
MQuince
De Benjamín Gavarre
Personajes:
Quinceañera
Mesero (Gustavo)
Anfitrión
Alex, el Bárbaro.
El Primo José Paz
Héctor, Torerín Torero
La Gorda Sally
I
Anfitrión.- (En
proscenio) Quizá
ustedes no puedan creer lo que están a punto de ver. Un cuadro tan
aparatoso solo sería posible imaginarlo en algunas bacanales romanas
de la más estilizada decadencia. ¡No, señoras y señores! Lo que
Ustedes verán a continuación sólo sucedía en los bailes más
renombrados del barrio de la Cibeles, donde las familias de más
alcurnia de la zona Toledana eran invitadas, y donde llegaban incluso
las familias los Campos Uranos y... ¡hasta las de Las Tullerías!
Pues ahora, como en esas épocas gloriosas, todas la familias de
todas partes de la gran Ciudad se han reunido para celebrar el
cumpleaños de nuestra Teresita adorada, la hasta ahora niña
predilecta, con sus: no más no menos, QUINCE aniversarios que serán
motivo de esta Enorme celebración en la que nuestra cándida
mujercita, esperanza gloriosa de todas las muchachas apegadas a la
tradición y a las buenas costumbres, será presentada en sociedad y
considerada a partir de ahora muchacha casadera, destinada a elegir
al mejor partido de nuestra distinguida y siempre bien ponderada
sociedad.
Recibamos a continuación,
inestimable público, a la muy hermosa... ¡Teresita!!! ¡Nuestra
quinceañera de hoy! ¡Y de siempreee!
Se abre telón y vemos un
salón de fiestas muy estilizado, muy camp, exagerado, lleno de
motivos que recuerdan a la tradición estadounidense que representan
ese estilo que puede significar desde el mal gusto, hasta la estética
queer. Mesas con toda clase de adornos también camp con objetos
inusuales, exagerados, estilizados.
Se escuchan fanfarrias y luego
el tema musical “Mi bonita Teresita”.
De una trampilla vemos surgir
y elevarse entre humo y luces de colores, a Teresita, quien está
vestida con un atuendo andrógino: Falda escocesa no muy larga, no
muy corta (Tipo Kiltt), muy Lolita, y camiseta. Su imagen es bizarra:
punk, emo, etc. Es su propio atuendo, acentuando su imagen entre
masculina y femenina, muy delgada y casi sin senos o sin senos. El
personaje puede ser interpretado por un chico o una chica, pero que
siempre sea ambiguo o ambigua. Su voz debe ser también ambigua, no
aguda ni muy grave.
Teresita va a sentarse
incómoda en su “Trono” camp, situado en una plataforma con
ruedas que en un principio está en el fondo del escenario pero que
se irá moviendo según las necesidades de la obra.
Teresita, lleva, el pelo muy
corto, quizá como emo, o francamente rapada. Sonríe, porque se lo
han pedido, como una estrella de televisión (también muy falsa) y
recibe los aplausos del Anfitrión, quien invita al Cantante José
Paz a colocarse a los pies de la muchacha, abajo del Trono.
Anfitrión.-
Nuestro cantante: ¡José Paz!, va a deleitarnos con su inigualable
voz. Como sabemos, El primo José Paz es famoso por las hermosas
composiciones de su propia creación que nos han llevado al éxtasis
sentimental. (El
Anfitrión lee sus tarjetas y muy a su pesar lee lo que se dice sobre
el cantante) José
Paz, no solo es un cantante excepcional, sino también en sus ratos
libres, es... ¿maestro de lógica y matemáticas?... Bueno, lo
importante es que José Paz es un gran cantante al que escucharemos a
continuación en una melodía escrita y musicalizada por su
maravillosa inspiración. Recibámoslo con un fuerte aplauso.
(Aplausos grabados).
El Primo José Paz.-
(Canta, con mucho
estilo y el tema “Mi bonita Teresita”):
Mi bonita muchachita
delicada jovencita....
En tus quince primaveras...
tan discreta princesita,
eres tan delgada,
como una muñequita,
o como una colegiala…
Mi bonita Teresitaaaa.
Yo te quiero a tiiiii...
Yo te quiero mucho, linda,
yo te adoro, niña...
eres tan chiquita,
eres tan flaquita…
Mi bonita muchachita...
Son tus quince añitos
como quince regalitos...
como quince tesoritos…
Mi querida princesita
eres una muñequita....
Delicada jovencita,
flor del cielo,
hermosa niña,
tan bonitaaaaaa...
Mi bonita Teresita
Yo te quiero a tiiiii
(Aplausos
grabados)
Anfitrión.-
Gracias, Gracias, Gracias… al cantante José Paz. Ahora, nuestra
hermosa, delicada, delgada y pequeñita niña, ya pronto toda una
mujer, está en el trono de corazones, y podemos ver su dulce
sonrisa resplandeciente como un... sol. Sí. Es un deleite para los
ojos. (El Mesero
Gustavo le toma a la Quinceañera foto, con un celular.)
Eso es, qué sonrisa “tan auténtica”, es un “placer para la
vista”. (Revisa con
cierto nerviosismo sus tarjetas)...
Me acaban de informar de la Producción que: Le mandaremos las fotos,
por whatsapp... ¡al abuelito?, que no puede venir, pero por lo visto
es un abuelito muy moderno... bueno ahí van las fotos de la hermosa
y feliz Teresita... (El
mesero se acerca al Anfitrión y le transmite las fotos por
Bluetooth) Ya, ya se
las envié.
Su abuelito verá reflejada en
estas fotos la hermosa y auténtica sonrisa y felicidad de la
Quinceañera, eso que ni qué... Una Auténtica felicidad. Esperamos
que pueda abrir los archivos... El abuelito... Pues sí, ya las
recibió... Dos palomitas eh... Dos palomitas azules... Y claro, la
felicidad tiene que ser completa, señoras y señoras porque la
Quinceañera recibirá una jugosa fortuna de su abuelito, quien vive
seguramente sus últimos años pegado a su silla de ruedas y que,
bueno, es todo un prodigio este abuelito, porque es él quien se ha
esforzado en que la hermosa Quinceañera sea presentada en sociedad
en sus quince maravillosas primaveras...
La Gorda Sally.- (Viste
un atuendo estrambótico, muy camp).
Ay ya cállate, si yo
no quiero, eso no va a suceder, aunque haya pagado la fiesta el
abuelito, si yo quiero eso no va a suceder, y la hermosa niña no va
ser presentada en sociedad, ni nada, ni siquiera va a recibir
regalos, y además su primer baile no lo va a poder hacer porque…
Anfitrión.-
Sí, sí, sí... No más malos augurios, Gordita. Todo saldrá bien
para nuestra hermosa jovencita, ella recibirá la jugosa fortuna de
su abuelito, el moderno, y ella será presentada en sociedad, como lo
exige, su moderno y ¿muy tradicional?... abuelito...
La Gorda Sally.- (Malita
de los nervios. Come con gula y muy molesta.)
Eso si a mí no se me
ocurre echar a perder todo. Yo conozco muy bien a la Quinceañera, la
conozco desde que empezó a ponerse vestiditititos, la conozco desde
que se puso sus primeras faldititititas, (A
la Quinceañera, que desde lejos le sonríe con una falsísima
sonrisa)... Verdad que
yo a ti te conozco muy bien... Pre-cio-saaa. Vas a ser muy feliz con
esa jugosisima fortuna, vas a ser muy feliz, vas a convertirte en
toda una mujer, pero solo si yo quiero....
