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Las cloacas del paraíso. Jorge Díaz.




Las cloacas del paraíso
Jorge Díaz



Personajes
ABEL
ADÁN
EVA
CAIN
PADRINO
BETSABE

Esta es una obra que tiene una poética propia: se juega con el tiempo, sus
alusiones son ambiguas, contradictorias; se estructura como una sucesión de
monólogos de seres solitarios amenazados por una terrible represión que no
queda muy claro de donde viene ni por que se produce.
Hay algo apocalíptico en su atmósfera, quizás esa es la sensación que tengo
después de los sucesos del 11 S. N. Y. y 11 M. en Madrid, la guerra de Irak y de
Oriente Medio.
Creo que hay que entrar en la obra a través de las imágenes y la atmósfera, y no
por la lógica.
La historia que se cuenta es elemental.
Cada espectador podrá armar su propio cuento que parte del cuarteto Adán, Eva,
Abel y Caín, pero que permite cualquier interpretación.2
Algunas de mis obsesiones están en la obra, pero no sé con qué prioridad ni
importancia. Lo que piensa el autor de su propia obra es irrelevante. Ya está
fuera de él, ahora importan las palabras que están en el papel y las visiones del
director y los actores.
Me duele, me irrita, me presiona, me inquieta, me desasosiega, que las guerras
más sangrientas se produzcan, por lo menos indirectamente, por la intolerancia
de los tres monoteísmos excluyentes: el judaísmo, el Islam y el cristianismo. Creo
en Dios, pero no en los administradores de Dios.
Me sobrecoge y me rebelo contra la discriminación de la mujer, la xenofobia, las
guerras santas que quiere imponer Bush y compañía, todos los fundamentalismos.
No creo que el mundo se divida en inocentes y culpables. Todos somos inocentes
y culpables.
Estaré siempre con los perdedores. Por eso amo a Caín y detesto a Abel, el que
sabe conquistarse al poderoso con su virtud, que es pura manipulación
oportunista.
Odio el poder en cualquiera de sus formas.
Adán ha transado, se ha humillado, y por eso mismo será basureado más que
ninguno.
Tengo una especie de rabia que quizás es la misma impotencia que manifiesta en
la obra Caín.
Jorge Díaz
29 de marzo de 2004.



UN FOCO CENITAL SOBRE ABEL QUE ENTRA COMO UN ANIMADOR TRAVESTIDO DE
UN ESPECTÁCULO DE MUSIC HALL: MAQUILLAJE, PELUCA, MALLA BRILLANTE, ETC.

