24/6/08

Y dónde está tu fortuna
















Personajes:

 

Yacub, el Magrebí: musulmán maduro

 

Hombre barbado

 

Nacif: anciano protector.

 

Samira: vieja guardiana.

 

Ladrones enviados por Alá

 

Capitán de los serenos

 

Juez de Isfahán, Persia

 

Hombre alto y fuerte, fieras, guardias...

 

 

 

Escena I

 

 

Estamos en el Cairo antiguo, legendario. Es el atardecer. A lo lejos se oyen las voces que invitan a la oración en las mezquitas. Después, algunos aires de música árabe. Vemos un descuidado jardín al que domina una gran higuera. El jardín es parte de una vieja construcción de estilo musulmán. Se distinguen unas columnas en forma de herradura coronadas por una cúpula característica de la arquitectura del Islam. Entra Yacub, el Magrebí. Es un hombre en plena madurez vestido con una modesta túnica (llamada chilaba entre los árabes) y un gran pañuelo (o hatta) sujeto a la cabeza por una cinta. Llega encorvado por el peso de un saco que contiene ropa vieja. Deposita el saco en el suelo y recuesta su cabeza en él. Se queda profundamente dormido bajo la higuera. Dos viejos, un hombre y una mujer vestidos también a la usanza islámica, han estado observando todo el tiempo a Yacub, el Magrebí. Casi integrados a la escenografía, Nacif y Samira se descubren sorpresivamente al público.

 

 

Nacif.— ¿Te das cuenta? Nunca vi a Yacub tan cansado; en un instante se quedó dormido.

 

Samira.— Pobre. Trabajó todo el día en el mercado, pero le fue mal. Nadie quiere compra su ropa vieja. Yacub, el Magrebí es un buen hombre. Tiene una casa, pero tendrá que alimentarse con los frutos de su higuera.

 

Nacif.— Yo conocí a su padre. Él también era un buen hombre. Le dejó toda su fortuna a Yacub. Y ya ves lo que hizo el hijo. Fue generoso con todos y se quedó sin nada.

 

Samira.— Tendrá que empezar de nuevo.

 

Nacif.— ¿Pero qué es eso? Observa. Es el mensajero.

 

Los dos viejos se acercan a la higuera. El jardín se enciende con una intensa luz ámbar, y, más tarde, después de una bocanada de humo, parece surgir de la tierra un hombre barbado vestido de blanco. Yacub, el Magrebí, al verlo, se postra en el suelo como los musulmanes, tratándolo como a un Dios.

 

 

Hombre barbado.— Levántate Yacub, el Magrebí. ( Yacub levanta la cara, pero sigue en cuclillas. El hombre barbado saca de su boca una moneda de oro y se la muestra al asombrado Yacub). Debes saber que tu fortuna está en la lejana Persia, en la ciudad de Isfahán.

 

 

Los dos viejos se voltean a ver con complicidad.

 

Oscuro

 

 

Escena II

 

La escenografía representa un desierto. Algunas dunas de arena. A lo lejos puede observarse a un grupo de camellos. Vemos entrar a un esforzado y vigoroso Yacub, el Magrebí cargando apenas un unas provisiones y un recipiente de agua. Yacub hace un alto en el camino, toma un poco de agua y emprende de nuevo la marcha hasta salir del escenario. Entran a escena los viejos Nacif y Samira. Ambos están a punto del desmayo. Se detienen a tomar agua.

 

 

Samira.— (Agotada) Yacub, el Magrebí, nos ha dejado atrás de nuevo. Ya hemos cruzado el Mar Rojo, hemos caminado por el desierto del Sinaí, hemos estado cerca de Jerusalén y Damasco. Dejamos atrás la gran Bagdad y todavía faltan muchas horas para llegar a la muy remota ciudad de Isfahán.

 

Nacif.— Y no hemos visto más que desiertos y más desiertos.

 

Samira.— No te quejes, el viaje ha valido la pena.

 

Nacif.— Eso es lo que tú dices. (Se escucha un rugido de león) ¿Qué? De nuevo las fieras persiguen a Yacub. (Se escucha ésta vez el sonido de un mandril furioso. Vemos, detrás de una pantalla de tela, a Yacub quien lucha con una figura que recuerda a la de un mandril. Al final de la pelea, vemos cómo levanta un cuchillo y da fin a la bestia).

 

Samira.— Yacub ha podido vencer a las fieras. Ha podido vencer el hambre y la sed. Pero, ¿podrá vencer a los hombres?

 

 

Detrás de la pantalla donde Yacub venció al mandril, sale, caminando hacia atrás, un hombre alto y fuerte. Se defiende de Yacub, quien lo amenaza y lo hace retroceder con lo que parece ser un arma, pero en realidad es una rama envuelta en un pañuelo. Se entabla una lucha en la que nadie ataca. Sólo vemos los desplazamientos en que se miden fuerzas. Finalmente, Yacub, el Magrebí da un rápido paso hacia delante y somete al hombre fuerte con un simple pero eficaz movimiento.

 

 

Yacub.— Si yo fuera tan violento como tú, acabaría contigo, pero por Alá que es poderoso, misericordioso y no duerme, puedes irte.

 

 

El hombre alto y fuerte sale huyendo. Yacub continúa su marcha.

 

 

Nacif.— Yacub pudo vencer a un hombre, al menos.

 

Samira.— Es tiempo de continuar el viaje.

 

 

Oscuro.

 

 

Escena IV

 

Es de noche.

 

Vemos una representación en miniatura de la gran mezquita de Isfahán. Junto a ésta, Yacub, El Magrebí está dormido a los pies de los dos viejos Nacif y Samira, quienes lo cuidan en silencio. En otro lado del escenario vemos la representación de una casa de estilo árabe, también en miniatura. Un grupo de cinco ladrones “sale” detrás de la imagen de la mezquita y se dirige, muy lentamente, como si fuera un cuerpo compacto, a la casa cercana. Nacif y Samira, siempre tranquilos, ven pasar a los ladrones.

 

 

Nacif.— Mira, mujer...Ese grupo de ladrones lo ha mandado Alá.

 

Samira.— ¿Eso crees tú?... pero si tienen malas intenciones. Van resueltos a robar la casa de al lado. Y las personas que viven en esa casa ahora mismo están durmiendo, al igual que nuestro muy cansado Yacub, el Magrebí.

 

Nacif.— Pronto despertarán.

 

 

El grupo de ladrones se separa y se “mete”, “por detrás”, a la casa de al lado. Se oyen durante, varios segundos, gritos de socorro. Los ladrones, asustados, corren en todas direcciones. Aun así, las llamadas de auxilio de los habitantes de la casa de al lado vuelven. Nacif y Samira observan y callan. Un grupo de guardias, comandados por un capitán, entra buscando a los responsables del alboroto. Revisan la casa y luego, van hacia la mezquita. Detienen a Yacub el Magrebí.

 

 

Capitán.— Hey, tú, levántate. Estás en grandes problemas.

 

Yacub.— ¿Estoy en Isfahán, en Persia?

 

Capitán.— Así es, intruso. Has venido a perturbar la paz de este lugar.

 

Yacub.— Y yo pensaba que había venido a recuperar mi fortuna.

 

Capitán.— (Ordena a sus guardias) Llévenlo ante el juez. Él le mandará dar mil azotes.

 

 

 

Escena V

 

Cárcel. Yacub está recostado en el suelo. Dos hombres lo sujetan de los pies y otro del cuello. Un verdugo, de pie frente a él, lo intimida con un látigo. Los dos viejos observan la escena, impasibles. Llega el Juez y los guardianes se alejan. Yacub saluda con respeto al Juez.

 

 

Juez.— ¿Quién eres y cuál es tu patria?

 

Yacub.— Soy de la famosa ciudad de El Cairo y mi nombre es Yacub, el Magrebí.

 

Juez.— ¿Qué te trajo a Persia?

 

Yacub.— Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfahán, porque aquí estaría mi fortuna. Y veo que la fortuna que me prometió ha de ser esta cárcel.

 

Juez.— (Se echa a reír) Hombre desatinado. Tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera, y bajo la higuera un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo has errado de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de un sueño. Que no vuelva a verte en Isfahán. (Le entrega una pequeña bolsa de fieltro) Toma estas monedas y vete.

 

 

Yacub toma las monedas. Lentamente, todos salen no sin antes dejar el escenario completamente vacío. Entra Yacub y se coloca en el centro del escenario. Más tarde entran los dos viejos, con una pala que dejan en el suelo. Yacub la toma, sale del escenario para más tarde regresar con un cofre.

 

Yacub.— (Feliz) Estaba tal y como había sido previsto en el sueño del juez: Debajo de la higuera. Mi fortuna siempre estuvo aquí... en mi casa.

 

 

Abre la tapa del cofre y sonríe mientras ve su contenido. Lentamente se va haciendo el oscuro final.

17/5/08

DISFRAz, DE BENJAMÍN GAVARRE

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Yo, el peor de los dragones y otras obras de Benjamín Gavarre Silva

23/4/08

6 ESTAMPAS 6 ESTAMPAS 6 ESTAMPAS 6 ESTAMPAS 6 ESTAMPAS 6 ESTAMPAS DE TEATRO ALTARES 6 VECES ALTARES DE TEATRO DE PATRICIA RIVAS LLEVE SU ESTAMPA!!!!!












