UN RESPINGO).

MÉDICO:

¿Pudo ver algo?

PEPINO:

Algo me lo impide y no sé qué.

(PEPINO MIRA DENTRO DEL CRÁNEO DE Mockinpott, LEVANTA LA MANO, CHASQUEA LOS DEDOS Y LA ENFERMERA 1 LE ENTREGA UN CUCHARÓN, CON EL CUAL PEPINO REMUEVE EL INTERIOR. Mockinpott LARGA RISITAS AHOGADAS MIENTRAS CONTORSIONA Y SACUDE LAS PIERNAS. LAS Enfermeras SE LAS SUJETAN.)

MÉDICO:

(ENTUSIASMADO)

¡Oh, miren qué cerebro! ¡Qué maravilla!

¿Cómo una cosa tal puede llenarse

en la vida de mugre y de ladilla?


(PEPINO LEVANTA LA MANO Y CHASQUEA LOS DEDOS. LA ENFERMERA 2 LE ENTREGA UN RECIPIENTE EN FORMA DE SALERO; PEPINO LO SACUDE SOBRE LA CABEZA DE Mockinpott Y SE LO DEVUELVE. LA ENFERMERA 2 SE LO LLEVA Y LA ENFERMERA 1 ENTREGA A PEPINO UN FRASCO ROJO. PEPINO ECHA UN POCO DEL CONTENIDO EN LA CABEZA DE Mockinpott Y DEVUELVE EL FRASCO. LA ENFERMERA 2 LE ENTREGA UN CUCURUCHO DE PAPEL. PEPINO LE ECHA DEL CONTENIDO EN LA CABEZA Y LO DEVUELVE. LA ENFERMERA 1 LE ENTREGA UN MOLINILLO DE PIMIENTA A PEPINO, QUIEN LE ECHA UN POCO EN LA CABEZA DE Mockinpott Y LO DEVUELVE. TODO TRANSCURRE CON GRAN VELOCIDAD. DURANTE LAS MANIPULACIONES DE PEPINO SE ESCUCHA MÚSICA DE CIRCO O SALSA).


MÉDICO:

(EN TANTO)

¡Miren este cerebro! Ya vuelve a funcionar

ha sido curado por una mano experta

Misión casi divina la nuestra, al dominar

oficio tan difícil, materia tan incierta.


(PEPINO CIERRA CON ESTRUENDO LA TAPA DEL CRÁNEO DE Mockinpott Y SE INCORPORA FROTÁNDOSE LAS MANOS. EL MÉDICO PEGA EL OÍDO AL PECHO DE Mockinpott, MIENTRAS PEPINO APOYA EL OÍDO SOBRE SU VIENTRE.)


MÉDICO:

¿Oye el corazón, colega? ¿Mucho o poco?

PEPINO:

Oigo como gruñidos, o mucho me equivoco.


(PEPINO SE PONE A HURGAR CON LA MANO BAJO LA CAMISA DE Mockinpott, EL CUAL PEGA SACUDIDAS Y LARGA RISITAS AHOGADAS. LA ENFERMERA 1 LE SUJETA LOS BRAZOS; LA ENFERMERA 2 SE ABALANZA SOBRE SUS PIERNAS. EL MÉDICO LO PALPA POR TODOS LADOS. Mockinpott LARGA UNA RISA CHILLONA. PEPINO PONE A Mockinpott DE COSTADO Y LE METE LA MANO EN LOS PANTALONES, POR DETRÁS, SACANDO UN ENORME CORAZÓN. LO LEVANTA, LO SACUDE, SUENA A CHATARRA.)


MÉDICO:

(EXTASIADO)

¡Miren qué corazón! ¡Un tesoro sin par!

PEPINO:

El único defecto: no estaba en su lugar.

(PEPINO CHASQUEA LOS DEDOS Y LAS Enfermeras LE VAN ENTREGANDO EN RÁPIDA SUCESIÓN, COMO ANTERIORMENTE, LOS RECIPIENTES DEL CONTENIDO DE LOS CUALES PEPINO VA ECHANDO UN POCO EN EL CORAZÓN)

MÉDICO:

(DURANTE LAS MANIPULACIONES DE PEPINO)

Siempre es interesante observar

cómo la anatomía, tratada como se debe

logra sus partes reanimar

y mejor que antes se mueve.