Antitrión.- (Una
vez más el Anfitrión corta la oposición trastornada de la Gorda
Sally. Nervioso, preocupado revisa las tarjetas que le entrega el
mesero.) Ejem. Muy
bien, si todo sale bien, como podremos ver... en el trono recibirá
Teresita, nuestra hermosa joven, ejem, jovencita, los besos de su
mami y los abrazos de su padre, ejem, pero eso sucederá en otro
momento, o tal vez no sucederá, al menos no en esta fiesta, porque
parece que su papi y su mami no encontraron vuelo para llegar a la
fiesta. Están atorados en el aeropuerto de Cancún procedentes del
Otro mundo... (El
Mesero, muy preocupado le dice al Anfitrión algo al oído)
Sí, claro, es decir, venían no del Otro mundo, sino del Viejo, del
Viejo Mundo, señoras y señores... Y se quedaron atorados en Cancún,
en el aeropuerto de Cancún... Espero que no haya sido nada grave...
Mientras tanto, en esta
importante ceremonia, Señoras hermosas y dilectos señores: como
todos Ustedes han podido notar, ante sus ojos, pegada a las viandas
suculentas, nuestra primera infaltable y “original” madrina de
la Quinceañera, la gorda Sally: quien es definitivamente un signo
maravilloso de nuestra gloriosa celebración: Sally la Gorda y la
fuente de viandas, ¡la fuente de viandas y la Gorda Sally!
La Gorda Sally.- (Trastornada,
golosa, amenazante) Me
gusta comer y qué... Soy gorda y qué. No te entrometas, ¿quieres
tener problemas conmigo? Quieres tener problemas conmigooo...
¿Alguien desea tener problemas conmigo? ¿Alguien? Yo sé algo, de
alguien que está celebrando y si me siguen molestando lo voy a
decir, lo voy a decir muy claro, ¿verdad Teresitaaaaa? Y alguien se
puede quedar sin su jugosa fortuna...
Anfitrión.- De
ninguna manera, aquí no queremos problemas, de ninguna especie...
Ningún problema. Dejemos por lo pronto que nuestra querida Gorda,
digo, nuestra queridísima Sally coma todo lo que guste!!! Eso es
señoras y señoras, un aplauso para que la Gorda Sally siga
comiendo, que coma, que coooma, que cooomaaaa!
(Aplausos
grabados).
La Gorda Sally.-
(Grita)
Y qué si me gusta comer, y por qué me tienen que decir gorda, soy
Sally, no sabes que Es
políticamente incorrecto llamarme Gorda, soy Sally, Sally y yaaa! Yo
soy capaz de arruinar su fiestecita y ella no recibirá regalos, no
recibirá la fortuna que le va a dejar su abuelo y no será
presentada en sociedad... pues, la verdad no creo que lleguen sus
papás, ellos nunca han estado presentes, y ahora resulta que están
atorados, ellos siempre han estado atorados... Yo he sido la
verdadera madre de Teresita, yo le compré su primer vestidititito,
yo le puse su primera faldita... Su mamá me la encargó, desde antes
de que la niña descubriera pues lo que es, lo que en realidad
siempre ha sido.... A la mamá nunca le importó mucho el cambio, ni
la apoyó, ni la rechazó, ella se desentendió, de la niña...
porque a ella siempre le gustó mucho viajar, al viejo mundo y... al
nuevo no tanto... Y pues el papá nunca estuvo ya saben, la misma
historia de siempre, a él tampoco le importó mucho el recién
nacido… Ella. Ya saben, es un tema típico: madre a la que le gusta
viajar y padre ausente, y para qué están las madrinas, para qué,
pregunto... Mi vida, Teresita, yo soy como sabes la madrina que
siempre ha cuidado de ti... A ver una sonrisita, sonrisiiita... Ay,
muchacha, ¡pero qué falsa!
Anfitrión.-
Una disculpa, SSSally, pero así viene escrito en mis notas, “Gorda
Sally”, uy, lo dije otra vez, es decir Sally, y ya. Es que así
solito no me sale... Querida Salllyyyyy (Cambia
de tema) Pues sí...
Todos queremos mucho a la hermosa… colegiala… quinceañera, todos
deseamos que realice su primer baile con el Chambelán, el más
apuesto... hombre... que pudimos conseguir y que ya casi está por
llegar...
(Aplausos
Grabados). Una vez más
disculpas, adorada Sally, te juro que no volverá a suceder... Yo te
respeto. (El Mesero
Gustavo, jovencito que anda de puntitas se le acerca al Anfitrión y
le entrega otra tarjeta)
Pero qué es lo que sucede, no lo van a creer, o sí lo van a creer
porque, qué barbaridaddd, me acaban de notificar que ya se acerca
nuestro chambelán de lujo, el famoso Torerín Torerero... Torero. Lo
esperamos en unos cuantos minutos, nada más que llegue en su...
ejem… ¿taxi?... Pero mientras llega, déjenme decirles una mala
noticia... Al parecer el Cantante José Paz se quiere propasar con la
dulce niña.... Sí, uno de los invitados más discretos y talentosos
de esta corte singular según me informan se está comportando de una
manera digamos aparatosa y no bien vista. Sí, el primo de la dulce
princesita, el maestro de Física y Matemáticas y en sus ratos
libres compositor y cantante de boleros muestra un interés mucho muy
alejado de las costumbres adecuadas y bien vistas por nuestra
sociedad. Vaya, Vaya, miren, es cierto, (Describe
lo que hace el primo José Paz en el fondo del escenario con la
Quinceañera) no solo
le levanta la faldita a Teresita, no solo le levanta la falda y trata
de meter la cabeza abajo de su falda escocesa! Nooo, el primo José
Paz se torna ahora demasiado voluptuoso y jadeante ante la grácil
figura de nuestra inmaculada muchachita quien se sujeta el vestido,
su faldita, y lo mira azorada, o enojada, ¿excitada? Yo diría que
bastante enojada, atribulada, y exaltada.
¿Será que el Primo José Paz
quiere ser el chambelán además de ser el cantante del evento? ¿Será
que quiere sustituir al chambelán Torero Torerín? O solo será que
se quiere propasar con su sobrina... O su prima, verdad… Esto, la
verdad no lo teníamos contemplado... (Revisa
sus Notas) No, no me
habían informado.
El Primo José Paz.-
(Se trata de asomar
bajo la falda escocesa de Teresita y trata de meter la cabeza. Ella
lo detiene como puede)
Teresitaaa, Soy capaz de penetrar el velo inmaculado de tu doncellez.
(Ronco de lujuria)
Te conduciré a los altares del espasmo, princesita. Comenzaré por
usar mis henchidas glándulas salivales en tu virginal cuerpo, te
haré conocer los caminos selváticos de tus axilas doncellescas.
Anfitrión.-
Pues esas tenemos. La quinceañera trata de sonreír, su sonrisa cada
vez es más falsa, esa definitivamente no se la enviaremos a su
abuelo... esa sonrisa, dios mío, se ha convertido en una mueca
desagradable o iracunda o profundamente perturbada ante semejante
acoso. Ahora, un defensor de la muchacha se acerca al trono: el Tío
Alexander viene a luchar por el honor de la muchacha, eso pienso
yo... Véanlo: Es un poco extraño: Da giros, farfulla, vocifera en
extraños lenguajes... Dicen que tiene problemas para comunicarse,
pero está dispuesto a socorrer a la bella muchacha... Finalmente se
acerca al Primo José Paz y no sabemos si se va a poner agresivo o
bien trate de hablar prudentemente con el cantante.
Alex, el Bárbaro.-
Primo José Paz, qué haces bárbaro animal, qué haces primastro...
sobrinazo, por qué tratas de meterte bajo la falda de Teresa! ¿Qué
no sabes que Teresa es mía!!!!???
Anfitrión.-
Vaya, parece que nos hemos equivocado, no la va a defender.
El Primo José Paz.-
Pero cómo va a ser, si tú eres el tío, Alex el Bárbaro, el
bárbaro eres tú, tío Alex, y no, no es posible que te quieras
propasar o te hayas propasado ya, tal vez, con Teresita, porque eso
sería muy muy malo, sería un in... in...