ABEL: Queridos amigos, ¡Bienvenidos al Paraíso!
Empieza la fiesta de los sentidos, aunque dejaremos, por supuesto, un pequeño
espacio para el espíritu, porque el pobre abulta muy poco. Todavía no se ha
inventado la silicona del espíritu.
Nuestro auspiciador "Jehová, Sociedad ilimitada", les garantiza que pasarán una
noche inolvidable.
Yo me llamo Abel, y les prometo que les haré olvidar las molestias que han
sufrido al tener que ser registrados a la entrada y pasar por el detector de
metales, sin contar con las pruebas de pureza de sangre, que ya se exigen en
todos los teatros, sobre todo en el nuestro.
No cualquiera entra en el Edén. Ustedes son los elegidos y gozarán de este
privilegio.
Esta noche les presentaremos el Music-Hall "La balada de Caín". Es un nuevo
género teatral en el que los personajes viven realmente sus estúpidos destinos.
Y si se rebelan, nuestro servicio de vigilancia, "los ángeles del Paraíso", los
mantendrán a raya. Improvisación, pero dentro de un orden, como Dios manda.
MUSICA BRILLANTE DE COMEDIA MUSICAL.
SE ILUMINA SUAVEMENTE EL DECORADO DEL FONDO. ES UNA PARED FORMADA POR
TELEVISORES VIEJOS, ROTOS, MUCHOS SIN PANTALLA. LLEGAN HASTA EL TECHO.
ALGUNOS DE ELLOS PUEDEN FUNCIONAR, PERO SIN IMAGEN NINGUNA, SOLO LA
LUZ Y RAYAS.
ADAN ESTA SENTADO MIRANDO A LA PARED DE TELEVISORES DESCACHARRADOS.
ABEL: La acción empieza en el Paraíso, ubicado en la calle 42 de Manhattan.
ADAN: (SIN HABLARLE A ABEL, SIN VOLVERSE) En un patio trasero del East Village.
ABEL: En Judea, quizás, en Palestina.
ADAN: En el sótano de un edificio deshabitado.
ABEL: ¡Qué más da! Yo, como todos los días, danzaba en honor de mi "sponsor"
Jahvé...
ABEL DA UNOS BREVES PASOS DE BAILE CON UNA MUSICA NORTEAMERICANA DE
MUSIC HALL.
LA LUZ SOBRE ABEL SE EXTINGUE. SALE.
VOZ EN OFF 1 TV: ¿Le gustaría ganar 10.000 dólares sin moverse de su casa?.
¡Basta con abrir un paquete de cereales Kellog's!
VOZ EN OFF 2 TV: Abel, el bailarín de Broadway, rey absoluto de los
transformistas travestis de Nueva York, ha sido asesinado. El cadáver del divo,4
protagonista del musical "La balada de Caín" fue encontrado en el andén del
metro de Harlem.
Los agentes del FBI han detenido ya a 15 sospechosos indocumentados. Se baraja
la hipótesis de una venganza entre homosexuales. El arma blanca empleada en el
crimen es un cuchillo corvo que se conoce en el hampa como "la quijada de
asno".
VOZ EN OFF 3 TV: ¡Elija un buen tabaco! ¡Disfrute de sus momentos de soledad!
¡Royal Crown! Bajo en nicotina, con todo el sabor auténticamente inglés.
VOZ EN OFF 4 TV: Un corresponsal de la cadena de televisión CNN informa que en
una cueva de Qumrán, cerca de las ruinas de un poblado esenio, en la orilla
occidental del Mar Muerto, acaba de ser descubierto el cadáver más célebre de
la Historia. Sometido a la prueba del Carbono 14, habría dado un resultado
positivo: los hechos sucedieron en los tiempos del Génesis. La autopsia de la
histórica momia reveló que había muerto desangrado. Junto a él se encontró una
quijada de asno petrificada.
VOZ EN OFF 5 TV: Una prostituta que trabajaba en un club de jazz de Harlem y
cuyo nombre profesional es Eva, fue a reconocer el cadáver. Testigos
presenciales del suceso aseguran que vieron a un hombre huir por los túneles del
Metro. Se trata de un hombre fuerte, moreno, de pelo rizado. Podría ser un
hispano, un paquistaní, un negro o un palestino, aunque algunos aseguran que
parecía judío.
ENTRA EVA. ES UNA MUJER DE UNOS 50 AÑOS, BELLA TODAVIA. PARECE CANSADA,
QUIZAS ESTA DEMASIADO MAQUILLADA Y SUS ROPAS BARATAS SON LLAMATIVAS.
ES UNA MUJER DECIDIDA. VA HACIA EL UNICO TELEVISOR QUE FUNCIONA Y BAJA
EL VOLUMEN. QUEDA SIN SONIDOS PERO CON LA PANTALLA LLENA DE RAYAS O
COLORES. LE HABLA A ADAN QUE NO SE HA VUELTO CUANDO EVA HA ENTRADO.
EVA: Terminarán por echarnos de aquí. No se puede tener la televisión con ese
volumen a las 4 de la mañana. Bueno, para ti no existe ni el día ni la noche, sólo
esta maldita pantalla encendida.
ADAN: No es la televisión, es el ojo de Dios.5
EVA: Ah, por eso recoges los ojos rotos de Dios que la gente bota en la calle.
ADAN: Debemos estar atentos. El nos vigila. Nos habla. Nos da órdenes.
EVA: A lo mejor fue El quién ordenó el caos.
ADAN: ¿Qué caos?
EVA: El centro de Manhattan está lleno de humo. Dicen que hubo un atentado.
Las torres más altas se están cayendo.
ADAN: No es verdad. La única verdad es la que dice la televisión y no ha dicho
nada.
EVA: Es que el ojo de Dios estaba mirando para otro lado.
ADAN: ¡No blasfemes! Aquí no ha pasado nada.
EVA: En este sótano, no claro, pero deberías salir a la calle.
ADAN: Nunca más saldré a la calle.
EVA: Verías a los hombres cucarachas que habitan en los subterráneos y en las
alcantarillas que suben como una marea negra. Se ve que el humo se propaga por
debajo. Todo está lleno de ambulancias y policías.
ADAN: Mientes. No he oído nada.
EVA: Acusan a tu hijo Caín.
ADAN: Dios no quiere saber nada de Caín.
EVA: Ni Caín con Dios.
ADAN: ¿De qué lo acusan?
EVA: De matar a su hermano Abel, de derribar la Torres de Nueva York.
ADAN: Caín solo sabe afilar cuchillos. Pero rezaré por él a Dios. Le diré que nos
devuelva al Paraíso.
EVA: ¡Eso! Dile a Dios que nos devuelva al Paraíso.
¿Sabes cómo está el Paraíso en este momento?...
Arrojan cadáveres en los furgones como si fueran escombros. Hay un alto de
cuerpos llenos de polvo, algunos vestidos de etiqueta, otros desnudos, hay brazos
y piernas mutilados que echan encima de cuerpos a los que no le pertenecen. La
muerte huele muy mal, Adán, es horrible.
ADAN: Tú no vienes del Paraíso, vienes del Infierno.
El Paraíso huele a sésamo caliente. El denso perfume de las flores nocturnas no6
lo deja a uno dormir.
EVA: Está claro que no has escuchado la explosión. Dejó sorda a la mitad de la
ciudad.
ADAN: A veces, el cielo del Paraíso se llena de sonidos penetrantes. Es Dios que
acaba de atravesar la barrera del sonido, enfilando hacia la tierra.
EVA: ¿Lo has visto últimamente?
ADAN: Sí. (SEÑALANDO LOS TELEVISORES) Aparece vestido de Astronauta o de
cowboy o de papá Noel, según la ventolera que le atraviese el cráneo. Llega
rodeado de gorilas con metralletas que son los arcángeles. Te besa o te azota. De
su boca brotan preceptos sin parar.
EVA: ¿Qué dice?
ADAN: Me enseña: No pretendas ser feliz. Caerá sobre ti la desgracia y no sabrás
de donde viene ni por qué. Espera de mí siempre el castigo, para que luego mi
perdón caiga sobre ti como un bálsamo.
EVA: Dicen que Caín es un terrorista y que desató la guerra. El que desató la
guerra es ese Dios tuyo, tu gran jefe, al que le rezas y pides perdón.
Tú conociste sus caprichos mejor que yo, Ese Dios tuyo te sacó una costilla sin
autorización, por ejemplo.
ADAN: ¡Calla! ¡Baja la voz! ¡Nos puede oír!
REZA HACIA EL TELEVISOR.
ADAN: "Pequeño y despreciable soy
y no olvido tus preceptos.
Tú justicia es eterna
la angustia ha hecho presa de mí
pero tus mandamientos son mi delicia,
son mi delicia".
EVA: ¡Hipócrita! Todos sabemos que copulabas con la mona y que Abel bailaba
para seducir a Caín, mostrándole sus pezones rosados. Nació puto, como su
madre, es decir como yo. Eso le encantaba a todos, empezando por Jehová, que
se le caía la baba cuando le veía mover el trasero. Mientras más pateaduras te da
Jehová, más rezas y pides perdón.7
ADAN: ¡Tú fuiste la culpable de que nos echaran! Nunca más verás el rostro de
Dios.
EVA: ¡Tú sí lo ves, ¿verdad?! Cuando aparece en su programa de variedades, con
sus pantalones blancos ceñidos a la cadera y zapatos de charol; chaqueta de
terciopelo azul, con una estrella de sheriff en la solapa y todo espolvoreado de
lentejuelas, como Bob Hope a la hora de abrir un musical.
ADAN: ¡Cállate! ¡No quiero oírte! Si no te hubiera oído en el Paraíso, nos habría
ido mucho mejor.
EVA: Siempre te prefirió a ti. Tú mismo me contaste que después de una noche
de sodomización inolvidable, te puso seis muelas de oro de regalo, que eran tu
único patrimonio. Yo fui menos afortunada, sólo me regaló un ciclicio, una
mutilación del clítoris, un velo para cubrirme el rostro y un contrato para
tenerme amarrada a la pata de la cama.
ADAN SE ARRODILLA FRENTE AL TELEVISOR.
ADAN: ¡No la escuches, Señor! ¡Está loca! Yo soy tu siervo. Yo no olvidé nunca el
Paraíso. Eva es una puta barata de Harlem. Déjala en su degradación. Después de
todo, yo fui el primero al que creaste.
EVA: Como estás gagá y amnésico perdido, no te debes de acordar lo que pasó,
pero en el Génesis lo dice clarito: Un día, en vez de sacar la basura del bar, que
era tu única tarea, te entretuviste manoseando a la mona preferida de Jehová. El
Big Boss, con su abrigo negro hasta el suelo, igual que Matrix, apareció echando
espuma por la boca. Sacó su Luger y disparó a diestra y siniestra, rompiendo los
espejos del Club, luego mandó a sus arcángeles siniestros que te castraran. La
sangre manchó la alfombra, el techo, los espejos, todo. Igualito que en las
películas de Tarantino. Y, claro nos expulsaron del Paraíso. ¡Qué cabrón! ¿Dónde
íbamos a encontrar otro pub como ése en Manhattan?
ADAN: ¡Cállate, bruja! Dios es misericordioso.
EVA: ¿Qué hizo por ti?
ADAN: Me consiguió trabajo.
EVA: Doble jornada desinfectando los baños de los Tribunales de Manhattan.
ADAN: ¡Tú qué sabes! Es un privilegio. Así he conocido a todos los jueces que van8
allí a evacuar el vientre Fiscales y abogados comentan las sentencias sentados en
las tazas del water. Una vez al mes yo soy el encargado de desatascar los
sumideros de la justicia.
EVA: Es un honor para ti, limpiamierdas.
ADAN: Así pude conocer la fina línea que separa el bien y el mal.
EVA: Y cuando un psicópata colocó una bomba en un retrete y el culo de un juez
quedó estampado en el techo, acusaron a mi hijo Caín, el árabe fanático. Y a ti
te echaron a patadas.
ADAN, DE RODILLAS, FRENTE AL TELEVISOR.
ADAN: ¡Yo no fui, Señor! ¡Fue mi hijo!
EVA: ¡Idiota, Caín no colocó esa bomba!
ADAN: ¡Castígalo, Señor! ¡Castígalo!
EVA: ¡Nadie te oye, imbécil!
ADAN: El me habla y me ve a través de la televisión.
El proveerá.
EVA: La que provee soy yo, puteando por las calles de Brooklyn para comprar
manzanas para tu boca desdentada.
ADAN: El primer invierno neoyorkino viví gracia a que vendí las muelas de oro
que me había regalado Jehová. Un negro jamaicano me pagó 500 dólares por
ellas.
EVA: Esas muelas te las regaló el Big Boss el día que te hizo el amor bajo el árbol
del Bien y del Mal.
Ahora nuestro árbol del Bien y del Mal crece bajo tierra y da flores de sangre que
sueltan un perfume negro a través de las alcantarillas.
A pesar de estar amnésico, tienes que recordar ese día, viejo macho inútil.
EN OFF LA VOZ DE JEHOVA SALE DE LOS TELEVISORES HUECOS.
JEHOVA: (EN OFF) ¡Adán!
ADAN: Señor...
JEHOVA: (EN OFF) ¡Te castraré, maldito trozo de barro!
Así dejarás de engendrar hijos terroristas.
¡Fuera del Paraíso!9
EVA: Y el Angel de la espada flamígera te castró de un solo tajo.
ADAN: (SUPLICANDO HACIA LOS TELEVISORES) ¡Yo no soy el padre de Caín! ¡El es
un bastardo! Eva fue preñada por un lobo hambriento.
JEHOVA: (EN OFF) Este es mi regalo para ti, mi pequeño capón de mierda: un
Paraíso a tu imagen y semejanza en el subsuelo del
Club de putas "El Edén".
EVA: A 100 metros bajo el nivel del asfalto, en la vertical de Park Avenue. La
cascada que se vierte en la cloaca viene directamente
del alcantarillado del Hotel Waldorf Astoria.
Debes estar atento, Adán. A menudo caen joyas, además de los preservativos,
todavía con el semen de las minorías blancas que follan en el Hotel.
Tienes razón, Adán. Tu Jehová es generoso. Te provee de los excrementos más
valiosos de Nueva York.
ADAN: (TAPANDOSE LOS OIDOS) ¡Cállate, zorra! ¡No quiero oírte, no quiero oírte!
(AL TELEVISOR) ¡No lo tengas en cuenta, Señor! ¡No sabe lo que dice! ¡Está loca!
Ella no es la Eva que tú creaste.
EVA: ¡Por supuesto que no! ¡Ya no soy una esclava!
ADAN: ¡No, no eres una esclava, eres una puta!
EVA: Exactamente. Una puta que te mantiene. ¿Y sabes a costa de qué?... De
ofrecer mi mercancía de segunda mano, que es mi cuerpo, a negros navajeros,
distribuidores de heroína, proxenetas de los cuatro sexos, violadores en serie y
otros próceres y ángeles exterminadores. Ese club huele a carroña, a camello y a
soledad.
ADAN: Ya hacías eso en el Paraíso, sólo que con otra clase de bestias: hienas,
gorilas y serpientes.
EVA: ¡Y tú! ¡Agrégate a la lista de esas alimañas!
EVA FURIOSA LE TIRA LA BOTELLA DE LA QUE ESTABA BEBIENDO, QUE SE ROMPE
EN LA PARED.
EVA INICIA EL MUTIS.
ADAN: ¿A dónde vas? ¡No me has traído nada para comer! ¡Perdí una costilla para10
nada!
EVA: (SALIENDO) Voy a comprar veneno para las ratas. La mitad será para ti.
UNA TENUE LUZ SOBRE CAIN QUE ESTA ACURRUCADO EN EL ULTIMO RINCON DEL
ESCENARIO.
ADAN: ¿Qué haces ahí? No te escuché entrar.
CAIN: He estado todo el tiempo aquí.
ADAN: ¿Has oído a tu madre?
CAIN: Sí.
ADAN: Nos odia.
CAIN: Pero nos necesita. Y tú la necesitas a ella.
ADAN: Yo sólo necesito a Dios.
CAIN: Olvídalo. Nunca más te regalará muelas de oro.
ADAN: ¿Qué has venido a hacer aquí? Hace siglos que no te veo.
CAIN: Esconderme.
ADAN: Te persiguen los mastines del Ku-Klux-Klan. Los árabes son peligrosos y tú
lo sabes.
CAIN: Tú eres árabe también.
ADAN: No sé de qué estás hablando.
CAIN: No tienes idea de lo que está pasando. Eres un viejo eunuco que babea
ante una pantalla.
ADAN: Rezar para ti es babear.
CAIN: ¿A quién rezas? ¿A tu verdugo?... ¿Sabes quién ha comunicado a todos los
medios que yo soy el terrorista que destruyó las torres de Nueva York? Tú capo
mafioso, tu Big Boss, ése al que le rezas.
ADAN: Está escrito en la Biblia: has pulido esa quijada de asno durante siglos,
sólo para enterrarla en el pecho de tu hermano.
CAIN: ¿Y sabes por qué me denunció tu Padrino?... Por celos. Está encaprichado
con Abel y su culito de cereza. Yo soy un peligro porque fui el primer amante de
tu hijo menor.
ADAN: ¡Fratricida e incestuoso! Comprendo que prepares un atentado suicida. Es11
tu única salida. No mereces vivir.
CAIN: Yo no asesiné a Abel. No podría matar a un maricón tan hermoso. Al que
quiero matar es a tu Amo, a ese ojo parlante que te vigila desde todas las
pantallas de la ciudad. Vine desde Judea para eso, para exterminar al Teleojo
que nos convierte en autistas. Es la rebelión de los malditos. Matando el perro se
acabó la rabia. Matando a Dios se acabo el castigo.
ADAN: No lo conseguirás. Eres un inútil. Piensas demasiado y eso es un pecado
para el Señor. Tienes la cabeza muy gorda.
CAIN: He tenido varios oficios: pastor, traficante, limpiador de retretes en el
club de mi madre, pero lo único que hago bien es arrancarle quejidos al saxo.
ADAN: Tu verdadero oficio es el de asesino. Eres hijo de semilla envenenada. Eva
te concibió apareándose con un lobo. Tienes la marca del lobo estepario en la
frente.
CAIN: Tú también te equivocas. Todos creen que el círculo en mi frente es el
SIDA o la identificación de una secta fundamentalista. No saben que es la señal
de un elegido, al que Dios quiso abortar en el vientre de mi madre. Puede que
todo haya sido un sueño, pero alguien puso en mi mano un puñal en forma de
quijada de asno y yo lo afilé durante 5.000 años.
ADAN: Yo le di ese puñal a Abel para que te matara a ti.
CAIN: Y yo lo maté a él, eso crees, ¿verdad?
Tú creías que te llevabas muy bien con el Gran Jefe, con su mona y Abel. Yo no.
Yo amo la libertad.
Es verdad que no parezco un hijo tuyo. Y a lo mejor no lo soy. No soy un bastardo
de lobo, como tú crees, sino de un ángel exterminador, que violó a mi madre en
la trastienda del Paraíso, por eso yo soy un ángel maldito.
ADAN: Me das miedo, Caín. Si mataste a tu hermano, bien podrías matar a tu
padre.
CAIN: Lo que te da miedo no soy yo, sino tu propia memoria. ¿O no te acuerdas
que vendiste a Abel, que apenas era un adolescente andrógino, a un mercader
que iba de Biblos a Jaffa y Nueva York? No me vendiste a mí porque yo tenía la
marca en la frente de los asesinos.12
ADAN: No me equivoqué. Ahora huyes perseguido por los perros rabiosos y los
coches patrullas. Estás perdido. (SEÑALA LA TELEVISION) El ojo del Todopoderoso
te sigue a todas partes.
EL TELEVISOR SE APAGA.
CAIN: Tu jefe te abandonó padre.
Ya no eres el invitado estrella del programa de la noche. El rating está en otra
parte. Debe estar bombardeando algún pequeño país desarmado y hambriento.
ADAN SE LANZA SOBRE CAIN. RUEDAN POR EL SUELO. CAIN GOLPEA A ADAN.
ADAN SE INCORPORA MALTRECHO Y LE HABLA A LOS TELEVISORES ROTOS.
ADAN: ¡No lo perdones, Señor! ¡Mátalo! ¡Fulmínalo! ¡Quémalo con tu rayo! ¡Ha
profanado tu mirada! ¡Mátalo, mátalo!...
SE EMPIEZAN A ESCUCHAR SIRENAS QUE SE ACERCAN.
ADAN: (DELIRANDO CASI) ¡Ya están aquí los ángeles del Paraíso! ¡Estás perdido!
¡Te han descubierto! ¡Serás maldito para siempre por haber cegado el ojo de
Dios! (GRITANDO HACIA FUERA) ¡Aquí está, aquí está! ¡El terrorista está aquí!
¡Tiene su cuerpo lleno de dinamita! ¡Va a volar Nueva York!
CAIN HUYE.
LAS SIRENAS YA ESTAN ENCIMA.
LAS SIRENAS DESAPARECEN Y SON REEMPLAZADAS POR UNA MUSICA BRILLANTE Y
FRIVOLA DE MUSIC-HALL.
LA LUZ SOBRE EL ESCENARIO SE VA EXTINGUIENDO. UNA LUZ CENITAL SOBRE LA
FIGURA DE ABEL QUE REAPARECE EN PRIMER PLANO. SE HA CAMBIADO DE
VESTUARIO, PERO SIEMPRE COMO PROTAGONISTA DE UN MUSICAL DE BROADWAY.
ABEL: Por supuesto, las cosas no ocurrieron así: Miente Caín, miente Adán y
miente Eva. En cuanto a mí, yo no he dicho jamás la verdad (RISITA). En este país
maravilloso lleno de estrellas de neón, es de muy mal gusto decir la verdad.
Atentados, explosiones, asesinatos en el Metro, castraciones y blasfemias, el
Apocalypsis Now, rating máximo, superventa. Todo eso, ya lo habrán adivinado,
era el rodaje de una película en Manhattan.
¡Me encantan los efectos especiales y en nuestra película y puedo decir nuestra,13
porque yo soy la...perdón, "el" protagonista absoluto. En cuanto leí el guión, se
me cayeron las bragas de gusto: Film clase A tres X, estilo catastrófico, género
"gore", mucha salsa de tomate y yo huyendo de mi hermano Caín en la
persecución con más "suspense" desde Hitchcock.
Sólo los idiotas como Caín se lo toman en serio. Y el final es conmovedor - se me
saltan las lágrimas - mi cadáver insepulto es hallado en el litoral del Mar Muerto
y también en Irak y Afganistán después de un bombardeo. Pero luego -¿no es
fantástico?- resulta que yo no he muerto, sino que bailo en un prostíbulo de
jeques árabes millonarios de El Cairo y un escenario rutilante de Broadway.
No se han escatimado los gastos: hay muchos extras, negros drogadictos,
patriarcas del Antiguo Testamento con el pelo en rulitos como la Shirley Temple,
la Betsabé y la Salomé desnudas e hinchadas de silicona hasta el paladar.
¡Era tan excitante! Los maquilladores llenando de polvo a los sobrevivientes del
atentado para hacerlo más verosímil, los iluminadores consiguiendo efectos
especiales con las torres a contraluz, puros telones sujetos por detrás con
andamios.
Para qué lo voy a negar, a mí me tratan como a una reina. Tengo mi propia
caravana con camarín rodante, limousine a la puerta. Claro que buen trabajo me
cuesta: no hay productor ni director ni ayudante que no pase por mi roulotte
para que yo le haga una mamada. Claro que no es sólo mi boca succionadora sino
mi talento.
Los camarógrafos aplaudieron en la escena en la que Caín me clava el puñal de
utilería en el corazón.
EVA HABLA DESDE LA PENUMBRA.
EVA: ¿Sabes de dónde vengo, Abel?
ABEL: (SIN MIRARLA, ENTREDIENTES) Luego, mi amor, luego... No he terminado
mi escena todavía. Pasa, mientras tanto, por el carromato donde dan el café y
los sándwich para los extras. Te daré un vale.
BRILLANTE DE NUEVO, CANTA.
"El jardín del Edén
se abre por las noches14
no apto para menores
ni para los perdedores.
Si tienes cómo pagártelo
puedes comprártelo todo,
Evas y Evos desnudos
que están dispuestos a todo."
EVA: Abel, ¿Sabes de dónde vengo?
ABEL: Espera en la salida de artistas o llamaré al vigilante.
EVA: Vengo de reconocer el cadáver de Abel en el andén del Metro: Tu cadáver.
El policía que descubrió el cuerpo me trató como lo que soy: una puta.
Parecías tan inocente, tan puro después de la muerte. Estabas desnudo y, por
primera vez, ví que te habías operado. Tu vulva perfecta, salida de algún
quirófano de lujo, estaba cubierta de oro fosforescente.
¿Sabes lo que me dijo el policía?
ABEL: (EN VOZ BAJA) ¡Cállate, mamá! Van a oírte.
EVA: Me dijo: Me dan ganas de tirármelo, pero no soy maricón necrófilo. A ti te
habría gustado escuchar eso.
ABEL: (SONRIENDO) ¿En serio te dijo eso?... ¿Y era guapo?
EVA: Como Adán cuando salió de las manos de Dios.
ABEL: ¡Qué lástima no haber estado allí!
EVA: Cuando subí a la calle, me puse a vomitar en la vereda. Ahora era yo la que
parecía un cadáver. Recordé cuando te parí, en medio del estiércol y las cabras.
Eras bellísimo.
ABEL: (SONRIENDO) Lo sigo siendo.
EVA: Jehová estaba celoso de mí. Quería amamantarte él mismo.
ABEL: Los pechos de Jehová son de silicona.
EVA: No. El tiene todos los sexos.
ABEL: (MALICIOSO) Para mí tiene uno sólo, y de bastante buen tamaño.
EVA: No te confundas. Ese es tu Padrino, el Mafioso, el Dios de Manhattan, que te
elijió en un casting entre 3.000 postulantes para protagonizar "La balada de
Caín".15
ABEL: (BURLON) Ese casting fue un engaño. Ya todo estaba decidido desde antes,
cuando me acosté con mi Protector. Mi culito panorámico lo deslumbró y dijo:
¡Hágase la luz! Me hizo tatuar en el vértice sacro una frase amorosa: "Dios es mi
dueño".
EVA: Y así empezó tu carrera en los escenarios de Broadway y terminó la de Caín.
¿Por qué tu dueño odia a Caín?
ABEL: Porque yo le conté que fue mi primer amante.
EVA: Te quiere todavía.
ABEL: El es un marginal. Merodea por los vertederos del Paraíso. Pero gracias a él
supe cuál era mi destino.
EVA: ¿Y cuál es tu destino?
ABEL: Ser la fantasía erótica de Dios, su super-star preferido. Cuando me
desnuda con sus manos cargadas de anillos y se le descuelga la mandíbula de
felicidad, yo sé que El hará lo que yo quiera.
EVA: ¿Y qué quieres?
ABEL: Olvidarme que nací en Judea, que tengo sangre árabe y judía, sangre de
apestados. Sólo vale la sangre blanca.
EVA: No existe la sangre blanca.
ABEL: La mía es así.
EVA: Te equivocas. Cuando fui a reconocer tu cadáver al Metro, aún corría tu
sangre manchando todo el andén de rojo.
ABEL: (FURIOSO) ¡Mientes! ¡Yo no pertenezco a tu casta, ni menos a la de Adán y
Caín, el manchado.
EVA: Soy tu madre, aunque te avergüences y seas ahora una hembra de utilería.
Yo te parí macho.
