16/4/15

Kaspar Peter Handke


Kaspar



Peter Handke
Traducción Gustavo Enrique Böhm






KASPAR: LO QUE ES POSIBLE HACER CON ALGUIEN

Dice Handke: “La obra Kaspar no muestra LO QUE REALMENTE SUCEDE o REALMENTE SUCEDIO con Kaspar Hauser. Muestra LO QUE ES POSIBLE HACER con alguien. Muestra como se puede hacer hablar a alguien hablándole. La obra podría también llamarse Investigación Verbal.”
El Kaspar de Handke no es Kaspar Hauser; no se trata de un individuo, ni de un personaje en el más estricto sentido de la palabra. Este Kaspar es alguien, alguno, uno, cualquiera de nosotros. Pero el título de la obra nos remite, indudablemente, a aquél joven que apareció en Nuremberg una tarde, el 26 de mayo de 1828. ¿Quién fue Kaspar Hauser? Tendría alrededor de 16 años, de aspecto extraño pero agradable, portaba consigo un sobre con una dirección. Un zapatero de nombre Wickmann se convirtió en su primer guía. Caminaron con suma lentitud, dada las dificultades del joven para desplazarse. El zapatero le preguntó de dónde venía.  "Regensburg", contestó Kaspar. "¿Qué hay de nuevo por Regensburg?”, preguntó el zapatero: “¿Qué se dice de la guerra?". El joven repitió: "Guerra, guerra", y Wickmann se dio cuenta entonces de que su interlocutor no tenía la menor idea de lo que esa palabra significaba. "Quiero ser un jinete como fue mi padre", manifestó el muchacho al llegar a la dirección anotada en el sobre. El dueño de casa, un comandante en el Sexto Regimiento de Caballería negó conocerlo.
El caso pasó a la esfera policial: Fue encerrado en la torre. "Quiero ser un jinete, un soldado como fue mi padre" repetía, pero estaba claro que no tenía la idea de lo que decía. El médico que lo auscultó no encontró, rasgo alguno de locura ni idiotez, más bien la evidencia de ser una persona que había sido separada de sus semejantes y criada fuera de contacto con la sociedad. El propio alcalde tomó el caso bajo su responsabilidad y el muchacho fue entregado a un maestro que se encargaría de su educación. Al poco tiempo, pudieron desentrañar parcialmente el enigma: Kaspar afirmaba haber estado siempre completamente solo y encerrado y no haber oído ni visto a ninguna otra persona, con excepción de quien lo mantenía allí y le alcanzaba el pan y el agua con que se alimentaba. Era una pequeña y angosta habitación de techo muy bajo y piso de tierra sobre el cual yacía una manta ajustada sobre tablas. A través de dos pequeñas ventanas clausuradas con maderas entraba algo de luz. Nunca había visto el sol. Permanecía sin más ropa que una camisa y pantalones recortados en las asentaderas para facilitar sus necesidades biológicas, las cuales llevaba a cabo dentro de un recipiente puesto en el piso, que tenía una tapa para cubrirlo, ubicado no lejos del saco de paja donde dormía. Jugaba con dos caballitos de madera blancos, y con un perro de madera, también blanco. El juego consistía en colgarles otros pequeños objetos alrededor del cuello y "dialogar" con ellos hasta cansarse. Como estaba encadenado, se desplazaba arrastrándose sobre el suelo, desde sus caballitos hasta el recipiente y desde allí hasta el saco de paja donde dormía. Cuando despertaba encontraba a su lado pan negro y agua fresca y el recipiente vacío. A veces despertaba también con la camisa cambiada y el pelo y las uñas recortados. El pan le alcanzaba para satisfacer su hambre, pero no así el agua para calmar su sed. Siempre sentía sed. Nunca había escuchado el canto de un pájaro, una voz humana, ni ningún otro sonido hasta que cierta vez se abrió la puerta y entró la persona que lo trasladaría luego hasta Nuremberg. Le enseñó a leer y a escribir el nombre "Kaspar Hauser". Kaspar se acostumbró a escuchar sus pasos cuando se acercaba, antes de abrir la puerta y comenzó a esperarlo para cada lección. Cuando Kaspar lloraba o se quejaba el desconocido le pegaba con algo contundente, golpes de los cuales todavía se veían rastros sobre el hombro derecho del chico tras su aparición en Nuremberg. Una noche fue despertado y acarreado fuera de ese lugar. Luego, en la intemperie, se le enseñó a caminar, tarea difícil y dolorosa, a causa de sus pies descalzos y desacostumbrados. Finalmente el desconocido sacó de su bolso una carta y se la entregó diciéndole que debía ir con ella al “pueblo grande”. Le señaló el camino, prometiéndole regresar enseguida. Kaspar caminó hacia adelante, como se le había indicado y probablemente muy pronto dio con el zapatero Wickmann.
Los cronistas pintan a Kaspar diversamente como un noble salvaje, un redentor, una metáfora ambulante de la condición humana. Su historia intriga a cualquiera. Pero Kaspar Hauser ha fascinado a las personas sobre todo debido a la brutalidad de los crímenes cometidos contra él y al irresuelto misterio de su motivación. Anselm Ritter von Feuerbach, el jurista alemán (y padre del filósofo Ludwig), quién fue el primero que escribió sobre Kaspar Hauser, y decidió que su historia era tan grave que constituía una nueva categoría de crimen: "el asesinato del alma."
Al tiempo, Kaspar desarrolló tal habilidad que empezó a escribir su autobiografía. Por esa época, ya corrían rumores de que podría tratarse del heredero al trono de Baden. Todos los descendientes masculinos habían muerto en la infancia, y el más antiguo de estos príncipes habría tenido la edad de Kaspar. La especulación creció y se dijo que el príncipe había sido intercambiado con un infante agonizante y entonces encarcelado.
En 1829 Kaspar sobrevivió a un primer intento de asesinado a manos de un extraño pero en la tarde del 14 de diciembre de 1832, fue atraído con engaños a un jardín abandonado y apuñalado en el pecho. Falleció luego de tres días de agonía.
La fama de Kaspar Hauser fue tan grande durante su vida que se lo conoció como "el niño de Europa”. La primer obra de teatro basada en su historia se representó antes de su muerte. Más de un siglo y medio después, Hauser sigue siendo la inspiración de miles de artículos y libros eruditos, así como lo fue de los trabajos de Verlaine, Rilke y Melville, de las películas de Werner Herzog y Peter Sehr, y de esta obra de Peter Handke, donde el autor arranca usando de la memoria colectiva al recurrir al nombre de Kaspar, para sostenerlo luego sólo como referencia y llevarnos a contemplar eso que él define como “LO QUE ES POSIBLE HACER con alguien”.
KASPAR no ha sido para mí un texto, una obra de teatro, algo para representar sobre un escenario. Ha sido y lo es aún una experiencia conmocionante. Conocí la obra en 1993 gracias al interés que ésta había despertado en Roberto Aguirre, director de teatro. Mi primera reacción fue de un profundo rechazo. Luego, el rechazo viró en fascinación, y más tarde en obsesión. Para ponerlo en palabras de Kaspar, supe que “había caído en la trampa”. A partir de allí KASPAR ya no me soltó, ya no me suelta más.
Durante meses, y con el objetivo de arribar a una escenificación del texto, donde yo asumiría el papel de Kaspar, intenté dejar que las palabras de Handke viajaran de un idioma al otro sin olvidar la forma, la estructura que las contenía. El resultado está ahora a la vista, gracias al interés manifestado por Edgardo Russo y Fabián  Lebenglik de dar a conocer esta traducción. Quizá lo más valioso de ella sea que nació por la necesidad de ser actuada, no con el objetivo de ser traducida. Por eso en la búsqueda de encontrar las palabras adecuadas, siempre estuvo puesta la atención no sólo en el significado, lo más literal posible, sino en el sonido, en la musicalidad que el texto contiene. Porque no se trata aquí solamente de comprender lo que está puesto en palabras, sino de quedarse en las palabras, detenerse allí, rodearlas, escucharlas, dejarlas entrar en nuestra conciencia sintiéndolas cortantes como cuchillos o suaves como caricias. En el texto de Handke la forma da lugar al contenido y la palabra emerge del juego propuesto por el autor como protagonista absoluta de lo que él denomina “investigación verbal” y que en la práctica resulta en tortura.
El 11 de mayo de 1968 fue representada por primera vez por el equipo teatral TAT en Frankfurt bajo la dirección de Klaus Peymann. Paralelamente, Günther Büch la escenificaba en el teatro estatal de Oberhausen. Desde aquellos días de “ideales” del ’68 hasta la actualidad, ha transcurrido un tiempo en el que el mundo parece haber decidido desnudar el horror en el que vivimos sumergidos, mostrando, obscenamente, “lo que es posible hacer con alguien”. Sin el menor respeto a la dignidad de la vida y hundiéndonos irreflexivamente en un mundo voraz y cruel, dejamos que se nos construya, como a Kaspar, para ser funcionales. Confundimos la ilusión creada por la palabra con la realidad y así, tranquilamente, vamos cediendo nuestra identidad al sistema hasta que este nos hace desaparecer. Sólo entonces “funcionamos”, cuando dejamos de ser.
KASPAR contiene una profunda crítica social, que no se detiene, sin embargo, en discutir sobre la superficie, sino que llega al fondo del asunto al cuestionar la estructuración de la realidad por medio de la palabra, de la que somos responsables. No podemos rehuir el modo de conformar la realidad que habitamos, pero sí podemos elegir cómo usar de las estructuras para conformar un contenido más adecuado con el fin de generar una sociedad fundada en valores diferentes de los que hoy nos constituyen. Este texto es mucho más que una obra de teatro que no pretende “contar una historia”. Para mí, y para todo el grupo que asumió la tarea de ponerla en escena, significó la oportunidad de volver a pensarnos, tomando conciencia de que todos somos “hablados” y “pensados” por otros, como Kaspar; pero que también contribuimos, como “apuntadores”, a que el círculo vicioso no se rompa nunca, escapando de las preguntas fundamentales del ser y negándole un sentido a la vida.

Gustavo Enrique Böhm

KASPAR fue estrenada con la actual traducción el 27 de mayo de 1994 en la sala "Olga Berg" de la Asociación Argentina de Actores. La dirección estuvo a cargo de Roberto AGUIRRE, y el elenco estuvo integrado por Gustavo Böhm como KASPAR; Sergio Aguirre, Sonia Brounstein, Julián Cavero, Julieta Ceolín, Alejandro Dufau, Leonardo Losardo, Jutta Lupprich, Santiago Ríos, Carlos Romero Franco, Beatriz Subrié, Hernán Varela como los APUNTADORES Y OTROS KASPARES. El vestuario fue responsabilidad de Héctor Leni; la ambientación, máscaras y maquillaje de Jutta A. Lupprich; la banda sonora de Angel Olivencia y la ayudantía de Dirección de Silvia Kohan.
KASPAR participó en el Festival Regional de Teatro (Pilar), en el Festival Teatrerías '94 (Dolores), en la FIESTA NACIONAL DEL TEATRO (Tucumán) y en la 1era. Muestra Teatral Provincial (Mercedes 1995), y realizó una gira por Pilar, Dolores, San Miguel de  Tucumán, Mercedes, Campana, Marcos Paz, Zárate, Villa Ballester, San Martín, Mar del Plata y La Plata. Recibió una mención a la MEJOR ACTUACION y el premio al MEJOR ESPECTACULO en el Festival Regional de Teatro (Pilar), así como el Premio a la MEJOR ACTUACION  MASCULINA y al MEJOR ESPECTACULO en el Encuentro Provincial TEATRERIAS '94 (Dolores). Fue galardonada además con los premios a la Mejor Dirección, Mejor Ambientación y Mejor Vestuario y participó en la FIESTA NACIONAL DEL TEATRO.
16 años

dieciséis años
estación del sureste
qué tiene
qué tiene
que hacer
estación del sureste
dieciséis años
qué tiene
qué tiene
el pibe
qué tiene
que hacer
qué tiene
qué tiene
que hacer
dieciséis años
estación del sureste
qué tiene
que hacer
el pibe
con sus
dieciséis años

ERNST JANDL

La obra Kaspar no muestra LO QUE REALMENTE SUCEDE o REALMENTE SUCEDIO con Kaspar Hauser. Muestra LO QUE ES POSIBLE HACER con alguien. Muestra como se puede hacer hablar a alguien hablándole. La obra podría también llamarse Investigación Verbal. Para ilustrar esa tortura proponemos al teatro que instale, en un lugar visible para todos los espectadores, por ejemplo encima del proscenio, una especie de ojo mágico, que, sin distraer al espectador de lo que ocurre en el escenario, señale a través de sus sobresaltos las tonalidades de voz con las cuales se dirigen al PROTAGONISTA. Cuanto más se defienda éste, más violentamente se dirigirán a él y con mayor agitación se sobresaltará el ojo mágico (podría emplearse también un indicador oscilante, como los que se usan en los juegos de fuerza). Las voces que se dirigen al protagonista, a pesar de ser siempre absolutamente inteligibles, deberían tener la manera de expresarse de aquellas voces, que en la realidad están distanciadas por un medio técnico: voces telefónicas, voces de locutores de radio y televisión, las voces de la información horaria en el teléfono, las grabaciones de contestadores automáticos, el modo característico de los relatores de fútbol y otros encuentros deportivos, los doblajes de las películas más hermosamente cursis de los dibujos animados estadounidenses, de la información de horario de trenes, de reporteros en entrevistas, de profesoras de gimnasia que adaptan su modo de hablar y de dar órdenes rítmicas al decurso de los movimientos indicados, de los cursos de idiomas, de policías a través de megáfonos, etc., etc. Todas estas formas de hablar pueden utilizarse en el texto, siempre y cuando expresen con claridad el SENTIDO o SINSENTIDO  de lo apuntado. Los espectadores no necesitan reconocer las formas características del hablar empleadas en cada momento. Las escenas en miniatura conviene que se proyecten aumentadas en el fondo de la escena.
Kaspar no tiene ningún parecido con un payaso; más bien se asemeja desde el principio, ni bien aparece en el escenario, al monstruo de Frankenstein (o a King Kong).
La escena ya está abierta. No ve el público la escenografía como reproducción de algún lugar situado en alguna otra parte, sino como simple imagen de un escenario. La escenografía representa el escenario. Ya desde la primera vista los objetos ubicados en la escena tienen una apariencia teatral: no por su carácter imitativo, sino su disposición relativa entre unos y otros no corresponde a la de la realidad. Pese a que los objetos son auténticos (de madera, acero, tela), reconocemos en ellos objetos de utilería. Son objetos para la actuación. No tienen historia. Al ver la escena, no les cabe imaginarse a los espectadores que en este escenario pueda haber estado transcurriendo una historia, antes de su ingreso a la sala. En el mejor de los casos podrían imaginarse que los tramoyistas dejaron los objetos desparramados aquí y allá por la escena. Tampoco pueden imaginarse que los objetos en el escenario van a servir para contar una historia que pretenda tener lugar en otro sitio que no sea el escenario: comprende enseguida que presenciarán un suceso situado en el mismísimo escenario y no en otra realidad. No van a asistir a una historia, sino a un hecho teatral. Este hecho teatral durará hasta la caída del telón al final de la obra: Como no ocurrirá una historia ante ellos, no pueden tampoco imaginarse una historia que continúe lo que han visto, a no ser una propia (o que los tramoyistas quitan nuevamente la utilería). En las particularidades, el escenario se ve de la siguiente manera: el límite de fondo de la escena está constituido por un telón que imita en tamaño y constitución al telón del escenario. Caen los pliegues con peso y proximidad tales que al público le sea difícil reconocer el lugar en que se abre. Los límites laterales del escenario no han sido alterados. Los accesorios de utilería se encuentran delante del telón de fondo: es evidente que serán utilizados como los accesorios de utilería de una exhibición de feria. Todos son nuevos, para que el público no imagine que se trata de un rejunte de cachivaches; para evitar esto, los objetos ocupan posiciones adecuadas a su finalidad: las sillas están de pie, la escoba apoyada, el cajón dentro de la mesa. Para que los espectadores, por otra parte, no supongan que visitan una exposición de muebles (al menos por el momento), los accesorios están dispuestos sin relación unos con otros, inclusive con falta de buen gusto, de manera tal que los espectadores reconocen el escenario en los objetos expuestos. Las sillas están ubicadas a tal distancia de la mesa, como si no correspondieran a ella; además no están dispuestas en un ángulo normalmente acostumbrado ni en relación a la mesa, ni entre sí, silla con silla, si bien tampoco pretenden representar la historia de un desorden. La mesa está ubicada con el cajón hacia el público. En otra parte del escenario hay otra mesa, más pequeña y baja, de tres patas. No hay nada en el centro del escenario. Dos sillas se encuentran en algún lugar de la escena, una tiene, por ejemplo, un respaldo de dos varillas, y la otra, de tres; una lleva un almohadón, la otra, no. En alguna parte del escenario, un sofá, medio escondido por el límite lateral de la escena para los espectadores ubicados en el centro de la sala (señala así el espacio escénico). Este sofá puede acoger en caso de necesidad hasta cinco personas. En otro lugar del escenario, una mecedora. En cualquier otro lugar del escenario, una escoba y una palita para recoger la basura, que pueden incluso llevar impreso: ESCENARIO, o el nombre de la sala donde se representa. En un lugar cualquiera del escenario, un tacho para papeles a todas luces vacío con el mismo sello que la escoba y la palita. Sobre la mesa grande, pero no en el centro, una botella de cuello ancho con agua y junto a ella un vaso de aspecto vulgar. En el fondo del escenario un armario de época, con una gran llave puesta. Todos los accesorios parecen provenir de diversas obras, sin que los espectadores puedan percibir el menor indicio de la historia de estas obras. A pesar de estar rejuntados la presencia de estos objetos no es chocante entre sí. Son de esa forma conocida e intemporal. La mecedora puede proceder tan bien de una subasta como de las grandes tiendas. Ningún objeto tiene rasgos particulares que despierten un algo misterioso. Delante y en el centro del proscenio, un micrófono.
El primer espectador que entra ve la escena iluminada con una luz muy tenue. Nada se mueve allí. Cada espectador cuenta con suficiente tiempo como para recrearse en cada objeto hasta quedar harto o hambriento de él. Finalmente, la luz de la sala comienza a apagarse con lentitud, como en cualquier obra de teatro, pero acompañada del suave sonido de un violín ("el sonido del violín es un sonido más extenso que el sonido de la guitarra" -Kaspar). Durante el espectáculo, la sala permanece a oscuras. (Mientras la sala se va llenando de público, podría darse lectura a este texto por los altavoces, en voz baja y luego repetirlo).

1

Detrás del telón de fondo se inicia un movimiento observable por los espectadores gracias a los movimientos del telón. Se inicia dicho movimiento en los lados izquierdo y derecho del telón, propagándose hacia el centro. Cuanto más se acerca al centro la persona oculta, tanto más empuja el telón escenario adentro. Lo que al principio es sólo un leve roce, pronto se convierte en tentativa de traspasar el telón, pues la tela cede al contacto.
A  los espectadores les resulta cada vez más evidente que alguien trata de penetrar en escena, sin haber encontrado todavía el paso. Tras varios intentos fallidos en puntos que no tienen salida -el público oye los ruidos de la batalla emprendida contra el telón- la persona invisible finalmente da con la abertura, sin haberla buscado siquiera.
A la mano que primeramente es visible, la sigue con lentitud el resto del cuerpo. La otra mano se agarra al sombrero puesto, para que no se lo lleve el telón. La figura hace un pequeño movimiento sobre el escenario, con el que consigue librarse del telón, que se cierra tras de sí. Kaspar está parado en escena.

2

Los espectadores tienen la ocasión de contemplar las facciones y el traje de Kaspar: él está parado ahí.
Su presentación es teatral. Lleva sombrero de ala ancha, con una cinta de adorno; la camisa clara, de cuello cerrado; una chaqueta de colores con muchos botones metálicos (unos siete); pantalón ancho; zapatos pesados.; en uno de los zapatos, por ejemplo, se ha soltado el cordón. Tiene un aire de "estar para que lo encierren".
Los colorines de su traje contrastan con los matices del escenario. Sólo a segunda o tercera vista los espectadores perciben que la cara es una Máscara; que los colores de ese rostro con pálidos; que parece muy real, como una cara auténtica, adaptada quizá perfectamente al rostro; su expresión denota asombro y desconcierto. La máscara es redonda, porque en los rostros anchos y redondos la expresión del asombro es más teatral. No hace falta que Kaspar sea un tipo alto. Está parado allí y no se mueve de su lugar. Es el asombro personificado.

