lunes, diciembre 08, 2014

EL CONVIDADO. LOPE DE RUEDA.



EL CONVIDADO
Paso muy gracioso, en el cual se introducen las personas siguientes, compuesto por Lope
de Rueda
CAMINANTE.
LICENCIADO JÁQUIMA.
BACHILLER BRAZUELOS.
CAMINANTEUno de los grandísimos trabajos que el hombre puede recebir en esta miserable vida es el caminar; y el superlativo, faltalle los dineros. Dígolo esto porque se me ha ofrescido un cierto
negocio en esta ciudad, y en el camino, por las muchas aguas, me han faltado los reales. No
tengo otro remedio sino éste: que soy informado que vive en este pueblo un licenciado de mi
tierra, ver, con una carta que le traigo, si puedo ser favorescido. Ésta debe de ser la posada;
llamar quiero. ¿Quién est'acá?
BACHILLER
¿Quién llama? ¿Quién est'ahí?
CAMINANTES
i está, salga vuesa merced acá fuera.
BACHILLER
¿Qué's lo que manda?
CAMINANTE
¿Sabráme dar vuesa merced razón de un señor licenciado?
BACHILLER
No, señor.
CAMINANTE
Pues déjeme decir: él es hombre bajo, cargado de espaldas, barbinegro, natural de Burbáguena.
BACHILLER
No le conozco. Diga cómo se llama.
CAMINANTE
Señor, allá se llamaba el Licenciado Cabestro.
BACHILLER
Señor, en mi posada está uno que se hace nombrar el Licenciado Jáquima.
CAMINANTE
Señor, ése debe de ser, porque de cabestro a Jáquima harto parentesco me paresce que hay.
Llámele.
BACHILLER
Soy contento. ¡Ah, señor Licenciasno Jáquima!
LICENCIADO
¿Llama vuesa merced, señor Bachiller Brazuelos?
BACHILLER
Sí, señor; salga vuesa merced acá fuera.LICENCIADO
Suplícole, señor, que me tenga por excusado, que ando metido en la fragancia del estudio y estoy
en aquello que dice: sicut adversus tempore, et quia bonus tempus est non ponitur illo.
BACHILLER
Salga, señor, qu'está aquí un señor de su tierra.
LICENCIADO
¡Oh, válame Dios! Señor Bachiller, ¿ha visto vuesa merced mi bonete?
BACHILLER
Ahí quedó, super Plinio.
LICENCIADO
Señor Bachiller, y mis plantufos de chamelote sin aguas, ¿halos visto?
BACHILLER
Perequillo los llevó a echar unas suelas y capilladas, porque estaban mal tratadillos.
LICENCIADO
Señor Bachiller, mi manteo, ¿hale visto?
BACHILLER
Ahí le teníamos encima de la cama esta noche, en lugar de manta.
LICENCIADO
Ya lo he hallado. ¿Qué's lo que manda vuesa merced?
BACHILLER
¿Agora sale con todo eso a cabo de dos horas que l'estoy llamando? Aqueste señor le busca, que
dice qu'es de su tierra.
LICENCIADO
¿De mi tierra? Sí será, pues él lo dice.
CAMINANTE
¿No me conosce vuesa merced, señor Licenciado?
LICENCIADO
No le conozco en verdad, si no es para serville.
CAMINANTE
¿No conosce vuesa merced a un Juanitico Gómez, hijo de Pero Gómez, que íbamos juntos a la
escuela y hecimos aquella farsa de los Gigantillos?LICENCIADO
Ansí, ansí... ¿es vuesa merced hijo de un tripero?
CAMINANTE
Que no, señor. ¿No se le acuerda a vuesa merced que mi madre y la suya vendían rábanos y coles
allá en el arrabal de Sanctiago?
LICENCIADO
¿Rábanos y coles? Rasos y colchones quiso decir vuesa merced.
CAMINANTE
Sea lo que mandare. Mas, ¿a fe que no me conosce?
LICENCIADO
Ya, ya caigo en la cuenta. ¿No es vuesa merced el mochacho que hizo la moceta, aquel
bellaquillo, aquel de las calcillas coloradas?
CAMINANTE
Sí, señor, yo soy ése.
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómez! Señor Bachiller, una silla. Perequillo, rapaz, una silla.
CAMINANTE
Que no's de menester, señor.
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómez, abráceme! ¿Y diole alguna cosa que me trujese mi madre?
CAMINANTE
Sí, señor.
LICENCIADO
Tórneme a abrazar, señor Joan Gómez. ¿Qué's lo que le dio? ¿Es cosa de importancia?
CAMINANTE
¡Y pues no!
LICENCIADO
¡Oh, señor Joan Gómez! Él sea muy bien venido. Amuestre lo qu'es.
