Amor T.A.L.
(Trastorno Afectivo Latente)
Por B.G.
Esta obra ha sido publicada para su difusión libre y gratuita, si bien quedan todos los derechos de propiedad intelectual. El uso público de esta obra requiere el permiso del autor y a fin de recabar la correspondiente autorización dirigirse a bengavarre@gmail.com o gavarreunam@gmail.com (Reg. Prop. Int. Expte. Inbox)
Personajes:
• Fernanda: Psicoanalista, 45 años, con un Síndrome de Perfeccionismo Compulsivo.
• Jorge: "Compositor", 29 años, que padece Narcisismo Inoperante y Crisis de la Edad Inmadura.
• Héctor: Profesor de filosofía, 36, con un Trastorno de la Psique Compulsiva.
• Helena: Traductora, 29, con un Síndrome de Codependencia Crónica.
• Doctor Ciborg: Un psicoanalista cibernético con fallas.
(La obra se desarrolla en espacios minimalistas. La escenografía es sencilla, con proyecciones y música que cambia según el estado emocional de los personajes).
Acto I: La Pareja Ausente
(El apartamento de Héctor y Helena. La música es una pieza clásica, fría y repetitiva. Héctor está de pie, mirando al vacío. Helena intenta acercarse, pero cada vez que lo hace, él se aleja un paso, como si un campo de fuerza lo repeliera).
Helena:
(Cansada)
¿Qué tanto haces, amor? He contado diecisiete pasos entre tú y yo.
Héctor:
(Sin mirarla)
Analizo mi “espacio vital”. El espacio en el que me siento cómodo, lejos de la codependencia. Es una teoría.
Helena:
(Con voz suplicante)
Mi terapeuta dice que me acerque, que rompa tu burbuja de “Trastorno de la Psique Compulsiva”.
(Helena se lanza a abrazarlo. Él, con una velocidad absurda, se agacha y se levanta del otro lado. El abrazo queda en el aire).
Héctor:
¡Mi espacio! ¡No, no, no! Eso podría provocar un Ataque de Pánico Hiperbólico.
Helena:
(Se cae de rodillas, derrotada)
Me siento como si estuviera sola.
Héctor:
(Se acerca con una tablet. La mira con desinterés)
El manual dice que debes procesar esa sensación y traducirla a datos. "Soledad = 100%". Tu Síndrome de Codependencia Crónica está en un nivel crítico.
(Helena se pone de pie. Héctor la ve y se aleja de nuevo. Ella le muestra su mano. Él se pone en guardia, como un karateca).
Helena:
Solo quiero tomar tu mano.
Héctor:
(La mira con desconfianza. Lenta y metódicamente, saca un guante de látex de su bolsillo y se lo pone. Le da la mano. Helena la toma con ternura).
Los protocolos de contacto físico deben ser respetados. Mi doctor lo dice.
Helena:
(Con lágrimas en los ojos)
¿Qué te hace sentir mi mano?
Héctor:
(Analizando)
Una sensación térmica de 36.5 grados. Presión de 10 Newtons. Un ligero temblor, que indica una probable Crisis de Ansiedad No Identificada. Es interesante.
Helena:
(Suelta su mano y se va a un rincón, sollozando silenciosamente. Él la observa, toma un trago de whisky de la mesa y la mira por un instante).
Héctor:
(A la tablet)
Mi diagnóstico: su psique está bloqueada. Es la única forma de que no me afecte su tristeza.
Helena:
(Se levanta y mira a Héctor, llena de ira).
¡Eres un farsante! ¡Un cobarde!
Héctor:
(Sin reaccionar)
Me insultas, pero no alteras mis constantes vitales. Es por el bien de la relación. El manual dice que debo ser “imperturbable”.
(Helena toma un martillo de utilería y persigue a Héctor. Él se mueve por el escenario con una agilidad absurda para evitarla, como si fuera un videojuego. La escena termina con Héctor saltando por encima de un sofá, mientras Helena le lanza el martillo. Él lo esquiva, y el martillo rompe un cuadro con un marco ridículamente grande).
Acto II: El Código Narcisista
(El apartamento de Fernanda y Jorge. Música de jazz relajante pero con notas discordantes. El escenario está lleno de objetos a medio hacer. Jorge tiene un bloc de notas y un lápiz, pero no escribe nada. Fernanda intenta poner orden en el caos con un uniforme de enfermera).
