16/5/13

Folie à Deux, de Natasha y el Lobo. Autora: Ailyn Morera, Costa Rica



AILYN MORERA

 


 









FOLIE À DEUX*

de

Natacha y el Lobo

*Este texto está debidamente inscrito en el Registro Nacional de C.R. Tomo 16, Folio 17, Asiento 7225

 

De: Ailyn Morera**


A Natascha como compresión a su odio cuando le preguntan: ¿por qué no se fugó antes?
 

Personajes:

WOLF

NATACHA

 

1.  (Sala en donde hay un sofá, un escritorio con su silla y una ventana pequeña que tiene la cortina cerrada. A un lado, un pasillo que conduce a puerta que da a exterior. Otra puerta que conduce a la cocina. Otra puerta cerrada que conduce a un lugar dentro de la casa. WOLF entra de exterior, abre la cortina; luego de unos segundos abre con una llave la puerta que conduce a un lugar dentro de la casa, entra. Se escucha portón de hierro abrir. Unos segundos después entra de nuevo dejando la puerta semiabierta y se sienta frente al escritorio, escribe. Después de una pausa, entra NATACHA por esa misma puerta con una valija pequeña, se detiene y mira a WOLF durante una larga pausa)

 

NATACHA- ¿Qué hora es?

 

WOLF- Todavía no es la hora.

 

(Pausa breve)

 

NATACHA- ¿Cuándo?

 

WOLF- ¿Le pusiste el candado a la valija?

 

NATACHA-A la valija... ¿Qué valija?

 

WOLF- No me digás qué...

 

NATACHA- No sabía que es tu...

 

WOLF- ¡No le pusiste el candado a la valija!

 

NATACHA- No sabía que era tu candado.

 

WOLF- ¿Estás bromeando?

 

NATACHA- No tengo por qué bromear. Simplemente no lo puse. ¿Cómo iba a saber ...?

 

WOLF- ¿Pero viste el candado al lado de la valija?

 

NATACHA- Sí lo vi pero cómo iba a saber que era tu candado.

 

WOLF- ¡Sentido común!

 

NATACHA- Pensé que era mío y como no tengo la llave...

 

WOLF- Ves el candado al lado de la valija y no sabés que es para la valija.

 

NATACHA- A mi valija yo le puse el candado.

 

WOLF- No puedo creer que viste el candado y no se te haya ocurrido ponérselo a la valija.

 

NATACHA- ¿Y si se lo hubiera puesto y no tenés la llave? ¿Qué?

 

WOLF- (Sacándola de bolsillo) La tengo. La tengo. La tengo aquí.

 

NATACHA- Y yo cómo iba a saber que vos tenés la llave de un candado que yo no conozco.

 

WOLF- ¡Pero, vamos! ¡Sentido común!

 

NATACHA- Es tu valija.

 

WOLF- Claro, y el candado también.

 

(NATACHA lo mira por unos instantes y sin saber qué decir sale hacia cocina. Pausa breve.)

 

NATACHA- (Desde la cocina) ¿Querés un té?

 

WOLF- No.

 

NATACHA-(Desde la cocina) ¿Café?

 

WOLF- No te molestés.

 

NATACHA- (Desde la cocina) ¿Querés o no querés?

 

WOLF- Está bien. ¿Tenés todo listo?

 

NATACHA- (Desde la cocina) Hace tiempo.

 

(Entra NATACHA con bandeja de café. Coloca una tasa de café en el escritorio, luego se sienta en el sofá con su café)

 

WOLF- Gracias.

 

(Pausa)

 

NATACHA- (Mirando a través de la ventana) ¿Viste el cielo?

 

WOLF- Mnnnn.

 

NATACHA - Está índigo

 

WOLF- Azul, querrás decir.

 

NATACHA- No. Digo índigo. Allá era azul, aquí es índigo.

 

(Pausa breve)

 

WOLF- ¿Entonces...?

 

(NATACHA lo mira interrogante)

 

WOLF- ¿Has pensado que podría extrañar tus ojitos?

 

(Pausa breve)

 

Y esa forma en que me mirás.

 

NATACHA- ¿Por cuánto tiempo?

 

WOLF- ¡Ah, no sé! No mucho, espero.

(Pausa)

 

NATACHA- ¿Qué hora es?

 

WOLF- Todavía no es la hora.

 

(Pausa breve)

 

WOLF- (Leyendo lo que escribe) ¿Cuándo…?

 

(Al mismo tiempo que Wolf)

 

NATACHA- ¿Cuándo?