Alex, el Bárbaro.-
¡Incesto!
El Primo José Paz.-
Pues eso... Sería muy muy malo...
La Gorda Sally.-
(Se acerca al trono)
Y eso no sería lo peor.
Alex, el Bárbaro.-
¿Cómo que no sería lo peor?
El Primo José Paz.-
¡Cómo que no sería lo peor!?
Anfitrión.- Sí,
¿qué quieres decir, Gordita?
La Gorda Sally.-
(Muy
molesta y como
perturbada.) Quiero
decir que eso no sería lo peor, o no sé si sería lo peor.
Alex, el Bárbaro.- Qué
quieres decir.
El Primo José Paz.-
A qué te refieres.
Anfitrión.- Sí,
a qué te refieres, Gordis...
La Gorda Sally.-
A qué no solo sería incesto, sino que sería incesto y un acto
contra natura, ¿o me equivoco, Alex, el Bárbaro? Además la niña...
A la que trataron de verle los calzones....
Alex, el Bárbaro.- Yo
no le vi los calzones. Yo nunca
traté de verle los
calzones... El Primo José Paz, sí, yo no... y Yo... Yo no lo
encuentro natural... Lo encuentro muy antinatural.
La Gorda Sally.-
¿Contra natural?
Alex, el Bárbaro.- Pues
eso. Antinatural
La Gorda Sally.-
(Como demente)
Contra natural... pues, sí, eso digo, Ajá.
El Primo José Paz.-
Yo... Yo creo que la Quinceañera debería opinar. Yo francamente
nunca pude verle los calzones. No sé si traía calzones. De hecho no
sé si le gusta usar calzones, o si con esa falda tipo escocés no se
ponga o no se quiera poner… calzones. Y me parece muy raro que el
tío Alex quiera cometer incestro con ella.
Alex, el Bárbaro.-
Yo nunca cometí incesto
con la niña... Eso sería Contranatural... bueno sería muy
contraproducente. Yo pienso... Que tú sí has querido cometer
incesto con la niña... Tú eres su primo.
El Primo José Paz...
Yo solo quería saber si algo había cambiado, quería verle los
calzones, o ver si traía calzones, eso quería, yo incesto no, eh,
pero yo sé cosas.
La Gorda Sally.-
¿El secreto?
El Primo José Paz.-
Es un secreto a voces, pero quería saber si algo había cambiado.
Por eso me quise meter abajo de su falda.
***
Anfitrión.-
(Recibe una tarjeta
del jovencísimo Mesero, Gustavo).-
Ustedes me van a disculpar, mis dilectos invitados, me acaban de
informar que el Chambelán llegó, es decir llegó el Chambelán...
Cantemos todos la canción del chambelán, olvidemos nuestros
conflictos y cantemos, pues el chambelán llegó. (El
mismo Anfitrión empieza a improvisar una canción)...
“El Chambelán llegóoo, el chambelán llegóoo, llegóoooo...
Alex, el Bárbaro.- Pero
yo no quiero cantar. Yo quería hablar del secreto a voces. Yo
también estaba enterado, y a mí nunca me ha importado. Es más,
creo que me ha siempre intrigado, conmovido y hasta excitado... Es
algo que puede excitarte, ¿no Primo José Paz?
El Primo José Paz.-
Hasta cierto punto sí. Excitado, pero en realidad es por el hecho
mismo de que sea, como es, mi prima, pues es algo...
Anfitrión.-
Primo José Paz, por favor, tienes que cantar.
El Primo José Paz.-
Es verdad, pero todos me van a ayudar, vamos todos a cantar.
Alex, el Bárbaro.- Ya
les dije, yo no quiero cantar.
La Gorda Sally.-
Yo tampoco. Yo no estoy de Acuerdo, además parece que la niña
Teresita ya se pasó a molestar, mírenla, ya se pasó a molestar, no
sé si porque trataron de ver si traía calzones. O porque siguen
hablando de su secreto. A ella nunca le ha molestado, a mí tampoco,
a sus padres tampoco. A su primo y a su tío tampoco. El abuelito no
sabe y por eso pagó por la fiesta... Se habrá molestado porque todo
hablamos de ella o por qué... No lo sé. O sí, sí sé, porque yo
la conozco desde que era más flaquita y así de chiquitita, y la
conocí sin calzones y la conocí con sus primeros vestiditititos y
le compré su primeras falditas tipo escocés. Pero mírenla, ya puso
cara de niña enojada, fastidiada, como anoréxica permanente, como
si en realidad tuviera problemas hormonales, y yo sé que tiene
problemas hormonales, verdad Teresita... Quieres que les hable a
todos de tus problemas hormonales. Quieres que haya en este salón
conflicto... ¿Quieres que les diga por qué no te han salido pechos,
es decir, por qué no tienes senos, o por qué estás plana? (La
Quinceañera se rasca la cabeza y se queda viendo muy molesta, con
su cabeza con el pelo cortito o tipo emo, a la Gorda Sally)
Eso es, compórtate como loca, como loca, como quinceañera loca,
que todos sepan de una vez por todas quién eres, quien eres en
realidad ¡TE-re-si-ta!!
La Quinceañera se peina y se
arregla con un espejo de mano y se queda sentada, sin hacer mucho,
pero mal y de mala gana. El Anfitrión hace esfuerzos por seguir con
la ceremonia.
Anfitrión.-
Nada de conflictos, estamos aquí para ser felices y celebrar.
Recibamos Al Chambelán, Héctor, el Torero Torerín, que viene a
salvar la situación, digo, que viene a complacernos con ésta su
brillante aparición, y escuchemos, escuchemos con El Primo José
paz, ésta su deliciosa y encantadora canción, dedicada al Chambelán
Héctor, el Torero Torerín. Cantemos todos.
José Paz empieza a cantar con
una enorme sonrisa... y logra que Alex y la Gorda Sally se integren a
la melodía que es pegajosa...
El Chambelán llegó...
llegó y nos vamos todos a
alegrarr
Es un gran bailador...
y todos juntos vamos a cantaaaar
Mi Torerín llegóoo
y juntos todos vamos a aplaudir
Felices vamos yaaaa
ya vamos todos a bailar...
Bailaaaar, bailarrrrr,
bailaaarrrr...
Ya vamos todos a bailaaar
Y vamos todos a aplaudiiir
y vamos todos, todos a
aplaudir...
El Torerín, llegóoo y todos
vamos todos a cantar...
El Torerín llegó y vamos todos
a aplaudir
(Aplausos
grabados)
Anfitrión.- Así
es señoras y señores, casi desempacado desde la Plaza de Toros, el
famoso primo Héctor, Torerín, torero, llega con nosotros, no a
torear, no a matar, no a usar su capote, sino a bailar con la
quinceañera, recibamos con alegría y admiración a nuestro sexy
torero, Héctor, ¡el torero chambelán!
***
Héctor, Torerín Torero.-
(Es muy mayor para la
quinceañera, quizá de 40 o más. Tiene una camisa floreada y un
pantalón ajustado con motivos de traje de Torero. Baila muy bien,
pero Camina muy raro)
Dónde está la bella, dónde está la hermosa, dónde está mi linda
quinceañera....
Canta:
Dónde estás princesa, dónde
estás, mi grácil muchachita
tan bonita, tan delgada
princesita, tan hermosa, tan sin par,
mi bonita muchachita, yo por ti
haré mil faenas, yo por ti mataré cien toros,
yo por tiiiiii...
Quinceañera.- (Habla
por primera vez y se enfrenta, muy enojada a Héctor Torerín)
¡Ya cállate!
¡Cállate! A ti quién te
invitó, quién te dijo que me digas princesita, o qué, tú eres
príncipe, ¿de dónde eres príncipe? Estás muy viejo, y muy feo, y
no me gustas.
Héctor, Torerín Torero.-
(Trata de seguir
cantando con el mismo estilo, tema...)