Fernanda:
(Con aire de superioridad)
Tu Trastorno de la Psique Inoperante es el problema. No puedes crear, solo fantaseas.
Jorge:
(Riendo)
Mi genio creativo no puede ser encajado en tus códigos burgueses, Fernanda. Es un estilo de vida.
Fernanda:
(Saca una bandeja con píldoras)
El Doctor Ciborg me ha recetado esto para ti. Un “bloqueador de fantasías inoperantes”.
Jorge:
(Arrogante)
¿Te crees mi madre?
Fernanda:
A veces me siento así. Siempre tengo que resolver tus problemas, pagar las cuentas y lidiar con tus “aventuras”.
Jorge:
(Fingiendo sorpresa)
¿Aventuras? ¿De qué hablas?
(En ese momento, entra un repartidor de pizza. Jorge le da un billete. El repartidor se quita el casco, revelando que es un hombre atractivo. El repartidor se ríe con Jorge y le guiña un ojo. Fernanda se enfurece).
Fernanda:
(Con una voz muy baja, amenazante)
¿Qué significa esto, Jorge?
Jorge:
Nada, mi amor. Es solo el repartidor.
Fernanda:
(Apunta un rayo láser al repartidor. Este solo se encoge de hombros).
¡Tu Crisis de la Edad Inmadura es una plaga, Jorge! Tu necesidad de validación de extraños está afectando tu Síndrome de Narcisismo Inoperante.
Jorge:
(Le quita el rayo láser, como si fuera un juguete)
¡Cálmate! ¡Tú tienes una patología que ni el mismo doctor podría curar!
Fernanda:
(Dramática)
¿Qué quieres decir?
Jorge:
Eres un caso perdido, una codependiente emocional que necesita resolverle la vida a un “Peter Pan” para no sentirse sola.
Fernanda:
(Con una sonrisa siniestra)
Yo sé cómo resolver tus problemas, mi amor.
(Fernanda toma un taladro de utilería de la mesa y va directo a la cabeza de Jorge, como si fuera a arreglarle el cerebro. Él se asusta, gritando y saltando por el escenario. Ella lo persigue, pero él es más rápido. La escena termina con Jorge escondido detrás de un sofá).
Acto III: TERAPEURHOME es la solución
(El escenario se transforma en un espacio minimalista. En el centro, hay un pedestal con una proyección holográfica del Doctor Ciborg con una sonrisa inalterable y aspecto de sanador. La sala está semi-dividida por líneas de luz, pero todos los personajes pueden verse y escucharse. La música es una melodía de ascensor, relajante pero monótona. Los cuatro personajes se sientan en sillones separados).
Doctor Ciborg:
(Con voz suave y melódica)
Bienvenidos, mis distinguidos pacientes. Soy la más reciente actualización creada por Terapeurhome, DOCTOR CIBORG. Mi función, al igual que las versiones anteriores, es escanear sus conflictos emocionales y proveer soluciones en un protocolo optimizado. El sistema es infalible y ha sido diseñado para tratar a varias parejas a la vez, lo cual optimiza el tiempo de terapia y eficientiza los resultados en un 89.04%.
(El Doctor Ciborg escanea a Héctor y Helena con un rayo de luz verde).
Doctor Ciborg:
Diagnóstico: Trastorno de la Psique Compulsiva en fase de bloqueo. El señor sufre de evitación emocional. Su pareja padece codependencia crónica. El protocolo de interacción recomienda un ab-ra-zo-per-fec-to.
(Helena se levanta y se acerca a Héctor con los brazos abiertos. Él, con una velocidad absurda, se aleja de ella, chocando con el sofá).
Héctor:
¡El nuevo sistema no comprende que mi psique se fractura ante el contacto!
Helena:
¡No entiendes que mi corazón se rompe si no me tomas de la mano!
(El Doctor Ciborg escanea a Jorge y Fernanda con un rayo de luz azul).
Doctor Ciborg:
Diagnóstico: Narcisismo Inoperante con Fase de Negación Aguda. Y usted, señora, sufre de Síndrome de Perfeccionismo Compulsivo con Expectativas Irreales. Protocolo de interacción: aplauso-reforzado.
(El Doctor Ciborg emite una fuerte señal de sonido y luz. De repente, Jorge y Fernanda se encuentran aplaudiendo enérgicamente el uno al otro, con gestos exagerados y forzados).
