martes, noviembre 11, 2025

LA VARA DE HUINAC: LA COMEDIA DE LA ENREDADERA MALVADA Por Gavarre Benjamin Comedia de tradición familiar en Tres Actos

 


 

LA VARA DE HUINAC: LA COMEDIA DE LA ENREDADERA MALVADA

Por Gavarre Benjamin

 

Comedia de tradición familiar en Tres Actos

 

Este trabajo ha sido publicado para su difusión libre y abierta, aunque todos los derechos de propiedad intelectual están reservados. El uso público de este trabajo requiere el permiso del autor y para obtener permiso comuníquese con bengavarre@gmail.com o gavarreunam@gmail.com (Reg. Prop. Int. Expte. Bandeja de entrada) 

 

REPARTO



  • GASPAR: El Anciano, siempre niega sus ruidos intestinales.
  • CORNELIA: La Vieja Sabia, confunde las palabras y ríe con facilidad.
  • PULGÓN: El niño listo, valiente y observador.
  • ROCCO: El grandote, agresivo y de poca inteligencia.
  • PÁNFILO: El chismoso, crítico, pero simpático.
  • PASTORCILLO VALENTE: Un joven simple, dado a crear suspenso.

ACTO I: LA ENREDADERA MALVADA Y EL SAPO

 

(La escena se desarrolla en el interior de una casa antigua. La iluminación es lúgubre, con tonos verdosos que sugieren enfermedad. La amenaza es física: Una extensa e implacable planta trepadora oscura y retorcida se enreda con fuerza a objetos como lámparas, cuadros y ventanas. Los tallos se extienden por el suelo y cuelgan del techo, robando la vitalidad de todo. Se oyen crujidos cuando crece.)

GASPAR está sentado, con la vista nublada. ROCCO [El grandote, agresivo] gruñe, intentando inútilmente desenrollar unos tallos. PÁNFILO [El chismoso, crítico] lo mira con superioridad. PULGÓN [El niño listo] examina la Enredadera con espíritu científico.

PULGÓN: Abuelo, ¡la Enredadera se alimenta no solo de otras plantas sino que nos está dejando sin colores y sin fuerzas! Está absorbiendo todo. Este florero era rojo y ahora parece un gran pedazo de caca verdosa. Y mire, mire cómo se enreda la maldita a las otras plantas y les absorbe toda su vitalidad, crecen constantemente y mire, ya se están también enredando a esta lámpara azul, verde... negra.

GASPAR: (Tuerce el gesto, la vista nublada) Solo porque tú lo dices... No veo bien, Pulgón. Aunque sí se pueden oír crujidos cada vez que crecen. Se nos van a enredar entre las piernas y nos van a dejar amarrados en el suelo.

ROCCO: ¡Mira, PÁNFILO! ¡La planta parásita se me está enredando en el cuello, córtala, arráncala, pero ten cuidado de no lastimarme! ¡Ah, mira, me está ahorcando, córtala! ¡Me da rabia!

(PÁNFILO agarra unas tijeras y corta el zarcillo que ahorcaba a su hermano. Al mostrarle el tallo retorcido a ROCCO, se escucha el rotundo sonido de un pedo largo y agudo que interrumpe el ambiente. Todos se quedan asombrados de semejante fenómeno y acto seguido se mueren de risa.)

GASPAR: (Se sobresalta, fingiendo sorpresa; siempre niega sus flatulencias) ¡Ahí está otra vez! ¿Sí lo oyeron también, no es cierto? ¡El crujido de la Enredadera! ¡Está rompiendo las vigas del techo!

PÁNFILO: (Se tapa la nariz) ¡Abuelo, no mienta! ¡Ese no fue el crujido de la Enredadera! ¡Fue un larguísimo y maloliente pedo suyo! ¡No se haga!

ROCCO: (Ríe a carcajadas) ¡Sí, Abuelo! ¡Un pedo muy desvergonzado! ¡Admítalo!

CORNELIA: (Entra, su pañuelo morado contrasta con su ropa. Ríe con un ataque súbito y agudo; confunde las palabras) ¡Ay, mis calcetines! ¡Quiero decir, mis caderas! ¡No puedo con tanta risa! GASPAR, querido, ¡siempre dices que fue un mono! Digo... ¡un sapo!