3

Se pone en movimiento. Una de las manos sigue agarrada al sombrero puesto. Su manera de andar es artificiosa y mecánica, así no anda nadie. Por otra parte, tampoco anda como una marioneta. Su manera de andar se compone de muchas maneras de andar que se suceden en rápido cambio, una tras otra.
El primer paso lo da con la pierna extendida, seguida por un segundo pie vacilante, inseguro; el próximo paso lo realiza de forma inversa; levanta exageradamente una de las piernas, arrastrando la otra como si le pesara; da el tercer paso con los pies planos e inicia el cuarto equivocándose de pie, de modo que el próximo paso es preciso que adelante exageradamente el otro, para poder ponerlos al mismo nivel; a continuación, avanza con la pierna derecha hacia el lado derecho, y con la pierna izquierda hacia el lado izquierdo, cada vez más rápido, cada vez más a punto de caerse. Por un pelo se hubiera desplomado. Dado el paso siguiente, una de las piernas no acierta en esquivar la otra, y Kaspar se propina una buena patada, corriendo nuevamente el riesgo de una caída; otro paso más y lo da tan largo que sus piernas abiertas casi tocan el suelo, como en un Spagat; le cuesta mucho salir de esta postura, arrastrando penosamente la otra pierna; la primera, entretanto, ha pretendido independizarse a la mayor velocidad posible, pero lo hace en dirección equivocada, de modo que Kaspar por poco vuelve a perder el equilibrio; otro paso más, si cabe más precipitado todavía; adelanta el pie, pisando fuerte en la punta, pero coloca el segundo pie con la punta mirando hacia atrás; al tratar de ponerlos a un mismo nivel, no lo consigue, y cae dando vueltas alrededor de su propio eje, y cayéndose definitivamente al suelo (lo que el público se estaba temiendo desde el principio). Anteriormente, no había dirigido sus pasos directamente hacia los espectadores; avanzaba en forma espiral, cruzando para allá y para acá el escenario, por cierto nada pequeño. No se trataba de pasos propiamente dichos, se trataba más bien de un modo de desplazarse intermedio entre la continua amenaza de una caída y un continuar entrelazado, la mano siempre agarrada al sombrero en la cabeza, incluso durante la caída definitiva.
Después de la misma, el público ve a Kaspar sentado en el piso con las piernas cruzadas desprolijamente. No se mueve, sólo la mano agarrada al sombrero comienza a independizarse; se desliza poco a poco, alejándose de la cabeza y cayendo por el cuerpo. La mano se bambolea todavía un poco, hasta que se detiene ella también totalmente. Kaspar está sentado allí.

4

Comienza a hablar. Sólo dice una única frase: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ. En el decir de la frase se escucha claramente que no tiene idea de lo que significa, no expresa nada, a no ser el hecho de que no tiene idea de la frase que dice. La repite varias veces, a intervalos regulares.

5

En la misma posición sobre el piso, repite Kaspar la frase, ahora de las más variadas maneras. Con una expresión de terquedad; con un aire interrogante; pregonando la frase; diciéndola como un verso; mascullándola con alegría; con desahogo; con rabia e impaciencia; con puntos suspensivos; con una notable angustia; como si fuese un saludo, la invocación de una letanía, la contestación  de una pregunta, una orden, un ruego. Y luego, quizá monocorde, la canturrea. Finalmente la grita.

6

Como así no adelanta, se para. Lo intenta primeramente de un solo movimiento. No lo logra. Se cae al suelo desde una postura semilevantada. Se cae en el segundo intento, cuando casi estaba parado. Ahora saca las piernas lentamente de abajo, con lo que las puntas de los pies, por ejemplo, quedan atrapadas tras las rodillas, en las corvas. Finalmente se ayuda con las manos y separa las piernas. Las estira. Las mira. Dobla al mismo tiempo las rodillas y las lleva contra sí. De pronto se pone en cuclillas. Mira como se aleja de él el piso. Señala, con toda la mano, hacia el piso que se va alejando. Dice su frase asombrado: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ. Ahora está parado allí, da vuelta la cabeza de un lado a otro, hacia los objetos, y dice nuevamente la frase: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

7

Comienza nuevamente a desplazarse, con un andar artificial, pero regular: por ejemplo los pies están vueltos muy hacia dentro, las rodillas muy tensas; los brazos le cuelgan flojos, también los dedos cuelgan flojos. Dirige la frase a una silla, no de manera totalmente monótona, pero tampoco expresando algo: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ. Dirige la frase a otra silla, expresando con ella que la primera silla no se ha dignado a escucharlo: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ. Prosigue su camino, dirigiendo la frase a la mesa, para expresar con ella que las dos sillas no se han dignado a escucharlo: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ. Caminando, dirige la frase al armario, expresando que el armario no le oye: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ. Dice nuevamente la frase delante del armario, pero esta vez sin expresar nada: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ. Su pie tropieza con el armario, como casualmente. Su pie de nuevo tropieza con el armario, como intencionalmente. Y vuelve a tropezar su pie, por tercera vez, con el armario; y entonces se abren las puertas. El público se percata de que el armario es quizá un hueco en que cuelgan, por ejemplo, una serie de trajes de teatro, de colores alegres. Kaspar no reacciona ante el movimiento de las puertas, se ha dejado empujar un poco hacia atrás, eso es todo. Permanece quieto, hasta que vuelvan a la inmovilidad las puertas del armario. Ante las puertas abiertas, reacciona con su frase: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

8

De ahora en adelante, los acontecimientos sucederán en tres planos:
Primero: Kaspar se desplaza sobre el escenario, ahora no haciéndose a un lado de los objetos, sino tocándolos (y más);
Segundo: Kaspar dice su frase cada vez que ha hecho algo con cada objeto;
Tercero: de todas partes se oyen las voces de los Apuntadores, que llevarán a Kaspar por medio del habla a hablar.
Resulta el proceso siguiente: los espectadores simultáneamente ven a Kaspar yendo del armario al sofá y oyen hablar desde todos lados.
[En la versión original, el autor propone dos columnas que muestran, en paralelo, el texto y acciones de Kaspar, por un lado, y el texto de los Apuntadores y las acotaciones referidas a ellos, por el otro. Las columnas se sostienen hasta la sección 50 y se retoman en la 61, después del entreacto. Luego, esta diagramación desaparece al callarse los Apuntadores en la sección 64, pero se recupera al final de la obra].
Los apuntadores, quizá tres personas, no están a la vista. Sus voces pueden provenir de cinta grabada. Hablan sin pasarse de tono, ni demasiado alto, ni demasiado bajo; es decir,  hablan sin recurrir a los medios usuales de expresión de la ironía, del humor, de la camaradería, del calor humano; pero tampoco recurren a los medios usuales de expresión de lo tétrico, de lo fantasmagórico, de lo parapsíquico y de lo metanatural; hablan de forma inteligible. Dicen, a través de una buena disposición espacial, un texto que no es el suyo. No hablan formando un significado con los medios usuales, actúan el hablar, con un esfuerzo supremo de las voces, incluso cuando hablan bajo.

Mientras los apuntadores dicen su texto Kaspar se acerca al sofá. Descubre las hendiduras entre los distintos elementos del sofá. Mete la mano en una de las hendiduras. Ya no puede sacar la mano. Mete la otra mano a medias para ver si consigue sacar la primera. Ya no consigue sacar ninguna de las dos manos de la hendidura. Tira del sofá y libera de golpe ambas manos, arrancando también uno de los elementos del sofá que da contra el piso.

APUNTADORES.-
Ya tenés una frase con la que podés lograr que los demás te noten, te podés hacer notar con la frase en lo oscuro para que no te tomen por un gato en la noche. Ya tenés una frase con la que podés decirte a vos mismo lo que no podés decir a los demás. Ya tenés una frase con la que podés negar tu misma frase.

Mirándolo todo un momento, Kaspar repite su frase:
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

LOS APUNTADORES MAS O MENOS DEJAN DE HABLAR EN EL MOMENTO EN QUE KASPAR HA HECHO ALGUNA COSA CON UNO DE LOS OBJETOS. EL ELEMENTO DEL SOFA SE CAE EN EL MISMO INSTANTE EN QUE LOS APUNTADORES TERMINEN UNA FRASE. A LA FRASE DE KASPAR, DESPUES DE SU ENCUENTRO CON LOS OBJETOS, ANTECEDE UN PEQUEÑO SILENCIO.

9

Kaspar se acerca a la mesa. Ve el cajón de la mesa y trata de girar el botón, pero no lo consigue. Tira del cajón, que se deja sacar un poco. Vuelve a tirar del cajón, que sale atravesado, pero no del todo. Vuelve a tirar del cajón, que pierde el equilibrio y se cae al suelo. Del cajón se precipitan una serie de objetos: cubiertos, una caja de fósforos, monedas.

APUNTADORES.-
La frase te es más útil que una palabra. Una frase podés decirla hasta el final. Con una frase te podés poner cómodo. Te podés entretener con la frase, y haber, entre tanto, avanzado unos pasos. Podés hacer pausas con la frase. podés enfrentar una palabra a la otra: comparar una palabra con la otra. Sólo con la frase, no con una palabra, podrás tomar la palabra.

Mirándolo todo un momento, Kaspar repite su frase:
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

10

Kaspar se acerca a una silla. Trata de caminar en línea recta, pese a que la silla le cierra el paso. Empuja la silla al andar. Sigue andando. Al seguir andando, intenta liberarse de la silla, pero se enreda de forma cada vez más peligrosa en la silla. Cuando, por fin, cree tener que rendirse, se libra por eso mismo. Le da una patada a la silla, que sale volando y se cae.

APUNTADORES.-
Podés hacerte el tonto con la frase. Con esta frase te podés afirmar frente a otras frases, y para abrirte el paso dar un nombre a todo lo que te cierra el paso; hacerte familiares todos los objetos. Podés, con la frase,   convertir todos los objetos en tu frase. Con esta frase te pertenecen todos los objetos. Con esta frase son todos los objetos tuyos.

Mirándolo todo un momento, Kaspar repite su frase:
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

11

Kaspar se acerca a una mesita. La mesita tiene tres patas. Kaspar levanta la mesita con una mano y tira con la otra de una de las patas, pero no se le puede arrancar la pata. Gira la pata, primero en el sentido equivocado. Vuelve a girarla, en la buena dirección esta vez, y consigue sacar la pata.  Pero mantiene en equilibrio la mesa con la otra mano. Poco a poco, retira la mano, hasta que la mesa descansa tan sólo en las puntas de sus dedos. La mesa se cae.

APUNTADORES.-
Para resistir. Una frase para despistar. Tenés una frase con la que podés contar una historia. Tenés una frase que podés masticar cuando estás hambriento. Una frase con la que podés hacerte el loco, con la que podés volverte loco. Una frase para estar loco. Para seguir loco. Una frase para pasearte. Para confundirte. Para vacilar. Para contar tus pasos.

Mirándolo todo un momento, Kaspar repite su frase:
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

12

Kaspar se acerca a la mecedora. Da una vuelta alrededor de ella; toca, como casualmente, la mecedora. La mecedora se pone en movimiento. Kaspar retrocede un paso. La mecedora se mueve. Kaspar retrocede otro paso. La mecedora deja de moverse. Kaspar da dos pasos más, esta vez hacia la mecedora, y con el pie, la pone en movimiento. Al mecerse le da con una mano, moviéndola más violentamente. Al mecerse más violentamente la mecedora le da con el pie, aún más violentamente, de modo que la mecedora se mece ahora con peligrosa violencia. Vuelve a darle otro golpe con el pie, y cuando la mecedora está a punto de volcarse, no sabiéndose por unos instantes si caerá o no, le da con la mano un ligerísimo golpe, pero suficiente para que vuelque. Kaspar echa a correr al volcarse la mecedora. Luego retorna, paso a paso.

APUNTADORES.-
Tenés una frase, que podés decir desde el principio al fin, y desde el fin al principio. Tenés una frase para afirmar y negar. Para renegar. Tenés una frase con la que podés cansarte y despabilarte. Con la que te podés vendar los ojos. Tenés una frase con la que podés poner en orden cualquier desorden. Con la que podés calificar de orden relativo cualquier desorden mayor. Con ella podés declarar desorden cualquier orden, ponerte vos mismo en orden. Borrar todo desorden. Ya tenés una frase que te puede servir de ejemplo.  Una frase que podés colocar entre vos y todo lo demás.  Vos sos el dueño feliz de una frase que te hará posible cualquier orden imposible y cualquier desorden real y posible, imposible.  Que te extirpará cualquier desorden.

Mirándolo todo un momento, Kaspar repite su frase:
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

13

Kaspar mira hacia todos lados. Hay una escoba apoyada. Se acerca a ella. Aumenta el ángulo de inclinación de la escoba, aproximándola un poco a su cuerpo con el pie o con la mano. Vuelve a tirar un poco más de la escoba, aumentando aún más su ángulo de inclinación. Vuelve a tirar una tercera vez -muy poquito- y, lentamente, la escoba empieza  deslizarse, cayendo finalmente al suelo.

APUNTADORES.-
No podés ya imaginarte nada sin la frase. Sin la frase no podés ver ningún objeto. No podés dar ni un paso sin la frase. Podés acordarte con la frase, porque en el último paso dijiste la frase, y podés acordarte del último paso, porque dijiste la frase.

Mirándolo todo un momento, Kaspar repite su frase:
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

14

Kaspar se acerca a la silla que aún está de pie. Se para delante de la silla. Permanece parado delante de la silla todo el tiempo que dure esta frase. De repente, se sienta.

APUNTADORES.-
Podés oírte. Te volvés atento, atento a vos mismo con la frase. Te volvés atento a vos mismo. Tropezás con algo, algo que    interrumpe tu frase, algo que te permite estar atento al hecho de que tropezaste con algo. Te volvés atento. Podés volverte atento. Estás atento.

Mirándolo todo un momento Kaspar trata de repetir su frase:
QUISIERA SER COMO AQUEL.

Por el momento ha sido llevado a la interrupción.

15

Kaspar permanece sentado. Permanece callado.

APUNTADORES.-
Aprendés a detenerte con la frase, y con la frase aprendés que te detenés.  Y con la frase aprendés a oír. Y con la frase aprendés que oís. Y con la frase aprendés a dividir el tiempo en el tiempo anterior y posterior a decir la frase, y aprendés con la frase que dividís el tiempo. Como aprendés con la frase que estabas en otra parte al decir por última vez la frase. Como aprendés ahora, con tu frase, que estás en otra parte. Y con la frase aprendés a hablar. Y con la frase aprendés que hablás. Y con la frase aprendés que decís una frase. Y con la frase aprendés a decir otra frase, al igual  que aprendés que  existen otras frases. Igual que aprendés otras frases.  Y aprendés a aprender. Y con la frase aprendés que existe el orden. Y aprendés a aprender el orden.

LA ESCENA SE OSCURECE.

16

APUNTADORES.-
Todavía podés esconderte tras la frase: ocultarte: renegarla. La frase puede aún significarlo todo.

17

La escena se ilumina. Kaspar permanece sentado y callado. Nada demuestra que pueda estar escuchando. Se le está enseñando a hablar. El quiere retener su frase. A través de la pronunciación de otras frases se le va quitando poco a poco la propia. Está desconcertado.

APUNTADORES.-
La frase no te hace aún daño ninguna palabra. Te hace daño. Cada palabra te hace. Daño, pero no sabés que lo que te hace daño es una frase la. Frase te hace daño, porque no sabés que es una frase. Hablar te hace daño, pero no te hace. Daño nada te hace daño, porque no sabés aún lo que es. Hacer daño es todo te hace daño, pero nada. Te hace realmente daño, la frase no te hace. Aún daño, porque no sabés aún que es una frase. Aunque no sabés que es una frase, te hace daño porque no sabés que es una frase que te hace. Daño.

KASPAR.-
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

Durante la siguiente andanada de frases de los apuntadores, Kaspar se defiende con la suya:

QUISIERA.
QUISIERA SER COMO UNA VEZ.
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE UNA VEZ.
OTRO.
AQUEL OTRO.
AQUEL.

APUNTADORES.-
Empezás, con vos mismo vos, sos una, frase vos, podrías formar de vos mismo innumerables, frases, estás sentado ahí, pero vos no, sabés que, estás sentado vos. No podés formar de, vos mismo ninguna frase, estás sentado tu, chaqueta está abrochada. El cinturón, de tu, pantalón está, demasiado flojo, no tenés cordón de zapato vos, no tenés, cinturón tu chaqueta, está abierta, pero no está, ahí del todo vos, sos un cor, dón de zapato suelto. No podés defenderte de ninguna frase.

KASPAR.-  (Vuelve a afirmar su frase)
QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ.

Durante el siguiente bloque de los apuntadores, Kaspar continúa resistiéndose:
HA SIDO.
OTRO SER SIDO.
OTRO AQUEL.
SER COMO.
SER QUISIERA SER.
AQUEL SER.
HA SIDO UNA.
AQUEL.
QUISIERA OTRO.
QUISIERA SER OTRO.
COMO AQUEL OTRO.
UNA VEZ OTRO.
HA SIDO OTRO.
COMO UNA VEZ.
QUISIERA COMO AQUEL QUE.

APUNTADORES.-
El cordón te hace daño. No te hace daño por ser cordón sino porque te falta esa palabra. Y la diferencia entre cordón suelto y cordón atado te hace daño, porque no sabés la diferencia entre cordón suelto y cordón atado. La chaqueta te hace daño, y los pelos te hacen daño. Vos, aunque no te hacés daño, te hacés daño. Te hacés daño porque no sabés lo que vos es.  La mesa te hace daño y el telón te hace daño. Las palabras que oís, las palabras que decís te hacen daño.  Nada te hace daño porque no sabés lo que es hacer daño, y todo te hace daño, porque no sabés lo que significa la palabra: Dañar.

KASPAR.- (Primera variante)
QUISIERA SER COMO AQUEL OTRO QUE OTRO AQUEL HA SIDO UNA VEZ.
Luego, siempre paralelamente a los apuntadores, Kaspar se defiende más intensamente, pero con menor éxito:
UNA.
SER.
AQUEL.
HA SIDO.
QUISIERA.
OTRO.

APUNTADORES.-
Oís frases: algo semejante a tu frase: algo comparable, comparás. Podés enfrentar tu frase a otras frases, y por fin conseguir algo: habituarte al cordón suelto. Te acostumbrás a otras frases, de las que ya no podés prescindir. No podés imaginar tu frase sola, ya no es tu frase: ya buscás otras frases. Una cosa se ha vuelto imposible: y otra se ha vuelto posible.

KASPAR.-
OTRO AQUEL COMO UNA VEZ QUISIERA HA SIDO.
Durante la siguiente parrafada de los apuntadores, Kaspar se defiende todavía con más fuerza, pero con menor éxito aún:
¡SIDOHAS!
¡OTREL!
¡AQUTREL!
¡RAQUES!
¡SERSID!
¡SHER!

APUNTADORES.-
¿Dónde estás sentado? Estás sentado tranquilamente. ¿De qué hablás? Hablás lentamente. ¿Qué respirás? Respirás regularmente. ¿Dónde hablás? Hablás rápidamente. ¿Qué respirás? Expirás e inspirás.  ¿Cuándo te sentás? Te sentás más tranquilamente. ¿Dónde respirás? Respirás más rápidamente. ¿Cuándo hablás? Hablás más alto. ¿Qué estás sentado? Respirás. ¿Qué respirás? Hablás. ¿Qué hablás? Estás sentado. ¿Dónde estás sentado? Expresás e "impresás".

KASPAR.-
SHOR QUETRE SIERDO VEZA ARTE

LOS APUNTADORES APUNTAN A KASPAR CON VIOLENCIA.

APUNTADORES.-
Ordenar. Colocar. Apoyar. Ubicar.