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DE LA DIFERENTE RELACIÓN
(de los hombres y las mujeres) CON LOS ALTARES

ESPECTÁCULO DE PATRICIA RIVAS
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PRIMERA ESTAMPA
Entra a su departamento un hombre de mediana edad. Carga una bolsa de plástico, la pone en la mesa y saca una botella. Va por un vaso, se sirve. Enciende un cigarro. Se sienta. Por la ventana entra un fulgor de un anuncio de neón. Prende la tele con el control y el resplandor de la pantalla lo ilumina. Se escucha un programa que habla sobre la fe. El tipo cambia de canal. Se escucha un programa sobre diferentes tipos de religión.
Él dice cosas como: “¿Y el campeonato?, ¿Cómo? ¿A ver? ¿Y el 22? ... A ver si agarra el 19... ¿Qué onda?
El tipo vuelve a cambiar de canal. Se escucha: “Dios está contigo, Dios está contigo”.
Recorre todos los canales con el control y siempre se encuentra con lo mismo, programas sobre fe y religión. Apaga el televisor diciendo: “Me lleva la chingada, no puedo ver el campeonato... ¿Qué pasa con este complot religioso? ¿qué onda con este rollo apocalíptico?”.
Mientras tanto bebe y sigue fumando. De pronto entra una corriente de aire muy fuerte seguida por el estallido de un trueno. Se sobresalta. Se levanta para cerrar la ventana, antes de hacerlo se escucha otro trueno violento, al tiempo que entra por la ventana el anuncio de neón, bloqueándola. Su forma es la de una mano señalando con el índice que curiosamente, lo señala directamente. Se queda paralizado observando el dedo señalador.
El anuncio de neón genera sonidos de corto circuito. Se dirige rápidamente a la puerta, al tocarla se da cuenta que está electrificada. Su cuerpo se convulsiona. Poco a poco se recompone y se dirige angustiado al teléfono.
Al tomar el auricular suelta una descarga eléctrica. Lo arroja desesperado. Se hinca, extiende sus brazos para abrazarse, una descarga aún más violenta surge de su propio cuerpo. Trata de soltarse pero no puede.
En ese momento se escucha una voz metálica que repite obsesivamente: Dios está contigo, Dios está contigo...
Después de algunos momentos de paroxismo, todo parece regresar a la normalidad. El dedo de neón se apaga. El tipo se desplaza cautelosamente por su departamento sin atreverse a tocar nada, por fin se acerca a la botella y extiende su mano, asustado. Al tocarla la retira dando un salto hacia atrás, pero dándose cuenta de que no está electrificada. La toma y bebe. Se queda totalmente abrumado hasta que tocan a la puerta. Se escuchan voces que le preguntan si está bien, le avisan que el anuncio de neón se derrumbó y provocó un corto circuito en el edificio que se encuentra sin luz. Por fin reacciona, se dirige a la puerta. Antes de abrirla duda, toma aire y abre. En ese momento se va la luz en su departamento.
Aparecen algunos vecinos con veladoras. Uno le regala una veladora encendida. Se retiran. Cierra la puerta. En ese momento se vuelve a encender el anuncio de neón con su sonido entrecortado. Temblorosamente se acerca al neón. Extiende su brazo hasta que su dedo índice toca el dedo del anuncio. Al tocarlo, se apaga. Queda la luz de la veladora iluminándolo, mientras empieza a repetir en voz baja: “Dios está conmigo, Dios está conmigo”.
Después de algunos instantes se va haciendo el oscuro.

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SEGUNDA ESTAMPA
Tres secuestradores están alrededor de una mesa donde hacen girar un dedo de yeso. A quien señale le corresponde contar una adivinanza. El secuestrador que la responde correctamente tiene derecho a una rebanada de pizza. Al fondo se encuentra un altar conformado por imágenes de yeso: Dedos, lenguas, orejas, etc. El secuestrado está sentado en una silla, ligeramente amarrado de los pies. Tiene un plato de cartón en las rodillas con una rebanada de pizza. Jadea ostensiblemente tocándose el pecho. Por fin les dice: “Me duele mucho el pecho, les juro que si no me doy un pase me va a dar un infarto”. Secuestrador A, le responde: “Ni creas que te vamos a dar respiración de boca a boca”. Secuestrador B: “Vas bien, vas muy bien”. Por eso tienes esos dolores, mejor comete tu pizza y se te pasa la ansiedad”. Secuestrador C: “Lo único que podemos ofrecerte, -le dice, acercándose para darle un pellizco en la nariz- es este papelito. Es una oración muy milagrosa para todos los necesitados”. Los tres secuestradores estallan en carcajadas.
Él secuestrado se retuerce en la silla, gime constantemente. “Además tengo problemas de circulación... jamás como entre comidas... Soy alérgico al glutamato. Si sigo amarrado me puede venir una descompensación. Me siento mal, muy mal. Todo se puede resolver de la mejor manera... Si me muero no les pagarán nada... Valgo una fortuna... Aliviánenme, soy alguien muy importante, consíganme un pase”.
Conforme dice esto los secuestradores se burlan de él imitándolo. Se escucha un teléfono en off. Los secuestradores se ponen de acuerdo. A, se para a contestar. Resulta ser una llamada de TELMEX para pagar un adeudo pendiente y evitar la suspensión. Regresa diciendo: “¿Adivinen quién era?” B responde: Era la mamá de éste, para recordarle que no se olvide de pagar el seguro de vida”. C dice:“Nada de eso, era su papá pidiendo que le guardemos la nariz”.
Los tres secuestradores ríen divertidos mientras él grita exasperado: “Mentira, ustedes no saben nada de mí, mis padres están muertos.
Seguro eran mis abogados, soy una personalidad pública... Ustedes... ustedes...” Empieza a llorar compulsivamente.
Los tres se le acercan para consolarlo mientras A le dice: “Ya, no llores, era una broma, de veras, no te saques de onda, te vas a poner mal. B dice: “Todos te queremos, a ver, ¿quién lo quiere? A ver, quién lo quiere?” C dice: “Mejor cántanos una canción” mientras le tararea alguna canción de moda. Él se desespera y grita: “¡¡¡Consíganme algo de coca y les canto lo que quieran!!!”.
Vuelve a llorar desconsolado.
A le dice paternalmente: “Lo mejor será que comas un poco, no vaya a ser que te desmayes”, se la acerca y lo hace masticar un pedazo de pizza. Él logra por fin pasar la comida y tartamudeando les dice: “Nadie va a salir bien librado de esto, seguro su teléfono ya está intervenido, no saben con quién se metieron” Él interrumpe su discurso por un ataque de estornudos, pide una servilleta y con los ojos llorosos prosigue: “Todo se reduce a que les paguen lo que valgo, van a ser ricos a mis costillas, seguro ahorita va a sonar el teléfono... pero mientras consigan algo para alivianarme”.
Suena el teléfono. El secuestrador B corre para contestarlo. Luego de unos momentos regresa muy contento: “¿Adivinen qué? ¡Fueron gemelos! Al rato me acompañan al hospital, quiero que sean mis compadres”. Los tres se abrazan fraternalmente y mientras esto sucede él empieza a jadear mientras dice: “No saben lo que les depara el destino, son unos miserables, sé que tienen droga escondida, no saben con quién se metieron”. Ninguno de ellos lo escucha porque hablan efusivamente de los nombres de los bebés, del bautizo, de los regalos, etc.
Vuelve a sonar el teléfono. Al decidir quién contesta esta vez se dan cuenta de que él está inmóvil, con la cabeza reclinada sobre la silla. C se le acerca y lo examina descubriendo que ha muerto. Los tres lo observan inmóviles, Mientras el teléfono sigue sonando. Por fin B se dirige a contestarlo. A y C se dirigen hacia el altar. A dice hincándose: “Están de testigos que no le hicimos nada”. C se santigua y prende dos veladoras: “Por los dos angelitos que acaban de nacer”.
Se escucha en OFF la voz de B diciendo: “Dejen el dinero donde ya les dijimos y una hora después lo recogen sano y salvo en ese mismo lugar”. Cuelga.
El secuestrado ha quedado con un rictus, con los ojos desorbitados. B regresa, mira la escena, se santigua y se dirige al altar para encender otra veladora. Los tres se abrazan conversando en voz baja y mirando su altar. Luego de unos momentos, A toma un pequeño bote que se encuentra a un lado del altar, mientras C trae un recipiente con agua y una espátula. Juntos proceden a preparar una mezcla con yeso. A comienza a colocarla sobre el rostro del secuestrado para sacar un molde de su nariz. B prepara mientras una manta que extiende sobre el piso. El altar queda encendido unos instantes mientras se va haciendo el oscuro.