GASPAR: (Firme y digno) ¡Fue un sapo! ¡Un sapo gordo que se estrelló contra la puerta! ¡Juro que fue un sapo!

CORNELIA: (Señala un zarcillo que crece lentamente) ¡Sapo o no, la Enredadera crece y crece, y debemos hacer algo, no nada más quejarnos! Yo estuve investigando en este libro de botánica y encontré una planta trepadora muy parecida, miren... (Les enseña el libro, pero todos hacen cara de que no alcanzan a ver nada.) Dice que la cura para acabar con la planta parásita es el tallo firme y rugoso de la planta de Huinac, un tallo tan firme y rugoso que es realmente como un bastón mágico, la Vara del árbol de Huinac. Dice que crece en las barrancas y en los terrenos fangosos y que apesta y sabe mal como el agua quina, como la quina amarga y que sirve para la viruela, la parálisis, la tuberculosis...

PULGÓN: La quinina sirve para la malaria, el paludismo... oh, ya se me pegó tu afasia, Abuela, estamos hablando de la Vara de Huinac. Focus, Abuela, concéntrate, pon atención, esfuérzate...

CORNELIA: (Reseteada) La planta de Huinac tiene tallos verdes como el brócoli y es tan amarga y poderosa que solo ella es capaz de acabar con esta planta trepadora. Hay que ir a buscarla. (Vuelve a la afasia) Yo necesito un gato... una carpa... una torta... ¡Un mapa, caray! Hay una barranca cerca del Molino, y también hay un terreno “amistoso” junto a la entrada de la carretera...

PULGÓN: ¡Yo conozco ese terreno fangoso, ¿quieres decir, verdad, Abuela? ¡Yo voy!

CORNELIA: Sí, tú ve, Pulgón. Se necesita de la inocencia de un niño... Y no sería tan bueno que ROCCO fuera porque la podría romper... la caja... la masa... la vara... Y pues, lo siento, PÁNFILO, pero tú tampoco eres buen candidato, porque la vara necesita de un alma pura y generosa... Y ya se sabe, PÁNFILO, tú eres muy salado, cansado... malvado, digo.

PÁNFILO: Yo no soy malvado, Abuela, ni estoy salado, ni cansado... ah, jajaja, ya ves Abuela, y no me estoy burlando de usted y todas sus equivocaciones, jajajajaja.

(PULGÓN sale con una mochila en bandolera. ROCCO y PÁNFILO intercambian una mirada cargada de envidia y malicia. Salen tras él. Oscuridad total.)


ACTO II: EL LODAZAL, EL ENGAÑO Y EL CARRIZO QUE CANTA

 

(La luz se centra en el escenario, que ahora simula un terreno fangoso con montículos. Se escucha el sonido de PULGÓN corriendo, seguido de los gruñidos de ROCCO y los jadeos y quejas de PÁNFILO.)

(ESCENA: PULGÓN entra y sale de la escena, moviéndose con astucia entre los obstáculos. Sus hermanos lo siguen con malas intenciones, equivocándose y trastabillando.)

PULGÓN: (Gritando) ¡Les dije que el lodazal era más rápido que la barranca! ¡Ya ven qué rápido que avanzamos!

ROCCO: (Gruñe; agresivo y torpe) ¿Te crees muy listo, enano? Tú, como no pesas más que dos gramos, no te hundes, pero yo, que soy grande y fuerte... ¡Maldita sea, ya me atoré otra vez! ¡Te juro que te voy a romper la crisma!

PÁNFILO: (También tropieza y cae en el fango) ¡ROCCO, esto no puede seguir así, el maldito chaparrito se quiere pasar de listo!

PULGÓN: ¡Eso digo yo! Jaja, y no me quiero pasar de listo... ¡SOY más listo, ja, ja!

(PULGÓN hace un quiebro brusco. ROCCO choca con PÁNFILO, arrojándolo. ROCCO avanza, pero PULGÓN ya está frente al Árbol de Huinac, que se detiene en el centro del escenario. Sus tallos son de un intenso verde.)

PULGÓN: (Sus ojos brillan. El árbol le ofrece una rama verde que inmediatamente brilla con una luz verde brillante.) ¡Miren! ¡La Vara Mágica de Huinac! ¡El Señor árbol me la ha dado porque sabe que tengo buen corazón!