(PEPINO METE EL CORAZÓN BIEN ADENTRO DE LA CAMISA DE Mockinpott Y ESTE LARGA RISITAS AHOGADAS)


MÉDICO:

Colega, en mi opinión, asunto terminado.

PEPINO:

(CON UNA REVERENCIA)

Lo que había que curar, está curado.




AL AIRE LIBRE (3)

 

(ENTRAN Mockinpott Y PEPINOMockinpott LARGA RISITAS AHOGADAS Y DE VEZ EN CUANDO PIERDE EL CONTROL DE BRAZOS Y PIERNAS)


MOCKINPOTT

¡Ay, ay! señor PEPINO, no sé lo que me pasa.

¿Qué nueva enfermedad a mi cuerpo lo abrasa?

(SE RASCA Y DA MANOTAZOS A DIESTRA Y SINIESTRA)

PEPINO:

(CON AIRE DOCTORAL)

Hemos escuchado hace momento

después de un minucioso reconocimiento

un dictamen en términos científicos:

no se observa ya síntoma sindrómico

patológico a efectos paratíficos.

En fin, que estás sano como una manzana

- no manzana podrida sino sana -

lo que quiere decir, y tal por cual,

que todo marcha bien y nada mal.

MOCKINPOTT

(SOLTANDO RISITAS AHOGADAS DE MODO INTERMITENTE)

Esto puede ser el resultado

de haber sido detenido en plena calle.

...después mi plata me han quitado

más tarde, y sin que se desmaye,

mi ladina MUJER en mí se ha cagado...

y por último, del trabajo me han echando,

de modo tan artero

que recordar no quiero.

¡Ay, si al menos pudiera

llorar sin que me diera

esta dichosa risa placentera!


(Mockinpott SE RASCA, SE CONTORSIONA, SUELTA CARCAJADAS HASTA TERMINAR QUEDÁNDOSE QUIETO Y COMO ATONTADO)


PEPINO:

(SOLEMNE)

Sólo los sabios pueden saber lo que te pasa:

andas tras la huella del enigma del mundo.

Se nota en la expresión de tu mirada,

ya estás muy cerca de aclarar el misterio.


(Mockinpott PERMANECE DE PIE CON LA BOCA Y LOS OJOS MUY ABIERTOS. LEVANTA EL DEDO ÍNDICE, COMO SI ESTUVIERA POR ENCONTRAR UNA IDEA. APARECE EL CORO DE ÁNGELES.)


CORO DE ÁNGELES:

¡Miserere, Miserere!

¡Ojalá de sus dolores se libere!

Roguemos que de su mal no desespere

y que logre calmar sus padeceres.

¡Miren a ese buen hombre!

en el momento

en que quizás va a comprender

sus sufrimientos...

tal vez...

quizás...

a lo mejor...

en una de esas...

¡más y!

(SUENA LA CAMPANITA REPRESORA)

¡Ojalá que ahora mismo

le sea deparada

esa revelación

tan esperada!

¡Miserere, Miserere!

¡Ojalá de sus males se libere!

(EL CORO DE ÁNGELES SALE BATIENDO ALAS)

MOCKINPOTT

¡Ya lo sé, ya lo tengo! ¡Lo sabía

y no me daba cuenta todavía!

(SE PARA EN SECO Y SE QUEDA CON LA BOCA ABIERTA)

¡No es eso, no, no es eso! ¡Asco me da!

¡Quién pudiera decirme la verdad!

PEPINO:

¿Sabes una cosa?

MOCKINPOTT

No.

PEPINO:

Tengo una idea.

MOCKINPOTT

¿Sí?

PEPINO:

Vamos a ir al gobierno, un edificio

que está aquí cerca. Esos señores

deben saber las cosas: ése es su oficio.