CAMINANTE
Es, señor, una carta que me rogó que le trujese.
LICENCIADO
¿Carta, señor? ¿Y diole algunos dineros la señora mi madre?
CAMINANTE
No, señor.
LICENCIADO
Pues, ¿para qué quería yo carta sin dineros? Agora, señor Joan Gómez, hágame tan señalada
merced de venirse a comer con nosotros.
CAMINANTE
Señor, beso las manos de vuesa mercé; en la posada lo dejo aparejado.
LICENCIADO
Hágame este placer.
CAMINANTE
Señor, por no ser importuno, yo haré su mandamiento y, de camino, me traeré la carta, que dejé
encomendada al mesonero.
LICENCIADO
Pues vaya.
CAMINANTE
Beso sus manos.
LICENCIADO
¿Qué le paresce, señor Bachiller Brazuelos, d'este nuestro convidado?
BACHILLER
Muy bien, señor.
LICENCIADO
A mí, no señor, sino muy mal.
BACHILLER
¿Por qué, señor?
LICENCIADO
Porque yo, para convidalle, ni tengo blanca, ni bocado de pan, ni cosa, ofrézcola a Dios, que de
comer sea. Y, por tanto, querría suplicar a vuesa merced que vuesa merced me hiciese merced de
me hacer merced, pues estas mercedes se juntan con esotras mercedes que vuesa merced suele
hacer, me hiciese merced de prestarme dos reales.
BACHILLER
¿Dos reales, señor Licenciado? ¿Saca burla del tiempo? Sabe vuesa merced que traigo este
andrajo en la cabeza por estar mi bonete empeñado por seis dineros de vino en la taberna, y
¿pídeme dos reales?
LICENCIADO
¿Pues no me haría vuesa merced una merced de pensar una burla en que se fuese este convidado
con todos los diablos?
BACHILLER
¿Burla dice? Déjeme a mí el cargo, que yo le haré una que vaya diciendo que vuesa merced es
muy honrado y muy cabido con todos.
LICENCIADO
Así..., ¿de qué manera lo hará vuesa merced?
BACHILLER
Mire vuesa merced: él ha de venir agora a comer; vuesa merced se meterá debajo d'esta manta.
Y, en venir, luego preguntará: “¿Qué's del señor Licenciado?” Yo le diré: “El señor Arzobispo le
ha enviado a publicar ciertas buldas, que fue negocio de presto, que no se pudo hacer otra cosa.”
LICENCIADO
¡Oh, cómo dice bien vuesa merced! Pues, mire, que pienso qu'es el que llama.
CAMINANTE
¡Ah de casa!
BACHILLER
¡Sí, él es, métase de presto!
LICENCIADO
Mire que me cobije bien, que no me vea.
CAMINANTE
¡Ah de casa!
BACHILLER
¿Quién est'ahí? ¿Quién llama?
CAMINANTE
¿Está en casa el señor Licenciado?
BACHILLER
¿A quién busca?
CAMINANTE
Al señor Licenciado Jáquima.
BACHILLER
¿A comer pienso que verná vuesa merced?
CAMINANTE
No vengo, por cierto, señor.
BACHILLER
¡Picadillo debe de traer el molino!
CAMINANTE
No traigo, en verdad.
BACHILLER
No lo niegue vuesa merced, que para decir que viene a comer ¿es de menester tantas retólicas?
CAMINANTE
Verdad es que venía a comer, qu'el señor Licenciado me había convidado.
BACHILLER
Pues certifícole que tiene vuesa merced muy mal recado d'esta vez, porque en casa no hay blanca
ni bocado de pan para convidalle.
CAMINANTE
Pues no creo yo qu'el señor Licenciado sacara burla de mí.
BACHILLER
¿Que no me cree vuesa merced? Pues sepa que, de puro corrido, está puesto debajo aquella
manta.
CAMINANTE
No lo creo, si con mis ojos no lo viese.
BACHILLER
¿Que no? Pues mire vuesa merced cuán contrito está arrodillado.
CAMINANTE
¡Jesús, Jesús! Señor Licenciado, ¿para mí era de menester tantos negocios?
LICENCIADO
Juro a diez que ha sido muy bellaquísimamente hecho.
BACHILLER
No ha estado sino muy bien.
LICENCIADO
No ha estado sino de muy grandísimos bellacos, que si yo me escondí, vos me lo
mandastes.BACHILLER
No's escondiérades vos.
LICENCIADO
No me lo mandárades vos. Y... agradesceldo al señor de mi tierra, don bachillerejo de no nada.
BACHILLER
¿De no nada? Aguardá.
CAMINANTE
¡Id con todos los diablos! ¡Allá os averiguad vosotros mesmos!
FIN DEL PASO