ROCCO: (Gruñe furioso. Le arrebata la varita y la muestra ostentoso) La tenías, querubín, tiempo pretérito del pasado, pasado...

PÁNFILO: (Rápido, le arrebata la varita a ROCCO) ¡Ah, pues cómo les quedó el ojo, ahora yo tengo la varita luminosa, yo soy su dueño, par de tarados!

(PÁNFILO, en su euforia, corre y tropieza. ROCCO lo alcanza, lo estruja con toda su fuerza bruta, recuperando la Vara.)

ROCCO: (Gritando en un susurro) ¡Ahora que tenemos la Vara, vamos a usar sus poderes mágicos para neutralizar a Pulgoncito!

PÁNFILO: (Secándose el sudor) ¿Con neutralizar quieres decir matarlo?

ROCCO: ¡Palabras más, palabras menos! (Se acerca a Pulgón) ¡Pulgóoon!

(PÁNFILO hace un gesto teatral con la Vara y grita unas palabras ridículas.)

PÁNFILO: ¡Abracadabracacaca! ¡Con estas palabras quiero que te neutralices!

(PULGÓN se queda inmóvil. ROCCO le arrebata la Vara a PÁNFILO y le pega con ella a PULGÓN en la cabeza... emitiendo un inesperado y agudo “TILÍN TIN TIN”. PULGÓN se desploma.)

PÁNFILO: ¡Te pasaste, ROCCO, ya de veras lo mataste!

ROCCO: Yo solo lo neutralicé, como quedamos.

PÁNFILO: ¡Ahora hay que esconder el cuerpo! ¡Voy a hacer que la tierra fangosa cubra el cuerpo! ¡Cadabracacacacacaca, Chispas y rayos cósmicos! (La Vara no hace nada. PÁNFILO se enoja y agita la Vara, pero solo consigue que se apague por completo.) ¡Ya la vara se apagó! ¡Debemos usar el método tradicional! Entiérralo, ROCCO.

ROCCO: (Lloriquea) ¿Entiérralo, ROCCO? Ayúdame, burro, tenemos que darnos prisa.

PÁNFILO: ¡Tú solito puedes! ¿No que eres el más fuerte?

ROCCO: ¡Todo yo! ¡Todo yo!

(ROCCO entierra a Pulgón con desesperación, dejando solo un delgado carrizo verde asomando de la tierra. Los dos hermanos huyen con la Vara apagada. El sonido de los zarcillos de la Enredadera crece en el ambiente. Música de tensión dramática a todo volumen.)

(PAUSA. La música cambia de tono. Entra el PASTORCILLO VALENTE, silbando alegremente. Corta el carrizo, lo pule. La flauta canta sola.)

FLAUTA: (Voz pregrabada, resonante y extrañamente graciosa)

¡PASTORCILLO VALENTE, PASTORCILLO VALENTE!

¡No me toques ni me dejes de tocar!

¡Mis hermanos me han matado por la Vara de Huinac!

PASTORCILLO VALENTE: (Aterrado, con exageración melodramática) ¡Una flauta que canta! ¡Una flauta parlanchina! ¡Debo avisarle a todo el pueblo! ¡Iré casa por casa! ¡Y así me entero de los chismes, je, je!

(El PASTORCILLO VALENTE se lleva la flauta y sale de escena con premura. Oscuro.)


ACTO III: LA REVELACIÓN Y EL DESENREDO

 

(ESCENA: Regresamos al interior de la casa. La iluminación es lúgubre. Los Zarcillos de la Enredadera han crecido de forma alarmante. ROCCO y PÁNFILO están ante DON GASPAR con la Vara apagada. Se oye un fuerte crujido vegetal.)

PÁNFILO: (Nervioso) ¡Mírela, Abuelo! ¡La Vara de Huinac! ¡Ya no se escuchan crujidos!

GASPAR: (Gruñón) ¡Mientes! Yo sigo oyendo el crujido. (El crujido se oye muy fuerte y de manera cómica se corta con un Ba Dum Tss). La Enredadera ya casi me ha dejado ciego.