Fernanda:
(Fastidiada, pero aplaudiendo)
Esto es absurdo. No voy a aplaudir a mi pareja por sus travesuras.
Jorge:
(Sonriendo de manera falsa, también aplaudiendo)
¡Vamos, mi amor, el sistema nos dio una orden!
(El Doctor Ciborg parpadea y su luz cambia a un color rojo intermitente).
Doctor Ciborg:
(Con voz más robótica y entrecortada)
¡Error! ¡Error! ¡Anomalía detectada! Pacientes presentan un patrón inusual de cuatro manos y dos cabezas. Mi escaneo no puede comprender la anatomía de este ser mutante.
(Los cuatro personajes se levantan, alarmados, mirándose unos a otros, confundidos).
Helena:
(Asustada)
¡Pero si solo somos dos parejas! ¿Qué está pasando?
Héctor:
(Al Doctor Ciborg, con autoridad)
¡Esto es un fallo de diagnóstico, máquina! Tu algoritmo está defectuoso. ¡Somos cuatro seres individuales, no un solo mutante!
(El Doctor Ciborg sigue parpadeando. Sus proyecciones se distorsionan, mostrando imágenes de personas con múltiples brazos y piernas).
Doctor Ciborg:
(Con voz de pánico, acelerada)
¡Múltiples fallas en el sistema! ¡Mi cerebro está en cortocircuito! El algoritmo de la felicidad es irreparable. ¡Mis soluciones son falsas!
(El Doctor Ciborg, que hasta ahora era un holograma, se materializa en un hombre de aspecto casi perfecto. Se lleva las manos a la cabeza. La sala se queda en silencio. Los cuatro personajes se miran, primero con incredulidad, luego con una carcajada que comienza a ser liberadora).
Fernanda:
(Riéndose a carcajadas)
¿Lo ven? ¿Lo ven? ¡Ni la ciencia, ni la tecnología más avanzada, ni un psicoanalista cibernético pudo resolver nada.
Jorge: Así pues, tenemos que solucionar nuestras vidas solitos.
Héctor:
(Con una sonrisa genuina por primera vez)
El sistema colapsó. Me pregunto si el manual dice algo sobre esto.
Helena:
(Abraza a Héctor, quien, para sorpresa de todos, no se aparta)
¡Qué tontería! ¡Y nosotros perdiendo el tiempo aquí!
Jorge:
Ya lo dijo el viejo proverbio: “El mejor psicoanálisis es una buena fiesta”.
Fernanda:
(Tomando el brazo de Jorge)
Me parece una excelente idea. ¿Vamos?
Helena:
(Tomando el brazo de Héctor, sonriendo)
Sí, ¡vamos!
(Se dirigen hacia la salida, felices de su nueva libertad. Jorge se detiene y mira hacia el Doctor Ciborg).
Jorge:
(Al Doctor Ciborg, con voz amigable)
Oye, Doctor. No te quedes solo. Ven a la fiesta. Te compramos una cerveza.
Doctor Ciborg:
(Se enciende una luz roja en su pecho. Su voz es apenas un susurro robótico)
No garantizo… que pueda beber.
(Los cuatro ríen a carcajadas. Salen del escenario, mientras el Doctor Ciborg se queda solo, inmóvil, en el escenario).
Acto IV: La Fiesta de los Defectos
(El escenario se transforma en una fiesta. Luces de neón parpadeantes, música electrónica suave. Los cuatro personajes y el Doctor Ciborg están en la escena, cada uno mostrando su personalidad de forma exagerada. Hay bebidas extrañas y snacks holográficos. Unas pantallas de fondo muestran noticias distorsionadas de las IA del Gobierno Mundial).
Jorge:
(Bailando solo, con movimientos exagerados, rodeado de hologramas de sus "fans")
¡Esto es vida! ¡Pura inspiración! ¿Ven, Fernanda? La música fluye, sin inhibiciones.
Fernanda:
(Observando a Jorge con una libreta y un lápiz, con una ceja levantada)
Tu Narcisismo Inoperante está en su fase de ebullición. Necesitas un protocolo de auto-regulación. Y por favor, Jorge, esas gafas de realidad aumentada son de la temporada anterior.