Yo seré tuyo, alma mía.
Quiero tus besos, princesa…
quiero ser tu hombre, mi vida…
quiero besar tus manos de fresa…
Quiero sentir tu dulce abrazo,
muñeca…
y ser el hombre de tus sueños,
querida...
Anfitrión.- Eso
es mi torerín, dale un besito.
Alex, el Bárbaro.-
Ese, mi Héctor, ¡bésala! ¡Cúmplele sus sueños!
El Primo José Paz.-
Bésala, maestro. ¡Levántale la falda! ¡Ve si trae calzones!
Quinceañera.- ¡Que
se atreva nada más, el Torerillo! Yo no quiero que nadie me levante
la falda, yo no quiero ningún chambelán, y menos quiero uno viejo
y feo, y Torero. Yo amo a los animales, no a los toreros barbajanes.
La Gorda Sally.-
(Transtornada,
incoherente) Esto no
me gusta, va a ponerse color de hormiga... ¡Va a ser estupendo!
El Primo José Paz.-
(Que no entiende)
¡Cómo dices? ¿Estupendo, pero no te gusta?
La Gorda Sally.- Que
va a haber conflicto.
El Primo José Paz.-
Ah, ya entiendo. Pero te gusta o no te gusta.
La Gorda Sally.- Sí,
claro, qué acabo de decir.
El Primo José Paz.-
Déjalo así.
(Héctor
Torerín Torero sube al trono donde se encuentra la Quinceañera y
trata de darle un beso...)
Héctor, Torerín Torero.-
A ver, un besito, de piquitooo.
Quinceañera.- Atrévete,
Torerín, atrévete y te voy a arrancar el bulto que te estorba entre
las piernas... Si con razón caminas así... Si tienes atorado el
traje de luces... Ándale, atrévete a besarme, viejo feo,
desnalgado, tarado... Tienes un calcetín en tu traje de luces, mira
nada más, te descubríiii. Miren todos.
Héctor, Torerín Torero.-
(Descubierto. Oculta el
calcetín que tenía metido en el pantalón)
No, pues... Ya me quitaste las ganas... Pues a quién esperas tú,
quién es el bonito que te va complacer, ¿quieres un príncipe de
verdad?
Quinceañera.-
No quiero un príncipe.
Héctor, Torerín Torero.-
Pues entonces, a quién esperas... A Tarzán, al Capitán América...
O tal vez esperas a la Capitana América?...
Quinceañera.- No,
mi rey, no va por ahí.
Héctor, Torerín Torero.-
¿Ahora soy tu rey?, quién te entiende... Pues tú te lo pierdes,
flaquita...
Quinceañera.-
¡No me digas flaquita!
Héctor, Torerín Torero.-
(Empieza a bajar del
trono y se queja amargamente)
Pues yo no sé quién será su chambelán... No quiere un torero, no
quiere un príncipe...
Alex, el Bárbaro.- No
quiere a Tarzán, ni al Capitán América...
El Primo José Paz.-
Ni a un lobo, ni a un vampiro...
Alex, el Bárbaro.-
Eso no lo sabemos.
El Primo José Paz.-
¡Eso! Eso... no lo sabemos.
Sally, la Gorda.- Pues
yo soy su madrina. Yo la he cuidado desde niña, desde chiquita,
porque sus padres no se ocupaban de ella. Solamente mandaban dinero.
Igual que el abuelo... En esa familia solo saben dar dinero... (Todos
hacen falsos gestos de “Qué
mal” “Eso está muy mal”)... Sí, yo sé que ustedes piensan
que el dinero está bien, pero no es suficiente. Yo tengo dinero. Yo
me ocupé de la niña, siempre estuve cerca de sus más íntimos
deseos, de los más profundos e intensos deseos... Yo se los cumplí,
como la madrina que soy, como la encargada de ser su verdadera
madre... Pero hoy me he dado cuenta... Tal vez lo que la Quinceañera
quiera, o necesite, no sea una madrina, sino... Tal vez quiera...
un hada Madrina. Una preciosa hada madrina para tan bonita
princesita.
Héctor Torerín Torero.-
Un Hada madrina, para qué, por qué lo dices.
Alex, el bárbaro.-
Sí, por qué.
Anfitrión.- A
mí no me parece tan descabellada idea, pero en todo caso, tendría
que recibir regalos, muchos regalos, o al menos un regalo, un
fabuloso y enorme regalo. Yo me pregunto: Cuál sería su regalo.
Quinceañera.-
Todos Ustedes están mal de la cabeza. Yo no tengo por qué recibir
regalos. Yo no tengo que celebrar nada, yo solo quiero... Yo quiero
dinero, quiero la jugosa fortuna que me prometió el abuelo, por eso
estoy aquí.
Sally, la Gorda.-
(Incoherente, casi
demente) No te
preocupes mi niña, si tu abuelito no te regala la jugosa fortuna, yo
te daré muchos regalos... Y si quieres dinero… pues yo tengo
dinero, y tengo el dinero que me mandan tus padres y el dinero que me
da el abuelito Gustavo. Pero todo eso no importa porque yo tengo mi
propio dinero. Y Yo soy tu madrina, pero ahora seré tu hada madrina,
ya no solo tu madrina...
Quinceañera.- Ya,
madrina, yo te quiero mucho, pero ya te diste cuenta de que ahora sí
enloqueciste... Estás loooca... Locaaaa.
Sally, la Gorda.- Yo
te regalaré un viaje a la Selva, ahí te encontrarás con Tarzán,
quien será tu pareja de baile, tu compañero, tu Chambelán.
Quinceañera.- Y
dale con el Chambelán... Yo no quiero un chambelán...
Sally, la Gorda.-
Te encontrarás con ¡Tarzán el temerario!
Alex, el Bárbaro.- (Se
deja llevar con la locura de Sally, la Gorda)
Yo
seré Tarzán, el temerario... te transportaré, princesa mía, dulce
sobrina, por la selva, con mi liana, te llevaré por sinuosas
veredas hasta la cima del éxtasis...
El Primo José Paz.-
Ya No seas incestuoso, tío...
Alex, el Bárbaro.-
Sí. Noooo. Ya no seré más su tío, seré Tarzán... Yo Soy
TARZÁn! Uga Uga...
Sally, la Gorda.-
Dime, Tarzán, y tú qué harías con tan bonita princesita, qué
le harías?
Alex, el Bárbaro.-
(Canta)
Yo le haría Duga Duga Bu, Je
Yo le haría Duga Duga Bu, JeJeJe
Héctor, Torerín Torero.-
(Canta)
Por los Cuernos del Torero del
Ruedo de San Bernabé, ¡que eso no puede ser!!!
Por los Cuernos del Torero del
Ruedo de San Bernabé, ¡que eso no puede ser!!!
Alex, el Bárbaro.-
(Canta)
Yo le haría Duga Duga Yeah Yeah
Héctor, Torerín Torero.-
(Como
español) Que no, que
no siga, ¡que no quiero verleeee!
Alex, el Bárbaro.-
(Canta)
Blog, Blog, duga duga je, jejeje
Héctor, Torerín Torero.-
(Deslumbrado por una
idea que él mismo tiene)
¡Ya sé! Si la princesita no quiere un príncipe, no quiere un
torero, no quiere a Tarzán, ni siquiera al Capitán América...
El Primo José Paz.-
Entonces tal vez quiera a un... a un... A una.... Tal vez quiera a un
Mariachi
Todos.-
Síiii....
Se escucha la Música de El
Jarabe Tapatío y todos bailan ante la reacción horrorizada de la
Quinceañera.
Quinceañera.- Heyyy,
Nooooo, no va por ahí... Hey, me oyen, estoy aquí, No va por ahí.
Mariachi no ehhh.
(Aplausos
grabados)
El Primo José Paz.-
(Al Tío Alex)
Debo felicitarte, Tío Alex,
Alex, El Bárbaro.-
¿Por la forma cómo bailo?