CORNUDO Y CONTENTO. LOPE DE RUEDA





















"CORNUDO Y CONTENTO" (Paso muy gracioso)

Compuesto por Lope de Rueda

Personajes

  • LUCIO: Doctor médico.

  • JERÓNIMO: Estudiante (el amante).

  • MARTÍN DE VILLALBA: Simple (el marido cornudo).

  • BÁRBARA: Su mujer (la infiel).


Escena I: La Consulta del Doctor

(Entra LUCIO, lamentándose por la falta de clientela. Ve llegar a MARTÍN)

LUCIO

¡Oh, miserabelis doctor, quanta pena paciuntur propter miseriam! ¿Qué fortuna es ésta, que no haya receptado en todo el día de hoy recepta ninguna? Pues, ¡mirad quién asoma para mitigar mi pena! Éste es un animal que le ha hecho creyente su mujer qu'está enferma, y ella hácelo por darse el buen tiempo con un estudiante. Y él es tan importuno que no lo hace con dos ni tres visitas al día. Pero venga, qu'en tanto que los pollos en el corral le turaren, nunca su mujer estará sin fiebre. —Sea bien allegado el bueno de Alonso de...

MARTÍN

No, no, señor Licenciado; Martín de Villalba me llamo para toda su honra.

LUCIO

Salus adque vita in qua Nestoreos superetis dias. ¿Para qué era nada d'esto, hermano Martín de Villalba?

MARTÍN

Señor, perdone vuesa merced, que aún están todavía pequeñuelos; pero sane mi mujer, que yo le prometo un ganso que tengo a engordar.

LUCIO

Déos Dios salud.

MARTÍN

No, no; primero a mi mujer, plegue a Dios, señor.

(LUCIO llama a su criado, ignorando la ofrenda de MARTÍN)

LUCIO

Mochacho, toma esos pollos, ciérrame esa gelosía.

MARTÍN

No, no, señor, que no son pollos de gelosía; vuesa merced puede estar descuidado. ¿Sabe cómo los ha de comer?

LUCIO

No, por cierto.

MARTÍN

Mire: primeramente les ha de quitar la vida, y plumallos, y echar la pluma y los hígados, si los tuviere dañados.

LUCIO

¿Y después?

MARTÍN

Después, ponellos a cocer y comer si tuviere gana.

LUCIO

Bien me parece todo eso. Pues, ¿cómo se ha sentido esta noche vuestra mujer?