TERCERA ESTAMPA

Se ilumina el escenario. Se vea a una solterona encorvada en un su cuarto. Acomoda objetos en un altar, con la imagen de un santo inexistente. Es la representación del hombre de su vida. Le coloca flores e inciensos. Prende veladoras de colores. Después empieza a pedirle fervorosamente un esposo como él, acercándose una y otra vez a la imagen para tocarla anhelante, al tiempo que va transformándose en una mujer atractiva y sensual. Descuelga la imagen y voluptuosamente se deja ir hasta abandonarse en una crisis sexual. Lo besa por todas partes hasta que termina haciéndole el amor. Se empieza a escuchar insistentemente el sonido del timbre de su puerta. Ella va conteniéndose y respirando con dificultad contesta ahogadamente: “¿Quién?
Vuelven a tocar. Ella reacomoda su pelo y su vestimenta y adopta su postura enjuta. Abre la puerta. Se trata de dos vecinas que comentan alteradamente entre sí: “No se puede vivir así, ya es cosa de todos los días, a todas horas. ¡Llévensela! ¡Está loca! ¡Ni familia tiene!”
Entra un enfermero cuya apariencia es la misma de la imagen del santo. La toma entre sus brazos y la carga, abrazándola. Se enciende un seguidor sobre ellos. Ambos se miran extasiados. Él le dice amorosamente: “No te preocupes por nada, he venido por ti”.
Sale seguidor junto con ellos. Las vecinas los miran asombradas y deciden entrar al cuarto de la solterona cerrando la puerta tras ellas. Colocan la imagen en su lugar, reacomodando todo. Ambas permanecen como hipnotizadas frente al santo, se arrodillan y empiezan a tocarlo lascivamente hasta caer convulsionadas. Se va haciendo el oscuro quedando el altar iluminado unos segundos.



CUARTA ESTAMPA

Cortés lleva en brazos a Cuauhtémoc mientras asciende una escalera. El segundo va semi inconsciente. Lleva los pies llenos de sangre. La subida es muy dificultosa. Al final de la escalera se ve una cama y un altar conformado por una pintura con la imagen de Quetzalcóatl, yéndose por los mares del pacífico en una balsa de serpientes. La pintura está rodeada por series de foquitos de colores, flores y veladoras. Por fin, Cortés llega hasta la cama y lo acuesta. Le quita el penacho y la túnica y luego él se quita su traje de conquistador. Le dice: “Reacciona, ¿para que te metiste tanta mierda? Hasta un vidrio pisaste... que pendejo”. Cuauhtémoc empieza a tener espasmos. Cortés busca trapos y alcohol. Los empapa para curarle el pie herido. Después logra incorporarlo y coloca a sus pies una cubeta para tratar de que su compañero vomite sin lograrlo. Vuelve a recostarlo y se dirige hacia el altar para rezar. Su amigo finalmente empieza a respirar con normalidad. Cortés se santigua. Pone música suave y se mete a la cama con él, lo abraza y empieza a arrullarlo.
Poco a poco se va haciendo el oscuro.


QUINTA ESTAMPA
Se ve un hombre sentado en una silla de ruedas. Sus piernas carecen de movilidad como si fueran de trapo. Las reacomoda continuamente. Vende plantillas para zapatos. Detrás de él hay una proyección de una calle transitada. Mediante tal proyección se verá que el hombre pasa de la mañana a la noche vendiendo su mercancía. La exhibe alrededor de su silla de ruedas gritando: ¡Plantillas! ¡Plantillas! ¡Lleve sus plantillas!. Al hacerse el anochecer en la proyección, emprende el regreso a su casa. Se hace oscuro.
El vendedor aparece conduciendo su silla hacia una puerta, la abre y entra a su cuarto. Hay un camastro y un altar integrado por enormes milagros de latón con forma de forma de piernas. Se baja de su silla y se va arrastrando hasta su altar. Se santigua, reza, y después va hacia su cama para echarse a dormir. Se hace oscuro.
Poco después se escucha el canto de un gallo. Se vuelve a iluminar el espacio. El baja de su cama como todos los días, es decir, haciendo los mismos movimientos de inválido. No se percata que lleva arrastrando una pierna completamente sana y robusta. Mira incrédulo su pierna. Toca su otra extremidad y se da cuenta que también la tiene sana y fuerte.
Empieza a gritar: “¡Milagro, milagro! Extasiado patea impulsivamente todo lo que se encuentra en su camino. En su arrebato decide probarse sus plantillas mientras exclama: “¡Por fin las puedo usar, ¡malditas! ¡Por fin las hice mías!”. En su delirio decide ejecutar una secuencia de movimientos marciales, adoptando una actitud de guerrero japonés, mientras va eliminando uno a uno a sus hipotéticos adversarios. Finalmente, hace un movimiento brusco y tropieza con la pata del camastro, y se rompe un pie. Al caer se revuelca hasta chocar con el altar cayéndole sobre su espalada un enorme milagro en forma de pierna. Aúlla inmovilizado, se da cuenta que ha quedado paralizado de la cintura para abajo. Empieza a llorar desesperado. Poco a poco se hace el oscuro.
Se escucha el canto de un gallo. Se ilumina poco a poco el escenario. Se ve al vendedor de plantillas dormido en su camastro. Se despierta sobresaltado. Se toca las extremidades que son las mismas de siempre. Se baja con dificultad de su camastro, se arrastra hacia su altar, se santigua y prende una veladora nueva. Después de unos momentos se hace poco a poco el oscuro total.





SEXTA ESTAMPA
Una mujer entra a su departamento hablando por su celular, acompañada de un cargador que trae un enorme bulto en un diablito, en los extremos del diablito cuelgan enormes bolsas de plástico. Ella le indica que acomode todo en una esquina y lo despide. Prende su estéreo. El ambiente se llena de música electrónica. Se sirve un trago. Enciende un cigarro y procede a revisar varios documentos olvidándose por completo de las bolsas y el bulto. Se interrumpe para hacer llamadas o contestarlas.
Todas ellas son llamadas de demandas que tiene que entablar, de cobros, de meter a alguien a la cárcel, de chismes, de quejas contra sus vecinos, de amores no correspondidos, de intrigas, de engaños, de trampas. Termina por fin hacer llamadas y de revisar papeles y recuerda los paquetes. Saca un pastillero de su bolsa y se toma dos comprimidos. Empieza a sacar cosas de las bolsas: Veladoras gigantes, enormes manojos de hierba, flores gigantes, inciensos descomunales. Ve todo con perplejidad, le da una bocanada a su cigarro. Marca un teléfono. Se le escucha hablar con alguien llamado “Teddy”.
Le hace preguntas de modo prepotente, sucesivas y sin respiro de cómo acomodar todo lo que acaba de comprar, le pregunta si seguro funciona, en cuanto tiempo se ven los resultados, etc. Termina la conversación bruscamente. Se acerca al bulto y lo empieza a desenvolver. Es un buda de tamaño natural. Mientras lo revisa de un lado y de otro, el buda empieza a hacer gestos de disgusto sin que ella se percate. La mujer procede a colocar los diferentes objetos de su altar mientras va haciendo las respectivas peticiones a realizar, su tono es muy perentorio.
Enciende las veladoras y empieza a acomodar las flores y sin que se de cuenta, el buda tira una de las veladoras provocando un pequeño incendio. La mujer da un grito y sale para regresar con una cubeta llena de agua que arroja sobre el altar logrando consumir el fuego pero provocando que todos los objetos se mojen, particularmente buda que reacciona cada vez con más disgusto.
Desesperada llama de nuevo a Teddy. Se escucha una grabación que dice que ese número no existe. Intenta hacer otros llamados e invariablemente se escucha la misma grabación. Está por aventar el teléfono cuando este suena. Al contestar escucha una voz que la amenaza con un juicio legal. Cuelga. Tocan a su puerta. Al dirigirse a abrirla encuentra un sobre. Es un citatorio. Lo rompe furiosa. De nuevo suena el teléfono. Es su secretaria que le informa de un corto circuito en su negocio que provocó un incendio. La secretaria se escucha feliz de darle esta noticia. Ella se queda con la boca abierta y el teléfono en la oreja. Al recuperarse de su asombro busca su pastillero. Al abrirlo se cae todo el contenido en el agua que derramo. Aúlla de coraje. Tocan de nuevo a su puerta. Un sobre se desliza por debajo. Al abrirlo descubre que es la invitación a la boda de su ex pareja. Cae en una crisis de llanto. El buda sonríe beatíficamente afirmando con la cabeza. Entra en un ataque de histeria gritando desaforadamente. De pronto se escucha que golpean fuertemente a su puerta. Se trata de sus vecinos que a su vez le gritan que se calle, insultándola y amenazándola. Ella reacciona arrojando cosas del altar contra la puerta y gritando aún más fuerte. Sobre los gritos se escuchan sirenas de patrullas. Vuelven a golpear su puerta. En esta ocasión es la policía que viene por ella.
Decide esconderse debajo del manto del buda y comienza a rezar elaborando un discurso de contrición y arrepentimiento. El buda la observa con cara adusta mientras las oraciones continúan. De pronto el buda cierra los ojos y las sirenas se silencian, dejan de golpear a la puerta y se apaga el sonido del estéreo. Ella tiembla. Transcurre medio minuto de silencio absoluto. Repentinamente suena su celular. Se tarda en reaccionar. Por fin sale de debajo del manto del buda. Como autómata alcanza el teléfono. Contesta atemorizada, se trata de Teddy quién le llama para darle una serie de nuevas indicaciones para su altar.
Lo escucha sin moverse, simplemente asiente con la mirada perdida. Va dejando resbalar el celular. Vuelve a sonar pero ella no responde. El sonido del teléfono se empieza a transformar en música electrónica. Va subiendo de volumen conforme se va haciendo el oscuro.
Queda iluminada débilmente la cara de Buda durante algunos segundos y después se hace el oscuro total.
FIN

Patricia Rivas, noviembre del 2005
DERECHOS REGISTRADOS

6/3/08

Un monólogo: CROMOSOMA GALIA, desde Argentina lo envía Gabriel Fernández Chapo.