ABEL: ¡No repitas eso jamás! ¡Arruinarías mi carrera!
EVA: Sabes que puedo vender la exclusiva a una cadena sensacionalista, pero no
lo haré. Eres mi hijo y me sigues pareciendo malvado y retorcido, pero hermoso
como siempre.
ABEL: Te conseguiré un papel secundario en la película, sin diálogos, por
supuesto, porque tienes un acento horrible del Paraíso, pero aparecerás en las16
mejores escenas, como extra de primera categoría. Podrás tener Seguridad Social
y jubilación.
EVA: Ya tengo un papel en tu vida y lo voy a representar sin tu influencia ni tu
gente.
ABEL: (CON URGENCIA) Han llegado los periodistas. ¡No digas ni una sola palabra!
AHORA ABEL ADOPTA DIFERENTES POSES FIJAS COMO SI ESTUVIERA POSANDO
PARA LOS PERIODISTAS DE ESPECTACULOS.
CON CADA NUEVA POSICION SE PRODUCE UN FLASH LUMINOSO. MIENTRAS SE
DESARROLLA ESTA ESCENA, EVA MONOLOGA, INMOVIL, MIRANDO EL DESPLIEGUE
PUBLICITARIO DE ABEL.
EVA: Soy tu puta madre, a pesar tuyo. Y conozco tu carrera mejor que nadie.
Nada más llegar a este pudridero de hombres ratas, te convertiste en el
adolescente preferido del regente de un baño turco de Park Avenue. Dabas
masajes y los recibías. Te preocupabas de mantener el incienso encendido y de
cambiar las toallas manchadas de semen en los reservados. Allí conociste al
Padrino de los Angeles Mafiosos de Nueva York. Al final del 7o Día, cuando El
había terminado de crear a Adán y su galaxia, se tomó el descanso en la sauna.
Tú tocabas la flauta dulce en medio del vapor.
HA TERMINADO LA SESION DE FOTOGRAFIAS DE ABEL CON LOS PERIODISTAS.
LA LUZ SOBRE EVA SE EXTINGUE.
ABEL SE QUITA EL MINIMO VESTUARIO DE MUSIC-HALL Y SE CUBRE LA CINTURA
CON UNA TOALLA.
ENTRA LA FIGURA DE UN HOMBRE DESCALZO ENTERAMENTE CUBIERTO CON UNA
TOALLA O UN ALBORNOZ CON CAPUCHA. LLEVA UNA TOALLA CALIENTE SOBRE EL
ROSTRO.
SE SIENTA EN UN BANCO DE SAUNA JUNTO A ABEL.
ABEL TOCA LA FLAUTA DULCE.
SI SE PUEDE CONSEGUIR EL EFECTO DE VAPOR, MEJOR.
PADRINO: ¿Cuántos años tienes, pedacito de turrón?
ABEL: No sé. En las montañas de Jericó no se cuentan los años.
PADRINO Estamos en Manhattan. Aquí se prohíbe la entrada a las saunas a los17
menores de edad. Pero te diré un secreto: a mí sólo me gustan los menores de
edad... y aquí los encuentro.
ABEL: Yo acabo de llegar a Nueva York. Necesito un Protector porque no he
cumplido 15 años.
PADRINO: ¿Qué llevas balanceando entre tus tetitas?
ABEL: Un talismán.
PADRINO: Deja que lo vea. Es muy extraño. ¿Qué significa? ¿Tiene algún poder?
ABEL: No lo sé. Me lo regaló Caín.
PADRINO: ¿Caín?
ABEL: Mi hermano.
PADRINO: ¿Se llama Caín tu hermano? ¿Y él también es tan hermoso y tan suave?
ABEL: Es orfebre. Trabaja los metales. Me lo ofreció como un símbolo de amor y
de muerte. Es un falo.
PADRINO: Ya lo veo.
ABEL: Está grabado. Lea lo que pone alrededor del círculo, el mismo círculo que
mi hermano tiene grabado en la frente.
PADRINO: Te amo. (UN SILENCIO) ¿Amas a tu hermano?
ABEL: (SONRIE) Sólo me amo a mí mismo.
PADRINO: ¿Cuál es el oficio de tu hermano?
ABEL: Al atardecer toca una zampoña para los ladrones de caravanas del
desierto.
PADRINO: Yo creía que tocaba el saxofón en un club de mala muerte.
ABEL: ¿Cómo lo sabe?
PADRINO: Yo sé todo lo que pasa en Nueva York. ¿Y durante el día, qué hace?
ABEL: Huye.
PADRINO: ¿Por qué?
ABEL: Siempre a huido. Esa es su vida.
PADRINO: ¿Y tú, qué haces?
ABEL: Yo doy masajes, bailo y toco la flauta dulce. También pongo incienso en el
altar de los sacrificios.
PADRINO: ¿Y qué se pone en el altar?18
ABEL: Un cordero.
PADRINO: A mí también me gustaría hacer un sacrificio en honor de tu Dueño.
ABEL: No tenemos el cordero.
PADRINO: Sí, lo tenemos. Eres tú.
EL PADRINO SE QUITA LA SABANA O EL ALBORNOZ Y LA CAPUCHA. SU CARA
QUEDA AL DESCUBIERTO. ES CAIN.
ABEL: ¡Caín!
CAIN: Te amo, Abel, pero tú naciste para el sacrificio.
CAIN APUÑALA A ABEL. LUEGO LO ARRASTRA DE LOS PIES FUERA DEL ESCENARIO.
SALEN.
UNA LUZ SOBRE EL MONTON DE TELEVISORES ROTOS. ESO ES LO UNICO QUE SE
ILUMINA.
ADAN ESTA REZANDO A LA PANTALLA ENCENDIDA.
ADAN: (HACIA EL TELEVISOR ENCENDIDO DONDE SOLO SE VEN RAYAS, O
SIMPLEMENTE, LUZ).
"El hombre nacido de mujer tiene corta vida y abundante tormento, pero yo no
nací de mujer: nací de tus manos artesanas".
¿Por qué me vuelves la cara y me tratas como a un enemigo tuyo?
Bajo mi piel, mi carne se deshace, dejando ver mis huesos desnudos, como
dientes feroces. ¡Ojalá me pudiera esconder en el reino de los muertos hasta que
pase tu ira.
¡Oh, Dios Todopoderoso, ¿por qué me miras si yo no soy más que una basura que
arrojaste del Paraíso?! ¡Escúchame!
SE ESCUCHAN PITITOS DE UN CONTESTADOR AUTOMATICO.
VOZ FEMENINA (EN OFF) "... Le agradecemos su llamada, pero en este momento
no podemos atenderle. Al oír la señal deje su mensaje..."
SEÑAL DE CASILLA DE VOZ.
ADAN: Siempre estás sordo a mi oración. ¿Por qué no me hablas?
BIG BOSS: (EN OFF) ¡Porque estoy harto de tus quejumbrosos quejidos! Ni las
cucarachas de Nueva York gimen como tú cuando las piso, pero tú, sí. ¡Cállate de
una vez!19
ADAN: Sí, señor.
BIG BOSS: No me digas: Sí, señor.
ADAN: No, señor.
BIG BOSS: No digas: No, señor. ¡No digas ni sí, ni no!¡No digas nada!
UN SILENCIO.
Lo que me enfurece es el asesinato de Abel, la gran promesa blanca de los
musicales de Broadway. ¡Pero voy a vengarme! ¡Voy a perseguir al criminal hasta
el fin de los tiempos. No importa que se esconda en Mesopotamia, en Afganistán
o en los túneles del Metro de Nueva York. Caín será ejecutado por mis "marines"
celestiales y su estirpe será borrada de la faz de la tierra.
¡No me importa nada la destrucción de las Torres, pero debajo de sus escombros
está Abel, ese trocito de carne querida, dulce como la miel.
EVA SALE DESE EL MONTON DE TRAPOS Y CHATARRA DONDE ESTAN LOS
TELEVISORES ROTOS.
EVA: (GRITANDO) ¡Mientes! ¡Caín es inocente!
BIG BOSS: ¡Ah, estás ahí! ¡Eva, la costilla viciosa!
¡Tú lo pariste, por eso también eres culpable!
EVA: ¡Tú eres el culpable! El que alimenta el odio de unos contra otros.
ADAN: (SUPLICA) ¡Por favor, cállate! Estás hablando con el Señor.
EVA: Estoy hablando con un terrorista.
(IMPRECANDO HACIA EL TELEVISOR) ¡Tú creaste el universo y ahora no sabes qué
hacer con él!
ADAN: ¡Vete de aquí! ¡Me vas a perder!
BIG BOSS: El FBI te anda buscando. Les diré donde encontrarte. ¡Eres una bruja!
EVA: ¡Creaste la vida para que fuera un enigma y ahora nos castigas por no
comprenderla!
BIG BOSS: Volverás a la nada, de donde nunca debías haber salido.
EVA: ¡Yo vengo de la nada y tú vienes de nuestra ignorancia, de nuestro miedo,
de nuestra desesperación!
BIG BOSS: Pasen esta conexión televisiva por satélite al Departamento de Policía.20
El origen de esta emergencia está ubicada al sur he Harlem.
VOZ FEMENINA: (EN OFF) Yes, my Lord.
BIG BOSS: Y recuerda, mujercita ridícula: El que no está conmigo, está contra
mí.
ADAN: (QUEJUMBROSO) ¡Por tu culpa me van a detener a mí que soy inocente!
EVA: Nunca fuiste inocente.
BIG BOSS: ¡Arrodíllate y pídeme perdón, putilla!
COMO UNICA RESPUESTA, EVA COGE UN MARTILLO O UN PALO Y DESTROZA EL
UNICO TELEVISOR ENCENDIDO QUE SOLO TENIA LUZ O RAYITAS. SUENAN SIRENAS
QUE SE ACERCAN.
EVA: Hemos estado demasiado tiempo de rodillas.
SE PRODUCE UN APAGON Y EN MEDIO DE LA OSCURIDAD BREVISIMA SE SIGUEN
ESCUCHANDO LAS SIRENAS DE LA POLICIA QUE LUEGO BAJAN DE INTENSIDAD
(PERO NO DESAPARECEN) AL ENCENDERSE LA LUZ, EN UN COSTADO, SOBRE CAIN Y
BETSABE.
BETSABE: Vienes muy temprano.
CAIN: Me ahogaba en la calle.
BETSABE: Creía que venías a verme. (SE RIE)
CAIN: Más tarde esto está lleno de gente.
BETSABE: ¿Qué vas a tomar?
CAIN: Lo de siempre.
PUEDE QUE LE SIRVA UN TRAGO O NO.
BETSABE: Esta mañana algunos clientes hablaron de ti.
CAIN: ¿Qué decían?
BETSABE: Querían colgarte de la estatua de la Libertad. Fue después del
derrumbe de las Torres.
CAIN: ¿Eran policías?
BETSABE: No creo. Usaban abrigos negros muy largos y anteojos oscuros. Eran
rubios y generosos.
CAIN: ¿Te dejaste acariciar por ellos?
BETSABE: Por supuesto. (SE RIE)21
CAIN: ¿Qué te hicieron?
BETSABE Me metieron una Luger en la entrepierna. Pagaron por ello.
CAIN: Son los Angeles Exterminadores. Me buscan. Pero no te hagas ilusiones: son
asexuados.
BETSABE: ¿Se te ha subido la gloria a la cabeza, mi pequeño asesino?
CAIN: No hablemos de eso.
BETSABE: ¿Y de qué podemos hablar?
CAIN: De tus tetas, por ejemplo.
BETSABE: Voy a operármelas. Ahora se llevan grandes. (SE RIE)
CAIN: ¿Puedo ir a tu ratonera después del trabajo?
BETSABE: Claro, siempre he deseado encamarme con un asesino famoso. Ahora
mismo estoy caliente. ¡Méteme la mano, por lo menos!
CAIN: Lo que quieras.
BETSABE: ¿Qué escondes debajo de la camisa?
CAIN: Una quijada de asno, pulida y grabada por mí.
BETSABE: ¿Me vas a meter esa quijada de asno?
CAIN: Eres una ramera con mucha imaginación.
BETSABE: Eso dicen todos, pero contigo es gratis.
CAIN: ¿Los tragos también?
BETSABE: (RIENDO) Además de asesino, cafiche. ¡Anda, regálame la quijada de
asno!
CAIN: ¿Para qué?
BETSABE: Me traerá suerte cuando te atrapen. La podré mostrar en televisión.
Además, me daré placer con ella cuando esté sola.
CAIN: Toma, pero escóndela.
BETSABE: Acabo de verte en televisión. Han dicho cosas terribles sobre ti.
CAIN: ¿Qué decían?
BETSABE: Que estás metido hasta el cuello en la locura del atentado terrorista de
las Torres.
CAIN: Ojalá pudiera matar a mucha gente, pero sólo soy un mendigo que toca el
saxo por unas monedas.22
BETSABE: Y le tocas el sexo a una mesera que sirve huevos fritos con jamón. Me
gusta hacerlo con gente famosa como tú.
CAIN: Yo no soy famoso.
BETSABE: ¡Estás en todas las paredes!
CAIN: Te confundes. Soy un hombre rata, como todos.
BETSABE: Las estaciones de Metro y de autobuses están empapeladas con tu
fotografía. ¡Has triunfado, chico!
CAIN: Soy un perdedor, nena, no te confundas.
BETSABE: Te buscan con marines, tanques y helicópteros.
CAIN: ¿Tú crees que un tanque puede entrar en un bar de mala muerte?
BETSABE: Yo sabía que un día mi amante sería proclamado santo patrono de
todos los asesinos.
CAIN: Yo no he matado a Caín, aunque quizás lo mate un día.
BETSABE: ¿Y las torres?
CAIN: Sólo recé para que se derrumbaran.
BETSABE: ¿Cómo no te han reconocido?
CAIN: Claro que me han reconocido. Me detienen negros puteados para pedirme
autógrafos, para tocarme. Uno me dijo: ¿Sabes, hermano? Yo siempre quise volar
esas torres malditas y tú lo has hecho. Y me besó.
BETSABE: (SONRIENDO) ¿En la boca?
CAIN: No. Y luego agregó: "Cuando quieras volar todo el país, llámame"... y me
dio su número de teléfono.
BETSABE: A lo mejor era un productor cinematográfico maricón.
CAIN: No, parecía un profeta.
BETSABE: En una vida anterior a mí me hubiera gustado ser una monja medieval,
amante de un cardenal de Roma.
CAIN: ¿Y ahora, quién eres?
BETSABE: Una basura al que los clientes le tocan el culo.
CAIN: ¿Y esto no va a cambiar?
BETSABE: Sí, va a cambiar. Vendrá una nave que me llevará a Ganímedes.
CAIN: ¿Y para qué quieres ir a Ganímedes?23
BETSABE: Para perder de vista este agujero negro lleno de cucarachas.
CAIN: Esas naves ya llegaron... pero no te llevaron.
BETSABE: ¿Qué quieres decir?
CAIN: Volaron las dos torres. Eran naves con extraterrestres. A lo mejor venían
por ti y no pudieron llegar hasta aquí. La isla está colapsada. Hay mucho pánico
en Nueva York.
BETSABE: Siempre hay pánico en Nueva York. Nunca cambia. ¡Qué más da una
torre más o menos! Seguirá habiendo este denso olor a desperdicios de pollo y
ketchup. Dime, ¿tú eres el verdadero Caín o un doble del protagonista de la
película que están rodando sobre Abel y que transcurre en Judea?
CAIN: No sé. Un hombre muere en distintos sitios al mismo tiempo.
BETSABE: Da la impresión de que este crimen sucedió hace muchos años. Han
detenido a miles de árabes.
CAIN: Yo no soy árabe, soy judío.
BETSABE: Da igual. Para los imbéciles el mundo se divide en piojos y hombres.
Nosotros somos los piojos. Yo creo que los de las Torres es una propaganda del
lanzamiento de una serie.
CAIN: Puede ser. 3.000 muertos no es un costo muy alto para un buen rating.
BETSABE: Salgamos de aquí. Llévame a tu Paraíso.
CAIN: Allí vive mi padre castrado y mi madre loca.
BETSABE: Entonces es un buen lugar.
CAIN Y BETSABE SE DESPLAZAN DE LA ZONA ILUMINADA A LA ZONA DE SOMBRA,
PERO NO SALEN DEL ESCENARIO. SE ACUESTAN EN UN CAMASTRO DEL RINCON.
CAMBIA LA LUZ.
UNA LUZ SOBRE EVA QUE LE HABLA A ADAN QUE ESTA EN EL SUELO, ENCOGIDO EN
FORMA FETAL.
ADAN: (SIN MOVERSE. SUSURRANDO) Yo no hice nada. No hice nada. ¿Qué
necesidad tenías de sacar de mi cuerpo a esta loca?... Con la mona me bastaba.
EVA: Ya ves, empecé como costilla flotante. Te alimenté durante siglos cazando
mamuts para ti, recogiendo las cosechas y terminé como la puta más tirada de24
Brooklyn, especializada en chupadas rápidas en el Metro.
ADAN: ¡Cástigala, Señor! ¡Cástigala, Señor!
EVA: Adán, yo nunca te amé por tu inteligencia, porque fuiste creado por Dios a
su imagen y semejanza, y ya se sabe que el Creador es tan desquiciado como tú.
Todo lo que creó lo dejó mal hecho o inconcluso. Tú siempre fuiste un inútil. Yo
inventé todo lo que nos hizo sobrevivir. Tú me decía: "¿Para qué sirve el fuego, la
rueda y el arado?... Las mujeres sólo piensan en tonterías". Confundiste el
pensamiento con el dolor de cabeza. Creíste que el rabo de la mona era el centro
del universo. Ni siquiera tú tienes la culpa. El responsable de este mal guión de
película B es el pequeño Dios que te inventaste, ese fetichista coleccionista de
prepucios. Tú y yo estamos muertos, Adán. ¿Lo sabes?
ADAN: ¡No quiero morir! ¡No quiero morir!
ADAN SE EMPIEZA A ENCARAMAR POR EL ALTO MONTON DE TELEVISORES
INSERVIBLES.
EVA LE HABLA HACIA ARRIBA, DONDE ESTA ADAN COMO UN MONO.
EVA: (HABLANDOLE MAS ALTO) ¡Pero mi hijo, el verdadero, el que tiene un cero
grabado entre las cejas, no morirá! Seguirá levantando los puños contra el Gran
Manipulador, el Príncipe de la Locura, ese Patrón que te castró y al cual todavía
rezas y le pides perdón con tu boca desdentada.
EVA SE ACERCA AL CAMASTRO DONDE YACEN CAIN Y BETSABE. SE ESCUCHAN LOS
JADEOS DE UNA PAREJA QUE HACE EL AMOR.
ADAN LOS OBSERVA ENCARAMADO EN LA CHATARRA.
ADAN: Ese terrorista está matando a alguien.
EVA: Le está haciendo el amor.
ADAN: ¿Y qué es eso?
EVA: Algo terrible y mágico que tú conociste alguna vez. ¿No lo recuerdas?
ADAN: No.
EVA: Yo me abrazaba a ti, trataba de meterme de nuevo en tu cuerpo, volver a
ser la costilla que te protegía el corazón.
ADAN: Eso es sucio.
EVA: Eso es maravilloso.25
ADAN: Todo lo maravilloso está prohibido por Dios.
EVA: Adán, has vuelto a ser lo que eras: un mono. El árbol del Bien y del Mal para
ti es ese montón de televisores en el que estás encaramado. Fuiste tú el que
inventaste tus propios jueces, tus verdugos, tus amos. Te dejo con tus
fantasmas. Me falta todavía sumergirme en todos los ríos del Paraíso. Inventarme
de nuevo los puntos cardinales, aunque todo haya sido un sueño o un castigo.
EVA SALE.
AHORA ADAN SE HA CONVERTIDO DEFINITIVAMENTE EN UN MONO. BABEA,
GESTICULA, GRUÑE, EN LO ALTO DEL MONTON DE CHATARRA.
BAJA Y CAMINA POR EL ESCENARIO EN CUATRO PATAS COMO UN MONO.
NO ABANDONA EL ESCENARIO, PERO LA LUZ SOBRE EL SE EXTINGUE.
UNA LUZ SOBRE EL CAMASTRO DONDE CAIN Y BETSABE DESCANSAN DESPUES DE
HACER EL AMOR. FUMAN.
BETSABE: Me gusta hacerlo con gente famosa como tú.
CAIN: ¿Lo dices porque han ofrecido una recompensa millonaria al que me
denuncie?
BETSABE: (RIENDO) También por eso.
CAIN: ¿Me vas a denunciar?
BETSABE: Todavía no lo sé. Bésame, Caín. Antes de denunciarte, llévame al
Paraíso.
CAIN: No sé dónde está.
BETSABE: Aquí. Pon tu mano en mi sexo. ¿Es éste tu Paraíso?
CAIN: No. Allí los animales salvajes gruñen y jadean toda la noche.
BETSABE: Como nosotros.
CAIN: Mi padre me dijo que entre esos aullidos estaba la voz de Dios.
BETSABE: ¿Y cuál de todos esos aullidos era la voz de Dios?
CAIN: Aquel grito que resonara con mayor intensidad en nuestras entrañas.
Cuando lo escuchas, te sientes inmortal.
BETSABE: Entonces, tú eres Dios.
CAIN: Sí, somos inmortales.26
BETSABE: ¿Por qué, entonces, mataste a tu hermano Abel?
CAIN: Yo no lo maté, es más, es él el que me matará a mí.
BETSABE: Si no sabes llevarme al Paraíso, te diré dónde te encuentras ahora.
CAIN: Entre las ruinas de las Torres.
BETSABE: No, estás en las cloacas del Paraíso. Donde el intenso olor que sube
como una niebla no deja ver a los cocodrilos ciegos que avanzan entre la
inmundicia. Nuestra cama flota y va a la deriva. Si no eres el famoso asesino no
eres nadie. Y yo no hago el amor con un don nadie. Me debes 200 dólares. Es algo
más de lo que vale una hamburguesa, pero me has hecho perder mucho tiempo.
CAIN: Todavía te puedo llevar a las murallas de Biblos, donde flota al atardecer
un polvo de canela y almizcle y las golondrinas son nubes espejeantes sobre los
minaretes. Hay reptiles alados que silban como flautas dulces. Allí se escucha la
voz del verdadero Jehová.
BETSABE: (VISTIENDOSE) No me interesa. Sólo quiero escuchar la voz del locutor
de las noticias cuando anuncie que te han detenido. ¡Dame los 200 dólares!
CAIN: Sólo tengo un círculo sagrado en la frente.
BETSABE: ¡A la mierda tu cicatriz, que no es más que eso! Me interesa más tu
rabo circuncidado. Te vi el paquete desde el primer día que entraste en el bar. A
pesar de que sabes meterlo muy bien, yo no abro las piernas por menos de 200
dólares.
CAIN: Tú crees que me cazaste en el bar y fui yo el que te eligió a ti.
BETSABE: (RIÉNDOSE) ¡No me digas que quieres casarte conmigo!
CAIN: Quiero irme de aquí con alguien como tú: puteada, basureada, alguien que
conozca el infierno.
BETSABE: ¿Para ir a dónde? No te hagas ilusiones. Tú eres carne de presidio.
CAIN: Voy a fundar una ciudad nueva en alguna tierra húmeda. Allí vivirán los
sobrevivientes del naufragio. Siempre viví en el desierto. Sólo mis padres
conocieron el Jardín del Confín.
BETSABE: Lo que me faltaba: Follar gratis para un maldito soñador que alucina.
¿Cuántas papelinas te has metido en la nariz?... ¿Quién te acompañará en ese
viaje?... ¿Tú puta madre?... ¡Yo cobraré mi tarifa de una manera o de otra!27
BETSABE SALE.
DESDE LA OSCURIDAD HABLA EVA.
EVA: (DESDE LA PENUMBRA) Tú no conociste el Edén. Comíamos la resina de la
adormidera que alucina. Nos ponía luminosos por dentro. Tú, en cambio, creciste
comiendo carne cruda de lagarto. ¿Te acuerdas? En la noche de la estepa tú veías
pasar una estrella errante y creías que era Dios. Te equivocabas: esas ascuas
eran los demonios. Uno se llama Luzbel, que significa "portador de la lumbre".
Otro, Belcebú, príncipe de las Tinieblas. Van errantes, cayendo hacia el abismo.
CAIN: Yo soy uno de ellos.
EVA SE ACERCA A CAIN, QUE ESTA RECOSTADO. SE SIENTA FRENTE A EL Y COLOCA
LA CABEZA DE CAIN EN SU REGAZO.
EVA: Duérmete, Caín.
CAIN: No puedo. Sigo cayendo en la noche.
EVA: Hay que caer para regresar al Edén.
CAIN: ¿Por qué?
EVA: Porque es una ciudad sumergida.
CAIN: El chacal del desierto aulló toda la noche.
EVA: No lo escuches.
CAIN: Me dice que huir es el camino.
EVA: ¿Para conseguir qué?
CAIN: Levantar de nuevo las Torres, pero lejos del Arbol del Bien y del Mal.
Quizás en la ciudad sumergida.
EVA: No intentes volar, Caín. No tienes alas. Sólo tienes un puñal en forma de
quijada.
CAIN: Ni eso. Lo regalé.
EVA: Entonces, estás desarmado.
CAIN: Sí.
EVA: Caerán sobre ti.
CAIN: Da igual. No les tengo miedo. Son ellos los indefensos. No tienen a Eva que
habitó el Paraíso.
EVA: Ya no lo recuerdo.28
CAIN: No es un sueño. Tú lo conociste y yo te conocí a ti. Te abrí como un arado.
Hicimos el amor una noche de fuego en la que se acoplaban las bestias en el
desierto.
EVA: Los aullidos de las alimañas era la voz de Jehová furioso.
CAIN: En la ciudad sumergida no llegan los aullidos de Dios.
EVA: Duerme, Caín, constructor de ciudades invisibles; artesano de las piedras
preciosas, se terminó el tiempo. Duerme, que ya terminó tu sueño. Te
crucificarán y no resucitarás al tercer día: se terminaron las utopías.
CAIN: Bésame.
SE BESAN.
OSCURO.
BETSABE APARECE EN PRIMER PLANO ILUMINADA CON UN CENITAL DE LUZ
BLANCA, CRUDA. LE HABLA AL PUBLICO.
BETSABE: Sólo hablaré con el Comisario Jefe. Sí, conozco a Caín. Sé de lo que
hablo. Pueden encontrarlo en la calle 52 del East Village, en un cobertizo lleno
de desperdicios. No va armado. Sólo tiene un saxofón y una quijada de asno.
¿Cuál es la recompensa?... Quiero ver primero el dinero, no quiero cheques.
Quiero oler, sentir los billetes.
SE APAGA LA LUZ SOBRE BETSABE.
SE ESCUCHAN LAS SIRENAS DE LA POLICIA.
CAIN DEJA DE TOCAR.
ADAN-MONO SALE DANDO SALTOS Y GRUÑIDOS.
CAIN: Los carros de fuego llegarán por al aire, esparciendo gloria, muerte y
resurrección. Y los edificios empezarán a derrumbarse como naipes; las
techumbres sepultarán a miles de ángeles exterminadores de color blanco pajizo.
En medio de los cascotes se oirán alaridos, se verán cabezas cercenadas,
mármoles ensangrentados, brazos y piernas sin dueño. Pero Abel y yo estaremos
vivos y nos volveremos a amar y conoceré al Dios verdadero, el que me colocó
esta señal en la frente y sabré porqué lo hizo, cuál es mi sitio en esta galaxia que
está estallando en mi cabeza.29
SE ESCUCHA UN DISPARO.
CAIN CAE AL SUELO, HERIDO DE MUERTE.
EL SONIDO DE LAS SIRENAS DE LA POLICIA ES AHOGADO POR LA MUSICA
BRILLANTISIMA DE UN MUSIC HALL QUE ESTALLA COMO FUEGOS DE ARTIFICIO.
APARECE ABEL, VESTIDO COMO UN TRANSFORMISTA, VEDETTE ABSOLUTA DE UN
ESPECTACULO MUSICAL.
ES EL MOMENTO DE LA APOTEOSIS.
LLEVA UN REVOLVER EN LA MANO. SU APARIENCIA ES ALEGRE. SONRIE MUCHO. LE
HABLA AL PUBLICO.
ABEL: ¡No se inquieten, amigos! La pistola es de fogueo y las balas son chicles de
menta. Toda la sangre que corre por las calles es salsa de tomate "COLBY", la
marca de nuestros auspiciadotes, la salsa de confianza para todos los hogares.
(SEÑALANDO LA PARRILLA DE LUCES) Estos soles son de 220 voltios. Todo es
utilería, igual que la ciudad, el país, el mundo. Ni mi sexo es el sexo que parece,
ni la muerte es la muerte que parece. Yo soy el Abel de utilería y esta noche, me
desnudaré como siempre, para mi amante Caín, Dios mediante. Todo nuestro
Apocalipsis no ha sido más que un videoclip. ¿Qué licor de alacrán habrá puesto
tan dulce mi corazón?... ¡La vida es maravillosa, ¿verdad?!
(CANTA) "En el cielo de la ciudad
brillan astros sin futuro.
Levantemos nuestras copas
aunque estén llenas de sangre.
Inocentes y culpables
y cada uno de ustedes
tienen su bala asignada.
Brindemos por la alegría...
Brindemos por el olvido...
Brindemos por la vida"...
OSCURO RAPIDO.