MOCKINPOTT

¿Crees que esos políticos mayores

dedicarán su tiempo tan precioso

a un caso tan pequeño y enojoso?

PEPINO:

Si su tiempo no nos dedican,

faltarán a su deber profesional,

porque somos nosotros, Pedro y Juan,

quiénes, votando, los hemos elegido

y de nuestra confianza necesitan.

Tienen que hacer buena letra.

Sin decirlo nos invitarán

a hacer nuestra pregunta

lo cual, por difícil que parezca,

reunidos en su junta responderán.

(SALEN)


VISITA AL GOBIERNO

 

(SENTADOS, DETRÁS DE UNA MESA ELEVADA, TRES Figuras CON CABEZA DE TAMAÑO MAYOR QUE EL NATURAL. LA FIGURA 1 SE RASCA EL CRÁNEO. LA FIGURA 2 SE METE EL DEDO EN LA NARIZ. LA FIGURA 3 TIENE LOS PIES ARRIBA DE LA MESA. APARECEN Mockinpott Y PEPINOMockinpott HACE UNA PROFUNDA REVERENCIA. PEPINO SE PONE EN JARRAS Y SACA PECHO)

PEPINO:

Aquí a mi amigo, llamado Mockinpón,

le gustaría que una cabeza sana y honorable

le dijera algo útil, y en fin, claro y confiable,

sobre su extraña y triste situación.

FIGURA 1:

(PASÁNDOSE LA MANO POR LA CABEZA Y VOLVIÉNDOSE HACIA LA FIGURA 2)

Ha mejorado el tiempo, ¡la puta!,

primavera parece más que otoño.

MOCKINPOTT

(A LA FIGURA 1)

Quisiera, por ejemplo, preguntarle

lo siguiente: Voy yo con un bastón

y llegan dos canas y me lo sacan

y me golpean en el esternón.

¿Es esto la justicia, les pregunto?

(PEPINO, MIENTRAS TANTO, HACE MOVIMIENTOS GIMNÁSTICOS, LEVANTANDO LOS BRAZOS Y ESTIRANDO EL CUERPO.)

FIGURA 1:

(VOLVIÉNDOSE HACIA LA FIGURA 3)

¿Conoces un buen sastre que en el acto

te haga un traje moderno que haga impacto?

FIGURA 2:

(RÁPIDO)

Todo lo que surja como subversión

será sofocado sin contemplación.

Nos place comprobar tanto en su caso como en varios,

el buen funcionamiento de nuestros funcionarios.

Preservan de peligros al país

extirpando los males de raíz.

FIGURA 3:

(INTERVINIENDO RÁPIDAMENTE)

Toda energía es poca para destacar

el error que luego sería

mostrar o blandura o indulgencia

hacia aquél que viene a perturbar

la paz que gozamos todavía

en el seno de nuestra convivencia.

MOCKINPOTT

(A LA FIGURA 3)

O quizás usted pueda contestarme

esta pregunta: ¿acaso me he aguantado

la mitad de la vida con mi esposa

para verme de pronto, así, en la calle?

¿Qué ha pasado?

Pido remedio a tan extraña cosa.

FIGURA 1:

(HACIA LA FIGURA 3)

El ganso de ayer, querido Fito,

¿No era más gordo, aparte de exquisito?

FIGURA 2:

(RÁPIDAMENTE)

Nos alegra que usted venga y que confirme

numerosas noticias que nos llegan:

que las fuerzas de bien con mano firme

apoyan nuestro esfuerzo y luego frenan

a quien alza la voz contra el sentido

moral de nuestra vida sana

concepción de la familia humana.

Hogar, familia y procreación: es ésta

la posición política correcta.

FIGURA 3:

(CON MOVIMIENTO MECÁNICO)

Unánime, como siempre, en los criterios

decididos estamos firmemente

a seguir el camino responsable

que seguimos en pleno siglo veinte.

MOCKINPOTT

(A LA FIGURA 1)

Voy a apurarme exponiendo mi razón,

a mí me quitaron mi bastón

y yo me pregunto: ¿Cómo se explica

que cuando nos roban, encima tengamos

que pagar, o sea, que nos veamos

deudores de mismo que nos sacrifica?