Kaspar articula una larga "i".

APUNTADORES.-
Colocar. Ordenar. Apoyar. Ubicar. Apoyar. Colocar. Ordenar. Ubicar.

Kaspar articula una "n" no tan larga. (Pronuncia la letra "n" sola, sin las palabras auxiliares que sirven para pronunciar el alfabeto.

APUNTADORES.-
Ubicar. Apoyar. Colocar. Ordenar.

Kaspar articula una "s" más corta.

APUNTADORES.-
Ordenar. Colocar. Apoyar. Sentado.

Kaspar articula una "r" breve, formal y dificultosa.

APUNTADORES.-
Colocar. Ordenar. Sentado. Acostado. Sentado. Acostado. Ordenar. Parado.

Kaspar dice una "p", tratando de alargarla como a las otras letras, y, claro está, no lo consigue.

APUNTADORES.-
Parado. Sentado. Acostado. Ordenar.

Kaspar articula una "t" formal y dificultosa.

APUNTADORES.-
Acostado. Parado. Sentado. Ser ordenado.

Kaspar pronuncia con extrema dificultad una "d").

Kaspar se esfuerza en producir algún ruido por medio de movimientos, dando, por ejemplo, patadas en el suelo, frotando el suelo con los pies, desplazando la silla hacia atrás y hacia adelante, rascándose la ropa, etc.

LOS APUNTADORES HABLAN AHORA CON MAYOR TRANQUILIDAD, SE SIENTEN MUY SEGUROS DE LOS QUE HACEN.

APUNTADORES.-
¿Oír? ¿Quedarse? ¿Abrir? ¡Oír! ¡Quedarse!! ¡Abrir!!!

Kaspar realiza esfuerzos descomunales para producir al menos un solo sonido. Lo intenta con los pies y manos. No lo logra. Sus esfuerzos acústicos -acrobáticos se debilitan cada vez más, hasta que, por fin, deja también de moverse. Han conseguido que Kaspar se calle. Le han quitado su frase. Unos momentos de silencio.

LOS APUNTADORES DEJAN QUE SE ESFUERCE Y PERMANECEN EN SILENCIO.

18

Kaspar es llevado a hablar. Poco a poco se le incita a hablar por medio de materiales de lenguaje.

APUNTADORES.-
La mesa está de pie. Se ha caído la mesa. La silla se ha caído. La silla está de pie. ¿Está la silla caída o de pie? La silla se ha caído, pero la mesa está de pie. ¡La mesa está de pie o caída! ¿No está la silla caída, ni está la mesa de pie, ni está la silla de pie ni está la mesa caída?  Estás sentado sobre una silla caída.

Kaspar permanece aún en silencio.

APUNTADORES.-
La mesa te da asco.  Pero la silla es un asco porque no es una mesa. Pero la escoba es un asco porque la silla no es una mesa. Pero tu cordón es un asco porque la escoba no es una silla. Pero la escoba no es un asco porque es una mesa. Pero la silla no es un asco porque es tanto la mesa como el cordón. Pero el cordón no es un asco porque no es ni la silla, ni la mesa, ni la escoba. Pero la mesa es un asco porque es una mesa. Pero mesa, silla, escoba y cordón son un asco porque se llaman mesa, silla, escoba y cordón. Te dan asco porque no sabés como se llaman.

KASPAR.- (Empieza  hablar)
VENIDO A MENOS.

LOS APUNTADORES, MIENTRAS TANTO, CONTINUAN ATIBORRANDOLO DE PALABRAS DESQUICIANTES.

KASPAR.- (Empieza a hablar un poco):
PORQUE.
A MENUDO.
A MI.
NUNCA.
AL MENOS.
HACIA DENTRO.
ADELANTE.
PARA MI.
NADA.
A PESAR.
COMO.

APUNTADORES.-
Pues un armario en el que estás sentado es una silla. ¿Verdad? O una silla en la que estás sentado es un armario. ¿Verdad? O una mesa que está en el lugar del armario, es una silla, si estás sentado encima, ¿verdad? O una silla en la que estás sentado es un armario, si puede abrirse con llave y cuelgan vestidos dentro. Aunque esté en el lugar de la mesa y podás barrer con ella el suelo.  ¿Verdad que es verdad?

KASPAR.-
PORQUE A MI YA AL MENOS AQUI.
Mientras los apuntadores siguen atiborrándolo de palabras, Kaspar se acerca cada vez más a una frase ordenada:
EN LAS MANOS.
A LO LARGO Y ANCHO.
O ALLI.
CAIDO.
GOLPEADOS LOS OJOS.
NADIE ES.
NI A CASA VUELVE.
AL POZO.
OJOS DE CABRA.
CISTERNA.
COMO OSCURO.
LLAMADO A MUERTE.

APUNTADORES.-
Una mesa es una palabra que podés aplicar al armario, y tenés un armario real y una mesa posible, en lugar de la mesa, ¿y entonces? Y una silla es una palabra que aplicás a la escoba, de modo que tenés una escoba real y una silla posible en lugar de la silla, ¿y entonces? Y una escoba es una palabra que podés aplicar a tu cordón, y tenés un cordón real y una escoba imposible, en lugar del cordón, ¿y entonces? Y un cordón es una palabra que aplicás a la mesa, de modo que no tenés de pronto ni una mesa, ni un cordón, en lugar de la mesa. ¿Y entonces?

KASPAR.-
SI YO YA AQUI A MI AL MENOS SEGUIR DICIENDO.
Mientras los apuntadores continúan con su siguiente bloque, Kaspar paralelamente, dice:
ANGUILAS. CORRER. ASADO.
ATRAS. DERECHA. TARDE.
CABALLO. NUNCA. PARADO.
GRITAS. RAPIDO. PUS.
GEMIS. GOLPES. ATRAS.
ARRASTRAS. CHOZA. RODILLA.
TENSAS. VELA. ENSEGUIDA.
RESISTIS. ESCARCHA. SALTAS.
ESPERAS. UNICO. RATAS.
MAS LEJOS. VIVIENTE. PEOR.
DEBES. IBAS. SI.

APUNTADORES.-
La silla todavía te hace daño, pero la palabra silla ya te alegra. La mesa todavía te hace daño, pero la palabra mesa ya te alegra. El armario te hace daño todavía, pero la palabra armario ya te alegra más. La palabra cordón ya te hace menos daño, porque la palabra cordón te alegra cada vez más.  La escoba te hace tanto menos daño cuanto más te alegra la palabra escoba. Las palabras ya no te hacen daño, si la palabra palabras te alegra.  Las frases te alegran tanto más cuanto más te alegra la palabra frases.

KASPAR.-
ENTRADO HE SILLA SIN ANDRAJOS EN EL CORDON DEL ZAPATO, QUE HABLADO SIN VIDA ENTRETANTO GOLPEASTE EN LOS PIES, SIN ESCOBA EN LA MESA, QUE CAIDO A CIERTA DISTANCIA ESTABAS DE PIE ANTE EL ARMARIO, APENAS DOS GOTAS SALVADORAS EN EL CAJON.

APUNTADORES.-
Palabras y cosas. Silla y cordón. Palabras sin cosas. Silla sin escoba. Cosas sin palabras. Mesas sin cosas. Armario sin cordón. Palabras sin mesa. Ni palabras ni cosas. Ni cosas ni cordón. Ni cordón ni palabras. Ni palabras ni mesa. Mesa y palabras.  Palabras y silla sin cosas. Silla sin cordón sin palabras ni armario. Palabras y cosas. Cosas sin palabras. Palabras sin  cosas ni palabras ni cosas Palabras y frases. Frases, frases, frases.

KASPAR.- (Dice una frase ordenada)
ANTES, CUANDO AUN ESTABA LEJOS, NO TENIA NUNCA TANTOS DOLORES EN LA CABEZA Y NO ME TORTURABAN TANTO COMO AHORA, DESDE QUE ESTOY AQUI.

La escena se oscurece.

19

La escena se ilumina. Comienza a hablar lentamente:
KASPAR.-
DESPUES DE HABER, AHORA YA LO VEO, ENTRADO, PUSE, AHORA YA LO VEO, EL SOFA EN DESORDEN, DESPUES DEJE ABIERTA LA, AHORA YA LO VEO, PUERTA DEL ARMARIO, EN LA QUE, AHORA YA LO VEO, ME HABIA, AHORA YA LO VEO, ENREDADO EL PIE, DESPUES ARRANQUE, AHORA YA LO VEO, EL CAJON DE LA MESA, DESPUES VOLQUE, AHORA YA LO VEO, OTRA MESA, DESPUES TAMBIEN VOLQUE, AHORA YA LO VEO, UNA MECEDORA, ASI COMO OTRA SILLA Y UNA ESCOBA, AHORA YA LO VEO. TRAS LO QUE AHORA, (SOLO AHORA LO VEO), ME FUI HACIA LA UNICA SILLA QUE AUN QUEDABA EN PIE, Y TOME ASIENTO. NO OIA NADA, NI VEIA NADA Y ME ENCONTRABA BIEN.
Se levanta.
AHORA ME HE LEVANTADO Y HE NOTADO EN SEGUIDA, Y NO SOLO AHORA, QUE MI CORDON ESTABA SUELTO. PORQUE SE HABLAR AHORA, PUEDO ATARME EL CORDON ORDENADAMENTE. DESDE QUE SE HABLAR, PUEDO AGACHARME HACIA EL CORDON, ORDENADAMENTE. DESDE QUE SE HABLAR, PUEDO PONER TODO EN ORDEN.
Se agacha para atarse el cordón del zapato. Avanza un pie para poder agacharse mejor hacia el cordón. Pero el cordón está parcialmente debajo de la suela del otro pie, y Kaspar se tambalea al avanzar, cayéndose tras un intento, momentáneamente casi logrado, pero a la postre, fallido de mantenerse en pie. Con él cae al suelo la silla en que antes estaba sentado. Tras un momento de silencio:
DESDE QUE SE HABLAR, PUEDO LEVANTARME ORDENADAMENTE; PERO LAS CAIDAS DUELEN, DESDE QUE SE HABLAR; PERO EL DOLOR DE LAS CAIDAS DUELE MENOS, DESDE QUE SE HABLAR DEL DOLOR; PERO LAS CAIDAS DUELEN MAS, DESDE QUE SE QUE OTROS PUEDEN HABLAR DE MIS CAIDAS; PERO LAS CAIDAS NO DUELEN EN ABSOLUTO, DESDE QUE SE, QUE SABEN QUE PUEDO OLVIDAR EL DOLOR; PERO EL DOLOR NO SE DETIENE MAS, DESDE QUE SE, QUE ME PUEDO AVERGONZAR DE LAS CAIDAS.

20

APUNTADORES.-
Desde que sabés decir una frase ordenada, comparás lo que descubrís con esa frase ordenada, de modo que esa frase se convierte en ejemplo. Cada objeto que descubrís es tanto más simple cuanto más simple es la frase con la que lo describís. Cualquier objeto será un objeto ordenado si tras una frase corta y simple no suscita más preguntas. Un objeto estará en orden si una frase corta y simple lo define por completo. Ese objeto estará en orden si no precisás contar su historia. Para un objeto ordenado no precisás ni una frase. Para un objeto ordenado te basta con el nombre del objeto. Es a causa de un objeto en desorden como comienzan las historias. Vos mismo estás en orden cuando no necesitás contar tu historia. Estás en orden, cuando tu historia no se diferencia de ninguna otra historia. Cuando ninguna frase sobre vos provoca una frase opuesta.  No debés poder esconderte más detrás de ninguna frase. La frase sobre tu cordón y la frase sobre vos, tienen que ser en todo iguales, no tienen que diferenciarse en nada.

Paralelamente al texto anterior, Kaspar dice lentamente:

KASPAR.-
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!
¡APRENDER Y NO OLVIDAR!

21

Mientras los apuntadores dicen su texto, una luz sigue la mano de Kaspar, que se acerca al cordón del zapato abierto. Luego sigue a la otra mano de Kaspar, que también se acerca al cordón del zapato abierto. Kaspar ata el cordón de forma muy ostensible. Levanta los cabos enlazados y los anuda ostensiblemente en forma lenta. Forma un lazo con uno de los cabos y coloca el otro alrededor del primero, introduciéndolo luego en el lazo. Después aprieta el nudo.

APUNTADORES.-
La mesa está de pie. La palabra mesa ya te hace pensar en una mesa que está de pie. Ya no necesitás frase alguna. El paño está en el suelo. Si el paño está en el suelo hay algo que no está en orden. ¿Por qué está el paño en el suelo? El paño provoca ya otras frases. El paño tiene ya una historia: no tiene el paño presilla, o alguien lo ha tirado al suelo? ¿Está arrancada la presilla? ¿Ha sido arrancada la presilla? ¿Se ha estrangulado a alguien con el paño? El telón cae derecho. La palabra telón ya te hace pensar en un telón que cae derecho. Ya no necesitás frase alguna. Lo que se espera es un telón que cae derecho.

El primer orden se ha establecido. El foco se apaga.

22

Mientras los apuntadores dicen su texto, la luz sigue la mano de Kaspar, que sube por la chaqueta hasta llegar al cinturón que podría ser uno muy ancho. Luego sigue a la otra mano de Kaspar, que también se acerca al cinturón. Una de las manos saca el extremo del cinturón de sus muchos lazos, mientras que la otra lo aparta de la hebilla. Con la primera mano aprieta el cinturón, pasando con la segunda la hebilla por el próximo agujero. Como se ha apretado el cinturón, el extremo del mismo ahora resulta más largo todavía, esforzándose ambas manos en volver a pasarlo por los muchos lazos hasta que siente perfectamente el pantalón, sin lugar a dudas.

APUNTADORES.-
Una frase que suscita una pregunta es incómoda; con una frase así no podés sentirte a gusto. Importa que formés frases con las que podás sentirte a gusto. Una frase que requiere otra frase es fea y desagradable. Necesitás frases domésticas, frases muebles, frases que en el fondo te podrías ahorrar, frases que sean un lujo. Todos los objetos que aún te plantean preguntas ni son cómodos, ni son bellos, ni están en orden.
LAS PALABRAS SE REPARTEN POR LAS TRABILLAS POR LAS QUE KASPAR, EN ESOS INSTANTES, HACE PASAR LA CORREA.
Una de cada dos frases es: desordenada, fea, desagradable, incómoda, irresponsable, indiscreta y de mal gusto.

El pantalón está en orden. La luz se apaga.

23

Mientras hablan los apuntadores, la luz sigue a la mano de Kaspar, que se abrocha la chaqueta desde arriba hasta abajo, sobrándole el último botón de abajo. La luz enfoca el botón sobrante. Luego sigue la mano que desabrocha la chaqueta, más rápidamente que al abrocharla. Enfoca la mano de Kaspar y al último botón de arriba, que ahora ha sobrado. Después, sigue a las dos manos de Kaspar, que vuelven a abrochar la chaqueta, más rápidamente todavía que antes. Por esta vez lo logra. La luz nos muestra las manos de Kaspar en el botón inferior. Luego, las manos se apartan del botón.

APUNTADORES.-
Todo objeto ha de ser la imagen de un objeto. Toda mesa correcta es la imagen de una mesa. Toda casa ha de ser la imagen de una casa.
LAS PALABRAS SE REPARTEN POR LOS BOTONES QUE SE ABROCHAN.
Toda mesa correcta es: ordenada, bella, agradable, cómoda, grata y de buen gusto.
LAS PALABRAS SE REPARTEN POR LOS BOTONES QUE SE DESABROCHAN.
Cada casa que: yace, se derrumba, tambalea, hiede, arde, está vacía, o tiene duendes, no es una auténtica casa.
LAS PALABRAS SE REPARTEN DE NUEVO POR LOS BOTONES QUE SE ABROCHAN.
Cada frase que: no molesta, no amenaza, no apunta, no pregunta, no ahoga, nada quiere, nada afirma es la imagen de una frase.

La luz descubre que todo está perfectamente en orden. Después el foco se apaga.

24

Kaspar está completamente enfocado por la luz. Se ve claramente que la chaqueta no pega con el pantalón, ni en cuanto al color ni en cuanto al corte.

APUNTADORES.-
Una mesa es una auténtica mesa cuando la  imagen de la mesa corresponde a la mesa. No es aún una auténtica mesa cuando la imagen de la mesa sola, corresponde a la mesa,  pero la    imagen de la mesa y la silla juntas, no corresponde con mesa y silla. La mesa no es aún una mesa auténtica, verosímil, genuina, justa, conforme, ordenada, adecuada, bella, muy bella, bellísima, si vos mismo no armonizás con la mesa. Si la mesa es la imagen de una mesa, no podés cambiarla. Si no podés cambiar la mesa, habrás de cambiarte a vos mismo.  Habrás de hacer de vos la imagen de vos mismo como tendrás que hacer de la mesa la imagen de una mesa, y de cada frase posible la imagen de una frase posible.

Kaspar permanece tranquilo.

25

Kaspar pone en orden la escena. Perseguido con precisión por la luz, que subraya exactamente el decurso de las  acciones.  Kaspar se mueve para arreglar lo desarreglado, yendo de una cosa a otra. Además de ello, establece las relaciones acostumbradas entre los distintos objetos; de manera que, poco a poco, la escena empieza a adquirir un aire grato y casero. Kaspar crea, con su propio esfuerzo, las (tres) paredes de su casa. Cada uno de sus pasos, cada uno de sus movimientos resultan nuevos, un algo que llama la atención. De vez en cuando acompaña sus iniciativas con alguna frase. Cada vez que se interrumpe una acción se interrumpe una frase, cada repetición de una acción origina la repetición de la frase.

LAS ACCIONES DE KASPAR SE ACOMPAÑAN CON FRASES QUE DICEN LOS APUNTADORES. ESAS FRASES, PRIMERO SE ADAPTAN A LOS MOVIMIENTOS DE KASPAR, HASTA QUE LOS MOVIMIENTOS DE KASPAR POCO A POCO SE SOMETEN AL RITMO DE LAS FRASES. LAS FRASES SUBRAYAN LOS ACONTECIMIENTOS ESCENICOS, SIN DESCRIBIRLOS POR OTRA PARTE.