 

(Pausa. NATACHA se tumba en el sofá, mira a WOLF que parece estar muy concentrado en lo que escribe. NATACHA toma el libro que está en la mesita junto al sofá, comienza a leer en voz baja. WOLF la mira constantemente. Luego de una larga pausa, WOLF, se levanta, se aproxima a NATACHA y da una fuerte palmada con sus dos manos; NATACHA reacciona del susto.)

 

NATACHA- ¿Qué pasa?

WOLF- Podrías tener un paro cardíaco.

 

NATACHA- ¿Qué paso?

 

WOLF- Estabas consumida...

 

NATACHA- ¿Qué?

 

WOLF- Estabas atrapada, con las mejillas encendidas...

(NATACHA se palpa las mejillas)

 

WOLF- Y los ojos... brillantes... era obvio tu enardecimiento cerebral.

 

NATACHA- ¿De qué estás hablando?

 

WOLF. Lo ves. Ni siquiera te das cuenta. Estabas en una sobreexcitación

intelectual...

 

NATACHA- Solo leía.

 

WOLF- Leías algo que te coloreó la cara.

 

NATACHA- ¿Qué...?

 

WOLF- Hasta se te bajó la tristeza.

 

NATACHA- No es verdad.

 

WOLF- Te lo digo yo.

 

NATACHA- ¿Sí?...

 

WOLF- Te hizo sentir, te alteró el ánimo....

 

NATACHA- ¿Quién?

 

WOLF- Logró que tus pupilas se dilataran...

 

NATACHA- No te entiendo...

 

WOLF- Son las fantasías de él...

 

NATACHA-¿De él...?

 

WOLF- Discernir, saber combatir...

(NATACHA deja el libro sobre el sofá)

 

WOLF- No hay que permitir que se adueñen de nuestro espíritu, de nuestro organismo en general.

 

NATACHA- Es una simple lectura.

 

WOLF- Sé lo que es.

 

NATACHA- Pero si es sólo un libro.

 

WOLF- ¿Sabés que la pasión por las novelas puede provocar grandes perturbaciones?

 

NATACHA- Creería que...

 

WOLF- Si se lee demasiado se cae fácilmente en la inercia.

 

NATACHA- ¿Inercia?

 

WOLF- Física (Le acaricia la cabeza) No querrás terminar con una fatiga mental que te deje incapaz de pensar.

 

NATACHA- ¿Por qué habría de dejar de pensar?

 

WOLF- “Podría”. ¿No ves la relación? Si hay inercia física, el cuerpo se debilita hasta llegar a desencadenar una crisis nerviosa.

 

NATACHA- ¿Hablás en serio?

 

WOLF- ¿Pensás que exagero? Parece pero no. ¡Esos autores que no hacen más que lucrar inventando pasiones, historias lejanas a las nuestras!... ¡confunden!...

 

NATACHA- Yo solo...

 

WOLF-¡Ya, ya!

 

NATACHA- No era mi intención...

 

WOLF- No digo que no leás. Digo que hay malos autores y no es fácil detectarlos, publican con mucha facilidad.

 

NATACHA- Me refiero a...

 

WOLF- Tampoco pienso que haya que prohibir las novelas o las poesías. Sabés que soy amante del conocimiento, solo que hay que tener cuidado... si no podés leer libros científicos, verdaderos libros eruditos...

 

NATACHA- ¿Eruditos...?

 

WOLF- Solo deseo que lo que leás te sea útil, saludable...

 

NATACHA- Útil... sí... útil...

 

(NATACHA se levanta y mira a través de la ventana. Pausa. WOLF retoma su labor en el escritorio)

 

NATACHA- ¿Decís que se me bajó la tristeza?

 

WOLF- No pongás palabras que no he dicho en mi boca.

 

(Silencio)

 

NATACHA- ¿Lo leíste?

 

WOLF- ¿Qué cosa? ¡Ah!.... Me lo regalaron. No es gran cosa.

 

(Silencio)

 

WOLF- ¿En qué pensás?

 

NATACHA- Tengo la cabeza como un rompecabezas… no encuentro las piezas.

 

WOLF- ¿Las piezas de qué?

 

NATACHA- Es raro… hace mucho tiempo que no recordaba eso…

 

WOLF-¿Qué cosa?