FIGURA 2:

(ESCARBÁNDOSE LOS DIENTES Y VOLVIÉNDOSE A LA FIGURA 1)

Nosotros en casa tenemos mosquitos.

unos gordos, gordos, y otros chiquititos.

FIGURA 3:

(DESPATARRADA SOBRE LA MESA)

Debería usted saber que la riqueza

de estas naciones

depende de que el orden reine

y no haya subversiones.

FIGURA 2:

(INMEDIATA Y MECÁNICAMENTE)

Hemos de reiterar que nada hay comparable

a la ganancia, y que, si nos unimos,

ninguna contribución, pequeña o grande,

es pérdida sino jugoso beneficio.

FIGURA 3:

(METIÉNDOSE UN DEDO EN LA OREJA Y SACUDIÉNDOLO. A LA FIGURA 1)

Mi MUJER se ha comprado otro sombrero

no le queda muy bien, y no exagero.

MOCKINPOTT

(A LA FIGURA 2)

Tengo un par de preguntas como éstas

y estoy ansioso por saber las respuestas

(CON ANSIEDAD Y AHORA DIRIGIÉNDOSE A LAS TRES Figuras)

¿Por qué tantas desgracias me suceden

precisamente a mí que no molesto

a nadie, ni intervengo, ni protesto

y a los demás respeto como debo?

Camino solo y entonces van y me echa

y hay quien de mis males se aprovecha.

Misterio es el trabajo, el matrimonio,

la salud, la plata, hasta el ponerse

los zapatos; en todo anda el demonio

en moverse y también en no moverse.

Dígame, por favor, don Celedonio:

¿Qué puede hacerse y qué no puede hacerse?

(MIENTRAS PEPINO DA CARRERAS GIMNÁSTICAS A LO LARGO Y ANCHO DEL RECINTO)

FIGURA 1:

(BOSTEZANDO, VUELTA A LA FIGURA 3)

A mí me parece que el año pasado

fue mejor: de tiempo suave y más templado.

FIGURA 3:

(MECÁNICAMENTE)

Y, por si no lo sabe, le diremos

que a pesar de inquietantes advertencias

difundidas por gente sin escrúpulos

motivos de inquietud aquí nadie observa.

Unánimes, como siempre, en los criterios,

decididos estamos firmemente

a seguir el camino responsable

que seguimos en pleno siglo veinte.

(ENTRA UN BEDEL CON UNA CAMPANILLA, HACIÉNDOLA SONAR.)

BEDEL:

Señores, la audiencia ha terminado; y ahora, a continuación

el gobierno va a lanzar una proclama a la nación.


AL AIRE LIBRE (4)

 

LA PROCLAMA

 

FIGURA 1:

Cerrados decididos unidos

FIGURA 2:

(CARRASPEOS)

Decididos unidos incansables

FIGURA 3:

Incansables cerrados decididos a todo

FIGURA 1:

Cerrados disparados borrachos confiados en que

FIGURA 2:

Desconcertar chupado chupado juntos borrachos

FIGURA 3:

(TOSES)

Borrachos disparado fusilados fusilados en masa

FIGURA 1:

Responsabilidad respuesta responsabilidad

FIGURA 2:

Respuesta responsabilidad respuesta responsabilidad

FIGURA 3:

(ESTORNUDO. EL BEDEL LE ALCANZA UN PAÑUELO)

Protesta negociación irresponsable acto

FIGURA 1:

Decencia protesta boca abajo dar una mano

FIGURA 2:

Boca abajo dan una mano decencia acto responsable

FIGURA 3:

Decencia acto responsable protesta boca abajo

FIGURA 2:

Respuesta responsable

acto protestado

FIGURA 3:

Fusilados en masa ahogados en masa ahogados en negociaciones

FIGURA 1:

(ESTORNUDO. EL BEDEL TRAE UN GRAN PAÑUELO)

Negociación responder acto irresponsable

FIGURA 2:

Asociación ilícita negociación echar tierra asunto mal llevado

FIGURA 3:

(TOSES. EL BEDEL CORRE Y BUSCA UN VASO DE AGUA)

Capacitación responsable para la negociación y la asociación

FIGURA 1:

Acto irresponsable responder responsabilidad

FIGURA 2:

(TOSES. EL BEDEL CORRE Y TRAE UN PAQUETE GRANDE DE PASTILLAS. PEPINO LE PIDE UNA. EL BEDEL SE NIEGA. PELEAN)

Cerrados unidos firmemente decididos

FIGURA 3:

Decididos a todo incansables abiertos a negociaciones

FIGURA 1:

Con buena conciencia remordimientos de conciencia deber saber

FIGURA 2:

(TOSES. PIDE CON LA MANO UNA PASTILLA)

Sin remordimientos de conciencia

saber con buena conciencia

FIGURA 3:

Saber con buena conciencia

deber saber remordimientos de conciencia

FIGURA 1:

Incesante esfuerzo en el más completo acuerdo

FIGURA 2:

Intromisión sin peligro

incesantemente indispensablemente

FIGURA 3:

(TOSES. EL BEDEL NO SABE A QUIEN ATENDER)

En el más completo acuerdo

peligrosa intromisión esfuerzo

FIGURA 1:

(TOSES)

Responsabilidad respuesta responsabilidad respuesta

FIGURA 2:

Respuesta responsabilidad responsabilidad respuesta

FIGURA 3:

(ESTORNUDO)

Responsabilidad respuesta responsabilidad respuesta

FIGURA 1:

(CARRASPEOS)

Estipulado obligado urgente irrumpido

FIGURA 2:

Urgente cantado estipulado derribado

FIGURA 3:

(CARRASPEOS)

Irrumpido por desgracia obligado canciones cantadas

FIGURA 1:

(CARRASPEOS)

Responsabilidad respuesta responsabilidad respuesta

FIGURA 2:

Respuesta responsabilidad responsabilidad respuesta

FIGURA 3:

(CARRASPEOS)

Responsabilidad respuesta responsabilidad respuesta

FIGURA 1:

Decididos unidos responder acto irresponsable

FIGURA 2:

Responder acto irresponsable decididos juntos chupados

FIGURA 3:

(CARRASPEOS)

Chupados fusilados ahogados abiertos a negociaciones

PEPINO:

Un hermoso discurso, edificante

quizás un poco ambiguo, yo diría,

pero muy provechoso y tranquilizante,

oportuno en los tiempos de hoy en día.

MOCKINPOTT

(ASIENTE PRIMERO Y LUEGO NIEGA CON LA CABEZA)

Después de este discurso sé lo mismo que antes,

por un oído entra, y sale por el otro oído.

¿Cómo va a marchar esto si aquí no se distingue

entre lo que es verdadero y lo que es falso o mentido?

PEPINO:

¿Así que de este asunto sólo entendés a medias?

Por no entenderlo todo se alarga la comedia.

MOCKINPOTT

Te lo voy a explicar. Siempre es así, oigo algo

con claridad y pienso: "¡eso es cierto, eso es cierto!,

tal como me lo dicen es verdad". Pero entonces

al pensar un poco más, la verdad se me diluye.

Ya se ponen a hablar de otra cosa, y me digo:

"eso que ahora dicen, yo sí que no lo entiendo,

y por mucho que haga yo nunca he de entenderlo".

CORO DE ÁNGELES:

(APARECIENDO)

¡Miserere, miserere!

¡Ojalá que el Ser SUPREMO no se altere!

¡Que se entere!

¡Cállate, Tere!

Posiblemente vocifere.

¡Cállate, Tere!

(SUENA LA CAMPANITA REPRESORA)

Miren a este buen hombre,

ya está muy cerca de entender

la causa de sus males lastimeros

¡Ojalá que sean pasajeros!

¡Ojalá que el Señor lo llegue a ver!

Miserere, miserere,

¡Ojalá que ante Dios se recupere!

(DESAPARECEN)

MOCKINPOTT

¿Hablan en serio ésos? ¿El SUPREMO tendría

tiempo para disponer a causa mía?