MARTÍN

Señor, algún tanto ha reposado, que, como ha dormido en casa aquel su primo el estudiante, que tiene la mejor mano de ensalmador del mundo todo, no ha dicho en toda esta noche “aquí me duele”.

LUCIO

Yo lo creo.

MARTÍN

¡Guárdenos Dios del diablo!

LUCIO

¿Y queda en casa?

MARTÍN

Pues si aqueso no huese, ya sería muerta.

LUCIO

¿Tomó bien la purga?

MARTÍN

¡Ah, mi madre! Ni aun la quiso oler. Pero buen remedio nos dimos porque le hiciese impresión la melecina.

LUCIO

¿Cómo así?

MARTÍN

Señor, aquel primo suyo, como es muy letrudo, sabe lo qu'el diablo deja de saber.

LUCIO

¿De qué manera?

MARTÍN

Díjome: “Mirad, Martín de Villalba: vuestra mujer está de mala gana y es imposible qu'ella beba nada d'esto. Vos decís que queréis bien a vuestra mujer.” Dije yo: “¡Ah, mi madre! No estéis en eso, que juro a mí que la quiero como las coles al tocino.” Dijo él entuences: “Pues tanto monta; bien os acordáis que, cuando os casaron con ella, dijo el crego ser unidos en una misma carne.” Dije yo: “Así es verdad.” Dijo él: “Pues siendo verdad lo qu'el crego dijo, y siendo todo una misma carne, tomando vos esa purga, tanto provecho le hará a vuestra mujer como si ella la tornase.”

LUCIO

¿Qué hecistes?

MARTÍN

¡Pardiez! Apenas hubo acabado la zaguera palabra, cuando ya estaba el escudilla más limpia y enjuta que la podía dejar el gato de Mari Jiménez, que creo que no hay cosa más desbocada en toda esta tierra.

LUCIO

¡Bien le aprovecharía!

MARTÍN

¡Guárdenos Dios! Yo fui el que no pude más pegar los ojos, que ella a las once del día se despertó. Y como a mí me había quedado aquella madrugada tan enjuto el estómago con aquello de la escudilla, hízole tanto provecho a ella que se levantó con una hambre que se comiera un novillo, si se lo pusieran delante.

LUCIO

¿En fin...?

MARTÍN

En fin, señor, que como no me podía menear del dolor qu'en estos ijares sentía, díjome su primo: “Andad mal punto, que sois hombre sin corazón; de una negra purguilla estáis que no parescéis son búho serenado.” Entuences el señor, diciendo y haciendo, apañó una gallina por aquel pescuezo, que paresce que agora lo veo, y en un santiamén fue asada y cocida y traspillada entre los dos.

LUCIO

Hiciérame yo al tercio, como quien juega a la primera de Alemaña.

MARTÍN

¡Ah, mi madre! Bien lo quisiera yo, sino que me hicieron creyente que le haría daño a mi mujer lo que yo comiere.

LUCIO

Hicistes muy bien. ¡Mirad quién ha de vivir seguro de aquí adelante! Según me parece, a vos basta que curemos.

MARTÍN

Sí, señor, pero no me mande más de aquello de la'scudilla. Si no, no será mucho, a muchas escudilladas, ahorrar de tripas y quedarse el cuerpo como cangilón agujereado.

LUCIO

Agora, pues yo tengo ciertas visitas, id en buen hora, y acudíos por acá mañana, que con un buen regimiento que yo's ordenare, basta para que se acabe de curar.

MARTÍN

Dios lo haga, señor.

(Éntrase el DOCTOR y queda MARTÍN DE VILLALBA.)


Escena II: El Encuentro

(Sale BÁRBARA, su mujer, y el ESTUDIANTE, JERÓNIMO.)

JERÓNIMO

¡Por el cuerpo de todo el mundo! Señora Bárbara, veis aquí a vuestro marido que viene de hacia casa el doctor Lucio, y creo que nos ha visto. ¿Qué remedio...?