“Cromosoma Galia”
por Gabriel Fernández Chapo



SINOPSIS: Una mujer de treinta años, cansada de su rutina matrimonial, decide abandonar a su marido y escapar a un hotel de baja categoría. Por primera vez sola, intentará encontrarse a sí misma y jugará a coquetear con ser otra mujer: una prostituta.

Correo electrónico del autor:


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CROMOSOMA GALIA

Silencio. Ruido de secador de pelo. Se ilumina la escena. Habitación de hotel de baja categoría. Galia, mujer bonita de 30 años, está secándose las uñas recién pintadas de los pies con el secador de pelo. Se encuentra sentada en el frente de la cama. A la izquierda, hay un gran ventanal con las cortinas mustias abiertas. El atardecer comienza a mostrar su color rojizo. El ventilador de techo gira muy lentamente. Olor a sudor y sábanas sucias inundan el ambiente. La televisión está encendida, pero con el volumen apagado.
Durante toda la escena, Galia irá cambiando su ropa, y preparándose para un encuentro íntimo. El parlamento final la debe encontrar en situación precisa en vestimenta y posición para una relación sexual.
Comienza a sonar su teléfono celular sobre la mesa de luz. Suspirando, se recuesta de espaldas sobre las sábanas. El celular sigue sonando. Recostada, cuenta las marcas de quemaduras de cigarrillos en el respaldo de la cama. El celular no deja de sonar.
GALIA: ¡Mierda! (Atiende)
Ya te dije, Julio.
¿Me escuchás?
Aprendí.
Ya no soy la misma.
Tanto he rascado mis heridas que me encontré otra piel...
de hembra sin dueño ni sueños.
Qué increíble, ¿no?
Tanto rato a tu lado sin cambiar nada,
el lugar en la mesa,
la presa del pollo
y ahora...en unos días...puuufff.
Todo cambia.
Ahora encendés tu auto.
Querés ir a buscar a tu esposa.
Estás convencido de que las puertas de tu rodado
tienen trabas suficientemente fuertes
como para detener la furia de una mujer.
¿Adónde vas a ir? ¿dónde me buscarás?
¿En qué puerta tocarás bocina con la esperanza
de que suba corriendo a tu máquina?
Estás desorientado.
La vida, carajo, es rara.
Años usando el mismo perfume
como si fuera una laca que podía perpetuar
nuestra pareja pasteurizada,
creyendo que la felicidad era eso:
empujar a tu lado los domingos un carrito de supermercado
con orgías de promociones “Carrefour”.
Infamias
de mi pecho
que gusta
de llenar de ilusiones a barcos con destinos inciertos,
de dejar cajitas con pedazos de mi alma en esquinas cualquieras.
Pero repito:
a pren dí.
Esa mujer que nos inventamos no soy yo.
¡Ok!
Tanto golpear con la frente las paredes
abrí una idea en mí.
Ya la sabía.
Sólo que de vestirme de tantas mentiras,
la verdad ya no me sentaba bien.
¿Acaso no veías
que un cansancio eterno me arrullaba los ojos,
que mis días se montaban a una silla de ruedas
en una pendiente sin fin?
¡Forro! ¡Pendejo!
Las cosas cambian.
Cuando te conocí, te había visto
tan entusiasmado en romperme el pecho
que no te llevé la contra.
Toda esa ilusión ingenua
de las dos toallas con nuestras iniciales colgadas del baño.
Un amor tonto, pero cómodo, de sofá beige
con almohadones color ladrillo.
¡Mierda!
¡Mierda que una mujer puede ser bien tonta
si un tipo le resuelve el enigma de su pena!
¡Qué me parió!
¿Por qué me ahogué en tus ojos color traición
y quebré mi promesa de no volver a embriagarme
en el bar de la desilusión?
¡Cuánto de vida he pagado
para poder quedarme dormida
tan mínima tan pequeña
en los brazos de un hombre!
Pero basta, Julio.
Tu imperio de cafés en la cama,
de milenios de silencio pedidos solo para mirarte ha caído.
Date cuenta.
Ya no me reiré de tus chistes malos,
no miraré el fútbol contigo
ni mentiré por ti enfermedades en tu trabajo.
Tu trono lo ha ganado la desazón y el vacío.
Ahora un portaretrato sin foto se columpia frente a mis ojos.
(Pausa)
Siento el motor de tu vehículo
rugir debajo de tus pies.
Inquietos: no saben si frenar o acelerar.
¿Hacia dónde ir?
Para encontrarme, sólo tenés que guiarte por la intuición.
Si soy tu mujer, no te hace falta olfato ni ojos para hallarme.
¿Cuánto sabés de mí?
¿Cuánto de mí pudiste retener realmente en tu mente estos años?
Sabés...
anoche
por primera vez
me dije a mi misma la palabra “soledad”
y no temblé.
Ya no me asusta pararme frente al espejo
y ver todo lo que no seré.
¡Qué se vaya todo a la mierda!
No ser nada
ofrece tanto alivio, tanta liviandad.
Lo entendí, Julio.
En un segundo.
Como si mi cuerpo, mi alma
hubiese estado 30 años gestando esto...
que recién ahora puja por salir.
Maduré...
o me pudrí.
Vaya a saber.
¿Cuál es la diferencia?
¿El olor?
En este cuarto nada huele bien.
Así...
en un chasquido de dedos
entendí todo:
la naturaleza lo sabe.
La clave es comer y no ser comido.
Y vos me devoraste, Julio.
Todos estos años.
Con tu aire a Hugh Grant
y tus pullóveres lisos color pastel.
Me volaste los pétalos
y quedé sólo espinas.
Decime:
¿cuándo dejamos de buscar la luna por las noches,
cuándo dejamos de volver rápido a casa para vernos?.
(Escucha a Julio por teléfono. Recobrando su ímpetu)
¿Ahora me querés ver?
Me ves cuando no estoy.
¡Paradoja de pajero!
Cuando podías verme, esquivabas la mirada.
Fui el adorno más costoso de tu departamento,
con ropa “Zara” y fragancias de “Chanel”.
Tranquilo te llenabas de negocios
y aspiraciones nuevas
mientras tu mujer se entretenía por las mañanas
entre microscopios y tubos de ensayo.
Y una esposa con delantal blanco y paga escasa
está bien visto por tus colegas con el código de barras
tatuado en sus culos.
Tranquilo fuiste matando a mi hombre amado
y dejaste en su lugar a este impostor
al que le sienta muy bien tu cuerpo.
Nunca me viste, Julio.
¿Entiendes lo que digo por ver?
¡Carajo! ¡Qué vas a saber!
Ni te interesa.
Me dices que siempre estoy disconforme con todo,
que nada me viene bien
y con eso me callas y vuelves invisibles
mis palabras.
Como tu photus de balcón,
me regás con tu leche una vez a la semana
y que no joda.
Y yo, tu yerma, preparando tus tortillas de papas
y rogando ganar la quiniela en la jugada del domingo.
Mi concha, vientre de vida, se volvió cicatriz
y por ella sangro.
Vuelvo rojo mis días.
Te rogué:
tapá mi torrente con tu niño,
pongamos a un bebé todos nuestros sueños frustrados.
Nada.
Laburo. Y más laburo.
Que la hipoteca y me cago en Dios.
(El le habla)
¡Qué carajo me importa tu fidelidad!
Tu cerebro de átomo desintegrado
solo cree que una mujer sigue un camino de huida
si le son infiel.
Quizás otra vagina caliente
te hubiera dado el electroshock justo
para que tu pecho vuelva a latir.
Yo no.
Soy solo una célula blanca.
Una infección que se pone mis ropas.
Y me oxido.
¿Sabías que las personas nos oxidamos?
Sí. Como los hierros o las manzanas.
En el laboratorio lo veía por el microscopio
cuando en realidad el microscopio me miraba a mí.
Ya no.
Todo en mí es una alarma que no calla.
Vos trabajabas y una tarde
abrí la heladera y vi.
Allí... cada uno de mis deseos
vencidos, fríos,
juntando gusanos y pobredumbre.
Es mi culpa.
Que ya no repetiré.
No me quedaré más a la sombra
vagabunda de tu barba de tres días
ni me invitaré sola a la fiesta de tu alegría triste.
Ya no me apetece vivir
solo la resaca del amor.
Y aunque llegué tarde a la cita con la suerte,
prefiero esperarla aquí.
Quizás olvidó algo por estas calles
y se dé una vuelta nuevamente.
Hagamos silencio.
Quizás yo escuche el escape de tu automóvil
haciéndome saber que estás acá.
Quizás abras esta puerta de una patada,
me cojas violentamente en esta cama extraña
y por unos minutos nos olvidemos de todo.
¿No te das cuenta, Julio?
Olvidamos lo que es extrañarnos.
No nos mintamos más.
Cada uno por las noches soñaba secretamente
con volver a enamorarse.
Porque eso quiero...
un nuevo amor
de receta irrepetible
y sabor inigualable.
Sin condicionamientos
ni letra chica.
Quiero un amor adolescente.
Fresco, puro presente.
Que mis pezones como ojos
le apunten a su entrepierna.
Un amor que no especule,
cuya única preocupación sea
qué vestido ponerme la próxima cita
o hasta dónde dejaré sus dedos
hurgar debajo de mi pollera.
Un amor que me dé el impulso de saltar de la cama
y no convierta mis sábanas en plomo.
¿Recordás esa sensación?
El arrebato,
las noches sin dormir,
los llantos hasta que los ojos se caen,
el latido más fuerte,
las cartas quemadas,
el teléfono mudo?
¿Te acordás cuando alguna vez
perdiste una de tus putas tardes
sólo para ver a alguna muchacha
pasar por la esquina?
¿Cuánto hace que no te gana el insomnio por una mujer?
¿Cuánto hace que no cogés con la mina que realmente deseás?
Me siento tan bebé.
Cada pensamiento me quita diez años.
Cada paso parece dirigirme hacia el vientre de mi madre.
¿Por qué pasa, Julio?
Cuando pusiste todos los ingredientes de la receta
y el plato no sale sabroso, ¿qué se hace?.
Ya cumplí todos los requisitos para entrar a la felicidad.
Hice las cuentas y los deberes
pero no tengo nada.
¿Qué le digo a mis días que me pedían agua
pero mi sed nunca se acaba?
¿Qué mierda hacer?
¿Dónde está mi falla de fabricación,
quién cubre la garantía de mi deterioro?
Cuando vivís una vida creyendo en el frío del mar
y resulta que los peces hierven.
¿Se puede aprender a caminar haciendo la vertical con las manos
o como hacer para que el mundo no me parezca que está al revés?
Quiero ser una mujercita
feliz del peceto con papas
y de que la nena volvió a cagar bien.
Quiero mandarte mensajitos preguntándote
a qué hora pongo los fideos
o si para mañana debo plancharte una camisa.
Me calcé la chaqueta de la vida ordinaria
y la rutina me volvió trampolín sin agua
el camino de los días.
Ya estoy grande para empezar una vida.
Una vida que no me enseñaron, que desconozco.
¿Entendés?
Ahora que pienso nunca estuve sola.
No sé lo que es estar conmigo.
Nunca me tragué el llanto menstrual por mi misma
ni tuve todas las cuentas a mi nombre.
Toda la vida cogiendo en lugares limpios y seguros,
esperando con tu campera en mano que salgas de las casas de deportes
o contando los lunares de tu espalda tumbada en la cama.
Andá, tranquilo, Julio.
No llamaré y cortaré por teléfono toda la noche
ni pondré tus anécdotas de avaro en bocas risueñas de divorciadas.
(Se recuesta en la cama. Está en justa posición para iniciar un encuentro íntimo)
Seguiré aquí...
muriendo horas hasta que llegue el tipo que me coja sin amor.
Menos que puta seré. Escupiré sus monedas.
Ligándome un cuerpo extraño, Julio, veré
cuán extraño me era el tuyo.
(Se escucha una frenada de automóvil)
Apagón