9/1/15

EL ATENTADO. JORGE IBARGÜENGOITIA.




EL ATENTADO

JORGE IBARGÜENGOITIA


PERSONAJES:

BORGES, un presidente electo 
VIDAL SÁNCHEZ, un presidente saliente 
EL GENERAL SUÁREZ,
Jefe de la Policía su AYUDANTE
UN JUEZ
EL PADRE RAMÍREZ 
LA ABADESA 
JUAN VALDIVIA 
PEPE
CAUTELA, su mujer
  Tres actores comodines representarán los siguientes personajes:
BALGAÑÓN, GAVALDÓN, MALAGÓN, diputados
BAZ, PAZ, RAZ, periodistas
MACARIO, NAZARIO, ROSARIO, de la Secreta
UN ABOGADO DEFENSOR
UN ABOGADO ACUSADOR
UN MESERO, UN DIPUTADO, UN POLICÍA
UN OBISPO
UNO DEL JURADO
Además aparecen:
  DOS DE LA MONTADA, UN OFICIAL, UNOS CATÓLICOS, UNA MUJER QUE BAILA ARRIBA DE UNA MESA
   La acción se desarrolla en la ciudad de México, en 1928.
  
Nota para el director distraído: las proyecciones son fijas y de la época; los títulos que indican el lugar de la acción, o la comentan, se dicen por el magnavoz, se muestran al público como letreros, o se proyectan; el asunto queda a su discreción y bajo su responsabilidad. Esta obra es una farsa documental, mientras más fantasía se le ponga, peor dará.
   Advertencia: si alguna semejanza hay entre esta obra y algún hecho de nuestra historia, no se trata de un accidente, sino de una vergüenza nacional.
  

PRIMER ACTO


El general Borges, ex-presidente de la República, regresa a la capital después de dos años de estar dedicado, "como Cincinato moderno", a la agricultura.
  Proyección: Un ferrocarril entra en la estación. Una multitud lo recibe.
  Desaparece la proyección. Entra Borges seguido de Baz, Paz y Raz, periodistas. Se detiene en el centro.
BAZ
Díganos, general, ¿cuál es la razón de su venida a la ciudad de México?
BORGES
Vengo a recibir la Medalla del Mérito Agrícola, que me ha concedido la Cámara de Comercio.

Los periodistas apuntan en sus libretas.

PAZ
¿Vive usted contento lejos de la política?
BORGES
Soy un agricultor nato. Mi intervención en la vida revolucionaria del país fue sólo un paréntesis, mi gestión presidencial, un sacrificio. La revolución ha triunfado, mi labor ha concluido. Ahora soy feliz en el campo.

Los periodistas apuntan.
RAZ
¿Tiene usted intenciones de regresar a la política, mi general?
BORGES
Categóricamente: ningunas.

SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN

Proyección: La cámara de diputados en sesión.
   Baz, Paz y Raz, se ponen bigotes retorcidos y se convierten en Balgañón, Malagón y Gavaldón, tres diputados. Borges ha salido de escena.

BALGAÑÓN
Compañeros diputados, pido la palabra.
GAVALDÓN Y MALAGÓN
Usted la tiene, compañero.

Balgañón toma un lugar preponderante.
BALGAÑÓN
Propongo una aclaración al artículo 83 de la Constitución, que me parece confuso.
GAVALDÓN
Dígala, compañero.
MALAGÓN
Exprésese usted.
BALGAÑÓN
Dice así el artículo en cuestión: "…el Presidente entrará a ejercer su cargo el primero de diciembre, durará en él cuatro años y nunca podrá ser reelecto." Propongo que se agregue lo siguiente: "….pero pasado un periodo constitucional, el ciudadano que haya desempeñado el puesto, podrá ser reelecto por una sola vez."
   Aplauso estruendoso, bravos, etc. Diana por la Sinfónica de México.
Proyección: Un tren sale de la estación. Proyección: Un tren entra en la estación. Proyección: Una multitud. Entra Borges. Los diputados lo escuchan.
BORGES
Estaba yo alejado del bullicio de la gran ciudad, dedicado al cultivo de la tierra que tanto quiero y de la que tanto me cuesta separarme, cuando llegó hasta mí una comisión de legisladores para invitarme a regresar a la palestra política. Rechacé su invitación, señores. (Aplauso.) Más tarde ocurrieron sucesos que me hicieron recapacitar, comprendí que mi lugar sigue estando en la línea de fuego y que no tengo derecho de negarle a la Patria mi cooperación cuando la necesita. (Aplauso entusiasta.) Soy un esclavo del deber. (Aplauso delirante.)



LA LUCHA ELECTORAL


Los diputados se quitan los bigotes y se convierten en manifestantes. Borges se ha retirado. Los manifestantes sacan un cartel que dice: "Viva Gámez". Luego otro que dice: "Viva Gómez". Luego otro que dice: "Muera Borges".
   Proyección: Simultáneamente tres fotos; Gámez, Borges y Gómez, diciendo acalorados discursos.

Ruidos. Dos descargas cerradas.
   Proyección: Las fotografías de Gámez y Gómez son reemplazadas por las de dos sepelios. La de Borges continúa.
   Se descubre a Borges solo en escena, diciendo un discurso.

BORGES
La lucha electoral ha terminado, señores. El pueblo soberano ha expresado su voluntad y no me queda más remedio que someterme a ella tomando las riendas del poder durante el próximo cuatrienio. (Aplauso delirante.)
   Oscuro. Se escucha un ruido que va en aumento, hasta terminar en una explosión.

