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jueves, septiembre 11, 2025

Los secretos de Victoria Selena. Por Ben Gavarré.

 


Los secretos de Victoria Selena

 

Esta obra ha sido publicada para su difusión libre y gratuita, si bien quedan reservados todos los derechos de propiedad intelectual. El uso público de esta obra requiere el permiso del autor y a fin de recabar la correspondiente autorización dirigirse a bengavarre@gmail.com o gavarreunam@gmail.com   (Reg. Prop. Int. Expte. Inbox)

 

Los secretos de Victoria


Personajes:

  • Victoria Selena: Famosa bailarina.
  • Ulises Serna: El presentador, un buitre de la televisión.
  • Lía: La asistente de Victoria y su cómplice.

 

Escena:

El camerino de Victoria Selena es una fiesta de luces y caos. Botellas de champán abiertas, ropa tirada y música pop a todo volumen. Victoria, con un traje de lentejuelas, se sienta sobre un tocador mientras Lía le acomoda el cabello. Ulises, sudando y con la cámara tambaleándose, intenta seguirle el ritmo.

Diálogo:

ULISES

(Acercando la cámara, con un sudor frío en la frente)

Estamos aquí, en exclusiva, con el mito que ha resucitado de las cenizas. ¡La inolvidable Victoria Selena! Victoria, tu regreso ha sido una epopeya... pero la gente quiere saber si el infierno de la casa “Impulsando tu vida hacia adelante” realmente te hizo... ¿quién eres ahora?

VICTORIA

(Se ríe, un sonido agudo y musical. Lía le guiña un ojo. Victoria la imita y luego mira a Ulises)

¿Infierno? ¡Oh, querido, por favor! Me hizo una persona más... consciente. (Se toca la sien). Con un poco de suerte, en una de las palizas perdí la memoria a corto plazo, y ahora soy feliz. Es la terapia más efectiva que hay.

ULISES

(Sorprendido, intenta reírse)

Una... terapia... poco convencional.

VICTORIA

Para nada. La casa la dirigía una mujer, la “Reina de la Ceniza”, Adelaida, que convirtió la caridad en un arte conceptual. Hacía que sus voluntarias compitieran por las sobras. ¡Una oda al capitalismo tardío!

LÍA

(A Victoria, susurrando, pero lo suficientemente alto para la cámara)

Recuerda que los donantes nos ven. Debes ser... agradecida.

VICTORIA

(Mira a Lía, y luego a Ulises, con un tono teatral)

¡Claro, Lía! No olvides las donaciones. ¡Gracias a todos los que nos dieron los pasteles rancios de panaderías de lujo! ¡Eran fabulosos! Nos alimentamos con la alta cocina de la basura. (Le da un sorbo a una copa de champán y se la ofrece a la cámara). Salud.

ULISES

(Tose incómodo)

Se ha hablado mucho de la Novia Santa. Esa figura tan... enigmática.

VICTORIA

(Se recuesta en el tocador, sonriendo)

Ah, sí. La Novia. Una mujer que me decía al oído que toda la sala olía a “mil partes pudendas de cadáveres rancios”. ¿No es poético? (Se encoge de hombros). La verdad, nunca supe si me quería seducir o si era mi mentora espiritual. Era la “Novia de Ella”, ya sabes. Un concepto muy... abierto.

LÍA

(Le arregla el collar con nerviosismo forzado)

¡Señora, el tiempo se nos agota!

VICTORIA

(A Lía, en un tono confidencial)

Paciencia, mi amor. El show es la entrevista, no el baile. (Mira a la cámara) La Novia un día me dio ropa nueva. Nos volvimos unas muñecas de trapo, con harapos de lujo. ¿No es genial? ¡Era una colección de alta costura de la desesperación!


ULISES

(Se atreve a preguntar)

¿Y Gervasio? Ese hombre...