¿No estaremos muy lejos de su lejanía?

(CON LOS OJOS AL CIELO)

PEPINO:

Al lado del que sufre siempre está el bien SUPREMO

Te acompaño a su casa y allí preguntaremos.

(SALEN)


VISITA AL SUPREMO

 

SUPREMO:

Ajajaja, ajajaja, qué alegría que me da

otro afortunado mortal a quien no se le van

los ojos detrás de la riqueza terrenal.

Es mucho mundo el mundo. Já, Já, Já, Qué alegría que me da.

MOCKINPOTT

Amable y respetable JUEZ SUPREMO,

permítame que me presente: Mockinpott

(HACE UNA PROFUNDA REVERENCIA)

Le suplico me diga, pues es muy importante

a qué clases de pruebas, oh señor, me encuentro sometido

Según las experiencias de mi vida, digo,

las cosas son... de modo que ¿me entiende?

¿cómo, cómo se lo diría yo?

(SE LLEVA EL DEDO A LA NARIZ)


Las cosas son de modo que me hacen preguntarme

una y otra y otra vez, por qué las cosas son

como son, y, en fin, cómo serían

de ser de otra manera; o sea que yo...


(HACE UN ESFUERZO POR ENCONTRAR PALABRAS)

No sé si usted me entiende y se da cuenta

a través de esta vulgar explicación

que su orden me deja estupefacto.

¿A dónde nos conduce, por favor?

(RESOPLA Y SE ENJUGA LA FRENTE CON UN PAÑUELO)

SUPREMO:

Como dije hace poco, en algún lugar,

siempre da gran satisfacción

encontrarse con alguien como usted, persona seria,

que nos pida cuenta y razón

con gran sed de saber, y no como otros

que dicen: "a mí me importa un PEPINO la cuestión."

(PEPINO DA UN RESPINGO AL OÍR LA PALABRA "PEPINO" Y SE ADELANTA ELEVÁNDOSE LA MANO A PECHO Y HABLANDO CON GRANDES GESTOS)

PEPINO:

Señor SUPREMO: es cierto ciertamente, cierto y firme

que usted todo puede dirigir, como su oficio indica,

pero yo también puedo sumergirme

en mis meditaciones y ver si usted me explica

algunas dudas mías a fin de yo instruirme

(LEVANTANDO EL DEDO ÍNDICE)

¿Qué tiempo hace ahí, por esos cielos?

¿Cuál es el menú del mediodía?

¿A qué hora celebran sus festines?

¿Alguna vez duermen? ¿Se cansan?

¿O siempre están atentos y despiertos?

¿Leen, se bañan, juegan algún juego:

el ajedrez, el dominó, el truco?

(EL SUPREMO SACUDE LA CABEZA CON ENFADO. DA CHUPADAS AL CIGARRO Y AGITA AMENAZADORAMENTE EL DEDO ÍNDICE MIENTRAS PEPINO SIGUE PREGUNTANDO)

PEPINO:

¿Cuántos coros de ángeles tiene en total?

¿Les gusta el canto, el baile o el mariposeo?

A propósito: me parece descomunal

ese puro, ¿no le teme a mareo?

Siento cierta envidia elemental

viendo el humo aromático que veo.

SUPREMO:

Dígame, ¿en verdad sabe usted con quién habla?

Me duele enormemente escuchar sus palabras.

Yo tengo la costumbre, a mi avanzada edad,

de ahorrarme excitaciones e inútiles abracadabras.

Ya de por sí, es bastante difícil esta carga:

mantener el negocio funcionando sin pausa

el nivel de la organización, las entradas,

y, claro, también las salidas, bien supervisadas.

Preocuparse de todo, día tras día

Y encima, los problemas del personal.

Cada vez más alerta, sin olvidarme nada,

enfrentar la competencia de las regiones bajas

que siempre encuentran nuevas tretas y trampas.

Pueden creer, señores, y les doy mi palabra,

que a mí me gustaría apenas despunta el alba,

corretear por ahí, como ustedes, caramba,

e incluso hacer preguntas, discretas, claro

y hasta recibir las respuestas.