El Primo José Paz.- No,
la verdad no. Realmente bailas horrible. (Alex,
el Bárbaro baja la cabeza, dolido).
Pero debo felicitarte por la interpretación de Tarzán, qué
estilazo, Felicidades, Rinoceronte, eres un buenazo, Elefantazo, eres
un verdadero bufalazo... Déjame darte un abrazo...
(Canta)
Alex, mi hermano, mi tío...
Eres un elefante, eres un
bufalazo,
eres todo un tipazo, eres mi Alex
salvaje
Yo te admiro mi Alex, bárbaro,
eres un rinoceronte, eres Tarzan,
mi amigote,
yo te quiero Bufalazoooo
Alex, el Bárbaro.-
Gracias, pero... mejor de lejitos, ¡primazo!!! ¡Sobrinazooo!!! (Le
da a José Paz una palmada en la espalda que lo hace tambalear.)
La Gorda Sally.-
(Cambia de tema
abruptamente) Yo creo
que tenemos dos probles de difícil solución. Dos, dos problemas.
Héctor, Torerín Torero.-
(Como
español)
Dos. Dos problemas.
La Gorda Sally.- Uno
de ellos es que el abuelito no va a soltar su jugosa herencia hasta
que la niña sea presentada en sociedad. Y para eso se necesita que
su papá llegue y la presente. El otro problema es que Teresita no
quiere bailar. Y eso es porque no le gusta su pareja de baile.
También otro problema es que no quiere regalos.
Héctor Torerín Torero.-
Entonces son más de dos los problemas.
Alex, el Bárbaro.-
No me gustan los problemas.
Anfitrión.- Bueno.
Hay que ser constructivos. Vayamos resolviendo problema por
problema... Uno
de los problemas es que la chiquilla no quiere bailar.
Héctor Torerín.-
No exactamente, el problema es que no le embona ningún chambelán.
Quinceañera.- Cómo
que no me embona, ten cuidado con lo que dices. Estoy aquí, y puedo
oírlos.
Héctor, Torerín Torero.-
No bueno. No entiende... (A
la Quinceañera) Mira
te explico, no te embonan como el...
Anfitrión.- (Cambia
de tema) El otro
problema es que sus padres no han llegado, están atorados en Cancún,
y para que se realice el primer baile... ¡el padre debe presentar a
la quinceañera en sociedad! No la madre, no la madrina, no el tío.
Tiene que ser el padre.
Alex, el Bárbaro.-
Ah, eso, pues yo no creo que sea un gran problema... Podemos
presentarla nosotros. ¿Y Cuál es el otro problema?
Sally, la Gorda.-
(Siempre un poco
demente) Pues el otro
es muy importante, en realidad son dos muy importantes... O son
tres... En realidad son dos muy importantes... O son tres... Uno, un
problema, es que no encuentro mi escoba...
El Primo José Paz.-
¿Una escoba?
Sally, la Gorda.-
Así es. Es una escoba mágica.
El Primo José Paz.-
Ay Gorda, estás mal informada... Sería una varita. Las escobas
sirven para…
Sally, la Gorda.-
No te entiendo.
El Primo José Paz.-
Sería una varita, mágica.
Anfitrión.-
Las escobas sirven solo para volar… Las varitas son las mágicas.
Héctor,
Torerín Torero.- Yo
sé… Yo he visto… Una escoba… Aquí está. (Junto
a la mesa de Viandas hay una escoba adornada con diamantina y
estrellas. Héctor Torerín Torero, se la da a Sally.)
Sally, la Gorda.- Gracias.
(Como poseída, Sally
empieza a hacer como actos de magia con la escoba. Todos la miran con
preocupación y un poco de asombro).
Luego, tenemos el segundo problema. Es decir... El tercero...
Bueno... No tenemos los regalos. ¿Cuál será el regalo de la niña?
¿Un viaje a la selva Lacandona donde se encontrará con Tarzán, el
Temerario? Un viaje a caballo por los Jardines dorados del Palacio de
Verano del Duque de la Fontaine? O quizá una noche con la mejor de
tus fantasías, con la mejor.... de las... ¿Fantasías?
Héctor, Torerín, Torero.-
¿Qué?
Alex, el Bárbaro.-
Yo tampoco le entiendo.
El Mesero.-
Yo... Yo... Yo quiero decir algo.
Anfitrión.- Tú
qué, no hables. Tú no hablas.
El Mesero.-
Yo no sabría cómo comenzar. Yo soy un personaje que todavía no
existe. Me siento Perdido. Estoy Perdido.
Anfitrión.- Tú
no hables. Tú no hablas, ¿entiendes?
El Mesero.-
(Aparte, bajo un
cenital) ¡Truenos y
relámpagos! Cómo sucede todo sin que uno pueda predecir el
futuro... En este momento a nadie parece importarle realmente la
suerte de la Quinceañera. Todo es confuso. Pero... Quién vendrá a
rescatarme a mí... Y aún más, me pregunto: ¿Necesito ser
rescatado?
Canta:
Yo soy el futuro futuro
Dime tú, colegiala si muero y
me esfumo
Dime niña qué pasa, si alcanza
mi vida a ser otra,
si alcanza mi vida futura
a ser plena y dichosa…
Yo soy el futuro futuro
Dime tú, quinceañera si muero
y me esfumo
Dime niña qué pasa, si alcanza
mi vida a ser otra,
si alcanza mi vida futura
a ser plena y dichosa…
La Gorda Sally es la única
que aplaude al Mesero, el Anfitrión lo mira indignado.
Alex, el Bárbaro.-
(Ignora la intervención
del mesero) ¿Tenemos
que darle regalos? ¡Por qué!
El Primo José Paz.-
Por sus quince.
La Gorda Sally.- Para
celebrar sus quince años...
Anfitrión.- Es
que se celebran los quince porque sus papas la van a presentar en
sociedad... Su papá, a la niña, a la colegiala, a la quinceañera…
Uf.
Alex, el Bárbaro.- ¡Pero
si ella no quiere ser presentada! Ella solo quiere el dinero de su
abuelito. Pero el abuelito necesita ver las fotos de su nietecita,
presentada por el papá y luego, que baile con el chambelán y así
será presentada en sociedad y recibirá la jugosa fortuna.
Quinceañera.-
Yo ya mejor no quiero dinero, todo este circo me parece muuuyy
complicado, ya me oyeron, no quiero que me presenten. Mi papá no va
a llegar, porque nunca ha estado, y no quiero bailar con nadie.
Entienden. No necesito que me presenten ni nada. No quiero que me
presenten, me oyen. Además Eso de los bailes de quince ya no se usa,
saben. Está pasado de moda. Yo prefiero un viaje. Pero ese me lo voy
a pagar yo, cuando sea mayor de edad voy a hacer muchas cosas, o no
las voy a hacer, pero serán mis decisiones. Yo no quiero nada
condicionado. Yo preferiría que me dejaran en paz. Yo en realidad
quisiera que me respetaran, que entendieran lo que soy y cómo soy.
Héctor, Torerín Torero.- Ya
ven: la niña no quiere chambelán... Bueno, ya sé ve que no quiere
bailar... Y no quiere que la presenten... Y tampoco quiere regalos. Y
a mí me cae muy mal.
Quinceañera.-
Quiero que me acepten como soy, como lo que siempre he sido, como lo
que mi madrina sabe que soy. Yo. Si mi abuelito quiso que hiciéramos
una fiesta de quinceaños que nadie quiere, que yo no deseo y a la
que él no puede venir, pues entonces la fiesta se cancela y que
alguien me ayude a bajar de aquí... (Se
levanta y con la mirada ordena que la ayuden a bajar, pero nadie le
hace caso.) Hey,
oigan. Ayuda, voy a bajar.