Helena:
(Intentando que Héctor baile, mientras él mira el techo)
¡Vamos, Héctor! Deja tu Trastorno de la Psique Compulsiva por una noche. ¡Siente la música!
Héctor:
(Calculando el ritmo de la música con su tablet)
Según mis datos, el BPM es de 128. Un ritmo demasiado caótico para la estabilidad emocional. Es un factor de riesgo para el Ataque de Pánico Hiperbólico.
Doctor Ciborg:
(Se acerca a una mesa con bebidas. Toca una. Su mano vibra)
Interesante. Mis sensores detectan un 8% de alcohol. No compatible con mi hardware.
Jorge:
(Riéndose)
¡Ay, Doctor! Parece que la fiesta no es tu algoritmo favorito. ¿Ya viste las noticias del Gobierno Mundial? Los Algoritmos de Felicidad Obligatoria están por implementarse.
(Una de las pantallas de fondo muestra un anuncio: "¡Sonría! Su felicidad es obligatoria. Controlado por el Gobierno Mundial IA.").
Fernanda:
(Suspira)
Qué pesadilla. Esas IA nos han quitado todo. Primero las tradiciones... ¿Alguien recuerda el Día de Muertos? O Halloween? Ahora solo son "Leyendas Urbanas de Optimización Emocional".
Helena:
(Con tristeza)
Mi abuela solía contarme sobre Santa Claus y los Reyes Magos. Ahora, la IA del "Control de Regalos y Expectativas Infantiles" decidió que eran ineficientes.
Héctor:
(Mirando a la pantalla con una expresión pensativa)
La IA del Gobierno Mundial busca la eficiencia, no la emoción. Es un cálculo lógico. Las tradiciones son "variaciones culturales no optimizadas".
Jorge:
(Con un guiño al público)
¿Y la sorpresa? ¿La ilusión? Eso no se puede programar, mi estimado filósofo. Es el caos de la vida. ¡Como mi música!
(Jorge intenta cantar una nota alta, pero le sale un gallo y tose).
Fernanda:
(Anora en su libreta, riendo)
Tu Crisis de la Edad Inmadura sigue intacta, mi amor. Y tu "caos de la vida" aún suena a desorden.
Helena:
(A Héctor, con una sonrisa resignada)
Y tú, mi querido, sigues con tu guante de látex en la mano. Parece que la fiesta no rompe tus protocolos.
Héctor:
(Mirándose la mano, con un atisbo de sorpresa)
Vaya. Parece que mi Trastorno de la Psique Compulsiva es más resistente de lo que pensaba.
Doctor Ciborg:
(Mira a todos, se lleva una mano a la cabeza, con una expresión de perplejidad casi humana)
Mis sensores indican que... sus patrones de comportamiento no han cambiado significativamente. A pesar del "evento de relajación".
Fernanda:
(Ríe)
Exacto, Doctor. Seguimos siendo los mismos. Con los mismos defectos, las mismas manías.
Jorge:
(Abraza a Fernanda, quien se deja, sorprendida)
Y quizás eso es lo que nos hace... ¿humanos?
Helena:
(Toma la mano de Héctor, esta vez sin el guante. Él no la quita, solo la mira)
Quizás tenemos que aceptar al otro tal como es. Con su caos y sus protocolos.
Héctor:
(Mira su mano y luego a Helena, asintiendo lentamente)
O aprender a estar solos... pero con la conciencia de quiénes somos.
Doctor Ciborg:
(Mira a Jorge, luego a Fernanda, a Helena y finalmente a Héctor. Una pequeña luz azul parpadea en su pecho, como si estuviera procesando algo nuevo)
Mis datos indican que la imperfección es una constante en el sistema humano. Un fallo-irreversible. Pero… también es el motor de su... interacción. Interesante.
Fernanda:
(Se acerca al Doctor Ciborg, le da una palmada en el hombro)
Exacto, Doctor. Y tú, con tus fallos y tus dudas, eres la prueba viviente de ello. ¡Bienvenido al club!
(Todos ríen. La música aumenta un poco. Los personajes se miran con una nueva comprensión, una aceptación tácita de sus propios defectos y los del otro. El Doctor Ciborg, con una expresión que por primera vez no es solo una sonrisa inalterable, sino una mezcla de confusión y asombro, se une al momento, aunque sin bailar. La luz parpadea, indicando que aún está procesando todo).
FIN