LA
VARA DE HUINAC: LA COMEDIA DE LA ENREDADERA MALVADA
Por
Gavarre Benjamin
Comedia de tradición familiar en Tres Actos
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entrada)
REPARTO
- GASPAR: El Anciano, siempre niega sus ruidos
intestinales.
- CORNELIA: La Vieja Sabia, confunde las palabras y ríe
con facilidad.
- PULGÓN: El niño listo, valiente y observador.
- ROCCO: El grandote, agresivo y de poca inteligencia.
- PÁNFILO: El chismoso, crítico, pero simpático.
- PASTORCILLO
VALENTE: Un joven
simple, dado a crear suspenso.
ACTO
I: LA ENREDADERA MALVADA Y EL SAPO
(La
escena se desarrolla en el interior de una casa antigua. La iluminación es
lúgubre, con tonos verdosos que sugieren enfermedad. La amenaza es física: Una
extensa e implacable planta trepadora oscura y retorcida se enreda con fuerza a
objetos como lámparas, cuadros y ventanas. Los tallos se extienden por el suelo
y cuelgan del techo, robando la vitalidad de todo. Se oyen crujidos cuando
crece.)
GASPAR está sentado, con la vista nublada. ROCCO [El
grandote, agresivo] gruñe, intentando inútilmente desenrollar unos tallos. PÁNFILO
[El chismoso, crítico] lo mira con superioridad. PULGÓN [El
niño listo] examina la Enredadera con espíritu científico.
PULGÓN: Abuelo, ¡la Enredadera se alimenta no solo de otras
plantas sino que nos está dejando sin colores y sin fuerzas! Está absorbiendo
todo. Este florero era rojo y ahora parece un gran pedazo de caca
verdosa. Y mire, mire cómo se enreda la maldita a las otras plantas y les
absorbe toda su vitalidad, crecen constantemente y mire, ya se están también
enredando a esta lámpara azul, verde... negra.
GASPAR: (Tuerce el gesto, la vista nublada) Solo porque tú lo
dices... No veo bien, Pulgón. Aunque sí se pueden oír crujidos cada vez que
crecen. Se nos van a enredar entre las piernas y nos van a dejar amarrados en
el suelo.
ROCCO: ¡Mira, PÁNFILO! ¡La planta parásita se me está
enredando en el cuello, córtala, arráncala, pero ten cuidado de no
lastimarme! ¡Ah, mira, me está ahorcando, córtala! ¡Me da rabia!
(PÁNFILO
agarra unas tijeras y corta el zarcillo que ahorcaba a su hermano. Al mostrarle
el tallo retorcido a ROCCO, se escucha el rotundo sonido de un pedo largo y
agudo que interrumpe el ambiente. Todos se quedan asombrados de semejante
fenómeno y acto seguido se mueren de risa.)
GASPAR: (Se sobresalta, fingiendo sorpresa; siempre
niega sus flatulencias) ¡Ahí está otra vez! ¿Sí lo oyeron también, no es
cierto? ¡El crujido de la Enredadera! ¡Está rompiendo las vigas del techo!
PÁNFILO: (Se tapa la nariz) ¡Abuelo, no mienta! ¡Ese no
fue el crujido de la Enredadera! ¡Fue un larguísimo y maloliente pedo
suyo! ¡No se haga!
ROCCO: (Ríe a carcajadas) ¡Sí, Abuelo! ¡Un pedo muy desvergonzado!
¡Admítalo!
CORNELIA: (Entra, su pañuelo morado contrasta con su ropa. Ríe
con un ataque súbito y agudo; confunde las palabras) ¡Ay, mis calcetines!
¡Quiero decir, mis caderas! ¡No puedo con tanta risa! GASPAR,
querido, ¡siempre dices que fue un mono! Digo... ¡un sapo!
GASPAR: (Firme y digno) ¡Fue un sapo! ¡Un sapo gordo
que se estrelló contra la puerta! ¡Juro que fue un sapo!