2

En la inspección de Policía.
Suárez y su Ayudante estudian unas fotografías.
AYUDANTE
Esta foto muestra los daños causados por la explosión; esta otra es la de una bomba que no explotó; éstas son las perforaciones que hay en el techo; éstos son los tres detenidos, que habrá que poner en libertad por falta de méritos.
SUÁREZ
¿Revisó usted el texto de los discursos pronunciados por los diputados en los días anteriores al atentado?
AYUDANTE
Sí, señor.
SUÁREZ
¿Hubo ataques al general Borges?
AYUDANTE
Alguien dijo que protestaba por alguna cosa, alguien habló de la no reelección, alguien dijo que las elecciones del domingo pasado no habían sido legales…pero nada especial.
SUÁREZ
Bien. Para la policía todos son sospechosos. Primer sospechoso: el señor Presidente de la República. (Ambos hacen una leve inclinación de cabeza.) Segundo: el Presidente Electo. (Inclinación de cabeza.) Tercer sospechoso: el Ministro de Gobernación. Cuarto: el Presidente de la Cámara. Quinto: los católicos. Sexto: el Ministro de Guerra. Tampoco hay que descartar la posibilidad de que se trate de una simple rivalidad entre dos partidos que luchan por conseguir el dominio de la Cámara, o bien, de dos individuos que luchan por conseguir el de una misma mujer. Podría ser también cuestión de celos: profesionales, políticos, afectivos. En fin, amigo mío, hay tantas personas y tantas razones para hacer volar la Cámara de Diputados. . . Quizá, inclusive, no hubo ni siquiera una razón, bien puede tratarse de una mera equivocación, o de un capricho, o bien de un ensayo, y el verdadero atentado se producirá en un lugar completamente diferente; en el Toreo, por ejemplo. ..
   Entran los diputados Balgañón, Gavaldón y Malagón, con sombreros téjanos y bigotes retorcidos.
BALGAÑÓN
General Suárez, en nombre del Congreso de la Unión...
GAVALDÓN
De los compañeros ferrocarrileros...
MALAGÓN
Y de los electores del distrito de Celaya...
BALGAÑÓN
Y compenetrados como estamos de nuestros deberes para con la Nación...
GAVALDÓN
Venimos a ponernos a las órdenes de la Policía. ..
MALAGÓN
A su digno cargo...
BALGAÑÓN
Y a rendir declaración...
GAVALDÓN
Con objeto de dilucidar en lo posible la identidad del culpable del atentado de que fue objeto la Cámara de Diputados.
BALGAÑÓN
Balgañón. (Estrecha la mano de Suárez.)
GAVALDÓN
Gavaldón. (ídem.)
MALAGÓN
Malagón. (ídem.)
SUÁREZ
Señores, los felicito por el sentido de responsabilidad que los trae aquí y les suplico que empiecen con su declaración. 
BALGAÑÓN, a Gavaldón: Empiece usted, compañero.
GAVALDÓN
De ninguna manera, compañero. Empiece usted. (A Malagón.) O usted.
MALAGÓN
Usted primero, compañero. O en todo caso, el compañero Balgañón.
BALGAÑÓN
Yo soy de opinión que empiece el compañero Gavaldón. Esto es, si el general Suárez no tiene inconveniente.
GAVALDÓN
Sin embargo, yo considero que usted es el más indicado, compañero. 
SUÁREZ, a Balgañón: Empiece usted.
BALGAÑÓN
¿Yo? Bien, puesto que usted me lo pide.  (Se aclara la garganta.) La tarde en que ocurrió el atentado, la sesión de la Cámara terminó a las seis y treinta y cinco. Antes de salir de la sala estuve hablando dos o tres minutos con el diputado José Juan Sánchez. Luego, tomé el portafolio que acostumbro llevar a las sesiones y con él bajo el brazo, me dirigí al lugar en donde se encuentran instalados los servicios sanitarios del edificio, pues desde hacía ya rato tenía la intención de hacer uso de uno de ellos. Penetré en el recinto donde se encuentran los servicios que mencioné, fui hasta la puerta de uno de los gabinetes y traté de abrirla... todo fue inútil. Estaba cerrada herméticamente. Me alejé unos pasos y noté que por abajo asomaban unos zapatos cafés. Comprendí entonces que había una persona haciendo uso del aparato en cuestión; poco después descubrí que lo mismo ocurría en el de junto, así que llegué al tercer gabinete, que es el que colinda con la pared sureste del edificio de la Cámara, lo abrí, entré en él, dejé el portafolio en el piso, me despojé del saco y de la corbata, prendas que colgué en un perchero, y me instalé. En los momentos que transcurrieron después pude darme cuenta de que había un diálogo entre las personas que ocupaban los otros dos gabinetes. Puse atención y me pareció que lo que se decía era en apariencia inocente y hasta baladí. Cuando terminé de hacer uso del sanitario y después de tomar las medidas higiénicas que consideré necesarias, me puse la corbata, luego el saco, recogí el portafolio y salí a los lavabos en donde me lavé las manos convenientemente. En esos momentos se abrió la puerta del gabinete central y apareció el diputado Gavaldón aquí presente.
GAVALDÓN
Sí, señor, estoy de acuerdo con la declaración.
BALGAÑÓN
Me despedí de él y ya me retiraba por el pasillo, en dirección a la salida, cuando comprendí que había olvidado tirar de la cadena que pone en libertad el agua del depósito del sanitario. Durante unos momentos estuve indeciso entre si regresar y tirar de la cadena, o si bien dejar ese trabajo a la siguiente persona que hiciera uso del sanitario antes mencionado. Tomando una decisión, volví sobre mis pasos, cruzándome en el camino con el diputado Gavaldón que iba hacia la salida; al llegar a los lavabos encontré al diputado Malagón, aquí presente, quien según me confesó después, era la persona cuyos zapatos cafés había yo visto, que había estado ocupando el primer gabinete.
MALAGÓN
Estoy de acuerdo.
SUÁREZ
Prosiga usted, diputado.
BALGAÑÓN
Pues bien: saludé al compañero, caminé unos pasos, entré en el gabinete, tiré de la cadena, y en ese mismo instante se produjo una explosión tremenda, que me hizo perder el sentido. 
SUÁREZ
  Muchas gracias, diputado Balgañón, lo felicito « por la sinceridad con que se ha expresado y espero que los datos que nos aporta sirvan para establecer la identidad del autor o autores del atentado.
GAVALDÓN
Mi general, quiero hacer una aclaración.
SUÁREZ
Hágala, diputado.
GAVALDÓN
Es nada más en el sentido de que yo sí tiré de la cadena a su debido tiempo y que no ocurrió ninguna explosión.
SUÁREZ
Según el informe pericial, diputado, en el gabinete central que era el que usted ocupaba, no había instalada ninguna bomba. Sin embargo, le agradezco mucho su aclaración y me parece un dato interesante.
MALAGÓN
Pido la palabra.
SUÁREZ
Usted la tiene, diputado Malagón.
MALAGÓN
Al responsable del atentado lo conozco yo, señores.
SUÁREZ
¡Bravo! Es exactamente lo que necesitamos, diputado, así es que díganos.
MALAGÓN
Es un tinterillo que pasea todas las mañanas por las calles de Donceles con un portafolio bajo el brazo. Lo vi salir de los sanitarios cuando yo entraba. ¿Qué hacía en la Cámara, si no es diputado?
SUÁREZ
Muy bien, diputado. Denos más datos sobre esta persona.
MALAGÓN
Sé su nombre.
SUÁREZ
¡Magnífico, diputado! Díganoslo y en media hora lo tendremos preso.
MALAGÓN
No puedo decirlo.
SUÁREZ
¿Cómo que no puede decirlo?
BALGAÑÓN
¡Compañero, por favor...!
GAVALDÓN
¡Me extraña!
MALAGÓN
Resulta que este individuo es hermano de una señorita por la que siento un afecto muy especial y a la que me unen lazos muy tiernos. No quiero verla mezclada en este asunto.
GAVALDÓN
Comprenda, amigo mío, que el atentado no fue contra nosotros tres como individuos, sino contra el Congreso de la Unión, es decir, contra la Ciudadanía misma del país.
MALAGÓN
Como caballero que soy, señores, no puedo responder.
BALGAÑÓN
¡Compañero Malagón, en nombre del pueblo mexicano, lo conmino a que se exprese!
SUÁREZ
Hágalo, diputado, hágalo.
MALAGÓN
No puedo, señores, no puedo.
BALGAÑÓN
¡Por una señorita...!
GAVALDÓN
¡Por favor, compañero! Piense en sus obligaciones.
MALAGÓN
Antes están las personas a quienes yo estimo.
BALGAÑÓN
¿Antes que la Patria?
GAVALDÓN
No merece usted encontrarse entre nosotros.
BALGAÑÓN
Es usted un traidor.
MALAGÓN
No me interesa lo que piensen.
SUÁREZ
Le advierto, diputado, que si persiste en su actitud, lo hago cómplice del delito.
MALAGÓN
¿Cómo dice?
SUÁREZ
Que usted se hace responsable.
MALAGÓN
Pero yo nada tengo que ver...
SUÁREZ
Ya está advertido. Aténgase a las consecuencias. Para empezar, me veré en la necesidad de aprehenderlo.
MALAGÓN
¡Protesto!
GAVALDÓN
Y nosotros también.
BALGAÑÓN
El fuero del compañero...
SUÁREZ
¿Quieren ustedes llamar al Presidente de la República a ver qué opina del asunto? ¿o al general Borges?

Silencio.

SUÁREZ
Así, diputado, que díganos el nombre.
MALAGÓN
  Juan Valdivia Ramírez. 
  SUÁREZ, al Ayudante:
Orden de aprehensión para Juan Valdivia Ramírez. Que vive en... (Mira a Malagón.)
MALAGÓN
  Chopo número 26. SUÁREZ, al Ayudante:
Comuníquele la noticia al señor Presidente, y pídale instrucciones.

El ayudante sale.
SUÁREZ
Señores, quiero felicitarlos por la exactitud de los datos que nos han proporcionado y por la valiosa ayuda prestada por ustedes en el esclarecimiento de este misterio.
GABALDÓN, a Malagón, abriendo los brazos: Un abrazo, compañero.
Los diputados se abrazan unos a otros, mientras se produce el

OSCURO

3
En la casa de Borges.
   Borges está ante un espejo con unos papeles en la mano, como quien prepara un discurso.

BORGES
La Historia vuelve los ojos horrorizada, como púdica matrona, para no contemplar el espectáculo de una jauría indomable que festina los restos de nuestra Nacionalidad... No. (Se mira en el espejo un momento. Con voz más dramática)…que festina los restos de nuestra Nacionalidad. Sí. (Se aclara la garganta. Consulta los papeles.) Me refiero, señores, al clero católico. No, no, no. Me refiero, señores al clero cató... No, no, no. Me refiero, señores al clero. .. Bueno. Me refiero señores, al clero católico. .. (Líricamente). Hidra de mil cabezas. Eso es. Hidra de mil cabezas que...
  Entra Vidal Sánchez. Borges se interrumpe y tarda un momento en reponerse de la incomodidad que le produce la entrada súbita.
  VIDAL SÁNCHEZ
¿Preparando otro discurso, Nacho?
BORGES
Éste es excelente. Me lo vendió un muchacho muy bien preparado de la Facultad de Leyes. Tiene todo lo que necesita un discurso: resonancia, profundidad, y es tan arrebatado que nadie puede ponerlo en tela de juicio.
VIDAL SÁNCHEZ
Nacho, ¿conoces a un tal Juan Valdivia?
BORGES
Para nada.
VIDAL SÁNCHEZ
Se le acusa de colocar la bomba que explotó en la Cámara de Diputados.
BORGES
¿No fuiste tú quien mandó ponerla?
VIDAL SÁNCHEZ
No, fuiste tú.
BORGES
No fui yo.
VIDAL SÁNCHEZ
Yo tampoco.
BORGES
¡Ah, no, mentiras no!
VIDAL SÁNCHEZ
Nacho, te juro que no fui yo.
BORGES
Y yo te juro que yo no fui.
VIDAL SÁNCHEZ
Yo quería avisarte, para que le dijeras al muchacho que se escondiera.
BORGES
Y yo creyendo que tú... (Ríe a carcajadas.)
VIDAL SÁNCHEZ
Y yo, que tú... (Ríe a carcajadas.) (Dejando de reír bruscamente.) Entonces hay que agarrar a este Juan Valdivia.
BORGES
Pero pronto.
   Vidal Sánchez toma un teléfono; marca un número.

VIDAL SÁNCHEZ
Habla el Presidente de la República. Comuníqueme con el general Suárez. (A Borges.) Hemos perdido una hora. (Por teléfono.) ¿Suárez? No hay obstáculo. Consígneme al tal Valdivia. Tiene usted manos libres. Aprese a quien considere sospechoso, dele el tratamiento que le parezca conveniente, apunte la información y comuníquemela a mi casa, que allí estaré. (A una seña de Borges.) Ah, comuníquesela también al general Borges. (Pausa.) Hasta luego. (Cuelga.)
BORGES
Esto es un ataque a las Instituciones.
VIDAL SÁNCHEZ
Y a la vida política del país.
BORGES
Si los representantes del pueblo no están seguros en su propio recinto, ¿dónde van a estarlo?
VIDAL SÁNCHEZ
Hechos de esta naturaleza son los que llevan a la parálisis de toda actividad cívica, que es la muerte de la democracia. ¿No te parece, Nacho?
BORGES
¡Claro, Vidal!
VIDAL SÁNCHEZ
Y si la democracia muere, puede decirse que la Revolución ha fracasado. ¿No te parece, Nacho?
BORGES, decrescendo: ¡Claro, Vidal!
VIDAL SÁNCHEZ
Y nuestro trabajo de veinte años se va al diablo, y al diablo también se van todas nuestras esperanzas, nuestras ambiciones, nuestras ilusiones. .. ¿no te parece, Nacho?
BORGES
Claro, Vidal.
   Ambos meditan retorciéndose los bigotes. BORGES
Valdivia... ¿quién puede ser?... ¿Juan Valdivia, dices que se llama?

OSCURO

4
En el escondite de Juan Valdivia.
   Juan Valdivia duerme sobre un camastro. Entra Pepe con periódicos y portavianda. Llama a la puerta con tres golpes pausados. Juan Valdivia se levanta sobresaltado. Se repone. Saca una pistola de bajo la almohada, y empuñándola, se acerca a la puerta.
VALDIVIA, con voz temblorosa: ¿Quién es?
PEPE
Pepe. Traigo la comida.
   Juan Valdivia, con una mano en el pecho, abre y Pepe entra.
VALDIVIA
Ten más cuidado. Estaba yo durmiendo sin pesadillas por primera vez desde hace días, y me despiertas. Me ha dado taquicardia.
PEPE
Habíamos convenido en que tres golpes eran la señal.
VALDIVIA
¡Pero yo estaba dormido! ¿Cómo voy a saber que son tres golpes si estoy dormido? Y aunque lo hubiera sabido, si estaba dormido ¿cómo iba a acordarme de que tres golpes eran la señal? Nadie tiene consideración de mí. Todos me han abandonado.
PEPE
Al contrario, Juan. Aquí está la comida que hicieron las monjas pensando en ti, dos libros que te manda el padre Ramírez, dos cartas de tu familia, y los periódicos que hablan de ti.
   Valdivia toma la portavianda y se sienta en la cama.

VALDIVIA
Léeme lo que dicen los periódicos.
   Pepe lee, mientras Valdivia revisa la porta-vianda.