3/3/08

Desde Argentina, una obra que hay que conocer con un cronómetro: LA CARRERA, DE GABRIEL FERNÁNDEZ CHAPO


........................................LA CARRERA

por Gabriel Fernández Chapo


(ver currículum del autor más... adelante)



Sinopsis de la obra “La carrera”

Un efectivo policial es despedido de las fuerzas de seguridad por ser cómplice de un delito menor. Al mismo tiempo, su esposa lo abandona con la beba de ambos, al no poder alcanzar el sustento mínimo para vivir. El efectivo policial opta por entrenar a los perros que trabajaban con él dentro de la policía para correr carreras ilegales de perros.

Dirección electrónica del autor:
fernandezchapo@yahoo.com.ar
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LA CARRERA
Departamento típico de los conglomerados de edificios de barrios obreros. La vivienda está muy deteriorada. Se evidencia que el living es utilizado por Juan para dormir. El sofá es su cama. Las ventanas están tapadas con papeles de diarios. Entra muy poca luz.
De la calle ingresa Juan con un perro. Sumamente ofuscado mete el perro en la habitación contigua. Los ladridos de otros perros dejan adivinar que tres o cuatro perros más están encerrados en ese cuarto.


JUAN: (Mirando el cronómetro que tiene en su mano derecha) Tres minutos cuarenta. No puede ser. Una eternidad. Una vida. Como la mía que se va por su culpa, hijos de puta. (Patea la puerta) Una simple corrida nada más. Eso. Tan solo eso les pido. (Angustiado) Pero no. Tres minutos cuarenta. No hay duda: seguirán sin comer. (Agarra una campanilla del modular y se las hace sonar insistentemente a los perros) Escuchen. ¿Ustedes creen que es joda esto? Es una carrera ilegal: ganan o mueren. Ahora... a sufrir el hambre. Cuando corran como deben, los dejaré de aturdir con esta campanita y comerán lo que quieran.


Juan toma una libreta y realiza anotaciones. Arranca la hoja de la libreta y la pincha en una de las ramas del Árbol de Navidad que se encuentra en un rincón del living y que sigue armado pese a ser invierno. El árbol está lleno de hojas de libreta y facturas de servicio e impuestos clavadas en las puntas de sus ramas. Juan, preocupado, lee y compara las anotaciones.
JUAN: (Desesperado.) Tres días. Zeus, Ulises, Aquiles, faltan tres días y ustedes corren como si pasearan por Palermo. Les juro que tendrán que...


Suena el timbre del departamento que tiene un sonido similar al de la campanilla de Juan. En ese momento, Juan comienza a arrascarse desesperadamente como si tuviera pulgas. Se mueve nervioso por el departamento. Abre la puerta. Entra Anna intempestivamente con un bebé en brazos. Se dirige directamente al sofá donde se sienta sin sacarse el saco. Los rasguños de los perros sobre la puerta resuenan en el ambiente a partir del ingreso de Anna.


ANNA: (Totalmente neurótica. Mirando las sábanas que usa Juan para dormir en el sofá) Podrías cambiar las sábanas cada tanto. Cuando traigo a Solcito acá, siempre vuelve con ronchas en los brazos. Ronchas, ¿entendés? De pulgas. Un punto bien rojo que se va haciendo rosado suave. Y cuánto más rosado, más te pica. Te clavas las uñas y te llenas de mugre tu propia roncha. ¿Eso querés? (Juan la calla dándole un beso en la boca. Ella quita sus labios pero sin agresividad. Es un rechazo dulce. Incómodo silencio en el cual no se miran) Hace frío acá.
El la huele como reconociéndola.
JUAN: Las extraño.
ANNA: (Siempre habla sumamente veloz. Como que las palabras se encimaran unas sobre otras sin respirar) Vos elegiste. Había dos opciones. Una y otra. Vos optaste por una. Y en esa una no estábamos Solcito ni yo. Simple. Muy simple. No hay que ser demasiado inteligente para entenderlo.
JUAN: En tres días es la carrera. ¿Entendés amor? Es nuestra oportunidad, es la chance que tanto esperamos para olvidarnos de los quilombos. (Ante la desconfianza de ella) No me mirés así. Hay muchísima plata para el ganador. Con el premio vamos a poder...
ANNA: (Lo interrumpe) Nada. No vamos a poder nada. Con tres perros flacos que los echaron de la Policía con vos, ¿qué vas a hacer? Por favor, Juan...
JUAN: Tienen nombres esos «perros», ¿cuántas veces te lo tengo que decir?, y están flacos porque quiero que estén más livianos y veloces. Serán una pluma, un mínimo esfuerzo de sus patas y volarán. Vas a ver... te voy a dedicar la victoria, vamos a tener un montón de guita. (Entusiasmado. La toma de las manos y le muestra el lugar) Vamos a decorar el departamento a tu gusto, todos los muebles de algarrobo. ¿Eso te gusta, no?
ANNA: (Lo interrumpe) Sabés que lo nuestro no funciona, Juan. Ya ni hablábamos en la mesa. Sólo te miraba masticar. Prefiero seguir como estoy: al menos lavo un sólo plato.
JUAN: ¿Y entonces por qué venís tan seguido a verme? ¿Será que te diste cuenta que no es tan fácil llenar ese único plato? Ehh... decime por qué venís.
ANNA: No sé.
JUAN: ¿No sé?
ANNA: Quizás porque alguna vez fui feliz acá. Bahh... eso creo. Es el único recuerdo de mi vida, el único momento en que no desee ser otra. Y me agarro a él. ¿Está mal? Aunque cada día parece que se alejara más de mí. Es como un orgasmo, cuánto más lo querés sentir, más se aleja. Y te desesperás. Y los desesperados hacen boludeces. Como venir acá.
JUAN: ¿Qué decís?
ANNA: (Deja a la beba sobre el sofá y representa el recuerdo. Juan se deja llevar) ¿No entendés? Un recuerdo feliz. Fue una noche. ¿No te acordás? La cebolla saltaba en la sartén y vos escuchabas unos discos. De golpe me sacaste a bailar. Nos tropezamos con el alfombra y caímos al suelo.
JUAN: Sí, me acuerdo. No podíamos parar de reírnos.
ANNA: Lo hicimos ahí donde caímos. Fue la única vez que tuvimos sexo fuera de la cama...y que quedé embarazada.
Juan pretende besarla pero ella se separa con bronca.
ANNA: Tu hija también está veloz. (Mostrándole las piernitas de la beba) Mirá que flaca que está. Si corriera, también podría volar como tus perros.
JUAN: No me digas eso.
ANNA: Es la verdad, Juan. Aunque no quieras escuchar, su panza sigue crujiendo.
JUAN: (Nervioso) ¿Qué querés que haga? Yo no elegí estar sin laburo. ¿Qué pretendés? ¿Que salga a afanar?
ANNA: (Irónica) Por algo te echaron de la Policía, ¿no?. Pero sos tan imbécil que no tenés nada, no te quedó nada.
JUAN: No hablés si no sabés. Porque no tenga guita, no quiere decir que no tenga dignidad. (La beba empieza a llorar. Juan quiere alzarla. Ella lo quiere impedir.)
ANNA: Cumplí como padre y después te dejo agarrar a la nena.
JUAN: (Ahora es él quien muestra su fortaleza) ¿Cómo? ¿Vos vas a decidir si puedo o no tener en brazos a mi hija? (Con suma tensión, Juan sujeta con su mano el rostro de Anna. Parece mostrarle que si él quisiera podría pegarle en ese preciso instante. Ella deja que él tome a la beba)
Venga mi nena. Estos brazos son tus brazos aunque tu mami no lo entienda. ¿Sabés? Ella no cree en mí. Piensa que nunca puedo hacer algo que salga bien. Sí, Solcito, a mami nunca le alcanza.(Juan se acerca a la habitación de los perros que empiezan a ladrar. Hablándole a Anna) ¿Sabés? Zeus, Ulises y Aquiles hace varios días que no comen, sólo escuchan el castigo de mi campanita resonar.
ANNA: (Nerviosa) Juan... es una beba... cuidado con lo que hacés.
JUAN: No comen hace días y podría dejar a Solcito entre ellos durante horas y no le pasaría nada. Eso es la dignidad de no tener nada. Algo que vos desconocés. (Juan abre la puerta donde se encuentran los perros. Anna se abalanza sobre él para quitarle la nena pero él le da un terrible empujón contra una de las paredes)
ANNA: (Sin aire por el golpe. Entre cortada) Pará, hijo de puta, pará. Con la beba no.
(Juan apoya la beba en el piso del cuarto donde están los perros y cierra la puerta dejando la beba sola con los perros. Anna trata de empujarlo pero él la toma por la espalda y la inmoviliza.)
ANNA: (Llorando. Desesperada) Ya está, ya está. Hago lo que quieras. Por favor....te lo suplico.
JUAN: (Haciendo en su oído con la boca el ruido de un reloj) Callate. Fijate cuánto pesan los segundos. Mucho, ¿no? Es el peso de estar solo. A mí me pasa todos los días. Vos no. Vos te agarrás de la nena para salvarte. No es justo.
Juan la suelta, y Anna entra al cuarto y recoge a la beba que se encuentra perfectamente.
ANNA: (Acariciando a su hija, se aleja). ¿Estás bien, mi amor? Sí, no llorés que no te pasó nada. (Gritando) ¡Sos un loco de mierda! Nunca más la vas a tocar.
JUAN: En tres días, vas a rogarme que te deje quedarte conmigo. Quince lucas para el ganador. (Juan se acerca a su lado y aproxima su nariz al cuello de ella. La huele exageradamente como hacen los perros)
ANNA: Dejame, hijo de puta. Me voy.