Pero, señores míos, el tiempo no me basta

Ni siquiera ahora sé hasta qué punto marcha

esta empresa, las inversiones logradas,

las alzas y las bajas de nuestra red societaria.

Los problemas de arreglar a quien nos haga falta,

los trabajos para aumentar

o al menos, conservar,

la clientela de nuestra antigua casa

Yo necesitaba, señor mío, respeto y consuelo,

y en cambio, tristeza y pesadumbre son los sentimientos

que me despierta su ruin comportamiento.

Escucho, más no quiero escuchar

a ese hombre, sino a usted, caballero,

hombre humilde, sencillo, y que se porta

tal como está mandado en esta vida corta.

Mopinggott, hable y cuente su cuestión,

demuestre que merece mi atención.

MOCKINPOTT

Sólo quería preguntarle por qué

me caigo al suelo una y otra vez

Y también, cuando quiero sentarme, a qué se debe

que no haya silla. Sin duda hay alguien que la mueve

y cuando voy a sentarme, en vez de silla, ¡a la mierda!

También quería preguntar, con mucha prisa,

qué hacer para evitar que me entre tanta risa

(Mockinpott SE RÍE A CARCAJADAS. PEPINO TAMBIÉN SE ECHA A REÍR SOSTENIÉNDOSE LA PANZA DE RISA. Mockinpott, DE PRONTO, DEJA DE REÍR Y SE ENFURECE)

MOCKINPOTT

Si usted es responsable de todo: trabajos,

matrimonios, policías, gobiernos y finanzas,

entonces yo me indigno pues de todas esas cosas

sólo recibí patadas en el culo y en la panza.

En un tiempo yo creía

que todo sufrimiento, su recompensa tenía.

Pero ahora puedo ver cuál es la realidad:

a usted las injusticias, en verdad, le dan igual.

He comprobado que usted, por lo visto, opina

que la injusticia es cosa normal y hasta muy fina,

que forma parte legal de la naturaleza natural.

¡Muy bien! Escuche usted ahora mis razones:

¡Tengo de que me mientan, bien llenos los cojones!

CORO DE ÁNGELES:

Miserere, miserere,

ojalá su desgracia nos sirva.

Ojalá la gente se entere

de todos sus padeceres.

Que todo el mundo se altere.

Non metere, non metere.

Que sirva para otros la enseñanza

Esa es nuestra esperanza.

¡Cuidado con la venganza!

Miren a este buen hombre.

Consiguió entender el por qué de sus molestias,

y así las ha vencido.

Ahora empieza su camino,

Miserere, Miserere,

que todo el mundo se entere,

se rebele y recupere

de todos sus padeceres

Miserere, miserere.

(SALEN)


AL AIRE LIBRE (FINAL)

 

(Mockinpott LEVANTA EL PIE DERECHO, CON UNA MUECA DE DOLOR. SACUDE EL PIE, PALPA EL ZAPATO IZQUIERDO, QUE TODAVÍA SIGUE CALZADO EN EL PIE DERECHO, SE SIENTA EN EL SUELO Y EMPIEZA A MANIPULAR CON LOS ZAPATOS MIENTRAS PEPINO LO MIRA CON INTERÉS)

MOCKINPOTT

Todavía hay algo que no entiendo:

tengo un cascote en el pie izquierdo, o en el derecho,

y apenas camino un trecho,

con la piedra entre los dedos sigo sufriendo.

 

(Mockinpott se saca el zapato izquierdo, lo sacude y cae una piedra gigantescaMockinpott se queda mirándola, la levanta, la palpa y mueve la cabeza asombrado. Finalmente la tira. Luego se quita el otro zapato, lo cambia y se los pone correctamente. Mientras tanto Pepino se pone a su lado. Toma un trago de la botella y se la ofrece a Mockinpott, que también toma un trago. Después de atarse los cordones de los zapatos los dos hombres se levantan. Mockinpott se sacude la ropa, da unos pasos y comprueba que ahora camina sin dificultad.)

Fin                                    

 

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