PEPE
"Atentado dinamitero en la Cámara de Diputados. Los legisladores en peligro de muerte."
VALDIVIA
Muy bien empieza el artículo. Suena muy impresionante. Eso es lo que yo hubiera querido, Pepe, matarlos a todos, para que sepan de una vez por todas que los católicos no estamos cruzados de brazos, que no todos somos beatas, que no van a jugar con nosotros, que vamos a luchar por nuestra libertad, que podemos exigirla... desgraciadamente, Pepe, sabíamos la fórmula del explosivo, pero no las cantidades; la bomba resultó demasiado pequeña, lo sé.
PEPE
"Una bomba destrozó los excusados."
VALDIVIA
¡Qué vergüenza, Dios mío! ¡No me hubiera importado morir con tal de ver la cámara hecha escombros! Pero esta mala suerte que me persigue, Pepe, que convierte mis actos más sublimes en algo prosaico... y hasta sucio. Pepe, ¿qué dice Sarita mi novia de esto?
PEPE
Te admira.
VALDIVIA
¡Pobrecita, qué poco sabe de lo que es el heroísmo! (Mirando la portavianda.) ¿Qué, estas monjas no saben hacer otra cosa que sopa de fideo?
PEPE, con gran solemnidad:
Juan, es necesario que comprendas tu destino glorioso.
VALDIVIA
¿Tú crees, Pepe, que mi destino es glorioso?
PEPE
Estás llamado a ser un mártir.
VALDIVIA
¿Quieres decir con eso que van a fusilarme?
PEPE
Toda la policía está tras de ti.
VALDIVIA
Pero no hay derecho. ¡Hombre, por un desperfecto!
PEPE
Aquí dice: (Leyendo.) "Toda la policía tras del culpable. Se espera su captura antes de veinticuatro horas."
VALDIVIA
Dios mío, ¿qué hacer? ¡ay qué destino tan cruel! Pero, ¿y Sarita? ¿qué será de ella sin mí? íbamos a casarnos.
PEPE
Es la voluntad de Dios.
VALDIVIA
¿Que me fusilen por haber roto un excusado? No es justo, Pepe, yo tenía un futuro brillante. Dios debe tener en cuenta eso. Además, mis ideas eran elevadas. Yo no pongo una bomba así nomás, por el gusto de ponerla. La pongo por un ideal.
PEPE
Eso es lo peor, a los ojos de la policía.
VALDIVIA
¡Ay, cuánta razón tienes, Pepe, estoy perdido! (Se desespera, luego, reflexiona.)  Pepe... Si me encuentran con una pistola será peor que si me encuentran desarmado, ¿verdad?
PEPE
Yo creo que sí.
VALDIVIA
Toma. (Le entrega la pistola.) Yo esperaré aquí mi suerte, desarmado. (Se pone a comer sopa de fideo.)

Pepe examina la pistola.

PEPE
¿Cómo se usa esto? VALDIVIA, sin dejar de comer. Señalando bajo la almohada: Allí está el parque.
   Pepe saca una pequeña caja y la guarda en el bobillo.

VALDIVIA
No está mal esta sopa, después de todo.
OSCURO
Juan Valdivia duerme. Pepe se ha ido.
OSCURO
Juan Valdivia duerme. Alrededor se han congregado Nazario, Rosario y Macario, que son de la Policía Secreta y lo miran en silencio. Valdivia despierta y al verlos, se mueve apenas perceptiblemente, luego se queda inmóvil. Silencio.

OSCURO

Proyección: Instrumentos de tortura.
   Al mismo tiempo se escuchan sonidos propios del tormento.

En la inspección de Policía:
   Alrededor de una mesa están el general Suárez, su Ayudante con una máquina de escribir, los tres de la Secreta y en una silla, como un fardo, Valdivia.

SUÁREZ
A ver, muchachito, díganos, ¿quién lo mandó? Pausa. Macario levanta la cara de Valdivia.
MACARIO
Está desmayado, mi general. 
SUÁREZ Amoniaco.

En un oratorio:
   En otra zona del escenario un grupo de católicos reza una letanía, contestando: "ruega por él".
OSCURO

En la inspección de Policía: Los mismos.
SUÁREZ, fingiendo enojo, golpea la mesa: Usted confesó que la Mitra lo mandó.
VALDIVIA
  No, señor, fui yo quien fabricó las bombas. 
  SUÁREZ
¿Y el Obispo?
VALDIVIA
  ¿Cuál Obispo? 
  SUÁREZ
Comprenda que si no confiesa todo lo que sabe, su familia va a pagarlo muy caro.
VALDIVIA
Es todo lo que sé. Yo hice las bombas y yo las coloqué. 
SUÁREZ, a su Ayudante:
Lea usted la declaración de este hombre.
AYUDANTE
"El señor Obispo personalmente me entregó dinero para que comprara yo los ingredientes. Me ordenó que fabricara unas bombas para hacerlas explotar en la Cámara de diputados en sesión plenaria. Cuando las bombas estuvieron construidas un sacerdote las bendijo."
VALDIVIA
Es mentira todo eso. No pude haberlo confesado yo.
SUÁREZ
¿Se niega usted a firmar?
VALDIVIA
Me niego.
SUÁREZ
Muy bien. (Al Ayudante:) Llame usted por teléfono al señor Presidente y dígale que el prisionero se niega a firmar su declaración, que si lo pasamos por las armas.
   Todos miran a Valdivia esperando que se conmueva. No se conmueve.
SUÁREZ, al Ayudante:
   Llame usted por teléfono. 
AYUDANTE, poniéndose de pie:
   Muy bien, mi general. (Sale.) 
SUÁREZ, a Valdivia:
Sea sensato. Firme y se acaban los problemas.

Valdivia mueve la cabeza negativamente.

OSCURO

JUAN VALDIVIA ES CONDENADO AL DESTIERRO
  
  
   Proyección: Un hombre viaja en la cubierta de un barco.

Música: Sobre las olas.

OSCURO

En el recibidor del convento.
  
  Pepe está hincado y el Padre Ramírez sentado en una silla, como en confesión.
RAMÍREZ
Ten en cuenta hijo, que las mujeres no son iguales a los hombres.
PEPE
Sí, padre.
RAMÍREZ
No están sujetas a esos movimientos que llamaba el Santo "concupiscencia de la carne", que consiste en el oscurecimiento de las facultades del alma, y en el despertar de ciertos apetitos, que de ser consentidos llevan al hombre a lo más bajo y lo más ruin. ¿No te sucede a veces que una mujer te parece perita en dulce?
PEPE
Sí, padre.
RAMÍREZ
¿Como si te dijera: "cómeme, cómeme"?
PEPE
Sí, padre.
RAMÍREZ
Pues bien, ella es tan inocente como la perita en dulce. Ciertos vestidos atrevidos, ciertas miradas picaras, ciertos movimientos irritantes, no vienen de una intención de provocar, sino de la inocencia que les es innata, y de la ignorancia que tienen respecto a la pasión animal que ese vestido, esa mirada o ese movimiento pueden desencadenar.
PEPE
Pero, Padre, mi mujer...
RAMÍREZ
Ya sé, ya sé; se ha sometido gustosa al "vínculo".
PEPE
Sí, padre.
RAMÍREZ
Es señal de que el cariño que te tiene la hace aparentar una alegría que no siente al ver que tú disfrutas con esa actividad.
PEPE
Yo no disfruto.
RAMÍREZ
Entonces, lo que sucede es que como todas las personas de su sexo, siente una profunda curiosidad hacia el misterio indescifrable que es la reproducción.
PEPE
¿Y por qué me exige más de lo que yo puedo darle?
RAMÍREZ
¿No habrás interpretado mal sus palabras? ¿No te habrá pedido cariño, o atención, en vez de lo que te imaginas?
PEPE
Me lo ha pedido muy concretamente y no sólo de palabra.
RAMÍREZ
No puede ser. Te has equivocado. Lee los tratadistas. Todos están de acuerdo en afirmar que para la mujer el acto sexual es siempre una molestia. Es insensato pensar que alguien insista en que se le moleste, luego, o no te exige, o te exige otra cosa. Dale más atención, y sé más cuerdo. Y por favor no me hagas esta clase de consultas, que los tiempos no están para eso. Ten en cuenta que vivo en un escondite, en peligro inminente de ser apresado, y tengo que atender las necesidades espirituales de cerca de diez mil católicos. ¿A dónde iríamos a parar si todos vinieran con problemas como el tuyo? Me parece que te falta actividad, muchacho. Haz un examen de conciencia; medita: ¿qué es lo que hago por mi Dios, por mi Patria, por mi Religión? Muy poco. Recuerda que nunca ha estado la Iglesia tan necesitada de Trabajadores como en estos tiempos de persecución. Sé un Soldado de Cristo. Un verdadero soldado. Dispuesto a dar su vida por su Santa Religión. Verás entonces que estos pequeños problemas domésticos pasan a segundo término como se merecen. Serás más feliz, estarás más satisfecho, y ganarás el cielo. (Consulta su reloj. Pone una mano sobre la frente de Pepe y luego lo santigua.) "Ego te absolvo a peccatis tuis. In Nomine Patris, Filius, et Spirito Sancto." Es hora de irme. (Se pone de pie y guarda la estola. Pepe se levanta.) Cuídate y trabaja más. (Le da a besar la mano y sale.)
Pepe se sienta a meditar en la silla que ha dejado el Padre Ramírez. Entra la Abadesa, leyendo un periódico.

ABADESA
¡Pepe, felicítame!
PEPE
¿Por qué, Madre?
ABADESA
¡He mandado cuatro almas al cielo! (Le muestra el periódico.) Mira, ayer fusilaron en el Ajusco a estos cuatro muchachos.

Pepe mira el periódico. Ella sigue, feliz.
ABADESA
Yo los convencí de que se unieran a los cristeros. Estaban en la flor de la edad; dejaron novias, familias que los adoraban, estudios brillantes, y fueron a morir por Dios Nuestro Señor. ¡Imagínate la Gloria que les espera! PEPE, reflexionando: Son mártires.
ABADESA
¡Qué orgullo para nuestra Nación! ¡Otros cuatro santos mexicanos!
PEPE
Madre, yo quisiera hacer algo.
ABADESA
Yo también, pero ¿qué puede hacer una pobre mujer como yo? Casi nada, Pepe.
PEPE
Usted nos orienta con sus conversaciones, Madre; ha mantenido el culto abierto en esta casa; cada semana visita a los presos católicos en la penitenciaría, ¿y le parece poco?   -
ABADESA
Es mucho para mi insignificante personilla, pero nada comparado con lo que queda por hacer.
PEPE, leyendo al azar en el periódico:
"Un rayo causó la muerte del aviador Jesús Carranza."
ABADESA
Es la voluntad de Dios.
PEPE
¿No hubiera sido mejor que ese rayo cayera sobre Borges?
ABADESA
Hubiera terminado el conflicto religioso.
PEPE
¿Usted cree?
ABADESA
Estoy segura.
PEPE
¿Por qué, entonces, no lo dispuso Dios así?
ABADESA
Querrá que seamos nosotros los que terminemos con el conflicto.
Se miran fijamente entre sí.
OSCURO
6
En el patio de la casa de Pepe
Entra Pepe en mangas de camisa llevando un cartón en donde ha dibujado un blanco y la pistola. Coloca el cartón en un extremo del escenario, va al otro, apunta y dispara. (La detonación no debe ser muy fuerte, porque habrá doce durante el transcurso de la pieza.) Se acerca al blanco, lo revisa sin encontrar huella del proyectil, y luego revisa el muro. Entra Cautela y lo observa. Pepe se vuelve decepcionado y se encuentra frente a ella.

CAUTELA
¿Y ahora?
PEPE
Ahora tiro, mi vida. (Apunta.) Hay que estar preparado.

Cautela prorrumpe en sollozos.
PEPE, yendo hasta ella:
¿Qué tienes, chatita? ¿por qué lloras, corazón?
CAUTELA
Te vas a la guerra.
PEPE
¿Cuál guerra? Si no hay guerra. No seas tonta.
CAUTELA
  Y me dejas. PEPE, exasperado:
¿No estoy aquí, con un demonio? (Apunta y hace fuego. Revisa el blanco y el muro, sin encontrar el proyectil. Se vuelve furioso a su mujer que lo observa entre lágrimas.) Me has hecho errar el tiro con tus lloriqueos.
CAUTELA
No te parece nada de lo que hago.
PEPE
¿Cómo va a parecerme si no haces más que tonterías?
CAUTELA
Has cambiado mucho conmigo.
PEPE
Tú también.
CAUTELA
Ya no me quieres.
PEPE
Tampoco tú a mí. (Apunta. Cambia de opinión y va hasta ella.) No, chatita, sí te quiero. Tanto como antes. Más que antes. Sólo que estoy nervioso. (La abraza.) Estoy cansado. Trabajo mucho y gano poco. Son tiempos difíciles y todo el mundo está de mal humor. (La besa.) Pero sí te quiero. (Ella responde, pero él se desprende y se separa de ella. Apunta y dispara. Revisa infructuosamente el blanco y el muro.)
CAUTELA
¿Te vas a la guerra?
PEPE
¿Cuál guerra, carajo? ¡Ay, perdóname, ya te falté al respeto! ¡Mi cielo, mi corazón, perdóname! (Se abrazan.) No voy a ninguna parte. Me prestaron la pistola y tiro al blanco para ver qué se siente, pero no iré a ninguna parte. Aquí estaré contigo.
CAUTELA
¿Me lo prometes?
PEPE
Te lo prometo.
   Se separa de ella, apunta y dispara. Cautela revisa ahora el blanco y el muro.
CAUTELA
Aquí está.
PEPE
¿Ves? ya voy aprendiendo.
   Cautela, contenta de haber encontrado el impacto, se coloca junto a él y lo mira amorosamente mientras él apunta y hace fuego por quinta vez.

OSCURO

7
En un parque.
   Borges y un Amigo se pasean abanicándose con sus carretes. Trinos de pájaros.

BORGES
No.
AMIGO
Hazlo por tus hijos.
BORGES
No.
AMIGO
Por el país, entonces.
BORGES
Menos.
AMIGO
Nacho, acabarán matándote.
BORGES
No es fácil. Hace trece años me tocó una bala de cañón: vi tanta sangre que creí que iba a morir; dije mi frase que tenía preparada para el caso: "muero bendiciendo la Revolución", a los ocho días estaba yo dirigiendo las operaciones otra vez; hace poco dejaron como una criba el tren en que yo viajaba, ¿qué me hicieron? Nada. Luego, me lanzan una bomba que hace explosión abajo de mi automóvil; se hacen pedazos los cristales y me cortan la cara. A los dos días estaba sano, y después de todo esto ¿crees que voy a tener miedo a los católicos? No, definitivamente con ellos no voy a parlamentar.
AMIGO
¿Por qué no?
BORGES
Porque son todo México. El día que busquemos parlamentar sabrán que son los más fuertes y nos ahorcan.
AMIGO
Pero entonces, ¿qué harás con ellos?
BORGES
No sé. Si fueran revolucionarios como nosotros sería muy fácil aniquilarlos: los obligaríamos a levantarse en armas; una vez levantados, compraríamos a tres o cuatro de los más importantes, mandaríamos en viaje de estudio a otros tres o cuatro, al resto los derrotaríamos fácilmente y los pasaríamos por las armas. Pero éstos son diferentes. No pasa nada, luego, de buenas a primeras una bomba; después... nada otra vez. Hace quince años, cuando tomé esta maldita ciudad, la gente se moría de hambre. Me fui sobre los acaparadores, sobre los ricos, sobre los bancos. Le pedí a la Mitra doscientos mil pesos. No me los dieron. A la cárcel con doscientos sacerdotes. ¿Qué crees que hicieron los que se morían de hambre? ¡Colectas para pagar el rescate de los curas! ¡Sufragio Efectivo! El día que lo tengamos, eligen Presidente de la República al señor Obispo. Nada de parlamento. A perseguirlos, aterrarlos, reventarlos para que estén en orden.
AMIGO
¿Y si te matan?
BORGES
¡Pues me mataron, y se acabó!

TELÓN
SEGUNDO ACTO

1
La alcoba de Pepe.
   Es de noche, hay sólo una luz pequeña. Cautela duerme. Pepe, cerca de la luz, prepara la pistola y la guarda en el cinto. Cautela despierta sobresaltada.

CAUTELA
¿Qué es? PEPE, oculta la pistola: Soy yo.
CAUTELA
Todavía no amanece.
PEPE
Voy de excursión.
CAUTELA
¿Por qué no me habías dicho?
PEPE
No estaba decidido.
CAUTELA
¿Por qué no me llevas?
PEPE
Porque no van mujeres.
CAUTELA
Antes siempre me llevabas.
PEPE
No tenías obligaciones. Ahora tienes que cuidar de los niños.
CAUTELA
Podríamos dejarlos con alguien.
PEPE
No van mujeres, ya te lo dije.
CAUTELA
Has cambiado mucho. (Pepe la besa.) Te haré algo para que desayunes.
PEPE
No. Pienso comulgar. Después desayunaré en algún café.
CAUTELA
Te prepararé algo, entonces, para que lleves.
PEPE
Tampoco.
CAUTELA
¿A dónde vas, Pepe?
PEPE
De excursión, ya te dije. (Cautela le toca el cinto y siente la pistola. Lo mira interrogante.) Pienso tirar al blanco.
Ella, apoyada en la almohada, lo mira preparar una cámara fotográfica y colgársela al cuello.