La Gorda Sally.- Quédate
ahí, preciosa. Yo te aseguro que vamos a encontrar una solución
para presentarte en sociedad. Aunque no llegue tu papá, ni tu mamá,
aunque no bailes con este espantoso chambelán... Soy tu hada madrina
y te prometo que encontraremos una solución. Además, hija mía yo
tengo dinero, tengo mucho dinero, ¡¿tú lo sabías?
Quinceañera.-
(Se peina, se arregla,
sonríe) Muy bien,
madrina. De acuerdo. Puedo esperar un poco. Quisiera irme, quisiera
dejar este estúpido trono, y puedo hacerlo, yo sola, no necesito
ayuda… Me quedo. Pero no lo hago por tu dinero, eh.
Sally, la Gorda.- Gracias mi
vida. (A
todos los demás)
Ya ven ustedes,
ella sabe su verdad, lo que todos saben, y nadie menciona, lo que
nadie quiere escuchar. Tiene razón la muchacha, bueno, ella, tiene
razón.
Héctor, Torerín Torero.-
(Confundido)
Pues ya ven ustedes. Yo ya no entiendo nada. Esta tía es como los
cojones.
El Primo José Paz.-
Quién, la Quinceañera o la Gorda.
Héctor, Torerín Torero.-
Bueno, pues a decir
verdad... A mí no me importa. Yo espero que me paguen pues para eso
he venido. Yo tengo ya muchos años de ser chambelán.
Quinceañera.- (Desde
su trono, no pierde detalle)
¡Se notaaaa!
Héctor, Torerín Torero.-
Niña, tú quieres
respeto y a mí no me respetas. No me has dejado de insultar.
Quinceañera.- No,
disculpa, pero algo tienes que me caes mal. Es que a mí me gustan
los animales, y la gente joven, y tú me caes mal.
Héctor, Torerín Torero.-
Pues tú también me
caes mal, no te soporto. Además solo tengo treinta y cinco.
Quinceañera.-
¡Treinta y cinco!
Alex, el Bárbaro.-
(Interrumpe...
Reflexivo, elocuente)
Muchos años. Para un chambelán, verdad. Pero... Y yo me
pregunto... ¿Y por qué los quince?, ¿no podríamos celebrar mejor
los diez y siete, o los veintiuno o los treinta y tres, o los
cuarenta y seis, o los sesenta??? Por qué discriminar a tantas
etapas de la vida tan trascendentales, o por qué... ¿Por qué?
Héctor, Torerín Torero.-
¿Por qué qué?
Quinceañera.-
Porque es cuando se toman decisiones... Aunque las verdaderas
decisiones se toman cuando se llega a la mayoría de edad... Pues
Ustedes no lo saben pero cuando yo sea mayor de edad...
(Todos
la ignoran) Yo...
Oigan, es mi fiesta o no es mi fiesta... ¡Hey!
El Mesero, Gustavo, muy
nervioso, entrega otras tarjetas al Anfitrión y se le acerca para
decirle algo al oído.
Anfitrión.- Señoras
y Señoras, me acaban de informar que allá afuera hay un muchacho
que también quiere celebrar sus quince y que ya había alquilado el
salón.
Alex, el Bárbaro.-
Y eso qué.
Anfitrión.- Pues
que dice que también quiere que lo festejemos.
El Primo José Paz.-
¿A él solito?
La Gorda Sally.- ¡Cómo
se atreve!
El Mesero, Gustavo.- ¡Sí,
Cómo se atreve!
Anfitrión.- Y
a ti quién te dijo que podías hablar. Tú no hablas, ¡no hables!
El Mesero, Gustavo.- Eso
digo yo.
La Gorda Sally.- Que
llamen a la patrulla.
El Mesero (Gustavo) está a
punto de decir algo, pero el Anfitrión lo fulmina con la mirada.
Quinceañera.- Díganle
que pase, si se trata de celebrar pues él también puede pasar.
Héctor, Torerín Torero.-
¿Y si llega el otro quinceañero vas a bailar también? Así él
sería tu chambelán. Ya que no quisiste bailar conmigo...
Quinceañera.- No,
tarado, no será mi chambelán porque él también quiere celebrar
sus quince.
Héctor, Torerín Torero.-
Entonces tú serías su chambelana. Si bailas con él quinceañero...
Quinceañera.- Por
qué insistes en los chambelanas o chambelanas qué bien... Sabes qué
Torerito, eres tan... eres tan... eres un… un... Eres un...
Héctor, Torerín Torero.-
Ya, ahí me vas a insultar otra vez eh, ya te vi.
Quinceañera.-
¡Tarado!
Héctor, Torerín, Torero.-
Ya lo sabía.
***
Suena el timbre del teléfono
del Anfitrión.
Anfitrión.- (Contesta
a su teléfono celular)
Escuchen. Es el abuelo... Dice que por qué no le hemos enviado las
fotos, que si ya la presentaron a la niña...Que el papá tiene que
llegar y presentar a la niña porque si no es así… no va a
heredarle su fortuna. Dice que está indispuesto. Que se siente muy
mal. Piensa que le ocultan algo, que siempre le han ocultado algo y
está muy enojado. Dice también que presiente algo malo, algo muy
malo... Tal vez está presintiendo su propia muerte... Dice que soñó
que los papás de Teresita se habían muerto, en un atentado, en
Cancún, que se habían ido al Otro mundo, y que él también
espera...
Quinceañera.-
¿La Muerte?
Anfitrión.- No...Espera
que llegue tu papá para que te presente en sociedad. Quiere
asegurarse de que su fortuna va a quedar en una muchachita decente y
aceptada por toda la sociedad.
Quinceañera.- Dile
que ya no me interesa su dinero. Dile que mi madrina me va a heredar
todo su dinero, verdad madrinita.
La Gorda, Sally.-
Sí, mi vida, pero cuando me muera.
Anfitrión.- Y
dice que para asegurarse de que las cosas van bien y no ser víctimas
de una maldición, quiere que Teresita escriba lo que va a decir.
Quinceañera.- Dile
al abuelo que no escribo nada. Dile al abuelo que ya nadie
escribe nada.
Anfitrión.-
Señor, abuelo, dice Teresita que con gusto escribirá lo que usted
le dicte. Y que espera que Usted acabe de pagar gastos de esta
celebración… ah, y que le herede su dinero lo más pronto
posible...
Quinceañera.- Ponlo
en altavoz.
Anfitrión.-
Señor abuelo, vamos a ponerlo en altavoz. (El
Anfitrión trata de poner al Abuelo en altavoz, pero no se escuchan
más que ruidos).
Señor Abuelo, parece que va a tener que repetirme todo de nuevo, no
se escucha... Sí, sí se usar el altavoz, pero hay demasiada
interferencia. Sí, ya tiene papel y lápiz. Teresita... El abuelo
quiere que escribas lo que voy a repetir...
Quinceañera.-
(Sarcástica)
Soy “toda oídoooos”.
Lo que toda Quinceañera debe
evitar...
Quinceañera.-
¡Aburriiiido!!!!
Anfitrión.- Dice
el Abuelo: Sobre todo deberás seguir estos mandamientos al pie de la
letra...
Quinceañera.-
¡Tus Nalgas!!!
Anfitrión.- ¡Niña!...
Ejeem… el Abuelo: La Quinceañera debe bailar el primer Vals con
su papá.
Quinceañera.- Mi
papá no está, está atorado, en Cancún.
Anfitrión.- Dice
el Abuelo: Si no baila el primer vals con su papá y se comporta como
toda una mujer decente, tendrá diez años de mala suerte!
Quinceañera.-
¡Aburrido! Ya soy toda una mujer, siempre lo he sido.
Anfitrión.-
Dice tu abuelito que espera que tomes en cuenta tus palabras. Te
manda muchas bendiciones.
Quinceañera.- ¡Dile
que muchas graciaaas! Y que ya no hable porque es muy aburriiiido y
anticuaaadoooo.