Hacia el final, sus acciones obedecen, en medida creciente, a las frases de los apuntadores, mientras que al principio las frases de los apuntadores se habían adaptado a las acciones de Kaspar. Primero pone en pie la silla en que antes se había sentado. Lo hace diciendo, más o menos, la frase siguiente:

KASPAR.-
PONGO EN PIE LA SILLA, Y LA SILLA ESTA DE PIE.
Pasa a la segunda silla y la pone en pie, esta vez con una sola mano. La luz enfoca la mano que agarra una de las varillas verticales del respaldo:

KASPAR.-
PONGO EN PIE LA SEGUNDA SILLA. YA SE CONTAR. LA PRIMERA SILLA TIENE DOS BARROTES, LA SEGUNDA SILLA TIENE TRES BARROTES. YA PUEDO COMPARAR.
Se agacha detrás de la silla tomando con ambas manos las dos varillas. Sacude las varillas:

KASPAR.-
TODO LO QUE TIENE BARROTES ES UNA SILLA.
Se rompe una varilla. La compone:

KASPAR.-
TODO LO QUE SE ROMPE ES SOLO EL BARROTE DE UNA SILLA. TODO LO QUE SE PUEDE ARREGLAR ES SOLO EL BARROTE DE UNA SILLA.
Se acerca a la mesa grande. Al arrodillarse esta vez, se sube el pantalón:

KASPAR.-
ME SUBO EL PANTALON POR ENCIMA DE LA RODILLA PARA QUE NO SE ENSUCIE.
Recoge rápidamente todas las cosas esparcidas por allí, con dos o tres movimientos. Toma con toda la mano un cuchillo:

KASPAR.-
TODO LO QUE CORTA ES SOLO UN CUCHILLO DE MESA. TODO LO QUE ESTA CON LA CARA HACIA ARRIBA ES SOLO UN NAIPE.
Trata de agarrar un fósforo con toda la mano. No lo consigue. Lo intenta de nuevo, con dos dedos. Lo consigue:

KASPAR.-
TODO LO QUE NO PUEDO AGARRAR CON LA MANO ENTERA ES SOLO UN FOSFORO.
Coloca rápidamente el cajón en la mesa. Aún tiene el fósforo en la mano. Nota que queda otro fósforo en el suelo y lo recoge. Vuelve a tomar el primero, y de nuevo se le cae el otro (los movimientos son muy exactos, perseguidos por la luz). Por primera vez, se sirve también de la segunda mano, y recoge el fósforo. Sostiene los fósforos en ambos puños. Ahora no le queda ninguna mano con la que pueda abrir el cajón. Se queda quieto delante del cajón. Finalmente pasa un fósforo a la otra mano:

KASPAR.-
PUEDO TENER UNA MANO LIBRE. TODO LO QUE SE PUEDE MOVER LIBREMENTE ES UNA MANO.
Abre el cajón con la mano libre, sacándolo mucho. Coloca los fósforos en el cajón, cerrándolo con una de las manos. De esta manera se agarra la otra con el cajón, tira de ella mientras la segunda mano sigue empujando el cajón hacia adentro. Redobla sus esfuerzos en ambas direcciones, hasta que por fin consigue librar la mano de un tirón, a la vez que la otra empuja dentro el cajón enérgica y ruidosamente. No se frota la mano, continúa inmediatamente con sus movimientos. Casi al mismo tiempo en que se escucha el ruido, levanta la mecedora volcada junto a la mesa, al instante recoge la escoba del suelo y la apoya nuevamente contra la pared. En seguida se arrodilla al lado de la mesita de tres patas, atornillándole la pata quitada. Lo hace diciendo a gran velocidad, las siguientes palabras:

KASPAR.-
TODO LO QUE HACE RUIDO ES SOLO EL CAJON DE UNA MESA: TODO LO QUE ARDE ES SOLO UN LABIO AGRIETADO: TODO LO QUE OPONE RESISTENCIA ES SOLO UNA ESCOBA CAIDA: TODO LO QUE TE IMPIDE EL PASO ES SOLO UN MONTON DE NIEVE: TODO LO QUE SE BALANCEA, ES SOLO  UN    CABALLITO DE MADERA: TODO LO QUE SE BAMBOLEA ES SOLO UNA PELOTA DE CUERO: TODO LO QUE NO SE PUEDE MOVER ES SOLO UNA PUERTA DE ARMARIO.
Entretanto ha caminado hacia la puerta del armario y la ha cerrado de golpe. Ella no  se mantiene   cerrada. La vuelve a cerrar. Lentamente se abre de nuevo. La empuja. Una vez que la suelta, vuelve a abrirse:

KASPAR.-
TODO LO QUE NO CIERRA ES SOLO UNA PUERTA DE ARMARIO. TODO LO QUE ME ASUSTA ES SOLO UNA PUERTA DE ARMARIO. TODO LO QUE ME GOLPEA EN LA CARA ES SOLO UNA PUERTA DE ARMARIO. TODO LO QUE ME MUERDE LA MANO ES SOLO UNA PUERTA DE ARMARIO.
(Estas frases acompañan las diversas tentativas de cerrar la puerta del armario, a golpes o bien empujando). Acaba por dejar abierto el armario. Luego pasa al sofá, y lo pone en orden muy minuciosamente, empujándolo después para colocarlo totalmente en escena. La luz se le adelanta e indica el sitio en que ha de colocar el sofá. Empuja el sofá hacia allí. Dos luces se adelantan indicándole el sitio en  que colocará las dos sillas. (Quizá describan el lugar con dos conos diferentes). Coloca las sillas allí. (Los focos llevan diferentes colores). Otra luz señala el lugar par la mecedora, sigue la luz y coloca la mecedora en el sitio indicado. Otra luz ya le indica el sitio adecuado para la mesita. La coloca allí. Otra luz, aparentemente, le señala el lugar adecuado para la escoba y la palita. Quiere colocarlas allí, pero la luz sigue adelante. Va detrás de la luz. La luz se mete entre bastidores. Persigue la luz entre bastidores con la escoba y la palita en las manos. La luz regresa sola y señala nuevamente un sitio en escena. Kaspar vuelve a salir. Lleva en brazos un gran florero y un ramillete de flores. Coloca el florero en el lugar indicado. Otra luz le señala un lugar vacío encima de la mesita. Se marcha del escenario y vuelve con una frutera de frutas artificiales, adorno que coloca en la mesita. Otra luz le indica un lugar vacío en uno de los rincones del escenario. Se marcha, y vuelve con un banquito, colocándolo en el sitio indicado. Otra luz señala un lugar vacío en el telón de fondo. Kaspar da una señal mirando la parrilla, y baja un cuadro desde arriba, cubriendo el lugar vacío. (Puede ser una pintura cualquiera, siempre que haga juego con el mobiliario). Kaspar dirige la maniobra, hasta que la pintura queda en el lugar indicado. Está de pie sin moverse. Otra luz  se le  adelanta llegando al armario abierto. Ilumina los vestidos. Se acerca al armario. Se quita rápidamente la chaqueta. No encuentra sitio para colocarla. El foco desaparece entre bastidores. Sigue a la luz con la chaqueta en el brazo y regresa con un perchero. Coloca el perchero en el lugar señalado y cuelga en él su chaqueta. Se acerca al armario y elige otra chaqueta. Se la pone y se queda de pie sin moverse. Se quita el sombrero y lo coloca también en el perchero. La escena es cada vez más colorida. Hasta el último momento, Kaspar se ha movido al compás de las frases pronunciadas por los apuntadores. Se produce un sonido penetrante, por de pronto muy bajo, que luego aumenta de volumen. Es evidente que la chaqueta combina con el pantalón y con las demás cosas. Por un instante, Kaspar se parece a un maniquí de una vidriera en medio de una exposición de muebles. Solo el armario molesta a la imagen. El sonido insistente se intensifica. Kaspar permanece de pie, sin moverse y deja que lo observen. La escena se ilumina con luz de fiesta.

LAS FRASES QUE DURANTE TODO ESTE TIEMPO HAN ESTADO DICIENDO LOS APUNTADORES, PUEDEN ELEGIRSE ENTRE LAS SIGUIENTES:

Desde la cuna cada cual dispone de un caudal de facultades.

Cada cual es responsable de su propio progreso.

Todo elemento nocivo ha de ser neutralizado.

Cada cual se pone al servicio de la causa. Cada cual dice sí a si mismo.

El trabajo desarrolla en cada uno el sentido del deber.

Todo nuevo orden, engendra desorden.

Cada cual se siente responsable del más ínfimo polvillo dejado en el suelo.

El que nada posee, sustituye la propiedad por el trabajo.

Todo sufrimiento es natural.

Todo hombre que trabaja dispondrá del descanso necesario para recobrar la energía invertida en el trabajo.

Cada cual debe construir su propio mundo.

La manía por el orden no tiene por qué conducir a la subversión.

Cada paso amplía el horizonte.

La mesa es un lugar de reunión.

La casa define a su habitante.

La vivienda es la premisa indispensable de una vida ordenada.

Las flores deberán colocarse como si nacieran del centro de la mesa.

No estés de pie si podés sentarte.

Agacharse es lo que cuesta más esfuerzo.

La carga pesará menos cuanto más cerca esté del cuerpo.

Se pondrán en estantes superiores sólo las cosas que se utilizan raramente.

Acortar el camino ahorra energía.

Hay que repartir la carga entre ambos brazos.

La mesa no te escapa.

Mirar el trabajo siempre con nuevos ojos.

Sólo el que está sano puede rendir mucho.

El desorden produce indignación a toda persona bienpensante.

Buscarás en el trabajo la postura adecuada.

Entre las cosas más bellas de la vida se encuentra la mesa bien puesta.

Los muebles serán tu complemento.

Hay que organizar bien el tiempo.

A nadie se le regala nada.

Las uñas de las manos son un importante parámetro del orden y la limpieza.

Hacé notar con una sonrisa que te gusta tu trabajo.

No podés cambiar de un golpe lo que siempre ha sido así.

Hay que saber hacer de todo.

Cada cual deberá realizarse en su trabajo.

Todo lo que en apariencia te perjudica, está hecho sólo por tu bien.

Tenés que sentirte responsable.

Al hacer un brindis, han de resonar las copas.

Cada paso que dés deberá resultarte natural.

Tenés que saber actuar por vos mismo.

En una casa ordenada, se ordena también el espíritu.

Cada objeto que veas por segunda vez, podrás considerarlo como tu objeto.

La adecuación de los medios será tu principio.

Agua que corre no se pudre.

Un cuarto debe ser como un libro ilustrado.

Una vida sedentaria no es saludable.

La estancia ha de tener un sello intemporal.

Debés mostrar confianza en tu trabajo.

En los goznes de las puertas no existe carcoma.

Debés poder sentirte orgulloso de lo conseguido.

Tu rendimiento decidirá tu bienestar.

El parquet contribuye, de una manera decisiva, a la buena impresión de una casa.

Lo importante es participar.

Las puertas aislan, pero ponen también en contacto con el mundo exterior.

Los objetos deben completar la imagen que se tiene de vos.

El trabajo es lo que vos hacés de él.

Ningún orden ha de ser un orden sin vida.

Sos lo que tenés.

El vivir en lugares sombríos, trae sólo pensamientos inútiles.

El orden de las cosas crea las premisas para la felicidad.

Lo que en lo oscuro es cruel pesadilla, se vuelve en la luz feliz certidumbre.

Todo orden deja alguna vez de producir espanto.

No estás en el mundo para pasarla bien.

26

Poco a poco, la luz en escena se apaga, adaptándose el sonido a la iluminación. Kaspar habla mientras las luces se extinguen.

DURANTE LAS PALABRAS DE KASPAR TAMBIEN HABLAN LOS APUNTADORES, PERO LO HACEN DE FORMA QUE SE PUEDA ENTENDER PERFECTAMENTE LO QUE DICE KASPAR. ELLOS, EN CAMBIO, HABLAN DE MANERA APENAS INTELIGIBLE, POR EL BAJO TONO DE LA VOZ, POR HABLAR VARIAS PERSONAS A LA VEZ, POR COMERSE ESTAS UNAS CUANTAS SILABAS, POR ACENTUAR SILABAS INACENTUADAS, ETC.

APUNTADORES.-
Golpeado en la mesa. Sentado entre dos sillas. Arremangados los brazos. Dejado en el suelo. Mirado entre bastidores. Escupido en las manos. Golpeado en la mesa. Dejado en el suelo. Arremangados los brazos. Sentado entre dos sillas. Escupido en las manos. Golpeado en la mesa. Sentado a la mesa común.  Golpeado en la mesa. Sentado sobre ortigas. Dado un portazo. Arremangados los brazos. Golpeado en las sillas. Molido a palos. Golpeado en la mesa. Endurecido. Sentado sobre ortigas. Arrojado al suelo. Rechazada la instancia. Mostrado el puño. Molido a palos. Golpeado en el vientre. Borrado del mapa. Arrojado al suelo. Escupido a los pies. Golpeado entre las cejas. Porcelana rota. Arrojado a las ortigas. Destrozada la mesa. Golpeado en el vientre. Destrozada la mesa común. Arrojado al suelo. Bastidores rotos. Rota la puerta. El perturbador apaleado. Endurecido. Los prejuicios deshechos.

Kaspar habla con voz muy sonora, de bajo al empezar, pero, con la desaparición paulatina de las luces y del sonido su voz adquiere un tono cada vez más estridente y cacofónico, y al reinar la oscuridad total, habiendo cesado el sonido, gimotea en tonos altos:

KASPAR.-
TODO LO QUE ESTA CLARO ESTA EN PAZ: TODO LO QUE ESTA TRANQUILO ESTA EN PAZ: TODO LO QUE ESTA EN SU SITIO ESTA EN PAZ: TODO LO QUE ESTA EN PAZ ES AMABLE: TODO LO QUE ES AMABLE ES CONFORTABLE: TODO LO QUE ES CONFORTABLE DEJA DE SER INQUIETANTE: TODO LO QUE PUEDO MENCIONAR POR SU NOMBRE DEJA DE SER INQUIETANTE: TODO LO QUE DEJA DE SER INQUIETANTE ME PERTENECE: TODO   LO QUE ME PERTENECE   ME  ES   CONOCIDO: TODO LO QUE ME ES CONOCIDO REAFIRMA MI AUTOESTIMA: TODO LO QUE ME ES CONOCIDO ME ALIVIA: TODO LO QUE ME ES CONOCIDO ESTA EN ORDEN: TODO LO QUE ESTA EN ORDEN ES BELLO: TODO LO QUE ES BELLO HACE BIEN A MIS OJOS: TODO LO QUE HACE BIEN A MIS OJOS ME HACE BUENO: TODO LO QUE ME HACE BUENO ME TRANQUILIZA: TODO LO QUE ME HACE BUENO ME HACE BUENO PARA ALGO.
Ahora está totalmente oscuro. Mientras vuelve la luz lentamente, Kaspar comienza nuevamente a hablar, primero quizá en forma muy apacible, luego, en tanto se hace más claro, tanto más estridente y agudo:

KASPAR.-
TODO LO QUE ESTA EN ORDEN, ESTA EN ORDEN, PORQUE ME DIGO QUE ESTA EN ORDEN, ASI COMO TODO LO QUE YACE SOBRE EL PISO, ES UNA MOSCA MUERTA, PORQUE ME DIGO QUE TODO LO QUE YACE SOBRE EL PISO, SOLO ES UNA MOSCA MUERTA, ASI COMO TODO LO QUE YACE SOBRE EL PISO, YACE ALLI SOLO BREVEMENTE, PORQUE ME DIGO QUE SOLO YACE ALLI BREVEMENTE, ASI COMO TODO LO QUE YACE SE LEVANTA, PORQUE ME DIGO QUE SE LEVANTA, ASI COMO TODO LO QUE DIGO ESTA EN ORDEN, PORQUE ME DIGO QUE TODO LO QUE ME DIGO ESTA EN ORDEN.

27

Ahora se le enseñarán a Kaspar las frases-modelo con las que tendrá que apañarse en su vida de persona honrada. Al pronunciar las últimas frases, ya se había sentado en la mecedora todo el tiempo que dura la próxima ofensiva linguistica, pero sólo empieza paulatinamente a mecerse.

MIENTRAS KASPAR PERMANECE SENTADO EN LA MECEDORA, SE REPITEN LAS PALABRAS DICHAS ANTES POR LOS APUNTADORES, QUE VIENE A SER UNA PREPARACION PARA LAS METAFORAS DE DESPUES. COMO AHORA KASPAR PERMANECE  CALLADO RESULTAN MAS INTELIGIBLES, PUDIENDO PERCIBIRSE CLARAMENTE AL FINAL. LUEGO DESEMBOCAN EN LAS FRASES-MODELO SUBSIGUIENTES QUE YA HAN EMPEZADO ANTES DE ACABAR EL PASAJE ANTERIOR.

Primero recita Kaspar mecánicamente, sin puntos ni comas, pese a que habla con énfasis. Luego ya dice los puntos. Después las comas. Y más tarde incluso subraya exageradamente el significado, mientras que al final se limita a decir los modelos de las frases.

APUNTADORES.-
Cada frase te ayuda a seguir adelante: con una frase esquivás cada objeto: una frase te ayuda a esquivar el objeto, si no podés realmente esquivarlo, de modo que lo esquivás realmente. Una frase te ayuda a esquivar cualquier otra frase, dejándose poner en lugar de la otra frase: La puerta tiene dos caras: La verdad tiene dos caras: Si tuviera la puerta tres caras, tendría la verdad tres caras: la puerta tiene muchas caras, la verdad tiene muchas caras: la puerta la verdad, sin puerta no hay verdad. Te sacás el polvo de los pantalones: te sacás la idea de la cabeza: si no pudieras quitarte el polvo de los pantalones, no podrías quitarte la idea de la cabeza. Hablás hasta el final: pensás hasta el final: si no pudieras hablar hasta el final, no podrías decir la frase: pienso hasta el final. Mantenés la mirada: mantenés tu punto de vista: si no pudieses mantener la mirada no podrías decir la frase: mantengo mi punto de vista: si no pudieses mantener la mirada, no podrías mantener tu punto de vista:

KASPAR.-
LA PUPILA ES REDONDA EL MIEDO ES REDONDO SI HUBIERA DESAPARECIDO LA PUPILA HABRIA DESAPARECIDO EL MIEDO PERO LA PUPILA ESTA AHI Y EL MIEDO ESTA AHI SI LA PUPILA NO FUERA HONESTA NO PODRIA DECIR EL MIEDO ES HONESTO SI NO ESTUVIERA PERMITIDA LA PUPILA NO ESTARIA PERMITIDO EL MIEDO NO HAY MIEDO SIN PUPILA SI LA PUPILA NO FUERA ADECUADA NO PODRIA DECIR EL MIEDO NO SURGE CON TEMPERATURA AMBIENTAL EL MIEDO ES MENOS HONRADO QUE PERMITIDO EL MIEDO TOCA Y ES CALIDO COMO MANO POR EL CONTRARIO.

APUNTADORES.-
Estás de pie. La mesa está de pie. La mesa no está de pie, ha sido puesta de pie. Estás acostado. El muerto está acostado. El muerto no está acostado, ha sido acostado. Si no pudieras estar de pie y no pudieras estar acostado, no podrías decir: la mesa está de pie y el muerto está acostado: si no pudieras estar acostado ni de pie, no podrías decir: no puedo estar ni acostado ni de pie:

KASPAR.-
UN HOMBRE OBESO ES REAL EL SUDOR FRIO ES TRIVIAL SI UN HOMBRE OBESO NO FUERA REAL Y SU SUDOR FRIO NO FUERA TRIVIAL UN HOMBRE OBESO NO PODRIA TENER MIEDO Y SI UN HOMBRE OBESO NO PUDIERA ESTAR ECHADO SOBRE EL VIENTRE YO NO PODRIA DECIR NI SE LEVANTA NI SABE CANTAR.

APUNTADORES.-
El cuarto es chico, pero mío. El taburete es bajo, pero cómodo. La sentencia es dura, pero justa. El rico es rico, pero campechano. El pobre es pobre, pero feliz. El viejo es viejo, pero robusto. El famoso es famoso, pero modesto. El loco es loco, pero inofensivo. El criminal es escoria, pero a pesar de todo, un hombre. El lisiado da pena, pero también es un hombre. El extranjero es diferente, pero no importa:

KASPAR.-
LA NIEVE ACIERTA PERO MODESTAMENTE. LA MOSCA CORRE SOBRE EL AGUA PERO COMEDIDA. EL SOLDADO SE ARRASTRA POR EL BARRO PERO SATISFECHO. EL LATIGO RESTALLA EN LA ESPALDA PERO CONSCIENTE DE SUS LIMITES. EL JOCKEY CAE EN LA TRAMPA PERO EN PAZ CON EL MUNDO. EL CONDENADO DA UN SALTO EN EL AIRE PERO CONVENCIDO. LA PUERTA DE LA FABRICA CHIRRIA PERO TODO TIENE UN FIN.

APUNTADORES.-
El anillo es tanto un adorno como un objeto de valor. La sociedad no es sólo una carga, sino también un gusto. La guerra es, por cierto, una desgracia, pero a veces inevitable. El futuro si bien es oscuro, pertenece a los capaces. El jugar no es solamente una pérdida de tiempo, sino que también prepara para la realidad. La coerción es dudosa, pero puede ser útil.  Una juventud ruda es injusta, pero endurece. El hambre es fea, pero hay cosas peores. Dar palizas es condenable, pero se deben ver también los lados positivos:

KASPAR.-
LOS MIRASOLES SON NO SOLAMENTE ABUNDANTES SINO TAMBIEN EL VERANO Y EL INVIERNO.  SI BIEN LAS ESQUINAS DEL ASIENTO ALUMBRAN PARA OSCURECIMIENTOS ESTAN, SIN EMBARGO, NO SOLAMENTE COMO HECHAS A PROPOSITO SINO QUE VISTAS A PLENA LUZ DEL DIA PASAN TAMBIEN UN CONTEMPLATIVO ATARDECER DE LA VIDA. LAS MEJORES SOLUCIONES SON NO SOLAMENTE DESEABLES SINO QUE ME DEVORAN LAS MANOS, SI BIEN SE DECIDE CADA INTROMISION Y SE RECHAZA CON PRESION.