PEPE
Me voy.
   Ella extiende la mano en silencio, y cuando él se acerca para estrecharla, ella lo atrae hacia sí y lo besa apasionadamente, tomándole la cara con ambas manos. Luego lo deja ir.PEPE
Adiós.
   Ella levanta la mano para despedirlo. Pepe sale. Cautela apaga la luz.

OSCURO

En un parque.
   En otra zona del escenario está una banca de un parque. En ella están sentados Pepe y el Padre Ramírez.
RAMÍREZ
No quiero saber nada.
PEPE
Pero, padre, yo quisiera conocer su opinión.
RAMÍREZ
No puedo dártela, porque no estoy enterado de lo que piensas hacer. Haz de cuenta que lo que me has dicho no lo oí.
PEPE
Necesito un consejo.
RAMÍREZ
¿No me entiendes? ¿no ves que como sacerdote tengo la obligación de prohibirte eso?
PEPE
¿Es pecado, entonces?
RAMÍREZ
No me lo preguntes.
PEPE
Necesito saber. Dígame.
RAMÍREZ
No quiero contestar.
PEPE
Entonces va sobre su conciencia. Usted me dijo que en caso de duda había que resolver en mi favor.
RAMÍREZ
Mira, muchacho, es un acto necesario, pero peligroso. Según el derecho canónico es un asesinato como cualquier otro.
PEPE
Pero necesario.
RAMÍREZ
Necesario.  ,
PEPE
Es decir, que alguien tiene que ejecutarlo. RAMÍREZ, después de dudar: Alguien tiene que ejecutarlo.
PEPE
¿Bajo su responsabilidad?
RAMÍREZ
Bajo su responsabilidad.
PEPE
Yo la cargo. Yo siento el deber de ejecutar ese acto.
RAMÍREZ
Pepe, como amigo, no como sacerdote, te felicito, te admiro, estoy hasta dispuesto a ayudarte. (Se estrechan la mano.) Ten en cuenta, Pepe, que no saldrás con vida de ésta.
PEPE
Lo sé, padre.
RAMÍREZ
No me digas padre, dime Ramírez.
PEPE
Ramírez.
RAMÍREZ
Inclusive, que probablemente no cuentes con auxilios espirituales. Quiero decir, que las cosas serán tan rápidas, que no podrás ni siquiera confesarte.
PEPE
Ésta es una confesión, padre. ¿Me da usted la absolución?
RAMÍREZ
No puedo dártela.
PEPE
¿Quiere decir eso que me condenaré?
RAMÍREZ
Quiere decir que no me comprometo. Que Dios sabrá.
PEPE
Eso me basta.
OSCURO

2


PARA CELEBRAR EL RESULTADO
 DE LAS ELECCIONES SE HACEN 
BANQUETES EN HONOR DE BORGES
  
  
   Una batería de fotógrafos, formada por Baz, Paz, Raz y Pepe, usando toda clase de cámaras, toma algo que sucede fuera de escena.

VOZ DEL ORADOR, afuera:
Valeroso soldado, general invencible, estadista notable, gobernante probo y honesto, Ignacio Borges, has regresado. El pueblo de México, que te conoce y te quiere, te recibe con los brazos abiertos.
Aclamación delirante fuera de escena. Se oscurece esa zona. Se enciende otra en la que se descubre a Vidal Sánchez contemplando tristemente la silla presidencial.

VIDAL SÁNCHEZ
Madre generosa, esposa preclara y fidelísima, amante inagotable, te me vas de la vida. ¡Qué seco y duro soy sin ti!
   Se oscurece esta zona y se ilumina la otra. Sigue la aclamación. Los fotógrafos toman otra fotografía.

VOZ DEL ORADOR
Contigo, México irá a la cabeza de las naciones por el sendero de la justicia social...
   La gritería ahoga la voz del orador, Baz, Paz y Raz, salen de escena. Pepe saca la pistola, ocultándola con la cámara, y la prepara.
   Entra Borges agradeciendo la aclamación, estrechamente rodeado por Nazario, Macario y Rosario (los tres de siempre), que son de la Policía Secreta con bigotazo y pistolones, Borges agradece a Pepe la ovación que no le tributa éste, cruza el escenario y sale con sus acompañantes. Pepe contempla tristemente su pistola y lo sigue cabizbajo. Baz, Paz y Raz cruzan el escenario corriendo tras del Presidente Electo.

OSCURO
3
Las tres de la tarde.
  Proyección: Un estadio lleno de gente aplaudiendo.
  
   Borges gesticula como quien dice un discurso. Los tres de la Secreta lo rodean. Pepe trata de acercarse, pero no puede hacerlo porque los policías se lo impiden.
OSCURO

Las ocho de la noche.
  
   Pepe está sentado a una mesa, lleno de cansancio, mientras su mujer le sirve una cena que él ignora. Ella lo mira en silencio.

OSCURO
   En otra mesa Borges y los diputados brindan. Música de la época.

Las cinco de la mañana.

Pepe arregla una maleta.
   Una mujer baila arriba de una mesa. Los diputados y Borges aplauden.
Las siete de la mañana.

Pepe, hincado en un reclinatorio, reza.
   Una mujer baila arriba de una mesa. Borges aplaude.
Las ocho de la mañana.
   Pepe lee un periódico en la banca de un parque. Alguien barre.
Un Mozo dice al público:

MOZO
El señor general está descansando.

Las once de la mañana.
Un bolero da grasa al calzado de Pepe. Un Mozo dice al público:

MOZO
El señor general está descansando.

La una de la tarde.
Pepe dibuja en un block. Un Mozo dice al público:

MOZO
El señor general está descansando.
   Borges, en camisón, se estira, como saludando al nuevo día.

Las dos de la tarde.
  
   Pepe se levanta mirando fuera de escena, se pone el block bajo el brazo.
   Entran los tres de la Secreta, mirando a todos lados en busca de sospechosos.
Entra Borges y sale seguido de sus ayudantes.

Proyección: Un Cadillac de la época.
  Pepe, solo en escena, hace señas desesperadas para detener un automóvil de alquiler.

Proyección: Un Ford de la época.

EN AUTOMÓVIL A TRAVÉS DE LA CIUDAD DE MÉXICO
  
  
   Proyección: Dos automóviles. Un Cadillac y un Ford.

HASTA SAN ÁNGEL


Proyección: La Bombilla.
   Música ejecutada por la orquesta Típica de Lerdo de Tejada.

Proyección: La Orquesta Típica.
   En una gran mesa, Borges come solo. La orquesta toca. Pepe, a un lado, hace un dibujo de Borges. (Hay que dar la impresión de que el recinto está lleno de gente.) Pepe se acerca a Borges y le muestra el dibujo que de él ha hecho. Borges se vuelve cortésmente para ver lo que le muestran. Pepe saca la pistola y a quemarropa dispara siete tiros. Borges cae.
OSCURO
4
Silencio.
Proyección: Instrumentos de tortura. Oscuro. Ruidos correspondientes. En la inspección de policía.
   Suárez, frente al público, recargado en la mesa, con la guerrera desabrochada, fuma.
   Entran Macario, Nazario y Rosario arrastrando a Pepe y lo dejan sobre una silla; tiene el rostro desfigurado y está casi inconsciente. Entra el Ayudante con su máquina de escribir y se prepara a tomar la declaración.
   Suárez tira el cigarro, se abrocha la chaqueta con solemnidad; hace una seña a los de la Secreta para que se alejen del prisionero y camina pausadamente hasta llegar a él.

SUÁREZ
¿Sabes quién soy? (Pausa.) Soy el jefe de la Policía. (Pausa. A Nazario.) Dele un golpe.

Nazario le da un golpe. Pepe despierta.

SUÁREZ
¿Sabes quién soy? (Pepe lo mira haciendo un esfuerzo.) Soy Suárez, el jefe de la Policía. (Pepe mueve la cabeza afirmativamente.) ¿Sabes que vas a morir, muchacho? (Pepe asiente.) ¿Sabes que yo puedo salvarte? (Pepe alza los hombros con indiferencia.) ¿No quieres salvarte? Puedo dejarte en libertad. ¿No quieres estar libre otra vez? (Pepe mueve la cabeza negativamente.) ¡Llévenselo!
   Nazario, Macario y Rosario sacan a Pepe. El Ayudante toma su máquina de escribir y sale.
   Entra Vidal Sánchez, Suárez adopta una actitud contrita.
SUÁREZ
Mi general, mi más sentido pésame, por la muerte de un colaborador tan...
VIDAL SÁNCHEZ
Nada de pésames, Suárez, felicítame. (Ambos ríen, y se abrazan.) Nadie me había hecho un favor tan grande: veinte años bajo la sombra de Borges, y que venga un tarugo y me lo quite de encima.
SUÁREZ
General, cuánto me alegro. Ahora sí, la Revolución será la que debe ser...
VIDAL SÁNCHEZ
Mía. (Ambos ríen) ¿Qué ha dicho este hombre?
SUÁREZ
Nada, mi general.
VIDAL SÁNCHEZ
¿No ha tratado de colgarme el muerto?
SUÁREZ
No, mi general, ni a usted, ni a nadie.
VIDAL SÁNCHEZ
Mejor. Déjeme platicar con él un poco. A solas.
SUÁREZ
Muy bien, mi general. (Sale.)
   Entran Macario, Nazario y Rosario con Pepe. Lo dejan sobre una silla y salen. Vidal Sánchez se acerca a Pepe, que al verlo, se yergue.

VIDAL SÁNCHEZ
Sí, soy el señor Presidente. (Toma una silla y se sienta en ella junto a Pepe.) Vengo a pedirte un favor. (Pepe lo mira con extrañeza.) Me has puesto en un aprieto, muchacho. ¿Sabes por qué? Porque de todas 
  las personas que querían matar a Borges, yo era el que más motivos tenía para hacerlo. Claro que todos saben que tú lo mataste, pero todos creen que yo te pagué porque lo hicieras. ¿Me entiendes? Ahora soy el principal sospechoso. En la Cámara me gritaron "asesino". El favor que quiero que me hagas es que declares quiénes fueron tus cómplices, para que se sepa que no fui yo. ¿Quiénes fueron?
PEPE
Yo soy el único.
VIDAL SÁNCHEZ
Mira, aunque eso sea cierto, nadie va a creerlo. Di nombres, cualesquiera: recuerda que has hecho un acto heroico: has librado al país de un tirano. Un hombre que fue capaz de adulterar la Constitución para reelegirse. Un hombre que violó los comicios, ¡de antemano! eliminando a sus contrincantes políticos. Ese hombre traicionó la Revolución al violar sus dos postulados esenciales: Sufragio Efectivo y No Reelección. Los revolucionarios verdaderos te bendecirán por haberlo asesinado. Los católicos te bendecirán también, porque con tu acto de heroísmo has terminado el conflicto religioso, porque si yo perseguí a la Iglesia fue por órdenes de ese lobo humano llamado ¡Ignacio Borges! (Se levanta y da unos pasos para moderar su elocuencia. Pepe lo mira entendiendo muchas cosas por primera vez.) ¡Confiesa, muchacho! No niegues a los hombres que te han ayudado, la gloria de haber participado en ese tiranicidio heroico. No dejes que yo usurpe el aplauso que merecen otros. Di sus nombres, que ellos te lo agradecerán.
PEPE
Cuente conmigo, señor.
VIDAL SÁNCHEZ
Dame un abrazo. (Ambos hombres se abrazan.) Cuenta con mi ayuda y mi benignidad. Y una cosa sí te pido: que no quede lugar a dudas que entre tú y yo no ha habido ningún trato.
PEPE
Pierda usted cuidado, señor.
VIDAL SÁNCHEZ
¡Suárez! (Entra Suárez.) Que le tomen declaración a este hombre. (Entran los de la Secreta y salen con Pepe.) Estamos salvados. No hay peligro de que nos compliquen en este asunto. Le haremos un juicio con todas las de la ley, para apaciguar a los borgistas: jurado borgista, juez borgista, fiscal borgista. Que lo quieren fusilar, que lo fusilen. Para que no quepa duda que nosotros estamos fuera del lío. (Mutis falso.) Ah, se me olvidaba. Quiero pedirte un favor muy grande.
SUÁREZ
Lo que usted quiera, mi general.
VIDAL SÁNCHEZ
Parece que no les gustas a los borgistas, así que mándame tu renuncia. Provisional, claro está. Hasta luego, Suárez. (Sale.) Suárez queda un momento en escena perplejo, antes de que se produzca el

OSCURO

5

LOS FUNERALES DEL GENERAL BORGES


Música: Marcha fúnebre.
  Proyección: Personalidades haciendo guardia a los lados de un féretro.
Proyección: Cortejo fúnebre.

Proyección: Una multitud.
   Entran tres oradores. Gesticula el primero al compás de una trompeta.

Proyección: Otra multitud.
   Gesticula el segundo orador al compás de un clarinete.
Proyección: Otra multitud.
Gesticula el tercero al compás de un saxofón.
OSCURO

LOS FIELES DAN GRACIAS A DIOS

Música (Coros): Aleluya. (Hasta el oscuro.)

Proyección: Fieles rezando.
   Los tres de la Secreta golpean una puerta. Se escuchan gritos de angustia.
   Proyección: Prisioneros en la calle escoltados por dos hileras de soldados.
   Proyecciones: Fotos de prisioneros con su número sobre el pecho.
   Proyección: Fachada de la delegación de San Ángel.
Cuando aún se escuchan los cánticos cae el 

TELÓN

TERCER ACTO

1
Se descubre la sala del juzgado. Al fondo, presidiendo la sala, dos fotografías de tamaño natural: la de Borges contrito, con un moño negro y la de Vidal Sánchez sonriendo.
  
   Al fondo, mirando al público, hay tres escritorios: el del centro está ocupado por el Juez Oyau-guren; encima hay un letrero que dice: JUEZ; el de la izquierda dice: DEFENSA; el de la derecha: ACUSACIÓN. A la derecha, en primer término, están los dos acusados: Pepe y la Abadesa con dos de la Policía Montada. Al levantarse el telón uno de los actores comodines ocupa el lugar de la Defensa y otro el de la Acusación.
  
   El Acusador se pone de pie y ocupa el centro del escenario.

ACUSADOR, al Juez:
Honorable señor Juez (al público) señores del Jurado (al Defensor), estimable colega, etcétera. .. Nos hemos reunido aquí para tomar conocimiento de las declaraciones, discernir la culpabilidad y castigar debidamente uno de los más horrendos crímenes, etcétera... Tengo el gusto, señoras y señores, de acusar a este homúnculo (señala a Pepe) y a esta harpía (señala a la Abadesa), de homicidio perpetrado con toda premeditación, alevosía y ventaja en la persona del general Ignacio Borges, etcétera... y para comprobarlo pido que se me permita presentar testigos.
JUEZ
Primer testigo de la acusación.
   Entra el tercer actor comodín vestido de Mesero: ocupa el estrado a la izquierda.

ACUSADOR
    Dígame su nombre. 
MESERO, acento español: 
Quintín Rodríguez.
ACUSADOR
¿Su oficio?
MESERO
Mesero del restaurante La Bombilla.
ACUSADOR
¿Qué hacía usted el 17 de julio a las tres de la tarde?
MESERO
Ayudé a servir un banquete ofrecido al general Borges por la Diputación Guanajuatense.
DEFENSA
Moción de orden. Pido que se haga constar en el acta que el testigo es español.
JUEZ
Concedido.
ACUSADOR
¿Atendió usted al general Borges?
MESERO
Sí, señor.
ACUSADOR
¿Cuáles son las últimas palabras que le oyó pronunciar a dicho general?
MESERO
"Estoy muy lleno. No me traiga cabrito, sino unos frijoles."
ACUSADOR
¿Qué hizo usted al escuchar esas palabras?
MESERO
Fui por unos frijoles.
ACUSADOR
¿Qué sucedió después?
MESERO
Oí unos disparos. Volteé hacia el lugar de donde venía el ruido y vi que seis diputados estaban golpeando a este individuo. (Señala a Pepe.) 
ACUSADOR, al juez: Es todo.
   Va a su lugar. El Defensor se levanta y se acerca al testigo.
DEFENSOR
Dígame, joven, en aquel momento que nos acaba usted de describir, ¿notó usted el brillo de sinceridad que había en la mirada de este hombre? (Señala a Pepe.)
MESERO
No, señor.
DEFENSOR
Gracias, es todo lo que tenía que preguntar.
(Regresa a su lugar.)