Anfitrión.-
Muchas gracias, señor abuelo. Su nietecita está muy contenta y ya
escribió toda la enorme sabiduría que usted le transmitió.
¿Cómo?... ¿Las fotos?... Sí, cierto, no le hemos mandado las
fotos.... Porque no ha llegado su papá... ¿El papá de Gustavo?...
Qué Gustavo… Entiendo... ya no piensa esperar más. Ya no habrá
jugosa. Que Usted lo sabe todo. Entiendo... Lo entiendo... Pero los
gastos de la Fiesta si los va a cubrir, ¿no es cierto? Ahorita mismo
me deposita. Muy bien, se lo agradezco. Muchas gracias. Sí,
bendiciones también para Usted.
Hastalueguito... Ya está todo
arreglado. Ya escucharon, Bueno, “Teresita”... Tu abuelo...
Suena el altavoz con los
sonidos de un teléfono ocupado. Se siente por primera vez un gran
silencio. Todos los personajes ponen cara de circunstancia.
***
La Gorda Sally.-
(Como poseída)
Una Maldición. ¡Diez años de mala suerte! Van a caer diez años de
maldición sobre ti, Teresita.
Quinceañera.-
Ya madrina, ¡cállate, con todo respeto, tú sabes que te quiero!
La Gorda Sally.- Esto
que digo es una profecía... Tu papá no va a llegar... Y tú mamá
también… tampoco. Tampoco va a llegar.
Quinceañera.-
Pues no, eso ya quedó claro.
La Gorda Sally.- No
vendrá, porque nunca le has importado, porque sabe que ahora hay
una maldición sobre ti... ¡No podrá presentarte!
Tú padre no llegará... ¡y no
habrá baile con Chambelán!
Quinceañera.-
¡Ni quería!
La Gorda Sally.- ¡No
serás presentada en sociedad!
Quinceañera.-
¡Cuál Sociedad!?
La Gorda Sally.-
Y todo el mundo sabrá tu secreto...
Alex, el Bárbaro.-
Cuál secreto.
El Primo José Paz.-
Ah, yo sé su secreto, pero es un secreto a voces. Recuerdan que me
metí abajo de su falda. Bueno parece que nada ha cambiado. Sigue
siendo la misma,
Alex, el Bárbaro.-
¡Sí te metiste?
El Primo José Paz.-
¿Yo? Noup.
Héctor, Torerín Torero.-
Cuál secreto.
Llega el Mesero (Desde
aquí Gustavo)
envuelto en una capa y le entrega una tarjeta al Anfitrión.
Anfitrión.-
(Indignado, al Mucamo)
Y a ti qué te pasa.
Gustavo.-
Lee la tarjeta. (El
Anfitrión lo mira indignado)
Que la leas.
Anfitrión.- (A
pesar suyo le hace caso. Lee sin énfasis, como si fuera un mensaje
más) Señoras y
señores. Quiero anunciarles...
Gustavo.-
Lee bien, con ganas, como si fueras un profesional.
Anfitrión.- Cómo
te atreves.
Alex, el Bárbaro.-
(Le arrebata las
tarjetas al Anfitrión y lee con histrionismo)
¡¡¡Señoras y señoras!, Señores y señores!! (Aplausos
grabados) Quiero
anunciarles que llegó, que ha venido ante Ustedes el Invitado de
Lujo, el único, el inesperado Quinceañero... ¡Helo Aquí!...
***
El Mesero (Gustavo) se quita
la capa que lo cubría y lo vemos vestido con un traje gris muy
sencillo y elegante).
(Aplausos
grabados)
Gustavo.- (A
la Quinceañera)
Quinceañera hermosa
yo no soy un príncipe,
yo no soy un héroe
solo soy tu amigo
soy una esperanza
quiero que me escuches
que puedas conmigo
ser mi compañeraaaa.
Así es Princesa, soy el chico
que esperabas, yo también quiero celebrar mis Quince y bailar
contigo el primer vals, no para presentarte, no para darte ningún
regalo, sino para que compartas conmigo esta celebración.
Quinceañera.- Muy
bien. Eso me parece… Podría decir que me gusta…
Pero yo a ti no te
conozco.
Gustavo.- Pues
sí, princesa, pero yo también cumplo quince años.
Quinceañera.- ¿Y
eso me debería importar?
Gustavo.- Podría
hacer que te importara.
Quinceañera.-
Podría ser, no lo sé.
Héctor, Torerín Torero.- No
te preocupes muchacho, yo puedo entenderte. Ella también me trata
muy mal.
Anfitrión.- Yo
soy el no puedo entenderte y no voy a tolerar que te comportes de esa
manera, tú eres un empleado, aquí, tú eres un empleado.
Héctor, Torerín Torero.-
No voy a permitir que le hables así, es un muchacho y si quiere
celebrar sus quince, pues que lo haga, además la Quinceañera...
Tiene un secreto. Eso escuché.
Gustavo.- ¿Un
secreto?
La Gorda Sally.- Así
es niño, así que si quieres bailar con la Quinceañera tendrás que
saberlo.
Quinceañera.- Yo
no voy a bailar.
El Primo José Paz.-
¡Un secreto a voces! Todo el mundo lo sabe.
El Anfitrión.-
Todo el mundo, todos lo saben.
Alex, el Bárbaro.- (Nervioso)
Yo no sé nada, lo juro.
La Gorda Sally.-
Es tu última oportunidad, Teresita, si no bailas al menos con el
Mesero les diré a todos tu secreto.
Quinceañera.- No
tengo secretos y No voy a bailar y no me digas Teresita, desde ahora
voy a querer por favor que me digan Teresa.
La Gorda Sally.-
No Teresita, no vamos a decirte Teresa, ni Teresita, ni nada... Desde
ahora no serás presentada en sociedad, no recibirás regalos y no
vas a bailar el primer vals con... con nadie, porque todos sabemos
que Teresita, es en realidad...
Anfitrión.- Gustavo.
Gustavo.-
(Confundido, mira al
Anfitrión y a los otros)
¿Sí?
Héctor, Torerín Torero.- ¿Es
en realidad Gustavo?
El Primo José Paz.-
Yo ya lo sabía.
Quinceañera.- No
soy en realidad Gustavo. Soy en realidad Teresa. Y ese no es ningún
secreto. Teresa: es
mi verdadero nombre. Ese nombre de Gustavo dejé de usarlo desde hace
muchos años... Es más nunca lo usé, ¿verdad, madrina?... (La
Gorda Sally asiente)
Desde niña. Yo decidí llamarme Teresita. Ahora Soy Teresa. Y cuando
sea mayor de edad decidiré... Si me quedo igual o me transformo...
Canta:
Yo soy Teresa
sin etiquetas
No soy princesa
ni muñequita ni Teresita
ni muchachita ni jovencita
ni muy bonita
ni muy rarita
No quiero bailes
ni chambelanes
ni chambelanas
ni mucho menos
mucho dinero
ni de mi padre
ni de mi madre
ni de mi abuelo
ni más consejos
ni condiciones
ni soluciones
para mi vida
Solo deseo que mi madrina me
quiera mucho
sin discusiones
sin más problemas
Soy yo solita
y mis decisiones
y si me quieres tratar
me tienes que respetar
y entonces
juntos
todos
podremos
estar.
Gustavo.- Teresa,
yo quiero bailar contigo. No me importa lo que seas, niño, niña...
yo quiero estar contigo en esta fiesta, al menos en esta fiesta. Yo
sí soy Gustavo. Yo sí Me llamo Gustavo.
Quinceañera.- Ah...
(Pausa)
Pues mucho gusto, Gustavo. Yo soy Teresa.
Gustavo.-
Teresita.
Quinceañera.-
Teresa. (Con alguna
insegura simpatía) Si
quieres dime Tere.