CORNELIA: (Señala un zarcillo que crece lentamente) ¡Sapo o no,
la Enredadera crece y crece, y debemos hacer algo, no nada más quejarnos! Yo
estuve investigando en este libro de botánica y encontré una planta trepadora
muy parecida, miren... (Les enseña el libro, pero todos hacen cara de que no
alcanzan a ver nada.) Dice que la cura para acabar con la planta parásita es el
tallo firme y rugoso de la planta de Huinac, un tallo tan firme y rugoso que es
realmente como un bastón mágico, la Vara del árbol de Huinac. Dice que
crece en las barrancas y en los terrenos fangosos y que apesta y sabe mal como
el agua quina, como la quina amarga y que sirve para la viruela, la parálisis,
la tuberculosis...
PULGÓN: La quinina sirve para la malaria, el paludismo...
oh, ya se me pegó tu afasia, Abuela, estamos hablando de la Vara de Huinac.
Focus, Abuela, concéntrate, pon atención, esfuérzate...
CORNELIA: (Reseteada) La planta de Huinac tiene tallos verdes
como el brócoli y es tan amarga y poderosa que solo ella es capaz de acabar con
esta planta trepadora. Hay que ir a buscarla. (Vuelve a la afasia) Yo necesito
un gato... una carpa... una torta... ¡Un mapa, caray! Hay una barranca
cerca del Molino, y también hay un terreno “amistoso” junto a la entrada
de la carretera...
PULGÓN: ¡Yo conozco ese terreno fangoso, ¿quieres
decir, verdad, Abuela? ¡Yo voy!
CORNELIA: Sí, tú ve, Pulgón. Se necesita de la inocencia
de un niño... Y no sería tan bueno que ROCCO fuera porque la podría
romper... la caja... la masa... la vara... Y pues, lo siento, PÁNFILO,
pero tú tampoco eres buen candidato, porque la vara necesita de un alma pura
y generosa... Y ya se sabe, PÁNFILO, tú eres muy salado, cansado... malvado,
digo.
PÁNFILO: Yo no soy malvado, Abuela, ni estoy salado, ni
cansado... ah, jajaja, ya ves Abuela, y no me estoy burlando de usted y todas
sus equivocaciones, jajajajaja.
(PULGÓN
sale con una mochila en bandolera. ROCCO y PÁNFILO intercambian una mirada
cargada de envidia y malicia. Salen tras él. Oscuridad total.)
ACTO
II: EL LODAZAL, EL ENGAÑO Y EL CARRIZO QUE CANTA
(La
luz se centra en el escenario, que ahora simula un terreno fangoso con
montículos. Se escucha el sonido de PULGÓN corriendo, seguido de los gruñidos
de ROCCO y los jadeos y quejas de PÁNFILO.)
(ESCENA:
PULGÓN entra y sale de la escena, moviéndose con astucia entre los obstáculos.
Sus hermanos lo siguen con malas intenciones, equivocándose y trastabillando.)
PULGÓN: (Gritando) ¡Les dije que el lodazal era más rápido
que la barranca! ¡Ya ven qué rápido que avanzamos!
ROCCO: (Gruñe; agresivo y torpe) ¿Te crees muy listo,
enano? Tú, como no pesas más que dos gramos, no te hundes, pero yo, que soy
grande y fuerte... ¡Maldita sea, ya me atoré otra vez! ¡Te juro que te voy a
romper la crisma!
PÁNFILO: (También tropieza y cae en el fango) ¡ROCCO,
esto no puede seguir así, el maldito chaparrito se quiere pasar de listo!
PULGÓN: ¡Eso digo yo! Jaja, y no me quiero pasar de listo...
¡SOY más listo, ja, ja!
(PULGÓN
hace un quiebro brusco. ROCCO choca con PÁNFILO, arrojándolo. ROCCO avanza,
pero PULGÓN ya está frente al Árbol de Huinac, que se detiene en el centro del
escenario. Sus tallos son de un intenso verde.)
PULGÓN: (Sus ojos brillan. El árbol le ofrece una rama verde
que inmediatamente brilla con una luz verde brillante.) ¡Miren! ¡La Vara
Mágica de Huinac! ¡El Señor árbol me la ha dado porque sabe que tengo buen
corazón!
ROCCO: (Gruñe furioso. Le arrebata la varita y la muestra
ostentoso) La tenías, querubín, tiempo pretérito del pasado, pasado...