 

NATACHA- Hace muchos años… un charco de sangre…rojo…era sangre muy roja sobre el piso de madera…parecía espesa… en la cocina estaba ella… con la cara despedazada… tenía evidencia de golpes, no de sangrados… ¿de dónde había salido aquel charco de sangre? Me pregunté una y otra vez…

 

WOLF- De la nariz, es frágil…

 

NATACHA-… Claro que sé que fue de la nariz, solo que lo supe años después…

 

(Pausa breve)

 

Es raro… ¿por qué tardé tanto en saberlo?

 

WOLF- No siempre viene completo…

 

(NATACHA lo mira interrogante)

 

WOLF- Los rompecabezas.

 

NATACHA- Es raro…hace mucho que no recordaba ese episodio. ¿Por qué lo recuerdo hoy?

 

WOLF- ¿Por qué creés que todo lo que te pasó es importante?

 

NATACHA- No he dicho eso.

 

WOLF- Hablás como si fuera importante.

 

NATACHA- De alguna manera… creo que sí…tal vez no importante, quizá …solo se destiñó algo en mí… es como si …

 

WOLF-(Leyendo lo que escribe) Es asquerosa…

 

NATACHA- Creo que es algo más profundo “desteñirse” no es la palabra.

 

WOLF- Hay cosas verdaderamente serias, graves, en otras partes, claro.

 

(Pausa)

 

No me habías contado que tenés recuerdos recurrentes.

 

NATACHA- Muchas cosas no las recuerdo, se me fueron…otras simplemente se escondieron.

 

WOLF- Se escondieron no es una buena definición. Podrías decir, se bloquearon. Las experiencias no se van como si tuvieran alas.

 

NATACHA- “Alas”… “alas…”

 

(Pausa)

 

NATACHA- ¿Qué hora es?

 

WOLF- Todavía no es la hora.

 

(Pausa breve. Ambos hablan al mismo tiempo)

 

Y en el recuerdo, ¿cómo es él?

 

NATACHA- ¿Cuándo?

 

(NATACHA lo mira fijamente a los ojos)

 

NATACHA-¿Él?... Es asquerosa la pregunta.

 

(WOLF se acerca a NATACHA y le acaricia el cabello)

 

NATACHA- (Mirando a través de la ventana) ¿Viste el cielo? Está completamente índigo.

 

WOLF- Azul, querrás decir.

 

NATACHA- No. Digo índigo. Allá era azul, aquí es índigo.

 

(Pausa.)

 

WOLF- Y él, ¿cómo es él?

 

NATACHA- Cuando le tuve cerca… yo era muy niña, seis años, no más… pude oler ese olor que sólo la muerte tiene. ¿Has estado frente a un perro que te mira y sabés que te va a morder? (NATACHA recibe la mirada de WOLF) Luego… me alargué los labios con las manos para espantar la fetidez de la muerte pero…

 

WOLF- ¿Lo lograste?

 

(NATACHA niega con un movimiento)

 

NATACHA- ¿Que cómo es? A su paso solo hay muros fríos…

 

WOLF- Hablás como si la vida fuera una poesía. Eso me gusta.

 

NATACHA- Las sepulturas, ¿te parecen poesía?

 

WOLF- Se puede poetizar sobre lo podrido y lo bello.

 

NATACHA- Muchas…muchas sepulturas…se necesitan cientos juntas…

 

WOLF- ¿Sí?

 

NATACHA- Sí.

WOLF- ¿De verdad?

 

NATACHA-Verdad.

 

(WOLF algo saturado mira a través de la ventana. Suena timbre que llama a la puerta. Es evidente la inquietud de NATACHA)

 

NATACHA- ¿No vas a a abrir?

 

(WOLF la mira detenidamente)

 

NATACHA- Están llamando.

 

WOLF- Sí. Están llamando.

 

(Continúa sonando el timbre)

 

(NATACHA indignada lo mira directamente a la cara. El timbre ha dejado de sonar. Luego de una pausa larga suena de nuevo el timbre).

 

WOLF- ¿Tan difícil se te hace abrir la puerta?

 

(NATACHA mira detenidamente a WOLF, luego decidida se dirige hacia al pasillo que da al exterior, abre. El timbre ha dejado de sonar. NATACHA regresa)

 

NATACHA- Pusiste otra puerta.

 

WOLF- Sí, debí decirte que instalaron otra puerta.

 

(NATACHA se asoma por la ventana)

 

NATACHA- Hay una mujer en la acera del frente.

 

WOLF- En estos días la seguridad anda muy mal.

 

NATACHA- Esa mujer… ya son varias veces que la he visto. (Pausa) Camina como buscando algo. (Pausa) Y esas montañas siempre ahí…

 

WOLF- ¿Has visto antes a esa mujer?