BÁRBARA

No tengáis pena, señor Jerónimo, que yo le enalbardaré como suelo. Hacerle he en creyente que vamos a cumplir ciertos votos que convienen para mi salud.

JERÓNIMO

¿Y... creerlo ha?

BÁRBARA

¿Cómo si lo creerá? Mal lo conocéis. Si yo le digo qu'en lo más fuerte del invierno se vaya a bañar en la más helada acequia, diciendo qu'es cosa que importa mucho a mi salud, aunque sepa ahogarse, se arrojará con vestidos y todo. Háblele.

JERÓNIMO

Bien venga el señor Martín de Villalba, marido de la señora mi prima y el mayor amigo que tengo.

MARTÍN

¡Oh, señor primo de mi mujer! Norabuena vea yo aquesa cara de Pascua de hornazos. ¿Dónde bueno? ¡Oh! ¿Quién es la revestida como la borrica de llevar novias?

JERÓNIMO

Déjala; no la toques. Una moza es que nos lava la ropa allá en el pupilaje.

MARTÍN

Mas, ¿a fe?

JERÓNIMO

Sí, en mi ánima; ¿habíate de decir yo a ti uno por otro?

MARTÍN

Bien lo creo, no te enojes. ¿Y adónde la llevas?

JERÓNIMO

A casa de unas beatas que le han de dar una oración para el mal de la jaqueca.

MARTÍN

¿Búrlasme, di?

JERÓNIMO

No, por vida tuya y de cuanto luce delante mis ojos.

MARTÍN

Ve'n buen hora. ¿Has menester algo?

JERÓNIMO

Dios te dé salud, no agora.

MARTÍN

Como tú deseas.

BÁRBARA

¡Oh, grande alimaña, que aun no me conoció! Aguija, traspongamos.

MARTÍN

¡Hola, hola, primo de mi mujer!

JERÓNIMO

¿Qué quieres?

MARTÍN

¡Aguarda, cuerpo del diabro! Que o yo m'engaño..., o es aquella saya la de mi mujer. Si ella es, ¿dónde me la llevas?

BÁRBARA

¡Ah, don traidor! ¡Mirad qué memoria tiene de mí, que topa su mujer en la calle y no la conoce!

MARTÍN

Calla, no llores, que me quiebras el corazón; que yo te conoceré, mujer, aunque no quieras, de aquí adelante. Pero dime: ¿ dónde vas?, ¿volverás tan presto?

BÁRBARA

Sí, volveré, que no voy sino a tener unas novenas a una santa con quien yo tengo grandísima devoción.

MARTÍN

¿Novenas? ¿Y qué son novenas, mujer?

BÁRBARA

¿No lo entendéis? Novenas s'entiende que tengo d'estar yo allá encerrada nueve días.

MARTÍN

¿Sin venir a casa, alma mía?

BÁRBARA

Pues..., sin venir a casa.

MARTÍN

Sobresaltado me habías, primo de mi mujer. ¡Burlonazo, maldita la sangre que me habías dejado engotada!

BÁRBARA

Pues conviene una cosa.

MARTÍN

¿Y qué, mujer de mi corazón?

BÁRBARA

Que ayunéis vos todos estos días que yo allá estuviere, a pan y agua, porque más aproveche la devoción.

MARTÍN

Si no es más que aqueso, soy muy contento. Ve'n buen hora.

BÁRBARA

Adiós; mirad por esa casa.

MARTÍN

Señora mujer, no te cumple hablar más como enferma, qu'el doctor me ha dicho que a mí me ha de curar, que tú, ¡bendito Dios!, ya vas mejorando.1

JERÓNIMO2

Quedad en buen hora, hermano Martín de Villalba.3

MARTÍN4

Ve con Dios. Mira, primo de mi mujer, no dejes de aconsejarle que, si se halla bien con las novenas, que las haga decenas, a5unque yo sepa ayunar un día más por su salud.

JERÓNIMO

Yo lo trabajaré. Queda con Dios.

MARTÍN

Y vaya con Él.

(FIN DEL PASO)

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