Escena 2


Día siguiente. Juan está sentado en el sofá. Se lo ve desconsolado. Suena el timbre del departamento. Juan comienza a arrascarse insistentemente todo el cuerpo. Abre la puerta. Es Anna, quien ingresa rápidamente y se dirige directo al modular donde comienza a abrir los cajones. Se la ve nerviosa al no encontrar lo que busca. Juan se acerca lentamente y saca de uno de los estantes superiores del modular un recipiente con unas pocas galletitas dulces. Anna abre la tapa y comienza a comer desesperadamente las galletitas. Apoya su pared contra la espalda y se sienta en el piso. Llena su pecho de migas. Juan se sienta a su lado.
ANNA: (Con la boca llena) No puedo, Juan. No puedo más.
JUAN: Yo tampoco.
El intenta abrazarla, pero una vez que ella comió todas las galletitas, se limpia las migas, coloca el recipiente en el modular y se para con su normal postura como si el momento anterior no hubiera existido. Ella se dirige hacia la ventana. Arranca los papeles que cubren las ventanas.
JUAN: ¿Qué hacés?
ANNA: (Con su habitual neurosis) A este departamento le falta vida. No podés vivir encerrado en la oscuridad. Hay que dejar entrar el aire. Te quiero aclarar una cosa: si voy a volver a vivir acá después de la carrera, tenés que empezar a...
JUAN: (Desconcertado) Yo no te dije que...
ANNA: No hagas bromas, Juan. Ayer me dijiste que al ganar la carrera, con los quince mil pesos, íbamos a poder salir adelante.
JUAN: (Con un tono de preocupación) Pasó algo, Anna.
ANNA: ¿Qué?
JUAN: Hoy murió de hambre Zeus y ahora Ulises y Aquiles no me hacen caso. Se rebelaron.
ANNA: ¿Y?
JUAN: ¿No te das cuenta? A un día de la carrera, los animales no me responden. Tanto entrenamiento, tantos sacrificios y ahora...
ANNA: No hay carrera, no hay premio, no hay vida nueva... (Anna le da un cachetazo a Juan. Conteniendo el llanto) Te creí, Juan. Como una tonta una vez más lo hice. (Se levanta y se dirige hacia la puerta. Cuando va a abrir el picaporte, escucha el llanto de Juan. Se detiene)
JUAN: (Llorando, se va deslizando hasta caer en los pies de Anna. Comienza a besarle los zapatos como si fuera una mascota) No me abandones, Anna.
ANNA: ¿Qué querés que haga? Era tu última oportunidad. Yo le tengo que dar de comer a Solcito.
JUAN: Yo te juro que voy a...
ANNA: No jurés nada. Si no sabés, ni podés cumplir. No sos suficiente hombre para mantener siquiera una beba de seis meses.
JUAN: Callate, perra hija de puta.
ANNA: Sí, eso es lo que te gustaría que fuera. Una perra. Una perra veloz que gane tu carrera y te vuelva a sacar de la mierda. Pero no. Digo basta. Quiero un hombre que me salve a mí. A mí, ¿entendés?. Y lo voy a encontrar.
JUAN: Puedo trabajar en seguridad privada. Custodiar un shopping, una galería o tener una garita en una esquina de barrio.
ANNA: Por 300 pesos y una pistola de juguete. ¡Qué futuro digno nos espera!
JUAN: ¿Y qué querés, enferma? (Agarra un revolver que tenía en un cajón) ¿Querés que me pegue un tiro?
ANNA: (Bajándole el arma) No te equivoques. Yo no quiero nada. Nunca más voy a querer algo. Por eso ya no sufro.
JUAN: (La sujeta por detrás) ¡Qué afortunada que sos! No sufrís. (Pasándole el arma por el pubis) ¿O será que ya tenés otro macho que te chupa las lágrimas?
ANNA: Sí, uno bien hombre...hasta con techo y comida. (Con ironía) Qué grandes ambiciones que tengo, ¿no?
Juan le pega un cachetazo fuerte con la mano que no tiene el arma. Luego se agarra angustiado la mano con la que golpeó.
JUAN: Vos me provocaste. Perdoname.
ANNA: Hace tiempo que dejé de perdonarte. ¿Qué cambia eso?
JUAN: Sabés que hace mucho que no pasaba. Entendeme.
ANNA: Sí.
JUAN: ¿Sí que?
ANNA: Sí, a lo que quieras.
Silencio. Se miran como estudiando qué hará el otro.
ANNA: Me voy.
JUAN: No, por favor. Te lo ruego. No me dejés hoy. Vos y Sol son lo más importante para mí. Me muero sin ustedes.
ANNA: ¿Morir de amor? No, Juan. De hambre vas a morir. Y yo no te quiero acompañar en tu cajón. (Enfila hacia la puerta. Juan corre hacia la habitación de los perros. Hace sonar la campanilla, se arremanga uno de los brazos y lo mete dentro del cuarto. Se escuchan unos ladridos. Luego de unos segundos saca el brazo todo ensangretado)
JUAN: Hablo en serio, Anna. Me muero si no las tengo conmigo. (Mostrándole el brazo mordido) Ya sufrí como vos. Ahora hay algo que nos une. Quedate al lado mío.
ANNA: (Anna lo mira no sabiendo si amarlo u odiarlo. Toca con su dedo el brazo herido y lame una gota de sangre que quedó en el mismo. Una lágrima comienza a recorrer la mejilla de Anna)
JUAN: ¿Qué pasa?
ANNA: Rápido. Andá a poner los discos.
JUAN: Los vendí.
ANNA: Tirá la cebolla en la sartén.
JUAN: No tengo.
ANNA: Hijo de puta. No lo puedo recuperar. Se fue. Se perdió. El recuerdo se desvaneció. Hacé algo, la puta madre.
JUAN: Cerrá los ojos fuerte, bien fuerte. Olvidate de todo. Sólo dejate llevar. (El comienza a cantarle la polca paraguaya del disco que escucharon aquel día)
ANNA: No. Inútil. Ya no está. Es como si lo hubieran borrado.
JUAN: No, no volvamos a intentar. (Canta más fuerte)
ANNA: (Abre los ojos lentamente. Con una mirada descarnada recorre todo el espacio y termina mirando a Juan) Me voy, Juan.
JUAN: No vas a volver, ¿no?
ANNA: No.
JUAN: ¿Aunque de alguna forma consiga guita?.
ANNA: Aunque... (Se calla) Se fue, Juan.
JUAN: Por lo menos, una vez por semana. No puedo vivir sin vos.
ANNA: (Anna quita su pañuelo del cuello y cubre dulcemente la herida del brazo de Juan) Adiós, Juan. (Lo besa en la mejilla. El la huele mientras ella lo besa. Se miran. Ambos saben. Ella sale.)