 

NATACHA- Sí.

 

WOLF- Debe ser la nueva vecina.

 

NATACHA- ¡Por Dios, ese perro la va a morder! … se ha caído…

 

WOLF- ¿Quién?

 

NATACHA- Ella… Grita… puedo escuchar sus gritos, ¡Por Dios, hagamos algo!

 

(NATACHA –aterrorizada- mira detenidamente la escena a través de la ventana. WOLF se acerca a la ventana)

 

WOLF- No deberían de andar sueltos.

 

(WOLF cierra la cortina de la ventana y vuelve al escritorio)

 

NATACHA- ¿Puedo decirte algo?

 

WOLF- Por supuesto.

 

NATACHA- Mentiste. Fallaste en tu promesa.

 

WOLF- Nunca he hecho una sola promesa.

 

NATACHA- Dijiste que cualquier día del mes nos iríamos.

 

WOLF- ¿Y?

 

NATACHA- Ya pasó el mes, y el siguiente termina hoy.

 

WOLF- ¿Y?

 

NATACHA- Me da la impresión que tampoco hoy…

 

WOLF- ¿Acaso dije de cuál mes exactamente?

 

NATACHA- ¿Cómo? … Se suponía que del mes en que…

 

WOLF- ¿Dije de cuál mes exactamente?

 

NATACHA- No era necesario. Hablaste que “antes de que el mes terminara…”

 

WOLF- Exactamente: “mes” ¿Hubo detalle alguno de ese mes? Existen doce meses.

 

NATACHA- Que parecen siglos.

 

WOLF- Aunque también podría referirse al mismo mes cada dos años.

 

(Silencio)

 

WOLF- ¿Decís que has visto a esa mujer?

 

NATACHA- Sí. Ahí mismo, en dirección a la ventana.

 

WOLF- Deben ser ensoñaciones.

 

NATACHA- Pero si la he visto.

 

WOLF- Eso es lo que creés, pero no significa que sea real.

 

NATACHA- Pudo haber sido ella la que tocó el timbre…

 

WOLF- A tu mente le gusta armar rompecabezas.

 

NATACHA- ¡Pero si la vi!

 

WOLF- Eso es lo que me preocupa, que te creés con facilidad todas las invenciones de tu mente.

 

NATACHA- ¿Me estás diciendo loca?

 

Wolf- A lo mejor no la has visto antes.

 

NATACHA- Yo ya no sé si lo que pienso me pertenece.

 

WOLF- A lo mejor la confundís con otra persona.

 

NATACHA- No siento nada, es como si fuera un riachuelo sin agua…

 

(WOLF se acerca y la acaricia como a una niña)

 

WOLF- Una mujer, un charco de sangre…

 

NATACHA- No me siento ni joven, ni mayor…

 

WOLF- Te das cuenta, aún no estás preparada para el mundo.

 

NATACHA- Abrir una ventana o dibujarla…soplar y desaparecer los barrotes… ¡Dios! (Pausa) Una vez casi pude… fue hace mucho tiempo…

 

WOLF- ¿Pudiste qué?

 

NATACHA- Casi pude salir por la ventana. Yo estaba en la habitación, la misma donde…la puerta cerrada con llave... El fuego había tomado parte de la casa…

 

WOLF- No exagerés, fue solo la parte del fondo.

 

NATACHA- Yo trataba de abrir la puerta pero rápido comprendí que sería imposible. En eso miré hacia la pequeña ventana, con barrotes claro, pero yo supe que podía derribarlos… Intenté pero en eso llegaste…

 

WOLF. (Amoroso) Y te rescaté.

 

(Pausa breve)

 

WOLF-¿Por qué no lo intentás, ahora?

 

NATACHA- ¿Qué cosa?

 

WOLF- ¿Te gustaría derribar los barrotes?

 

NATACHA- ¿Para qué?

 

WOLF- Es lo que más te gustaría, eso dijiste.

(NATACHA afirma).

 

WOLF- ¿Entonces?

 

(WOLF saca de su escritorio un mazo y se lo ofrece a NATACHA, ésta lo toma decidida, se dirige al ventanal pero se detiene)

 

NATACHA- Es inútil… derrumbarlos sería inútil. ¿Dónde caerían?

 

WOLF- ¡Probar para saber!