PÁNFILO: (Rápido, le arrebata la varita a ROCCO) ¡Ah,
pues cómo les quedó el ojo, ahora yo tengo la varita luminosa, yo soy su dueño,
par de tarados!
(PÁNFILO,
en su euforia, corre y tropieza. ROCCO lo alcanza, lo estruja con toda su
fuerza bruta, recuperando la Vara.)
ROCCO: (Gritando en un susurro) ¡Ahora que tenemos la Vara,
vamos a usar sus poderes mágicos para neutralizar a Pulgoncito!
PÁNFILO: (Secándose el sudor) ¿Con neutralizar quieres
decir matarlo?
ROCCO: ¡Palabras más, palabras menos! (Se acerca a Pulgón)
¡Pulgóoon!
(PÁNFILO
hace un gesto teatral con la Vara y grita unas palabras ridículas.)
PÁNFILO: ¡Abracadabracacaca! ¡Con estas palabras quiero
que te neutralices!
(PULGÓN
se queda inmóvil. ROCCO le arrebata la Vara a PÁNFILO y le pega con ella a
PULGÓN en la cabeza... emitiendo un inesperado y agudo “TILÍN TIN TIN”. PULGÓN
se desploma.)
PÁNFILO: ¡Te pasaste, ROCCO, ya de veras lo mataste!
ROCCO: Yo solo lo neutralicé, como quedamos.
PÁNFILO: ¡Ahora hay que esconder el cuerpo! ¡Voy a hacer que
la tierra fangosa cubra el cuerpo! ¡Cadabracacacacacaca, Chispas y rayos
cósmicos! (La Vara no hace nada. PÁNFILO se enoja y agita la Vara, pero
solo consigue que se apague por completo.) ¡Ya la vara se apagó! ¡Debemos usar
el método tradicional! Entiérralo, ROCCO.
ROCCO: (Lloriquea) ¿Entiérralo, ROCCO? Ayúdame,
burro, tenemos que darnos prisa.
PÁNFILO: ¡Tú solito puedes! ¿No que eres el más fuerte?
ROCCO: ¡Todo yo! ¡Todo yo!
(ROCCO
entierra a Pulgón con desesperación, dejando solo un delgado carrizo verde
asomando de la tierra. Los dos hermanos huyen con la Vara apagada. El sonido de
los zarcillos de la Enredadera crece en el ambiente. Música de tensión
dramática a todo volumen.)
(PAUSA.
La música cambia de tono. Entra el PASTORCILLO VALENTE, silbando alegremente.
Corta el carrizo, lo pule. La flauta canta sola.)
FLAUTA: (Voz pregrabada, resonante y extrañamente graciosa)
¡PASTORCILLO
VALENTE, PASTORCILLO VALENTE!
¡No
me toques ni me dejes de tocar!
¡Mis
hermanos me han matado por la Vara de Huinac!
PASTORCILLO
VALENTE: (Aterrado, con exageración
melodramática) ¡Una flauta que canta! ¡Una flauta parlanchina! ¡Debo
avisarle a todo el pueblo! ¡Iré casa por casa! ¡Y así me entero de los chismes,
je, je!
(El
PASTORCILLO VALENTE se lleva la flauta y sale de escena con premura. Oscuro.)
ACTO
III: LA REVELACIÓN Y EL DESENREDO
(ESCENA:
Regresamos al interior de la casa. La iluminación es lúgubre. Los Zarcillos de
la Enredadera han crecido de forma alarmante. ROCCO y PÁNFILO están ante DON GASPAR
con la Vara apagada. Se oye un fuerte crujido vegetal.)
PÁNFILO: (Nervioso) ¡Mírela, Abuelo! ¡La Vara de Huinac! ¡Ya
no se escuchan crujidos!
GASPAR: (Gruñón) ¡Mientes! Yo sigo oyendo el crujido. (El
crujido se oye muy fuerte y de manera cómica se corta con un Ba Dum Tss).
La Enredadera ya casi me ha dejado ciego.
(Entran
intempestivamente CORNELIA y el PASTORCILLO VALENTE. El PASTORCILLO VALENTE se
detiene en el umbral, creando deliberadamente suspenso.)