Juan se da unos golpes a sí mismo. Se angustia. Comienza a llorar y a arrascarse frenéticamente. Vuelve a tapar las ventanas con los papeles de diarios. Empieza a sacarse la ropa hasta quedar completamente desnudo. Busca su libreta de anotaciones y la deja sobre la mesa. Camina lentamente hacia la habitación de los perros. Ingresa. Sólo se escuchan los ladridos.
Apagón final
Gabriel Fernández Chapo
Tel/Fax: 4306-8430/ 4282-3381 / 15-6460-9730
E-Mail: mailto:fernandezchapom@yahoo.com.ar
Página web: portaldedramaturgos.com.ar/chapo


GABRIEL FERNÁNDEZ CHAPO




DATOS PERSONALES


FECHA DE NACIMIENTO: Enero 2 de 1975.
NACIONALIDAD: Argentino
ESTADO CIVIL: Soltero
D.N.I: 24.313.359 Nro. CUIL: 23-24.313.359-9




ESTUDIOS UNIVERSITARIOS Y TERCIARIOS


1996/2004 LICENCIATURA EN LETRAS, especialización Teatro
Universidad Nacional de Lomas de Zamora.


1996/2004 PROFESORADO EN LETRAS
Universidad Nacional de Lomas de Zamora.


1989/1995 PROFESOR SUPERIOR DE INGLÉS
Asociación Argentina de Cultura Inglesa




CURSOS Y TALLERES


· “EL TEXTO Y SU PUESTA EN ESCENA”
Curso dictado por el Dr. Patrice Pavis en el Teatro Cervantes, con la organización del Instituto de Artes del Espectáculo (UBA). 2001


· “LITERATURA ARGENTINA Y UNIVERSAL”.
Curso de Extensión Universitaria de la UADE, dictada por los docentes I. Bordealois, C. Piña, N. Ulla y M. Arlt, entre otros. 2001


· “DRAMATURGIA”.
Taller individual dictado por Carmen Arrieta. 2002


· “DRAMATURGIA”.
Seminario dictado en ARGENTORES por Ricardo Halac. 2003-2004


· “DRAMATURGIA”.
Taller individual dictado por Gladys Lizarazu. 2004
· “DIRECCIÓN Y PUESTA EN ESCENA”.
Taller dictado por Rubén Szuchmacher. 2005-2007


· “DRAMATURGIA”.
Taller dictado por Mauricio Kartún. 2006


· “PUESTA EN ESCENA”.
Taller dictado por Bernardo Cappa. 2007


“Montaje teatral a partir de textos no-ficcionales”
Taller dictado por el director español Paco Zarzoso. Valencia (España).
2007


· “DRAMATURGIA Y MONTAJE”.
Taller dictado por Lola Arias. 2007




ANTECEDENTES PROFESIONALES


¨ Durante 10 años (1990-2000) se desempeñó como actor de la compañía teatral “El Grito” (dirigida por Miguel Santín y Carmen Arrieta), donde realizó una decena de puestas en escena de autores nacionales e internacionales que se representaban en giras por el interior de la provincia de Buenos Aires. Obras: “Pim Pam Pum. Juego de Masacres” de E. Ionesco/ “Así que pasen cinco años”, Yerma” y “Bodas de Sangre” de F. García Lorca/ “Tentempie” de Ricardo Halac/ “El organito” de A. Discépolo/ “La mandrágora” de Maquiavelo.


¨ Es Profesor Adjunto y Jefe de Trabajos Prácticos de la materia “Panorama del Teatro I” de la Universidad del Cine (Ciudad de Buenos Aires). Docente titular: Mirta Arlt. (2002-en curso)


¨ Es Colaborador de los Seminarios de Teatro que se dictan en la carrera de Licenciatura en Letras de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Docente titular: Jorge Dubatti


¨ Fue Profesor Ayudante del Seminario “Historia del teatro del siglo XIX” que se dictó en el Teatro General San Martín de la Ciudad de Buenos Aires. Docente titular: Jorge Dubatti


¨ Fue Profesor del Taller de Lectura e Interpretación de Texto que se dicta en el marco del Curso de Orientación y Formación (COF) en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (2005)


¨ Es Profesor de la cátedra “Historia Social y Cultural de la Literatura 1” en el Instituto Superior de Formación Docente N 102 de la provincia de Buenos Aires, perteneciente al Profesorado de Lengua y Literatura (2005-en curso)


¨ Es redactor del periódico “Artes Escénicas” (Director: Claudio Pansera), de la revista “Palos y piedras” (Director: Jorge Dubatti) y crítico teatral de la página “Cartelera Teatro Off”.


¨ Dicta Seminarios y Conferencias de Teatro en festivales argentinos de Teatro.


¨ Es jurado del Premio “Teatro del Mundo”, que otorga la Universidad de Buenos Aires (UBA) a la producción teatral nacional.




INVESTIGACIÓN Y CRÍTICA TEATRAL


¨ Es investigador del Centro de Investigación en Historia y Teoría Teatral (CIHTT) del Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). (2003-en curso)


¨ Es investigador del Centro de Investigación en Literatura Comparada (CILC) de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. (2002-en curso)


¨ Es investigador del Area de Artes Escénicas del Centro Cultural de la Cooperación (CCC). (2003-en curso)


¨ Es miembro fundador de la Asociación Argentina de Teatro Comparado.


¨ Fue curador del I Congreso Argentino Internacional de Teatro Comparado, realizado en setiembre de 2003.


¨ Fue traductor y editor de las clases magistrales que se dictaron en el III Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires.




PUBLICACIONES ENSAYÍSTICAS


¨ “Spregelburd-Pellicori: la traducción espejo en la obra ´Decadence´ de Steven Berkoff”. Conferencia publicada en las Actas de las VII Jornadas de Teatro Comparado “El Teatro de Peter Brook” (Centro Cultural Ricardo Rojas – Universidad de Buenos Aires- 2001)


¨ ¨La traducción teatral: muerte y resurrección del autor”. Ensayo publicado en el número 22 de la REVISTA CELCIT. Directores: J.C. Gené/ C. Ianni.


¨ “La improvisación teatral como espectáculo” Artículo publicado en el número correspondiente a noviembre de 2002 de la REVISTA “DIONISIO”. Director: Héctor Oliboni.


¨ “La importancia de la adaptación teatral”. Conferencia publicada en las Actas de las VIII Jornadas de Teatro Comparado “Antonin Artaud” (Centro Cultural Ricardo Rojas – Universidad de Buenos Aires- 2002)


¨ ¨Cuatro vientos: teatro hecho a pulmón”. Ensayo publicado en el libro “El teatro de grupos, compañías y otras formaciones”. Marzo 2003. Compilador: Jorge Dubatti. Editado por el Centro Cultural de la Cooperación.


¨ ¨Augusto Boal y el Teatro del Oprimido”. Traducción y edición de la conferencia brindada en el Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires publicado en el libro “Clases Magistrales de Teatro Contemporáneo”. Setiembre 2003. Editado por FIBA y Editorial Atuel.


¨ “Griselda Gambaro: la impronta política del Teatro del Absurdo argentino”. Conferencia publicada en las Actas de las IX Jornadas de Teatro Comparado “Constantin Stanilavsky” (Centro Cultural Ricardo Rojas – Universidad de Buenos Aires- 2003)


¨ “Dramaturgos de la zona sur”. Ensayo publicado en los Cuadernillos del I Congreso Internacional de Teatro Comparado (Centro Cultural de la Cooperación – Buenos Aires- 2003)


¨ “El teatro de la postdictadura”. Conferencia publicada en las Actas del Foro “Teatro y Democracia” (Teatro Nacional Cervantes- Junio 2004)


¨ ¨El teatro de Oscar Wilde”. Crítica a la edición de Editorial Losada del “Teatro Completo de Oscar Wilde” aparecida en la revista “Palos y Piedras”. Noviembre 2004. Editado por el Centro Cultural de la Cooperación.


¨ ¨El teatro en la Feria del Libro”. Artículo publicado en el número 35 del periódico “Artes Escénicas”. Abril 2005.


¨ ¨La literatura como atracción turística”. Artículo publicado en el número 37 del periódico “Artes Escénicas”. Junio 2005.


¨ ¨La figura del actor en la dramaturgia de Sartre”. Ensayo publicado en el libro “El teatro de Jean Paul Sartre”. Junio 2005. Editado por Editorial Atuel (en imprenta).


¨ ¨Estructura y metodología de los proyectos que vinculan arte y sociedad”. Capítulo dedicado


¨ al análisis de los programas de asistencia social a partir del arte que integra el libro “Cuando el arte da respuestas”. Julio 2005. Editado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de las Terceras Jornadas de “Arte y Desarrollo Social”.


¨ ¨La publicación de teatro en Buenos Aires”. Artículo publicado en el número 39 del periódico “Artes Escénicas”. Diciembre 2005.