 

NATACHA- Sería solo un sueño… Me das el arma para salir… ¿Creés que me emociona tener el arma? ¿Creés que me lanzaré al ventanal a quebrar los vidrios y los barrotes? …Si intentara hacerlo, igual no voy a salir de aquí. Si no lo intento, igual no voy a salir de aquí. No saldré de aquí porque vos no querés que yo salga de aquí. ¿Para qué querés que continúe aquí?… ¿Qué función tengo existiendo de esta manera? … Lo has intentado todo: dejarme sin palabras, y lo has logrado. En efecto las palabras se me agotaron. Ya no importa nada…Ni ser la fuerte o la que sigue tus juegos o la que combate para… ¿para qué?

 

(Silencio. A lo lejos se escucha el canto de los yigüirros).

 

WOLF- (Leyendo lo que escribe) ¿Cuándo…?

 

(Al mismo tiempo que Wolf)

 

NATACHA- ¿Cuándo?

 

(NATACHA lo mira sorprendida. Silencio. Poco a poco la luz se irá desvaneciendo. Aumenta el canto de los yigüirros)

 

2.

(Mismo espacio. La cortina de la ventana está cerrada. Entra WOLF de exterior. Tras unos segundos, abre con llave la puerta cerrada que conduce a un lugar dentro de la casa, entra. Se escucha portón de hierro abrir. Tras una pausa entra WOLF dejando entreabierta la puerta. Se dirige a sentarse a su escritorio.)

 

WOLF- No dormí nada. Esos yigüirros, ¿de dónde salieron? ¡Toda la noche lloriqueando, ni un minuto se callaron!

 

(NATACHA apenas se le nota asomada a la puerta entreabierta, se restriega los ojos. Se le nota algo cansada y ajada. Hace un puño un pañuelo que tiene en su mano. Canto de yigüirros. Tras una pausa.)

 

WOLF- ¿Y?

 

(NATACHA se tapa el rostro con el pañuelo. Después de una breve pausa WOLF da dos golpes en escritorio. NATACHA, se quita el pañuelo del rostro, avanza tres pasos siempre mirando a WOLF, él le sostiene la mirada. Ella arruga el pañuelo con su mano. ÉL saca un encendedor y lo enciende sin dejar de mirarla. Ella se dirige a la ventana y le da la espalda)

 

WOLF- ¿Te molesta si abro la cortina?

 

(WOLF espera respuesta, al no obtenerla se levanta y corre la cortina, besa a NATACHA y con cariño le acaricia la cabeza, luego se dirige a su escritorio. NATACHA se asoma a la ventana)

 

NATACHA- Ahí está otra vez.

 

WOLF- ¿La mujer?

 

NATACHA- Camina de un lado a otro como buscando.

 

WOLF- Está loca.

 

(NATACHA lo mira interrogante)

 

NATACHA- ¿Hablaste con ella?

 

WOLF- Me hizo algunas preguntas; es una desquiciada.

 

(WOLF se levanta y se acerca a ella, la abraza)

 

NATACHA- ¿Sobre qué te preguntó?

 

WOLF- Parece ser que está buscando el nido de un yigüirro.

 

NATACHA- ¿Yigüirra o Yigüirro?

 

WOLF- Dice que puso sus huevos en el nido y que el nido desapareció con todo y huevos.

 

NATACHA- ¿Dónde?

 

WOLF- Te dije que está loca.

 

NATACHA- ¿Te dijo en cuál árbol estaba el nido?

 

WOLF- Hablaba como si fueran los únicos huevos del mundo.

 

NATACHA- Pobre pájaro… ¿Te dijo si cortaron el árbol o qué?

 

WOLF- No le puse mucha atención. ¡Hay miles de yigüirros!

 

(WOLF vuelve a su escritorio. NATACHA se pasea en círculo por la habitación sin dejar de hacer un puño el pañuelo. Los dos se miran en varios momentos. ÉL deja caer una libreta de su escritorio, ella la recoge, la ojea sin dejar de caminar)

 

NATACHA- (Lee) Parece ser que está buscando el nido de un yigüirro. ¿Yigüirra o Yigüirro? Dice que puso sus huevos en el nido y que el nido desapareció con todo y huevos. ¿Dónde? Te dije que está loca.

 

(NATACHA se detiene, mira a WOLF, pone el libro en su escritorio)

 

NATACHA- ¿Por qué querés volverme loca?

 

WOLF- ¿Qué decís?

 

NATACHA- Jugás conmigo.

 

WOLF- No empecés de nuevo.

 

NATACHA- Querés hacerme creer que lo que pienso no es real.

 

WOLF- Cuando te da por generar ideas te volvés idiota.