(Entran intempestivamente CORNELIA y el PASTORCILLO VALENTE. El PASTORCILLO VALENTE se detiene en el umbral, creando deliberadamente suspenso.)

PASTORCILLO VALENTE: (Habla con lentitud y misterio) ¡Señores! ¡Traigo una noticia increíble! Es una información delicada... Les cuento: ¿Sabían que el herrero que vive a tres kilómetros está pensando vender su yunque? ¡Y sabían que en casa de los Márquez: la hija de Doña Elvira ya tiene tres gallinas ponedoras rojas y amarillas, qué extraño!

CORNELIA: (Lo interrumpe, riendo nerviosa; confunde las palabras) ¡Ya basta de coches, muchachito... digo, de choques! ¡Ay, quiero decir, dogo, duego!

GASPAR: Amor mío, por favor, focus...

CORNELIA: (Ansiosa) ¡Dinos, dinos, dinos, si sabes algo de PULGÓN! Me estoy muriendo de los monos, de los tangos... de los nervios, caramba.

(El PASTORCILLO VALENTE se enreda al hablar. CORNELIA lo empuja accidentalmente. La flauta cae y se escucha su canción.)

FLAUTA: (Voz pregrabada, resonante)

Pastorcillo, pastorcillo, no me toques ni me dejes de tocar…

¡Mis hermanos me han matado por la Vara de Huinac!

El ROCCO y PÁNFILO me enterraron en el fango…

(El efecto es dramático. La luz se aclara. Los zarcillos se detienen. La Vara de Huinac comienza a emitir una luz verde vibrante.)

GASPAR: (Se levanta. La verdad lo activa.) ¡PULGÓN está vivo, yo lo sé!

ROCCO: (Cae de rodillas) ¡Perdón, perdón! ¡No queríamos hacerle daño!

CORNELIA: (Recoge la Vara, que brilla intensamente) ¡Monstruos! ¡Vamos, GASPAR! ¡Pulgón está VIVO!

(Salen GASPAR, CORNELIA y el PASTORCILLO VALENTE. Después de una cómica elipsis, Vuelven con PULGÓN.)

PULGÓN: ¡He regresado del Barro! ¡y sí, estoy VIVOOO!

CORNELIA: (Toma la varita y hace gestos teatrales.) Varita de Huinac, acaba con la enredadera y con las equivocaciones, ¡ya nunca más se enredará mi lengua! (La enredadera empieza a desaparecer.)

PULGÓN: ¡Vuestro castigo será limpiar y limpiar!

ROCCO: (Agarra la escoba) Ya, ya… Todo yo, Todo yo…... (Barre, una esquina cerca de una pared que se vuelve de un azul reconfortante.)

PÁNFILO: (Pule una silla) Está bien, yo no quería hacer daño, solo quería ganar. (La silla se ilumina con un bello color caoba.)

(PULGÓN toca con la Vara la cabeza de sus hermanos. Luego, toca los zarcillos. Estos se secan, se vuelven quebradizos y se retraen. La luz general recupera colores cálidos.)

GASPAR: (Mira a su esposa.) ¡Cornelia! ¡Veo con claridad el mundo!

(GASPAR se ríe. Es tanta su alegría que se escucha el conocido sonido de un pedo largo y agudo.)

TODOS: ¡Abuelo! ¿Otra vez?

CORNELIA: ¡Mi vida... No vayas a decir otra vez que fue un sapo!

GASPAR: (Sonríe con picardía, pero mantiene su dignidad) Les voy a decir la verdad... (Hace una pausa y se ríe muy fuerte y otra vez se escucha el sonido largo, agudo e inconfundible de un pedo). Fue un sapo, mi amor. Fue un sapo, hey, familia, yo no les voy a mentir, deben creerme. Lo juro.

(Toda la familia se ríe. El PASTORCILLO VALENTE hace acrobacias como Bufón. ROCCO y PÁNFILO bailan agarrados de los brazos y dando vueltas. Cornelia y Gaspar bailan un vals elegante. PULGÓN baila de manera suelta y extraña. La obra termina con la música de Cancán. La iluminación se intensifica, luego, se hace un oscuro.)

Toda la compañía agradece con elegancia.

(FIN DE LA OBRA)



 

 

 

 


 

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