APUNTADORES.-
Cuanto más primorosa está puesta la mesa, más contento volvés a casa. Cuanto mayor es la falta de espacio, más peligrosas son las ideas. Cuanto más a gusto trabajás, más pronto te encontrás a vos mismo. Cuanto más seguridad muestres, más fácil será tu ascenso. Cuanto mayor confianza la mutua, más soportable la vida en común. Cuanto más húmeda la mano, más insegura la totalidad de la persona. Cuanto más pulcra la casa, más decente el inquilino. Cuanto más hacia el sur, más haragana la gente:

KASPAR.-
CUANTO MAS MADERA EN EL TECHO, TANTO MAS MOHO EN EL HORNO. CUANTO MAS CIUDADES CON SOTANOS, TANTO MAS INTRIGAS EN LOS MONTONES DE CARBON. CUANTO MAS RELUCIENTES LAS CUERDAS DE LA HORA, MAS AHORCADOS EN EL RAMO COMERCIAL. CUANTO MAS ACUCIANTES LAS LLAMADAS A LA RAZON EN LOS MONTES, MAS INSIDIOSAS LAS LEYES DE LA JUNGLA.

APUNTADORES.-
Se sobreentiende que un jarrón grande esté sobre el suelo, como se sobreentiende que un jarrón chico esté sobre el banco, mientras que se sobreentiende que un jarrón más pequeño esté sobre la silla, como se sobreentiende que un jarrón más chico esté en la mesa, mientras que se sobreentiende que las plantas trepadoras llegan más alto. Se sobreentiende que el bienestar lo determina el rendimiento. Se sobreentiende que aquí no hay lugar para los débiles:

KASPAR.-
SE SOBREENTIENDE QUE EL SACO DE HARINA APLASTE LA RATA. SE SOBREENTIENDE QUE EL PAN CALIENTE OCASIONE PARTOS PREMATUROS. SE SOBREENTIENDE QUE LOS FOSFOROS USADOS PRELUDIEN UNA MANIFESTACION DE CONFIANZA.

APUNTADORES.-
De cada cosa aprendés algo nuevo. Nadie está afuera. Todos los días sale el sol. Nadie es irreemplazable. Toda creación es signo de paz. Nadie es una isla. Todo hombre trabajador es bien visto en cualquier parte. Nadie debe faltar a su deber. Todo zapato nuevo causa al principio dolor. Nadie tiene el derecho de explotar al prójimo. Toda persona educada es puntual. Nadie que se precie hace trabajar a otro para sí. Todo ser razonable desea saber hacia dónde se dirige. Nadie debe señalar con el dedo a otro. Todo ser humano merece respeto, incluso la mujer de la limpieza:

KASPAR.- (Empieza a hablar en la mitad del texto anterior de los apuntadores)
CADA BRIZNA DE PAJA PARTIDA ES UNA PAPELETA DE VOTACION PARA LAS FUERZAS DE LA EVOLUCION. NINGUNA FERIA SIGNIFICA SEGURIDAD PARA TODOS. CADA CANILLA QUE GOTEA ES UN EJEMPLO DE VIDA SANA. NINGUN BRAZO RAZONABLE SE LEVANTA EN FAVOR DEL SUPERMERCADO QUE SE QUEMA. CADA PERFORADORA QUE TROPIEZA CON UN CADAVER, EQUIVALE A UN ARMA QUE DISPARA SEIS MIL TIROS POR MINUTO.

APUNTADORES.-
Ser pobre no es ninguna vergüenza. La guerra no es ningún juego. Un Estado no es ninguna banda de ladrones. Una vivienda no es ninguna torre de marfil. El trabajo no es ningún lecho de rosas. La libertad no es ninguna carta blanca. Callar no es ninguna disculpa. Un diálogo no es ningún interrogatorio.

KASPAR.- (Comienza a hablar al mismo tiempo que los apuntadores, extendiéndose en paralelo con el texto anterior)
UN GATO NO ES NINGUN PROGRESO. UNA PIEDRA NO ES NINGUNA NECESIDAD CUBIERTA. UN TESTAFERRO NO ES NINGUNA CIFRA MORTAL.  SALIR   CORRIENDO NO ES NINGUNA IGUALDAD DE DERECHOS. UN TRONCO ATRAVESADO EN EL CAMINO NO ES NINGUN VALOR DURADERO.

APUNTADORES.-
El animal revienta. La granada revienta. Si no pudiera reventar el animal, vos no podrías decir: la granada revienta:

KASPAR.-
EL PERRO LADRA, EL COMANDANTE LADRA.

APUNTADORES.-
Las aguas suben. La fiebre sube. Si no pudieran subir las aguas, no podría subir la fiebre.

KASPAR.-
EL ALUD SE DESPLOMA. EL HERIDO SE DESPLOMA.

APUNTADORES.-
El colérico ruge. El trueno ruge. Sin el colérico no podría rugir el trueno.

KASPAR.-
LAS BANDERAS ONDEAN. LOS CABELLOS ONDEAN.

APUNTADORES.-
La lepra contagia, la risa contagia, sin la lepra no podría contagiar la risa.

KASPAR.-
EL CHAMPAN BURBUJEA. LA LAVA BURBUJEA.

APUNTADORES.-
El ahorcado patalea, el chico patalea, sin el ahorcado no podría patalear el chico.

KASPAR.-
LOS TRONCOS CRUJEN. LOS HUESOS CRUJEN.

APUNTADORES.-
La sangre clama al cielo, la injusticia clama al cielo, sin la sangre no podría clamar al cielo la injusticia.

KASPAR.-
LA PUERTA SE AGRIETA. LA PIEL SE AGRIETA. EL FOSFORO ARDE. LA HERIDA ARDE. EL TRIGO TIEMBLA. EL COBARDE TIEMBLA. LA BOFETADA ESTALLA. LA CABEZA ESTALLA. LA LENGUA LAME. EL FUEGO LAME. EL AIRE SE HIELA. LA SANGRE SE HIELA.

APUNTADORES.-
No es cierto que la situación sea tal como se informa; más bien es cierto que la situación es diferente de cómo se informa. Es falso que el informe de la situación sea el único informe posible de la situación; es más cierto que existen, por el contrario, otros informes posibles de la situación. No corresponde a los hechos informar de todas la situación; más bien corresponde a la situación no informar de ella en absoluto. Es falso que la situación corresponda a los hechos.

KASPAR.- (Comienza a decir este texto sobre la mitad del texto anterior de los apuntadores)
NO ES CIERTO QUE EL INFORME DE LA SITUACION SEA EL UNICO INFORME POSIBLE DE LA SITUACION: MAS BIEN ES CIERTO QUE EXISTEN, POR EL CONTRARIO, OTROS INFORMES POSIBLES DE LA SITUACION.
(Kaspar continúa a coro con los apuntadores hasta el final).

APUNTADORES.-
Vos te agachás; alguien te ve; vos te levantás; vos te ves. Vos te movés; alguien se acuerda de vos; vos te sentás; vos te acordás. Vos te angustiás; alguien te tranquiliza; alguien te explica; vos te apurás; vos te explicás; vos te intranquilizás:

KASPAR.- YO ME TRANQUILIZO.

APUNTADORES.- Cerraste ya los puños.

KASPAR.- YO GRITABA AUN.

APUNTADORES.- Aún tomaste aire.

KASPAR.- YO YA ESTABA ALLI.

APUNTADORES.- La silla está todavía en su sitio.

KASPAR.- YO ESTABA AUN DE PIE.

APUNTADORES.- Nada había cambiado aún.

KASPAR.- YO ESTABA DESPIERTO YA.

APUNTADORES.- La puerta está ya atrancada.

KASPAR.- YO PATALEABA YA.

APUNTADORES.- Algunos dormían aún.

KASPAR.- YO MURMURABA YA.

APUNTADORES.- Aún se oyen golpes.

KASPAR.- YO ESTABA AUN DESNUDO.

APUNTADORES.- Aún hay incorregibles.

KASPAR.- YO YA ESTOY FUERA.

APUNTADORES.- De vez en cuando aún se mueve alguien.

KASPAR.- YO NO CREO AUN EN NADA.

APUNTADORES.- Muchos llevan ya sus manos encima de sus cabezas.

KASPAR.- YO PUEDO YA CORRER.

APUNTADORES.- Algunos todavía respiran.

KASPAR.- YO YA ESCONDO LA CABEZA.

APUNTADORES.- Alguien protestaba aún.

KASPAR.- YO OIGO YA.

APUNTADORES.- Otro todavía murmuraba.

KASPAR.- YO YA COMPRENDO.

APUNTADORES.- Todavía se oyen tiros sueltos.

KASPAR.- YO YA LO SE.

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- PASARON DE LARGO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- PESO EN VIVO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- CLARO Y ALEGRE

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- A MANO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- NADA QUE BUSCAR

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- UNA VIDA MEJOR

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- REIA BIEN

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- DOMINARLO TODO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- VENCERA SIEMPRE

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- DISMINUYO LA MORTALIDAD INFANTIL

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- SIEMPRE EN CABEZA

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- CADA VEZ MAS GRANDE

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- LIBRE DE

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- EN PAZ Y FUTURO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- UNA RELACION CON EL MUNDO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- APROXIMO LOS HECHOS

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- FINES PACIFICOS

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- CRECIMIENTO CONTINUO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- EN CASO DE PELIGRO

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- SOLO EN DEFENSA PROPIA

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- IRRESISTIBLE

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- ME ESTIRE

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- PATEABA

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- GRITE

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- FUE Y ES

APUNTADORES.- Vos

KASPAR.- ME RECONOCI

APUNTADORES.-
Vos sabés lo que decís. Vos decís lo que pensás. Vos pensás lo que sentís. Vos sentís de qué se trata. Vos sabés de qué se trata. Vos sabés lo que querés. Vos podés, si querés. Vos podés, sólo si querés. Vos podés, si debés. Vos querés solamente lo que todos quieren. Vos querés porque te sentís obligado. Vos sentís que lo podés. Vos debés porque podés. Decí lo que pensás. No podés decir sino lo que pensás. No podés decir lo que no pensás. Decí lo que pensás. Si querés decir lo que no pensás, tenés que ponerte a pensarlo en el mismo momento. Decí lo que pensás. Podés empezar a hablar. Cuando hayás empezado a hablar, pensarás lo que decís. Pensás lo que decís, es decir, podés pensar lo que decís. Es decir, tenés el derecho a pensar lo que decís y tenés el deber de pensar lo que decís, porque no debés pensar sino lo que decís. Pensá lo que decís:

KASPAR.-
CUANDO SOY, ERA. CUANDO ERA, SOY. SI SOY, SERE. SI SERE, ERA. AUNQUE ERA, SERE. AUNQUE SERE, SOY. TANTAS VECES COMO SOY, HE SIDO. TANTAS VECES COMO HE SIDO, ERA. MIENTRAS QUE ERA, HE SIDO. MIENTRAS QUE HE SIDO, SERE. EN LA MEDIDA EN QUE SERE, HE SIDO. EN LA MEDIDA EN QUE HE SIDO, SOY. PORQUE SOY, HABIA SIDO. PORQUE HABIA SIDO, ERA. NO ERA, PERO HABIA SIDO. NO HABIA SIDO, PERO SERE. COMO SERE, HABIA SIDO. COMO HABIA SIDO, HE SIDO. ANTES DE QUE HE SIDO, HABIA SIDO. ANTES DE QUE HABIA SIDO, SOY. SOY, DE MODO QUE HABRE SIDO. HABRE SIDO, DE MODO QUE ERA. ERA EN TANTO QUE HABRE SIDO. HABRE SIDO, EN TANTO QUE SERE. SERE, MIENTRAS QUE HABRE SIDO. HABRE SIDO, MIENTRAS QUE HE SIDO. HE SIDO, PORQUE HABRE SIDO. HABRE SIDO, PORQUE HABIA SIDO. HABIA SIDO PORQUE HABRE SIDO. HABRE SIDO PORQUE SOY.
SOY EL QUE SOY.
SOY EL QUE SOY.
SOY EL QUE SOY.
Kaspar deja de mecerse.
¿POR QUE VUELAN ESOS GUSANOS TAN NEGROS A MI ALREDEDOR?

La escena se oscurece.

28

MIENTRAS VUELVE LA LUZ, LUEGO DE UNOS INSTANTES DE SILENCIO, COMIENZAN NUEVAMENTE LOS APUNTADORES A HABLAR

APUNTADORES.-
Tenés frases modelo con las que podés desenvolverte. Aplicando estos modelos a tus frases, podés poner en orden todo lo que aparentemente está en desorden, podés declaralo en orden: Cualquier objeto puede ser como vos lo definas. Si ves el objeto de manera diferente a como lo definís, te habrás equivocado. Tenés que decirte que te equivocaste y verás correctamente el objeto. Si no querés decírtelo al instante, es evidente que deseás ser obligado, y que en el fondo, lo querés decir.

HAY AHORA MUCHA LUZ EN ESCENA. KASPAR PERMANECE TRANQUILO.

29

APUNTADORES.-
Podés aprender y hacerte útil. Aunque no haya fronteras, vos las podés trazar. Podés volverte atento: percibir: observar con toda inocencia: cada objeto se vuelve un objeto de valor. Podés desarrollarte ordenadamente.

LA LUZ ES CADA VEZ MAS INTENSA. KASPAR ESTA CADA VEZ MAS TRANQUILO.

30

APUNTADORES.- Podés tranquilizarte con frases: podés estar muy tranquilo.

HAY UNA LUZ MUY INTENSA. KASPAR ESTA MUY TRANQUILO.

31

APUNTADORES.-
Te han roto tu caparazón.

32

LA ESCENA SE OSCURECE DE PRONTO.

LUEGO DE UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Te volvés alérgico a la suciedad.

33

Vuelve la luz, pero poca. Kaspar está sentado en la mecedora, sin moverse. Un segundo Kaspar, con una máscara idéntica, igual de bien adaptada al rostro, y con la misma ropa, entra en escena desde uno de los laterales. Lo hace con la escoba en las manos, empezando a barrer el suelo ni bien entra. Barre rápidamente la escena, sobreacentuándose cada uno de sus movimientos gracias a la luz del foco que le persigue. De paso, también cierra con la escoba la puerta abierta del armario, pero ésta vuelve a abrirse. Barre con esmero debajo del sofá. Amontona cuidadosamente el polvo en la margen lateral de la escena. Cruza toda la escena, volviendo con la palita. De regreso, cruza nuevamente toda la escena, y llena de polvo la palita, ayudándose con la escoba. No consigue recoger todo el polvo de un solo escobazo. Tampoco consigue recoger todo el polvo de un segundo escobazo. Cruzando hacia atrás la escena, la cara hacia el público, no en línea recta, sino zigzagueante entre los accesorios, y sin molestar al primer Kaspar, el segundo tan sólo continúa con sus esfuerzos de recoger todo el polvo por medio de la palita. Barre y barre hasta desaparecer en bastidores. En el mismo momento vuelve la oscuridad.

34

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Notar que te movés.

35

Vuelve la luz. Un tercer Kaspar entra en escena desde uno de los lados, acompañado por un cuarto. El cuarto Kaspar, por un defecto físico muy evidente, casi no puede andar. Se mueve dificultosamente y con gran lentitud, parece que apenas avanza. Sirviéndose de muletas va arrastrando las piernas. El tercer Kaspar anda más rápidamente, pero tiene que pararse a cada rato, esperando a que lo alcance el Kaspar mutilado. Esto requiere bastante tiempo. Cruzan la escena por la parte delantera, el tercer Kaspar más próximo al público que el cuarto. El tercer Kaspar, parcialmente se adapta a los pasos del cuarto, parcialmente se desplaza de la manera que le es propia, teniendo que esperarlo nuevamente, lo que resulta natural, pues lo acompaña. Como ya se dijo, cruzan la escena con una lentitud verdaderamente exasperante, arrastrando los pies. Cuando, por fin, han desaparecido, la escena se oscurece inmediatamente.

36

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Lo que no podés dominar, te puede servir de juego.

37

Vuelve la luz. Dos Kaspares más entran en escena desde sitios diferentes, acercándose el uno al otro. Pretenden esquivarse, para seguir cada uno por su lado. Pero lo hacen en la misma dirección y tropiezan. Se desvían hacia el otro lado y vuelven a tropezar. Repiten su primera tentativa en la dirección inicial y por poco vuelven a tropezar. Lo que al principio tenía un aire natural y de torpeza, poco a poco adquiere ritmo. Los movimientos se tornan rápidos, uniformes. Ya no tropiezan. Después sólo mueven el tronco, y luego, nada más que las cabezas. Acaban por quedarse inmóviles. De repente, cada uno da un largo rodeo elegante alrededor del otro, haciendo mutis ambos, uno por la derecha, el otro por la izquierda. Durante esos intentos de esquivarse, el primer Kaspar ha tratado de plegar debidamente un mapa desplegado, pero sin conseguirlo, acabando por jugar con el mapa hecho un desastre. Puede incluso que finja con él tocar el acordeón. De esta manera, de repente, consigue que se pliegue casi solo, en el justo momento en que los otros dos Kaspares están haciendo mutis y la escena se oscurece.

38

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Notar que todo vuelve al orden por sí solo.

39

Vuelve la luz. Otro Kaspar entra en escena desde uno de los lados. Se coloca delante del sofá, en que se halla dispuesto un almohadón grande. Le da con el puño y se aparta. Los espectadores perciben claramente, también gracias a una proyección en el fondo del escenario, cómo el almohadón, en el que quedaba la marca del puño, empieza a inflarse muy lentamente. Después de un último estirón vuelve, por fin, a su forma primitiva. La escena se oscurece inmediatamente.

40

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Movimientos.

41

Otro Kaspar entra en escena, desde uno de los lados. Tiene en las manos una pelota. Coloca la pelota en el suelo y retrocede. La pelota se va rodando. El nuevo Kaspar se acerca y coloca la pelota a su gusto, pero la pelota escapa rodando. El nuevo Kaspar no quita la mano de la pelota durante un largo rato. Cuando la quita y retrocede, la pelota sale rodando. La escena se oscurece.

42

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Dolores.

43

Aún en la oscuridad, los espectadores perciben que en el escenario se encienden dos fósforos. Al volver la luz, el último de los Kaspares se ha sentado en el sofá; el auténtico sigue en la mecedora. Cada uno tiene un fósforo encendido entre los dedos. Los fósforos se queman y la llama chamusquea los dedos. Ambos Kaspares permanecen callados. La escena se oscurece.

44

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Ruidos

45

Al volver la luz, el primero de los Kaspares se halla solo en escena. Ya está al lado de la mesa grande. Toma la botella de cuello ancho llena de agua y vierte un poco del líquido en el vaso junto a la misma. El ruido del agua se percibe muy claramente, hasta en la galería. Se para. Devuelve rápidamente el agua del vaso a la botella. Toma de nuevo la botella y vierte, lentamente y por segunda vez, agua en el vaso. El ruido del agua se oye aún más diáfano. Al llenarse el vaso, las luces se apagan. Oscuro.

46

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Un sonido.

47

Al volver la luz, más rápidamente que antes, otro Kaspar se ha colocado en la parte lateral de la escena, mientras que el primero sigue junto a la mesa. Lleva el segundo de los Kaspares un rollo muy abultado de papel, atado con una cinta de goma. Poco a poco quita la cinta del rollo, y la cinta de goma sale disparada. Se produce un sonido. La escena se oscurece inmediatamente.

48

TRAS UN MOMENTO:

APUNTADORES.-
Una imagen.

49

Aún en la oscuridad los espectadores perciben un ruido. Al volver la luz el primero de los Kaspares de nuevo está solo en la escena. Se halla sentado junto a la mesa, en la que vemos la frutera con frutas artificiales. En la mano tiene una manzana ya pelada en parte. Sigue pelando. La tira de la cáscara crece y crece. Poco antes de pelarla del todo, se detiene y coloca la manzana entre las frutas artificiales. La tira interminable de la cáscara cuelga hasta muy abajo. La escena se oscurece.

50

LOS APUNTADORES PERMANECEN CALLADOS.