PASTORCILLO
VALENTE: (Habla con lentitud y
misterio) ¡Señores! ¡Traigo una noticia increíble! Es una información
delicada... Les cuento: ¿Sabían que el herrero que vive a tres kilómetros está
pensando vender su yunque? ¡Y sabían que en casa de los Márquez: la hija de
Doña Elvira ya tiene tres gallinas ponedoras rojas y amarillas, qué extraño!
CORNELIA: (Lo interrumpe, riendo nerviosa; confunde las
palabras) ¡Ya basta de coches, muchachito... digo, de choques!
¡Ay, quiero decir, dogo, duego!
GASPAR: Amor mío, por favor, focus...
CORNELIA: (Ansiosa) ¡Dinos, dinos, dinos, si sabes algo de PULGÓN!
Me estoy muriendo de los monos, de los tangos... de los nervios,
caramba.
(El
PASTORCILLO VALENTE se enreda al hablar. CORNELIA lo empuja accidentalmente. La
flauta cae y se escucha su canción.)
FLAUTA: (Voz pregrabada, resonante)
Pastorcillo,
pastorcillo, no me toques ni me dejes de tocar…
¡Mis
hermanos me han matado por la Vara de Huinac!
El
ROCCO y PÁNFILO me enterraron en el fango…
(El
efecto es dramático. La luz se aclara. Los zarcillos se detienen. La Vara de
Huinac comienza a emitir una luz verde vibrante.)
GASPAR: (Se levanta. La verdad lo activa.) ¡PULGÓN
está vivo, yo lo sé!
ROCCO: (Cae de rodillas) ¡Perdón, perdón! ¡No queríamos
hacerle daño!
CORNELIA: (Recoge la Vara, que brilla intensamente) ¡Monstruos!
¡Vamos, GASPAR! ¡Pulgón está VIVO!
(Salen
GASPAR, CORNELIA y el PASTORCILLO VALENTE. Después de una cómica elipsis, Vuelven
con PULGÓN.)
PULGÓN: ¡He regresado del Barro! ¡y sí, estoy VIVOOO!
CORNELIA: (Toma la varita y hace gestos teatrales.) Varita de
Huinac, acaba con la enredadera y con las equivocaciones, ¡ya nunca más se
enredará mi lengua! (La enredadera empieza a desaparecer.)
PULGÓN: ¡Vuestro castigo será limpiar y limpiar!
ROCCO: (Agarra la escoba) Ya, ya… Todo yo, Todo yo…...
(Barre, una esquina cerca de una pared que se vuelve de un azul
reconfortante.)
PÁNFILO: (Pule una silla) Está bien, yo no quería hacer daño,
solo quería ganar. (La silla se ilumina con un bello color caoba.)
(PULGÓN
toca con la Vara la cabeza de sus hermanos. Luego, toca los zarcillos. Estos se
secan, se vuelven quebradizos y se retraen. La luz general recupera colores
cálidos.)
GASPAR: (Mira a su esposa.) ¡Cornelia! ¡Veo con claridad el
mundo!
(GASPAR
se ríe. Es tanta su alegría que se escucha el conocido sonido de un pedo largo
y agudo.)
TODOS: ¡Abuelo! ¿Otra vez?
CORNELIA: ¡Mi vida... No vayas a decir otra vez que fue un
sapo!
GASPAR: (Sonríe con picardía, pero mantiene su dignidad) Les
voy a decir la verdad... (Hace una pausa y se ríe muy fuerte y otra vez se
escucha el sonido largo, agudo e inconfundible de un pedo). Fue un
sapo, mi amor. Fue un sapo, hey, familia, yo no les voy a mentir, deben
creerme. Lo juro.
(Toda
la familia se ríe. El PASTORCILLO VALENTE hace acrobacias como Bufón. ROCCO y
PÁNFILO bailan agarrados de los brazos y dando vueltas. Cornelia y Gaspar
bailan un vals elegante. PULGÓN baila de manera suelta y extraña. La obra
termina con la música de Cancán. La iluminación se intensifica, luego, se hace
un oscuro.)
Toda
la compañía agradece con elegancia.
(FIN
DE LA OBRA)
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