VICTORIA

(Se levanta, se sacude la ropa, y un poco de brillantina cae sobre la cara de Ulises. Lía se ríe en voz baja)

¿Gervasio? ¡El Gourmet! Un experto en la anatomía de las mujeres. Se paseaba por el "dormitorio" como si fuera un supermercado de los bajos fondos. Ofrecía pollo rostizado a cambio de... ya saben. Yo le di un ataque de nervios, lo tiré al suelo, se asustó tanto que se le escaparon los gases. Desde ese momento, me vio como un producto con fecha de caducidad.

ULISES

(Se limpia la cara, perturbado)

La famosa fiesta...

VICTORIA

(Se pone una copa de champán en la cabeza, como un sombrero)

¡La fiesta de Adelaida! Una parodia del Super Bowl. Me obligaron a bailar, me dijeron que yo era “la mismita Victoria Selena en vivo”. (Con un tono de voz monótono, como si estuviera recitando un poema). Muriéndome de fiebre, pero bailé. En ese momento, yo era una artista de performance.

LÍA

(Le quita la copa con una risa)

¡Señora, su peinado!

VICTORIA

(Se ríe de forma teatral, como si fuera una villana de cómic)

¡La verdadera obra maestra fue la fiesta! Adelaida y Gervasio, sentados en un trono, viéndome bailar... Y el hijo de Gervasio... el principito de la miseria...

ULISES

(Con la cámara temblándole)

Ramirito... ¿qué pasó con él?

VICTORIA

(Se le olvida por un segundo lo que iba a decir. Mira a Lía, quien le hace una seña)

Ah, sí. Ramirito. (Se encoge de hombros) Es complicado. Digamos que su llegada arruinó la fiesta de una forma... definitiva. A él le dio un ataque de nervios, y a su víctima también.

ULISES

(Con la boca seca)

Pero... ¿el final? ¿El rescate?

VICTORIA

(Le guiña un ojo a la cámara)

¿Rescate? El final es un chiste. La policía no encontró nada. La Novia me traicionó y me salvó. ¿Poético, verdad? Me escondieron en un costal, junto a otro cuerpo, para que no me encontraran. Un servicio de transporte exprés. Desperté en un baldío y ahora soy un fantasma que baila.

ULISES

(Perdido)

Pero... ¿cómo llegó aquí?

VICTORIA

(Se levanta, se pone en pose de estrella. Lía le da el último retoque en la espalda)

Llegué a un hospital, me rehabilité en una playa, y aquí estoy. La verdad, Ulises, la historia no es tan terrible. Es un thriller de bajo presupuesto, una comedia negra. La verdadera tragedia es que mi pasado es ahora mi mayor activo.


Victoria sale del camerino. Se oyen aplausos y vítores. La música de fondo se vuelve más intensa.

ULISES

(Mira a la cámara, con los ojos vidriosos por la brillantina y la confusión)

Y... ahí lo tienen... Victoria Selena. Más allá del bien y del mal.

OSCURO FINAL


Corrido de Victoria Selena

(Música de corrido, con acordeón y guitarra ranchera, ritmo de 2/4)

(Introducción musical alegre y pícara)

 

En un camerino, entre brillo y sudor,

Victoria Selena, ¡qué grande atracción!

Llegó un tal Ulises, con cámara en mano,

Buscando la historia, como buen villano.

 

"¿El infierno?", me dijo, "Qué gran reventón.

Perdí la memoria, ¡bendita ocasión!

Con golpes y araños, mi mente quedó,

¡Vacía y dichosa! ¡Y Dios me salvó!"

 

El hijo, un monito, mocoso sin ley,

Con toda su grasa, ¡qué pobre virrey!

Armó un alboroto, ¡qué gran festival!

Dejó a la "Nuevita" en estado fatal.

 

Yo miro a la cámara

Y nadie es igual

Yo soy una estrella

Victoria Selena,

Yo siempre seré.

 

(Música de corrido con final de guitarra y acordeón, Victoria ríe con locura mientras baja el telón)