51

Vuelve la luz. Kaspar se halla a medio camino entre la mesa y el armario. Abre con una de las manos a la otra cerrada en forma de puño, violentamente y dedo por dedo, mientras que la mano violentada se opone, cada vez con mayor resistencia. Por fin consigue abrirla. Está vacía. La escena se oscurece.

52

Vuelve la luz más rápidamente. Otro Kaspar se halla sentado en el sofá. El Kaspar originario ve al segundo Kaspar. La escena se oscurece.

53

Vuelve la luz más rápidamente todavía. Kaspar de nuevo está solo. Lo vemos delante del armario, con la cara hacia el público. La escena se oscurece.

54

Vuelve la luz más rápidamente todavía. Kaspar mira su propio cuerpo, desde las manos hasta los pies. La escena se oscurece.

55

Kaspar intenta atraparse. Primero van corriendo detrás de sí mismo, alrededor de la escena, en círculos y luego en espiral, trazando círculos cada vez más pequeños, hace que finalmente de vueltas sobre su propio eje, tratando de agarrarse con las manos que se mueven alrededor de su propio cuerpo. Poco a poco, se queda quieto, y la escena se oscurece.

56

La luz vuelve más rápidamente todavía. Kaspar está de pie, delante del armario. De espaldas al público. La escena se oscurece.

57

Luz. Kaspar está cerrando las puertas del armario. Las empuja largo tiempo. Da una paso hacia atrás. Las puertas del armario permanecen cerradas. La escena se oscurece.

58

Vuelve la luz. Hay mucha luz. Kaspar se halla recostado en el armario. En la escena reina una gran armonía. Un acorde. Un proyector ilumina a Kaspar, que adopta diferentes posturas. Cambia continuamente la posición de sus brazos y piernas. Por ejemplo, cruza los brazos, avanza una pierna, deja caer los brazos, cruza las piernas, se mete las manos en los bolsillos, primero en los del pantalón y después en los de la chaqueta. Cruza las manos sobre el vientre, junta los pies, cruza los brazos. De pie, deja sus piernas paralelas una muy junta a la otra. Comienza a hablar:

KASPAR.-
SOY SANO Y FUERTE. SOY EDUCADO Y HONESTO. SOY CONSCIENTE DE MIS RESPONSABILIDADES. SOY TRABAJADOR, DISCRETO Y SENCILLO. SOY SIEMPRE AMABLE. NO TENGO GRANDES AMBICIONES. SOY POR NATURALEZA SIMPATICO Y ESPONTANEO. TODO EL MUNDO ME QUIERE. PUEDO RESOLVER CUALQUIER PROBLEMA. ESTOY AL SERVICIO DE TODOS. MI SENTIDO DEL ORDEN Y LA LIMPIEZA NO DAN LUGAR A REPROCHE ALGUNO. MIS CONOCIMIENTOS ESTAN POR ENCIMA DEL NIVEL MEDIO. EJECUTO CUALQUIER TRABAJO QUE SE ME CONFIA A PLENA SATISFACCION. CUALQUIERA PUEDE DAR SOBRE MI LAS MEJORES REFERENCIAS. SOY INTEGRO Y PACIFICO. NO SOY DE ESOS QUE POR CUALQUIER PEQUEÑEZ PONEN EL GRITO EN EL CIELO. SOY TRANQUILO, SENSIBLE Y CONSCIENTE DE MI DEBER. ME ENTUSIASMO CON CUALQUIER BUENA CAUSA. QUISIERA ABRIRME CAMINO. QUISIERA APRENDER. QUISIERA HACERME UTIL. TENGO NOCIONES DE LONGITUD, ANCHURA Y PROFUNDIDAD. TRATO LOS OBJETOS CON DELICADEZA. ME HE ACOSTUMBRADO YA A TODO. ME VA MEJOR. ME VA BIEN. YA PUEDO AFRONTAR LA MUERTE. AHORA MI CABEZA ESTA CLARA. YA PUEDEN FINALMENTE DEJARME SOLO. ME GUSTARIA MOSTRARME SIEMPRE BAJO MI MEJOR ASPECTO. NO ACUSO A NADIE. ME RIO MUCHO. PARA MI TODO RIMA. NO TENGO SEÑAS PARTICULARES. NO ENSEÑO, AL REIR, LA ENCIA SUPERIOR. NO TENGO NINGUNA CICATRIZ BAJO EL OJO IZQUIERDO, NI NINGUN LUNAR TRAS LA OREJA DERECHA. NO SOY UN PELIGRO PUBLICO. QUISIERA SER UN HOMBRE ACTIVO. QUISIERA COLABORAR. ESTOY ORGULLOSO DE LO ALCANZADO. TENGO, POR AHORA, MIS NECESIDADES CUBIERTAS. PUEDO PRESTAR DECLARACION. ANTE MI SE ABRE UN NUEVO CAMINO. ESTA ES MI MANO DERECHA, ESTA ES MI MANO IZQUIERDA. SI ES NECESARIO PUEDO ESCONDERME EN LOS MUEBLES. SIEMPRE FUE MI DESEO PARTICIPAR.
Se separa del armario, da un paso o dos. El armario está cerrado:
ANTES PARA MI ERA COMO SI NO HUBIERA DE MI EN ABSOLUTO, AHORA HAY DE MI CASI DEMASIADO, Y LOS OBJETOS, DE LOS CUALES ANTES HABIA DEMASIADOS, SE ME HAN VUELTO ACTUALMENTE CASI DEMASIADO POCOS.
Mientras tanto ha seguido caminando hacia delante. El armario está cerrado:
ANTES PLAGADO DE FRASES
AHORA NO TENGO LAS SUFICIENTES
ANTES PERSEGUIDO POR LAS PALABRAS
AHORA JUEGO CON CADA LETRA.
Se queda quieto:
ANTES SOLAMENTE HABLABA, CUANDO SE ME PREGUNTABA, AHORA HABLO POR MI MISMO, PERO AHORA PUEDO ESPERAR CON EL HABLAR HASTA SER PREGUNTADO.
Da un paso o más:
ANTES PARA MI CADA FRASE CON SENTIDO ERA UNA CARGA
Y ODIABA TODO ORDEN CON SENTIDO
PERO DE AHORA EN MAS
SERE RAZONABLE.
Da un paso o quizá no lo da:
ANTES TIRE UNA SILLA, LUEGO OTRA Y UNA TERCERA:
AHORA, CON LA INSTAURACION DEL ORDEN, MIS COSTUMBRES CAMBIAN.
Quizá da un paso:
SOY TRANQUILO
AHORA NO QUIERO MAS
SER OTRO
NADA ME VUELVE A PONER
CONTRA MI MISMO.
CADA OBJETO
SE ME HA VUELTO
MANEJABLE
Y YO ME HE VUELTO
SENSIBLE
A LOS OBJETOS.
AHORA SE LO QUE SOY:
QUIERO
ESTAR
TRANQUILO
Y CADA OBJETO
QUE ME ES EXTRAÑO LO DESCRIBO
COMO MIO
DE TAL MANERA DEJA
DE SERME EXTRAÑO.
Se dirige a un costado del escenario, pero tras unos pasos regresa y hace como si tuviera todavía algo para decir. No dice nada. Vuelve a caminar para irse, esta vez llega más lejos, pero regresa y hace como si tuviera todavía algo para decir. No dice nada. Casi sale de escena, vuelve sin embargo uno o dos pasos, como si tuviera algo que decir. No dice nada. Entonces sale rápidamente de escena. Sobre el escenario, ahora vacío de personas, comienzan a abrirse lentamente las puertas del armario. Cuando las puertas detengan absolutamente su movimiento, el escenario se pone de un GOLPE a oscuras, al mismo momento que, también de un golpe, se hace la luz en la sala. Es la pausa. Se abren las puertas de sala.

59

Después de unos instantes, los espectadores oyen los TEXTOS DEL ENTREACTO, a través de los altavoces instalados en la sala, en los pasillos, en el vestíbulo, y si fuera posible hasta en la calle. Estos textos deberán ser dichos en voz baja, apenas inteligible. Están compuestos de extractos de voces en "off’, de ruidos, de grabaciones originales de auténticos líderes políticos, de Papas, oradores, primeros ministros o jefes de gobierno y, eventualmente, de manifestaciones de auténticos poetas. Las frases no son nunca completas: están amputadas o embutidas en fragmentos de otras frases. Estos textos no deben impedir a los espectadores proseguir sus discusiones, aunque sí entorpecerlas de vez en cuando. Algunos podrían escucharlo distraídamente, mientras se consagran a su bebida. Los textos podrían ser los siguientes:
(Ruidos de vasos al chocar) libres de todas las secuencias del presente, nuestra será la última palabra. El excedente es inferior a los límites anteriores ahora establecidos. En términos generales, es elevado el promedio de vida (el chasquido de los vasos se vuelve más violento). Lo que ayer no era una reivindicación ilegítima, aparece hoy a los ojos de muchos como una medida imprevista, y en todo caso, prematura. La situación es desesperada y vamos a necesitar todo nuestro valor. Una nueva evasión es más grave que un crimen jamás cometido. Es un error olvidar con tanta frecuencia la saludable firmeza. Nosotros trabajaremos hasta el final. No basta con rodear los muros, hay que derribarlos. (Ruido de un gran camión que pasa y se aleja). La crítica entorpece todo progreso estimulante, cualquiera que sean los avances reportados. Las fronteras deben ser protegidas de los rebaños. Los resultados están ahí para reducirlos a cenizas. Sin muertos no podemos avanzar ni retroceder. El hambre no sirve para nada ni abre los ojos a nadie. (Mientras tanto, una gran sierra eléctrica a comenzado a funcionar en el vacío: el ruido se identifica). En los últimos tiempos aumentan considerablemente las voces que se lo toman demasiado en serio. Los platos de la balanza cumplirán su fin aunque todo el mundo esté dispuesto a sacrificarse. Debemos encontrar una solución equitativa al problema de las ratas. Cada cual debe erguir sus orejas ante las vidrieras. Es importante discutir objetivamente el universo de cada reivindicación. Nadie está autorizado a enturbiar la situación. ¡Absolutamente nadie! (Los dientes de la sierra gimen al atacar la madera. Inmediatamente el ruido se convierte en un simple murmullo). Nada que destaque es por ello caricaturesco. La humanidad parece casi inextinguible. Somos eternos a condición de no dejar ocultar la furia pública, que es el mundo, por los dirigentes irresponsables. El anuncio de una nueva guerra concierne a las paciencias que algún día han sido puestas a prueba. Una amable persuasión evita que suba bruscamente el nivel del agua. Cada cual está llamado a dar a las cosas el nombre que merecen. La policía se mete en dificultades porque necesita justificarse. Todos somos un poco responsables de la hora tardía... (Silbidos, pitidos, pateos, bramidos de olas).
No dejaremos a los obreros pagar un suplemento como los hombres de primera clase, incluso si ciertos hechos predicen una ruptura. Se debe, por supuesto, ayudar a los fugitivos, pero que huyan descalzos no nos concierne. Sabemos levantar las copas y muchas cosas más. Los que llevan uniforme conocen las dificultades al hacerse de pronto la oscuridad. La toga de los jueces corta la respiración cuando está en juego la sórdida realidad. Todos nosotros queremos comportarnos con la profunda seriedad que requiere la situación. (Explosión de alegría de una masa de espectadores en un partido de fútbol, que termina de pronto en un suspiro de decepción; nuevas explosiones y nuevos suspiros a intervalos regulares). Es más fácil infamar que procurarse el alojamiento necesario. No imponemos a los simpatizantes más que heridas en la cabeza y en el vientre. Las leyes de hospitalidad no deben solamente considerarse una práctica anticuada, sino, por el contrario, subrayarse con un ataque de apoplejía. Un destornillador en la terraza es una indemnización razonable para el que siempre ha hecho el deber ajeno. Todo hombre que se precie pierde sus nervios al pescar con caña. Aceptamos a todos los que remueven las bases (ruido de la rueda de un coche al frenar bruscamente y chorro de una manga de incendio). La transformación de la sociedad en un mítin cualquiera vale lo mismo que curar a un ciego. La guerra en los bancos de arena ha costado ya no pocos cadáveres vivientes. El que medita su actuación no hace si no fortalecer la nuca de sus enemigos. Nadie merece un destino que le arrase. La vida era sin duda más rentable ayer, hoy no es más que lumbre de paja. (Ruido sostenido de una sirena de fábrica y de una bocina en la niebla). Lo que se ha dicho de los propietarios sirve también para las llagas sangrantes. Todo el que mata ciegamente actúa por razones cuanto menos sospechosas. Todo el que protesta contra las entregas de trigo debería protestar también contra las desviaciones del pensamiento. Nosotros apreciaremos más la fuerza de la libre determinación que la persecución de los hombres que huyen a nado. La seguridad de una vida tranquila contribuye en gran medida a que las conversaciones provechosas no acaben nunca. Hasta el momento se ha hablado demasiado poco de las minorías que se esconden orgullosamente en sus rincones.
(Ruidos de sillas colocadas sobre un suelo de piedra). Lo que ayer estaba prohibido se vuelve hoy de acero templado. Todo orden exterior permite un intercambio de ideas tranquilo y moderado. Consideramos el ni-esto-ni-aquello como la marca del hombre libre. Todos debemos esforzarnos en comprender cuando una palabra tropieza con el color de la hierba. Un asesinato no debe en absoluto colocarse en el mismo nivel que un accidente de avión. Una quemadura de tercer grado obstruye una bomba de gasolina. (Galopes de caballos, ruidos de la calle, de asientos que se bajan o se levantan, golpeteos de puertas, tableteo de máquinas de escribir). Nadie será licenciado sin motivo. El derecho a la tierra no necesita más explicaciones. Desde lejos, un ejercicio de tiro parece un bastón entre las piernas. Todos los suicidas eran antes de izquierda, pero ahora el reparto se ha equilibrado. Las treguas no dan ya ni tiempo de contar las moscas que duermen en el techo del establo. Escalar la punta del campanario de una iglesia vale lo mismo que un motín. Si se enfrenta uno solo a un animal, se vuelve asimismo un animal, pero si se meten cuatro o seis, el uno se vuelve manso y el otro se dulcifica de modo natural.
(Los ruidos han dejado ya lugar a una música informe, semejante a la de un disco a menos revoluciones; se utilizará una música de ritmo muy monótono. Se abre una canilla y alguien tira de una cadena. Podrían oírse entonces respiraciones ruidosas, latigazos, estallidos inesperados de risa como después de un buen chiste, y risas de mujeres como se oyen a menudo en las reuniones sociales; durante este tiempo los espectadores deben oír el texto, aunque éste sea por momentos ininteligibles. Después, un instante de silencio. A continuación, ruidos y textos. Luego, un gran silencio, y por fin, el texto, solo): Una mesa bien puesta. Todo perfectamente en orden. No precipites nada. Ayudas a tu acompañante a quitarse el abrigo. Los colores del mantel dan una nota alegre a la mesa. el cuchillo está a la derecha. El servilletero está a la izquierda. El plato está en el centro. La taza está a la derecha del plato. El cuchillo está delante de la taza. La servilleta cuelga a la derecha del cuchillo. Tu dedo reposa sobre la servilleta. A la derecha de la servilleta hay un botiquín. Los platos se presentan por la izquierda. La sopa se presenta por la derecha. Las bebidas se presentan por la derecha. Lo que te servís vos mismo se presenta por la izquierda. La puñalada viene de la derecha. Estás sentado en el centro. El salero está a la izquierda. La cuchara está a la derecha del cuchillo. El cuenco de la cuchara está hacia arriba. Las manos que estrangulan vienen de los dos lados. Tu mano reposa sobre la mesa. El filo del cuchillo mira hacia la izquierda. El corazón de tu interlocutor está a tu derecha. El vaso está a la derecha del plato. Bebés a sorbos pequeños. El golpe es más eficaz desde abajo. El ramillete de flores está en el centro de la mesa. El tenedor está a la izquierda del plato. No ofrezcas flores blancas a un moribundo. Te mantenés derecho por principio. El primogénito yace a la derecha. Las flores no ocultan a tu interlocutor. El plato de pasteles está justo en el centro. El bracero está debajo de la mesa. No apoyes la cabeza sobre los hombros. Buscá siempre palabras amables. La víctima del atentado yace siempre en el centro de la estancia. El candelabro está en el centro de la mesa. Es de mal gusto mancharse la camisa. No es raro que el cuchillo resbale sobre el plato. La mano de tu vecino reposa sobre el cuchillo. No te atragantés. Discutí a derecha e izquierda.
(La música ha vuelto a sonar muy lentamente y con chirridos, por lo que es casi imposible reconocer una música. A lo lejos cazas se desploman, bombas explotan; el texto se ha vuelto poco a poco ininteligible al estar completamente ahogado por los ruidos. Mientras tanto, los espectadores han comenzado ya a oír señales sonoras, campanas, campanillas, gongs, sirenas de fábrica, así como las AUTENTICAS CAMPANILLAS  DEL TEATRO que los llaman a ocupar nuevamente sus asientos).

60

Mientras el público va tomando asiento nuevamente, las luces del escenario van apareciendo casi imperceptiblemente. Los objetos se muestran a los espectadores en el mismo orden que antes del descanso. El armario está abierto. Sobre el sofá ya hay dos Kaspares sentados, uno muy junto al otro. Están silenciosos. Las máscaras tienen ahora expresiones de satisfacción. Luego de unos momentos de silencio, los apuntadores comienzan a recitar sobre toda la estancia:

APUNTADORES.-
Al golpear
nunca se está
tan tranquilo como al golpear una alfombra
Una gota de agua constante en la cabeza
no es razón para protestar por falta de orden
un trago de ácido en la boca
o una patada en el estómago o una astilla
metida en la nariz y perforando
más adentro
o introducir sin avergozarse  en los oídos algo parecido pero más afilado
o poner a alguien de prepo en orden por todos los medios y en todo caso sin discutir los medios
no es razón para gastar saliva sobre la falta de orden:
entonces en el acto de Poner-en-Orden
bien o mal se hace cantar a otros
cuando
entonces todo es puesto en orden y todo lo que todavía ha reído es reído
cantarse a sí mismo
y luego de golpear eso
si los puños y los pies no tienen más nada que hacer
para tranquilizarse pueden golpear la alfombra.

Un tercer Kaspar con una pequeña caja envuelta en papel de envolver, entra desde el costado y se sienta ordenadamente en el sofá, junto a los otros dos, poniendo el paquete sobre sus rodillas.

APUNTADORES.-
En el acto de Poner-en-Orden, no
se está tan tranquilo ni ordenado
como cuando
después de haberse puesto
en orden uno mismo repartiendo
leña a los demás
se quiere y se puede
con la conciencia tranquila
gozar del mundo puesto en
orden.

Un cuarto Kaspar entra con un paquete similar. El tercer Kaspar hace un espacio entre él y los otros dos. El cuarto Kaspar se sienta en ese espacio, con el paquete sobre las rodillas. Los cuatro Kaspares están callados.

APUNTADORES.-
Al golpear no se piensa en
el futuro
y no está mal
pero entre golpe y golpe
es bueno pensar en el tiempo
del orden
a fin de evitar que una patada
demasiado en desorden
impida que el pensamiento del enfermo social se desvíe tras, lograr adaptarse.

Un quinto Kaspar entra con un paquete similar, quizá un poco más grande. El tercer Kaspar se para. El quinto Kaspar se sienta en lugar del tercer Kaspar. El tercero se acomoda por fuerza en el lugar todavía libre del cuarto Kaspar. El quinto Kaspar coloca el paquete delante suyo, sobre el piso. Los cinco Kaspares están en silencio.

APUNTADORES.-
Pero si al golpear no se
acelera el corazón y el puño saca
el aire del pecho del golpeado
igual que -por conservar la imagen-
se saca el polvo de una alfombra
y se le estira la lengua
como se estiran
-por conservar la imagen-
los flecos de una alfombra
solamente entonces
se comete una injusticia:
porque al golpear no se
tiene derecho a estar tan
tranquilos como al sacudir alfombras
al taponar el hocico
se debe estar intranquilo:
para no estar intranquilo más tarde:
al golpear el cesar de los latidos del corazón
del lado del golpeado es malo:
entonces
cada cual cuya mano al golpear
ha temblado debidamente
es una hoja en blanco y uno más
que más tarde nada tendrá que reclamar:
así reina la paz en la tierra.