Sale el Mesero.

JUEZ
Segundo testigo de la acusación.
   El Acusador se pone de pie y ocupa el centro del escenario. Entra el tercer actor comodín de segundo testigo (es un diputado) y ocupa el estrado.
ACUSADOR
Tenga la bondad de indicarnos su nombre.
SEGUNDO TESTIGO
Eulogio Ramírez y Ramírez.
ACUSADOR
¿Cuál es su profesión?
SEGUNDO TESTIGO
Diputado Federal.
ACUSADOR
¿Tendrá usted inconveniente, señor diputado Ramírez y Ramírez, de indicarnos qué era lo que estaba usted haciendo el 17 de julio a las 3 p. M.? 
SEGUNDO TESTIGO
Ninguno, compañero, estaba yo en un banquete ofrecido por la Diputación Guanajuatense al ciudadano general Borges.
ACUSADOR
¿Le sería muy molesto narrarnos los acontecimientos sobresalientes de esa tarde?
SEGUNDO TESTIGO
Estaba yo en conversación con el diputado Sánchez y Sánchez, cuando me preguntó él: "¿Quién es ese hombre que anda allí?" Y me señaló a este hombre. (Pepe.) Yo le contesté que no sabía pero que puesto que traía una libreta en la mano habría de ser un dibujante. En esas estábamos, cuando el acusado se acercó a mí y me preguntó qué me parecía el dibujo que había hecho del general Borges, y me lo enseñó. A mí no me gustó, pero...
DEFENSOR
Moción de orden. No estamos aquí para juzgar las aptitudes artísticas del acusado. Pido a su Señoría que prohíba al testigo opinar sobre la materia.
JUEZ
El testigo no opinará sobre la calidad del dibujo.
SEGUNDO TESTIGO
Yo no dije que fuera malo el dibujo, dije que no me gustaba y lo mismo pasó ese día; a mí no me gustó el dibujo, pero le dije al acusado que se lo enseñara al general Borges, a ver qué le parecía a él.
ACUSADOR
¿Será mucho pedirle, señor diputado Ramírez y Ramírez, que nos platique qué fue lo que sucedió entonces?
SEGUNDO TESTIGO
Que yo seguí conversando con el diputado Sánchez y Sánchez; entonces oímos la balacera y nos volteamos y alcancé a ver al general Borges que se había enderezado con la cara ensangrentada y me miraba fijamente, como queriendo decirme: "aquí te encargo". Luego se desplomó.
ACUSADOR
¿Qué sucedió después?
SEGUNDO TESTIGO
Saqué la pistola y me metí abajo de la mesa por si algo se ofrecía. Cuando salí ya se habían llevado a este hombre.
ACUSADOR
Muchas gracias, diputado, es todo por mi parte. (Regresa a su lugar.)

El Defensor ocupa el centro del escenario.
DEFENSOR
Dígame, señor diputado Ramírez y Ramírez, ¿notó usted un brillo de sinceridad en la mirada del acusado?
SEGUNDO TESTIGO
Al contrario. Me pareció que tenía una mirada traicionera. No me extrañó nada lo que sucedió.
DEFENSOR
Gracias, es todo lo que quería preguntarle. (Regresa a su lugar.)

Sale el segundo testigo.

JUEZ
Tercer testigo de la acusación.
   Se levanta el Acusador y ocupa el centro del escenario. Entra el tercer actor comodín de tercer testigo: es un policía tuerto de la Secreta: ocupa el estrado.

ACUSADOR
Díganos su nombre.
TERCER TESTIGO
Joaquín Gutiérrez.
ACUSADOR
¿Su oficio?
TERCER TESTIGO
Agente secreto.
ACUSADOR
Díganos qué hacía usted el día 17 de julio a las 3 de la tarde.
TERCER TESTIGO
Se me encargó la comisión de guardar la entrada que comunica la cantina de La Bombilla con el salón principal.
ACUSADOR
Díganos qué fue lo que vio allí.
TERCER TESTIGO
Entró este individuo (Pepe), llevando un cuaderno bajo el brazo, se acercó a la barra y pidió una cerveza fría. Se la tomó, fue al baño, en donde permaneció unos cinco minutos; luego se acercó a mí y me preguntó tartamudeando si estaría en el banquete el general Cedillo. Le contesté que no lo sabía. Me dijo entonces que necesitaba darle un recado urgente. Me encontré en un dilema: dejar mi puesto para buscar al general Cedillo; o dejar entrar a este hombre para que lo buscara él mismo; o bien, no dejarlo entrar y correr el riesgo de que se molestara el general Cedillo. Opté por lo segundo, y ahora me acusan de incumplimiento de mi deber. ACUSADOR
Díganos, amigo mío, qué fue lo que usted vio después.
DEFENSOR
Moción de orden. Pido que se asiente en el acta que el testigo está parcialmente privado de la vista.
JUEZ
Moción aceptada, que se asiente lo que se pide. Prosiga la acusación con el interrogatorio. ACUSADOR
No haga caso, prosiga.
TERCER TESTIGO
Pues vi que los meseros empezaron a llevar el coñac a la mesa. Después, entre dos diputados que no reconocí, sacaron en brazos al diputado Meléndez y lo llevaron al baño. Después vino la balacera, saqué la pistola y entré en el salón principal: la mayoría de los diputados estaban abajo de las mesas, otros atrincherados con las sillas, el general Borges estaba bocabajo en la mesa. Entre varios diputados habían agarrado al acusado y el diputado Magallón gritaba "no lo maten". Entonces, los otros le dieron golpes, y yo, como no había otra cosa qué hacer, también le di; luego lo sacamos y lo llevamos a la Inspección. 
ACUSADOR
Es todo lo que yo necesito preguntar (Va a su lugar.)
El Defensor ocupa el centro del escenario.
DEFENSOR
Usted estuvo muy cerca del acusado minutos antes de que se cometiera el crimen. ¿No es verdad?
TERCER TESTIGO
Sí, señor.
DEFENSOR
Díganos: ¿notó usted un brillo de sinceridad en su mirada?
TERCER TESTIGO
No sabría decirle, señor, porque como usted dijo, estoy parcialmente privado de la vista.
DEFENSOR
Es todo lo que quería preguntar. (Va a su lugar.)

Sale el tercer testigo.

JUEZ
Que pase el acusado. Pepe sube al estrado.
El acusador ocupa el centro del escenario.
ACUSADOR
¿Cuál es su nombre?
PEPE
José Pereira.
ACUSADOR
¿Su profesión?
PEPE
Empleado.
ACUSADOR
Díganos qué fue lo que hizo usted el 17 de julio a las tres de la tarde.
PEPE
Fui al restaurante La Bombilla y maté de siete balazos al general Ignacio Borges.
Se oyen aplausos y rechifla. El Juez golpea con el martillo.

Se restablece el orden.
ACUSADOR
Dígame: cuando entró usted en la cantina y pidió la cerveza, ¿tenía ya la intención de asesinar al general Borges?
PEPE
Sí, señor.
ACUSADOR
Cuando dijo usted al agente Gutiérrez que tenía un recado urgente para el general Cedillo, ¿dijo usted la verdad?
PEPE
No, señor. Era un ardid para poder entrar.
ACUSADOR
¿Estaba usted en sus cinco sentidos? ¿Era usted responsable de sus actos?
PEPE
Estaba un poco asustado, pero sí era responsable.
ACUSADOR
Cuando disparó usted sobre el general Borges, ¿hubiera él tenido oportunidad de defenderse?
PEPE
No, señor.
ACUSADOR
Acaba usted de confesar que actuó con premeditación, alevosía y ventaja.
PEPE
Me doy cuenta de eso, señor.
DEFENSOR
Moción de orden, mi defendido está obnubilado.
JUEZ
¿Está usted obnubilado?
PEPE
No lo creo, señor.
JUEZ
Siga el interrogatorio.
ACUSADOR
Dígame usted qué fines pretendía alcanzar cuando dio muerte de siete balazos al general Borges.

Pepe queda confundido. Hay una pausa.
PEPE
Yo quería... No sé, había tanta miseria... Tanta injusticia... Tanta persecución... La vida es tan difícil aquí en México... Yo quería hacer algo... Me decían trabaja, haz algo por Dios... Y yo no sabía qué hacer. Y entonces, vi un periódico... decía que un rayo mató al aviador Jesús Carranza... Se me ocurrió que quizá yo podría hacer algo...

Silencio.
ACUSADOR, con voz de trueno, al público:
Señores hemos oído tres testimonios de personas que vieron a este hombre asesinar al general Borges. Él mismo ha confesado su culpa, con todas las agravantes que previene la ley, y ahora no es capaz de darnos una explicación de cuál fue el motivo que lo impulsó a cometer ese asesinato. ¿Qué quiere decir esto? Que este hombre no es más que un instrumento. ¿De quién? De la Mitra. ¿Cómo llegó este hombre a ser un instrumento de la Mitra? Gracias a la influencia de esa mujer. (Señala enérgico a la Abadesa.)

OSCURO
  
   Se colocan el Defensor y el Acusador, frente a la Abadesa y Pepe.

ABADESA
Nada tuve que ver en el asunto. Casi no conozco al acusado.
DEFENSOR
¿Qué piensa usted de él?
ABADESA
Es un hombre insignificante.
ACUSADOR
¿Qué piensa usted de la Abadesa?
PEPE
Me ayudó mucho, es una mujer admirable.
ACUSADOR
¿Lo empujó al asesinato?
PEPE
No me empujó al asesinato.
ACUSADOR
¿De qué medios se valió usted para insinuar al acusado que cometiera el asesinato?
ABADESA
Ninguno que yo sepa.
ACUSADOR
¿Se da cuenta de que tiene un gran poder sobre él?
ABADESA
Tengo poder sobre mucha gente. No es culpa mía.
ACUSADOR
¿Cuánto hace que lo conoce?
ABADESA
Cerca de un año.
ACUSADOR
¿Tenían relaciones sexuales?
DEFENSOR
Moción de orden. Pido que no se hagan insinuaciones que deterioren el buen nombre de mi defendida.
JUEZ
La acusación tiene derecho de investigar.
ACUSADOR
¿Tenían relaciones sexuales?
ABADESA
Señor, soy Abadesa.
ACUSADOR
¿Es cierto que la Mitra le dio órdenes de asesinar al general Borges?
DEFENSOR
Moción de orden; la acusación está haciendo suposiciones gratuitas.
JUEZ
La acusación tiene derecho de hacerlas.
ACUSADOR
Conteste mi pregunta.
ABADESA
La Mitra no tiene que ver en el asunto, ni yo tampoco.
ACUSADOR
¿Es cierto que un sacerdote bendijo la pistola con la que se cometió el asesinato?
DEFENSOR
Pido que la acusación se abstenga de dar rienda suelta a su imaginación.
ACUSADOR
Y yo pido que la defensa se abstenga de interrumpir.
DEFENSOR
Es usted un arbitrario.
ACUSADOR
Y usted un tarugo.
Se abofetean el Acusador y el Defensor. Suenan los golpes del martillo. Silencio.

JUEZ
La acusación tiene la palabra.
ACUSADOR
¿Está la Abadesa complicada en el asesinato del general Borges, o no?
PEPE
No, señor.
ACUSADOR
¿Por qué entonces, mencionó usted su nombre durante el interrogatorio?
PEPE
Porque quería ofrecerle su coronita.
ACUSADOR
¿Cuál coronita?
PEPE
La del martirio.

OSCURO

Música.

LA RECAPITULACIÓN
  
  
  Luz. Los personajes ocupan los lugares que tenían al principio del cuadro. El Defensor ocupa el centro del escenario.
DEFENSOR
Desearía yo, señoras y señores, purificar mis labios en estos momentos con los carbones de Isaías, para que no saliera de ellos nada que no sea la verdad. Estamos ante un hecho que no es un crimen vulgar como pretendiera mi ilustre colega de la acusación. Estamos ante una de aquellas tragedias esquilianas que otrora se representaran a la sombra del Partenón, la conocida joya del orden jónico: "un hombre sigue a otro como la sombra de su muerte." El hubris y el hibris, la catarsis, el ritmo y la peripecia: todo está allí presente. Cuando lo alcanza, lo sacrifica: el general Borges muere con la sonrisa en los labios. No estamos ante un asesino, señores, sino ante un tiranicida. He dicho.
   Rechifla. El Defensor regresa a su lugar. El Acusador ocupa el centro del escenario.
ACUSADOR
Yo no puedo, señores jurados, esconder en estos momentos el tumulto que invade mi corazón y mis pensamientos. Mi voz se ahoga en mi pecho como se ahoga la del pueblo en el pecho de todos los buenos mexicanos. Yo no sé verdaderamente cómo la defensa se ha empeñado en presentar este crimen diferente de lo que es: un crimen vulgar, un crimen gracias al cual cayó un hombre... ¿qué digo? no un hombre, sino una montaña de generaciones; de generaciones humildes cuya causa es presidida por Cristo Redentor, no ese Cristo en cuyo nombre se ha perpetrado este crimen. (Aplausos estruendosos.) Yo respeto a la mujer, al sexo débil, a las damas: pero no a las hipócritas, y por eso mis palabras serán gráficas y exactas. La Abadesa aquí presente es un verdadero demonio, pero no aquel demonio de Sócrates, sino un lémur que busca el perjuicio y hace de él precepto. La Abadesa tenía trato con delincuentes, hacía conciliábulos con ellos, se entendían, se completaban, y la verdad, no creo en su santidad ni en sus virtudes. La Abadesa violaba las reglas monásticas en provecho de sus siniestros planes, y no podemos verla blanca como la Beatriz del Dante. Los asesinos del general Borges no son católicos, sino heréticos que pretenden ampararse cínicamente en la religión de Cristo. Nada puede atenuar la monstruosidad de este asesinato nefando. Pido que castiguéis a los culpables.

Aplausos, vivas.
   El tercer comodín como Miembro del Jurado ocupa el centro del escenario.

MIEMBRO DEL JURADO
El jurado decide que los acusados son culpables del homicidio de que se les acusa y merecen la pena de muerte.
   Aplausos estruendosos. Diana por la Sinfónica de México.

OSCURO

2
   Proyección: Pepe y la Abadesa, acompañados por varios policías y funcionarios, suben en una "julia". Las dianas y el tumulto regocijado siguen.
  Proyección: La "julia" viaja por las calles de México. Una multitud la aclama.
  Aclamación fuera de escena. Siguen las dianas. Entran la Abadesa y Pepe agradeciendo la ovación, escoltados por dos de la Policía Montada.
  Entra el primer actor comodín de Personaje Enlutado. Silencio.
PERSONAJE ENLUTADO, después de aclararse la garganta:
El Señor Presidente de la República, en consideración al sexo de la señorita abadesa, ha decidido conmutarle la pena de muerte por veinte años de destierro en las Islas Marías.
  Proyección: Una mujer de negro con "cloche" sobre la cubierta de un barco.

Música: Sobre las olas.
  
  Desaparece la proyección. La Abadesa ha salido.

PERSONAJE ENLUTADO
En cambio, el asesino Pereyra será fusilado al amanecer.

Dianas, regocijo, etcétera. Pepe da las gracias.
  Sale el Personaje Enlutado. Entra el segundo actor comodín de Obispo.
OBISPO
Según el derecho canónico, este hombre no es un mártir ni mucho menos, sino un asesino con atenuantes.

Dianas.
  
  Entra un Oficial. El Obispo se va a un lado del escenario. Los dos policías se separan de Pepe y se preparan a fusilarlo.

Pepe descubre su pecho.
  Los policías se echan los fusiles a la cara. El Oficial levanta la espada. Descarga. Pepe cae. Dianas. Los policías se retiran.

A PESAR DE LAS DECLARACIONES
DEL OBISPO, EL PUEBLO HACE RELIQUIAS
DE LAS ROPAS DE PEPE
  
  Entra el pueblo y hace reliquias de las ropas de Pepe. Sacan el cadáver.
  Proyección: Un cortejo fúnebre interminable, y glorioso.
Entra Vidal Sánchez por el lado opuesto al ocupado por el Obispo.

VIDAL SÁNCHEZ
El conflicto religioso debe terminar.
OBISPO
No hay conflicto religioso que no pueda solucionar la buena voluntad de las partes.

Se abrazan Vidal Sánchez y el Obispo.

AMAOS LOS UNOS A LOS OTROS, DIJO CRISTO.

Dianas. Apoteosis.
TELÓN