Gustavo.-
Tere... Pues... Yo... Ya que no están tu papás, y ya que no vino un
príncipe azul, sino yo, y ya que no te gustó el Torero, y ya que
no aceptas regalos de ningún tipo, ya que no aceptas nada de lo que
se te propone... Aceptarías al menos bailar... conmigo. Ser mi
compañera, ¿de baile?
Todos.- (Emocionados)
Síiii...
El
Anfitrión.- ¡Música!
Música, maestro.
Se escucha un vals y la
Quinceañera emocionada se tapa la cara, pero no ha aceptado todavía
bailar con Gustavo.
***
La Quinceañera.- (Grita
y detiene el baile) Un
momento. Fuera música.
Héctor, Torerín Torero.- Ya
sabía yo.
Alex, el Bárbaro.- No
va a bailar.
La Gorda Sally.- Teresita,
Tere... No lo sé. Creo que deberías aprovechar la oportunidad,
vivir el momento...
Gustavo.-
(A la Quinceañera)
Teresita. Tere. Los dos tenemos quince años. Los dos podemos
celebrar... Ven, baja de tu trono y ven a bailar conmigo, princesa.
La Quinceañera.- ¡Que
no soy princesa!!!
Héctor Torerín.- (Burlón,
agresivo)
Eso Ya lo sa-be- mos.
Qué les parece si bailamos un vals que se llame: “Cómo así
princesita que no quieres bailar”.
La Quinceañera.- (Grita)
¡Aburrido!
Héctor Torerín, Torero.-
(Grita)
Vamos a bailar, “Oye, Gustavo, cuál te ponemos”.
La Quinceañera.- ¡Tarado!
Gustavo.- Déjala
en paz.
Deja en paz a Teresa.
Héctor Torerín, Torero.- (Lo
imita, burlón)
“Déjala en paz.
Deja en paz a Teresa.” Ahora resulta que te gusta. Son novios, se
gustan, son novios, ¡se gustan!
Gustavo.-
(Ignora al Torero)
Mira, Teresa. Los dos nacimos somos jóvenes. Nacimos el mismo día,
el mismo año. Eso puede significar algo, tal vez no. Pero… por qué
no te decides y bailas conmigo.
Quinceañera.-
¿Para que me presentes en sociedad?
Héctor Torerín, Torero.-
Creo que ya te
presentaron, todo el mundo te conoce, “Gustavo”.
Gustavo.-
Bueno, a mí también ya me cayó mal este tipo. (Se
enfrenta cómicamente al Torero)
¡Quieres que te conteste a golpes, o qué quieres!
Héctor Torerín, Torero.-
(Odioso)
Ja, eres muy poca cosa
para mí,
no sabes con quién te metes, niñito
Todos.-
(Como locos de
carnaval) ¡Pelea !…
Pe-le-a,
pe-le-aaaa.
Gustavo.-
No, tú no sabes con quién te metes.
Héctor Torerín, Torero.-
¿Vas a defender a la
Quinceañera?
Quinceañera.- Hey…
¡No necesito que
nadie me defienda!
Héctor Torerín, Torero.- No,
pues eso está claro.
Gustavo.-
Ándale, Torerito, ven a pelear conmigo. Ándale, te voy a romper
todos los huesos.
Todos.-
Pe-le-a, pe-le-a…
Héctor Torerín, Torero.- Con
mucho gusto, ya me cansé de todos Ustedes, no son personas normales,
no lo son.
Todos.-
Oyeee.
La Gorda Sally.-
¿Cómo se atreve! (Toma
su escoba y empieza a pegarle a Héctor, Torerín Torero).
Anfitrión.-
Eso es Sally, pégale más fuerte.
Alex, el Bárbaro.-
Yo también le voy a dar.
El Primo José Paz.-
Y yo. Cómo se le ocurre insultar a mi princesita, le voy a dar donde
más le duele.
Héctor.- Torerín, Torero.-
Ya, esto es un abuso, no se vale, montoneros.
Gorda Sally.-
Aquíii… No se valen los insultos, así, que mejor retírate. Haz
el favor.
Todos.-
Que se vaya, que se vaya.
Héctor Torerín Torero.-
Muy bien, me voy, pero quiero que quede muy claro que va a caer sobre
Ustedes sobre todos Ustedes una eterna maldición, que…
La Quinceañera.-
(Que se había ido
bajando de su trono, toma la escoba del hada madrina y empieza a
pegarle al Torero).
Ah, ya cállate, ya me caíste todavía peor. Agarra tu desagradable
vida y lárgate por favor.
Héctor Torerín, Torero.-Ya,
ya, ya me voy. Ya, no me pegues.
Gustavo.-
Déjalo, Teresa. Creo que será mejor que evitemos los golpes.
Quinceañera.-
¿Eso crees?
Gustavo.-
Yo pienso que con una disculpa sincera todo podría arreglarse.
Quinceañera.-
Mhh, no sé, el tipo me cae muy mal.
Héctor Torerín, Torero.-Y
tú a mí, peor.
Quinceañera.-
Ya ves, no entiende. Mejor le pego.
Héctor Torerín, Torero.- No,
lo vas a lamentar, me oyes. (Recibe
un escobazo) Ayyy.
Gustavo.-
Ya, mejor cállate y trata de arreglar las cosas.
Héctor Torerín, Torero.-
Está bien. Lamento
haber actuado de esta manera. Yo la verdad no soy así.
Quinceañera.-
Mhh, no sé. No se oye sincero.
Héctor Torerín, Torero.-
Bueno, sí soy un poco
pesado. Lo siento. Creo que puedo aprender a cambiar.
Quinceañera.- Pues
ya estás un poco mayorcito para eso.
Héctor Torerín, Torero.- Por
favor, Teresa, discúlpame. Creo que tú te mereces lo mejor, y en
verdad quiero que estos quinceaños sean inolvidables, para ti, en el
mejor sentido y de manera sincera lo digo. Discúlpame.
Quinceañera.- Mhh.
No sé.
Gustavo.- Ya,
se disculpó. Creo que fue sincero.
Quinceañera.- ¿Sí?
Gustavo.-
Sí Teresa. Tere. Ya perdónalo.
Quinceañera.- ¿Sí?...
¿Tú me lo pides? (Gustavo
asiente, emocionado. Pausa. Al Torero...)
Está bien. Te
perdono.
Héctor Torerín, Torero.-
Gracias. Gracias,
Gracias... Teresa.
Todos.- Bravo.
Quinceañera.-
No más conflictos.
La Gorda Sally.-
Por favor.
Quinceañera.-
Y qué, ¿en esta fiesta nadie baila?
Gustavo.-
No se diga más, solo si me permites el primer baile, Tere.
Quinceañera.-
Eso está por verse.
Gustavo.-
¿Cómo!
Quinceañera.- (Se
ríe, muy amable y cariñosa)
Que con mucho
gusto, Gustavo. Vamos a Bailar, vamos a bailar.
Todos.-
Bravo, que vivan los quinceañeros, que bailen, que bailen. Son
novios, son novios, se quieren, son novios.
Quinceañera y Gustavo.-
Heyyy. No. No es cierto.
Todos.- (Todos
en carnaval,
sonrientes)
¡No es cierto!,
¡no es cierto!...
Anfitrión.-
Y con ustedes señoras y señores y todos los aquí presente, el
baile de los quinceañeros. Un gran aplauso. Que vivan los
quinceañeros. ¡Los quinceañeros!
Todos.-
¡Que vivan! Bravooo, ¡que vivan! ¡Bravoooo!
Música. Los quinceañeros
bailan muy alegres. Pronto todos se incorporan y bailan y sonríen y
luego se dirigen al público para agradecer, mientras se escuchan por
última vez los aplausos grabados.
FIN
***
Enero de 2020 Cd. de México /
Derechos Registrados: Benjamín Gavarre
gavarreunam@gmail.com
gavarreunam@gmail.com