El Kaspar originario, de igual aspecto que los demás, entra desde el fondo con un movimiento que irradia seguridad. Anda con paso firme, como para hacer una reverencia, y al andar, esquiva todos los objetos de manera perfecta. También su máscara muestra una expresión de conformidad. Se detiene delante del micrófono. Los seis Kaspares están en silencio.

APUNTADORES.-
Los que ya fueron puestos
en orden -en lugar de encerrarse en
si mismos e ignorar a la sociedad-
deben esforzarse
sin titubeos
en mostrar por sí mismos
nuevos caminos
buscando frases aptas para
todos:
ellos pueden no elegir
ellos deben elegir
y a los otros sin frases
ni versos
la verdad sobre si mismos
contar:
también los otros
deben finalmente poder querer
lo que ellos mismos
ahora quieren poder deber.


62

Kaspar, ante el micrófono, comienza a hablar. Su voz empieza a parecerse a la de los apuntadores.

KASPAR.-
MUCHO TIEMPO PASE
EN EL MUNDO SIN COMPRENDER
NADA
LO EVIDENTE ME ASOMBRABA
Y ENCONTRABA
GROTESCO LO FINITO Y LO INFINITO
CADA OBJETO
ME DABA
ANGUSTIA EL MUNDO ENTERO SE ME
HACIA HIEL
NO QUERIA SER
NI YO MISMO NI NINGUN OTRO
MI PROPIA MANO
ME ERA
DESCONOCIDA
MIS PROPIAS PIERNAS IBAN
SOLAS
DORMIA
PROFUNDAMENTE CON LOS OJOS
ABIERTOS:
ME ENCONTRABA
COMO UN BORRACHO
SIN CONCIENCIA
ME NEGABA
A SER UTIL
CADA VISION DE LAS COSAS
ME TRAIA
MALESTAR CADA RUIDO
ME ENGAÑABA
SOBRE SI MISMO
CADA NUEVO PASO
ME CAUSABA
NAUSEAS Y UN TIRON DENTRO DEL PECHO
NO PODIA
SEGUIR MI PROPIA SOMBRA
ME HACIA
TROPEZAR YO MISMO
ME IMPEDIA
VER CON CLARIDAD SUMERGIDO
EN AQUEL MAR DE FRASES
NUNCA PENSE
QUE ME CONCERNIESEN
NO ME DI CUENTA
DE LO QUE
OCURRIA
A MI ALREDEDOR
HASTA QUE EMPECE
A VENIR
AL MUNDO.

KASPAR PERMANECE UNOS MOMENTOS EN SILENCIO. TAMBIEN LOS KASPARES SOBRE EL SOFA ESTAN EN SILENCIO.


KASPAR.-
EL BULLICIO Y LOS GRITOS
DEL EXTERIOR
LOS OIA
COMO RUIDOS EN MIS TRIPAS:
SUFRIA
POR NO PODER DISCERNIR:
TRES
NO ERA MAS QUE DOS
Y CUANDO ME PONIA AL SOL
LLOVIA
MIENTRAS QUE CUANDO EL SOL
ME HACIA
SUDAR O AL CORRER ME SOFOCABA
REPELIA
MI SUDOR
CON UN PARAGUAS
NO PODIA
DISTINGUIR NADA:
NI EL HOY DEL AYER
NI EL FRIO DEL CALOR
NI LO BLANCO DE LO NEGRO
NI LO NUEVO DE LO VIEJO
NI PERSONAS DE COSAS
NI CARICIAS DE GOLPES
NI BLASFEMIAS DE REZOS
LOS CUERPOS
SE VOLVIAN
PLANOS Y APENAS DESPERTABA
CAIAN
SOBRE MI COMO UNA PESADILLA:
TODO
ME OPONIA
RESISTENCIA
LO DESCONOCIDO
ME ABRUMABA
CON PREGUNTAS LO INDISCERNIBLE
ME ENLOQUECIA
LAS MANOS
Y ME ENFURECIA
TANTO
QUE ME AFERRABA
ME INCRUSTABA EN LOS OBJETOS
Y PARA LIBERARME
LOS DESTRUIA.

KASPAR PERMANECE UNOS INSTANTES EN SILENCIO. TAMBIEN LOS KASPARES SOBRE EL SOFA ESTAN TODAVIA EN SILENCIO.

KASPAR.-
NO NACI
CUANDO VINE AL MUNDO
SINO PORQUE
EL DOLOR
DE LAS CAIDAS ME AYUDO
A METER
UNA CUÑA
ENTRE MI Y
LOS OBJETOS Y A ELIMINAR
FINALMENTE
MIS BALBUCEOS:
ES ASI COMO
EL DOLOR
HA ARRANCADO DE MI
LA CONFUSION.
HE APRENDIDO A LLENAR CON PALABRAS
LO QUE ESTABA
VACIO
Y HE APRENDIDO QUIEN ERA QUIEN
Y COMO
CALMAR CON FRASES
LO QUE GEMIA
YA NO TENGO
VERTIGO
ANTE UNA OLLA VACIA
TODO ESTA
SUMISO
YA NO TIEMBLO
ANTE UN ARMARIO VACIO
ANTE LATAS VACIAS
ANTE CUARTOS VACIOS
YA NO VACILO
EN SALIR HACIA FUERA
PARA CADA GRIETA EN MI VIDA
TENGO FRASES
COMO TRE-
TAS QUE ME AYUDAN
A SALIR DEL PASO:

KASPAR LEVANTA AHORA EL TONO. LA LUZ SE VUELVE MAS FUERTE. LOS OTROS KASPARES PERMANECEN CALLADOS.

KASPAR.-
CADA CUAL DEBE SER LIBRE
CADA CUAL DEBE ESTAR PRESENTE
CADA CUAL DEBE SABER
LO QUE QUIERE REALMENTE
CADA CUAL DEBE IR AL FONDO
DEL ASUNTO
NADIE TIENE DERECHO A ODIARSE
POR LAS MAÑANAS
CADA CUAL DEBE VIVIR SU VIDA
CADA CUAL DEBE DAR LO MEJOR
DE SI MISMO
CADA CUAL DEBERA MANTENER
SUS PRINCIPIOS
NADIE TIENE DERECHO A PASAR
SOBRE CADAVERES
NADIE TIENE DERECHO A QUEDARSE
AL MARGEN
CADA CUAL DEBE PODER MIRAR
AL OTRO A LOS OJOS
NADIE DEBE ENVIDIAR
LO DEL OTRO

LOS DEMAS KASPARES DESDE SUS ASIENTOS EMPIEZAN A PRODUCIR EXTRAÑOS SONIDOS CUYA SIGNIFICACION SE NOS ESCAPA. LOS ESPECTADORES ESCUCHAN UNA ESPECIE DE LLANTO ESTILIZADO, IMITANDO LOS SILBIDOS DEL VIENTO, RISAS AHOGADAS.

KASPAR.-
CADA CUAL DEBE PODER MIRAR
CON ORGULLO
CADA CUAL DEBE DEJARSE GUIAR
DOCILMENTE
NADIE DEBE CONFIAR
CIEGAMENTE
EN EL OTRO
NADIE TIENE DERECHOA EMPAÑAR
LA FAMA
DEL OTRO
CADA CUAL DEBE VER TAMBIEN
LO QUE HAY DE BUENO
EN EL OTRO
NADIE DEBE HACER
ASI COMO ASI
CASTILLOS EN EL AIRE


LOS ESPECTADORES ESCUCHAN, EN PARTE SIMULTANEAMENTE CON EL DISCURSO DE KASPAR, DESDE LOS FONDOS DEL ESCENARIO, GRAZNIDOS, SONIDOS COMO DE LECHUZAS, LAMENTOS, CANTOS CON VOZ DE CABEZA.

KASPAR.-
CADA CUAL TIENE EL DEBER
DE CULTIVARSE
NADIE TIENE DERECHO
A PELEARSE
CON LOS DEMAS
CADA CUAL DEBE
PREOCUPARSE
POR LOS DEMAS
CADA CUAL DEBE PENSAR
EN EL MAÑANA
CADA CUAL DEBE SENTIRSE
SEGURO

LOS ESPECTADORES ESCUCHAN CHILLIDOS, GRUÑIDOS, ASPIRACIONES FUERTES POR LA NARIZ, CHASQUEOS DE LENGUA, RISAS ESTENTOREAS, BERREOS, UN AULLIDO.

KASPAR.-
CADA CUAL DEBE LAVARSE
LAS MANOS ANTES DE COMER
CADA CUAL DEBE VACIAR
SUS BOLSILLOS AL ENTRAR
EN PRISION
CADA CUAL DEBE BARRER
SU PUERTA
NADIE DEBE COMER
EN LA MANO DE OTRO
CADA CUAL DEBE OCUPARSE
DE LOS DEMAS
CADA CUAL DEBE SENTARSE
PEINADO A LA MESA
NADIE DEBE DEJAR GEMIR
Y LLORAR A LOS OTROS
NADIE DEBE TOMAR EL CAFE
DEL PLATO
CADA CUAL DEBE SALUDAR
AL VECINO
CADA CUAL DEBE CORTARSE
LAS UÑAS
NADIE TIENE DERECHO A QUITARLE
LAS GANAS DE VIVIR A OTRO
NADIE TIENE DERECHO A MANCHAR
EL MANTEL
CADA CUAL DEBE SONARSE
LA NARIZ
NADIE DEBE RIDICULIZAR CON CHISTES
EL PRESTIGIO DE LOS OTROS
NADIE TIENE DERECHO A REIRSE
DEL OTRO
NADIE DEBE CONTAR CHISTES
EN LOS ENTIERROS
NADIE DEBE HACER GARABATOS
EN LAS PAREDES DE LOS BAÑOS
NADIE TIENE DERECHO A HACER TRIZAS
EL CODIGO CIVIL
CADA CUAL DEBE PRESTAR OIDOS
AL OTRO
CADA CUAL DEBE PODER PONERSE
EN EL LUGAR DEL OTRO
CADA CUAL DEBE DECIR
SU NOMBRE AL OTRO.

ENTRETANTO LOS RUIDOS Y SILBIDOS IRAN AUMENTANDO DE TAL MANERA QUE KASPAR DEBERA AUMENTAR EN IGUAL MEDIDA EL VOLUMEN DE SU VOZ. AL FINAL DE SUS RIMAS Y PESE A QUE LOS OTROS, TODAVIA SENTADOS,  SOLO GORJEAN, GORGOTEAN, CARRASPEAN, SILBAN, SUSURRAN, SE QUEJAN, JADEAN, ETC., KASPAR SE VE OBLIGADO A HABLAR CON VOZ TAN PODEROSA QUE SUS PALABRAS HAN TOMADO EL CARIZ TRONANTE DE UN ORADOR.

63

Los Kaspares de atrás están en un principio callados. El Kaspar de adelante comienza a cantar, quizá con voz de cabeza. Los apuntadores van entrando en el acompañamiento, en la forma de un canon, pero sin resolución. Cantan suave y bellamente, de manera tal que Kaspar permanece todo el tiempo comprensible. Kaspar canta como un confesor.

KASPAR.-
NADIE DEBE MORDER EL TENEDOR
CON LOS DIENTES
NADIE DEBE HABLAR DE CRIMENES
EN LA MESA
NADIE DEBE LLEVAR AMIGOS
EN UN COCHE OFICIAL
CADA CUAL DEBE HACERSE VALER
ANTE TODO EL MUNDO
NADIE DEBE LLAMAR OTRO
AL OTRO
NADIE DEBE OCULTAR
SU DOMICILIO
NADIE DEBE REIRSE DEL LABIO
PARTIDO DEL PRIMERO QUE LLEGA
NADIE DEBE DAR PALMADAS EN EL HOMBRO
AL PRIMERO QUE LLEGA
NADIE DEBE HUNDIR EL CUCHILLO ENTRE LAS COSTILLAS
DEL PRIMERO QUE LLEGA
CADA CUAL DEBE LLAMAR AL POLICIA
EN PLENA CALLE:
SEÑOR AGENTE

LOS OTROS KASPARES CONTINUAN ACOMPAÑANDO A KASPAR. NO ES QUE CANTEN PROPIAMENTE, MAS BIEN SE LIMITAN A CHILLAR, A GRUÑIR, A ASPIRAR FUERTE POR LA NARIZ, A CHASQUEAR LA LENGUA, A BERREAR, A AULLAR PERO TODO ELLO ATENIENDOSE AL RITMO DE LA CANCION. ELLOS AHORA SUBEN TAMBIEN POCO A POCO EL TONO.

KASPAR.-
NINGUN MUEBLE TIENE DERECHO
A LLENARSE DE POLVO
NINGUN HAMBRIENTO TIENE DERECHO
A HACER COLA
NINGUN ADOLESCENTE TIENE DERECHO
A SER UN PARASITO
CADA PALABRA QUE NO SIGNIFIQUE
NADA BUENO
DEBE TACHARSE

AHORA ACOMPAÑARAN RUIDOSAMENTE APORREANDO SUS CAJAS AL RITMO QUE MARCA KASPAR.

KASPAR.-
NADA DE CODOS EN LA MESA
NADA DE CUCHILLOS PARA EL PAN
NADA DE RIBETES EN LAS UÑAS
NADA DE SARDINAS CON LOS DEDOS
NADA DE PARCHES EN LOS OJOS
NADA DE TRUFAS SIN COCINAR
CADA VAGO AL CALABOZO:
PARA EVITAR LA CONFUSION

LOS APUNTADORES CANTAN LO QUE KASPAR DICE, Y LOS OTROS KASPARES LADRAN, HACEN RUIDOS RAROS, COMO DE ROMPER GLOBOS DE GOMA DE MASCAR, ETC.

El Kaspar de adelante vuelve a hablar:

KASPAR.-
NADA DE MUGRE SOBRE LA MERCADERIA
CADA TREN PUNTUAL PARA PARTIR
CADA PERSONA QUE SE PRECIE
CON TODO EN CLARO
TODO LO QUE NO ES ESENCIAL
A LA MIERDA

64

Deja de hablar. Se produce un silencio. Luego dice Kaspar:

KASPAR.-
¿PERO QUE DIJE
RECIEN RECIEN
QUE HE DICHO
SI SUPIE-
RA QUE HE DICHO
SI TAN SO-
LO SUPIERA QUE DECIA
QUE HABLABA
HACE UN MOMENTO
QUE ESTABA
DICIENDO
QUE ERA QUE DECIA
LO QUE HABLABA
HACE UN MOMENTO
QUE ESTABA
DICIENDO
QUE
ERA LO QUE
DECIA SI SUPIERA QUE ERA
AQUELLO LO QUE EN EL FONDO
DECIA QUE HABLABA
QUE ESTABA
DICIENDO
HACE UN MOMENTO?

Mientras aún se hace esta pregunta, también empieza, como los demás Kaspares, a reírse histéricamente y cosas por el estilo. Al mismo tiempo los apuntadores terminan de cantar los versos anteriores de Kaspar. Kaspar, por ejemplo, acerca la mano al micrófono, haciendo ruido con los dedos. Puede que se produzca un sonido gimoteante. Mientras los apuntadores terminan, todos los Kaspares acaban por soltar una risa realmente contagiosa. Poco a poco, entre gimoteos y risotadas, el Kaspar hablador y los otros finalmente se callan. Oyen los espectadores como dos o tres de ellos se liman las uñas. El Kaspar de delante dice:

KASPAR.-
TODA FRASE
ES UN ENVASE
TODA FRASE
ES UN ENVASE
TODA FRASE
ES UN ENVASE

Permanece callado. Empieza a hablar sin rimas. Uno de los spots lo señala.