¨ ¨El comienzo del teatro de Ibsen”. Capítulo del libro “Ibsen y el drama moderno” (coordinación de Jorge Dubatti). Marzo 2006. Editado por Editorial Colihue.


¨ “La ruptura de las convenciones del lenguaje en el Teatro del Absurdo”. Ensayo publicado en el número 19 de la revista de Filología de la Universidad de Málaga (España). Junio 2006.


¨ “Teatro cómico/ Humor/ Comedia asainetada/ Comedia brillante”. Términos del Diccionario Teatral en preparación por parte del crítico Jorge Dubatti. (Marzo 2007) (En preparación).


¨ “Escritura teatral a partir de textos no-ficcionales”. Ensayo final sobre Beca Segundo Llamado 2006 de la Secretaría de Cultura de la Nación convocatoria “Ayuda a Artistas” para cursar en verano 2007 taller de dramaturgia en Sociedad General de Autores y Editores de Valencia (España) (En preparación)


¨ “Ubú Rey y la crítica en 1896”. Capítulo del libro “El teatro de Alfred Jarry”. (Jorge Dubatti compilador). Editorial Colihue. (En imprenta)




CONFERENCIAS Y PONENCIAS


¨ “El teatro popular en Argentina”. Conferencia brindada en el VI Festival de Teatro Independiente de Murphy (pcia. de Santa Fe). Mayo de 2001.


¨ “Spregelburd-Pellicori: la traducción espejo en la obra ´Decadence´ de Steven Berkoff”. Conferencia brindada en las VII Jornadas de Teatro Comparado “El Teatro de Peter Brook” (Centro Cultural Ricardo Rojas – Universidad de Buenos Aires- 2001)


¨ “La teatralidad joven en Argentina”. Seminario dictado en el Segundo Festival de Teatro Joven de Viedma (pcia. de Río Negro) Octubre de 2002.


¨ “La importancia de la adaptación teatral”. Conferencia brindada en las VIII Jornadas de Teatro Comparado “Antonin Artaud” (Centro Cultural Ricardo Rojas – Universidad de Buenos Aires- 2002)


¨ “La vigencia de Stanislavsky”. Conferencia brindada en las IX Jornadas de Teatro Comparado “Constantin Stanislavsky” (Centro Cultural Ricardo Rojas – Universidad de Buenos Aires- 2003)


¨ “El teatro de la postdictadura”. Conclusiones sobre la mesa “Veinte años de democracia” realizada en el Foro “Teatro y Democracia” (Teatro Nacional Cervantes- Junio 2004)


¨ “Veinte años de teatro”. Disertación en el marco de las Jornadas “Veinte años del Centro Cultural Ricardo Rojas”. (Centro Cultural Ricardo Rojas - Julio 2004)


¨ ¨La dramaturgia de Gregorio de Laferrere”. Conferencia incluida en el programa especial “Laferrere en el teatro Cervantes” (Canal 7 Argentina- Setiembre 2004)


¨ ¨El pensamiento metateatral de Víctor Hugo”. Conferencia ofrecida en el “1er Congreso Internacional de Historia del Teatro” en el Centro Cultural Rojas (UBA),(Setiembre 2004)


¨ ¨La figura del actor en la dramaturgia de Sartre”. Conferencia brindada en las Jornadas “El teatro de Jean Paul Sartre”, realizadas en la Alianza Francesa de Buenos Aires. (Junio 2005).


¨ “Los personajes teatrales femeninos en tiempos de Nora”. Conferencia brindada en las XI Jornadas “El teatro de Ibsen”, realizadas en el Centro Cultural Rojas. (Diciembre 2005).


¨ ¨El teatro de la década del ´60 de Griselda Gambaro como metáfora del posmodernismo”. Conferencia brindada en las XV Congreso Internacional de Teatro Internacional de Teatro Iberoamericano y Argentino, organizadas por GETEA. (Agosto 2006).


¨ ¨Catilina: entre el drama histórico y de conciencia”. Ponencia ofrecida en el “3er Congreso Internacional de Historia del Teatro Occidental” en el Centro Cultural de la Cooperación, (Agosto 2006)


¨ ¨El teatro de Alfred de Musset”. Conferencia ofrecida en una mesa redonda en el Centro Cultural Rojas (Buenos Aires) (Mayo 2007)


¨ ¨El humor en el teatro y la literatura”. Conferencia ofrecida en la V Feria del Libro de Cipolleti (Río Negro) (Junio 2007)


¨ ¨La adaptación de textos narrativos al teatro”. Taller ofrecido en la V Feria del Libro de Cipolleti (Río Negro) (Junio 2007)


¨ ¨El teatro de Alfred de Musset: relectura de Lorenzaccio”. Conferencia ofrecida en el IV Congreso Argentino de Historia del Teatro Universal, organizado por la Universidad de Buenos Aires (UBA) (Agosto 2007)


¨ ¨Dramaturgia de textos literarios: el fenómeno de la adaptación”. Conferencia ofrecida en el III Congreso Argentino Internacional de Teatro Comparado, organizado por ATEACOMP en la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca) (Setiembre 2007)




EXPERIENCIA TEATRAL


¨ 2002 (Dramaturgia) “Amores y desdenes” Dirección: Carmen Arrieta y Miguel
Santín. Sala “EL GRITO”. Lomas de Zamora. Obra contratada por la
Municipalidad de Lomas de Zamora para ser representada en el Ciclo de
Verano 2002 de la mencionada comuna.


2003 (Dramaturgia) “La luna” Tercer premio del Concurso Internacional de
Teatro “Expresiones” (República de Venezuela). Obra estrenada en Caracas
(Venezuela) por el grupo “Expresiones”.


¨ 2004 (Dramaturgia) “La carrera” Dirección: Andrés Bazzallo. Sala “Gregorio
de Laferrere” ARGENTORES. Ciudad de Buenos Aires.


¨ 2005/2006 (Dramaturgia y Dirección) “La casa chica” Dirección: Gabriel
Fernández Chapo. Obra subsidiada por el INT. Comienzo de gira: Teatro
de las Nobles Bestias. (Temperley).


¨ 2006 (Dramaturgia) “Perturbaciones” (Obra en coautoría, con el apoyo de
ARGENTORES) Dirección: Lidia Villareal y Hernán Vidal. Teatro
IFT. Ciudad de Buenos Aires. Obra subsidiada por Proteatro..


2006 (Dramaturgia) “Entre grietas y ríos. Intersticios de vidas a flote”
Dirección: Daniel Luppo. Obra contratada para su escritura, publicación y
representación por el 2do Festival Internacional de Teatro de Formosa. Obra
elegida como única representante de toda la provincia de Buenos Aires.


2006 (Dramaturgia) “Lamáquinahamlet” (Obra en coautoría, bajo la
coordinación de Luis Cano) Proyecto de la Fundación “Pluja”
(Unquillo- Córdoba) y el Instituto “Goethe” en el marco del Segundo
Encuentro de Dramaturgos “Jorge Díaz”. (Junio 2006). Reescritura de la
pieza “Hamlet Machine” de Heiner Muller.


2006 (Dramaturgia y Asistencia de Dirección) “Mil puertas (Retrato
psicótico del encierro infinito”. Obra seleccionada por la Asociación de
Abuelas de Plaza de Mayo para su participación en el ciclo “Teatro x la
Identidad 2006”. Estreno: octubre 2006 en la Universidad Nacional de
Quilmes.


2007 (Dramaturgia y Dirección) “Harriet. Boceto de una inglesa de cierta edad”. Estreno: junio de 2007 en el Centro Cultural Rojas (UBA) de la Ciudad de Buenos Aires.


PUBLICACIONES DRAMATÚRGICAS


¨ 2003 “La luna”. Antología editada por el proyecto “Expresiones” de los ganadores de
su concurso internacional de teatro . (República de Venezuela)


¨ 2005 “La casa chica. Crónica del deseo apagado de vivir del otro lado”. 68 pags.
Edición del Autor.


¨ 2006 “Nueva dramaturgia. Siete obras de teatro sobre los miedos”. Antología de
obras cortas de dramaturgos jóvenes de la provincia de Buenos Aires. Editado
por Editorial Universitaria de La Plata, con el apoyo del Instituto Nacional del
Teatro (en imprenta).


¨ 2006 “Grietas. Intersticios de vidas a flote”. Integrante de la Antología “El agua y
la creación dramática”, publicación de extensión del 2do Festival
Internacional de Teatro de Formosa. (Agosto 2006)
MENCIONES Y RECONOCIMIENTOS


¨ Ha sido distinguido con una mención honorífica por parte de Argentores en el año 2002 por su proyecto de investigación “La adaptación y traducción en la producción nacional”


¨ “Premio Carlos Mujico a la labor artística”, otorgado por la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. Setiembre de 2001.


Tercer premio del Concurso Internacional de Teatro “Expresiones” (República
de Venezuela) por la obra “La luna”. Julio 2003.


¨ Beca Segundo Llamado 2006 de la Secretaría de Cultura de la Nación convocatoria “Ayuda a Artistas y Profesionales de la Cultura” para investigar la “Escritura teatral a partir de textos no-ficcionales” en la Sociedad General de Autores y Editores de Valencia (España)


¨ Su texto “Mil puertas” fue ganador del concurso “Teatro x la Identidad 2006” que organiza la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.