 

NATACHA- Eso… querés que crea que lo que creo no es verdad.

 

WOLF- Más que idiota, te volvés abominable.

 

NATACHA- Que todo lo que sucede es lo normal. Que yo dude de mí… (se cubre el rostro con el pañuelo) que dude de mi existencia, que crea que la Yigüirra no existe, ni sus huevos, ¿Su nido, dónde está? Y la mujer, ¿querés que dude de la existencia de esa mujer? ¡Puedo escuchar el canto de los yigüirros!

 

WOLF- Claro, si es la época de los yigüirros.

 

(NATACHA intenta asfixiarse con el pañuelo, él la observa, después se levanta, le retira el pañuelo de la cara y comienza a alisarlo. Ella mantiene los ojos cerrados)

 

NATACHA- ¿Para qué querés que siga aquí? Ya sé que mi presencia te da vida… pero, ¿qué clase de vida?

 

WOLF- ¡¿Qué clase de vida?! … (Silencio) ¿Cómo contestar a una pregunta que está fuera del espacio y del tiempo?

 

(WOLF continúa alisando el pañuelo. Golpe fuerte en el ventanal. NATACHA sobresaltada abre los ojos. WOLF corre hacia la ventana. Crece el canto de los yigüirros.)

WOLF- Es un yigüirro, cayó al jardín.

 

NATACHA- Es una Yigüirra.

 

WOLF- ¿Sí?

 

NATACHA- Es la madre buscando a sus crías.

 

WOLF- Te gusta armar rompecabezas.

 

NATACHA- ¿Está muerta?

 

WOLF- Está herida.

 

NATACHA- El perro… se la va a comer.

 

(NATACHA se levanta camina hacia la ventana y mira a través de ella. Crece el canto de los Yigüirros. Poco a poco la luz se va desvaneciendo. En la oscuridad se escuchan sus voces en off)

 

NATACHA-¿Qué hora es?

 

WOLF- Todavía no es hora.

(Silencio)

 

3. Epílogo

 

(Canto de yigüirros. Mismo espacio. La cortina de la ventana está cerrada. Entra WOLF del exterior. Tras unos segundos, abre con llave la puerta que conduce a un lugar dentro de la casa, entra. Se escucha portón de hierro abrir. Crece el canto de los yigüirros. Tras una pausa entra de nuevo; trae entre sus brazos a un bebé recién nacido, envuelto en un paño. Se dirige a la cocina. Crece el canto de los yigüirros. WOLF entra con el bebé y una caja de cartón, coloca al bebé dentro de la caja que ha puesto en el suelo, se sienta en el sofá, lo mira detenidamente, saca su encendedor, lo enciende sin dejar de mirar al bebé. En la misma medida que él acerca su encendedor al bebé, la luz se irá desvaneciendo mientras crece el fuerte canto enfurecido de los yigüirros. Luego de una breve pausa)

 

NATACHA OFF- Dios, si es cierto que existís llevame contigo en este mismo instante… Salvame como salvaste a Isaac, el hijo de Abraham; levantame de la muerte como a Lázaro; ayudame como pusiste a andar al paralítico o dame alas señor…dame alas para elevarme y evaporarme… Estoy en el mismo lugar donde me abandonaste, cumplo con el destino que me asignaste sin poder desobedecerte… entonces, Dios, creo que ya es suficiente; llevame ya o abrí la tierra y trágame que mi cuerpo asqueroso hiede de la putrefacción porque uno de tus hijos se ha ensañado contra mí… Hablale señor, a este hijo tuyo, o decime, ¿por qué soy tu elegida?, ¿por qué soy su elegida?... ¿Por qué vivo entre vómitos? ¿Por qué no tengo ángel de guarda?

Yigüirros. La lluvia cae y hace el silencio.

 

Heredia, Costa Rica, julio 2008





Ailyn Morera: Dramaturga, guionista, actriz e investigadora. Se ha especializado en desarrollar un método que integra el teatro con la metodología feminista, del cuál ha impartido talleres en University of Connecticut, EEUU; Casa de las Américas, La Habana, Cuba y en Centroamérica. Algunos de sus textos puestos en escena son: Las princesas azules, Vacío (co-autoría con Roxana Ávila), El laberinto de las mariposas, Folie `A deux de Natacha y el Lobo, Dicen las paredes. Sus obras de teatro y narrativa e investigaciones, han sido publicadas y presentadas en Estados Unidos, México, Sudáfrica, Argentina, España, Colombia, Cuba y en la Región Mesoamericana.