KASPAR.-
ME HE SENTIDO ORGULLOSO DEL PRIMER PASO QUE DI, PERO DEL SEGUNDO ME HE AVERGONZADO; DEL MISMO MODO, ME HE SENTIDO ORGULLOSO DE LA PRIMERA MANO QUE DESCUBRI EN MI MISMO, PERO DE LA SEGUNDA MANO ME HE AVERGONZADO: ME HE AVERGONZADO DE TODO LO QUE SE REPETIA; PERO SIN EMBARGO, YA LA PRIMERA FRASE QUE PRONUNCIE ME DIO VERGÜENZA, MIENTRAS QUE NO ME AVERGONCE CON LA SEGUNDA Y PUDE PRONTO ACOSTUMBRARME A LAS SIGUIENTES. ME HE SENTIDO ORGULLOSO DE LA SEGUNDA FRASE.
EN MI HISTORIA QUISE PRODUCIR SOLO RUIDOS CON LA PRIMERA FRASE; MIENTRAS QUE CON LA SIGUIENTE FRASE YA QUISE HACERME NOTAR, MIENTRAS QUE CON LA SIGUIENTE FRASE YA QUISE HABLAR, MIENTRAS QUE CON LA SIGUIENTE FRASE YA QUISE OIR HABLAR, MIENTRAS QUE CON LA SIGUIENTE FRASE YA QUISE QUE OTROS ME OYESEN HABLAR, MIENTRAS QUE CON LA SIGUIENTE FRASE YA QUISE QUE OTROS OYESEN LO QUE YO HABLABA, MIENTRAS QUE CON LA SIGUIENTE FRASE YA QUISE AHOGAR LAS FRASES QUE OTROS PRONUNCIABAN, Y PARA PREGUNTAR, SOLO UTILICE LA PENULTIMA FRASE DE LA HISTORIA Y SOLO CON LA ULTIMA FRASE DE LA HISTORIA COMENCE A PREGUNTAR QUE HABIAN DICHO LOS OTROS, CUYAS FRASES YO HABIA AHOGADO CON LA MIA.
HE VISTO LA NIEVE Y HE AGARRADO LA NIEVE. A CONTINUACION HE DICHO LA FRASE: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, CON LO QUE QUISE EXPRESAR POR QUE LA NIEVE ME MORDIA LAS MANOS. UNA VEZ ME DESPERTE EN LA OSCURIDAD Y NO VI NADA. ENTONCES DIJE: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, CON LO QUE QUISE EXPRESAR: PRIMERO, POR QUE HABIAN DESALOJADO TODO EL CUARTO; LUEGO, COMO NO ME VEIA A MI MISMO, POR QUE ME HABIAN SEPARADO DE TODO LO QUE ME PERTENECIA, Y DESPUES, COMO HABIA OIDO HABLAR A ALGUIEN, ES DECIR, A MI MISMO, REPETI: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, CON LO QUE QUISE EXPRESAR QUE ME HUBIESE GUSTADO SABER QUIEN, ENCIMA, SE BURLABA DE MI CON SUS PALABRAS. ENTONCES MIRE UNA VEZ HACIA AFUERA Y VI UN RESPLANDOR MUY VERDE Y DIJE AL RESPLANDOR: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, Y CON AQUELLA FRASE QUISE PREGUNTAR AL RESPLANDOR POR QUE ME DOLIAN TANTO LOS PIES. PERCIBI TAMBIEN UN TELON QUE SE MOVIA. ENTONCES DIJE, PERO NO AL TELON: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, Y CON ESO QUISE DECIR, PERO NO AL TELON, NO SE A QUIEN, POR QUE TODOS LOS MOSTRADORES ESTABAN ABIERTOS Y POR QUE MI SACO ESTABA SIEMPRE PEGADO A LA PUERTA. ESCUCHE TAMBIEN A ALGUIEN SUBIR ESCALERAS, ENTONCES CRUJIO LA MADERA, Y LE DIJE AL CRUJIDO QUE QUERIA SER COMO AQUEL QUE OTRO HABIA SIDO UNA VEZ, CON LO QUE QUISE EXPRESAR CUANDO VOLVERIA MI CABEZA A ESTAR LIVIANA. TAMBIEN SE ME CAYO UNA VEZ UN PLATO, QUE SIN EMBARGO NO SE ROMPIO, CON LO QUE GRITE: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, CON LO QUE QUERIA EXPRESAR QUE NO TENDRIA MIEDO ANTE NADA EN EL MUNDO, ENTONCES DIJE DE NUEVO: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, CON LO QUE QUISE QUE SE ENTENDIERA CLARAMENTE QUE SIN EMBARGO ALGO PODRIA CAUSARME TEMOR Y ESTO SERIA UNA ASTILLA DE HIELO; Y ENTONCES DEJE DE SENTIR DOLORES DE PRONTO Y GRITE: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, CON LO QUE QUERIA DECIR A TODO EL MUNDO QUE YA NO SENTIA MAS DOLORES , PERO ENTONCES VOLVI A SENTIR DOLORES Y LE SUSURRE A TODOS EN EL OIDO: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, CON LO CUAL QUERIA AFIRMAR A TODO EL MUNDO QUE, POR EL CONTRARIO, YA NO SENTIA MAS DOLORES Y QUE CONMIGO TODO ESTABA EN ORDEN, CON LO QUE COMENCE A MENTIR; Y FINALMENTE ME DIJE A MI MISMO: QUISIERA SER COMO AQUEL QUE OTRO HA SIDO UNA VEZ, Y CON ELLO QUERIA SABER LO QUE LA FRASE QUE ME ESTABA DICIENDO PODIA, EN SUMA, SIGNIFICAR.
PORQUE LA NIEVE ERA BLANCA Y PORQUE LA NIEVE FUE LA PRIMER COSA BLANCA QUE VI EN MI VIDA, HE LLAMADO NIEVE A TODO LO QUE ERA BLANCO. ALGUIEN ME DIO UN PAÑUELO QUE ERA BLANCO, PERO PENSE QUE ME MORDERIA, PORQUE LA NIEVE ME MORDIO LA MANO AL TOCARLA, Y NO TOQUE EL PAÑUELO, Y CUANDO YA APRENDI LA PALABRA NIEVE, LLAME NIEVE AL PAÑUELO BLANCO: PERO MAS TARDE, CUANDO APRENDI TAMBIEN LA PALABRA PAÑUELO, AL VER UN PAÑUELO BLANCO SEGUIA PENSANDO LA PALABRA NIEVE AUNQUE DIJERA LA PALABRA PAÑUELO, CON LO QUE AL FIN HE PODIDO POR PRIMERA VEZ RECORDAR. PERO UN PAÑUELO GRIS O MARRON NO HA SIDO NUNCA NIEVE. ASI COMO UNA NIEVE GRIS O MARRON NO HA SIDO NUNCA NIEVE, SINO LA PRIMERA COSA GRIS O MARRON QUE VI EN MI VIDA, UN MONTON DE ESTIERCOL, POR EJEMPLO, O UN CHALECO. PERO UNA PARED BLANCA HA SIDO NIEVE, ASI COMO TODO HA SIDO REALMENTE NIEVE PARA MI CUANDO, TRAS MIRAR LARGO TIEMPO AL SOL, TAN SOLO VEIA BLANCO. FINALMENTE HE USADO LA PALABRA NIEVE INCLUSO PARA ALGO QUE NO ERA BLANCO, POR CURIOSIDAD, PARA VER SI ESO SE TRANSFORMABA EN NIEVE POR HABER DICHO LA PALABRA NIEVE. Y AUNQUE NO DIJESE LA PALABRA NIEVE HE PENSADO O RECORDADO AL MENOS EN TODO MOMENTO SI NO LA NIEVE MISMA, LA PALABRA NIEVE. INCLUSIVE AL DORMIRME O AL CAMINAR POR UN DESFILADERO O AL CORRER EN LA OSCURIDAD ME HE REPETIDO CONTINUAMENTE LA PALABRA NIEVE. POR ULTIMO, ESTO LLEGO TAN LEJOS, QUE NO SOLO NO CREIA LAS PALABRAS Y LAS FRASES SOBRE LA NIEVE, SINO QUE DEJE DE CREER A LA NIEVE MISMA, CUANDO CAIA O CUANDO REPOSABA, Y NO LA CONSIDERABA NI REAL NI POSIBLE, SOLO PORQUE YA NO CREIA EN LA PALABRA NIEVE.
EL PAISAJE ME PARECIA ENTONCES PINTADO CON VIVOS COLORES EN LA VENTANA. DESDE QUE VI, UNA VEZ, LA SOMBRA DE UNA SILLA EN EL SUELO, CONSIDERE DESDE ESE MOMENTO UNA SILLA CAIDA COMO LA SOMBRA DE UNA SILLA. CADA MOVIMIENTO  ERA  ENTONCES  CORRER, PORQUE ENTONCES QUERIA ANTE TODO CORRER Y SALIR CORRIENDO; TAMBIEN EL NADAR ERA CORRER. SALTAR ERA CORRER EN DIRECCION FALSA. CAER ERA TAMBIEN CORRER. CUALQUIER LIQUIDO, AUNQUE ESTUVIERA INMOVIL, ERA UN CORRER POSIBLE. CUANDO TENIA MIEDO, LOS OBJETOS CORRIAN MUY DEPRISA. PERO ANOCHECER ERA ENTONCES DESVANECERSE.
CUANDO NO SABIA ADONDE IR, SE ME EXPLICO, QUE CUANDO NO SABIA ADONDE IR, TENIA MIEDO, Y DE ESTA FORMA CONOCI EL TEMOR; Y CUANDO VEIA ROJO SE ME EXPLICO QUE ESTABA FURIOSO; PERO CUANDO ME QUERIA ESCONDER, ME AVERGONZABA; Y CUANDO SALTABA EN EL AIRE, ME ALEGRABA; PERO CUANDO ESTABA CERCA EN EL SITIO, TENIA UN SECRETO O ESTABA ORGULLOSO DE ALGO; Y CUANDO CASI DESAPARECI, TUVE COMPASION; PERO CUANDO NO SABIA QUE HACER, ESTABA DESESPERADO, Y CUANDO NO SABIA DONDE ESTABA MI CABEZA, ESTABA TRASTORNADO; Y CUANDO SE ME CORTABA LA RESPIRACION, ME ASUSTABA; Y CUANDO TENIA EL ROSTRO LIVIDO, SENTIA MIEDO DE LA MUERTE; PERO CUANDO ME FROTABA LAS MANOS, ESTABA CONFORME, Y CUANDO TARTAMUDEABA, SE ME EXPLICO QUE CUANDO TARTAMUDEABA ERA FELIZ. CUANDO TARTAMUDEABA ERA FELIZ.
DESDE QUE APRENDI A DECIR LA PALABRA YO, TUVIERON QUE DIRIGIRSE A MI DURANTE MUCHO TIEMPO CON LA PALABRA YO, PORQUE NO SABIA QUE CON LA PALABRA VOS ERA YO EL ALUDIDO, PUESTO QUE YO ME LLAMABA YO; INCLUSO CUANDO YA COMPRENDI LA PALABRA VOS, FINGI DURANTE ALGUN TIEMPO NO SABER A QUIEN SE ALUDIA, PORQUE ME PRODUCIA PLACER NO COMPRENDER NADA; Y ENSEGUIDA ME PRODUJO TAMBIEN PLACER ACUDIR CADA VEZ QUE SONABA LA PALABRA VOS.
CUANDO NO COMPRENDIA UNA PALABRA, LA DUPLICABA, Y DUPLICABA DE NUEVO, PARA QUE DEJARA DE MOLESTARME. DECIA: GUERRA, GUERRA; TRAPOS, TRAPOS. DECIA: GUERRA, GUERRA, GUERRA, GUERRA; TRAPOS, TRAPOS, TRAPOS, TRAPOS. ASI ME HE ACOSTUMBRADO A LAS PALABRAS.

Uno de los Kaspares del fondo, entretanto, ha sacado una gran lima de su paquete, limando un poco el cartón del paquete. Acto seguido, va a limar sobre el Kaspar vecino. El ruido de la lima es de esos ruidos que producen escalofríos.

VI PRIMERO UNA PERSONA. LUEGO, DESPUES QUE YO HABIA VISTO A ESA PERSONA, VI MAS PERSONAS. NO FUE POCA LA ADMIRACION QUE ME PRODUJO TAL CIRCUNSTANCIA.

Todos los Kaspares llevan en sus trajes, en los sitios que más convenga, apliques de materias adecuadas para producir, en el caso que se les lime o rasque con diversos instrumentos como limas, clavos, cuchillos y útiles parecidos, toda clase de ruidos insoportables. Los materiales más adecuados de los que disponen los Kaspares a este respecto son, por ejemplo, goma espuma, cartón, chapa, piedras, trozos de pizarra, etc. Muchas de estas cosas se encuentran en los paquetes. También pueden servir los ruidos que se producen al arrugar el papel de embalaje.

VI BRILLAR ALGO. PORQUE BRILLABA TANTO, QUISE TENERLO. QUISE TENER TODO  LO QUE  BRILLABA. MAS TARDE, QUISE TENER TAMBIEN LO QUE NO BRILLABA.
VI QUE ALGUIEN TENIA ALGO. QUISE TENER ALGO SEMEJANTE. MAS TARDE QUISE TAMBIEN TENER ALGO.

A continuación los ruidos se hacen más frecuentes y más ruidosos cada vez, pues poco a poco todos los Kaspares del fondo se dedican a producirlo con un amplio surtido de limas, cuchillos, buriles, clavos de hierro y con las mismas uñas, rasgando y arañándose mutuamente los trajes y paquetes.

CUANDO ME DESPERTE, COMI. LUEGO JUGUE Y HABLE, HASTA DORMIRME DE NUEVO Y DE NUEVO DESPERTARME.

Poco a poco incluso se levantan y forman grupitos. Pero resulta fácil identificar cada uno de los ruidos por separado: ninguno se produce de manera casual; además de eso tampoco convierten en ininteligibles las palabras de Kaspar, todo lo contrario: las subrayan incluso, las sobreacentúan.

UNA VEZ METI LAS MANOS EN LOS BOLSILLOS Y NO PUDE SACARLAS MAS.
UNA VEZ CADA OBJETO ME PARECIO UNA PRUEBA DE ALGO, ¿PERO DE QUE?
UNA VEZ (intenta tragar) NO PUDE TRAGAR.
UNA VEZ (intenta estornudar) NO PUDE ESTORNUDAR.
UNA VEZ (intenta bostezar) NO PUDE BOSTEZAR.

Los ruidos presentan cada vez una estructura más compleja. Por ejemplo los ruidos que se producen cuando una puerta mal encajada se cierra arañando el enlosado, o cuando el oso polar se desliza a lo largo del carril metálico con las garras sacadas; cuando el trineo se sale de la pista nevada, metiéndose los patines en un montón de gravilla o sobre el hormigón; cuando la tiza o la uña resbalan en el plato; cuando todos arrastran sus zuecos por un suelo de mármol; cuando una sierra corta madera verde y húmeda; cuando las uñas pasan por el cristal de la ventana; cuando rompen la tela, etc. (Dejar volar la imaginación, pero tampoco extralimitarse).

UNA VEZ (se esfuerza en terminar las frases siguientes) - LOS OTROS PERSIGUIERON... YO BUSCABA... NADIE VENCIO... LOS OBJETOS ERAN... YO EMPUJE... NADIE ACARICIABA... LOS OTROS ACOSABAN... LOS OBJETOS TENIAN... NADIE HUIA... YO TROPEZABA... LOS OTROS MOSTRABAN... LOS OBJETOS SE VOLVIAN... YO AVANZABA... LOS OTROS ARRANCABAN... NADIE BAJABA... LOS OBJETOS SON... LOS OBJETOS TIENEN... LOS OTROS RASCAN... NADIE GOLPEA... YO LIMO... LOS OBJETOS SE VUELVEN... NADIE ESTRANGULA... LOS DEMAS RECIBEN... - NO HE PODIDO TERMINAR UNA FRASE.
UNA VEZ ME ME... UNA MEZ ME VE.. UMA VEZ MEM NE... NUMA MEZ MEM NEZ... NUMA EZ MEZ MEZ... - UNA VEZ ME EQUIVOQUE AL HABLAR Y TODOS SE MIRARON ENTRE SI.
UNA VEZ FUI EL UNICO QUE SE RIO.
UNA VEZ ME SENTE ENCIMA DE UNA MOSCA.
UNA VEZ OI GRITAR POR TODAS PARTES: ¡AL ASESINO! PERO CUANDO BUSQUE, ENCONTRE SOLO UN TOMATE PELADO EN LA BASURA.
DE PRONTO ME DIFERENCIE DEL MOBILIARIO.
YA CON MI PRIMERA FRASE CAI EN LA TRAMPA.

Dedicados por completo a la producción de ruidos, para lo que se sirven de sus paquetes y de los objetos que contienen, limándose los trajes, cortando en trocitos grandes trozos de goma espuma, etc., los Kaspares se apretujan hacia el primer plano del escenario.

PUEDO HACERME ENTENDER. CREO QUE DEBO HABER DORMIDO MUCHO TIEMPO, PORQUE AHORA ESTOY DESPIERTO. ME DIRIJO A LA MESA Y USO LA MESA, PERO MIRA... LA MESA SIGUE ESTANDO DESPUES DE SER USADA. PUEDO APARECER, PORQUE SE CUAL ES MI LUGAR. NO PUEDO DORMIRME CON LAS MANOS SECAS, PERO CUANDO ESCUPO EN MIS MANOS, SE ME VUELVEN AUN MAS SECAS. Y CUANDO DIGO: LA SILLA ES INOFENSIVA, DEJA YA DE SERLO. ME ENCUENTRO A GUSTO CUANDO LA PUERTA, DESPUES DE HABER ESTADO MUCHO TIEMPO ABIERTA, SE CIERRA AL FIN. SE DONDE VA CADA COSA. TENGO SENTIDO DE LA PROPORCION. NO USO GRANDES PALABRAS. PUEDO REIR HASTA TRES. SOY UTILIZABLE. OIGO, DESDE MUY LEJOS, PUDRIRSE LA MADERA. NO TOMO YA NADA LITERALMENTE. AHORA ESTOY IMPACIENTE POR DESPERTARME, MIENTRAS QUE ANTES ESTABA IMPACIENTE POR DORMIRME. ME HAN HECHO HABLAR. ME HAN TRASLADADO A LA REALIDAD... ¿ESCUCHAN ESO? (Silencio) ¿ESCUCHAN? (Silencio) SHHH! (Silencio)

La escena se oscurece. Silencio.

65

Mientras se vuelve a iluminar el escenario, vuelve a existir la división tripartita de las acciones: Al mismo tiempo que se desarrolla el siguiente texto de Kaspar aparece nuevamente por los altoparlantes, pero suavemente, los apuntadores. Ellos susurran quizá el siguiente texto:

APUNTADORES.-
Ojalá. Futuro propio. Ahora cada dos, antes cada cuatro. Cosa de la posibilidad. Ojalá. Aliviar la vida. Ojalá. Despliegue. Ojalá. En realidad. Ojalá. Una suma continuamente ascendente. Ojalá. Para eso se sirve. Ojalá. FINALMENTE REPITEN MUY BAJO HASTA EL FINAL. Ojalá. Ojalá. Ojalá.

Los Kaspares se acercan arrastrando los pies hacia delante, hacia el Kaspar hablador. Se ensañan especialmente con uno de los objetos, por ejemplo una de las sillas, riéndose de ella a carcajadas, disfrazándola de manera ridícula, arrastrándola de repente hacia otro lado, imitando el ruido que producen sus patas al arrastrar por el suelo. Acaban por ridiculizar de tal manera a la silla, que finalmente queda convertida, junto con todos los demás objetos, en algo totalmente inaceptable. El Kaspar de delante continúa:

KASPAR.-
ES AGRADABLE OIR CRUJIR LA LEÑA EN EL FUEGO, CON LO QUE QUIERO EXPRESAR QUE NO ES AGRADABLE OIR CRUJIR LOS HUESOS. LA SILLA ESTA AQUI, LA MESA ESTA ALLI, CON LO QUE QUIERO EXPRESAR QUE ESTOY CONTANDO UNA HISTORIA. NO QUISIERA SER MAS VIEJO, PERO QUISIERA SIN EMBARGO, QUE HUBIERA PASADO YA MUCHO TIEMPO, CON LO QUE QUIERO EXPRESAR QUE UNA FRASE ES UN MONSTRUO, CON LO QUE QUIERO DECIR QUE HABLAR PUEDE SER UNA AYUDA MOMENTANEA, CON LO QUE QUIERO DECIR QUE CADA OBJETO TIENE COSQUILLAS SI  ME  ASUSTO.  DIGO:   PUEDO   IMAGINARME QUE ESTOY AHORA EN TODAS PARTES, SOLO QUE NO ME PUEDO IMAGINAR REALMENTE ESTAR ALLI, CON LO QUE QUIERO DECIR QUE LOS PICAPORTES ESTAN VACIOS. YO PUEDO DECIR: EL AIRE ATRAPA, O BIEN, EL CUARTO CRUJE, O BIEN, EL ARMARIO GRITA, CON LO QUE QUIERO DECIR QUE NO SE DONDE DEBO PONER MI MANO O DEJAR MI MANO, MIENTRAS QUE CUANDO DIGO QUE NO SE DONDE DEBO DEJAR MI MANO QUIERO EXPRESAR QUE TODAS LAS PUERTAS ME ATRAEN BAJO EL SOLO PRETEXTO DE QUE SE DEJAN ABRIR; UNA FRASE QUE QUISIERA UTILIZAR EN EL SENTIDO DE QUE MIS PELOS SE HAN ATRAPADO EN LA MESA COMO EN UNA MAQUINA Y QUE ESTOY PELADO; LITERALMENTE CADA NUEVA FRASE ME HACE DAÑO, PLASTICAMENTE: ME HAN DESHECHO, ME TIENEN EN SUS MANOS; MIRO AL OTRO LADO, REINA UN SILENCIO INCRUENTO. YA NO PUEDO LIBRARME DE MI: LANZO EL SOMBRERO AL GANCHO DE LA CARNE. CADA TABURETE AYUDA A MORIR: LOS MUEBLES SON COMO DEBEN SER: NADA ESTA ABIERTO: EL DOLOR SE VUELVE PREVISIBLE: EL TIEMPO TIENE QUE DETENERSE: LOS PENSAMIENTOS SE ACHICAN: NO HE PODIDO SENTIRME TODAVIA: NO ME HE VISTO NUNCA: NO OFREZCO APENAS RESISTENCIA: LOS ZAPATOS ME SIENTAN COMO GUANTES: NO ME ESCAPO SOLO CON EL SUSTO: LA PIEL SE SALE: EL PIE SE DUERME A MORIR: VELAS Y FRASES- SANGUIJUELAS: FRIO Y MOSQUITOS: CABALLOS Y PUS: ESCARCHA Y RATAS: ANGUILAS Y BUÑUELOS: CABRAS Y MONOS: CABRAS Y MONOS: CABRAS Y MONOS:

Entretanto los demás Kaspares han producido un ruido cada vez más ensordecedor con los objetos que han traído y sobre el propio Kaspar hablante con sus herramientas. Lo hacen riéndose, ejecutando los ademanes acostumbrados de todo figurante en todas las obras de siempre, y se burlan del ritmo del habla del Kaspar hablante, etc. También el Kaspar hablante ha sacado una lima de su traje y se ha puesto a limar la cabeza del micrófono, originando un ruido parecido al que producen los demás Kaspares. De esta manera subraya sus últimas frases. De repente sobreviene el silencio casi perfecto. Los demás Kaspares todavía bracean dando golpeas al aire con sus manos y codos. Aún se agitan un poco. Se les oye olfatear.

Entonces Kaspar dice:

KASPAR.-
CABRAS Y MONOS:

El telón se corre sobre ese texto con un ruido estridente hacia el centro, donde se agitan los Kaspares.

KASPAR.-
CABRAS Y MONOS:

Con un ruido más estridente todavía, el telón se corre un poquito más hacia el centro.

KASPAR.-
CABRAS Y MONOS:

Con un ruido más estridente aún, el telón se corre otro poquito hacia el centro.

KASPAR.-
CABRAS Y MONOS:

Con un ruido todavía más estridente, el telón se corre otro poco hacia el centro.

KASPAR.-
CABRAS Y MONOS:

Con el más estridente de todos los ruidos posible, el telón se corre otro poco, alcanzando el centro, donde aún agita sus brazos el grupo de Kaspares; dándoles en las manos, los tira a todos en el justo momento en que el Kaspar que habla dice su última palabra. Se desploman detrás del telón, que ahora está cerrado. Se impone el silencio: es el fin de la obra.